El Gran YO SOY - RVR
El Gran YO SOY - RVR
El Gran YO SOY - RVR
El Gran YO SOY
Versión Traducción Reina Valera 1960
1
Julio Crespo
Mariluz Fernández
E julmar.producciones1@gmail.com
y Julmar Producciones
Se ha popularizado entre algunos cristianos las ideas de que Jesús es un
ser creado e inferior al Padre, que solo el Padre es Dios y por lo tal se le
debe llamar Jehová; que el Espíritu Santo es una fuerza activa del poder
de Dios y no un ser personal y distinto de los otros seres de la Deidad. De
hecho, se han usado pasajes de las Santas Escrituras para apoyar dicha
creencia utilizando nuevas traducciones bíblicas para hacer más creíble la
doctrina. Sin embargo, ¿La traducción utilizada es realmente fiel copia de
los escritos Hebreos y Griegos antiguos? o ¿Están bien traducidos? ¿Qué
dicen los originales realmente?
Este tema pretende aclarar estas interrogantes, haciendo una investigación
profunda en los escritos originales, comparando versiones Bíblicas en
diferentes idiomas y años de versión, dando comentarios concretos y con
bases fundamentadas acerca de lo que verdaderamente presenta la Biblia
tocante a la naturaleza de la Deidad.
CONSTITUCION DE LA DEIDAD
EVIDENCIAS DE LA PLURALIDAD DE
DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Deuteronomio 6:4
Es interesante saber que el texto arriba citado presenta a Jehová de forma
plural. ¿Curioso no? La palabra que se traduce como “uno es” es la palabra
hebrea ekjád ( )דַחֶאque significa propiamente “unido” o “unidad”.
Fuente: Diccionario Strong en español.
Esta misma palabra es la que se usa en Génesis 2:24 para decir que el
hombre y la mujer al unirse en matrimonio serían “una sola carne”. Esto
no quiere decir que el hombre y la mujer habrían de fundirse y formar un
solo cuerpo, sino que serían una sola cosa en amor y simpatía; con esto se
evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación.
Asimismo, se presenta en Génesis 11:6 para indicar que el pueblo estaba
unido en un mismo propósito al construir la torre de Babel. “el pueblo es
uno”.
También se utiliza en Génesis 41:25, 26 donde José le menciona a Faraón
que el sueño de las vacas y las espigas son un mismo sueño; es decir que
ambos son uno. Pero, ¿Era uno o dos los sueños que tuvo Faraón? En
realidad, fueron dos, sin embargo, ambos tenían el mismo significado o
el mismo propósito.
Esta misma intimidad se presenta en el texto de Deuteronomio 6:4 entre
los miembros de la Deidad; uno solo en naturaleza, en carácter y en
propósitos.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en
las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Génesis 1:26
El plural “hagamos” fue considerado casi unánimemente por los teólogos
de la iglesia primitiva como que indica a las tres personas de la Deidad. La
palabra “hagamos” requiere, por lo menos, la presencia de dos personas
10
que celebran un consejo. Las declaraciones de que el hombre había de
ser hecho a “nuestra” imagen y fue hecho “a imagen de Dios”, llevan a la
conclusión de que los que celebraron consejo deben ser personas de
la misma Deidad. Esta verdad, implícita en varios pasajes del Antiguo
Testamento, tales como el que hemos tratado aquí y Gén. 3:22; 11:7;
Dan. 7:9, 10, 13, 14; etc., está plena y claramente revelada en el Nuevo
Testamento, donde se nos dice en términos inconfundibles que Cristo, la
segunda persona de la Deidad -llamada Dios por el Padre mismo (Heb.
1:8)- estuvo asociada con su Padre en la obra de la creación. Textos como
Juan 1:1-3, 14; 1 Cor. 8:6; Col. 1:16, 17; Heb. 1:2 no sólo nos enseñan que
Dios el Padre creó todas las cosas por medio de su Hijo sino que toda vida
es preservada por Cristo.
Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno
entienda el habla de su compañero. Génesis 11:7.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los
ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Isaías 6:3
Notemos que en el saludo que se hace a JEHOVÄ se menciona TRES veces
la palabra SANTO. Analizando esto, surgen varias preguntas: el saludo que
se le hace a JEHOVA ¿Es cosa casual? ¿Es una coincidencia? ¿O es porque
se dirige a TRES PERSONAS?
Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así
bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Números 6:22 -26
Acá encontramos la forma como se debe bendecir al pueblo, notemos
que se menciona TRES veces a JEHOVÁ:
a) JEHOVÁ te bendiga y te guarde.
b) JEHOVÁ haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia.
c) JEHOVÁ alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Ahora bien, después de haber leído esto, preguntamos: ¿Es una o tres
bendiciones? ¿Es otra coincidencia? ¿O la bendición es dada por JEHOVÁ
DIOS, expresando cada una de las TRES PERSONAS DE LA DEIDAD su parte
o porción en la bendición?
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego
de parte de Jehová desde los cielos; Génesis 19:24
Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que
ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del
incendio? Zacarías 3:2.
Note que dice que JEHOVÁ ejecutó sentencia de parte de JEHOVÁ.
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Aunque en el Antiguo Testamento no se hace distinción entre uno
y otro personaje de la Deidad el uso del pluralismo nos deja claro que
Dios o Jehová se componen de varios y en concordancia con el Nuevo
Testamento son tres.
EVIDENCIAS DE LA PLURALIDAD DE
DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19
Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz…un Dios
y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada
uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Efesios 4:3, 6,7.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos
le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia. Mateo 3:16,17.
Es evidente y estamos absolutamente de acuerdo en que la palabra
trinidad no se haya en las Sagradas Escrituras, sin embargo, no podemos
negar que la Deidad está compuesta de tres personas: Padre, Hijo y
Espíritu Santo, como ya lo hemos declarado con los textos anteriores.
PREEXISTENCIA DE CRISTO
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron
del oriente a Jerusalén unos magos, Mateo 2:1.
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve
contigo antes que el mundo fuese. Juan 17:5
Aunque la Palabra de Dios se refiere a la humanidad de Cristo mientras
estaba en esta tierra, también habla decididamente acerca de su
preexistencia. La Palabra existía como un ser divino, el eterno Hijo de
Dios, en unión e igualdad con su Padre. Él era el mediador del pacto desde
la eternidad, Aquel en quien, si lo aceptaban, serían benditas todas las
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naciones de la tierra: tanto judíos como gentiles.
Al hablar de su preexistencia, Cristo transporta la mente al pasado de
las edades sin fin. Nos ofrece la certeza de que nunca hubo un tiempo
cuando él no estuviera en compañerismo eterno con Dios. Aquel cuya voz
escuchaban los judíos entonces, había estado con Dios como alguien que
siempre lo hubiera acompañado.
EL CREADOR
¿Quién dice el Libro de Génesis que creó todo?
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En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1
¿Según Isaías quién creó todas las cosas?
Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la
tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese
habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. Isaías 45:18
¿Quién dice el Evangelio de Juan que creó todo?
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin
él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3.
¿A quién menciona la carta de Colosenses como el Creador de todas
las cosas?
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Él es la
imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él
fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes
de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Colosenses 1:14-17
La íntima relación de Cristo con el Padre en la obra de la creación se
presenta vez tras vez en el Nuevo Testamento (Rom. 11:36; 1 Cor. 8:6; Col.
1:16-17; Heb. 1:1-2; Apoc. 3:14). Juan al igual que Pablo presenta a Cristo
como el Creador de todas las cosas. En la eternidad pasada, el Verbo (Cristo
Jn. 1:14) no fue una entidad pasiva e inactiva, sino que estuvo activa e
íntimamente relacionado con el Padre en el desarrollo y en el manejo de
“todas las cosas”.
