Medicina Interna I - Infectología
Medicina Interna I - Infectología
Medicina Interna I - Infectología
I. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS.
El diagnóstico clínico se confirma con el etiológico. Las técnicas de diagnóstico directo se basa
en demuestra la presencia del agente microbiano, sus productos metabólicos o compuestos
antigénicos. Las técnicas de diagnóstico indirecto detectan anticuerpos circulantes o una
hipersensibilidad retardada.
A. Tinción de Gram: Las bacterias con una capa gruesa de peptidoglicano retienen
el colorante violeta cristal (gram ⊕); las bacterias con una fina capa de peptidoglicano
se vuelven rojas o rosadas (gram ⊝) con contratinción.
Neumonía neumocócica.
Es la infección grave más frecuente, puede ser una lobular o bronconeumonía. Es una causa
de neumonía extrahospitalaria. Los derrames pleurales ocurren en un 40% de los pacientes.
El 2% desarrollan empiema, que puede volverse tabicado, grueso y fibrinopurulento.
Meningitis neumocócica.
Causada por neumococos y puede ser 2daria a una bacteremia originada en otro foco, debida
a una extensión directa de una infección de oído, apófisis mastoides o senos paranasales.
Produce cefalea, rigidez de nuca y fiebre. Complicaciones incluyen pérdida de audición,
convulsiones, trastornos de aprendizaje, disfunción mental y parálisis.
Endocarditis neumocócica.
Resultado de una bacteriemia neumocócica, incluso en pacientes sin enfermedades de las
válvulas cardíacas, pero la endocarditis neumocócica es infrecuente. Puede producir una lesión
valvular corrosiva, con rotura abrupta o fenestración, que lleva a una insuficiencia cardíaca
progresiva rápida.
V. INFECCIONES ESTAFILOCOCICAS.
Microorganismos aerobios grampositivos. El más patogénico es el S. aureus que causa
infecciones de la piel, neumonía, endocarditis y osteomielitis. Se asocia con formación de
abscesos.
Las especies coagulasa-negativas tales como S. epidermidis se asocian cada vez más con
infecciones intrahospitalarias; la S. saprophyticus causa infecciones urinarias. S.lugdunensis,
causa enfermedades graves con una virulencia similar a la de S. aureus.
Factores de riesgo: Recién nacidos y madres que amamantan, pacientes con gripe, fibrosis
quística, enfisema, leucemia, tumores, diabetes mellitus, con trasplantes, prótesis, quienes
reciben esteroides suprarrenales, radiación, etc.
VII. MENINGITIS.
Inflamación de las cubiertas meníngeas blandas y se identifica por la presencia de leucocitos
en el líquido cefalorraquídeo. En los recién nacidos la mayoría de meningitis están causadas
por estreptococos β-hemolítico del grupo B (S. agalactiae) y bacilos gramnegativos,
particularmente E.coli. Entre el 3er mes y los 20 años, los agentes más frecuentes son
meningococo y menor medida neumococo. En los adultos de 20 y 55 años Streptococcus
pneumoniae y en mayor de 55 años con Streptococcus pneumoniae.
Manifiestan fiebre y cefalea, con escasa rigidez de nuca, mientras que la meningitis bacteriana
son más explosivos y recortados en el tiempo, fiebre elevada, cefalea, rigidez de nuca
marcada, signos de irritación meníngea (Kernig y Brudzinski), náuseas y vómitos, diaforesis y
postración. En ocasiones, se puede complicar con afectación de IV, VI, VII, confusión o
convulsiones.
Los síntomas de encefalitis incluyen fiebre, cefalea y alteraciones del estado mental, a
menudo acompañados por convulsiones y déficits neurológicos focales. Un pródromo
digestivos o respiratorio puede preceder a estos síntomas. Típicamente, los signos meníngeos
son leves y menos sobresalientes que otras manifestaciones.
Neumonía asociada a cuidados sanitarios. Es la que aparece en pacientes que, sin estar
ingresados en un hospital por un proceso agudo, se ven sometidos en mayor o menor grado a
un contacto habitual con el medio sanitario (pacientes que reciben de forma periódica
hemodiálisis, quimioterapia o cuidados de enfermería en su domicilio; institucionalizados en
residencias o centros de crónicos; o pacientes con ingreso superior a 48 horas en un hospital
de agudos durante los 3 meses previos).
