!viva El Teatro! - Jose Luis Alonso de Santos
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¡Viva el teatro!
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ultrarregistro 15.09.13
Título original: ¡Viva el teatro!
José Luis Alonso de Santos, 2006
Diseño de portada: ultrarregistro
BEGOÑA:
¡Atención! ¡Escuchad todos! ¡Silencio! ¡Vamos a empezar
el ensayo! Faltan dos, pero como siempre falta alguien
da igual. Comenzamos por el coro de los piratas de la
escena primera, cuando llegan en su barco a raptar a la
princesa Blancaflor, así que prepararos para esa escena.
Tenéis que poneros las cosas de piratas que podáis:
espadas, gorros…
ANA (Presumida):
¿Cómo que no? ¡Mejor que vosotros! ¡Os apuesto lo que
queráis! Corro más que cualquier chico veinte veces, así
que no os flipéis chavales…
BEGOÑA:
Bueno…., basta de discutir, poneros las cosas que vamos
a empezar. Yo voy a preparar la música.
Se va la directora por un lateral. Los niños que hacen de
narradores colocan unas grandes macetas en el escenario, y
los otros niños comienzan a ponerse ropas y otros
elementos que sacan de los cestones, disfrazándose para la
escena mientras hablan entre ellos.
SUSANA (Protestona):
Era mejor haber hecho Harry Potter, ya lo dije yo, y así
hacíamos magia y volábamos en escobas, y no una obra
de piratas que es un rollo. A mí Harry Potter es que me
encanta…, yo podía haber hecho de Hermione, la amiga
de Harry.
FERNANDO (Preguntón):
Para eso era mejor El señor de los anillos…
DANIEL (El delegado):
Sí, y ya de paso traemos aquí a los orcos, los elfos, y los
trolls de 20 metros. Votamos y salió hacer ésta, así que
te aguantas si a ti no te gusta.
DAVID (Risitas):
(Hace burla a Fernando) «¡Mi tesoro!»
ANA (Presumida):
A mí seguro que me dan el papel de la princesa, porque
soy la más alta…
SUSANA (Protestona):
¿Y por qué tienen que ser altas las princesas, vamos a
ver, dónde lo pone en la obra?
ANA (Presumida):
Tiene que cantar, y como yo llevo un montón de tiempo
dando clase de canto…
SUSANA (Protestona):
La princesa todavía no ha dicho Begoña quien la hace,
así que la ensayamos todas…
ANA (Presumida):
Pero hoy me ha dicho que la ensayo yo…, así que…
DIEGO (Gracioso):
(Moviendo la espada que tiene en su mano) ¡Yo voy a ser
el capitán pirata Amón Sufú Caradura y Feuz, terror de
los siete mares…!
DANIEL (El delegado):
¡Cuidado, Diego, que me vas a dar con la espada…! Y tú
no haces el capitán, haces el pirata ¡Eh, tú!, ya lo verás…
Eres al que mejor le sale.
FERNANDO (Preguntón):
¿Cómo es la música de la canción, que no me acuerdo…?
DANIEL (El delegado):
(Canturreándole la música) «¡Hemos llegado a puerto…,
y estamos muy contentos…»
DIEGO (Gracioso):
(Sigue cantando) «… de que haya mucho vino…, y
tesoros a cientos…»
FERNANDO (Preguntón):
Pues ha dicho mi padre que como me suspendan alguna
por estar perdiendo el tiempo con esto del teatro me la
cargo. Y que le van a oír los del APA del colegio.
LARA (Burlona):
¡Qué pesado siempre con que tienes que estudiar, así se
te está poniendo la cabeza de gorda que mira, ni te cabe
el gorro pirata…!
BEGOÑA:
¡Antonio, pon la música de la canción de los piratas
primera!
BEGOÑA:
¡No, no, no…! ¡Alto! ¡Parad! ¡Parad la música!
BEGOÑA:
¡Muy bien ahora! Esta vez ha salido mucho mejor.
Seguimos con los narradores, después de que los piratas
se han llevado a la princesa a su barco… Lara y Daniel,
ya sabéis, los narradores como os he dicho, alto,
despacio y claro, que se os entienda, abriendo bien la
boca, y sin moveros en vuestros sitios, uno a cada lado
del escenario.
LARA (Burlona):
¿Lo del comienzo de la obra decimos ahora?
DANIEL (El delegado):
¿Empezamos por el principio del todo?
BEGOÑA:
No, no, eso nos lo saltamos…. Vamos a después de
raptada ya la princesa, a cuando se enteran los padres…
(Habla a los otros actores) ¡Los padres preparados, Isabel
y Fernando, que hacéis de reyes…! ¿Tenéis puesta la
corona? ¡Y el capitán de la guardia… David, tú! ¡Estate
atento para salir!
ISABEL-REINA:
¡Ay mi niña querida! ¡Ay mi niña adorada! ¡Ay que
disgusto más grande!
FERNANDO-REY:
¡Ay que desgracia, que han raptado los piratas a la
princesa! ¡Ay que pena más real que tengo!
DAVID-CAPITÁN:
¡Majestades…!
FERNANDO-REY:
¿Dónde estabas tú y la guardia mientras llegaban y se
llevaban los piratas así, tranquilamente, a Blancaflor?
DAVID-CAPITÁN:
Dormíamos la siesta majestad, como todo el mundo en el
reino a esas horas. Además llovía. No íbamos a estar en
la calle mojándonos.
ISABEL-REINA:
(Da con su pañuelo al REY) ¡Eres un rey inútil, un rey
monigote que tiene una guardia pasmarote! ¡Por tu culpa
han raptado a mi niña!
