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Revista ACTUALIDAD JURIDICA N° 1 7 - Enero 2008 Universidad del Desarrollo

Las denominaciones de origen en México

Iris del Rocío Orozco Argote


Licenciada en Derecho, Master en Derecho Corporativo
Universidad de Guadalajara,
Doctoranda en Derecho por el doctorado Interinstitucional
en Derecho de la ANUIES.
Abogada consultora de las denominaciones de origen
Teguila, Charanda y Café Chiapas.
Profesora en Universidad de Guadalajara

Diferentes tipos de indicaciones de procedencia geográfica de


productos

El afán del hombre por mantenerse siempre vinculado con su lugar de origen,
retomando las tradiciones de su pueblo, su gente, la gastronomía típica, su
cultura, instituciones y más, es un sentimiento que de alguna manera crea
entre el individuo y su medio geográfico un estrecho vínculo. Tal vez esta sea
la razón por la que se ha designado a diversos productos con los nombres de
sus lugares de procedencia, como símbolo de exaltación de las bondades de
esa tierra de origen, de su gente y de sus tradiciones, características que for­
zosamente se verán reflejadas en el producto final.1

Pero en esta tendencia identificadora se pueden distinguir sutiles diferencias,


que han dado lugar a diferentes figuras jurídicas del origen y la calidad, ver­
bigracia: denominaciones de origen controladas, denominaciones de origen,
indicaciones geográficas, indicaciones de procedencia, etc. Y digo que de
diferente índole, puesto que no existe a nivel mundial una homogeneidad en
la conceptualización de éstos signos distintivos, por lo que surgen entonces
diversas acepciones y figuras, que variarán conforme a los diversos sistemas
jurídicos.

Se dice que desde la segunda mitad del siglo XIX empezó a ser más usual em­
plear los nombres de las regiones geográficas para designar productos como

1 BOTANA ACRA, José Manuel. Tratado de Derecho Mercantil. Las Denominaciones de Origen. Tomo
XX, Vol. 2o, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales. Madrid, 2001, p. 1 7.

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medio de identificación. Es así como esta práctica empezó a ser más usual con
referencia especialmente a los productos dotados de propiedades singulares
debidas al lugar de su extracción, producción o cultivo -el empleo de indicacio­
nes geográficas como signos identificativos de productos- indicaciones que en
ocasiones eran las únicas que los designaban.2

González Botija comenta al respecto que: La denominación de origen se fue


generando en el transcurso de la historia en forma espontánea; a medida que
los productores, comerciantes y consumidores descubrieron que ciertos produc­
tos de zonas determinadas reunían cualidades particulares, diferenciales de
los de otras zonas, comenzando a identificarlos y denominarlos con el nombre
geográfico de su lugar o zona de procedencia.3

Es así como la indicación geográfica pasó a cumplir la función de informar al


consumidor sobre el origen geográfico del producto, y de atraer hacia éste sus
preferencias, constituyendo así uno de los mecanismos de diferenciación de
productos en el mercado.

En efecto, además de proporcionar información sobre el origen geográfico


de los productos a los que se aplican, las indicaciones geográficas informan
también, las más de las veces, de la presencia de especiales cualidades en esos
productos, derivadas, con más o menos exclusividad, de aquel origen, convir­
tiéndose de este modo en elementos de selección frente a otros productos de
igual naturaleza.4

Este tipo de práctica comercial trajo consigo una serie de beneficios:

a) De tipo social, al exaltar y dignificar los procesos de producción y cualidades


de una región geográfica determinada, su tierra y su gente;

b) Publicitarios, al lograr que los productos con denominación de origen


obtuvieran buena fama entre los diversos productos competidores de otras
regiones del mundo y encontraran un público consumidor atento a verificar
la procedencia de los mismos y;

c) Económicos, al posicionar en el mercado a los productos con denominación


de origen, incrementando las ventas de los productores de las regiones
protegidas.

2 Ibidem, p. 1 8.
3 GONZALEZ BOTIJA, Fernando. El Régimen Jurídico de los vinos de calidad producidos en regiones
determinadas. Ed. Atelier. Barcelona, España, 2003, pp. 25 y 26.
4 BOTANA AGRA, José Manuel. Tratado de Derecho Mercantil. Las Denominaciones de Origen. Tomo
XX, Vol. 2°, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales. Madrid, 2001, p. 18.

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El avance de éstos signos distintivos ha sido tal, que paulatinamente se ha


ido redimensionando en todo el mundo la importancia y los beneficios que
conlleva proteger las indicaciones geográficas, indicaciones de procedencia,
denominaciones de origen y demás signos distintivos del origen y la calidad,
y a la fecha no ha cesado la preocupación por crear las condiciones jurídicas
propicias en los derechos internos y en el derecho internacional para otorgar
una eficaz protección de las mismas, y dar seguridad y certeza jurídica, tanto
a los gobiernos, como a los productores y a los consumidores.

