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Reglamentaria y Lo Actuado No Implica Per Se Inconstitucionalidad

Este documento presenta las consideraciones de la Corte Constitucional Colombiana sobre los requisitos y el procedimiento para demandar la inconstitucionalidad de una reforma constitucional. Explica que cuando se demanda una reforma, la carga argumentativa es mayor dado que se cuestiona la competencia del Congreso para realizar dicha reforma. Los demandantes deben identificar un principio axial de la Constitución, establecer el alcance de la norma demandada y mostrar cómo esta última sustituye dicho principio axial. También discute conceptos como sustitución parcial

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Reglamentaria y Lo Actuado No Implica Per Se Inconstitucionalidad

Este documento presenta las consideraciones de la Corte Constitucional Colombiana sobre los requisitos y el procedimiento para demandar la inconstitucionalidad de una reforma constitucional. Explica que cuando se demanda una reforma, la carga argumentativa es mayor dado que se cuestiona la competencia del Congreso para realizar dicha reforma. Los demandantes deben identificar un principio axial de la Constitución, establecer el alcance de la norma demandada y mostrar cómo esta última sustituye dicho principio axial. También discute conceptos como sustitución parcial

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Sentencia C-294/21

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA ACTO


LEGISLATIVO-Requisitos

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD DE REFORMA


CONSTITUCIONAL POR SUSTITUCION DE LA
CONSTITUCION-Carga argumentativa se incrementa

(…) cuando se presenta una demanda contra un acto reformatorio de la


Constitución, como lo es un Acto Legislativo, la carga argumentativa es
mucho más exigente. Por eso, deben cumplirse, además de los requisitos
antes mencionados, unas condiciones particulares debido a la naturaleza de
la norma que se demanda. En estos casos, al no ser una ley ordinaria la que
debe contrastarse con el contenido de la Carta Política, sino que se trata de
una disposición del mismo texto constitucional, se cuestiona en realidad la
competencia del Congreso de la República para realizar esa reforma. De tal
forma, el demandante debe poner de presente argumentos que permitan al
juez constitucional realizar el juicio de sustitución partiendo de la base que
se trata de una herramienta de control que busca evitar que la Constitución
sea reemplazada como un todo (sustitución total), o que se vea
desnaturalizada en uno de sus ejes axiales o definitorios (sustitución
parcial). De modo que los demandantes deben cumplir con los siguientes tres
presupuestos de argumentación: 1) enunciar de manera plausible y suficiente
la existencia de un eje axial o definitorio de la identidad de la Constitución
(premisa mayor); 2) establecer el sentido y alcance cierto que tiene la norma
demandada (premisa menor); y 3) dar cuenta del grado de afectación que
esta última genera a dicho principio, al punto de que llegue a sustituirlo
(confrontación entre el eje definitorio y la norma atacada).

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE TRAMITE DE


ACTO LEGISLATIVO-Parámetros normativos

TRAMITE LEGISLATIVO-Discrepancia entre lo exigido por norma


reglamentaria y lo actuado no implica per se inconstitucionalidad
 
PROCEDIMIENTO LEGISLATIVO-Distinción entre meras
irregularidades y vicios de procedimiento

PRINCIPIO DE INSTRUMENTALIDAD DE LAS FORMAS EN


TRAMITE LEGISLATIVO-Alcance

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE ACTO


LEGISLATIVO POR VICIOS DE PROCEDIMIENTO-Carácter
rogado

REGIMEN DE INHABILIDADES, INCOMPATIBILIDADES Y


DE CONFLICTO DE INTERESES DE LOS CONGRESISTAS

RECUSACION DE CONGRESISTA-Trámite/RECUSACION DE
CONGRESISTA-Competencia para decidir

CONFLICTO DE INTERESES DURANTE TRAMITE DE


REFORMAS CONSTITUCIONALES-Jurisprudencia Constitucional

REGIMEN DE CONFLICTO DE INTERESES-


Finalidad/IMPEDIMENTOS Y RECUSACIONES POR
CONFLICTO DE INTERESES DE CONGRESISTA EN
TRAMITE DE REFORMA CONSTITUCIONAL-Procedencia
excepcional

En suma, el régimen de conflicto de intereses de los congresistas pretende


garantizar que los intereses democráticos y del bien común sean los que
prevalezcan en el debate legislativo, dejándose al margen aquellos
particulares o privados que no representan al electorado o a la comunidad en
general. Los congresistas ejercen una labor de naturaleza política que ante
todo debe regirse por los fines constitucionales. Conforme a ello, la
Constitución y la ley consagran un régimen y un procedimiento estricto para
darle trámite a la presentación de impedimentos y recusaciones de los
congresistas, los cuales deben ser observados para no generar vicios de
2
procedimiento en el trámite de un proyecto de ley o de reforma a la Carta
Política. Aún así, no toda irregularidad de aquel procedimiento puede afectar
el trámite legislativo, sino solo aquella que afecte el debate deliberativo y
democrático, impida el ejercicio de los derechos de la oposición o las
minorías políticas o afecte el normal funcionamiento del Congreso de la
República.

COMISION DE ETICA Y ESTATUTO DEL CONGRESISTA-


Funciones

Los objetivos que cumple la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista,


junto con su composición y competencia para resolver los posibles conflictos
de interés y las violaciones al régimen de inhabilidades e incompatibilidades,
no pueden ser asumidos de forma ligera, sino con la mayor rigurosidad y
responsabilidad, pues de sus decisiones pueden generarse procesos de mayor
gravedad como lo es la pérdida de investidura ante la jurisdicción
contencioso- administrativa. De manera que las decisiones proferidas por la
Comisión de Ética deben observar los procesos legales que la regulan.
Permitir que la posible configuración de una causal de conflicto de intereses
-tratándose específicamente de una recusación- sea resuelta de plano por uno
de sus miembros y sin mediar debate al interior de la Comisión de Ética,
sería vaciar su competencia y socavar el control que ejercen los demás
miembros desde sus colectividades, quebrándose con ello el principio
democrático.

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE TRAMITE


LEGISLATIVO-Alcance del examen respecto de irregularidades

PODER DE REFORMA DEL CONSTITUYENTE DERIVADO-


Limitación competencial para el Congreso de la República

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE ACTO


LEGISLATIVO-Alcance

PODER DE REFORMA-Carece de autorización para derogación o


sustitución de la Constitución Política
3
La Carta Política de 1991 permite ser reformada por el Congreso de la
República, pero los límites procedimentales y competenciales le impiden
sustituirla, derogarla, suprimirla o reemplazarla. La jurisprudencia
constitucional ha señalado que a pesar de que la Constitución no contiene
cláusulas pétreas o inamovibles, sí cuenta con «principios axiales e
identitarios que, si llegasen a ser reformulados, afectarían la identidad de la
Constitución, convirtiéndola en un texto distinto».

REFORMA Y SUSTITUCION CONSTITUCIONAL-Diferencias

SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-
Concepto/SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-Modalidades

Concretamente, referente al término sustitución se ha aclarado que se trata


de una transformación o reemplazo de la organización política y el perfil
básico y esencial del Estado. La sustitución puede ser total o parcial y
temporal o definitiva. Es parcial cuando «hay una transformación
trascendental de alguno o algunos de los componentes o ejes definitorios de
la Constitución», que la convierte en un estatuto diferente. Es total cuando
implica un diseño constitucional de la Carta Política «como un todo». Es
temporal cuando «se deroga temporalmente uno de los ejes definitorios, lo
cual transforma la identidad de la Carta Política y la hace irreconocible por
un lapso de tiempo»; y es definitiva cuando se sucede el mismo fenómeno de
forma permanente en el tiempo.

JUICIO DE SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-Alcance


 
JUICIO DE SUSTITUCION-Metodología 

JUICIO O TEST DE SUSTITUCION-Premisa mayor/PREMISA


MAYOR DEL JUICIO O TEST DE SUSTITUCION-Identificación
del elemento definitorio, axial o esencial que da identidad a la
Constitución     

4
(…) La premisa mayor es el elemento identitario, eje definitorio, axial o
esencial de la Constitución que se alega ha sido sustituido. La premisa
mayor exige una construcción y argumentación rigurosa, pues no se trata de
citar una disposición de la Constitución, sino de explicar por qué es un
elemento trascendental para la estructura constitucional del Estado. Lo
anterior implicará acudir a antecedentes históricos de la Carta, la
jurisprudencia, entre otros elementos de juicio.

JUICIO O TEST DE SUSTITUCION-Premisa menor/PREMISA


MENOR DEL JUICIO O TEST DE SUSTITUCION-Definición del
alcance de norma acusada frente a eje definitorio de la Constitución  

En cuanto a la premisa menor, se trata de definir el contenido y alcance del


acto reformatorio de la Constitución. Identificar el impacto que tiene la
reforma en el elemento definitorio y la gravedad de su afectación.
Corresponde al «alcance de las modificaciones generadas con la reforma, en
particular, el efecto de las medidas establecidas en la reforma frente a las
disposiciones y los principios constitucionales identificados en la premisa
mayor como aquellos cuyo contenido normativo es el reflejo del eje
identitario supuestamente afectado. Todo ello se debe realizar a partir del
examen del contenido normativo introducido con la reforma».

JUICIO O TEST DE SUSTITUCION-Conclusión cuando precepto


demandado ha sustituido la Carta Política     

Finalmente, debe realizarse una conclusión del análisis entre la premisa


mayor y la premisa menor. Se trata de contrastar las dos premisas anteriores.
En otras palabras, de evaluar cómo el eje definitorio identificado se ve
afectado o trastornado por el acto reformatorio.

JUICIO DE SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-No puede


confundirse con un control material de acto legislativo

JUICIO DE SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-


Mecanismos destinados a restringir su análisis 

5
ESTADO SOCIAL Y DEMOCRATICO DE DERECHO-Eje
estructural de la Constitución 

ESTADO SOCIAL Y DEMOCRATICO DE DERECHO-Contenido


y alcance
 
DIGNIDAD HUMANA-Garantía fundante del Estado Social de
Derecho

DIGNIDAD HUMANA EN EL ESTADO SOCIAL DE


DERECHO-Contenido/DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA-
Dimensiones

El modelo del Estado Social de Derecho se enmarca en un estado de


naturaleza liberal en el que se concibe al individuo desde su libre
autodeterminación y, con ello, el valor de la dignidad humana es
trascendental. Concretamente, en lo relacionado con el contenido y alcance
de la dignidad humana, la Corte ha establecido que debe comprenderse desde
dos dimensiones «a partir de su objeto concreto de protección y con base en
su funcionalidad normativa». Sobre la primera, hace referencia a «(i) La
dignidad humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar
un plan vital y de determinarse según sus características (vivir como quiera).
(ii) La dignidad humana entendida como ciertas condiciones materiales
concretas de existencia (vivir bien). Y (iii) la dignidad humana entendida
como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e
integridad moral (vivir sin humillaciones)». En relación con la segunda
dimensión, debe comprenderse la dignidad humana como (a) un valor
fundante del ordenamiento jurídico, (b) un principio constitucional y (c) como
un derecho fundamental autónomo.

DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA-Reiteración de


jurisprudencia

CONSTITUCIONALIZACION DEL DERECHO PENAL-Alcance


6
POLITICA CRIMINAL-Concepto 

DERECHO PENAL-Relación entre la Constitución y la política


criminal del Estado

PENA-Función y finalidad

PENA-Función resocializadora

DIGNIDAD HUMANA-Fundamento de la prohibición de la tortura,


imposición de penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes

Un sistema que se funda en el valor de la dignidad humana y la protección de


los derechos humanos como límites al poder estatal, no puede concebir
dentro de su legislación cualquier medio de castigo para un condenado, pues
se reconoce a la persona ante todo como un miembro del pacto social que
tiene derechos inalienables y es un sujeto capaz de autodeterminarse. Así, las
penas y tratos crueles, inhumanos y degradantes están prohibidos por el
ordenamiento nacional e innumerables instrumentos internacionales. Lo
mismo sucede con la abolición de la pena de muerte, la cual consiste en la
concepción retributiva pura y simple de la condena y elimina todo límite al
poder punitivo del Estado. Estas penas, aquellas que obedecen solo a un
carácter vengativo, anulan la dignidad de la persona condenada y tienen
como consecuencia marginarla del pacto social, por tanto, están prohibidas
por el derecho internacional y el ordenamiento interno.

POLITICA CRIMINAL-Principios de razonabilidad y


proporcionalidad

RESOCIALIZACION-Concepto

La resocialización puede ser entendida como un conjunto de medidas,


actividades o técnicas de tratamiento social o clínico que pretenden «cambiar
la conducta del interno. Volver a socializarse, lo que significa aprender las
expectativas sociales e interiorizar normas de conducta. Resocializarse es

7
volver a valer como ser social conforme quiere la sociedad, esto implica
reconocimiento. La técnica que se maneja es el cambio de actitud y de
valores. Se confunde con el cambio de delincuente en un buen interno».

PENA-Función de prevención especial positiva

PENA-Resocialización como garantía de la dignidad humana

El reconocimiento de la resocialización como fin principal de la pena de


prisión se sustenta en la dignidad humana del individuo, pues se confirma
que la persona condenada no pierde su calidad humana y, en consecuencia,
el Estado debe brindarle alternativas que le permitan reconocer el daño que
causó, pero al mismo tiempo, incentivar un nuevo inicio afuera de la cárcel.
Por eso la resocialización puede cumplirse a través de distintas formas, tales
como la educación, el trabajo, la cultura, la recreación, el mantenimiento de
los lazos familiares, terapias de salud mental y física, entre otras actividades.

FUNCION RESOCIALIZADORA DE LA PENA-Jurisprudencia


constitucional

PODER PUNITIVO DEL ESTADO-Límites constitucionales y


garantías penales

(…) la cláusula del Estado Social y Democrático de Derecho somete el


ejercicio del poder punitivo del Estado a unos límites indiscutibles, como lo
son la dignidad humana, la igualdad y la libertad. Por tanto, la política
criminal diseñada e implementada en un Estado de esta naturaleza se
caracteriza por basarse unos principios humanitarios que reconocen a la
persona procesada penalmente, y posteriormente condenada, unos derechos
inalienables que, aún habiendo causado un daño grave a la convivencia en
comunidad por la comisión de un delito, deben ser asegurados y protegidos
por el Estado. La función preventiva especial de la pena privativa de la
libertad es esencial en la política criminal humanista y garantista. Por ello,
figuras como la redención de penas y subrogados penales son mecanismos
que incentivan a la persona condenada a realizar actividades de

8
resocialización, que al final es una expresión del reconocimiento de su
dignidad humana.

PENA DE PRISION PERPETUA-Doctrina

PENA DE PRISION PERPETUA-Alcance en el derecho


internacional de los derechos humanos

En síntesis, en el derecho internacional de los derechos humanos, tanto a


nivel universal como regional, pueden extraerse los siguientes estándares
básicos: (A) la prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes; (B) la
resocialización y readaptación de la persona condenada debe ser el fin
principal de la pena de prisión; (C) la pena de prisión perpetua está
prohibida en personas menores de edad, y excepcionalmente podría ser
impuesta con la posibilidad de excarcelación, y (D) la pena de prisión
perpetua es una pena cruel, inhumana y degradante, salvo si se garantiza su
revisión periódica con la posibilidad real y material de liberación (Tribunal
Europeo).

ESTATUTO DE ROMA DE LA CORTE PENAL


INTERNACIONAL-Imposición de pena de reclusión a perpetuidad

PODER DE REFORMA DE LA CONSTITUCION POR


SUSTITUCION-Vicio de extralimitación en la competencia

DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA-Función resocializadora

La dignidad humana como principio fundante del Estado Social y


Democrático de Derecho «obedeció a la necesidad histórica de reaccionar
contra la violencia, la arbitrariedad y la injusticia». Implica comprender al
ser humano como un fin en sí mismo y reconocer su derecho de
autodeterminación y autonomía. La garantía de la resocialización es una
forma de materializar la dignidad humana, pues reconoce la capacidad de
autodeterminación de la persona condenada y su posibilidad de volver a la
vida en comunidad. En contraste con ello, la pena de prisión perpetua

9
significa que una persona debe pasar el resto de su vida natural en prisión,
significa que, debido a la gravedad de la conducta cometida, el sistema le
niega a la persona su capacidad de arrepentimiento, reflexión y cambio y lo
margina para siempre de la sociedad. La pena de prisión perpetua es un tipo
de ejecución de pena privativa de la libertad que al final suprime la vida y
genera una «privación de futuro, un exterminio de la esperanza». Es utilizar
al individuo como un medio, volver al sujeto una herramienta del poder
punitivo del Estado para alcanzar fines sociales que se consideran más
valiosos -prevención general-, desconociéndose que la dignidad humana es
un valor que se cercena al impedirle al individuo que cumplió una pena,
volver a la sociedad.

PENA DE PRISION PERPETUA-Excepcionalidad en el Estatuto de


Roma
 
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES COMO SUJETOS DE
ESPECIAL PROTECCION CONSTITUCIONAL

POLITICA CRIMINAL DEL ESTADO-Deber de proteger a los


niños, niñas y adolescentes

Así, una política criminal fundada en el principio de la dignidad humana


debe propender por la prevención efectiva de la comisión de los delitos
contra los NNA, comprendiendo sus contextos y realidades, así como
encaminar sus acciones a asegurar la protección y la reparación de las
víctimas. Del mismo modo, en vez de adoptar medidas de naturaleza
retributiva y ejemplarizante que generen la sobre criminalización de
conductas y el aumento de las penas, se debe garantizar la resocialización de
los delincuentes.

PENA DE PRISION PERPETUA-Vulnera el principio de dignidad


humana

Como se advirtió, la prisión perpetua genera una anulación del ejercicio de


la libertad personal y la vulneración de múltiples derechos fundamentales,

10
que tiene como consecuencia inevitable, el desconocimiento de la dignidad
humana de la persona condenada. Debe reiterarse que la esperanza de
reintegración social de la persona que comete un delito, después que purgue
una condena necesaria, razonable y proporcionada, es una expresión de la
dignidad humana. Anular esta esperanza sustituye un elemento estructural de
la Constitución Política.

Referencia: Expedientes acumulados D-


13.915 y D-13.945.

Demandas de inconstitucionalidad contra


el Acto Legislativo 01 de 2020 «por medio
del cual se modifica el artículo 34 de la
constitución política, suprimiendo la
prohibición de la pena de prisión perpetua
y estableciendo la prisión perpetua
revisable».

Magistrada Sustanciadora
CRISTINA PARDO SCHLESINGER

Bogotá, D.C., dos (2) de septiembre de dos mil veintiuno (2021).

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones


constitucionales y en cumplimiento de los requisitos y trámites establecidos,
en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

I. ANTECEDENTES

11
1. En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, los ciudadanos
miembros del Grupo de Prisiones de la Universidad de Los Andes
demandaron el Acto Legislativo 01 de 2020 «por medio del cual se modifica
el artículo 34 de la constitución política, suprimiendo la prohibición de la
pena de prisión perpetua y estableciendo la prisión perpetua revisable». La
demanda fue radicada con el número D-13.915.

2. Por otra parte, actuando en su propio nombre, los ciudadanos Jhon de Jesús
Suaza Ramírez y Rubén Darío Cruz Salazar demandaron la totalidad del Acto
Legislativo 01 de 2020. La demanda fue radicada con el número D-13.945.

3. La Sala Plena en sesión del 16 de septiembre de 2020 acumuló los


expedientes mencionados y, previo sorteo de rigor, remitió el asunto al
despacho de la magistrada ponente.

4. Mediante auto del 8 de octubre de 2020 la magistrada sustanciadora, dentro


del expediente D-13.915, resolvió inadmitir la demanda por los cargos
relacionados con los presuntos vicios de procedimiento de los artículos 79,
81, 84, 89, 91, 92, 95, 97, 99, 101, 103, 105 y 123 de la Ley 5 de 1992 y por
los cargos de competencia legislativa. No obstante, decidió admitir la
demanda presentada por los ciudadanos miembros del Grupo de Prisiones de
la Universidad de Los Andes contra el Acto Legislativo 01 de 2020,
únicamente por el cargo relacionado con la presunta violación de lo dispuesto
en el artículo 294 de la Ley 5 de 1992 y 374 y 375 de la Constitución Política.

En el caso de la demanda D-13.945 la magistrada resolvió inadmitir todos los


cargos por ausencia del cumplimiento de los requisitos exigidos.

En este mismo auto el despacho procedió a: (i) conceder el término de tres


días a los demandantes para presentar corrección de las demandas; (ii)
disponer su fijación en lista; (iii) comunicar la iniciación del proceso a la
Presidencia del Senado de la República y a la Presidencia de la Cámara de
Representantes; (iv) invitar a la Defensoría del Pueblo, a la Academia
Colombiana de Jurisprudencia, a DeJusticia, a la Comisión Colombiana de
Juristas, al Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, y a las Facultades
12
de Derecho de las Universidades de Antioquia, de Los Andes, del Rosario, de
Caldas, del Cauca, Externado de Colombia, EAFIT, Javeriana, Nacional de
Colombia, de Nariño, del Norte, Pontificia Bolivariana, de la Sabana, Santo
Tomás y Sergio Arboleda, para que, en caso de considerarlo pertinente,
presentaran un concepto técnico sobre los aspectos que consideraran
relevantes para la elaboración del proyecto de fallo; (v) dar traslado al
Procurador General de la Nación para que rinda el concepto a su cargo en los
términos previstos en el artículo 7 del Decreto 2067 de 1991; y (vi) decretar
la práctica de una prueba.1

5. Dentro del término previsto, solo el Grupo de Prisiones de la Universidad


de Los Andes (D-13.915) presentó escrito de corrección de la demanda, en el
que centró su argumentación en el cargo relativo a los vicios de competencia
por el desconocimiento de los artículos 114, 374 y 375 de la Constitución
Política. Del expediente D-13.945 no se recibió escrito alguno.

6. En consecuencia, mediante auto del 3 de noviembre del 2020 la magistrada


sustanciadora resolvió (a) admitir el cargo relativo a la presunta vulneración
de los artículos 114, 374 y 375 de la Constitución Política, formulado y
corregido en el expediente D-13.915; (b) rechazar parcialmente la demanda

1 «Por medio de la Secretaría General de este tribunal, solicitar a los Secretarios


Generales del Senado de la República y de la Cámara de Representantes que, en el
término de diez días, contados a partir del día siguiente al recibo de la comunicación
de este auto remitan a este despacho las Gacetas de Congreso en las que conste la
totalidad de los antecedentes del proyecto de acto legislativo bajo revisión. Esta
remisión deberá hacerse de manera organizada, conforme a las etapas previstas en el
trámite legislativo, en medio magnético. || Particularmente, el Secretario del Senado
de la República, además de lo solicitado en el inciso anterior, deberá allegar los
documentos y actuaciones adelantadas respecto de la recusación presentada por el
ciudadano Esteban Alexander Salazar Giraldo contra todos los miembros integrantes
de la Comisión Primera Constitucional Permanente del Senado de la República
(Rad. No. 273). || Igualmente, se solicitará a la Comisión Primera Constitucional del
Senado de la República y a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista
respectiva, que manifieste todo lo que estime pertinente en relación con el cargo
presentado por los ciudadanos del expediente D-13.915 sobre el desconocimiento
del artículo 294 de la Ley 5 de 1992 y los principios constitucionales del debate
legislativo.»
13
D-13.915 respecto de los cargos que no fueron corregidos y (c) rechazar
integralmente la demanda D-13.945.

7. Una vez cumplido el término probatorio, mediante auto del 15 de enero de


2021 se ordenó dar trámite al proceso de la referencia. Adicionalmente, la
magistrada sustanciadora invitó a rendir concepto del asunto de la referencia,
al Ministerio de Justicia y del Derecho, al Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario – INPEC, a la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios -
USPEC y al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el
fin de que dieran respuesta a unos interrogantes planteados. 2 Cabe precisar
que el Instituto Nacional Penitenciario – INPEC fue la única institución que
remitió la información solicitada.3 El Ministerio de Justicia y del Derecho no
allegó información y el Instituto Nacional de Medicina y Ciencias Forenses
afirmó que no contaba con la información requerida.

Igualmente, invitó a las siguientes autoridades para que emitieran un concepto


sobre lo que estimaran pertinente, relacionado con los problemas jurídicos
que se desprenden del debate sobre la constitucionalidad del Acto Legislativo
01 de 2020: a la Fiscalía General de la Nación; al Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar; al Grupo de acciones públicas de la Icesi; al Centro de
Investigación en Política Criminal de la Universidad Externado de Colombia;
al Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario; al Observatorio
Constitucional – Universidad Libre de Colombia, sede Bogotá; a la Escuela
de Investigación en Criminologías Críticas, Justicia Penal y Política Criminal

2 A estas entidades se les solicitó, concretamente, “informar a esta Corporación, con


base en los estudios y datos que dispongan, (i) si cuentan con información
relacionada con los efectos en la salud mental y física de las personas privadas de la
libertad intramural por periodos largos de tiempo; (ii) índices de reincidencia de los
delitos objeto de regulación en el Acto Legislativo 01 de 2020; y (iii) las políticas,
procesos y programas de resocialización de las personas privadas de la libertad,
incluyendo aquellos que se implementan, concretamente, para el tratamiento de las
personas que han cometido delitos como los que regula el Acto Legislativo 01 de
2020. De igual forma, podrán manifestarse sobre los asuntos de relevancia
constitucional que estimen pertinentes”.
3 Se hará referencia a esta información en el análisis de conclusión el juicio de
sustitución. La información allegada puede ser consultada en el Anexo II de esta
sentencia.
14
“Luis Carlos Pérez” de la Universidad Nacional; a la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia; a la Facultad de Derecho
de la Universidad San Buenaventura de Cali; a la Corporación Humanas
Colombia; a la Corporación Excelencia en la Justicia; a los expertos
penalistas, Yesid Reyes Alvarado, Ricardo Posada Maya.

8. A continuación se transcribirá la norma cuyos cargos fueron admitidos por


el despacho sustanciador.

II. NORMA DEMANDADA

ACTO LEGISLATIVO 01 DE 2020

(Julio 22)

"por medio del cual se modifica el artículo 34 de la Constitución Política,


suprimiendo la prohibición de la pena de prisión perpetua y
estableciendo la prisión perpetua revisable"

EL CONGRESO DE COLOMBIA

DECRETA:
 
ARTÍCULO  1°. Modifíquese el artículo 34 de la Constitución
Política, el cual quedará así:
 
ARTÍCULO 34. Se prohíben penas de destierro y confiscación.
 
No obstante, por sentencia judicial, se declarará extinguido el
dominio sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento
ilícito, en perjuicio del Tesoro Público o con grave deterioro de
la moral social.
 
De manera excepcional cuando un niño, niña o adolescente sea
víctima de las conductas de homicidio en modalidad dolosa,
15
acceso carnal que implique violencia o sea puesto en incapacidad
de resistir o sea incapaz de resistir, se podrá imponer como
sanción hasta la pena de prisión perpetua.
 
Toda pena de prisión perpetua tendrá control automático ante el
superior jerárquico.
 
En todo caso la pena deberá ser revisada en un plazo no inferior
a veinticinco (25) años, para evaluar la resocialización del
condenado.
 
PARÁGRAFO TRANSITORIO. El Gobierno Nacional contará
con un (1) año contado a partir de la fecha de promulgación del
presente acto legislativo, para radicar ante el Congreso de la
República el proyecto de ley que reglamente la prisión perpetua.
 
Se deberá formular en el mismo término, una política pública
integral que desarrolle la protección de niños, niñas y
adolescentes; fundamentada principalmente en las alertas
tempranas, educación, prevención, acompañamiento psicológico
y la garantía de una efectiva judicialización y condena cuando
sus derechos resulten vulnerados.
 
Anualmente se presentará un informe al Congreso de la
República sobre el avance y cumplimiento de esta política
pública. Así mismo, se conformará una Comisión de
Seguimiento, orientada a proporcionar apoyo al proceso de
supervisión que adelantará el Legislativo.
 
ARTÍCULO 2°. El presente acto legislativo rige a partir de la
fecha de su promulgación.”

III. DEMANDA (Exp. D-13.915)

16
Los miembros del Grupo de Prisiones presentaron su demanda con dos
grandes solicitudes. En primer lugar, argumentaron que el proceso de
expedición del Acto Legislativo 01 de 2020 incurrió en varios vicios de
procedimiento en distintos momentos del debate legislativo. En segundo
lugar, sostuvieron que el legislador excedió su competencia como
constituyente derivado, puesto que el Acto Legislativo sustituyó un eje axial
de la Carta Política, y por tanto, debe ser declarado inconstitucional.

En lo relacionado con la primera solicitud, como fue descrito en los


antecedentes de esta providencia, la magistrada sustanciadora únicamente
admitió un cargo por vicios de procedimiento, relacionado con la presunta
vulneración del artículo 294 de la Ley 5 de 1992 por el desconocimiento del
principio constitucional de deliberación democrática. Por tanto, se hará
referencia a los argumentos que se desarrollaron en la demanda sobre este
único cargo de procedimiento.

Los demandantes resaltaron que la segunda vuelta de debates del Acto


Legislativo se realizó de forma virtual. A pesar de que la Carta Política no
prohíbe la realización de los debates legislativos de manera virtual, en el
marco de la pandemia y por revisión de uno de los decretos expedidos por el
Gobierno nacional, la Corte emitió la sentencia C-242 de 2020, en la cual se
estableció que los funcionarios y contratistas de la administración deben
seguir cumpliendo sus labores legales y constitucionales, bien sea desde la
casa, o cuando la necesidad del servicio lo exija, deberán hacerlo de forma
presencial. Con sustento en ello, los actores señalaron que, con las
particularidades de la virtualidad, los vicios procedimentales que se
identificaron no son meras formalidades, sino vicios significativos, que
afectaron la calidad de los debates.

Específicamente, argumentaron que la decisión de la recusación presentada


contra todos los miembros de la Comisión Primera Constitucional
Permanente del Senado de la República presentó irregularidades al momento
de decidirse (art. 294 de la Ley 5 de 1992). El Grupo de Prisiones adujo sobre
este asunto que “frente al debate de si dicha recusación era procedente, la
mesa directiva de la Plenaria del Senado de la República decidió que se
17
votase al respecto en el transcurso del octavo debate. Esto constituyó un
grave error de competencia, puesto que de acuerdo con el artículo 294 de la
Ley 5 de 1992, (…) no le corresponde a la Plenaria del Senado, sino a la
Comisión de Ética y Estatuto del Congresistas, tomar decisiones sobre
recusaciones a congresistas”.4 Esta situación, según los actores, tuvo como
consecuencia que el debate girara en torno a la procedencia de la recusación y
no al fondo de la reforma constitucional. Además, varios congresistas
recusados se abstuvieran de participar en debates posteriores ante la
incertidumbre de cómo proceder con la recusación. Esto afectó fuertemente el
principio de deliberación pues en el último debate muchos congresistas que se
oponían a la iniciativa no participaron al no conocer la decisión de la
recusación.

Ahora bien, en lo ateniente a los vicios de competencia en la expedición del


Acto Legislativo, la demanda los dividió en dos asuntos concretos: (i) la
decisión sobre la recusación presentada contra todos los miembros de la
Comisión Constitucional Permanente del Senado y (ii) la extralimitación de
competencia del Congreso para reformar la Constitución de 1991 (test de
sustitución).

Sobre el primer punto, los actores reiteraron y mencionaron que la decisión


que resolvió finalmente la recusación no se ajustó a derecho, puesto que no
fue decidida por el órgano parlamentario competente, y en cambio, se rechazó
por el incumplimiento de requisitos formales qué al parecer sí estaban
cumplidos. Por ejemplo, la decisión señaló que no había pruebas sobre los
reproches de la recusación, pero el ciudadano sí adjuntó la grabación del
debate, en donde supuestamente se puede corroborar lo que se alega. Dicen
los demandantes que la alegada falta de sustento probatorio no justifica
jurídicamente la decisión del Presidente de la Comisión de Ética, pues las
acusaciones podían revisarse en las grabaciones. Adicionalmente, la
recusación fue declara improcedente por la falta de individualización,
argumento que carece de todo sustento, dado que estaba dirigida a “todos los
miembros de la Comisión Primera Permanente del Senado”, lo que los hacía
identificables. Según los actores, los congresistas recusados eran tan
4 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 19.
18
“identificables”, que no estuvieron presentes en el octavo debate ya que aún
no sabían qué podía suceder con la recusación. Así las cosas, existió una
irregularidad en la competencia, la cual se concretó en que fue el Presidente
de la Comisión de Ética quien determinó la inadmisión de la recusación, y no
la Comisión de Ética (art. 64 de la Ley 1828 de 2017); y por otra parte, la
recusación “no debió ser inadmitida” por las razones emitidas por el
Presidente de la Comisión de Ética.

En lo referente al segundo asunto, los demandantes procedieron a realizar el


test de sustitución constitucional para sustentar el cargo de extralimitación de
la competencia del Congreso como constituyente derivado, conforme a los
artículos 114, 374 y 375 de la Constitución Política.

Con el fin de establecer los ejes definitorios de la Constitución Política, los


demandantes realizaron un análisis juicioso sobre los conceptos del Estado
Social de Derecho y la dignidad humana. Para el efecto, citaron varias
sentencias de la Corte Constitucional y concluyeron que “(…) el Estado
Social de Derecho en Colombia es una forma de organización estatal que se
orienta a garantizar la justicia social y la dignidad humana, al tiempo que
sujeta a las autoridades públicas a los principios, derechos y deberes
plasmados en las normas (…) En consecuencia, las acciones de todos los
poderes públicos deben: (i) estar orientadas al servicio a la persona y sus
derechos (“las autoridades están precisamente instituidas para proteger a
toda persona en su vida plena”) y (ii) evitar aquellas acciones que, aun
cuando potencialmente puedan dirigirse a la satisfacción del bienestar
colectivo, cosifiquen o instrumentalicen al individuo. El respeto por la
dignidad humana no es solo una norma constitucional vinculante para todas
las autoridades, sino unos de los ejes centrales del andamiaje político y
jurídico a través del cual se debe hace realidad el Estado Social de Derecho
en Colombia”.5 Luego de hacer toda una descripción pormenorizada sobre el
concepto de la dignidad humana y sus implicaciones en el actuar de las
autoridades estatales, así como su alcance, los demandantes señalan que
existe la posibilidad de reconocer derechos innominados, a través del artículo
94 de la Constitución. Para ello, citan casos en los que la Corte ha reconocido
5 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folios 32 y 33.
19
derechos que no están expresamente consagrados en la Carta Política, como
lo son el “mínimo vital” y la “filiación real”. Según los actores el
reconocimiento de estos derechos innominados ha tenido como denominador
común, la dignidad humana.

Con sustento en lo anterior, inician su exposición sobre el “derecho a la


resocialización” como “el derecho de regresar a la sociedad en libertad y en
democracia”, tal como lo ha interpretado la jurisprudencia constitucional.
Resaltan, con sustento en varias sentencias de la Corte, que la resocialización
es consustancial a la política criminal de un Estado Social de Derecho:

“Así, la Corte Constitucional ha reconocido el derecho a la


resocialización como una forma de garantizar la dignidad
humana de las personas privadas de la libertad, por lo que
durante la ejecución de la pena los fines de esta que deben primar
son el de la prevención especial positiva y la reinserción social.
Durante la ejecución del tratamiento penitenciario el Estado tiene
la obligación constitucional de garantizar la autonomía y libertad
de conciencia de los condenados, así como de darles los medios,
si así lo desean, para rehacer sus vidas y reintegrarse a la
sociedad como ciudadanos con un proyecto vital y dispuestos a
respetar las normas jurídicas y sociales”.6

En el mismo sentido, entre muchas otras, citaron la sentencia C-261 de 1996


en la cual se estableció que la ejecución de las penas, en el marco del Estado
Social de Derecho y la dignidad humana, debe regirse por el fin de reintegrar
a la persona a la vida en comunidad. Para los demandantes, en Colombia “no
es constitucionalmente viable imponer penas y condiciones de cumplimiento
que sean en esencia, por su duración o por su consecuencia,
desocializadoras”.7 Las penas de prisión perpetua son contrarias y vulneran el
derecho a la resocialización, y en consecuencia al reconocimiento de la
dignidad humana, toda vez que no le permiten al sujeto volver a la comunidad
y realizar una vida plena. Son penas que limitan desproporcionadamente el
6 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 35.
7 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 38.
20
derecho de la persona privada de la libertad con el mundo exterior,
desvaneciendo su autonomía y planes de vida. Para los actores, una pena de
prisión perpetua configura un trato cruel e inhumano contra la persona que,
además, envía un mensaje a la sociedad de que tal sujeto ya no es apto para
convivir (“he aquí alguien sin remedio”).8

En este punto, los miembros del Grupo de Prisiones subrayaron que el hecho
de que la pena de prisión perpetua sea revisable a los 25 años, no la hace más
digna, pues la posibilidad de recobrar la libertad es lejana e incierta, “lo que
hace que el penado tenga que vivir en incertidumbre y con bajas expectativas
de recuperar la libertad”.9 La institucionalización o prisionalización,
entendida como el efecto negativo generado por la estadía perpetua o
prologada en un lugar cerrado y disciplinario, afecta la agencia moral del
individuo, pues varios estudios han demostrado que la persona se vuelve más
introvertida y menos interesada y motivada para realizar actividades de
resocialización.

En palabras de los actores: “La apatía y la disminución de la motivación de


crear un proyecto de vida y vivir conforme a este por parte del condenado a
este tipo de penas van aumentando en la medida en que: (i) se depende
absolutamente de la institución hasta para tomar las más mínimas decisiones
y (ii) no hay garantías de una futura reinserción social que permita que ese
proyecto vital se termine llevando a cabo. Esto lleva a que los internos
condenados a penas como la de prisión perpetua revisable se vuelvan seres
dependientes y tengan visibles dificultades para tomar decisiones por sí
mismos, así se trate de decisiones nimias o insignificantes propias de la vida
diaria, y para definir libre y autónomamente su carácter o personalidad. Así,
la agencia moral de estos individuos se ve anulada, negándoles uno de los
aspectos esenciales de su dignidad como seres humanos.” 10 Las afectaciones
a los derechos a la resocialización, a la dignidad humana y al libre desarrollo
de la personalidad, lleva también a una grave violación a la integridad mental
de la persona privada de la libertad, quien sufre de una ruptura de su

8 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 37.


9 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 37.
10 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 38.
21
desarrollo social y emocional, dadas las condiciones de aislamiento carcelario
a las que se somete.

Adicionalmente, resaltaron que todos los efectos negativos son más graves en
circunstancias de hacinamiento como las que se presentan en el sistema
carcelario colombiano, en razón a la falta de servicios de salud, alimentación,
entre otros, que no se garantizan de forma plena. La ausencia de estas
condiciones mínimas de subsistencia digna en un centro carcelario, además de
estar sometido a un encierro perpetuo, puede configurar en un trato
inhumano, cruel y degradante, prohibido por el artículo 12 de la Constitución.

Luego, los demandantes sostienen que “la cadena perpetua es incompatible


con el derecho penal de acto y con el derecho al debido proceso”. Sobre el
primero, explicaron que el derecho penal en Colombia, en el marco
constitucional vigente (inc. 2 de artículo 29 de la CP), no considera como
objeto de reproche al autor del delito por ser quien es, sino que solo debe
censurarse el acto o comportamiento que ha cometido. Bajo ese
razonamiento, los demandantes señalaron que “[t]odo esto implica que la
responsabilidad penal que da origen a la imposición de una pena ha de tener
soporte en la conducta antijurídica y culpable realizada por el sujeto, por lo
que tomar como fundamento del castigo la apreciación subjetiva sobre la
personalidad o peligrosidad del sindicado, al margen de sus actos, resulta
contrario a la Constitución, en particular, al artículo 29 superior”.11
Subrayaron que el derecho penal de acto se distingue del derecho penal de
autor o del enemigo y que el primero se inserta como un límite al ejercicio del
poder punitivo del Estado. Así, argumentaron que en la expedición del Acto
Legislativo 01 de 2020 se puede establecer que “varias de las intervenciones
en los diferentes debates legislativos (…) se basaron, no sólo en posiciones
basadas en prejuicios (en lugar de fundamentos empíricos), sino también en
argumentos incompatibles con nuestro ordenamiento constitucional, al
afirmarse reiteradamente que quienes cometen delitos sexuales y otros delitos
graves en contra de menores en Colombia son incorregibles, y por lo tanto
irremediablemente peligrosos, lo que se evidenciaría en sus altos niveles de

11 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 41.


22
reincidencia delictiva”.12 Lo anterior, demuestra que la imposición de la pena
perpetua establecida en el Acto Legislativo obedece no al acto mismo, sino a
la presunta creencia de que la persona que lo ha cometido tan pronto salga de
la prisión volverá a reincidir en el comportamiento.

Así pues, para los demandantes, el Congreso de la República extralimitó su


competencia y sustituyó los siguientes pilares axiales de la Constitución
Política: (a) el modelo del Estado Social de Derecho y (b) el deber del Estado
de respetar, garantizar y proteger los derechos humanos. Para sostener estos
dos ejes axiales de la Constitución, los demandantes (i) reiteran la línea
jurisprudencial de la Corte que sostiene que el derecho a la resocialización es
fundamental. Igualmente, hacen referencia a las sentencias que desarrollan el
contenido de este derecho y su relación con la dignidad humana. Así mismo,
hacen mención de los estándares internacionales sobre el mismo asunto. En la
misma línea demuestran la jurisprudencia que sostiene que: (ii) la cadena
perpetua constituye un trato cruel, inhumano y degradante; y (iii) la cadena
perpetua es la expresión del derecho penal de autor. Con sustento en estos
contenidos, proceden a realizar el análisis de la premisa menor del juicio de
sustitución.

Explican que la cadena perpetua como sanción penal establecida en el Acto


Legislativo que modificó el artículo 34 de la Constitución Política, en
realidad no solo cambió el texto de la Carta sino que lo sustituyó y su
contenido contraría elementos esenciales del Estado Social de Derecho como
lo son la dignidad humana y el derecho a la resocialización.13 En palabras de
los demandantes:

“El Constituyente Secundario tiene “sus principales límites en


los derechos constitucionales, dentro de los cuales se destacan la
dignidad humana, el libre desarrollo de la personalidad, y la
salud en conexidad con la vida y la integridad de las personas”,
que expresan la identidad de la obra constituyente de 1991, la
consagración del Estado Social de Derecho y el deber de garantía
12 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 46.
13 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 57.
23
de los derechos humanos por parte del Estado. La
resocialización, como derecho fundamental, es un elemento no
sólo central dentro de la teoría de los fines de la pena, sino de los
fines de la pena que fueron acogidos por el ordenamiento jurídico
colombiano y por la propia Constitución. Es así que la
jurisprudencia constitucional ha estimado que la ejecución de las
penas debe tener una función ante todo resocializadora, lo que
contribuye a la protección de los derechos y dignidad humana del
reo y al desarrollo de los postulados básicos del Estado Social de
Derecho”.14

Finalmente, el Grupo de Prisiones reiteró que la reforma constitucional


“cierra toda posibilidad de establecer estímulos e incentivos que motiven a
los condenados a prisión perpetua para coadyuvar a su resocialización y
retorno a la comunidad”.15 Resaltó que la revisión de la pena a los 25 años,
además de haberse establecido sin ninguna justificación, es un término
excesivo y se torna en un desincentivo para quienes padecen esa pena, pues
no satisface el requisito resocializador de retornar a la vida social, y convierte
la sanción en un “encierro retributivo e incapacitador”.16

Con sustento en todo lo anteriormente descrito, los miembros del Grupo de


Prisiones de la Universidad de Los Andes concluyeron que el constituyente
secundario extralimitó sus competencias a través del Acto Legislativo 01 de
2020, toda vez que sustituyó elementos esenciales y definitorios de la
Constitución, como lo son el Estado Social de Derecho y del deber del Estado
de respetar, garantizar y proteger los derechos humanos de todas las personas.

Escrito de corrección de la demanda

Los demandantes se concentraron en corregir las omisiones argumentativas


relacionadas con el cargo sobre el presunto vicio formal de competencia, y

14 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 59.


15 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 63.
16 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 63.
24
concretamente, se dedicaron a mejorar los elementos jurisprudenciales que se
requieren para realizar el juicio de sustitución de la Constitución.

Al respecto, reiteraron los contenidos de la premisa mayor largamente


desarrollados en la demanda inicial. Luego, procedieron a darle mayor
precisión argumentativa a la premisa menor. Señalaron que el Acto
Legislativo al contemplar una revisión de la condena de prisión perpetua a los
25 años, afecta y hace improbable la resocialización de la persona privada de
la libertad, dados los efectos físicos y psicológicos de un periodo tan largo de
internamiento. En este punto, citaron providencias de la Corte Constitucional
en las que se evidencia, según los actores, un “diagnóstico” sobre los efectos
que tiene la privación de la libertad intramural en la resocialización de una
persona. Resaltaron que “(…) difícilmente podrá garantizarse el derecho a la
resocialización a aquellos internos que sean penados con una cadena
perpetua que solo sería revisable, en el mejor de los casos, a los 25 años. En
otras palabras, las posibilidades de que una persona se resocialice en lugar
de desocializarse9, estando recluido en una penitenciaría colombiana por
mínimo 25 años, teniendo en cuenta el contexto de violencia, la interacción
entre los internos y los efectos de estigmatización de la pena, son entre
mínimas y nulas”.17

Por otra parte, los demandantes insistieron en que la posibilidad de revisión


de la condena no hace que el individuo se resocialice, pues deben tenerse en
cuenta otros factores del internamiento, como lo son las condiciones
carcelarias del sistema penitenciario colombiano. Por lo anterior, recordaron
que la Corte ha exigido que se limite la privación de la libertad en los
establecimientos carcelarios, toda vez que “esta privación dificulta la
reinserción del individuo al pacto social y lo condena a la estigmatización y
al aislamiento”.18

Así, el reconocimiento del derecho a la resocialización no implica renunciar


de forma absoluta a la pena de prisión, sino que exige implementar medidas

17 Expediente D-13.915. Escrito de corrección a la demanda. Folio 6.


18 Expediente D-13.915. Escrito de corrección a la demanda. Folio 7. Al respecto,
citan la sentencia T-267 de 2015.
25
que garanticen condiciones dignas dentro de la reclusión, tales como
garantizar el contacto con la familia y la sociedad, garantizar la autonomía y
libertad de conciencia, ofrecer instrumentos para la reactivación de las vidas y
la reintegración legal a la sociedad, entre otros. Sin embargo, tratándose de
los delitos del Acto Legislativo 01 de 2020, en concordancia con lo dispuesto
en el artículo 199 del Código de Infancia y Adolescencia “(…) ninguno de los
condenados a prisión perpetua revisable podrá gozar de los beneficios y
subrogados penales que posibilitan y dinamizan el tratamiento penitenciario
y que facultan al Estado para decir que se están tomando las medidas
necesarias para garantizar el derecho a la resocialización”.19 Con ello, los
demandantes advirtieron que si la persona privada de la libertad no cuenta
con el acceso a mecanismos tales como la redención de la pena, incentivos,
beneficios o subrogados penales, se le está vulnerando su derecho a la
resocialización. En palabras de los ciudadanos demandantes:

“Para concluir este punto podemos agregar que aun cuando la


cadena perpetua sea revisable a los 25 años, el término propuesto
por el Acto Legislativo no favorece de ninguna manera a las
personas privadas de la libertad, sino que por el contrario les
ocasiona un perjuicio irremediable. La medida impuesta, junto
con su revisión, son un atentado en contra del goce efectivo de
los derechos a la redención de pena y a la resocialización que han
sido reconocidos a todos los condenados. En este sentido
afirmamos que, sin el acceso al goce efectivo de tales derechos,
la condena a prisión perpetua, por más revisable que sea, se
convierte en un mecanismo meramente retributivo que solo busca
infligir dolor en contra del penado y en consecuencia convierte
dicha pena en un trato cruel, inhumano y degradante que rompe
por completo con uno de los ejes transversales de nuestro
ordenamiento constitucional, como lo es el respeto de la dignidad
humana”.20

19 Expediente D-13.915. Escrito de corrección a la demanda. Folio 8.


20 Expediente D-13.915. Escrito de corrección a la demanda. Folio 11.
26
Afirmaron que, al final lo que permite el Acto Legislativo es mantener a unos
ciudadanos en un estatus inferior a los demás debido a su peligrosidad, y por
tanto, negarles su inclusión a la ciudadanía y a la comunidad en general. Esta
“segunda categoría” de ciudadanos, al denegarles la posibilidad de
resocialización, también les es negada su dignidad humana, y con todo ello,
se desconocen ejes axiales de la Constitución Política.

Con sustento en lo anterior, los demandantes explicaron que los límites


materiales y controles judiciales que contempla el Acto Legislativo para
evaluar la procedencia de la pena de prisión perpetua no hacen la medida
“más constitucional”, toda vez que “no protegen las diferentes facetas de la
dignidad humana que se discutieron en la demanda, ni hacen que se mejoren
los pronósticos de cumplimiento de los derechos de redención y
resocialización del condenado. Puede que se garantice la aplicación correcta
y razonable de una pena que, no obstante, es incompatible con nuestro
ordenamiento constitucional. Que se aplique razonablemente y con plenas
garantías no la hace menos inconstitucional. || En definitiva, a pesar de
reconocerse como medidas bien orientadas, los límites materiales y los
controles judiciales no remedian la inconstitucionalidad del Acto Legislativo,
pues no impactan directamente en los puntos en que hubo una notoria
extralimitación de competencias del constituyente secundario que sustituyó al
primario al cambiar ejes esenciales o definitorios de la Carta Política”.21

Con relación a las prescripciones establecidas en el Estatuto de Roma, los


demandantes aclararon que éstas no son aplicables a las autoridades judiciales
internas, sino solo a la competencia de la Corte Penal Internacional bajo
estándares normativos muy diferentes a los que se analizan en la demanda. De
hecho, los delitos del Estatuto son de naturaleza internacional (genocidio,
crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad), mientras que el Acto
Legislativo solo cubre i) conductas de homicidio en modalidad dolosa o (ii)
acceso carnal que implique violencia o puesta en incapacidad de resistir, en
las que el sujeto pasivo sea un niño, niña o adolescente. De ese modo, según
los actores, la consagración de la pena de prisión perpetua en el Estatuto de
Roma no tiene ninguna incidencia en el ordenamiento interno. Resaltaron el
21 Expediente D-13.915. Escrito de corrección a la demanda. Folio 13.
27
carácter complementario y no sustitutivo de las previsiones contenidas en el
tratado.

Finalmente, los actores reiteraron los argumentos del escrito de la demanda


inicial (sobre el presunto vicio formal de competencia) y solicitaron al
despacho sustanciador requerir un concepto al Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, en el que se resuelvan varios interrogantes
tendientes a determinar los efectos en la salud de la reclusión intramural por
periodos largos de tiempo.

IV. INTERVENCIONES

INHIBICIÓN
CONSTITUCIONALIDA
INCONSTITUCIONA COMO
D SIMPLE o
L PETICIÓN
CONDICIONADA
PRINCIPAL
Juan David Castro Arias22 Semillero de Derecho Defensoría del
Penitenciario – Pontificia Pueblo.
Universidad Javeriana de Subsidiariamente
Bogotá23 solicita la
constitucionalidad
con
condicionamiento
s24

Ministerio de Justicia y del Semillero de Derecho


Derecho25 Procesal – Universidad

22 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24884
23 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=23127
24 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25338
25 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24938
28
de Sucre26

Mauricio Cristancho Ariza. Harold Eduardo Sua


Constitucionalidad Montaña28
condicionada.27

Instituto Colombiano de Clínica Jurídica de


Bienestar Familiar - ICBF29 Interés Público – Grupo
Investigativo de
Intervención Social –
Universidad
Surcolombiana30

Grupo de Investigación Ricardo Posada Maya32


Justicia, Ámbito Público y
Derechos Humanos y el
Semillero Fundamentos
Filosóficos del Derecho
Constitucional –
Universidad de La Sabana31

Defensoría del Pueblo. Facultad de


Constitucionalidad con Jurisprudencia –

26 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=21371
27 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25015
28 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24933
29 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25040
30 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24935
31 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25044
32 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24981
29
condicionamientos33 Universidad del
Rosario34

Yesid Reyes Alvarado35

Escuela de Investigación
y Pensamiento Penal –
Polcrymed – Universidad
Nacional de Colombia36

Colegio de Abogados
Penalistas37

Clínica Socio Jurídica de


Interés Público de la
Universidad de Caldas38

Clínica Jurídica de
Interés Público y
Derechos Humanos –
Universidad de La
Sabana39

Facultad de Derecho y
33 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25338
34 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25011
35 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25027
36 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25033
37 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25037
38 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25050
39 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25025
30
Ciencias Políticas –
Universidad San
Buenaventura de Cali40

Centro de Investigación
en Política Criminal y
otros estudiantes –
Universidad Externado
de Colombia41

Grupo de Acciones
Públicas – GAPI –
Universidad del
Rosario42

Coalición Contra La
Vinculación De Niños,
Niñas Y Jóvenes Al
Conflicto Armado En
Colombia – Coalico43

La síntesis de las intervenciones puede consultarse en el Anexo I de esta


providencia que hace parte integral de la sentencia.

V. CONCEPTO DE LA VICEPROCURADURÍA GENERAL DE LA


NACIÓN

40 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25261
41 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=24037
42 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25574
43 https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?id=25628
31
La Procuradora General de la Nación mediante oficio del 1° de febrero de
2021 presentó impedimento para rendir concepto. Señaló que participó «en la
expedición de la norma acusada (…) en los términos del artículo 208 de la
Constitución, representé al Gobierno Nacional en el trámite legislativo de la
misma. En efecto, en la condición de Ministra de Justicia y del Derecho que
ostentaba para la época, participé en las deliberaciones ante las cámaras que
dieron origen al Acto Legislativo 01 de 2020, como consta en las Gacetas del
Congreso 260 y 635 de 2020».

Mediante Auto 048 de 11 de febrero de 2021 la Sala Plena de la Corte


Constitucional aceptó el impedimento formulado y ordenó correr traslado al
Viceprocurador.

A través del concepto allegado el 21 de abril de 2021 el Doctor Antonio


Thomas Arias, Viceprocurador General de la Nación solicitó a la Corte
Constitucional declarar la constitucionalidad del Acto Legislativo 01 de 2021.

En primer lugar, en lo relacionado con el cargo sobre vicio de procedimiento


por el desconocimiento del artículo 294 de la Ley 5 de 1992, argumentó que
con base en la información contenida en las Gacetas del Congreso 719 y 1255
de 2020, la recusación del ciudadano Esteban Alexander Salazar Giraldo fue
tramitada por la Comisión Primera del Senado y se declaró improcedente. En
el mismo sentido, la Plenaria del Senado votó la improcedencia de la
recusación.

Por tanto, el Ministerio Público concluyó que no existía irregularidad alguna:


«(1) La primera recusación fue tramitada por la Comisión de Ética y Estatuto
del Congresista del Senado conforme a la normatividad vigente, adoptándose
una decisión que, en principio, resulta razonable si se tiene en cuenta la
vaguedad y generalidad del reproche realizado a los parlamentarios; y (2) La
decisión de la Plenaria del Senado de no remitir la segunda recusación
presentada a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista dada su similitud
con la primera, no se advierte arbitraria, pues encuentra fundamento en lo
dispuesto en el artículo 65 de la Ley 1828 de 2017, el cual dispone que
“resuelta la recusación interpuesta ante alguna de las Comisiones de la
32
respectiva Cámara, no es procedente con la misma argumentación fáctica y
de derecho su presentación nuevamente ante la Plenaria”»44

Para el Ministerio Público el hecho de que buena parte de los debates séptimo
y octavo hayan girado en torno a la procedencia y trámite de la recusación no
implicó una afectación a la deliberación, pues luego de negarla, los
congresistas presentaron ponencias, objeciones y votaron sobre el proyecto de
reforma a la Constitución. Añadió que el control constitucional del debate
legislativo no puede comprender la calidad o suficiencia del mismo, pues
debe respetarse la autonomía del Congreso en su actuar.

Con todo, concluyó que el cargo sobre el supuesto vicio de procedimiento no


puede prosperar porque no se desconoció la normatividad vigente no se
vulneró el principio de deliberación democrática.

En segundo lugar, en lo referente al cargo sobre el vicio de competencia,


específicamente la presunta sustitución a la Constitución, el Ministerio
Público señaló que la reforma introducida no afecta ningún eje axial de la
Constitución Política de 1991. Al respecto, afirmó que el Estado Social de
Derecho fundado en la dignidad humana es un eje definitorio de la Carta. En
consecuencia, desarrolló las premisas esenciales sobre la dignidad humana y
las personas privadas de la libertad. Adujo que la jurisprudencia
constitucional ha establecido que (i) el Estado debe «velar para que las
sanciones impuestas tengan una finalidad resocializadora, esto es, que el
tratamiento penitenciario este destinado a que una vez el individuo haya
cumplido con el tiempo en prisión dispuesto por la justicia, pueda
reincorporarse positivamente a la sociedad considerándose parte de ella»45;
(ii) garantizar unas condiciones mínimas dignas para las personas privadas de
la libertad; y (iii) asegurar que el personal penitenciario no someta a tratos
crueles, inhumanos y degradantes a las personas privadas de la libertad bajo
su custodia. Están prohibidos los castigos corporales y las humillaciones.

44 Concepto del Viceprocurador General de la Nación. 21 de abril de 2021.


Disponible en: https://www.corteconstitucional.gov.co/secretaria/archivo.php?
id=28128
45 Concepto del Viceprocurador General de la Nación. 21 de abril de 2021.
33
Sobre la primera obligación estatal, precisó que «a efectos de armonizar la
aplicación de la prisión perpetua con el respeto de la dignidad humana, se ha
indicado la necesidad de asegurar la procedencia de un mecanismo idóneo y
adecuado de revisión periódica de la sanción». Subrayó que los estándares de
derecho internacional no prohíben expresamente la pena de prisión perpetua
en mayores de edad, y en cambio, sí exigen que sea sujeto de revisión al
menos a los 25 años de cumplida. Para el efecto, citó al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos y derecho comparado para evidencia que la “cadena
perpetua revisable” es una medida aplicada por otros Estados.

Según el Ministerio Público la prohibición dispuesta en el artículo 34 de la


Constitución no era absoluta, pues a través de la ratificación del Estatuto de la
Corte Penal Internacional se incluyó en el ordenamiento colombiano la pena
de prisión perpetua revisable luego de los 25 años de transcurrida y la Corte
Constitucional la declaró exequible a través de la sentencia C-578 de 2002.

En síntesis, el Viceprocurador actuando en representación del Ministerio


Público, consideró que la pena de prisión perpetua revisable no es
incompatible con el eje axial de la Constitución, toda vez que cumple con el
deber de resocialización y asegura la posibilidad de rehabilitación al
permitirse su revisión judicial. Así, añadió que la medida dispuesta en el Acto
Legislativo introdujo una «hipótesis exceptiva» que no alcanza a sustituir los
ejes definitorios de la Constitución. Resaltó que la reforma otorga un amplio
margen de configuración al legislador, quien será el competente para definir el
mecanismo de revisión y las condiciones que demuestren la situación de
resocialización de cada persona para acceder a la puesta en libertad.
Finalmente, adujo que la prisión perpetua revisable es una pena proporcional
«dada la entidad de las conductas reprochadas, la necesidad de una especial
protección del interés superior de las víctimas menores de edad, así como la
posibilidad de resocialización de las personas condenadas que se asegura
mediante la revisión de la pena».

Con sustento en los anteriores argumentos solicitó a la Corte Constitucional


declarar la exequibilidad del Acto Legislativo 01 de 2020.
34
VI. COMPETENCIA

1. La Corte Constitucional es competente para conocer de la presente


demanda en virtud del numeral 4º del artículo 241 de la Carta Política.

Cuestiones previas

2. Dentro del expediente D-13.915 la magistrada sustanciadora admitió dos


cargos de inconstitucionalidad contra el Acto Legislativo 01 de 2020: (i) el
primero, relacionado con un vicio de procedimiento que se concretó
específicamente en el trámite que se adelantó sobre la recusación presentada
por el ciudadano Esteban Alexander Salazar Giraldo contra los miembros de
la Comisión Primera Constitucional Permanente del Senado de la República.
Los actores sustentaron este cargo en las presuntas irregularidades que se
presentaron en aquel trámite adelantado tanto en el séptimo como en el octavo
debate, y su invocación la justificaron no solo en la manera cómo se resolvió
la solicitud ciudadana, sino también por la falta de participación de varios de
sus senadores en los discusiones y aprobaciones del acto legislativo en esas
instancias, afectando con ello, aparentemente, el principio de deliberación
democrática. Cabe precisar que este cargo fue invocado por los actores tanto
como un vicio de procedimiento como un vicio de competencia, sin embargo
fue admitido solo por el primero; y (ii) el segundo, referente a la supuesta
falta de competencia del Congreso de la República esgrimido contra el
artículo 1° del Acto Legislativo 01 de 2020. Según los actores, el
constituyente secundario extralimitó sus competencias al expedir la norma
atacada y reformar la Carta Política, toda vez que sustituyó ejes axiales y
definitorios de la Constitución, como lo son el Estado Social de Derecho y del
deber del Estado de respetar, garantizar y proteger los derechos humanos de
todas las personas. Además argumentaron que la prisión perpetua constituye
una pena cruel, inhumana y degradante y se fundamenta en el derecho penal
de autor.

Aptitud de los cargos formulados en una demanda contra Acto Legislativo.


Reiteración jurisprudencial.
35
3. La Corte Constitucional ha establecido en su jurisprudencia los requisitos
necesarios para la admisión de la acción de inconstitucionalidad presentada
por los ciudadanos, personas legitimadas para ello. 46 Al respecto, las acciones
de constitucionalidad requieren tres elementos fundamentales: “(1) debe
referir con precisión el objeto demandado, (2) el concepto de la violación y
(3) la razón por la cual la Corte es competente para conocer del asunto” (art.
2, Decreto 2067 de 1991).47 El segundo de estos elementos (el concepto de la
violación), debe observar, a su vez, tres condiciones mínimas: (i) “el
señalamiento de las normas constitucionales que consideren infringidas
“(art. 2, num.2, Decreto 2067 de 1991); (ii) “la exposición del contenido
normativo de las disposiciones constitucionales que riñe con las normas
demandadas”48 y (iii) exponer las razones por las cuales las disposiciones
normativas demandadas violan la Constitución, las cuales deberán ser, al
menos, “claras, ciertas, específicas, pertinentes y suficientes”.49

46 Corte Constitucional, sentencia C-1052 de 2001 (MP Manuel José Cepeda


Espinosa). Los criterios recogidos y fijados en esta sentencia han sido reiterados en
muchas decisiones posteriores de la Sala Plena. Entre otras, ver por ejemplo:
Sentencia C-874 de 2002 (MP Rodrigo Escobar Gil), Sentencia C-371 de 2004 (MP
Jaime Córdoba Triviño), Auto 033 de 2005 (MP Álvaro Tafur Galvis), Auto 031 de
2006 (MP Clara Inés Vargas Gutiérrez), Auto 267 de 2007 (MP Marco Gerardo
Monroy Cabra), Auto 091 de 2008 (MP Humberto Antonio Sierra Porto), Auto 112
de 2009 (MP Clara Elena Reales Gutiérrez), Sentencia C-942 de 2010 (MP Juan
Carlos Henao Pérez), Auto 070 de 2011 (MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo),
Sentencia C-243 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV Nilson Elías Pinilla
Pinilla y Humberto Antonio Sierra Porto), Auto 105 de 2013 (MP Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub), Auto 243 de 2014 (MP Mauricio González Cuervo), Auto 145 de
2014 (MP Alberto Rojas Ríos), Auto 324 de 2014 (MP Gloria Stella Ortiz Delgado),
Auto 367 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio), Auto 527 de 2015 (MP María
Victoria Calle Correa) y Sentencia C-088 de 2016 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
En todas estas providencias se citan y emplean los criterios establecidos en la
sentencia C-1052 de 2001 para resolver los asuntos tratados en cada uno de aquellos
procesos.
47 Corte Constitucional, sentencia C-1052 de 2001 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa).
48 Corte Constitucional, Sentencia C-1052 de 2001 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa).
49 Corte Constitucional, Sentencia C-1052 de 2001 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa). Al respecto, ver el apartado (3.4.2) de las consideraciones de la sentencia.
36
4. Dichas características, que debe reunir el concepto de violación,
formulado por quien demanda la norma, fueron definidas por la Corte. En
cuanto al requisito de la claridad, indicó esta Corporación que el mismo se
refiere a la existencia de un hilo conductor en la argumentación, que permita
al lector la comprensión del contenido en su demanda. 50 La condición de
certeza, por su lado, exige al actor presentar cargos contra una proposición
jurídica real, existente y que tenga conexión con el texto de la norma acusada,
y no una simple deducción del demandante.51 La exigencia de especificidad
hace alusión a que el demandante debe formular, al menos, un cargo
constitucional concreto y directamente relacionado con las disposiciones que
se acusan, pues exponer motivos vagos o indeterminados impediría un juicio
de constitucionalidad.52 En cuanto a la pertinencia, la Corte ha establecido que
la misma se relaciona con la existencia de reproches basados en la
confrontación del contenido de una norma superior con aquel de la
disposición demandada, por lo cual no puede tratarse de argumentos de orden

50 Corte Constitucional, Sentencia C-382 de 2012 (MP Gabriel Eduardo Mendoza


Martelo), en la cual la Corte puntualizó que no se cumple con el requisito de
claridad al no explicarse por qué el precepto acusado infringe la norma superior, y
Sentencia C- 227 de 2015 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), providencia en la cual
se explicó que se presenta falta de claridad al existir en la demanda consideraciones
que pueden ser contradictoras.
51 Corte Constitucional, Sentencia C-913 de 2004 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa), en la que se aclaró que no se observó el requisito de certeza, por cuanto la
demanda no recae sobre una proposición jurídica real y existente, sino en una
deducida por quien plantea la demanda, o que está contenida en una norma jurídica
que no fue demandada Sentencia C-1154 de 2005, (MP Manuel José Cepeda
Espinosa), en la cual se señala que se presenta falta de certeza cuando el cargo no se
predica del texto acusado, y Sentencia C-619 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado), en la que se indica que la demanda carece de tal requisito al fundarse en
una proposición normativa que no está contenida en la expresión demandada.
52 Corte Constitucional, Sentencia C-555 de 2005 (MP Clara Inés Vargas
Hernández), en la cual se afirmó que no se cumplió con el requisito de especificidad
porque los fundamentos fueron formulados a partir de apreciaciones subjetivas o
propias del pensamiento e ideología que el actor tiene sobre el alcance de la
manipulación genética y su incidencia en la humanidad y Sentencia C-614 de 2013
(MP Mauricio González Cuervo), en la que se concluyó que no se trataba de razones
específicas porque la argumentación se limitó a citar algunas sentencias de la Corte
acompañadas de motivos de orden legal y de mera conveniencia.
37
legal o doctrinario, o de puntos de vista subjetivos del accionante. 53 Con
respecto a la suficiencia, ésta guarda relación con la exposición de los
elementos de juicio necesarios para llevar a cabo un juicio de
constitucionalidad y con el empleo de argumentos que despierten una duda
mínima sobre la constitucionalidad de la disposición atacada, logrando así que
la demanda tenga un alcance persuasivo.54

5. Ahora bien, cuando se presenta una demanda contra un acto reformatorio


de la Constitución, como lo es un Acto Legislativo, la carga argumentativa es
mucho más exigente. Por eso, deben cumplirse, además de los requisitos antes
mencionados, unas condiciones particulares debido a la naturaleza de la
norma que se demanda. En estos casos, al no ser una ley ordinaria la que debe
contrastarse con el contenido de la Carta Política, sino que se trata de una
disposición del mismo texto constitucional, se cuestiona en realidad la
competencia del Congreso de la República para realizar esa reforma. 55 De tal
forma, el demandante debe poner de presente argumentos que permitan al
juez constitucional realizar el juicio de sustitución partiendo de la base que se
trata de una herramienta de control que busca evitar que la Constitución sea
reemplazada como un todo (sustitución total), o que se vea desnaturalizada en
uno de sus ejes axiales o definitorios (sustitución parcial). De modo que los
demandantes deben cumplir con los siguientes tres presupuestos de
argumentación: 1) enunciar de manera plausible y suficiente la existencia de
53 Corte Constitucional, Sentencia C-259 de 2008 (MP Jaime Araújo Rentería), en
la cual se señala que la demanda carece de pertinencia por cuanto se funda
simplemente en conjeturas relacionadas con los provechos o las ventajas de la norma
en cuestión y Sentencia C-229 de 2015, (MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), en
la que se consideró que la acción pública de inconstitucionalidad en razón de su
objeto, no es un mecanismo encaminado a resolver situaciones particulares, ni a
revivir disposiciones que resulten deseables para quien formula una demanda.
54 Corte Constitucional, Sentencia C-048 de 2006 (MP Marco Gerardo Monroy
Cabra), en la que esta Corporación señaló que las razones expuestas en la demanda
no eran suficientes al no haberse estructurado una argumentación completa que
explicara con todos los elementos necesarios, por qué la norma acusada es contraria
al precepto constitucional supuestamente vulnerado, y Sentencia C-819 de 2011
(MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), en la cual se afirmó que la acusación
carecía de suficiencia al no contener los elementos fácticos necesarios para generar
una sospecha o duda mínima sobre la constitucionalidad del precepto impugnado.
55 Artículo 241.1 de la Constitución Política.
38
un eje axial o definitorio de la identidad de la Constitución (premisa mayor);
2) establecer el sentido y alcance cierto que tiene la norma demandada
(premisa menor); y 3) dar cuenta del grado de afectación que esta última
genera a dicho principio, al punto de que llegue a sustituirlo (confrontación
entre el eje definitorio y la norma atacada).

6. Cabe precisar que, para identificar el eje definitorio de la Constitución, es


necesario realizar una interpretación sistemática e integral del texto superior,
pues no es posible tan solo afirmar que un elemento o derecho es esencial,
sino que se requiere de una argumentación suficiente que así lo demuestre, es
decir, que se trata de un eje axial de la Carta Política. Con el objeto de
cumplir con los anteriores presupuestos la demanda debe satisfacer unas
condiciones argumentativas mínimas:

“a) El planteamiento debe ser claro de manera que la ilación de


ideas permita entender cuál es el sentido de la acusación en
contra del acto reformatorio. Se trata simplemente de que la
Corte pueda “conocer”, comprendiéndolas, las razones en las que
se funda el desacuerdo respecto de la decisión del Congreso.

b) El cuestionamiento requiere ser cierto y, en esa medida, el acto


reformatorio de la Constitución debe existir jurídicamente y
encontrarse vigente. Adicionalmente, los contenidos que se le
atribuyen deben derivarse de su texto. No puede fundarse su
argumentación en la suposición de normas, en interpretaciones
conjeturales del acto reformatorio o en premisas relativas
evidentemente falsas o inconsecuentes.

c) El razonamiento debe ser pertinente y, en consecuencia, debe


tratarse de un verdadero cargo que ponga de presente la
infracción de las normas constitucionales relacionadas con la
competencia del Congreso de la República para reformar la
Carta. Son impertinentes aquellos argumentos fundados en la
inconveniencia política de la reforma o en los problemas
prácticos que puede suponer su aplicación, a menos que de estos
39
últimos puedan desprenderse consecuencias de naturaleza
constitucional. También carecen de pertinencia aquellas
impugnaciones fundadas en la intangibilidad de normas
constitucionales o en la violación de sus contenidos materiales.

d) Como condición de suficiencia del cargo, los demandantes


deben esforzarse por presentar de manera específica las razones
por las cuales la aprobación del acto reformatorio de la
Constitución por parte del Congreso, desconoce las normas que
le atribuyen su competencia”56

7. Finalmente, en relación con las demandas dirigidas contra un Acto


Legislativo, es necesario observar los siguientes requisitos formales: (a) el
cumplimiento del término de caducidad dispuesto en el artículo 379 de la
Constitución Política; (b) establecer la condición de ciudadano del
demandante; (c) por tratarse de una demanda contra una norma constitucional,
no procede un control constitucional sobre su contenido (art. 241.1 CP); y (d)
no es posible argumentar y traer razones que serían pertinentes en una
demanda contra una ley, pues se está evaluando el mismo texto constitucional.
De manera que, la argumentación puede referirse a jurisprudencia
constitucional, siempre y cuando se utilice como un criterio relevante y
auxiliar con el fin de identificar un eje axial o definitorio de la Carta Política,
pero no para demostrar la inconstitucionalidad de la reforma.

Aptitud de los cargos formulados contra el Acto Legislativo 01 de 2020

8. Los miembros del Grupo de Prisiones de la Universidad de Los Andes


presentaron una demanda contra el Acto Legislativo que formula varios
cargos relacionados con vicios formales procedimentales y vicios de
competencia. Antes de realizar el análisis de cada uno de ellos y definir el

56 Corte Constitucional, sentencias C-053 de 2016 (MP Alejandro Linares Cantillo);


C-084 de 2016 (MP Luis Ernesto Vargas Silva) y C-140 de 2020 (MP José Fernando
Reyes Cuartas; AV Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares Cantillo; AV
Antonio José Lizarazo Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger).
40
cumplimiento de las condiciones de admisión de este tipo de demandas, es
preciso verificar los requisitos formales.

8.1. La Sala Plena observa que se cumple con cada uno de ellos toda vez que,
(i) la demanda fue presentada de manera oportuna 57, ya que el Acto
Legislativo 01 de 2020 fue promulgado mediante publicación en el Diario
Oficial 51.383 del 22 de julio de 2020; (ii) los demandantes demostraron su
calidad de ciudadanos al allegar a la Secretaría de la Corte un documento
anexo a la demanda con la copia de las cédulas de ciudadanía. 58 Para cumplir
con este requisito en tiempos de normalidad es necesaria la diligencia de
presentación personal de la demanda ante la secretaría de esta Corporación o
ante juez o notario, no obstante, dadas las circunstancias de la pandemia
Covid-19, se estima que es suficiente adjuntar la cédula de ciudadanía,
documento que permite probar la naturaleza de ciudadano de los actores. (iii)
La Sala considera que, prima facie, los argumentos que formulan los
demandantes se encuentran relacionados con vicios de procedimiento en su
formación y no cuestionan su contenido; y (iv), en principio, se puede
establecer que la demanda desarrolla argumentos en clave de la jurisprudencia
constitucional del control que ejerce la Corte sobre actos reformatorios de la
Carta Política, así como, de los vicios formales procedimentales y de
competencia que pueden presentarse.

Vicio de procedimiento alegado: la decisión de la recusación presentada


contra todos los miembros de la Comisión Primera Constitucional
Permanente del Senado de la República no fue decidida conforma los

57 Demanda radicada en la Corte Constitucional el 2 de septiembre de 2020 y


repartida el 17 de septiembre del mismo año.
58 Expediente de constitucionalidad, folios 91-104. Acorde con los artículos 40.6,
240.4 y 242.1 de la Constitución Política la demanda debe ser presentada por un
ciudadano en ejercicio. Como lo precisa la Sentencia C-562 de 2000 y C-441 de
2019, este requisito se cumple con la presentación personal de la demanda y la
exhibición de la cédula de ciudadanía del actor. El artículo 2° del Decreto 806 de
2020 emitido con ocasión del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica,
flexibilizó el requisito de la presentación personal en las actuaciones judiciales. En
virtud de ello, el cumplimiento del requisito de la ciudadanía debe tenerse como
acreditado cuando el demandante así lo pruebe por cualquier medio, incluida la
remisión de copia digital del documento de identificación.
41
requisitos legales (art. 294 de la Ley 5 de 1992), y esto afectó la deliberación
democrática del trámite de la reforma constitucional.

9. La jurisprudencia ha establecido que el parámetro normativo para ejercer


el control de constitucionalidad de los actos legislativos trasciende a lo
dispuesto en el Título XIII de la Constitución y se debe complementar con
otras normas constitucionales y las reglas dispuestas en la Ley 5 de 1992, toda
vez que tales normas establecen “condiciones básicas y esenciales para la
formación de la voluntad democrática de las cámaras legislativas, cuyo
desconocimiento genere una violación de los requisitos resumidos en el Título
XIII de la Constitución para la adopción de actos legislativos”.59 Del mismo
modo, la Corte Constitucional ha precisado que la Ley 5 de 1992 es un
parámetro para el análisis de un cargo dirigido a demostrar vicios en el
procedimiento de la aprobación de un acto legislativo, pero no es por sí
misma una razón suficiente para declarar su inexequibilidad.. Así, la simple
discrepancia entre lo actuado en el Congreso de la República y la norma
orgánica o constitucional no implica per se la declaratoria de
inconstitucionalidad de la norma demandada. Las formas procedimentales
atienden siempre a la realización de un principio sustancial “que resulta axial
al carácter democrático de la decisión tomada por los órganos políticos
dentro de un Estado como el colombiano”. 60 Por lo anterior, la jurisprudencia
constitucional ha distinguido entre “meras irregularidades” y “vicios
procedimentales”, siendo estos últimos los que, por afectar un principio
sustantivo, tienen la potencialidad de generar la inconstitucionalidad de un
acto legislativo. En palabras de la Corte:

“En este sentido, al estudiar el posible desconocimiento de las


normas del Reglamento del Congreso es necesario, además de
señalar su vulneración, el explicar cómo es que con ella se
infringe o desconoce algún principio sustancial de rango
constitucional que busque ser protegido a través de la formalidad

59 Corte Constitucional, sentencia C-1043 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda


Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
60 Corte Constitucional, sentencia C-106 de 2013 (MP (e) Alexei Julio Estrada).
42
reglamentaria. Solo de esta forma se hará un análisis acorde con
la instrumentalidad de las actuaciones procedimentales y, por
consiguiente, coherente con su significación sustancial.”61

9.1. Pues bien, el cargo relacionado con el desconocimiento de lo dispuesto en


el artículo 294 de la Ley 5 de 1992 y la presunta violación del principio
deliberativo es apto toda vez que los argumentos que sostienen sobre el
presunto vicio de procedimiento cumplen con los requisitos antes señalados.

El escrito presenta una argumentación clara y pertinente frente al presunto


vicio de procedimiento. Al respecto, la demanda explica que gran parte de la
discusión del séptimo y octavo debate se concentró en la procedencia de la
recusación presentada por el ciudadano Esteban Salazar Giraldo, esto, según
los actores, fue un grave error de competencia en la medida en que no le
corresponde a la Plenaria del Senado, sino a la Comisión de Ética y Estatuto
del Congresista, tomar decisiones sobre las recusaciones. Adicionalmente,
argumentaron que la discusión de la recusación en un foro que no era el
adecuado, llevó a que gran parte del debate transcendental sobre el proyecto
de Acto legislativo pasara a un segundo plano. Advirtieron que “treinta y dos
senadores (doce de los cuales pertenecían a la Comisión Primera
Constitucional del Senado de la República sobre la cual recaía la recusación)
que se oponían al proyecto de Acto Legislativo no participaron en el último
debate para aprobarlo o negarlo, no por razones caprichosas o arbitrarias,
sino por la fundada preocupación de participar en dicho debate sin que la
recusación que se había presentado contra ellos se hubiese resuelto de
acuerdo con la ley. Un adecuado debate democrático, en el que las diversas
perspectivas son escuchadas y discutidas antes de tomar decisiones de tanta
importancia, se vio claramente afectado bajo estas circunstancias”.62 De
acuerdo con las razones esgrimidas en la demanda, la Sala observa un hilo
conductor comprensible.

Las razones son pertinentes, en la medida en que los actores afirman que la
omisión de dar trámite a la recusación generó una vulneración del principio
61 Corte Constitucional, sentencia C-106 de 2013 (MP (e) Alexei Julio Estrada).
62 Expediente de constitucionalidad, folio 20.
43
democrático en el marco del trámite legislativo, toda vez que el séptimo
debate se concentró en este asunto y no en el contenido de la reforma
constitucional. De manera que los argumentos se sustentan en la presunta
violación a principios de naturaleza constitucional y no a meras referencias
doctrinales o legales.

Las razones que se exponen también son específicas y ciertas, puesto que en
el escrito de la demanda se observa que los demandantes identificaron con
claridad la actuación legislativa concreta que consideran un vicio en el
procedimiento de la formación de la reforma constitucional. De la misma
forma, señalan las normas constitucionales y legales de naturaleza orgánica
que, según ellos, resultaron desconocidas. Por tanto, se evidencia la
determinación de normas vigentes y una oposición objetiva y verificable entre
los mandatos constitucionales y el trámite de la reforma.

Finalmente, la Sala observa que las razones que presentaron los demandantes
son suficiente para generar una mínima duda sobre la existencia de un vicio
de procedimientos, así como la entidad que representa en el trámite de la
reforma constitucional. Sobre este punto, los demandantes no solo se
limitaron a relatar los hechos concernientes a la presunta irregularidad, sino
que argumentaron cómo ese vicio afectó la participación de los congresistas
que estaban recusados. Por tanto, existen los elementos necesarios para
analizar de fondo el asunto sobre procedimiento invocado por los
demandantes.

9.2. De manera que, la Sala Plena observa que el vicio procedimental que
presentan los actores, relacionado con el desconocimiento del artículo 294 de
la Ley 5 de 1992, se sustenta en argumentos claros, pertinentes, suficientes,
específicos y ciertos, y por todo ello, genera una duda razonable sobre los
presuntos impactos negativos que tuvo en el desarrollo de la deliberación
democrática del proyecto legislativo en el marco del poder legislativo.

Vicio procedimental en cuanto a la presunta extralimitación de la


competencia del Congreso de la República.

44
10. La Sala Plena considera que los actores cumplieron con “1) enunciar de
manera plausible y suficiente la existencia de un principio que sea definitorio
de la identidad de la Constitución (premisa mayor); 2) establecer el sentido y
alcance cierto que tiene la norma demandada (premisa menor); y 3) dar
cuenta del grado de afectación que esta última genera a dicho principio, al
punto de que llegue a sustituirlo (confrontación entre el eje definitorio y la
norma atacada)”. De manera que el cargo contra el artículo 1° del Acto
Legislativo 01 de 2020 (que modificó el artículo 34 de la CP) relacionado con
el presunto vicio de competencia del Congreso de la República y la violación
de los artículos 114, 374 y 375 de la Constitución Política, será admitido.

10.1. Los demandantes desarrollaron argumentos claros, específicos,


suficientes, ciertos y pertinentes con el fin de dar cumplimiento a los
anteriores requisitos especiales.

10.2. Se observa que el escrito de la demanda cuenta con un hilo conductor


comprensible que permite establecer cuál es el eje definitorio de la
Constitución que presuntamente ha sido sustituido con la reforma.
Adicionalmente, la demanda cuenta con razones ciertas y pertinentes, pues el
Acto Legislativo 01 de 2020 está vigente y los contenidos que analizan los
actores son los que se extraen del mismo acto reformatorio. De igual forma,
los argumentos se dirigen a controvertir la competencia del Congreso, como
poder constituyente derivado; y para sustentarlo, los demandantes desarrollan
razones utilizando la metodología del juicio de sustitución, como lo exige la
jurisprudencia constitucional, en el que se identifica unos ejes definitorios de
la Constitución y cómo estos aparentemente son sustituidos por la reforma.

