El Gran YO SOY - RVR

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JEHOVA

El Gran YO SOY
Versión Traducción Reina Valera 1960

1
Julio Crespo
Mariluz Fernández
E julmar.producciones1@gmail.com
y Julmar Producciones
Se ha popularizado entre algunos cristianos las ideas de que Jesús es un
ser creado e inferior al Padre, que solo el Padre es Dios y por lo tal se le
debe llamar Jehová; que el Espíritu Santo es una fuerza activa del poder
de Dios y no un ser personal y distinto de los otros seres de la Deidad. De
hecho, se han usado pasajes de las Santas Escrituras para apoyar dicha
creencia utilizando nuevas traducciones bíblicas para hacer más creíble la
doctrina. Sin embargo, ¿La traducción utilizada es realmente fiel copia de
los escritos Hebreos y Griegos antiguos? o ¿Están bien traducidos? ¿Qué
dicen los originales realmente?
Este tema pretende aclarar estas interrogantes, haciendo una investigación
profunda en los escritos originales, comparando versiones Bíblicas en
diferentes idiomas y años de versión, dando comentarios concretos y con
bases fundamentadas acerca de lo que verdaderamente presenta la Biblia
tocante a la naturaleza de la Deidad.

USO DE LA TRADUCCIÓN REINA VALERA


La antigua versión de Casiodoro de Reina, de 1569, revisada por Cipriano
de Valera, en 1602, y cotejada posteriormente con diversas traducciones
y con los textos hebreos y griegos en los años 1862 y 1909. En 1960 se
hizo una nueva revisión con cambios fundamentales en la traducción de
algunos términos.
La Biblia de Casiodoro de Reina, también conocida como la “Biblia del Oso”
y referida usualmente como la Reina Valera (1569) es una de las primeras
traducciones de la Biblia al castellano. La obra fue hecha a partir de la
traducción de los textos originales en hebreo y griego y fue publicada en
Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569. Su traductor fue Casiodoro
de Reina. La Biblia del Oso es usualmente referida como Reina-Valera (RV)
por haber hecho Cipriano de Valera la primera revisión de ella en 1602.
La Reina-Valera tuvo amplia difusión durante la Reforma Protestante del
siglo XVI. Hoy en día, la Reina-Valera (con varias revisiones a través de los
años) es una de las biblias en español más usadas por gran parte de las
iglesias cristianas derivadas de la Reforma Protestante (incluyendo las
iglesias evangélicas), así como por otros grupos de fe cristiana, como la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, La Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días, los Gedeones Internacionales y otros cristianos no
denominacionales.
Antes de la Reforma Protestante, las traducciones de las Sagradas
Escrituras en lenguas modernas generalmente tomaban como base
textual a la Vulgata. La obra de Reina es la primera traducción de la Biblia
completa en español hecha desde los idiomas hebreo y griego, ya que
la Biblia prealfonsina y la Biblia alfonsina (primeras versiones de la Biblia
completa en español) fueron traducciones realizadas desde el latín. Antes
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de la Biblia del Oso existían solamente versiones desde los idiomas hebreo
y griego al español de partes de la Biblia como la Biblia de Alba y la Biblia
de Ferrara (Antiguo Testamento) y los textos de Juan Pérez de Pineda y
Francisco de Enzinas (Nuevo Testamento).
En 1862 fue publicada por la imprenta de la Universidad de Oxford
una revisión de la Reina-Valera hecha por Lorenzo Lucena Pedrosa.
Posteriormente, las Sociedades Bíblicas Unidas revisaron la Reina-Valera
en 1909, 1960, 1995 y 2011. Las revisiones de las Sociedades Bíblicas
Unidas han ido eliminando muchas formas antiguas del idioma español y
han actualizado algunos elementos de estilo, pero a la vez conservando
en lo posible la forma como Reina escribió su obra. Esas revisiones se
editaron sin los deuterocanónicos porque no están dentro del canon
hebreo reconocido por los judíos. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/
Reina-Valera.
Queda claro que para la elaboración de este documento hemos preferido el
uso de esta traducción por ser una copia de los escritos antiguos originales
lo que da mayor credibilidad, además que su traducción y revisiones no
están hecha por ninguna denominación religiosa en particular.

LA ADVERTENCIA DE LOS FIELES DISCIPULOS DE


CRISTO
¿A qué nos amonesta Juan?
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 1Juan 4:1
¿Qué le preocupaba a Pablo?
Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros
sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad
a Cristo. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os
hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u
otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis. 2Co 11:3,4
Los que sólo tienen un conocimiento superficial de la verdad no estarán
capacitados para exponer claramente las Escrituras, y dar razones definidas
respecto de su fe. El apóstol Juan nos amonesta a que ahondemos en las
creencias, en que probemos las doctrinas por la regla infalible, la Biblia.
Asimismo el apóstol Pablo nos advierte a que estemos alerta contra la
presentación de “otro Jesús” “otro espíritu” y “otro evangelio” distinto al
predicho por las Sagradas Escrituras.
“Escudriñad las Escrituras,” fue el mandato del Maestro… no es suficiente
confiar en los pensamientos de otros hombres. Debemos examinar por
nosotros mismos, y aprender las razones de nuestra fe, comparando un
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pasaje con otro. Tome la Biblia, y sobre sus rodillas ruegue a Dios que
ilumine su mente. Si estudiáramos diligentemente y con oración la Biblia
día tras día, veríamos cotidianamente alguna hermosa verdad bajo una
luz nueva, clara y vigorosa.