Clasificación de las indicaciones geográficas

Manuel José Botana Agrá, en su obra denominada las denominaciones de origen,


comenta una interesante división de las indicaciones geográficas (forma gráfica,
denominativa, o mixta) que pueden clasificarse de acuerdo a dos criterios:

a) atendiendo a su composición, y
b) atendiendo a sus funciones.

Conforme al primero de estos principios, las indicaciones geográficas pueden


a su vez dividirse en:

a) Indicaciones geográficas directas: son aquellas que están formadas por la


denominación geográfica, de tal forma que evoca el lugar de procedencia
del producto de manera inmediata en la mente del consumidor, es decir, la
designación del producto o el propio producto incluyen un nombre geográ­
fico (Tequila, Champagne), un adjetivo de localización (cerveza alemana)
o una mención como "fabricado en" (made in USA);5

b) Indicaciones geográficas indirectas: Son las que están constituidas por men­
ciones, representaciones gráficas, signos, figuras, símbolos o cualquier otro
signo, que sin incluir expresamente el nombre o denominación con el que
se ha designado un lugar, localidad, o región, evocan también, al igual que
las anteriores, el lugar de procedencia del producto de manera inmediata en
la mente del consumidor; van provistos de determinados signos típicamente
ligados a su procedencia y sacados del folclore, de la tradición de un país o de
una determinada localidad",6 por ejemplo, la bandera de un país, el diseño
de un edificio o alguna estampa típica, la reproducción de un paisaje ca­
racterístico, etc.

5 MATERRA, Alfonso. El Mercado Único Europeo. Sus reglas, su funcionamiento. Ed. Civitas S.A., Madrid,
1991, p. 445.
6 ídem.

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Así mismo, las indicaciones geográficas, desde el punto de vista de sus funcio­
nes, pueden clasificarse en:

a) Indicaciones de procedencia, y
b) Denominaciones de origen.

Las primeras son indicaciones geográficas cuya función consiste simplemente


en informar sobre el lugar en el que el correspondiente producto es extraído,
producido, cultivado o elaborado, por ejemplo: guitarras de Paracho, cobre
de Santa Clara, equípales de Jalisco, queso Oaxaca, etc.

Las segundas, en cambio, son indicaciones geográficas directas, que además de


proporcionar información sobre la procedencia geográfica del producto, suscitan
en la mente del público la idea de que en el producto de que se trata concurren
ciertas cualidades o características que son debidas, en mayor o menor grado, al
medio geográfico, y que lo discriminan positivamente de los otros productos de
igual especie o naturaleza,7 por ejemplo: Tequila, Mezcal, Talavera, Bacanora,
Charanda, Sotol, Olinalá, Ambar de Chiapas, Café de Chiapas, Mango Ataúlfo,
Café Veracruz, etc.

Funciones de la denominación de origen

Las denominaciones de origen tienen básicamente 4 funciones, que se citan


a continuación:

Función indicadora de procedencia

Cumpliendo su función de indicación geográfica, la denominación de origen


vincula directamente al producto con su lugar de procedencia, de manera
que el consumidor lo ubica territorialmente de forma inmediata. No sólo va a
identificar la procedencia de un determinado producto, sino que en la mayoría
de los casos, va a constituirse en el nombre del mismo.8

La función indicadora de calidad

De la propia definición de denominación de origen contenida en el artículo 156


de la Ley de Propiedad Industrial de México, inspirada en la definición adoptada

7 BOTANA AGRA, José Manuel. Tratado de Derecho Mercantil. Las Denominaciones de Origen. Tomo
XX, Vol. 2°, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales. Madrid, 2001, p. 19.
8 JIMENEZ BLANCO, Pilar. Las Denominaciones de origen en el derecho del comercio internacional. Co­
lección de Estudios Internacionales. Tomo XIII. Ed. Eurolex. Madrid, España, 1996, p. 52.

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en el tratado de Lisboa, se deduce que estos signos distintivos no sólo vinculan


a los productos amparados con su lugar de procedencia geográfica, sino que
también informan a los consumidores sobre ciertas características y cualidades
especiales, atribuidas exclusivamente al medio geográfico, comprendiendo en
ella los factores naturales y humanos, características que lo singularizan de los
productos restantes del mismo género.

Esto significa que dichas características "singulares", que el producto posee,


no concurren en productos congéneres, y que es precisamente lo que lo hace
merecedor del gusto y la preferencia de los consumidores.