Gr λόγος ἦν πρός ὁ, ἡ, τό θεός καί ὁ, ἡ, τό
logos ēn pros ho hē to theos kai ho hē to
log’-os ane pros ho, hay, to theh’-os kahee ho, hay, to
Es verbo era con Dios y el
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COLOSENSES 1:16 EN GRIEGO Y ESPAÑOL
Gr. ὅτι ἐν αὐτός κτίζω ὁ, ἡ, τό πᾶς
hoti en autos ktizō ho hē to pas
hot’-ee en ow-tos’ ktid’-zo ho, hay, to pas
Es Porque en él fueron creadas todas
Gr. ὁ, ἡ, τό ἐν ὁ, ἡ, τό οὐρανός καί
ho hē to en ho hē to ouranos kai
ho, hay, to en ho, hay, to oo-ran-os’ kahee
Es las cosas, las que hay en los cielos y
Gr. ὁ, ἡ, τό ἐπί ὁ, ἡ, τό γῆ ὁ, ἡ, τό ὁρατός
ho hē to epi ho hē to gē ho hē to horatos
ho, hay, to ep-ee’ ho, hay, to ghay ho, hay, to hor-at-os’
Es las que hay en la tierra visibles
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Pablo luego de hablar acerca de la obra salvífica que ha hecho Cristo
en favor del hombre; lo menciona teniendo la misma cualidad divina
del Padre y agrega que por él (Cristo) fueron hechas todas las cosas que
existen. No dice que Jesús haya creado una parte de lo existente como
los que niegan su divinidad pretenden expresar agregándole inclusive
a sus traducciones bíblicas la palabra “otras” torciendo de esta manera
el sentido de la Escritura para apoyar su doctrina. Por esta razón en este
apartado usted podrá ver el texto de Col. 1:16 en su idioma original y
su traducción al castellano de forma correcta. Usted también puede
comprobar esto en cualquier interlineal del Nuevo Testamento.
EL REDENTOR
¿Sobre quién se refería Isaías al mencionarlo como Redentor?
Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová,
que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por
mí mismo; Isaías 44:24.
Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo
soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. Isaías 44:6
¿Quién aparece en el Nuevo Testamento como Redentor de la
humanidad?
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
Gálatas 3:13
El término “redimir” se usa en el sentido de: 1. Rescatar o comprar de
nuevo propiedades o esclavos. 2. Liberar de cautividad física. 3. Redimir
del pecado y la esclavitud espiritual. Un dueño hebreo de tierras, forzado
a venderlas (en realidad, alquilarlas) por razones financieras, podía
redimir sus tierras en cualquier momento (Lv. 25:25). Bajo circunstancias
especiales, los productos que normalmente serían considerados diezmo,
podían rescatarse, es decir, comprarse para uso personal (27:31). Booz
estaba dispuesto a redimir la propiedad que había pertenecido al esposo
de Noemí (Rt. 4:1-10). Dios redimió a Israel de la esclavitud egipcia (Ex. 6:6;
2 S. 7:23; 1 Cr. 17:21; etc.) y prometió redimirlos del cautiverio babilónico
(Mi. 4:10). Dios redime a su pueblo del pecado (Sal. 130:8; Tit. 2:14) y de la
maldición (Gá. 3:13), y los redimirá de la tumba (Os. 13:14; cf 1 Co. 15:51-54;
1 Ts. 4:16, 17; etc.). Nuestra redención es posible por medio del sacrificio de
Cristo (Gá. 3:13; 4:4, 5; 1 P. 1:18, 19; Ap. 5:9; etc.). Queda claro entonces que
el Jehová que redime del Antiguo Testamento es Cristo mismo, porque la
Palabra de Dios no se contradice.
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EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO
¿En el Antiguo Testamento quién es el Primero y el Último?
¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el
principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Isaías 41:4
¿El Apocalipsis es la revelación de quién?
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de
su ángel a su siervo Juan. Apocalipsis 1:1
¿A quién menciona Apocalipsis como el Primero y el Último?
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí,
diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último Apocalipsis 1:17
Juan, exilado en la isla de Patmos… oye que una voz dice: “Yo soy
el Alfa y la Omega” (vers. 11). Cae como muerto de asombro al
escucharla. Es incapaz de soportar la visión de la gloria divina. Pero
una mano levanta a Juan y oye una voz que le recuerda la de su
Maestro. Se fortalece y puede hablar con el Señor Jesús. En el plan de
la redención, Cristo es el Alfa y la Omega, el Primero y el Último. PP
383.
EL PASTOR
¿Según el Antiguo Testamento quien es el Pastor?
Jehová es mi Pastor. Nada me faltará. Salmos 23:1
Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar
mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día
que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y
las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado
y de la oscuridad. Ezequiel 34:11,12
¿Qué dijo Jesús acerca de si mismo?
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11.
En la parábola del pastor, Jesús coloca su propia interpretación sobre
su trabajo y misión y se representa a sí mismo como el Buen Pastor,
que alimenta y cuida a sus ovejas. Cristo se presentó como el único
que poseía las cualidades propias de un buen pastor. Se lo llama el
“Príncipe de los pastores”. - Signs of the Times, 4 de diciembre, 1893
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REY, JUEZ Y LEGISLADOR
¿Quién es el Juez, Rey y Legislador según Isaías?
Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová
es nuestro Rey; él mismo nos salvará. Isaías 33:22
¿Cómo llama a Jesús el libro de Apocalipsis?
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES
Y SEÑOR DE SEÑORES. Apocalipsis 19:16
¿Qué dice la segunda carta de Timoteo sobre quien juzgará a los seres
humanos?
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los
vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino. 2Timoteo 4:1.
¿Según el Evangelio de Juan quien juzgará?
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, Juan
5:22
El título “Señor de señores y Rey de reyes” se usa en las Escrituras para
referirse a Cristo cuando vuelva a la tierra para vencer a sus huestes del
mal y librar a su pueblo (1 Tim. 6:15, Apoc. 19:16; Mat. 25:31; Apoc. 1:5;
17-14)
Isaías 11 presenta un hermoso cuadro simbólico del reinado y el reino de
Cristo, introduciendo al lector al significado más profundo y eterno de
Cristo como el “Rey de los judíos” (Mt. 27:11; etc.). Jesús poseía el derecho
hereditario de ser rey de Israel (1:1-16), pero su apelación a la lealtad
siempre estuvo basada en una verdad más profunda y espiritual que la
gente no comprendió (Jn. 6:15; 12:13). Satanás reconoció la divina realeza
de Cristo, y por medio del soborno trató de quitarle su derecho en el monte
de la tentación (Mt. 4:8-10; Lc. 4:5-7). Jesús continuamente procuraba
guiar al pueblo a aceptar a Dios como su rey y a comprender la naturaleza
de su reino (Mt. 5:35; 18:23; Lc. 22:29, 30). Desafortunadamente, los judíos
no reconocieron a Cristo como su largamente esperado Mesías. Dejaron
de entender que su soberanía no tenía la naturaleza de un gobierno
humano (Jn. 18:36; Fil. 3:20). Era el reino espiritual de la gracia, que un día
sería reemplazado por el reino de la gloria.
JUSTO Y SALVADOR
En el Antiguo Testamento ¿Quién se presenta como justo y Salvador?
Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién
hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo
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Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro
fuera de mí. Isaías 45:21.
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Isaías 43:11
En el Nuevo Testamento ¿Cómo es presentado Cristo?
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu. 1Pedro 3:18.
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados. Mateo 1:21.
Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque
nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el
Salvador del mundo, el Cristo. Juan 4:42.
El nombre de Jesús significa “Jehová es salvación”. La construcción griega
es enfática, como si se deseara recalcar que él mismo es quien ha de salvar.
Desde la antigüedad se había escuchado la promesa: “He aquí, vengo” (Sal.
40: 7; Zac. 2: 10; Heb. 10: 7). Por siglos el pueblo judío -el pueblo de Dios-
había esperado ansiosamente la venida de su Libertador. Ahora, “cuando
vino el cumplimiento del tiempo” (Gál. 4: 4) el destino señaló a Aquel en
quien habían de cumplirse esas esperanzas.
El pecado había encerrado a los hombres (Rom. 6:16; 2 Ped. 2:19) en su
cárcel (Isa. 42:7). Cristo vino para quebrar las cadenas, abrir las puertas de
la cárcel y libertar a los cautivos de su condena de muerte (Isa. 61:1; Rom.
7:24-25; Heb. 2:15). Vino a salvarnos de nuestros pecados, no en nuestros
pecados. Vino, no sólo para salvarnos de los pecados que ya hemos
cometido, sino de nuestras tendencias inherentes que nos llevan al pecado
(Rom. 7:23-25; 1 Juan 1:7, 9). Vino a redimirnos de “toda iniquidad” (Tito
2:14), en la cual está incluida toda tendencia al mal heredada y cultivada
(DTG 625).
Cristo no vino a salvar a su pueblo del poder de Roma, como lo anhelaban
los judíos, sino del poder de un enemigo mucho más formidable. No vino
a restaurar “el reino a Israel” (Hech. 1:6), sino a restaurar el dominio de Dios
en el corazón de los hombres (Luc. 17:20-21). Cristo no vino principalmente
a salvar a los hombres de la pobreza y de la injusticia social (Luc. 12:13-
15), como lo afirman hoy muchos apóstoles del evangelio social, sino del
pecado, que es la causa fundamental de la pobreza y de la injusticia.