10.3. Las razones son suficientes y específicas. La Sala Plena estima que los
actores realizaron un estudio jurisprudencial juicioso para definir el eje
definitorio de la Constitución, y en consecuencia, establecer la premisa mayor
del juicio de sustitución. Del mismo modo, los demandantes en el escrito de
corrección explicaron el sentido y alcance de las disposiciones del Acto
Legislativo, entre ellas, los controles judiciales a los que está sometida la
prisión perpetua. Sostuvieron argumentos adicionales en los que explicaron
cómo la posibilidad de contar con la revisión judicial de la pena a los 25 años
45
no es suficiente para garantizar la resocialización de la persona condenada.
Igualmente, aclararon por qué el Estatuto de Roma no es un estándar, en
principio, aplicable para establecer que existe una autorización implícita en la
comunidad internacional para definir penas de prisión perpetuas. En
consecuencia, los ciudadanos realizaron un buen esfuerzo por presentar de
manera específica las razones por las cuales el Congreso desconoció las
normas que le atribuyen la competencia de adelantar una reforma a la
Constitución. Así, se evidencia, prima facie, en la argumentación desarrollada
en la demanda, que el acto reformatorio genera una aparente sustitución de la
Carta Política.

10.4. Al respecto, cabe señalar que la Defensoría del Pueblo sugirió declarar
la ineptitud de la demanda por ausencia de razones suficientes porque «el
reproche de la norma recae sobre una valoración subjetiva del término
introducido por esta para la revisión de la pena por considerarlo excesivo y
lesivo de la resocialización, pero no logra explicar con claridad si la
sustitución a la Constitución no se configuraría en el evento que el acto
legislativo hubiese optado por un plazo inferior para tal revisión». La
Defensoría sostiene que los actores se centraron en el plazo de los 25 años
para la revisión de la condena, y no en el elemento esencial de la reforma que
se determina en la posibilidad de revisión de la sentencia. Igualmente advirtió
que los demandantes citan el artículo 199 de la Ley 1098 de 2006 sin ser una
norma aplicable al análisis de sustitución.

La Corte no comparte las advertencias de la Defensoría del Pueblo. En el


escrito inicial y en la corrección de la demanda los ciudadanos desarrollaron
argumentos y razones suficientes más allá del término de los veinticinco años
para la revisión. Además, la referencia que hacen al Código de Infancia y
Adolescencia es ilustrativa con el fin de mostrar a la Corte que en el
ordenamiento jurídico actual existen penas severas sin beneficios para los
delitos objeto de regulación en la reforma constitucional. Sobre el punto,
puede verse en el escrito de corrección, en el cual los demandantes explican
cómo un plazo de 25 años y mayor a este afecta la efectiva resocialización de
una persona condenada a prisión. Pero no se limitan a este asunto. También
exponen que de acuerdo con la Ley 1098 de 2006 las personas condenadas
46
por delitos contra la vida e integridad física de las personas menores de edad
no tienen acceso a ningún beneficio, y en ese orden, los esquemas de
resocialización del sistema penitenciario se tornan ilusorios para el
condenado. Con sustento en ello, precisan que la posibilidad de revisión de la
condena no favorece a la persona condenada, puesto que no le asegura
alcanzar la resocialización al estarle vedados todos los beneficios y
subrogados penales.63 Subrayan que la reforma constitucional establece la
posibilidad real de la prisión perpetua como regla general, y de forma
excepcional, la revisión luego de transcurridos mínimo veinticinco años, así;
«nuestro argumento en este punto es que la sola posibilidad de que a algunas
personas se les aplique efectivamente la cadena perpetua, viola el eje
transversal de la dignidad humana y el derecho a la resocialización que
forman parte integral de nuestro ordenamiento constitucional».64

Acorde con lo anterior, y el desarrollo que se hace en el escrito de corrección


de la demanda, la Sala Plena observa cumplido el requisito de suficiencia en
el punto advertido por la Defensoría del Pueblo.

10.5. Para finalizar el análisis de la aptitud de la demanda, la Sala encuentra


relevante hacer dos precisiones. La primera está relacionada con la
identificación que hicieron los demandantes sobre los ejes definitorios de la
Constitución en la construcción de la premisa mayor del juicio de sustitución.
Los actores propusieron dos ejes definitorios, a saber; (i) el Estado Social de
Derecho fundado en la dignidad humana y (ii) el deber del Estado de respetar,
garantizar y proteger los derechos humanos. La Sala concluye que la
determinación precisa del segundo eje definitorio no se cumple en la demanda
63«(…) aun cuando la cadena perpetua sea revisable a los 25 años, el término
propuesto por el Acto Legislativo no favorece de ninguna manera a las personas
privadas de la libertad, sino que por el contrario les ocasiona un perjuicio
irremediable. La medida impuesta, junto con su revisión, son un atentado en contra
del goce efectivo de los derechos a la redención de pena y a la resocialización que
han sido reconocidos a todos los condenados. En este sentido afirmamos que, sin el
acceso al goce efectivo de tales derechos, la condena a prisión perpetua, por más
revisable que sea, se convierte en un mecanismo meramente retributivo que solo
busca infligir dolor en contra del penado y en consecuencia convierte dicha pena en
un trato cruel, inhumano y degradante». Escrito de corrección de la demanda, p. 10.
64 Escrito de corrección de la demanda, p. 11.
47
por carecer de razones suficientes y específicas. A diferencia del desarrollo
del primer eje definitorio, en el que los actores analizan y determinan el
contenido y alcance de aquella cláusula constitucional, en el segundo eje
definitorio no hay mayor carga argumentativa en la demanda. Se menciona su
significado, pero no hay razones suficientes para establecer la relación con el
acto reformatorio de la Constitución y si efectivamente se ve sustituida la
Carta Política por el desconocimiento de la obligación de garantizar, respetar
y proteger los derechos humanos.65 En realidad, una lectura de la demanda
permite concluir que los contenidos suficientemente desarrollados para definir
el eje definitorio presuntamente desconocido se sustentan en el Estado Social
de Derecho, la dignidad humana y la resocialización. Por lo anterior, la Sala
Plena se inhibirá para pronunciarse sobre la obligación de proteger, garantizar
y respetar los derechos humanos como eje definitorio de la Constitución
dentro del análisis de la premisa mayor del juicio de sustitución.

En segundo lugar, la demanda se encuentra dirigida contra el Acto Legislativo


01 de 2020 de manera integral, es decir, contra todas las disposiciones
contenidas en él. Como se mostrará en el siguiente acápite, la reforma
constitucional se compone de dos artículos. El último sobre la vigencia, y el
primero establece todo lo concerniente a la aplicación excepcional de la
prisión perpetua. En concreto, el artículo 1° consagra los delitos contra los
que procede, la revisión judicial automática de la condena y la posibilidad de
revisión luego de mínimo veinticinco años de cumplida la pena. El parágrafo
del artículo 1° señala el término que tiene el Congreso de la República para
presentar el proyecto de ley para su regulación y establece la obligación de
formular «una política pública integral que desarrolle la protección de niños,
niñas y adolescentes; fundamentada principalmente en las alertas tempranas,
educación, prevención, acompañamiento psicológico y la garantía de una
efectiva judicialización y condena cuando sus derechos resulten vulnerados».
Es importante esta precisión, porque las razones de la demanda se centran en
la presunta sustitución de la Constitución por eliminar la prohibición plena de
la aplicación de la pena de prisión perpetua, y permitirla en algunos casos y
bajo ciertas condiciones. Es decir, se dirigen contra la primera parte del

65 Escrito de la demanda, páginas 51 y 65.


48
artículo 1° y no existen razones desarrolladas específicamente sobre los
contenidos dispuestos en el parágrafo.

No obstante lo anterior, para la Sala Plena es claro que el elemento nuclear del
acto reformatorio es la inclusión de la pena de prisión perpetua en la Carta
Política. De manera que, de corroborarse una sustitución a la Constitución, los
demás contenidos del Acto Legislativo quedarán también sin efectos jurídicos,
pues ellos dependen de la aplicación e implementación de la pena dentro del
ordenamiento jurídico.

VII. Problemas jurídicos y consideraciones de la Corte

1. Primero, se hace relevante definir las disposiciones que contiene el Acto


Legislativo atacado.

El Acto Legislativo 01 de 2020 consagra dos artículos, el último sobre la


vigencia a partir de su promulgación. El primero contiene (a) la reforma del
artículo 34 de la Constitución Política, al eliminar la prohibición de la pena de
prisión perpetua, y mantener los otros contenidos intactos; (b) agrega al texto
constitucional tres incisos permanentes en los cuales establece un marco para
que a través de una ley se pueda determinar la pena de prisión perpetua; y (c)
crea una norma transitoria, que se encuentra conformada por tres incisos en
los que se establecen una serie de obligaciones y plazos al Gobierno nacional,
relacionados con la presentación del proyecto de ley que reglamentará la pena
de prisión perpetua y la formulación y seguimiento de una política pública
integral a favor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes cuando sean
víctima de delitos los delitos materia de regulación.

En los incisos nuevos del artículo 34 de la Constitución, el Acto Legislativo


establece unos requisitos para la procedencia de la prisión perpetua y los
controles judiciales a los que está sujeta. Como requisitos se establece que la
pena de prisión perpetua solo procederá para una clase de delitos: “De
manera excepcional cuando un niño, niña o adolescente sea víctima de las
conductas de homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique
violencia o sea puesto en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir, se

49
podrá imponer como sanción hasta la pena de prisión perpetua”. Además,
como controles judiciales de su procedencia, se establece que (i) “Toda pena
de prisión perpetua tendrá control automático ante el superior jerárquico” y
(ii) “En todo caso la pena deberá ser revisada en un plazo no inferior a
veinticinco (25) años, para evaluar la resocialización del condenado”.

2. Como se ha descrito, los demandantes formularon dos cargos. El primero,


relativo a un vicio en el proceso de formación de la reforma constitucional; y
el segundo, referente a la ausencia de competencia del Congreso de la
República para reformar la Constitución, por presentarse, aparentemente, una
sustitución de los ejes definitorios de la Carta, concretamente el Estado Social
de Derecho fundado en la dignidad humana y la obligación del Estado de
garantizar y proteger los derechos humanos, específicamente la
resocialización de las personas privadas de la libertad.

3. La mayoría de las intervenciones compartieron la posición de


inconstitucionalidad de los demandantes al considerar que el legislador
sobrepasó su competencia como poder de reforma de la Constitución. Entre
los argumentos más relevantes se pueden resaltar las siguientes premisas: (a)
la cláusula del Estado Social de Derecho y el principio de dignidad humana
constituyen ejes axiales de la Constitución de 1991; (b) la resocialización
como fin de la pena debe ser reconocida y garantizada en el modelo de
política criminal de un Estado Social de Derecho fundado en la dignidad
humana. La reforma anula este derecho e impone una pena cruel, inhumana y
degradante; (c) el Acto Legislativo 01 de 2020 sustituye elementos
definitorios de la Constitución al consagrar la prisión perpetua para delitos
concretos; (d) la reforma introducida por el Acto Legislativo se sustenta en el
derecho penal de autor; (e) el hecho de que la prisión perpetua sea
excepcional y “revisable” luego de mínimo veinticinco años de cumplida la
pena no la hace más digna o justa; y (f) la prisión perpetua como pena agrava
el fenómeno de hacinamiento del sistema penitenciario, y en consecuencia,
agrava el Estado de Cosas Inconstitucional -ECI-.

3.1. Por su parte, una minoría de las intervenciones solicitaron declarar la


constitucionalidad del Acto Legislativo 01 de 2020 por al menos las
50
siguientes razones: (a) el legislador no extralimitó su competencia
constitucional toda vez que la prisión perpetua revisable consagrada en la
reforma constitucional no está expresamente prohibida por los instrumentos
internacionales del bloque de constitucionalidad; (b) varios Estados que
comparten ser Estados Sociales de Derecho contemplan la prisión perpetua
con revisión judicial automática, y no por ello pierden su modelo estatal; (c)
la reforma reconoce la garantía de la resocialización del condenado y exige a
las autoridades tenerla como criterio prevalente al momento de revisar la
condena una vez se ha cumplido por mínimo veinticinco años; 66 (d) la prisión
perpetua “revisable” es una medida proporcional a la gravedad de delitos que
sanciona y a las víctimas -niños, niñas y adolescentes- que protege; (e) la
reforma sirve como una medida disuasoria para la reincidencia de los delitos
de «homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique violencia o
sea puesto en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir»; y (f) la
reforma que introduce el Acto Legislativo no desconoce el principio de
dignidad humana, toda vez que parte de la premisa de la resocialización del
condenado y de la revisión judicial automática a los veinticinco años de
cumplida la pena.

3.2. La Defensoría del Pueblo como solicitud principal sugirió a la Sala Plena
declararse inhibida para fallar debido a que la premisa menor formulada por
los demandantes carece de certeza y suficiencia, toda vez que «el reproche de
la norma recae sobre una valoración subjetiva del término [de mínimo
veinticinco años] introducida por esta para la revisión de la pena por
considerarlo excesivo y lesivo de la resocialización, pero no logra explicar
con claridad si la sustitución a la Constitución no se configuraría en el evento
en el que el acto legislativo hubiese optado por un plazo inferior para tal
revisión».67 Del mismo modo, señaló que los demandantes acudieron al
artículo 199 de la Ley 1098 de 2006 pero esta norma no es objeto del control

66 En palabras del Ministerio de Justicia y del Derecho: “(…) la garantía de la


revisión automática de la pena excepcional de prisión perpetua luego de 25 años del
inicio de su ejecución, es garantía constitucional de que el victimario condenado,
que se resocialice y abandone su voluntad de comportarse como un vulnerador de las
personas menores de edad, podrá recobrar su libertad (…)”.
67 Expediente D-13.915 AC. Defensoría del Pueblo. Escrito del 10 de febrero de
2021, folio 13.
51
de constitucionalidad, por lo que no es pertinente su citación. Advirtió que la
argumentación de los ciudadanos se limita atacar el término de revisión
judicial de mínimo veinticinco años pero no traen elementos de juicios
suficientes para considerar que este término sustituye principios
constitucionales.

Luego de realizar este análisis, subsidiariamente la Defensoría del Pueblo


solicitó la exequibilidad pero requirió a la Corte que en la providencia se
formularan unos lineamientos para expedir la ley y la regulación
correspondiente. Concretamente, hizo un llamado a la Corte para que defina
«los criterios que deben orientar la revisión de la condena, de modo que esta
corresponda de forma estricta con la modalidad y gravedad del delito
cometido y sea coherente con el derecho penal de acto que se deriva del
derecho al debido proceso establecido en el artículo 29 constitucional. En la
claridad y objetividad de los criterios que deben regir la revisión de la
condena yace la garantía de la resocialización como fin esencial de la pena
privativa de la libertad, la cual se traduce en un verdadero derecho
fundamental, sustentado en la primacía del derecho inalienable a la dignidad
humana que se reconoce a toda persona sin discriminación alguna».68

3.3. Cabe precisar que pocos intervinientes desarrollaron argumentos en


relación con el cargo sobre el vicio de procedimiento referente al trámite de la
recusación contra los miembros de la Comisión Primera Permanente
Constitucional del Senado de la República. Advirtieron que, a pesar de ser una
irregularidad, no contaba con la entidad suficiente para viciar el trámite del
acto legislativo o dado el caso, podía ser subsanada por el legislador.69

Se pueden consultar las síntesis de todos los documentos allegados al proceso


en el Anexo I de esta providencia. En el juicio de sustitución se hará
referencia concreta a algunas de las intervenciones.

68 Expediente D-13.915 AC. Defensoría del Pueblo. Escrito del 10 de febrero de


2021, folio 20.
69 Concretamente, el Instituto de Bienestar Familiar ICBF y los ciudadanos Harold
Eduardo Sua y Juan David Castro Arias.
52
3.4. El Ministerio Público a través del Viceprocurador General solicitó la
exequibilidad de la reforma constitucional, pues, luego de establecer que el
eje definitorio de la Constitución descansa en la cláusula del Estado Social de
Derecho fundado en la dignidad humana, resaltó que la pena de prisión
perpetua es una medida excepcional que es armónica con el derecho a la
resocialización de las personas privadas de la libertad. Adujo que el hecho de
garantizar un recurso judicial de revisión de la condena permite armonizarla
con el derecho de rehabilitación. Además, es una pena proporcional a la
gravedad de los delitos que sanciona y a la protección del interés superior del
menor.

4. Pues bien, le corresponde a la Corte determinar si, en la formación del


Acto Legislativo 01 de 2020 «por medio del cual se modifica el artículo 34 de
la constitución política, suprimiendo la prohibición de la pena de prisión
perpetua y estableciendo la prisión perpetua revisable» el Congreso de la
República incurrió en algún vicio de procedimiento. Para tal efecto, esta Corte
analizará si el Congreso: (i) cumplió los requisitos de procedimiento previstos
en el ordenamiento jurídico para la formación de este acto normativo.
Concretamente, si dio el trámite legal adecuado a la recusación presentada
durante el séptimo y octavo debate contra todos los miembros de la Comisión
Primera Constitucional Permanente del Senado de la República, y de haberse
presentado la irregularidad, si ésta desconoce el principio de deliberación
democrática y si tiene la entidad suficiente para viciar el procedimiento de la
reforma constitucional; e (ii) incurrió en vicio de competencia con su
promulgación.

Particularmente, a la Sala Plena le corresponde resolver el siguiente problema


jurídico: El artículo 1° del Acto Legislativo 01 de 2020, en cuanto permite
imponer como sanción la pena de prisión perpetua con revisión judicial
mínimo a los veinticinco años, a quienes cometan «conductas de homicidio en
modalidad dolosa, acceso carnal que implique violencia o sea puesto en
incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir» contra niños, niñas o
adolescentes, ¿sustituye la Constitución, al afectar el eje definitorio de la
Constitución como lo es la cláusula del Estado Social de Derecho fundada en
la dignidad humana?
53
Para responder los anteriores problemas, se seguirá la siguiente metodología.

4.1. Primero, la Corte analizará el procedimiento que se le imprimió a la


recusación presentada por el ciudadano Esteban Alexander Salazar Giraldo
durante el trámite legislativo del proyecto del Acto Legislativo 01 de 2020.
Con tal objetivo, la Corte (i) determinará la naturaleza y el alcance del control
de constitucionalidad de los actos legislativos de conformidad con lo previsto
por la Constitución Política y la Ley 5 de 1992, especialmente el trámite
respecto de las recusaciones; y, finalmente, (ii) analizará si el Acto Legislativo
01 de 2020 cumple con tales requisitos, y si su presunto incumplimiento
afectó el principio de deliberación democrática.

4.2. Segundo, la Corte examinará la competencia del Congreso para la


expedición del Acto Legislativo 01 de 2020 con fundamento en la doctrina de
la sustitución de la Constitución. Con tal objetivo, la Corte (i) reiterará la
jurisprudencia relativa a la metodología del juicio de sustitución de la
Constitución; y (ii) determinará si, con la expedición de este Acto Legislativo,
el Congreso incurrió en un vicio de competencia.

Para el efecto, la Sala Plena abordará las siguientes temáticas desde una
perspectiva normativa, jurisprudencial y doctrinaria. Con el fin de determinar
la premisa mayor: (A) El juicio de sustitución constitucional, (B) la cláusula
del Estado Social de Derecho como eje axial de la Constitución Política de
1991. En este aparte de desarrollará la importancia de la dignidad humana en
la política criminal y penitenciaria; y (C) la resocialización como función
principal de la pena en un Estado Social de Derecho. Con el objeto de definir
la premisa menor del juicio de sustitución: (D) el alcance y contenido de la
reforma constitucional incluida a través del Acto Legislativo 01 de 2020; y
(E) algunas consideraciones sobre la pena de prisión perpetua en el derecho
penal contemporáneo. En este aparte se realizará una ilustración sobre su
aplicación en el derecho comparado y los estándares de derecho internacional
relevantes.

54
Con sustento en las consideraciones antes mencionadas, la Sala Plena
procederá a realizar la síntesis del juicio de sustitución y las conclusiones
correspondientes.

Vicios procedimentales en el trámite de aprobación de un acto reformatorio


de la Constitución

5. El Título XIII de la Constitución regula todo lo concerniente a la reforma


de la Carta Política. Una de las formas a través de las cuales puede reformarse
es a través del Congreso con la expedición de un acto legislativo. Esta vía de
reforma se encuentra regulada en los artículos 375, 377 y 379 de la CP. El
primero dispone la iniciativa y el trámite que debe adelantarse en el poder
legislativo; el segundo establece una condición de refrendación popular
cuando se trata de reformas constitucionales referentes a los derechos
reconocidos en el capítulo 1 del título II y a sus garantías; y el tercero
establece que los actos legislativos «solo podrán ser declarados
inconstitucionales cuando se violen los requisitos establecidos en este título».
Por su parte, el numeral 1° del artículo 241 de la CP dispone la competencia
de la Corte Constitucional para «decidir sobre las demandas de
inconstitucionalidad que promuevan los ciudadanos contra los actos
reformatorios de la Constitución, cualquiera que sea su origen, solo por vicios
de procedimiento en su formación».

6. La jurisprudencia constitucional ha establecido que el control que ejerce


la Corte sobre los vicios de procedimiento en la formación de los actos
legislativos es de carácter rogado.70 De tal forma, la competencia de la Corte
se limita a los cargos formulados debidamente en la acción de
inconstitucionalidad. En el mismo sentido, se ha determinado que el
parámetro normativo para realizar el análisis de posibles vicios de formación
de un acto legislativo no se concentra solo en revisar el trámite dispuesto en el
Título XIII de la Constitución, sino también en las normas reglamentarias que

70 Corte Constitucional, sentencia C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda


Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
55
rigen el proceso legislativo acorde con la Ley 5 de 1992. 71 Al respecto, se ha
aclarado que cualquier irregularidad en el trámite de formación del acto
legislativo no genera necesariamente su inexequibilidad. La Corte ha señalado
que es necesario analizar el contexto y la gravedad de la irregularidad que se
ha presentado en el procedimiento de formación del acto reformatorio de la
Constitución, para establecer si se trata de un vicio procedimental, pues «los
procedimientos no tienen un valor en sí mismos y deben interpretarse
teleológicamente al servicio de un fin sustantivo. Esto implica que
infracciones reglamentarias de relativa entidad pueden considerarse en un
caso concreto, en atención a las circunstancias que las rodean, como
irregularidades irrelevantes, en la medida en que no vulneren ningún principio
ni valor fundamental, ni afectan el proceso de formación de la voluntad
democrática en las cámaras».72

Acorde con ello, en palabras de la Corte, «(…) de manera genérica, constituye


una irregularidad toda infracción de las normas que regulan el procedimiento
legislativo, al paso que tiene la entidad de un vicio de procedimiento aquella
irregularidad que puede dar lugar a la declaratoria de inexequibilidad del acto.
Es claro entonces que, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte, no toda
71 “(…) el parámetro normativo de referencia para enjuiciar la regularidad del
procedimiento de una acto legislativo reformatorio de la Constitución, comprende no
sólo las normas del Título XIII de la Carta, sino también las disposiciones
constitucionales que regulan el procedimiento legislativo y que resulten aplicables, y
las correspondientes del reglamento del Congreso, en cuanto que allí se contengan
requisitos de forma cuyo desconocimiento tenga entidad suficiente como para
constituir un ‘vicio de procedimiento de la formación del acto reformatorio’, ‘ (...)
entendiendo por éste la violación de los requisitos establecidos por la propia Carta
para la aprobación de dichas reformas, los cuales se encuentran sintetizados en el
Titulo XIII’. Lo anterior quiere decir que el parámetro normativo de referencia para
el ejercicio del control de constitucionalidad de los actos legislativos  trasciende lo
dispuesto exclusivamente en el título XIII de la Carta Política, para incluir otras
normas constitucionales y ciertas disposiciones de la Ley 5ª de 1992, en la medida
en que tales disposiciones establezcan condiciones básicas y esenciales para la
formación de la voluntad democrática de las cámaras legislativas, cuyo
desconocimiento genere una violación de los requisitos previstos en el Título XIII de
la Constitución para la adopción de actos legislativos”. Sentencia C-1040 de 2005.
Reiterado en la sentencia C-094 de 2017 (MP (e) Aquiles Arrieta Gómez).
72 Corte Constitucional, sentencia C-872 de 2002 (MP Eduardo Montealegre
Lynett).
56
irregularidad en el trámite de un proyecto de acto legislativo da lugar a la
materialización de un vicio de procedimiento».73

7. En línea con lo anterior, la Corte ha resaltado la importancia del principio


de instrumentalidad de las formas según el cual la constatación de la
existencia de una irregularidad en el trámite de formación de una ley o
reforma constitucional no obliga al juez a retirarlo del ordenamiento jurídico,
sino que es necesario revisar si «(i) [su] cumplimiento es presupuesto básico y
necesario para la adecuada formación de la voluntad democrática de las
cámaras, (ii) están estrechamente relacionadas con la materialización de
principios y valores constitucionales, en especial del principio democrático, y
(iii) tienen una entidad tal que, al desconocerse, ocasionan un vicio de
procedimiento en la formación del acto legislativo, en la medida en que
desconocen ‘los requisitos establecidos por la propia Carta para la aprobación
de dichas reformas, los cuales se encuentran sintetizados en el Título XIII».74

8. Pues bien, la demanda que se analiza en esta ocasión formuló un cargo


sobre un vicio de procedimiento en el trámite de la reforma constitucional,
relacionado con la presunta violación del principio de deliberación
democrática en razón de la forma en la que se revisó y resolvió una
recusación presentada por un ciudadano contra todos los miembros de la
Comisión Primera Constitucional Permanente del Senado de la República en
segunda vuelta del debate legislativo del proyecto de acto legislativo. Los
reproches del actor se concentran en dos cuestiones: (i) en el trámite que se le
dio a la recusación, y (ii) quién resolvió la solicitud. Así, tratándose del vicio
de procedimiento alegado, la Sala Plena deberá resolver si la recusación
presentada en el trámite del Acto Legislativo 01 de 2020 fue revisada,
debatida y decidida de conformidad con las normas constitucionales y
reglamentarias aplicables. En caso de ser negativa la respuesta, si aquella
irregularidad ostenta la entidad suficiente para viciar el trámite del acto
73 Corte Constitucional, sentencia C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda
Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández); C-106 de 2013
(MP (e) Alexei Julio Estrada).
74 Corte Constitucional, sentencia C-816 de 2004 (MP Jaime Córdoba Triviño y
Rodrigo Uprimny Yepes).
57
legislativo que se revisa, concretamente, si se vulneró el principio de
deliberación democrática.

Con el objeto de dar respuesta a estos problemas jurídicos es necesario


referirse al marco normativo aplicable para la presentación y trámite de
recusaciones contra congresistas por conflicto de intereses. Especialmente, se
hará referencia a las normas de competencia para su debate y resolución y a
pronunciamiento de la jurisprudencia constitucional y contenciosa que han
analizado asuntos similares.

Régimen de conflicto de intereses de los congresistas

9. En los artículos 179 y 180 constitucionales, se establece un sistema


cerrado de inhabilidades e incompatibilidades. Por su parte, el artículo 182 de
la Constitución Política señala que es deber de los congresistas poner en
conocimiento de la respectiva Cámara las situaciones de carácter moral o
económico que los inhiban para participar en el trámite de asuntos sometidos
a su consideración. Por su parte, el artículo 183.1 establece que los
congresistas perderán su investidura por la violación del régimen de
inhabilidades e incompatibilidades o el régimen de conflicto de intereses.

10. La Ley 5 de 1992 regula todo lo concerniente al trámite de los


impedimentos y las recusaciones (arts. 286 al 295).75 Conforme al artículo 286
de la Ley 5 de 1992, «Se entiende como conflicto de interés una situación
donde la discusión o votación de un proyecto de ley o acto legislativo o
artículo, pueda resultar en un beneficio particular, actual y directo a favor del
congresista».76
75 La Ley 2003 de 2019 modificó los artículos 286, 287, 291 y 294.
76 Ley 5 de 1992, artículo 286. Establece: «a) Beneficio particular: aquel que otorga
un privilegio o genera ganancias o crea indemnizaciones económicas o elimina
obligaciones a favor del congresista de las que no gozan el resto de los ciudadanos.
Modifique normas que afecten investigaciones penales, disciplinarias, fiscales o
administrativas a las que se encuentre formalmente vinculado. || b) Beneficio actual:
aquel que efectivamente se configura en las circunstancias presentes y existentes al
momento en el que el congresista participa de la decisión. || c) Beneficio directo:
aquel que se produzca de forma específica respecto del congresista, de su cónyuge,
compañero o compañera permanente, o parientes dentro del segundo grado de
58
11. Todo congresista que considere que está incurso en alguna causal de
impedimento para participar o votar en un proyecto de ley o reforma
constitucional, debe manifestar el impedimento respectivo y las razones que
lo sustentan ante la Comisión o Plenaria correspondiente «quien deberá
definir el mérito objetivo que le asiste a la razón invocada para separarse de la
deliberación o votación de un asunto. La decisión y el trámite de la misma se
somete exclusivamente a la definición del órgano legislativo donde tuvo lugar
la declaración de impedimento, ya sea en Comisión o en Plenaria».77

12. En caso de no presentar el impedimento, la ley permite que cualquier otro


parlamentario o ciudadano presente una recusación contra determinado
miembro del congreso con el fin de apartarlo de la participación de
determinado asunto por considerarlo incurso dentro de alguna causal de
conflicto de intereses. En este caso, debe ser analizada y resuelta ante la
Comisión de Ética y Estatuto del Congresista, quien resuelve sobre la misma
a través de una decisión motivada. Concretamente, el artículo 294 establece
que un congresista puede ser recusado por cualquiera de las causales previstas
en el artículo 286 (las mismas que proceden para los impedimentos), y a
renglón seguido consagra, «En este evento se dará traslado inmediato del
informe a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista de la respectiva
Corporación, la cual dispondrá de tres (3) días hábiles para dar a conocer su
conclusión, mediante resolución motivada.»78

13. La Ley 1828 de 2017 “por medio de la cual se expide el Código de Ética y
Disciplinario del Congresista y se dictan otras disposiciones”, dispone en sus
artículos 64 y 65 que, una vez recibida la recusación en las Comisiones o
Cámaras respectivas, deberá enviarse a la Comisión de Ética y Estatuto del
Congresista, la cual a través de su Mesa Directiva avocará conocimiento de
forma inmediata y podrá solicitar más pruebas de las aportadas por el

consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil (…)»


77 Corte Constitucional, sentencia C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda
Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
78 Ley 5 de 1992, artículo 294.
59
recusante. Luego, «adoptará la conclusión a que haya lugar, profiriendo su
Mesa Directiva resolución motivada dentro del término de cinco (5) días
hábiles contados a partir del día siguiente del recibo en la Comisión. La
decisión se remitirá de manera inmediata a la Plenaria o Comisión que
corresponda para su cumplimiento».79

De ser aceptado el impedimento o la recusación, se designará un nuevo


ponente. Si se trata del debate y votación, el respectivo Presidente excusará al
congresista de votar, lo que será válido para efectos del artículo 183 de la CP.

Finalmente, si el parlamentario no se declaró impedido y tampoco se presentó


alguna recusación en su contra, pero se encontraba incurso en una causal de
conflicto de intereses, podrá iniciarse un proceso de pérdida de investidura,
por iniciativa de la Cámara en la que está vinculado y previo el informe de la
Comisión de Ética y Estatuto de Congresista (art. 296).

14. La Corte Constitucional en las sentencias C-1040, 1043 de 2005 y C-1056


de 2012 tuvo la oportunidad de fijar algunas reglas de interpretación de las
normas antes mencionadas relacionadas con el trámite de una recusación en
los debates de un proyecto de reforma de la Constitución. Se mencionarán
aquellas relevantes para el asunto que se analiza en esta ocasión.

La jurisprudencia ha resaltado que la importancia del régimen de conflicto de


intereses de los miembros del Congreso de la República radica
específicamente en la necesidad de asegurar la justicia y el bien común. Su
objetivo es mantener los intereses privados o particulares de los
parlamentarios al margen de su labor, la cual solo debe obedecer al interés
general y a los fines de la Constitución y la ley (art. 133 de la CP).

79 Ley 1828 de 2017, “por medio de la cual se expide el Código de Ética y


Disciplinario del Congresista y se dictan otras disposiciones”. Artículo 64.
“Ahora bien, la institución de los conflictos de interés, por cuya infracción la norma
superior de 1991 estableció para los congresistas la grave sanción de la pérdida de
investidura, busca resguardar y hacer posibles varios importantes valores
constitucionales previstos desde el preámbulo y los primeros artículos de la carta
política, entre ellos la igualdad, el conocimiento, la existencia de un marco jurídico
democrático y participativo, la vigencia de un orden político, económico y social
60
En los casos en los que se tramita una reforma constitucional, la Corte señaló
que el régimen de los conflictos de interés es un mecanismo que garantiza que
el texto superior no pueda ser modificado con la activa participación de
personas que “derivarían provecho o beneficio de tales reformas”. 80 En
palabras de la Corte:

« (…) si bien es cierto lo dicho en relación con el contenido


típico de las normas constitucionales, y su carácter
predominantemente genérico, no puede perderse de vista, más
aún dentro del proceso de constitucionalización del derecho
vigente en Colombia desde el advenimiento de la carta de 1991,
que en realidad cualquier tipo de regla o contenido jurídico,
incluyendo aquellos que tengan un carácter marcadamente
individual y particular, podría ser elevado al nivel de precepto
constitucional, siempre que existan las mayorías y la decisión
política necesaria para ello, generándose así la posibilidad de
plantear un conflicto de ese tipo. || Además de esa posibilidad,
puede ocurrir también que se establezcan o reformen
disposiciones superiores que aunque en principio tengan carácter
general, en virtud de situaciones particulares de personas
específicas, produzcan efectos directos (…).»81
justo, el pluralismo, la solidaridad o la diversidad étnica y cultural, pues se
constituye en un mecanismo efectivo que permite evitar que las personas que
participen en las decisiones públicas lo hagan movidos por intereses personales que
les aparten de la defensa de tales valores superiores”. Corte Constitucional de
Colombia, sentencia C-1056 de 2012 (MP Nilson Pinilla Pinilla; AV María Victoria
Calle Correa; SV Mauricio González Cuervo; SV Luis Guillermo Guerrero Pérez;
AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub; SV Alexei Egor Julio Estrada; AV Luis Ernesto Vargas Silva).
80 Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-1056 de 2012 (MP Nilson Pinilla
Pinilla; AV María Victoria Calle Correa; SV Mauricio González Cuervo; SV Luis
Guillermo Guerrero Pérez; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Nilson Pinilla Pinilla;
SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SV Alexei Egor Julio Estrada; AV Luis Ernesto
Vargas Silva).
81 Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-1056 de 2012 (MP Nilson Pinilla
Pinilla; AV María Victoria Calle Correa; SV Mauricio González Cuervo; SV Luis
Guillermo Guerrero Pérez; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Nilson Pinilla Pinilla;
61
Sin embargo, la Corte precisó que los impedimentos y recusaciones deben
presentarse de forma excepcional, en razón a que, en principio, las reformas
del texto constitucional corresponden a normativas de carácter general y
abstracto que afectan a la comunidad y sobre las cuales, no existe una
afectación particular o específica. Al respecto estableció:

«(…) la regla general es que no cabe plantear impedimentos o


recusaciones por conflicto de intereses con motivo del trámite de
una reforma constitucional; estas figuras únicamente son
procedentes en casos excepcionales en los que aparezca
claramente demostrada la existencia de un interés privado
concurrente en cabeza de un miembro del Congreso. Ello ocurre -
en esencia- por las siguientes razones.
 
En primer lugar, porque como se explicó con anterioridad, para
que exista un conflicto de intereses, es necesario demostrar que la
participación del congresista en el trámite legislativo le reporta
un beneficio particular, directo e inmediato (Ley 5ª de 1992, art.
286). De manera que pueda confrontarse el interés general al cual
se encuentra obligado por razón de sus funciones, y el interés
particular o privado que pretende obtener con su participación en
el proceso legislativo, logrando con ello una posición especial de
desigualdad no sólo en relación con los demás parlamentarios
sino frente a todos los ciudadanos en general. Como por regla
general las reformas constitucionales afectan por igual a todos los
colombianos, independientemente de su condición o no de
parlamentario, es inusual que algún congresista se encuentre
particularmente privilegiado o perjudicado por un acto
legislativo, y que, por lo mismo, de él se predique un conflicto de
intereses.
 

SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SV Alexei Egor Julio Estrada; AV Luis Ernesto
Vargas Silva).
62
En segundo término, porque no se deben confundir, de un lado,
los intereses políticos -inevitables en el ámbito parlamentario y
sobre todo cuando se trata de reformar la Constitución- los cuales
pueden concurrir con los intereses generales, con los
denominados intereses meramente privados que, de otro lado, sí
están excluidos por la figura del conflicto de intereses -tales
como los intereses económicos particulares del congresista o los
intereses meramente personales y subjetivos de orden no
político-.

La Corte recuerda que en la sentencia C-011 de 1997 se resaltó la


importancia constitucional de este organismo; en efecto, esta
Corporación en dicha providencia dijo que es legítimo e
importante que en el Congreso se creen mecanismos internos
destinados a velar por el cumplimiento del estatuto de los
congresistas, y que “la alta responsabilidad del Congreso para
con el sistema político del país y las expectativas que depositan
en sus representantes los ciudadanos exigirían que el Poder
Legislativo fuera particularmente estricto con sus integrantes en
este punto”, de allí la trascendencia de las Comisiones de Ética,
creadas por la Ley 5ª de 1992, “con el objeto de incorporar
dentro del ámbito del funcionamiento normal del Poder
Legislativo una instancia propia de control sobre el acatamiento
de las disposiciones acerca del régimen de los congresistas”;
para este Tribunal, la función de estas Comisiones como
mecanismos de control interno del Congreso es “fundamental, en
tanto que ha de contribuir a la depuración del órgano legislativo
y de las costumbres políticas del país”.»82

Del mismo modo, se ha advertido que la presentación de un impedimento o


una recusación no suspende el proceso legislativo que se esté tramitando.
Además, cualquier irregularidad que se presente en la decisión de aquella

82 Corte Constitucional, sentencia C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda


Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
63
solicitud no afecta necesariamente la validez del proceso legislativo. En
palabras de la Corte:

«El hecho de que no se suspenda el proceso de discusión y


votación de un proyecto de acto legislativo con la presentación
de una recusación implica que las posibles irregularidades que se
surtan dentro del trámite de ésta no se habrán de comunicar
automáticamente al acto, esto es, no habrán de incidir sobre la
validez constitucional del proyecto materia de discusión y
votación. Una cosa es el trámite de una recusación y otra es el
trámite del proyecto. Las irregularidades en el trámite de una
recusación pueden, según su entidad, tener consecuencias
respecto de los individuos involucrados. No obstante, éstas
consecuencias no se pueden trasladar o proyectar
automáticamente al proyecto de acto legislativo o de ley, el cual
debe reunir para su validez requisitos distintos y específicos
enunciados en la Constitución, como se anotó en el acápite sobre
los referentes del control constitucional de las reformas
constitucionales»83

15. En estos casos la Corte identificó algunas situaciones en las que podría
generarse un vicio de procedimiento. La irregularidad que se presente en el
trámite que se adelante para resolver el impedimento o la recusación de un
parlamentario puede tener una entidad suficiente para afectar el trámite
legislativo cuando, por ejemplo, incide sobre la formación de la voluntad
política de las Cámaras, afecta los derechos de las minorías parlamentarias o
desconoce otros valores democráticos protegidos por la Constitución Política.

16. Finalmente es importante resaltar que el trámite de un impedimento se


distingue de una recusación en la medida en que el primero puede ser resuelto
por la Plenaria o la comisión legislativa en el que se presenta. Pero tratándose

83 Corte Constitucional, sentencia C-1043 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda


Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
64
de una recusación, debe ser remitida de inmediato a la Comisión de Ética y
Estatuto del Congresista para su estudio y resolución.84

17. Por su parte, cabe mencionar que el Consejo de Estado 85 ha señalado que
«el régimen de conflicto de intereses busca blindar la actividad legislativa de
cualquier injerencia de tipo personal por parte del congresista, al mediar un
interés directo que pudiere afectar su decisión frente a algún tema en
particular, sea suyo o de su cónyuge o compañero(a) permanente, o sus
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o
primero civil, o su socio(s) de derecho o de hecho, imponiéndole el deber de
declararse impedido para participar en el trámite de los asuntos que atañen a
la rama legislativa del poder público, el cual en caso de ser aceptado implicará
designar un nuevo ponente o excusarlo del debate y votación»86.

84 “Para la Corte, la interpretación de la Ley 5ª de 1992 en punto a la competencia


para resolver los impedimentos por conflictos de intereses requiere de un análisis
que incorpore elementos jurídicos de juicio adicionales a los que citan el
demandante y el concepto fiscal, así: (a) una lectura armónica de los artículos 59,
268-6, 291, 292, 293, 294 y 295 de la Ley 5ª de 1992, a la luz de lo dispuesto en el
artículo 182 de la Constitución Política, y teniendo en cuenta el artículo 16 de la Ley
144 de 1994, indica que los impedimentos han de ser declarados en primera
instancia ante la Comisión o la Plenaria correspondiente, que será dicha Comisión o
Plenaria la que tomará la decisión a la que haya lugar, y que se dará traslado -
inmediato- del asunto a la Comisión de Ética cuando el congresista sea recusado; (b)
la jurisprudencia constitucional y contencioso-administrativa relevante, si bien no ha
dado una respuesta específica a este punto, sí ha avalado en varias oportunidades
que la competencia para decidir sobre los impedimentos corresponde a las
comisiones o cámaras pertinentes; y (c) la práctica del Congreso ha sido constante
en el sentido de que los impedimentos se resuelven ante la comisión o plenaria
correspondiente, a veces después de oír el concepto de una comisión accidental, y
que sólo se corre traslado inmediato a la Comisión de Ética cuando se interpone una
recusación.” Corte Constitucional, sentencia C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José
Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto
Antonio Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández).
85 Consejo de Estado. Sala Plena de lo Contencioso Administrativo. Sala Once
Especial de Decisión de Pérdida de Investidura. Sentencia del trece (13) de
noviembre de dos mil diecinueve (2019). Radicación número: 11001-03-15-000-
2019-03953-00(PI). (CP Stella Jeannette Carvajal Basto).
86 Consejo de Estado, Sala Plena Contenciosa, sentencia de 19 de septiembre de
2017, proceso 2014-01602-00, C.P. Carmelo Perdomo Cuéter.
65
De manera que, «se trata de una especialísima situación donde el interés
privado rivaliza de manera incompatible con el general, evento en el cual se
actualiza y concreta en cabeza de la (o el) congresista la prohibición de tomar
parte en un asunto del que pueda desprenderse un beneficio para sí o para
terceros vinculados a él, dada la flagrante trasgresión a las reglas de
transparencia e imparcialidad que gobiernan la deliberación democrática en el
foro legislativo y el desconocimiento del primado del interés general, lo que, a
la postre, perturba el proceso de toma de decisiones».87

En conclusión, «[n]o cualquier interés configura la causal de desinvestidura


en comento, pues se sabe que sólo lo será aquél del que se pueda predicar que
es directo, esto es, que per se el alegado beneficio, provecho o utilidad
encuentre su fuente en el asunto que fue conocido por el legislador; particular,
que el mismo sea específico o personal, bien para el congresista o quienes se
encuentren relacionados con él; y actual o inmediato, que concurra para el
momento en que ocurrió la participación o votación del congresista, lo que
excluye sucesos contingentes, futuros o imprevisibles. También se tiene
noticia que el interés puede ser de cualquier naturaleza, esto es, económico o
moral, sin distinción alguna».88

18. En suma, el régimen de conflicto de intereses de los congresistas pretende


garantizar que los intereses democráticos y del bien común sean los que
prevalezcan en el debate legislativo, dejándose al margen aquellos
particulares o privados que no representan al electorado o a la comunidad en
general. Los congresistas ejercen una labor de naturaleza política que ante
todo debe regirse por los fines constitucionales. Conforme a ello, la
Constitución y la ley consagran un régimen y un procedimiento estricto para
darle trámite a la presentación de impedimentos y recusaciones de los
congresistas, los cuales deben ser observados para no generar vicios de
procedimiento en el trámite de un proyecto de ley o de reforma a la Carta
87 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sala Especial de
Decisión 6, sentencia de 16 de julio de 2019, proceso 2019-02830-00, C.P. Carlos
Enrique Moreno Rubio.
88 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sala Especial de
Decisión 6, sentencia de 16 de julio de 2019, proceso 2019-02830-00, C.P. Carlos
Enrique Moreno Rubio.
66
Política. Aún así, no toda irregularidad de aquel procedimiento puede afectar
el trámite legislativo, sino solo aquella que afecte el debate deliberativo y
democrático, impida el ejercicio de los derechos de la oposición o las
minorías políticas o afecte el normal funcionamiento del Congreso de la
República.

Argumentos de la demanda

19. Los actores expresaron que la decisión de la recusación presentada contra


todos los miembros de la Comisión Primera Constitucional Permanente del
Senado de la República presentó irregularidades al momento de decidirse,
pues no siguió lo establecido en el artículo 294 de la Ley 5 de 1992. El Grupo
de Prisiones adujo sobre este asunto que “frente al debate de si dicha
recusación era procedente, la mesa directiva de la Plenaria del Senado de la
República decidió que se votase al respecto en el transcurso del octavo
debate. Esto constituyó un grave error de competencia, puesto que de
acuerdo con el artículo 294 de la Ley 5 de 1992, (…) no le corresponde a la
Plenaria del Senado, sino a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresistas,
tomar decisiones sobre recusaciones a congresistas”.89 Esta situación tuvo
como consecuencia que varios congresistas se abstuvieran de participar en
debates posteriores ante la incertidumbre de cómo proceder con la recusación.
Esto afectó fuertemente el principio de deliberación democrática pues en el
último debate muchos congresistas que se oponían a la iniciativa no
participaron al no conocer la decisión de la recusación.

Sobre el primer punto, los actores mencionaron que la decisión que resolvió
finalmente la recusación no se ajustó a derecho puesto que la rechazó por el
incumplimiento de requisitos formales que al parecer sí estaban cumplidos.
Por ejemplo, la decisión señaló que no había pruebas sobre las acusaciones de
la recusación, pero el ciudadano sí adjuntó la grabación del debate, en donde
supuestamente se puede corroborar lo que se alega. Dicen los demandantes
que la alegada falta de sustento probatorio no justifica jurídicamente la
decisión del Presidente de la Comisión de Ética, pues las acusaciones podían
revisarse en las grabaciones. Adicionalmente, la recusación fue declarada
89 Escrito de la demanda de inconstitucionalidad (D-13.915), folio 19.
67
improcedente por la falta de individualización, argumento que carece de todo
sustento, dado que estaba dirigida a “todos los miembros de la Comisión
Primera Permanente del Senado”, lo que los hacía identificables. Según los
actores, los congresistas recusados eran tan “identificables”, que no
estuvieron presentes en el octavo debate ya que aún no sabían qué podía
suceder con la recusación.

Así las cosas, existió una irregularidad en la competencia, la cual se concretó


en que fue el Presidente de la Comisión de Ética quien determinó la
inadmisión de la recusación, y no la Comisión de Ética (art. 64 de la Ley 1828
de 2017); y por otra parte, la recusación “no debió ser inadmitida” por las
razones emitidas por el Presidente de la Comisión de Ética.

20. Con el objetivo de analizar el cargo de los actores, es necesario describir


detalladamente del trámite que tuvo el escrito de recusación del ciudadano
Esteban Salazar Giraldo. Una vez se establezca el procedimiento, la Sala
procederá a verificar si existió una irregularidad y si ésta configura un vicio
de procedimiento con la entidad suficiente de afectar la validez del trámite del
proyecto del Acto Legislativo 01 de 2020, como lo sugieren los demandantes.

Trámite de la recusación

1. El 8 de junio de 2020 el ciudadano Esteban Alexander Salazar Giraldo


radicó en la Secretaría de la Comisión Primera Constitucional
Permanente del Senado de la República escrito de recusación contra
todos los miembros de dicha cédula congresual para discutir y votar el
Proyecto de Acto Legislativo No. 21 de 2019 Senado – 001 de 2019
Cámara - acumulado con el proyecto de Acto Legislativo No. 047 de
2019 Cámara - “Por medio del cual se modifica el artículo 34 de la
Constitución Política, suprimiendo la prohibición de la pena de prisión
perpetua y estableciendo la prisión perpetua revisable”.

Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por el Secretario General de


la Comisión Primera del Senado de la República el 24 de noviembre de 2020.
68
2. En el escrito de recusación el ciudadano afirmó que el 5 de junio de
2020 durante el debate del proyecto de acto legislativo se manifestó en
la sesión que este proyecto se debe «discutir y analizar lo más
conveniente para la sociedad y no para alguna campaña electoral que
no hace sino remembrar un pasado superado y un futuro que de pronto
no va a llegar».90 Con base en esta afirmación, el recusante alegó que
existía un interés de obtener un beneficio particular, actual y directo de
contenido electoral a través de esta iniciativa. No obstante, insistió que
a pesar de que la afirmación se refería a algunos senadores de manera
indirecta, no se tuvo conocimiento a quiénes concretamente.

2.1. Luego alegó que existía un conflicto de interés de carácter moral,


toda vez que los senadores estaban legislando y adelantando una
reforma constitucional de forma virtual, sin que las leyes y la
Constitución lo permitieran. En palabras del recusante: «Toda esa
omisión de su deber se debe simplemente al interés personalísimo
de votar desde la comodidad de sus hogares, sin cumplir con el
deber de hacerlo presencialmente en el recinto del Congreso, como
ordenan los artículos 139 y 140 de la Constitución. Bien sea por el
interés también personalísimo de su propia comodidad, teniendo en
cuenta que siguen devengando su salario, sin cumplir con su tarea y
en el más probable de los casos, por el interés también
personalísimo de no enfrentarse al riesgo de contagiarse del virus
(…)».91

2.2. El ciudadano argumentó que existía un interés particular porque con


la afirmación que se había realizado en la sesión del 5 de junio se
demostraba que algunos senadores utilizarían el proyecto de reforma
constitucional a favor de sus intereses electorales y no a favor del
bien común. El interés era actual porque la postura de cada senador
90 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de
la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020. Anexo.
91 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de
la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020. Anexo.
69
era inmediata y generaba un beneficio que en el futuro se
configuraría en el campo electoral. Finalmente, adujo que el interés
era directo toda vez que la posición de los senadores a favor del
proyecto de acto legislativo les generaría beneficios electorales.

2.3. Por otra parte, argumentó la existencia de un interés moral en los


siguientes términos: «Considero entonces que por razones de
conciencia debieron apartarse los miembros de la Comisión Primera
de Senado de la discusión y votación de este Proyecto de Acto
Legislativo, ante la evidente ilegalidad de las sesiones virtuales,
sobre todo para aprobar reformas constitucionales teniendo en
cuenta lo establecido por la Corte Constitucional». 92 Según el
recusante la realización virtual de las sesiones del Congreso afectan
los principios de mayorías y de garantía de participación de las
minorías, de publicidad y de participación política parlamentaria.

2.4. En el escrito de recusación el ciudadano citó como única prueba de


sus argumentos, «el video de la sesión de la Comisión I del día 05
de junio, publicado en Youtube, en el aparte -3:15:20».

3. Iniciada la sesión del 8 de junio de 2020 (Acta No. 43, publicada en la


Gaceta del Congreso No. 719 de 2020) la Presidencia solicitó a la
Secretaría dar lectura del escrito de recusación. La Mesa Directiva, al
considerar que no cumplía con los requisitos de procedencia, decidió
rechazarla. No obstante, varios congresistas manifestaron la necesidad
de remitirlo a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista acorde
con el artículo 64 de la Ley 1828 de 2017. La Mesa Directiva asumió
estas manifestaciones como una “apelación de su decisión” y ordenó
dar traslado a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista.93

92 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de


la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020. Anexo.
93 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por el Secretario General
de la Comisión Primera del Senado de la República el 24 de noviembre de 2020.
También se puede corroborar este debate en la Gaceta No. 719, páginas 26 y 27.
70
4. En las pruebas allegadas al expediente, la Vicepresidenta de la
Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la
República informó que:

«El H. Senador CARLOS ABRAHAM JIMÉNEZ LÓPEZ en su


condición de Presidente de la Comisión de Ética y Estatuto del
Congresista en la Legislatura 2019 - 2020, con auto del ocho (8) de
junio del presente año determinó la improcedencia del trámite, toda vez
que no cumplía con el requisito de procedibilidad establecido en el
artículo 64 de la Ley 5ª de 1992, en cuanto al deber de aportar los
elementos probatorios que soportan la recusación, igualmente, por no
individualizar contra quien se dirige, sino que el recusatorio se efectuó
de manera generalizada y con evidente ausencia de sustento probatorio
que permitiera deducir un presunto conflicto de intereses contrario a las
normas constitucionales y legales, resultando inocuo dar trámite a la
recusación sin cumplirse con este requisito y por tanto, se ordenó su
devolución a la Comisión Primera Constitucional Permanente, con
oficio CET-CS-CV19-2628-2020 del ocho (8) de junio pasado».94

5. En horas de la tarde, en la misma fecha, la Secretaría de la Comisión de


Ética informó a la Presidencia de la Comisión Primera Constitucional
del Senado de la República sobre el auto suscrito por el Presidente de la
Comisión de Ética en el que resolvió la improcedencia de la recusación
y se ordenó a la Secretaría dar lectura integral al pleno de la sesión de
la Comisión.95 En el Acta 43 (Gaceta 719) se evidencia una discusión
de los miembros de la Comisión Primera Constitucional, en la que
varios manifiestan que, según los términos legales, la Comisión de
Ética debe decidir el día siguiente y de forma colegiada, y no solo con
el pronunciamiento de su Presidente.96 Con base en esta discusión, se
propone enviar la recusación a la Comisión de Ética nuevamente para
94 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de
la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020.
95 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de
la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020. Anexos. Gaceta No. 719, página 65.
71
que sea analizada por todos sus miembros y se reinicie el debate el
siguiente día. A pesar de ello, el Presidente de la Comisión somete a
votación de los miembros si se reabre la discusión del proyecto de acto
legislativo. Se registra una votación positiva de 13 votos en contra de 0.
Cinco (5) senadores no votaron por considerar que la recusación no
estaba resuelta.97

6. El mismo 8 de junio de 2020 el Presidente de la Comisión de Ética


allegó un oficio en el que ratificó la decisión de rechazo de la
recusación y aclaró que «la norma citada en el auto del ocho (8) de
junio de dos mil veinte (2020), artículo 64 de la Ley 5ª de 1992,
corresponde a la Ley 1828 de 2017 Código de Ética y Disciplinario del
Congresista, el cual establece el requisito de procedibilidad para la
presentación de recusaciones, ratificando la decisión adoptada (…)». 98
La discusión sobre la competencia del Presidente para decidir se
mantuvo hasta el final de la sesión, cuando se decidió continuar el
debate y someterlo a votación al día siguiente.

7. Al inicio de la sesión del 9 de junio de 2020 se advirtió que la


Comisión de Ética no había allegado otra decisión. Por votación
unánime de la Comisión Primera Constitucional Permanente decidieron
dar un receso mientras llegaba la decisión de la recusación.
Posteriormente, se allegó un oficio del Presidente de la Comisión de
Ética reiterando la decisión del auto del 8 de junio en el que se declaró
improcedente la recusación conforme al artículo 64 de la Ley 1828 de
2017.99 Varios senadores manifestaron que no se había resuelto por el
96 Particularmente manifestaron esta preocupación los Senadores: Roy Leonardo
Barreras Montealegre, Julián Gallo Cubillos, Alexander López Maya, Gustavo
Francisco Petro Urrego y Roosevelt Rodríguez Rengifo.
97 Congreso de la República de Colombia. Gaceta No. 719, página 77. No
participaron en la votación los senadores Angélica Lisbeth Lozano Correa, Rodrigo
Lara Restrepo, Temístocles Ortega Narváez y Luis Fernando Velasco Chávez.
98 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta de
la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23 de
noviembre de 2020. Congreso de la República de Colombia. Gaceta No. 719, página
84.
99 Congreso de la República. Gaceta No. 775, página 6.
72
pleno de la Comisión de Ética, y por tanto, la recusación seguía sin
analizarse y resolverse. Anunciaron su retiro de la sesión por
considerarse impedidos los senadores Roy Leonardo Barreras, Gustavo
Francisco Petro Urrego, Alexander López Maya, Luis Fernando
Velasco Chaves y Julián Gallo Cubillos. Luego se reinició el debate de
fondo del acto reformatorio de la Constitución con una intervención del
ponente del proyecto (senador Miguel Ángel Pinto Hernández), quien
solicitó rechazar los informes de archivo expuestos y debatidos en las
sesiones anteriores. Se abrió votación sobre este punto, y se obtuvieron
13 votos por no archivar el proyecto y 2 en favor de hacerlo. 100 Una vez
definido lo anterior, se reinició el debate de fondo del proyecto de acto
legislativo. Finalmente, el articulado fue aprobado con el texto que fue
remitido por la Plenaria de la Cámara de Representantes y se aprobó el
texto con 13 votos a favor.101

8. El Senador Roy Leonardo Barreras Montealegre solicitó realizar


diligencia de descargos. Sin embargo, el 11 de junio de 2020 el
Presidente de la Comisión de Ética resolvió que no era pertinente la
práctica de la diligencia solicitada, puesto que se había decidido que la
recusación era improcedente por carecer de soporte probatorio.102

9. Durante la sesión del 18 de junio de 2020 de la Plenaria del Senado de


la República, se leyó un escrito de recusación contra todos los
miembros de la Comisión Primera Constitucional Permanente del
Senado. Se trató de un documento similar y presentado por el mismo
ciudadano, Esteban Alexander Salazar Giraldo. Por esto, se discutió
nuevamente la recusación interpuesta contra todos los miembros de
aquella célula legislativa. En aquella sesión, algunos de los senadores
recusados se negaron a continuar con la discusión del proyecto hasta
tanto fuera resuelta por la Comisión de Ética y Estatuto del

100 Congreso de la República. Gaceta No. 775, página 11.


101 Congreso de la República. Gaceta No. 775, página 47.
102 Expediente D-13.915 AC. Escrito de respuesta remitido por la Vicepresidenta
de la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista del Senado de la República el 23
de noviembre de 2020.
73
Congresista.103 Por decisión del Presidente de la Plenaria se sometió a
votación la pregunta “¿Rechaza la recusación presentada por el
incumplimiento de los requisitos?”. Los senadores recusados se
retiraron de la votación, y otros, se retiraron y no votaron por
considerar que la Plenaria del Senado no tenía la competencia para
decidir su procedibilidad.104 La recusación fue rechazada por la Plenaria
con 58 votos a favor y 1 en contra.105 Posteriormente, se continuó con el
debate de fondo del proyecto de acto legislativo.106

Análisis de la presunta irregularidad

21. Pues bien, luego de revisar el procedimiento que se adelantó para resolver
la recusación presentada por el ciudadano Esteban Salazar Giraldo en el
marco del trámite del proyecto de Acto Legislativo 01 de 2020, la Sala Plena
encuentra que, como lo afirman los demandantes, sí existió una irregularidad
en la forma cómo se tomó la decisión de rechazar de plano la recusación, toda
vez que la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista no conoció ni
resolvió la solicitud, tal como lo exige la Ley. No obstante lo anterior, la Sala
considera que esta irregularidad no tiene la entidad suficiente para afectar la
validez del trámite del proyecto de reforma constitucional.

22. Como fue descrito anteriormente, para analizar el trámite legislativo de


una reforma constitucional debe tenerse en cuenta también las normas de la
Ley 5 de 1992, como un parámetro de control. Así, el régimen de conflicto de
intereses de los congresistas y las normas que lo regulan deben ser analizadas

103 Entre ellos, Julián Gallo Cubillos, Roy Leonardo Barreras, Gustavo Petro
Urrego y Alexander López Maya.
104 Por ejemplo, el senador Roosvelt Rodríguez radicó impedimento para votar
sobre el título del proyecto y el articulado. Congreso de la República. Gaceta 1255
(Acta 56), página 52. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=8q0-
gQbrEu4
105 Congreso de la República. Gaceta 1255 (Acta 56). Página 52. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=8q0-gQbrEu4
106 Congreso de la República. Gaceta 1255 (Acta 56). Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=8q0-gQbrEu4
74
de manera sistemática entre la Constitución y la ley orgánica. El artículo 294
de la Ley 5 de 1992 fue modificado por la Ley 2003 de 2019:

Texto original de la Ley 5 de 1992 Artículo modificado por el


artículo 5 de la Ley 2003 de 2019

ARTÍCULO 294. Quien tenga Quien tenga conocimiento de una


conocimiento de una causal de causal de impedimento de algún
impedimento de algún Congresista, Congresista, que no se haya
que no se haya comunicado comunicado oportunamente a las
oportunamente a las Cámaras Cámaras Legislativas, podrá
Legislativas, podrá recusarlo ante recusarlo ante ellas, procediendo
ellas. En este evento se dará traslado únicamente si se configura los
inmediato del informe a la Comisión eventos establecidos en el
de Ética y Estatuto del Congresista artículo 286 de la presente ley. En
de la respectiva corporación, la cual este evento se dará traslado
dispondrá de tres (3) días hábiles inmediato del informe a la Comisión
para dar a conocer su conclusión, de Ética y Estatuto del Congresista
mediante resolución motivada. de la respectiva Corporación, la cual
La decisión será de obligatorio dispondrá de tres (3) días hábiles
cumplimiento. para dar a conocer su conclusión,
mediante resolución motivada.
La decisión será de obligatorio
cumplimiento.

Por su parte, el artículo 64 de la Ley 1828 de 2017107 dispone que

«[t]oda recusación que se presente en las Comisiones o en las


Cámaras, deberá remitirse de inmediato a la Comisión de Ética y
Estatuto del Congresista respectiva. || El recusante deberá aportar
elementos probatorios que soporten la recusación interpuesta.
Recibida la recusación, la Mesa Directiva de la Comisión de
Ética y Estatuto del Congresista respectiva, avocará
107 “Por medio de la cual se expide el Código de Ética y Disciplinario del
Congresista y se dictan otras disposiciones.”
75
conocimiento en forma inmediata y además de las pruebas que
soportan la recusación, podrá ordenar las que considere
pertinentes. Para resolver sobre la recusación, las pruebas
deberán apreciarse conjuntamente, de acuerdo con las reglas de la
sana crítica. || La Comisión de Ética y Estatuto del Congresista de
la respectiva Corporación, adoptará la conclusión a que haya
lugar, profiriendo su Mesa Directiva resolución motivada dentro
del término de cinco (5) días hábiles contados a partir del día
siguiente del recibo en la Comisión. La decisión se remitirá de
manera inmediata a la Plenaria o Comisión que corresponda para
su cumplimiento.»

23. La recusación que presentó el ciudadano Salazar Giraldo efectivamente


fue remitida de manera inmediata a la Secretaría de la Comisión de Ética y
Estatuto del Congresista el mismo día que fue radicada ante la Secretaría de la
Comisión Primera Constitucional del Senado de la República. Sin embargo,
se observa que el Presidente de la Comisión de Ética resolvió que la solicitud
no cumplía con un requisito de procedencia al no contar con pruebas que
sostuvieran los argumentos desarrollados en el escrito de recusación y la
rechazó de plano.

24. Tanto el artículo 294 de la Ley 5 de 1992, como el artículo 64 de la Ley


1828 de 2017, son claros en señalar que la competencia para proferir una
decisión sobre la recusación, bien sea sobre su procedencia o fondo, es la
Comisión de Ética y el Estatuto del Congresista respectiva.108 Es más, ninguna
de las dos disposiciones consagra condiciones de procedencia de las
recusaciones. Como se advirtió, el Presidente de la Comisión de Ética, el
senador Carlos Abrahám Jiménez López, adujo que el artículo 64 de la Ley
1828 de 2017 establece un requisito de procedencia que se traduce en “aportar

108 Artículo 294 de la Ley 5 de 1992: “En este evento se dará traslado inmediato del informe a la
Comisión de Ética y Estatuto del Congresista de la respectiva Corporación, la cual dispondrá de
tres (3) días hábiles para dar a conocer su conclusión, mediante resolución motivada”.
Artículo 64 de la Ley 1828 de 2017: “La Comisión de Ética y Estatuto del
Congresista de la respectiva Corporación, adoptará la conclusión a que haya lugar,
profiriendo su Mesa Directiva resolución motivada dentro del término de cinco (5)
días hábiles contados a partir del día siguiente del recibo en la Comisión”.
76
los elementos probatorios que soporten la recusación interpuesta”. De manera
que, de forma autónoma, concluyó que el ciudadano Salazar Giraldo no había
adjuntado ningún elemento probatorio, y por tanto, la rechazó de plano.

25. Aunque no le corresponde a la Corte emitir un juicio o establecer si la


recusación estaba suficientemente fundamentada y argumentada, se puede
concluir que el órgano competente establecido en la ley no fue el que resolvió
si existían o no elementos probatorios para sostener que existía un conflicto
de intereses de los miembros de la Comisión Primera Constitucional del
Senado de la República. El documento que rechazó de plano la recusación fue
proferido únicamente por el Presidente de la Comisión de Ética y Estatuto del
Congresista, sin siquiera haberse discutido por todos los miembros de esta
célula legislativa. Esta situación, como lo afirmaron los demandantes, generó
una incertidumbre y un entorpecimiento en el debate legislativo.

26. Puede verse en la sesión del 8 de junio de 2020, 109 una vez radicado el
escrito de la recusación, la Mesa Directiva de la Comisión Primera
Constitucional del Senado de la República decidió informar a todos los
miembros que la recusación era notoriamente improcedente por falta de
pruebas, y por tanto, no era necesario darle trámite alguno. La Mesa Directiva
de la Comisión Primera Constitucional sostuvo que se podía rechazar de
plano dado que no cumplía con los requisitos del artículo 286 de la Ley 5 de
1992. Sin embargo, algunos congresistas reclamaron la necesidad de remitirla
a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista para que fuera este órgano
el que decidiera, obedeciendo a lo establecido en los artículos 294 de la Ley 5
de 1992 y 64 de la Ley 1828 de 2017. En el debate se evidencia que, aunque
varios de los congresistas coincidieron en que los argumentos de la recusación
no eran procedentes, no podían continuar el debate del proyecto de acto
legislativo hasta tanto la Comisión de Ética resolviera la recusación.

Luego, en la tarde del 8 de junio de 2020 el Presidente de la Comisión de


Ética remitió la decisión a la Comisión Primera Constitucional del Senado, la

109 Congreso de la República de Colombia. Senado de la República. Acta No. 43


publicada en la Gaceta del Congreso 719. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=xMj9oPcIScY&t=29s (sesión de la mañana).
77
cual resolvió rechazar la recusación por ausencia de material probatorio y por
falta de individualización. El debate de la tarde se concentró en discutir por
qué la decisión había sido tomada de forma “unilateral” por el Presidente de
la Comisión de Ética y no por todos sus miembros.110

27. Lo mismo sucedió en la sesión del 9 de junio de 2020 (Acta 44), en la


cual, además, el Senado Alexander López dejó constancia que en ocasiones
anteriores la Comisión de Ética se reunía para estudiar las recusaciones y
resolvía rechazar trámite. Diferente a esta ocasión, en la que es el Presidente
de la Comisión de Ética fue quien se pronunció y definió la procedencia de la
recusación.111 A pesar de la discusión que se presentó sobre el trámite que
debía darse a la recusación, se continuó con el debate y se sometió a votación
la proposición de archivo del proyecto de acto legislativo (presentada por el
senador Miguel Ángel Pinto Hernández, entre otros, y la presentada por el
senador Rodrigo Lara Restrepo). En esta votación participaron quince (15) de
los veintidós (22) senadores y votaron negativamente trece (13). Los siete
(07) senadores restantes, al considerar que existía vigente una recusación en
su contra sin resolución, se retiraron de la votación.112

28. En la sesión plenaria del Senado del día 18 de junio de 2020 nuevamente
los senadores recusados (particularmente, los senadores Gustavo Petro y
Armando Benedetti) reiteraron que la resolución emitida por el Presidente de
la Comisión de Ética no surtió el trámite exigido por la Ley en el caso de las
recusaciones y manifestaron que no podían participar del debate. El

110 Congreso de la República de Colombia. Senado de la República. Acta No. 43


publicada en la Gaceta del Congreso 719. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=xMj9oPcIScY&t=29s (sesión de la tarde).
Palabras del Senador Alexander López Maya: «Segundo, saber si la Comisión de
Ética se reunió o esta es una decisión unilateral del Presidente, entendiendo que este
tipo de decisiones tienen unas solemnidades, a menos que el Presidente de la
Comisión de Ética actúe de manera unilateral y unipersonal, sin consultar ni discutir
estas formas con los miembros de la Comisión».
111 Congreso de la República de Colombia. Senado de la República. Sesión 9 de
junio de 2020, Acta 44, Gaceta 775. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=fXLmjexNXyo (parte 2).
112 Sesión 9 de junio de 2020, Acta 44.
https://www.youtube.com/watch?v=fXLmjexNXyo (parte 2).
78
Presidente puso a consideración de la Plenaria del Senado si debía rechazarse
la recusación contra los miembros de la Comisión Primera Constitucional o si
se debía remitir a la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista. De los 108
congresistas que componen la plenaria votaron 58 a favor de rechazarla y 1 en
contra. El resto no participaron de la votación por dos razones que pueden
extraerse de la discusión previa: (i) porque hacían parte de la Comisión
Primera y estaban recusados y/o (ii) porque consideraron que la Plenaria del
Senado no tenía la competencia para decidir la procedencia de la recusación.
Una vez se decidió rechazar la recusación, la Plenaria del Senado procedió a
discutir una proposición que modificaba los años de revisión del artículo 1°
del proyecto de acto legislativo,113 que fue denegada por la mayoría (76 votos
en contra), y posteriormente, aprobaron el articulado y el título del proyecto.
Al final, para la aprobación del proyecto dejaron de participar 9 miembros de
la Comisión Primera Constitucional del Senado de la República por no
haberse dado trámite a la recusación tal como se exige en la Ley.114

29. La Sala encuentra importante resaltar que el régimen de conflicto de


interés de los congresistas tiene por objeto garantizar la transparencia e
independencia de los debates al interior del órgano legislativo. Del mismo
modo, asegura que el bien común y el interés general prevalezcan en la
función legislativa y se mantengan al margen preferencias particulares o
privadas. La Comisión de Ética y Estatuto del Congresista al interior del
Congreso de la República es un órgano esencial para cumplir con aquellos
objetivos. Se trata al final de un mecanismo de control interno que debe
analizar si las actuaciones de los parlamentarios se ajustan a la Constitución y
a la ley. Su composición atiende al principio democrático, pues la Comisión
de Ética tiene miembros de diferentes partidos políticos que se dedican
especialmente en velar el cumplimiento de la transparencia y ética

113 Proposición del Senador John Milton Rodríguez González quién solicitó que la
revisión judicial no se diera a los 25 años sino a los 40 años. Congreso de la
República. Gaceta 531, Acta 56. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?
v=8q0-gQbrEu4
114 Los H. Senadores Roy Leonardo Barreras, Julián Gallo, Alexander López,
Gustavo Petro, Germán Varón, Angélica Lozano, Luis Fernando Velasco, Rodrigo
Lara y Temístocles Ortega.
79
parlamentaria (art. 59 de la Ley 5 de 1992). Esta composición diversa
fortalece igualmente sus decisiones imparciales.

30. Los objetivos que cumple la Comisión de Ética y Estatuto del


Congresista, junto con su composición y competencia para resolver los
posibles conflictos de interés y las violaciones al régimen de inhabilidades e
incompatibilidades, no pueden ser asumidos de forma ligera, sino con la
mayor rigurosidad y responsabilidad, pues de sus decisiones pueden generarse
procesos de mayor gravedad como lo es la pérdida de investidura ante la
jurisdicción contencioso- administrativa. De manera que las decisiones
proferidas por la Comisión de Ética deben observar los procesos legales que
la regulan. Permitir que la posible configuración de una causal de conflicto de
intereses -tratándose específicamente de una recusación- sea resuelta de plano
por uno de sus miembros y sin mediar debate al interior de la Comisión de
Ética, sería vaciar su competencia y socavar el control que ejercen los demás
miembros desde sus colectividades, quebrándose con ello el principio
democrático.

31. Ahora bien, a pesar de que se demostró la existencia de la irregularidad, es


necesario analizar si ésta tiene la entidad suficiente para viciar la validez del
trámite legislativo de la reforma constitucional. Los demandantes alegaron
que en razón a que no se le dio el trámite legal a la recusación, los senadores
involucrados no asistieron, debatieron ni votaron en las sesiones que

80
siguieron. No obstante lo anterior, la Sala Plena considera que la irregularidad
no es de tal envergadura que provoque una afectación palmaria al trámite
parlamentario por las siguientes razones.

32. Tal como fue expuesto anteriormente, la jurisprudencia constitucional ha


establecido que las recusaciones por conflicto de intereses con motivo del
trámite de una reforma constitucional son procedentes en casos excepcionales,
dada la naturaleza abstracta y general de este tipo de enmiendas. En el mismo
sentido, las posibles irregularidades que se generen ante la presentación de
una recusación no necesariamente inciden en el proyecto de reforma, toda vez
que se tratan de dos procedimientos separados. 115 Por lo mismo, ante una
recusación, no se suspende el trámite legislativo ordinario de una reforma
constitucional.

33. La Sala Plena encuentra que la irregularidad que se presentó, la cual se


concretó en que la recusación no fue resuelta por el órgano legal competente y
dispuesto para ello, no afectó la formación de la voluntad política del Senado,
ni los derechos de las minorías parlamentarias, ni la deliberación democrática.
La recusación fue presentada justo en el séptimo debate del Senado en el que
ya se había dado un amplio curso a las discusiones de quienes apoyaban el
proyecto y de quienes se oponían. La presentación de los informes de archivo
del proyecto en la Comisión Primera del Senado, ya habían tenido una
presentación por los ponentes, se había dado una discusión previa y solo
115 «El hecho de que no se suspenda el proceso de discusión y votación de un
proyecto de acto legislativo con la presentación de una recusación implica que las
posibles irregularidades que se surtan dentro del trámite de ésta no se habrán de
comunicar automáticamente al acto, esto es, no habrán de incidir sobre la validez
constitucional del proyecto materia de discusión y votación. Una cosa es el trámite
de una recusación y otra es el trámite del proyecto. Las irregularidades en el trámite
de una recusación pueden, según su entidad, tener consecuencias respecto de los
individuos involucrados. No obstante, éstas consecuencias no se pueden trasladar o
proyectar automáticamente al proyecto de acto legislativo o de ley, el cual debe
reunir para su validez requisitos distintos y específicos enunciados en la
Constitución, como se anotó en el acápite sobre los referentes del control
constitucional de las reformas constitucionales» Corte Constitucional, sentencia C-
1043 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco
Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara
Inés Vargas Hernández).
81
faltaba cerrar con una conclusión y someterlas a votación. 116 Su votación se
realizó incluso con miembros de partidos de la oposición. 117 Igualmente, se
observa que los miembros de la Comisión Primera Constitucional, en razón a
que no se dio trámite de la recusación, participaron de los debates y ejercieron
su función congresional.

34. Cabe resaltar nuevamente que la recusación presentada por un ciudadano


no puede tener como consecuencia la suspensión del trámite de un acto
legislativo, y menos aún el retiro automático en el ejercicio de la función
congresional de los senadores. La sola invocación por parte de un tercero
sobre la presunta inhabilidad para actuar de un congresista, no lo excluye
automáticamente del trámite, pues esto solo sucede, conforme a los artículos
293, 294 y 295 de la Ley 5ª de 1992 y artículo 64 de la Ley 1828 de 2017,
cuando el impedimento haya sido estudiado y aceptado por la Comisión de
Ética y Estatuto del Congresista. Así, solo si la recusación es resuelta
favorablemente por este organismo interno el congresista estará impedido de
participar en el debate y votación del trámite legislativo respectivo. Hasta que
lo anterior no ocurra, no se ve afectada la investidura.118

35. En el asunto que se estudia, es claro que la recusación contra los


miembros de la Comisión Primera Constitucional contra quienes se presentó
no fue tramitada ni resuelta, como ya fue demostrado, y por tanto, no se
encontraban impedidos para participar de los debates y la votación de la
iniciativa. De tal forma, su participación en los debates séptimo y octavo tiene
plena validez. Por su parte, respecto de los congresistas que decidieron no
116 Esto puede evidenciarse en la Gaceta No. 775, página 11.
117 Congreso de la República. Gaceta No. 635.
118 “De acuerdo con el artículo 294 RC la recusación la podrá hacer cualquier
persona que tenga conocimiento de una causal de impedimento por parte de un
congresista; una vez se presenta la recusación se dará traslado a la comisión de ética
y estatuto del congresista de la respectiva corporación, la cual dispondrá de tres días
hábiles para presentar sus conclusiones, que deberán estar contenidas en una
resolución motivada. Es el artículo 295 el que determina que los efectos de la
decisión de la Comisión de Ética serán similares a los derivados de los
impedimentos. En este sentido, aceptado la recusación el recusado no podrá
participar ni en el debate, ni en la votación del asunto sobre el cual recaiga un
interés”. Cfr. Sentencia C-141 de 2010 (MP Humberto Antonio Sierra Porto).
82
participar, se trató de una decisión autónoma y voluntaria sustentada en lo que
comprendieron sobre el trámite de la recusación presentada.

36. Como fue descrito, en la Plenaria del Senado, en la sesión en la que se


aprobó la reforma constitucional, la voluntad de la mayoría parlamentaria era
nítida. Con un total de 75 votos a favor se aprobó el articulado. Solo nueve (9)
miembros de la Comisión Primera Constitucional del Senado no participaron
de esta última votación. Por ello, no se observa que la falta del trámite de la
recusación haya obstaculizado la participación de la oposición para presentar
argumentos de fondo para la reforma, por ejemplo, o que se haya impedido su
debate. A pesar de que la discusión sobre el trámite que debía imprimirse a la
recusación fue parte de los debates, no se impidió o anuló la discusión de
fondo. En ese orden, la Sala encuentra que no es posible evidenciar la
vulneración del principio de deliberación democrática pues la ausencia de
algunos congresistas recusados en los debates séptimo y octavo y la
respectiva votación se dio por una determinación libre, amparada en su propio
entendimiento sobre la figura de la recusación, el cual no guarda
correspondencia con las normas y la jurisprudencia sobre la materia. En
consecuencia, la Sala Plena estima que la irregularidad no tiene una entidad
suficiente para afectar la validez de la aprobación del proyecto de reforma
constitucional.

Vicio por la competencia del Congreso para la expedición del Acto


Legislativo 01 de 2020 con fundamento en la doctrina de la sustitución de la
Constitución

37. Una vez se determinó que no existe un vicio de procedimiento que


permita concluir que la reforma constitucional no cumplió con lo establecido
en los artículos 294 de la Ley 5 de 1992 y 374 y 375 de la Constitución
Política, la Sala Plena procederá a analizar el cargo de competencia
sustentado en el juicio de sustitución de la Constitución.

Juicio de sustitución de la Constitución. Reiteración jurisprudencial.

83
38. La Constitución Política de 1991 permite ser reformada por el Congreso
de la República, Asamblea Constituyente o el pueblo mediante referendo (art.
374 CP). Tratándose de actos legislativos, la Constitución dispone que su
control de constitucionalidad debe concentrarse en los vicios de forma o de
procedimiento legislativo (art. 379 CP). En armonía con aquel mandato, la
Corte Constitucional puede conocer de demandas de inconstitucionalidad
contra actos reformatorios de la Constitución sólo por vicios de procedimiento
en su formación (art. 241.1 CP).

