INMERSIÓN DIARIA EN LA PALABRA PROFÉTICA

Mens. 22. Oración para que Dios abra Puertas para la Palabra
Este material está diseñado para ayudarte a practicar la inmersión diaria en la palabra profética y aplicarla en tu vida
cotidiana y en las reuniones de la iglesia. Hemos destacado algunos puntos de las notas del último mensaje del hermano
Pedro Dong para que puedas profundizar, comprender y aplicar cada uno de ellos. En oración, lee el pasaje y resalta tus
palabras clave. Habla, repite, enfatiza y proclama las palabras clave. Ora basado en los puntos que más te hayan tocado.
Esto hará que tu mente sea fructífera y recibirás una porción del Señor para aplicar en tu vida. Comparte la porción que
hayas recibido con otros hermanos y pídeles que compartan la suya. Escribe en esta hoja, en forma de oración, frase
sencilla o grito de guerra, lo que Dios te ha hablado

LUNES
1. A lo largo de esta semana, usted tendrá la maravillosa oportunidad de acercarse más al Señor por medio de
Su Palabra. Por tanto, haga la lectura del Alimento Diario [Y la Inmersión Diaria] con mucha atención. Oiga
diligentemente lo que Dios tiene que decirle y practique lo que Él hable. Crea que la palabra depositada en su
corazón tiene el poder de realizar la obra que el Señor le ha encomendado hacer. Esté atento y permanezca
conectado al Padre en todo momento, a fin de no ser confundido por las artimañas del enemigo de Dios. Adore
al Señor en espíritu, manteniendo la comunión con Él. De esa forma, usted será usado como un canal para
reconectar con Dios a las personas que están a su alrededor y experimentará una semana victoriosa. (Alimento
Diario, Libro 1, Semana 2, Lunes).
2. Estamos llegando al final de la plenitud de los tiempos y la voluntad de Dios tiene que ser hecha en estos días
(Efesios 1:9-10). En este tiempo el Señor tiene a Su iglesia en Filadelfia, un pequeño rebaño a través del cual
Dios quiere hacer grandes cosas. No son los más capaces, los más habilidosos o los más conocedores de la
Palabra. Tienen poca fuerza, pero guardan la palabra del Señor y no niegan Su nombre. Hemos descubierto
que es la palabra quien hace la obra de Dios (Apocalipsis 3:7-8; Isaías 55:10; Juan 15:7).
3. La iglesia en Filadelfia es quien va a concluir esta era, pero el fin solamente vendrá si la iglesia predica el
evangelio del reino hasta los confines de la tierra (Mateo 24:14). Es imposible que las personas conozcan qué
es el evangelio del reino en un rápido contacto en las calles. ¡Por eso, dejamos los libros con ellas! Si estas
personas leen los libros y profundizan en la palabra, conocerán el deseo de Dios y el gobierno de Cristo en
nuestra vida. Una vez que Él gobierne sus vidas, todas las cosas serán colocadas en orden.
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MARTES
1. Dios declaró que escogió a Cristo como Rey sobre el Monte Sion. Este Cristo que Él escogió, hoy tiene la
humanidad. Él es la conexión perfecta entre el Creador y la creación. (Salmo 2:1-6) Cuando llega el tiempo
final Dios no soporta más la degradación. En estos tiempos Dios convoca a Su iglesia para concluir esta era.
Entonces, Su Pueblo se presenta voluntariamente en el día de Su poder. En el momento de la aurora, en el
anuncio de la llegada de la mañana, las gotas de rocío caen del cielo, esas gotas de rocío son los jóvenes.
¡Dios quiere formar un ejército de jóvenes santos! Es por eso, que entre nosotros está aconteciendo ese
milagro con los jóvenes, adolescentes y niños. (Salmo 110:3, KJA).