ROCA
¿Quién es llamado la Roca en el Antiguo Testamento?
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante
24
de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:14 (Lea también.
Éxodo 32:3-7; Salmos 7:1-3; 18:2; 31,46; 28:1; 31:1-3; 94:22.)
¿Según Deuteronomio la Roca es que cosa?
Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa);
Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su
salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a
ira con abominaciones. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; A dioses
que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no
habían temido vuestros padres. De la Roca que te creó te olvidaste; Te
has olvidado de Dios tu creador. Deuteronomio 32:15-18.
¿Quién recibe el título de Roca en el Nuevo Testamento en referencia
al Antiguo?
Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca
espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 1Corintios 10:4.
Aquí se simboliza al Salvador con la roca segura, de la cual los pecadores que
han tropezado, pero se han arrepentido pueden depender para vivificarse
tomando la bebida que apagará su candente sed de la verdad divina (ver
Sal. 42:1-2; 63:1; Juan 7:37). La gran verdad enseñada por este versículo es
que Jesús está siempre con su pueblo a través de toda esta vida terrenal, y
vigila constantemente para responder a sus necesidades cuando claman
a él. El mundo es un desierto árido y triste que no proporciona ni alimento
ni agua al alma hambrienta y sedienta de la verdad espiritual; pero el
inmutable Salvador está siempre dispuesto, y puede apoyar, sostener y
fortalecer a su desfalleciente pueblo si éste clama a él (ver Sal. 46:1; 91:15).
Históricamente Cristo fue el conductor de Israel no sólo durante sus
peregrinaciones por el desierto sino a través de toda su historia nacional.
Todas las relaciones de Dios con la humanidad caída han sido, en realidad,
mediante Cristo (ver PP 320, 381, 390, 418; DTG 35).
LA LUZ
Según los Salmos ¿Quién es la luz?
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Salmo 27:1.
¿Qué declaró Jesús acerca de si mismo?
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12
Jesús era ya la luz de su pueblo, la luz del mundo, antes de venir a la tierra
en forma humana. El primer rayo de luz que penetró la lobreguez en que
el pecado había envuelto al mundo, provino de Cristo. Y de él ha emanado
25
todo rayo de resplandor celestial que ha caído sobre los habitantes de la
tierra. PP 383.
Durante mucho tiempo las tinieblas espirituales habían envuelto a las
almas de los hombres, pero la “luz verdadera” (Juan 1:9) de la vida divina
y de la perfección divina ahora resplandece para iluminar el sendero de
cada hombre (Isa. 9:1-2). La luz del cielo no sólo brilla a través de Cristo; él
es esa luz (Juan 1:9). Juan cita esta afirmación de Jesús vez tras vez (Juan
8:12; 9:5; 12:35, 46; 1 Juan 1:5-6; 2:8). La luz siempre ha sido un símbolo
de la presencia divina. Dios inundó el mundo de luz en el primer acto
de la creación (Gén. 1:3); así también cuando Dios emprende la obra de
volver a crear su imagen en las almas de los hombres, primero ilumina sus
corazones y mentes con la luz del amor divino (2 Cor. 4:6). “Contigo”, dice
el salmista, “ “está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz” (Sal.
36:9).
DIOS PODEROSO
¿Qué títulos recibe Cristo en el Antiguo Testamento?
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre
su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6
¿Quién dice “haré temblar los cielos y la tierra” según el Antiguo
Testamento?
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar
los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; Hageo 2:6
¿A quién se refiere Pablo al decir que “Aún una vez, y conmoveré no
solamente la tierra, sino también el cielo” basándose en el pasaje de
Hageo 2:6?
A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel. Hebreos 12:24
La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido,
diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también
el cielo. Hebreos 12:26.
En todo el capítulo 12 de Hebreos Pablo habla de Jesús es por eso que
notamos que menciona su nombre en el versículo 24.
