Resumen de Hamartiología-Ramirez PDF

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RESUMEN DE LA DOCTRINA
DE PECADO
Sergio Antonio Ramírez Pérez

LA CAÍDA DEL HOMBRE – DOCTRINA DEL PECADO


EL ORIGEN DEL PECADO Y GÉNESIS 3
A. EL ORIGEN DEL PECADO EN CUANTO AL HOMBRE
Génesis 3 no pretende hablar del origen del pecado en le universo, sino de su origen en la raza humana.
A diferencia del pecado satánico, que se inició dentro del corazón de Satanás (Ez. 28:15-19), el pecado
del hombre se inició fuera, a través de la tentación satánica.

1. LOS DISTINTOS ACERCAMIENTOS A GÉNESIS 3

a) MÍTICO
Esta posición rechaza todo elemento histórico en Génesis 3 y trata el relato como un cuadro religioso
que transmite verdades importantes acerca del hombre y su condición moral. E. Young, no obstante,
señala que hay una gran diferencia entre este registro de la caída del hombre y fábulas bien conocidas.
El registro de la caída del hombre no tiene una moraleja añadida; no es poesía, sino prosa; la
historicidad del evento es respaldada por la referencia de Pablo al mismo (Ro. 5:12-19; 1 Ti. 2:13, 14); y
la maldición de Dios sobre la serpiente indica que ella es más que un mero símbolo.1 Esta posición mina
el concepto de la redención y deja el pecado humano sin explicar.

b) HISTÓRICO
Hay los que admiten la historicidad de los eventos narrados en Génesis 3, pero insisten en que el pasaje
no debe ser interpretado literalmente. El problema con esta posición es que no dice hasta dónde llega lo
que debe ser interpretado literalmente y lo que no, ni quién señala esos límites. Es una explicación
inconsecuente con el método de interpretación literal y socava la autoridad de las Escrituras.

c) LITERAL
Siguiendo el método de interpretación gramático histórico literal, el pasaje es reconocido como histórico
en todas sus partes, aunque reconociendo que el relato funciona como modelo del proceso que sigue
toda tentación y consiguiente pecado (2 Corintios 2:11).

d) LA INICIATIVA DIVINA
Es claro que el hombre no hubiera desobedecido si no hubiera habido mandamiento que transgredir.
Pero Dios da un mandamiento específico (Gn. 2:17), porque desea una decisión específica de parte de
Adán. Este es el primer mandamiento de la Biblia cuya obediencia trae bendición y cuya desobediencia,
maldición. Determina el tono de todos los otros mandamientos de Dios. La prohibición tenía como
propósito bendecir y no limitar, como Satanás va sugerir. Por medio de la obediencia el hombre vería
abrirse ante él el camino del desarrollo y el crecimiento de su comunión con Dios, así como su dominio
sobre la creación. La desobediencia resultaría en un cambio en el estado de Adán. Probablemente antes
de la Caída Adán no era mortal ni inmortal. Tanto la mortalidad como la inmortalidad eran para él

1
E. J. Young, Genesis 3, citado por Barackman, Pág. 216.
2
opciones reales. De la manera que el comer del árbol de la ciencia del bien y del mal produjo muerte, el
comer del árbol de la vida habría conducido a la inmortalidad. Pero habiéndose decidido por uno, las
puertas al otro deberían necesariamente quedar cerradas (Gn. 3:22-24). Inversamente, la deducción que
se puede hacer es que si el hombre hubiera resistido la tentación, habría alcanzado una posición en la
que ya no podría pecar. El camino hacia el árbol de la ciencia quedaría también cerrado, si no física, sí
moralmente.