FERNANDO-REY:
(Al CAPITÁN) ¡Capitán tonto de capirote! ¡Te arresto por
zote, y te doy con el pañuelo en el cogote!
El REY persigue al CAPITÁN dándole con el pañuelo, y la
REINA hace lo mismo con el REY, dando vueltas los tres
corriendo por el escenario. Se mete entre ellos BEGOÑA,
parando el ensayo.
BEGOÑA:
¡Parad! ¡A ver esto…! ¡Los reyes tenéis que estar mucho
más enfadados, incluso gritando tiene que ser…, y el
capitán con más miedo, casi temblándole las piernas…!
FERNANDO-REY:
(A gritos, y muy enfadado ahora) ¡¿Dónde estabas tú y tu
guardia, tonto de capirote…?!
LARA-NARRADOR UNO:
«Durante el viaje por mar en el barco pirata, la princesa
Blancaflor lo pasó muy mal. La encerraron en un cuarto
que llamaban de las ratas, aunque eso no fue tan malo
porque sólo había allí un par de ratones chiquitines que
se asustaron al verla y se metieron dentro de unas
babuchas viejas de pirata que había.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Lo peor fue el mareo que entraba en aquel barco, que
se movía de un lado para otro como si estuviera
borracho. Se movía más que las norias gigantes y más
que una pelota en las manos de un niño nervioso.
Blancaflor, al despertarse de su desmayo y ver cómo se
movía aquello, gritó:»
ANA-BLANCAFLOR:
(Grita) ¡Qué paren este barco, que me quiero bajar!
LARA-NARRADOR UNO:
«Pero no le hicieron caso, claro. ¡Qué mal lo pasó! Tenía
el estómago revuelto, y le subía y le bajaba el cola-cao y
los cereales del desayuno, los macarrones de la comida,
y unas galletas con chocolate que se había tomado para
merendar».
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Claro, pensad que os raptan los piratas y os llevan a un
barco que se mueve, veréis como también os mareáis.
Aquello se movía así, o más…»
DIEGO-¡EH, TÚ!:
(Grita muy fuerte) ¡La comida para la princesa!
BEGOÑA:
¡Espera!
Se acerca a DIEGO.
BEGOÑA:
¡Venga, silencio, seguimos! ¡Narradores…!
LARA-NARRADOR UNO:
«Cuando peor estaba la princesa entró un ayudante del
capitán pirata que tenía unos pies enormes que llegaban
media hora antes que él a los sitios. Se llamaba “Troncho
Lirondo Olian Muzarreta”, pero para terminar antes todos
le llamaban:»
TODOS LOS NIÑOS:
(Gritándole) ¡Eh, tú!
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Pues ¡Eh tú! llegó con una bandeja que olía a queso
podrido y calcetines sucios. No os podéis imaginar lo que
comían en aquel barco…»
DAVID-PIRATA UNO:
¡Para desayunar: leche de burra y dátiles agrios con
ensalada de cardos de los que pican!
FERNANDO-PIRATA DOS:
¡Para comer: pescado crudo, pata de camello con pelo, y,
de postre, cangrejos de mar sin matar, que al meterlos
en la boca dan pellizcos en la lengua!
TASIO-PIRATA TRES:
¡Para merendar: pez espada que pincha y mermelada de
cactus con cáscara amarga!
SUSANA E ISABEL-PIRATAS CUATRO Y CINCO:
¡Y para cenar…, lo que ha sobrado de las otras comidas!
BEGOÑA:
(A DIEGO) ¡Ahora…, sal tú! ¡Ahora es cuando te toca!
DIEGO-¡EH, TÚ!:
(Sale de nuevo con la bandeja) ¡La comida para la
princesa!
ANA-BLANCAFLOR:
¡Puaggg! ¡Qué asco! ¡Eso se lo das a tu tía! ¡A mí me
apetece… un helado de tres sabores en copa alta y con
pajita para sorber!
¡EH, TÚ!:
(Sorprendido) ¿Cómo?
ANA-BLANCAFLOR:
¡Qué te he dicho que quiero un helado de tres sabores,
cara de lechuga! ¡Y vete de aquí que no quiero ver más
lo tonto que eres!
¡EH, TÚ! vuelve muy triste a su sitio del fondo del barco, con
su bandeja en la mano.
LARA-NARRADOR UNO:
«Y ¡Eh, tú!, el pobre, se las veía y se las deseaba con ella
para que comiera durante el viaje. Tenía que dar
volteretas, hacerle juegos malabares, y hacer de
caballito, por lo que luego le dolía la espalda por la
noche.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Un día Blancaflor se enfadó porque le llevaban la
contraria, se subió a cubierta, y se tiró al agua ¡Plaffff! Al
verlo, los piratas, sorprendidos, se tiraron detrás para
salvarla.»
DAVID-PIRATA VIGÍA:
(Grita desde un palo mayor del barco, donde está subido)
¡Princesa al agua!
LARA-NARRADOR UNO:
«La princesa, como sabía nadar muy bien, nadó
alrededor del barco y subió por una escalera que había al
otro lado. Pero los piratas que se tiraron detrás de ella no
sabían nadar y tuvieron que sacarlos con unos flotadores
hinchables con cabeza de pato bastante ridículos que
tenían.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Otro problema que tenían es que como a la princesa su
mamá no venía a darle el beso de por las noches,
Blancaflor lloraba, y cantaba una canción muy triste. A
los piratas les daba mucha pena y lloraban también,
bajito y a escondidas, eso sí, porque les daba vergüenza
que los vieran llorar siendo piratas.»
BEGOÑA:
(Al regidor que está en el lateral) Aquí se tiene que hacer
de noche y encenderse las estrellas, recuerda Antonio…
Si ya lo tienes preparado, ponlo…, que lo veamos.
