Poderosos Hombres de Valor Un Hombre Como David
Poderosos Hombres de Valor Un Hombre Como David
Poderosos Hombres de Valor Un Hombre Como David
1 TIM 3:1-7
TI 1:5-10
Uno como hombre debe ser una persona la cual sea capaz de llevar cargas sobre
de el sin que fácilmente se derrote.
La Clase de Persona que Dios está buscando
Un adorador no es una persona que sabe adorar, sino una persona que
adora a Dios en todo tiempo y con todo su ser. Al referirse a los que han
aprendido el arte de adorar, Jesús dijo: “Este pueblo me honra con los
labios; pero su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8)
“Muchos se dicen ser amigos fieles, ¿pero quién podrá encontrar uno
realmente digno de confianza?” (Proverbios 20:6, NTV). La versión Reina-
Valera dice: “Hombre de verdad, ¿Quién lo hallará?”
“El Señor recorre con su mirada toda la tierra y está listo para ayudar a
quienes son fieles” (2 Crónicas 16:9)
En Ezequiel 22:30, dice: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y
que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo
no la destruyese; y no lo hallé”
Que Dios esté buscando personas con estas características significa que no
abundan. Entonces, el Señor menciona a un hombre que reúne estas
cualidades y dice:
Lo primero que hizo David cuando lo coronaron rey fue traer el arca del
pacto, el lugar donde Dios habitaba.
David dijo: “Lo único que le pido al Señor, lo que más anhelo, es vivir en la
casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del
Señor y meditando dentro de su templo” (Salmo 27:4, NTV)
Durante treinta años Jesús se preparó para tres años de popularidad, pero
las palabras de su Padre cuando se bautizó demuestran que lo que él hizo
en secreto lo conquistó y por eso le dijo: “Tú eres mi hijo amado en quien
tengo complacencia!”.
Gracias a eso tenemos una cantidad de Salmos que hasta el día de hoy
cantamos. David se inspiró y escribió el Salmo 23 mientras cuidaba las
ovejas.
David fue un hombre que venció sus temores, sus complejos, su timidez y
llegó a tener muy buena presencia. Era hábil para la guerra, los negocios, la
administración y sabía como expresarse.
Aunque David llegó a ser rey, nunca dejó su corazón de siervo ni nunca
Dios lo dejó a él.