N M A S J B: Ovena A Aría Uxiliadora Recomendada Por AN UAN Osco
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3º. Hacer o prometer una limosna a favor de las obras de apostolado de la Iglesia o en
favor de los pobres.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia. Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
clamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea,
pues, Señora y Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen
María! Ruega por nosotros santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oración.
§ Te venero con todo el corazón Virgen Inmaculada, sobre todos los ángeles y santos del Cielo,
como Hija del Eterno Padre, y te consagro mi alma con todas sus potencias. Dios te salve
María...
§ Te venero con todo el corazón Virgen Inmaculada, sobre todos los ángeles y santos del Cielo,
como Madre del Eterno Hijo, y te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos. Dios te salve
María...
§ Te venero con todo el corazón Virgen Inmaculada, sobre todos los ángeles y santos del cielo,
como Esposa Inmaculada del Espíritu Santo, y te consagro mi corazón con todos sus afectos y
deseos. Dios te salve María…
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido
desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las
vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos.
Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas
benignamente. Amén.
¡Oh Virgen Inmaculada, Hija del Eterno Padre, Madre del Verbo Encarnado, Esposa del Espíritu
Santo, Reina de los ángeles y de todos los santos! Yo, nn, te reconozco y elijo por mi soberana, por
mi Madre y por mi abogada para con tu Hijo muy amado, Cristo Jesús. ¡Oh corazón dulcísimo de
María, unido siempre al de Jesús! Yo te ofrezco y consagro el mío: después de Dios Padre y de
Jesucristo, tu serás siempre el primer objeto de mi veneración, de mi amor y de mi confianza. Me
propongo tributarte todos los días los obsequios que pueda, celebrar devotamente tus fiestas,
promover el culto que te es debido, e imitar tus virtudes, particularmente tu pureza y humidad.
Dígnate, Virgen santísima, abrir tu Corazón y recibirme en él como a uno de tus hijos y fieles
siervos. Alcánzame la gracia de amarte como tú amaste a tu santísimo Hijo Jesucristo. Asísteme en
todas mis necesidades; socórreme en todos los peligros; consuélame en todas mis penas; enséñame a
sacar provecho de todos los males y bienes de esta vida; y protégeme siempre, especialmente en la
hora de mi muerte. Amen.