En esta función podemos observar dos aristas: la de informar que el producto


posee propiedades singulares debidas a factores naturales y/o humanos del
medio geográfico, y la de que esas propiedades están presentes en todos los
productos designados por la denominación, pues se marca en cada uno de
ellos una estricta calidad.9

Esta concepción de las denominaciones de origen es conocida como naturalista


o francesa, donde la denominación de origen deviene como consecuencia na­
tural del territorio en que se ubica, comprendiendo la composición del suelo,
del agua, y de la fauna, factores que le imprimen carácter a dicho territorio o
lugar geográfico.10

No obstante lo anterior, es importante resaltar que la calidad a la que hemos


venido refiriéndonos no implica que todos los productos amparados por una
misma denominación de origen deban ser homogéneos o idénticos, pues como
es de saberse, los procedimientos artesanales usados en la elaboración de éstos
dan a cada producto una identidad propia.

Tampoco puede afirmarse que los productos amparados con denominación


de origen son mejores que todos los existentes en los mercados, sino que sim­
plemente observan normas técnicas predeterminadas y rigurosas en su elabo­
ración, materias primas y embalajes, que son a la vez verificadas y certificadas
por organismos tales como los consejos reguladores, cuya tarea es cuidar los
estándares de calidad aludidos. No obstante, los productos con denominación
de origen gozan de un atractivo especial para los consumidores.

Como indica Botana Agrá, la denominación de origen suele asociarse a la pre-

9 BOTANA AGRA, José Manuel. Tratado de Derecho Mercantil. Las Denominaciones de Origen. Tomo
XX, Vol. 2°, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales. Madrid, 2001, p. 37.
10 LÓPEZ BENITEZ, Mariano. Las Denominaciones de Origen. Cedecs Editorial. España, 1996, pp. 43 y
44.

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un elemento intangible y eventual, que contemplado desde la perspectiva de


los empresarios manipuladores de los respectivos productos, representa una
expectativa que se traduce en la probabilidad de que los consumidores realicen
ulteriores adquisiciones de los productos designados por la denominación; y a
la creación y consolidación del goodwill contribuirán básicamente la calidad
de los productos, así como la fuerza publicitaria de la propia denominación de
origen."

Función publicitaria

Podemos hablar de una última función de las denominaciones de origen


consistente en la función publicitaria que éstas llevan implícita, pues es obvio
que un producto que goza de cierta reputación entre el público consumidor
(godwill) tiene una fuerte carga publicitaria, pues los mismos consumidores
lo van recomendando, y el producto va adquiriendo cada vez más un fuerte
mercado de compra.

Es indudable que todos los productos con denominación de origen llevan en


sí una garantía de venta, pues el público consumidor sabe que el estar respal­
dado por esa denominación de origen, implica cierto control de calidad, y la
identidad cultural, saberes y quehaceres de su lugar de origen. No obstante,
la buena fama de estos productos depende mucho de que los productores
sigan pugnando por ofrecer al mundo un producto de óptima calidad, pues
el gusto de los consumidores es muy variable y exigente, y la buena fama del
producto puede perderse en cualquier momento.

11 BOTANA AGRA, José Manuel. Tratado de Derecho Mercantil. Las Denominaciones de Origen. Tomo
XX, Vol. 2°, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales. Madrid, 2001, p 38.

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El surgimiento de las denominaciones de origen en el mundo

Se tienen datos de que la denominación de origen más antigua en el mundo


se concedió en 1887 al Sindicato de los Grandes Marqueses de Champagne,
al recibir del Estado francés el reconocimiento legal de la propiedad exclusiva
del nombre de "Champagne" para los vinos espumosos que se producen en
la región de ese nombre.

Sin embargo, esto no fue suficiente para los vinateros franceses, quienes dos
décadas después, conjuntamente con los campesinos que poseía viñas, hicieron
una revuelta, cuyo fin era proteger la autenticidad de sus productos, de quienes
pretendían imitar de modo fraudulento la elaboración de éstos y venderlos bajo
el nombre de Champagne.

A partir de entonces la especificidad de la práctica histórica de los vinateros


de Champagne, así como el carácter de la región de la que habían provenido
las uvas para la elaboración de este tipo de vino a través de los siglos, fueron
aglutinadas por el Comité Interprofesionnel du Vin de Champagne (organi­
zación constituida por los productores de uva, así como por los procesadores
de esa región) con el fin de obtener y mantener la protección jurídica de
la denominación de origen, a través del Institut Nacional des Appellations
d'Origine (INAO).

