El Orgullo - Pablo Serrano PDF
El Orgullo - Pablo Serrano PDF
El Orgullo - Pablo Serrano PDF
Cuando nos preguntan cómo nos va con el orgullo muchos tenemos una
reacción inmediata: “¿Orgulloso, yo? No creo”. Así nos convencemos de que
no somos orgullosos. Estoy seguro que cuando respecta a un tema tan
delicado y fuerte como este, lo ultimo que se nos viene a la mente es que
este tema no tiene nada que ver con nosotros.
Para los consejeros, en algún lugar cerca de la parte superior de la lista está la
pregunta, “¿Qué problemas encuentras más a menudo?”. La depresión, la
ansiedad, la ira, el conflicto matrimonial, todos están ahí. Pero la respuesta a
lo que está hasta más arriba en la lista tal vez te sorprenda. Es el orgullo.
Esto no debería ser una sorpresa para nadie, y menos para los
cristianos. Proverbios 6:16-19 lista siete características que Dios desprecia y la
primera (“ojos soberbios”) es una forma proverbial de hablar acerca del orgullo.
Pero, ¿qué es el orgullo, cómo nos afecta, y cómo el evangelio nos libra
de él?
El orgullo produce una vida pendiente de las apariencias. Nos susurra que
debemos controlar lo que otros piensan de nosotros y crear una imagen sin
debilidad o necesidad. Ser una persona orgullosa es tener una actitud ególatra.
El orgullo es un sentimiento que hace que nosotros nos sintamos mejor y más
importante que los demás. Porque no toleramos que haya alguien que no sufra
o padezca el mismo pecado que yo.
Mis hermanos, madurar quiere decir crecer en conformidad a Jesus, o sea ser
parecidos a Jesus tanto en carácter, voluntad y emociones. Así que, madurar
es sinónimo de parecernos a Jesus, y el orgullo es el principal síntoma de
inmadurez espiritual.
- Romanos 12:10, Juan 15:12, Mateo 23:13, Lucas 9:23, Filipenses 2:3.
Romanos 12:3
1) ¿Busco siempre tener la razón por encima de otros? Toma en cuenta cada
vez que das algún aporte en la pf. ¿No opinas porque tenes miedo a
equivocarte y preferís vivir con la duda y el error?
2) ¿Cuido y me preocupo por mantener una reputación ante otros? Para
responder toma en cuenta si cuando te ministras le contas o no todo a tu
hermano mayor. Toma en cuenta si tienes miedo a verte vulnerable
delante de los demás o preferís verte con una voluntad inquebrantable.
3) ¿Mis conversaciones se concentran o terminan por señalar los errores de
otros?
4) Cuando soy cuestionado, ¿argumento como si fuera criticado? Toma en
cuenta si estas dispuesto a ser exhortado solo por el pastor o también
por otro líder con autoridad.
5) ¿Produzco escenarios para ser reconocido porque siento que merezco
aprobación?
6) ¿Me siento vulnerable frente a otros y prefiero alejarme de ellos?
7) ¿Pienso que soy lo suficientemente importante como para evitar
responsabilidades? Toma en cuenta cada vez que el pastor hace un
llamado para que sirvamos, o cuando un líder de otra pf pide que
ayudemos a alguien en necesidad, o cuando uno de nosotros padecemos
necesidad.
8) Ahora surge otra pregunta, ¿Cuándo yo padezco necesidad no confío en
que mis hermanos van a ayudarme y por eso no lo cuento? Toma en cuenta
cada vez que estás en alguna necesidad y no quieres verte vulnerable.
9) ¿Busco ser competitivo incluso en los momentos sencillos y de diversión?
10) ¿Descalifico con mis pensamientos atodo el que me rodea? Toma en
cuenta a la persona que hace bien la cosas y es recompensado en publico
por ello, o cada vez que el pastor llama a que predique una nueva persona
en la pf.
Quiero que veamos 3 perspectivas para que penses como si fueran facetas de
la verdadera humildad cristiana:
CONCLUSIÓN
El evangelio nos muestra la realidad de que necesitamos depender de Cristo.
Vivir a la luz de esta verdad destruye el orgullo y edifica la humildad en
nosotros. La Biblia revela que Cristo nos libró de la necesidad de tener la razón
y pelear por ella; ahora podemos tener deleite en que Él es la verdad y siempre
tiene la razón. El evangelio nos libra de “ser fuertes” según nuestro criterio para
reconocer nuestra debilidad e identificar nuestra fuerza en Cristo (2 Corintios
12:10).
Nuestra batalla contra el orgullo no terminará cuando dejes de leer entre líneas,
pero algo si sabemos: Cristo, siendo en forma de Dios, se humillo para ser
como nosotros y así nos libro del pecado para formar en nosotros su carácter
(Romanos 8:29).
Él sigue salvando orgullosos del cual yo soy el peor. Así que humillemonos y
demos testimonio de su humillación que trajo salvación.
Nosotros tendemos a llevarnos por nuestra naturaleza pecaminosa, de modo
que cuando somos corregidos tendemos a criticar y culpar a las circunstancia,
a los demás, a nuestro pecado, al diablo, pero no somos lo suficientemente
honestos como para analizarnos y decir que SOMOS NOSOTROS LOS
CULPABLES, NOSOTROS CAEMOS PORQUE ORGULLOSAMENTE
CONFIAMOS MÁS EN NOSOTROS MISMOS, NOSOTROS SOMOS LOS
ÚNICOS ORGULLOSOS QUE TENEMOS UN MÁS ALTO CONCEPTO DE
NOSOTROS MISMOS, NOS ESTIMAMOS TANTO QUE NO VEMOS FALLAS
EN NOSOTROS, ASI QUE LIMITAMOS E IMPEDIMOS A DIOS OBRANDO EN
NUESTRAS VIDAS PORQUE NO NOS DEJAMOS MOLDEAR NI ENSEÑAR
POR JESÚS A TRAVÉS DE LA PALABRA.
Y aun así, murió para darte una segunda oportunidad. Para que ahora por
medio de su Palabra expuesta podamos analizar nuestras vidas. Para que esa
misma Palabra que da vida, nos vaya conformando a imagen y semejanza de
Jesús de modo que ahora podemos ver a la luz de la verdad las mentiras que
creemos.