2. La Palabra que sale de la boca de Dios es nuestra seguridad y garantía de que estamos en el camino correcto.
Es la palabra que nos alimenta, da la dirección y hace la obra de Dios. Las cosas están aconteciendo muy
rápidamente y no es por nuestra capacidad, sino por creer en esa Palabra, ella misma hace la obra. (Isaías
55:10)
3. Jesús hacía la obra del Padre en la tierra por medio de la palabra. En los capítulos quinto, sexto y séptimo de
Juan, registran que Jesús no hablaba Sus propias palabras, sino las palabras del Padre. Él también dijo que
no vino a la tierra para hacer Su voluntad, sino la voluntad del Padre (Juan 6:38). Además de eso, Él no
buscaba Su propia gloria, sino la gloria del Padre (Juan 5:44). Jesús también dijo que la obra de Dios es hecha
cuando el hombre cree en Su enviado y oye Su palabra (Juan 6:29). Por tanto, la palabra de Dios hace Su
obra. (Alimento diario, Libro 1, Semana 2, Martes).
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MIÉRCOLES
1. Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en
los cielos. Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias (Colosenses 4:1-2).
2. Para tener la realidad en las relaciones profesionales el camino es orar con “sus siervos”. Si consigue llevar
a las personas a orar juntas en el trabajo, tenga la certeza de que el ambiente será diferente. Por eso el Señor
nos dio un camino práctico que es la inmersión en la palabra. Practíquela con su esposa, esposo, hijos,
colegas, jefes o trabajadores y cambiará el ambiente en su trabajo, en su matrimonio, de su familia. Todo eso
va a cooperar con Dios para entretejer un tejido de amor (Colosenses 2:2).
3. El amor de Dios entre nosotros nos tiene que unir en todas las áreas de nuestra vida. Esa es la realidad de la
vida cristiana. Deje de vivir una vida cristiana y de la iglesia de solo fachada, de apariencia. Hagamos morar
la Palabra de Cristo en nosotros. ¡Así Él pasa a controlar nuestra vida, gobernar nuestro matrimonio, nuestra
familia, nuestro trabajo, el servicio en la iglesia, la predicación del evangelio en las calles, el colportaje y podrá,
finalmente, volver! ¿El Señor puede contar contigo? Permita que la palabra de Cristo cuente con usted. Vamos
a seguir la verdad en amor. (Mateo 7:21-22; Colosenses 3:16; Efesios 4:15)
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 JUEVES
1. Debemos aprovechar todas las oportunidades para vivir en oración haciendo inmersión en la palabra. No
perdamos el tiempo, más bien vamos a redimirlo. Colosenses 4:2 habla de velar con acción de gracias. La
palabra “velar” es para alguien que espera algo. ¿Cuál es la esperanza de un cristiano? ¡Es la venida del
Señor! ¡Esa es nuestra gloria! Cristo en nosotros, la esperanza de gloria (Colosenses 1:27).
2. La mejor manera de vivir velando es ser llenos del Espíritu y hacer morar en nosotros la palabra de Cristo.
Vamos a velar y orar, haciendo inmersión en la palabra que nos da dirección, como la luz de una antorcha
para no equivocarnos de camino. Si nos equivocamos de camino el león nos puede devorar. Por eso es
importante la palabra profética. Ella nos da la seguridad para no caer en las garras del enemigo (Marcos 13:35-
37).
3. Por estar luchando por el Reino de Dios, el diablo está intentando encontrar en nosotros cualquier brecha para
atacar. Por eso debemos estar siempre velando, perseverando en oración, pues en cada momento hemos
tenido la victoria por medio de la palabra del Señor y de la oración (1 Pedro 5:8-11).
4. Orar por el apóstol, por el liderazgo de la obra del Señor, pero más específicamente por la Palabra, pues es
ella quien hace la obra de Dios, que da dirección y órdenes para que la iglesia las ejecute. Si el diablo logra
anular la Palabra, la iglesia estará perdida, sin dirección. Pero si hay una puerta, la Palabra es hablada y
cuando ella es hablada, la obra de Dios es realizada por el creer (Colosenses 4:3).
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VIERNES
1. Esta procesión que estamos siguiendo es de Cristo y todos los principados y potestades opositoras de Cristo
ya fueron vencidos en la cruz. Dios ya exaltó a Cristo en los lugares celestiales, sobre todo principado y
potestad. Si esa obra fuese solamente humana, hubiera miedo. Pero siendo de Cristo no hay miedo, porque
Él ya venció en la cruz. (2 Corintios 2:17; Colosenses 2:15).