39. La Corte Constitucional ha definido de forma reiterada y pasiva el


contenido y alcance del control de constitucionalidad de los actos legislativos.
A continuación, se hará referencia a las reglas jurisprudenciales más
relevantes sobre el asunto.119
119 Este capítulo tomó las subreglas de las siguientes sentencias: C-140 de 2020
(MP José Fernando Reyes Cuartas; AV Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares
Cantillo; AV Antonio José Lizarazo Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger); C-332
de 2017 (MP Antonio José Lizarazo Ocampo; SPV Alejandro Linares Cantillo; SPV
Antonio José Lizarazo Ocampo; SPV Alberto Rojas Ríos); C-053 de 2016 (MP
Alejandro Linares Cantillo; AV Alejandro Linares Cantillo); C-699 de 2016 (MP
María Victoria Calle Correa; Aquiles Arrieta Gómez (e); SV Luis Guillermo
Guerrero Pérez; AV Alejandro Linares Cantillo; AV Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo; SPV Gloria Stella Ortiz Delgado; SPV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Luis
Ernesto Vargas Silva); C-373 de 2016 (MP Alejandro Linares Cantillo y Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alejandro
Linares Cantillo; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Gloria Stella Ortiz
Delgado); C-084 de 2016 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV María Victoria Calle
Correa; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alejandro Linares Cantillo; AV
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Gloria Stella Ortiz Delgado; SV Jorge Iván
Palacio Palacio; AV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV Alberto Rojas Ríos); C-577 de
2014 (MP Martha Victoria Sáchica Méndez (e); AV Mauricio González Cuervo; AV
Luis Guillermo Guerrero Pérez; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SV Gloria
Stella Ortiz Delgado; SV Jorge Iván Palacio Palacio); C-579 de 2013 (MP Jorge
Ignacio Pretelt Chaljub; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle
Correa; SPV Mauricio González Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV
Alberto Rojas Ríos; SPV Nilson Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo; AV Luis Ernesto Vargas Silva); C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas
Silva; AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto
Antonio Sierra Porto); C-303 de 2010 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV María
Victoria Calle Correa; AV Juan Carlos Henao Pérez; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV
Humberto Antonio Sierra Porto); C-816 de 2004 (MP Jaime Córdoba Triviño; AV
Jaime Araujo Rentería); C-551 de 2003 (MP Eduardo Montealegre Lynett).
84
40. La jurisprudencia ha establecido que el poder de reforma del Congreso de
la República se enmarca en la juridicidad y debe atenerse a los estrictos
términos de la Carta Política.120 Acorde con esta regla, el control judicial que
hace la Corte de los actos legislativos incluye el «ámbito competencial del
órgano reformador de la Constitución –el Congreso–, para expedir la
reforma».121 La competencia del poder constituyente derivado es un requisito
previo para reformar la Constitución. De manera que a la Corte le
corresponde revisar si el Congreso actúo dentro del poder derivado. En
palabras de la Sala Plena de la Corte:

«(…) el parámetro de control de constitucionalidad de los actos


legislativos, en tanto modalidad de reforma de la Carta Política,
está conformado no solo por las normas que determinan el
procedimiento congresional aplicable a estas iniciativas, sino
también a la competencia del Congreso para efectuar la reforma
constitucional.  Ello en el entendido que la competencia del
órgano es un presupuesto necesario para adelantar el
procedimiento de reforma.  Esta limitación tiene origen, a su vez,
en la previsión que realiza el artículo 374 C.P., según el cual la
Constitución Política podrá ser reformada por el Congreso, por
una Asamblea Nacional Constituyente o por el Pueblo mediante
referendo.  Esto implica que como la Constitución ha
circunscrito las hipótesis de modificación a la reforma,
correlativamente ha excluido otras modalidades de cambio del
Texto Constitucional, como la sustitución por un documento
distinto, la destrucción, la suspensión o el quebrantamiento. En
120 Corte Constitucional, sentencia C-084 de 2016 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV María Victoria Calle Correa; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alejandro
Linares Cantillo; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Gloria Stella Ortiz
Delgado; SV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV
Alberto Rojas Ríos).
121 Corte Constitucional, sentencias C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto); C-303 de 2010 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV María Victoria
Calle Correa; AV Juan Carlos Henao Pérez; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto
Antonio Sierra Porto); C-551 de 2003 (MP Eduardo Montealegre Lynet).
85
términos simples, la jurisprudencia constitucional ha previsto
que, como sucede con toda actuación del Estado, el poder de
reforma de la Constitución está sometido a límites, tanto de
carácter procedimental, que refieren a las reglas de deliberación
democrática que anteceden a la reforma, como sustantivos,
dirigidos a evitar el exceso en el poder de reforma, de modo que
el texto resultante de la modificación no guarde entidad con el
concepto de Constitución que la antecedió».122

41. De tal forma, para la Corte «la competencia es un presupuesto ineludible


del procedimiento, a tal punto que el procedimiento está siempre viciado si el
órgano que dicta un acto jurídico carece de competencia, por más de que su
actuación, en lo que al trámite se refiere, haya sido impecable». 123 Lo anterior
encuentra fundamento dentro de la teoría política y jurídica relacionada con la
distinción entre el poder constituyente y los poderes constituidos.124 El
Congreso de la República es un poder derivado, es decir, fue dotado por el
poder constituyente de potestades establecidas y regladas a través de la

122 Corte Constitucional, sentencia C-303 de 2010 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV María Victoria Calle Correa; AV Juan Carlos Henao Pérez; SV Nilson Pinilla
Pinilla; SV Humberto Antonio Sierra Porto).
123 Corte Constitucional, sentencia C-551 de 2003 (MP Eduardo Montealegre
Lynett).
124 Carl Schmitt. Teoría de la Constitución. Págs. 93 y 94. Ed., Alianza Editorial
(1996). Emmanuel J. Sieyès. ¿Qué es el tercer estado? Ed., Espasa-Calpe, S.A
(1991). Sobre este aspecto, la Corte ha establecido: «La doctrina referida parte de
la diferenciación entre poder constituyente y poder de reforma. La Corte ha
entendido que el poder constituyente es aquel inherente al soberano –que en nuestro
caso es el pueblo- y que, debido a su naturaleza originaria –origen del Estado
mismo-, puede crear cualquier diseño constitucional. Por el contrario, el poder de
reforma –ha señalado la Corte- es un poder constituido y derivado y, en
consecuencia, sujeto a los límites impuestos por el constituyente original». Corte
Constitucional, sentencia C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV
Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa; SPV Mauricio González
Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto Rojas Ríos; SPV Nilson
Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis Ernesto Vargas
Silva).
86
Constitución, de manera que está subordinado a los procedimientos y reglas
establecidos por ella cuando ejerza su poder de reforma.125

42. La Carta Política de 1991 permite ser reformada por el Congreso de la


República, pero los límites procedimentales y competenciales le impiden
sustituirla, derogarla, suprimirla o reemplazarla. La jurisprudencia
constitucional ha señalado que a pesar de que la Constitución no contiene
cláusulas pétreas o inamovibles, sí cuenta con «principios axiales e
identitarios que, si llegasen a ser reformulados, afectarían la identidad de la
Constitución, convirtiéndola en un texto distinto».126 En la sentencia C-579 de
2013 la Corte precisó la diferencia entre los términos de “sustitución”,
“reforma” y otros fenómenos:

«(…) reforma hace referencia a la modificación expresa de los


textos constitucionales. La reforma es diferente a la mutación, la
cual se presenta cuando hay una transformación en la
configuración del poder político, sin que dicha transformación se
registre en el texto constitucional. Otro fenómeno ligado es el de
la destrucción, el cual “(…) se produce cuando se suprime la
Constitución existente y esa supresión está acompañada de la
del poder constituyente en que la Carta se basaba”.
La supresión de la Constitución se diferencia de la destrucción
en que se conserva el poder constituyente en el que la

125 «(…) el poder de reforma, o poder constituyente derivado, se refiere a la


capacidad que tienen ciertos órganos del Estado, en ocasiones con la consulta a la
ciudadanía, de modificar una Constitución existente, pero dentro de los cauces
determinados por la Constitución misma. Ello implica que se trata de un poder
establecido por la Constitución, y que se ejerce bajo las condiciones fijadas por ella
misma. Tales condiciones comprenden asuntos de competencia, procedimientos, etc.
Se trata por lo tanto, de un poder de reforma de la propia Constitución, y en ese
sentido es constituyente; pero se encuentra instituido por la Constitución existente, y
es por ello derivado y limitado. || Por ser un poder instituido, el poder de reforma
tiene límites y está sujeto a controles». Sentencia C-551 de 2003 (MP Eduardo
Montealegre Lynett).
126 Corte Constitucional, sentencia C-140 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas; AV Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares Cantillo; AV Antonio José
Lizarazo Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger).
87
constitución suprimida se basa, lo que produce
resquebrajamiento de la continuidad jurídica; el poder
constituyente adopta entonces una nueva constitución en la que
actúa como constituyente originario.Otro fenómeno importante
es el quebrantamiento de la Constitución, el cual hace alusión a
la “(…) la violación de prescripciones constitucionales ‘para
uno o varios casos determinados, pero a título excepcional, es
decir, bajo el supuesto de que las prescripciones quebrantadas,
siguen inalterables en lo demás, y, por lo tanto, no son ni
suprimidas permanentemente, ni colocadas temporalmente fuera
de vigor”. Finalmente, la Corte se ha referido a la suspensión de
la Constitución, que se produce “(…) cuando ‘una o varias
prescripciones son provisionalmente puestas fuera de vigor’”;
esta situación puede o no estar prevista en la Constitución.
 
De otro lado, la sustitución consiste en (i) el reemplazo de la
Constitución -o de alguno de sus ejes definitorios- por un
modelo constitucional diferente, (ii) en ejercicio del poder de
reforma»127

43. Concretamente, referente al término sustitución se ha aclarado que se trata


de una transformación o reemplazo de la organización política y el perfil
básico y esencial del Estado.128 La sustitución puede ser total o parcial y
temporal o definitiva.129 Es parcial cuando «hay una transformación

127 Corte Constitucional, sentencia C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa; SPV
Mauricio González Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto Rojas
Ríos; SPV Nilson Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis
Ernesto Vargas Silva).
128 Corte Constitucional, C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV
Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa; SPV Mauricio González
Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto Rojas Ríos; SPV Nilson
Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis Ernesto Vargas
Silva) y C-1200 de 2003 (MP Manuel José Cepeda Espinosa y Rodrigo Escobar
Gil).
129 Corte Constitucional, sentencias C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa; SPV
88
trascendental de alguno o algunos de los componentes o ejes definitorios de la
Constitución», que la convierte en un estatuto diferente. Es total cuando
implica un diseño constitucional de la Carta Política «como un todo». Es
temporal cuando «se deroga temporalmente uno de los ejes definitorios, lo
cual transforma la identidad de la Carta Política y la hace irreconocible por un
lapso de tiempo»; y es definitiva cuando se sucede el mismo fenómeno de
forma permanente en el tiempo.

44. Con el objeto de evaluar cuándo un acto reformatorio de la Constitución


implica su sustitución o supresión, y en consecuencia, se desborda el poder de
reforma, la Corte Constitucional formuló el “juicio de sustitución”. Este es
una metodología que «permite determinar si se han violado o no las
disposiciones que fijan los límites que condicionan la actuación de los
titulares de la competencia para reformar la Constitución y, a su vez, la
realización del mencionado juicio se impone como mecanismo orientado a
evitar los riesgos asociados al subjetivismo que puede ser estimulado por la
falta de referentes claros para juzgar el alcance de una reforma y precisar
confiablemente si se ha generado una sustitución».130

45. El juicio de sustitución es un silogismo que se compone de tres pasos (i)


la premisa mayor, (ii) la premisa menor y (iii) la conclusión. La premisa
mayor es el elemento identitario, eje definitorio, axial o esencial de la
Constitución que se alega ha sido sustituido. La premisa mayor exige una
construcción y argumentación rigurosa, pues no se trata de citar una
disposición de la Constitución, sino de explicar por qué es un elemento
trascendental para la estructura constitucional del Estado. Lo anterior
implicará acudir a antecedentes históricos de la Carta, la jurisprudencia, entre
otros elementos de juicio. La Corte lo ha precisado en estos términos:

Mauricio González Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto Rojas


Ríos; SPV Nilson Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis
Ernesto Vargas Silva). Se citan los precedentes de las sentencias C-588 de 2009, C-
757 de 2008, C-1040 de 2005 y C-551 de 2003.
130 Corte Constitucional, sentencia C-373 de 2016 (MP Alejandro Linares Cantillo
y Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV
Alejandro Linares Cantillo; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Gloria Stella
Ortiz Delgado).
89
 
«(…) (i) enunciar con suma claridad cuál es dicho elemento, (ii)
señalar a partir de múltiples referentes normativos cuáles son sus
especificidades en la Carta de 1991 y (iii) mostrar por qué es
esencial y definitorio de la identidad de la Constitución
integralmente considerada. Solo así se habrá precisado la
premisa mayor del juicio de sustitución, lo cual es crucial para
evitar caer en el subjetivismo judicial. Luego, se habrá de
verificar si (iv) ese elemento esencial definitorio de la
Constitución de 1991 es irreductible a un artículo de la
Constitución, - para así evitar que éste sea transformado por la
propia Corte en cláusula pétrea a partir de la cual efectúe un
juicio de contradicción material- y si (v) la enunciación analítica
de dicho elemento esencial definitorio no equivale a fijar límites
materiales intocables por el poder de reforma, para así evitar que
el juicio derive en un control de violación de algo supuestamente
intangible, lo cual no le compete a la Corte.
 
Para llevar a cabo esta labor, la jurisprudencia de esta Corte ha
destacado la importancia de acudir (i) a los principios y valores
constitucionales y los que se desprenden del bloque de
constitucionalidad; (ii) la doctrina más importante en materia
constitucional y de teoría política; (iii) las experiencias de otros
países con modelos constitucionales similares; y (iv) la
jurisprudencia constitucional»131

131 Corte Constitucional, sentencias C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa; SPV
Mauricio González Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto Rojas
Ríos; SPV Nilson Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Luis
Ernesto Vargas Silva); C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda Espinosa,
Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio Sierra
Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández) y C-588 de 2009 (MP
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Mauricio
González Cuervo; SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SV Humberto Antonio Sierra
Porto).
90
46. En cuanto a la premisa menor, se trata de definir el contenido y alcance
del acto reformatorio de la Constitución. Identificar el impacto que tiene la
reforma en el elemento definitorio y la gravedad de su afectación.
Corresponde al «alcance de las modificaciones generadas con la reforma, en
particular, el efecto de las medidas establecidas en la reforma frente a las
disposiciones y los principios constitucionales identificados en la premisa
mayor como aquellos cuyo contenido normativo es el reflejo del eje
identitario supuestamente afectado. Todo ello se debe realizar a partir del
examen del contenido normativo introducido con la reforma».132

47. Finalmente, debe realizarse una conclusión del análisis entre la premisa
mayor y la premisa menor. Se trata de contrastar las dos premisas anteriores.
En otras palabras, de evaluar cómo el eje definitorio identificado se ve
afectado o trastornado por el acto reformatorio. En palabras de la Corte:
«establecer su conclusión, que como resultado del contraste de las dos
premisas, recaiga sobre si el nuevo elemento normativo elimina absoluta o
parcialmente, de forma permanente o temporal, un elemento esencial de la
estructura constitucional y lo reemplaza por otro radicalmente distinto, en
cuyo caso se estaría ante un exceso de la competencia de reforma
constitucional que se adscribe a los poderes constituidos, como sucede con el
Congreso al proferir actos legislativos».133

48. La Corte ha sido enfática en reiterar que el control constitucional de los


actos legislativos no puede convertirse en un control normativo material, y
por esa razón, el juicio de sustitución configura una metodología que limita
también la competencia del juez constitucional. Lo anterior encuentra sustento
en dos razones: «(i) toda reforma constitucional, por definición, contradice el
texto que modifica, de modo que resultaría un contrasentido afirmar que el
texto reformado tiene índole ultraactiva, para efectos del control de
constitucionalidad; y (ii) tanto el texto reformado, comprendido como
132 Corte Constitucional, C-140 de 2020 (MP José Fernando Reyes Cuartas; AV
Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares Cantillo; AV Antonio José Lizarazo
Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger).
133 Corte Constitucional, C-140 de 2020 (MP José Fernando Reyes Cuartas; AV
Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares Cantillo; AV Antonio José Lizarazo
Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger).
91
disposición, como la modificación tienen el mismo carácter de normas
superiores, razón por la cual no es viable considerar que el primero sirva de
parámetro para el control del segundo. Es decir, no existe una relación
jerárquico-normativa entre el contenido de las distintas disposiciones que
hacen parte de la Constitución originalmente promulgada y el texto de la
reforma constitucional».134

49. En igual sentido, la jurisprudencia ha establecido que existen al menos


tres mecanismos a través de los cuales se restringe la competencia del juez
constitucional ante el control de un acto reformatorio de la Constitución: «(a)
la cualificación de la acción pública de inconstitucionalidad, (b) la necesidad
de conservar la precisión conceptual sobre la materia y (c) la sujeción a una
metodología particular para adelantar el juicio de sustitución».135

50. En síntesis, el poder de reforma que ejerce el Congreso de la República


se encuentra sujeto a los procedimientos establecidos en la Constitución y la
Ley. La competencia del órgano legislativo para expedir actos reformatorios
de la Carta Política no es ilimitada puesto que existen elementos identitarios y
definitorios de la Constitución que la someten a un escrutinio rigoroso. El
juicio de sustitución se configura como una herramienta que le permite al juez
constitucional revisar si el ejercicio del poder de reforma fue sobrepasado;
pero a la vez, es una metodología de control constitucional que previene de
realizar un juicio material del acto reformatorio.

La Cláusula del Estado Social de Derecho fundado en la dignidad humana


como eje definitorio de la Constitución de 1991. Reiteración constitucional.

134 Corte Constitucional, sentencia C-084 de 2016 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV María Victoria Calle Correa; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alejandro
Linares Cantillo; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Gloria Stella Ortiz
Delgado; SV Jorge Iván Palacio Palacio; AV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV
Alberto Rojas Ríos). Se cita como precedente la sentencia C-577 de 2014.
135 Corte Constitucional, sentencia C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto).
92
51. El concepto y contenido del Estado Social de Derecho cuenta con una
enorme carga histórica y doctrinal. Encuentra cimientos dentro de la teoría del
Estado Liberal y democrático que se concibió en los siglos XIX y XX. 136 El
Estado de Derecho tiene como ejes esenciales la separación de los poderes
públicos, el sometimiento del poder a la ley y la protección de los derechos y
libertades de las personas. El concepto “social” que luego se inserta dentro de
este modelo rememora los movimientos y reivindicaciones de la sociedad,
relacionados con la garantía de una igualdad material ante la ley. 137 Proviene,
entre otros, del llamado “Estado bienestar”, el cual se caracterizó por
transformarse en un Estado Liberal reducido y poco interventor, a pasar a un
Estado con un «complejo aparato político-administrativo jalonador de toda la
dinámica social. Desde este punto de vista el Estado social puede ser definido
como el Estado que garantiza estándares mínimos de salario, alimentación,
salud, habitación, educación, asegurados para todos los ciudadanos bajo la
idea de derecho y no simplemente de caridad».138

136 En realidad, el concepto de Estado Social de Derecho se materializa


jurídicamente solo hasta la Constitución de México de 1917 y de la República de
Weimar (Alemania) de 1919, en las que se reconocen derechos sociales más allá de
establecer un Estado de Derecho. Más tarde, se emite la Ley Fundamental de Bonn
en 1949, en la cual se consagra explícitamente el Estado Social y Democrático de
Derecho. En la sentencia C-1064 de 2001 la Corte Constitucional hace un análisis
doctrinal sobre el concepto y sus orígenes acudiendo al teórico alemán Herman
Heller.
137 “La incidencia del Estado social de derecho en la organización sociopolítica
puede ser descrita esquemáticamente desde dos puntos de vista: cuantitativo y
cualitativo. Lo primero suele tratarse bajo el tema del Estado bienestar (welfare
State, stato del benessere, L'Etat Providence) y lo segundo bajo el tema de Estado
constitucional democrático.” Corte Constitucional, sentencia T-406 de 1992 (MP
Ciro Angarita Barón). En términos similares: “con el término ‘social’ se señala que
la acción del Estado debe dirigirse a garantizarle a los asociados condiciones de vida
dignas. Es decir, con este concepto se resalta que la voluntad del Constituyente en
torno al Estado no se reduce a exigir de éste que no interfiera o recorte las libertades
de las personas, sino que también exige que el mismo se ponga en movimiento para
contrarrestar las desigualdades sociales existentes y para ofrecerle a todos las
oportunidades necesarias para desarrollar sus aptitudes y para superar los apremios
materiales”. Cfr. Sentencia SU-747 de 1998 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz; SV
Alfredo Beltrán Sierra; SV Carlos Gaviria Díaz; SV José Gregorio Hernández
Galindo; SV Alejandro Martínez Caballero).
138 Corte Constitucional, sentencia T-406 de 1992 (MP Ciro Angarita Barón).
93
52. Según la Corte Constitucional del contenido del preámbulo de la Carta se
pueden extraer las siguientes premisas:

«a) El Estado es definido a través de sus caracteres esenciales.


Entre estos caracteres y el Estado la relación es ontológica: El
Estado Colombiano es tal, en tanto sus elementos esenciales
están presentes; no se trata de cualidades, capacidades o dotes
del Estado, sino de su propia naturaleza, de su propio ser.
 
b) Los caracteres esenciales del Estado tienen que ver no solo
con la organización entre poderes y la producción y aplicación
del derecho, sino también y de manera especial, con el
compromiso por la defensa de contenidos jurídicos materiales

(…)

En síntesis, la Constitución está concebida de tal manera que la


parte orgánica de la misma solo adquiere sentido y razón de ser
como aplicación y puesta en obra de los principios y de los
derechos inscritos en la parte dogmática de la misma. La carta de
derechos, la nacionalidad, la participación ciudadana, la
estructura del Estado, las funciones de los poderes, los
mecanismos de control, las elecciones, la organización territorial
y los mecanismos de reforma, se comprenden y justifican como
transmisión instrumental de los principios y valores
constitucionales. No es posible, entonces, interpretar una
institución o un procedimiento previsto por la Constitución por
fuera de los contenidos materiales plasmados en los principios y
derechos fundamentales.»139

53. El artículo 1° de la Constitución Política de 1991 reconoce a Colombia


como un Estado Social de Derecho fundado en el respeto de la dignidad
humana. El Estado Social y Democrático de Derecho define el actuar del
poder público a la luz de unos principios concretos. Este modelo se diferencia
139 Corte Constitucional, sentencia T-406 de 1992 (MP Ciro Angarita Barón).
94
del Estado de Derecho en que, además de garantizar el ejercicio de unas
libertades básicas a todas las personas, se concentra en tomar todas las
medidas adecuadas y necesarias para alcanzar la justicia y la igualdad
material, «con el objetivo de corregir las desigualdades existentes, promover
la inclusión y la participación y garantizar a las personas o grupos en
situación de desventaja el goce efectivo de sus derechos fundamentales. De
esta forma, el Estado Social de Derecho busca realizar la justicia social y la
dignidad humana mediante la sujeción de las autoridades públicas a los
principios, derechos y deberes sociales de orden constitucional».140

54. La Sala Plena de la Corte Constitucional ha establecido que el modelo de


Estado Social y Democrático de Derecho acogido por la Constitución de 1991
es un eje esencial e identitario de la Carta Política.141 En la sentencia C-288 de
2012 a través de la cual se revisó una demanda de inconstitucionalidad contra
el Acto Legislativo 3 de 2011 “por el cual se establece el principio de
sostenibilidad fiscal”,142 la Corte reconoció que se trata de un elemento
fundamental para asegurar el goce y ejercicio de los derechos fundamentales
en la Constitución. En palabras de la Sala Plena:

«(…) el principio de ESDD es un eje estructural de la


Constitución, en tanto la delimita conceptualmente y define sus
objetivos esenciales.  Tales funciones son la vigencia de los
derechos y garantías constitucionales, en el marco de un modelo
de diferenciación entre las personas, que reconoce sus innatas
desigualdades materiales, a fin de propugnar por la equiparación
en las oportunidades.  Estos objetivos del ESDD se logran a
140 Corte Constitucional, sentencia T-622 de 2016 (MP Jorge Iván Palacio Palacio;
AV Aquiles Arrieta Gómez (e).
141 Corte Constitucional, sentencias C-1040 de 2005 (MMPP Manuel José Cepeda
Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Humberto Antonio
Sierra Porto, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández); C-170 de 2012
(MP Jorge Iván Palacio Palacio; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto); C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV Mauricio González
Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio Sierra Porto).
142 Corte Constitucional, sentencia C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto).
95
partir de diversos instrumentos previstos en la Carta Política y la
ley, entre los que se destaca la intervención del Estado en la
economía.  El uso de tales mecanismos está condicionado, según
los términos explicados, al cumplimiento de las finalidades
esenciales del Estado, dentro del marco citado de vigencia de la
igualdad material y la distribución equitativa de los recursos».143

55. El Estado Social y Democrático de Derecho más allá de un simple


concepto se trata de un mandato de actuación para las autoridades del poder
público. Así, se ha señalado que las disposiciones de la Carta Política deben
leerse a la luz de aquel mandato y con sustento en sus principios esenciales;
(i) la dignidad humana, (ii) el trabajo, (iii) la solidaridad y (vi) la igualdad. 144
En efecto, la Corte ha afirmado que como principios básicos estructurales de
la Constitución se destacan «(i) el principio de Estado de Derecho y la
prohibición de normas ad-hoc de contenido puramente plebiscitario;145 (ii) la
forma de Estado Social de Derecho fundado en el respeto de la dignidad
humana;146 (iii) el principio democrático y de supremacía constitucional; 147
(iv) los principios de igualdad y mérito en el acceso a la carrera
administrativa;148 (vi) los principios de democracia participativa y de
soberanía popular;149 (v) la separación de poderes, el sistema de frenos y
contrapesos y la regla de alternancia en el ejercicio del poder150.»151
143 Corte Constitucional, sentencia C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto).
144 Corte Constitucional, sentencias C-776 de 2003 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa; SPV Jaime Araujo Rentería) y C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas
Silva; AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto
Antonio Sierra Porto).
145 “Corte Constitucional, Sentencia C-551 de 2003”.
146 “Corte Constitucional, Sentencia C-1040 de 2005”.
147 “Corte Constitucional, Sentencia C-970 de 2004, C-971 de 2004, C-1040 de
2005, C-141 de 2010 y C-303 de 2010”.
148 “Corte Constitucional, Sentencia C-588 de 2009”.
149 “Corte Constitucional, Sentencia C-303 de 2010”.
150 “Corte Constitucional, Sentencias C-970 de 2004, C-971 de 2004, C-1040 de
2005 y C-141 de 2010”.
151 Corte Constitucional, sentencia C-170 de 2012 (MP Jorge Iván Palacio Palacio;
SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio Sierra Porto).
96
56. El modelo del Estado Social de Derecho se enmarca en un estado de
naturaleza liberal en el que se concibe al individuo desde su libre
autodeterminación y, con ello, el valor de la dignidad humana es
trascendental. Concretamente, en lo relacionado con el contenido y alcance de
la dignidad humana, la Corte ha establecido que debe comprenderse desde dos
dimensiones «a partir de su objeto concreto de protección y con base en su
funcionalidad normativa».152 Sobre la primera, hace referencia a «(i) La
dignidad humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar
un plan vital y de determinarse según sus características (vivir como quiera).
(ii) La dignidad humana entendida como ciertas condiciones materiales
concretas de existencia (vivir bien). Y (iii) la dignidad humana entendida
como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e
integridad moral (vivir sin humillaciones)».153 En relación con la segunda
dimensión, debe comprenderse la dignidad humana como (a) un valor
fundante del ordenamiento jurídico, (b) un principio constitucional y (c) como
un derecho fundamental autónomo.

57. En el mismo sentido, la Corte en la sentencia C-288 de 2012 154 resaltó


que el principio de la dignidad humana comprende a la persona como un fin
en sí mismo, como un ser que cuenta con unas capacidades humanas
encaminadas a vivir una existencia libre de violencia y de humillaciones. La
dignidad humana prohíbe a las autoridades estatales tratar a las personas
como medios o instrumentos y, en cambio, les exige ejercer el poder público
con el objeto de asegurar condiciones mínimas de subsistencia que ayuden a
las personas a cumplir con sus proyectos y propósitos de vida.155
152 Corte Constitucional, sentencias T-881 de 2002 (MP Eduardo Montealegre
Lynett); SU-696 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz Delgado; SPV Luis Guillermo
Guerrero; SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
153 Corte Constitucional, sentencia T-881 de 2002 (MP Eduardo Montealegre
Lynett).
154 Corte Constitucional, sentencia C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto).
155 En igual sentido, puede verse la sentencia T-088 de 2008 en la cual la Corte
precisó: «al atentar contra la dignidad humana no sólo se transgrede la intangibilidad
de bienes como la vida, la seguridad social y la salud; sino que, por una parte, se
97
58. La jurisprudencia constitucional ha sostenido que «la previsión
constitucional conforme a la cual el Estado se encuentra fundado en el respeto
de la dignidad humana impone a las autoridades públicas el deber de adoptar
las medidas de protección indispensables para salvaguardar los bienes
jurídicos que definen al hombre como persona, y entre los cuales se cuentan,
la libertad, la autonomía, la integridad física, moral, espiritual y cultural, la
exclusión de tratos degradantes, la intimidad personal y familiar así como
ciertas condiciones materiales de existencia que el Estado social de derecho
debe garantizar».156

59. Del mismo modo, la Corte ha reconocido que una constitución


democrática contiene unos mínimos valores que sirven como límites
competenciales del poder de reforma. Estos ejes definitorios de la Carta se
encuentran asociados a un Estado limitado «que se fundamenta en la
democracia, y garantiza la dignidad y los derechos de la persona». 157 De esa
forma, la renuncia a tales valores básicos implica cercenar y traicionar la
identidad democrática de la Carta Política. En palabras de la Sala Plena:

«Una Constitución no es entonces cualquier texto jurídico que se


reconozca como superior, sino que ha de contener ciertos
elementos, tales como la definición de una estructura del poder,
un sistema de derechos constitucionales, el diseño de un sistema
democrático, la existencia de un control constitucional, el respeto

actúa contra ciertas condiciones que deben garantizarse. Y por la otra, se atenta
contra un principio fundante del ordenamiento jurídico colombiano, que, además de
ser un valor, es un derecho fundamental autónomo. La gravedad que reviste una
conducta que vilipendie la dignidad es entonces evidente». Corte Constitucional,
sentencia T-088 de 2008 (MP Jaime Araujo Rentería; AV y SPV Manuel José
Cepeda Espinosa).
156 Corte Constitucional, sentencias T-401 de 1992 (MP Eduardo Cifuentes
Muñoz), T-505 de 1992 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz), T-465 de 1996 (MP Fabio
Morón Díaz), SU-062 de 1999 (MP Vladimiro Naranjo Mesa), T-881 de 2002 (MP
Eduardo Montealegre Lynett) y T-622 de 2016 (MP Jorge Iván Palacio Palacio; AV
Aquiles Arrieta Gómez).
157 Corte Constitucional, sentencia C-572 de 2004 (MP (e) Rodrigo Uprimny
Yepes; AV Rodrigo Uprimny Yepes; AV Jaime Araujo Rentería).
98
por la dignidad humana, etc. Son estos valores y principios los
que construyen la esencia de la idea de un poder constitucional
limitado. La renuncia a tales valores y principios básicos no
supone sólo separarse de tal tradición sino, aún más, abjurar de la
condición de democracia constitucional, pues no será posible
concebir un poder limitado o, lo que es lo mismo, un Estado
organizado por y a partir del derecho. Y por ello una reforma
constitucional que consagre normas que desconozcan ese piso
axiológico mínimo de todo régimen constitucional desborda las
competencias del poder constituyente derivado, no sólo porque
subvierte la Constitución de 1991, que está comprometida con
esos valores, sino además porque desvirtúa la idea misma de
régimen constitucional».158

60. Acorde con ello, el Estado Social de Derecho fundado en la dignidad


humana como eje axial de la Constitución, supone la adopción de normas más
favorables a la efectiva garantía y respeto de los derechos fundamentales de
las personas; así como, la abstención de adoptar cambios normativos que
impliquen su desconocimiento o regresión de las medidas previstas para su
goce y ejercicio pleno. Así, estos mínimos valores consagrados en la Carta
reconocen la naturaleza moral, universal, irreversible, inalienable e
inderogable de la naturaleza y dignidad humana.

61. Los principios y valores constitucionales coinciden del mismo modo con
diversos instrumentos internacionales ratificados por Colombia como el
artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y los
artículos 5, 6 y 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, los
cuales reafirman el carácter universal e indivisible de la dignidad humana y el
reconocimiento de toda persona como un ser racional con capacidad de
definir su identidad individual y fijar un propio plan de vida de acuerdo con
sus experiencias. Lo anterior ha derivado en normas imperativas del derecho

158 Corte Constitucional, sentencia C-572 de 2004 (MP (e) Rodrigo Uprimny Yepes; AV Rodrigo
Uprimny Yepes; AV Jaime Araujo Rentería).

99
internacional como la prohibición de la esclavitud, la tortura y los tratos
crueles inhumanos y degradantes.

62. Ahora bien, estos lineamientos generales sobre el contenido y alcance


del Estado Social de Derecho y la dignidad humana permean el actuar y las
decisiones de los poderes públicos estatales. A través del lente de estos ejes
definitorios de la Carta Política, la Corte ha analizado reformas
constitucionales con el fin de definir sus impactos y afectaciones a la
estructura constitucional.159

Características de una política criminal en el marco de un Estado Social de


Derecho

63. La política criminal y penitenciaria es uno de los temas que no escapa de


la órbita de los principios constitucionales esenciales. La Corte en la sentencia
C-038 de 1995160 reconoció que con la Constitución de 1991 se configuró una
constitucionalización del derecho penal que impuso límites al legislador para
su facultad de regulación, toda vez que «la Carta incorpora preceptos y
enuncia valores y postulados - particularmente en el campo de los derechos
fundamentales - que inciden de manera significativa en el derecho penal y, a
la vez, orientan y determinan su alcance».161 Con base en ello, el modelo del
Estado Social de Derecho y el principio de la dignidad humana imponen
límites al poder punitivo del Estado.

159 Corte Constitucional, sentencias C-288 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
AV Mauricio González Cuervo; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Humberto Antonio
Sierra Porto); C-170 de 2012 (MP Jorge Iván Palacio Palacio; SV Nilson Pinilla
Pinilla; SV Humberto Antonio Sierra Porto); C-579 de 2013 (MP Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub; AV Jorge Iván Palacio Palacio; AV María Victoria Calle Correa;
SPV Mauricio González Cuervo; AV Luis Guillermo Guerrero Pérez; AV Alberto
Rojas Ríos; SPV Nilson Pinilla Pinilla; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV
Luis Ernesto Vargas Silva).
160 Corte Constitucional, sentencia C-038 de 1995 (MP Alejandro Martínez
Caballero).
161 Corte Constitucional, sentencia C-038 de 1995 (MP Alejandro Martínez
Caballero).
100
64. La Corte ha precisado que la legislación penal es una de las formas a
través de la cual se materializa la política criminal,162 toda vez que en ella se
definen los bienes jurídicos que quieren ser protegidos, se establece la
tipificación de las conductas como delitos y se imponen las consecuencias
según la gravedad de los actos.163 La política criminal es «el conjunto de
herramientas necesarias para mantener el orden social y hacerle frente a las
conductas que atenten de forma grave contra el mismo y, así, proteger los
derechos de los residentes en el territorio nacional y, puntualmente, a las
víctimas de los delitos».164

65. En ese sentido, como toda política pública cuyas bases se encuentran
principalmente en la Ley, éstas deben obedecer a los principios y mandatos de
la Constitución Política, más cuando se trata de la política criminal, pues
como lo ha reconocido la Sala Plena; «en materia penal este imperativo
resulta todavía más claro que en otros ámbitos de las políticas públicas, toda
vez que se trata de una esfera del orden normativo en el que los derechos
fundamentales se encuentran particularmente implicados ya sea desde el
punto de vista del imputado o de la víctima, y el interés de la sociedad se
encuentra igualmente comprometido. El margen del órgano que adopta la
política pública es más amplio o reducido según sean mayores y más
detallados los condicionamientos fijados en la Constitución al respecto».165

162 Corte Constitucional, sentencia C-646 de 2001 (MP Manuel José Cepeda
Espinosa).
163 Según la sentencia C-504 de 1993 es en la política criminal en donde se
establecen los objetivos del sistema penal y los medios para combatir el crimen,
incluyendo diferentes fases de “(i) definición de sus elementos constitutivos y las
relaciones entre ellos, (ii) articulación inteligible de sus componentes, y (iii)
programación de la forma, los medios y el ritmo al cual será desarrollada dicha
política; en ese orden de ideas, la Corte expresó que las decisiones constitutivas del
diseño de una política pública pueden ser plasmadas, o bien en documentos
políticos, o bien en instrumentos jurídicos – esto es, normas, sean éstas de rango
constitucional, legal o reglamentario”. Ver en el mismo sentido la sentencia C-936
de 2010 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; SV Mauricio González Cuervo; SV Juan
Carlos Henao Pérez; SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SV Humberto Antonio Sierra
Porto).
164 Corte Constitucional, sentencias C-370 de 2014 (MP Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub) y T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
101
66. Lo anterior tiene relevancia igualmente en el marco del sistema penal
acusatorio acogido por el constituyente a través del Acto Legislativo 03 de
2002 según el cual, bajo la concepción de la justicia restaurativa,166 se le
concede una mayor relevancia a la participación de la víctima en el proceso
penal, a la consecución de una reparación acorde con el daño sufrido y a la
resocialización del delincuente.167

67. En la sentencia T-762 de 2015 168 la Corte Constitucional analizó las


diferentes fases que tiene una política criminal. 169 Con sustento en un
diagnóstico general que realizó en la providencia, la Corte encontró que la
política criminal en Colombia se caracteriza por tener una tendencia
165 Corte Constitucional, sentencia C-936 de 2010 (MP Luis Ernesto Vargas Silva;
SV Mauricio González Cuervo; SV Juan Carlos Henao Pérez; SV Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub; SV Humberto Antonio Sierra Porto).
166 Corte Constitucional, sentencia C-979 de 2005 (MP Jaime Córdoba Triviño; AV
Jaime Araujo Rentería).
167 “El Acto Legislativo 03 de 2002 introdujo al ordenamiento jurídico el sistema
de justicia restaurativa, entendido como “todo proceso en el que la víctima y el
imputado, acusado o sentenciado participan conjuntamente de forma activa en la
resolución de cuestiones derivadas del delito en busca de un resultado restaurativo,
con o sin la participación de un facilitador. Entiende por resultado restaurativo el
acuerdo encaminado a atender las necesidades y responsabilidades individuales y
colectivas de las partes y a lograr la reintegración de la víctima y del infractor en la
comunidad en busca de la reparación, la restitución y el servicio a la comunidad
(art. 518” [T-384 de 2014]. Esto significa que bajo este modelo de justicia, existe un
mayor protagonismo de las víctimas y el interés de que sean reparadas, así como la
finalidad de alcanzar la reinserción social de quien comete el delito, lo cual guarda
consonancia con los postulados del Estado social de derecho.” Corte Constitucional,
sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
168 Corte Constitucional, sentencia C-762 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado).
169 La definió como “el conjunto de respuestas que un Estado adopta para hacer
frente a las conductas punibles, con el fin de garantizar la protección de los intereses
esenciales del Estado y de los derechos de los residentes en su jurisdicción”.
Estableció que la política criminal tiene tres fases: (i) formulación y diseño de la
política criminal (criminalización primaria), (ii) implementación y ejecución de la
política criminal, particularmente, el proceso penal (criminalización secundaria) y
(iii) implementación y ejecución de la política criminal colombiana, en especial, la
ejecución de las penas y el cumplimiento de las medidas de aseguramiento
(criminalización terciaria). Sentencia C-762 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado).
102
populista, es desarticulada e incoherente con las necesidades de prevención
del delito y el fin de resocialización de la pena. En consecuencia, esta
sentencia fijó el «Estándar constitucional mínimo que debe cumplir una
política criminal respetuosa de los derechos humanos», con el objeto de
mejorar la perspectiva de la política criminal, hacerla más coherente y contar
con unas mínimas condiciones de actuación de la administración. Este
parámetro exige los siguientes elementos:

(a) «La política criminal debe tener un carácter preventivo. El uso del
derecho penal como última ratio».
(b) «La política criminal debe respetar el principio de la libertad personal,
de forma estricta y reforzada».
(c) «La política criminal debe buscar como fin primordial la efectiva
resocialización de los condenados».
(d) «Las medidas de aseguramiento privativas de la libertad deben ser
excepcionales».
(e) «La política criminal debe ser coherente».
(f) «La política criminal debe estar sustentada en elementos empíricos».
(g) «La política criminal debe ser sostenible. Medición de costos en
derechos económicos».
(h) «La política criminal debe proteger los derechos humanos de los
presos».

68. Como se observa, uno de los ejes que materializa la dignidad humana
dentro de la política criminal es el reconocimiento de la resocialización de la
persona condenada como objetivo principal de la pena. A propósito de ello,
ante el fenómeno agravado de hacinamiento de las cárceles y establecimientos
penitenciarios que demostraban los casos bajo revisión en la sentencia T-762
de 2015, la Corte reiteró el estado de cosas inconstitucional del sistema
penitenciario que había sido previamente declarado en las sentencias T-153 de
1998 y T-388 de 2013. Concluyó que la situación era de tal gravedad que el
sistema no estaba cumpliendo con la función de prevención especial de la
pena sobre la reincorporación efectiva y sana de la persona a la sociedad. En
relación con la resocialización como objetivo primordial de la ejecución de la
pena privativa de la libertad, la Corte afirmó que «[e]s imperioso recordar que
103
el esfuerzo por la resocialización del delincuente y por su incorporación a la
vida en sociedad después de su castigo, se traduce en beneficios para la
comunidad. Por el contrario, abandonar tal enfoque hace que el sistema
penitenciario y carcelario se convierta en un sistema multiplicador de
conflictos que genera más y “mejores” delincuentes (la cárcel como
universidad del delito), lo que finalmente termina siendo más costoso para el
conglomerado social».170

69. De ese modo, es importante comprender que el derecho penal debe ser la
última ratio para prevenir o sancionar conductas dentro del orden social, pues
es la herramienta más invasiva. Dentro de la teoría clásica del derecho penal
se definen como elementos integrantes de la norma penal, (a) el supuesto de
hecho, que se traduce en el delito o la contravención penal y (b) la
consecuencia jurídica, que se materializa en una pena.171 Esta última es una
manifestación del poder punitivo del Estado que implica «una injerencia
directa sobre el condenado, a quien se le priva de determinados bienes
jurídicos (la libertad, el patrimonio, el honor, etc.), para asegurar la protección
eficaz de los intereses tutelados por la ley».172

70. El objeto y fin de la pena como consecuencia jurídica de la comisión de


un delito ha sido uno de los temas más discutidos dentro de la literatura del
derecho penal, toda vez que se trata de un mal que impone el legislador sobre
una persona como consecuencia de haber hecho daño a la sociedad y haber
faltado al pacto social.173 Velásquez sostiene que más allá de las distintas
teorías que se han desarrollado sobre los fundamentos y fines de la pena, 174
170 Corte Constitucional, sentencia C-762 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado).
171 Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed.
Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 110.
172 Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed.
Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 112.
173 Véase, por ejemplo, Beccaria, Cesare. “De los Delitos y de las Penas”. Ed.
Temis (2005); Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”.
Ed. Librería Jurídica Comlibros (2007); Ferrajoli, Luigi. “El Paradigma garantista.
Filosofía crítica del derecho penal”. Ed. Trotta (2018).
174 Existen distintas posiciones sobre los fines de la pena, dentro de las que
sobresalen las teorías absolutas o retributivas (Kant, Hegel); las teorías relativas o de
104
«[ésta] tiene una razón de ser en aquellos casos en los que el comportamiento
prohibido perjudica de manera insoportable la coexistencia libre y pacífica de
los ciudadanos y no resultan adecuadas para impedirlo otras medidas jurídico
criminales menos radicales (…) [l]a pena, pues, se justifica por su necesidad
para el mantenimiento de la convivencia social (…)».175 Al respecto, indica el
mismo autor que la pena cuenta con una doble función: teórica y práctica -
acudiendo a las teorías de la unión-176; la primera se relaciona con (i) la
prevención general, esto es, la necesidad social de proteger ciertos bienes
jurídicos, (ii) la retribución, y con ello, el elemento de culpabilidad es
importante para definir una pena justa y proporcional; y (iii) la prevención
especial, traducida en que «debe estar encaminada a la readaptación social del
reo (resocialización)».177 De manera que la retribución y la prevención -
general y especial- son los dos principales aristas en las que se fundamenta la
pena, «aunque pone énfasis en la prevención especial positiva». La función
práctica atiende a la esencia de la pena que se define en una consecuencia
jurídica “amarga” que busca la represión de conductas graves para la
convivencia social (relacionada con el fin retributivo).

71. En el marco expuesto, cuando se ha previsto por el legislador que una


conducta debe ser sancionada con una pena, ésta debe obedecer a unos fines
constitucionales. Tanto la definición de la pena como su ejecución deben ser
fieles a los objetivos esenciales de un Estado Social y Democrático de
Derecho, pues “(…) el contenido y la función de la pena no se pueden
configurar (…) con independencia de la existencia del orden en el que se

la prevención (Bentham, Schopenhauer, Von Liszt, entre otros) y las teorías de la


“unión” o mixtas. Actualmente existe un fortalecimiento de las teorías preventivas
especiales en las que se pone en el centro de discusión la resocialización de la
persona condenada. Para mayor profundización ver, Velásquez V., Fernando.
“Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed. Librería Jurídica Comlibros (2007).
Pp. 114-119.
175 Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed.
Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 113.
176 Sostienen que el sentido de la pena es la retribución y su fin es la prevención
general y especial.
177 Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed.
Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 120.
105
pune, ni de la comprensión de su sentido”.178 Como lo manifestó la Corte en
la sentencia T-388 de 2013, la sociedad tiende a deshumanizar a las personas
que han cometido “graves actos delictuosos”, al tratarlos de “bestias”,
“salvajes”, entre otros calificativos que pretenden marginarlos de la
humanidad para justificar sanciones desproporcionadas y degradantes. Sin
embargo, como lo sostiene esta Corporación, «el compromiso de una sociedad
con la dignidad humana se reconoce, en gran medida, por la manera como se
respetan los derechos de las personas privadas de la libertad». 179 En efecto, en
el marco de una sociedad democrática, fundada en el principio de la dignidad
humana, se debe evitar a toda costa deshumanizar al delincuente,
imponiéndole penas que configuren tratos crueles, inhumanos o degradantes.

72. En ese orden, la jurisprudencia constitucional ha establecido que, para la


imposición de una pena, la política criminal cubre varias fases previas que
involucran diferentes objetivos para lograr la efectiva persecución del delito y
alcanzar una convivencia social sana. Una vez llega a la determinación de la
pena, es necesario que ésta tenga ante todo un fin de resocialización del
condenado. En palabras de la Corte:

«Así, en el primer momento, se considera que el Legislador


define los delitos orientado esencialmente por consideraciones
de prevención general, y secundariamente por principios
retributivos. Conforme a tal criterio, la tipificación legal de
hechos punibles pretende desestimular conductas lesivas de
bienes jurídicos dignos de ser tutelados por el derecho penal
(prevención general) pero de manera tal que exista una cierta
proporcionalidad entre el daño ocasionado por el delito y la pena
que le es atribuida (componente retributivo en esta fase).  De

178 JAKOBS, Günther. Derecho penal. Fundamentos y teoría de la imputación. 2ª


Ed. Corregida. Trad. de Joaquín Cuello Contreras y José Luis Serrano González de
Murillo. Marcial Pons Editores. Madrid, 1997. Cita tomada de las consideraciones
realizadas por la Corte Constitucional en el Auto 121 de 2018 (MP Gloria Stella
Ortiz Delgado), a propósito del seguimiento del estado de cosas inconstitucional del
sistema penitenciario y carcelario.
179 Corte Constitucional, sentencia T-388 de 2013 (MP María Victoria Calle
Correa; SPV Mauricio González Cuervo).
106
otro lado, en la fase de imposición judicial de la pena a un
determinado sujeto, en general se considera que el sistema penal
debe operar con un criterio esencialmente retributivo, a fin de
que, por razones de justicia, exista una proporcionalidad entre la
dañosidad de la conducta, el grado de culpabilidad del agente y
la intensidad de la pena. Finalmente, se considera como propio
del Estado social de derecho que la ejecución de la sanción penal
esté orientada por finalidades de prevención especial positiva,
esto es, en esta fase se debe buscar ante todo la resocialización
del condenado, obviamente dentro del respeto de su autonomía y
dignidad puesto que, como se verá más adelante, es necesario
armonizar estos valores.
 
Como es natural, no siempre es fácil hacer compatibles estos
distintos principios de fundamentación del sistema penal, pues
en ocasiones los fines de prevención general aconsejan penas
muy severas, mientras que las políticas de resocialización
sugieren penas bajas. Así, dice al respecto Herbert Hart, que "las
penas que estimamos necesarias como amenaza para maximizar
la obediencia al Derecho, pueden convertir al transgresor a quien
se imponen, en un enemigo inflexible de la sociedad; mientras
que el recurso a medidas rehabilitadoras puede disminuir la
eficacia y ejemplaridad del castigo en los demás"[10] 180.  Sin
embargo, a pesar de esas inevitables tensiones y discusiones, lo
cierto es que durante la ejecución de las penas debe
predominar la búsqueda de resocialización del delincuente,
ya que esto es una consecuencia natural de la definición de
Colombia como un Estado social de derecho fundado en la
dignidad humana (CP art. 1º), puesto que el objeto del derecho
penal en un Estado de este tipo no es excluir al delincuente del

180 [H.L.A Hart- "Introducción a los principios de la pena" en Jerónimo Bertegón,


Juan Ramón de Páramo. Derecho y moral. Ensayos analíticos. Barcelona: Ariel,
1990, pp 163 y ss].
107
pacto social sino buscar su reinserción en el mismo (resaltado
fuera del texto original)».181

73. Un sistema que se funda en el valor de la dignidad humana y la


protección de los derechos humanos como límites al poder estatal, no puede
concebir dentro de su legislación cualquier medio de castigo para un
condenado, pues se reconoce a la persona ante todo como un miembro del
pacto social que tiene derechos inalienables y es un sujeto capaz de
autodeterminarse. Así, las penas y tratos crueles, inhumanos y degradantes
están prohibidos por el ordenamiento nacional e innumerables instrumentos
internacionales.182 Lo mismo sucede con la abolición de la pena de muerte, la
cual consiste en la concepción retributiva pura y simple de la condena y
elimina todo límite al poder punitivo del Estado. Estas penas, aquellas que
obedecen solo a un carácter vengativo, anulan la dignidad de la persona
condenada y tienen como consecuencia marginarla del pacto social, por tanto,
están prohibidas por el derecho internacional y el ordenamiento interno.183
181 Corte Constitucional, sentencias C-261 de 1996 (M.P. Alejandro Martínez
Caballero), C-144 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez Caballero) y C-757 de 2014
(MP Gloria Stella Ortiz Delgado).
182 Por ejemplo, artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículo 16 de la
Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y
degradantes; artículo 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
artículo 3 Convenio Europeo de Derechos Humanos; artículo 5 de la Carta Africana
sobre los Derechos Humanos y de Los Pueblos.
183 “Como vemos, el retribucionismo rígido, con base en el cual se defiende a
veces la pena de muerte, no sólo mina sus propios fundamentos sino que olvida que
la modernidad democrática precisamente se construye con la idea de abandonar la
ley del talión, pues la justicia penal, si quiere ser digna de ese nombre, no debe ser
una venganza encubierta. De allí la importancia de humanizar las penas para
humanizar la sociedad en su conjunto, por lo cual se considera que la pena no puede
constituirse en una represalia estatal, sino que debe responder a los principios de
racionalidad y humanidad, en donde el tipo penal y la sanción son entes
heterogéneos que se ubican en escenarios diferentes, y por ende no son susceptibles
de igualación. En ese orden de ideas, si bien se conserva la idea retributiva, como
criterio orientador de la imposición judicial de sanciones, pues debe haber una cierta
proporcionalidad entre la pena, el delito y el grado de culpabilidad, lo cierto es que
el derecho humanista abandona el retribucionismo como fundamento esencial de la
pena, pues no es tarea del orden jurídico impartir una justicia absoluta, más propia
de dioses que de seres humanos”. Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997
108
74. A propósito de este punto, en una providencia reciente de la Sala Plena
de la Corte Constitucional se advirtió que la prevención negativa como
finalidad de la pena -como la inocuización y la intimidación – es contraria a la
dignidad humana, toda vez que «materializan la cosificación del individuo, a
través de su exposición como lo negativo, lo que no debe ser (…) como la
negación de toda posibilidad de superar y trascender al ser humano que
delinquió un día; en el fondo, es exponer ante el colectivo social, al
delincuente como una persona que ni merece una segunda oportunidad ni
puede intentar resarcir su daño ni mucho menos merecer cualquier clase de
perdón».184 Con sustento en ello, la Sala señaló que la prohibición de la
imprescriptibilidad de las penas se encuentra vinculada inescindiblemente al
reconocimiento de la dignidad humana y a la garantía de resocialización de la
persona condenada o sancionada.

75. Acorde con lo descrito, la función de la pena debe observarse desde dos
momentos concretos; (i) uno estático, que hace alusión a su identificación
legal como consecuencia de una conducta punible y que tiene por objeto una
prevención general (busca que la sociedad se abstenga de cometer esa
conducta); y (ii) el dinámico, que hace relación al momento mismo de la
imposición del castigo y a la ejecución de la pena prevista en la ley. Este
último es en el que el Estado ejerce su poder punitivo.185 Con sustento en ello,
la Corte ha establecido que la pena cuenta con tres finalidades: «(…) un fin
preventivo, que se cumple básicamente en el momento del establecimiento
legislativo de la sanción, la cual se presenta como la amenaza de un mal ante
la violación de las prohibiciones; un fin retributivo, que se manifiesta en el
momento de la imposición judicial de la pena, y un fin resocializador que

(MP Alejandro Martínez Caballero).


184 Corte Constitucional, sentencia C-407 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas; SPV Diana Fajardo Rivera; SPV Luis Javier Moreno Ortiz (e); AV
Alejandro Linares Cantillo; AV Gloria Stella Ortiz Delgado; AV José Fernando
Reyes Cuartas).
185 Corte Constitucional, sentencia C-565 de 1993 (MP Hernando Herrera Vergara;
AV Eduardo Cifuentes Muñoz y Alejandro Martínez Caballero).
109
orienta la ejecución de la misma, de conformidad con los principios
humanistas y las normas de derecho internacional adoptadas».186

76. En suma, en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho


fundado en la dignidad humana, la política criminal debe obedecer a unos
valores mínimos, toda vez que aquel postulado tiene como principios
esenciales la dignidad humana y la libertad de la persona. De tal forma, el
poder punitivo que tiene el Estado debe ser ejercido con criterios de
razonabilidad, proporcionalidad y legalidad. A la vez, las penas que se
imponen como consecuencia de una conducta delictiva previamente
establecida en la ley deben tener fines de prevención -general y particular- y
de resocialización. Al comprender al individuo como un fin en sí mismo -a la
luz del valor de la dignidad humana-, al Estado no le queda otra alternativa
que permitirle recapacitar sobre el delito cometido, reparar a las víctimas y
reintegrarlo a la comunidad.

77. En razón de la importancia que tiene para el asunto que se estudia el


componente de la resocialización del delincuente, la Sala se concentrará en el
siguiente aparte en estudiar el marco normativo y jurisprudencial del fin
resocializador de la pena.

La resocialización como función principal de la pena en un Estado Social de


Derecho fundado en la dignidad humana

78. El concepto de resocialización no aparece en el texto original de la


Constitución Política de 1991. En realidad, se incluye actualmente con el Acto
Legislativo que se estudia en esta ocasión. Como se explicó antes, la
jurisprudencia constitucional ha interpretado las normas superiores de tal
forma que le otorga prelación al fin preventivo especial de la pena, el cual se
traduce en la necesidad de resocializar o readaptar al condenado. Sustento de
lo anterior lo ha ilustrado la jurisprudencia a través del contenido del
preámbulo (Estado Social de Derecho y el principio de dignidad humana) y de

186 Corte Constitucional, sentencias C-430 de 1996 (MP Carlos Gaviria Díaz); C-
806 de 2002 (MP Clara Inés Vargas Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV
Rodrigo Escobar Gil).
110
los artículos 12 (prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes), 28
inc. 3 («En ningún caso podrá haber detención, prisión ni arresto por deudas,
ni penas y medidas de seguridad imprescriptibles»), 29 inc. 4 (derecho a
impugnar la sentencia condenatoria y a no ser juzgado dos veces por el mismo
hecho) y, antes de la reforma constitucional actual, 34 (prohibición de la pena
de prisión perpetua).

79. Esta interpretación jurisprudencial es armónica con lo establecido en los


tratados internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad. El
artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
establece: «El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya
finalidad esencial será la reforma y readaptación social de los penados». La
Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 5.2 señala
«Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes.  Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano» y el 5.6 establece
concretamente, «6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad
esencial la reforma y la readaptación social de los condenados».

80. La resocialización puede ser entendida como un conjunto de medidas,


actividades o técnicas de tratamiento social o clínico que pretenden «cambiar
la conducta del interno. Volver a socializarse, lo que significa aprender las
expectativas sociales e interiorizar normas de conducta. Resocializarse es
volver a valer como ser social conforme quiere la sociedad, esto implica
reconocimiento. La técnica que se maneja es el cambio de actitud y de
valores. Se confunde con el cambio de delincuente en un buen interno».187

81. En la historia antigua cometer una conducta dañosa para la comunidad


tenía como consecuencia sanciones corporales crueles, las cuales se
consideraban propias a la gravedad de los delitos. En el Estado moderno
gobernado por el sometimiento del poder público a la ley y a los derechos
fundamentales, las penas son entendidas como restricciones o privaciones de

187 Hernández Jiménez, Norberto. “El fracaso de la resocialización en Colombia”.


Revista de Derecho, Universidad del Norte, 49: 1-41, (2018). Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/dere/n49/0121-8697-dere-49-2.pdf
111
ciertos bienes.188 Actualmente las penas que se imponen afectan los derechos a
la libertad (penas de cárcel), a la propiedad (penas pecuniarias) y a la vida
(pena de muerte). Esta última es tal vez un rezago de las penas corporales
infligidas en la antigüedad.189 En la modernidad las penas atienden a
principios de legalidad, abstracción, cuantificación y proporcionalidad, pues
la ley previamente establecida define un quantum relacionado con la gravedad
de la conducta (bien sea, el tiempo de restricción de la libertad o la multa en
las pecuniarias).190

82. En particular, la pena privativa de la libertad en un centro carcelario ha


sido la alternativa principal y central de los sistemas punitivos modernos.
Todos los demás derechos del condenado, como lo son la integridad física, la
vida, la dignidad humana, la salud, la educación, entre otros, son inviolables
y, por tanto, deben quedar al margen de la intervención estatal. Por eso, la
Corte ha reiterado la importancia de reconocer la relación de especial sujeción

188 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 159.
189 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 159.
190 «Ambos bienes mencionados [patrimonio y libertad], y las respectivas
privaciones penales, son bienes medibles y cuantificables. Esta circunstancia ha
conferido a la pena moderna el carácter de sanción “abstracta” además de “igual”,
legalmente predeterminable tanto en su naturaleza como en su medida como
privación de un quantum (entre un mínimo y un máximo) de valor: un determinado
tiempo de libertad en las penas de prisión (configuradas, salvo la prisión perpetua,
como penas temporales) y una determinada suma de dinero en las penas pecuniarias.
Al mismo tiempo esta abstracción y medición de las penas permite configurar su
aplicación como “cálculo”, dirigido en el caso específico a la determinación
cuantitativa (numérica) de la pena sobre la base, así como de los mínimos y los
máximos previstos para cada tipo de delito, de criterios accesorios cuya relevancia
está cuantitativamente predeterminada (circunstancias agravantes y atenuantes,
continuaciones, diversos grados de reincidencia, etc.). Queda así definido un ulterior
carácter de la pena: el de la proporcionalidad de las penas a la gravedad de los
delitos o, mejor dicho, considerada la naturaleza normativa y convencional de las
medidas de pena prestablecidas para cada delito, de la conmensuración proporcional
de la gravedad de los delitos a las medidas de la pena establecidas por la ley penal
sobre la base de la jerarquía de los bienes e intereses que ella misma selecciona
como merecedores de la tutela.» Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía
crítica del derecho penal”. Ed. Trotta (2018). P. 160.
112
que tienen las personas privadas de la libertad, que exige al Estado una
protección mínima de sus derechos al estar bajo su custodia:191

«Si bien es cierto que la condición de prisionero determina una


drástica limitación de los derechos fundamentales, dicha
limitación debe ser la mínima necesaria para lograr el fin
propuesto. Toda limitación adicional debe ser entendida como un
exceso y, por lo tanto, como una violación de tales derechos. La
órbita de los derechos del preso cuya limitación resulta
innecesaria, es tan digna de respeto y su protección
constitucional es tan fuerte y efectiva como la de cualquier
persona no sometida a las condiciones carcelarias. Los derechos
no limitados del sindicado o del condenado, son derechos en el
sentido pleno del término, esto es, son derechos dotados de
poder para demandar del Estado su protección. || Además de ser
jurídica, pública y judicial, la pena debe ser también necesaria,
útil y proporcional. Toda pena, independientemente del delito del
cual provenga, debe respetar unas reglas mínimas relativas al
tratamiento de los reclusos, que se encuentran ligadas, de manera
esencial, al concepto de dignidad humana y al principio según el
cual la pena no tiene por objeto el infligir sufrimiento
corporal».192

83. De ese modo, como se ha venido explicando, el objetivo de la pena de


cárcel es principalmente el de la prevención especial positiva, es decir, «se
debe buscar ante todo la resocialización del condenado, obviamente dentro
del respeto de su autonomía y dignidad».193 La resocialización tiene muchas
formas de alcanzarse. La Corte, por ejemplo, ha reconocido que garantizar
formas de trabajo y educación dentro de la cárcel permiten al condenado tener

191 Corte Constitucional, sentencias C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez


Caballero); T-762 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz Delgado); C-003 de 2017 (MP
Aquiles Arrieta Gómez (e); SV Luis Guillermo Guerrero Pérez; SV Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo); T-374 de 2019 (MP Luis Guillermo Guerrero Pérez)
192 Corte Constitucional, sentencia T-596 de 1992 (MP Ciro Angarita Barón).
193 Corte Constitucional, sentencia C-261 de 1996 (M.P. Alejandro Martínez
Caballero).
113
esperanza para salir de nuevo a retomar su vida en comunidad. En palabras de
la Corte:

«En efecto, el trabajo desarrollado por los presos es un medio


indispensable - junto con el estudio y la enseñanza - para
alcanzar el fin resocializador de la pena, y hace parte integrante
del núcleo esencial del derecho a la libertad (CP art. 28), pues
tiene la virtud de aminorar el tiempo de duración de la pena a
través de su rebaja o redención (C.P.P. arts. 530 a 532).
Consecuencia de lo anterior es la obligación del Estado de
proveer a los reclusos puestos de trabajo que contribuyan a su
readaptación social progresiva, a la vez que permitan, en caso de
existir familia, el cumplimiento de sus obligaciones
alimentarias».194

84. El reconocimiento de la resocialización como fin principal de la pena de


prisión se sustenta en la dignidad humana del individuo, pues se confirma que
la persona condenada no pierde su calidad humana y, en consecuencia, el
Estado debe brindarle alternativas que le permitan reconocer el daño que
causó, pero al mismo tiempo, incentivar un nuevo inicio afuera de la cárcel.
Por eso la resocialización puede cumplirse a través de distintas formas, tales
como la educación, el trabajo, la cultura, la recreación, el mantenimiento de
los lazos familiares, terapias de salud mental y física, entre otras
actividades.195

85. En la jurisprudencia constitucional se pueden identificar varios casos en


los que se demuestra que esta Corporación, al estudiar diferentes medidas de
política criminal dispuestas por el legislador, ha dado prelación a la
resocialización de la persona condenada. En otras palabras, es posible
identificar que la Corte ha comprendido la privación de la libertad como una
pena que debe ser cumplida en un periodo dispuesto por la ley -

194 Corte Constitucional, sentencia T-601 de 1992 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz).
195 Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez
Caballero).
114
proporcionalidad y legalidad- y con el fin de garantizar el retorno de la
persona condenada a la vida social y familiar.

86. En la sentencia C-275 de 1993196 se revisó de manera automática un


decreto legislativo que adoptaba diferentes medidas en materia penal en el
marco de un estado de conmoción interior. Uno de los artículos aumentaba las
penas de algunos delitos del Código Penal hasta 60 años. El Ministerio
Público argumentó que este aumento de las penas tenía un efecto de “pena
perpetua” toda vez que «el límite temporal de las penas se extiende más allá
de la vida probable de los condenados».197 La Corte denegó este argumento al
observar que la norma no establecía pena perpetua toda vez que «[l]o
perpetuo es lo intemporal, esto es, lo que no tiene límites ni medidas en el
tiempo, lo infinito, de tal suerte que tiene un comienzo, pero no un fin. La
norma en comento tiene un límite temporal preciso y determinado; por lo
tanto, no puede decirse que ella es perpetua».198

Igualmente consideró que, en virtud del principio de legalidad penal, el


legislador debía establecer un mínimo y un máximo de la pena, término que
no podía ser modificado por las condiciones individuales de la persona
condenada:

«Si para fijar la pena se tuvieran que tener necesariamente en


cuenta las situaciones particulares del delincuente, ajenas al
hecho punible, entre ellas su edad, se desconocería el principio
de la legalidad de la pena (art. 29 de la Carta) que exige que de
manera abstracta el legislador determine dentro de unos límites
precisos la pena imponible, normalmente un mínimo y un
máximo, con el agravante de que en cada caso la pena no
dependería de la voluntad del legislador, sino de la situación
particular de cada reo; se llegaría por este camino a la pena
196 Corte Constitucional, sentencia C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera
Carbonell).
197 Corte Constitucional, sentencia C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera
Carbonell).
198 Corte Constitucional, sentencia C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera
Carbonell).
115
individual discriminatoria, delimitada según las circunstancias
particulares de cada delincuente, con el desconocimiento del
mencionado principio, y desatendiendo las reglas jurídicas que
enmarcan la actuación del Juez para el señalamiento de la pena
dentro de las directrices trazadas por el legislador».199

87. En la sentencia C-565 de 1993200 la Corte analizó las penas máximas


dispuestas por el legislador para los delitos de secuestro y homicidio. En las
consideraciones de la providencia estableció que la dignidad humana y el
derecho a la rehabilitación son los principales límites constitucionales a la
competencia del legislador para establecer el máximo de las penas. Al
respecto precisó que las penas previstas eran proporcionales a la gravedad de
los delitos y a la trascendencia de los bienes jurídicos tutelados. Realizó un
análisis de la comisión de las conductas de secuestro y homicidio a nivel
nacional y la actuación de las investigaciones en estos casos. Con sustento en
ello, encontró que el legislador había asumido su deber de reforzar el fin
retributivo de la pena y su carácter de prevención general. Sobre lo anterior, la
Corte concluyó que no existía un desconocimiento de la prohibición dispuesta
en el artículo 34 de la Constitución sobre las penas perpetuas, toda vez que
«(…) lo que compromete la existencia de la posibilidad de resocialización no
es la drástica incriminación de la conducta delictiva, sino más bien la
existencia de sistemas que, como los subrogados penales y los sistemas de
redención de la pena, garanticen al individuo que rectifica y enruta su
conducta, la efectiva reinserción en sociedad (…)».201

88. En la sentencia C-144 de 1997202 la Corte revisó la constitucionalidad del


“Segundo Protocolo facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos destinado a abolir la pena de muerte, adoptado por la Asamblea

199 Corte Constitucional, sentencia C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera


Carbonell).
200 Corte Constitucional, sentencia C-565 de 1993 (MP Hernando Herrera Vergara;
AV Eduardo Cifuentes Muños y Alejandro Martínez Caballero).
201 Corte Constitucional, sentencia C-565 de 1993 (MP Hernando Herrera Vergara;
AV Eduardo Cifuentes Muños y Alejandro Martínez Caballero).
202 Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez
Caballero).
116
General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1989 y de la Ley 297
del 17 de julio de 1996 “por medio de la cual se aprueba dicho Protocolo”. En
esta ocasión la Sala nuevamente se refirió a la finalidad de resocialización de
la pena privativa de la libertad. Encontró ajustado al ordenamiento
constitucional la necesidad de abolir la pena de muerte, pues «si las personas
se consideran un fin en sí mismo, y la vida no es propiedad ni del Estado ni de
la sociedad -como se desprende del reconocimiento de la dignidad humana y
de la inviolabilidad de la vida- entonces la proscripción de la pena de muerte
parece un claro desarrollo de tales principios que sustentan la juridicidad en el
mundo contemporáneo».203

La Sala advirtió que la concepción retributiva rígida de la pena de muerte era


contraria a los fundamentos del Estado democrático moderno, pues la justicia
penal actualmente pretende abandonar la ley del talión y la venganza
encubierta y buscar la humanización de las penas.204 En palabras de la Corte:

203 Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez


Caballero).
204 «En ese orden de ideas, si bien se conserva la idea retributiva, como criterio
orientador de la imposición judicial de sanciones, pues debe haber una cierta
proporcionalidad entre la pena, el delito y el grado de culpabilidad, lo cierto es que
el derecho humanista abandona el retribucionismo como fundamento esencial de la
pena, pues no es tarea del orden jurídico impartir una justicia absoluta, más propia
de dioses que de seres humanos. La función del derecho penal en una sociedad
secularizada y en el Estado de derecho es más modesta, pues únicamente pretende
proteger, con un control social coactivo, ciertos bienes jurídicos fundamentales y
determinadas condiciones básicas de funcionamiento de lo social. Por ello se
concluye que, tal y como esta Corte lo ha señalado en diversas ocasiones, la
definición legislativa de las penas en un Estado de derecho no está orientada por
fines retributivos rígidos sino por objetivos de prevención general, esto es, debe
tener efectos disuasivos, ya que la ley penal pretende "que los asociados se
abstengan de realizar el comportamiento delictivo so pena de incurrir en la
imposición de sanciones".  En ese orden de ideas, también se han invocado
argumentos de prevención general para justificar la pena de muerte por el supuesto
efecto ejemplarizante que una sanción tan drástica tendría sobre toda la sociedad.
Sin embargo, no existe ningún estudio concluyente que demuestre la eficacia de esta
sanción, ya que no se ha podido establecer una relación significativa entre la pena de
muerte y los índices de delincuencia. Su aplicación no ha disminuido los delitos
sancionados con ella; su abolición no se ha traducido por aumentos de esos delitos.»
Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez Caballero).
117
«Finalmente se ha recurrido a consideraciones de prevención
especial negativa para defender la pena capital, con el argumento
de que existen delincuentes irrecuperables que deben ser
eliminados de la sociedad para evitar futuros males a otros
ciudadanos. Sin embargo, ese razonamiento es lógicamente
discutible, pues no sólo presupone que es posible determinar al
momento de imponer la sanción quienes van a reincidir y
quienes no, lo cual se ha revelado falso, sino que además
desconoce que existen medidas alternativas de rehabilitación.
Además, y más grave aún, se olvida que el delincuente también
tiene derecho a la vida, por lo cual, en un Estado social de
derecho fundado en la dignidad humana (CP art. 1º), la ejecución
de las penas debe tener una función de prevención especial
positiva, esto es, en esta fase se debe buscar ante todo la
resocialización del condenado, obviamente dentro del respeto de
su autonomía y dignidad. El objeto del derecho penal en un
Estado de este tipo no es excluir al delincuente del pacto social
sino buscar su reinserción en el mismo. (…) En ese orden de
ideas sólo son compatibles con los derechos humanos penas que
tiendan a la resocialización del condenado, esto es a su
incorporación a la sociedad como un sujeto que la engrandece,
con lo cual además se contribuye a la prevención general y la
seguridad de la coexistencia, todo lo cual excluye la posibilidad
de imponer la pena capital».205 

Con sustento en lo anterior, concluyó que la pena debe ser el resultado de la


aplicación del derecho penal como última ratio y, en consecuencia, debe
responder a los principios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad. En
el caso de la pena de muerte y la tortura se estableció que son penas
prohibidas por el ordenamiento jurídico porque eliminan la calidad del ser
humano y contradicen el actuar democrático y protector del Estado.

205 Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez


Caballero).
118
89. En la sentencia C-806 de 2002206 la Corte estudió si se vulneraba el
derecho a la igualdad al permitirse la libertad condicional solo a aquellos
delitos con penas privativas de la libertad mayores a tres años. Al respecto, la
Sala señaló que los subrogados penales son herramientas que reafirman la
prevalencia de la finalidad de resocialización de la pena, pues son una
oportunidad para que la persona condenada demuestre que tiene la voluntad
de regresar a la comunidad atendiendo las normas mínimas de convivencia.
En ese sentido la Corte señaló que «la función  preventiva especial de la pena
se proyecta en los denominados mecanismos sustitutivos de la pena que tal
como lo ha señalado la jurisprudencia constitucional, pueden ser establecidos
por el legislador en ejercicio de su facultad de configuración siempre y
cuando estén orientados hacia la efectiva resocialización de quienes hayan
cometido hechos punibles, favorezcan el desestimulo de la criminalidad y la
reinserción de sus artífices a la vida en sociedad». Así, advirtió que, bajo el
principio de necesidad de la pena, si la función de reinserción de la pena
puede lograrse a través de otros medios distintos a la privación de la libertad
en una cárcel, deben preferirse estos últimos por ser menos severos y acordes
con la dignidad del condenado.207

La Corte resaltó la importancia de la figura de la libertad condicional para


lograr la resocialización del condenado. Por ello, consideró que limitarla a
aquellos delitos con penas mayores a tres años era violatorio del derecho a la
igualdad:

«Si el cumplimiento de la pena de prisión se debe orientar


primordialmente a la resocialización del condenado, esto es, a
206 Corte Constitucional, sentencia C-806 de 2002 (MP Clara Inés Vargas
Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV Rodrigo Escobar Gil).
207 «En este sentido, es claro que nuestra legislación no es ajena a las corrientes de
la criminología crítica, pues pese a no recoger una posición extrema como sería la
corriente abolicionista, le da cabida a los subrogados penales para evitar la
permanencia de los individuos en las prisiones, cuando son sentenciados y
condenados a penas privativas de la libertad, buscando con estas medidas dar
aplicación en concreto a una de las funciones declaradas de la pena como es la
resocialización del sentenciado.» Corte Constitucional, sentencia C-806 de 2002
(MP Clara Inés Vargas Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV Rodrigo Escobar
Gil).
119
cumplir la función de prevención especial, la buena conducta
desplegada durante las tres quintas partes de la ejecución de la
pena de prisión hacen suponer su cooperación voluntaria para
lograrla. En este evento, es evidente que el legislador entregó
una alternativa al condenado que permite contar con su
autonomía, dándole de tal manera desarrollo armónico a los
postulados del Estado social y democrático de derecho. La buena
conducta o cooperación voluntaria al proceso de resocialización,
durante un tiempo determinado, le permite al juez deducir que no
existe necesidad para continuar con la ejecución de la pena, para
lo cual no podrá tener en cuenta los antecedentes valorados para
su dosificación, lo que permite imprimirle a la pena su finalidad
integradora, estimulando al condenado a cooperar para ello».208  

90. En la sentencia C-271 de 2003209 la Sala Plena analizó la


constitucionalidad de la causal de nulidad del matrimonio por homicidio del
cónyuge de unión anterior (conyugicidio). Nuevamente la Corte reiteró que en
materia de sanciones la libertad de configuración legislativa se encuentra
sometida a los principios de proporcionalidad y necesidad. En esa medida, no
se podía concebir la causal de nulidad de manera perpetúa o sin término de
prescripción, pues se estaría denegando la posibilidad de la persona de fundar
nuevamente una familia de por vida. En palabras de la Corporación:

«Entonces, la decisión política de fijar sanciones perpetuas (CP


art. 34), como consecuencia de la comisión de un delito o de
haber incurrido en un comportamiento jurídicamente
reprochable, constituyen sin lugar a dudas límites materiales que
la Constitución fija a la autonomía legislativa en materia de
política criminal o sancionatoria, y que tienen como propósito,
acorde con la filosofía humanista que inspira la construcción del
Estado social de derecho, salvaguardar la dignidad de la persona

208 Corte Constitucional, sentencia C-271 de 2003 (MP Clara Inés Vargas
Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV Rodrigo Escobar Gil).
209 Corte Constitucional, sentencia C-271 de 2003 (MP Rodrigo Escobar Gil; SV
Alfredo Beltrán Sierra; SPV Clara Inés Vargas Hernández).
120
y permitir que el responsable de una conducta antisocial y
merecedor de la respectiva sanción, tenga la oportunidad de
rehabilitarse y reincorporarse a la sociedad en algún momento de
su vida, permitiéndole además que pueda aspirar a realizarse
como persona y a ejercer efectivamente los derechos que le son
reconocidos por el ordenamiento jurídico.

(…)

Frente a la hipótesis planteada, no tendría sentido considerar que,


a pesar de haber cumplido con la pena de prisión impuesta, el
conyugicida y su cómplice podrían continuar impedidos de por
vida para contraer un nuevo matrimonio, basado en el sólo hecho
de tener un antecedente judicial. Por eso, cabe repetir, la
imposición de sanciones desproporcionadas o perpetuas son
contrarias al debido proceso y a los principios de dignidad
humana, a la igualdad y al reconocimiento de la personalidad, en
cuanto impiden a las personas -en este caso a los contrayentes-
rehabilitarse y desarrollarse individual y colectivamente al
interior del grupo social y en el propio seno de la institución
familiar, siendo de este modo excluidas del legítimo ejercicio de
sus derechos. Entonces, es obvio que la causal de nulidad de
matrimonio por conyugicidio también se encuentra sometida a
prescripción, en los términos fijados y definidos por la
legislación colombiana y que le son aplicables a la materia».210 

91. En la sentencia C-061 de 2008211 la Corte revisó la constitucionalidad de


los llamados “muros de la infamia”, los cuales consistían en la publicación en
televisión una vez por semana de los nombres completos y una foto reciente
de las personas que habían sido condenadas por delitos contra la vida e

210 Corte Constitucional, sentencia C-271 de 2003 (MP Clara Inés Vargas
Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV Rodrigo Escobar Gil).
211 Corte Constitucional, sentencia C-061 de 2008 (MP Nilson Pinilla Pinilla; AV
Jaime Araujo Rentería; AV Manuel José Cepeda Espinosa; AV Nilson Pinilla
Pinilla).
121
integridad física de niños, niñas y adolescentes.212 La Corte la declaró
inexequible al encontrar que la medida no era idónea para alcanzar el fin
propuesto -proteger a los menores de edad-. La Sala consideró que en el
debate legislativo no se había allegado evidencia empírica suficiente para
demostrar que la publicación de los datos del condenado de estos delitos
podía disuadir o disminuir este tipo de conductas contra los niños, niñas y
adolescentes. Además, la Corte encontró que la afectación y el daño que se
generaba a la persona condenada era mayor que los beneficios que se obtenían
presuntamente con la medida dispuesta por el legislador. En palabras de la
Corte:

«En el plano de prevenir a la población sobre la presencia de


estos individuos en sus vecindarios y el peligro que representan,
debe tenerse en cuenta que por la época en que ha de efectuarse
la difusión, “las personas que hayan sido condenadas en el
último mes”, en la mayoría de los casos el sentenciado estará aún
privado de la libertad, dado el extendido quantum punitivo
actual, quedando sin fundamento ese objetivo de la publicación
en el mes siguiente.
 
Pero, en el otro extremo, si se previera que la divulgación ha de
hacerse al ser excarcelado, se estaría desconociendo el nominal
efecto de reinserción social, rehabilitación o resocialización que
se le abona a la pena como una de sus funciones inmanentes,
teóricamente justificadora especialmente de la privación de la
libertad.
 
212 Ley 1098 de 2006: ARTÍCULO 48. ESPACIOS PARA MENSAJES DE GARANTÍA
Y RESTABLECIMIENTO DE DERECHOS. Los contratos de concesión de los servicios de
radiodifusión, televisión y espacios electromagnéticos incluirán la obligación del concesionario de
ceder espacios de su programación para transmitir mensajes de garantía y restablecimiento de
derechos que para tal fin determine el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar dirigidos a los
niños, las niñas y los adolescentes y a sus familias.|| En alguno de estos espacios y por lo menos
una vez a la semana, se presentarán con nombres completos y foto reciente, las personas que hayan
sido condenadas en el último mes por cualquiera de los delitos contemplados en el Título  IV,
‘Delitos contra la Libertad, Integridad y Formación Sexuales’, cuando la víctima haya sido un
menor de edad.”

122
Por lo anterior, no encuentra la Corte evidencia, ni siquiera
mediana, de que el medio escogido para brindar protección a la
población infantil tenga una efectividad tal que justifique la
instauración de esta medida.
 
5.4. Para tratar de establecer una relación entre el beneficio
obtenido y la afectación o perjuicio que se causa contra otros
bienes jurídicos, ha quedado constatada la alta indeterminación
del beneficio que este mecanismo de difusión de la condena
puede generar, por la carencia de estudios que le otorguen
fundamento, lo cual, por ahora, coloca en un plano puramente
especulativo evaluar la relación costo - beneficio que al respecto
pudiera plantearse y, a partir de allí, deducir si se está
quebrantando la proporcionalidad. Empero, sí existe en este caso
una percepción mucho más amplia sobre el gravamen o
afectación que para la persona condenada y también para su
familia, especialmente en comunidades menores, implica la
difusión adicionalmente estigmatizadora de la identificación
pública cuya exequibilidad se discute, razón por la cual se estima
procedente discurrir, en forma breve, en relación con tales
afectaciones.»213

92. La Corte también ha conocido asuntos en los que jueces penales han
denegado la aplicación de subrogados o redención de penas a condenados por
delitos contra niños, niñas y adolescentes y ha establecido que son decisiones
que atentan contra la resocialización del delincuente. En este punto vale la
pena destacar la sentencia T-718 de 2015. 214 En esta providencia la Sala Sexta
de Revisión de Tutelas de la Corte Constitucional conoció el amparo
interpuesto por una persona condenada a 8 años de prisión, por el delito de
acceso carnal abusivo con menor de catorce años en la modalidad de
tentativa. El accionante solicitó al juez de ejecución de penas la redención de

213 Corte Constitucional, sentencia C-061 de 2008 (MP Nilson Pinilla Pinilla; AV
Jaime Araujo Rentería; AV Manuel José Cepeda Espinosa; AV Nilson Pinilla
Pinilla).
214 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
123
su condena por estudio y conducta ejemplar. No obstante, en segunda
instancia el Tribunal Superior de Popayán denegó la redención acorde con el
artículo 199 de la Ley 1098 de 2006. Contra esta decisión se interpuso acción
de tutela por la vulneración de los derechos a la resocialización, igualdad y
principio de favorabilidad.

La Sala Sexta de Revisión reiteró la jurisprudencia constitucional sobre la


importancia del fin preventivo de la pena privativa de la libertad. Afirmó que
la redención de las penas era un derecho del condenado y una forma de
materializar el derecho a la resocialización del condenado a través de
actividades de estudio, trabajo, cultura, etc. Con sustento en ello, resaltó que
el poder punitivo del Estado no podía fijar penas irredimibles «puesto que de
implementarlas se contravendrían los principios en que se funda el Estado
colombiano y se arrasaría con cualquier asomo de reincorporación social del
condenado. Por ello, es preciso advertir que la política criminal debe acudir a
otros remedios dentro de la libertad de configuración legislativa, sin
necesidad de implementar formas de segregación de los infractores de la ley
penal que, sin prometerles impunidad, siempre deben ser tratados
dignamente».215

Precisó que a pesar de que el legislador podía establecer tipos penales y


agravantes punitivos proporcionales con la gravedad de cometer daños a los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, le estaba prohibido eliminar o
«cercenar las garantías mínimas superiores de la dignidad humana, el debido
proceso, la libertad, la igualdad, entre otros, prevalido de una aparente
protección al menor. Esto porque la salvaguardia de un grupo diferenciado no
puede constituirse en un instrumento de violación de aquellos que se
encuentran en otra categoría igualmente amparada por el ordenamiento
jurídico que se irradia desde la Carta Política».216

La Corte advirtió que como finalidad de las penas la Convención Americana


sobre Derechos Humanos consagra en su artículo 5.6 "la reforma y la
readaptación social de los condenados", texto que al ser parte del bloque de

215 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
216 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
124
constitucionalidad también es manifestación directa de la Carta Política. En
ese sentido, estableció que, si la pena no ofrece la posibilidad de materializar
la resocialización a través de distintas alternativas, debía entenderse que la
condena es inconstitucional, pues en realidad solo cumple con un fin
retributivo cercano a la venganza. Con sustento en lo anterior concluyó:

«Así las cosas, debe reiterarse que la esperanza de reintegración


social de la persona que comete un delito, después que purgue
una condena necesaria, razonable y proporcionada, es una
expresión de la dignidad humana, establecida como pilar sobre el
que se funda el Estado social y democrático de derecho, la cual
debe ser observada por el legislador al momento de diseñar la
política criminal y aplicar el principio pro infans, así como por
los demás poderes públicos al momento de ponerlas en práctica,
específicamente en la etapa de ejecución de la sanción penal,
dado que el tratamiento penitenciario tiene como fin recuperar al
infractor para que una vez vuelva a la vida en libertad integre el
conglomerado social.
 
La reinserción social constituye una expectativa individual para
el penado y social para la comunidad, ya que en ambas
dimensiones se espera la reparación del daño causado y que
tanto la víctima como el infractor vuelvan a ser parte de la
sociedad, siendo los únicos instrumentos terapéuticos de
resocialización previstos en nuestro ordenamiento jurídico el
trabajo, el estudio , la enseñanza, el deporte y las actividades
artísticas, lo cual guarda armonía con el artículo 10.3 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
 
Con base en lo expuesto, la negativa a reconocer la redención de
pena a una persona condenada por delitos contra menores de 14
años de edad, a pesar de que la ley lo estableció como un
derecho para las personas privadas de la libertad y el
demandante acredita el cumplimiento de los requisitos exigidos
para ello, constituye una vulneración del principio de igualdad,
125
en virtud del cual las personas tienen derecho a recibir la misma
protección y trato por parte de las autoridades».217

En esta ocasión, y en el marco de las consideraciones transcritas, la Sala Sexta


de Revisión de Tutelas amparó los derechos fundamentales del accionante al
encontrar que el juez penal le estaba cercenando su expectativa de
resocialización.