Esto significó que el mercadeo del vino champagne, con ese nombre, quedaba
exclusivamente en manos de los vinateros de esa región, que implicaba, desde
luego, que estos actores elaboraran sus vinos, usando como materia prima
únicamente las uvas producidas en la zona, y utilizando técnicas de elaboración
transmitidas de generación en generación.

La denominación de origen conllevaba así el derecho a la inclusión en la iden­


tidad de la región de Champagne en términos territoriales, productivos y de
tradición de saberes y quehaceres comunes. Por otro lado implicaba la exclu­
sión identitaria, productiva y comercial de aquellos cuyos viñedos o fábricas
de vinos no se encontraran en la región delimitada, que imitaban los procesos
tradicionales de elaboración del vino y que no compartían una historia, una
experiencia y un saber común a los pueblos de Champagne.

Fue así como en 1908 se hizo la primera delimitación geográfica de la región.


Esta demarcación se distinguió, a partir de entonces, como área de producción
única de las tres o cuatro variedades de uvas con las cuales se producían dichos
vinos. La exclusividad territorial la ratificó el Estado francés en 1927, misma
que se sustentó en función de la historia vitivinícola de los municipios, de los
poblados y de las parcelas. De esta forma esta denominación de origen marca

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el inicio de una más de las resignificaciones que han experimentado los bienes
alimenticios locales de Europa Occidental.11 12

Los derechos de los consumidores y las denominaciones


de origen

Dentro de la competencia de mercados que se ha dado en los últimos años a


nivel mundial, existe un factor importantísimo que el derecho no ha dejado de
lado: el derecho de los consumidores, por ello, éste se ha ido tutelando en las
Constituciones de los Estados, leyes reglamentarias, o bien a través de diversos
tratados internacionales.

Las denominaciones de origen surgen como un signo distintivo de productos,


a fin de proteger los intereses de los consumidores en su derecho a obtener
productos de calidad y auténticos. Este uso comercial de identificación de pro­
ductos está cada vez más en boga, caracterizando a los mercados mundiales
preocupados por la calidad. Fenómenos como la normalización y la certificación
van de la mano, para acentuar esta calidad ofrecida.

México es un país que lucha por ponerse a la vanguardia en materia de comer­


cio, ha abierto ya sus fronteras en los mercados mundiales, y actualmente la
industria mexicana está posicionando productos mexicanos de gran calidad,
que poco a poco van ganándose las preferencias de los consumidores; tal es
el caso del Tequila.

Como ya se ha visto anteriormente, los dos factores esenciales de una de­


nominación de origen son, a saber: el origen geográfico, y la calidad que se
desprende de ese origen geográfico, incluyendo en ella los factores naturales
y humanos.

A fin de estandarizar la calidad de los productos con denominación de origen,


y salvaguardar su buen nombre, el Estado crea las normas oficiales mexica­
nas, que no son otra cosa que normas de carácter técnico que determinan las
características especiales de cada producto, a fin de garantizar un mínimo de
calidad en ellos, pues es precisamente esta calidad la que hace que los consu­
midores prefieran ese producto, y que el Estado en su función de garante de
los derechos sociales debe preservar.

11 RODRÍGUEZ GÓMEZ, Guadalupe. La denominación de origen y el mercado de la Distinción. Ed. Ciesas/


SAGARPA. México D.F., 2002, pp. 32-33.

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En nuestro país, el gobierno mexicano, preocupado por velar de una forma


más cuidadosa por el respeto a estos derechos mencionados, ha utilizado
como herramienta garantista la normalización, que se ha caracterizado prin­
cipalmente por homogeneizar la calidad de los productos y servicios, sobre
todo en materia de denominaciones de origen. Es de todos conocido que
cada uno de los productos reconocidos como denominación de origen en
nuestro país responde de manera obligatoria a una o varias normas oficiales
mexicanas, que deben cumplirse cabalmente, y que a la vez son verificadas
y certificadas por un consejo regulador; es decir, un organismo de evaluación
de la conformidad, que no es otra cosa que un representante de la función de
vigilancia del Estado, que certifica que los productos evaluados cumplan con
las estipulaciones contenidas en las leyes correspondientes.

La normalización es un proceso o procedimiento que integran y desarrollan


ciertas instituciones públicas y privadas, facultadas o acreditadas para llevar
a cabo la unificación de criterios respecto de los requisitos que deben cumplir
determinados productos o servicios para garantizar su seguridad física o jurí­
dica, según sea el caso, eficiencia, durabilidad, fiabilidad, mantenimiento y/o
calidad, por los que paga un precio específico el consumidor/*3

Los consejos reguladores en México normalmente están constituidos por una


unidad de verificación y un organismo de certificación, algunas otras veces,
cuando se puede, se integran también por un laboratorio de pruebas, encar­
gado de llevar a cabo los análisis de laboratorio pertinentes para demostrar
que los productos reúnen las características físico-químicas impuestas por las
normas oficiales mexicanas.