(BEGOÑA habla a los niños) Vamos a probar las luces de
las escenas de noche en el mar…
(Se acerca al lateral donde está el regidor) Y prepara la
canción que va aquí…
(Habla ahora a los niños) Vosotros hacéis el coro de la
princesa, ya lo sabéis. Moveros para los lados, como si
estuvierais en el mar, despacito, al ritmo de la música…
¿Estás preparada tú, Ana?
ANA:
¡Sí…! ¡Ya estoy!
LARA-NARRADOR UNO:
«Dos veces estuvo a punto de naufragar el barco por las
lágrimás que inundaban la cubierta cuando cantaba
Blancaflor, de la pena que les daba. Y los piratas pasaban
unas noches malísimás llorando y sacando a cubos el
agua de las lágrimás y echándola al mar.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Una noche, tratando de solucionar el problema, los
piratas hicieron que ¡Eh, tú! se disfrazara de madre y
entrara cariñoso a dar un beso a la niña, con unas flores
en la mano y una corona para que pareciera una reina.»
DAVID-PIRATA VIGÍA:
(Gritando desde el palo mayor del barco) ¡Atención: la
señora reina!
DIEGO-¡EH, TÚ!:
(Con la voz más aguda y femenina que puede)
¡Princesita! ¡Soy tu mami, vengo a darte el besito de por
las noches!
ANA-BLANCAFLOR:
¡Vete de aquí, que eres tonto de capirote, cara de
tomate!
BEGOÑA:
(Corrige a ANA) Es cara de lechuga, no cara de tomate…
ANA-PRINCESA:
A mí me gusta más cara de tomate.
BEGOÑA:
Ya, pero hay que decir lo que pone el autor en la obra. Si
cada uno dice lo que quiere sería un lío.
(A DIEGO) Y tú, Diego, tienes que asustarte más cuando
te tire el zapato, y dar un grito como que te da, y salir
corriendo.
DIEGO-¡EH, TÚ!:
¡Ay!
Se va corriendo.
BEGOÑA:
Así está muy bien.
(A los narradores) ¡Seguid!
LARA-NARRADOR UNO:
“Iban pasando los días y la princesa aprovechaba para
aprenderse las cosas del barco, zascandileando de acá
para allá, y registrando cada rinconcito.
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Así fue como una mañana encontró en el sótano
pequeño del barco una botella vieja llena de polvo que
tenía algo en su interior.»
ANA-BLANCAFLOR:
¿Qué es esto? Casi no se ve…, voy a limpiarlo a ver…
Lo hace.
ANA-BLANCAFLOR:
«En el sitio donde se anda a cuatro patas…», eso ya lo
tengo. «… que huele más a pies del mundo…», también
lo tengo «… dentro de uno de los hermanos gemelos
pero no iguales…», ¿qué querrá decir eso? «… que van
por el suelo…»
¡Aquí está!
Lee.
DIEGO-¡EH, TÚ!:
¿Me llamabais, princesa?
ANA-BLANCAFLOR:
Sí. ¿Sabes si hay en el barco algún pirata listo que sepa
leer planos complicadísimos?
DIEGO-¡EH, TÚ!:
No. En el barco nadie sabe leer planos ni nada, porque
nadie sabe leer. Pero en el castillo de Amón Sufú donde
vamos hay un cocinero muy listo que antes de cocinero
fue fraile, y que lo raptamos hace años de su convento.
Te digo quién es cuando lleguemos si no me tiras más
zapatos a la cabeza y me prometes que te comerás todo
lo que te traiga sin protestar.
ANA-BLANCAFLOR:
Trato hecho, cara de lechuga. A partir de hoy somos
compañeros.
LARA-NARRADOR UNO:
«La princesa se quedó encantada haciendo planes de lo
que iba a hacer con su plano del tesoro.»
DANIEL-NARRADOR-DOS:
«Mientras tanto, el capitán pirata Amón Sufú Caradura y
Feuz como le gustaba mucho Blancaflor quería hacerse
su novio, y se vestía cada día con lo mejor que tenía y se
iba a dar una vuelta cerca de su cuarto para
impresionarla.»
DAVID-PIRATA VIGÍA:
(Anuncia subido a su palo mayor) ¡El capitán Amón
vestido con la ropa de los domingos!
TASIO-CAPITÁN PIRATA:
¡Pgincesa…!
Carraspea nervioso, y habla con un acento muy raro y
cómico.
BLANCAFLOR:
¡Eso te lo metes tú por la nariz…, o por donde te quepa,
con lo que pinchan, cara de mono!
Se va la PRINCESA muy enfadada, el CAPITÁN se queda muy
furioso, pataleando, y se ríen los niños que miran la escena.
BEGOÑA:
(Entra de nuevo en el ensayo) Tienes que patalear más
fuerte, Tasio, muy furioso porque te rechaza la princesa…
Así…
BEGOÑA:
¡Bueno, vale! ¡Alto! ¡Que van a creer que se hunde el
teatro! ¡Ya veo que sabéis todos patalear muy bien!
Ahora pasamos al final del primer acto, al coro de la
canción a la vida libre de los piratas cuando van por el
mar.
(Habla hacia el lateral) ¡Antonio, la luz, cámbiala…, pon
lo que tenemos para el sol! ¡Y que entre la música!
BEGOÑA:
¡Vamos a empezar con la segunda parte…! ¡Atentos! A
ver, vamos a recordar unas cuantas cosas: tenéis que
concentraros en lo que hacéis, no podéis taparos unos a
otros, poneros que se os vea, hablar alto, con tono
teatral, y pensar y sentir lo que decís, no habléis como
los loros, mecánicamente. Intentar estar en la situación
del personaje. Y sin hacer pausas, despacio y claro pero
todo seguido, empalmando cada uno con el anterior que
habla. Recordar los cinco «ques» que os digo siempre:
que se vea, que se oiga, que se entienda, que se sienta
lo que se dice, y que vaya seguido todo. ¿Está claro? ¿Y
estáis preparados? Pues a empezar.
