Los Combates Más Feroces de La Guerra
Los Combates Más Feroces de La Guerra
Los Combates Más Feroces de La Guerra
Mahatma Gandhi y Subhas Chandra Bose, comandante del Ejército Nacional Indio
(1938).
Mientras los estadounidenses continuaban sin pausa la construcción de la carretera
de Ledo desde la India hasta China, en marzo de 1944, los japoneses empezaron su
propia ofensiva hacia la India. Esta "Delhi Chalo" ('Marcha hacia Delhi') fue
iniciada por Netaji Subhas Chandra Bose,57 el comandante del Ejército Nacional
Indio (una fuerza compuesta de prisioneros de guerra del Ejército Indio Británico,
que habían sido capturados por los japoneses y que habían decidido unirse a la
guerra en un intento para librar a la India de sus gobernantes coloniales, y desde
ahí obtener la independencia).58 Los japoneses intentaron destruir a las
principales fuerzas indias y británicas en Kohima e Imphal, resultando en algunos
de los combates más feroces de la guerra. Mientras que las tropas aliadas que
estaban cercadas eran reforzadas y suministradas por aviones de transporte hasta
que tropas frescas consiguieron romper el asedio, los japoneses, debido en parte a
las lluvias torrenciales, agotaron sus suministros y empezaron a pasar hambre. Las
fuerzas supervivientes se retiraron finalmente perdiendo 85 000 hombres, una de las
derrotas más grandes del Japón durante la guerra.
Durante el monzón desde agosto hasta noviembre de 1944, los japoneses fueron
perseguidos hasta el río Chindwin en Birmania. Con el comienzo de la estación seca
a principios de 1945, las fuerzas estadounidenses y chinas finalmente completaban
la carretera de Ledo, aunque demasiado tarde como para tener ningún efecto
decisivo. El 14.º Ejército Británico, compuesto de unidades indias, británicas y
africanas, lanzó una ofensiva en Birmania central. Las fuerzas Japonesas fueron
derrotadas decisivamente, y los aliados los persiguieron hacia el sur, conquistando
Rangún el 2 de mayo (véase Operación Drácula).
Relato de un testigo del desembarco en Omaha, Cornelius Ryan, famoso tras la guerra
por su libro "Normandía":
Los hombres saltaron en el agua, que tenía una profundidad de uno a dos metros.
Allí se encontraron indefensos, algunos separados de sus compañías, en sectores
distintos a los previstos. Incapaces de correr bajo el peso de sus equipos fueron
golpeados por fuego de las armas ligeras y las balas trazadoras enemigas. Murieron
la mitad de los hombres en el agua. Algunos de los que lograron llegar a tierra se
mantenían quietos y serenos como si fueran inmunes a las balas. Había islotes de
heridos y muertos: Los heridos pedían un sanitario, los muertos iban dulcemente
hacia la orilla, donde la marea ascendente ahogaba a los que allí se encontraban.
El coronel Taylor, jefe del 16.º regimiento se movía por la playa sin miedo a las
balas, gritando: Sólo hay dos clases de hombres en el agua: Los muertos y los que
van a morir. ¡Salgamos de aquí! Cuando los hombres descubrieron que podían avanzar
su miedo se transformó en cólera...
El terreno «bocage» de Normandía, donde los estadounidenses habían desembarcado,
era ideal para la guerra defensiva. No obstante, los estadounidenses progresaron de
forma constante y capturaron el puerto de aguas profundas de Cherburgo el 26 de
junio, uno de los objetivos primarios de la invasión. Sin embargo, los alemanes
habían minado el puerto y destruido muchas de las instalaciones antes de rendirlo,
y haría falta otro mes antes de que el puerto pudiese ser habilitado para un uso
limitado. Los británicos lanzaron otro ataque el 13 de junio para capturar Caen,
pero fueron rechazados debido a que los alemanes habían reforzado la ciudad con un
gran número de tropas en la ciudad para retenerla. La ciudad permanecería todavía
en manos alemanas durante otras 6 semanas.