NOMBRES DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


Haciendo referencia a Dios, la Sagrada Escritura en el idioma hebreo
utiliza distintos nombres. Los más comunes son “Elohim” y sus derivados,
“Yahweh” y sus abreviaciones; “Adonay”, cada uno con su significado que
pronto vamos a considerar. Además, hay combinaciones donde uno de
estos nombres se encuentra junto con otros. En hebreo los nombres
tienen cada uno su significado e indican características definidas.
Los nombres básicos de Dios son: heb. ‘Kl [plural ‘Elôhîm], “Dios”; ‘Elyôn
[aram. ‘Illâyâ] “Altísimo”; ‘Elôah [aram. ‘Elâh], el singular de ‘E’lôhîm cuando
éste hace de singular (tiene el mismo significado que ‘Kl ); YHWH, “Yahwe
h”; gr. Theós. Es interesante comprobar ciertas combinaciones en los
versículos bíblicos. Por ejemplo: “Yo soy el Señor [YHWH] tu Dios [‘Elôhîm]
Dios [‘Kl ] celoso” (Dt. 5:9); “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote
del Dios Altísimo [‘Kl ‘Elyôn]” (Gn. 14:18); “Y plantó Abrahán . . . e invocó allí
el nombre de Jehová Dios Eterno [YHWH ‘Kl ‘Ôlâm]” (21:33); “Y erigió allí
un altar, y lo llamó El-Elohe-lsrael [‘Kl-’Elôhê-YîÑrâ-’êl]” (33:20); entre otros.
“Elohim”
El primer nombre que encontramos abriendo la Sagrada Escritura en
idioma hebreo es “Elohim” y es el término general traducido por “Dios”; en
Génesis capítulo 1 el nombre “Elohim” se encuentra 32 veces. En todo el
Pentateuco recurre 975 y en el Antiguo Testamento 2.312 veces. “Elohim”
deriva de “El” que significa “fuerza”, “poder”, “omnipotencia”, llamando
así la atención a la gran obra de creación de Dios. Además, este nombre
indica “fidelidad”, queriendo así recordar que Dios es constantemente fiel
a sus promesas y a su pacto (Génesis 12:1-3; 28:12-15; 46:1-6; 48:21; 50:24).
Formas abreviadas de “Elohim” son “Eloah”,”El” y “Elahh”, que tienen todo el
mismo sentido de “Elohim”. “Elahh” es la forma aramea y se encuentra en
Esdras y en Daniel.
“Adonai”
El nombre “Adonai” es también muy antiguo y se encuentra tanto en
Génesis (15:2, 8; 18:3, 27, 30), Éxodo (23:17; 34:23) y en otros libros. En el
Pentateuco aparece 17 veces y en todo el Antiguo Testamento 439 veces.
Significa “mi Señor” y se usa con el sentido de “Soberano”, “Señor”, “Dueño”,
queriendo indicar que todo pertenece a él, siendo el verdadero Creador.
Este es el nombre que desde siglos los hebreos utilizan para sustituir el
nombre YHWH, cada vez que lo encuentran en la lectura de la Biblia.
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“Yahweh”
El nombre que en la Sagrada Escritura hebrea encontramos después de
Elohim es “Yahweh”. Esto es el caso en el segundo capítulo de Génesis,
donde se encuentra casi siempre junto y antes de Elohim. En este capítulo
varias veces leemos la combinación “Jehová Dios”, en hebreo “YHWH
Elohim” (ver Génesis 2:4,5,8,9,15,16,18,19,21,22). El verdadero significado
del nombre “Yahweh” se encuentra en Éxodo 3:14, donde Dios se define:
“YO SOY”, “YO SOY EL QUE SOY”, siendo la idea fundamental la de auto
existencia, y autosuficiencia. Dios es completamente distinto de otros
seres, porque él es la causa eficiente de todos seres humanos o angélicos.
Según ciertas informaciones, en todo el Antiguo Testamento, “YHWH”,
que es la forma del hebreo antiguo, recurre 6.499 veces, siendo así el más
frecuente.
Jehová: heb. YHWH, “Yahweh”, “el que existe en sí mismo”, “yo soy”.
Transliteración conjetural del sagrado nombre de Dios por el cual Israel
debía llamarlo, según instrucción divina, para distinguirlo de todos los
falsos dioses (Ex. 3:13-15). En hebreo consonántico el nombre se escribía
YHWH, el que, de acuerdo con LVTL, aparece 6.823 veces en el AT. Estas
4 letras reciben el nombre de Tetragrámaton. Aunque no hay evidencias
documentales contundentes para confirmar la vocalización Yahweh
(generalmente españolizado Jehová), por lo general los eruditos están de
acuerdo en que esa era la pronunciación original.
Por causa de lo sagrado que consideraban el nombre Yahweh, y el temor
de profanarlo y así transgredir el 2º mandamiento del Decálogo, los judíos
poco a poco dejaron de pronunciar el nombre. Este proceso ocurrió
durante el período intertestamentario, aunque no se puede precisar la
fecha exacta. Los autores de los libros bíblicos postexílicos (como Esdras-
Nehemías y Malaquías) no vacilaron en usar la palabra Yahweh en la misma
forma en que lo hicieron los autores preexílicos. En el s III a.C., cuando los
primeros libros de la Biblia fueron traducidos al griego, el nombre Yahweh
se escribió en caracteres hebreos en los manuscritos griegos, como lo
demuestran el papiro Fuad 266 de Dt (ss I o II a.C.) y un fragmento de
los Profetas Menores (comienzos del s I d.C.) encontrados en una cueva
del Nahal Hever. Sin embargo, en manuscritos posteriores de la LXX
(Septuaginta o Biblia de los 70) el nombre de Dios aparece regularmente
traducido como Kúrios, “Señor”. Esto indica que en los primeros siglos de
la era cristiana se había establecido firmemente el siguiente hábito: leer
‘Adónây, “Señor”, cada vez que aparecía el término Yahweh en la lectura
de un pasaje bíblico en hebreo, y Kúrios, “Señor”, cuando el texto hebreo
era traducido al griego. Que esta costumbre estaba bien establecida
en la nación judía del s I d.C. lo demuestra el hecho de que Cristo y los
apóstoles usaron la palabra Señor en forma regular cuando los escritores
del Antiguo Testamento hubieran usado el nombre Yahweh. En realidad,
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el término Señor había reemplazado tan completamente al de Yahweh,
que Yahweh o Jehová no aparece en ningún pasaje del Nuevo Testamento.
Cuando los masoretas comenzaron a agregar las vocales a los manuscritos
hebreos consonánticos (ss VII u VIII d.C.), añadieron las vocales de la
palabra ‘Adônây a las consonantes YHWH. Hasta hoy se ha seguido esta
costumbre en todas las Biblias hebreas, aun las impresas por no judíos.
Los judíos siempre sustituyen ‘Adónáy en lugar de Yahweh cada vez que
lo encuentran en la Biblia. Al no conocer esta costumbre judía, algunos
traductores de las Escrituras a los idiomas modernos a partir del s XII d.C.
tradujeron YHWH con las vocales que tenía ‘Adônây (dando “Jehová”, y lo
pronunciaron de ese modo; Ex. 6:3; Sal. 83:18; Is. 12:2; etc.).
Generalmente se cree que YHWH es una forma del verbo hâyah, “ser”, en
cuyo caso significaría“el Eterno [el que vive eternamente]”,“el que existe por
sí mismo”, “el autosuficiente”. El atributo divino particularmente destacado
por este título es el de la auto existencia y la fidelidad, apuntando al Señor
como el Dios viviente, la fuente de la vida, en contraste con los dioses
de los paganos que no tenían existencia fuera de la imaginación de sus
adoradores (ls. 41:23-29; 44:6-20).
Los patriarcas no conocieron el nombre “Yahweh”
Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, más en
mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. Éxodo 6:3.
Esto significa que todos los antepasados y patriarcas como Adán, Abel,
Enoc, Matusalén, Noé, Set, Abraham, Isaac, Jacob, José y todos los otros
hombres de Dios que vivieron durante estos siglos y siglos de historia, no
conocieron ni utilizaron el nombre “Yahweh”. Dios se reveló a los patriarcas
bajo el nombre de “Dios Omnipotente”, en hebreo “El Shaddai”, y no bajo
el nombre “Yahweh”. Pensemos un poco, que no se trató de un año o dos,
fueron por lo menos 2.500 o 2.560 años de historia, la mayoría del tiempo
del Antiguo Testamento, y Dios no se reveló a ellos bajo este nombre y
ellos por lo tanto no lo conocieron ni lo utilizaron.
El nombre “YHWH” no es pronunciado por los judíos
Desde siglos entre los hebreos se ha desarrollado la costumbre de
no pronunciar el nombre “YHWH” cuando se encuentra en la Sagrada
Escritura, porque es considerado demasiado santo para ser pronunciado
por labios humanos. En lugar de leer Éxodos 3:15 así como dice realmente:
“Este es mi nombre para siempre”, ellos equivocándose lo interpretaron
como si fuera escrito: “Este es mi nombre para que sea escondido”. Así
un rabino, Abba Sa’ul, alrededor del 150 d. C. llegó a afirmar que quien
pronuncia el tetragrama no tendrá parte en el mundo futuro y eso quedo
así. Hasta en nuestros días el hebraísmo refiere que lo podían pronunciar
los sacerdotes en el templo cuando pedían el perdón de los pecados de
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los penitentes y el sumo sacerdote cuando entraba en el lugar santísimo
en el día de expiación. Pero como desde el año 70 d. C. el templo quedó
destruido, desde ese tiempo no es pronunciado ni siquiera durante los
ritos hebraicos. Todavía esto no quiere decir que la prohibición inició en
esta época. Hay quienes afirman que ella empezó ya en el tercer o hasta
en el sexto siglo antes de Jesús. Esto significa que por más de veinte siglos
ellos no han pronunciado este nombre.
La pronunciación del nombre YHWH quedo perdida
¿Cómo hacían entonces los judíos cuando en la lectura de la Biblia
encontraban el nombre “YHWH”? Por temor de profanar este nombre, que
consideran el más sagrado, cada vez que encontraban lo reemplazaban
con el nombre “Adonai” o con otro término. Fue así que después de siglos
sin pronunciar el tetragrama, la pronunciación se perdió y hasta hoy ni
siquiera ellos conocen con seguridad cuál es la verdadera pronunciación;
los judíos mismos dicen que nadie sabe cómo se tiene que pronunciar.
Entre los siglos VI y X de nuestra era vino la época de los masoretas,
escribas y eruditos judíos que en el Texto Consonántico insertaron las
vocales formadas de un sistema de puntos y líneas y así se llegó al Texto
Vocalizado o Texto Masorético del Antiguo Testamento. ¿Qué vocales
pusieron al tetragrama si nadie sabía cómo pronunciarlo? Por lo general en
la lectura sustituían “Adonai” a “YHWH” así ellos tomaron vocales de Adonai
y las insertaron en “YHWH”. Fue así que se formó el nombre “Yehowa” o
“Jehová” como lo revelan las primeras ediciones del Texto Masorético de
los siglos IX y X de nuestra era. La preciosa edición de la Sagrada Escritura
traducida por Reina-Valera, sigue exactamente este texto. Todavía, más
tarde, eruditos cristianos llegaron a la conclusión que la vocalización echa
por los masoretas no era exacta y según sus búsquedas y reconstrucciones
tendría que ser “Yahweh”. Desde entonces hasta en nuestros días “Yahweh”
es la forma más utilizada, si bien no aceptada por todos, para representar
el tetragrama vocalizado. Los judíos afirman que ni siquiera así es seguro
de tener la vocalización exacta del tetragrama y continúan afirmando que
esa queda perdida.
Significado del nombre de JESÚS en hebreo y griego
Del griego I’sóus, “Salvador” y del heb. Yêshûa, “¡Yahweh, salva!”, forma
tardía de Yehôshûa, Josué.
Esta es una palabra compuesta por “Yeh” y “oshua’” y debemos tener
presente que “Yeh” o “Yah” son abreviaciones de “Yahveh”. Así es evidente
que en el nombre hebreo “Yehoshua’” está incluido el abreviado “Yeh” y
la palabra “oshua’”. Considerando en el hebreo el significado del nombre
de Jesús entonces es “Yahveh salva” o “Yahveh es salvación”. Que en
nuestros idiomas el nombre “Jesús” tenga o no tenga significado, no es lo
importante, importante es su significado original y esto lo encontramos
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también en el Evangelio. En el mismo versículo donde el ángel comunica
a José el nombre que el niño tendrá que recibir, le explica también el
significado: “... y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados.” ¿Por qué se le tenía que poner el nombre “Yehoshua’”,
“Yahveh salva”? Porque él iba a salvar al pueblo de sus pecados. Así que
por boca del ángel y del evangelio está confirmado cual es el verdadero
significado del nombre de Jesús.