Comúnmente se hace una diferencia entre inocencia y justicia y santidad. Se dice que Adán era inocente,
pero no justo ni santo, porque no había sido expuesto a la tentación y vencido. Puede objetarse que Dios
es justo y santo sin relación alguna con la tentación (Stgo. 1:13), pero, desde luego, Dios es Dios.

e) LA INTERVENCIÓN SATÁNICA
S. Limbach apunta, “Dios posee un poder más fuerte que la mera fuerza física que destruye a su
oponente. Su poder es la justicia y, por lo tanto, otorga justicia incluso a sus adversarios... Pero Satanás
es el príncipe de este mundo. Confrontado por él, el hombre debía representar la justicia de Dios en la
tierra. Debía reinar sobre la creación en el nombre de Dios y hacer la obra de Dios en él. De esta manera
el enemigo sería expulsado legalmente. Pero si la liberación del mundo hubiese de ser efectuada
completamente de acuerdo a la justicia y a la verdad, entonces una oportunidad debía ser concedida a
Satanás, el enemigo de Dos, de extender su dominio mundial sobre el hombre, como también el
permitirle tentarlo”.2

B. EL MÉTODO DEL PECADO Y LA SECUENCIA DE LA CAÍDA


El primer pecado del hombre prefigura todos los demás. Satanás no es muy innovador, por lo que un
entendimiento de su acción al principio ayudará a entender toda su acción subsiguiente.

1. LA TENTACIÓN
El pecado se inicia con una incitación al mal. En el caso de Adán y Eva, la incitación vino de parte de
Satanás. Él es el promotor del pecado en la raza humana. Sin embargo, a partir de la Caída, todos
nacemos con una naturaleza pecaminosa que también nos incita al mal (Stgo. 1:13-15).

a) EL TENTADOR
En última instancia, toda tentación viene de Satanás (Mt. 16:23). Satanás aparece en el Edén en forma
de serpiente. No se especifica la relación entre Satanás y el animal. Hay los que creen que la serpiente
debe ser vista únicamente como un símbolo de la codicia, la lujuria, de la razón equivocada, o de
Satanás. El juicio de Génesis 3:14, sin embargo, no tendría sentido si la serpiente fuera sólo un símbolo.
Otros creen que ella tendría capacidad de hablar antes de ser maldecida, de donde lo que hizo lo habría
hecho en voluntaria sujeción a los deseos satánicos. Eso sí explicaría Génesis 3:14, 15, pero introduciría
el problema de la existencia de animales racionales. Otra explicación es que Satanás simplemente tomó
posesión de ella. O que adoptó su forma. Probablemente fue una posesión, como la de los cerdos (Mt.
8:31, 32), mediante la cual Satanás acentuó una característica del animal que le era propia: “era astuta”.
“La descripción de la serpiente como ‘astuta’ (arum) es poderosa, en vista de la nota de la nota en el
versículo precedente de que ellos dos estaban desnudos (arummim). La palabra... conlleva la idea de ser
cauto, de saber dónde están las trampas y dónde se ocultan los peligros. Esta cualidad de cautela no es
mala en sí misma, porque de acuerdo con Proverbios 1:4, el crédulo y el simple necesitan cultivarla.
Pero aquí la astucia será usada para un mal propósito. El juego de palabras con ‘desnudos’ sostiene la
idea de que la mención de su desnudez implica que eran ignorantes del mal, no sabiendo dónde
acechaban los peligros”.3 El Nuevo Testamento acepta la literalidad de la serpiente y la identifica con
Satanás (Cf. Ap. 12:9, 14, 15; 20:2). El Señor Jesucristo exhorta a los suyos a imitar su astucia, pero no
su malicia (Mt. 10:16).

2
Citado por E. Sauer, The King of the Creation¸ Pág. 74.
3
Ross, Pág. 134.
3
b) EL ENGAÑO
Que Satanás se haya manifestado como una serpiente astuta implica que la tentación hace uso del
disfraz. Lo malo es hecho parece bueno; lo despreciable, deseable; lo necio, sabio (Cf. Jn. 8:44; 2 Co.
11:3, 13-15). El engaño estuvo dirigido principalmente a Eva (1 Ti. 2:14), pero hay un sentido en que
también alcanzó a Adán.