2. Cuando Pablo habla sobre “este ministerio” en 2 Corintios 4:1, no se refiere solamente al ministerio personal
de él, sino, al ministerio que le fue encargado hacer. Este ministerio es para la edificación del Cuerpo de Cristo,
el ministerio del Nuevo Pacto. Es la obra que Dios quiere ejecutar en nuestra época, por medio de ese
ministerio. Pablo hablaba la verdad y producía realidad en la iglesia (2 Corintios 4:1-2).
3. Solamente la Palabra de Dios tiene el poder para llevar nuestra mente a la obediencia de Cristo. Cuando la
iglesia, por medio de la obediencia, llegue a la perfección, Cristo vendrá. Él usará la obediencia de la iglesia
en Su autoridad, para castigar toda desobediencia, y todo será lanzado hacia el lago de fuego, incluyendo a
Satanás, en el final del milenio (2 Corintios 10:4-6; Efesios 1:9, 22-23; Apocalipsis 20:10).
4. La palabra que salía de la boca de Pablo no era de él, sino, la Palabra de Dios. Si no fuese, no funcionaría, no
haría la obra de Dios y el Espíritu no la confirmaría. Por eso, necesitaban orar por Pablo. Para que, cuando él
abriese la boca, la Palabra de Dios saliese con intrepidez, y fuese conocido el misterio del evangelio (Efesios
6:18-20).
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SABADO
1. Deuteronomio 18:18 se refiere a Jesús, semejante a Moisés, que fue la boca del Señor. Un verdadero profeta,
que es la boca del Señor, tiene que poner Sus Palabras en su boca y está obligado a hablar todo lo que Dios
le mande. No tiene la libertar para hablar sus propias palabras. Esa es la responsabilidad de un profeta. Él vive
con temor y temblor, porque sus propias palabras no producen la obra de Dios. Por eso debemos orar por
quien realmente habla por Dios. (Deuteronomio 18:18, 20-22; Números 9:23; Efesios 6:18-19).
2. ¡La obra de Dios tiene que partir de Dios! Ella parte de Dios por medio de Su Palabra, cuando esta es hablada
a la iglesia. ¡Cuando creemos en la Palabra, la propia Palabra realiza la obra de Dios! El Nuevo Pacto no
depende de nuestra capacidad de hablar, de hacer las cosas, de cumplir la ley, porque este ministerio del
Nuevo Pacto es del Espíritu y depende solamente del Espíritu, pero también necesita de mi cooperación en
creer en esta Palabra (Juan 6:29, 14:10; 2 Corintios 3:4-6).
3. ¡Cómo Dios ha hablado con nosotros en estos últimos días! Podemos testificar lo bendecidos que somos por
recibir este hablar abundante. ¡Su palabra hace que todo acontezca! Cuando Él habla, la obra es realizada.
En el pasado, Él habló por los profetas; ahora, es el Hijo quien habla. Cristo es la propia Palabra que hace que
la obra de Dios acontezca. (Hebreos 1:1-3; 1 Juan 1:1-3) (Alimento Diario, Libro 1, Semana 2, Sábado).
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DOMINGO
1. Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no
enseñen diferente doctrina (…), que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe. Pues,
el propósito de esta amonestación es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no
fingida. (1 Timoteo 1:3-5)
2. No todos los hermanos vieron a Pablo como el profeta que habló la palabra profética a la iglesia. Aceptaban
muchos otros tipos de hablares y él apenas era uno más. Esa visión no cerrará esta era. Tenemos que ver que
la palabra de Pablo era la palabra de Dios para el Cuerpo de Cristo. Era la única palabra que estaba haciendo
la obra de Dios, que es la economía de Dios, en la fe. (2 Timoteo 1:15; Colosenses 4:3-4).
3. Por la misericordia del Señor, Su gracia nos alcanzó y fuimos rescatados de una vida fútil. Dia a día, estamos
siendo llenados con la vida y naturaleza divina hasta estar plenos de Dios, esto es, hasta alcanzar la plenitud
de Dios. Así alcanzaremos la plena filiación y entonces el Señor volverá. ¡Esa es la esperanza de nuestro
llamamiento! (Alimento Diario, Libro 1, Semana 2, Domingo).