Neumonía alveolar o lobar. Afecta a múltiples alveolos (llenos de exudado purulento). Los
bronquiolos están respetados, circunstancia que da a lugar a la aparición del signo
“broncograma aéreo”. Se observa en neumonías por Klebsiella.
Clínica
Neumonía adquirida en la comunidad. Fiebre, escalofríos, tos productiva con expectoración
purulenta y dolor pleurítico. Detectan crepitantes o egofonía, cursa con neumonía lobar,
leucocitosis, también mialgias, artralgias, tos seca, etc.
9.2. EPOC.
La limitación al flujo aéreo está producida por una mezcla de enfermedad de las pequeñas vías
aéreas (bronquiolitis obstructiva) y destrucción parenquimatosa (enfisema), cuyas
contribuciones relativas varían de persona en persona.
Enfisema → Consiste en la dilatación del acino (vía aérea distal a un bronquíolo terminal) y
destrucción de la pared alveolar.
La deficiencia grave de AAT conduce a enfisema prematuro, a menudo con bronquitis crónica
y, en ocasiones, con bronquiectasias. El comienzo de la enfermedad pulmonar se acelera con
el tabaco. La disnea comienza generalmente a los 40 años en fumadores y alrededor de los 50
en no fumadores. Acontece en esta entidad la pérdida del normal equilibrio entre proteólisis
(inducida sobre todo por la elastasa del neutrófilo, y de modo menos relevante por la acción
de macrófagos, plaquetas, fibroblastos y músculo liso) y antiproteólisis (fundamentalmente la
AAT).
- Vías aéreas proximales (> 2mm de diámetro). Aumento de las células caliciformes,
hipertrofia de las glándulas de la submucosa y metaplasia escamosa.
- Vías aéreas distales (< 2mm de diámetro). Engrosamiento de la pared, fibrosis
peribronquiolar, exudado inflamatorio endoluminal y disminución de calibre de las vías
aéreas.
- Parénquima pulmonar (bronquiolos respiratorios y alvéolos). Destrucción de la pared
alveolar y apoptosis de células epiteliales y endoteliales, se observa en fumadores y
predomina cambios pulmonares superiores.
- Vasos sanguíneos pulmonares. Engrosamiento de la íntima, disfunción endotelial y
aumento de la capa muscular, lo que conduce a hipertensión pulmonar.
Hipertensión pulmonar.
Es una complicación tardía en EPOC. Su causa principal es vasoconstricción pulmonar hipóxica
de las arterias pulmonares de pequeño calibre, a lo que puede sumarse hiperplasia de la
íntima e hipertrofia de la muscular, y la pérdida del lecho capilar pulmonar en el enfisema.
En la pared de los vasos sanguíneos se observa una reacción inflamatoria similar a la producida
en las vías aéreas, junto con disfunción endotelial. Puede llegar a conducir a hipertrofia
ventricular derecha e I.C derecha.
Consecuencias sistémicas.
Presentan comorbilidades que afectan a su calidad de vida e incluso a la supervivencia. La
limitación al flujo aérea y la hiperinsuflación afectan a la función miocárdica y al intercambio
gaseoso.
Clínica
Comorbilidades.
- Cardiopatía isquémica.
- Insuficiencia cardiaca.
- Fibrilación auricular.
- Hipertensión.
- Cáncer de pulmón.
- Anemia.
- Osteoporosis.
- Síndrome de apnea del sueño.
- Síndrome metabólico.
- Diabetes.
- Ansiedad
- Depresión.
La infección inicialmente queda circunscrita a la fascia muscular, puede extenderse a los planos
interfasciales en los grandes grupos musculares. Al principio produce intenso dolor localizado
en ausencia de signos objetivos a la exploración física. Luego tiene edema y eritema en la piel
subyacente, vesículas y flictenas de contenido hemorrágico y desarrollo de anestesia cutánea.
La gangrena sinérgica bacteriana progresiva. Comienza como una lesión eritematosa que
termina ulcerándose y afectando a todo el espesor de la piel de tórax o abdomen.
10.4. Foliculitis.
Los folículos pilosos sirven como sitios de entrar para diversas bacterias a pesar de que S.
aureus es la causa más común de foliculitis localizada. Las glándulas sebáceas drenan hacia los
folículos y conductos pilosos, y si estas entradas están bloqueadas, forman quistes sebáceos
que pueden semejarse a abscesos estafilococos.