CONSTITUCION DE LA DEIDAD
EVIDENCIAS DE LA PLURALIDAD DE
DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Deuteronomio 6:4
Es interesante saber que el texto arriba citado presenta a Jehová de forma
plural. ¿Curioso no? La palabra que se traduce como “uno es” es la palabra
hebrea ekjád (‫ )דַחֶא‬que significa propiamente “unido” o “unidad”.
Fuente: Diccionario Strong en español.
Esta misma palabra es la que se usa en Génesis 2:24 para decir que el
hombre y la mujer al unirse en matrimonio serían “una sola carne”. Esto
no quiere decir que el hombre y la mujer habrían de fundirse y formar un
solo cuerpo, sino que serían una sola cosa en amor y simpatía; con esto se
evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación.
Asimismo, se presenta en Génesis 11:6 para indicar que el pueblo estaba
unido en un mismo propósito al construir la torre de Babel. “el pueblo es
uno”.
También se utiliza en Génesis 41:25, 26 donde José le menciona a Faraón
que el sueño de las vacas y las espigas son un mismo sueño; es decir que
ambos son uno. Pero, ¿Era uno o dos los sueños que tuvo Faraón? En
realidad, fueron dos, sin embargo, ambos tenían el mismo significado o
el mismo propósito.
Esta misma intimidad se presenta en el texto de Deuteronomio 6:4 entre
los miembros de la Deidad; uno solo en naturaleza, en carácter y en
propósitos.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en
las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Génesis 1:26
El plural “hagamos” fue considerado casi unánimemente por los teólogos
de la iglesia primitiva como que indica a las tres personas de la Deidad. La
palabra “hagamos” requiere, por lo menos, la presencia de dos personas
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que celebran un consejo. Las declaraciones de que el hombre había de
ser hecho a “nuestra” imagen y fue hecho “a imagen de Dios”, llevan a la
conclusión de que los que celebraron consejo deben ser personas de
la misma Deidad. Esta verdad, implícita en varios pasajes del Antiguo
Testamento, tales como el que hemos tratado aquí y Gén. 3:22; 11:7;
Dan. 7:9, 10, 13, 14; etc., está plena y claramente revelada en el Nuevo
Testamento, donde se nos dice en términos inconfundibles que Cristo, la
segunda persona de la Deidad -llamada Dios por el Padre mismo (Heb.
1:8)- estuvo asociada con su Padre en la obra de la creación. Textos como
Juan 1:1-3, 14; 1 Cor. 8:6; Col. 1:16, 17; Heb. 1:2 no sólo nos enseñan que
Dios el Padre creó todas las cosas por medio de su Hijo sino que toda vida
es preservada por Cristo.
Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno
entienda el habla de su compañero. Génesis 11:7.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los
ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Isaías 6:3
Notemos que en el saludo que se hace a JEHOVÄ se menciona TRES veces
la palabra SANTO. Analizando esto, surgen varias preguntas: el saludo que
se le hace a JEHOVA ¿Es cosa casual? ¿Es una coincidencia? ¿O es porque
se dirige a TRES PERSONAS?
Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así
bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Números 6:22 -26
Acá encontramos la forma como se debe bendecir al pueblo, notemos
que se menciona TRES veces a JEHOVÁ:
a) JEHOVÁ te bendiga y te guarde.
b) JEHOVÁ haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia.
c) JEHOVÁ alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Ahora bien, después de haber leído esto, preguntamos: ¿Es una o tres
bendiciones? ¿Es otra coincidencia? ¿O la bendición es dada por JEHOVÁ
DIOS, expresando cada una de las TRES PERSONAS DE LA DEIDAD su parte
o porción en la bendición?
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego
de parte de Jehová desde los cielos; Génesis 19:24
Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que
ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del
incendio? Zacarías 3:2.
Note que dice que JEHOVÁ ejecutó sentencia de parte de JEHOVÁ.
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Aunque en el Antiguo Testamento no se hace distinción entre uno
y otro personaje de la Deidad el uso del pluralismo nos deja claro que
Dios o Jehová se componen de varios y en concordancia con el Nuevo
Testamento son tres.

EVIDENCIAS DE LA PLURALIDAD DE
DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19
Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz…un Dios
y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada
uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Efesios 4:3, 6,7.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos
le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia. Mateo 3:16,17.
Es evidente y estamos absolutamente de acuerdo en que la palabra
trinidad no se haya en las Sagradas Escrituras, sin embargo, no podemos
negar que la Deidad está compuesta de tres personas: Padre, Hijo y
Espíritu Santo, como ya lo hemos declarado con los textos anteriores.

EVIDENCIAS DE QUE JESÚS ES DIOS


ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS
¿Qué consejo da Jesús a sus seguidores?
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas
tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Juan 5:39.
Escudriñar significa comparar texto con texto y cosas espirituales con
cosas espirituales. No debiéramos satisfacernos con un conocimiento
superficial. El espíritu de Dios descansará sobre el diligente
escudriñador de la verdad. El que desee la verdad en su corazón, que
anhele la obra de su poder en la vida y el carácter, ciertamente la
tendrá. Review and Herald, 4-6-1889.
En vista de que el Nuevo Testamento no se había escrito aún ¿Cuáles
escrituras dice Jesús que dan testimonio de él?
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros:
que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley
de Moisés, en los profetas y en los salmos. Lucas 24:44
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Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Lucas 24:27.
¿Haciendo referencia a qué parte de la Biblia menciona Felipe a su amigo
Natanael que hablaba acerca de Jesús?
Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió
Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Juan 1:45
Es interesante mencionar que los cinco primeros libros de las Sagradas
Escrituras (Génesis, Éxodo, Levítico, Número, Deuteronomio) incluyendo
el libro de Job fueron escritos por Moisés. Y los profetas son todos
aquellos contados desde Esdras pasando por Isaías hasta Malaquías y
evidentemente los Libros de los Salmos son aquellos escritos en parte
por el rey David y otros personajes a estos se refiere Jesús como que
dan testimonio de él. En otras palabras, en este conjunto de libros la
palabra para referirse al Salvador es Jehová ya que según él son profecías
que debían cumplirse; como, por ejemplo: (profecía) Salmos 23:1,
(cumplimiento) Juan 10:11.
En las enseñanzas que dio cuando estuvo personalmente aquí
entre los hombres, Jesús dirigió los pensamientos del pueblo hacia
el Antiguo Testamento. Dijo a los judíos: “Escudriñad las Escrituras,
porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas
son las que dan testimonio de mí.” Juan 5:39. En aquel entonces los
libros del Antiguo Testamento eran la única parte de la Biblia que
existía. Otra vez el Hijo de Dios declaró: “A Moisés y a los profetas
tienen: óiganlos.” Y agregó: “Si no oyen a Moisés y a los profetas,
tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.” Lucas
16:29, 31. Patriarcas y Profetas, 383.

PREEXISTENCIA DE CRISTO
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron
del oriente a Jerusalén unos magos, Mateo 2:1.
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve
contigo antes que el mundo fuese. Juan 17:5
Aunque la Palabra de Dios se refiere a la humanidad de Cristo mientras
estaba en esta tierra, también habla decididamente acerca de su
preexistencia. La Palabra existía como un ser divino, el eterno Hijo de
Dios, en unión e igualdad con su Padre. Él era el mediador del pacto desde
la eternidad, Aquel en quien, si lo aceptaban, serían benditas todas las
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naciones de la tierra: tanto judíos como gentiles.
Al hablar de su preexistencia, Cristo transporta la mente al pasado de
las edades sin fin. Nos ofrece la certeza de que nunca hubo un tiempo
cuando él no estuviera en compañerismo eterno con Dios. Aquel cuya voz
escuchaban los judíos entonces, había estado con Dios como alguien que
siempre lo hubiera acompañado.