SUSANA:
¿Aquí yo qué hago? Porque en la primera parte lo único
que he hecho ha sido tirar de la cuerda del zapato…
BEGOÑA:
Y los coros… Has hecho de pirata…
SUSANA:
Ya, pero los coros son un rollo.
BEGOÑA:
Ya os he dicho que los coros son lo más importante de
esta obra. Además, ahora en la segunda parte haces de
Zarraspa. Y Isabel de Amanda, las dos cuidadoras de la
princesa Blancaflor en el castillo de Amón.
SUSANA:
Pero esos papeles sólo salen en la segunda parte…
FERNANDO:
Yo, como hago de rey en la primera parte, en la segunda
hago de fraile… ¿a que sí?
ISABEL:
Y yo de reina, igual…
TASIO:
A mí me toca hacer el capitán pirata, y me tengo que
pintar toda la cara para ponerme feo…
LARA:
Es verdad, que Tasio no sé por qué tiene que hacer de
feo, si es guapo…
ISABEL:
(Riéndose) Cómo tú estás por él…
BEGOÑA:
Bueno, basta ya de poner pegas. La obra la hacemos
entre todos y no importa el papel que hace cada uno.
Además ya os he dicho que vamos a cambiarlos, unos
días ensayaréis un papel y otros días otro. Y cuando la
representemos a fin de curso lo mismo, como la haremos
varios días cambiaréis los papeles. Tenéis que
aprendéroslos todos.
DANIEL:
Claro…, a mí no me gustaba ser el narrador, que hay que
aprenderse un montón de papel de memoria, y si me lo
dicen pues lo hago…
LARA:
Pero es verdad, Begoña, que dijiste que la princesa la
íbamos a hacer unos días una y otros días otra…, y ahora
todos los días lo hace Ana.
BEGOÑA:
Sí, pero ya la ensayaréis las demás… ¿vale? Ahora vamos
a seguir. Empezamos con la canción de la cautiva,
cuando Blancaflor se queja de estar prisionera en el
castillo del desierto del pirata Amón.
(Pregunta al lateral, al REGIDOR que nunca vemos) ¿Está
preparada la luz del castillo?
(Habla a los niños) Como sólo tenemos esta torre, que las
otras las están haciendo, he puesto estas escaleras para
subirse a hablar desde ellas, y por debajo es como si
fueran las puertas para pasar.
FERNANDO:
(Debajo de una escalera) ¿Estas son las puertas del
castillo?
BEGOÑA:
¡Sí! ¿Os habéis enterado? Todo esto es el castillo del
pirata Amón. Tened cuidado y no tropecéis y se os caiga
algo encima. Empiezas tú con la canción, Ana. Vosotras,
Isabel y Susana estáis ahí con ella, de cuidadoras de la
princesa, y hacéis el coro y cantáis también. ¿Está claro?
(A ANA, mientras la coloca en el centro del escenario, al
pie de una escalera) La princesa canta en lo alto de la
almena… Como en esa torre no te puedes subir porque
no tiene nada por detrás, te subes a esta escalera.
ANA:
¿Aquí estoy bien?
BEGOÑA:
Sí… Colocaros bien y cuidado, no os mováis mucho no os
vayáis a caer ¡Bueno, vamos…!
(Habla hacia el lateral) ¡La música de la canción de la
cautiva, por favor…!
LA CANCIÓN DE LA CAUTIVA:
«La vida de una cautiva
es muy triste y dolorosa,
pues hay que andar entre arena,
y no en jardines de rosas.
La vida de una cautiva
está muy llena de penas,
pues son malas las comidas,
y son peores las cenas.
La vida de una cautiva
es muy dura de llevar,
pues vives en el desierto
después de cruzar el mar.
La vida de una cautiva
ganas te da de llorar,
y las penitas que tienes
salen en este cantar.»
BEGOÑA:
Muy bien. Habéis cantado muy bien. Ahora seguís los
narradores.
LARA-NARRADOR UNO:
«Al terminar la canción unas lágrimás resbalaron por la
cara de Blancaflor, y al caer sobre la arena fueron
naciendo miles de pequeñas flores de colores en mitad
de la arena del desierto. Y la princesa siguió llorando, y
las flores siguieron creciendo alrededor de su almena
durante un largo rato.»
BEGOÑA:
(A los demás niños) Ahora tocar todos las campanitas
que tenéis, como si fueran las lágrimás al caer…
despacio…
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Desde entonces se conoce aquel lugar con el nombre de
El jardín del desierto, por las flores que hay rodeando esa
torre del castillo, formando una alfombra de bellos
colores para asombro de todos los que pasan por allí.»
BEGOÑA se acerca a la escalera.
BEGOÑA:
Aquí tienes que llorar Ana, o hacer como que lloras al
menos. Lo que se dice en el escenario tiene que verse.
Tienes que pensar que te pasa a ti, como si tú fueras la
princesa y estuvieras en esa situación, y sentirlo.
(A SUSANA e ISABEL) Y vosotras también, sus
acompañantes, de la pena que os da. Y todos los demás
niños echáis las flores que tenéis…
DAVID:
¡Bien! Esta es la escena que más me mola…
FERNANDO:
Ya, porque tú haces el héroe, Jonathan…
DAVID:
También me gusta mucho hacer de cocinero… Estoy todo
el día cantando esa canción en mi casa. En cuanto me
siento a comer cojo la cuchara y empiezo a golpear el
plato, y mi padre me dice que me calle, que no de la lata.