La unidad de verificación se encuentra definida en la Ley Federal sobre Me­


trología y Normalización como: la persona física o moral que realiza actos de
verificación''4 y se define a la vez la verificación como la constatación ocular o
comprobación mediante muestreo, medición, pruebas de laboratorio, o examen
de documentos que se realizan para evaluar la conformidad en un momento de­
terminado/5

Los organismos de certificación, tal y como los define la ley en comento, son
las personas morales que tengan por objeto realizar funciones de certificación/6
siendo la certificación el procedimiento por el cual se asegura que un producto,

13 ídem.
' Ley Federal sobre Metrología y Normalización, comentada por Margarita Bojorquez Cervantes. Artículo
3 fracción XVII, Ed. Sista. México.
15 Ibidem. Artículo 3 fracción XVIII.
16 Ibidem. Artículo 3 fracción XII.

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proceso, sistema o servicio se ajusta a las normas o lineamientos o recomendaciones


de organismos dedicados a la normalización nacionales o internacionales.17

De esta forma, cuando un producto es certificado por un organismo evaluador


de la conformidad, se presupone que éste fue verificado por el personal eva­
luador, y que sí cumple con los requerimientos de la norma oficial mexicana y
las demás disposiciones legales a las que dicho producto esté sujeto.

El consumidor puede entonces estar seguro de la calidad del mismo. Un pro­


ducto certificado es equivalente a confianza, seguridad para el consumidor,
la certificación aporta pues un plus a dicho producto. Esta tarea verificadora
y certificadora es el resultado final del sistema de calidad que pretenden las
normas oficiales mexicanas, es el sello último que garantiza al consumidor la
guarda de sus derechos.

Afirma la doctora María del Carmen Quintanilla, otrora Directora de la Dirección


General de Normas de la Secretaría de Economía, que los organismos evalua­
dores de la conformidad (consejos reguladores) surgen en el sistema jurídico
mexicano con las siguientes intenciones:

a) Son órganos de apoyo a la administración pública;

b) Cuentan con personal altamente calificado, profesional y técnico especialista


en la materia a verificar, y no con los funcionarios públicos de carrera que
no están capacitados para verificar cada uno de los procesos específicos de
las denominaciones de origen;

c) Facilitan a los empresarios llevar a cabo la certificación de los productos


a petición de parte, y no a esperar hasta que la administración pública la
pueda llevar a cabo;

c) Eximen al Estado de cargas excesivas de trabajo y de gasto de recursos


materiales, puesto que los consejos reguladores son personas físicas o
morales regidas por el derecho civil, que se constituyen sin ánimo de lucro,
acreditadas y aprobadas por el Estado, a través de la Entidad Mexicana
de Acreditación y la Secretaría de Economía, y de este modo trabajan con
recursos propios.18

17 Ibidem. Artículo 3 fracción III.


18 QUINTANILLA MADERO, María del Carmen Eugenia. Las Normas Oficiales Mexicanas. Ed. Porrúa.
México, 2006, p. 103.

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El maestro Gabino Fraga los identifica a su vez en una figura del derecho ad­
ministrativo conocida como la descentralización por colaboración. Esto sucede
cuando el Estado va tomando cada vez más un papel activo en las actividades
privadas, y no tiene la estructura ni material ni humana para poder solventar
los problemas que se le van presentando en el desarrollo de dichas tareas.

Es entonces cuando, a fin de evitar aumentar los costos del ejercicio de la


administración, delega a los particulares funciones que de origen le correspon­
den a él, en esa tarea administradora. En resumidas cuentas la administración
por colaboración es una de las formas del ejercicio privado de las funciones
públicas.19

Esta figura tiene dos elementos, a saber, según Fraga:

a) el ejercicio de una función pública, es decir, de una actividad desarrollada


en interés del Estado; y
b) el ejercicio de dicha actividad en nombre propio de la organización priva­
da.

Una de las razones de ser de esta figura es pues la descarga de trabajo de la


administración pública, así como la disminución del gasto público que debería
erogarse en la realización de dichas funciones.

Las denominaciones de origen y la importante función inspectora


del Estado

Todas las normas llevan implícita una razón de ser, un objetivo a cumplir, o fin
último, que no será alcanzado por la mera expedición de la norma. Este dere­
cho debe ser realizado, es decir, acatado por los destinatarios de la norma o en
su defecto, aplicado por las autoridades correspondientes, para evitar que el
sistema jurídico sea sólo letra muerta o derechos nugatorios. En este entendido,
se han tratado de elaborar diversos mecanismos para garantizar la aplicación
del ordenamiento administrativo, donde la administración pública juega un
papel preponderante en la vigilancia del cumplimiento de las leyes.