DIOS CON NOSOTROS


¿De quién predice Isaías que nacería de una virgen?
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá,
y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Isaías 7:14
¿Según el libro de Mateo qué significado tiene el nombre Emanuel y
a quien se le aplica?
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre
Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Mateo 1:23
¿Qué dice el libro de Colosenses acerca de la igualdad de Cristo con
Dios Padre?
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.
Colosenses 2:9
Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era
“la imagen de Dios”, la imagen de su grandeza y majestad, “el resplandor
de su gloria”. Vino a nuestro mundo para manifestar esa gloria. Vino a esta
tierra oscurecida por el pecado para revelar la luz del amor de Dios, para
ser “Dios con nosotros”...
Este gran propósito había sido anunciado por medio de figuras y símbolos.
La zarza ardiente, en la cual Cristo apareció a Moisés, revelaba a Dios... El
Dios que es todo misericordia velaba su gloria en una figura muy humilde,
a fin de que Moisés pudiese mirarla y sobrevivir. Así también en la columna
de nube de día y la columna de fuego de noche, Dios se comunicaba con
Israel, les revelaba su voluntad a los hombres, y les impartía su gracia. La
gloria de Dios estaba suavizada, y velada su majestad, a fin de que la débil
visión de los hombres finitos pudiese contemplarla. Así Cristo había de
venir en “el cuerpo de la humillación nuestra” (Fil. 3: 21), “hecho semejante
a los hombres”... Su gloria estaba velada, su grandeza y majestad ocultas, a
fin de que pudiese acercarse a los hombres entristecidos y tentados.

EL CREADOR
¿Quién dice el Libro de Génesis que creó todo?
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En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1
¿Según Isaías quién creó todas las cosas?
Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la
tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese
habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. Isaías 45:18
¿Quién dice el Evangelio de Juan que creó todo?
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin
él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3.
¿A quién menciona la carta de Colosenses como el Creador de todas
las cosas?
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Él es la
imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él
fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes
de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Colosenses 1:14-17
La íntima relación de Cristo con el Padre en la obra de la creación se
presenta vez tras vez en el Nuevo Testamento (Rom. 11:36; 1 Cor. 8:6; Col.
1:16-17; Heb. 1:1-2; Apoc. 3:14). Juan al igual que Pablo presenta a Cristo
como el Creador de todas las cosas. En la eternidad pasada, el Verbo (Cristo
Jn. 1:14) no fue una entidad pasiva e inactiva, sino que estuvo activa e
íntimamente relacionado con el Padre en el desarrollo y en el manejo de
“todas las cosas”.

COMENTARIOS ADICIONALES DE JUAN 1:1


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era
en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3.
En el principio. (ἐν ἀρχή) En la frase griega falta el artículo definido
(por eso se le coloca la palabra “el”), y, sin embargo, su significado es
inconfundible. Si en griego llevara aquí el artículo definido, tendería a
indicar algún momento particular de tiempo o “principio”. Sin el artículo
definido y dentro del contexto de los vers. 1-3, la frase denota el tiempo
más remoto que se pueda concebir, antes de la creación de “todas las
cosas” (vers. 3), antes de todo y de cualquier otro “principio”. Es decir, la
eternidad pasada.
Era. Griego. ‘n, una forma del verbo eimí, “ser”, que expresa continuidad
de existencia, o “siendo”. El Verbo era por toda la eternidad. Nunca llegó
15
a ser tal. Pero en el tiempo, el Verbo “fue hecho [literalmente, ‘llegó a ser’,
Gr. egéneto, una forma de gínomai, ‘llegar a ser’ que expresa una acción
iniciada y completada en un momento dado] carne” (vers. 14). De modo
que Cristo siempre ha sido Dios (Juan 1: 1; Heb. 1: 8); pero, por contraste,
llegó a ser hombre (Juan 1-14; cf. Fil. 2: 7). Tanto con el significado de
las palabras como con la forma de ellas, Juan hace resaltar la continua,
atemporal e ilimitada existencia de Cristo antes de su encarnación. En
la eternidad pasada no había un punto de referencia antes del cual se
pudiera haber dicho que no existía el Verbo. El Hijo existía “con el Padre,
desde toda la eternidad” (Hechos de los Apóstoles pág, 32). “Nunca hubo
un tiempo cuando él no haya estado en estrecha relación con el Dios eterno”
(Evangelismo pág. 446). Comparar con Ap. 22: 13 donde Jesús se proclama
a sí mismo “el principio y el fin”. Él es “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Heb. 13:8).
La palabra gínomai, empleada en el vers. 14, aparece también en el vers.
3 al referirse a la creación de todas las cosas (literalmente, “todas las
cosas por él llegaron a ser “). Jesús declaró: “antes que Abraham fuese [Gr.
gínomai, literalmente ‘llegara a ser’ o ‘viniera a ser’], yo soy [Gr. eimí]” (cap.
8:58). El mismo contraste aparece en la LXX, en el Sal. 90:2: “ “Antes que
las montañas llegaran a ser [Gr. gínomai ], desde el siglo y hasta el siglo tú
eres [Gr. eimí ] Dios”.
Con Dios. Gr. pros ton theón. La palabra pros denota relación íntima y
compañerismo. Si Juan sencillamente hubiera querido decir que en el
principio el Verbo estaba en las proximidades de Dios, podría haberse
esperado que empleara la palabra pará, “al lado”, o el vocablo metá, “con”.
Pero Juan se proponía expresar más de lo que cualquiera de esas palabras
podía significar cuando escribió “ “abogado tenemos para con [Gr. pros]
el Padre” “ (1 Juan 2:1); no en el sentido de que Jesús sencillamente está
en la presencia del Padre, sino que está estrechamente relacionado con el
Padre en la obra de la salvación. Pros se usa en el mismo sentido en Heb.
4:13: “ “a quien tenemos que dar cuenta” “. Es decir, “con quien tenemos
que vérnoslas”. La palabra aquí implica estrecha relación personal en una
empresa de interés mutuo e incumbencia de ambos... Juan 17:5.
El hecho de que el Verbo era “con Dios”, es decir con el Padre, enfáticamente
declara que él era un ser completamente distinto del Padre. Como lo aclara
el contexto, el Verbo estaba relacionado con Dios en un sentido único
y exclusivo. El Verbo era “con Dios” en la eternidad pasada, pero se hizo
“carne” a fin de estar con “nosotros”. Él era Emanuel, “Dios con nosotros”.
Es imposible comprender la importancia de la encarnación a menos que
se la proyecte en el telón de fondo de la existencia eterna de Cristo como
Dios y como íntimamente unido a Dios.
El Verbo era Dios. En griego, la ausencia del artículo definido delante
de la palabra “Dios” hace que sea imposible traducir esta declaración
16
como “Dios era el Verbo”. Traducirla así sería igualar a Dios con el Verbo,
limitando así la Deidad exclusivamente al Verbo. Los dos términos “Verbo”
y “Dios” no son enteramente intercambiables. Sería tan erróneo decir que
“Dios era el Verbo” como decir que “el amor es Dios” (1 Juan 4:16) o que
“la carne fue hecha el Verbo” (Juan 1:14). Aunque aquí, en el vers. 1, a la
palabra “Dios” le falta el artículo definido (lo cual en griego suele indicar
que debe añadirse el artículo indefinido), sin embargo, tiene un sentido
definido. La declaración no se puede traducir “el Verbo era un Dios”,
como si el Verbo fuera un Dios entre muchos otros dioses. En griego, la
ausencia del artículo con frecuencia hace resaltar una cualidad expresada
por una palabra o inherente a ella. Por lo tanto, Juan quiere decir que el
Verbo participaba de la esencia de la Deidad, que era divino en el sentido
máximo y absoluto. De esa manera, en una breve declaración, Juan niega
que el Verbo fuera un Dios, uno entre muchos, o el Dios, como si él solo
fuera Dios.
En el prólogo (vers. 1-18) Juan declara el propósito que lo guiaba al
escribir el Evangelio: a saber, presentar al hombre Jesús como a Dios
encarnado (1 Juan 1:1). Narrando un acontecimiento y después otro, y
registrando discurso tras discurso, Juan va fielmente en pos de ese fin. En
su conclusión, observa que su propósito al escribir era guiar a otros para
que creyeran “ “que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo”“
pudieran tener “vida en su nombre” (Juan 20:30-31). En la introducción de
su primera epístola, otra vez Juan se refiere a su experiencia personal con
“el Verbo” (1 Juan 1:1-3). Así también, las palabras iniciales del Apocalipsis
declaran que éste es “la revelación de Jesucristo”