¿En qué sentido fue engañado Adán? En que la tentación vino a él a través del ser que más amaba. Adán
fue puesto entre la espada y la pared. Su amor por Eva fue puesto en la balanza en contraposición al
amor a Dios. En una fracción de segundo Adán calculó el resultado y tomó la decisión. La desobediencia
de Eva le acarrearía la muerte y él no quiso ser separado de ella. Comió del fruto prohibido con pleno
conocimiento de causa (1 Ti. 2:14; Ro. 5:12, 17-19). Desde la perspectiva de Satanás, la caída de Adán fue
una jugada maestra de astucia. Desde nuestra perspectiva, la lección que podemos sacar es que todo
pecado es en última instancia una falta de amor por Dios (Cf. Stgo. 1:12). Es por eso que el amor a Dios
es el más grande mandamiento, la obediencia al cual será nuestra más grande protección contra la
tentación. Seremos engañados por Satanás cada vez que amemos más cualquier cosa antes que a Dios
(Cf. Lc. 14:26).

Por su lado, el engaño de Eva es más gráficamente descrito en la narración de Génesis 3: (1) Distracción.
Satanás no viene como alguien superior o extraño ante quien Eva se hubiese puesto en guardia. Viene
bajo la apariencia de una forma conocida y subordinada, ante la cual Eva no siente la necesidad de
precaverse. La tentación viene frecuentemente a través de lo que nos es normal, natural, familiar y
lícito. (2) Corrupción. Como un estratega consumado, Satanás no empieza con un ataque directo, que sí
efectuará más adelante, sino con uno indirecto. Por el momento se trata simplemente de sembrar la
duda. Esto lo hace mediante el uso de la Palabra de Dios (Cf. Mt. 4:6). Se acerca a Eva aludiendo al
mandamiento de Dios como algo para ser discutido y no tanto obedecido. La corrupción del propósito del
mandamiento la logra mediante la corrupción de la letra del mandamiento. (3) Indecisión. Satanás
universaliza un mandamiento que es particular. El propósito de la exageración es introducir
incertidumbre con respecto de (a) la precisión de la Palabra; (b) la bondad de la intención de Dios; (c) la
subordinación que era natural a Adán y a Eva.

c) LA ALTERNATIVA
En este momento Eva debió haber recurrido a la mejor defensa que tenía a su disposición: la claridad
del mandamiento de Dios (Sal. 119:9, 11), tal como Jesús lo hizo en circunstancias parecidas (Mt. 4:4, 7,
10). Además de este recurso, nosotros podemos resistir la tentación (1) reconociendo que ser tentado no
es pecado --no debemos darnos por vencidos antes de tiempo (1 Co. 10:13); (2) orando (He. 4:14-16); (3)
huyendo (2 Ti. 2:22); (4) atendiendo a la exhortación de los hermanos (He. 3:12, 13). Por otro lado, la
tentación puede ser prevenida velando y orando (Mt. 26:41).

2. EL PECADO
La Cueva dice, “Los efectos de la tentación en el ánimo de Eva, conforme aquí se describen, son ya
consecuencia de un pecado interior, en la raíz de la personalidad...”.4 Sin embargo, quizá sea mejor
considerar la descripción como el detalle de los pasos que condujeron a “dar lugar al diablo” (Ef. 4:27),
que es lo opuesto a resistirle (Stgo. 4:7). Los pasos son los siguientes.

a) DEBILITAMIENTO
El punto flaco de Eva fu su manejo del mandamiento de Dios. Introdujo tres cambios en él. El primero es
que ella disminuye la provisión de Dios. No incluye el “todo” de Génesis 2:17. De esta manera, Eva
empezó a debilitar aquello que podía haber sido su apoyo contra la tentación. Satanás ha ganado ventaja
sobre nosotros si logra introducir en nuestra mente la idea de que la provisión de Dios para nuestras
vidas no es todo lo abundante que debiera de ser. El descontento es pecado y puerta abierta a otros
pecados.