93. En la sentencia C-552 de 2016218 la Corte declaró la inconstitucionalidad


de una norma que restringía el acceso a becas de educación superior a
personas con antecedentes penales y disciplinarios. La Sala subrayó que la
resocialización es una garantía que no solo empieza y termina en el momento
de ejecución de la pena privativa de la libertad, sino también luego de
cumplida la pena. Advirtió que el derecho a la educación tiene una relación
ineludible con la dignidad humana, puesto que «permite a los individuos no
sólo desarrollar sus capacidades sino descubrir y realizar su vocación
personal, académica, política, cultural, social y artística. En esa medida, la
educación es un medio para la realización plena de la dignidad y de la
libertad, en la medida en que promueve la búsqueda de respuestas acerca de la
condición humana y del mundo en que vivimos».

94. En la sentencia C-407 de 2020219 la Sala Plena conoció una demanda de


inconstitucionalidad contra los artículos 1, 2, 3, 4 y 5 de la Ley 1918 de 2018.
Los demandantes argumentaron que la inhabilitación impuesta en el artículo
1° era contraria al principio de legalidad y a la prohibición de penas
imprescriptibles de la Constitución Política.220
217 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
218 Corte Constitucional, sentencia C-552 de 2016 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado; AV María Victoria Calle Correa; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
219 Corte Constitucional, sentencia C-407 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas; SPV Diana Fajardo Rivera; SPV Luis Javier Moreno Ortiz (e); AV
Alejandro Linares Cantillo; AV Gloria Stella Ortiz Delgado; AV José Fernando
Reyes Cuartas).
220 «ARTÍCULO 1o. Adiciónese el artículo 219-C a la Ley 599 de 2000, el cual
quedará así: Inhabilidades por delitos sexuales cometidos contra menores: Las
personas que hayan sido condenados por la comisión de delitos contra la libertad,
integridad y formación sexuales de persona menor de 18 años de acuerdo con el
126
Para efectos de la presente providencia, la Sala Plena analizó si «¿la pena
accesoria contenida en el artículo 219-C del Código Penal --que dispone
como pena o consecuencia jurídica de un delito, la inhabilitación de quienes
hayan sido condenados por la comisión de delitos contra la libertad,
integridad y formación sexuales de persona menor de 18 años, a efecto de
ocluir el desempeño de cargos, oficios, o profesiones que involucren una
relación directa y habitual con menores de edad en los términos que
establezca el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-- desconoce la
dignidad humana pues: i) constituye una pena cruel e inhumana (artículo 12
C.Pol), ii) vulnera el derecho a la intimidad y al buen nombre (artículo 15
C.Pol), iii) desconoce la prohibición constitucional de penas imprescriptibles
(artículo 28 C.Pol) y iv) afecta el debido proceso (artículo 29 C.Pol)?».

La Corte encontró que la inhabilidad en sí misma con un límite temporal


determinado y cierto era una medida constitucional, pues cumple con un fin
constitucionalmente imperioso y resulta proporcional e idónea. No obstante,
el hecho de que fuera intemporal configuraba una violación de los principios
constitucionales. Por tanto, resolvió declarar el artículo 1° exequible «en el
entendido que la duración de la pena accesoria referida en la mencionada
disposición deberá sujetarse a los límites temporales que para dichas penas
establezca el Código Penal», pues encontró que la pena accesoria intemporal
constituía una violación a la dignidad humana y al artículo 28 de la
Constitución. En palabras de la Sala:

«Por lo anterior, la regla que elimina toda posibilidad de


imponer penas imprescriptibles, esto es, que no tengan un
término definido, cierto, indiscutible, es una garantía
constitucional que obliga al Estado a enfocarse en la función
resocializadora de la pena, que como se dijo antes, se funda a su
vez en el contenido preponderante de la dignidad humana. En

Título IV de la presente ley; serán inhabilitadas para el desempeño de cargos, oficios


o profesiones que involucren una relación directa y habitual con menores de edad en
los términos que establezca el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, o quien
haga sus veces».
127
este sentido, el ejercicio del derecho penal no debe guiarse
únicamente por su dimensión de intimidación (imposición de
penas a los infractores y establecimiento como mecanismo de
estabilización de las estructuras fundamentales de la sociedad),
sino que debe dirigirse a la rehabilitación social del infractor.
Incluso cuando el Decreto 100 de 1980 (Código Penal de 1980),
prescribía medidas de seguridad indefinidas para algunas formas
de inimputabilidad, de manera temprana esta Corte retiró tal
posibilidad por irrespetuosa de la dignidad de la persona humana.
 
Así las cosas, tanto la Constitución (artículos 1°, 28 y 29), como
la jurisprudencia constitucional, el derecho internacional y el
ordenamiento jurídico, entienden que el Estado debe adoptar
políticas públicas integrales, orientadas a la readaptación social y
la rehabilitación personal de los penados; sin que por lo tanto
resulte consecuente con tales exigencias el establecimiento de
penas principales o accesorias perpetuas. En fin, el discurso
resocializador es algo que se propugna ciertamente de la pena de
prisión, y de ahí la negación de la posibilidad legal de la
perpetuidad por conspirar con el mismo; sin embargo, si
justamente lo que se pretende es la reinserción social de quien ha
sido aherrojado, todo aquello que obstaculice de manera grave y
definitiva sus posibilidades de injerirse con todas sus
dimensiones, en la sociedad, debe removerse. Por ello
las penas accesorias –que son auténticas penas, no se dude de
ello— se nutren de las mismas aspiraciones. De no, sería una
evidente contradictio in adiecto el exigir penas finitas de
encierro físico con inhabilidades perpetuas, pues, justamente el
desarrollo de las potencias y capacidades de la persona humana,
será lo que le permita interiorizar el conjunto de valores y
principios propios de la democracia, y poder de esa manera llevar
en el futuro, una vida sin delitos». (énfasis del texto original)

128
95. Por último, cabe hacer referencia a la sentencia SU-433 de 2020221 en la
cual la Sala Plena revisó el caso de una persona que estaba siendo procesada
por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años y la acción penal
fue declarada prescrita por haber transcurrido 10 años desde la formulación de
la imputación. El Procurador Judicial competente interpuso acción de tutela
contra la decisión que la declaró prescrita argumentando que el término debía
contarse desde la fecha en que la menor de edad cumplió su mayoría de edad.
La Corte resolvió confirmar las decisiones de instancia que denegaron el
amparo y, en consecuencia, dejar en firme la decisión de preclusión.

La Sala advirtió que la prescripción es una institución que garantiza el


derecho a toda persona de ser juzgada en un plazo razonable, sin dilaciones y
de forma definitiva. Igualmente constituye un límite al poder punitivo del
Estado, pues las autoridades competentes deben actuar de forma diligente
para encaminar la investigación y juzgamiento dentro de las garantías del
debido proceso. La Sala Plena señaló sobre este punto que «la prescripción de
la acción penal, por su parte, es una de las causales de extinción de la
pretensión punitiva del Estado y, por tanto, libera al ciudadano de la
incertidumbre que supone la existencia de un proceso penal en su contra. (…)
el Estado se encuentra en la obligación de investigar dentro de un
determinado tiempo la presunta comisión de un hecho punible y, ello es parte
integrante de los principios que conforman un Estado Social de Derecho, que
vela por la dignidad de la persona y el respeto efectivo de los derechos
humanos, en la medida en que “[n]i el sindicado tiene el deber constitucional
de esperar indefinidamente que el Estado califique el sumario o profiera una
sentencia condenatoria, ni la sociedad puede esperar por siempre el
señalamiento de los autores o de los inocentes de los delitos que crean
zozobra en la comunidad”222».223

221 Corte Constitucional, sentencia SU-433 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas y Alejandro Linares Cantillo; SV Diana Fajardo Rivera, Cristina Pardo
Schlesinger y Luis Javier Moreno Ortiz; SV Gloria Stella Ortiz Delgado).
222 “Corte Constitucional, sentencia C-176/1994”.
223 Corte Constitucional, sentencia SU-433 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas y Alejandro Linares Cantillo; SV Diana Fajardo Rivera, Cristina Pardo
Schlesinger y Luis Javier Moreno Ortiz; SV Gloria Stella Ortiz Delgado).
129
Acorde con lo anterior, la Corte dio prelación al principio de estricta legalidad
contenido en las garantías propias del debido proceso a pesar de tratarse de un
asunto relacionado con la comisión de un delito grave contra una persona
menor de edad. Adicionó que el interés superior del menor no puede ser un
argumento suficiente para quebrantar los mínimos de la justicia penal y sus
límites en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho.

96. Las anteriores providencias demuestran que la Corte Constitucional a lo


largo de su jurisprudencia ha mantenido una posición tendiente a proteger
todas aquellas garantías que permiten la resocialización de las personas
procesadas y condenadas.

97. En síntesis, la cláusula del Estado Social y Democrático de Derecho


somete el ejercicio del poder punitivo del Estado a unos límites indiscutibles,
como lo son la dignidad humana, la igualdad y la libertad. Por tanto, la
política criminal diseñada e implementada en un Estado de esta naturaleza se
caracteriza por basarse unos principios humanitarios que reconocen a la
persona procesada penalmente, y posteriormente condenada, unos derechos
inalienables que, aún habiendo causado un daño grave a la convivencia en
comunidad por la comisión de un delito, deben ser asegurados y protegidos
por el Estado. La función preventiva especial de la pena privativa de la
libertad es esencial en la política criminal humanista y garantista. Por ello,
figuras como la redención de penas y subrogados penales son mecanismos
que incentivan a la persona condenada a realizar actividades de
resocialización, que al final es una expresión del reconocimiento de su
dignidad humana.

Premisa menor: La reforma constitucional incluida en el Acto Legislativo


01 de 2020

98. Como fue explicado en las consideraciones de esta providencia la premisa


menor es el segundo paso del juicio de sustitución, el cual implica explicar
cuál es el contenido y alcance del acto reformatorio de la Constitución. Para el
efecto, se hará una referencia al texto original del artículo 34 de la
Constitución de 1991 y a algunos antecedentes de la Asamblea Nacional
130
Constituyente. Luego se hará alusión a los antecedentes legislativos que
dieron lugar a la reforma constitucional. Posteriormente, se hará referencia a
la prisión perpetua revisable como sanción penal en la política criminal,
dentro del cual se ilustrará la posición de los organismos de derecho
internacional, así como algunas experiencias del derecho comparado.

Texto original del artículo 34 de la Acto Legislativo 01 de 2020


Constitución Política de Colombia

ARTÍCULO 34. Se prohíben las ARTICULO 34. Se prohíben penas


penas de destierro, prisión perpetua y de destierro y confiscación.
confiscación.

No obstante, por sentencia judicial, No obstante, por sentencia judicial,


se declarará extinguido el dominio se declarará extinguido el dominio
sobre los bienes adquiridos mediante sobre los bienes adquiridos mediante
enriquecimiento ilícito, en perjuicio enriquecimiento ilícito, en perjuicio
del Tesoro público o con grave del Tesoro Público o con grave
deterioro de la moral social. deterioro de la moral social.

De manera excepcional cuando un


niño, niña o adolescente sea víctima
de las conductas de homicidio en
modalidad dolosa, acceso carnal que
implique violencia o sea puesto en
incapacidad de resistir o sea incapaz
de resistir, se podrá imponer como
sanción hasta la pena de prisión
perpetua.

Toda pena de prisión perpetua tendrá


control automático ante el superior
jerárquico.

En todo caso la pena deberá ser


131
revisada en un plazo no inferior a
veinticinco (25) años, para evaluar la
resocialización del condenado.

PARÁGRAFO TRANSITORIO. El
Gobierno nacional contará con un (1)
año contado a partir de la fecha de
promulgación del presente acto
legislativo, para radicar ante el
Congreso de la República el
proyecto de ley que reglamente la
prisión perpetua.

Se deberá formular en el mismo


término, una política pública integral
que desarrolle la protección de niños,
niñas y adolescentes; fundamentada
principalmente en las alertas
tempranas, educación, prevención,
acompañamiento psicológico y la
garantía de una efectiva
judicialización y condena cuando sus
derechos resulten vulnerados.

Anualmente se presentará un
informe al Congreso de la República
sobre el avance y cumplimiento de
esta política pública. Así mismo, se
conformará una Comisión de
Seguimiento, orientada a
proporcionar apoyo al proceso de
supervisión que adelantará el
Legislativo.

132
99. El texto original de la Constitución Política de 1991 prohibía
expresamente la prisión perpetua. La Asamblea Nacional Constituyente 224
dispuso esta prohibición, entre otras razones, al considerar la decisión de la
sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 27 de marzo de 1989 que
declaró inconstitucional los artículos de un decreto del Estado de Sitio que
permitía la pena de prisión perpetua, en razón a que no contaba con el carácter
inminentemente transitorio y provisional de las medidas adoptadas en aquel
estado de emergencia.225 Al respecto, la Corte Suprema estableció que esta
sanción era contraria a los principios del derecho penal sustentados en la
dignidad humana:

«En este sentido no sólo el texto constitucional sino reiterados


fallos de la Corte han consagrado los objetivos humanitarios que
se proyectan en la concepción de la pena, la cual según el
Código Penal realiza fines de resocialización, retribución
224 Para el efecto puede verse el Informe de la Sesión de la Comisión Cuarta del día
12 de marzo de 1991. Disponible en:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll28/id/99/rec/20
Informe de la Sesión de la Comisión Cuarta del día 14 de marzo de 1991. Disponible
en: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll28/id/118/rec/21
225 Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 27 de marzo de 1989. Revisión
constitucional del Decreto número 2490 de 30 de noviembre de 1988, "por el cual se
adicionan los Decretos Legislativos 180 y 474 de 1988”. Disponible en:
http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?id=30013607. En palabras de la
Corte Suprema de Justicia: “La perpetuidad de la pena que contempla el inciso
primero del artículo 1° y el artículo 2° del Decreto 2490 de 1988, supone que ésta
debe durar y permanecer cuando menos hasta tanto el condenado viva, e implica que
no puede ser decretada por virtud de una norma que, por disposición de la misma
Carta, sólo puede extender su vigencia extraordinaria hasta tanto haya cesado la
guerra exterior o terminado la conmoción interior. || Se ha admitido que, en estas
condiciones, el ejecutivo puede decretar no sólo la creación de nuevas figuras
delictivas, si no además, señalar las penas que les corresponda a éstas, pero en el
entendido de que dichas penas pueden en extremo lógico llegar, en la hipótesis de la
prolongada vigencia temporal del régimen de excepción, a durar tanto como dure la
perturbación del orden público, sin que se extiendan ni puedan extenderse más allá
que ésta, exigiéndose siempre su vocación temporal. || Así, la pena de prisión
perpetua no puede fundarse en disposiciones circunstanciales y transitorias, como
son las que está autorizado a expedir el ejecutivo dentro de las competencias
excepcionales de que queda revestido por virtud de la declaratoria del estado de
sitio.”
133
jurídica y protección (art. 12 del Código Penal), que son ajenos a
la institución de la pena perpetua. En este sentido, toda la
tradición humanística del Estado de Derecho, que no sólo
proclamó los derechos políticos y civiles sino la eminente
dignidad de la persona humana, ha tenido una larga y fecunda
evolución en el Derecho Político y el Derecho Penal de
Colombia, dentro de la cual no encaja el recurso a la pena
perpetua, ni siquiera como solución de emergencia
institucional».226

100. Además del anterior antecedente judicial, en la Asamblea Nacional


Constituyente se formularon como principios esenciales del derecho penal,
entre otros, «nadie puede ser (…) sometido a penas o medidas de seguridad
que no estén previamente determinadas y limitadas temporalmente antes en la
ley» y «la ejecución de las penas privativas de la libertad y las medidas de
seguridad, tienen como objetivo primordial la reeducación, rehabilitación y
reinserción social».227 En esta sesión se manifestó la preocupación del sistema
carcelario del país y la necesidad de tomar medidas para la rebaja de penas. 228
Igualmente se resaltó el fin resocializador de las penas como eje esencial del
sistema punitivo del Estado, y en esa medida, se señaló que la prisión

226 Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 27 de marzo de 1989. Fundamento


No. 6. Disponible en: http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?
id=30013607.
227 Asamblea Nacional Constituyente. Informe de la Comisión Cuarta del día 17 de
abril de 1991. Disponible en:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll28/id/47/rec/26
228 Asamblea Nacional Constituyente. Informe de la Comisión Cuarta del día 17 de
abril de 1991. Disponible en:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll28/id/47/rec/26. « (…)
hay que pensar más en el hombre que en el delito por el cual se le acusa, quien
quiera que sea él, cualquiera que sea su falta, merece ser tenido en cuenta por la
ciencia jurídica y psiquiátrica, no a semejanza de un perro rabioso sino como a un
ser humano que merece nuestra compasión y nuestra ayuda por ser, como nosotros,
depositario de la impronta divina (…)». En el mismo sentido se lee en la ponencia
del constituyente Hernando Londoño Jiménez sobre la propuesta de “rebajar las
penas”. Disponible en:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll28/id/47/rec/26.
134
perpetua no era otra cosa que una pena inhumana y degradante que era
contraria a aquel objetivo.229

101. La jurisprudencia de la Corte Constitucional, como fue explicado en el


capítulo de la premisa mayor, ha establecido que esta disposición (art. 34 CP)
es un desarrollo de la cláusula del Estado Social de Derecho, y especialmente
del cumplimiento de los fines del Estado, como lo es la realización de la
dignidad humana y la libertad. Para la Corte la función esencial de la pena es
la resocialización de la persona privada de la libertad, su reintegración a la
sociedad y la continuación de su proyecto de vida. De tal forma, a pesar de
que el legislador cuenta con un amplio margen de configuración para
determinar los delitos y la gradualidad de las penas, esto debe atender a los
principios de legalidad, proporcionalidad y culpabilidad.230

102. Estudios académicos documentan al menos dieciséis (16) intentos


legislativos por modificar el artículo 34 de la Constitución 231 con el objeto de

229 «Consecuentes con dichas ideas. no podemos tampoco defender la prisión


perpetua, como pretendió hacerlo un escandaloso decreto de Estado de Sitio que fue
declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia. Es que esa pena
infamante, cruel e inhumana es irreconciliable con los fines de la misma. con las
funciones que debe cumplir, según la moderna criminología y un derecho penal
demoliberal. Por eso hemos propuesto que esos fines de la pena deben ser
fundamentalmente resocializadores, para lo cual se hace necesario dignificar las
cárceles y prisiones de Colombia». Asamblea Nacional Constituyente. Gaceta
constitucional No. 39 del 8 de abril de 1991, página 9. Disponible en:
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll26/id/3825
230 Corte Constitucional, sentencias C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera
Carbonell), C-565 de 1993 (MP Hernando Herrera Vergara; AV Eduardo Cifuentes
Muñoz y Alejandro Martínez Caballero); C-430 de 1996 (MP Carlos Gaviria Díaz);
C-806 de 2002 (MP Clara Inés Vargas Hernández; SV Alfredo Beltrán Sierra; SV
Rodrigo Escobar Gil); C-801 de 2009 (MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV
María Victoria Calle Correa; SV Humberto Antonio Sierra Porto), T-718 de 2015
(MP Jorge Iván Palacio Palacio), entre muchas otras.
231 En los antecedentes legislativos del proyecto de Acto Legislativo que hoy se
analiza se registraron 8 iniciativas anteriores, las cuales coinciden con los estudios
académicos en razón a que estos últimos cuentan cada una de las ponencias
presentadas tanto en Cámara como en el Senado. Ver para el efecto la Gaceta del
Congreso No. 1004 del 8 de octubre de 2019 (Cámara de Representantes).
135
permitir la prisión perpetua para ciertos delitos. 232 Los argumentos que de
manera general han sostenido la presentación de estas iniciativas se concretan
en (i) la necesidad de mantener alejada de la sociedad a la persona condenada
por la gravedad del delito cometido (afectación de los derechos de los niños y
niñas), (ii) la percepción de ser una persona que no merece o no tiene la
capacidad para alcanzar la resocialización, y (iii) la prisión perpetua como la
sanción más grave dentro del sistema para lograr la disuasión de la conducta.
Sin embargo, los mismos estudios académicos coinciden en señalar que estas
iniciativas se han presentado más por intereses electorales y con el fin de
lograr una percepción de mayor seguridad a la ciudadanía en general, pero
han carecido de «sustento empírico para soportar las afirmaciones que
incorpora en sus exposiciones de motivos, ponencias y debates».233

103. Solo hasta el año 2019 se dio inicio a una reforma del artículo 34 de la
Constitución que lograría salir a flote y materializarse en una reforma
constitucional. El proyecto de acto legislativo 21 de 2019 en el Senado y 01
de 2019 en Cámara (acumulado con el 047 de 2019), fue presentado por
iniciativa legislativa. De la exposición de motivos para primer debate a la
Cámara, como para el Senado, se pueden extraer los siguientes argumentos

232 Véase para el efecto, Pardo López, Angélica María. Moncayo Albornoz, Ana
Lucía. Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la
prisión perpetua en Colombia”. Centro de Investigación en Política Criminal.
Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019; Cáceres González,
Emiro. “Prisión Perpetua en Colombia. Análisis de las iniciativas legislativas para su
autorización, y de los argumentos “racionales” para su incorporación en el
ordenamiento colombiano”. Universidad EAFIT, Nuevo Foro Penal, 93, (2019).
Entre estas iniciativas legislativas se encuentra la Ley 1327 de 2009 “Por medio de
la cual se convoca a un Referendo Constitucional y se somete a consideración del
pueblo un proyecto de reforma constitucional”, que fue declarada inconstitucional
por vicios en su procedimiento en la sentencia C-397 de 2010.
233 Cáceres González, Emiro. “Prisión Perpetua en Colombia. Análisis de las
iniciativas legislativas para su autorización, y de los argumentos “racionales” para su
incorporación en el ordenamiento colombiano”. Universidad EAFIT, Nuevo Foro
Penal, 93, (2019). Pág. 121; Pardo López, María Angélica. Moncayo Albornoz, Ana
Lucía. Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la
prisión perpetua en Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal,
Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019.
136
sobre la necesidad de reformar la Carta:234 (a) un aumento de los delitos que
afectan la libertad, integridad y formación sexuales de los niños, niñas y
adolescentes de Colombia, (b) la prevalencia de los derechos de los niños,
niñas y adolescentes dispuesto en el artículo 44 de la CP, (c) los tratados
internacionales no prohíben la pena de prisión perpetua revisable, (d) las
penas actuales contra los delitos sexuales cometidos contra niños, niñas y
adolescentes no son proporcionales, (e) la reincidencia de estos delitos ha
aumentado y (f) la cadena perpetua del acto legislativo no niega el carácter
resocializador de la pena. Estos argumentos que sostienen la ponencia del
proyecto legislativo se reiteran a lo largo del trámite legislativo.

104. En lo referente a los argumentos de los congresistas que se opusieron a


la iniciativa, se pueden resaltar los siguientes: (a) la cadena perpetua es una
pena cruel, inhumana y degradante que desconoce lo dispuesto en el art. 12
de la CP, (b) la reforma propuesta desconoce y contraría la dignidad humana
como un principio fundante del ordenamiento constitucional, (c) la pena de
prisión perpetua niega la rehabilitación y resocialización de la persona
condenada, (d) la norma es ineficaz en la medida en que no garantiza que se
disminuyan los delitos que pretende atacar y (e) la pena es inconveniente
porque va a generar una disminución de las denuncias de estos delitos, en la
medida en que en la mayoría de los casos los victimarios son familiares o
cercanos al núcleo familiar.235

105. El Acto Legislativo 01 de 2020 consagra dos artículos, el último sobre


la vigencia a partir de su promulgación. El primero contiene (a) la reforma
del artículo 34 de la Constitución Política, al eliminar la prohibición de la
pena de prisión perpetua, y mantener los otros contenidos intactos; (b) agrega
234 Congreso de la República de Colombia. Ponencia para primer debate en
Cámara, publicada en la Gaceta del Congreso No. 664 de 26 de julio de 2019 y
Ponencia para Primer debate Senado, publicada en la Gaceta del Congreso No. 1164
del 29 de noviembre de 2019.
235 Congreso de la República. Informe de ponencia negativa para segundo debate,
segunda vuelta del proyecto de acto legislativo número 21 de 2019 Senado. H.S
Rodrigo Lara Restrepo. Publicada en la Gaceta del Congreso No. 369 del 16 de
junio de 2020. En términos similares puede verse la ponencia negativa presentada
por los Representantes a la Cámara Germán Navas Talero y Luis Alberto Albán
Urbano, publicadas en la Gaceta No. 1246 del 4 de noviembre de 2019.
137
al texto tres incisos permanentes en los cuales establece un marco para que a
través de una ley se pueda determinar la pena de prisión perpetua; y (c) crea
una norma transitoria, que se encuentra conformada por tres incisos en los
que se establecen una serie de obligaciones y plazos al Gobierno nacional,
relacionadas con la presentación del proyecto de ley que reglamentará la pena
de prisión perpetua y la formulación y seguimiento de una política pública
integral a favor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes cuando
sean víctima de los delitos materia de regulación.

En los incisos nuevos del artículo 34 de la Constitución, el Acto Legislativo


establece unos límites materiales y controles judiciales para la procedencia de
la prisión perpetua. Estos límites y controles son relevantes, pues demuestran
que la prisión perpetua no puede ser aplicada de manera abierta e ilimitada y
que el legislador al regularla deberá tener como marco estos límites
dispuestos. Como límites materiales, la pena de prisión perpetua solo
procederá para una clase de delitos: “De manera excepcional cuando un niño,
niña o adolescente sea víctima de las conductas de homicidio en modalidad
dolosa, acceso carnal que implique violencia o sea puesto en incapacidad de
resistir o sea incapaz de resistir, se podrá imponer como sanción hasta la
pena de prisión perpetua”. Además, como controles formales o judiciales de
su procedencia, se establece que (i) “Toda pena de prisión perpetua tendrá
control automático ante el superior jerárquico” y (ii) “En todo caso la pena
deberá ser revisada en un plazo no inferior a veinticinco (25) años, para
evaluar la resocialización del condenado”.

En suma, el nuevo artículo 34 de la Constitución, (a) establece una excepción


a la prohibición de prisión perpetua; (b) señala una serie de conductas
delictivas a las cuales se les aplica de forma exclusiva y excepcional esta
sanción y, finalmente, (c) crea, por única vez, un mecanismo de revisión
judicial específico para esta pena luego de 25 años de ejecutada.

106. Con base en la descripción realizada, la Sala Plena considera necesario


ahondar en el contenido y alcance de la pena de prisión perpetua como una
sanción penal. Para el efecto, a continuación, se harán algunas
consideraciones doctrinales, de derecho comparado e internacional.
138
La pena de prisión perpetua en el derecho penal contemporáneo

107. A lo largo de la historia los seres humanos han previsto diferentes


formas de sancionar a quienes provocan daños a la comunidad. La Ley del
Talión del Código Hammurabi se menciona como el ejemplo principal de la
justicia retributiva, pues exigía un castigo idéntico al delito cometido.
Pasando por las torturas y penas de muerte ejecutadas de diversas maneras
como la guillotina, la hoguera, el apedreamiento, el azotamiento, entre otras,
todas ellas características de la edad media. La privación de la libertad, y
concretamente el sistema de prisiones o cárceles, como forma de pena o
sanción por la comisión de delitos, tiene sus orígenes en los siglos XVIII y
XIX.236 Antes de esta época las detenciones por orden de autoridad eran
realizadas con el fin de asegurar la presencia de los condenados a la ejecución
de la pena dispuesta, pero no tenían una finalidad sancionatoria. 237 En el
medioevo existieron las prisiones eclesiásticas, que buscaban que a través del
aislamiento, la reflexión y la soledad, se exculpara el pecado. 238 En el siglo
XVII ante la migración de población feudal a la ciudades, la clase burguesa
fundó lugares o “asilos” de corrección para aquellas personas con bajos
recursos en las calles en situación de abandono que provocaban problemas de
convivencia, entre otros sectores de la población que se consideraban
marginados.239 Como antecedentes directos de este contexto se resaltan dos
formas de encerramientos o aislamientos; la “pena de galeras” y las “casas de
236 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.11.
237 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P. 11; Foucault, Michel. “Vigilar y Castigar. Nacimiento
de la prisión”. Ed. Siglo veintiuno. (2002).
238 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.11.
239 Foucault, Michel. “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión”. Ed. Siglo
veintiuno. (2002).
139
corrección”. La primera obligaba a personas a remar en condiciones
deplorables para ser enroladas como remeros. Esto como una forma de trabajo
forzoso. Las segundas, antes explicadas, «se establecieron en Inglaterra para
suprimir el vagabundeo y la ociosidad, a la luz de la aparente ineficacia de las
medidas tradicionales para evitar la mendicidad y los delitos morales».240

En Francia, hasta 1791 en el contexto de la Ilustración en donde el valor de la


libertad adquiere trascendencia, surge la privación de la libertad, no solo
como una forma de detención o custodia, sino como una pena en estricto
sentido, y su aplicación adquiere un valor jurídico. 241 La «prisión nace como
una forma de castigo» y como una forma de sanción que puede ser graduable
según la gravedad del delito cometido, a diferencia de las sanciones de los
siglos anteriores que solo buscaban el sufrimiento y exculpación del
condenado.242 En este contexto de la ilustración, la pena privativa de la
libertad reflejaba los principios humanistas de la época pues no constituía una
sanción que implicara, en principio, sufrimiento físico a la persona
condenada, lo que contrastaba con las formas de castigo de los siglos

240 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.12.
241 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.13.
242 «El nacimiento de la prisión moderna coincide con un momento de mayor
valoración de la libertad, propia de la ilustración. De esta manera, la pérdida de un
bien tan preciado como la libertad sirvió para darle contenido a una nueva sanción.
Asimismo, como observa Sandoval Huertas, “fue la ideología liberal, con sus tesis
contractualistas – como origen de la sociedad – la que ofreció soporte conceptual
para que la idea de corregir el comportamiento criminal apareciera” (1982:68). Para
Marí “[l]a declaración de 1789 convierte a la libertad de los individuos en el primero
de los derechos del hombre, desparece la reclusión indiscriminada, y el
procedimiento inquisitorial y secreto. Nace la prisión como forma de castigo». Cfr.
Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.13.
140
previos.243 Algunos teóricos como Durkheim señalaron que los castigos
severos eran una cualidad de “sociedades simples”, las cuales mantenían
sanciones crueles y atroces. En contraste, las sociedades modernas y
civilizadas empezaron a utilizar el confinamiento como una sanción más
humana. Foucault también resaltó la tendencia de las sociedades europeas de
dejar el “espectáculo punitivo” y transformarlo en la sombra de su ejecución
en las prisiones.244

108. Para la concepción moderna de la prisión como pena, el tiempo es un


elemento esencial, pues es el factor que permite a la autoridad estatal graduar
la gravedad de la conducta y ajustarse al principio de proporcionalidad. 245 El
trabajo, estudio o cualquier otra actividad intramural es otro elemento
esencial, pues en el marco de un sistema capitalista, la persona confinada por
un delito debe mantenerse ocupada y demostrar a través de actividades bien
sea productivas, educativas o culturales, que puede salir de la prisión y servir
nuevamente a la sociedad. Esto último es un factor íntimamente asociado al
fin de resocialización de la pena privativa de la libertad.

243 Pellegrino Rossi la denominó “la pena por excelencia de las sociedades
civilizadas”, en el mismo sentido Durkheim. Cfr. Cuneo Nash, Silvio. “El
Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso chileno”. Tesis Doctoral.
Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015). Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado 10 de diciembre
de 2020). P.13.
244 Foucault, Michel. “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión”. Ed. Siglo
veintiuno. (2002).
245 «Sin embargo, como es evidente, el tiempo dentro de una cárcel jamás ha sido
igual al vivido fuera de ella: “[e]l confinamiento institucional cambia la forma en
que se percibe el tiempo […] [e]l proceso de encarcelamiento, más que canalizar y
distribuir el tiempo, implica la negación del mismo (Matthews, 2003: 66-67). La
organización del tiempo, al igual que la del espacio, está intrínsicamente ligada al
establecimiento del orden y el control, y ambos se relacionan, directa o
indirectamente, con la organización del trabajo dentro de la prisión (Matthews,
2003: 70).» Cfr. Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis
particular del caso chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona,
España. (2015). Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?
codigo=140585 (Consultado 10 de diciembre de 2020). P.18.
141
109. En este contexto, se imponen penas de prisión de larga y de baja
duración según la gravedad del delito. Así, surge la pena de prisión perpetua
como una forma más humana para reemplazar la pena capital de muerte.
Como lo describe Ferrajoli: «La pena de cadena perpetua constituye una
mezcla singular de lo antiguo y lo moderno. Ciertamente -aunque sus
precedentes puedan remontarse a las penas romanas de la damnatio ad
metalla y la deportación, las encarcelaciones monásticas de segregación
practicadas en las ciudades italianas -, la cadena perpetua, como pena de
cárcel de por vida, es una pena que se consolida, en la Edad Moderna, como
alternativa a la pena de muerte (…)».246

110. Como se explicará más delante, en los tiempos actuales existe una
tendencia clara de abolir la pena de muerte al ser una sanción que (i) anula a
la persona privándola en absoluto de rehabilitar su comportamiento y (ii) la
excluye de la sociedad como un ser incorregible. Como alternativa a esta
pena, muchos países han permitido la cadena perpetua.247 Sobre su legitimidad
y eficacia en el marco del Estado de Derecho se han escrito innumerables
artículos, estudios y opiniones. Sin la intención de abordar exhaustivamente
todas las posiciones que existen al respecto, porque desborda el análisis
judicial, es necesario presentar algunos argumentos que defienden esta pena y
quienes se oponen a su aplicación.

111. Quienes apoyan la consagración e implementación de penas de prisión


prolongadas, incluso la cadena perpetua, sostienen que aquellos «delincuentes

246 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 169.
247 El Comité para la prevención de la tortura del Consejo de Europa ha señalado
que el propósito inicial de sustituir la pena de muerte por la pena de prisión perpetua
no fue mitigar la situación de la persona condenada, sino todo lo contrario; se
consideró que la prisión de por vida dedicada a trabajos forzados y confinamiento
solitario era una alternativa peor que la pena de muerte. Actualmente esta
perspectiva medieval es inaceptable y se exige a los Estados no imponer más
restricciones a una persona condenada a prisión de por vida. Consejo de Europa.
Comité para la prevención de la tortura, penas y tratos inhumanos y degradantes.
“Situación de las personas condenadas a prisión perpetua”. Disponible en:
https://rm.coe.int/16806cc447
142
reincidentes e incorregibles» merecen las penas más drásticas. 248 Conciben a
los condenados como personas que ya no merecen estar en sociedad debido a
la conducta tan gravosa que han cometido, pues han violado el pacto social.
Así, le otorgan un mayor valor al carácter retributivo de la pena. Igualmente,
consideran que las penas prolongadas disuaden a la comunidad en general y
previenen la reincidencia. Para Cesare Baccaria «No es la intensidad de la
pena lo que produce el mayor efecto en el ánimo del hombre, sino la
duración; pues nuestra sensibilidad se mueve más fácil y permanentemente
por mínimas, pero reiteradas impresiones, que por un impulso fuerte, pero
pasajero.249 (…) Con la pena de muerte, cada ejemplo que se da a la nación
supone un delito; en la pena de esclavitud perpetua, un solo delito da
muchísimos y duraderos ejemplos (…)».250 Con sustento en ello, para este
autor la efectividad de las penas reside en la severidad, certeza y celeridad del
castigo.

112. Por su parte, por mencionar algunos, teóricos como Benjamin Constant,
Michel Foucault, Carnelutti y Ferrajoli se oponen a la prisión perpetua, al
considerarla cruel, inhumana y degradante pues desconoce el fin primordial
de la pena, como lo es la resocialización.251 Benjamin Constant, por ejemplo,
defendía la pena de muerte pero no la prisión perpetua, pues consideraba que
esta última era una forma de volver a tiempos de segregación y esclavitud
permanente.252 Para Michel Foucault, quien criticó la prisión y su efectividad,
248 Uno de sus principales representantes fue el penalista y político alemán Franz
Von Liszt. Ver para el efecto, entre otros, Muñoz Conde, Francisco. “La Herencia de
Franz Von Liszt”. Revista Penal México. No. 2, julio – diciembre de 2011.
Disponible en:
http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/14215/la_herencia_de_franz.pdf;
jsessionid=62192D98460DD1B26A817D0006203B30?sequence=2. (Consultado 15
abril de 2021). También ver, Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo.
Análisis particular del caso chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra,
Barcelona, España. (2015). Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?
codigo=140585 (Consultado 10 de diciembre de 2020). P.43.
249 Beccaria, Cesare. “De los delitos y de las penas”. Ed. Temis (2006). P. 42.
250 Beccaria, Cesare. “De los delitos y de las penas”. Ed. Temis (2006). P. 44.
251 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018).
252 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 170.
143
la prolongación de la pena “desespera” a la persona condenada llevándola a
ser indiferente con la “corrección de las costumbres”.253

Francesco Carnelutti sostuvo que la pena de prisión perpetua es contraria al


principio de humanidad y al fin de la reeducación. La libertad como la esencia
de todo ser humano puede ser “atenuada, adormecida, pero nunca apagada”.
Para Carnelutti la pena solo es humana si tiene por objeto la reeducación de la
persona condenada, pues la reconoce como parte del género humano y alienta
el desarrollo de su libertad.254

Luigi Ferrajoli también es un crítico permanente de la aplicación de la prisión


perpetua, inclusive revisable ante autoridad judicial. Para este autor que
formula una teoría garantista del derecho penal, la prisión perpetua no es más
que «un exterminio de la esperanza», pues la perpetuidad de la privación de la
libertad tiene como consecuencia una muerte civil, ya que no solo anula el
derecho a la libertad de un individuo, sino que genera «una privación de
futuro» y «excluye para siempre a una persona del consorcio humano». 255 Del
mismo modo, criticó la decisión de la Corte Constitucional italiana (sentencia
No. 264 de 21 de noviembre de 1974) que declaró la cadena perpetua no
incompatible con la finalidad reeducativa de la pena, toda vez que se tenía la
posibilidad de lograr la libertad condicional transcurridos 28 años. Para
Ferrajoli, la revisión judicial de la cadena perpetua es un “sofisma hipócrita”
que constituye una paradoja, pues la prisión perpetua será constitucional
253 «El término de seis meses es demasiado corto para corregir a los criminales, y
despertar en ellos el espíritu de trabajo"; en cambio, "la perpetuidad los desespera;
son indiferentes a la corrección de las costumbres y al espíritu de trabajo; sólo se
ocupan de proyectos de evasión y de insurrección; y puesto que no se ha juzgado
oportuno privarlos de la vida, ¿por qué tratar de hacérsela insoportable?" La
duración de la pena sólo tiene sentido en reacción con una corrección posible y con
una utilización económica de los criminales corregidos». Foucault, Michel. “Vigilar
y Castigar. Nacimiento de la prisión”. Ed. Siglo veintiuno. (2002). P. 114.
254 Carnelutti, Francesco. “La pena dell´ergastolo é costituzionale?”. En Díaz
Cortés, Lina Mariola. “Reflexiones sobre la propuesta de reforma constitucional en
Colombia para la introducción de la cadena perpetua: respuesta al “sexual predator”
en los delitos contra menores”. Revista de Derecho Penal y Criminología de la
Universidad Externado de Colombia. Vol. 30, No. 88 (2009). Págs. 135-164.
255 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 171.
144
siempre y cuando no sea perpetua. Sobre esta crítica se volverá en la
conclusión del test de sustitución.

113. La tendencia actual de los ordenamientos jurídicos que consagran la


prisión perpetua le conceden una revisión judicial o ejecutiva periódica. Esta
posibilidad de revisión de la condena, en principio, la armoniza con la
garantía de la resocialización, puesto que permite la posibilidad de la persona
de demostrar al Estado que ha reconocido el daño realizado, ha pagado por él
y puede salir a la comunidad y modificar esta conducta. Esto atiende a la
necesidad de asegurar la autonomía individual y la dignidad humana de la
persona privada de la libertad.256

114. Con todo, la prisión como pena privativa de la libertad actualmente se


encuentra en crisis pues existen estudios que demuestran que no cumplen con
su fin esencial, el cual se sustenta en la resocialización.257 No hay claridad si
la cárcel disminuye los índices de delincuencia y de reincidencia, y en cambio
algunos sostienen que puede servir como escuelas de delincuencia.258
Mientras se pensó que la cárcel sería un lugar para rehabilitación y
resocialización de las personas condenadas, la experiencia ha demostrado que
los impactos del confinamiento, tanto para el individuo como para la
comunidad en general, son más negativos que positivos. 259 En el mismo
sentido, Ferrajoli resalta que la reclusión carcelaria es una violación
permanente de derechos legitimada por el mismo Estado:

256 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019).
257 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 195.
258 Cesano, José Daniel. “De la crítica a la cárcel a la crítica de las alternativas”.
Boletín Mexicano de Derechos Comparado. Vol. 36, No. 108. (2003). Disponible en:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-
86332003000300003#r4al6 (consultado el 27 de abril de 2021).
259 Cuneo Nash, Silvio. “El Encarcelamiento Masivo. Análisis particular del caso
chileno”. Tesis Doctoral. Universitat Pampeu Fabra, Barcelona, España. (2015).
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=140585 (Consultado
10 de diciembre de 2020). P.44.
145
«Con la reclusión el condenado es enviado, muy frecuentemente,
a un infierno: a una sociedad salvaje, abandonada de hecho en
gran parte al libre juego de las relaciones de fuerza y poder entre
detenidos y al desarrollo de una criminalidad carcelaria
descontrolada que se ejerce sobre los más débiles e indefensos.
Dentro de los muros de la cárcel, cualquier arbitrariedad,
cualquier violencia, cualquier violación de derechos, cualquier
lesión de la dignidad humana de la persona es posible. 260 (…) La
cárcel, en suma, bajó múltiples perspectivas, equivale a una
contradicción institucional. Es una institución creada por la ley,
pero que se rige, más que por el gobierno de la ley, por el
gobierno de los hombres. Es un lugar confiado al control total
del Estado, pero en cuyo interior no rigen controles ni reglas,
sino, sobre todo, la ley del más fuerte: la ley de la fuerza pública
de los agentes penitenciarios, pero también la fuerza privada de
los presos más prepotentes y mejor organizados».261

Con base en lo anterior, hace un llamado a implementar una “política de


desprisionalización”,262 reafirmando la calidad de ultima ratio del derecho
penal, y concentrando la pena de reclusión carcelaria para aquellas «ofensas a
derechos y bienes fundamentales». La propuesta de esta visión más garantista,
entonces, es revaluar la pena de prisión como una pena principal, y más bien,
comprenderla como una excepción dirigida a los casos más graves dentro de
una sociedad. A cambio, dar mayor aplicación a las penas accesorias
(patrimoniales o de restricción del ejercicio de derechos políticos, por
ejemplo).

La prisión perpetua en el derecho comparado

260 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 164.
261 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 165.
262 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 167.
146
115. La cadena perpetua y/o pena de prisión prolongada (“life
imprisonment”) se encuentra tipificada en varios países del mundo y tiene
distintas formas de ser regulada e implementada. 263 Se pueden identificar al
menos dos tipos de regulación de esta pena: 264 (i) la prisión perpetua de iure o
formal, es aquella que se encuentre reconocida y tipificada expresamente
como pena en la ley penal. Tiene como consecuencia que la persona
condenada debe permanecer en prisión por el resto de su vida natural. Dentro
de esta categoría hay dos subgrupos: (a) la pena de prisión perpetua sin
revisión o valoración posterior (“life imprisonment without parole”) y (b) la
pena de prisión perpetua con revisión judicial, administrativa o ejecutiva
(“life imprisonment with parole”). En estos casos, la persona tiene la
posibilidad de que su condena sea evaluada a través de un proceso que
determina si ya no representa un riesgo o peligro para la sociedad, entre otros
elementos de juicio que varían según cada ordenamiento jurídico. Por otra
parte, existe (ii) la prisión perpetua de facto o informal, según la cual se
impone una pena de prisión por una duración mayor a la expectativa de vida
de la persona condenada. En este caso, no se denomina legalmente “prisión
perpetua”, pero tiene un efecto similar a esta.

116. Luego de la conformación de la Organización de las Naciones Unidas y


la ratificación y proliferación de tratados de protección de los derechos
humanos, la mayoría de Estados en la década de los años 90 modificaron sus
códigos penales con una tendencia a abolir la pena de muerte y, en reemplazo
según la gravedad de los delitos, se impusieron las penas de prisión
prolongada o de prisión perpetua.265 Para el año 2019, en el mundo existían

263 La información de este aparte se sustenta en un estudio reciente sobre la


materia: Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global
human rights analysis”. Harvard University Press (2019).
264 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. xi. Cap. 2, 35-85.
265 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 29. En el mismo sentido, “The
concept of life imprisonment was introduced in the 1990s in many member states of
the Council of Europe following the ratification of Protocol 6 to the European
Convention on Human Rights abolishing the death penalty. The last execution in a
Council of Europe member state took place in 1997 and, since 2013, Europe has
been a death-penalty free zone in law (with the exception of Belarus)”. Consejo de
147
ciento ochenta y tres países que consagraban como pena la prisión perpetua
de iure o formal (con sus variaciones).266 De estos países, ciento cuarenta y
nueve la tipifican como la medida más severa de sanción dentro de sus
ordenamientos; ciento cuarenta y cuatro permiten la revisión de la condena
una vez cumplido un periodo determinado;267 sesenta y cinco Estados
imponen la pena de prisión perpetua sin revisión judicial.268 En algunos de
estos ordenamientos se exceptúan como sujetos de esta pena las personas
menores de edad, las mujeres y las personas de la tercera edad.269

117. Una mirada a la región más cercana a Colombia muestra que en


Latinoamérica los Estados que contemplan en su legislación penal la cadena
perpetua (formal o de iure) son una minoría; Chile, Argentina, Perú,
Honduras, México, Nicaragua y Cuba. En el caso de Chile se establece el
«presidio perpetuo» simple que permite la revisión judicial a partir de los
Europa. Comité para la prevención de la tortura, penas y tratos inhumanos y
degradantes. “Situación de las personas condenadas a prisión perpetua”. Disponible
en: https://rm.coe.int/16806cc447
266 Las variaciones dependen del tipo de delitos que sancionan, las condiciones que
establecen para lograr una eventual libertad condicional y la naturaleza de la
autoridad que evalúa y concede la liberación, que en algunos países es de carácter
ejecutivo (ej. Irlanda) y en otros judicial (Ej. Indonesia). Zyl Smit, Dirk Van.
Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights analysis”. Harvard
University Press (2019). Pp. 62 y 63.
267 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 60.
268 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). Apéndice A.
269 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 105-124. La prohibición de
aplicar penas de prisión perpetua a personas menores de edad encuentra su sustento
en la Convención de Derechos del Niño de las Naciones Unidas (art. 37). Salvo
EEUU, Reino Unido y algunos países del Commonwealth, los demás Estados
prohíben estas penas para menores de edad. En el caso de los adultos mayores, el
Tribunal Europeo ha permitido la imposición de penas de prisión perpetuas y
prolongadas pero ha resaltado la importancia de tener en cuenta el estado de salud al
momento de definir la condena (caso Sawoniuk contra Reino Unido, 2001). En
países como Rusia, Rumania, Belarus, se prohíben estás penas en personas mayores
de 65 años. Finalmente, países como Rusia, Armenia, Bulgaria, Tajikistan y Ucrania,
prohíben la imposición de este tipo de pena a mujeres en estado de embarazo en el
momento de la comisión del delito o de la imposición de la condena.
148
veinte años de cumplimiento. Cuenta con el “presidio perpetuo calificado”, el
cual no permite acceder a ningún beneficio antes de los cuarenta años de
prisión.270 Argentina establece la imposición obligatoria – no como máxima-
de las penas de prisión perpetua con revisión judicial luego de los treinta y
cinco años de cumplida la pena y con el cumplimiento de condiciones
especiales.271 En Perú se contempla una pena de prisión perpetua de una
duración mínima de treinta y cinco años de cumplimiento antes de ser
revisada de oficio o a petición de parte por un juez. 272 En Honduras se
contempla la prisión a perpetuidad en la Constitución como una pena para los
delitos más graves. Contempla el derecho del presidente de conceder indulto o
conmutar la sentencia. Sin embargo, en el año 2013 se expidió una ley que
establece en qué delitos no puede concederse indulto. 273 También se permite
tener revisión judicial después de los treinta años de cumplida la pena. 274 En
México no se contempla la pena de prisión perpetua en el sistema federal,
excepto en los estados de Chihuahua, Quintana Roo, Puebla, Estado de
México y Veracruz consagran la pena de prisión perpetua sin revisión judicial.
En Nicaragua recientemente se reformó la Constitución y se estableció la
pena de prisión perpetua bajo revisión judicial luego de cumplidos 30 años de
privación de la libertad (enmienda 2021). Finalmente, Cuba cuenta con pena
de prisión perpetua con revisión judicial para casos de homicidio agravado y
como sustituta de la pena de muerte.

En el marco de los Estados antes mencionados, los delitos que se castigan con
la prisión perpetua son: secuestro con homicidio, violación, violación con
homicidio, parricidio, desaparición forzada, tortura, traición a la patria,

270 Código Penal Chileno. Artículos 21 y 32bis. La prisión perpetua se introdujo en


2001 en sustitución de la pena de muerte, y la revisión de la pena, al condenado, le
impone una espera de 20 o 40 años, dependiendo si le fue aplicada la figura de
presidio perpetuo simple o calificado, respectivamente.
271 Código Penal Argentino. Artículo 13. En la modalidad de tentativa puede
disminuir el tiempo a 15 o 20 años para revisión.
272 Código Penal Peruano. Artículo 29.
273 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 44.
274 Código Penal de Honduras (reforma 2019). Artículos 35, 36 y 37.
149
sicariato, abuso sexual contra menores de edad, extorsión agravada, arrebato o
sustracción de armas de guerra, entre otros.

118. En el caso de Europa, de 51 países, 42 contemplan la prisión perpetua


en sus ordenamientos, siendo únicamente Andorra, Bosnia y Herzegovina,
Croacia, Montenegro, Noruega, Portugal, San Marino y el Vaticano los países
que no contemplan la pena de prisión perpetua 275. En contraste, por mencionar
algunos, países como España,276 Italia,277 Francia,278 Reino Unido,279

275 Dirk van Zyl Smit & Catherin Appelton, Life Imprisonment: A Global Human
Rights Analysis, Harvard University Press (2019).
276 En España se contempla la “prisión permanente revisable” en el Código Penal
desde una reforma del año 2015. Se establece la posibilidad de revisión judicial
luego de 25 a 35 años de cumplida la pena. Ley Orgánica 01 de 2015.
277 El Código Penal italiano se consagra la pena de prisión perpetua como una pena
capital, asimilable, según Ferrajoli a la capitis diminutio del derecho romano, la cual
«es una inhabilitación legal, es decir, la pérdida por parte del condenado de la
capacidad de disponer de sus bienes y de la patria potestad. Esta capitis diminutio es
indudablemente el aspecto premoderno de la cadena perpetua». Cuenta con revisión
judicial luego de los 26 años. La Corte Constitucional italiana revisó la
constitucionalidad de esta pena y determinó que debía garantizarse su revisión con el
fin de cumplir son el derecho a la reinserción social del condenado (Sentencia No.
24 de 1983). Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho
penal”. Ed. Trotta (2018). P. 170 y 173, respectivamente.
278 El Código Penal prevé la posibilidad de revisar judicialmente la pena de prisión
perpetua máximo a los 30 años dependiendo del delito puede ser antes. Zyl Smit,
Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights
analysis”. Harvard University Press (2019). P. 268.
279 La revisión judicial se realiza mínimo después de cumplidos los 15 años de la
pena de prisión perpetua. Sin embargo, por la gravedad del delito puede llegar a
imponerse por decisión judicial un periodo de evaluación a los 30 años en el que la
persona puede ser elegible para la libertad condicional. Zyl Smit, Dirk Van.
Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights analysis”. Harvard
University Press (2019). P. 276 y 277.
150
Holanda,280 Suiza281 y Alemania282 contemplan la prisión perpetua con revisión
judicial o ejecutiva, dependiendo de la naturaleza del mecanismo que evalúe
las condiciones legales para la eventual liberación del condenado. Dentro de
estos Estados algunos conceden la libertad condicional y su monitoreo
durante varios años.283 Es preciso señalar que en los Estados de Europa existe
una gran variedad de métodos para imponer la pena de prisión perpetua
revisable y la forma cómo se evalúa la posibilidad de salida de la prisión. Los
delitos más comunes objeto de pena de prisión perpetua son aquellos
relacionados con la integridad física de las personas y el orden público. Los
tipos penales más comunes son el homicidio, la traición a la patria o sedición,
el secuestro, la violación o abuso sexual, terrorismo, entre otros.284

119. Para el año 2019, más de treinta países no contemplaban las penas de
prisión perpetua en sus ordenamientos jurídicos.285 Casos como Bolivia,
280 Establece la cadena perpetua sin revisión judicial. Zyl Smit, Dirk Van.
Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights analysis”. Harvard
University Press (2019). P. 334.
281 El Código Penal prevé la posibilidad de revisar judicialmente la pena de prisión
perpetua a los 15 años. Consejo de Europa. Comité para la prevención de la tortura,
penas y tratos inhumanos y degradantes. “Situación de las personas condenadas a
prisión perpetua”. Párr. 68. Disponible en: https://rm.coe.int/16806cc447; Zyl Smit,
Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights
analysis”. Harvard University Press (2019). P. 64, 278.
282El Código Penal prevé la posibilidad de revisar judicialmente la pena de prisión
perpetua a los 15 años. Aplica solo para asesinato, genocidio, crímenes de guerra y
lesa humanidad. Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A
global human rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 22.
283 Por ejemplo, en Francia el cumplimiento de condiciones después de la salida de
la prisión puede durar entre 5 y 10 años. Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine.
“Life Imprisonment. A global human rights analysis”. Harvard University Press
(2019). P. 279.
284 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 127.
285 Estos son, Angola, Cabo Verde, Mozambique, Sao Tome e Príncipe y Uganda
(África); Afghanistan, Laos, Turkmenistan (Asia); República Dominicana, Puerto
Rico (Caribe); Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México -algunos Estados
federales la consagran de forma excepcional-, Nicaragua y Panamá (Centro
América); Greenland y algunos Estados de Estados Unidos (Norte América);
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela (Sur América);
Andorra, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Faroe Islands, Montenegro, Noruega,
151
Brasil, Colombia, El Salvador, Venezuela, Portugal, Cabo Verde, Angola,
Costa Rica, Timor del Este y Mozambique establecían la prohibición expresa
de estas penas en su Constitución.286

Pena de prisión perpetua en el derecho internacional de los derechos


humanos

120. Sistema universal de protección de los derechos humanos. El Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos287 establece en su artículo 7° que
«nadie puede ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes». El artículo 10° consagra que «3. El régimen penitenciario
consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la
readaptación social de los penados».

La interpretación que ha hecho el Comité de Derechos Humanos sobre esta


disposición puede verse en los siguientes documentos. En la Observación
General No. 9288 el Comité de Derechos Humanos afirmó que el «respeto
debido de la dignidad humana» constituye la base de las obligaciones
estatales dirigidas a garantizar la resocialización de las personas privadas de
la libertad y las condiciones de detención. En la Observación General No.
20289 el Comité señaló que «el confinamiento solitario prolongado de la
Portugal, San Marino, Serbia, Ciudad del Vaticano (Europa); Timor del Este
(Oceanía); Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global
human rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. xiii y 87 (Apéndice A).
286 Artículo 118 de la Constitución de Bolivia, Artículo 5, XLVII b de la
Constitución del Brasil, el artículo 34 de la Constitución de Colombia, Artículo 27
Constitución de El Salvador, Artículo 44 Constitución de Venezuela, el párrafo 1 del
artículo 30 de la Constitución de Portugal, Artículo 33 de la Constitución de Cabo
Verde, artículo 66 de la Constitución de Angola, artículo 40 de la Constitución de
Costa Rica, artículo 32 de la Constitución de Timor del Este y artículo 61 de la
Constitución de Mozambique, prohíben expresamente la reclusión de por vida. Zyl
Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human rights
analysis”. Harvard University Press (2019). P. 87.
287 República de Colombia. Ley 74 de 1968.
288 ONU. Comité de derechos humanos. Observación General No. 9. Trato humano
de las personas privadas de la libertad (artículo 10).
289 ONU. Comité de derechos humanos. Observación General No. 20. Prohibición
de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (artículo 7).
152
persona detenida o presa puede equivaler a actos prohibidos por el artículo 7»,
es decir, a la prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes. La
Observación General No. 21290 reiteró que «[n]ingún sistema penitenciario
debe estar orientado a solamente el castigo; esencialmente, debe tratar de
lograr la reforma y la readaptación social del preso».

Por su parte, para el caso de las personas menores de edad, el literal a) del
artículo 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño 291 estipula «No se
impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de
excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad». Al
respecto, el Comité de Derechos Humanos ha establecido que una sentencia
puede constituir un trato cruel si impone una pena de prisión perpetua
contraria al artículo enunciado, es decir, en contra de un niño, niña o
adolescente sin posibilidad de excarcelación.292 En el caso Blessington and
Elliot contra Australia (2014) el Comité de Derechos Humanos afirmó que

«(…) la imposición de la pena de prisión perpetua a los autores


como menores solo puede ser compatible con el artículo 7,
leído juntamente con los artículos 10, párrafo 3, y 24, del Pacto,
si cabe la posibilidad de revisión y existen perspectivas de
puesta en libertad, independientemente de la gravedad del
delito que han cometido y las circunstancias conexas. Eso no
quiere decir que necesariamente debe concederse dicha puesta
en libertad. Significa más bien que la puesta en libertad no
debería ser una mera posibilidad teórica y que el procedimiento
de revisión debería ser exhaustivo para que las autoridades
nacionales evaluasen los progresos concretos realizados por los
autores hacia la rehabilitación y la justificación del
mantenimiento de la privación de libertad en un contexto en

290 ONU. Comité de derechos humanos. Observación General No. 21. Trato
humano de las personas privadas de la libertad (artículo 10).
291 República de Colombia. Ley 12 de 1991.
292 ONU. Comité de derechos humanos. Observaciones finales sobre los EE.UU.,
2006, documento de las Naciones Unidas CCPR/C/USA/CO/3, párr. 34.
153
que se tenga en cuenta el hecho de que en el momento en que
cometieron el delito tenían 14 y 15 años, respectivamente».293

Igualmente, las Reglas mínimas de Naciones Unidas para el tratamiento de los


reclusos (1957) establecen dentro de sus principios:

«60. 1) El régimen del establecimiento debe tratar de reducir las


diferencias que puedan existir entre la vida en prisión y la vida
libre en cuanto estas contribuyan a debilitar el sentido de
responsabilidad del recluso o el respeto a la dignidad de su
persona. 2) Es conveniente que, antes del término de la
ejecución de una pena o medida, se adopten los medios
necesarios para asegurar al recluso un retorno progresivo a la
vida en sociedad. Este propósito puede alcanzarse, según los
casos, con un régimen preparatorio para la liberación,
organizado dentro del mismo establecimiento o en otra
institución apropiada, o mediante una liberación condicional,
bajo una vigilancia que no deberá ser confiada a la policía, sino
que comprenderá una asistencia social eficaz. || 61. En el
tratamiento no se deberá recalcar el hecho de la exclusión de
los reclusos de la sociedad, sino, por el contrario, el hecho de
que continúan formando parte de ella. Con ese fin debe
recurrirse, en lo posible, a la cooperación de organismos de la
comunidad que ayuden al personal del establecimiento en su
tarea de rehabilitación social de los reclusos».

Como se observa, en el sistema universal de protección de los derechos


humanos la cadena perpetua no se encuentra expresamente proscrita, pero se
prohíbe a los Estados contemplar penas inhumanas y degradantes que
desconozcan el fin principal de la resocialización. Por otra parte, los Estados
tienen la obligación de asegurar una revisión material y real de las condenas a

293 ONU. Comité de Derechos Humanos. Caso Blessington and Elliot contra
Australia. 17 de noviembre de 2014. Disponible en:
https://tbinternet.ohchr.org/_layouts/15/treatybodyexternal/Download.aspx?
symbolno=CCPR/C/112/D/1968/2010&Lang=en
154
penas de prisión perpetua emitidas contra niños, niñas y adolescentes que
hayan cometido delitos graves. Deben permitir la posibilidad de liberación.

121. Cabe mencionar en este aparte que el Estatuto de la Corte Penal


Internacional establece como la pena máxima la cadena perpetua con revisión
a los 25 años. El artículo 77 establece como penas aplicables «b) La reclusión
a perpetuidad cuando lo justifiquen la extrema gravedad del crimen y las
circunstancias personales del condenado». El numeral 3 del artículo 101
dispone: «Examen de reducción de la pena. (…) 3. Cuando el recluso haya
cumplido las dos terceras partes de la pena o 25 años de prisión en caso de
cadena perpetua, la Corte examinará la pena para determinar si ésta puede
reducirse. El examen no se llevará a cabo antes de cumplidos esos plazos». 294
En las Reglas de Procedimiento y Pruebas de la Corte Penal Internacional se
establece que puede imponerse la pena de reclusión a perpetuidad «cuando lo
justifiquen la extrema gravedad del crimen y las circunstancias personales del
condenado (…)».

En la sentencia C-578 de 2002 la Corte Constitucional realizó el control de


constitucionalidad de la ley aprobatoria del Estatuto de la Corte Penal
Internacional. En lo relacionado con las disposiciones mencionadas advirtió
que era una competencia atribuida a la Corte Penal y no para las autoridades
judiciales internas: «En cuanto al tratamiento de la pena de reclusión a
perpetuidad, prohibida en nuestro ordenamiento, pero prevista en el Estatuto
de Roma, se tiene que el Acto Legislativo 02 de 2001 autorizó dicho
tratamiento diferente para los crímenes de competencia del Estatuto de Roma,
pero no faculta a las autoridades nacionales a aplicar este tipo de pena cuando
juzguen alguno de los crímenes señalados en el Estatuto de Roma. || Según el
Estatuto, la reclusión a perpetuidad como pena no es absoluta ni definitiva;
por el contrario, después de 25 años, la Corte Penal Internacional está
obligada a examinar la pena para determinar si ésta puede reducirse, con lo
que se deja a salvo la esperanza para el condenado de algún día recobrar su
294 Los tribunales penales ad hoc también cuentan con disposiciones similares: Los
Estatutos del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, artículo 24 (1993),
el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, artículo 23 (1994), la Corte Especial
para Sierra Leona, artículo 19 (2002) y la Cámara Extraordinaria en las Cortes de
Camboya, artículo 3 (2004).
155
libertad y concilia el principio de la dignidad humana del condenado con los
principios de justicia y de protección de los derechos de las víctimas y de sus
familiares».295

122. Sistema europeo de protección de derechos humanos. El estándar en el


sistema europeo fue definido por la Gran Sala del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos en el caso Vinter contra Reino Unido (2013), 296 en el cual
estableció que la cadena perpetua es compatible con el Convenio Europeo de
Derechos Humanos solo si es posible su revisión o reducción. En esa medida,
cuando se quebrantan los principios de proporcionalidad y de no
irreductibilidad de la pena, ésta es contraria a lo establecido en los artículos 3
(prohibición de la tortura) y/o 5 (derecho a la libertad y a la seguridad) del
Convenio. Para el Tribunal Europeo es necesario que la legislación penal
establezca la posibilidad de que la persona condenada pueda ser liberada, pues
de lo contrario, si es negada de forma absoluta esta oportunidad, la prisión
constituiría una pena cruel, inhumana y degradante. Esto es lo que se
denomina el “derecho a la esperanza”, esa necesidad de expectativa legítima
del sujeto de poder volver a la sociedad.

Vale la pena transcribir el razonamiento del Tribunal Europeo:

«106. Por las mismas razones, los Estados Parte son libres para
imponer la pena a cadena perpetua a delincuentes adultos en
caso de delitos especialmente graves como por ejemplo el
asesinato: la imposición de una pena de este tipo a un
delincuente adulto no está en sí misma prohibida o es
incompatible con el artículo 3 o con cualquier otro artículo del

295 Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-578 de 2002 (MP Manuel José
Cepeda Espinosa).
296 El caso se relaciona con la revisión de los recursos de revisión judicial
interpuestos por tres ciudadanos británicos condenados a prisión perpetua por haber
cometido el delito de homicidio contra personas de distintas edades (en uno de los
casos hay menores de edad) y diferentes circunstancias. TEDH. Vinter and Others v.
the United Kingdom, judgment (Grand Chamber) of 9 July 2013, §§ 119-122. Esta
regla es reiterada por el Tribunal Europeo en el caso Ocalan v. Turquía. 18 de marzo
de 2014; Boltan v. Turquía. 12 de febrero de 2019.
156
Convenio (véase Kafkaris, citada anteriormente, § 97). Esto es
particularmente así cuando este tipo de pena no es obligatoria
sino que es impuesta por un juez independiente después de que
este haya valorado todos los atenuantes y agravantes presentes
en el caso concreto.

109. En segundo lugar, al determinar si una pena a cadena


perpetua en un caso concreto debe considerarse irredimible, el
Tribunal ha analizado si un recluso condenado a cadena perpetua
tiene alguna expectativa de ser puesto en libertad. Cuando el
derecho nacional ofrece la posibilidad de revisar una pena a
cadena perpetua que permita su conmutación, perdón,
terminación o la obtención de la libertad condicional, se
cumpliría con el artículo 3 (véase Kafkaris, citada anteriormente,
§ 98).

110. Existen muchas razones por las que, para que una pena a
cadena perpetua sea compatible con el artículo 3, deben existir
tanto la expectativa de ser puesto en libertad como la posibilidad
de la revisión de la pena.

112. Además, si un recluso es encarcelado sin ninguna


expectativa de ser puesto en libertad y sin la posibilidad de que
su pena a cadena perpetua sea revisada, existe el riesgo de que
nunca pueda redimirse de su delito: independientemente de la
conducta del recluso en prisión, de su excepcional progreso en
cuanto a su rehabilitación, su pena permanecerá fija y será
irrevisable. En todo caso, la pena se acentúa con el paso del
tiempo: cuanto más viva el recluso, más larga será la pena. En
consecuencia, incluso cuando una pena a cadena perpetua es
considerada una pena adecuada en el momento de su imposición,
con el transcurso del tiempo puede convertirse – parafraseando a
Lord Juez Laws en Wellington – en una pobre garantía de una
pena justa y proporcionada.

157
114. Asimismo, en estos momentos tanto el derecho europeo
como el internacional claramente apoyan que los reclusos,
incluyéndose aquellos que están cumpliendo penas a cadena
perpetua, tengan la posibilidad de rehabilitarse y la expectativa
de ser liberados si la rehabilitación se consigue.

115. El Tribunal ha tenido ocasión previamente de señalar que, si


bien la retribución es una de las posibles finalidades de una pena
de prisión, la tendencia de la política criminal europea en estos
momentos es centrarse en la finalidad rehabilitadora de la pena
de prisión, en especial en relación con la terminación de una
pena de prisión de larga duración (véanse, por ejemplo, Dickson
c. el Reino Unido [GS], nº 44362/04, § 75, TEDH 2007-V; y
Boulois c. Luxemburgo [GS], nº 37575/04, § 83, TEDH 2012,
con más referencias sobre esta cuestión).

119. Por todas las razones expuestas, el Tribunal considera que,


en cuanto a una pena a cadena perpetua, el artículo 3 exige la
posibilidad de reducir la pena, entendida esta posibilidad en el
sentido de que es necesario establecer un mecanismo de revisión
que permita a las autoridades nacionales evaluar si los cambios
experimentados en la persona condenada a cadena perpetua son
tan importantes y que se han hecho tales progresos hacia la
rehabilitación en el transcurso del cumplimiento de la condena,
que el mantenimiento de la pena de prisión no está ya justificado
en ningún motivo legítimo de política criminal.

(120) (…) Dicho esto, el Tribunal también destacaría los


documentos de derecho comparado y derecho internacional
presentados ante él que apoyan con claridad la existencia de un
mecanismo de revisión que tenga lugar no más tarde del
transcurso de los veinte y cinco años desde la imposición de la
pena a cadena perpetua, con la previsión de revisiones periódicas
con posterioridad a esa fecha (véanse los párrafos 117 y 118
supra).
158
121. Se desprende de esta conclusión que, cuando el derecho
nacional no prevea la posibilidad de un mecanismo de revisión
de estas características, una pena a cadena perpetua no será
compatible con los estándares previstos en el artículo 3 del
Convenio.

122. Aunque el mecanismo de revisión exigido debe tener lugar


necesariamente después de la imposición de la pena, un
condenado a cadena perpetua no puede ser obligado a esperar y a
cumplir un número de años indeterminado de su condena antes
de que pueda alegar que las condiciones de su pena ya no
cumplen con los requisitos establecidos en el artículo 3. Esta
situación sería contraria a la seguridad jurídica y a los principios
generales relativos a la condición de víctima en el sentido del
término del artículo 34 del Convenio. Además, en casos en los
que la pena, en el momento de su imposición, es irredimible de
acuerdo con el derecho nacional, sería irrazonable esperar que el
recluso trabajara para obtener su rehabilitación sin que este
supiera si, en una fecha futura e indeterminada, se introduciría
un mecanismo de revisión que le permitiría, sobre la base de su
rehabilitación, obtener la libertad. Una persona condenada a
cadena perpetua tiene el derecho a conocer, desde el primer
momento en el que la pena se impone, lo que tiene que hacer y
bajo qué condiciones para poder obtener la libertad,
incluyéndose el momento en el que la revisión de su condena
tendrá lugar o puede esperarse que se produzca. En
consecuencia, cuando el derecho nacional no prevea ningún
mecanismo de revisión de una pena a cadena perpetua, la
incompatibilidad de este tipo de pena con el artículo 3 se
produciría en el mismo momento en el que se impone la pena a
cadena perpetua y no con posterioridad en algún momento del
transcurso de la condena.»

159
El estándar establecido por el Tribunal Europeo se sustenta en la dignidad
humana y en el reconocimiento de la capacidad de cambio del ser humano
privado de la libertad. De ese modo, «la dignidad, con otras palabras, exige
que el Estado organice la ejecución de las penas sobre la creencia
antropológica de que todo penado puede cambiar y, en consecuencia, prevea
una oportunidad factible de reinserción».297 Por esto, el derecho a la esperanza
se traduce en un mecanismo legal efectivo que procure a la persona la
posibilidad de que la sentencia sea revisada y que haya oportunidades serias
de liberación. La sentencia debe ser reducible de iure y de facto, es decir, no
basta con que la ley establezca un término determinado de revisión de la pena
de prisión perpetua, sino que las circunstancias de resocialización y
condiciones que se impongan sean alcanzables por la persona privada de la
libertad. No pueden ser condiciones ilusorias o de imposible cumplimiento
(T.P. and A.T. v. Hungary, 2016; Petukhov v. Ucrania, 2019).

123. En el mismo orden de ideas, el Tribunal Europeo de Derechos


Humanos ha establecido estándares para implementar las penas de prisión
perpetua con revisión.298 Entre ellos ha exigido que a la persona privada de la
libertad se le debe ofrecer y diseñar un programa (“creating a path to
release”)299 para su efectiva resocialización y liberación (László Magyar v.
Hungría, 2014). Parte de ello debe ser que las autoridades estatales no deben
imponer restricciones más gravosas que le impidan a la persona condenada su
desarrollo dentro de la prisión. Por esto, es necesario asegurar que la persona
mantenga un contacto con sus familiares y protegerlo de injerencias
arbitrarias a su vida privada (Khoroshenko v. Rusia, 2015).

297 Landa Gorostiza, Jon-Mirena. “Prisión perpetua y de muy larga duración tras la
LO 1/2015: ¿Derecho a la esperanza? Con especial consideración del terrorismo y
del TEDH”. Revista electrónica de ciencia penal y criminología. No. 17 – 20 (2015).
P. 9. Disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc − ISSN 1695-0194 (Consultado el 3
de marzo de 2021).
298 TEDH. Ocalan v Turquía, 2014; Khamtokhu and aksenchik contra Russia,
2017; Marcello Viola v. Italy (no. 2), no. 77633/16, 13 June 2019.
299 CEDH. Vinter and Others v. the United Kingdom, judgment (Grand Chamber)
of 9 July 2013, §§;
160
124. Por otra parte, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura 300 y
de las Penas o tratos inhumanos o degradantes ha señalado que una pena de
prisión perpetua en la que no se prevé la posibilidad de la persona para ser
puesta en libertad, elimina el sustento esencial de este castigo que es la
rehabilitación. Según el Comité, la prisión a largo plazo genera efectos
desocializadores. Por esto, en el cumplimiento de este tipo de penas las
personas privadas de la libertad deben tener acceso a actividades de diversa
naturaleza que les permita desarrollar su vida diaria y que fomenten su
autonomía individual y responsabilidad personal. Para el Comité, que una
persona sea condenada a una cadena perpetua sin ninguna esperanza de salida,
configura una pena inhumana. Entre otros, el Comité definió una serie de
principios que deben observarse en la aplicación de penas de prisión de larga
duración o de duración perpetua. La “responsabilidad” y el “progreso”,
implican que la prisión debe ofrecer oportunidades para recuperar y ejercer la
autonomía bajo la responsabilidad del entorno social, esto incluye, establecer
un plan o programa diseñado para que la persona condenada alcance la
resocialización.301

300 Consejo de Europa. Comité para la prevención de la tortura, penas y tratos


inhumanos y degradantes. “Situación de las personas condenadas a prisión
perpetua”. Disponible en: https://rm.coe.int/16806cc447
301 «In the CPT’s view, the objectives and principles for the treatment of life-sentenced prisoners
enunciated by the Committee of Ministers in Recommendation Rec (2003) 23 on the management
by prison administrations of life sentence and other long-term prisoners remains the most pertinent
and comprehensive reference document for this group of prisoners. In summary, these principles
are:
- the individualisation principle: each life sentence must be based on an individual
sentence plan, which is tailored to the needs and risks of the prisoner; - the
normalisation principle: life-sentenced prisoners should, like all prisoners, be subject
only to the restrictions that are necessary for their safe and orderly confinement; -
the responsibility principle: life--sentenced prisoners should be given opportunities
to exercise personal responsibility in daily prison life, including in sentence
planning; - the security and safety principles: a clear distinction should be made
between any risks posed by life-sentenced prisoners to the external community and
any risks posed by them to other prisoners and persons working in or visiting the
prison; - the non-segregation principle: life-sentenced prisoners should not be
segregated on the sole ground of their sentence, but be allowed to associate with
other prisoners on the basis of risk assessments which take into account all relevant
factors; - the progression principle: life-sentenced prisoners should be encouraged
and enabled to move through their sentence to improved conditions and regimes on
161
125. Sistema interamericano de protección de derechos humanos. Los
numerales 2 y 6 del artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos establecen (i) la prohibición de someter a la persona a tortura o
penas crueles, inhumanos y degradantes y (ii) “[l]as penas privativas de la
libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de
los condenados”, respectivamente.

En la sentencia del caso Mendoza y otros contra Argentina (2013) 302 la Corte
se refirió por primera vez a la prisión perpetua aplicada a personas menores
de edad. Señaló que conforme a los estándares de la Convención Americana y
a la Convención sobre los derechos del niño de Naciones Unidas la pena de
prisión para una niña, niño o adolescente debe ser la última ratio, excepcional,
de muy corta duración y debe contar con revisiones periódicas que le
permitan al menor alcanzar la libertad a través de programas de libertad
anticipada o condicional. Con sustento en ello estableció que las penas de
prisión perpetua aplicadas a personas menores de edad son contrarias a la
Convención Americana porque desconocen la resocialización. En palabras de
la Corte IDH:

«166. Con base en lo anterior, de conformidad con el artículo 5.6


de la Convención Americana, el Tribunal considera que la
prisión y reclusión perpetuas, por su propia naturaleza, no
cumplen con la finalidad de la reintegración social de los niños.
Antes bien, este tipo de penas implican la máxima exclusión del

the basis of their individual behaviour and co-operation with programmes, staff and
other prisoners» Consejo de Europa. Comité para la prevención de la tortura, penas y
tratos inhumanos y degradantes. “Situación de las personas condenadas a prisión
perpetua”. Párr. 74. Disponible en: https://rm.coe.int/16806cc447
302 Corte IDH. Caso Mendoza y otros Vs. Argentina. Excepciones Preliminares,
Fondo y Reparaciones. Sentencia de 14 de mayo de 2013. Serie C No. 260. Los
hechos de este caso se relacionan con 5 jóvenes de bajos recursos que fueron
condenados a penas de prisión perpetua por delitos cometidos antes de haber
alcanzado la mayoría de edad. En diferentes ocasiones los representantes de los
jóvenes interpusieron recursos de revisión de las condenas y todos fueron
desestimados. Los jóvenes sufrieron de violencia física en los centros de detención,
en algunos casos se generaron daños irreparables a la salud física y mental.
162
niño de la sociedad, de tal manera que operan en un sentido
meramente retributivo, pues las expectativas de resocialización
se anulan a su grado mayor. Por lo tanto, dichas penas no son
proporcionales con la finalidad de la sanción penal a niños.

[…]

[174] Los castigos corporales, la pena de muerte y la prisión


perpetua son las principales sanciones que son motivo de
preocupación desde el punto de vista del derecho internacional
de los derechos humanos. Por lo tanto, este ámbito no sólo
atiende a los modos de penar, sino también a la proporcionalidad
de las penas, como ya se señaló en esta Sentencia […]. Por ello,
las penas consideradas radicalmente desproporcionadas, así
como aquellas que pueden calificarse de atroces en sí mismas, se
encuentran bajo el ámbito de aplicación de las cláusulas que
contienen la prohibición de la tortura y los tratos crueles,
inhumanos y degradantes. Al respecto, la Corte observa que, en
la sentencia de los casos Harkins y Edwards Vs. Reino Unido, el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en adelante, “el
Tribunal Europeo”) estableció que la imposición de una pena
que adolece de grave desproporcionalidad puede constituir un
trato cruel y, por lo tanto, puede vulnerar el artículo 3 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos, que corresponde al
artículo 5 de la Convención Americana.»303

Con base en lo anterior, la Corte IDH concluyó que en el caso Mendoza y


otros, el Estado de Argentina a pesar de contar legalmente con unas
condiciones para alcanzar la libertad no permitía «la revisión periódica
constante de la necesidad de mantener a la persona privada de la libertad».
Así, adujo que la prisión perpetua para menores no cumple con el fin de
reintegración y, por tanto, es contraria a la Convención. Además, resaltó que

303 Corte IDH. Caso Mendoza y otros Vs. Argentina. Excepciones Preliminares,
Fondo y Reparaciones. Sentencia de 14 de mayo de 2013. Serie C No. 260. Párr. 166
y 174.
163
toda pena que sea desproporcional configura una pena cruel, inhumana y
degradante que constituye una violación del artículo 5.6 de la Convención
Americana.

126. Por otra parte, cabe señalar que la prisión perpetua es una de las
causales que permite a un Estado negarse a entregar a una persona en
extradición. Así lo contempla la Convención Interamericana sobre
Extradición en su artículo 9 ratificado por Ecuador, Panamá y Venezuela, 304
países vecinos a Colombia.305

127. En síntesis, en el derecho internacional de los derechos humanos, tanto


a nivel universal como regional, pueden extraerse los siguientes estándares
básicos: (A) la prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes; (B) la
resocialización y readaptación de la persona condenada debe ser el fin
principal de la pena de prisión; (C) la pena de prisión perpetua está prohibida
en personas menores de edad,306 y excepcionalmente podría ser impuesta con
la posibilidad de excarcelación, y (D) la pena de prisión perpetua es una pena
cruel, inhumana y degradante, salvo si se garantiza su revisión periódica con
la posibilidad real y material de liberación (Tribunal Europeo).

304 Artículo 9 de la Convención Interamericana sobre Extradición: «Los Estados


Partes no deberán conceder la extradición cuando se trate de un delito sancionado en
el Estado requirente con la pena de muerte, con la privación de libertad por vida o
con penas infamantes, a menos que el Estado requerido obtuviera previamente del
Estado requirente, las seguridades suficientes, dadas por la vía diplomática, que no
impondrá ninguna de las citadas penas a la persona reclamada o que si son
impuestas, dichas penas no serán ejecutadas».
305 En el caso de Colombia, se establece en el artículo 494 del Código de
Procedimiento Penal: «Si según la legislación del Estado requirente, al delito que
motiva la extradición corresponde la pena de muerte, la entrega sólo se hará bajo la
condición de la conmutación de tal pena, e igualmente, a condición de que al
extraditado no se le someta a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, ni a las penas de destierro, prisión perpetua o
confiscación».
306 Corte IDH. Caso Mendoza y otros contra Argentina; TEDH. Caso V contra
Reino Unido; ONU. Comité de Derechos Humanos. Caso Blessington and Elliot
contra Australia.
164
128. En conclusión, al determinarse el contenido y alcance de la premisa
menor, puede señalarse que la reforma constitucional que se analiza levantó la
prohibición general de la pena de prisión perpetua establecida por el
constituyente primario. Incluyó su aplicación como la sanción más grave
contra quienes cometen delitos contra la vida e integridad física y sexual de
las personas menores de edad. La reforma permite la revisión de la condena
luego de 25 años de cumplida la pena con el objeto de analizar la
resocialización del condenado. Como fue descrito, la pena de prisión perpetua
con posibilidad de revisión es comúnmente consagrada en la política criminal
de varios Estados a nivel mundial. Los organismos internacionales de
derechos humanos, a diferencia de la pena de muerte, no proscriben las penas
de prisión perpetua, pero exigen el cumplimiento de ciertas condiciones para
asegurar el respeto de la dignidad humana y el logro de la resocialización.
Entre ellas, el “derecho a la esperanza” se traduce en asegurarle a la persona
condenada la posibilidad de revisión de la condena y de su reducción. Sin
ello, podría configurarse una pena cruel, inhumana y degradante, prohibida
tajantemente por los instrumentos del derecho internacional de protección de
los derechos humanos.307

307 «Si el horizonte legal es inexistente, difuso o indeterminado no cabe una


planificación adecuada del itinerario rehabilitador para que el recluso pueda trabajar
para alcanzar dicho objetivo. Faltaría el incentivo mínimo que permitiría al interno
actuar como un ser humano que precisa, como base existencial indispensable, de una
esperanza razonable y efectiva como punto de partida –y llegada- para organizar una
estancia en prisión que le posibilite volver a la sociedad como un sujeto responsable
y respetuoso de la ley penal. El derecho a la esperanza de una liberación, en síntesis,
debe recogerse en el ordenamiento legal de tal manera que despeje toda
indeterminación sobre su existencia desde el primer momento en que el condenado
lo es a pena perpetua. Así concebida la falta de reducibilidad de iure podría
desencadenarse una condena del TEDH desde el momento de la imposición de la
pena y sin tener que esperar a que ésta se llevara ejecutando un largo número de
años.» Landa Gorostiza, Jon-Mirena. “Prisión perpetua y de muy larga duración tras
la LO 1/2015: ¿Derecho a la esperanza? Con especial consideración del terrorismo y
del TEDH”. Revista electrónica de ciencia penal y criminología. No. 17 – 20 (2015).
P. 9. Disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc − ISSN 1695-0194 (Consultado el 3
de marzo de 2021).
165
Conclusión del juicio estricto de sustitución: la inclusión excepcional de
la pena de prisión perpetua revisable después de los veinticinco años
constituye una sustitución de la Constitución.