LA GRAMÁTICA DE JUAN 1:1


En este pasaje la Traducción del Nuevo Mundo (de los Testigos de Jehová)
coloca la palabra Dios con minúscula cuando se refiere a Cristo (distinción
que no hace el texto griego) y segundo agrega “un” antes de Dios (el cual
no aparece tampoco en el texto griego).
Como no es difícil comprobar que este “un” no está presente en la
traducción del griego y es sencillamente un “agregado” los Testigos
de Jehová han justificado el error de traducción aplicando una “regla
gramatical”. Afirman que como en griego no existe palabra para indicar
la idea de “uno”, y, por lo tanto, cuando una palabra no lleva el artículo
determinado (jo, je, to, en griego; el, la, lo, en castellano) debe colocarse
delante la palabra “un, una”. Esta afirmación es falsa, primero porque en
griego sí hay palabras para expresar la idea de “uno, una” sin que tenga
que suplirlas el traductor. Una de ellas es “eis”, “mia”, en (uno, una, uno),
que Juan utiliza repetidas veces. (Juan1:40; 6:8, 70,71; 7:21,50; 9:25;
10:16.30; 11:49-50,52; 12:2.4; 13:21.23; 17:11, 21, 22,23; 18:14, 22, 26,39;
19:34.) La otra es “tis”, “ti” (uno a-oóalguno-a-o), que también es utilizada
17
repetidas veces en el Nuevo Testamento. Si Juan hubiera deseado decir
que la Palabra (Cristo) era un dios, hubiera recurrido con toda seguridad
al empleo de “eis” o de “tis”.
Lo más contradictorio es que la traducción de esta Biblia no sigue la “regla”
como puede verse en Juan 1:6, se nos dice allí que un hombre (Juan el
Bautista) fue enviado por Dios, y esta palabra va sin artículo determinado;
no obstante, los Testigos de Jehová no han traducido “representante de
un dios”, sino “representante de Dios”. En el versículo 12 se nos habla de
cómo llegar a ser hijos de Dios. Ahora bien, la palabra Dios va sin artículo
determinado; pero ellos no traducen “hijos de un dios”, sino “hijos de Dios”.
En el versículo 13, una vez más, la palabra “Dios” va desprovista de artículo
determinado; pero ellos no traducen “voluntad de un dios”, sino “de Dios”.
Hay muchos otros ejemplos, pero éstos son suficientes para mostrar que
la “regla” citada no es aplicada por ellos mismos.
Entre la gramática Griega y la Castellana existen algunas similitudes y que
no las podemos pasar por alto al momento de hacer una traducción. Una
regla nos dice que los nombres usados sin artículos definidos se traducen
al castellano sin artículo o con el artículo indeterminado, por ejemplo:
(λόγος) «palabra» o «una palabra», según lo requiera la traducción. Sin
embargo, también hay otra regla que rige la oración tanto en griego
como en la lengua Castellana que es el uso del predicado nominal y que
nos expone lo siguiente.
Definición de Predicado: es la palabra o conjunto de palabras de una
oración que indica lo que hace o lo que se dice del sujeto. Ej.: Manolo baila
rumbas. (Manolo es el sujeto y baila rumba es el predicado. El predicado
puede ser: Predicado Verbal: cualquier verbo (menos “ser estar o parecer”)
Ej: Los muebles ardieron rápidamente
Predicado Nominal: Lleva “ser, estar o parecer”. Ej: María está sola en casa.
“Ser, estar y parecer” son verbos COPULATIVOS porque como están vacíos
de significados, hacen de unión o enlace entre el sujeto y el atributo, que es
la palabra que completa su significado. La palabra realmente importante
del predicado nominal es el atributo, por eso, el verbo copulativo deja de
ser el NÚCLEO DEL PREDICADO y cede esa función al atributo. El verbo
pasa a ser la CÓPULA o enlace. Está formado por los verbos “ser, estar o
parecer” seguido de un complemento llamado ATRIBUTO.
En la gramática de Juan 1:1 (el Verbo era Dios λόγος ἦν θεός) bien
pudiéramos aplicar la regla que nos indica que en vista de que carece de
articulo definido hay que agregarle el articulo indeterminado (el Verbo
era un Dios) sin embargo conforme a la otra regla nos indica que esta
oración corresponde a un predicado nominal porque está usando el
verbo copulativo “era” que según el Griego es el tiempo imperfecto del
verbo auxiliar (εἰμί) “ser, estar, haber” por tal motivo se debe traducir
18
de la misma manera que aparece en el original y ésta debe quedar así
(el Verbo era Dios λόγος ἦν θεός) Traducción tal que concuerda con lo
que Juan justo está enfocando, a saber presentar a Jesús como el Dios
encarnado según ya lo confirma en el verso 14.

JUAN 1:1 EN GRIEGO Y ESPAÑOL.


Gr ἐν ἀρχή ἦν ὁ, ἡ, τό λόγος καί ὁ, ἡ, τό
En archē ēn ho hē to logos kai ho hē to
En ar-khay’ ane ho, hay, to log’-os kahee ho, hay, to
Es En el principio era el verbo y el

Gr λόγος ἦν πρός ὁ, ἡ, τό θεός καί ὁ, ἡ, τό
logos ēn pros ho hē to theos kai ho hē to
log’-os ane pros ho, hay, to theh’-os kahee ho, hay, to
Es verbo era con Dios y el

Gr λόγος ἦν θεός


logos ēn theos
log’-os ane theh’-os
Es verbo era Dios

19
COLOSENSES 1:16 EN GRIEGO Y ESPAÑOL
Gr. ὅτι ἐν αὐτός κτίζω ὁ, ἡ, τό πᾶς
hoti en autos ktizō ho hē to pas
hot’-ee en ow-tos’ ktid’-zo ho, hay, to pas
Es Porque en él fueron creadas todas

Gr. ὁ, ἡ, τό ἐν ὁ, ἡ, τό οὐρανός καί
ho hē to en ho hē to ouranos kai
ho, hay, to en ho, hay, to oo-ran-os’ kahee
Es las cosas, las que hay en los cielos y

Gr. ὁ, ἡ, τό ἐπί ὁ, ἡ, τό γῆ ὁ, ἡ, τό ὁρατός
ho hē to epi ho hē to gē ho hē to horatos
ho, hay, to ep-ee’ ho, hay, to ghay ho, hay, to hor-at-os’
Es las que hay en la tierra visibles

Gr. καί ὁ, ἡ, τό ἀόρατος εἴτε θρόνος εἴτε


kai ho hē to aoratos eite thronos eite
kahee ho, hay, to ah-or’-at-os i’-teh thron’-os i’-teh
Es e invisibles sean tronos sean

Gr. κυριότης εἴτε ἀρχή εἴτε ἐξουσία


kuriotēs eite archē eite exousia
koo-ree-ot’-ace i’-teh ar-khay’ i’-teh ex-oo-see’-ah
Es dominios sean principados sean potestades

Gr. ὁ, ἡ, τό πᾶς διά αὐτός καί εἰς


ho hē to pas dia autos kai eis
ho, hay, to pas dee-ah’ ow-tos’ kahee ice
Es todo fue creado por medio de él y para

Gr. αὐτός κτίζω


autos ktizō
ow-tos’ ktid’-zo
Es él

20
Pablo luego de hablar acerca de la obra salvífica que ha hecho Cristo
en favor del hombre; lo menciona teniendo la misma cualidad divina
del Padre y agrega que por él (Cristo) fueron hechas todas las cosas que
existen. No dice que Jesús haya creado una parte de lo existente como
los que niegan su divinidad pretenden expresar agregándole inclusive
a sus traducciones bíblicas la palabra “otras” torciendo de esta manera
el sentido de la Escritura para apoyar su doctrina. Por esta razón en este
apartado usted podrá ver el texto de Col. 1:16 en su idioma original y
su traducción al castellano de forma correcta. Usted también puede
comprobar esto en cualquier interlineal del Nuevo Testamento.