Cristo venció en nuestro lugar. Era el único que podía ser un Salvador
idóneo. Tenía sabiduría, habilidad y poder divinos. Pudo erguirse delante
del mundo como un maravilloso Consejero, Dios poderoso, Padre eterno,
Príncipe de paz. Las palabras de Dios concernientes a su Ungido están
26
cargadas de significado:” “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo
del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y
aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de
alegría más que a tus compañeros” (Heb. 1:8, 9)
EL ANGEL DE JEHOVÁ
Malak Yahveh, «el ángel del Señor», y malak elohîm, «el ángel de Dios».
Estas siempre se usan en singular y denotan un ángel que sobre todo
tiene la función de salvar y proteger: «Porque mi ángel irá delante de ti, y
te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del
heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir» (Éxo 23:23). El ángel
puede también ser mensajero de maldición: «Y alzando David sus ojos,
vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada
desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los
ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio» (1Cr 21:16).
La relación entre el Señor y el «ángel del Señor» a menudo es tan cercana
que es difícil separar a los dos (Gén 16:7; Gén 21:17; Gén 22:11; Gén
31:11; Éxo 3:2; Jue 6:11; Jue 13:21). Esta identificación ha contribuido a
que algunos intérpretes concluyan que el «ángel del Señor» era el Cristo
preencarnado.
La experiencia de Agar
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto,
junto a la fuente que está en el camino de Shur. Génesis 16:7
29
Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios
que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Génesis
16:13.
Agar, sierva egipcia de Abrahán, tal vez adquirida durante su estada en
Egipto (Gn. 16:1; 12:10,16). Por insistencia de Sara, Abrahán la tomó como
esposa secundaria de acuerdo con las costumbres de la época, después
de haber estado en Canaán unos 10 años. Entonces tenía 84 años de
edad y no tenía hijos, y mediante este acto esperaba tener un heredero.
Cuando Agar supo que estaba embarazada, miró con desprecio a su
ama. Por ello Sara trató con dureza a su sierva la que huyó al desierto.
Mientras deambulaba entre Cades y Bered, en camino a Egipto, el ángel
del Señor se le apareció junto a un pozo y la envió de vuelta a su ama,
prometiéndole que su hijo originaría una gran nación. Esta experiencia
la condujo a llamar al pozo: Pozo del Viviente que me ve. Obedeció la
indicación del ángel, regresó al campamento de Abrahán y más tarde dio
a luz un varoncito, a quien Abrahán llamó Ismael (Gn 16:1-16).
Lo acontecido convenció a Agar de que Dios le había hablado.
Indudablemente creyendo que debía morir el que veía a Dios (Éxo. 20:19;
33:20), quedó atónita de haberlo visto y sin embargo permanecer viva.
Por lo tanto, lo llamó “Dios que ve” porque no sólo la había visto y había
ido a ella en su aflicción, sino también había permitido que ella lo viera y
viviera.
La experiencia de Moisés
Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de
una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía. Éxodo 3:2
Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y
dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Éxodo 3:4
En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se
manifestó por medio de Cristo. Toda comunicación entre el cielo y la raza
caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a
nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló
a los patriarcas. Adán, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, y Moisés comprendieron
el Evangelio. Buscaron la salvación por medio del Substituto y Garante del
ser humano. Estos santos varones de antaño comulgaron con el Salvador
que iba a venir al mundo en carne humana; y algunos de ellos hablaron
cara a cara con Cristo y con ángeles celestiales.
Durante todo el peregrinaje de Israel, Cristo, desde la columna de nube y
fuego, fue su guía. Mientras tenían símbolos que señalaban al Salvador que
vendría, también tenían un Salvador presente, que daba mandamientos
al pueblo por medio de Moisés y que les fue presentado como el único
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medio de bendición. (PP 321)
La experiencia de Jacob
Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová,
el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás
acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Gén 28:13
Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de
la ciudad primero. Gén 28:19
Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Gén
31:11
Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste
un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu
nacimiento. Gén 31:13
La experiencia de Gedeón
Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón
esforzado y valiente. Jue 6:12
Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la
mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jue 6:14
La experiencia de Manoa
Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces
conoció Manoa que era el ángel de Jehová. Y dijo Manoa a su mujer:
Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Jue 13:21,22
NOTAS ADICIONALES
Creencias Arrianas
El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio, un
presbítero de Alejandría, probablemente de origen libio. Algunos de sus
discípulos y simpatizantes colaboraron en el desarrollo de esta doctrina
teológica, que sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo.