FERNANDO:
Yo también la canto muchas veces cuando como, lo que
pasa es que ahora no me acuerdo… ¿Cómo empieza?
DAVID:
(Apuntándole) «Hay que darle vueltas, con el cucharón, a
los macarrones del gran cazuelón…», ¡que no te enteras!
ANA-BLANCAFLOR:
Me han dicho que eres muy listo, así que seguro que
sabes como puedo huir de aquí y volver con mis padres.
FERNANDO-FRAILE:
Eso es muy difícil niña, necesitaríamos tener mucho
dinero para pagar a los guardias, y comprar un barco…
ANA-BLANCAFLOR:
Bueno, esa es otra cosa muy importante que tenía que
decirte. He encontrado un plano de un tesoro que hay en
este castillo, pero no sé descifrar planos, Necesito que
me ayudes. Mira.
FERNANDO-FRAILE:
Por el pergamino y la tinta parece un plano auténtico…
Vamos a ver… Está en una lengua pirata muy antigua…
pero yo sé traducirla… A ver…, aquí pone…, sí… ¡Ya lo
tengo!: «El oro está enjaulado, quien lo desenjaulará, el
desenjaulador que ose llegar al oso y lo desenjaule,
muchos peligrosos abrazos tendrá».
ANA-BLANCAFLOR:
¿Y eso qué quiere decir?
FERNANDO-FRAILE:
(Pensativo) «… Que ose llegar al oso…, muchos peligroso
abrazos tendrá…» ¡Ya lo tengo! En los sótanos del castillo
hay una jaula con un oso que llaman el oso amoroso,
porque se enamora del primero que ve cuando se escapa
y le da abrazos sin parar. El tesoro debe estar escondido
dentro de la jaula, porque nadie se atreve a entrar allí.
ANA-BLANCAFLOR:
Entonces tenemos que ir allí, entrar nosotros y coger el
tesoro y escaparnos,
FERNANDO-FRAILE:
Sí, eso parece…, pero tú eres una delicada princesa, y yo
un fraile viejo y flacucho. ¿Cómo podemos enfrentarnos a
los peligros que tendremos en esa aventura? ¡Ya lo
tengo! Necesitamos un héroe que nos ayude, como pasa
en todas las historias.
DIEGO-¡EH, TÚ!:
(Acercándose a ellos) ¡Lo he oído todo! ¡Queréis
escaparos!
FERNANDO-FRAILE:
¡Estamos perdidos…!
DIEGO-¡EH, TÚ!:
No os asustéis que no voy a contárselo a nadie. Y
además puedo ayudaros a buscar el héroe ese que
necesitáis para huir, pero con una condición…
ANA-BLANCAFLOR:
¿Cuál? ¡A ver…! ¡Dilo!
DIEGO-¡EH, TÚ!:
Que cuando os escapéis de aquí me llevéis con vosotros.
Estoy harto de hacer los recados a los demás piratas y de
recibir patadas del capitán Amón.
ANA-BLANCAFLOR:
Trato hecho. Te vienes a mi palacio con nosotros, pero
nos tienes que ayudar a encontrar a un héroe.
DIEGO-¡EH, TÚ!:
Yo conozco uno que vive aquí cerca que es muy valiente.
No es pirata, fue traído prisionero hace años, cuando era
pequeño. Y se lo dieron a tus criadas, Zarraspa y Amanda
para que lo cuidaran. Gana los torneos que se hacen en
el castillo y al que le pide un favor, aunque sea peligroso,
siempre se lo hace. Se llama Jonathan, y es joven y
fuerte.
FERNANDO-FRAILE:
¡Estupendo! ¡Sí! Ese nos servirá, princesa. Ahora el único
problema es descubrir como podemos entrar en la jaula
del oso sin que se enamore de nosotros y nos mate a
besos… ¡Ya lo tengo! Necesitamos un cuadro con la cara
del pirata Amón.
DIEGO-¡EH, TÚ!:
En el castillo no hay ninguno, me parece. Como es tan
feo no le gusta que le pinten.
DIEGO-FRAILE:
Tenemos que conseguirlo como sea. Tú, princesa, te
encargas de eso, y tú, ¡eh, tú!, de convencer al héroe
para que nos ayude. Yo voy a organizar todos los
preparativos para la fuga. Dentro de tres días, por la
noche, cuando se oculte la luna, quedamos debajo del
torreón.
Salen los tres, cada uno por un lado. Los niños se llevan la
gran cazuela y sacan una cama llena de sedas y adornos
orientales, ayudados por BEGOÑA. Mientras tanto los
NARRADORES siguen contando la historia.
LARA-NARRADOR UNO:
«Al volver Blancaflor a sus habitaciones sus cuidadoras,
Amanda y Zarraspa, le dijeron que había venido a
visitarla Amón Sufú Caradura y Feuz, con un ramo de
cactus en la mano, que como sabéis es la flor del
desierto que siempre le llevaba a la princesa.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«La princesa se acordó del encargo que le había hecho el
fraile, y dijo a sus criadas que le pasaran el recado de
que quería hablar con él.»
TASIO-AMÓN:
Pgincesa cgistiana, gustas mucho tú a Amón aunque
tengas piel blanca como leche camello. Quegeg hacegme
novio tuyo si no te pareceg mal, y llevagte de paseo por
desiegto por las tagdes mucho bueno yo. Y tgaeg floges
cactus bunito mucho que cogido, aunque duele clavado
pinchos al agancarlos.
ANA-BLANCAFLOR:
¿Puedo pedirte que me hagas un regalo que quiero,
capitán Amón?