EL REDENTOR
¿Sobre quién se refería Isaías al mencionarlo como Redentor?
Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová,
que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por
mí mismo; Isaías 44:24.
Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo
soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. Isaías 44:6
¿Quién aparece en el Nuevo Testamento como Redentor de la
humanidad?
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
Gálatas 3:13
El término “redimir” se usa en el sentido de: 1. Rescatar o comprar de
nuevo propiedades o esclavos. 2. Liberar de cautividad física. 3. Redimir
del pecado y la esclavitud espiritual. Un dueño hebreo de tierras, forzado
a venderlas (en realidad, alquilarlas) por razones financieras, podía
redimir sus tierras en cualquier momento (Lv. 25:25). Bajo circunstancias
especiales, los productos que normalmente serían considerados diezmo,
podían rescatarse, es decir, comprarse para uso personal (27:31). Booz
estaba dispuesto a redimir la propiedad que había pertenecido al esposo
de Noemí (Rt. 4:1-10). Dios redimió a Israel de la esclavitud egipcia (Ex. 6:6;
2 S. 7:23; 1 Cr. 17:21; etc.) y prometió redimirlos del cautiverio babilónico
(Mi. 4:10). Dios redime a su pueblo del pecado (Sal. 130:8; Tit. 2:14) y de la
maldición (Gá. 3:13), y los redimirá de la tumba (Os. 13:14; cf 1 Co. 15:51-54;
1 Ts. 4:16, 17; etc.). Nuestra redención es posible por medio del sacrificio de
Cristo (Gá. 3:13; 4:4, 5; 1 P. 1:18, 19; Ap. 5:9; etc.). Queda claro entonces que
el Jehová que redime del Antiguo Testamento es Cristo mismo, porque la
Palabra de Dios no se contradice.

21
EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO
¿En el Antiguo Testamento quién es el Primero y el Último?
¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el
principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Isaías 41:4
¿El Apocalipsis es la revelación de quién?
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de
su ángel a su siervo Juan. Apocalipsis 1:1
¿A quién menciona Apocalipsis como el Primero y el Último?
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí,
diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último Apocalipsis 1:17
Juan, exilado en la isla de Patmos… oye que una voz dice: “Yo soy
el Alfa y la Omega” (vers. 11). Cae como muerto de asombro al
escucharla. Es incapaz de soportar la visión de la gloria divina. Pero
una mano levanta a Juan y oye una voz que le recuerda la de su
Maestro. Se fortalece y puede hablar con el Señor Jesús. En el plan de
la redención, Cristo es el Alfa y la Omega, el Primero y el Último. PP
383.

EL PASTOR
¿Según el Antiguo Testamento quien es el Pastor?
Jehová es mi Pastor. Nada me faltará. Salmos 23:1
Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar
mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día
que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y
las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado
y de la oscuridad. Ezequiel 34:11,12
¿Qué dijo Jesús acerca de si mismo?
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11.
En la parábola del pastor, Jesús coloca su propia interpretación sobre
su trabajo y misión y se representa a sí mismo como el Buen Pastor,
que alimenta y cuida a sus ovejas. Cristo se presentó como el único
que poseía las cualidades propias de un buen pastor. Se lo llama el
“Príncipe de los pastores”. - Signs of the Times, 4 de diciembre, 1893

22
REY, JUEZ Y LEGISLADOR
¿Quién es el Juez, Rey y Legislador según Isaías?
Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová
es nuestro Rey; él mismo nos salvará. Isaías 33:22
¿Cómo llama a Jesús el libro de Apocalipsis?
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES
Y SEÑOR DE SEÑORES. Apocalipsis 19:16
¿Qué dice la segunda carta de Timoteo sobre quien juzgará a los seres
humanos?
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los
vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino. 2Timoteo 4:1.
¿Según el Evangelio de Juan quien juzgará?
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, Juan
5:22
El título “Señor de señores y Rey de reyes” se usa en las Escrituras para
referirse a Cristo cuando vuelva a la tierra para vencer a sus huestes del
mal y librar a su pueblo (1 Tim. 6:15, Apoc. 19:16; Mat. 25:31; Apoc. 1:5;
17-14)
Isaías 11 presenta un hermoso cuadro simbólico del reinado y el reino de
Cristo, introduciendo al lector al significado más profundo y eterno de
Cristo como el “Rey de los judíos” (Mt. 27:11; etc.). Jesús poseía el derecho
hereditario de ser rey de Israel (1:1-16), pero su apelación a la lealtad
siempre estuvo basada en una verdad más profunda y espiritual que la
gente no comprendió (Jn. 6:15; 12:13). Satanás reconoció la divina realeza
de Cristo, y por medio del soborno trató de quitarle su derecho en el monte
de la tentación (Mt. 4:8-10; Lc. 4:5-7). Jesús continuamente procuraba
guiar al pueblo a aceptar a Dios como su rey y a comprender la naturaleza
de su reino (Mt. 5:35; 18:23; Lc. 22:29, 30). Desafortunadamente, los judíos
no reconocieron a Cristo como su largamente esperado Mesías. Dejaron
de entender que su soberanía no tenía la naturaleza de un gobierno
humano (Jn. 18:36; Fil. 3:20). Era el reino espiritual de la gracia, que un día
sería reemplazado por el reino de la gloria.

JUSTO Y SALVADOR
En el Antiguo Testamento ¿Quién se presenta como justo y Salvador?
Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién
hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo
23
Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro
fuera de mí. Isaías 45:21.
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Isaías 43:11
En el Nuevo Testamento ¿Cómo es presentado Cristo?
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu. 1Pedro 3:18.
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados. Mateo 1:21.
Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque
nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el
Salvador del mundo, el Cristo. Juan 4:42.
El nombre de Jesús significa “Jehová es salvación”. La construcción griega
es enfática, como si se deseara recalcar que él mismo es quien ha de salvar.
Desde la antigüedad se había escuchado la promesa: “He aquí, vengo” (Sal.
40: 7; Zac. 2: 10; Heb. 10: 7). Por siglos el pueblo judío -el pueblo de Dios-
había esperado ansiosamente la venida de su Libertador. Ahora, “cuando
vino el cumplimiento del tiempo” (Gál. 4: 4) el destino señaló a Aquel en
quien habían de cumplirse esas esperanzas.
El pecado había encerrado a los hombres (Rom. 6:16; 2 Ped. 2:19) en su
cárcel (Isa. 42:7). Cristo vino para quebrar las cadenas, abrir las puertas de
la cárcel y libertar a los cautivos de su condena de muerte (Isa. 61:1; Rom.
7:24-25; Heb. 2:15). Vino a salvarnos de nuestros pecados, no en nuestros
pecados. Vino, no sólo para salvarnos de los pecados que ya hemos
cometido, sino de nuestras tendencias inherentes que nos llevan al pecado
(Rom. 7:23-25; 1 Juan 1:7, 9). Vino a redimirnos de “toda iniquidad” (Tito
2:14), en la cual está incluida toda tendencia al mal heredada y cultivada
(DTG 625).
Cristo no vino a salvar a su pueblo del poder de Roma, como lo anhelaban
los judíos, sino del poder de un enemigo mucho más formidable. No vino
a restaurar “el reino a Israel” (Hech. 1:6), sino a restaurar el dominio de Dios
en el corazón de los hombres (Luc. 17:20-21). Cristo no vino principalmente
a salvar a los hombres de la pobreza y de la injusticia social (Luc. 12:13-
15), como lo afirman hoy muchos apóstoles del evangelio social, sino del
pecado, que es la causa fundamental de la pobreza y de la injusticia.

ROCA
¿Quién es llamado la Roca en el Antiguo Testamento?
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante
24
de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:14 (Lea también.
Éxodo 32:3-7; Salmos 7:1-3; 18:2; 31,46; 28:1; 31:1-3; 94:22.)
¿Según Deuteronomio la Roca es que cosa?
Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa);
Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su
salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a
ira con abominaciones. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; A dioses
que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no
habían temido vuestros padres. De la Roca que te creó te olvidaste; Te
has olvidado de Dios tu creador. Deuteronomio 32:15-18.
¿Quién recibe el título de Roca en el Nuevo Testamento en referencia
al Antiguo?
Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca
espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 1Corintios 10:4.
Aquí se simboliza al Salvador con la roca segura, de la cual los pecadores que
han tropezado, pero se han arrepentido pueden depender para vivificarse
tomando la bebida que apagará su candente sed de la verdad divina (ver
Sal. 42:1-2; 63:1; Juan 7:37). La gran verdad enseñada por este versículo es
que Jesús está siempre con su pueblo a través de toda esta vida terrenal, y
vigila constantemente para responder a sus necesidades cuando claman
a él. El mundo es un desierto árido y triste que no proporciona ni alimento
ni agua al alma hambrienta y sedienta de la verdad espiritual; pero el
inmutable Salvador está siempre dispuesto, y puede apoyar, sostener y
fortalecer a su desfalleciente pueblo si éste clama a él (ver Sal. 46:1; 91:15).
Históricamente Cristo fue el conductor de Israel no sólo durante sus
peregrinaciones por el desierto sino a través de toda su historia nacional.
Todas las relaciones de Dios con la humanidad caída han sido, en realidad,
mediante Cristo (ver PP 320, 381, 390, 418; DTG 35).