129. Una vez analizados cada uno de los contenidos de la premisa mayor y
la premisa menor, el tercer paso del juicio de sustitución radica en «establecer
una conclusión en donde se determine si efectivamente la reforma
constitucional introducida realmente termina por sustituir la Carta Política o
uno de los ejes identitarios de la misma».308

130. La Sala Plena encontró como premisa mayor del juicio de sustitución
que el Estado Social y Democrático de Derecho está fundado sobre la
dignidad humana. De este eje definitorio de la Constitución se desprende,
concretamente, que el ejercicio del poder punitivo del Estado debe realizarse a
la luz de una política criminal en la que el fin primordial de la pena privativa
de la libertad es la resocialización de la persona condenada.

131. En cuanto a la premisa menor, la Sala Plena encontró que el Acto


Legislativo 01 de 2020 (i) eliminó la prohibición de prisión perpetua
establecida inicialmente por el constituyente; (ii) en consecuencia, incluyó la
aplicación excepcional en la Constitución de la pena de prisión perpetua
revisable «cuando un niño, niña o adolescente sea víctima de las conductas de
homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique violencia o sea
puesto en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir»; y (iii) el objeto
principal es la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y
específicamente, reducir los índices de reincidencia y comisión de estos
delitos.

132. Pues bien, la confrontación de la premisa mayor con la premisa menor


puede resumirse en que el Acto Legislativo 01 de 2020 permite la condena de
prisión perpetua con revisión en un plazo no inferior a los 25 años por la
comisión de delitos graves contra niños, niñas y adolescentes,

308 Corte Constitucional. Sentencia C-140 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas; AV Diana Fajardo Rivera; AV Alejandro Linares Cantillo; AV Antonio José
Lizarazo Ocampo; SV Cristina Pardo Schlesinger).
166
desconociéndose el derecho a la resocialización que tiene toda persona
condenada en un Estado Social y Democrático de Derecho que se funda en la
dignidad humana.

133. Para la Sala Plena de la Corte Constitucional el legislador extralimitó su


poder de reforma a través del Acto Legislativo 01 de 2020 toda vez que
cercenó y derogó un eje definitorio de la Constitución de 1991 al eliminar de
la Carta la prohibición absoluta del constituyente primario sobre la pena de
prisión perpetua e incluir la posibilidad de imponer esta pena para ciertos
delitos.

134. La dignidad humana como principio fundante del Estado Social y


Democrático de Derecho «obedeció a la necesidad histórica de reaccionar
contra la violencia, la arbitrariedad y la injusticia».309 Implica comprender al
ser humano como un fin en sí mismo y reconocer su derecho de
autodeterminación y autonomía.310 La garantía de la resocialización es una
forma de materializar la dignidad humana, pues reconoce la capacidad de
autodeterminación de la persona condenada y su posibilidad de volver a la
vida en comunidad.311 En contraste con ello, la pena de prisión perpetua
significa que una persona debe pasar el resto de su vida natural en prisión,
significa que, debido a la gravedad de la conducta cometida, el sistema le

309 Corte Constitucional, sentencia T-499 de 1992 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz).
310 La Corte ha sostenido que «[el] principio de dignidad no sería comprensible si
el necesario proceso de socialización del individuo se entendiera como una forma de
masificación y homogenización integral de su conducta, reductora de toda traza de
originalidad y peculiaridad. Si la persona es en sí misma un fin, la búsqueda y el
logro incesantes de su destino conforman su razón de ser y a ellas por fuerza
acompaña, en cada instante, una inextirpable singularidad de la que se nutre el yo
social, la cual expresa un interés y una necesidad radicales del sujeto que no pueden
quedar desprotegidas por el derecho a riesgo de convertirlo en cosa». Corte
Constitucional, sentencia T-090 de 1996 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz).
311 «(…) en un Estado social de derecho, a partir de la noción de dignidad y de la
autonomía de la persona -que no se pierden por el hecho de estar purgando una
condena-, la reincorporación a la vida social se constituye en una garantía material
del penado, ya que no se trata de la imposición estatal de un esquema de valores,
sino en crear bases para que el individuo se desarrolle libremente y de algún modo,
contrarrestar las consecuencias desocializadoras de la intervención penal». Corte
Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
167
niega a la persona su capacidad de arrepentimiento, reflexión y cambio y lo
margina para siempre de la sociedad. La pena de prisión perpetua es un tipo
de ejecución de pena privativa de la libertad que al final suprime la vida y
genera una «privación de futuro, un exterminio de la esperanza». 312 Es utilizar
al individuo como un medio, volver al sujeto una herramienta del poder
punitivo del Estado para alcanzar fines sociales que se consideran más
valiosos -prevención general-, desconociéndose que la dignidad humana es un
valor que se cercena al impedirle al individuo que cumplió una pena, volver a
la sociedad.313

135. El Estado puede restringir o suspender el derecho a la libertad como


forma de castigo, pero no le es permitido abolirlo. Así, el fin de la pena en un
Estado Social de Derecho fundamentado en la dignidad humana se centra en
la resocialización de la persona. Buena parte de la resocialización es que la
persona condenada comprenda que su actuar delictivo tiene impactos
negativos relevantes para toda la comunidad y no solo para las víctimas. Por
eso, como fue explicado en las consideraciones de esta providencia, a pesar de
la gravedad de la conducta, las diversas actividades de trabajo y educación,
los subrogados penales y demás beneficios de redención de la pena privativa
de la libertad, tienen por objeto desestimular las conductas delictivas hacia
futuro y sirven de garantías de no repetición. Si una persona condenada
muestra buena conducta en la prisión y una concientización de su actuar
dañoso, podrá aplicar a beneficios que le permitan retomar su vida en
sociedad.

136. Como lo ha establecido la Corte Constitucional, «la idea de


resocialización se opone, ante todo, a penas y a condiciones de cumplimiento

312 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 171.
313 En igual sentido: «(…) es claro que el fin de prevención general que tiene una
medida como la de cadena perpetua viola esta primera dimensión de la dignidad al
pretender utilizar a un ser humano como un medio para que otros no cometan la
conducta que se pretende sancionar.» Pardo López, María Angélica. Moncayo
Albornoz, Ana Lucía. Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la
inviabilidad de la prisión perpetua en Colombia”. Centro de investigación en Política
Criminal, Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019. P. 38.
168
que sean en esencia, por su duración o por sus consecuencias,
desocializadoras. El Estado debe brindar los medios y las condiciones para no
acentuar la desocialización del penado y posibilitar sus opciones de
socialización».314 Parte de ello, es el deber del Estado de garantizar programas
de trabajo y educación que reconozcan su autodeterminación. De manera
pues, que la dignidad humana tiene una relación intrínseca con el fin
resocializador de la pena privativa de la libertad. 315 Como lo ha señalado la
Corte:

«(…) el principio de dignidad humana que constituye un


fundamento del Estado social de derecho, implica que las
sanciones, bien sean penales o disciplinarias deben cumplir con
una función de resocialización. Esta función de resocialización
debe concretarse, no sólo en el cumplimiento de la sanción, sino
en todo el conjunto de políticas públicas del Estado, de tal modo
que el Estado garantice de manera efectiva, la prevalencia de los
derechos inalienables de las personas. Por lo tanto, el proceso de
resocialización se desarrolla tanto durante el período en el cual
las personas cumplen las sanciones como con posterioridad,
como cuando las personas ya las han cumplido. En esta última
etapa, el acceso al derecho a la educación cumple un papel de
suma importancia. Como ya se dijo, no sólo les permite a los
seres humanos desarrollar su potencial intelectual y profesional y
los ayuda a encontrar su vocación personal, sino que les facilita
el proceso de reintegración a la vida social, cultural y económica
del país. Es decir, tanto desde un punto de vista intelectual y
social, como desde el punto de vista material, el acceso a la
educación es un elemento determinante para el éxito del proceso

314 Corte Constitucional, sentencia C-261 de 1996 (MP Alejandro Martínez


Caballero).
315 Corte Constitucional, sentencia C-407 de 2020 (MP José Fernando Reyes
Cuartas; SPV Diana Fajardo Rivera; SPV Luis Javier Moreno Ortiz (e); AV
Alejandro Linares Cantillo; AV Gloria Stella Ortiz Delgado; AV José Fernando
Reyes Cuartas).
169
de resocialización de las personas que han tenido que cumplir
una sanción penal o disciplinaria.»316

137. Igualmente, el hecho de introducir la pena de prisión perpetua configura


un análisis de la conducta desde la peligrosidad del individuo y no desde la
conducta en sí misma, que debe ser el objeto de regulación por parte del
derecho penal. En esa perspectiva, se impone una sanción que pretende
inocuizar a la persona y marginarla de la comunidad. El mensaje que se envía
a la sociedad en general es que la persona es indeseable y es “incorregible”, y
por tanto debe permanecer aislado en una prisión sin la posibilidad de
recuperar su proyecto de vida por el delito cometido. 317 En ese orden de ideas,
la Corte ha dicho:

«De allí la importancia de humanizar las penas para humanizar la


sociedad en su conjunto, por lo cual se considera que la pena no
puede constituirse en una represalia estatal, sino que debe
responder a los principios de racionalidad y humanidad, en donde
el tipo penal y la sanción son entes heterogéneos que se ubican
en escenarios diferentes, y por ende no son susceptibles de
igualación. En ese orden de ideas, si bien se conserva la idea
retributiva, como criterio orientador de la imposición judicial de
sanciones, pues debe haber una cierta proporcionalidad entre la
316 Corte Constitucional, sentencia C-552 de 2016 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado; AV María Victoria Calle Correa; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
317 Así lo pusieron de presente varios intervinientes, por ejemplo, el Colegio de
Abogados Penalista, el Profesor Ricardo Posada Maya y el profesor Yesid Reyes
Alvarado. En palabras del último: «Si la proporcionalidad de la pena no se gradúa en
relación con el delito ya cometido, sino en relación con las probabilidades de que el
condenado pueda cometer nuevos delitos en el futuro, entonces la pena no se le está
aplicando por lo que hizo, sino por lo que es: un individuo peligroso. Esa forma de
entender la proporcionalidad de la pena es propia de un derecho penal de autor y no
de un derecho penal de acto como el que debe regir en un Estado de Derecho. De ahí
la importancia de mantener el carácter retributivo de la pena, como con razón lo ha
sostenido la Corte Constitucional, con la necesaria precisión de que en eso no se
agota el fin de la pena. Entender la pena como una forma de evitar que a futuro
alguien cometa un delito, reduce la condición del condenado a la de un simple ser
peligroso, como puede serlo un canino o un felino al que se encierra porque en
libertad puede llegar a causar daños».
170
pena, el delito y el grado de culpabilidad, lo cierto es que el
derecho humanista abandona el retribucionismo como
fundamento esencial de la pena, pues no es tarea del orden
jurídico impartir una justicia absoluta, más propia de dioses que
de seres humanos».318

138. Del mismo modo, se cercena la dignidad humana al flexibilizarse el


principio de legalidad penal, elemento que debe ser el más estricto al
momento de imponerse una pena, toda vez que de ella también depende la
seguridad jurídica «en la medida que cualquier castigo para ser impuesto
requiere necesariamente la concreción legal de su duración y de su
contenido».319 La pena de prisión perpetua desconoce la legalidad, y en
consecuencia la certeza y determinación de la pena, pues su duración es
indefinida y será condicionada a la duración de la vida de la persona
condenada.320 Esta situación tiene una impacto altísimo en la salud mental y
cognitiva de la persona, pues el hecho de no saber hasta cuándo durará ese
tiempo de encierro la obliga a tomar una posición de resignación, de
desesperanza y de pérdida de todos los valores individuales.321
318 Corte Constitucional, sentencia C-144 de 1997 (MP Alejandro Martínez
Caballero).
319 Velásquez V., Fernando. “Manual de Derecho Penal. Parte General”. Ed.
Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 515.
320 «Como la pena está presidida por el postulado de determinación, de certeza o de
taxatividad- que es derivación directa del axioma de legalidad, como se ha dicho-, el
legislador está compelido a consignar en la ley sanciones penales claramente
determinadas en lo que toca con su clase, duración, cantidad, monto, etc.; las penas,
pues, tienen que ser expresas, precisas, manifiestas, concretas, para que no haya
duda alguna en lo ateniente a sus alcances y cometidos. Por eso, repugnan a un
derecho penal liberal y democrático las sanciones indeterminadas, gaseosas, de
contenido borroso, imprecisas, discrecionales, etc., porque ellas arrasan con la
seguridad jurídica, que es presupuesto intangible del Estado de Derecho, y el juez no
podría cumplir con su sagrada misión.» Velásquez V., Fernando. “Manual de
Derecho Penal. Parte General”. Ed. Librería Jurídica Comlibros (2007). Pág. 515.
321 «Si el horizonte legal es inexistente, difuso o indeterminado no cabe una
planificación adecuada del itinerario rehabilitador para que el recluso pueda trabajar
para alcanzar dicho objetivo. Faltaría el incentivo mínimo que permitiría al interno
actuar como un ser humano que precisa, como base existencial indispensable, de una
esperanza razonable y efectiva como punto de partida –y llegada- para organizar una
estancia en prisión que le posibilite volver a la sociedad como un sujeto responsable
171
139. Al respecto, como fue mencionado antes, el principio de legalidad
penal exige al legislador establecer un mínimo y un máximo de la pena,
término que no puede ser modificado por las condiciones individuales de la
persona condenada:

«Si para fijar la pena se tuvieran que tener necesariamente en


cuenta las situaciones particulares del delincuente, ajenas al
hecho punible, entre ellas su edad, se desconocería el principio
de la legalidad de la pena (art. 29 de la Carta) que exige que de
manera abstracta el legislador determine dentro de unos límites
precisos la pena imponible, normalmente un mínimo y un
máximo, con el agravante de que en cada caso la pena no
dependería de la voluntad del legislador, sino de la situación
particular de cada reo; se llegaría por este camino a la pena
individual discriminatoria, delimitada según las circunstancias
particulares de cada delincuente, con el desconocimiento del
mencionado principio, y desatendiendo las reglas jurídicas que
enmarcan la actuación del Juez para el señalamiento de la pena
dentro de las directrices trazadas por el legislador».322

140. Cualquier pena que infrinja la dignidad humana de la persona es


inaceptable dentro del contexto de un Estado Social y Democrático de
Derecho. Forzar a una persona a abandonar la esperanza de retornar a la vida

y respetuoso de la ley penal. El derecho a la esperanza de una liberación, en síntesis,


debe recogerse en el ordenamiento legal de tal manera que despeje toda
indeterminación sobre su existencia desde el primer momento en que el condenado
lo es a pena perpetua. Así concebida la falta de reducibilidad de iure podría
desencadenarse una condena del TEDH desde el momento de la imposición de la
pena y sin tener que esperar a que ésta se llevara ejecutando un largo número de
años.» Landa Gorostiza, Jon-Mirena. “Prisión perpetua y de muy larga duración tras
la LO 1/2015: ¿Derecho a la esperanza? Con especial consideración del terrorismo y
del TEDH”. Revista electrónica de ciencia penal y criminología. No. 17 – 20 (2015).
P. 9. Disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc − ISSN 1695-0194 (Consultado el 3
de marzo de 2021).
322 Corte Constitucional, sentencia C-275 de 1993 (MP Antonio Barrera
Carbonell).
172
libre en comunidad, configura una denegación de la dignidad humana. La
pena de prisión perpetua permanente, sin posibilidad de revisión y sin
alternativa real de contar con una reducción o la libertad condicional, por las
razones antes desarrolladas, constituye una pena cruel, inhumana y
degradante proscrita por los estándares del derecho internacional de los
derechos humanos.323 Además, tratándose de personas menores de edad, la
pena de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación anula las
expectativas de resocialización y constituye una pena desproporcionada que
viola los derechos del niño, niña o adolescente condenado.

141. En el capítulo sobre la premisa menor, la Sala Plena pudo constatar que
los Estados que consagran la pena de prisión perpetua revisable o no, lo hacen
como una forma de sustituir la pena capital que tenían en sus ordenamientos.
En esos contextos, en los que se reconocía la pena capital como la más grave,
transitar a una pena como la prisión perpetua parece humanizar el poder
punitivo del Estado. No obstante, esta valoración no podría hacerse igual en
un contexto normativo como el colombiano, en el que se ha prohibido la pena
de muerte y la pena de prisión perpetua históricamente. En este caso, levantar
la prohibición configura un retroceso en materia de resocialización.

La posibilidad de revisión de la pena de prisión perpetua no solventa la


garantía de resocialización y el respeto de la dignidad humana del
condenado

323 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 298 y 299. Principalmente, con
sustento en los pronunciamientos del Tribunal Constitucional Federal Alemán de
1977 y el caso Vinter contra el Reino Unido del TEDH. Además, la prohibición de
las penas crueles, inhumanas y degrandantes constituye una norma imperativa del
derecho internacional (ius cogens) que no permite regulación contraria. Corte IDH.
La denuncia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos y sus efectos sobre las obligaciones
estatales en materia de derechos humanos (Interpretación y alcance de los artículos
1, 2, 27, 29, 30, 31, 32, 33 a 65 y 78 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 3.l), 17, 45, 53, 106 y 143 de la Carta de la Organización de los Estados
Americanos). Opinión Consultiva OC-26/20 de 9 de noviembre de 2020. Serie A No.
26.
173
142. Ahora bien, la Sala también encontró que la tendencia internacional es
la de abolir la pena de prisión perpetua sin posibilidad de revisión, por
denegar de forma absoluta la capacidad de rehabilitación social del
condenado. Sin embargo, aunque los estándares del derecho internacional no
prohíben expresamente este tipo de pena para los delitos más graves cuando
cuentan con mecanismos de revisión periódica, las condiciones que se deben
observar para no incurrir en una violación del derecho a la dignidad humana
son estrictas. No cualquier pena de prisión perpetua con posibilidad de
revisión es aceptada a la luz de la garantía de resocialización y, en
consecuencia, de la dignidad humana.

143. Acorde con ello, la Sala Plena encuentra que el Acto Legislativo 01 de
2020 incluye en su texto la posibilidad de revisión de la condena. Establece,
concretamente, (i) la pena de prisión perpetua como sanción más grave para
los delitos «de homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique
violencia o sea puesto en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir». Es
decir, no es un mandato constitucional general, sino excepcional y procedente
como sanción más gravosa, pues el inciso tercero del artículo 1° consagra
«podrá imponer como sanción hasta la pena de prisión perpetua». Además,
(ii) debe contar con un «control automático ante el superior jerárquico»; y,
una vez impuesta, «la pena deberá ser revisada en un plazo no inferior a
veinticinco (25) años, para evaluar la resocialización del condenado».

144. En el debate legislativo quienes apoyaron el proyecto de reforma


constitucional insistieron que la pena de prisión perpetua garantiza el derecho
a la resocialización de la persona condenada al contar con un mecanismo de
revisión después de los 25 años de cumplida la pena. En el mismo sentido, en
el marco del proceso de inconstitucionalidad, algunos intervinientes
sostuvieron esta misma idea, entre ellos, el Ministerio de Justicia y del
Derecho, el Instituto de Bienestar Familiar, la Defensoría del Pueblo y el
Viceprocurador General de la Nación. Por ejemplo, la Defensoría afirmó que
«[e]n línea con los criterios jurisprudenciales fijados por el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos, el Acto Legislativo 01 de 2020 incluye el deber de
revisar la condena en un término no inferior a 25 años de reclusión para

174
efectos de evaluar la resocialización del condenado y con ello ajustar la
sanción al derecho internacional de los derechos humanos».

145. La Sala Plena no comparte estos argumentos por las siguientes razones.
Es cierto que el Acto Legislativo incluye la posibilidad de revisión de la
condena luego de 25 años de cumplida la pena, pero esta posibilidad no
aminora la infracción a la dignidad humana y, en consecuencia, constituye
una sustitución al eje definitorio identificado en la premisa mayor.

146. La finalidad esencial de las penas privativas de la libertad debe ser la


readaptación y reforma social de los condenados. Una pena de prisión
perpetua que establece la posibilidad de revisión de la condena en
determinado tiempo pareciera cumplir con esta garantía. Sin embargo, tal
como fue introducida la reforma en el texto de la Carta Política, permite
concluir que es incierto e indeterminado el plazo en el que se llevará acabo la
revisión de la condena y se deja un amplio margen de configuración
legislativa para la posibilidad de reducción del mismo. Esta situación de
incertidumbre vulnera el derecho a la dignidad humana de la persona privada
de la libertad, quien al recibir una condena de prisión perpetua no tendrá la
certeza sobre su posibilidad de lograr una puesta en libertad (expectativa de
liberación). Adicionalmente, somete al sujeto a una amenaza constante de
cumplir ciertos requisitos al interior de la prisión para lograr satisfacer los
estándares de resocialización que exija la autoridad judicial de forma
discrecional.324

147. El solo hecho de contemplar un mecanismo de revisión de la pena de


prisión perpetua no basta para garantizar el derecho de resocialización del

324 A pesar de la posición contraria, la Defensoría llamó la atención de la Corte en


este punto: «esta entidad considera que el Acto Legislativo 01 no sustituye la
Constitución por cuanto se ajusta al derecho internacional de los derechos humanos
en la medida que establece el deber de revisar la condena en un plazo no inferior a
25 años para evaluar la resocialización del condenado, no obstante, evidencia que
subsisten riesgos graves de vulnerar la dignidad humana de quienes realizan los
tipos penales descritos en la norma demandada y de incurrir en el ámbito de la
cláusula de prohibición de tratos crueles, inhumanos y degradantes que deben ser
estudiados por la honorable Corte (…)».
175
condenado. La expectativa de ser puesto en libertad, así como la posibilidad
de revisión de la pena, deben ser reales y materialmente alcanzables. El
Tribunal Europeo de Derechos Humanos señaló en este sentido que

«en estos momentos tanto el derecho europeo como el


internacional claramente apoyan que los reclusos, incluyéndose
aquellos que están cumpliendo penas a cadena perpetua, tengan
la posibilidad de rehabilitarse y la expectativa de ser liberados si
la rehabilitación se consigue [Párr. 114] (…)

Además, en casos en los que la pena, en el momento de su


imposición, es irredimible de acuerdo con el derecho nacional,
sería irrazonable esperar que el recluso trabajara para obtener su
rehabilitación sin que este supiera si, en una fecha futura e
indeterminada, se introduciría un mecanismo de revisión que le
permitiría, sobre la base de su rehabilitación, obtener la libertad.
Una persona condenada a cadena perpetua tiene el derecho a
conocer, desde el primer momento en el que la pena se impone,
lo que tiene que hacer y bajo qué condiciones para poder obtener
la libertad, incluyéndose el momento en el que la revisión de su
condena tendrá lugar o puede esperarse que se produzca».

148. Destacó que una pena de prisión perpetua con expectativa de liberación,
atendiendo al derecho comparado e internacional, no debe tardar más de
veinticinco años desde la imposición de la pena con la previsión de revisiones
periódicas con posterioridad a esta pena. Bajo estos estándares, puede
considerarse que este tipo de pena no configura una vulneración de la
prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes.

149. Con estas consideraciones, la Sala Plena encuentra que la pena de


prisión perpetua revisable introducida en la Carta Política es, en contraste con
el estándar mencionado, absolutamente incierta y genera problemáticas
sustanciales. Primero, no está claro en qué momento específico se puede
obtener una revisión. El mecanismo de revisión de la condena luego de los 25
años no permite conocer un momento preciso y cierto en el que se va a
176
realizar, toda vez que dispone que «deberá ser revisada en un plazo no
inferior a veinticinco (25) años», es decir, ¿a los 26, 30, 40 años?; y segundo,
no contempla una expectativa de liberación, pues depende enteramente de la
valoración de resocialización que tenga la autoridad competente.

150. Con el agravante que la disposición constitucional permite un amplio


margen de configuración legislativa y judicial sin que se asegure el principio
de reducción de la pena. Lo anterior se ve demostrado con la reglamentación
que se hizo de la reforma constitucional a través de la Ley 2098 de 2021, 325 la
cual en su artículo 5 establece que no es posible conceder la libertad
condicional cuando se haya condenado a pena de prisión perpetua revisable.
Además, establece en su artículo que «[c]uando haya lugar a la revisión de la
pena de prisión perpetua el juez de instancia competente ordenará su
modificación por una pena temporal, que no podrá ser inferior al máximo de
prisión establecido para los tipos penales de cincuenta (50) años y en caso de
concurso de sesenta (60) años. || Los veinticinco años de privación efectiva de
la libertad serán descontados por el juez de instancia competente, al momento
de fijar la pena temporal.» (art. 6). Como se puede ver, bajo el amparo del
texto constitucional actual, conforme a la regulación que expidió el legislador,
la revisión de la pena perpetua no necesariamente lleva a imponer una pena
menor, todo depende de la valoración judicial. Su eventual reducción tiene en
cuenta la privación efectiva de los 25 años cumplidos, factor relevante, pero
que no garantiza una expectativa de liberación ni asegura una revisión
periódica de la pena.

151. En tercer lugar, como bien lo sostiene Ferrajoli, la prisión perpetua


revisable no es más que una paradoja.326 Pues este castigo solo puede ser
aceptado en un Estado de Derecho si se permite su revisión y reducción, es
decir, solo si se deroga su naturaleza de “perpetuidad”. El resultado de esta

325 Congreso de la República de Colombia. Ley 2098 del 6 de julio de 2021 “Por
medio de la cual se reglamenta la prisión perpetua revisable y se reforma el código
penal (Ley 599 de 2000), el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004), el
Código Penitenciario y Carcelario (Ley 65 de 1993) y se dictan otras disposiciones,
Ley Gilma Jiménez”.
326 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 173.
177
contradicción es la confirmación de la ilegitimidad de la pena de prisión
perpetua en el marco de un derecho penal mínimo. El autor expone las
siguientes problemáticas. El derecho a la igualdad se ve vulnerado en la
medida en que se deja en manos de las autoridades judiciales, según el caso,
conceder o no la libertad condicional a un condenado o a otro, y determinar el
momento en que se revise la condena y los elementos de resocialización que
se evalúan. Según lo anterior, el principio de jurisdiccionalidad de las penas
también se desconoce, toda vez que el juez no puede graduar la pena de forma
equitativa, atenuarla o aumentarla, según las circunstancias «concretas,
singulares e irrepetibles del caso».327

152. En el mismo sentido, la proporcionalidad de la pena sería alterada, pues


al imponerse la pena de prisión perpetua a personas de edades diferentes, el
castigo será más severo para los más jóvenes sin existir necesariamente
motivos legítimos y suficientes de política criminal para mantener a una
persona más tiempo que a otra, tratándose de la comisión del mismo tipo
penal. Aún en el caso de que se revise la pena de prisión perpetua en un
determinado tiempo de cumplimiento de la condena, su duración está sujeta a
una condición futura e incierta para el condenado, que no obedece a las
circunstancias del delito -como por ejemplo, la lesividad o culpabilidad- sino
a su capacidad de resocialización.

153. Con todo lo anterior, la Sala observa que la posibilidad de revisión


contemplada en el Acto Legislativo 01 de 2020 solo permite un escenario
arbitrario y lleno de incertidumbre que es inadmisible en un Estado de
Derecho en el ámbito de aplicación de la ejecución de la pena privativa de la
libertad. Ante la falta de determinación de la revisión de la pena de prisión
perpetua, a la persona condenada bajo esta reforma se le anula de facto el
principio de reducción de la pena y su derecho a la esperanza de liberación.

154. Cabe precisar en este punto que, a diferencia de lo que sostienen


algunos intervinientes, los artículos 77 y 110 del Estatuto de la Corte Penal
Internacional fueron aceptados por la Corte Constitucional bajo el entendido
327 Ferrajoli, Luigi. “El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho penal”.
Ed. Trotta (2018). P. 174.
178
de que se trata de disposiciones aplicables a la comisión de delitos de
relevancia internacional, como lo son los crímenes de guerra, los crímenes de
lesa humanidad y el genocidio y son normas que establecen una facultad para
los jueces internacionales y no para las autoridades judiciales nacionales.

155. Del mismo modo, es preciso subrayar que la Corte Constitucional al


realizar el estudio de constitucionalidad del tratado precisó cómo estas
disposiciones no desconocen principios del bloque de constitucionalidad (art.
93 CP), así como los derechos y libertades prescritos en la Carta Política. La
Sala Plena resaltó el hecho de que la pena de prisión perpetua en el Estatuto
de Roma contempla un límite claro para su revisión, acorde con el fin de la
resocialización y el respeto por la dignidad humana; solo es aplicable bajo la
gravedad del delito y las «circunstancias personales del condenado» y cuenta
con una revisión periódica. En palabras de la Corte Constitucional:

«En cuanto a las penas que puede imponer la Corte Penal


Internacional, el artículo 77 numeral 1 del Estatuto establece un
límite de la pena la reclusión. Esto sólo puede ser hasta por 30
años. La cadena perpetua está sujeta a revisión luego de 25 años
(artículo 110. 3 ER). De esta norma se deduce que no existe un
mínimo de reclusión, sólo un máximo. La pena será dosificada
según la gravedad del crimen y las circunstancias personales del
condenado de conformidad con las Reglas de Procedimiento y
Prueba. Atendidos los factores objetivos para la determinación de
la pena, ella debe ser proporcional a la gravedad del crimen y a
las circunstancias personales del condenado. Tales factores
permiten tener en cuenta una o más circunstancias de atenuación
o de agravación punitiva, de conformidad con las Reglas de
Procedimiento y Prueba. Por otra parte, a la luz del artículo 21
numeral 3 del Estatuto de Roma, la aplicación e interpretación
del derecho aplicable por la Corte Penal Internacional, en todo
caso, debe ser compatible con los derechos humanos
internacionalmente reconocidos, sin discriminación por razones
como “el género, definido en el párrafo 3 del artículo 7, la edad,
la raza, el color, la religión o el credo, la opinión política o de
otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición
económica, el nacimiento u otra condición.

179
En cuanto al tratamiento de la pena de reclusión a perpetuidad,
prohibida en nuestro ordenamiento, pero prevista en el Estatuto
de Roma, se tiene que el Acto Legislativo 02 de 2001 autorizó
dicho tratamiento diferente para los crímenes de competencia del
Estatuto de Roma, pero no faculta a las autoridades nacionales a
aplicar este tipo de pena cuando juzguen alguno de los crímenes
señalados en el Estatuto de Roma.

Según el Estatuto, la reclusión a perpetuidad como pena no es


absoluta ni definitiva; por el contrario, después de 25 años, la
Corte Penal Internacional está obligada a examinar la pena para
determinar si ésta puede reducirse, con lo que se deja a salvo la
esperanza para el condenado de algún día recobrar su libertad y
concilia el principio de la dignidad humana del condenado con
los principios de justicia y de protección de los derechos de las
víctimas y de sus familiares». (Énfasis por fuera del texto
original).

Con sustento en ello, las disposiciones de aquel tratado internacional no


permiten afirmar que la prisión perpetua ya era parte del ordenamiento
constitucional colombiano, pues esta inclusión no es comparable con la que se
estudia en la presente reforma, la cual no cuenta con las características antes
mencionadas, y en todo caso, constituye una sustitución a un eje definitorio de
la Carta.

La pena de prisión perpetua revisable como un mecanismo para proteger los


derechos de los NNA

156. Ahora bien, la Sala Plena encuentra que la reforma constitucional


introducida a través del Acto Legislativo 01 de 2020 fue avalada por el poder
constituyente derivado con el fin de alcanzar unos objetivos precisos que
responden a la necesidad de proteger los derechos de los niños, niñas y
adolescentes (en adelante, NNA) víctimas de homicidio y violación. El
fundamento de la reforma se sustentó en el contenido del artículo 44 de la
Constitución Política. A pesar de que el juicio de sustitución no puede ser
contrastado por otra norma constitucional -igual categoría-, la Sala considera
que es necesario hacer una breve referencia al contenido de los derechos de

180
los NNA, para establecer si la medida propuesta por el legislador es idónea
para alcanzar el objetivo propuesto.

157. Es cierto que la Constitución de 1991 reconoce como sujetos de


especial protección constitucional a los NNA. El artículo 44 establece la
prevalencia de sus derechos sobre los demás y consagra la obligación del
Estado y la sociedad de «asistir y proteger al niño para garantizar su
desarrollo armónico e integral y el ejercicio de sus derechos». De estos
contenidos se desprende el principio del interés superior del menor,328 el cual
«consiste en reconocer al niño una caracterización jurídica específica fundada
en sus intereses prevalentes y en darle un trato equivalente a esa prevalencia
que lo proteja de manera especial, que lo guarde de abusos y arbitrariedades y
que garantice ‘el desarrollo normal y sano’ del menor desde los puntos de
vista físico, sicológico, intelectual y moral y la correcta evolución de su
personalidad. Subrayó la Corte que ese interés superior del niño corresponde a
un concepto relacional, pues parte de hipótesis en las cuales existen intereses
en conflicto ‘cuyo ejercicio de ponderación debe ser guiado por la protección
de los derechos del menor’».329

158. Lo anterior, implica tomar medidas adecuadas y efectivas que permitan


proteger la vulnerabilidad en la que se encuentran las personas menores de
edad. Sobre este punto, la sentencia C-318 de 2003330 reconoció que las
razones básicas de esta protección especial dirigida a los niños y a los
adolescentes son: «i) el respeto de la dignidad humana que, conforme a lo
previsto en el Art. 1º de la Constitución, constituye uno de los fundamentos
del Estado Social de Derecho colombiano; ii) su indefensión o vulnerabilidad,

328 ONU. Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, incorporada al derecho
interno colombiano mediante Ley 12 de 1991. El desarrollo de este principio
también se ve reflejado en los artículos 8 y 9 del Código de Infancia y Adolescencia
(Ley 1098 de 2006). Corte Constitucional, sentencia C-1064 de 2000 (MP Álvaro
Tafur Galvis).
329 Corte Constitucional. Sentencias T-514 de 1998 (MP José Gregorio Hernández
Galindo). Regla reiterada en la sentencia T-302 de 2017 (MP Aquiles Arrieta
Gómez).
330 Corte Constitucional, sentencia C-318 de 2003 (MP Jaime Araujo Rentería).
181
por causa del proceso de desarrollo de sus facultades y atributos personales,
en su necesaria relación con el entorno, tanto natural como social, y, iii) el
imperativo de asegurar un futuro promisorio para la comunidad, mediante la
garantía de la vida, la integridad personal, la salud, la educación y el bienestar
de los mismos.»331

159. En el marco de la política criminal, la protección de los derechos de los


NNA es un elemento importante para tener en cuenta acorde con los
contenidos antes dispuestos. Al respecto, los artículos 18 y 20 del Código de
Infancia y Adolescencia establecen el derecho de todos los NNA a ser
protegidos contra todas las acciones o conductas que causen muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico. El maltrato infantil es «toda forma de
perjuicio, castigo, humillación o abuso físico o psicológico, descuido, omisión
o trato negligente, malos tratos o explotación sexual, incluidos los actos
sexuales abusivos y la violación y en general toda forma de violencia o
agresión sobre el niño, la niña o el adolescente por parte de sus padres,
representantes legales o cualquier otra persona».332 Así como, el deber de
protegerlos especialmente de cualquier conducta que atente contra la libertad,
integridad y formación sexuales de las personas menores de edad; y contra
toda clase de tratos y penas crueles, inhumanos, humillantes y degradantes,
entre otros. El artículo 41 de la Ley 1098 de 2006 establece entre las
obligaciones del Estado, la de prevenir y atender la violencia sexual y el
maltrato infantil.

160. Sin duda, el derecho penal es una alternativa con la que cuenta el
Estado para prevenir conductas lesivas contra los NNA o castigarlas. Al
respecto, la Corte ha sostenido que «tratándose de menores de edad víctimas
de cualquier clase de abusos, la Constitución y los tratados internacionales
imponen no solo la prevalencia de los derechos de los niños, sino la
obligación de adoptar medidas para lograr la efectiva protección en todos los
ámbitos, incluso en el penal cuando los infantes son víctimas de delitos, lo
cual necesariamente se traduce en la imposición de sanciones más severas, la
limitación o prohibición de que el autor de la conducta penal acceda a
331 Corte Constitucional, sentencia C-318 de 2003 (MP Jaime Araujo Rentería).
332 Código de Infancia y Adolescencia, artículo 18.
182
subrogados penales, preacuerdos, y demás instituciones jurídicas que en la
práctica atenúan la severidad de la sanción impuesta, las cuales en todo caso
deberán ser proporcionales con el fin perseguido y legítimas a la luz de los
postulados superiores».333

161. Para el efecto, el legislador colombiano ha adoptado medidas


legislativas de diferente carácter para alcanzar la protección efectiva de los
derechos de los NNA y protegerlos de la comisión de delitos contra su vida,
integridad y libertad sexual. Pueden citarse al menos las siguientes más
relevantes: artículos 208, 209, 210 del Código Penal, artículo 199 de la Ley
1098 de 2006, Ley 1146 de 2007, 334 entre otras. En materia penal, el principio
del interés superior del menor se ve materializado en dos dimensiones: (a) en
la obligación del Estado de prevenir, investigar, juzgar y sancionar
severamente los delitos cometidos contra los NNA, así como eliminar algunos
beneficios del procedimiento penal y la ejecución de las penas; y (b) el deber
de reestablecer los derechos de los NNA víctimas de delitos a través de
medidas de reparación y rehabilitación que aseguren la no repetición de los
hechos y la no revictimización.

162. Sin embargo, el mandato constitucional de la prevalencia de los


derechos de los NNA sobre los demás y la adopción de medidas con miras a
lograr su protección especial no implica cercenar otros principios de carácter
constitucional o abolir el goce y ejercicio de otros derechos, como la dignidad
humana del infractor. El uso del derecho penal debe ser la última ratio dentro
de un Estado de Derecho fundado en la dignidad humana. Así, en caso de
acudirse a la vía penal, el Estado debe garantizar que la sanción impuesta
tenga como objetivo la resocialización del infractor. A la luz de estas
premisas, la Corte ha establecido que una lectura articulada y armónica entre
la política criminal y el principio pro infans exige «no llevar al extremo el
tratamiento penitenciario» con el fin de proteger los derechos de los NNA:

333 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
Reiteración de reglas de las sentencias C-061 de 2008 y C-073 de 2010.
334 “Por medio de la cual se expiden normas para la prevención de la violencia
sexual y atención integral de los niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente”.
183
«(…) la esperanza de reintegración social de la persona que
comete un delito, después que purgue una condena necesaria,
razonable y proporcionada, es una expresión de la dignidad
humana, establecida como pilar sobre el que se funda el Estado
social y democrático de derecho, la cual debe ser observada por
el legislador al momento de diseñar la política criminal y aplicar
el principio pro infans, así como por los demás poderes públicos
al momento de ponerlas en práctica, específicamente en la etapa
de ejecución de la sanción penal, dado que el tratamiento
penitenciario tiene como fin recuperar al infractor para que una
vez vuelva a la vida en libertad integre el conglomerado social. ||
La reinserción social constituye una expectativa individual para
el penado y social para la comunidad, ya que en ambas
dimensiones se espera la reparación del daño causado y que
tanto la víctima como el infractor vuelvan a ser parte de la
sociedad, siendo los únicos instrumentos terapéuticos de
resocialización previstos en nuestro ordenamiento jurídico el
trabajo, el estudio, la enseñanza, el deporte y las actividades
artísticas (…)»335

163. La Sala encuentra que durante el trámite legislativo que dio lugar a la
reforma constitucional el objetivo principal de modificar la Constitución fue
disminuir la comisión de delitos contra la vida e integridad física y sexual
cometidos contra NNA y, en consecuencia, establecer la pena más severa.
Como argumento genérico, la pena de prisión perpetua revisable se sustentó
como una medida de protección del interés superior del menor. No obstante lo
anterior, se observa una ausencia de evidencia empírica que demuestre que
esta pena es la medida más adecuada para disminuir la reincidencia de estos
delitos, así como su prevención eficaz.336 Así mismo, no es claro por qué para

335 Corte Constitucional, sentencia T-718 de 2015 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
336 Intervención del Profesor Ricardo Posada Maya, 1 de febrero de 2021. Al
respecto, afirmó: «La ausencia de fundamentos estadísticos creíbles convierte a esta
pena retributiva en un peligroso experimento social intuitivo, que carece de
objetivos político-criminales consistentes y articulados -a corto y largo plazo-
diferentes a la ilegítima anulación, separación social o inocuización de las personas
condenadas en una sociedad democrática».
184
alcanzar la protección de la niñez, esta pena es preferible a otras de posible
menor impacto para la persona condenada.

164. El Consejo Superior de Política Criminal337 ha resaltado que aún con la


entrada en vigencia de leyes que aumentaron las penas contra los delitos de
acceso carnal abusivo con menor de catorce años (pasaron de 12 años a un
máximo de 20 años con la Ley 1236 de 2008), no persuadió a la población de
no incurrir en este tipo de conductas penales.338 Con base en lo anterior, el
Consejo Superior ha concluido que «[e]l aumento de las penas en los delitos
de agresiones sexuales, cuando la víctima es un niño, niña o adolescente,
como se ha observado, no ha generado un resultado positivo en la prevención
de la comisión de estas conductas, lo que desvirtuaría que esos incrementos
tengan una incidencia real en el sujeto activo del ilícito». 339 Adicionalmente,
ha señalado que existe evidencia suficiente que demuestra «la predominancia
de la comisión de estos hechos en el ámbito privado, situación que dificulta la
identificación de estos delitos y su judicialización. Por ello, ha recomendado
“robustecer” las capacidades operativas de las autoridades competentes de la

337 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio del Consejo Superior de


Política Criminal relacionados con cuatro (4) propuestas legislativas de intervención
sobre las agresiones sexuales que afectan a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
338 «incluso con la entrada en vigencia de la Ley 1236 de 2008, por medio de la
cual se modificaron algunos artículos del Código Penal relativos a delitos de abuso
sexual, fundamentalmente en el incremento del quatum punitivo de cada uno de los
tipos penales modificados por la ley en mención, no persuadió al conglomerado
social a no incurrir en este tipo de conductas punibles» Consejo Superior de Política
Criminal. “Estudio del Consejo Superior de Política Criminal relacionados con
cuatro (4) propuestas legislativas de intervención sobre las agresiones sexuales que
afectan a los niños, niñas y adolescentes en Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
339 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio del Consejo Superior de
Política Criminal relacionados con cuatro (4) propuestas legislativas de intervención
sobre las agresiones sexuales que afectan a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
185
judicialización de los delitos contra los NNA y concentrar los esfuerzos en
políticas públicas dirigidas a proteger esta población a través de medidas de
prevención del delito.

165. Igualmente, ha llamado la atención en que la pena de prisión perpetua


revisable no es una medida idónea para combatir los delitos violentos y
sexuales contra los NNA, sino todo lo contrario, puede resultar un riesgo
mayor:

«Medidas sancionatorias muy elevadas (entre las cuales se


encuentra la prisión perpetua) pueden tener efectos nefastos no
deseados en los fines que ha de perseguir el Estado, porque
pueden dar lugar a la transformación de las modalidades
delictivas hacia conductas más graves (desaparición forzada, por
ejemplo) que el ofensor podría poner en práctica para evitar el
descubrimiento, investigación y judicialización de su conducta.
Adicionalmente, operadores judiciales han identificado que en
casos de violencia sexual dentro del círculo familiar los
denunciantes, por lo general, se retiran del proceso, que a pesar
de ser un delito de oficio, trunca la investigación donde el
testimonio es lo más importante. Al tener penas más altas, resulta
más difícil denunciar a un familiar.»340

166. Con sustento en literatura académica y científica relacionada, concluyó


que «con penas severas que buscan un efecto disuasorio, como es el caso de la
prisión perpetua y la pena capital, arroja dudas sobre su efectividad para
reducir las comisiones delictivas, es decir para lograr cometidos que una
política criminal ha de plantearse».341

340 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio del Consejo Superior de


Política Criminal relacionados con cuatro (4) propuestas legislativas de intervención
sobre las agresiones sexuales que afectan a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
341 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio del Consejo Superior de
Política Criminal relacionados con cuatro (4) propuestas legislativas de intervención
186
167. En el mismo sentido, en el año 2019 en el marco del trámite legislativo
de la reforma constitucional que se estudia en esta providencia, el Consejo
Superior de Política Criminal, además de argumentar que la reforma
desconocía derechos constitucionales como la dignidad humana y la libertad
personal, advirtió que el ordenamiento actual cuenta con penas privativas de
la libertad suficientemente altas para proteger a los NNA de las conductas más
graves y que atienden a la prevención general negativa de la pena. Al respecto
precisó que «el homicidio doloso contra un menor tiene una pena de 33 a 50
años de prisión, cuando sea agravado, y las ofensas sexuales tienen penas de
12 a 20 años cuando se trata de acceso carnal abusivo en menor de 14 años y
de penas de 9 a 13 cuando se trata de actos sexuales con menor de 14 años.
Además, en caso de concurso la pena puede llegar a hasta 60 años de prisión,
como ha sucedido en casos recientes». 342 Advirtió que la cadena perpetua
desconoce el principio de proporcionalidad de la pena y el derecho a la
resocialización, toda vez que no se compadece con los hechos de cada caso
concreto y atenta contra la posibilidad de la persona condenada a salir de la
prisión. Añadió que este tipo de pena no tiene un efecto disuasorio real en la
comunidad, y en cambio, «no es más que una expresión del derecho penal
simbólico y una manifestación del populismo punitivo».

168. Por su parte, la Comisión Asesora en materia de Política Criminal,


frente a esta reforma constitucional, advirtió que «no se ha demostrado
sobre las agresiones sexuales que afectan a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
342 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio al Proyecto de Acto Legislativo
No. 001 de 2019 Cámara “Por medio del cual se modifica el artículo 34 de la
Constitución Política, suprimiendo la prohibición de la pena de prisión perpetua y
estableciendo la prisión perpetua revisable” – En memoria de Gilma Jiménez;
Acumulado con el Proyecto de Acto Legislativo 047 de 2019 Cámara “Por medio
del cual se modifica el artículo 34 de la Constitución Política, estableciendo la
prisión perpetua revisable, y se dictan otras disposiciones” (2019). Cabe aclarar que
el concepto emitido también describió la posición a favor de la pena de prisión
perpetua revisable como una medida proporcional a la gravedad de los delitos,
respetuosa del derecho a la resocialización al garantizar su revisión y por no ser
contraria a los instrumentos del bloque de constitucionalidad.
187
empíricamente la relación que existe entre la aplicación de la prisión perpetua,
la prevención del delito y la reducción de la reincidencia de delitos graves en
contra de menores de edad».343 Además resaltó los costos que genera esta
reforma para el sistema penitenciario y carcelario. Con datos del Ministerio de
Justicia del año 2019, señaló que el costo de manutención anual de una
persona privada de la libertad asciende a $ 18.371.560 de pesos. Teniendo en
cuenta que el promedio de edad de una persona condenada por abuso sexual
es de 39 años, y la esperanza de vida en Colombia alcanza más de los 70 años,
una persona condenada a prisión perpetua, le espera como mínimo un tiempo
de 35 años en prisión. Este tiempo de manutención y custodia debe asumirlo
el sistema penitenciario del Estado. Con base en lo anterior, la Comisión
Asesora concluyó:

«(…) la prisión perpetua genera costos injustificados para el


Estado y la comunidad, y es inútil en la medida en que no
proporciona ningún beneficio distinto a la inocuización
ciudadana de hombres y mujeres en edad productiva (que
podrían pagar penas racionales y reincorporarse a la sociedad).
También es una pena desproporcionada, excesiva e innecesaria,
porque, por una parte, no genera ningún tipo de resocialización
que pueda ser benéfica para el condenado o que reduzca la
reincidencia; pero sí debe reparar los casos en los cuales el
sistema judicial falla y condena de manera injusta a una persona.
Por la otra, supone invertir los escasos recursos del Estado en los
victimarios, en vez de reparar a las víctimas o prevenir el crimen
mediante políticas públicas eficaces, preventivas y coherentes. A
cambio de esta inversión económica para la violencia, el Estado
no recibiría ningún beneficio sustancial»344

343 COMISIÓN ASESORA EN MATERIA DE POLÍTICA CRIMINAL,


“Consideraciones sobre la implementación de la pena de prisión perpetua en
Colombia”, documento del 23.05.2019, p. 13. Disponible en:
https://caracol.com.co/descargables/2019/07/15/35bbaf4e10c83e929c6979e4460326
29.pdf Este documento fue citado por el Profesor Ricardo Posada Maya en su
intervención allegada a la Corte Constitucional.
344 COMISIÓN ASESORA EN MATERIA DE POLÍTICA CRIMINAL,
“Consideraciones sobre la implementación de la pena de prisión perpetua en
188
169. Cabe señalar que los delitos sexuales contra NNA son un fenómeno
multifactorial, en el que inciden el acceso a la educación, las oportunidades
socioeconómicas, la red social, familiar e institucional de la persona menor de
edad, entre otros. De manera que el tratamiento y prevención de estos delitos
requiere del Estado una respuesta integral y con atención desde diferentes
ángulos y perspectivas.345 Del mismo modo, en estudios recientes se muestra
un aumento sostenido de la comisión de estos delitos, lo cual puede estar
asociado no solo a la “realidad del fenómeno”, sino también a la conciencia
social de la denuncia.346

170. Este estudio identificó que el Sistema de Información Estadístico,


Delincuencial, Contravencional y Operativo (SIEDCO) de la Policía Nacional
(2019), reportó 18.445 (niñas) y 3.074 (niños) “delitos sexuales” que reportan
como presuntas víctimas a menores de 18 años. Entre estos datos se evidencia
un aumento de denuncias entre los años 2016 y 2018. Los autores hallaron
que en lo relativo «al agresor de las violencias sexuales (de mayores y
menores de edad), la mayoría de las víctimas identificaron, para 2018, a un
familiar (48%), a un amigo (23%) o a un conocido como su agresor (9%)». 347
Lo anterior demuestra que «cerca del 90% de los agresores se encuentran en
el entorno cercano de la víctima. En el caso de los NNA, esta situación es
particularmente compleja, porque, en ocasiones, por la proximidad del
agresor, el menor de edad no encuentra en la familia un canal de

Colombia”, documento del 23.05.2019, p. 13. Disponible en:


https://caracol.com.co/descargables/2019/07/15/35bbaf4e10c83e929c6979e4460326
29.pdf Este documento fue citado por el Profesor Ricardo Posada Maya en su
intervención allegada a la Corte Constitucional.
345 Arrieta – Burgos, Enán. Duque Pedroza, Andrés Felipe. Diez Rugeles, Miguel.
“Delitos sexuales en contra de menores de edad en Colombia: Caracterización
criminológica y político criminal”. Revista Criminalidad (2020), 62(2): 247-274.
346 Arrieta – Burgos, Enán. Duque Pedroza, Andrés Felipe. Diez Rugeles, Miguel.
“Delitos sexuales en contra de menores de edad en Colombia: Caracterización
criminológica y político criminal”. Revista Criminalidad (2020), 62(2): 247-274.
347 Arrieta – Burgos, Enán. Duque Pedroza, Andrés Felipe. Diez Rugeles, Miguel.
“Delitos sexuales en contra de menores de edad en Colombia: Caracterización
criminológica y político criminal”. Revista Criminalidad (2020), 62(2): 247-274.
189
comunicación para iniciar los procedimientos orientados no solo a la
denuncia, sino también, a la protección de sus derechos».348

171. En el marco de la demanda de inconstitucionalidad que se estudia en


esta providencia, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario informó a la
Corte los índices de reincidencia de los delitos objeto de sanción en el Acto
Legislativo 01 de 2020.349 En las estadísticas allegadas se observa un alto
índice de reincidencia de delitos sexuales contra menores de 14 años. En
cuanto a la comisión del delito de homicidio, el INPEC resaltó que no cuenta
con datos que distingan la edad de la víctima, por tanto, la información
allegada sobre este delito es universal y se observa un índice alto de
reincidencia. En el informe estadístico de diciembre de 2020, estas cifras
coinciden con las informadas por la misma institución.350

172. En el marco del debate legislativo de la reforma constitucional se llevó


a cabo una audiencia pública en la que intervinieron 24 expertos académicos.
Todas las intervenciones emitieron un concepto en contra de la reforma. 351

348 Arrieta – Burgos, Enán. Duque Pedroza, Andrés Felipe. Diez Rugeles, Miguel.
“Delitos sexuales en contra de menores de edad en Colombia: Caracterización
criminológica y político criminal”. Revista Criminalidad (2020), 62(2): 247-274. En
el mismo sentido, Pardo López, María Angélica. Moncayo Albornoz, Ana Lucía.
Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la
prisión perpetua en Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal,
Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019. P. 20.
349 INPEC. Oficio 8300 DIRAT - SUBAS – GRUSS. 1 de febrero de 2021.
350 INPEC. Informe Estadístico Población Privada de la Libertad. Diciembre 2020.
Actos sexuales con menor de 14 años en hombre la reincidencia asciende a 628
casos, en mujeres a 4, para un total del 1.6% de reincidencia del total de delitos
cometidos en el año 2020. (P. 65). En el caso del homicidio, se tienen 4.619 casos
cometidos por hombres y 137 cometidos por mujeres, para un total de 4.756 casos
de reincidencia (11.7% del total de los delitos cometidos durante el 2020).
Disponible en:
https://www.inpec.gov.co/estadisticas/informes-y-boletines/-/document_library/
6SjHVBGriPOM/view/1222111 Estos datos fueron objeto de debate en el Congreso
de la República, ver al respecto Gaceta No. 323 página 18. Informe de ponencia para
segundo debate en el Senado.
351 Congreso de la República. Senado de la República de Colombia. Gaceta del
Congreso No. 523 del 16 de julio de 2020. Audiencia pública realizada el 1° de junio
de 2020, convocada mediante Resolución No. 5 del 28 de mayo de 2020.
190
Algunos coincidieron en que el aumento de las penas no es una medida
efectiva para disuadir las conductas penales en contra de los menores de edad
y que los niveles de reincidencia en estos casos es relativamente bajo en
relación con otros delitos.352 Compartieron que para atacar esta reincidencia se
requiere de otro tipo de medidas de carácter comportamental o psicológico,
más allá de la severidad de la pena. Además, como en el caso del profesor
Yesid Reyes, advirtió que el sistema penal colombiano ya cuenta con penas de
prisión altas para los delitos que sanciona el Acto Legislativo, y su efectividad
es dudosa.353

173. En un estudio reciente realizado por el Centro de investigación en


Política Criminal de la Universidad Externado de Colombia354 en relación con
la severidad de las penas para atender la comisión de los delitos contra la vida
e integridad física y sexual de los NNA, se advirtió que «(…) aun cuando se
analizan las cifras de las denuncias que logran ser interpuestas, se encuentra
352 En este sentido lo expresaron; Marcela Gutiérrez Quevedo-Directora del Centro
de Investigación en Política Criminal, Universidad Externado de Colombia, Yesid
Reyes Alvarado - ex Ministro y director del Área de Derecho Penal, Universidad de
Los Andes, Luis Vélez Rodríguez - Profesor de Derecho Penal y Criminología y
profesor del Grupo de Investigación Política Criminal, Víctima y delito de la
Universidad de Manizales.
353 A propósito de la efectividad de las penas, la Corporación Excelencia por la
Justicia, con sustento en datos de la Fiscalía General de la Nación ha encontrado
que: «en 2019 hubo 28.285 denuncias por delitos sexuales contra menores de 14
años, de las cuales 14.487 casos fueron evacuados el mismo año pasado, en su gran
mayoría –10.507 casos, el 72,5 por ciento– porque se archivaron. Solo
hubo sentencias en 12,6 por ciento de los procesos: en 1.351 casos (9,3 por ciento
del total de denuncias) hubo una condena y en 486 casos, una absolución»
Disponible en: https://cej.org.co/sala-de-prensa/articulos-de-prensa/cadena-perpetua-
retos-y-riesgos-para-la-justicia-y-la-sociedad/ (Consultado 15 de mayo de 2021).
Para el periodo febrero de 2020 – febrero de 2021, había 29.011 procesos sobre
denuncias de delitos sexuales contra menores. La Fiscalía también reportó que las
víctimas de homicidio doloso disminuyeron en 17,6% respecto al período de análisis
de 2019-2020. Los casos de delitos sexuales y violencia intrafamiliar con al menos
una víctima NNA también disminuyeron en 32,04% y en 30,74%, respectivamente.
Fiscalía General de la Nación, Informe de Gestión 2020-2021 (p. 12).
354 Pardo López, María Angélica. Moncayo Albornoz, Ana Lucía. Olarte Delgado,
Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la prisión perpetua en
Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal, Universidad Externado de
Colombia. Noviembre de 2019.
191
que si bien hay un incremento en las penas por delitos contra la integridad y la
formación sexuales, esta no ha sido una medida disuasiva, toda vez que no ha
tenido ninguna incidencia en el fenómeno de la violencia sexual, al menos
teniendo en cuenta el número de denuncias. Por el contrario, se advierte una
tendencia al aumento de denuncias en los últimos ocho años (…)». 355 Subraya
que, si aumentar las penas sirviera como un efecto disuasorio de la conducta,
las denuncias por estos delitos mostrarían un índice de disminución, sin
embargo, sucede lo contrario; en los últimos años han aumentado.356

174. El estudio sostiene que el legislador mantiene su deseo de aumentar las


penas, pero las iniciativas en ese sentido, incluyéndose la cadena perpetua,
han carecido de evidencia científica suficiente que demuestre la eficacia de
estas medidas punitivas.

175. Con todo, se observa que el foco para prevenir y atacar estos los delitos
contra la vida e integridad sexual de los NNA no puede ser únicamente una
pena severa, sino un sistema de justicia que garantice procesos judiciales
efectivos que disminuyan tasas de impunidad. También, medidas integrales de
prevención y de atención después de la condena cumplida por el infractor.

176. De la información antes referenciada se puede coincidir en que (i) en


los últimos años ha incrementado el registro de denuncias de delitos sexuales

355 Pardo López, María Angélica. Moncayo Albornoz, Ana Lucía. Olarte Delgado,
Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la prisión perpetua en
Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal, Universidad Externado de
Colombia. Noviembre de 2019. P. 18.
356 «Finalmente, en el año 2018 el [Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses] practicó
26.065 valoraciones por presuntos delitos sexuales. De esta cifra, el 87,45% corresponde a
exámenes practicados a niñas, niños y adolescentes, los agresores siguen siendo personas cercanas
a la víctima y pertenecen al núcleo familiar, y la vivienda sigue siendo el escenario donde se
cometen estos hechos (Forensis, 2018).
Los datos del del [Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses] nos permiten
inferir que los aumentos punitivos no han sido una solución efectiva, toda vez que si
tuvieran el efecto disuasorio que el legislador espera, las cifras deberían haber
disminuido en lugar de haber aumentado.» Pardo López, María Angélica. Moncayo
Albornoz, Ana Lucía. Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la
inviabilidad de la prisión perpetua en Colombia”. Centro de investigación en Política
Criminal, Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019. P. 20.
192
contra NNA. Sin embargo, este dato no sólo está asociado al incremento del
fenómeno criminal, sino a la conciencia de denuncia y los canales
institucionales dispuestos para el efecto. (ii) La población más afectada son
las niñas; (iii) los infractores provienen de los círculos sociales más cercanos
a la víctima; (iv) la reincidencia de estos delitos presenta índices
relativamente bajos en relación con otros tipos penales; y (v) poca eficiencia
del sistema de justicia penal y del sistema de restablecimiento de derechos
frente a la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Con
ello, la Sala Plena encuentra que la pena de prisión perpetua revisable como
una medida del derecho penal para proteger los derechos a la vida e integridad
física de los niños, niñas y adolescentes carece de evidencia empírica
suficiente para demostrar su idoneidad, y en cambio, podría poner a los NNA
en una situación de mayor vulnerabilidad.

177. Contrario a la intención del constituyente derivado, la reforma


constitucional puede generar un riesgo mayor para los derechos de los NNA.
La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto
armado en Colombia (en adelante COALICO), advirtió a la Corte
Constitucional que la reforma, en principio, permite la aplicación de la pena a
personas menores de 18 años, desconociéndose el estándar de la Corte IDH en
el caso Mendoza y otros en el que se concluyó que es una pena cruel,
inhumana y degradante. Por otra parte, la misma organización advirtió que
existen varios estudios científicos que demuestran que la severidad de las
penas en estos casos puede generar el “efecto de brutalización” sobre las
posibles víctimas, es decir, que en vez de lograr la disminución de la conducta
delictiva, se aumentan los casos, dado que el infractor no tiene nada que
perder, y por lo contrario, decide eliminar a su víctima. 357 Esta situación se ve
357 «La experiencia acumulada por la COALICO en materia de monitoreo de
hechos de violencia sexual y reproductiva contra niñas, niños y adolescentes en el
marco del conflicto armado le lleva a considerar al igual que los miembros del
Consejo Superior de Política Criminal que la implementación de la cadena perpetua
en los términos planteados en el Acto legislativo examinado repercutirá en mayores
afectaciones de las niñas y niños. Dada la evidencia es muy probable que tanto
actores armados legales como ilegales prefieran asesinar a las familias y a las
víctimas de hechos de violencia sexual con el fin de eliminar cualquier tipo de
evidencia de la comisión del crimen sancionado con la cadena perpetua.»
COALICO, intervención del 18 de febrero de 2021.
193
agravada si se tiene en cuenta que las cifras demuestran que la mayoría de los
infractores de estos delitos hacen parte del núcleo familiar de la víctima.

178. Así, una política criminal fundada en el principio de la dignidad


humana debe propender por la prevención efectiva de la comisión de los
delitos contra los NNA, comprendiendo sus contextos y realidades, así como
encaminar sus acciones a asegurar la protección y la reparación de las
víctimas. Del mismo modo, en vez de adoptar medidas de naturaleza
retributiva y ejemplarizante que generen la sobre criminalización de
conductas y el aumento de las penas, se debe garantizar la resocialización de
los delincuentes.

179. Con todo, es preciso resaltar en este punto, que la Sala Plena de la
Corte Constitucional con estas consideraciones no quiere decir que los
victimarios que cometen aquellas ofensas contra los NNA no sean
responsables. Por el contrario, deben ser sujetos de investigaciones estrictas y
de sanciones acordes con la gravedad de las conductas. El rol de la Corte
Constitucional es preservar los ejes axiales de la Constitución de 1991, y
específicamente, el Estado Social de Derecho fundado en la dignidad humana.
Los demás poderes públicos deben abstenerse de incurrir en la aprobación y
expedición de actos que conduzcan a la vulneración de la dignidad humana, y
este deber tiene que ser observado sin distinción alguna y en un plano de
igualdad universal de los seres humanos.

Impactos individuales e institucionales de la prisión perpetua

180. La pena de prisión perpetua revisable tiene impactos individuales e


institucionales o sobre el sistema penitenciario. La Sala no puede dejar pasar
desapercibidos los impactos individuales que genera una privación de la
libertad prolongada. Sobre este punto el INPEC remitió información valiosa.
Ante la pregunta sobre los efectos en la salud mental y física de las personas
privadas de la libertad intramural por periodos largos de tiempo, esta
institución resaltó que existen afectaciones a la salud mental por estadios de
depresión y ansiedad. Con sustento en estudios académicos el INPEC señaló:

194
«La prisionalización se manifiesta con la pérdida de la
autoestima, deterioro de la imagen del mundo exterior debido a
la vida monótona y minuciosamente reglada, acentuación de la
ansiedad, la depresión, el conformismo, la indefensión aprendida
y la dependencia. En el área social se evidencia la contaminación
criminal, alejamiento familiar, laboral, aprendizaje de
supervivencia extrema (mentir, dar pena, entre otros). (…) Otros
hallazgos importantes revelan que la prisionalización genera
estados de despersonalización, pérdida de la intimidad, falta de
control sobre la propia vida, ausencia de expectativas, ausencia
de una vida sexual activa y alteraciones en el sueño, generando
desviaciones considerables en el bienestar psicológico,
estableciendo en los individuos traumas psicológicos que
conllevan al desarrollo de consecuencias graves en su salud
mental».358

181. El INPEC añadió que una persona inmersa en la “dinámica carcelaria”


reduce su contacto con el entorno familiar y social configurándose una
pérdida de su rol y de su identidad que altera el control sobre su proyecto de
vida. En los últimos años de cumplimiento de la pena la angustia de las
personas condenadas es saber cómo los recibirá el mundo exterior y cómo
pueden recuperar el tiempo perdido.359 Estas referencias coinciden con
estudios que demuestran el impacto que tiene para una persona estar largos
periodos en la prisión, situación que se ve agravada si no cuenta con una
esperanza de liberación real.

182. En el mismo sentido, estudios de criminología, sociología y psicología


han determinado que la prisión como pena per se genera daños para la
persona privada de la libertad.360 El sistema penitenciario ejerce la custodia y
control permanente de los comportamientos y la vida de la persona, situación
que la somete a una baja autoestima y a sentimiento de desconfianza

358 INPEC. Oficio 8300 DIRAT - SUBAS – GRUSS. 1 de febrero de 2021.


359 INPEC. Oficio 8300 DIRAT - SUBAS – GRUSS. 1 de febrero de 2021.
360 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 171.
195
permanentes. A esto debe sumarse la ausencia de contacto con su familia y
círculo social. No obstante, la pena de prisión en su justa proporción y con las
condiciones de resocialización adecuadas, resulta valiosa para la mejora del
comportamiento de la persona en sociedad.

183. En el caso de las penas de prisión perpetua con posibilidad o no de


revisión, se configuran efectos distintos sobre la salud mental y física de las
personas condenadas y se genera un sufrimiento adicional. La combinación
entre la duración de la pena y la indeterminación de su periodo, disminuye los
niveles de confianza de la persona y aumenta los niveles de angustia y
desesperanza, produciéndose distintos desórdenes mentales.361 Las
condiciones carcelarias y las alternativas de rehabilitación son elementos
esenciales para ejercer una adecuada custodia de las personas condenadas a
prisión perpetua, pues sin estos factores los daños a la salud física y mental
son irreversibles, y en consecuencia, la resocialización es inalcanzable.362

184. Los hallazgos de diferentes experiencias en las que se aplica la pena de


prisión perpetua muestran que la vulneración y el desconocimiento de la
dignidad humana de la persona condenada es inevitable. Además, su
implementación debe ir de la mano de la adaptación de un sistema
penitenciario que asegure unas condiciones aptas que permitan al condenado
llevar una vida en prisión digna y que garanticen un ambiente mínimo de
361 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 175. Se hace referencia
concreta a Alison Liebling. “Moral performance, inhuman and degrading treatment
and prison pain”. Punishment and society 13 (2011): 530-550.
362 Zyl Smit, Dirk Van. Appleton, Catherine. “Life Imprisonment. A global human
rights analysis”. Harvard University Press (2019). P. 198. En algunos países de
Europa se encontró que las personas condenadas a prisión perpetua tienen un
tratamiento más fuerte dentro de los centros penitenciarios, pues se presumen que
son más peligrosos que los demás prisioneros, lo que genera castigos adicionales por
parte de la guardia penitenciaria. Consejo de Europa. Comité para la prevención de
la tortura, penas y tratos inhumanos y degradantes. “Situación de las personas
condenadas a prisión perpetua”. Disponible en: https://rm.coe.int/16806cc447. Este
hallazgo también es resaltado en Pardo López, María Angélica. Moncayo Albornoz,
Ana Lucía. Olarte Delgado, Ángela Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad
de la prisión perpetua en Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal,
Universidad Externado de Colombia. Noviembre de 2019. P. 42.
196
readaptación. Esta es una de las exigencias de los organismos de derechos
humanos, pues la custodia no puede generar efectos violatorios contra el
núcleo esencial de los derechos humanos que deben asegurarse incluso bajo
prisión.363

185. Al respecto, pareciera que el sistema carcelario y penitenciario actual no


cuenta con las condiciones mínimas para asegurar los factores esenciales para
la resocialización de una persona privada de la libertad; y en cambio, el
sometimiento a “perpetuidad” dentro las instalaciones carcelarias, puede
constituir una violación flagrante a su dignidad humana. El Consejo Superior
de Política Criminal señaló:

«La posibilidad de una pena de prisión perpetua como la


propuesta conduce necesariamente a examinar la capacidad
resocializadora del sistema penitenciario en Colombia y las
circunstancias actuales de los establecimientos de reclusión del
país, ya que los condenados no pueden asumir las falencias del
Estado. El sistema carece de recursos técnicos y humanos
suficientes para que se prodigue un verdadero tratamiento
penitenciario; la reinante sobreocupación, la falta de medidas de
acompañamiento después de cumplida la pena, y las condiciones
mismas en las que se puede acceder a las oportunidades y a los
mercados de trabajo en la vida libre, entre otros factores,
impiden que se provea a las personas privadas de la libertad de
las herramientas adecuadas para su reinserción social.»364

363 Sobre este punto, en el aparte de la premisa menor se hizo referencia los
estándares del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que establecen la necesidad
de garantizar unos mínimos de vivencia digna carcelaria para los condenados a
prisión perpetua.
364 Consejo Superior de Política Criminal. “Estudio del Consejo Superior de
Política Criminal relacionados con cuatro (4) propuestas legislativas de intervención
sobre las agresiones sexuales que afectan a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia” (2017). Disponible en:
http://www.politicacriminal.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=ZFBh5M8wDlY
%3D&portalid=0
197
186. En igual sentido, Posada Maya refirió que «la ‘prisionización’
permanente somete al penado a unas condiciones de existencia material muy
reducidas y precarias, cuya calidad resulta gravemente afectada por el estado
de cosas inconstitucional característico de las prisiones de Colombia».365 En
efecto, la Corte Constitucional declaró el Estado de Cosas Inconstitucional del
sistema penitenciario y carcelario en Colombia por los altos índices de
hacinamiento y por la ausencia de condiciones mínimas y respetuosas de los
derechos humanos de las personas privadas de la libertad. Las sentencias T-
388 de 2013 y la T-762 de 2015 describen una fotografía precisa de la
situación del sistema de prisiones en Colombia en la última década. En un
informe del Grupo de Prisiones de la Universidad de Los Andes documentó
que entre los años 2013 y 2017 la sobrepoblación carcelaria aumentó
sostenidamente, en su mayor parte, por el incremento de personas sindicadas -
medida de aseguramiento intramural- dentro de los establecimientos
penitenciarios y carcelarios.366 Para diciembre de 2020 el INPEC reportó una
sobrepoblación de 15.602 personas que representa un 19.3% de hacinamiento
dentro de los centros penitenciarios y carcelarios bajo su inspección. 367 En el
informe Estadístico de abril de 2021 el Inpec registró: «La variación de la
población reclusa intramuros mensual es mínima, ya sea por decremento o
365 Intervención del profesor Ricardo Posada Maya, 1 de febrero de 2021.
366 Informe de Derechos Humanos del Sistema Penitenciario en Colombia (2017-
2018). Grupo de Prisiones, Universidad de Los Andes. Disponible en:
https://grupodeprisiones.uniandes.edu.co/images/2019/GrupoPrisiones.InformeDDH
H2018.pdf Esta información es coherente con lo registrado por el Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario en el Informe Estadístico de abril de 2021 (pág. 27).
Disponible en: https://www.inpec.gov.co/web/guest/estadisticas/informes-y-
boletines/-/document_library/6SjHVBGriPOM/view_file/1271873?
_com_liferay_document_library_web_portlet_DLPortlet_INSTANCE_6SjHVBGriP
OM_redirect=https%3A%2F%2Fwww.inpec.gov.co%2Fweb%2Fguest
%2Festadisticas%2Finformes-y-boletines%2F-%2Fdocument_library
%2F6SjHVBGriPOM%2Fview%2F1222111
367 INPEC. Informe Estadístico Población Privada de la Libertad. Diciembre 2020.
Actos sexuales con menor de 14 años en hombre la reincidencia asciende a 628
casos, en mujeres a 4, para un total del 1.6% de reincidencia del total de delitos
cometidos en el año 2020. (P. 65). En el caso del homicidio, se tienen 4.619 casos
cometidos por hombres y 137 cometidos por mujeres, para un total de 4.756 casos
de reincidencia (11.7% del total de los delitos cometidos durante el 2020).
Disponible en: https://www.inpec.gov.co/estadisticas/informes-y-boletines/
/document_library/6SjHVBGriPOM/view/1222111
198
incremento, pero siempre supera considerablemente la capacidad de los
ERON que en términos generales aumenta de forma esporádica. Como se
documentó anteriormente, en abril la capacidad penitenciaria se fijó en 81.500
cupos y la población alcanzó los 97.171 privados de la libertad, arrojando una
sobrepoblación de 15.671 personas».

187. Como se pude evidenciar, existe suficiente evidencia para mostrar que
el sistema penitenciario y carcelario mantiene un estado de cosas
inconstitucional. Esta situación de hacinamiento provoca “serias limitaciones”
para garantizar servicios mínimos y condiciones dignas de custodia, lo que
tiene como consecuencia la vulneración de derechos fundamentales de las
personas privadas de la libertad.368 En consideración de ello, no es admisible
la aprobación de la prisión perpetua revisable cuando no existen las
condiciones mínimas de dignidad para la privación de la libertad de las
personas actualmente condenadas.

188. De manera que la Sala observa que la reforma constitucional no solo


sustituye elementos definitorios de la Constitución Política, sino que
desconoce el fenómeno de hacinamiento de las cárceles y su falta de
capacidad para garantizar una efectiva resocialización.

189. En suma, existe una alta indeterminación de los beneficios que se


obtienen al aplicar la pena de prisión perpetua revisable por los delitos contra
los NNA, y en contraste, el impacto negativo sobre la resocialización y
dignidad de la persona condenada es altísimo. Todo ello, sin tener en cuenta
que el sistema carcelario y penitenciario se encuentra actualmente con un
incremento exponencial de hacinamiento que hace vigente el Estado de Cosas
Inconstitucional (ECI) declarado por la Corte Constitucional. Así, se observa
que el Estado colombiano no cuenta con un sistema real y efectivo de
resocialización de personas privadas de la libertad.369 Esto impide garantizar
368 Corte Constitucional, sentencia T-762 de 2015 (MP Gloria Stella Ortiz
Delgado).
369 «Si a esto se suman los nulos esfuerzos del Estado en materia de
resocialización, el panorama no puede ser más desolador. De los 117.000 internos
que estaban en la cárcel en el 2018, únicamente el 32% estaba vinculado a algún tipo
de trabajo y el 35% participaba en actividades de estudio (El Tiempo, 2018).» Pardo
199
el derecho de toda persona en prisión a alcanzar una readaptación a la
sociedad. La única esperanza de liberación de una persona bajo prisión
perpetua está condicionada a un sistema que tiene incontables fallas.

190. Con base en lo anterior, la Sala Plena encuentra que el ordenamiento


interno cuenta con penas graves para atender la comisión de delitos que
afectan los derechos de los NNA. Respecto de estas medidas, debe definirse
su ineficacia con el fin de determinar, con sustento en estudios empíricos
suficientes, la necesidad de implementar penas más graves. Hasta el momento
las instituciones estatales no cuentan con un soporte empírico serio sobre esta
temática. En contraste, la pena de prisión perpetua no alcanza los propósitos
deseados por el legislador, y en cambio, configura una pena que, dentro del
sistema penitenciario actual, impide el fin esencial de la pena como lo es la
resocialización del individuo.

191. Con todo lo mencionado, es preciso advertir que los estándares del
derecho internacional de los derechos humanos son mínimos que deben
acoger los Estados con el objetivo de cumplir con sus obligaciones en materia
de garantía, respeto y protección. Esto no impide que los Estados, a partir de
los básicos dispuestos en el ordenamiento internacional, implementen
medidas más proteccionistas que amplíen o incrementen el goce y ejercicio de
los derechos. Con sustento en ello, a pesar de que el estándar internacional no
prohíbe la pena de prisión perpetua con revisión, como fue descrito, en el caso
de Colombia su inclusión en el ordenamiento interno desfigura el Estado
Social y Democrático de Derecho fundado en la dignidad humana, al
deshumanizar la política criminal y desconocer el fin primordial de la
resocialización.

192. Una revisión del derecho comparado y el derecho internacional de los


derechos humanos demuestra que algunos ordenamientos jurídicos han
sustituido la pena de muerte por una pena de prisión revisable como un

López, María Angélica. Moncayo Albornoz, Ana Lucía. Olarte Delgado, Ángela
Marcela. “Consideraciones sobre la inviabilidad de la prisión perpetua en
Colombia”. Centro de investigación en Política Criminal, Universidad Externado de
Colombia. Noviembre de 2019. P. 70.
200
estándar humanizador de la pena que atiende a los estándares mínimos
establecidos por el derecho internacional en la materia. En contraste, en el
caso de Colombia, la proscripción de la pena de muerte y la cadena perpetua
constituyeron un punto de partida de la Constitución de 1991, y son
prohibiciones consustanciales a la identidad constitucional: a nuestro Estado
Social de Derecho. Por lo tanto, acoger ahora una sanción como la prisión
perpetua revisable configura una separación del proyecto constitucional de
1991 y es un retroceso en materia de humanización de las penas, en la política
criminal y en la garantía de resocialización de las personas condenadas.
Admitir un retroceso de este tipo implicaría caer en la deshumanización del
sistema penal, situación contraria a la voluntad y espíritu del constituyente.

193. Finalmente, es importante subrayar que la resocialización, como una


forma de reconocimiento de la dignidad humana reconoce la capacidad de
autodeterminación de la persona para concebirse a sí misma, de ser quien
quiere ser y su posibilidad de volver a la vida en comunidad. Con esto, la Sala
Plena no puede ignorar que el texto discutido y aprobado por la Asamblea
Nacional Constituyente en 1991 fijaba el estándar más alto en materia de
reconocimiento de la dignidad humana de las personas condenadas al prohibir
de forma tajante la pena de prisión perpetua y reconocer que existe la
posibilidad de resocialización siempre. De manera que derogar el estándar
dispuesto por el constituyente y permitir la pena de prisión perpetua revisable
insoslayablemente, además de sustituir un eje definitorio de la Constitución,
reduce el estándar más garantista a favor de la persona y de los derechos
humanos y constituye una medida regresiva.

194. Como se advirtió, la prisión perpetua genera una anulación del ejercicio
de la libertad personal y la vulneración de múltiples derechos fundamentales,
que tiene como consecuencia inevitable, el desconocimiento de la dignidad
humana de la persona condenada. Debe reiterarse que la esperanza de
reintegración social de la persona que comete un delito, después que purgue
una condena necesaria, razonable y proporcionada, es una expresión de la
dignidad humana. Anular esta esperanza sustituye un elemento estructural de
la Constitución Política.

201
195. Con todo lo señalado, la Corte Constitucional concluye que levantar la
prohibición de prisión perpetua inserta en la Constitución Política sustituye
elementos que cambian su sentido y la hace radicalmente distinta a la
adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente en 1991. El hecho de
incluir en el texto constitucional la posibilidad de aplicar la pena de prisión
perpetua con posibilidad de revisión después de los 25 años, desconoce la
dignidad humana como bastión del Estado Social de Derecho, evento que no
le es permitido al poder constituyente derivado.

Síntesis de la decisión

La Sala Plena de la Corte Constitucional estudió dos cargos contra el Acto


Legislativo 01 de 2020. El primero relacionado con un vicio de
procedimiento que se concretó con el trámite que se adelantó respecto de la
recusación presentada por un ciudadano contra todos los miembros de la
Comisión Primera Permanente Constitucional del Senado de la República en
el séptimo y el octavo debate de la reforma constitucional. El segundo
referente a la extralimitación de la competencia del Congreso de la República
para incluir en el artículo 34 de la Constitución la pena de prisión perpetua
con posibilidad de revisión por la comisión de delitos contra la vida e
integridad sexual de los NNA.

Sobre el primer cargo, la Sala Plena concluyó que a pesar de que se había
demostrado que la Comisión de Ética del Estatuto del Congresista no había
resuelto colegiadamente la procedencia ni el fondo de la recusación, esta
irregularidad no contaba con la envergadura suficiente para viciar el trámite
legislativo de la reforma constitucional.

Sobre el segundo cargo, a través de la metodología de análisis del juicio de


sustitución constitucional, la Sala Plena corroboró que el Estado Social y
Democrático de Derecho fundado en la dignidad humana es el eje definitorio
de la Constitución. Con sustento en este eje definitorio se estableció que el
derecho a la resocialización de la persona condenada es el fin primordial de la
pena privativa de la libertad intramural. Este fin esencial de la pena de prisión
es acorde con el principio de la dignidad humana, pues solo si se reconoce

202
que la persona condenada puede retomar su vida en sociedad, se comprende
que es posible la modificación de su conducta y el desarrollo de su autonomía
y su libre determinación. Conforme a lo anterior, la pena de prisión perpetua
sin posibilidad de revisión puede constituir una pena cruel, inhumana y
degradante, prohibida por los instrumentos internacionales, toda vez que se
anula y se margina definitivamente al individuo de la sociedad.

El Acto Legislativo 01 de 2020 levantó la prohibición de la pena de prisión


perpetua del artículo 34 de la Constitución Política, e incluyó su imposición
de forma excepcional y como la pena más grave contra los delitos cometidos
contra la vida e integridad sexual de los NNA. Contempló la posibilidad de
revisión de la pena luego de transcurrido un mínimo de veinticinco años de su
cumplimiento, no obstante, la Sala Plena de la Corte concluyó que este
mecanismo de revisión no cumple con los estándares para considerarla una
pena respetuosa de la dignidad humana. La indeterminación de la revisión, la
cual se sujeta a un tiempo y a unos hechos futuros e inciertos, sustituye la
Carta Política y tiene como consecuencia, la vulneración de varios principios
constitucionales en materia penal.

La Corte encontró que acoger ahora una sanción como la pena de prisión
perpetua revisable configura un retroceso en materia de humanización de las
penas, en la política criminal y en la garantía de resocialización de las
personas condenadas. Concluyó que el Congreso de la República transgredió
su poder de reforma al incluir la pena de prisión perpetua revisable en el
artículo 34 de la Constitución, pues sustituye un eje definitorio de la Carta
como lo es el Estado Social y Democrático de Derecho fundado en la
dignidad humana al introducir una concepción distinta de la persona,
incompatible con su dignidad y el reconocimiento de su autodeterminación.

