Derecho Privado Romano: Radicati
Derecho Privado Romano: Radicati
Derecho Privado Romano: Radicati
institutionum lurls romani) , es decir, el estudio del tica de lo que es costumbre entre nosotros; pero aquí
Derecho privado romano en una visión panorámica. se confunde de forma insoslayable el órgano de pro-
Es en este -curso» donde normalmente se inscriben ducción del derecho con su misma materialización,
nuestros manuales. es decir, con los textos. Pero precisamente estos
Según el a, (pág. 49 s.), un curso o manual de esta textos se analizan en el capítulo sexto, como materia
naturaleza debe ofrecer al lector -generalmente los propia de las fomes cognoscendi, tanto en su histo-
estudiantes-, estas características: debe ser general, ria particular de hallazgo, como en la de su recons-
elemental (en el sentido de explicarse los primeros trucción. A propósito del Edicto Perpetuo, que no se
-elementos» de cada instituto jurídico), sistemático nos conservó, el a. considera como -fuentes indirec-
e histórico. Por último, en un tercer capítulo (págs 54 tas- aquellas fuentes que nos dan conocimiento de
a 66), el a. trata el difícil tema, para el Derecho otras fuentes que no se nos conservaron; así, los co-
romano, de la periodificación del mismo y sobre el mentarios ad edictum recogidos en el Digesto serían
que tantos romanistas han tomado posición, sin ha- -fuentes indirectas» de conocimiento del Edicto. Por
berse llegado, hasta la presente, a un criterio de último, no deja de ser interesante el parágrafo com-
periodificación que haya hecho communis opinio. El pleto (pág. 295 ss.) que el a. dedica a la gran com-
a. destaca aquellas periodificaciones que han gozado pilación de Justiniano, el Corpus iurls civilis, en su
de mayor difusión, como las de Jalowicz-Nicholas, historia de composición de cada una de sus partes,
B. Biondi, Voci, Perozzi, y, últimamente, las de Wiaec- en sus incidencias textuales a través de estos siglos
ker, Kaser y Alvaro d'Ors. Para su personal toma de y en sus ediciones.
posición al respecto, el a. se basa en la periodifica- Ahora bien, no podemos dejar de hacer una con-
ción hecha por el gran Riccobono quien, si bien ini- sideración metodológica sobre el tema, más que todo
cialmente distinguió dos períodos: el del derecho de efecto sistemático, de las -fuentes» en el Derecho
quiritario (del 753 a.C. al s. 111 d.C.) y el del ius romano. Como es sabido, con el término -fuente., por
gentium (del s. 111 d.C. al 565, con la muerte de Jus- extensión metafórica, designamos las formas de pro-
ti ni ano) , posteriormente matizó su propia periodifica- ducción del derecho y, tratándose de un derecho his-
ción así: conserva el primer período y el segundo tórico como lo es el romano, es todo aquello que
lo divide en período del derecho universal [del s. 111 nos da a conocer aquellos principios de discernimien-
a.C. al s. IV d.C.) y en período postclásico (del s. IV to de lo justo que aplicó la sociedad romana a lo
al s. VI), Y que se suele denominar de muy distintas largo de su extensa historia jurídica, para decidir
formas por la doctrina; así, romano-helénico, bizan- aquellas contiendas concretas sobre el aprovechamien-
tino, romano-cristiano y vulgar, según la perspectiva to privado de las cosas; principios consignados, prin-
histórica que se adopte, y que el a, explica breve- Cipalmente, en textos y que los romanistas procura-
mente una por una. mos conocer a través de esos textos, producidos pre-
Los dos capítulos centrales del manual, el cuarto cisamente por aquellos órganos poi íticos o .sociales
(págs. 79 a 198) y el sexto (págs. 237 a 336) -sepa- (como el estamento independiente de los jurispruden-
rados por el quinto (págs. 201 a 230) que trata de tes en la época clásica) de Roma. Así, pues, para
dos distinciones del ius: la escolástica y actualmente el estudio del Derecho romano, no creemos sea ne-
polémica distinción entre ius publicum y ius privatum cesaria la distinción entre -fuentes de produCCión» y
y la de ius cornmune y ius singulare-, tratan, respec- -fuentes de conocimiento», en tanto en cuantoaque-
tivamente, de las fuentes de producción del Derecho lIas fuentes de producción -ya inexistentes- se ma-
romano (fontes essendi iuris romani) y las fuentes terializaron en textos. En cambio, sr es útil para el
de reconocimiento del Derecho romano (fontes cognos- Derecho romano la distinción entre -fuente directa-
cendi iuris romanO. Tanto en uno como en otro capí- y -fuente indirecta-, aunque entendemos por la pri-
tulo, respectivamente, el a. considera, con un amplio mera todos aquellos textos que en la antigua Roma
apoyo bibliográfico y doctrinal, tanto los órganos po- estaban destinados a proporcionarle al juez un crite-
líticos de las distintas formas de gobierno que tuvo rio de discernimiento para la solución de los litigios:
Roma, como la creación del ius por cada uno de esos las obras de la jurisprudencia. el Edicto Perpetuo, las
órganos . Vale la pena destacar aquí, para las fontes colecciones de leyes e incluso los meros libros de
essendi, el examen minucioso que hace el a. (pág. 79 enseñanza (institutiones), y entendemos por la se-
ss.) de la consuetudo (usus, mores) como fuente del gunda aquellos textos de la literatura latina cuyo apro-
Derecho romano, poniendo especial atención en estos vechamiento puede resultar útil al historiador del De-
dos temas: ¿cuál fue el grado de autonomía de la recho romano, como Plauto, Cicerón, Tito Livio, Tácito,
consuetudo como fuente del Derecho romano?, ¿cuál Aulo Gellio, etc.
fue su eficacia jurídica? Las demásfontes essendi El a. termina su manual con un enjundioso apén-
tales como los jurisprudentes (jurisprudencia), el Pre- dice sobre los medios auxiliares para el estudio e
tor (ius praetorium), los cónsules en colaboración con investigación del Derecho romano; medios auxiliares
los comicios (lex) , el Senado (senatusconsultus) y que, naturalmente, consisten en textos; así, en un
los emperadores (constitutiones imperiales), vienen primer parágrafo consigna las enciclopedias, diccio-
expuestas de una forma mucho más amplia y analí- narios, vocabularios e índices de nuestra cienCia; en
BIBLIOGRAFÍA 205