Historia Antares
Historia Antares
Historia Antares
Raza: Dhampir
Nombre: Antares
signo: Sagitario
Peso: 100kg
Aspecto físico:
Ojos: Rojos
Debilidades:
Insultar a Zeboím
La sangre
Tengo la necesidad de comer al ver comida
Phobias:
Soy alto, mi cuerpo es perfecto y cuasi eterno, cuento con unos ojos rojos,
rojos como la sangre y profundos como el oceano; tengo en la mirada la
perdicion de los humanos y el terror de las demas razas; aunque aveces en
ocaciones parecen perdidos y tristes.
Mi cuerpo es robusto, un poco gordo aunque no me guste admitirlo, mi
altura es por encima del promedio humano, pero no superior a la de los altos
elfos o sub razas de ese tipo, tengo los brazos medianamente trabajados
pero pesados, no soy puro musculo pero tampoco pura grasa; en ocaciones
estoy mas hinchado que de costumbre, depende de la basura que haya
comido en el dia.
Mi piel es palida, palida como la sal y no es tan brillante como el sol, mas bien
es apagada y triste como un pañuelo con polvo, es suave y fria como la seda,
aunque en ocasiones por la falta de Sol se vuelve áspera, depende si la
sangre es de animal o es simple basura o una simple planta.
Historia:
muerdo mi lengua para cortar mis impulsos natales, arranco mis ojos para no
ver con deseo la sangre ante un corte, retorciendo mis intestinos para no
sucumbir ante el hambre.
Deberé nueva mente emprender viaje y postrar mis pies bajo la tierra, e de
viajar a Baldurs gate,(o como se escriba); me encomendado mi diosa Zeboim
durante un baño matutino que vaya a cobrar limosna para su protección a
marinos y dueños de barcos, en el camino razone que jamás termine de
demostrarme a mi mismo y a mi diosa la fuerza de mi entrenamiento como
clérigo, por eso e decidido unirme como mercenario a un grupo de milicia en
la ciudad de baldurs gate. deberé dejar nuevamente estas líneas para que
alguien mas comprenda que no todos los mios sucumben ante la sed y la
maldad de nuestro linaje, para que alguien simplemente comprenda que me
esfuerzo para no matarlos a todos por acosarme o maltratarme, para que
alguien comprenda que solo somos niños abandonados, rechazados por
nuestro padre y con una madre asesinada o violada y asesinada.