LA LUZ
Según los Salmos ¿Quién es la luz?
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Salmo 27:1.
¿Qué declaró Jesús acerca de si mismo?
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12
Jesús era ya la luz de su pueblo, la luz del mundo, antes de venir a la tierra
en forma humana. El primer rayo de luz que penetró la lobreguez en que
el pecado había envuelto al mundo, provino de Cristo. Y de él ha emanado
25
todo rayo de resplandor celestial que ha caído sobre los habitantes de la
tierra. PP 383.
Durante mucho tiempo las tinieblas espirituales habían envuelto a las
almas de los hombres, pero la “luz verdadera” (Juan 1:9) de la vida divina
y de la perfección divina ahora resplandece para iluminar el sendero de
cada hombre (Isa. 9:1-2). La luz del cielo no sólo brilla a través de Cristo; él
es esa luz (Juan 1:9). Juan cita esta afirmación de Jesús vez tras vez (Juan
8:12; 9:5; 12:35, 46; 1 Juan 1:5-6; 2:8). La luz siempre ha sido un símbolo
de la presencia divina. Dios inundó el mundo de luz en el primer acto
de la creación (Gén. 1:3); así también cuando Dios emprende la obra de
volver a crear su imagen en las almas de los hombres, primero ilumina sus
corazones y mentes con la luz del amor divino (2 Cor. 4:6). “Contigo”, dice
el salmista, “ “está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz” (Sal.
36:9).

DIOS PODEROSO
¿Qué títulos recibe Cristo en el Antiguo Testamento?
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre
su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6
¿Quién dice “haré temblar los cielos y la tierra” según el Antiguo
Testamento?
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar
los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; Hageo 2:6
¿A quién se refiere Pablo al decir que “Aún una vez, y conmoveré no
solamente la tierra, sino también el cielo” basándose en el pasaje de
Hageo 2:6?
A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel. Hebreos 12:24
La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido,
diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también
el cielo. Hebreos 12:26.
En todo el capítulo 12 de Hebreos Pablo habla de Jesús es por eso que
notamos que menciona su nombre en el versículo 24.
Cristo venció en nuestro lugar. Era el único que podía ser un Salvador
idóneo. Tenía sabiduría, habilidad y poder divinos. Pudo erguirse delante
del mundo como un maravilloso Consejero, Dios poderoso, Padre eterno,
Príncipe de paz. Las palabras de Dios concernientes a su Ungido están
26
cargadas de significado:” “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo
del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y
aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de
alegría más que a tus compañeros” (Heb. 1:8, 9)

LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO


¿A quién le prepararía el camino la “voz que clama en el desierto”
según Isaías?
Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad
calzada en la soledad a nuestro Dios. Isaías 40:3
Según el libro de Juan ¿A quién debería prepararle el camino Juan el
Bautista?
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que
viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Juan 1:15.
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén
sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, ¿quién eres? Confesó, y no
negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres
tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues
quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de
ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el
camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Juan 1:19-23.
Había pasado más de medio siglo desde el martirio de Juan el Bautista,
pero su testimonio acerca de Cristo resonaba a través de los años. Se
cumplió en él, así como también fue en el caso de Abel, que “muerto, aún
habla” (Heb. 11:4; Juan 1:19-36; 3:27-36).
El Bautista identifica a Jesús como al único de quien había hablado
desde el comienzo de su ministerio (Juan 1: 27, 30).
“Existía antes que yo”. En vista de que Juan era unos seis meses mayor que
Jesús, aquí claramente se hace referencia a la existencia de Jesús anterior
a su encarnación.
Algunos traductores y comentadores consideran el versículo 15 como
una interpelación que interrumpe la línea de pensamientos entre los
versículos 14 y 16. Sin embargo, el apóstol manifiestamente introduce aquí
el testimonio del Bautista para confirmar el testimonio ya mencionado de
los discípulos en el versículo 14 en cuanto a la excelsa posición de Cristo y
su preexistencia. La importancia dada por la iglesia primitiva al testimonio
del Bautista refleja las explícitas declaraciones de nuestro Señor (ver Juan
5:32-36; Mat. 11:11).
Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que
27
clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.
Mateo 3:3

JESÚS VERDADERO DIOS


¿Cómo menciona Juan el amado a Cristo Jesús?
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. 1Juan 5:20
¿Quién se hizo carne y habitó entre los hombres como hombre?
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan
1:14
¿De qué se despojó Jesús para ser igual al hombre?
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. Filipenses 2:5-8
Cristo es eternamente Dios en el sentido supremo y absoluto del término.
Es una ficción de que Jesús fue meramente un gran hombre y un buen
hombre. Las evidencias de la deidad de Cristo son muchas e irrefutables.
Se las puede resumir brevemente: (1) La vida que vivió (Heb. 4:15; 1
Ped. 2:22), (2) las palabras que habló (Juan 7:46; 14:10; Mat. 7:29), (3) los
milagros que realizó (Juan 5: 20; 14:11), (4) las profecías que se cumplieron
en él (Luc. 24:26-27, 44; Juan 5:39).

JESÚS IDENTIFICADO COMO JEHOVÁ


Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los
espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto. Apocalipsis 22:6
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las
iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la
mañana. Apocalipsis 22:16
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio
de su ángel a su siervo Juan. Apocalipsis 1:1
Nótese que en el capítulo 22:6, las Sagradas Escrituras mencionan que
28
Dios envió a su ángel para informar las profecías de Apocalipsis; sin
embargo, para que no quede duda, clarifica que ese Jehová que envía a
su mensajero o ángel, es Jesús; capítulo 1:1; 22:16. “…Por boca de dos o de
tres testigos se decidirá todo asunto.” 2Co 13:1 2p

EL ESPIRITU SANTO IDENTIFICADO COMO JEHOVÁ


¿En la visión presentada a Isaías a quien él ve sentado en un trono
excelso y que mensaje oye?
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Isaías 6:1
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda,
y dí a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, más no
comprendáis. Isaías 6:8,9
¿Refiriéndose al mensaje dado a Isaías en visión a quién catalogó
Pablo como autor de este?
Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo
esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a
nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: de oído oiréis, y no
entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis Hechos 28:25,26.

EL ANGEL DE JEHOVÁ
Malak Yahveh, «el ángel del Señor», y malak elohîm, «el ángel de Dios».
Estas siempre se usan en singular y denotan un ángel que sobre todo
tiene la función de salvar y proteger: «Porque mi ángel irá delante de ti, y
te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del
heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir» (Éxo 23:23). El ángel
puede también ser mensajero de maldición: «Y alzando David sus ojos,
vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada
desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los
ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio» (1Cr 21:16).
La relación entre el Señor y el «ángel del Señor» a menudo es tan cercana
que es difícil separar a los dos (Gén 16:7; Gén 21:17; Gén 22:11; Gén
31:11; Éxo 3:2; Jue 6:11; Jue 13:21). Esta identificación ha contribuido a
que algunos intérpretes concluyan que el «ángel del Señor» era el Cristo
preencarnado.
La experiencia de Agar
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto,
junto a la fuente que está en el camino de Shur. Génesis 16:7
29
Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios
que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Génesis
16:13.
Agar, sierva egipcia de Abrahán, tal vez adquirida durante su estada en
Egipto (Gn. 16:1; 12:10,16). Por insistencia de Sara, Abrahán la tomó como
esposa secundaria de acuerdo con las costumbres de la época, después
de haber estado en Canaán unos 10 años. Entonces tenía 84 años de
edad y no tenía hijos, y mediante este acto esperaba tener un heredero.
Cuando Agar supo que estaba embarazada, miró con desprecio a su
ama. Por ello Sara trató con dureza a su sierva la que huyó al desierto.
Mientras deambulaba entre Cades y Bered, en camino a Egipto, el ángel
del Señor se le apareció junto a un pozo y la envió de vuelta a su ama,
prometiéndole que su hijo originaría una gran nación. Esta experiencia
la condujo a llamar al pozo: Pozo del Viviente que me ve. Obedeció la
indicación del ángel, regresó al campamento de Abrahán y más tarde dio
a luz un varoncito, a quien Abrahán llamó Ismael (Gn 16:1-16).
Lo acontecido convenció a Agar de que Dios le había hablado.
Indudablemente creyendo que debía morir el que veía a Dios (Éxo. 20:19;
33:20), quedó atónita de haberlo visto y sin embargo permanecer viva.
Por lo tanto, lo llamó “Dios que ve” porque no sólo la había visto y había
ido a ella en su aflicción, sino también había permitido que ella lo viera y
viviera.
La experiencia de Moisés
Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de
una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía. Éxodo 3:2
Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y
dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Éxodo 3:4
En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se
manifestó por medio de Cristo. Toda comunicación entre el cielo y la raza
caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a
nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló
a los patriarcas. Adán, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, y Moisés comprendieron
el Evangelio. Buscaron la salvación por medio del Substituto y Garante del
ser humano. Estos santos varones de antaño comulgaron con el Salvador
que iba a venir al mundo en carne humana; y algunos de ellos hablaron
cara a cara con Cristo y con ángeles celestiales.
Durante todo el peregrinaje de Israel, Cristo, desde la columna de nube y
fuego, fue su guía. Mientras tenían símbolos que señalaban al Salvador que
vendría, también tenían un Salvador presente, que daba mandamientos
al pueblo por medio de Moisés y que les fue presentado como el único
30
medio de bendición. (PP 321)
La experiencia de Jacob
Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová,
el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás
acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Gén 28:13
Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de
la ciudad primero. Gén 28:19
Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Gén
31:11
Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste
un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu
nacimiento. Gén 31:13
La experiencia de Gedeón
Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón
esforzado y valiente. Jue 6:12
Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la
mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jue 6:14
La experiencia de Manoa
Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces
conoció Manoa que era el ángel de Jehová. Y dijo Manoa a su mujer:
Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Jue 13:21,22