10.6. Erisipela.
Cursado por S. pyogenes y se caracteriza por un inicio súbito de inflamación color rojo
encendido en el rostro o extremidades. Tiene márgenes indurados bien definidos, en particular
a lo largo del pliegue nasolabial; rápida progresión y dolor intenso.
Pueden surgir bulas flácidas durante el segundo o tercer día de enfermedad, pero la extensión
a tejidos blandos más profundos es poco común. Se trata con penicilina. La descamación de la
piel ocurre entre los días 5-10.
- Rotavirus. Es la causa más frecuente de diarrea en niños. Suele ser acuosa y revestir
carácter autolimitado al cabo de 5-7 días. No genera inmunidad permanente.
- Norovirus. Es la más frecuente en adultos, responsables de la mayoría de brotes
epidémicos de diarrea con coprocultivo negativo. Se ve en invierno. Infección
comienza de forma súbita, vómitos copiosos y diarrea acuosa, tras un periodo de
incubación de 24-48 horas. Se resuelve de forma espontánea.
- CMV. En pacientes con inmunodepresión grave o pacientes con brotes
corticorresistentes de enfermedad inflamatoria intestinal puede ocasionar diarrea
enteroinvasiva con productos patológicos. Se ven úlceras de gran tamaño.
Es una bacteria que causa síntomas desde diarrea hasta inflamación del colon potencialmente
mortal. Es frecuente en adultos mayores internados o en instalaciones medicas por largo
tiempo, se presenta después de usar antibióticos.
La infección leve a moderada. Diarrea líquida tres o más veces al día durante dos o más días y
dolor a la palpación con calambres abdominales leves.
La bacteria C. difficile puede producir toxinas que atacan el revestimiento del intestino. Las
toxinas destruyen las células, producen parches (placas) de células inflamatorias y partículas
celulares en descomposición dentro del colon, y causan diarrea acuosa.
Puede llegar a complicarse por una deshidratación, insuficiencia renal, megacolon tóxico,
perforación del intestino.
- Cirrosis hepática con ascitis por hipertensión portal, producida en ocasiones por E. coli
Asocia de forma especial a la presencia de hemorragia digestiva.
- Síndrome nefrótico.
El diagnóstico se realiza mediante cultivo del líquido ascítico, que normalmente es un exudado
con una citología en la que predominan los polimorfonucleares (más de 250 células/μl). El
tratamiento empírico de elección son las cefalosporinas de 3.ª generación.
La peritonitis secundaria es una infección generalizada del peritoneo que se produce tras la
rotura de una víscera hueca abdominal (apendicitis, diverticulitis, cirugía, etc.).
Las mujeres presentan fiebre, escalofríos, dolor pélvico o abdominal, micción dolorosa,
micción frecuente con sensación de urgencia, dolor pélvico, relaciones sexuales dolorosas y
secreción de flujo vaginal.
13.2. Epididimitis.
La aguda siempre es unilateral y se caracteriza por dolor espontáneo, tumefacción y dolor a la
palpación del epidídimo. Se debe diferenciar de la torsión que es una urgencia quirúrgica y se
acompaña de dolor agudo y ascenso del testículo en el saco escrotal, rotación del epidídimo de
atrás hacia adelante y ausencia del flujo sanguíneo.
La epididimitis aguda en los varones <35 años de edad con vida sexual activa es causada, en
la mayor parte de los casos, por C. trachomatis y, con menos frecuencia, por N. gonorrhoeae, y
suele acompañarse de uretritis franca o subclínica. La epididimitis aguda de los ancianos o la
que se genera tras una manipulación instrumental de las vías urinarias suele deberse a
microorganismos patógenos urinarios.
Los trastorno vulvares como herpes genital o candidosis vulvovaginal, causan prurito,
sensación urente, irritación, lesiones vulvares, disuria externa o dispareunia vulvar. La
tricomonosis,
La inspección de la vulva y el perineo revela en ocasiones úlceras genitales (su causa más
frecuente es la infección por HSV, aunque a veces son chancros blandos) o fisuras (secundarias
a candidosis vulvovaginal) sensibles al tacto o una secreción visible en el introito antes de
introducir el espéculo (lo que indica vaginosis bacteriana o una tricomonosis).
13.5. Cervicitis.
Inflamación infecciosa o no infecciosa del cérvix. La cervicitis puede no causar síntomas. Los
síntomas más comunes son flujo vaginal y hemorragia vaginal entre períodos menstruales o
después del coito. Algunas mujeres tienen dispareunia, irritación vulvar y/o vaginal, y/o
disuria.