Adicionalmente, la Sala Plena observó que la pena de prisión perpetua


revisable incluida en el artículo 34 de la Constitución no es una medida
idónea para asegurar la protección de los NNA víctimas de los delitos que
regula; y en contraste, genera efectos tan graves a la dignidad humana de la
persona condenada y al sistema penitenciario actual, que no es una medida
proporcional ni efectiva.
203
Con sustento en todo lo anterior, la Sala Plena de la Corte Constitucional
concluyó que el Congreso de la República transgredió su poder de reforma al
expedir el Acto Legislativo 01 de 2020 e incluir la pena de prisión perpetua
revisable en el artículo 34 de la Constitución Política, pues sustituyó un eje
definitorio de la Carta como lo es el Estado Social y Democrático de Derecho
fundado en la dignidad humana.

RESUELVE:

PRIMERO.- Declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de


2020 "por medio del cual se modifica el artículo 34 de la constitución política,
suprimiendo la prohibición de la pena de prisión perpetua y estableciendo la
prisión perpetua revisable".

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Presidente
Salvamento de voto

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada
Aclaración de voto

JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR


Magistrado
Aclaración de voto

204
ALEJANDRO LINARES CANTILLO
Magistrado
Aclaración de voto

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada
Salvamento de voto

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada
Salvamento de voto

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada

JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS


Magistrado
Aclaración de voto

ALBERTO ROJAS RÍOS


Magistrado

205
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General

206
ANEXO I

INTERVENCIONES D-13915

I)         ENTIDADES PÚBLICAS
 
A)  MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO
 
El Ministerio de Justicia y del Derecho,  a través de su directora de Desarrollo
del Derecho y del Ordenamiento Jurídico, allegó escrito de intervención en el
proceso de la referencia y solicitó declarar la EXEQUIBILIDAD del Acto
Legislativo 01 de 2020. Para sustentar su solicitud, analizó la
constitucionalidad del texto demandado y sobre este aplicó el juicio de
sustitución de la Constitución de la mano del estudio de los cargos expuestos
en la demanda.
 
En primer lugar, el Ministerio de Justicia señaló que el Acto Legislativo
demandado no sustituye la Constitución y, contrario a ello, manifiesta,
democrática y constitucionalmente, el ejercicio legítimo de la competencia de
reforma del legislador. Respecto de la premisa mayor, el interviniente adujo
que el principio de dignidad humana, fundante del modelo de Estado
colombiano, no impide la imposición de una sanción penal de prisión
perpetúa; lo que este principio implica es que en la aplicación de dicha
medida se brinden las garantías y el tratamiento adecuado a los reclusos para
el cumplimiento de su pena. A su turno, la premisa menor refiere que no se
causa perjuicio alguno a principios constitucionales, ya que la prisión
perpetua debe ser administrada con sujeción a la Constitución y a las
disposiciones legales vigentes, además, se concreta y dirige a la
resocialización del reo, de lo contrario la pena no sería revisable. En
consecuencia, la norma demandada no anula, deroga o sustituye la dignidad
humana como elemento esencial de la Carta.
 

207
Por otro lado, el interviniente aconsejó a la Corte tener en cuenta el concepto
del Consejo Superior de Política Criminal aportado en el proceso legislativo
del acto de reforma acusado. Primero, porque demuestra que no se viola el
bloque de constitucionalidad, ya que no hay norma del derecho internacional
que prohíba la aplicación de prisión perpetua, y la pena, per se, no constituye
un trato cruel, inhumano o degradante. Segundo, en virtud de que no puede
afirmarse político criminalmente que las penas actuales por los delitos
contenidos en el acto reformatorio, sean proporcionales a la gravedad del
daño ocasionado, ya que la sanción es similar a la de otro tipo de delitos, y en
este caso se trata de garantizar efectivamente los derechos de los menores
como sujetos de especial protección. Así pues, la norma cuestionada sigue un
fin constitucionalmente legítimo.
 
En suma, el Ministerio de Justicia y del Derecho consideró que el Acto
Legislativo 01 de 2020 no desconoció los límites competenciales en cabeza
del constituyente derivado, en vista de que no hubo sustitución de principios
axiológicos de la Constitución. Por ello, solicitó a la Corte Constitucional
declarar su EXEQUIBILIDAD.
 
B)  DEFENSORÍA DEL PUEBLO
 
La Defensoría del Pueblo, a través de su Delegada para Asuntos
Constitucionales y Legales, intervino en el asunto objeto de análisis
constitucional y solicitó declarar la EXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo
01 de 2020. Para ello, desarrolló la naturaleza y alcance del control judicial
correspondiente al caso, realizó un análisis del juicio de sustitución de la
Constitución en el que abordó los cargos esbozados en la demanda y concluyó
que no se configura la alegada sustitución.
 
La entidad sostuvo que los cargos formulados en la demanda resultan ser
insuficientes, ya que no basta con indicar que se desconoce una cláusula
constitucional preexistente, ni con mostrar que la reforma creó una excepción,
limitación o restricción frente al orden constitucional anterior. A su juicio, es
válido que la premisa mayor propuesta por los demandantes se base en la
relación entre los derechos a la resocialización y la dignidad humana con el
208
modelo de Estado Social de Derecho y el deber del Estado de respetar,
garantizar y proteger los derechos humanos. Sin embargo, la premisa menor
carece de certeza y suficiencia, lo que dificulta un análisis de fondo de la
disposición que se demanda. Sobre este punto, recordó que la jurisprudencia
constitucional ha indicado que el contenido de un acto reformatorio acusado
de sustituir la Constitución debe ser identificable en la norma señalada y “no
ser producto de interpretaciones conjeturales del acto o en premisas
evidentemente falsas e inconsecuentes”370. De manera que, aunque los
accionantes ponen de presente situaciones fácticas problemáticas en nuestro
sistema carcelario, su análisis constituye una interpretación subjetiva, y el
hacinamiento tampoco es un argumento que permita concluir que la norma en
cuestión sustituye la Constitución.
 
La entidad señaló que el reproche de los demandantes en la premisa menor es
una valoración subjetiva del término de 25 años introducido por el acto. Los
accionantes consideran ese término como excesivo y lesivo de la
resocialización, pero no explican si la sustitución no se daría igualmente con
un término inferior a ese. Contrario a ello, se centran en el término de 25 años
y no en la posibilidad de revisión de la pena que es realmente el elemento
nuevo introducido por el acto. Adicionalmente, el argumento según el cual la
norma acusada impide que los sentenciados por los delitos que considera el
acto, no puedan acceder a los beneficios y subrogados penales no es del que
depende la constitucionalidad de la disposición. Por lo tanto, la demanda no
indica de qué manera el Acto Legislativo impacta el eje definitorio, así como
tampoco explica por qué las modificaciones introducidas por la reforma
pueden considerarse una transformación en la identidad de la Constitución de
manera que ella, después de la reforma, sea otra completamente distinta.
 
La Defensoría recordó algunos pronunciamientos de la Corte Constitucional
en los que se refirió a la medida de prisión perpetua. Entre ellos aquel en el
que esta Corporación afirmó que la prisión perpetua no se encuentra prohibida
en nuestro ordenamiento, ya que el principio de dignidad humana constituye
un límite al poder legislativo en materia de tipificación penal, derivado de la
prohibición de tratos crueles, inhumanos y degradantes, pero los tratados y
370 Sentencia C-245 de 2019, en intervención de la Defensoría del Pueblo. Pág. 12.
209
convenios internacionales de derechos humanos no contiene una limitación
expresa para su aplicación371. En esta medida, el estándar de protección se
dirige a la existencia de la revisión de la condena a prisión perpetua y a la
garantía de condiciones dignas y propias para la efectiva resocialización de
las personas privadas de la libertad, más que a la prohibición de implementar
este tipo de sanción.
 
Finalmente, la interviniente destacó algunos riesgos derivados del acto de
reforma. Indicó que, aunque no se configuran los presupuestos para que nos
encontremos ante un acto de sustitución de la Constitución, hace un llamado a
la Corte a definir los criterios que deben orientar la revisión de la condena, de
modo que esta corresponda de forma estricta con la modalidad y gravedad del
delito cometido y se puedan establecer con claridad las exigencias legislativas
y administrativas indispensables para hacer compatible la fórmula punitiva
con las exigencias del Estado Social de Derecho. De lo contrario, el riesgo de
que se desconozcan los principios constitucionales, en la aplicación de la
medida, es alto.  
 
Por lo anterior, la Defensoría del Pueblo, consideró que el Acto Legislativo 01
de 2020 no sustituye la Constitución, ya que al establecer la posibilidad de
revisión de la pena, se ajusta al derecho internacional de los derechos
humanos y a la Constitución. Lo anterior, siempre que su desarrollo se adecúe
a parámetros de interpretación fijados por la Corte de acuerdo con estándares
internacionales y su propia jurisprudencia.
 
A)  INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR –
ICBF
 
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, a través de la Oficina Asesora
Jurídica, intervino en el caso sub examine y solicitó declarar la
EXEQUIBILIDAD del acto de reforma demandado. Consideró que no
sustituye la Constitución, al contrario, se ajusta a los principios
constitucionales vigentes.
 
371 Sentencia C-397 de 2020, en intervención de la Defensoría del Pueblo. Pág. 16.
210
En primera medida, el Instituto sostuvo que, en lo relativo al trámite
legislativo, no hubo procedimientos irregulares o que desconocieron la
Constitución. Indicó que la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista no
se pronunció sobre la recusación, ya que en auto del 8 de junio de 2020 se
determinó la improcedencia de dicha solicitud. Además, en la práctica se ha
evidenciado que las plenarias o comisiones de cada cámara han resuelto las
recusaciones a lo largo de su actuación. Por lo tanto, no hubo en el trámite del
acto de reforma una razón de peso que ameritara su paralización o que
invalidara el procedimiento.
 
Por otro lado, el interviniente aseguró que el Congreso no excedió el límite
del poder de reforma que le asiste. Adujo que, frente a la sanción de prisión
perpetua, el derecho a la resocialización en cabeza de las personas privadas de
la libertad no se elimina, ya que la garantía de los derechos del recluso
continúa vigente, independientemente de la cantidad de años que deba pasar
en prisión372. Anudado a lo anterior, la pena, al ser revisable, pone en
evidencia la clara orientación resocializadora de la sanción, que corresponderá
a la administración de justicia aplicar en cada caso. En consecuencia, la
disposición demandada no supone en ninguna medida negar, modificar o
sustituir el deber del Estado de garantizar la dignidad humana de las personas
privadas de la libertad y, contrario a ello, se ajusta a las directrices
constitucionales y de derecho internacional que no prohíben la aplicación de
penas perpetuas.
 
En conclusión, el ICBF consideró que la balanza en la ponderación de las
garantías de los derechos de los niños y de las personas privadas de la libertad
debe inclinarse en favor de los primeros como sujetos de especial protección y
víctimas de las conductas más atroces que se puedan cometer en sus personas.
De ahí que, con la medida acusada, el Estado está cumpliendo cabalmente con
su deber de protección del interés superior del menor, sin desconocer los
derechos propios de las personas privadas de la libertad. Por lo tanto, solicitó
a la Corte Constitucional declarar la EXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo
01 de 2020, toda vez que no se configura la sustitución de la Constitución
alegada por los demandantes.
372 Intervención del ICBF. Pág. 8.
211
 
II)      INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR
 
A)  UNIVERSIDAD DE CALDAS
 
La Universidad de Caldas, a través de su Clínica Sociojurídica de Interés
Público allegó escrito de intervención en el proceso de la referencia y solicitó
declarar la INCONSTITUCIONALIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020.
Para ello, analizó el concepto de cadena perpetua en el sistema penal
colombiano y en el derecho internacional y realizó el test de sustitución de la
Constitución, para llegar a la petición presentada.
 
La institución educativa señaló, en primer término, que el derecho penal
colombiano se encuentra fundado en principios de naturaleza constitucional,
entre los cuales resaltó la prohibición de torturas, tratos crueles e inhumanos,
la necesidad, proporcionalidad y razonabilidad de la pena y la función de la
pena en términos de prevención general, retribución justa, prevención
especial, reinserción social y protección al condenado. Todos estos principios,
fueron dispuestos en procura de la garantía de la dignidad humana, como
elemento esencial en nuestro sistema constitucional. Por lo cual, la pena de
prisión perpetua sobrepasa los límites del poder punitivo del Estado, al ser
una medida desproporcionada y en detrimento de los fines de la pena373.
 
Por otro lado, la Clínica Sociojurídica sostuvo que la sanción de prisión
perpetua supone el desconocimiento del derecho internacional aplicable. La
argumentación de la institución en este punto, se dirigió a afirmar que la
prisión vitalicia supone una “regresión del principio pro homine al axioma pro
imperium propio de los regímenes totalitarios del siglo XIX”374. Asimismo,
señaló que el principio de irreversibilidad, que es aplicable en nuestro sistema
por el Bloque de Constitucionalidad, es desconocido por la medida del acto
legislativo demandado. En esta línea, para la Universidad es relevante
considerar la responsabilidad del Estado, producto de la aplicación de una

373 Intervención de la Universidad de Caldas en el expediente D-13915. Pág. 8.


374 Intervención de la Universidad de Caldas en el expediente D-1395. Pág. 13.
212
sanción penal como la perpetua, ya que dicha medida es constitutiva de un
trato cruel y degradante.
 
Finalmente, la interviniente consideró que el acto reformatorio sustituye la
Constitución al vulnerar los principios de dignidad humana, libertad, igualdad
y el principio democrático. Al respecto, sostuvo que el enfoque de la medida
frente a la dignidad humana es puesto en la víctima y no en el victimario; ese
hecho cosifica y deshumaniza a la persona del reo y contraviene directamente
el principio de dignidad humana. Agregó que la pena perpetua supone la
imposibilidad de resocialización del reo, lo que le produce afecciones
psíquicas y pérdida del sentido de la vida, pues no hay otra opción distinta a la
muerte para un condenado a cadena perpetua. Asimismo, afirmó que se
desconoce el principio de igualdad, ya que se otorga el mismo trato a personas
por comisión de delitos disímiles y con diferentes grados de reproche. Por lo
tanto el acto reformatorio desconoce principios axiológicos de la
Constitución, como la dignidad humana, libertad e igualdad.
 
Sumado a lo anterior, la institución indicó que la posibilidad de que la pena
sea revisable es una excusa con la que se procuró evitar el vicio de sustitución
de la Constitución, pero no se consiguió ese objetivo, además es una medida
incoherente y falaz375 con la pena impuesta, es decir, no puede ser perpetua y
temporal (revisable) al mismo tiempo. Puntuó, que dada la importancia del
tema, el debate legislativo no debía realizarse de manera virtual sin permitir la
discusión cara a cara y con participación de expertos, académicos y todo
grupo que constituya la voluntad popular376 en un verdadero debate.
 
Por lo anterior, la Universidad de Caldas, solicitó a la Corte Constitucional,
declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020, visto que
desconoce la dignidad humana, instrumentaliza al reo, al usarlo como ejemplo
de disuasión, desconoce el fin resocializador de la pena, la igualdad y la
libertad. Subsidiariamente, la Institución sugirió implementar un verdadero
debate democrático frente a un tema tan importante, que promueva la

375 Intervención de la Universidad de Caldas en el expediente D-1395.


376 Intervención de la Universidad de Caldas, Pág. 23.
213
participación popular y de los intervinientes en el proceso, de expertos y
conocedores en la materia.
 
B)  UNIVERSIDAD JAVERIANA
 
El Semillero de Derecho Penitenciario de la Pontificia Universidad Javeriana
intervino en el caso objeto de estudio constitucional y solicitó declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo acusado. Encontró que el acto de
reforma sustituye la Constitución teniendo en cuenta que desconoce el
principio de dignidad humana y el fin resocializador de la pena.
 
En primer lugar, la Universidad analizó la disposición normativa acusada y
realizó sobre ella el juicio de sustitución de la Constitución. A partir de lo
anterior, señaló como premisa mayor, que la dignidad humana se encuentra
consagrada en la Constitución como elemento fundante del Estado Social de
Derecho y por lo tanto como eje central del texto superior. Adicionalmente,
expuso como premisa menor, que el acto reformatorio acusado obliga a los
condenados a ser recluidos indefinidamente en lugares que no cuentan con las
condiciones básicas para satisfacer sus necesidades, además de ser una
medida que se torna en un mecanismo para excluir determinadas personas de
la sociedad, con lo que el Estado desconoce su obligación de garantizar
condiciones de vida plena a los reclusos y la proyección sobre su libertad. Por
lo tanto, la prisión perpetua lleva a los reos a la humillación, a padecer
condiciones precarias y a que su vida no pueda realizarse plenamente, esto
desconoce su dignidad humana y ataca directamente un principio esencial de
la Constitución.
 
En segundo lugar, la institución manifestó que la prisión perpetua constituye
un exceso punitivo que desborda los límites del Estado frente a la privación
de derechos de las personas. Aseguró, en esta línea, que una sanción penal
indefinida como la del acto reformatorio, muestra a la sociedad la incapacidad
de resocialización de quienes sean condenados, juzga anticipadamente la
posibilidad de la persona de resocializarse y desarrollar un proyecto de vida,
da prioridad al fin retributivo de la pena y la aplicación de tratos crueles,
inhumanos y degradantes. Además, aunque es real la problemática de la
214
protección efectiva de los niños, niñas y adolescentes, la pena perpetua no es
la solución adecuada, pues instrumentaliza a los prisioneros y los pone en
ambientes precarios. En consecuencia, el constituyente derivado no es
competente para reformar la Constitución con una medida que desconoce
principios transversales de esta.
 
Finalmente, la interviniente aseguró que la medida acusada desconoce los
tratados internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad,
considerando que el fin primordial de las penas es la rehabilitación y
resocialización de los condenados. Dicho objetivo no logra ser satisfecho con
la pena perpetua, incluso siendo revisable. Recordó que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que la pena perpetua opera
con un fin meramente retributivo e implica la exclusión máxima de la persona
de la sociedad377 e impide que los condenados gocen plenamente de sus
derechos. Por ello, aceptar que una persona privada de la libertad permanezca
en un recinto deplorable toda su vida, no solo desconoce el principio de
igualdad, respecto de otros presos, sino que ignora la dignidad humana que
debe ser garantizada a los reclusos.
 
En conclusión, para la Universidad Javeriana, el Acto Legislativo 01 de 2020
sustituye la Constitución y debe ser declarado INEXEQUIBLE, en tanto que
desconoce la consagración de la vida y la dignidad humana como pilares
fundamentales del Estado Social de Derecho, da prevalencia a la retribución
de la pena sobre la resocialización y sustrae permanentemente al ser humano
del fundamento y finalidad del Estado Social de Derecho de proteger el medio
principal de actuación en sociedad, que es la libertad.
 
C)  UNIVERSIDAD DEL ROSARIO
 
La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario allegó escrito de
intervención en el proceso de la referencia, en el que solicitó declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020. La universidad
consideró que la prisión perpetua revisable no reconoce la dignidad humana y,
contrario a ello, refuerza el estado de cosas inconstitucional que enfrenta el
377 Intervención Universidad Javeriana en el expediente D-13915. Pág. 24.
215
sistema carcelario de Colombia, además no cumple con los fines de la pena,
específicamente el fin resocializador y muestra una política criminal
punitivista y populista.
 
En primer lugar, la Universidad del Rosario sostuvo que la imposición de
prisión perpetua desconoce la dignidad humana de los reclusos y refuerza el
estado de cosas inconstitucional. Señaló que la disposición del artículo 34
constitucional, previa reforma, prohibía la prisión perpetua, ya que era
considerada como una pena de cosificación que quebranta el principio de
dignidad humana e impide que el condenado se incardine nuevamente en la
sociedad y desarrolle su vida. Añadió que la dignidad humana es un principio
fundante del Estado Social de Derecho que debe ser garantizado a todas las
personas y los reclusos no son la excepción. Es así, como teniendo en cuenta
que en la actualidad el sistema carcelario continúa en el estado de cosas
inconstitucional declarado por la Corte hace varios años, si a un preso con una
pena definida en el tiempo le es violentada su dignidad humana, al condenado
a prision perpetúa todavía más, situación que contrario a proteger los
derechos, intensifica su violación. En consecuencia, la prisión perpetua resulta
ser a todas luces inconstitucional ya que desconoce el principio de dignidad e
instrumentaliza a las personas sobre las que puede recaer la sanción en
cuestión.
 
Por otro lado, la institución educativa recordó que los fines de la pena
aplicables en materia penal deben respaldarse siempre en criterios de
necesidad, proporcionalidad y razonabilidad. El fin retributivo de la pena,
implica resarcir de manera proporcional a la sociedad el mal que se ha
ocasionado con la comisión de la conducta punible, con lo cual una pena
excesiva desconoce una retribución justa y envía un mensaje a la sociedad que
genera desconfianza en el ordenamiento. En esa línea, el fin resocializador
lleva a que el condenado sea habilitado para ejercer roles propios de la vida
social y pueda reconstruir su proyecto de vida. Por lo tanto, la prisión
perpetua debe cumplir con los requerimientos antedichos, de lo contrario
desconocería lineamientos constitucionales esenciales.
 

216
En tercer lugar, la universidad aseguró que la prisión perpetua revisable es
una manifestación de una política criminal punitivista y poulista, puesto que
su foco principal está en la sanción y el castigo con una falsa idea de
seguridad y justicia. Añadió que este fenómeno ha tenido lugar en Colombia,
en diferentes oportunidades reconocidas por la Corte Constitucional en el año
2015378, con el injustificado aumento de penas y requisitos para acceder a
beneficios y subrogados penales. Esta situación atenta contra los principios
del derecho penal que desarrollan los fines del Estado Social de Derecho. Por
lo tanto, la prisión perpetua es una medida desproporcionada e innecesaria.
 
En suma, la Universidad del Rosario solicitó declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020, en la medida que
desconoce el principio de dignidad humana, esencial en nuestro modelo de
Estado, no sigue los principios de la pena, refuerza el estado de cosas
inconstitucional y evidencia una política criminal punitivista y populista.
 
D)  UNIVERSIDAD DE LA SABANA
 
La Clínica Jurídica de la Universidad de La Sabana, intervino en el proceso de
la referencia y solicitó declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo
01 de 2020, por considerar que sustituye el modelo de Estado Social de
Derecho cuyo eje central es el principio de dignidad humana.
 
En primer lugar, la Universidad sostuvo que es importante considerar que la
Corte ha definido la dignidad humana como el derecho de toda persona de
realizar las capacidades humanas y llevar una existencia con sentido. El
respeto por la dignidad humana, como principio, valor y derecho, es la base
sobre la cual se sostiene el Estado Social de Derecho. Por lo tanto, una
modificación de la Constitución que implique una afectación a la dignidad
humana, de suyo constituye una transgresión al eje axial del Estado Social de
Derecho y sustituye la Constitución.379
 

378 Al respecto ver sentencias T-078 de 2015 y T-762 de 2015 en intervención de la


Universidad del Rosario. Pág. 16.
379 Intervención de la Universidad de La Sabana en el expediente D-13915. Pág. 4.
217
Una vez que la interviniente definió el eje central de la Constitución, como
premisa mayor del juicio de sustitución, señaló que la modificación incluida
en el acto de reforma, reemplaza dicho eje axial. En este sentido, dijo que la
norma demandada modifica sustancialmente el artículo previamente
establecido por el constituyente primario, toda vez que introduce una
excepción a la prohibición de prisión perpetua, señala conductas delictivas
específicas a las que es aplicable dicha excepción y crea un mecanismo de
revisión específica para esa pena, no contemplado antes. En esta medida, la
reforma transgrede la Constitución y elimina la función de resocialización de
la pena. Además, es preciso considerar que la jurisprudencia de la Corte
Constitucional ha desarrollado un amplio margen de protección del derecho a
la resocialización de los condenados, al punto de indicar que “la
resocialización en un Estado Social de Derecho exige que se limite la
privación de la libertad en los establecimientos carcelarios, pues los mismos
dificultan la reinserción del individuo en la sociedad y lo condenan a
estigmatización y aislamiento”380.
 
En línea con lo anterior, la universidad destacó que la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos consagra que las penas privativas de la libertad
deben tener como finalidad esencial la reforma y readaptación de los
condenados. En esa medida, consideró que con esa disposición no tiene
cabida la pena perpetua, no pueden existir penas que independiente de su
duración no apunten a la reintegración del condenado a la vida en sociedad.
En consecuencia, la sanción impuesta en el acto demandado, desconoce la
Constitución y el bloque de constitucionalidad, y también compromete la
responsabilidad del Estado al aplicar penas que ignoran la integridad de la
persona y se desvía de los fines de la pena.
 
En conclusión, la Universidad de La Sabana, consideró que el constituyente
derivado extralimitó sus facultades de reforma, negó el principio de dignidad
humana como eje estructural del Estado social de Derecho y, por tanto,
sustituyó la Constitución. Así pues, solicitó a la Corte declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020 “Por medio del cual se

380 Sentencia T-267 de 2015 en intervención de La Universidad de La Sabana. Pág. 9.


218
modifica el artículo 34 de la Constitución Política, suprimiendo la prohibición
de la pena de prisión perpetua y estableciendo la prisión perpetua revisable”.
 
E)  UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA DE CALI
 
La Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad San
Buenaventura de Cali, allegó escrito de intervención en el caso estudiado y
solicitó a esta Corporación declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto
Legislativo 01 de 2020. Para sustentar su posición, la institución realizó un
análisis constitucional del acto de reforma y posteriormente aplicó el juicio de
sustitución de la Constitución.
 
En un primer término, la universidad recordó la jurisprudencia constitucional
en la que la Corte dejó claridad sobre los límites al poder de reforma del
órgano legislativo. Estos límites sientan su base en los principios fundantes o
centrales de la Constitución, de modo que son insustituibles por el poder
constituyente derivado. Por lo tanto, el poder legislativo tiene la facultad de
modificar la Constitución, pero no de sustituirla.  
 
En segundo lugar, la interviniente aplicó el juicio de sustitución de la
Constitución y consideró que el Acto Legislativo incurre en dicho vicio, en
detrimento de la Carta. En este sentido, como premisa mayor, enunció los ejes
definitorios de la Constitución consistentes en la dignidad humana y el Estado
Social de Derecho. En tal caso, esta premisa está constituida por el bloque de
constitucionalidad en sentido lato y por las normas del sistema penal que
disponen los fines de la pena. De este modo, se puede entender, como premisa
menor, que el acto reformatorio desdibuja y suprime el principio de dignidad
humana al dejar de lado el fin resocializador de la pena. Por lo tanto, la
modificación introducida por la norma demandada sustituye la Constitución.
 
En conclusión, la Universidad San Buenaventura consideró que el Acto
legislativo 01 de 2020, sustituye la Constitución, por las razones expuestas en
la intervención, y por lo tanto debe ser declarado INEXEQUIBLE.
 
F)   UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA
219
 
La Clínica Jurídica de Interés Público “Grupo Investigativo de Intervención
Social” de la Universidad Surcolombiana, presentó escrito de intervención en
el caso objeto de análisis constitucional. En ella apoyó la solicitud de
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020 presentada en la
demanda, por considerar que vulnera los artículos 114 y 374 de la
Constitución.
 
Por un lado, la Universidad afirmó que la imposición de cadena perpetua
implica un retroceso al avance y desarrollo del Estado Social de Derecho, por
cuanto deja en segundo plano los derechos de un determinado grupo de
personas y pone en primer lugar una pena, cuyo fin es populista. La
afirmación anterior fue sustentada en que la pena perpetua es una medida
irrazonable, en un contexto regresivo que impide ejercer los derechos
fundamentales a quienes estén bajo esa sanción. De manera que dicha medida
sustituye los elementos del Estado social de Derecho que tiene, entre otras, la
obligación de proteger y promover los derechos fundamentales.
 
De otro lado, la interviniente sostuvo que el principio de dignidad humana es
un eje definitorio de la Constitución y un derecho fundamental que tiene cada
persona para exigir un tratamiento justo y no ser instrumentalizado como un
medio para la obtención de un fin. Lo anterior es la base para afirmar que el
acto legislativo demandado sustituye parcialmente la Constitución, ya que
pasa por alto la prohibición de penas crueles, inhumanas o degradantes. Esta
medida llevaría a la muerte política y jurídica al sujeto condenado, toda vez
que implica quitarle cualquier esperanza de proyecto de vida y relegarlo de la
sociedad. Además, la medida desconoce también el fin resocializador de la
pena, pues hace de la prisión perpetua una sanción meramente retributiva,
injusta y desproporcionada. La posibilidad de que la pena sea revisable no
implica que, pasados 25 años, el prisionero pueda recuperar la libertad. En
consecuencia, el acto demandado desconoce y reemplaza elementos
esenciales de la Constitución y por ello incurre en sustitución de la misma.
  
Por lo expuesto anteriormente, la Universidad Surcolombiana, solicitó a la
Corte Constitucional declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo
220
01 de 2020 porque constituye una extralimitación del Congreso y sustituye la
Constitución.
 
G) UNIVERSIDAD DE SUCRE
 
El semillero de Derecho Procesal de la Universidad de Sucre intervino en el
proceso de la referencia y solicitó declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto
Legislativo 01 de 2020, por considerar que sustituye la Constitución.
 
La universidad consideró que la necesaria aplicación del juicio de sustitución
de la Constitución en este caso, da como resultado la evidente transgresión de
la norma Suprema. Sostuvo en primer lugar, la dignidad humana, como eje
central de la Constitución no se discute, pues la misma Carta política lo indica
y así ha sido ampliamente sostenido por la jurisprudencia constitucional. De
otro lado, es relevante considerar que el artículo que es reformado por el acto
legislativo, fue producto de la reunión del constituyente primario donde
plasmó la voluntad del pueblo soberano. Esta voluntad es desdibujada con la
actuación del constituyente secundario, que extralimitó sus funciones y
violentó el querer del pueblo desconociendo el modelo de Estado Social de
Derecho y el deber del Estado de proteger, respetar y garantizar los derechos
humanos.
 
Asimismo, la interviniente afirmó que el acto reformatorio desconoció el
principio de dignidad humana en cabeza del condenado, pues aunque la
medida sigue un fin válido, de proteger el interés superior del menor, se vale
de un medio que desconoce los derechos del prisionero e implica hacer sobre
este un juicio de valor, definiéndolo ante la sociedad como una persona que
ya no tiene futuro y es incapaz de interactuar nuevamente en la sociedad.
Adicionalmente, el estado de cosas inscontitucional del sistema carcelario
agrava la situación y hace más evidente la violación del eje central de la
Constitución respecto del cual el Estado debe garantizar la protección de los
derechos fundamentales. En definitiva, condenar a una persona a prisión
perpetua implica ponerla en condiciones precarias por un tiempo indefinido y
que vulneran su dignidad humana.
 
221
Por lo tanto, la Universidad de Sucre solicitó declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo demandado porque desnaturaliza
la esencia de la Constitución y la sustituye.
 
H) UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
 
La Universidad Externado de Colombia presentó escrito de intervención en el
caso sub examine y solicitó a la Corte declarar la
INCONSTITUCIONALIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020, por
considerar que con su expedición, el Congreso desbordó sus competencias y
sustituyó la Constitución.
 
En primer lugar, la universidad expuso que el acto legislativo atenta contra los
principios de dignidad humana, libertad, igualdad, protección e
imprescriptibilidad de la pena. Al respecto, adujo que la imposición de la pena
perpetua no soluciona el problema social de violencia sexual contra los niños,
niñas y adolescentes y, por el contrario, refleja una política criminal reactiva.
Además, la reforma perpetúa el estado de cosas inconstitucional que afecta
actualmente el sistema carcelario de Colombia. Del mismo modo, no hay
justificación racional para la aplicación de penas tan lesivas como la
cuestionada. Por lo tanto, el acto legislativo acusado desconoce los principios
de proporcionalidad en la aplicación de la pena y limita la posibilidad de
resocialización del condenado como fin primordial del sistema penal.
 
La interviniente sostuvo que el trámite legislativo, aún en situaciones
excepcionales y coyunturales, debe cumplirse en su integridad para garantizar
el Estado Democrático y de sus instituciones. A su juicio, la realización de un
trámite parlamentario de tal importancia en un improvisado escenario virtual,
dio lugar al desconocimiento y falta de garantías para el ejercicio democrático
y participativo de los congresistas. En consecuencia, y en virtud del artículo
149 de la Constitución, el proceso en el Congreso que dio lugar al acto de
reforma de la Constitución debe ser dejado sin validez.
 
En suma, la universidad solicitó declarar INCONSTITUCIONAL el Acto
Legislativo 01 de 2020, ya que el Congreso incurrió en un vicio de
222
competencia y sustituyó la Constitución. Adicionalmente, pidió a la Corte
declarar la inconstitucionalidad del trámite legislativo por medio del cual se
aprobó el Acto Legislativo 01 de 2020.
 
I) UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
 
Los miembros de la Escuela de Investigación y Pensamiento Penal Luis
Carlos Perez – POLCRYMED -, de la Universidad Nacional, intervinieron en
el proceso de la referencia y solicitaron a la Corte declarar la
INCONSTITUCIONALIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020, al encontrar
que este sustituye la Constitución.
 
En primer lugar, la institución sostuvo como premisa mayor, que el Estado
Social de Derecho y la dignidad humana son ejes esenciales de la
Constitución y limitan la imposición de penas. En este sentido, la sanción,
como un daño aceptado legalmente, dentro de los límites razonables y
constitucionales, es legítima en un Estado Social de Derecho solo si cumple
con funciones constitucionales, orientadas y limitadas dentro de las fronteras
impuestas por la dignidad humana y la proporcionalidad. Es así, como según
la jurisprudencia de la Corte “las penas en Colombia tienen un fin preventivo
que se materializa en la disposición legal, un fin retributivo que se manifiesta
en el momento de la imposición de la pena y un fin resocializador que orienta
la ejecución de la condena”381. De este modo, frente al fin resocializador, la
reincorporación a la vida social se constituye en una garantía material del
recluso, ya que se trata de crear bases para que el individuo se desarrolle
libremente. Por lo tanto, el Estado Social del Derecho y la dignidad humana
son elementos definitorios y esenciales de la Constitución Política de
Colombia.
 
Por otro lado, como premisa menor, la universidad argumentó que la prisión
perpetua atenta contra el derecho a la dignidad humana y modifica un
elemento esencial de la Constitución. En este sentido, el fin de prevención
general que implica la medida de prisión perpetua, desconoce el principio de
dignidad humana, ya que utiliza a un ser humano como medio de disuasión
381 C-565 de 1993 en intervención de la Universidad Nacional. Pág. 4.
223
para crear en los demás, temor frente a la pena que le es aplicada.
Adicionalmente, la medida que contiene el acto legislativo acusado, conlleva
a negar la idea de que un ser humano esté en capacidad de cambiar,
rehabilitarse y volver a convivir en sociedad. En consecuencia, la reforma
contenida en el acto legislativo permite evidenciar que no se trata de la misma
Constitución, sino de una distinta.
 
Por último, los intervinientes de la Universidad Nacional de Colombia,
adujeron, como premisa de conclusión, que la implementación de la reforma
del acto legislativo sustituye la Constitución. Lo anterior, argumentado en
que, dentro de un Estado Social de Derecho el poder punitivo no puede ser
utilizado de manera irracional, sino que debe ser aplicado en observancia de
los principios de proporcionalidad, necesidad y razonabilidad que rigen el
sistema penal. Por ello, no pueden existir penas que no respondan a una
función y dejen de lado la consideración de que el ser humano es fin en sí
mismo. Es cierto que en el derecho internacional no hay un instrumento que
prohíba de manera clara la prisión perpetua; sin embargo, si existen elementos
que permiten concluir su inconveniencia.

En conclusión, establecer la cadena perpetua revisable implica un cambio tan


importante que no se pueden implementar los mecanismos regulares de
reforma constitucional, pues no se cambiaría alguna parte de la Constitución,
sino que ella perdería su identidad y se convertiría en una nueva. Por ello, la
única vía para que este cambio pueda ser efectuado es una asamblea nacional
constituyente, pues sería aquella la única institución autorizada para
configurar un cambio de tal índole a la Carta. En consecuencia, la
Universidad Nacional de Colombia solicitó declarar la
INCONSTITUCIONALIDAD del acto legislativo acusado, ya que sustituye
la Constitución.
 
J) INTERVENCIÓN GRUPO DE ACCIONES PÚBLICAS (GAP) DE
LA UNIVERSIDAD DEL ROSARIO

El Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario intervino en el


caso objeto de estudio constitucional, y solicitó declarar la
224
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020. Para sustentar su
posición, argumentó las deficiencias en el manejo de las sesiones virtuales en
el trámite legislativo, la violación de obligaciones internacionales por
implementación de medidas regresivas y constitutivas de tratos crueles
inhumanos y degradantes.

En primer lugar, el Grupo de Acciones Públicas sostuvo que la forma en la


que se desarrolló el trámite legislativo no respetó los principios que rigen la
deliberación propia del constituyente secundario. Señaló que, aunque en
principio el tipo de debate del acto legislativo cuestionado debió darse
presencialmente, la virtualidad en sí misma, no era impedimento para que
ocurriera de manera válida; sin embargo, el decurso de los debates del
Congreso omitió las reglas esenciales de la actuación parlamentaria, recogidas
por la Corte en 3 elementos básicos: el debate, la participación y la publicidad
de los actos382. Por lo tanto, el trámite legislativo contiene elementos que
permiten declarar su invalidez y por tanto la inconstitucionalidad de la norma
en pugna.

Por otro lado, la interviniente adujo que la cadena perpetua desconoce el fin
resocializador de la pena y con ello contradice el derecho internacional de los
derechos humanos. Argumentó que, según la normatividad internacional
vinculante, las penas privativas de la libertad serán dirigidas a la reforma y
readaptación social de los penados. Con base en lo anterior, resaltaron que la
pena perpetua tiene una finalidad innegable de exclusión del individuo de la
sociedad. En consecuencia, la medida cuestionada en el Acto Legislativo 01
de 2020 contradice directamente el fin de la pena que busca resocializar al
condenado.

Finalmente, el Grupo afirmó que la norma acusada desconoce también el


principio de no regresividad y la prohibición de tratos crueles, inhumanos y
degradantes, introducidos a través del bloque de constitucionalidad. Aseguró
que, de acuerdo con el artículo 2.1 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura, las medidas tendientes a anular la

382 Corte Constitucional. Sentencia C-008 de 2003, en intervención del Grupo de Acciones
Públicas de la Universidad del Rosario. Pág. 3.

225
personalidad de un individuo o disminuir su capacidad física o mental,
constituyen tortura. Así también, señaló el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha indicado que “la pena que adolece de grave desproporcionalidad
puede constituir un trato cruel”383. Por lo tanto, someter a una persona a pasar
el resto de su vida en prisión, aun cuando en Colombia dicha medida había
prohibida taxativamente, no solo desconoce el principio de no regresividad,
sino que también violenta la condición del sujeto condenado, que al ser
excluido de la sociedad y sometido a padecer el sufrimiento de una pena
desproporcionada, es puesto bajo un trato cruel, inhumano y degradante.
Situación esta que se agrava con la precaria condición del sistema carcelario
colombiano, donde ni siquiera los prisioneros que cumplen penas cortas
logran el objetivo de resocialización de la pena.

En suma, el Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario,


solicitó a la Corte Constitucional declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto
Legislativo 01 de 2020, toda vez que desconoce el principio de no
regresividad, constituye un trato cruel, inhumano y degradante y, además, es
producto de un trámite legislativo viciado de inconstitucionalidad.

III)    INTERVENCIONES CIUDADANAS


 
A) JUAN DAVID CASTRO ARIAS
 
El ciudadano Juan David Castro Arias, presentó escrito de intervención en el
proceso objeto de estudio constitucional y señaló que los demandantes
incurrieron en varios errores interpretativos, ya que no existió omisión al
debido proceso en el trámite legislativo, así como tampoco se sustituyó la
Constitución. Por este motivo, solicitó declarar la EXEQUIBILIDAD del
acto de reforma demandado.
 
Por un lado, el interviniente sostuvo que hay una incongruencia en la
afirmación de los demandantes cuando sostienen que el Congreso tiene la

383 Caso Harkins y Edwards Vs. Reino Unido. Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en intervención del
Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario. Pág. 9.

226
facultad de reformar la Constitución y que en este caso, al ejercer su función,
desconoció la Constitución. Indicó que frente al trámite específico, el
legislador cumplió con los requisitos que para ello imponen la Constitución y
la Ley, de manera que no hubo desconocimiento alguno del trámite acusado.
 
De otro lado, el ciudadano aplicó el juicio de sustitución de la Constitución y
sostuvo que no se configuró tal acusación. Frente a la premisa mayor, señaló
que el Estado Social de Derecho se fundamenta en el principio de dignidad
humana y el cumplimiento de los fines del Estado respecto del efectivo goce
de todas las personas en sus derechos. Así, el acto legislativo, al introducir la
medida de prisión perpetua, busca garantizar el interés superior del menor,
prevalente en nuestro modelo de Estado, que, además, redunda en un
beneficio para toda la sociedad, con lo cual no se evidencia una premisa
menor que afecte la esencia de la Constitución. En conclusión, la Carta
Política no es sustituida, toda vez que el acto de reforma se circunscribió a
principios legitimados por la misma Constitución. Por lo anterior, el
ciudadano Juan David Castro Arias solicitó declarar la EXEQUIBILIDAD del
Acto Legislativo 01 de 2020.

B) INTEGRANTES DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN JUSTICIA,


ÁMBITO PÚBLICO Y DERECHOS HUMANOS Y DEL
SEMILLERO FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DEL DERECHO
CONSTITUCIONAL DE LA UNIVERSIDAD DE LA SABANA
 
Estudiantes y profesores, integrantes del grupo de investigación Justicia,
Ámbito Público y Derechos Humanos y del Semillero Fundamentos
Filosóficos del Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de La Sabana, intervinieron en el caso sub
examine y solicitaron declarar la EXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01
de 2020. 
 
En primer lugar, los intervinientes sostuvieron que la utilización de medios
virtuales no es una condición necesaria ni suficiente para justificar un vicio de
constitucionalidad en el procedimiento legislativo. Sostuvieron, que aunque
los procesos virtuales no están regulados, no significa que se requiera una
227
reglamentación previa para realizarse; además, las inconstitucionalidades en
el trámite legislativo se generan por vicios contrarios a la Constitución y la
Ley, no por discusiones sobre el escenario o lugar en el que se desarrolló el
procedimiento. Así, tras un estudio y lectura detallada de las sesiones del
Congreso en el marco del acto de reforma acusado, los intervinientes,
señalaron que la demanda no tiene en cuenta lo que realmente ocurrió en el
debate legislativo, ya que con el análisis de las sesiones se evidencia que
varias de las afirmaciones de los demandantes carecen de fundamento.
 
A modo de ejemplo, los académicos abordaron el desarrollo del tercer debate,
llamado por los accionantes como “el incumplimiento más notorio”. En este
punto, afirmaron que en el debate del articulado se pusieron de presente
algunos impedimentos y proposiciones, lo que ocasionó que se aplazara la
votación del debate de la Ley 1922 de 2018, incluido en el orden del día. De
acuerdo con esto, en el debate cuestionado se dio comienzo a la deliberación
de las proposiciones, pero en referencia a las modificaciones de la Ley 1922
de 2018, y no del Proyecto del Acto legislativo 01 de 2020 384. En
consecuencia, afirmaron, que los accionantes interpretan de manera errada las
normas, no aportan suficiente carga probatoria de las afirmaciones y
confunden vicios de procedimiento con vicios de constitucionalidad, ya que la
ocurrencia de los primeros no supone necesariamente el acaecimiento de los
segundos.
 
Adicionalmente, sostuvieron que la demanda interpreta de manera equivocada
la doctrina del bloque de constitucionalidad, ya que “la eventual contradicción
entre un acto legislativo y las normas del bloque en sentido lato no es
condición suficiente para concluir que ese acto es inconstitucional” 385. Así, la
utilización de las normas del bloque en sentido lato está supeditada a la
existencia de una contradicción entre la norma y la Constitución en sentido
estricto. Por lo tanto, si no se afecta el bloque en sentido estricto, aunque no
se tenga en cuenta una disposición auxiliar, no significa que la Constitución
sea desconocida.

384 Intervención del grupo de investigación y semillero de la Universidad de La Sabana.


Pág. 9.
385 Ib. Ídem. Pág. 7.
228
 
Ahora bien, frente al juicio de sustitución de la Constitución, los
intervinientes recordaron que esta doctrina fue adoptada para evitar que los
órganos con poder de reforma desconozcan los principios o fundamentos del
sistema constitucional. Por esta razón, no puede recurrirse a esta figura solo
por razones de inconveniencia o por juicios valorativos que califican la
reforma de inadecuada. Al respecto, argumentaron que aunque la reforma
resulta inconveniente por cuestiones de política criminal, situación carcelaria,
entre otras, no significa que se sustituya el sistema constitucional en dicha
materia. Así, la determinación de los principios esenciales de la Constitución
no obedece a generalizaciones empíricas o consideraciones de política pública
que resultan siendo contingentes. Dichas apreciaciones son propias de la
discusión legislativa, no de la teoría constitucional sobre elementos esenciales
de la Carta.
 
En otro sentido, consideraron que es diferente hablar de un desarrollo de un
eje axial que hablar de un eje axial propiamente. En esta medida, aseguraron
que los demandantes sientan su argumento principal en que se sustituye el
derecho a la resocialización, dispuesto en el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos que dispone como finalidad esencial de la pena
la reforma y readaptación social de los reos. Sin embargo, el hecho de que una
norma de derecho internacional sea parte del bloque de constitucionalidad no
significa que se constituya automáticamente en eje definitorio de la
Constitución. Además, la prisión perpetua revisable contenida en el acto de
reforma no desconoce los derechos reconocidos en el pacto, ya que este no
prohíbe ese tipo de medidas. En consecuencia, la norma demandada no
contradice la Constitución, ni la sustituye.
 
En suma, los intervinientes consideraron que el Acto Legislativo 01 de 2020,
no sustituye la Constitución y por lo tanto debe ser declarado EXEQUIBLE,
por las razones expuestas anteriormente.
 
C) MAURICIO CRISTANCHO ARIZA
 

229
El ciudadano Mauricio Cristancho Ariza, intervino en el proceso de la
referencia y solicitó declarar la EXEQUIBILIDAD CONDICIONADA del
Acto Legislativo 01 de 2020, además requirió a la Corte pronunciarse sobre la
posible inconstitucionalidad de algunas disposiciones del código penal
colombiano.
 
En primer lugar, argumentó que la redacción de algunos apartes del acto
legislativo es vaga y puede conducir a la consideración de su
inconstitucionalidad, aunque perse no lo sea. Con relación a ello, señaló que
la indeterminación del momento de revisión de la pena de prisión no inferior
a 25 años podría llevar a que en el momento de su regulación el legislador
disponga 40, 50 o más años; hecho que transformaría la norma a su
inconstitucionalidad por la inexistente posibilidad de resocialización del
condenado. En esta línea, el ciudadano expuso que, con fundamento en el
derecho internacional, el principio de proporcionalidad de las penas se
satisface con la fijación de un límite razonable para la revisión de las
sentencias. Así, el principio de no irreductibilidad es respetado cuando la pena
ofrece una perspectiva cierta de liberación, atada a la revisión de la sanción.
Razón por la cual, la Corte debería modular la sentencia para indicar que la
pena sea revisada “en un término de 25 años” y no dejar indeterminada la
interpretación sobre dicho momento, que resulta relevante, frente a la
adecuación de la norma con la Carta.
 
Ahora bien, el interviniente recordó que en el caso colombiano se admiten
máximos de 50 años de prisión por la comisión de determinados delitos y 60
por concurso de ellos, sin que se haya encontrado, en su introducción, la
vulneración de los principios de dignidad humana y proporcionalidad. Es así,
como la fijación de un término de 25 años para la revisión de la pena
perpetua, es más favorable que un máximo de 60 años. Además, en su
momento, se avaló la incorporación del Estatuto de Roma que consagra la
prisión perpetua revisable a los 25 años. Asimismo, adujo, que fue la Corte
Constitucional la que señaló que existen unos fines regulados en la Ley y que
orientan la imposición de penas, de manera que la norma acusada introduce
por primera vez a la Constitución el término de resocialización y centra su
enfoque en este fin y no en otros. Por lo tanto, la norma en pugna es
230
constitucional, ya que no solo satisface los principios de proporcionalidad y
no irreductibilidad que demandan los estándares internacionales, sino que,
“irónicamente, ha humanizado nuestro sistema penal”386 al introducir la
posibilidad de revisión en menor tiempo que las penas máximas vigentes.
 
Finalmente, una revisión del sistema penal colombiano, deja en evidencia la
inconstitucionalidad sobreviniente de varias normas con la introducción del
acto legislativo demandado. En primer lugar, hay penas más altas y sin
posibilidad de revisión. Así, la Corte debe determinar si a las personas
actualmente condenadas a penas superiores a 25 años por delitos sexuales
contra menores aplicaría el principio de favorabilidad penal. Adicionalmente,
corresponde al alto Tribunal dar cuenta si el acto legislativo ha fijado un
límite punitivo al sistema de penas en la propia Constitución, siendo la prisión
perpetua revisable a los 25 años, la más grave, lo que produce la
inconstitucionalidad de algunos artículos del código penal como el 31 y 37
que fijan topes punitivos. Es por ello que el interviniente sugirió la
integración de la unidad normativa, como mecanismo excepcional aceptado y
aplicado por la misma Corte, cuya necesidad surge a partir de este análisis
constitucional.
 
En suma, el ciudadano Mauricio Cristancho Ariza solicitó a la Corte declarar
EXEQUIBLE el Acto Legislativo 01 de 2020, de manera CONDICIONADA
a que la pena sea revisada en el término fijo de 25 años, y a que el legislador
establezca que la resocialización se supedite a que el Estado haya ofrecido
garantías ciertas de reincorporación social, a efectos de que la resocialización
en las cárceles del país sea una realidad.

D) HAROL EDUARDO SUA MONTAÑA


 
El ciudadano Harold Eduardo Sua Montaña presentó escrito de intervención
en el proceso de la referencia y consideró que el Acto Legislativo 01 de 2020
sustituye la Constitución, de modo que solicitó declarar su
INEXEQUIBILIDAD. Para sustentar su posición, analizó la alegada falta de

386 Intervención ciudadana de Mauricio Cristancho Ariza. Pág. 7.


231
competencia del Congreso en la expedición del acto de reforma y la
recusación de los senadores en el trámite legislativo.
 
En primer lugar, el interviniente sostuvo que el trámite de la recusación en el
proceso legislativo desconoció el principio de juez natural, produciendo la
nulidad de lo actuado a partir del rechazo de la recusación. En este sentido,
argumentó que el artículo 64 de la Ley 1828 de 2017 dispone que las
recusaciones deben ser respondidas por la Mesa Directiva de la Comisión de
Ética y Estatuto del Congresista, a través de resolución motivada. Teniendo en
cuenta que la recusación, en el caso concreto, fue rechazada de plano por el
presidente de la Comisión de Ética del Senado, ignoró la normatividad en la
materia que dispone otra forma de proceder. Por lo tanto, existió en ese caso
un vicio en el trámite legislativo, sin perjuicio de ser saneable retrotrayendo el
proceso al primer debate de segunda vuelta, con la respuesta debida a la
recusación en cuestión.
 
Por otro lado, el ciudadano aseguró que el acto reformatorio no satisface los
requisitos necesarios para evitar la sustitución de la Constitución. Al respecto,
señaló que el estudio detallado de las gacetas del Congreso, relativas al acto
que se cuestiona, no llena la carga argumentativa requerida para asegurar que,
a pesar de la medida de prisión perpetua, se demuestre a cabalidad la ausencia
de cualquier tipo de violación a la dignidad humana del reo y el cumplimiento
de los fines de la pena, pues la forma en la que se expone la prisión revisable
es ineficaz. Añadió que, aunque el Congreso no lo sustenta con suficiencia, la
demanda que se estudia en este caso, tampoco demuestra la evidente
transgresión del principio de dignidad humana. Por lo tanto, dijo, la Corte
deberá suplir esa ausencia argumentativa con un estudio detallado y
pormenorizado del caso.
 
En conclusión, el ciudadano consideró que el Acto Legislativo demandado es
el producto de un ejercicio inadecuado del poder de reforma del órgano
legislativo, ya que el cambio introducido a la Constitución termina por
sustituirla. En consecuencia, solicitó declarar la INEXEQUIBILIDAD del
acto legislativo en cuestión.

232
E) RICARDO POSADA MAYA
 
El ciudadano Ricardo Posada Maya, intervino en el proceso de la referencia
con la solicitud de declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 02
de 2020, ya que este sustituye la Constitución.
 
En primer lugar, argumentó que el Acto Legislativo objeto de demanda
sustituye la Constitución en la medida que desconoce el modelo de Estado
Social de Derecho y la intangibilidad de algunos principios fundamentales
como la dignidad humana, la igualdad material y la libertad personal. Indicó
que la prisión perpetua revisable es una medida ineficaz y poco efectiva en el
sistema de justicia colombiano que, contrario a prevenir la violencia sexual
contra menores, agrava el estado de cosas inconstitucional existente.
Adicionalmente, esta medida carece de estudios empíricos serios que
demuestren la relación que la sanción guarda con la prevención del tipo de
delitos a la que es aplicable y cómo puede proteger a víctimas de crímenes
similares. Por tanto, la medida se convierte en un peligroso experimento
social intuitivo387, además no distingue la aplicación de sanción entre autores
y partícipes en los delitos sexuales y en los homicidios en contra de los
menores de edad.
 
Por otro lado, la prisión perpetua revisable afecta determinantemente el
sistema general de individualización de las penas y provoca graves daños a la
igualdad material, la responsabilidad individual por el hecho y la valoración
de la ofensividad de los delitos. Sostuvo que la sanción penal propuesta,
restringe de manera desproporcionada y costosa los derechos humanos de los
reclusos y no se ha demostrado que sea más efectiva para prevenir los delitos
contra los menores, que una pena de prisión de mediana duración. De esta
forma, la medida se fundamenta en una postura mucho menos garantista y que
limita la rehabilitación de los derechos del sentenciado, en particular, el
derecho constitucional de libertad de locomoción.
 
Finalmente, el interviniente adujo que la incorporación de la prisión perpetua
no cumple con el estándar constitucional mínimo que debe cumplir una
387 Intervención ciudadana de Ricardo Posada Maya. Pág. 4.
233
política criminal respetuosa de los derechos humanos. Argumentó, que no se
ha comprobado que los efectos contra los derechos fundamentales estén
justificados por su capacidad preventiva para controlar o disminuir de manera
eficaz los delitos sexuales o los homicidios en contra de menores, o que se
puede reducir la reincidencia en este tipo de actuaciones criminales. En ese
mismo sentido, la pena perpetua ignora el principio de ultima ratio del
derecho penal al no haberse agotado otro tipo de medidas punitivas o de
políticas criminales que, siendo más eficaces, comporten menos costos
personales y sociales para los derechos fundamentales de los condenados. Así
pues, la prisión perpetua revisable, mínimo a los 25 años de reclusión, implica
una restricción desproporcionada del derecho a la libertad personal.
 
En definitiva, el ciudadano Ricardo Posada Maya consideró que la prisión
perpetua revisable desconoce el derecho penal de acto e instituye el derecho
penal subjetivo o de autor, que deriva en la equivocada imposibilidad de
resocializar a los condenados. Todo ello, a partir de presunciones
indemostrables sobre la peligrosidad criminal, la posibilidad de delitos a
futuro y la necesidad de defensa social. En consecuencia, solicitó a la Corte
Constitucional declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de
2020, por resultar contrario a la Constitución, al punto de sustituirla.
 
F) YESID REYES ALVARADO
 
El ciudadano Yesid Reyes Alvarado, presentó escrito de intervención en el
caso que se estudia y solicitó declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto
Legislativo 01 de 2020, por considerar que desconoce la Constitución.
 
En primer lugar, el interviniente examinó el sentido de lo que se entiende por
resocializar e indicó que implica alcanzar las condiciones para volver a la
sociedad de manera anticipada al cumplimiento de la pena. Es así, como el
acto legislativo lo permite, aunque no debió definir un límite mínimo de
cumplimiento de la pena, sino que la resocialización debería poder evaluarse
en cualquier momento cuando se acrediten las condiciones para ello. Añadió
que con la prisión perpetua no se conculca al delincuente su derecho a la vida;
sin embargo, si es privado de su derecho a la vida digna. Lo anterior,
234
considerando que la Corte Constitucional ha sostenido que en un Estado
social de derecho el objeto del derecho penal no es excluir al reo de la
sociedad, sino buscar su reinserción en ella. En este orden de ideas, solo son
compatibles con los derechos humanos las penas que tiendan a la
resocialización del condenado.
 
En relación con lo anterior, el ciudadano manifestó que una vez que el reo
cumpla la pena, el Estado está en la obligación de disponer los medios
necesarios para que este pueda reinsertarse en la sociedad y desarrollar su
proyecto de vida. A su juicio, en eso consiste la reinserción social de que trata
el artículo 4 del Código Penal colombiano. Es por ello, que la prisión perpetua
no se reduce a devolver un mal proporcional al delito cometido, sino que
busca controlar de manera desproporcionada al condenado para que en el
futuro no vuelva a cometer delitos; es decir, es castigado por la probabilidad
de que llegue a delinquir, y no por el hecho punible efectivamente cometido.
En consecuencia, nos encontramos ante un panorama normativo contrario al
artículo 29 de la Constitución, en virtud del cual las personas solo pueden ser
juzgadas por sus actos.
 
En conclusión, Yesid Reyes Alvarado consideró que el Acto Legislativo 01 de
2020 debe ser declarado INEXEQUIBLE porque vulnera el derecho
fundamental a una vida digna, el principio del derecho penal, de la mano del
artículo 29 de la Constitución, además no cumple con el fin principal de la
pena de reinserción social.
 
G) COLEGIO DE ABOGADOS PENALISTAS DE COLOMBIA
 
El Colegio de Abogados Penalistas de Colombia intervino en el proceso de la
referencia para solicitar a la Corte Constitucional declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2021 al encontrar vicios de
procedimiento y configurarse la sustitución de la Constitución.
 
En primer lugar, los intervinientes sostuvieron que el trámite del acto
reformatorio al interior del Congreso desconoció reglas de procedimiento que
permitían concluir la validez del proceso. Aseguró, que la falta de publicación
235
de las gacetas desconoció el principio de publicidad y además la falta de
verificación del quórum decisorio afectó directamente los principios de
democracia y transparencia del debate. Así también, la falta de certeza al
inicio de las sesiones, la ausencia de asistencia en algunos debates, la
inadecuada participación de las minorías y de la oposición, entre otras, fueron
vicios, que de acuerdo con el escrito de intervención, estuvieron presentes en
el trámite del acto reformatorio. De manera que se puede concluir su
inconstitucionalidad por desconocimiento de principios que rigen el sistema
democrático de nuestro Estado.
 
En segundo lugar, el Colegio de Abogados Penalistas adujo que el Congreso
como poder constituyente derivado no está autorizado a desbordar la
competencia de reforma que le otorga la Constitución. Argumentaron, que el
principio de dignidad humana es parte esencial del texto superior. Este
principio, valor y derecho, definido constitucionalmente, es desconocido
cuando se pretende apartar a una persona de la sociedad con una pena
privativa de la libertad como la contenida en el acto de reforma acusado, ya
que se da por sentada la imposibilidad de resocializar al condenado. Además,
la sanción de prisión perpetua ignora el principio del derecho penal de acto y
despersonaliza al sujeto que comete la conducta punible. Asimismo, señalaron
que la naturaleza revisable de la cadena perpetua no le resta valor a los
argumentos esbozados, ya que es apenas una posibilidad remota que impide
que el actor de la conducta punible pueda tener un proyecto de vida o alguna
esperanza de ello, con posterioridad a su condena. En consecuencia, la norma
demandada desconoce el principio de dignidad humana como eje axial de la
Constitución.
 
En consecuencia, el Colegio de Abogados Penalistas de Colombia consideró
que no solo se desconocieron las reglas del procedimiento legislativo, sino
que también se configuró la sustitución de la Constitución, y por tanto, le
asiste razón a los demandantes. En ese sentido, solicitó a la Corte declarar la
INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2021 por el cual se reformó
el artículo 34 de la Constitución Política de 1991.
 

236
H) COALICIÓN CONTRA LA VINCULACIÓN DE NIÑOS, NIÑAS
Y JÓVENES AL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA -
COALICO
 
La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto
armado en Colombia – Coalico, intervino en el proceso de la referencia y
solicitó declarar la INEXEQUIBILIDAD del Acto Legislativo 01 de 2020,
por ser producto de un exceso de competencias del Congreso y sustituir
principios fundantes de la Constitución.
 
Para la interviniente, el acto legislativo acusado desconoce el principio
constitucional del interés superior del menor frente a los derechos de los
demás. Al respecto, presentó un informe sobre el riesgo que corren los
menores, víctimas de violencia sexual, a manos de grupos armados ilegales y
también de miembros de la fuerza pública. Señaló, que el análisis de los
fenómenos de criminalidad en materia de violencia sexual en contra de niñas,
niños y adolescentes debe incluir un exhaustivo estudio del rol de los actores
armados, legales e ilegales, como agentes responsables de la comisión de
dichas conductas punibles. Asimismo, sostuvieron que es necesario que se
analicen las causas que permiten o favorecen la proliferación de dichas
actuaciones en regiones o territorios con una mayor intensidad del conflicto y
cuyas disposiciones locales y regionales permiten fenómenos como el de la
impunidad o ausencia de sanción efectiva.
 
La Coalición sostuvo que la modificación del artículo 34 superior no solo
implica la vulneración del principio constitucional de dignidad humana como
lo alegan los demandantes, sino que también contraviene directamente la
jurisprudencia convencional vinculante en la materia. Además, implica la
violación del principio del interés superior del menor, aplicado respecto de la
sanción penal, cuando el penado sea un menor de 18 años, pues dicha
disposición no discrimina su aplicación a los menores que funjan como sujeto
activo en la comisión de los crímenes enlistados. En consecuencia, los
menores serán merecedores de la cadena perpetua en abierta contradicción a
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, las cuales consideran la prisión
237
perpetua como un trato cruel, inhumano e incompatible con el principio del
interés superior del menor.
 
Por lo expuesto anteriormente, la COALICO sostuvo que existe una duda
razonablemente fundada sobre el riesgo de victimización mayor para los
menores, ocasionada por la modificación introducida por el acto reformatorio.
añadió que el principio constitucional del interés superior del menor y la
prevalencia de sus derechos sobre los de los demás no soporta que se asuma
dicho riesgo. Por lo tanto, toda vez que el Congreso de la República sustituyó
la Constitución con la introducción del Acto Legislativo 01 de 2020, la
interviniente solicitó a la Corte Constitucional declarar la
INEXEQUIBILIDAD de la norma demandada.

238
ANEXO II

COMISIÓN DE ÉTICA Y ESTATUTO DEL CONGRESISTA-


SENADO DE LA REPÚBLICA

El 24 de noviembre de 2020 la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista


del Senado de la República, a través de su vicepresidenta, rindió informe
sobre los cargos presentados en contra del Acto Legislativo 01 de 2021, por el
alegado desconocimiento del artículo 294 de la Ley 5 de 1992. Para ello
expresó lo siguiente:

Señaló, en primer término, que el 8 de junio de 2020, se recibió una


recusación contra todos los senadores integrantes de la comisión en mención,
frente a la votación del Proyecto de Acto Legislativo No. 21 de 2019 del
Senado y 001 de 2019 de la Cámara, ya que, según el recusante, el proyecto
representaba, para los senadores en cuestión, un beneficio electoral.

Indicó que en auto del 8 de junio de 2020, el presidente de la comisión


declaró la improcedibilidad de la recusación por ausencia de elementos
probatorios que soportaran la recusación y por falta de individualización de
los recusados, incumpliendo así el requisito de procedibilidad contenido en el
artículo 64 de la ley 5 de 1992. Afirmación que fue aclarada al día siguiente,
con la citación de la normatividad correspondiente al Código de Ética y
Disciplinario del Congresista, Ley 1828 de 2017, que señala los requisitos de
procedibilidad para la presentación de recusaciones. Con ello ratificó la
decisión adoptada el día anterior.

El 11 de junio de 2020 el presidente de la Comisión resolvió una solicitud


presentada por el Senador Roy Barreras para rendir descargos en el trámite de
recusación. En dicha respuesta se indicó que no era pertinente realizar la
diligencia de descargos solicitada, ya que se había determinado la
improcedencia de la recusación por omision de requisitos de procedibilidad

239
dispuestos en la ley. Además, el recusante no indicó con claridad los hechos y
las circunstancias por las que se presentaba la situación beneficiosa, motivo
de recusación.

En el documento enviado a la Corte, se adjuntó el trámite dado a la


recusación, que incluye; (i) la solicitud de recusación, (ii) el auto y su
aclaración, cuyo contenido niega la solicitud por improcedencia y (iii) la
solicitud de rendir descargos y su correspondiente respuesta.

INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO –


INPEC.

El 2 de enero de 2021, la Dirección de Atención y Tratamiento- Subdirección


de Atención Psicosocial, envió respuesta a la solicitud de la Corte, frente al
caso objeto de análisis constitucional y refirió lo siguiente:

Frente a la primera cuestión propuesta por este despacho, sobre los “efectos
en la salud mental y física de las personas privadas de la libertad intramural
por periodos largos de tiempo”, el Instituto citó diversos autores y expertos en
política criminal que indican que una persona que permanece por largos
periodos en prisión presenta tensión emocional y presión, de la mano de
síntomas depresivos y ansiosos, cambios de cogniciones, en la salud mental,
formación de fantasías, respuestas emocionales primitivas como la
agresividad y el ataque, pérdida de la autoestima, deterioro de la imagen del
mundo exterior debido a la vida monótona, crisis de identidad, distorsión en la
fijación de límites entre sí mismo y el resto, la imagen corporal pierde
importancia, es frecuente el deterioro en la habilidad para tomar decisiones y
elecciones incluso mínimas, acentuación de ansiedad, depresión,
conformismo, indefensión y dependencia. En el área social se evidencia la
contaminación criminal, alejamiento familiar, laboral, aprendizaje de
supervivencia extrema (mentir, dar pena, entre otros).

“Estados de despersonalización, pérdida de la intimidad, falta de control sobre


la propia vida, ausencia de expectativas, ausencia de una vida sexual activa y

240
alteraciones en el sueño, generando desviaciones considerables en el bienestar
psicológico”.

Frente a la tercera cuestión, sobre “las políticas, procesos y programas de


resocialización de las personas privadas de la libertad, incluyendo aquellos
que se implementan, concretamente, para el tratamiento de las personas que
han cometido delitos como los que regula el Acto Legislativo 01 de 2020”, el
INPEC indicó que mediante contrato interadministrativo N° 053/2012
suscrito con la Universidad Nacional de Colombia el INPEC desarrolló cinco
programas psicosociales de tratamiento penitenciario a través proyecto de
inversión denominado “investigación, estandarización y validación de
criterios para el diseño, formulación, implementación y seguimiento de los
programas de tratamiento penitenciario en los establecimientos de reclusión
del orden nacional”. Los programas son:

- Programa de intervención penitenciaria para agresores sexuales.


Busca disminuir niveles de reincidencia.

- Programa responsabilidad integral con la vida, intervención en


autoengaño.
Con la finalidad de reducir los niveles de autoengaño en la población
penitenciaria, abordando cada una de las dimensiones que hacen parte de
este constructo, fomentando el comportamiento prosocial y las
competencias sociales de los internos. Permite incidir en un factor que
para muchos internos influencia de forma importante el riesgo de
reincidencia.

- Programa Cadena de Vida.


Programa con orientación educativa crítica que además de enfocarse en un
trabajo de construcción e intervención colectiva, busca el desarrollo
praxiológico y autoreflexivo de competencias y conocimiento de herramientas
para el manejo integral del proceso vital humano.

- Programa preparación para la libertad y servicio post-


penitenciario
241
La finalidad de este programa es la disminución de la reincidencia delictiva en
personas condenadas e internas en establecimientos de reclusión, además de
lograr la disminución de la afectación de prisionalización en el retorno a su
vida en libertad.

- Programa educación integral y calidad de vida


Busca fomentar una cultura basada en el respeto al otro, la adherencia a la
norma formal que implica el respeto al otro, cuestionar símbolos subcultura
delincuencial con el fin de fomentar una cultura de responsabilidad y respeto,
incentivando en los participantes procesos de reestructuración de
pensamiento, desarrollo de habilidades de comunicación y convivencia.

Adicional a los programas ya mencionados, el INPEC implementa programas


de educación y trabajo, de acuerdo a lo establecido en la resolución N° 3190
de 2013.

Con relación a la segunda pregunta, el INPEC aportó datos que se copian a


continuación.

242
243
SALVAMENTO DE VOTO DE LA MAGISTRADA
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
A LA SENTENCIA C-294/21

PODER DE REFORMA DE LA CONSTITUCION-Alcance


(Salvamento de voto)

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE REFORMA


CONSTITUCIONAL-Límites y competencia (Salvamento de voto)

JUICIO DE SUSTITUCION DE LA CONSTITUCION-No es un


juicio de control material (Salvamento de voto)

COMPETENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL EN JUICIO


DE SUSTITUCION-Autorestricción judicial que permite cumplir
objetivos (Salvamento de voto)

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE REFORMA


CONSTITUCIONAL POR VICIOS DE COMPETENCIA-Supone
un control material que escapa a la competencia de la Corte
Constitucional (Salvamento de voto)

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE ACTO


REFORMATORIO DE LA CONSTITUCION POR
SUSTITUCION-Aspectos definitorios de la Constitución (Salvamento
de voto)

La definición de los ejes axiales de la Carta Política exige un importante


equilibrio entre la función asignada a esta Corporación, el respeto por la
competencia de los órganos democráticos en quienes se depositó el poder de
reforma constitucional, la restricción del control judicial a los vicios en la
formación del acto y el principio de separación de poderes. Esta identificación

244
debe ser el resultado de un análisis del pacto fundamental como un todo, de
una profunda y sistemática revisión de su proceso de formación, y de una
precisión conceptual suficiente que permita identificar los elementos que de
ser eliminados o sustituidos alterarían de manera esencial y significativa la
Carta Política y, por lo tanto, se estaría en presencia de otro pacto
fundamental.

DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA DE LOS NIÑOS, NIÑAS


Y ADOLESCENTES-Consagración constitucional e Instrumentos
internacionales con un enfoque de protección integral (Salvamento de
voto)

PRINCIPIO DE DIGNIDAD HUMANA DE LOS NIÑOS-Protección


(Salvamento de voto)

Así las cosas, resulta claro que los mecanismos de protección de los niños en
contra de todas las formas de violencia tienen un nexo directo con la dignidad
humana. Por lo tanto, en la definición del eje axial el Estado Social y
Democrático de Derecho fundado en la dignidad humana, la mayoría de la
Sala consideró únicamente la manifestación de pilar correspondiente a la
finalidad de la pena, pero pretermitió que la reforma constitucional también
involucraba otra manifestación del mismo eje: la protección de los menores de
edad contra toda forma de violencia y el carácter prevalente de sus derechos.

PRINCIPIO DE INTERPRETACION DEL EFECTO UTIL


(Salvamento de voto)

Referencia: D-13915

Asunto: Demanda de inconstitucionalidad


contra el Acto Legislativo 01 de 2020 “por
medio del cual se modifica el artículo 34
de la constitución política, suprimiendo la
prohibición de la pena de prisión perpetua
245
y estableciendo la prisión perpetua
revisable.”

Magistrada Ponente:
CRISTINA PARDO SCHLESINGER

Con el acostumbrado respeto por las decisiones de la Corte Constitucional a


continuación presento las razones que me llevaron a salvar el voto en la
Sentencia C-294 de 2021, adoptada por la Sala Plena de esta Corporación en
sesión del 2 de septiembre de este mismo año.

1. La sentencia decidió dos cargos formulados en contra del Acto Legislativo


01 de 2020. El primero, relacionado con un vicio en el trámite de la
recusación presentada en contra de los miembros de la Comisión Primera del
Senado. Los demandantes adujeron que la Comisión de Ética del Estatuto del
Congresista no decidió de forma colegiada, a pesar de ser la autoridad
competente para el efecto, la recusación en mención. El segundo,
corresponde a un asunto competencial, propuesto con base en la doctrina de la
sustitución de la Constitución Política. Los actores señalaron que el Acto
Legislativo 01 de 2020, al derogar la prohibición de prisión perpetua e
introducir la prisión perpetua revisable sustituyó el eje axial de la Carta
Política correspondiente a la dignidad humana.

2. Mi disenso con la sentencia se circunscribe al examen del cargo


segundo388. En relación con esta censura, la mayoría de la Sala determinó que
388 En relación con el cargo primero, la Sala estimó que si bien se presentó una
irregularidad en la decisión de recusación formulada en contra de los miembros de la
Comisión Primera del Senado esta no tuvo la entidad para afectar la validez del trámite
legislativo porque no afectó la formación de la voluntad política del Senado, los derechos de
las minorías parlamentarias o la deliberación democrática. En particular, se consideró que: (i)
la recusación se presentó en un momento en el que ya se había dado un amplio curso a las
discusiones de quienes apoyaban el proyecto y de quienes se oponían; (ii) los informes de
archivo del proyecto en la Comisión Primera del Senado ya se habían presentado por los
ponentes, se había dado una discusión previa y solo faltaba cerrar con una conclusión y
someterlas a votación; (iii) la votación se realizó incluso con miembros de partidos de la
oposición; (iv) la recusación fue debatida y unánimemente rechazada por la Plenaria del
Senado por su notoria improcedencia, y (v) en la Plenaria del Senado la voluntad de la

246
se cumplieron los requisitos de aptitud exigidos para el cuestionamiento de un
acto legislativo con fundamento en la doctrina de la sustitución. Luego,
identificó las dos premisas del juicio, a saber: (i) la premisa mayor, que
corresponde al eje definitorio de la Constitución: el Estado Social y
Democrático de Derecho fundado en la dignidad humana y la consecuente
finalidad de resocialización de la pena; y (ii) la premisa menor, el
levantamiento de la prohibición de la pena de prisión perpetua y la
autorización excepcional de la misma para los delitos cometidos contra la
vida e integridad de los niños, niñas y adolescentes con la posibilidad de
revisión transcurrido el término de veinticinco años.

En la confrontación de las premisas descritas concluyó que el Acto


Legislativo 01 de 2020 sustituyó el eje axial identificado por cuanto: (i) el
mecanismo de revisión de la pena previsto en el acto era indeterminado; (ii) la
medida no era idónea para la protección de los derechos de los niños; (iii) en
la revisión de los estándares de DIDH la prisión perpetua exige que se
garantice un mecanismo de revisión que mantenga el derecho a la esperanza;
y (iv) en algunos ordenamientos la prisión perpetua se introdujo como
mecanismo de sustitución de la pena de muerte y, por lo tanto, de
humanización. En contraste, en nuestro ordenamiento la proscripción de la
cadena perpetua constituyó el punto de partida y, por lo tanto, introducir esa
sanción implica un retroceso en la humanización de las penas.

3. Identificados, a grandes rasgos, los fundamentos de la decisión mayoritaria


a continuación plantearé las razones de mi disenso. El punto de partida de este
salvamento de voto exige precisar que comparto la premisa, ampliamente
desarrollada por la mayoría de la Sala, de acuerdo con la cual la función
principal de la pena de prisión en un Estado Social y Democrático de
Derecho es la resocialización del individuo. Sin embargo, el Acto
Legislativo 01 de 2020, a mi juicio, no anulaba esa finalidad y, por lo tanto,
con independencia de mi posición personal con respecto a las figuras
sancionadoras del derecho penal, su utilidad, eficacia o conveniencia,
considero que la decisión de la mayoría de la Sala desbordó la competencia

mayoría parlamentaria era nítida.

247
asignada a la Corte Constitucional en el control de los actos reformatorios de
la Carta Política.

Para evidenciar el exceso en mención, haré una breve referencia a las


implicaciones de los mecanismos de reforma de la Constitución y, en
consecuencia, los límites a la competencia para el juzgamiento de los actos
legislativos. Luego, con base en los elementos descritos, expondré las razones
por las que en el presente asunto la mayoría de la Sala no ejerció un control de
sustitución, tesis general con la que estoy de acuerdo, sino un control material
prohibido en la Constitución y muy nocivo para el sistema democrático. En
concreto, expondré mi disenso con: (i) la conclusión sobre la aptitud del cargo
para provocar una decisión de fondo; (ii) la consideración de una sola de las
manifestaciones del eje que concurrían en el presente asunto; (iii) el alcance
del Acto Legislativo 01 de 2020; y (iv) la naturaleza de las razones en las que
se justificó la sustitución del pilar.

El juicio de sustitución de la Carta Política

4. La Constitución Política de 1991 previó mecanismos para su reforma en


aras de que el pacto tenga posibilidades de ajuste y actualización a los
cambios sociopolíticos más trascendentales, y radicó esa facultad en cabeza
del Congreso de la República, la Asamblea Constituyente y el Pueblo
mediante referendo389. La inclusión de instrumentos de reforma en el diseño
constitucional persigue importantes finalidades para la preservación del pacto
mismo, en particular: (i) evitar la petrificación de la Carta 390; (ii) canalizar y
absorber los cambios sociales, y (iii) garantizar la supervivencia del
ordenamiento constitucional ante la dinámica de las sociedades
contemporáneas391.

389 Artículo 374 de la Carta Política.


390 La Constitución de 1991 no prevé límites de intangibilidad material absoluta, ni
cláusulas de perpetuidad, como lo hacían distintas constitucionales nacionales tales como las
de 1821, 1830, 1832, 1843. Este elemento ha sido esencial en el examen y la consideración
de los límites al control judicial de las reformas constitucionales, en el sentido de que el
control judicial no provoque la petrificación de las cláusulas que no instituyó el constituyente
primario. Sentencia C-699 de 2016 M.P. María Victoria Calle Correa.
391 Sentencia C-551 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
248
5. La posibilidad de reforma constitucional, aunque evidente, es entonces la
premisa de la que se debe partir tanto en el ejercicio de la competencia como
en el control judicial de los actos reformatorios de la Constitución. La
previsión de estos mecanismos tiene las siguientes implicaciones:

5.1. La primera implicación relevante, desarrollada en el Título XIII superior,


es la delimitación de la competencia del órgano reformador, pues esta se
otorgó para la reforma, esto es, para la modificación y no para el reemplazo o
la sustitución de la Carta Política, premisa a partir de la que se construyó la
doctrina de sustitución392. Este límite además de provenir del sentido natural
de la acción –reformar– está sustentado en la distinción entre el poder
constituyente y los poderes constituidos393. Por lo tanto, esta Corporación ha
señalado de manera suficiente que la competencia asignada al órgano de
reforma no autoriza a “subvertir el orden superior que le otorga justificación,
pues un cambio de esta índole estaría reservado exclusivamente a un poder
político de mayor entidad que el Estatuto Superior, el cual no es otro que el
Poder Constituyente radicado en el Pueblo soberano”394

392 Los límites de las facultades para modificar la Carta fueron enunciados por primera vez
en la Sentencia C-551 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett, en la que se indicó que los
órganos titulares del poder de reforma no se encuentran habilitados para derogarla, destruirla,
subvertirla o sustituirla.
393 “El establecimiento de límites al poder de reforma remite, en criterio del mismo
precedente, a cuestiones trascendentes de teoría política, como es la distinción entre el poder
Constituyente y los poderes constituidos, también denominados como constituyentes
derivados. De acuerdo con esta diferenciación, cuando se adelantan reformas
constitucionales por parte de poderes constituidos, como es el Congreso, es evidente que el
presupuesto para la validez de esa actuación está, precisamente, en la Carta Política, pues
es este documento jurídico el que (i) se fijan las reglas, calidades y condiciones para la
conformación del Congreso; y (ii) se le asigna la competencia al órgano de representación
popular para adelantar la reforma constitucional. Esta clara relación de subordinación
entre el poder constituido y la norma que le confiere las potestades tanto para su
conformación como para modificar la Carta, implica que la competencia para reformar la
Constitución no puede extenderse al punto de subvertir el orden superior que le otorga
justificación, pues un cambio de esta índole estaría reservado exclusivamente a un poder
político de mayor entidad que el Estatuto Superior, el cual no es otro que el Poder
Constituyente radicado en el Pueblo soberano, que por su propia naturaleza no está
sometido prima facie a límites jurídicos.” Sentencias C-303 de 2010 M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva.
394 Sentencia C-084 de 2006. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
249
5.2. La segunda implicación, y la más relevante para el presente asunto, se
proyecta sobre el control judicial y la identificación de una situación de
sustitución, por oposición a un acto reforma. En concreto, la competencia
asignada en el artículo 241.1 superior a la Corte Constitucional en relación
con los actos reformatorios de la Carta Política se limitó al control de los
vicios de procedimiento en su formación. El juicio de sustitución se enmarca
en esa función únicamente en tanto evalúe la capacidad jurídica del órgano
reformador, particularmente su competencia en los términos descritos. De
manera que, este control, aunque implique la valoración material del acto,
para que se enmarque en las funciones asignadas a este Tribunal no puede
equipararse al juicio de confrontación.

En ese sentido, la jurisprudencia de esta Corporación ha precisado que el


juicio de sustitución está dirigido a establecer una oposición radical y un
reemplazo de la Carta Política. Por lo tanto, no puede sustentarse en: (i) la
identificación de diferencias con el texto original, ya que si se hace una
reforma constitucional es precisamente para modificar el stato quo existente,
de ahí que siempre se presentarán; (ii) un juicio de intangibilidad, pues la
Carta Política no previó cláusulas pétreas y, por consiguiente, es un texto
abierto al cambio político sin alterar sus pilares fundamentales; y (iii) un
examen de confrontación, pues las disposiciones originales de la
Constitución y el Acto Legislativo tienen la misma jerarquía normativa, de
manera que no se presenta una situación de subordinación jerárquica. Con
estas precisiones en la doctrina de la sustitución se ha hecho especial énfasis
“en la necesidad de evitar que, a partir de una errónea comprensión del
juicio de sustitución se confunda o torne en un control material del acto
legislativo.”395

En aras de diferenciar el control de constitucionalidad de las leyes y de los


actos de reforma de la Carta Política se ha explicado que estos últimos, por su
naturaleza, tienen impactos profundos en instituciones y principios
constitucionales, pero esta circunstancia no es suficiente para establecer la

395 Sentencias C-288 de 2012 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; C-332 de 2017 M.P. Antonio
José Lizarazo Ocampo.

250
sustitución de los acuerdos constituyentes básicos396. En efecto, el tipo de
acto: dirigido a modificar los principios, instituciones y garantías definidas en
la Carta Política genera una afectación significativa en el modelo de
organización política y jurídica. Con todo, esta modificación se habilitó por el
poder soberano en la Constitución de 1991, de manera que el control por vía
jurisdiccional únicamente procede con respecto a un acto que: “suponga la
sustitución del modelo constitucional vigente, es decir, la sustitución de la
opción política fundamental consagrada en la fórmula política de la
Constitución. Todo lo demás, por grave, importante, definitivo que resulte,
puede ser objeto de reforma constitucional sin que la Corte pueda oponer
límite competencial alguno.”397

Finalmente, en atención a los límites a la competencia asignada a esta


Corporación, el rol de los mecanismos de reforma y la distinción entre el
control de constitucionalidad de las leyes y de los actos reformatorios de la
Carta Política el ejercicio de las competencias asignadas al Tribunal
constitucional en esta materia debe guiarse por el principio de auto-
restricción judicial, el cual tiene por finalidad: (i) la protección del principio
democrático; (ii) permitir que la Carta se adapte a los cambios sociopolíticos
más trascendentales; (iii) la supervivencia del ordenamiento constitucional;
(iv) la observancia de las competencias definidas directamente por la Carta
Política; y (v) la preservación del principio de separación de poderes.