4
La Cueva, Pág. 117.
4
b) AGRAVAMIENTO
En segundo lugar, Eva añade a la prohibición de Dios. Dios no había dicho nada acerca de “tocar” el
árbol. El hecho que Eva lo diga habla del éxito de Satanás en introducir la duda con respecto del carácter
de Dios. Con su adición Eva pinta a Dios no sólo más severo, sino incluso arbitrario. Siempre que
perdamos de vista la absoluta bondad de Dios, erraremos (Stgo. 1:16-18).

c) MINIMIZACIÓN
En tercer lugar, Eva repite el castigo por el pecado, pero de una forma suavizada. Dios había dicho
“ciertamente morirás” y Eva dice, “para que no muráis”. Una vez más vemos que Satanás hizo una
jugada maestra al atacar a Adán a través de Eva. Eva había recibido el mandamiento de Dios de labios
de Adán, no de labios de Dios mismo. Quizá por esta razón las palabras no habían quedado tan
distintivamente grabadas en su mente. O puede ser que Adán no haya transmitido el mensaje
adecuadamente. Pero lo más probable es que la tentación había nublado la visión que Eva tenía de la
realidad. De cualquier forma, la lección para nosotros es que la flaqueza en el conocimiento de la
Palabra conducirá a menoscabo de la bondad de Dios, minimización de Su severidad, y debilidad para
resistir la tentación (Ef. 5:16 con Ro. 10:17).

d) NEGACIÓN
Alentado por el descubrimiento de la ignorancia de Eva en el uso de la “espada” (Ef. 6:17), Satanás ya no
tiene reparo alguno en mentir abiertamente (Cf. Jn. 8:44). La mentira la he venido repitiendo a cada ser
humano a lo largo de la historia: no hay castigo por el pecado, no moriréis. Una formidable barrera
contra el pecado la constituye el “temor de Dios”, el reconocimiento de que de ninguna manera tendrá
Dios por inocente al culpable (1 P. 1:17; Nah. 1:3). La disposición a modificar ligeramente el
mandamiento de Dios ha dejado a Eva expuesta a una abierta negación del mismo.

e) DIVINIZACIÓN
Satanás continúa haciendo la desobediencia más atractiva presentándola como el medio para la
superación personal y, no como lo que es, el medio de la degradación personal. Para hacer esto,
sustituye la promesa de maldición por una mentira de bendición. De paso, degrada el carácter de Dios
presentándolo como egoísta y mentiroso, mientras exalta su propio carácter, haciéndose pasar por
alguien interesado en el bienestar del ser humano (Cf. 1 P. 5:8). El cebo que pone en el anzuelo es la
divinidad. Asegura a Eva una semejanza a Dios (dice “como”), semejanza que ella ya poseía (Gn. 1:26),
pero que a través de la desobediencia vería mermada. Es irónico que muchas veces pecamos tratando de
alcanzar aquello que ya poseemos, pero que por falta de entendimiento no disfrutamos. Satanás dice a
Eva que la semejanza a Dios podrá ser alcanzada mediante el conocimiento del bien y del mal. Otra vez
Satanás ofrece algo que Eva ya posee. Ella conoce lo que está bien y lo que está mal mediante la
revelación que Dios le ha transmitido. Es Dios quien define lo que es bueno y lo que es malo al
establecer normas según Su propio carácter. Es bueno lo que está en armonía con lo que Dios es; es
malo lo que no lo está. Desde luego, igual que las demás áreas de la personalidad de Eva, este
conocimiento iría desarrollándose en la medida que ella Lo obedeciera. En todo caso, lo único que nuevo
que Satanás podría estar ofreciendo sería un atajo para llegar a la plenitud del conocimiento del bien y
del mal. La desobediencia de Eva le proporcionó tal conocimiento, pero de manera experimental. Si
tenemos un conocimiento teórico de lo que sucederá su saltamos al vacío del décimo piso, no
necesitamos en absoluto un conocimiento experimental de lo mismo. Esta es la “oferta” que Satanás
hizo a Eva y nos continúa haciendo a nosotros cada día de nuestra vida con infinidad de variantes.