La función inspectora ha sido llamada indistintamente actividad de control, de


vigilancia, de inspección, e incluso de supervisión, pero independientemente de
ello, esta actividad constituye uno de los instrumentos y técnicas tradicionales
para lograr el cumplimiento de las normas por parte de los destinatarios de las
mismas. Garantiza el cumplimiento de la legalidad.

19 FRAGA, Gabino. Derecho Administrativo. 37a ed. Ed. Porrúa, México, 1998, p.208.

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La potestad inspectora garantiza finalmente los derechos consagrados en el


ordenamiento que se trata de verificar, donde muchas de las veces, como en el
caso de los derechos de los consumidores, protegen derechos fundamentales,
como la vida, la salud, la libertad, etc.

La inspección de las actividades relacionadas con las denominaciones de ori­


gen protegen principalmente derechos de los consumidores, pues en éstos
van implícitos derechos fundamentales, tales como el derecho a la vida, a la
información, a la salud y a la libertad. Así mismo se protegen derechos de
tercera generación, como todos aquellos relacionados con la protección del
medio ambiente.

La función inspectora, además de tener un fuerte matiz garantista, ejerce


una importante influencia sobre la tarea preventiva de conductas irregulares,
tutelando la competencia leal de los agentes económicos implicados, como
por ejemplo, en el caso de nuestro objeto de estudio, se vigila y persiguen los
casos de clandestinaje, imitación, adulteración, alteración o falsificación de los
productos con denominación de origen.

El sistema jurídico mexicano ha identificado, pues, esta necesidad de asegurar el


respeto de las normas oficiales mexicanas en los productos con denominación
de origen, delegando dicha tarea a los particulares, que constituidos como or­
ganismos evaluadores de la conformidad se integran a nuestro sistema jurídico
a través de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, desde 1992.

Denominaciones de origen mexicanas

El Estado mexicano propietario de sus denominaciones de origen ha reconocido


la existencia de once denominaciones de origen, que a la fecha son:

1. Tequila: Bebida alcohólica regional obtenida por destilación de mostos, pre­


parados directa y originalmente del material extraído, en las instalaciones de la
fábrica de un Productor Autorizado, la cual debe estar ubicada en el territorio
comprendido en la Declaración, derivados de las cabezas de Agave tequilana
weber variedad azul, previa o posteriormente hidrolizadas o cocidas, y sometidos
a fermentación alcohólica con levaduras, cultivadas o no, siendo susceptibles
los mostos de ser enriquecidos y mezclados conjuntamente en la formulación
con otros azúcares hasta en una proporción no mayor de 49% de azúcares
reductores totales expresados en unidades de masa, en los términos estableci­
dos por esta NOM y en la inteligencia que no están permitidas las mezclas en

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es incoloro o coloreado
cuando es madurado o cuando es aboca urarlo. 20

2. Mezcal: Bebida alcohólica regional obtenida por destilación y rectificación


de mostos preparados directa y originalmente con los azúcares extraídos de las
cabezas maduras de los agaves previamente hidrolizadas o cocidas, y sometidas
a fermentación alcohólica con levaduras, cultivadas o no, siendo susceptible de
ser enriquecido, para el caso del Mezcal tipo II. Existen dos tipos de mezcal que
marca la norma oficial mexicana, el mezcal tipo I, que es aquel que está elabo­
rado cien por ciento con los azúcares provenientes de los agaves que la norma
indica en su capítulo 2, y el mezcal tipo II, que es aquel mezcal que permite
ser adicionado con el veinte por ciento de otros carbohidratos permitidos por
las disposiciones legales respectivas, con hasta un 20% de otros carbohidratos
permitidos por la Secretaría de Salud en la preparación de dichos mostos, siempre
y cuando no se eliminen los componentes que le dan las características a este
producto, no permitiéndose las mezclas en frío. El mezcal es un líquido de olor
y sabor su i géneris de acuerdo a su tipo. Es incoloro o ligeramente amarillento
cuando es reposado o añejado en recipientes de madera de roble o encino, o
cuando se aboque sin reposarlo o añejarlo.2^

3. Charanda: El charanda es una bebida alcohólica regional, obtenida por


destilación y rectificación de mostos fermentados preparados a partir de jugo
de caña o de sus derivados, como son el melado o jugo concentrado por eva­
poración, el piloncillo, la melaza o la propia azúcar cristalizada. Es un producto
incoloro o ambarino cuando es abocado o madurado en barricas de madera
de roble o encino. Su concentración alcohólica va de 35 a 55% en volumen a
20 grados centígrados.22