El arrianismo es definido como aquellas enseñanzas defendidas por Arrio
opuestas a la creencia trinitaria de la Deidad, mantenido en la actualidad
por la mayoría de las iglesias protestantes incluyendo la Iglesia católica
y las Iglesias ortodoxas orientales. Este término también se utiliza en
ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas
doctrinas que niegan la divinidad de Jesucristo.
En la actualidad se considera continuadores de ciertos aspectos del
arrianismo a varias comunidades religiosas: La cristología de los Testigos
de Jehová guarda unas pocas similitudes con el arrianismo, en el sentido
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que consideran a Jesús como el unigénito del Dios Padre, y no como Dios
mismo. Los socinianos, una denominación nacida luego de la Reforma
Protestante en Polonia, no cree en el aspecto de Jesús Dios, por lo que
en alguna medida podrían ser considerados herederos del arrianismo
también.
CONCLUSIÓN
A través de todas las páginas de la historia sagrada, donde está registrada
la relación de Dios con su pueblo escogido, hay huellas vivas del gran
YO SOY. Nunca dio el Señor a los hijos de los hombres más amplias
revelaciones de su poder y gloria que cuando fue reconocido como único
soberano de Israel y dio la ley a su pueblo. Había allí un cetro que no era
empuñado por manos humanas; y las majestuosas manifestaciones del
invisible Rey de Israel fueron indeciblemente grandiosas y temibles.
En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se
manifestó por medio de Cristo. No sólo cuando vino el Salvador, sino
a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la
promesa de la redención, “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo
a sí.” 2 Corintios 5:19. Cristo era el fundamento y el centro del sistema de
sacrificios, tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron
nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios
y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su
obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad
de la ley divina.
Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio
de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la
promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas. Adán, Noé,
Abrahán, Isaac, Jacob, y Moisés comprendieron el Evangelio. Buscaron la
salvación por medio del Sustituto y Garante del ser humano. Estos santos
varones de antaño comulgaron con el Salvador que iba a venir al mundo
en carne humana; y algunos de ellos hablaron cara a cara con Cristo y con
ángeles celestiales. Cristo no sólo fue el que dirigía a los hebreos en el
desierto—el Ángel en quien estaba el nombre de Jehová, y quien, velado
en la columna de nube, iba delante de la hueste—sino que también fue
él quien dio la ley a Israel. En medio de la terrible gloria del Sinaí, Cristo
promulgó a todo el pueblo los diez mandamientos de la ley de su Padre, y
dio a Moisés esa ley grabada en tablas de piedra. Fue Cristo quien habló a
su pueblo por medio de los profetas
En las enseñanzas que dio cuando estuvo personalmente aquí entre los
hombres, Jesús dirigió los pensamientos del pueblo hacia el Antiguo
Testamento. Dijo a los judíos: “Escudriñad las Escrituras, porque a
vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que
dan testimonio de mí.” Juan 5:39. En aquel entonces los libros del Antiguo
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Testamento eran la única parte de la Biblia que existía. Otra vez el Hijo
de Dios declaró: “A Moisés y a los profetas tienen: óiganlos.” Y agregó: “Si
no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se
levantare de los muertos.” Lucas 16:29, 31. PP 382, 383
EL CONSEJO PARA TI
¿Debemos creer todo lo que dicen por ahí o todo lo que dice el pastor
solamente? ¿Qué aconseja la Biblia?
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido al mundo.1Juan 4:1
¿Cómo se cuándo un espíritu es de Dios o no?
¡A la Ley y al Testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no les ha
amanecido. Isaías 8:20
En esto sabemos que conocemos a Dios, si guardamos sus Mandamientos.
El que dice: “Yo lo conozco”, y no guarda sus Mandamientos, es mentiroso, y la
verdad no está en él. Pero el amor de Dios se perfecciona en verdad, en el que
guarda su Palabra. Por esto sabemos que estamos en él. El que dice que está
en él, debe andar como él anduvo. 1Juan 2:3-6
¿Cómo nos damos cuenta de la verdad?
“Escudriñad las Escrituras, ya que pensáis tener en ellas la vida eterna. Ellas
son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39
Santifícalos en la verdad. Tu Palabra es verdad. Juan 17:17
Estos fueron más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la Palabra
de todo corazón, y examinaban cada día las Escrituras, para ver si esas
cosas eran así. Hechos 17:11
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