La causa infecciosa más común de cervicitis es Chlamydia trachomatis, seguida por Neisseria
gonorrhea: son infecciones de transmisión sexual. Las causas no infecciosas de cervicitis
incluyen procedimientos ginecológicos, cuerpos extraños (p. ej., pesarios, dispositivos
anticonceptivos de barrera), productos químicos (p. ej., en duchas o cremas anticonceptivas), y
los alérgenos (p. ej., látex).
Los hallazgos del examen pueden incluir flujo purulento o secreción mucopurulenta,
friabilidad cervical (p. ej., sangrado después de tocar el cuello uterino con un hisopo) y eritema
y edema cervical.
Los microorganismos causales más comunes son la causa primaria de endocervitis. Puede
contraerse también si tiene una ETS y no se trata, más de una pareja sexual, usar duchas
vaginales.
Manifiestan dolor en la parte inferior del abdomen, fiebre, flujo vaginal inusual y con mal olor,
dolor o sangrado durante las relaciones sexuales, sensación de ardor al orinar y sangrado entre
periodos.
Las complicaciones de este daño pueden ser un embarazo ectópico, infertilidad, dolor pélvico
crónico y absceso tubo-ovárico.
El mosquito es más activo temprano en la mañana y al anochecer, por lo que estos son los
períodos de mayor riesgo de picaduras. El Aedes aegypti prefiere poner sus huevos en
recipientes artificiales que contengan agua (tambores, barriles y llantas, principalmente)
dentro y alrededor de las casas, escuelas y lugares de trabajo.
XV. PALUDISMO.
Es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser
humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Se trata de
una enfermedad prevenible y curable.
Causado por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten al ser humano por la
picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Es una enfermedad febril
aguda, manifiestan fiebre, dolor de cabeza y escalofríos.
XVI. LEPTOSPIROSIS.
Es una enfermedad zoonótica de potencial epidémico, principalmente después de lluvias
fuertes, causada por una bacteria llamada leptospira. Adquieren la leptospirosis por contacto
directo con la orina de animales infectados o con un ambiente contaminado por orina.
Características clínicas más frecuentes: Fiebre; dolor de cabeza, mialgia (en particular en el
músculo de la pantorrilla), infección conjuntival, ictericia; mal estar general entre otros
síntomas/signos.
XVII. DENGUE.
Se transmite por el mosquito Aedes que pica durante todo el horario diurno y que se
encuentra en ciudades. Manifiesta fiebre, astenia, cefalea retroocular e intensas mialgias y
artralgias.
Puede tener exantema cutáneo que afecta tronco y extremidades, consistente de eritema
generalizado con pequeñas zonas redondeadas de piel respeta. Frecuente que el paciente
presente edemas en tronco y extremidades. Tiene el signo de torniquete positiva.
El mosquito es más activo temprano en la mañana y al anochecer, por lo que estos son los
períodos de mayor riesgo de picaduras. El Aedes aegypti prefiere poner sus huevos en
recipientes artificiales que contengan agua (tambores, barriles y llantas, principalmente)
dentro y alrededor de las casas, escuelas y lugares de trabajo.
La mayoría de las personas contraen la gripe cuando inhalan gotitas en el aire provenientes de
la tos o los estornudos de alguien que tenga gripe. Usted también la puede contraer si toca
algo que contenga el virus y luego se toca la boca, la nariz o los ojos.
Manifiestan fiebre, dolores en el cuerpo, escalofríos, mareos, cara sonrojada, dolor de cabeza,
falta de energía, náuseas y vómitos, también tos seca, dolor de garganta, estornudos.
La hemaglutinina es el sitio utilizado por el virus para fijarse a los receptores celulares y es la
principal responsable de su infecciosidad. Su principal reservorio son las aves.
XIX. COVID-19.
Causada por el SARS-CoV-2. Produce síntomas similares a los de la gripe o catarro, fiebre, tos
seca, disnea, mialgia y fatiga. En casos graves caracteriza por producir neumonía, síndrome de
dificultad respiratoria aguda, sepsis y choque séptico.
Los hallazgos radiológicos más frecuentes son las opacidades del espacio aéreo en forma de
consolidaciones y/u opacidades en vidrio deslustrado, con distribución típicamente bilateral,
periférica y de predominio en los campos inferiores.