4. Bacañora: La norma oficial mexicana del baca ñora define a esta bebida
espirituosa como una bebida alcohólica regional del Estado de Sonora, México,
obtenida por destilación y rectificación de mostos, preparados directa y origi­
nalmente con los azúcares extraídos de la molienda de las cabezas maduras de
Agave angustifolia Haw, hidrolizadas por cocimiento, y sometidas a fermenta­

20 Secretaría de Gobernación México. Orden Jurídico Nacional. [En Línea] Disponible en World Wide
Web: http://www.ordenjuridico.gob.mx/Federal/PE/APF/APC/SE/Normas/Oficiales/NOM-006-SCFI-
2005.pdf. Cotejado el 8 de junio de 2006 a las 11:30 hrs.
21 Secretaría de Economía. NOM-070-SCFI-1994 BEBIDAS ALCOHOLICAS MEZCAL ESPECIFICACIONES
[en línea]. Disponible en World Wide Web: http://www.economia-noms.gob.mx/. Cotejado el 22 de
agosto de 2006 a las 12:30 hrs.
22 Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Extracto de la solicitud de la declaración de protección
a la denominación de origen Charanda [en línea]. Disponible en World Wide Web: http://www.impi.
gob.mx/impi/jsp/ind¡ce_all.jsp?OpenF¡le=docs/marco_j/charanda.htm. Cotejado el 9 de junio de 2006
a las 20:00 hrs.

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ción alcohólica con levaduras. El bacanora es un líquido que, de acuerdo a su


tipo, es incoloro o amarillento cuando es madurado en recipientes de madera
de roble o encino, o cuando se aboque sin madurarlo.23

5. Café Veracruz: es la denominación que se le otorga al café que es producido


en diversas zonas del estado de Veracruz, surgiendo de la particular combi­
nación de sus profundos suelos volcánicos, el clima caracterizado por su alta
humedad todo el año y sus inviernos nublados, los cuales, de manera conjunta,
especifican la alta acidez, el aroma intenso, el sabor a especias y el apreciable
cuerpo que caracteriza a este café. Por otro lado, en el caso de Veracruz, la
altitud de sus plantaciones y la arraigada tradición de fermentar el café recién
despulpado garantizan en el café de la región una acidez única, que aunada a
las características físicas del grano y a las cualidades en la bebida, dan al "Café
de Veracruz" una calidad óptima.24

6. Talavera: Tipo de cerámica original y exclusiva de la denominada "zona de


Talavera", cuyas características se derivan del medio geográfico de la región
y que tiene sus antecedentes en la mayólica española, formada por un cuerpo
cerámico que se produce por sinterización de una mezcla de arcillas (barros
negro y blanco) provenientes de la zona geográfica comprendida en la de­
claratoria. Esta cerámica está recubierta de una capa de esmalte formada a
temperatura entre 1100 °C en cuya composición intervienen los metales plomo
y estaño de acuerdo a fórmulas propias de la época colonial decorada a mano
con sólo seis pigmentos y sus posibles combinaciones, cuyas formulaciones son
tradicionales 25

7. Ambar de Chiapas: La norma oficial mexicana lo define como una resina


vegetal fosilizada procedente de las exudaciones de diversas plantas, y en
México es producida por el árbol Himenaea Courbaril, leguminosa conocida
como guapinol.

8. Café Chiapas: Esta Denominación se aplica al café orgánico y convencional,


en verde, tostado, en grano o molido, producido con cafetos de la especie Coffea
arábiga Linneo, en sus diversas variedades, cultivados a alturas superiores a 800

23 FISAC, Fundación de Investigaciones Sociales A.C. Norma Oficial Mexicana del Bacanora [En línea].
Disponible en World Wide Web: http://www.alcoholinformate.org.mx/d¡ariooficial.cfm?documento=226.
Cotejado el 5 de junio a las 1 3:30 hrs.
24 Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Declaratoria General de Protección a la Denominación
de origen Café Veracruz [en línea]. Disponible en World Wide Web: http://www.impi.gob.mx/impi/jsp/
índice. .all.jsp?OpenFile=docs/marco_j/cafe_veracruz.html. Cotejado el 6 de junio de 2007 a las 5:10
hrs.
25 Secretaría de Economía. Norma Oficial Mexicana 1 32.SCFI-1998 Talavera Especificaciones [En línea].
Disponible en World Wide Web: http://www.economia-noms.gob.mx/. Cotejado el 10 de junio de 2006
a las 21:00 hrs.