TASIO-AMÓN:
Si pedig estgellas figmamento Amón sube en escalega
gande y baja estrellas para tu. Si pedir concha de mag
Amón tgaeg mag a tus pies. Si diamante escondido
montaña tgaigo montaña. Si quegeg palmega gigante
tgaigo oasis a tu cuagto…
ANA-BLANCAFLOR:
Bueno, corta ya, no te pongas pesadito que no quiero
ninguna de esas cosas tan raras que dices. No quiero
estrellas, ni conchas, ni diamantes, ni palmeras… Quiero
una cosa más facilita: una pintura tuya que se te vea tu
cara para tenerla en mi cuarto. Pero la quiero antes de
tres días.
TASIO-AMON:
(Muy contento) ¿Pintura mía quegeg? ¡Sí! ¡Voy cogiendo
a haceg para traeg gegalo!
TASIO-AMÓN:
“Como seg tan feo Amón, la princesa blanca quiege
cuadgo para verme siempre y teneg en corazón. Como
seg tan feo Amón, seg capitán de pigatas jefe en barco y
en castillo, y mando en su cogazón. Como seg tan feo
Amón, gano todos los concugsos de feos en el desiegto
que hay en toda esta región. Como seg tan feo Amón,
me casagué con pgincesa ya que de todos los feos cgeo
que soy el campeón.
LARA-NARRADOR-UNO:
«La princesa soltó los cactus en cuanto él se fue, pues
los pinchos le hacían un daño terrible. Y vio cómo unas
gotitas de sangre salían de la piel de sus manos.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Zarraspa y Amanda le lavaron las heridas, le pusieron
unas hojas de zanahoria curativa —allí no había tiritas de
las que nos ponen ahora cuando nos hacemos una herida
—, la llevaron a su cama, y para que pudiera dormir le
recitaron unos versos que le habían escrito muy
bonitos.»
ZARRASPA:
«Un pirata poderoso
a la princesa raptó
y la encerró en su palacio
y su amor le declaró.
AMANDA:
»Ella le dijo, asustada,
que lo tenía que pensar
para, mientras lo pensaba,
tratar así de escapar.
ZARRASPA:
»Dos criadas que tenía
la querían ayudar,
a fugarse del palacio
para a su casa llegar.
AMANDA:
»Pues a la linda princesa
ellas amor tenían ya,
como si una hija fuera
que les trajera la mar.»
LARA-NARRADOR UNO:
«Y Zarraspa y Amanda dieron un beso en la frente a la
princesita, que ya dormía…»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«… Y salieron de puntillas de la habitación para no
despertarla.»
Hacen las dos CUIDADORAS de la PRINCESA lo que dicen
los NARRADORES. BEGOÑA se mete en el escenario
desde donde miraba el ensayo.
BEGOÑA:
Muy bien, estupendo todos… Los versos del romance así,
despacito, como si fueran una nana… Y esas dos frases
las tenéis que decir los narradores más bajitas, como
susurradas para que no se despierte la princesa.
Repetirlas, a ver…
LARA-NARRADOR UNO:
(Muy bajito) «Y Zarraspa y Amanda dieron un beso en la
frente a la princesita, que ya dormía…»
DANIEL-NARRADOR DOS:
(Muy bajito) «… Y salieron de puntillas de la habitación
para no despertarla».
BEGOÑA:
Muy bien ahora. Tenemos que sacar contrastes, cada
cosa de una manera para que no sea todo igual… ¡Ah, y
otra cosa! Ana, has dicho antes al capitán pirata Amón
«corta ya», que no viene en la obra…
Le enseña el libreto.
ANA:
Ya, pero es que es un pesado, se enrolla…
BEGOÑA:
Tenéis que decir lo que pone en la obra, solo eso…
Bueno, pero ha estado todo muy bien. Vamos ahora a
cuando se conocen los enamorados y encuentran el
tesoro. Sacar la jaula del oso amoroso, y los demás
prepararos para ese momento. ¡Ana, el cuadro del
capitán Amón…! ¿Lo tienes?
ANA:
Sí, aquí está…
BEGOÑA:
Susana, tú tienes que ponerte la cabeza y hacer el oso…
SUSANA:
Yo no quiero hacer de oso, que me da vergüenza…
BEGOÑA:
Pero eres la única que está libre en ese momento, tienes
que hacerlo…
DANIEL:
Déjalo, Begoña, que presente esa parte Lara sola y lo
hago yo, si quieres, a mí no me importa.
SUSANA:
¡Bueno! ¡Lo haré yo! ¡Pero no me hace ninguna gracia
vestirme de oso para se que rían todos, para que lo
sepáis!
BEGOÑA:
Muy bien, gracias Susana. El teatro es un trabajo en
equipo, y lo importante no son los papeles que hacemos
sino la obra ¿comprendéis?
SUSANA:
¡Ya!
(Mirando la cabeza de oso de mal humor) ¡Pero es que
este oso es feísimo!
BEGOÑA:
¡Seguimos! ¡Vamos…, presentadores!
LARA-NARRADOR UNO:
«A partir de ese momento la princesa tuvo que tener
mucho cuidado, porque, allí donde iba, se encontraba a
Amón detrás de ella. No hay nada peor que un pirata
enamorado que en vez de dibujar corazoncitos y esas
tonterías, regala cactus y te mira con cara de bobo por
todo su castillo.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«De esta manera fueron pasando los días de forma
bastante entretenida: la princesa huyendo del pirata feo,
el fraile planeando la fuga, y ¡Eh, tú! cogiendo a
hurtadillas víveres para el viaje y convenciendo al héroe
Jonathan para que les ayudara. Y así, entre unas cosas y
otras, llegó el día en que habían decidido fugarse. Bueno,
la noche.»