5.3. La tercera implicación, se proyecta en el derecho a la participación


ciudadana a través de la acción pública de inconstitucionalidad dirigida
en contra de los actos de reformatorios de la Constitución Política. En
particular, porque la acción sólo procede para cuestionar los vicios en la
formación del acto; opera el término de caducidad de la acción de un año
definido en el artículo 242.3 superior; y se requiere el cumplimiento de una
exigente carga argumentativa por parte del accionante.

396 “En efecto, los ejes definitorios de la Constitución pueden ser objeto de afectación,
incluso de carácter sustancial, sin que ello acarree la sustitución de la Constitución. Lo
anterior debido a que la sustitución solo se predica cuando el texto resultante de la Carta
difiere en su identidad, de modo que no puede sostenerse válidamente que se esté ante el
mismo ordenamiento constitucional.” Sentencia C-288 de 2012. Luis Ernesto Vargas Silva.
397 Sentencia C-153 de 2007 M.P. Jaime Córdoba Triviño.
251
En efecto, esta Corporación ha señalado que la exigencia argumentativa
requerida para la construcción de un cargo de inconstitucionalidad en contra
de un acto reformatorio de la Carta Política es mayor que si se tratara de una
demanda contra una ley ordinaria por cuanto: (i) se dirige contra una norma
de rango constitucional, que fue expedida como resultado de un
procedimiento cualificado en el que se expresó la voluntad mayoritaria de los
congresistas, en ejercicio de su función constituyente y, por lo tanto,
involucra, en mayor grado, el principio democrático; (ii) el control de los
actos legislativos en el juicio de sustitución está dirigido a verificar la
transfiguración de la identidad constitucional por el reemplazo de uno o
varios de sus pilares; y (iii) los efectos de la declaratoria de
inconstitucionalidad de un acto reformatorio de la Carta Política de cara a los
mecanismos de reforma y el riesgo de petrificación de las cláusulas
constitucionales398.

6. En síntesis, la previsión de mecanismos de reforma de la Carta Política


genera por lo menos tres tipos de implicaciones que, como se vio, se
extienden sobre el ejercicio de la competencia de reforma, el control judicial a
los actos reformatorios, y la mayor exigencia en las acciones públicas de
inconstitucionalidad. Estas implicaciones deben guiar, pero especialmente
limitar, el control judicial que adelanta este Tribunal. Sin embargo, en el
presente asunto se ejerció un control material, equivalente al examen de
confrontación entre las leyes y la Constitución, que es ajeno a la competencia
asignada a esta Corporación, el cual se evidencia en: (i) la falta de rigor al
adelantar el examen de aptitud del cargo, (ii) la construcción de la premisa
mayor, (iii) la determinación del alcance del Acto Legislativo 01 de 2020; y
(iv) el examen de la alegada sustitución, como lo explicaré:

El cargo dirigido en contra del Acto Legislativo 01 de 2020 por


sustitución de Constitución Política no era apto

7. Tal y como se explicó, la previsión de los mecanismos de reforma


constitucional en la Carta Política tiene efectos tanto en los límites al control
398 Sentencia C-140 de 2020 M.P. José Fernando Reyes Cuartas.
252
judicial como en el ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, y
las cargas argumentativas para los ciudadanos que cuestionan los actos
reformatorios de la Constitución. Por lo tanto, estos elementos, en conjunto,
obligan a este Tribunal a abstenerse de pronunciarse de fondo ante la
insuficiencia de la acusación. En el presente asunto, tal y como lo planteó la
Defensoría del Pueblo, el cargo no cumplía los presupuestos de aptitud,
veamos:

7.1. En primer lugar, para la identificación de la premisa mayor la demanda se


concentró en dar cuenta, principalmente con fundamento en decisiones de
tutela, de la relevancia de la función de resocialización de la pena y su nexo
con la dignidad humana. Este vínculo es irrefutable. Sin embargo, la carga
argumentativa suficiente exigía explicar por qué si la dignidad humana es el
eje axial una de sus manifestaciones constituye el eje mismo, sin considerar
otra de sus manifestaciones. La argumentación propuesta, admitida por la
mayoría de la Sala, redujo la carga argumentativa de estas censuras, pues en
esos términos basta con la identificación del nexo o de la relación de una
garantía, institución o principio con un eje ya reconocido para tener por
acreditada la premisa mayor.

De esta forma, contrario a los especiales contornos del juicio de sustitución se


anulan los mecanismos de reforma, pues prima facie es posible derivar una
relación de todos los elementos, instituciones y principios de la Carta Política
con sus ejes. Por lo tanto, a mi juicio, los elementos de la demanda no
permitían un pronunciamiento de fondo, pues los ciudadanos no cumplieron
con una carga argumentativa suficiente dirigida a evidenciar el elemento
esencial que la reforma atacada sustituyó.

7.2. En segundo lugar, el cargo se construyó sobre un alcance parcial del Acto
Legislativo 01 de 2020 y en consideraciones subjetivas con respecto a la
regulación de la medida de prisión perpetua revisable. La mayor parte de la
argumentación de la demanda se concentró en evaluaciones sobre la falta de
idoneidad del mecanismo de revisión temporal de la condena, le restó efectos
al hito temporal que determinó el acto reformatorio y desatendió las facetas de
la dignidad humana cuando se trata de proteger los derechos prevalentes de
253
los niños, niñas y adolescentes, víctimas de los delitos a que hacía referencia
el acto legislativo. En concreto, los demandantes adujeron que la posibilidad
de revisión de la condena en el término de veinticinco años es insuficiente
para preservar el derecho a la esperanza y lograr la resocialización de la
persona condenada, debido a que: (i) el término es muy extenso; (ii) las
condiciones del sistema penitenciario colombiano limitan las posibilidades de
resocialización de las personas privadas de la libertad; (iii) en este contexto se
reducen las opciones de resocialización; y (iv) la regulación de delitos
cometidos contra niños, niñas y adolescentes de la Ley 1098 de 2016 excluye
los beneficios y mecanismos sustitutivos de la pena, razón por la que la
posibilidad de resocialización es ilusoria. Con fundamento en estos elementos
adujeron que el carácter revisable de la pena no la hace más digna porque la
posibilidad de recobrar la libertad es lejana e incierta.

La argumentación descrita, como se ve, partió de una apreciación del Acto


Legislativo 01 de 2020 que excedió su contenido; se sustentó en factores
ajenos a las condiciones de la pena de prisión perpetua revisable que introdujo
la reforma constitucional; descartó arbitrariamente el mecanismo de revisión,
que fue uno de los elementos centrales del acto; cuestionó elementos del
sistema penitenciario que no corresponden a la reforma constitucional
atacada; y se construyó en términos de las menores probabilidades de
resocialización que, a juicio de los actores, se derivan de un examen conjunto
entre el sistema penitenciario y el acto legislativo. Los argumentos expuestos
tampoco se complementaron con análisis de contexto y evaluación
comparativa con la cantidad de delitos en Colombia que son sancionados con
penas mucho mayores a los 25 años y que nunca pueden ser revisados con el
paso del tiempo y con la demostración de la resocialización. De manera que,
la argumentación incumplió los requisitos de pertinencia, certeza,
especificidad y suficiencia, en la medida en que se concentró en las
apreciaciones de los demandantes, los efectos eventuales del mecanismo de
revisión en condiciones que escapan del Acto Legislativo y omitió la orden de
reglamentación legal de la pena de prisión perpetua revisable.

7.3. Finalmente, la conclusión sobre la alegada sustitución se construyó en


términos de probabilidades y suposiciones sobre el efecto del término de la
254
revisión de la condena en la esperanza del penado, y desconoció que el acto
legislativo ordenó la reglamentación de la medida. En ese sentido, la
argumentación no estuvo dirigida a demostrar la sustitución de un acuerdo
constituyente básico, sino a dar cuenta de la afectación de una garantía del
condenado desde una perspectiva de proporcionalidad.

8. Las consideraciones descritas no pueden servir como sustento para la


construcción de un cargo de sustitución de la Carta Política, en atención a la
naturaleza y jerarquía del acto que se cuestiona, la competencia del Congreso
como constituyente derivado, el principio democrático involucrado en una
reforma constitucional, y los límites a las competencias de este tribunal. Por
lo tanto, la carga argumentativa de estas censuras es exigente y debe dar
cuenta de forma fehaciente de una alteración clara, directa y evidente de un
eje axial de la Carta Política, la cual no se cumplió en el presente asunto.

La definición del eje axial se equiparó a una de sus manifestaciones y no


consideró que la reforma constitucional involucraba otra manifestación
de la dignidad humana: los derechos prevalentes de los niños, niñas y
adolescentes y su protección contra todas las formas de violencia

9. La definición de los ejes axiales de la Carta Política exige un importante


equilibrio entre la función asignada a esta Corporación, el respeto por la
competencia de los órganos democráticos en quienes se depositó el poder de
reforma constitucional, la restricción del control judicial a los vicios en la
formación del acto y el principio de separación de poderes. Esta identificación
debe ser el resultado de un análisis del pacto fundamental como un todo, de
una profunda y sistemática revisión de su proceso de formación, y de una
precisión conceptual suficiente que permita identificar los elementos que de
ser eliminados o sustituidos alterarían de manera esencial y significativa la
Carta Política y, por lo tanto, se estaría en presencia de otro pacto
fundamental.

En concordancia con lo anterior, en la definición del eje axial no basta con


identificar o dar cuenta de la relevancia de una garantía, institución o
principio, pues se corre el riesgo de que todos los elementos de la
255
Constitución Política, naturalmente reivindicados y protegidos por este
Tribunal, constituyan ejes definitorios. Esta posibilidad materialmente
anularía el poder de reforma y, con ello, las vías de adaptación entre los
cambios sociales y el pacto fundamental.

10. Bajo la perspectiva descrita, la decisión mayoritaria presenta importantes


dificultades, que luego se proyectarán en la confrontación entre las premisas.
En efecto, la sentencia partió de la identificación del eje axial de la Carta
Política, que corresponde al Estado Social y Democrático de Derecho fundado
en la dignidad humana, sin duda un rasgo definitorio de nuestro modelo
constitucional. Luego, en el desarrollo del examen la premisa mayor se
equiparó a la función de la resocialización de la pena, que es una
manifestación del eje. De esta forma, se concluyó que una de las finalidades
de la pena de prisión por su relación con la dignidad humana constituye un
elemento primario, básico y fundamental del pacto.

En la identificación de la premisa mayor, como lo anuncié, comparto que la


dignidad humana, sin duda, es un eje axial de la Constitución y que la función
de resocialización de la pena es una expresión de la dignidad humana de cara
al poder punitivo del Estado. Sin embargo, la argumentación de la Sala no
solo deja de lado otra de las manifestaciones de la dignidad humana,
relacionadas con el fortalecimiento de las garantías de protección de las
víctimas de los delitos cometidos contra los más vulnerables de la sociedad,
sino también termina por elevar a la categoría de rasgo definitorio de la Carta
Política una de las funciones de la pena sin el cumplimiento de una carga
argumentativa suficiente dirigida a evidenciar por qué esa manifestación
concreta, además de su nexo con el eje, es un rasgo definitorio del modelo
constitucional. Esta carga resultaba imperativa, pues de lo contrario, la forma
de principio de la dignidad humana y su carácter expansivo, que se proyecta
sobre el ordenamiento, materialmente petrificaría la Carta Política ante la
posibilidad de verificar la relación de cada uno de sus elementos con los ejes
axiales.

La forma en la que se definió la premisa mayor implica que todas las


manifestaciones, instituciones y algunos principios relacionados con un eje
256
constituyen el eje mismo y, por lo tanto, no son susceptibles de modificación.
Esta conclusión anula materialmente los mecanismos de reforma, impone
cláusulas pétreas en contra de la voluntad del constituyente, y transforma el
examen en un juicio de confrontación y no de sustitución como sucedió en el
presente asunto. Lo anterior, porque un eje como la dignidad humana tiene
diversas manifestaciones e interacciones en el ordenamiento, por lo tanto, si
el juez constitucional en la identificación de los elementos insustituibles del
pacto no cumple con una carga argumentativa rigurosa dirigida a establecer
cuáles de esas manifestaciones en estricto sentido definen el eje, termina por
hacer un juicio de confrontación y una ponderación propia de los juicios
ordinarios de constitucionalidad cuando se encuentra ante dos
manifestaciones de la premisa mayor identificada.

11. Las dificultades que genera esta metodología, definición de la premisa


mayor a partir de la relación con un eje, se comprueban en el presente asunto,
veamos:

11.1. El Acto Legislativo 01 de 2020 estaba relacionado con, por lo menos,


dos manifestaciones del modelo de Estado Social y Democrático de
Derecho fundado en la dignidad humana. La primera, la que consideró la
Sala como principal y que corresponde a la función de resocialización de la
pena. La segunda, la protección prevalente de los derechos de los niños, niñas
y adolescentes, que también se consideró en la sentencia, pero que se descartó
desde una evaluación de eficacia de la medida.

En este punto, con independencia de las consideraciones personales que cada


uno de los Magistrados tenga sobre este tipo de instrumentos de política
punitiva y su eficacia, lo cierto es que la reforma constitucional pretendió
generar un instrumento de protección de los derechos a la vida e integridad
personal de los niños, niñas y adolescentes. En este contexto, la mayoría de la
Sala estableció la relación del eje axial dignidad humana con la función de la
resocialización de la pena, pero pretermitió que los derechos prevalentes de
los menores de edad también tienen relación y son una manifestación del
mismo eje identificado.

257
11.2. En este caso, la normativa se fundamentó en la protección de los
derechos de los niños, principalmente ante circunstancias de graves
afectaciones a su integridad física y sexual 399. El informe de ponencia para el
primer debate del proyecto de acto legislativo se concentró en la protección de
los menores de edad en atención a su situación de indefensión, las cifras
relacionadas con la violencia sexual de la que son víctimas, y las
disposiciones internas y de tratados de derechos humanos que definen la
protección especial de los niños. Asimismo, se destacó que el mecanismo de
prisión perpetua revisable además de que constituía una herramienta de
protección de los menores de edad, a su vez, garantizaba la resocialización de
la pena y la dignidad del condenado mediante el mecanismo de revisión de la
condena400.

11.3. De manera que, en el presente asunto resultaba evidente que el Acto


Legislativo 01 de 2020 se inscribía en una tendencia actual y universal,
dirigida a robustecer y avanzar en las diferentes medidas de protección, ante
graves y reiteradas afectaciones de los derechos a la vida, integridad física,
psicológica y sexual de los menores de edad, las cuales “hacen imperativo
que tengan más, no menos, protección contra la violencia” 401. En
consecuencia, es evidente que el instrumento y el objetivo que motivó la
reforma constitucional tiene una relación directa con el eje axial de la
dignidad humana, que para la mayoría de la Sala fue sustituido en la medida
en que se evaluó exclusivamente desde la perspectiva de una de sus
manifestaciones.

399La pena de prisión perpetua revisable se previó únicamente para las conductas de
homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique violencia o sea puesto en
incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir cometidos en contra de niños, niñas y
adolescentes.
400 “Se sostiene, entonces, que lo que determina la inhumanidad de una pena es la falta de
un horizonte de libertad, circunstancia que no se daría en la prisión permanente revisable,
ya que en ella se garantiza un procedimiento continuado de revisión, el cual puede derivar
en la puesta en libertad del penado, por lo que no constituye una suerte de “pena definitiva”
en la que el Estado se desentiende del penado, sino que se trata de una institución que
compatibiliza la existencia de una respuesta penal ajustada a la gravedad de la
culpabilidad, con la finalidad de reeducación a la que debe ser orientada la ejecución de las
penas de prisión.” Gaceta 664 de 2019.
401 Pinheiro, P.S. Informe del Experto independiente para el estudio de la violencia contra
los niños, de las Naciones Unidas. 2006. Pág. 5.

258
Nuestra historia como humanidad y un contexto no sólo nacional sino
universal402 en el que la violencia física, psicológica y sexual hacia los
menores de edad ha sido reproducida, tolerada y normalizada403, así como el
reconocimiento de las especiales condiciones de los niños, tanto por sus
potencialidades, como por las circunstancias particulares de dependencia y
vulnerabilidad, han puesto de presente la necesidad de desarrollar y fortalecer
mecanismos normativos de protección de derechos en distintos niveles. Esta
preocupación inició con la Declaración de Ginebra de 1924, que, si bien no
es un instrumento obligatorio para los Estados, contiene la primera
manifestación internacional que llama la atención sobre la protección de los
niños404.
402 El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el informe denominado
“Ocultos a plena luz. Un análisis estadístico de la violencia contra los niños” publicado en
2014, estableció que alrededor de 120 millones de niñas (más de una por cada 10) de todo el
mundo han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas. Asimismo, en un comunicado de
prensa del 1 de noviembre de 2017, la entidad informó que, en todo el mundo, alrededor de
15 millones de mujeres adolescentes de 15 a 19 años han sido víctimas de violencia sexual y
solo el 1% de ellas trató de conseguir ayuda profesional. (Recuperado de:
https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/informeocultosbajolaluz.pdf, y
https://www.unicef.org/colombia/comunicados-prensa/violencia-abuso-sexual-y-homicidio-
contra-millones-de-ninos).Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud, en
comunicados de prensa del 8 de junio de 2020, advirtió que: “Una de cada 5 mujeres y 1 de
cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia”, y “Se calcula que
hasta 1000 millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de
abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en el último año”. (Recuperado de:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/child-maltreatment y
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-children).
403 El experto independiente Paulo Sergio Pinheiro, en el Informe para el estudio de la
violencia contra los niños, de las Naciones Unidas. 2006. Pág. 5. indicó que “La violencia
contra los niños jamás es justificable; toda violencia contra los niños se puede prevenir”.
Precisó que, si bien existen obligaciones derivadas de los derechos humanos y de las
necesidades de desarrollo de los menores de edad, “(…) la violencia contra estos está
socialmente consentida en todas las regiones, y frecuentemente es legal y está autorizada por
el Estado.” De manera que, los niños se enfrentan a circunstancias que afectan sus
derechos de forma multidimensional, por lo que se requieren respuestas multifacéticas; el
rechazo absoluto a cualquier forma de violencia contra los niños; y el desarrollo de mayores
medidas de protección contra la violencia.”
404 Aunque no es un catálogo de derechos en estricto sentido, si contiene obligaciones
claras y precisas para los adultos. Los deberes son: (i) otorgar al niño lo mejor que pueda
darle; (ii) evitar cualquier forma de discriminación por motivos de raza, nacionalidad o
creencia; (iii) dar al niño condiciones de desarrollarse de manera material y espiritualmente;
(iv) alimentar y atender la enfermedad; (v) brindar socorro de manera prioritaria; vi) proteger

259
Luego, la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 estableció los
principios para que los niños tuvieran una infancia feliz y gozaran de los
derechos y libertades contenidos en ese instrumento, y consagró los deberes
de los padres, los hombres, las mujeres y las autoridades para que reconozcan
sus derechos e implementen progresivamente medidas legislativas para su
eficacia. Entre las garantías que guardan íntima relación con el Acto
Legislativo 01 de 2020, se encuentran: (i) el derecho a no ser objeto de
ninguna forma de violencia; y (ii) el interés superior de los menores de
edad405.

La comunidad internacional se ha enfocado en brindar un marco jurídico que


permita proteger integralmente los derechos de los niños. En especial, el
esfuerzo se ha dirigido a garantizar que no sean sometidos a ninguna forma
de violencia, incluido el abuso sexual 406. En tal sentido, el artículo 2º de la
Declaración de los Derechos del Niño y el artículo 19 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos establecen la protección especial de los
niños y la garantía de su desarrollo físico, mental, moral, espiritual y social en
forma saludable y normal, y en condiciones de libertad y dignidad. Asimismo,
prevén la obligación de los Estados de adoptar todas las medidas para
protegerlos contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o
trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual407.

El artículo 44 de la Constitución Política establece que son derechos


fundamentales de los niños la vida, la integridad física y la salud, entre otros;

de cualquier forma de explotación; y, (vii) educar en la solidaridad.


405 Uno de los pilares fundamentales del estándar universal de protección de los derechos
de los niños es el principio del interés superior del menor de edad.
406 El Comité de los Derechos del Niño precisó que la violencia es “(…) toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación,
incluido el abuso sexual.” Observación General número 13. Fundamento 4.
407 Asimismo, la Observación General número 13 del Comité de los Derechos del Niño expuso la alarmante
magnitud e intensidad de la violencia ejercida contra los niños. Bajo ese entendido, manifestó que “es
preciso reforzar y ampliar masivamente las medidas destinadas a acabar con la violencia para poner fin de
manera efectiva a esas prácticas, que dificultan el desarrollo de los niños (…)”. Comité de los Derechos del
Niño, Observación General No. 13 Derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia. Fund. 2.

260
y también serán protegidos contra toda forma de violencia física o moral y
abuso sexual. Lo anterior, bajo el entendido de que sus derechos prevalecen
sobre los de los demás. Igualmente, esta Corporación ha mantenido una
pacífica y reiterada jurisprudencia en la que reconoce el contenido y alcance
del principio del interés superior del menor de edad en consonancia con la
perspectiva del estándar universal de protección, y su intrínseca relación con
la dignidad humana408. En efecto, la garantía de los derechos fundamentales
de los niños y la prevalencia de sus derechos se sustentan necesariamente en
el concepto de dignidad, pues la determinación de su interés superior “sólo se
puede establecer prestando la debida consideración a las circunstancias
individuales, únicas e irrepetibles de cada menor de edad, que en tanto sujeto
digno, debe ser atendido por la familia, la sociedad y el Estado con todo el
cuidado que requiere su situación personal.”409

Así las cosas, resulta claro que los mecanismos de protección de los niños en
contra de todas las formas de violencia tienen un nexo directo con la dignidad
humana. Por lo tanto, en la definición del eje axial el Estado Social y
Democrático de Derecho fundado en la dignidad humana, la mayoría de la
Sala consideró únicamente la manifestación de pilar correspondiente a la
finalidad de la pena, pero pretermitió que la reforma constitucional también
involucraba otra manifestación del mismo eje: la protección de los menores
de edad contra toda forma de violencia y el carácter prevalente de sus
derechos.

11.4. Como se ve, el riesgo de identificar una manifestación de un acuerdo


constituyente fundamental como el eje sin la debida justificación es que el
examen de sustitución muta a un juicio de confrontación y de ponderación de
los principios en tensión, el cual excede los límites a la competencia
asignados a la Corte en relación con los actos reformatorios de la Carta
Política. En este examen, esta Corporación termina imponiendo sus propias

408 Sentencias C.032 de 2021 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, C-017 de 2019 M.P.
Antonio José Lizarazo Ocampo; C-113 de 2017 M.P. María Victoria Calle Correa; C-683 de
2015 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio, entre otras.
409 Sentencia T-510 de 2003 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Reiterada en sentencias T-
075 de 2013 M.P. Nilson Pinilla Pinilla, T-153 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo, entre
otros.

261
valoraciones sobre la oportunidad, conveniencia y eficacia de una reforma
constitucional, convirtiendo así el control jurídico en uno político.

En efecto, si como se explicó el acto legislativo involucraba dos


manifestaciones del mismo eje axial no podía concluirse que la alegada
afectación de una de esas manifestaciones, conclusión en relación con la que
también disiento, sustituyera el pilar. En ese sentido, resulta útil volver a la
conceptualización sobre el juicio de sustitución, en la que se ha considerado
que el control al poder de reforma sólo procede por el reemplazo de la opción
política fundamental y no por afectaciones a los elementos axiales de la
misma. La distinción, como es evidente, se sustenta en términos de grado y,
por lo tanto, el control de los actos reformatorios no procede para evaluar la
transgresión de un eje sino únicamente su reemplazo y la consecuente
trasmutación de la Carta Política, todo lo demás escapa de la competencia
asignada a esta Corporación.

11.5. Finalmente, en relación con la definición de la premisa mayor considero


necesario precisar que, a mi juicio, una manifestación del eje sí puede
constituir el eje mismo, de manera que su reforma o eliminación afecte el
rasgo definitorio. Con todo, el disenso en el presente asunto está en la carga
argumentativa de la Sala y, en consecuencia, en el estándar que fijó esta
sentencia para la identificación de los elementos insustituibles de la Carta
Política. Lo anterior, por cuanto se limitó a describir, como lo plantearon los
demandantes, la relación de la función de la pena de prisión con la dignidad
humana, y no explicó cómo esa manifestación concreta si en gracia de
discusión fuera sustituida (situación que no se presentaba en el asunto bajo
examen) transformaría la Carta Política de 1991 en otro pacto fundamental.

La definición de la premisa menor desconoció el alcance del Acto


Legislativo 01 de 2020

12. Mi principal disenso con la posición mayoritaria está relacionado con la


lectura del Acto Legislativo 01 de 2020 y la determinación del alcance de la
reforma constitucional. En particular, considero que la mayoría de la Sala leyó
de forma parcial el acto reformatorio para concentrarse en la introducción de
262
la “prisión perpetua” y desconoció varios de los elementos centrales de la
decisión del Congreso de la República, en ejercicio de su competencia como
constituyente derivado. Esta lectura desconoció la imperiosa auto restricción
judicial cuando se examinan las reformas constitucionales, y el principio de
efecto útil, según el cual el juez constitucional debe intentar conferir a toda
cláusula constitucional una eficacia propia, pues es razonable suponer que el
Constituyente no expidió disposiciones desprovistas de efectos normativos410.

13. El Acto Legislativo 01 de 2020, levantó la prohibición de prisión perpetua


e introdujo la pena de prisión perpetua revisable, únicamente para los
delitos cometidos en contra de menores de edad correspondientes a homicidio
en modalidad dolosa; y acceso carnal que implique violencia o que la víctima
sea puesta en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir. El acto
estableció que la imposición de la pena en mención estaría sujeta a: (i) el
control automático de la pena ante el superior jerárquico; (ii) un mecanismo
de revisión para la evaluación del proceso de resocialización; (iii) el término
de 25 años como referente de la revisión de la condena; y (iv) ordenó la
reglamentación legal de la prisión perpetua. No obstante, la mayoría de la
Sala pretermitió los elementos descritos y su efecto útil.

13.1. En primer lugar, la interpretación de la sentencia anuló el mecanismo


de revisión. Desde la nominación misma de la pena, el acto legislativo no
optó por la introducción de la “prisión perpetua”, en la que se sustentó la
decisión de la Sala, sino que incluyó de forma excepcional la “prisión
perpetua revisable”. Esta distinción no es un asunto nominal, sino que tiene
hondas repercusiones de cara a la decisión mayoritaria. Lo anterior, por
cuanto la inexequibilidad de la reforma constitucional se construyó en la
anulación del principio de resocialización del condenado, a pesar de que el
acto legislativo incluyó un mecanismo específico y concreto para lograr ese
propósito, que correspondía a la revisión de la condena.

410 El cual se deriva del principio hermenéutico del efecto útil del derecho. Sentencias C-
286 de 2017 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; C-683 de 2015 M. P. Jorge Iván Palacio
Palacio; C-929 de 2014 M. P. Mauricio González Cuervo; C-1017 de 2012 M. P. Luis
Guillermo Guerrero Pérez, C-692 de 2003 Marco Gerardo Monroy Cabra.

263
13.2. En segundo lugar, se restó efecto al término de 25 años como referente
de la revisión de la condena. En relación con este hito temporal la Sala
indicó que a pesar de su inclusión en el acto legislativo una lectura gramatical
de la norma no permitía establecer el momento exacto en el que se adelantaría
la revisión. La descripción misma del argumento evidencia el
desconocimiento del principio de efecto útil de las cláusulas constitucionales.
Igualmente, omitió una interpretación sistemática de la norma, pues esta
incluyó otros elementos, como la reglamentación de la pena en la ley, que
permitían evidenciar que la definición del mecanismo de revisión podía ser
concretado en una norma de rango legal; una interpretación histórica, pues la
revisión de los debates del acto legislativo mostraba que una de las principales
preocupaciones en la aprobación del acto fue la introducción de un
mecanismo de revisión, que garantizará la resocialización de la pena y el
derecho a la esperanza411; y una interpretación teleológica, ya que el
mecanismo de revisión y la definición de un término para el mismo recogió la
preocupación del constituyente en la inclusión de un instrumento dirigido a
lograr la resocialización y el derecho a la esperanza.

En efecto, contrario a la auto restricción judicial que se impone en este


control, la mayoría de la Sala privilegió una lectura parcial del acto, que
desconoció el mecanismo de revisión, el cual no limitó el número de
oportunidades de revisión de la condena, y refirió un límite temporal

411 En la exposición de motivos del proyecto de acto legislativo se refirió el criterio de Tribunal Europeo de
Derechos Humanos en relación con la pena de prisión perpetua revisable y destacó que no constituye una
pena definitiva. Se destacó que: “en ningún modo renuncia a la reinserción del penado debido al régimen de
revisión judicial que recoge, lo que aleja toda duda de inhumanidad de esta pena, al garantizar un horizonte
de libertad para el condenado, argumento con el que pretende salvar una posible contradicción con el
principio de dignidad humana, la prohibición de penas inhumanas o degradantes y la orientación de la pena
a la reeducación y reinserción del penado en la sociedad.” Página 5, Gaceta 664 de 2019.
En el informe de ponencia para primer debate en Cámara se indica que: “(…) proyecto de acto legislativo no
elimina el carácter resocializador de la pena, por dos evidentes razones:
En primer lugar, estamos frente a una pena perpetua revisable y reversible ya que la prisión perpetua puede
ser revocada si se cumplen los preceptos que la ley establezca para ello, en particular la efectiva
resocialización del condenado. Lo que sí establece este acto legislativo es que tal revisión no se podrá
realizar antes de 25 años, contados a partir de la imposición de la pena.
En segundo lugar, las personas condenadas a cadena perpetua tendrán acceso, en condiciones de igualdad,
a todos los programas de resocialización establecidos, tales como la posibilidad de realizar estudios o
actividades productivas, que les permite emprender un proceso efectivo de resocialización.
Así las cosas, es equivocado pensar que la cadena perpetua, en los términos establecidos en
el proyecto de ley, descarta las posibilidades de resocialización del condenado y afecta
desproporcionadamente su dignidad. (…)”

264
sustancialmente menor al de las penas de prisión definidas hoy en el
ordenamiento jurídico colombiano, en el que delitos como el homicidio en
persona protegida tienen una pena de cuatrocientos ochenta (480) a
seiscientos (600) meses de prisión, la cual se aumentará de la tercera parte a la
mitad cuando se cometiere contra una mujer por el hecho de ser mujer 412. En
consecuencia, disposiciones de rango legal prevén referentes de prisión
sustancialmente mayores al del término de revisión definido en el acto
legislativo examinado.

13.3. En tercer lugar, el examen desconoció las particularidades del acto


legislativo que evidenciaban que la pena se incluyó como una posibilidad
restringida y excepcional, que se armonizaba con garantías de protección
de los derechos del condenado. Aunado al mecanismo de revisión que, como
lo referí previamente tenía como propósito explícito garantizar la
resocialización y que no se limitó el número de oportunidades en las que
procedía, el acto legislativo previó la pena de prisión perpetua revisable: (i) de
carácter excepcional, en la medida en la que se circunscribió por disposición
constitucional a los delitos cometidos en contra de menores de edad,
correspondientes a homicidio en modalidad dolosa y acceso carnal que
implique violencia o que la víctima sea puesta en incapacidad de resistir o sea
incapaz de resistir; (ii) no se incluyó en términos imperativos, por cuanto el
acto la introdujo como una posibilidad, al señalar que en los delitos
identificados “se podrá imponer como sanción hasta la pena de prisión
perpetua”; (iii) sometida a control automático ante el superior jerárquico; y
(iv) se ordenó su reglamentación mediante ley. Esta posibilidad dejaba un
amplio margen de configuración al Legislador para que, en ejercicio de esa
potestad, definiera cuándo procedía la prisión perpetua y el margen de
valoración del juez, regido, entre otros, por los principios de proporcionalidad
y la protección de la dignidad humana.

14. En síntesis, la mayoría de la Sala al establecer el alcance de la reforma


constitucional examinada y, contrario a los principios que rigen el examen de
los actos de reformatorios de la Carta Política, optó por restar efectos útiles a
los elementos centrales del acto y que confrontaban la conclusión sobre la
412 Artículo 135 Código Penal. Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004.
265
anulación de la resocialización del condenado y la eliminación del derecho a
la esperanza. En la descripción de la premisa menor, la Sala destacó que
conforme al estándar actual del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, tanto a nivel universal como regional, no se proscriben las penas de
prisión perpetua, pero se exige el cumplimiento de ciertas condiciones para
asegurar el respeto de la dignidad humana y el logro de la resocialización,
entre ellas, asegurar la posibilidad de revisión de la condena 413. Sin embargo,
en la evaluación del Acto legislativo 01 de 2020 desconoció que esa condición
se cumplía en el asunto examinado por cuanto se previó: (i) el carácter
revisable de la condena; (ii) un hito temporal específico de 25 años; y (iii) el
objeto del mecanismo de revisión: “evaluar la resocialización del
condenado”.

La conclusión del juicio se sustenta en un examen de confrontación y una


apreciación mayoritaria sobre la ineficacia del Acto Legislativo 01 de
2020, pero no demostró la sustitución de la Carta Política

15. En la conclusión del juicio, en la que la Corte establece cómo el acto


legislativo sustituyó un exe axial de la Carta Política la mayoría de la Sala
adujo que la prisión perpetua revisable afecta el debido proceso y la igualdad,
y resulta ineficaz para la protección de los derechos de los menores de edad.
No obstante, no logró demostrar cómo la reforma constitucional, con las
características descritas en el aparte previo de este salvamento, sustituyó un
pacto constituyente fundamental.

413 En particular, la Sala destacó: (i) el artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos establece que: el régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya
finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados; (ii) la Observación
General No. 9259 el Comité de Derechos Humanos. El respeto debido de la dignidad humana
constituye la base de las obligaciones estatales dirigidas a garantizar la resocialización-, (iii)
la Observación General No. 21 reiteró que ningún sistema penitenciario debe estar orientado
a solamente el castigo; esencialmente, debe tratar de lograr la reforma y la readaptación
social del preso; (iv) el artículo 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño estipula
que no se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación
por delitos cometidos por menores de 18 años de edad; (v) el Estatuto de la Corte Penal
Internacional establece como la pena máxima la cadena perpetua con revisión a los 25 años;
(vi) el estándar en el sistema europeo fue definido por la Gran Sala del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos en el caso Vinter contra Reino Unido (2013); (vii) los numerales 2 y 6
del artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos.

266
15.1. En primer lugar, la conclusión sobre la sustitución se construyó en el
objetivo de la pena de prisión que corresponde a la prevención especial
positiva, es decir, la resocialización del condenado. La sentencia agregó que
esa finalidad tiene muchas formas de alcanzarse, entre las que se encuentran
mecanismos de trabajo y educación de las personas privadas de la libertad. No
obstante, concluyó de manera subjetiva que la reforma constitucional sustituía
el pilar de dignidad humana a pesar de que previó el mecanismo de revisión,
la pena se circunscribió a delitos específicos, no excluyó que el condenado
accediera a mecanismos de resocialización como la educación y el trabajo, y
tampoco señaló que estos no pudieran ser valorados por las autoridades
judiciales.

15.2. En segundo lugar, la sentencia expuso que el acto violó el derecho a la


igualdad porque deja en manos de las autoridades judiciales, según el caso,
conceder o no la libertad condicional a un condenado o a otro, determinar el
momento en que se revise la condena y los elementos de resocialización que
se evalúan. Además de que este argumento no constituye un examen de
sustitución, sino de confrontación, cuestiona el mecanismo previsto en el
ordenamiento jurídico colombiano mediante el que operan los subrogados,
beneficios y mecanismos sustitutivos de la pena, cuyo otorgamiento se evalúa
en cada caso por los jueces.

15.3. En tercer lugar, la mayoría de la Sala indicó que el Acto Legislativo


desconoce la proporcionalidad de la pena, pues al imponerse la prisión
perpetua a personas de edades diferentes el castigo será más severo para los
condenados más jóvenes. Este argumento, además de que no está dirigido a
evidenciar la sustitución de la resocialización de la pena identificada como
pilar de la Carta Política, es predicable de cualquier pena de prisión, en la que
se genera la misma situación sobre el tiempo efectivo de cumplimiento de la
pena de acuerdo con la edad del condenado. Así, por ejemplo, en nuestro
ordenamiento si se toma la pena máxima sin concurso: 60 años y esta se
impone a una persona de 20 años, probablemente con fundamento en la
expectativa de vida promedio esta persona cumplirá un mayor tiempo efectivo
de prisión. En contraste, una persona que es condenada por la misma conducta
267
al mismo tiempo de prisión, pero en el momento de la condena tiene una edad
más avanzada, materialmente cumpliría una pena menor.

15.4. En cuarto lugar, la sentencia hizo énfasis en que la pena privativa de la


libertad actualmente se encuentra en crisis, pues algunos estudios demuestran
que no cumplen con su fin esencial, que corresponde a la resocialización. En
ese sentido, resaltó que no es claro si la pena de prisión disminuye los índices
de delincuencia y de reincidencia. Este cuestionamiento no se dirige en contra
de la reforma constitucional examinada, particularmente la pena de prisión
perpetua revisable, sino que cuestiona la medida de prisión en general, la cual
no se introdujo en el acto legislativo, pues se prevé en el artículo 28 superior
que, de forma expresa, autoriza la restricción de la libertad sujeta al plexo de
garantías judiciales de rango constitucional.

15.5. En quinto lugar, la sentencia hace un esfuerzo argumentativo importante


para evidenciar dos asuntos que, a mi juicio, escapan del control jurídico que
adelanta la Corte Constitucional, en general, pero especialmente que superan
el examen específico del juicio de sustitución de la Carta Política. De un lado,
el “carácter populista” de la medida. De otro lado, la ineficacia de la prisión
perpetua en la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Los argumentos descritos constituyen la evidencia más fuerte en relación con


la naturaleza del examen que adelantó la Sala en esta oportunidad, pues tanto
la motivación del Congreso de la República, en ejercicio de su competencia
de reforma constitucional, como la eficacia del instrumento de protección de
los menores de edad elegido por el constituyente derivado no sólo no dan
cuenta del elemento esencial que debe ser verificado en el control judicial al
poder de reforma: la transfiguración de la Carta Política, sino que transforman
el examen en una evaluación de conveniencia sobre la figura. Igualmente,
plantean importantes cuestionamientos sobre el fundamento de la decisión, en
particular: ¿si se comprueba la eficacia de la medida en la protección de los
niños o se considera que la motivación del acto no es “populista” la
conclusión sobre la sustitución de la Carta Política variaría?

268
Finalmente, un elemento trascendental que termina por controvertir la
conclusión de la Sala corresponde al análisis de la Sentencia C-578 de
2002414 al estudiar la reclusión a perpetuidad como pena prevista en el
Estatuto de la Corte Penal Internacional. En esa oportunidad, la Corte
Constitucional estableció que la prohibición de prisión perpetua revisable no
anula el derecho a la esperanza por cuanto:

“la reclusión a perpetuidad como pena no es absoluta ni definitiva; por


el contrario, después de 25 años, la Corte Penal Internacional está
obligada a examinar la pena para determinar si ésta puede reducirse,
con lo que se deja a salvo la esperanza para el condenado de algún día
recobrar su libertad y concilia el principio de la dignidad humana del
condenado con los principios de justicia y de protección de los
derechos de las víctimas y de sus familiares.”

Lo anterior, demuestra que en el marco del juicio de confrontación en el que


las competencias del juez constitucional son más amplias esta Corporación
advirtió que el mecanismo de revisión no afecta la esperanza del condenado.
De ahí que resulta contradictoria una conclusión posterior en los términos
expuestos por la mayoría de la Sala, según la cual la pena de prisión perpetua
revisable a pesar de contar con un mecanismo de revisión con el mismo
referente temporal sustituyó un eje axial de la Carta Política.

16. En síntesis, los argumentos expuestos como fundamento de la sustitución


del eje axial de la Carta Política, el Estado Social y Democrático de Derecho
fundado en la dignidad humana, consideraron únicamente la finalidad de
resocialización de la pena, pero pretermitieron que la reforma constitucional
también involucraba otra manifestación del mismo eje: la protección de los
menores de edad contra toda forma de violencia y el carácter prevalente de
sus derechos. Asimismo, el razonamiento de la sentencia se concentró en
evidenciar posibles afectaciones, no sustituciones, de diferentes garantías
constitucionales y la valoración sobre la ineficacia de la medida para la
protección de los menores de edad. Por lo tanto, el examen no evidenció que
el constituyente derivado, en ejercicio de la competencia de reforma,
414 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
269
transfigurara la Carta Política de 1991 y, por lo tanto, no se configuró un vicio
competencial que justificara la decisión mayoritaria en esta oportunidad.

Por lo anterior, considero que la reforma constitucional examinada, que


introdujo la pena de prisión perpetua revisable no sustituía el principio de
dignidad humana como límite al ejercicio del poder punitivo del Estado,
consagrado en la Carta de 1991.

De esta manera, expongo las razones que me conducen a salvar el voto con
respecto a la Sentencia C-294 de 2021, adoptada por la Sala Plena de la
Corte Constitucional.

Fecha ut supra

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada

270
SALVAMENTO DE VOTO DE LA MAGISTRADA
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
A LA SENTENCIA C-294/21

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD DE REFORMA


CONSTITUCIONAL POR SUSTITUCION DE LA
CONSTITUCION-Requisitos (Salvamento de voto)

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD DE REFORMA


CONSTITUCIONAL POR SUSTITUCION DE LA
CONSTITUCION-Actor debe sustentar plenamente en qué consiste la
sustitución de la Constitución (Salvamento de voto)

INHIBICION DE LA CORTE CONSTITUCIONAL EN


DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD DE ACTO
LEGISLATIVO-Incumplimiento de la carga argumentativa propia de
las demandas por sustitución de Constitución (Salvamento de
voto)/DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD-Carencia de
especificidad y pertinencia de cargos (Salvamento de voto)

PENA-Fin retributivo (Salvamento de voto)/PENA-Fin resocializador


(Salvamento de voto)

CONTROL JUDICIAL DE SUSTITUCION DE LA


CONSTITUCION-Desfiguración (Salvamento de voto)

Referencia: sentencia C-294 de 2021

Magistrada ponente: Cristina Pardo Schlesinger

271
Con el acostumbrado respeto por las decisiones de la Sala Plena de la Corte
Constitucional, suscribo este salvamento de voto en relación con la sentencia
de la referencia. En concreto, considero que la Corte debió declararse inhibida
para emitir un pronunciamiento de fondo, pues el cargo formulado por los
demandantes no era apto. De todos modos, pienso que el Acto Legislativo 1
de 2020 no era inexequible, debido a que no sustituía un elemento identitario
de la Constitución Política. Todo, por las razones que explicaré en este
documento.

1. El cargo por sustitución de la Constitución carecía de aptitud

1.1. Requisitos especiales de los cargos por sustitución de la Constitución


Política. Toda demanda de inconstitucionalidad debe fundarse en razones
claras, ciertas, específicas, pertinentes y suficientes 415. Esta exigencia
constituye una carga mínima de argumentación para quienes ejercen la acción
pública de inconstitucionalidad. Según el precedente constitucional 416, dicha
carga se incrementa considerablemente cuando se demanda la sustitución de
la Constitución Política (en adelante, CP), por la magnitud de la pretensión, la
trascendencia de la decisión a adoptar, el riesgo en el que se encuentra el
principio democrático y la naturaleza misma de la disposición que se
demanda.

Particularmente, es necesario verificar: (i) que las ideas expuestas permitan


entender el sentido de la acusación, en otras palabras, que permitan
comprender las razones en las que se funda el desacuerdo con la decisión del
Congreso de la República; (ii) que la reforma constitucional exista
jurídicamente y se encuentre vigente y, además, que los contenidos que se le
atribuyen se deriven directamente de su texto; (iii) que se exponga la
infracción de las normas constitucionales relacionadas con la competencia del
legislativo para reformar la CP; y (iv) la especificidad de las razones por las
que se considera que el acto reformatorio de la CP desconoce las normas que
le atribuyen tal competencia al legislador. En términos generales, la Corte ha

415 Cfr. Sentencia C-1052 de 2001.


416 Cfr. Sentencias C-1124 de 2004, C-472 de 2006, C-740 de 2006, C-986 de 2006, C-153
de 2007, C-1058 de 2008, A-274 de 2012, C-968 de 2012, C-053 de 2016 y C-140 de 2020.

272
manifestado que los argumentos expuestos deben estar orientados a demostrar
que el acto legislativo impugnado constituye no solo una reforma de la Carta
Política sino, en realidad, la sustitución de la misma417.

Adicionalmente, frente al requisito de certeza, la Corte ha dicho que los


argumentos de la demanda no se pueden fundar en la suposición de normas,
en interpretaciones conjeturales del acto reformatorio de la CP o en premisas
evidentemente falsas o inconsecuentes. En relación con la exigencia de
pertinencia, la Corporación ha reconocido que no son aptos los argumentos
fundados en la inconveniencia de la reforma, en la intangibilidad de normas
constitucionales o en la violación de los contenidos materiales de la CP. Al
referirse a la prohibición de alegar la violación de contenidos materiales de la
Carta, esta Corporación estableció el siguiente estándar de argumentación:

(…) la demanda por el juicio de sustitución debe: i) enunciar el eje


definitorio de la Constitución presuntamente sustituido y señalar
las disposiciones constitucionales a partir de las cuales se
desprende o el precedente jurisprudencial en que haya sido
reconocido, respecto de lo cual es necesario que sea claro que no se
trata de la contradicción con una norma de la Constitución (juicio
de constitucionalidad) sino de la afectación de un principio
transversal y definitorio de la Carta Política; ii) exponer de qué
manera el acto legislativo impacta el eje definitorio, identificando
las diferencias entre ellos y, iii) explicar por qué las modificaciones
introducidas por la reforma pueden considerarse una
transformación en la identidad de la Constitución de manera que
ella, después de la reforma, es otra completamente distinta.
(Negrillas propias)

Así, en los procesos en los que se demanda la sustitución de la CP, están


proscritos los alegatos desarrollados a partir de la estructura argumentativa
típica del juicio de constitucionalidad, esto es, aquellos que buscan mostrar la
violación de contenidos materiales de la CP. Por disposición del numeral 1º
del artículo 241 de la CP, a la Corte Constitucional le compete “[d]ecidir
417 Cfr. Sentencia C-140 de 2020.
273
sobre las demandas de inconstitucionalidad que promuevan los ciudadanos
contra los actos reformatorios de la Constitución, cualquiera que sea su
origen, sólo por vicios de procedimiento en su formación” (negrillas
propias). Incluso, en la jurisprudencia constitucional se ha reconocido que, al
definir la premisa mayor del juicio de sustitución de la CP, es necesario
verificar si el eje que se alega desconocido “es irreductible a un artículo de la
Constitución, - para así evitar que éste sea transformado por la propia Corte
en cláusula pétrea a partir de la cual efectúe un juicio de contradicción
material- y si (…) la enunciación analítica de dicho elemento esencial
definitorio no equivale a fijar límites materiales intocables por el poder de
reforma, para así evitar que el juicio derive en un control de violación de
algo supuestamente intangible, lo cual no le compete a la Corte”418.

En suma, las demandas de constitucionalidad contra actos legislativos deben


orientarse a mostrar la sustitución de un eje de la CP. Esta argumentación
encuentra fundamento en la falta de competencia del Congreso de la
República para hacer dicha sustitución; pero no pueden tener sustento en la
posible violación o el desconocimiento de alguno de los contenidos materiales
de la CP o en alguno de sus artículos de forma aislada, por un lado, porque así
lo ha reconocido la jurisprudencia constitucional y, del otro, por la
contradicción lógica que esto representa, pues una reforma constitucional no
puede ser contraria a la CP –lo que se juzga es que la sustituya–.

1.2. La demanda carecía de pertinencia. En la sentencia objeto de este


salvamento se concluyó lo siguiente respecto de la exigencia de pertinencia:
“los argumentos se dirigen a controvertir la competencia del Congreso, como
poder constituyente derivado; y para sustentarlo, los demandantes
desarrollan razones utilizando la metodología del juicio de sustitución, como
lo exige la jurisprudencia constitucional, en el que se identifica unos ejes
definitorios de la Constitución y cómo estos aparentemente son sustituidos
por la reforma” (pág, 29, fj. 10.2). Sin embargo, considero que los
argumentos de la demanda no cumplieron con la carga argumentativa de rigor,
ya que los actores no identificaron debidamente el eje definitorio sustituido y,
además, no utilizaron la metodología argumentativa de los cargos por
418 Sentencia C-1040 de 2005. En el mismo sentido, Cfr. Sentencia C-010 de 2013.
274
sustitución de la CP (supra 1.1.), pues sus reproches estuvieron dirigidos a
demostrar la violación de contenidos materiales de la CP.

En efecto, al verificar el escrito de la demanda, particularmente, las


conclusiones frente al eje presuntamente sustituido por el acto legislativo
demandado, es posible leer la siguiente línea de argumentación:

[s]e desnaturalizarían tanto el Preámbulo de la Constitución


como el artículo primero. Con la implementación de la pena de
prisión perpetua es incoherente sostener que, en estricto sentido,
Colombia es un Estado Social de Derecho fundado en el respeto de
la dignidad humana que asegura la vida y la igualdad de todas las
personas. El ser humano, todo ser humano, entendido como un fin
en sí mismo, como un ser dotado de dignidad, es uno de los ejes
centrales del Estado Social de Derecho; la reforma bajo estudio lo
convierte en un instrumento para lograr los fines estatales trazados
en una política criminal carente de sustento empírico, de corte
vengativo e incapacitador, y basada en prejuicios. El trato
discriminatorio e instrumentalizador de las personas condenadas a
cadena perpetua altera la esencia de los preceptos constitucionales
mencionados, así como altera la esencia del artículo 2 de la
Carta, pues Colombia ya no sería una República instituida para
proteger de forma igualitaria a todas las personas residentes en
Colombia, ya que las personas condenadas a cadena perpetua serían
sujetos con menos derechos.

El Acto Legislativo bajo estudio también es incompatible con el


artículo 5 de la Constitución al dejar de reconocer, sin
discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables
de la persona, tales como la dignidad humana y la
resocialización. Igualmente, sería incompatible con el artículo
12, ya que, como se argumentó, la prisión perpetua, incluso con
posibilidad de revisión, constituye una pena cruel, inhumana y
degradante que incapacita e instrumentaliza al condenado, por
considerarlo peligroso e incorregible. (Negrillas propias).
275
En mi criterio, los demandantes alegaron que el acto acusado es contrario al
preámbulo y los artículos 1, 2, 5 y 12 de la CP. Esta argumentación, como ya
se dijo, no tiene cabida en el control de constitucionalidad de los actos
legislativos. En el auto inadmisorio de la demanda, respecto de dichos
argumentos, la magistrada sustanciadora manifestó: “[p]rimero es preciso
aclarar que los demandantes realizan un estudio jurisprudencial juicioso con
el fin de definir el eje definitorio de la Constitución, y en consecuencia,
establecer la premisa mayor del juicio de sustitución, por lo que el despacho
considera que en virtud del principio pro actione, independientemente de si la
Sala Plena lo considera distinto, se puede tener por satisfecha la carga
argumentativa correspondiente al parámetro de juzgamiento”419. Los
reproches que se hicieron en la etapa de admisibilidad se circunscribieron a la
premisa menor del juicio de sustitución de la CP (segundo paso) y las
conclusiones (tercer paso)420, pero nada se dijo frente a la premisa mayor
(primer paso), por lo que el sentido de los argumentos transcritos, ajenos al
control de constitucionalidad de los actos reformatorios de la CP, no fue
objeto de un análisis riguroso de aptitud sustancial, ni en la etapa de
admisibilidad y, mucho menos, al momento de dictar el fallo del que me
aparto.

Esta omisión, en mi criterio, marcó el sentido de la decisión que adoptó la


Corte Constitucional, al punto que la mayoría de la Sala Plena concluyó que
“[e]l hecho de incluir en el texto constitucional la posibilidad de aplicar la
pena de prisión perpetua con posibilidad de revisión después de los 25 años,
desconoce la dignidad humana como bastión del Estado Social de Derecho,
evento que no le es permitido al poder constituyente derivado” (fj. 195).

Avalar que una reforma a la CP sea declarada inexequible porque contradice


otro postulado constitucional, por más importante que sea este postulado,
desconoce la jurisprudencia constitucional sobre los límites del juicio de
sustitución de la CP y, en cierta medida, las competencias que el artículo
241.1 le otorgó a la Corte sobre el control de constitucionalidad de los actos
419 Auto del 8 de octubre de 2020, p. 20 (fj. 13).
420 Cfr. Ib. pp. 20 a 22.
276
reformatorios de la Carta. En adelante, bastará con invocar algún contenido
material de la CP en tensión para justificar retirar un acto legislativo del orden
jurídico constitucional, lo cual conduce a que la Corte Constitucional
desconozca el rol que cumple el constituyente derivado en el estado
democrático y, además, al sacrificio desproporcionado del principio de
separación de poderes.

1.3. La demanda carecía de especificidad. Los actores no explicaron


debidamente por qué concluyeron que el acto legislativo acusado violó las
normas que le atribuyen al Congreso de la República la competencia para
reformar la CP (arts. 114, 474 y 375). En otras palabras, los demandantes no
explicaron debidamente las razones por las que consideraron que hubo una
sustitución de la CP y no una reforma. Sus argumentos estuvieron orientados
a cuestionar la reforma de la CP, a partir del análisis de la resocialización de la
pena y su relación con la dignidad humana. Esta situación cobra especial
importancia si se tiene en cuenta que la relación entre la dignidad humana
como justificante del fin resocializador de las penas privativas de la libertad y
la cláusula del Estado Social de Derecho es, a lo sumo, tangencial; como lo es
la que tiene toda política pública orientada a cumplir con los fines esenciales
del Estado. Aceptar lo contrario conduciría a asumir que toda demanda en la
que se enuncie la dignidad humana satisface la carga argumentativa
respectiva, así como también que toda reforma, por ejemplo, a los derechos
fundamentales, supone la sustitución de la CP, debido a la relación de tienen
tales prerrogativas con la vigencia del principio de dignidad humana.

1.4. En la sentencia se concluyó que el eje sustituido es la cláusula del


Estado Social de Derecho fundada en la dignidad humana 421, cuando los
demandantes propusieron como ejes el modelo de Estado Social de Derecho422
y el deber del Estado de respetar, garantizar y proteger la dignidad humana423
y, sobre todo, se pasó por alto que la mayoría de la Sala Plena consideró que
frente al segundo de los ejes invocados la Corte debería emitir una sentencia
inhibitoria (pág. 31, fj. 10.5). En mi criterio, el principio pro actione no es una

421 Cfr. pp. 8 a 75, ffjj 51 a 62.


422 Escritos de demanda, pp. 50 y 51.
423 Escritos de demanda y su corrección, p. 51 a 54 y 12, respectivamente.
277
herramienta para darle forma o reconducir los cargos de inexequibilidad,
máxime cuando se ejerce control de constitucionalidad de los actos
reformatorios de la CP, el cual es rogado y excepcional, como la sentencia de
la que me aparto lo reconoce expresamente (págs. 37 y 38, fj. 6), en la cual se
concluye que “la competencia de la Corte se limita a los cargos formulados
debidamente en la acción de inconstitucionalidad” (pág. 38, fj. 6).

2. El Acto Legislativo 1 de 2020 no debió ser declarado inexequible

2.1. En gracia de discusión, considero que la reforma constitucional acusada


no debió ser declarada inexequible, pues ninguno de los cargos admitidos
tenía vocación de prosperidad. Por un lado, como lo concluyó la mayoría de
la Sala Plena, los antecedentes del acto legislativo acusado no daban cuenta
de una vulneración relevante del principio de deliberación democrática, pues
“la ausencia de algunos congresistas recusados en los debates séptimo y
octavo y la respectiva votación se dio por una determinación libre, amparada
en su propio entendimiento sobre la figura de la recusación, el cual no
guarda correspondencia con las normas y la jurisprudencia sobre la
materia” (pág. 61, fj. 36).

Por otro lado, pienso que el Acto Legislativo demandado no sustituye la CP. A
mi juicio, la finalidad resocializadora de la pena no puede ser vinculada con el
eje que se estima sustituido y que ha reconocido la jurisprudencia de la Corte:
el modelo de Estado Social de Derecho. En consecuencia, los reparos a la
finalidad de la pena no son suficientes para entender sustituido dicho eje de la
CP y, mucho menos, para declarar la inexequibilidad de la norma sometida a
control constitucional.

Pese a que comparto que una función importante de la pena privativa de la


libertad es la resocialización del condenado, así como también comparto que
cualquier medida que no cumpla con esta finalidad es contraria al principio de
la dignidad humana; no entiendo que esa sea la única función de la pena
relevante en el marco del Estado Social de Derecho y, sobre todo, no creo que
sea la única que proyecta la dignidad humana. A mi juicio, la pena privativa
de la libertad también tiene una función retributiva y esta, igualmente,
278
materializa el principio de dignidad humana, pues a dicha función se adscribe
el derecho que tiene toda víctima de una conducta penal a que se imponga una
pena justa a su victimario, máxime cuando se trata de menores de edad, cuyos
intereses prevalecen por disposición expresa de la CP y la Convención
Internacional de Derechos del Niño.

Por tratarse de delitos que involucran a menores de edad, en mi criterio, la


Corte debió haber dejado claro que es posible hacer una ponderación entre el
fin resocializador y el fin retributivo de la pena privativa de la libertad o, al
menos, hacer referencia expresa al alcance de estas dos finalidades y buscar
una fórmula argumentativa que las conciliara, sin declarar la inexequibilidad
del acto acusado.

2.2. No estoy de acuerdo con el alcance de los argumentos centrales de la


sentencia, pues esta no evidencia por qué la pena perpetua revisable sustituye
pilares básicos de la Constitución Política por elementos opuestos a los
originalmente previstos. Tal afirmación se fundamenta en estas
consideraciones:

2.2.1. En la sentencia se afirma que la premisa mayor del juicio es que


“el Estado Social y Democrático de Derecho está fundado sobre la dignidad
humana” y también se manifiesta que de dicho eje “se desprende,
concretamente, que el ejercicio del poder punitivo del Estado debe realizarse
a la luz de una política criminal en la que el fin primordial de la pena
privativa de la libertad es la resocialización de la persona condenada” (pág.
128, fj. 130).

Me aparto del alcance de esta premisa argumentativa por tres razones:


primero, porque la sentencia se limita a esbozar argumentos sobre el Estado
Social de Derecho, la dignidad humana y la resocialización como finalidad de
la pena privativa de la libertad, pero no identifica con suficiencia los ejes
identitarios de la CP que supuestamente fueron sustituidos por el acto
reformatorio acusado (premisa mayor); en otras palabras, no explica por qué
la finalidad de resocialización de la pena hace parte del eje presuntamente
sustituido. Segundo, debido a que, en mi criterio, el eje definitorio de la
279
constitución que la Corte ha reconocido es el modelo de Estado Social de
Derecho y no la cláusula del Estado Social de Derecho fundada en la
dignidad humana, distinción relevante porque la mayoría de la Sala encontró
en la dignidad humana el vínculo entre la Estado Social de Derecho y las
penas que se consideran crueles, inhumanas y degradantes. Y, tercero, porque
una cosa es argumentar que una pena que no busca la resocialización viola la
dignidad humana –lo que yo comparto– y otra, diferente, demostrar
concretamente la sustitución de un eje de la CP. Puede pasar, por ejemplo, que
una reforma a la CP entre en conflicto con otra disposición de la CP –porque
la está reformando– pero, aun así, que esta reforma no implique la sustitución
de un eje de la CP.

La Corte debió auto restringirse al determinar la premisa mayor del juicio de


sustitución. Esto, porque la jurisprudencia de la Corte ha rechazado prácticas
interpretativas que buscan establecer ejes de la CP a partir de argumentos
propios del control material. Al respecto, ha dicho que “[d]esfiguraría dicho
control de sustitución (i) tratar la reforma constitucional como una ley de
rango infraconstitucional que carece de fuerza jurídica para modificar la
Constitución, (ii) elevar principios o reglas a normas intangibles que el
órgano constituido titular del poder de revisión no puede tocar o reformar
como si la prohibición de sustituir la Constitución equivaliera a la
petrificación de una parte de la Constitución, (iii) anteponer al poder de
revisión supuestos contenidos normativos supraconstitucionales intocables,
(iv) efectuar una comparación entre contenidos específicos de la Constitución
original y el contenido de la reforma como si el segundo no pudiera
contradecir los primeros al reformarlos, (v) limitarse a señalar la inclusión
de excepciones o restricciones introducidas por la reforma a la Constitución
original sin analizar si las enmiendas en su conjunto constituyen una
modificación de tal magnitud y trascendencia que resulta manifiesto que la
Constitución original ha sido remplazada por una completamente diferente
dado que las enmiendas representan una sustitución total o parcial de la
misma”424. No era posible, pues, avalar la procedencia de argumentos como
los de los demandantes, ya que estos, como ya se dijo, se orientan a mostrar la

424 Cfr. C-1200 de 2003, C-551 de 2004, C-1045 de 2005 y C-574 de 2011.
280
violación de la CP y fijar límites materiales intangibles de la Carta Política,
pero no la sustitución de unos de sus ejes.

2.2.2. No comparto el estudio que hizo la Corte del tercer paso del
juicio de sustitución (conclusión), porque no justificó debidamente cómo el
acto legislativo acusado suprimió o anuló el modelo del Estado Social de
Derecho, la dignidad humana o, eventualmente, la función de resocialización
de la pena. En la sentencia no se muestra argumentativamente que la norma
acusada modificó el modelo del Estado Social de Derecho o que la dignidad
humana perdió totalmente su importancia en el orden jurídico constitucional.
La mayoría de la Sala Plena se centró en mostrar las razones por las que
consideran que una pena que no garantiza la resocialización es contraria a la
dignidad humana, en reiterar algunos reproches dogmáticos relacionados con
la pena de prisión perpetua y en justificar cómo el carácter revisable no
satisface la resocialización y por qué no es conveniente la prisión perpetua,
desde una perspectiva de política criminal.

Estos razonamientos, además de no mostrar la sustitución de la CP, exigen


algunos comentarios: (i) en la sentencia no se explica con suficiencia por qué
la prisión perpetua implica el abandono de un derecho penal de acto y, sobre
todo, por qué se trata de una condena basada en la peligrosidad del individuo
(pág. 131, fj. 137). Para mí, lo que se buscaba castigar era la conducta de la
persona cuando fuera cometida contra una víctima en particular, pero nada
tenía que ver la persona que cometiere la conducta. (ii) Me aparto de los
argumentos sobre la presunta violación del principio de legalidad por la falta
de certeza de la pena (págs. 132 y 133, fj. 138 y ss.), de un lado, porque el
carácter perpetuo de la pena es en sí mismo cierto y, del otro, porque dicha
certeza no se ve afectada porque una persona vaya a estar más tiempo en la
cárcel que otra; de ser así, ninguna pena impuesta a una persona cercana a
superar la edad de vida promedio satisfacería la carga de certeza sobre la
privación de la libertad. (iii) Creo que no es pertinente el argumento según el
cual la prisión perpetua no se puede valorar igual que en otros Estados porque
en estos fungió como sustituto de la pena de muerte (pág. 134, fj. 141),
además, no es cierto que en Colombia no se hubiera reconocido la prisión
perpetua, incluso, existió hasta el año 1910.
281
2.2.3. Aun asumiendo que la función resocializadora de la pena
constituye un eje de la Carta Política, pese a que no tiene ningún referente
normativo en esta, lo cierto es que los demandantes no demostraron que la
prohibición de la cadena perpetua era un elemento identitario de la CP y que
la implementación de la reforma demandada incorporaba un nuevo elemento
completamente opuesto al anterior. En mi criterio, el acto reformatorio
acusado no suprimía totalmente esta función de la pena, primero, porque la
prisión perpetua cubría unos delitos particulares y siempre que estos hubieren
afectado a unas víctimas en concreto, esto es, una parte mínima en el universo
de las conductas sancionables penalmente, segundo, porque frente a los casos
en los que se hubiere aplicado era eventual, ya que el acto legislativo
establecía que la pena “podrá” ser perpetua y no decía que “tendrá” que ser
perpetua y, tercero, porque se trataba de una medida revisable en la que lo que
se buscaba, precisamente, era que estuviera debidamente probada la
resocialización del individuo.

2.2.4. La Sala Plena estudió el caso a partir de la violación del principio


de dignidad humana y del desconocimiento de la función resocializadora de la
pena privativa de la libertad, pero no a partir del eje que la jurisprudencia ha
reconocido previamente: el modelo del Estado Social de Derecho. Lo que la
Corte debió hacer fue justificar directa y concretamente las razones por las
que concluyó que la pena de prisión perpetua revisable eliminaba absoluta o
parcialmente, de manera permanente o temporal, el modelo del Estado Social
de Derecho, ya que esto es lo que se exige según el estándar actual del control
constitucional de los cargos por sustitución de la CP 425. A pesar de que la
diferencia entre uno y otro pueda parecer gramatical, tal distinción resulta
indispensable para establecer el límite de la competencia de esta Corporación.

En mi criterio, la argumentación mayoritaria de la Corte fue indirecta. En


términos generales, se dijo que la prisión perpetua no garantiza la
resocialización del condenado y, por ende, es contraria a la dignidad humana.
En criterio de la Sala Plena, como la dignidad humana es una característica
esencial del Estado Social de Derecho y este, a su vez, es un eje de la CP,
425 Corte Constitucional, Sentencia C-140 de 2020.
282
entonces, la medida de prisión perpetua supone la sustitución de el eje modelo
del Estado Social de Derecho, lo cual, a mi juicio, constituye un argumento
non sequitur, en el entendido de que la conclusión no se sigue,
necesariamente, de la premisa. Asumir lo contrario implicaría hacer nugatorio
el poder de reforma del constituyente derivado, en el entendido de que
cualquier acto legislativo que, de cualquier forma, modifique alguno de los
valores del modelo de Estado Social de Derecho, será susceptible de ser
declarado inexequible, lo cual, para mí, desnaturaliza el alcance que esta
Corte ha pretendido darle al juicio de sustitución de la CP.

2.2.5. Finalmente, me aparto de los argumentos del fallo sobre la


revisabilidad de la prisión perpetua y del alcance de las razones que se
invocan para sostener que, dado el contexto particular y general del sistema
penal colombiano, este no tiene la entidad suficiente para garantizar la
resocialización de los condenados. Frente a lo primero, considero que no es
verdad que la posibilidad de revisión no sea cierta, pues la Ley 2098 de 2021
estableció un término de 25 años (art. 6). En relación con lo segundo, creo
que las críticas contextuales al sistema penal no guardan relación con la
posibilidad de hacer revisable la prisión perpetua ni la “expectativa de
liberación” del condenado.

3. Colofón de lo anterior, encuentro que en el presente caso la Corte debió


declararse inhibida para emitir un pronunciamiento de fondo, pues el
cuestionamiento de los demandantes se fundó en argumentos vagos que, a lo
sumo, buscaban demostrar que la finalidad de resocialización de la pena
estaba relacionada, de manera intrínseca, con los principios de la dignidad
humana y el Estado social de Derecho. En gracia de discusión, de
considerarse que la demanda sí satisfizo la carga argumentativa que establece
la jurisprudencia constitucional, la Corte debió declarar exequible el Acto
Legislativo 1 de 2020.

Fecha ut supra,

283
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
Magistrada

284
ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
A LA SENTENCIA C-294/21

 
CONSTITUYENTE DERIVADO-Incompetencia para reemplazar,
sustituir o destruir la Constitución, no pudiendo atribuirse funciones
propias del poder originario (Aclaración de voto)

EJES DEFINITORIOS DE LA CONSTITUCION-Noción


(Aclaración de voto)/EJES DEFINITORIOS DE LA
CONSTITUCION-Clasificación (Aclaración de voto)

Un eje axial o definitorio se refiere a una materia sustancial sin la cual no


estamos en presencia de una Constitución. Cuáles son: Los hay universales y
los hay locales o criollos. Son universales, el sistema político que según la
Constitución de 1991 es de corte republicano; el sistema de Gobierno, que
según la Constitución de 1991, es presidencial; la forma territorial de Estado,
que según la Constitución de 1991, es unitaria y descentralizada; el sistema
económico, que según la Constitución de 1991 es el de economía social de
mercado; la Carta de derechos y deberes, la cual incluye sus principios,
aunque la enumeración de los mismos no se agota en el texto constitucional; y,
las funciones esenciales del Estado, que según la Constitución de 1991 son las
funciones legislativa, administrativa, judicial, de control fiscal, de ministerio
público, electoral, de banca central y de seguridad y defensa nacional. Si el eje
axial o definitorio no ha sido establecido por el Constituyente y no está en la
Constitución Política, no le es dable al juez constitucional señalarlo. No es al
juez constitucional, en este caso la Corte Constitucional, que es un órgano
constituido, al que le corresponda establecer, señalar o determinar los ejes
axiales o definitorios de la Constitución cuya guarda le ha sido encomendada,
y mucho menos hacerlo ex post, pues el eje axial es parte esencial de la
Constitución, forma parte de ella desde su expedición y constituye una

285
sustancia sin la cual la Constitución como tal no existe y deviene simplemente
en una norma infra constitucional.

DIGNIDAD HUMANA-Valor absoluto del ordenamiento jurídico


(Aclaración de voto)/DIGNIDAD HUMANA-Derecho que implica al
Estado tanto obligaciones de no hacer como de hacer (Aclaración de voto)

PODER PUNITIVO DEL ESTADO-Límites constitucionales


(Aclaración de voto)

PODER DE REFORMA CONSTITUCIONAL-Límites (Aclaración


de voto)/PRINCIPIO DE NO REGRESIVIDAD-Alcance (Aclaración
de voto)

(…)  independientemente del juicio de sustitución, con sus premisas, debe


tenerse presente que el Constituyente tiene límites, los que le impone el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, entre ellos el principio de no
regresividad. Si bien la prisión a perpetuidad no está expresamente proscrita
como se ha hecho con la pena capital, lo cierto es que existen otras reglas del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos de las cuales sí se infiere su
prohibición y de manera expresa fue proscrita por el Estado de Colombia
mediante norma constitucional expedida en 1991, la cual, a la luz del principio
de no regresividad, aplicable en la protección del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, se ha erigido entonces, a partir de ese momento, en un
límite infranqueable para el Constituyente.

PROHIBICION DE LA TORTURA, TRATOS O PENAS


CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES-Instrumentos
internacionales (Aclaración de voto)

PENA DE PRISION PERPETUA-Anula toda forma de resocialización


del condenado y sustituye principio de dignidad humana (Aclaración de
voto)

286
Si, universalmente, el régimen penitenciario debe consistir en un instrumento
cuya finalidad esencial debe ser la reforma y la readaptación social del
delincuente penado o condenado, el cual debe ser tratado humanamente y con
el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano, la prisión perpetua
que cosifica al ser humano, que constituye una pena de muerte oculta o
disfrazada, impide la reforma o la readaptación del sujeto condenado porque
no es ni será sujeto u objeto de medida de reforma o readaptación en la
medida que jamás recobrará su libertad y, en consecuencia, nunca podrá
reintegrarse al tejido social. Es por ello, que la prisión perpetua es una pena
cruel, inhumana y degradante que como tal, está expresamente proscrita tanto
por el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como
por el artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos - Pacto
de San José.

Expedientes: D-13.915 y D-13.945

M.P.: Cristina Pardo Schlesinger

Con el acostumbrado y absoluto respeto por las decisiones adoptadas por la


Corte Constitucional, me permito expresar las razones que me llevan a aclarar
mi voto en este asunto. Reitero que comparto la decisión adoptada por la
Corporación en el sentido de declarar la inexequibilidad del Acto Legislativo
01 de 2020, pero considero que además de los vicios de trámite por la
ausencia de discusión en el primero y segundo debates en segunda vuelta en
el Senado de la República, a esa decisión debió arribarse en virtud del control
de convencionalidad y no sólo a partir de la consideración de que el Estado
Social y Democrático de Derecho y la dignidad humana, como principios
esenciales, constituyen un eje axial o definitorio de la Constitución.

En este caso se ha controvertido la constitucionalidad de un Acto Legislativo


reformatorio de la Constitución, al que se acusa de sustituir la Carta. La
sustitución consiste en que dicho Acto, al modificar la prohibición de la pena
de cadena perpetua, para permitirla en varios delitos relacionados con niños,
287
niñas y adolescentes desconoce de manera intensa el principio de la dignidad
humana, al punto de llegar a alterar la identidad de la Constitución.

Sobre el particular me permito señalar lo siguiente:

En primer lugar, el Congreso de la República en ejercicio de sus facultades


como constituyente secundario o derivado solo ostenta un poder de reforma a
la Constitución según lo expresamente previsto en el artículo 374 de la Carta
y, por lo tanto, carece del poder o potestad de sustitución, lo que incluye
expedir una nueva Constitución o sustituir o alterar los ejes axiales de la
misma. Tienen facultad de expedir la Constitución o sustituirla, el Pueblo
titular de la soberanía, o una Asamblea Constituyente convocada por éste para
tal finalidad. La sustitución se refiere al cambio o alteración de los ejes
axiales o definitorios de la Constitución.

Tal como lo señaló la Corte en la Sentencia C-579 de 2013,


“la sustitución consiste en (i) el reemplazo de la Constitución -o de alguno de
sus ejes definitorios- por un modelo constitucional diferente, (ii) en ejercicio
del poder de reforma.”426

Entonces, estoy de acuerdo en que en ejercicio del control judicial de los actos
legislativos reformatorios de la Constitución, la Corte puede y debe abordar el
juicio de sustitución si tiene claro cuáles son los ejes axiales o definitorios de
la Constitución establecidos por el Constituyente al expedirla en 1991 y se
demuestra cómo el Acto Legislativo demandado viola uno, varios o todos los
ejes axiales o definitorios de manera tal que cambia el modelo constitucional
por uno diferente.

Qué es un eje axial, cuáles son y quién los establece? Un eje axial o
definitorio se refiere a una materia sustancial sin la cual no estamos en
presencia de una Constitución. Cuáles son: Los hay universales y los hay
locales o criollos. Son universales, el sistema político que según la
Constitución de 1991 es de corte republicano; el sistema de Gobierno, que
según la Constitución de 1991, es presidencial; la forma territorial de Estado,
426 Corte Constitucional, Sentencia C-579 de 2013.
288
que según la Constitución de 1991, es unitaria y descentralizada; el sistema
económico, que según la Constitución de 1991 es el de economía social de
mercado; la Carta de derechos y deberes, la cual incluye sus principios,
aunque la enumeración de los mismos no se agota en el texto constitucional;
y, las funciones esenciales del Estado, que según la Constitución de 1991 son
las funciones legislativa, administrativa, judicial, de control fiscal, de
ministerio público, electoral, de banca central y de seguridad y defensa
nacional. Si el eje axial o definitorio no ha sido establecido por el
Constituyente y no está en la Constitución Política, no le es dable al juez
constitucional señalarlo. No es al juez constitucional, en este caso la Corte
Constitucional, que es un órgano constituido, al que le corresponda establecer,
señalar o determinar los ejes axiales o definitorios de la Constitución cuya
guarda le ha sido encomendada, y mucho menos hacerlo ex post, pues el eje
axial es parte esencial de la Constitución, forma parte de ella desde su
expedición y constituye una sustancia sin la cual la Constitución como tal no
existe y deviene simplemente en una norma infra constitucional.

Ahora, el Estado Social y Democrático de Derecho y la dignidad humana,


constituyen principios esenciales que permean transversalmente toda la Carta
Política, tanto en su parte dogmática como en su parte orgánica, pero por sí
solos y mucho menos de manera separada, no constituyen un eje axial o
definitorio de la Constitución.427

En efecto, el principio de la dignidad humana es el fundamento de los


derechos humanos y de los derechos fundamentales. Nuestra Constitución
reconoce este principio, entre otros, en los artículos 1, 5, 93 y 94. Como
fundamento de los derechos humanos así se lo reconoce de manera explícita
en el segundo y el tercer párrafo del preámbulo del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y tal reconocimiento se enmarca en los presupuestos de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Declaración
Americana de los Derechos (párrafos primero y segundo del preámbulo) y
Deberes del Hombre (párrafo segundo del preámbulo). Como fundamento de
los derechos fundamentales, así ha sido reconocido por varias Constituciones,
427 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-143 de 2015.
289
entre ellas, la Ley Fundamental de Bonn, en su artículo primero, y la
Constitución Española, que en buena parte sigue este mismo camino en su
artículo 10.

Así, el principio de la dignidad humana es, al mismo tiempo, el fundamento


de los derechos humanos y, por tanto, del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y, en el ámbito interno, es uno de los fundamentos del
Estado Social y Democrático de Derecho. Como tal, debe permear todo el
ordenamiento jurídico y servir de parámetro interpretativo de todas las normas
que lo integran, pues es la razón de ser, el principio y el fin último de nuestro
modelo de Estado y de su organización.428

Por ello, resulta de vital importancia recordar que desde el punto de vista del
objeto de protección, la dignidad humana comporta que cada ser humano
tenga la oportunidad de: 1) vivir de acuerdo con el plan de vida que diseñe
desde su propia autonomía, sin perjuicio de respetar los derechos de los
demás; 2) vivir bien, esto es, bajo ciertas condiciones materiales concretas de
existencia; y, 3) vivir sin humillaciones, entendido como la intangibilidad de
sus bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral. 429 Y es
importante, porque el respeto de la dignidad humana en todas sus acepciones,
“es una norma jurídica de carácter vinculante para todas las autoridades sin
excepción”,430 de manera que tienen vedado “tratar a las personas como
simples instrumentos, como cosas o mercancías, como tampoco ser
indiferentes frente a situaciones que ponen en peligro el valor intrínseco de la
vida humana”.431

Así las cosas, es claro que la dignidad humana tiene un valor absoluto en el
Estado Constitucional de Derecho, de manera que bajo ninguna circunstancia
o argumento, puede ser desconocida o limitada; 432 ni siquiera en aquellos
eventos en los que un ser humano infrinja las normas del pacto social. Se trata

428 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-143 de 2015.


429 Corte Constitucional, Sentencias C-143 de 2015, T-881 de 2002 y T-436 de 2012.
430 Corte Constitucional, Sentencia C-143 de 2015.
431 Corte Constitucional, Sentencia C-288 de 2012.
432 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-143 de 2015.
290
pues, de un atributo esencial, inherente al ser humano que, entre otras cosas,
impone al Estado obligaciones de hacer y de no hacer y se erige como límite
constitucional de sus actuaciones, inclusive en aquellos eventos en los que, en
ejercicio del ius puniendi, legítimamente se restringen garantías como la
libertad.433

Cuando se trata de la potestad punitiva del Estado, dicho límite está dado,
además, entre otros referentes, por la prohibición contenida en el artículo 11
de la Constitución, conforme al cual, el derecho a la vida es inviolable, razón
por la cual no habrá pena de muerte; por la prohibición contenida en el
artículo 12 de la misma Constitución conforme al cual nadie será sometido a
torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; por la
prohibición de cosificación contenida en el artículo 17 de la Constitución,
conforme al cual se prohíben la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres
humanos en todas sus formas; por la garantía de la libertad prevista en el
artículo 28 de la Constitución, conforme al cual, aún la persona reducida a
prisión luego de ser condenada y cumplida su pena, debe ser puesta en
libertad porque en ningún caso puede haber detención, prisión ni arresto con
penas o medidas de seguridad imprescriptibles y, de contera, conforme al
mismo modelo constitucional, por la prohibición de establecer la pena de
prisión perpetua prevista en el artículo 34 original de la Constitución
adoptado por la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, la cual se
pretendió degradar o flexibilizar con la norma introducida por el Acto
Legislativo 1 de 2020.

Todas estas prohibiciones tienen un carácter universal, constituyen mandatos


imperativos del Derecho Internacional de los Derechos Humamos, “que no
permite ningún tipo de acuerdo que esté en contra del mismo, ni tampoco
pueden los Estados esgrimir excepciones o derogaciones, sino que las
naciones tienen el deber de hacer respetar estas garantías.”434

Por ello, independientemente del juicio de sustitución, con sus premisas, debe
tenerse presente que el Constituyente tiene límites, los que le impone el
433 Cfr. Ibídem.
434 Corte Constitucional, Sentencias C-143 de 2015 y T-741 de 2004.
291
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, entre ellos el principio de
no regresividad. Si bien la prisión a perpetuidad no está expresamente
proscrita como se ha hecho con la pena capital, lo cierto es que existen otras
reglas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos de las cuales sí se
infiere su prohibición y de manera expresa fue proscrita por el Estado de
Colombia mediante norma constitucional expedida en 1991, la cual, a la luz
del principio de no regresividad, aplicable en la protección del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, se ha erigido entonces, a partir de
ese momento, en un límite infranqueable para el Constituyente.

Es por esos motivos que considero que aquí se ha configurado una violación
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, motivo por el cual en
este caso debió aplicarse por la Corte el control de convencionalidad, por ser
esta la herramienta que permite verificar la conformidad de las normas
internas -incluyendo su interpretación y su aplicación- con la Convención
Americana de Derechos Humanos y demás instrumentos internacionales que
vinculan al Estado colombiano, de manera tal que exista una correcta
implementación de dichos estándares.435

1. La prisión perpetua prevista en el Acto Legislativo 1 de 2020 es una


pena cruel, inhumana y degradante y no busca la readaptación social
del delincuente, por lo que es contraria al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, dispone en su artículo


5 que nadie podrá ser sometido a torturas ni penas o tratos crueles, inhumanos
y degradantes.

Este principio, a su vez, se halla replicado como regla en el artículo 7 del


Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que establece que nadie
será sometido a torturas ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, al
tiempo que en el artículo 10 se dispone que toda persona privada de la libertad
será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al

435 Crf. Cuadernillo de jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Nº


7: Control de Convencionalidad, p 4.

292
ser humano y que el régimen penitenciario consistirá en un instrumento cuya
finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados.

El artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos - Pacto


de San José determina igualmente que nadie debe ser sometido a tortura ni a
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; que toda persona privada de
la libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano; y, que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad
física, psíquica y moral.

Si, universalmente, el régimen penitenciario debe consistir en un instrumento


cuya finalidad esencial debe ser la reforma y la readaptación social del
delincuente penado o condenado, el cual debe ser tratado humanamente y con
el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano, la prisión perpetua
que cosifica al ser humano, que constituye una pena de muerte oculta o
disfrazada, impide la reforma o la readaptación del sujeto condenado porque
no es ni será sujeto u objeto de medida de reforma o readaptación en la
medida que jamás recobrará su libertad y, en consecuencia, nunca podrá
reintegrarse al tejido social. Es por ello, que la prisión perpetua es una pena
cruel, inhumana y degradante que como tal, está expresamente proscrita tanto
por el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
como por el artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos
- Pacto de San José.