NOTAS ADICIONALES
Creencias Arrianas
El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio, un
presbítero de Alejandría, probablemente de origen libio. Algunos de sus
discípulos y simpatizantes colaboraron en el desarrollo de esta doctrina
teológica, que sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo.
El arrianismo es definido como aquellas enseñanzas defendidas por Arrio
opuestas a la creencia trinitaria de la Deidad, mantenido en la actualidad
por la mayoría de las iglesias protestantes incluyendo la Iglesia católica
y las Iglesias ortodoxas orientales. Este término también se utiliza en
ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas
doctrinas que niegan la divinidad de Jesucristo.
En la actualidad se considera continuadores de ciertos aspectos del
arrianismo a varias comunidades religiosas: La cristología de los Testigos
de Jehová guarda unas pocas similitudes con el arrianismo, en el sentido
31
que consideran a Jesús como el unigénito del Dios Padre, y no como Dios
mismo. Los socinianos, una denominación nacida luego de la Reforma
Protestante en Polonia, no cree en el aspecto de Jesús Dios, por lo que
en alguna medida podrían ser considerados herederos del arrianismo
también.

Similitudes entre creencias arrianas y el paganismo


Greco-romano
Los arrianos hacen una distinción entre los miembros de la Deidad, entre
algunos de estos grupos han optado por decir que El Espíritu Santo no
es otra cosa que la relación que hay entre El Padre y El Hijo, rebajándolo
a una mera fuerza, mientras que están otros que hablan de la divinidad
de Cristo, y lo ponen no como al nivel de Dios, sino como una especie de
semideidad, de Cristo dicen que es un ser engendrado, por Dios Padre en
las largas eras de la eternidad, y por lo tanto no es igual. En pocas palabras,
Cristo no es igual al Padre en divinidad, porque sencillamente como fue
un ser engendrado, siempre estará por debajo del Padre, y no es eterno,
porque tuvo un principio.
Analicemos un poco la historia pagana, dentro de la cosmovisión de
los griegos, ellos tenían un dios mayor quien era Zeus, el dios mayor de
todos los dioses del Olimpo, si notamos, las semideidades eran sus hijos,
quienes, por haber sido engendrados por él, tenían consustancia divina, y
tenían derecho a estar en el Olimpo.
En la cosmovisión romana, podemos encontrar al dios mayor Júpiter,
quien era el que ostentaba todo el poder en el panteón, y podemos
encontrar a uno de sus hijos, Marte, quien era como el dios de la guerra, y
tenía poderes divinos por el hecho de que era hijo de Júpiter, sin embargo,
nunca sería igual a su padre porque fue engendrado por este. Para los
romanos esta creencia era fundamental.
La cosmovisión greco – romana se vio manifestada en la vida de algunos
filósofos y teólogos del siglo I y II d.C, quienes sostenían algunas
pretensiones erradas sobre Cristo.
Ireneo, quien murió alrededor de 200 d.C., dijo que antes de vivir como
humano Jesús había tenido una existencia separada de la de Dios y era
inferior a él. Mostró que Jesús no es igual al “Único y verdadero Dios”,
quien es “supremo sobre todos, y no hay otro fuera de él”, veamos una de
sus enseñanzas:
“Muy apropiadamente, entonces, dijo él, ‘En el principio era el Verbo,’
porque Él era en el Hijo; ‘y el Verbo era con Dios,’ porque Él fue el comienzo;
‘y el Verbo era Dios,’ por supuesto, porque lo que es engendrado de Dios
es Dios.”—The Ante-Nicene Fathers, (Los Padres Ante-Niceanos) vol. 1, p.
32
328
Orígenes, quien murió alrededor de 250 d.C., dijo que “el Padre y el
Hijo son dos sustancias [...] dos cosas en cuanto a su esencia”, y que “en
comparación con el Padre, [el Hijo] es una luz muy pequeña”

CONCLUSIÓN
A través de todas las páginas de la historia sagrada, donde está registrada
la relación de Dios con su pueblo escogido, hay huellas vivas del gran
YO SOY. Nunca dio el Señor a los hijos de los hombres más amplias
revelaciones de su poder y gloria que cuando fue reconocido como único
soberano de Israel y dio la ley a su pueblo. Había allí un cetro que no era
empuñado por manos humanas; y las majestuosas manifestaciones del
invisible Rey de Israel fueron indeciblemente grandiosas y temibles.
En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se
manifestó por medio de Cristo. No sólo cuando vino el Salvador, sino
a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la
promesa de la redención, “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo
a sí.” 2 Corintios 5:19. Cristo era el fundamento y el centro del sistema de
sacrificios, tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron
nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios
y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su
obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad
de la ley divina.
Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio
de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la
promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas. Adán, Noé,
Abrahán, Isaac, Jacob, y Moisés comprendieron el Evangelio. Buscaron la
salvación por medio del Sustituto y Garante del ser humano. Estos santos
varones de antaño comulgaron con el Salvador que iba a venir al mundo
en carne humana; y algunos de ellos hablaron cara a cara con Cristo y con
ángeles celestiales. Cristo no sólo fue el que dirigía a los hebreos en el
desierto—el Ángel en quien estaba el nombre de Jehová, y quien, velado
en la columna de nube, iba delante de la hueste—sino que también fue
él quien dio la ley a Israel. En medio de la terrible gloria del Sinaí, Cristo
promulgó a todo el pueblo los diez mandamientos de la ley de su Padre, y
dio a Moisés esa ley grabada en tablas de piedra. Fue Cristo quien habló a
su pueblo por medio de los profetas
En las enseñanzas que dio cuando estuvo personalmente aquí entre los
hombres, Jesús dirigió los pensamientos del pueblo hacia el Antiguo
Testamento. Dijo a los judíos: “Escudriñad las Escrituras, porque a
vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que
dan testimonio de mí.” Juan 5:39. En aquel entonces los libros del Antiguo
33
Testamento eran la única parte de la Biblia que existía. Otra vez el Hijo
de Dios declaró: “A Moisés y a los profetas tienen: óiganlos.” Y agregó: “Si
no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se
levantare de los muertos.” Lucas 16:29, 31. PP 382, 383

EL CONSEJO PARA TI
¿Debemos creer todo lo que dicen por ahí o todo lo que dice el pastor
solamente? ¿Qué aconseja la Biblia?
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido al mundo.1Juan 4:1
¿Cómo se cuándo un espíritu es de Dios o no?
¡A la Ley y al Testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no les ha
amanecido. Isaías 8:20
En esto sabemos que conocemos a Dios, si guardamos sus Mandamientos.
El que dice: “Yo lo conozco”, y no guarda sus Mandamientos, es mentiroso, y la
verdad no está en él. Pero el amor de Dios se perfecciona en verdad, en el que
guarda su Palabra. Por esto sabemos que estamos en él. El que dice que está
en él, debe andar como él anduvo. 1Juan 2:3-6
¿Cómo nos damos cuenta de la verdad?
“Escudriñad las Escrituras, ya que pensáis tener en ellas la vida eterna. Ellas
son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39
Santifícalos en la verdad. Tu Palabra es verdad. Juan 17:17
Estos fueron más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la Palabra
de todo corazón, y examinaban cada día las Escrituras, para ver si esas
cosas eran así. Hechos 17:11

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