FERNANDO:
¿Damos ya las linternas?
BEGOÑA:
Sí, sí…, encendedlas ya.
SUSANA:
En la época de los piratas no había linternas…
BEGOÑA:
No importa, esto es teatro, y queda muy bien. Así los
personajes ven en la noche y hay un clima de misterio,
como de escaparse. Tened cuidado no iluminar hacia el
público, tenéis que iluminaros a las caras unos a otros,
para que se os vea, sobre todo al que está hablando en
ese momento…, ¿está claro…? ¡Seguid con el texto! ¡Te
toca, Diego!
DIEGO-¡EH, TÚ!:
Princesa, este es el héroe de que te hablé. Él nos
ayudara a encontrar el tesoro y a escaparnos del castillo.
Se llama Jonathan.
ANA-BLANCAFLOR:
(Colorada y tímida al ver a JONATHAN) ¡Ho…o…la…la Jo…
jo…na…na…than! Muuuu…chassss gra…gra….ci…ci..as.
JONATHAN:
(Colorado y tímido al ver a la PRINCESA) ¡Hoo…ooo…la…
la prin…prin…ce…ce…sa… !He…he…ve…ni…ni…do…
he…ve….ni…ni…do…do…pa…pa…ra…ra a… a…
DIEGO-¡HE, TÚ!:
Ha venido para ayudarnos, que si lo dice él vamos a
estar aquí una hora.
FERNANDO-FRAILE:
Tenemos que darnos prisa y bajar a los sótanos donde
está el oso amoroso antes de que nos vea la guardia.
(A la PRINCESA) ¿Has traído el cuadro del pirata Amón
que te dije?
ANA-BLANCAFLOR:
Sí, me lo ha traído esta mañana. Está tan feísimo como
él. Lo tiene Amanda.
ISABEL-AMANDA:
Aquí está.
FERNANDO-FRAILE:
Pues vamos a los sótanos del castillo. Rápido.
Empiezan a dar vueltas por el escenario como si bajaran
escaleras. Los dos últimos van la PRINCESA y JONATHAN,
que se lanzan miradas muy tiernas de enamorados el
uno al otro.
LARA-NARRADOR-UNO:
«Con mucho cuidado, para que no los vieran los
centinelas, bajaron a los sótanos del castillo. En una
bolsa llevaban todo lo necesario para superar los
obstáculos que encontrarían, y de ella sacaron una
palanca para abrir la puerta de hierro que costaba mucho
trabajo abrirla.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Y de pronto se encontraron delante de la jaula del gran
oso amoroso…»
FERNANDO-FRAILE:
Bueno, ya nos hemos librado del oso…
ANA-BLANCAFLOR:
¡El tesoro…!
TODOS:
¡El tesoro!
Salen todos del escenario con el cofre del tesoro, los dos
últimos la PRINCESA y JONATHAN, como dice el NARRADOR.
BEGOÑA entra en el escenario. Sube la luz.
BEGOÑA:
Esto lo tenemos que ensayar más, está un poco sucio,
pasan muchas cosas a la vez y no se entiende bien. Y
cuidado donde ilumináis con las linternas, no las mováis
para los lados, que mareáis. Y apagarlas ya, que ahora
no hacen falta. En el escenario hay que hacer primero
una cosa y luego la que sigue, no todo a la vez, si no, no
se enteran los espectadores. Y cuando habla uno los
demás tienen que estar atentos a él, escuchando lo que
dice y quietos, no cada uno pensando en lo suyo. Tú
tienes que estar mucho más enamorada, Ana…
ANA:
¿Y me enamoro así de él, nada más verle? Casi no le
conozco de nada…
DAVID:
Ni yo a ella. Salgo y sin hablar ni nada, solo tartamudeo
un poco…, y ya está: enamorado.
FERNANDO:
Pero David, si tú estás por Ana desde siempre, que lo
sabe todo el mundo.
DAVID:
(Muy nervioso) ¿Tú eres tonto, Fernando? Yo no estoy por
nadie, para que lo sepas… Además eso a ti no te
importa. Tú sí que estás por Susana, así que cállate.
SUSANA:
¿Este por mí? ¡Vamos anda!
(A FERNANDO) Lo que me faltaba a mí. Pues no te hagas
ilusiones…
FERNANDO:
Pero si yo no te he dicho nada…
BEGOÑA:
¡Basta, ya…! Que vosotros os distraéis con cualquier
cosa. Vamos a la obra. No importa si la princesa y el
héroe hablan mucho o poco, o si se conocen o no. En el
teatro todo pasa muy deprisa, en muy poco tiempo
tienen que ocurrir muchísimás cosas. Se ven y están
enamorados. De golpe.
ISABEL:
En la vida también pasa algunas veces. A una amiga mía
que yo conozco muy simpática, le pasó con un vecino
suyo, que le vio en la escalera una vez y se enamoró.
BEGOÑA:
¡Bueno…! ¡No te enfades, Isabel! Date cuenta que ahora
no nos podemos poder a contar cosas de nuestras vidas,
que tenemos que seguir el ensayo y terminar la obra…,
con la escena cuando se escapan. Tenéis que sacar de
aquí entre todos, y con cuidado, la torre, las escaleras y
la jaula, y dejar el escenario vacío para la escena final.
BEGOÑA:
¡Esperad, esperad…! ¡Un momento! ¡Qué lío! No
podemos parar la obra para quitar las cosas. Lo que
hacemos es que mientras lo quitáis, despacio y sin hacer
ruido, a cámara lenta, delante los narradores van
contando el fin de la historia…, y tú cantas, Ana, la
canción de la princesa del regreso a su casa. ¿Está claro?
