Ficha de Reflexion Reforzamiento de Religión 17-20 de Abril 2023
Ficha de Reflexion Reforzamiento de Religión 17-20 de Abril 2023
Cuenta una antigua Leyenda Noruega, acerca de un hombre llamado Haakon, quien cuidaba una ermita. A ella
acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para
pedirle a Cristo algún milagro. Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento
generoso. Se arrodilló ante la cruz y dijo:
- "Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz."
Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Efigie, como esperando la respuesta. El Señor abrió sus labios y habló.
Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras:
- "Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición."
- "¿Cuál, Señor?, ¿Es una condición difícil? ¡Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!"- respondió él viejo
ermitaño. - "Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar silencio siempre." - Afirmó el señor
Haakon contestó: - "¡Os, lo prometo, Señor!"
Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz. El
Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada. Pero un
día, llegó un rico, después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada
cuando un pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un
muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese
momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había
apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo:
- "¡Dame la bolsa que me has robado!"
El joven sorprendido, replicó: -"¡No he robado ninguna bolsa!"
"¡No mientas, devuélvemela enseguida!", volvió a gritar el rico.
"¡Le repito que no he cogido ninguna bolsa!", afirmó el muchacho.
El rico arremetió, furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte: - "¡Detente!"
El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó,
defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. Éste quedó anonadado, y salió de la ermita. El joven salió
también porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando la Ermita quedó a solas, Cristo Se dirigió a su siervo
y le dijo:
- "Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio."
- "Señor, - dijo Haakon -, ¿Cómo iba a permitir esa injusticia?"
Se cambiaron los puestos. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la Cruz. El Señor, siguió
hablando:
- "Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven
mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho
que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora, hace
unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tú no sabías nada. Yo sí sé. Por eso callo". Y el
Señor nuevamente guardó silencio
TRABAJO DE REFLEXIÓN:
Muchas veces nos preguntamos por qué razón Dios no nos contesta. ¿Por qué razón se queda callado Dios? Muchos de nosotros
quisiéramos que Él nos respondiera lo que deseamos oír, pero, Dios no es así. Dios nos responde aún con el silencio. Debemos aprender
a escucharlo. Su divino silencio son palabras destinadas a convencernos de que, Él sabe lo que está haciendo. En su silencio nos dice con
amor: confíen en Mí, que sé bien lo que debo hacer.
1.- ¿Luego de leer la reflexión qué opinas del relato?
2.- ¿Alguna vez te haces la pregunta de por qué Dios no contesta a tus necesidades?
3.- ¿Ha vivido situaciones que te parecen injusta?
4.- ¿Sabe guardar silencio para evitar su “propia justicia” que no siempre es la correcta