Precisamente, sobre el trato humano que, sin distinción alguna, deben recibir
los seres humanos privados de su libertad, el Comité de Derechos Humanos
de la ONU, en su observación general Nº 21, explicó que: 1) se trata de una
garantía complementaria de la prohibición de la tortura y otras penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes, en virtud de la cual a las personas privadas
de la libertad se les debe garantizar el respeto de la dignidad en las mismas
condiciones aplicables a las personas libres; 2) la privación de la libertad no
despoja al individuo del goce efectivo de sus demás derechos, sin perjuicio de
las restricciones inevitables por las condiciones de reclusión; y, 3) propende

293
por la reforma y la readaptación social del preso, pues ningún sistema
penitenciario debe estar orientado solamente al castigo.436

Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha destacado que


el artículo 5 de la Convención relativo a la garantía de integridad personal,
pertenece al dominio del ius cogens y, por tanto, no puede ser suspendido bajo
ninguna circunstancia,437 en tanto es inderogable aún en las circunstancias
más difíciles: guerra, amenaza de guerra, lucha contra el terrorismo -y
cualquier otro delito-, estados de emergencia o de conmoción interior.438

Lo anterior resulta de suma relevancia en el asunto sub examine, pues en


virtud de esa garantía inderogable, todas las penas privativas de la libertad
deben buscar como fin esencial, la reforma y readaptación social del
condenado,439 de tal manera que se logre obtener su reincorporación a la vida
civil “en condiciones de desenvolverse en ella conforme a los principios de la
convivencia pacífica y con respeto a la ley”.440 Una pena que persiga una
finalidad distinta, deviene entonces, en una pena arbitraria incompatible con
la dignidad del preso y con los postulados de libertad personal consagrados en
el artículo 7 de la misma Convención.

Esas circunstancias, dan cuenta de la incompatibilidad del Acto Legislativo 01


de 2020 con los mandatos internacionales sobre Derechos Humanos y por
desconocer el principio de la dignidad humana. Y es que la prisión a
perpetuidad no es compatible con estos estándares internacionales, ni siquiera
en aquellos eventos en los que la normativa contempla la posibilidad de que la
pena sea revisada después de transcurridos varios años de encierro.

436 Observación General Nº 21 del Comité de Derechos Humanos de la ONU, sobre el trato
humano de las personas privadas de la libertad.
437 Cfr. CIDH, Caso Familia Barrios vs. Venezuela, sentencia del 24 de noviembre de 2011.
438 Cfr. CIDH, Caso Quispialaya Vilcapoma vs. Perú, sentencia del 23 de noviembre de
2015.
439 Artículo 5.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
440 CIDH, Caso Instituto Penal Plácido De Sá Carvalho vs. Brasil, resolución sobre
medidas provisionales del 22 de noviembre de 2018.

294
Existe en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
un único pronunciamiento que reflexiona sobre la incompatibilidad de la
prisión vitalicia con estos derechos inherentes a todo ser humano. Se trata del
caso Mendoza y otros vs. Argentina en el que si bien la controversia se dio
respecto de un grupo de menores de edad que había sido condenado a prisión
perpetua con posibilidad de revisión, luego de un mínimo de 20 años de
cumplimiento de la pena, lo dicho en esta sentencia permite afirmar que aun
tratándose de personas adultas, este tipo de penas desconoce esos derechos
inalienables, de los que gozan los condenados por el simple hecho de ser
personas y que, como ya se dijo, no se pueden desconocer bajo ninguna
circunstancia. De lo dicho por la CIDH en este caso, se puede extraer lo
siguiente:

1. La prisión perpetua contraría la prohibición de encarcelamiento


arbitrario contenida en el artículo 7.3 de la Convención. Ha dicho la
CIDH que las detenciones y los encarcelamientos arbitrarios se dan
cuando se emplean métodos que, aun estando calificados como legales,
pueden reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos
fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables,
imprevisibles, o faltos de proporcionalidad.441 Así, es claro que una
pena de reclusión a perpetuidad, que propende por la inocuización del
condenado, resulta a todas luces irracional y desproporcionada, pues
aísla por completo al individuo de la sociedad, negándole la
oportunidad de superar las circunstancias que llevaron a su encierro.

2. Consecuencia de lo anterior, se produce la transgresión y


desconocimiento total del artículo 5.6 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, en tanto la pena de prisión de por vida desconoce
que la reforma y readaptación social del condenado, son los fines
esenciales de la pena. La garantía dada por este artículo, al igual que
todo lo dispuesto en la Convención, es aplicable a todas las personas
sin distinción de su edad, o de cualquier otra condición. Por ello, en

441 Cfr. CIDH, Caso Mendoza y otros vs. Argentina, sentencia del 14 de mayo de 2013, p.
59, que a su vez cita el Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador, sentencia del 21
de noviembre de 2007.

295
virtud del control de convencionalidad, la pretensión de instituir la
prisión perpetua en nuestro país constituye un gran desacierto, pues
desconoce que independientemente del crimen cometido y de la
atrocidad del mismo, la política criminal de los Estados debe estar
encaminada, principalmente, a la resocialización del penado, de tal
manera que vuelva a ser útil a la sociedad. Al no cumplirse esa
finalidad, la pena resulta desproporcionada, pues ha dicho la CIDH que
“la proporcionalidad de la pena guarda estrecha relación con la
finalidad de la misma”,442 y que sacrificar la libertad de un individuo
aun bajo el amparo de la ley, resulta ser una medida exagerada,
arbitraria y desmedida cuando no se cumple con la finalidad
perseguida,443 que no es otra que la resocialización.

3. Toda pena que resulte ser desproporcionada, constituye un trato cruel,


inhumano y degradante y, por tanto, desconocedora de la prohibición
que de estos tratos trae el artículo 5.2 de la Convención444 que, como ya
se dijo, es una regla del ius cogens y, por ende, es inderogable en todos
los casos.

4. La posibilidad de revisión de la condena luego de transcurrido un


periodo tan prolongado (20 años en el caso Mendoza y otros vs.
Argentina), no permite una revisión periódica sobre la necesidad de
mantener a la persona privada de la libertad, impidiendo que antes del
tiempo fijado en la norma, haya un análisis desde las circunstancias
particulares de cada condenado en el proceso de su resocialización, que
le permitiera obtener anticipadamente la libertad. 445 Sería arbitrario,
desproporcionado e irracional continuar ejecutando la pena respecto de
una persona que antes de dicho plazo mostrara ser apta para volver a la
vida en sociedad.

442 Cfr. Cuadernillo de jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Nº


9: Personas privadas de libertad, p 38.
443 Cfr. CIDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador, sentencia del 21 de
noviembre de 2007, p. 21, párrafo 93.
444 Cfr. CIDH, Caso Mendoza y otros vs. Argentina, sentencia del 14 de mayo de 2013, p.
62 y 63, párrafo 174.
445 Cfr. Ibídem, p. 63, párrafo 175.
296
Teniendo en cuenta los lineamientos dados por la CIDH, se hace evidente que
la cadena perpetua prevista en el Acto Legislativo 01 de 2020, al desconocer
por completo la finalidad esencial de resocialización que debe cumplir toda
pena, lo que hace es instrumentalizar al condenado. Al ejercer su poder de
reforma, el constituyente derivado olvidó que, sin importar el tipo de delito
que una persona pueda cometer, sigue siendo sujeto de unos derechos
inalienables, entre los que se encuentra el respeto a su dignidad humana, en
virtud de la cual debe ser siempre concebido como un fin en sí mismo y nunca
como un medio para alcanzar los fines del Estado.

Al pasar por alto algo tan importante, el constituyente terminó adoptando una
reforma que se vale de la inocuización del delincuente para alcanzar el fin de
prevención general negativa de la pena, sacrificando el de prevención especial
positiva y que se traduce en la readaptación social del condenado. Impedirle
al infractor penal la posibilidad de libertad luego de su resocialización es
negarle su condición de ser humano, pues le impide que en algún momento
pueda volver a tener la posibilidad de auto determinarse en libertad, tener un
proyecto de vida y orientarlo de acuerdo a su propia voluntad. Por ello, la
reforma que trae el acto legislativo demandado, es inadmisible.

2. La posibilidad de revisión de la prisión a perpetuidad que trae el Acto


Legislativo 1 de 2020, no la armoniza con los postulados de la dignidad
humana ni con el principio de no regresividad

Líneas atrás se dijo que la pena de prisión vitalicia no está expresamente


proscrita en materia de derechos humanos como sí lo está de manera expresa
la pena de muerte, aunque también quedó demostrado que sí lo está, por
tratarse de una pena cruel, inhumana y degradante que sí está prohibida por el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, por lo que, la Corte Penal
Internacional -conforme al Estatuto de Roma- y el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, aún avalan su aplicación, pero ello requiere tener
presente las razones que los inspiran que no son aplicables al caso analizado.

297
Es cierto que literalmente el artículo 77 del Estatuto de Roma, permite
imponer como pena la reclusión a perpetuidad, “cuando lo justifiquen la
extrema gravedad del crimen y las circunstancias personales del
condenado”446 pero, además, otorga la posibilidad de que dicha pena sea
reducida, una vez se hayan cumplido, como mínimo, 25 años de reclusión. 447
En efecto, esta pena es revisable -según el referido Estatuto- si la persona
condenada manifiesta continuamente su voluntad de cooperar con las
investigaciones y los enjuiciamientos que adelanta la Corte, o si ha facilitado
la ejecución de decisiones de la Corte en relación con la localización de
bienes objeto de multa o de decomiso o que sirvan para la reparación a las
víctimas. En estos eventos es posible revisar la pena, siempre y cuando se
haya cumplido como mínimo 25 años de reclusión. Si no se configuran los
presupuestos para la revisión, en todo caso, de manera periódica, debe volver
a estudiarse una posible revisión de la pena.448 Así, entonces, esta posibilidad
de liberación temprana, por la forma en la que está contemplada, parece ser
más un beneficio por cooperación con la justicia, que un resultado por mostrar
signos de resocialización. Esto es absolutamente inadmisible, pues bajo esas
condiciones, pareciera más que la Corte está utilizando al condenado como
medio para lograr otros fines, por cuanto se vale de algo tan preciado como lo
es su libertad, para avanzar en las investigaciones, enjuiciamientos o
ejecución de las sentencias proferidas por la CPI.449

En todo caso, el régimen de la cadena perpetua revisable, fijado en los


anteriores términos en el Estatuto de Roma, fue objeto de control oficioso e
integral de constitucionalidad, en la Sentencia C-578 de 2002. En esta
sentencia, en la que también se controló la constitucionalidad de la Ley 742
de 2002, por medio de la cual se aprobó dicho Tratado, la Sala estudió de
manera específica la constitucionalidad del referido artículo 77. En este
estudio se destacó que el artículo 77 del Estatuto de Roma establecía un
tratamiento diferente al previsto en los artículos 29 y 34 de la Constitución, en
lo relativo a la prohibición de indeterminación de la pena y a la prohibición de

446 Artículo 77, literal b, del Estatuto de Roma.


447 Artículo 110 del Estatuto de Roma.
448 Artículo 110, ordinales 3, 4 y 5 del Estatuto de Roma.
449 Artículo 110, ordinales 3, 4 y 5 del Estatuto de Roma.
298
la prisión perpetua, respectivamente. Sin embargo, la Sala declaró su
exequibilidad, por encontrar que “los criterios para imponer la pena respetan
los principios de dignidad humana y proporcionalidad, tienen en cuenta no
sólo la gravedad del crimen sino las circunstancias personales del
condenado.” Adicionalmente, en la misma providencia, esta Corporación
hizo, tal vez, la precisión de mayor relevancia para el tema de la prisión
perpetua de que trata el Acto Legislativo Nº 01 de 2020, pues consideró que la
obligación de revisión a los 25 años de pena cumplida establecida en el
Estatuto, “deja a salvo la esperanza para el condenado de algún día recobrar
su libertad y concilia el principio de la dignidad humana del condenado con
los principios de justicia y de protección de los derechos de las víctimas y de
sus familiares.”

Con todo, como lo han señalado expertos como Kai Ambos, en el diseño de
esta normatividad internacional, de acuerdo con los diferentes mecanismos de
control en él previstos, es imposible aplicar penas de más de 37,5 años. “El
Estatuto, señala, prevé como penas principales una pena privativa de la
libertad temporal de hasta 30 años o una pena de cadena perpetua (art. 77). La
pena privativa de la libertad temporal podrá ser revisada tras haberse
cumplido dos tercios de su duración; la cadena perpetua, transcurridos 25
años (art. 110 párr. 3, más detalladamente infra). …// La determinación de los
criterios de medición de la pena se remite en lo principal a las Reglas de
Procedimiento y Prueba – a aprobar por la Asamblea de los Estados Parte-. El
art. 78 se refiere únicamente a la gravedad del crimen y las circunstancias
personales del autor, y determina por lo demás el cálculo de la medida de la
pena. // La Corte debe descontar el tiempo de detención previa. … La
duración de la cadena perpetua no está determinada, pero cabe deducir a partir
de la revisión de la cadena perpetua tras 25 años y de la pena privativa de la
libertad temporal tras el cumplimiento de sus dos tercios que la duración total
(tres tercios) de la pena de cadena perpetua no puede exceder de 37,5 años (3
veces 12,5). Ello representaría también una diferencia suficiente respecto de
la duración máxima de la pena privativa de la libertad temporal (30 años). 450

450 Kai, Ambos. “Sobre el fundamento jurídico de la Corte Penal Internacional. Un


Análisis del Estatuto de Roma”. Revista de Derecho Penal y Criminología, 2ª Época, Número
5 (2000), p. 166

299
Entre nosotros, el profesor Fernando Velásquez Velásquez señala que lo que el
Estatuto de Roma llama como “cadena perpetua”, está doblemente
condicionado, por lo que, “lo que pareciera una regulación desastrosa para el
ideario demoliberal en el ámbito del Derecho Internacional Penal termina
dando paso a un mecanismo reductor que trata de atemperar la situación, cual
es el previsto en el Art. 110 párrafo 3, en virtud del cual cuando la persona
haya descontado las dos terceras partes de la pena máxima de treinta años o
25 años de la perpetua, la Corte podrá revisar la sentencia impuesta
atemperando la pena inicial: ‘Cuando el recluso haya cumplido las dos
terceras partes de la pena o 25 años de prisión en caso de cadena perpetua, la
Corte examinará la pena para determinar si ésta puede reducirse. El examen
no se llevará a cabo antes de cumplidos estos plazos’. // Este mecanismo,
valga la pena advertirlo, termina posibilitando que -si se cumplen las
exigencias previstas en el artículo 110- la cadena perpetua sólo opere,
finalmente, en casos muy excepcionales, cuando la gravedad de los crímenes
cometidos y el comportamiento observado por el condenado así lo ameriten,
aunque ya empieza a abrirse paso una interpretación según la cual el monto de
la sanción no podría ser superior a 37 años y medio…”451

Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al analizar casos de


Estados en los que se aplica la prisión a perpetuidad, ha concluido que no se
afecta la dignidad humana del reo, ni se desconoce la prohibición de penas
crueles, inhumanas o degradantes, mientras la legislación interna contemple
un mecanismo de revisión de la pena que conlleve una posibilidad real y
concreta (no formal) de que la persona recupere la libertad. 452

Bajo ese entendido, pareciera que el Acto Legislativo 1 de 2020 cumple con
dicho estándar europeo. Empero, la fórmula según la cual “la pena deberá ser
revisada en un plazo no inferior a veinticinco (25) años, para evaluar la
451 Velásquez Velásquez, Fernando: “La determinación de la pena en el Estatuto de la
Corte Penal Internacional”. Revista de Derecho Penal y Criminología, 2ª Época, núm. 14
(2004), p. 201
452 Cfr. TEDH, conclusiones generales respecto a las penas a cadena perpetua, dadas en la sentencia del
caso Vinter vs. Reino Unido, del 9 de julio de 2013, párrafos 122 a 129. Concordante con la Sentencia
Meixner vs. Alemania del 3 de noviembre de 2009 y con la Sentencia Bodein vs. Francia del 13 de
noviembre de 2014.

300
resocialización del condenado”, no constituye más que un eufemismo de que
se valió el Constituyente para intentar armonizar la pena de prisión perpetua
con los postulados constitucionales y las garantías que el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos otorgan a las personas privadas de la
libertad, entre las que se encuentra la dignidad humana.

El antedicho plazo está plagado de incertidumbre, en tanto la reforma


constitucional no contempla un término concreto en que deba llevarse a cabo
la evaluación sobre el proceso de resocialización del penado; así como
tampoco establece unos parámetros o criterios claros y específicos orientados
a que el interno los cumpla para obtener su libertad. En estas condiciones, el
infractor penal no tiene una expectativa real de recuperar su libertad.

Aquí, no puede dejar de tenerse en cuenta que en la Ley 2098 de 2021,


expedida estando en curso el examen de constitucionalidad que aquí nos
ocupa y que es el resultado del Acto Legislativo objeto de estudio, se dispuso
que los 25 años son para activar el mecanismo de revisión y que aún
cumpliendo el reo con los requisitos contemplados en dicha ley para acreditar
su resocialización, en ningún caso se podrá conmutar la pena perpetua por una
temporal que sea inferior a los máximos que actualmente permite nuestra
legislación y que equivalen a 50 años de prisión o a 60 años cuando haya
concurso de delitos.

Nótese, entonces, que en esa norma que termina siendo inexequible por
consecuencia de la decisión de inconstitucionalidad adoptada en la sentencia
respecto de la cual aclaro el voto, tampoco se le da al condenado una
posibilidad real de volver a la vida en libertad. Al contrario, mantiene la
restricción de su libertad, aún después de haber acreditado su resocialización
y esto es aún peor, pues mantener una pena que ya cumplió su fin primordial,
constituye una actuación arbitraria y desproporcionada del Estado,
completamente desconocedora de la dignidad del afectado, de su condición
humana.

De otra parte, al ejercer el poder de reforma en este caso, el Congreso de la


República pasó por alto que la voluntad del Constituyente de 1991 fue la de
301
no permitir la adopción de penas que por su naturaleza son incompatibles con
el Estado Social y Democrático de Derecho fundado en el respeto a la
dignidad humana, como lo son la pena de muerte y la de prisión vitalicia. De
ahí, las prohibiciones contenidas en los artículos 11 y 34 de la Constitución
que, de eliminarse o flexibilizarse, significarían un gran retroceso en materia
de humanización de las penas y una afectación grave a la identidad de la
Carta.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido que, “los


castigos corporales, la pena de muerte y la prisión perpetua son las
principales sanciones que son motivo de preocupación desde el punto de vista
del derecho internacional de los derechos humanos”. 453 Esta preocupación es
apenas lógica, si se tiene en cuenta que este tipo de penas, por su
arbitrariedad, redundan en la anulación absoluta de los derechos del
individuo, o en el desconocimiento definitivo y atemporal de las libertades
individuales del penado y en la imposición de sufrimientos innecesarios e
incompatibles con su propia dignidad. La pena capital dispone de manera
absoluta del derecho a la vida mientras que la pena de prisión perpetua es una
pena capital disfrazada pues ordena una muerte civil.

No en vano, el artículo 4 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos establece una cláusula abolicionista tendiente a llegar a la
eliminación de la pena de muerte en el entendido que aquellos Estados en los
que esta pena ya ha sido erradicada, no se podrá volver a adoptar y que, en
aquellos donde subsiste, sólo procede su aplicación para los delitos más
graves y no “se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique
actualmente”. Esta tendencia abolicionista, si bien está expresamente
consagrada para la pena capital y ha sido desarrollada por la doctrina 454 de la
CIDH, no puede desconocerse cuando de implementar la prisión perpetua se
trata, pues la tendencia propende por la eliminación de penas que atentan
contra el derecho a la vida y a la vida en condiciones dignas, en concordancia

453 Ibidem, p. 63, párrafo 175.


454 Ver CIDH, Caso Ruíz Fuentes y otra vs. Guatemala, sentencia del 10 de octubre de
2019, párrafos 78 a 81; concordante con la sentencia dada en el caso Martínez Coronado vs.
Guatemala el 10 de mayo de 2019.

302
con aquella que ya prohíbe en el Derecho Internacional la imposición de
penas, inhumanas y degradantes entre las cuales está la pena de prisión
perpetua.

Limitar la prohibición de adoptar una legislación regresiva -que además


también ha sido reconocida para los derechos económicos, sociales y
culturales- únicamente a la pena de muerte, desconoce que la finalidad
esencial de las penas restrictivas de la libertad debe ser la resocialización del
delincuente, y redundaría en avalar la exclusión social del condenado sin darle
la oportunidad de readaptarse y volver a ser útil a la comunidad, olvidando
que como ser humano, es sujeto de unos derechos universales y permanentes
en virtud de los cuales su libertad no se puede restringir de manera definitiva,
tras haber cometido delitos de alta atrocidad, aun en contra de los niños, niñas
y adolescentes, mujeres, mayores adultos, personas en situación de
discapacidad, o cualquiera otra en situación de indefensión.

Además, también hay que tomar en consideración que en la mayoría de las


Constituciones o de las legislaciones en las cuales actualmente se emplea la
prisión permanente como la pena más grave, se arribó a ella de manera directa
tras abolir la pena de muerte, en pro de institucionalizar una pena más
humana. En este entendido, es claro que en esos casos hubo un avance, una
progresión, porque el Estado en ejercicio del ius puniendi ya no acaba con la
vida física o fisiológica del infractor penal, sino que, a cambio de dejarlo
vivir, restringe indefinidamente la mayoría de sus libertades, sin perjuicio de
que los Estados en los cuales se mantiene esta posibilidad están en mora de
dar el siguiente paso hacia la abolición de la prisión perpetua, máxime que ya
han suscrito los acuerdos internacionales que prohíben las penas crueles,
inhumanas y degradantes entre las cuales obviamente está la pena de prisión
perpetua.

Pretender restablecer la prisión perpetua en una legislación como la nuestra en


la que, como ya se dijo, fue expresamente prohibida por el Constituyente de
1991, en razón del respeto al principio de la dignidad humana, comporta un
retroceso en el reconocimiento y goce efectivo de los derechos humanos y de
las garantías dadas por nuestra Constitución, e implica devolvernos a un
303
sistema punitivo primitivo contrario al Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y al Estado Social y Democrático de Derecho. Frente a estos
parámetros, es inaceptable emplear una pena como la prisión perpetua que, al
margen de la dignidad del delincuente, se utiliza como instrumento de
intimidación para que el resto de la sociedad se abstenga de infringir las
normas penales (prevención general negativa), sin propender por su
readaptación social (prevención especial positiva).

Ahora bien, cabe recordar que en el caso sub judice, el proceso de


resocialización es prácticamente inexistente, debido a las condiciones
infrahumanas en que viven los reclusos de las cárceles de nuestro país, tal y
como lo ha reconocido el propio Estado desde comienzos del Siglo XX, como
puede verse en todas las Memorias de los Ministros de Gobierno y de Justicia
presentadas cada año al Congreso de la República que tuvieron a su cargo el
manejo del sistema penitenciario y carcelario en Colombia.

Recientemente, en los últimos 25 años, esta situación ha llevado a la


declaratoria de dos estados de cosas inconstitucionales en materia carcelaria,
la última de las cuales aún pervive.

Al momento de declarar los estados de cosas inconstitucionales, esta Corte


reconoció -y reconoce- que el sistema carcelario presenta un gran nivel de
hacinamiento que impide, no sólo que los reclusos vivan en un ambiente sano,
en condiciones decorosas y acordes a su humanidad, sino que redunda en la
imposibilidad de que a todos se les pueda brindar los medios necesarios para
su resocialización (estudio, trabajo, etc.).455 Quiere ello decir que las cárceles
colombianas, lejos de permitir que el condenado diseñe un proyecto de vida a
desarrollar cuando regrese a la vida en sociedad, en realidad terminan siendo
verdaderas universidades del crimen que generan ocio, violencia y
corrupción, acelerando y propiciando nuevos ciclos de crimen.456 Como bien

455 Ver Corte Constitucional, Sentencias T-153 de 1998, T-388 de 2013 y T-762 de 2015.
456 Ibidem.
304
decía Foucault, “la prisión no puede dejar de fabricar delincuentes”,457 más
aún, cuando ni siquiera se les inculca un oficio útil.

Así las cosas, como a bien lo ha tenido la CorteIDH, es claro que al no darse
prelación al proceso de readaptación social sino preferirse la exclusión, la
pena de prisión a perpetuidad -e inclusive cualquier otra que no busque
alcanzar el fin primordial de la pena-, deviene en un un trato cruel, inhumano
y degradante, prohibido por el Derecho internacional de los Derechos
Humanos.

La tendencia universal a humanizar cada vez más las penas, erradicando


aquellas que como la pena capital y el encierro perpetuo anulan la humanidad
del delincuente, no puede ser ignorada. Por eso, desde cada Estado se debe
empezar por armonizar la normatividad interna con los estándares
internacionales en materia de derechos humanos, independientemente de que
regulaciones como la de la Corte Penal Internacional avalen literalmente lo
contrario, aunque en la práctica la realidad sea otra.

El respeto a la dignidad inherente a cada individuo es universal e inderogable,


y que algunas legislaciones e instrumentos contemplen lo contrario, no hace
que penas como la prisión perpetua, que despoja indefinidamente al individuo
de muchos de sus derechos y libertades y prácticamente lo condena a una
muerte en vida, sean menos arbitrarias y en un futuro deberán así reconocerlo
y erradicar definitivamente esta pena cruel, inhumana y degradante.

3. La prisión perpetua constituye una condena de muerte oculta o


disfrazada

Además de lo ya dicho, hay que tener en cuenta que la pena de prisión a


perpetuidad, al excluir de por vida al condenado del conglomerado social,
redunda en su muerte civil, por lo que en realidad se trata de una pena de
muerte oculta o disfrazada que atenta directamente contra su vida, entendida
ésta más allá de la mera existencia.

457 Foucault, M. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión (1ª ed.). Siglo XXI Editores
Argentina, 2002. 314 p.

305
Es cierto que la privación de la libertad producto de una condena implica la
restricción de otros derechos que no es posible garantizar dada la situación de
encierro y que en virtud de la “relación de especial sujeción de las personas
privadas de la libertad con el Estado”,458 éste puede exigirle a los reclusos el
sometimiento a un conjunto de condiciones que suponen la suspensión de
derechos como la libertad física y la libertad de locomoción, así como la
restricción de otros derechos fundamentales como lo son el trabajo, la
educación, la familia y la intimidad personal.459

Esas restricciones se ajustan al ordenamiento constitucional, en tanto se


prolongan únicamente por el tiempo de duración de la pena. De tal suerte que
en el caso de una pena de prisión vitalicia, en la que el sometimiento al poder
punitivo del Estado es absoluto y permanente, resultan dichas limitaciones
desconocedoras del valor intrínseco inherente a todo ser humano, valga decir,
de su dignidad. Negarle la oportunidad al infractor penal de volver a diseñar
su plan de vida y lejos de las condiciones infrahumanas de las cárceles
colombianas, constituye la negación de su propia condición humana y
básicamente lo relega a una muerte en vida, pues las consecuencias de su
error se prolongan indefinidamente, anulando para siempre su capacidad de
auto determinarse y vivir como quiera y el goce a plenitud de todos sus
derechos fundamentales.

4. La pena de prisión perpetua no constituye un medio eficaz de


protección a los derechos de los niños, niñas y adolecentes

Medidas como la contenida en el Acto Legislativo 01 de 2020 están lejos de


constituir instrumentos normativos de protección de los derechos de los niños,
niñas y adolescentes.

Con fundamento en el interés superior del niño, la protección especial de que


deben ser objeto y a la luz de la cual deben prevalecer sus derechos sobre los
de los demás, se predica no sólo respecto de la familia y la sociedad, sino del
458 Corte Constitucional, Sentencia T-266 de 2013.
459 Ibídem.
306
Estado mismo. Frente a la carga que tiene del Estado con los niños, se ha
establecido que las decisiones y actuaciones de las autoridades dadas en casos
en los que esté involucrado un menor de edad, “deben propender, en ejercicio
de la discrecionalidad que les compete y en atención a sus deberes
constitucionales y legales, por la materialización plena del interés superior
de cada niño en particular.”460

En ese entendido, en lugar de implementar normas de carácter reactivo, de


carácter desproporcionado, para proteger los derechos que como víctima de
un delito tiene cualquier ser humano, incluyendo a los niños, a la verdad, a la
justicia, a la reparación y a la garantía de no repetición, el Estado debe
propender por implementar una política criminal preventiva, con
disposiciones encaminadas a evitar que sus derechos a la vida, integridad
personal y libertad sexual, resulten vulnerados por causa del actuar delictivo
de un tercero.

De nada sirve una medida que imponga una pena mucho más gravosa que las
ya existentes, si la violación de los derechos de los niños no se investiga, no
se juzga y no se condena por el aparato estatal. Las penas desproporcionadas,
como la que se ha analizado en este caso, no remedian en modo alguno el
problema más grave de las víctimas, que es el de la abrumadora impunidad de
los victimarios.

De conformidad con los datos suministrados por el Instituto Nacional de


Medicina Legal, entre enero del año 2016 y el mes de junio del año 2021, se
practicaron 108.085 exámenes médico legales a menores de edad
(entendiendo como tal a todos los menores de 18 años), derivados de la
posible comisión de un delito de naturaleza sexual.

De otra parte, de la información que periódicamente publica el Instituto


Nacional Penitenciario y Carcelario -INPEC, se tiene que, para el mes de
junio de 2021, había una población carcelaria de 96.400 reclusos. Dentro de
esta población, había 4.050 personas sindicadas de haber cometido los delitos
de acceso carnal violento (sin que se especifique el grupo etario objeto del
460 Corte Constitucional, Sentencia T-397 de 2004.
307
ataque) y de acceso carnal abusivo con menor de 14 años y actos sexuales
con menor de 14 años, y 12.534 personas condenadas por esos delitos, sin que
hubiera personas reincidentes privadas de su libertad.461

Nótese que entre el número de exámenes médico legales, que es de 108.085, y


el número de personas condenadas, que es de 12.534, hay una diferencia de
95.551. Esta clara desproporción entre noticias criminales, fundadas en los
referidos exámenes y la cifra de condenas, incluso se consideran en el cálculo
el número de personas sindicadas, da cuenta de una preocupante impunidad y
de la grave afectación de los derechos de los niños a la verdad, a la justicia, a
la reparación y a la garantía de no repetición.

Es claro que habrá procesos aún en curso, que no en todos los casos habrá
condena y que algunos ni siquiera superan la etapa de indagación preliminar,
pero lo cierto es que una diferencia tan abismal entre condenados e
investigaciones iniciadas, da cuenta de la ineficacia de las autoridades
estatales para investigar, acusar y condenar los crímenes sexuales cometidos
contra niños, niñas y adolecentes.

Una protección real de los derechos de los niños no está dada por la gravedad
o duración de la pena, sino que se materializa es con el desarrollo de una
política criminal encaminada, en primer lugar, a prevenir que hechos tan
atroces como estos ocurran y, en segundo lugar, a que se investigue a tiempo
y con la rigurosidad y celeridad que un asunto de estos requiere, de manera
que la labor estatal sea más eficiente en la comprobación del hecho delictivo
que lleve a una condena. La protección de los derechos de los niños no puede
hacerse solo con fetichismo normativo, como se pretendió con el Acto
Legislativo 01 de 2020; sino que requiere una completa acción estatal en la
lucha contra el crimen.

En estos términos, dejo consignada mi aclaración de voto.

Fecha ut supra.

461 Ver páginas 49 y 65 del informe estadístico No. 6 sobre la población privada de la
libertad, emitido en junio de 2021.

308
 

JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR


Magistrado

309
SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
A LA SENTENCIA C-294/21

Referencia: expediente D-13.915 (M.S.


Cristina Pardo Schlesinger).

Con el acostumbrado respeto por las decisiones de la mayoría, me aparto de


la decisión al considerar que una reforma constitucional solo es susceptible de
control de constitucionalidad por vicios de procedimiento en su formación. La
jurisprudencia constitucional admite que se incurre en dicho vicio si el acto
reformatorio de la Constitución anula o sustituye un pilar esencial de la
Constitución y no cuando simplemente lo afecta, así sea de manera intensa.
En el presente caso, a pesar de que no se configuró una sustitución en tales
términos, la mayoría decidió declarar la inexequibilidad de la reforma.

Como lo ha precisado la Sala a partir de la Sentencia C-551 de 2003, para que


prospere un cargo por sustitución de la Constitución, la modificación que
introduzca el constituyente secundario al pilar esencial de la Carta, debe ser
tan drástica que suponga su anulación o su sustitución por otro totalmente
distinto. En eso consiste la llamada doctrina del juicio de sustitución, que la
Corte adoptó a partir de la sentencia en cita.

De conformidad con aquella providencia, reiterada a lo largo de los años, la


metodología del citado juicio comprende tres pasos: (i) en primer lugar, la
Corte debe identificar la premisa mayor del razonamiento, esto es, los pilares
de la Constitución presuntamente afectados. Luego, (ii) como premisa menor,
la Corte debe analizar el impacto de la reforma respecto de esos pilares para
determinar su grado de afectación. A partir de confrontar la premisa mayor y
la menor, (iii) la Corte debe concluir si hubo o no sustitución. Para que exista
sustitución no basta que la reforma impacte –incluso de manera importante o

310
intensa– un determinado pilar; es necesario que el impacto sea de tal
trascendencia que haya sido anulado o sustituido por otro totalmente distinto.
Por eso la Corte ha dicho que la sustitución opera a condición de que “pueda
afirmarse que la modificación parcial no fue reforma sino sustitución”
(Sentencia C-1200 de 2003, reiterada en la Sentencia C-084 de 2016).

En el presente asunto, si bien, la reforma constitucional introducida al artículo


34 de la Constitución tiene un impacto relevante en la noción de dignidad
humana que subyace al concepto de Estado Social de Derecho, en particular,
asociado a uno de los fines de la pena –el resocializador o de
“reinserción”462–, no puede decirse que la reforma constitucional anule o
sustituya tal pilar por otro totalmente distinto.

En este caso, la mayoría valoró la presunta contradicción normativa como si


del control constitucional a una norma de orden legal se tratara y no como lo
que es, control a una reforma de la Carta. Esta forma de proceder restringe en
exceso, y, por tanto, de manera desproporcionada, la capacidad de
configuración normativa del constituyente secundario en un ámbito en el que,
por el propio diseño constitucional, se garantiza en su mayor medida el
componente democrático que identifica al Estado Social de Derecho.

A diferencia del control de disposiciones legales de carácter penal –en el que


la Corte ha sido especialmente enfática en las exigencias constitucionales de
la política criminal–, cuando tales normas se incorporan a la Constitución –
como en el presente asunto– el estándar de control es esencialmente distinto.
El primero supone una confrontación con un determinado parámetro de
control; el segundo no comprende tal valoración, ya que circunscribe a
evidenciar si la modificación constitucional no fue tal, sino que,
genuinamente, sustituyó la Constitución, por otra distinta, en un pilar
fundamental o eje definitorio de su fisonomía.

462 El artículo 4 del Código Penal dispone que son funciones o fines de la pena las siguientes: “ Artículo 4°.
Funciones de la pena. La pena cumplirá las funciones de prevención general, retribución justa, prevención especial,
reinserción social y protección al condenado. || La prevención especial y la reinserción social operan en el momento
de la ejecución de la pena de prisión”.

311
En el control de disposiciones legales, de conformidad con la jurisprudencia
de esta Corte, la competencia legislativa para tipificar qué conductas
constituyen delitos y cuáles deben ser las penas aplicables –como medidas
idóneas, necesarias y proporcionales para proteger determinados bienes
jurídicos–, se encuentra sujeta a límites formales y materiales de carácter
constitucional. Los primeros se asocian, en particular, a las exigencias que se
derivan del principio de legalidad463 penal, según el cual, los delitos y las
penas no solo deben estar previamente determinados por el Legislador464 –
reserva legal e irretroactividad penal, salvo favorabilidad 465–, sino que deben
serlo de manera inequívoca466, clara, específica y precisa467. Los segundos se
asocian a su ejercicio necesario, ligado al concepto de ultima ratio del
derecho penal468, tendiente al cumplimiento de las funciones o fines de la
pena469 y a su ejercicio proporcional470.

De conformidad con esta última exigencia material, si bien el ejercicio


necesario del derecho penal comprende, entre otros, que sea adecuado al
cumplimiento de las funciones o fines de la pena 471 –(i) prevención general,

463 Según dispone la primera parte del artículo 6 constitucional, “Los particulares solo son responsables ante las
autoridades por infringir la Constitución y las leyes”.
464 En los términos del artículo 29, inciso 2°, de la Constitución, “Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes
preexistentes al acto que se le imputa […]”.
465 Según dispone el artículo 29, inciso 3°, constitucional, “En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun
cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable”.
466 Este vocablo fue especialmente considerado en una de las propuestas que sirvió para determinar el contenido
definitivo del artículo 29 de la Constitución. En el informe No. 1 de la Secretaría de la Comisión IV, De justicia, de
la Asamblea Nacional Constituyente se hizo referencia a que uno de los principios mínimos de derecho penal debía
ser el siguiente: “2– Las leyes penales deben describir conductas punibles de manera precisa e inequívoca, sin dejar
duda sobre la prohibición o el deber de actuar”. Gaceta constitucional No. 74 del 15 de mayo de 1991, p. 9.
467 Cfr., entre otras, las sentencias C-559 de 1999, C-843 de 1999, C-739 de 2000, C-1164 de 2000, C-205 de
2003, C-897 de 2005, C-742 de 2012, C-181 de 2016 y C-093 de 2021. En esta última, la Sala Plena declaró la
inexequibilidad del inciso 2° del artículo 130 del Código Penal ya que en la tipificación de las circunstancias de
agravación de los delitos de abandono que regulaba, el Legislador no satisfizo “las exigencias de claridad,
especificidad y precisión, adscritas al principio de legalidad penal”.
468 Cfr., entre otras, en particular, las Sentencias C-542 de 1993, C-070 de 1996, C-559 de 1999, C-468 de 2009,
C-742 de 2012 y C-407 de 2020.
469 Cfr., en particular, las Sentencias C-646 de 2001, C-226 de 2002, C-335 de 2006, C-936 de 2010, C-224 de
2017 y C-407 de 2020.
470 Cfr., en especial, entre otras, las Sentencias C-070 de 1996, C-468 de 2009, C-488 de 2009, C-742 de 2012 y
C-108 de 2017.
471 El artículo 4 del Código Penal –previamente citado–, con evidentes fundamentos en la jurisprudencia
constitucional, positiviza los fines de la pena. Ahora bien, de que esto sea así, no se sigue que esta disposición tenga
el alcance de servir de parámetro de control constitucional o de estándar para realizar un juicio de sustitución de la
Constitución.

312
(ii) retribución justa, (iii) prevención especial, (iv) reinserción social y (v)
protección al condenado472–, este no puede considerarse el estándar aplicable
cuando de un juicio de sustitución de la Constitución se trata. De serlo, como
ocurre en el presente asunto, se sustituye el eje axial de la Constitución
relacionado con el concepto de Estado Social de Derecho, por el de los fines
de la pena. A diferencia de la postura mayoritaria, este último no es un eje
axial de la Constitución, como sí lo es el Estado Social de Derecho. ¡No se
trata de un mero recurso conceptual! De admitirse que cualquier elemento
adscrito a la noción de Estado Social de Derecho constituye un eje axial de la
Constitución se sigue una restricción desproporcionada a la competencia de
reforma constitucional del legislador, lo cual no solo desnaturaliza el juicio de
sustitución, sino que limita en exceso el ejercicio democrático constituyente.

En el presente caso, el constituyente derivado habilitó al legislador para


establecer, de manera excepcional, como sanción hasta la pena de prisión
perpetua, en los casos de delitos de homicidio en modalidad dolosa y acceso
carnal violento contra niños, niñas o adolescentes, o cuando hayan sido
puestos en incapacidad de resistir. Previó igualmente que la imposición de
dicha pena tendría control automático ante el superior jerárquico y que, en
todo caso, la pena debería ser revisada en un plazo no inferior a veinticinco
(25) año, para evaluar la resocialización del condenado.

Así las cosas, en el presente asunto, más que una sustitución del pilar del
Estado Social de Derecho, lo que verdaderamente encontró la mayoría fue
una contradicción entre la modificación constitucional y la finalidad
resocializadora de la pena, contradicción muy discutible si se tiene en cuenta
la revisión prevista en un lapso de 25 años que podría ser inferior, en muchos
casos, a las máximas penas de prisión actualmente existentes en el
ordenamiento jurídico. A pesar de que incluso, si se tratara de una afectación
intensa, de que esto sea así no se sigue que el constituyente derivado hubiese
sustituido el pilar esencial del Estado Social de Derecho. En consecuencia, la
Sala ha debido declarar la exequibilidad del Acto Legislativo 01 de 2020 “por
medio del cual se modifica el artículo 34 de la Constitución Política,

472 En relación con el alcance de estas, cfr., la Sentencia C-407 de 2020.


313
suprimiendo la prohibición de la pena de prisión perpetua y estableciendo la
prisión perpetua revisable”.

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado

314
ACLARACIÓN DE VOTO DE LA MAGISTRADA
DIANA FAJARDO RIVERA
A LA SENTENCIA C-294/21

Referencia: Expedientes D-13915 y


D-13945 (AC)

Demandas de inconstitucionalidad
contra el Acto Legislativo 01 de
2020, “por medio del cual se
modifica el artículo 34 de la
constitución política, suprimiendo la
prohibición de la pena de prisión
perpetua y estableciendo la prisión
perpetua revisable”.

Magistrada ponente:
Cristina Pardo Schlesinger
1.
2. Con el respeto acostumbrado por las decisiones de la Corte
Constitucional, presento las razones de mi aclaración de voto a la Sentencia
C-294 de 2021. Después de destacar su importancia para el estado
constitucional de derecho, (i) expondré por qué la prisión perpetua es, por su
propia naturaleza, incompatible con la dignidad humana, (ii) enfatizaré en la
importancia del principio de progresividad y la prohibición de retroceso en
relación con la dignidad humana; y, finalmente, (iii) ahondaré en las razones
que hacen del fin resocializador de las penas y el tratamiento penal un aspecto
ligado a la identidad de nuestra Carta Política.

La Sentencia C-294 de 2021.


Una decisión imprescindible

315
3. En la Sentencia C-294 de 2021, la Corte Constitucional declaró la
inexequibilidad del Acto Legislativo 01 de 2020. 473 Esta norma modificó el
artículo 34 de la Constitución Política, al eliminar la prohibición de prisión
perpetua y establecer la posibilidad de imponerla como sanción en aquellos
delitos en que “un niño, niña o adolescente sea víctima de las conductas de
homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal que implique violencia o sea
puesto en incapacidad de resistir o sea incapaz de resistir.”

4. La reforma constitucional preveía que (i) la pena de prisión perpetua


tendría control ante el superior jerárquico y (ii) podría ser revisada en un
plazo no inferior a veinticinco años, con el fin de evaluar el proceso de
resocialización de la persona condenada. Se trataba por lo tanto de una pena
de prisión perpetua revisable.474

5. La Sala Plena analizó si, en la formación del Acto Legislativo acusado,


el Congreso de la República (i) le dio el trámite adecuado a una recusación
presentada durante los debates séptimo y octavo; y si, al ejercer su
competencia como Constituyente derivado, (ii) sustituyó la Constitución, al
afectar el eje definitorio de la cláusula del Estado Social de Derecho fundado
en la dignidad humana.475 Esta aclaración se enfoca en el segundo problema.

473 “[P]or medio del cual se modifica el artículo 34 de la constitución política, suprimiendo
la prohibición de la pena de prisión perpetua y estableciendo la prisión perpetua revisable”.
474 Adicionalmente, se incluyó un parágrafo transitorio en el que se contempló que (i) el
Gobierno Nacional tendría un año para radicar el proyecto de ley que reglamentara la
prisión perpetua, (ii) en ese mismo término se debía formular una política pública integral
que desarrollara la protección de niños, niñas y adolescentes, y (iii) anualmente debía
presentarse un informe al Congreso de la República sobre el avance y cumplimiento de la
política pública, para lo cual se conformaría una comisión de seguimiento para apoyar al
Congreso en ese proceso de supervisión.
475 Sentencia C-294 de 2021. M.P. Cristina Pardo Schlesinger. SV. Antonio José Lizarazo
Ocampo. SV. Paola Andrea Meneses Mosquera. SV. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Diana
Fajardo Rivera. AV. Jorge Enrique Ibáñez Najar. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV. José
Fernando Reyes Cuartas, fundamento jurídico N° 4.

316
6. Luego de reiterar la jurisprudencia sobre el juicio de sustitución,476 la
Sala Plena concluyó que la inclusión excepcional de la pena de prisión
perpetua revisable después de veinticinco años sustituye la Constitución
porque desconoce el derecho a la resocialización que tiene toda persona
condenada en un Estado Social y Democrático de Derecho fundado en la
dignidad humana.477 De esta manera, la Corte Constitucional recordó que
existen barreras infranqueables al poder, las cuales operan en defensa de la
dignidad humana, principio esencial de todo estado constitucional de derecho.
Por ello, se trata de una sentencia imprescindible para el constitucionalismo
colombiano.

7. A continuación resalto tres puntos a los que la Corte se refirió


tangencialmente en la Sentencia C-294 de 2021, pero que considero
trascendentales para comprender su importancia en el ordenamiento jurídico
colombiano.

Primero. La prisión perpetua -revisable o no- es, por su naturaleza,


incompatible con la dignidad humana

8. Además de recordar que la pena de prisión perpetua elimina por


completo la posibilidad de resocialización y prescinde de la dignidad humana,
la Sentencia C-294 de 2021 puntualizó que la eventual revisión de la pena tras
un mínimo de veinticinco años, prevista en la reforma constitucional
analizada, no es suficiente para tornarla compatible con la dignidad y, por lo
tanto, con la Carta Política.478 Así, invocando a Luigi Ferrajoli, señaló que la
prisión perpetua es un “exterminio de la esperanza” porque tiene como
consecuencia la muerte civil de la persona; y anula su libertad y su futuro, al
excluirla para siempre del “consorcio humano”; puntualizó también que la
prisión perpetua con revisión judicial conduce a la siguiente paradoja: en el

476 Sobre los vicios procedimentales en el trámite de aprobación de un acto reformatorio


de la Constitución (fundamentos jurídicos N° 5 a 8) el régimen de conflicto de intereses de
los congresistas (fundamentos jurídicos N° 9 a 37) y el juicio de sustitución de la
Constitución (fundamentos jurídicos N° 38 a 50).
477 Fundamento jurídico N° 132.
478 Fundamentos jurídicos N° 142 a 155.
317
marco de un derecho penal mínimo, esta pena sólo resulta admisible si se
permite su revisión y reducción, es decir, si se altera su naturaleza.

9. En esta aclaración de voto quisiera proponer un diálogo entre estas


afirmaciones y algunos aspectos decantados por la jurisprudencia
constitucional en torno a la pena de prisión. La prisión perpetua -a diferencia
de la reclusión- no surgió en el derecho penal moderno como alternativa
humanitaria a la pena de muerte,479 al punto que algunos reconocidos autores
de la Ilustración y precursores del garantismo penal, como Beccaria, Bentham
o Constant, la consideraron incluso más aflictiva que la pena de muerte.480

10. Al afirmar que la prisión perpetua constituye una muerte civil,481


Ferrajoli destaca que esta difiere de la reclusión temporal, no solo en términos
cuantitativos sino también cualitativos: la privación de la libertad destinada a
no terminar jamás “modifica en efecto radicalmente la condición existencial
del detenido, sus relaciones consigo mismo y con los demás, su percepción
del mundo, su visión del futuro (…).”482 Además de privar a la persona de su
libertad, toma literalmente su vida, al eliminarla definitivamente de la
sociedad.483

11. En línea con lo expuesto, la Corte Constitucional ha sostenido que las


personas privadas de la libertad preservan su dignidad humana, como lo

479 Ferrajoli, Luigi (2018). El paradigma garantista. Filosofía crítica del derecho
penal. Madrid : Trotta, p. 169.
480 Constant, en particular, aunque justificó la pena de muerte no hizo lo propio con la
prisión perpetua, “en la que veía un retorno «a las épocas más negras, una consagración de
la esclavitud, una degradación de la condición humana».” Ferrajoli, Luigi (2018). Op. cit., p.
169.
481 Denominada así por el artículo 18 del Código penal francés de 1810. Ferrajoli, Luigi
(2018). Op. cit., p. 170. En el mismo sentid, Ferrajoli, Luigi (1995). Derecho y razón. Madrid :
Trotta, p. 396.
482 Ferrajoli, Luigi (2018). Op. cit., p. 169.
483 “Como tal, la cadena perpetua no es comparable con la reclusión temporal, así como
tampoco lo es la pena de muerte. Es otra pena. Una pena (…) «capital». En un doble sentido.
Primero, porque se trata de una privación de la vida y no solo de la libertad; una privación
de futuro, un exterminio de la esperanza. Segundo, porque es una pena eliminatoria, no en
el sentido físico, pero sí en el sentido que excluye para siempre a una persona del consorcio
humano.” Ferrajoli, Luigi (2018). Op. cit., pp. 170-171.

318
reconoce el artículo 5 de la Constitución Política; 484 ha explicado que la
reclusión no implica la pérdida de la condición de ser humano; y ha insistido
en que las funciones y finalidades de la pena incluyen la protección de la
sociedad, la prevención del delito y, principalmente, la resocialización de las
personas.485 Por estas razones, desde el concepto de la relación de especial
sujeción entre las personas privadas de la libertad y el Estado, 486 ha explicado
que si bien algunos derechos fundamentales de las personas privadas de la

484 Esta norma “reconoce sin discriminación alguna, la primacía de los derechos
inalienables de la persona, como quiera que los privados de la libertad en centros
penitenciarios y carcelarios jamás pierden su calidad de individuo de la especie humana y de
sujetos de derecho, se deriva que conservan intacta e intocable su dignidad humana como
derecho iusfundamental.” Sentencia T-815 de 2013. M.P. Alberto Rojas Ríos, fundamento
jurídico N° 3.
485 Sentencias T-065 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero, fundamento jurídico N°
4; T-702 de 2001. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, fundamento jurídico N° 2.2.; T-388
de 2013. M.P. María Victoria Calle Correa. SPV. Mauricio González Cuervo, fundamento
jurídico N° 7.11.; C-143 de 2015. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. AV. María Victoria Calle
Correa. AV. Jorge Iván Palacio, fundamento jurídico N° 5; y T-002 de 2018. M.P. José
Fernando Reyes Cuartas. SV. Carlos Bernal Pulido, fundamento jurídico N° 5.
486 Ver, entre otras, la Sentencia C-026 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV.
María Victoria Calle Correa. AV. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo. AV. Gloria Stella Ortiz
Delgado. AV. Jorge Iván Palacio. SV. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. SV. Alberto Rojas
Ríos. AV. Luis Ernesto Vargas Silva. “4.1. Esta Corporación, en un número considerable de
pronunciamientos, se ha referido a la “relación de especial sujeción” que tiene lugar entre el
Estado y las personas que se encuentran privadas de la libertad por orden de autoridad
judicial competente. // 4.2. A partir de un criterio uniforme, la Corte ha establecido que se
trata de un vínculo jurídico-administrativo que determina el alcance de los derechos y
deberes que de manera recíproca surgen entre ellos, conforme al cual, mientras el interno se
somete a determinadas condiciones de reclusión que incluyen la limitación y restricción de
ciertos derechos, el Estado, representado por las autoridades penitenciarias, asume la
obligación de protegerlo, cuidarlo y proveerle lo necesario para mantener unas condiciones
de vida digna durante el tiempo que permanezca privado de la libertad. // (…) 4.4. Sobre esa
base, la jurisprudencia ha destacado que las personas privadas de la libertad, en razón a su
estado de reclusión, se encuentran en una condición de indefensión y vulnerabilidad,
derivada del hecho de no estar en capacidad de proveerse por sí mismos los medios
necesarios para su subsistencia y para el ejercicio mínimo de sus garantías. Por eso, aun
cuando el Estado se encuentra habilitado para suspender, limitar y restringir algunos de sus
derechos y para ejercer sobre ellos controles especiales de reclusión, correlativamente,
también tiene el deber de garantizar que los reclusos reciban un trato digno y respetuoso,
acorde con la condición humana, de manera que se les asegure el ejercicio de los derechos
que no les han sido suspendidos y parcialmente aquellos que les han sido limitados.”

319
libertad son suspendidos487 o restringidos por la imposición de la pena, 488
muchos otros se conservan intactos,489 como la prohibición de la tortura y los
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, entre otros.490

12. A la luz de tales consideraciones, el problema con la prisión perpetua


consiste en que, por su naturaleza, sí anula definitivamente facetas de los
derechos fundamentales que solo podrían ser suspendidas o restringidas; y
ello ocurre con independencia de que sea revisable, pues la extinción de estas
facetas opera de la mano del exterminio de la esperanza para cada ser humano
a quien se impone. Una sanción que niega radicalmente la humanidad 491
contradice la concepción de la persona como fin en sí misma 492 y resulta

487 Por ejemplo, los derechos a la libertad física y a la libre locomoción y, como
consecuencia de la pena de prisión, también los derechos políticos.
488 Como los derechos a la intimidad personal y familiar, reunión, asociación, libre
desarrollo de la personalidad y libertad de expresión. Las restricciones deben responder a
criterios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad. Sentencias T-126 de 2009. M.P.
Humberto Antonio Sierra Porto. SV. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 5; T-388
de 2013. M.P. María Victoria Calle Correa. SPV. Mauricio González Cuervo, fundamento
jurídico N° 7.5.3; y T-857 de 2013. M.P. Alberto Rojas Ríos, fundamento jurídico N° 3.6.
489 Tales como el reconocimiento de la personalidad jurídica, la vida e integridad personal,
la igualdad, la libertad religiosa, la salud, el derecho de petición, el debido proceso y la
dignidad humana. Sentencias T-153 de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, fundamento
jurídico N° 40; T-702 de 2001. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, fundamento jurídico N°
2.2.; T-792 de 2005. M.P. Clara Inés Vargas Hernández, fundamento jurídico N° 2.2.; T-232 de
2017. M.P. María Victoria Calle Correa. SPV. Alejandro Linares Cantillo, fundamento jurídico
N° 4.1.1.; y T-374 de 2019. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N°
4.5.2.
490 Sentencias T-153 de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, fundamento jurídico N° 45;
T-848 de 2005. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, fundamento jurídico N° 2; T-388 de
2013. M.P. María Victoria Calle Correa. SPV. Mauricio González Cuervo, fundamento jurídico
N° 7.4.1.; y C-143 de 2015. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. AV. María Victoria Calle Correa. AV.
Jorge Iván Palacio Palacio, fundamentos jurídicos N° 4 y 5.
491 Sobre la humanidad de las penas, ver Ferrajoli, Luigi (1995). Op. cit., pp. 394-397;
Velásquez Velásquez, Fernando (2020). Fundamentos de derecho penal. Parte general.
Bogotá: Tirant lo Blanch, pp. 662-663; y Zaffaroni, Eugenio Raúl (1988). Tratado de derecho
penal. Parte general (tomo V). Buenos Aires: EDIAR, pp. 114-117.
492 “(…) según el segundo imperativo moral kantiano, la persona no debe ser consideraba
jamás como un medio, sino siempre como un fin. (…) Pues bien: en la medida en que la
cadena perpetua es una pena «eliminatoria», está en contradicción con la idea misma de la
persona como un fin y, por tanto, del valor y de la dignidad de la persona que son los
fundamentos del estado de derecho.” Ferrajoli, Luigi (2018). Op. cit., p. 172. “(…) más allá de

320
incompatible con el paradigma garantista del Estado de derecho moderno, el
cual permite limitar la libertad de las personas pero nunca abolirla; y se opone
también a la dimensión social del Estado que persigue, entre otras cosas,
superar la exclusión de algunos y algunas de la comunidad.493

13. Esta consideración explica por qué adornar la pena de prisión perpetua
con la promesa de una revisión (cierta o incierta) no altera en modo alguno su
incompatibilidad con la dignidad humana.

Segundo. Un retroceso en el respeto por la dignidad humana sustituye la


identidad de la Constitución y es por lo tanto intolerable

14. En la Sentencia C-294 de 2021, la Sala Plena determinó también que la


implementación de la pena de prisión perpetua revisable configura un
retroceso en materia de humanización de las penas, en la política criminal y
en la garantía de resocialización de las personas condenadas.494

cualquier argumento utilitario el valor de la persona humana impone una limitación


fundamental a la calidad y la cantidad de la pena.” Ferrajoli, Luigi (1995). Op. cit., p. 395. De
igual manera, Zaffaroni, citando a Jescheck, ha señalado que la pena privativa de la libertad
perpetua lesiona la intangibilidad de la persona humana, por lo que siempre debe tener un
límite temporal. Zaffaroni, Eugenio Raúl (1988). Op. cit., pp. 115-116.
493 De acuerdo con el contractualismo, no se puede incluir (i) la completa renuncia de las
personas “a su primer derecho fundamental -la vida, o sea, la libertad para vivir-”, ni (ii) el
poder del Estado para privarla de la vida o la libertad para vivir. De lo contrario, el Estado
perdería su razón de ser, que es la protección de los derechos (sus fundamentos son el valor
y la dignidad de las personas), y cuya legitimidad se deduce de la efectividad de esa tutela.
“En este sentido, la cadena perpetua es, al igual que la pena de muerte, una «guerra de la
nación contra el ciudadano».” Ferrajoli, Luigi (2018). Op. cit., p. 171.
494 La Sala Plena destacó que el establecimiento de la prisión perpetua revisable solo
puede considerarse un avance -de cara a la humanización del poder punitivo- en aquellos
países en los que reemplaza a la pena de muerte. No así en países que, como Colombia,
históricamente han prohibido la pena de muerte y la pena de prisión perpetua. En
particular, en nuestro país -destacó la Sala- “la proscripción de la pena de muerte y la
cadena perpetua constituyeron un punto de partida de la Constitución de 1991, y son
prohibiciones consustanciales a la identidad constitucional: a nuestro Estado Social de
Derecho.” Por tanto, su restablecimiento configura “una separación del proyecto
constitucional de 1991 y es un retroceso en materia de humanización de las penas, en la
política criminal y en la garantía de resocialización de las personas condenadas.”
(fundamentos jurídicos N° 141 y 192).

321
15. Considero necesario profundizar en por qué, ni siquiera el
Constituyente derivado, puede establecer medidas regresivas en torno a la
dignidad, como ocurre con la pena de prisión perpetua. Para ello, recordaré
algunos aspectos del concepto de derechos fundamentales, el principio de
progresividad y la prohibición de retroceso, y profundizaré en su aplicación
para el caso concreto.

16. En una etapa inicial de su jurisprudencia, la Corte Constitucional


acogió la clasificación y surgimiento de los derechos fundamentales en
diferentes olas o generaciones. Según esta teoría, la primera ola trajo los
derechos civiles y políticos; la segunda a los derechos económicos, sociales y
culturales (DESC), y la tercera a los derechos colectivos y del ambiente.
Cada una llegó en un momento histórico diferenciable e impregnó con sus
valores a los derechos que se iban incorporando en sucesivas declaraciones y
textos constitucionales.

17. Esta concepción, más allá de su carácter descriptivo, tenía


implicaciones relevantes en la eficacia de los derechos; en particular, solo los
derechos civiles y políticos se consideraban fundamentales y de aplicación o
exigibilidad inmediata, mientras que los demás eran tomados como derechos
de contenido prestacional, cuyo cumplimiento requería (incluso estaba
supeditado a) un desarrollo legislativo o administrativo previo. Pero tal
división se difuminó, tanto en la doctrina, a medida que se identificaron los
vacíos históricos o -siguiendo con la metáfora- la existencia de una marea más
compleja en la configuración de los derechos humanos, como en la
jurisprudencia, pues el resultado final de esta concepción era la categorización
de derechos en más y menos relevantes.

18. En este proceso, la Corte Constitucional fue estableciendo distintos


enfoques para propiciar la eficacia de todos los derechos, tales como la tesis
de la conexidad (relación entre tipos de derechos) o la transmutación
(conversión de derechos sociales en fundamentales), hasta llegar finalmente a
una concepción de los derechos que elimina sus barreras en la mayor medida
posible, considerando que todos son indivisibles, pues no se divide la
dignidad; e interdependientes, pues la eficacia de unos depende directamente
322
de la eficacia de otros. El carácter prestacional, puntualizó la Corte, no se
predica de los derechos, sino de algunas de sus facetas.495

19. En la misma línea, la Corporación ha establecido que, por regla general,


las facetas de abstención o negativas son de aplicación inmediata, mientras las
prestacionales se dividen entre algunas de cumplimiento inmediato y otras
que, en efecto, están sujetas al principio de progresividad por razones
institucionales (como el diseño de un servicio público eficiente) y económicas
(como la disponibilidad de recursos en cada momento histórico).496 El
principio de progresividad se predica en especial de algunas facetas
prestacionales, al tiempo que la prohibición de retroceso se orienta hacia la
protección de los niveles de satisfacción alcanzados en tales dimensiones.

20. En ese contexto parecería prima facie inusual hablar de la prohibición


de retroceso en relación con la dignidad humana, pues en tanto valor fundante
del Estado, principio y derecho fundamental, la dignidad debe ser respetada y
aplicada en todo momento y de forma inmediata. Sin embargo, la dignidad
impregna todos los derechos; se inspira y nutre de ellos en un círculo virtuoso
y, en consecuencia, la prohibición de cualquier retroceso en torno a los
estándares de dignidad alcanzados en un momento histórico es en realidad
una defensa de un mínimo para todos los derechos. Un presupuesto de un
Estado Constitucional de Derechos.

21. En este orden de ideas, la humanización del proceso penal, o al menos


la pretensión de alcanzarla, ha seguido un proceso histórico complejo, que va
495 Este desarrollo se encuentra detallado en la Sentencia T-197 de 2014. M.P. Alberto
Rojas Ríos, fundamento jurídico N° 4. En el mismo sentido, Sentencia SU-092 de 2021. M.P.
Alberto Rojas Ríos. SPV y AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV.
Antonio José Lizarazo Ocampo. AV. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Cristina Pardo Schlesinger.
AV. Alberto Rojas Ríos, fundamento jurídico N° 6.2.
496 Sentencias T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, fundamento jurídico N°
3.3.6.; T-294 de 2009. M.P. (e) Clara Elena Reales Gutiérrez, fundamento jurídico N° 3.4.; C-
372 de 2011. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. SV. María Victoria Calle Correa. SV.
Humberto Antonio Sierra Porto, fundamento jurídico N° 2.5.2.; C-046 de 2018. M.P. Gloria
Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 16; y SU-092 de 2021. M.P. Alberto Rojas Ríos.
SPV y AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV. Antonio José Lizarazo
Ocampo. AV. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Alberto Rojas
Ríos, fundamento jurídico N° 6.2.

323
desde momentos que el castigo o la respuesta estatal podría estar motivada
por el capricho y la arbitrariedad, y carecían de límites claros al poder estatal
para ejercerlo hasta el desarrollo de criterios para limitar, controlar y
racionalizar el uso del derecho penal. En este proceso, actualmente la pena de
prisión es la más utilizada por los estados nacionales para enfrentar los
delitos, al tiempo que las penas de muerte y prisión perpetua cada vez son
menos frecuentes.497

22. La existencia de una pluralidad de tratados que persiguen eliminar la


pena de muerte y diversas discusiones que se han dado en el mundo en torno a
la prisión perpetua constituyen precisamente una manifestación del proceso
progresivo de humanización del Derecho.498 Las decisiones de este Tribunal
en las que se ha declarado el estado de cosas inconstitucional en cárceles,
prisiones y centros de detención transitoria demuestran una preocupación
ineludible porque la condena de una persona no conduzca a la pérdida de la
dignidad, pues admitir esta posibilidad desdibuja el sentido del Estado
Constitucional de Derechos, desconoce los logros del derecho penal moderno
y despoja al sujeto de su condición de persona.

23. De este proceso histórico y jurídico, que hace parte tanto del derecho
internacional de los derechos humanos como del derecho constitucional
colombiano, se infiere la existencia de un continuum histórico en el que la

497 Sobre este proceso de humanización, ver: Sandoval Huertas, Emiro (1996). Penología:
Partes General y Especial. Bogotá:́ Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, Capítulo Segundo:
“Antecedentes históricos y objetivos o funciones declaradas de la sanción penal”.
498 Precisamente sobre este asunto se pronunció la Corte Constitucional en Sentencia C-
144 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez Caballero), en la que se analizó la constitucionalidad
del “Segundo Protocolo facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
destinado a abolir la pena de muerte”. En ese entonces se afirmó: “Como vemos, el
retribucionismo rígido, con base en el cual se defiende a veces la pena de muerte, no sólo
mina sus propios fundamentos, sino que olvida que la modernidad democrática
precisamente se construye con la idea de abandonar la ley del talión, pues la justicia penal,
si quiere ser digna de ese nombre, no debe ser una venganza encubierta. De allí la
importancia de humanizar las penas para humanizar la sociedad en su conjunto, por lo cual
se considera que la pena no puede constituirse en una represalia estatal, sino que debe
responder a los principios de racionalidad y humanidad, en donde el tipo penal y la sanción
son entes heterogéneos que se ubican en escenarios diferentes, y por ende no son
susceptibles de igualación.”

324
erradicación de ciertas penas y la humanización de otras va dando un alcance
más amplio a la dignidad. Este camino debería -idealmente- avanzar a través
de la erradicación de la pena de muerte, a la eliminación de la prisión
perpetua sin revisión, de la prisión perpetua revisable, y a la garantía de los
derechos fundamentales también en el marco de la pena privativa de la
libertad temporal, mientras esta siga siendo la solución escogida para
enfrentar los delitos que con mayor intensidad afectan bienes jurídicos
protegidos por la Constitución y la ley.

24. En suma, cuando un Estado elimina aquellas penas que resultan más
difíciles de justificar a la luz del respeto por la dignidad humana, entonces
camina hacia la humanización del sistema; cuando decide andar en sentido
contrario incurre en un retroceso inadmisible, incluso, para el constituyente
derivado.

25. Por todo lo expuesto, la interpretación de la prohibición de retroceso en


la Sentencia C-294 de 2021 va más allá de lo explicado acerca de las facetas
prestacionales de los derechos sociales y se convierte en una garantía para la
dignidad frente al canto de sirena del populismo punitivo, que periódicamente
aflora y resuena en la sociedad. Por ello, parafraseando lo expresado por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en torno a la pena de muerte, 499
499 La Corte Interamericana ha dilucidado que el artículo 4 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos tiene por objeto la protección del derecho a la vida, pero también
regula lo relativo a la aplicabilidad de la pena de muerte, con una inequívoca tendencia
limitativa del ámbito de esa pena. La limitación más importante se desprende del numeral 3,
según el cual “no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido”. Ese
Tribunal internacional explicó que “[n]o se trata ya de rodear de condiciones rigurosas la
excepcional imposición o aplicación de la pena de muerte, sino de ponerle un límite
definitivo, a través de un proceso progresivo e irreversible destinado a cumplirse tanto en los
países que no han resuelto aún abolirla, como en aquellos que sí han tomado esa
determinación. En el primer caso, si bien la Convención no llega a la supresión de la pena de
muerte, sí prohíbe que se extienda su uso y que se imponga respecto a delitos para los
cuales no estaba prevista anteriormente. Se impide así cualquier expansión en la lista de
crímenes castigados con esa pena. En el segundo caso, prohíbe de modo absoluto el
restablecimiento de la pena capital para todo tipo de delito, de tal manera que la decisión de
un Estado Parte en la Convención, cualquiera sea el tiempo en que la haya adoptado, en el
sentido de abolir la pena de muerte se convierte, ipso jure, en una resolución definitiva e
irrevocable” (subrayas no originales). CorteIDH. Restricciones a la pena de muerte (Arts. 4.2
y 4.4 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-3/83 de 8 de

325
la decisión del Constituyente primario de proscribir la prisión perpetua -
incluso revisable- se convierte, ipso iure, en una resolución definitiva e
irrevocable, necesaria para toda organización política que se considere un
Estado Social de Derecho.

Tercero. Prescindir del fin resocializador de la pena altera


irremediablemente el rostro de la Constitución Política de 1991

26. En la Sentencia C-294 de 2021 la Corte Constitucional consideró que


una pena que no cumple -o que es incompatible con- el fin de resocializar a la
persona sustituye la Constitución Política y es incompatible con la dignidad
humana.

27. La discusión teórica y dogmática sobre la justificación del castigo y los


fines de la pena es compleja y no ha encontrado una respuesta definitiva en el
Derecho.500

28. El fin retributivo se planteó como exigencia de la dignidad humana


desde reconocidas corrientes filosóficas; sin embargo, con el paso del tiempo
ha sido cuestionado en tanto institucionalización de la venganza, por su

septiembre de 1983. Serie A No. 3, párr. 56; reiterada en los casos Martínez Coronado Vs.
Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de mayo de 2019. Serie C No.
376, párr. 63; y Ruiz Fuentes y otra Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de octubre de 2019. Serie C No. 385, párr. 80. En el
mismo sentido, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2011). La pena de muerte
en el sistema interamericano de derechos humanos: De restricciones a abolición, pp. 65-67.
500 Ferrajoli, Luigi (1995). Op. cit., capítulo 5; Roxin, Claus (1976). “Sentido y límites de la
pena estatal”, en: Problemas básicos del derecho penal, Claus Roxin, trad. Diego-Manuel
Luzón Peña. Madrid: Editorial Reus, p. 11-36; Castro Moreno, Abraham (2008). El por qué y
el para qué de las penas (Análisis crítico sobre los fines de la pena). Madrid: Editorial
Dykinson; y Feijoo Sánchez, Bernardo. La pena como institución jurídica: retribución y
prevención general. Buenos Aires: Editorial B de F, 2014. A manera de ilustración sobre las
dificultades de las discusiones sobre fines de la pena, este último autor señala: “Los defectos
expuestos de cada teoría no se resuelven con una combinación entre modelos que tienen
fundamentos y fines contrapuestos. [Las teorías mixtas], en sus diversas variantes, han
pretendido salvar las contradicciones o antinomias existentes entre los fines de la pena, pero
los defectos que por separado presenta cada una de las teorías de la pena vistas hasta
ahora, y que han sido ya expuestos, no se resuelven con una combinación de todas ellas.” (p.
215).

326
ineficacia para cumplir un papel relevante en la sociedad y porque la
proporcionalidad entre castigo y pena es ilusoria por regla general,501 y
peligrosa frente a fenómenos como los crímenes atroces que se discuten, entre
otros escenarios, en los procesos de justicia transicional.502

29. El fin preventivo general se dirige a la comunidad, ya sea intimidando o


coaccionando a potenciales delincuentes (prevención general negativa) 503 o
reforzando la confianza en el derecho, demostrando su inviolabilidad
(prevención general positiva)504. Así, destinado a satisfacer propósitos
relevantes para la comunidad, corre el riesgo de instrumentalizar a la persona
y puede ser compatible con medidas de corte autoritario, al poner la defensa
social por encima de los derechos básicos de la persona. Este fin, considerado
de manera aislada puede también conducir a la extensión del tratamiento
penal más allá de los límites a los que la proporcionalidad aspira, o a los que
la culpabilidad aconseja.505

501 El doctrinante alemán Bernd Schünemann señala lo siguiente: “Sin embargo, aún hoy,
la realidad del Derecho penal se queda atrás del Talión sólo en la punición de los delitos de
homicidio y de los delitos de lesiones, mientras que por regla general se excede mucho de
esa medida: quien comete un delito patrimonial, especialmente si reincide, puede
eventualmente ser encerrado en una jaula como un animal salvaje durante años y años.” En:
Schünemann, Bernd (2019). El Derecho Penal en el Estado Democrático de Derecho. Buenos
Aires: Editorial B de F, pp. 45-46.
502 Ver, por ejemplo, Carlos Santiago Nino, Juicio al mal absoluto, 2015. Buenos Aires, Siglo
XXI Editores.
503 Feijoo Sánchez (2014), Op. Cit., p.72.
504 Roxin, Claus. Derecho Penal Parte General. Tomo I, trad. Diego-Manuel Luzón Peña,
Miguel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal. Madrid: Civitas, p. 91.
505 Además, en torno a la capacidad del derecho penal para disuadir a la ciudadanía de
cometer delitos, desde diversos sectores y, en especial, desde el Consejo Superior de Política
Criminal, se ha considerado más relevante el fortalecimiento, eficiencia y eficacia del aparato
jurisdiccional que el endurecimiento de los castigos, en torno a la disuación: “los aumentos
de pena tienen un impacto nulo o muy reducido en la prevención de la ocurrencia de nuevos
delitos. De ahí que, el simple aumento de penas no es más que expresión del derecho penal
simbólico y una manifestación del populismo punitivo (…) “(…) no es la pena severa la que
causa un impacto real en la prevención del delito, sino la pena efectiva, es decir, aquella
pena que probablemente se impone tras la comisión de un delito, soportada en la eficacia de
las investigaciones de las autoridades.” Consejo Superior de Política Criminal. Concepto
12.2019. §2.1.7”. Daniel S. Nagin,"Deterrence in the Twenty-First Century," Crime and
Justice: A Review of Research 42 (2013): 199-264

327
30. La prevención especial enfrenta el delito por diversas vías. Como
prevención especial negativa pretende eliminar o neutralizar al delincuente; y
como prevención especial positiva, busca su inclusión a la sociedad o su
resocialización.506 La primera noción genera tensiones con el principio de
estado de derecho, pues castiga a los ciudadanos porque eventualmente
pueden cometer hechos y no por cometerlos. Los neutraliza o intentar volver
inocuos porque sospecha que volverán a delinquir, posición que deja de lado
el derecho penal del acto y transita hacia el derecho penal de actor. Incluso la
prevención especial positiva ha sido cuestionado por concebir al Estado como
un ente encargado de corregir a los ciudadanos, porque el concepto de
tratamiento podría derivar en la imposición de penas más largas para algunas
personas y por la ineficacia de la pena de prisión para alcanzar la
resocialización.

31. Esta pluralidad de criterios -al igual que aquellas teorías que pretenden
una unificación de los fines de la pena en torno a la retribución o a favor de la
prevención, en sus distintas variantes- es semilla de una discusión incesante,
lo que explica que se trate de un campo en el que el Congreso de la República
goza de un margen de configuración amplio. Sin embargo, más allá de la
libertad para discutir las normas y la política criminal, la Corte Constitucional
tiene definido que el fin resocializador es el más importante dentro de la
Constitución Política de 1991.

32. En el caso estudiado por la Sala Plena, es posible observar que en la


exposición de motivos del Acto Legislativo 01 de 2020 se pretendió basar la
reforma constitucional en la finalidad preventiva especial, sin dejar espacio
alguno a la resocialización:

“Tratar de negar funciones de la pena y de la política criminal, para


reducirla a que su único fin compatible con la columna vertebral de las
bases estructurantes del Estado Colombiano, es la resocialización de la
pena, es negar nuestro peso cultural histórico y negar que como
sociedad hemos tenido que bogar en suplica por la necesidad de
protección de sujetos que han acorralado a la sociedad y que en muchos
506 Velásquez, Fernando, Op.Cit., p. 158.
328
apartes de nuestra codificación penal llamamos “sujetos de especial
peligrosidad”, y frente a los cuales la sociedad reclaman su
inocuización como única forma de garantizar sus derechos mínimos
a preservar su vida, crear falacias argumentativas es quizás lo único
que no merecen los niños, niñas y adolescentes que esperan se
garanticen sus derechos frente a sujetos de especial peligrosidad que
atentan y acechan su posibilidad de desarrollar su individualidad y su
plan de vida de manera libre.”507

33. Esta orientación desconoce entonces que, desde un momento muy


temprano de la jurisprudencia constitucional, este Tribunal ha enfatizado que
el fin resocializador tiene una prioridad sobre los restantes,508 pues este no
solo se niega a prescindir de una persona, sino que es también un mandato del
Estado social de derecho. Ordena trabajar por la inclusión social y lleva
consigo mensajes trascendentales para una sociedad democrática, asociados a
la recuperación del equilibrio, la rehabilitación de la persona o la superación
de los estigmas que marcan a quienes desconocen la ley penal, reconociendo
que el delito no los define. Asumir como único fin la prevención especial
negativa y a la vez considerar un sofisma a la retribución no puede ser el
fundamento para alejar al sistema penal del proceso de humanización descrito
en el acápite anterior.509
507 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso. Senado y Cámara, Año
XXIX, No. 278, Bogotá, DC., 3 de julio de 2020.
508 Sentencias C-261 de 1996. M.P. Alejandro Martínez Caballero; C-430 de 1996. M.P.
Carlos Gaviria Díaz; C-144 de 1997. M.P. Alejandro Martínez Caballero; Sentencia C-679 de
1998. M.P. Carlos Gaviria Díaz.
509 En Sentencia C-407 de 2020 (M.P. José Fernando Reyes Cuartas) se señaló “De la
afirmación de estas dos finalidades claramente constitucionales por respetar el principio de
dignidad de la persona, surge como clara consecuencia el estimar contrarias a la dignidad,
la prevención negativa, tanto especial como general –esto es, la inocuización y la
intimidación—en cuanto materializan la cosificación del individuo, a través de su exposición
como lo negativo, lo que no debe ser, en fin, como la negación de toda posibilidad de
superar y trascender al ser humano que delinquió un día; en el fondo, es exponer ante el
colectivo social, al delincuente como una persona que ni merece una segunda oportunidad
ni puede intentar resarcir su daño ni mucho menos, merecer cualquier clase de perdón. En
fin, cosificarle sin más.” Asimismo, en Sentencia C-144 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez
Caballero), reiterada en Sentencia C-757 de 2014 (M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado), se dijo
“Finalmente se ha recurrido a consideraciones de prevención especial negativa para
defender la pena capital, con el argumento de que existen delincuentes irrecuperables que

329
34. Por ello, además de recordar que el fin resocializador de la pena tiene
prevalencia sobre los demás actualmente vigentes,510 en la Sentencia C-294 de
2021, la Corte Constitucional consideró que este se integra a la dignidad
humana y a la identidad de la Constitución Política de 1991.

35. Para terminar, además de reivindicar el enfoque asumido en la


Sentencia C-294 de 2021, quisiera recordar que en el Estado colombiano no
existe una forma única de derecho penal, ni una concepción única de la
resocialización. La Constitución Política defiende un pluralismo jurídico y
actualmente coexisten en Colombia sistemas igualmente válidos. Estos prevén
distintas maneras de abordar el conflicto y proponen distintos fines en torno a
la imposición de penas, remedios u otras medidas para resolver los conflictos
sociales; pero es posible observar que los más relevantes guardan un parecido
de familia notable con el fin resocializador de la pena.

36. En esta línea, la Corte Constitucional ha constatado en distintos


pronunciamientos que los sistemas de derecho propio de los pueblos

deben ser eliminados de la sociedad para evitar futuros males a otros ciudadanos. Sin
embargo ese razonamiento es lógicamente discutible, pues no sólo presupone que es posible
determinar al momento de imponer la sanción quienes van a reincidir y quienes no, lo cual
se ha revelado falso, sino que además desconoce que existen medidas alternativas de
rehabilitación. Además, y más grave aún, se olvida que el delincuente también tiene derecho
a la vida, por lo cual, en un Estado social de derecho fundado en la dignidad humana (CP art.
1º), la ejecución de las penas debe tener una función de prevención especial positiva, esto
es, en esta fase se debe buscar ante todo la resocialización del condenado, obviamente
dentro del respeto de su autonomía y dignidad.”
510 “Finalmente, se considera como propio del Estado social de derecho que la ejecución
de la sanción penal esté orientada por finalidades de prevención especial positiva, esto es,
en esta fase se debe buscar ante todo la resocialización del condenado, obviamente dentro
del respeto de su autonomía y dignidad puesto que, como se verá más adelante, es necesario
armonizar estos valores.” Sentencia C-261 de 1996 (M.P. Alejandro Martínez Caballero); en
sentido similar se pronunció la Corte al controlar la Ley aprobatoria del Segundo Protocolo
Facultativo para Abolir la Pena de Muerte, en la cual recordó el valor especial de la
prevención especial y la resocialización, y enfatizó en el carácter secundario del fin
retributivo de la pena, en Sentencia C-144 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez Caballero).
Estas consideraciones se han reiterado también en decisiones más recientes, como la T-388
de 2014. M.P. María Victoria Calle Correa. AV. Mauricio González Cuervo. (estado de cosas
inconstitucional en cárceles) y la C-757 de 2014 (M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado), sobre la
valoración de la libertad condicional en función de la conducta o delito cometido.

330
indígenas, en términos generales persiguen la armonía dentro de las
comunidades, el equilibrio entre las familias y la sanación de las partes
inmersas en el conflicto;511 el Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes, incorporado a partir de la Ley 1098 de 2006 incluye los fines
restaurativos, educativos y de protección de la sanción; y la Jurisdicción
Especial para la Paz cuenta con un sistema integral de sanciones, dentro del
cual se encuentran las “propias”, es decir, aquellas que se imponen al
culminar un proceso con reconocimiento pleno de verdad y responsabilidad,
propenden por la estabilidad de la paz, la satisfacción de los derechos de las
víctimas y la construcción de una sociedad que comprenda y rechace las más
graves violaciones de derechos humanos.512

37. Tales fines construyen puentes con la resocialización, pues consideran


que no es posible prescindir de los seres humanos y giran en torno a la
inclusión y la transformación social mediante respuestas que se alejan del
mero punitivismo, y de los actos de vigilar y castigar. Y nos muestran cómo,
el Estado pluralista, se viene construyendo también con el objetivo común de
la resocialización, la inclusión y la transformación social, bajo diversas
concepciones del mundo, del derecho penal y de la pena.

38. Que la resocialización haga parte de la identidad de la Carta Política


tiene consecuencias importantes. Por una parte, la prohibición de retroceso no
permite implementar la pena de prisión perpetua en Colombia, sea revisable o
no (C-294 de 2021); por otra, es necesario pensar el diseño e implementación
de una política criminal que supere el vacío entre la privación de la libertad
real y aquella permitida por el discurso constitucional, pues mientras en este
discurso algunos derechos son restringidos pero la dignidad se preserva, en la
realidad de las cárceles y prisiones colombianas este postulado se encuentra
seriamente cuestionado. Si la resocialización y más específicamente la

511 Ver, entre otras, las Sentencia T-921 de 2013 y C-463 de 2014. MM.PP. María Victoria
Calle Correa.
512 Ver, en especial, las sentencias C-617 de 2017 (M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez),
sobre el Acto Legislativo que implementó el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación
y Garantías de No Repetición y C-080 de 2019 (M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo), en la
que se analizó la Ley Estatutaria de Administración de Justicia en la Jurisdicción Especial
para la Paz.

331
inclusión social es totalmente ajena al actual tratamiento penitenciario,
avanzar en la humanización del derecho exige de nuestra sociedad dirigirse
también hacia otras formas de castigo o, de manera más amplia, de enfrentar
los conflictos sociales.

Fecha ut supra,

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada

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