¿Lo entendéis bien? ¡Y recordad lo de la mano apuntando
al barco!
(Habla hacia el lateral) ¡Prepara la música, Antonio…!
LARA-NARRADOR UNO:
«Todo salió bien para nuestros amigos: se escaparon del
castillo y llegaron al puerto donde compraron un barco y
contrataron una tripulación que había preparado el fraile
con conocidos suyos.»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Y al amanecer partieron rumbo al palacio de la princesa
sin que nadie se diera cuenta. Y los que trataron de
impedirlo para eso llevaban un héroe con ellos que se
encargó de resolverlo todo.»
Señalan los niños con sus manos la silueta del barco que se
aleja por el fondo, mientras cantan.
TODOS:
«¡Ay, que contenta Blancaflor está de poderse escapar,
y que su cautiverio y sus penas hayan quedado atrás!
ANA-BLANCAFLOR:
»Hacia mi palacio vamos en esta embarcación,
con la que huimos felices del pirata feo Amón.
Que me robó de mis padres y a su castillo llevó,
y encima quería casarse conmigo, el muy ladrón.”
TODOS:
»¡Ay, que contenta Blancaflor está de poderse escapar,
y que su cautiverio y sus penas hayan quedado atrás”
ANA-BLANCAFLOR:
»¡Eh, tú! hace la comida, ¡el fraile lleva el timón,
¡Jonathan hace la guardia ¡y reina en mi corazón.
Venid peces a escuchar las notas de mi canción
que se posan sobre el mar que surca este galeón.”
TODOS:
»¡Ay, qué contenta Blancaflor está de poderse escapar,
y con ese tesoro y sus amigos a su casa llegar!»
LARA-NARRADOR UNO:
«¿A que no sabéis porque no podía perseguirlos el pirata
Amón y tuvo que dejarlos escapar?»
DANIEL-NARRADOR DOS:
«Porque estaba muy ocupado huyendo del oso amoroso
que quería comérselo a besos, y tuvo que salir corriendo
por mitad del desierto con él detrás.»
TASIO-AMÓN:
¡Socorro!
SUSANA-OSO:
¡Grrrrrrr…¡
BEGOÑA:
¡Muy bien…! Ha estado estupendo. Ahora todos al
escenario para ensayar la canción final y hemos
terminado. Poneros en una fila frente al público, como os
marqué el otro día. Ana y Jonathan en el centro y de la
mano, los demás a los lados… ¡Y alegres! ¡A ver esas
caras! En el teatro no puede parecer que estamos
cansados, o aburridos… Tenemos que ofrecer al público
la mejor de nuestras sonrisas… Nos tienen que ver
felices y dichosos de hacer teatro para ellos.
CANCIÓN FINAL:
¡Viva el teatro, que nos enseña a jugar,
y a interpretar, a cantar y a bailar!
¡Viva el teatro, que es un arte milenario
y hace salir la imaginación en el escenario!
¡Viva el teatro, lleno de fiesta, amor y fantasía
que se repiten en escena cada día!
¡Viva el teatro, compuesto de sueños y verdad
que lleva siglos divirtiendo a la humanidad!
¡Viva el teatro, y los que lo hacen: actores
y autores músicos, técnicos y directores!
¡Y digamos ahora juntos a gritos, y mucho rato,
también los espectadores: ¡Qué viva! ¡Viva el teatro!
FIN
JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS (Valladolid, 1942) es un
dramaturgo, director escénico, guionista y narrador español.
Se trasladó a Madrid en 1959, donde se licenció en Filosofía
y Letras por la Universidad Complutense y mucho más tarde
en la futura Facultad de Ciencias de la Información.
Comenzó a interesarse por el mundo de la interpretación,
recibiendo clases de William Layton en el Teatro Estudio de
Madrid. Se unió al grupo Tábano, participando en la
experiencia de la Castañuela 70. Continuó colaborando con
el Teatro Experimental Independiente y el Teatro Estable
Castellano. Paralelamente, en 1971 fundó la Asociación
Teatro Libre, que lideró hasta su disolución diez años
después. Su primer estreno como autor se produce en 1975
con ¡Viva el Duque, nuestro dueño! En 1988 fundó la
productora teatral Pentación, con Gerardo Malla y Rafael
Álvarez.
Ha escrito guiones de cine, series de televisión, narrativa
infantil y novelas. Sus obras han sido editadas tanto en
España como en el extranjero y se han publicado también
ediciones críticas de varias de sus obras. Ha dirigido más de
una treintena de obras teatrales de autores como Bertolt
Brecht, Aristófanes, Synge, Calderón, Pío Baroja, Valle
Inclán, Plauto, Shakespeare, Carlos Arniches…, así como
varios de sus propios textos. Ostenta la Cátedra de Escritura
Dramática en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de
Madrid. Desde junio de 2000 es director de la Compañía
Nacional de Teatro Clásico. En el ámbito teórico ha escrito
ensayos y artículos de investigación teatral en la revista
Primer Acto, de la que es redactor, y en la prensa general.
Asimismo, es autor, junto con Fermín Cabal, del libro de
ensayo El teatro español de los 80 y de un importante
tratado sobre el texto dramático, La escritura dramática
(1998).
Ha sido galardonado, entre otros, con los premios:
Premio Nacional de Teatro, Tirso de Molina, Mayte, Rojas
Zorrilla, Aguilar, Baco de Andalucía, Ciudad de Valladolid,
Medalla de Oro de Teatro de Valladolid, Asociación
Espectadores de Alicante, Ciudad de Cazorla, Muestra de
Autores Contemporáneos de Alicante, Premio Max, y Premio
Castilla y León de las de las Letras 2009.