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metros sobre el nivel del mar en las regiones y municipios señalados en la De­
claración General de Protección de la Denominación de Origen "Café Chiapas",
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de agosto de 2003.26

9. Sotol: Bebida alcohólica regional, obtenida por la destilación y rectificación


de mostos preparados directa y originalmente del material extraído, dentro de
las instalaciones de la fábrica ubicada dentro de la denominación de origen,
derivados de la molienda de las cabezas maduras de Dasylirion spp, previa o
posteriormente hidrolizadas o cocidas, y sometidos a la fermentación alcohólica
con levaduras, cultivadas o no, siendo susceptible de ser enriquecido con otros
azúcares hasta en una proporción no mayor de 49%, en la inteligencia de que
en esta acción o mezcla no están permitidas las mezclas en frío. El sotol es un
líquido que, de acuerdo a su tipo, es incoloro o amarillento cuando es madurado
en recipientes de madera de roble, encino, acacia, castaño, haya, fresno, u otras
alternativas tecnológicas, o cuando se aboque sin madurarlo.27

10. Olinala: La materia prima que se utiliza en la manufactura de esta artesanía


mexicana proviene del árbol de lináloe, arbusto localizado en las localidades de
la región. Posteriormente a la tala del árbol, se procede a tratar para evitar el
deterioro por larvas o polilla, asimismo son lijadas y resanadas las hendiduras
naturales de la madera para que posteriormente se proceda a barnizarse con
una mezcla hecha a base de aceite de linaza con chía, tierra blanca y tierra
tecoztle. Una vez terminada la actividad antes descrita, se determina el color
a la pieza u objeto de madera, predominando el color negro, aplicado por ma­
terias primas naturales, como son la mezcla de carbón de encino con polvo de
piedra tolte, así como también son utilizadas otras combinaciones de colores,
como resultados de mezclas de polvo de piedra en un 80% y el resto de tintes o
pinturas artificiales. La importancia del colorido y barniz de las piezas de madera
son una característica desarrollada desde tiempos anteriores.28

11. Mango Ataúlfo Del Soconusco De Chiapas: Su pulpa es dulce, baja en


fibra, muy jugosa, mantecosa, baja en acidez y de aroma intenso; puede con­
servar su sabor incluso después de su madurez cuando el hueso se ha vuelto
gelatinoso. Su cáscara es correosa. El fruto es pequeño, pesa alrededor de 350

26 COFEMER. Proyecto de norma oficial mexicana PROY NOM 1 69-SCFI-2004 [En línea]. Disponible
en: http://www.cofemermir.gob.mx/incjectura_regioncontentall_text.asp?submitid=5687. Cotejado
el 27 de noviembre de 2006 a las 1 6:54 hrs.
27 Secretaría de Economía. NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-159-SCFI-2004. BEBIDAS ALCOHO­
LICAS - SOTOL - ESPECIFICACIONES Y METODOS DE PRUEBA [en línea]. Disponible en World Wide
Web: http://www.economia-noms.gob.mx/ . Cotejado el 9 de abril de 2007 a las 20:00 hrs.
28 Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Extracto de la solicitud de declaración de protección
a la Denominación de Origen Olinalá [en línea]. Disponible en World Wide Web: http://www.impi.
gob.mx/impi/jsp/indice_all.jsp?OpenFile=docs/marco_j/ext_olinala.html. Cotejado el día 26 de abril
de 2007 a las f 7:42 hrs.

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gramos; resistente al manejo post-cosecha; se compone el 69% de su peso de


pulpa, el 19% de cáscara y el 8.5% de hueso. El fruto se desarrolla en climas
cálido húmedo y cálido subhúmedo, con lluvias en verano, pero monzónico,
no debe sufrir oscilaciones isotermales mayores de 5°C. La temperatura ade­
cuada para este tipo de mango es 28°C y precipitaciones pluviales entre 1090
a 3000 mm. anuales, de abril a octubre. La zona del soconusco tiene el clima
adecuado para el cultivo.29

México en la actualidad lucha por dar a conocer al mundo nuestras tradiciones


y cultura, así como posicionar sus denominaciones de origen en el mundo,
pues finalmente éstas son una oportunidad de crecimiento económico para
los países en desarrollo.

El reto es lograr que el sistema de certificación sea eficaz, y poder de esta


manera garantizar todos nuestros productos mexicanos a los consumidores
mundiales, pues de nada sirve tener una denominación de origen sin un or­
ganismo certificador que respalde su calidad a los consumidores y otorgue
así certeza jurídica.

Fuentes de información consultadas

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29 Wikipedia. La Enciclopedia Libre. Mango Ataúlfo significado [en línea]. Disponible en World Wide
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