Por otro lado, la promesa satánica de ser “como Dios, sabiendo el bien y el mal” puede ser también
entendido en otro sentido. Satanás estaría ofreciendo autonomía. El conocimiento del bien y del mal no
sería algo teórico o experimental, sino algo determinativo. En este sentido, Eva llegaría a ser como Dios
al determinar por sí misma qué era lo bueno y qué era lo malo; qué era lo que le convenía. Satanás
estaría prometiendo independencia (Cf. Is. 14:14), cuando en realidad lo que resultaría de la
desobediencia sería esclavitud (Cf. Ef. 2:1-3; 2 Ti. 2:25-26).
5
Desde la perspectiva de Eva, el no haber resistido a Satanás desde el primer momento la expuso a la
presentación del pecado como algo bueno, deseable, atractivo. Satanás no acostumbra tentarnos con los
desagradable, sino con lo agradable. Y lo desagradable frecuentemente es convertido en agradable si
seguimos pensando en ello. Únicamente siendo capaces de ver más allá de la superficie y más allá de lo
inmediato, con la perspectiva de lo invisible y lo eterno, seremos capaces de decir NO al pecado.

f) CONSUMACIÓN
No fue sino hasta que la actitud interna de Eva hacia el fruto prohibido hubo cambiado que dirigió sus
ojos al mismo. Fue a través de la vista que Eva fue confirmada de forma triple en la conveniencia de
desobedecer. El fruto prohibido apeló a sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. El fruto ya
no era “malo”, sino “bueno” para comer, admirar y ser sabio (Cf. 1 Jn. 2:15-17; Jos. 7:21; Mt. 4:1-12; He.
4:15). La mirada despierta la codicia (Cf. Ex. 20:17; Dt. 5:21), y la codicia mueve a la acción: “tomó”.
Debemos recordar que si bien es cierto muchas veces la primera mirada no puede ser evitada, la
segunda siempre es voluntaria (Cf. Mt. 6:21-23; 2 Ti. 2:22; 2 Co. 11:3).

g) PROPAGACIÓN
“Culpa compartida, culpa disminuida”. Una de las formas más fáciles de acallar la conciencia culpable es
involucrar a otro en nuestro pecado. Eva “comió; y dio a su marido, el cual comió así como ella” (Gn.
3:6). El pecado se propagó como aceite sobre la superficie del agua a la primera pareja y de allí a la raza
humana. La secuencia de los verbos “comió”, “dio”, “comió” habla de lo rápido que se desciende en el
pecado una vez se ha iniciado el camino. Debemos recordar que Satanás frecuentemente usará a los que
están más cerca de nosotros para llevarnos a pecar (Cf. Dt. 13:6-11).

3. LOS EFECTOS DEL PECADO


La sentencia de Dios “ciertamente morirás” (Gn. 2:17) se cumplió inmediatamente. Que el hombre y la
mujer siguieran vivos físicamente no le desdice. La muerte en la Biblia es entendida más como
separación que como extinción. Al pecar, el hombre murió de varias formas.

a) MUERTE PSICOLÓGICA
Tanto el hombre como la mujer experimentan después de la caída emociones nuevas para ellos:
vergüenza (v. 7), culpabilidad (v. 8), miedo (v. 10). Internamente el hombre ha dejado de ser una
persona integrada y se ha convertido en un ser lleno de conflictos e inquietudes. Internamente el ser
humano está en guerra consigo mismo (Stgo. 4:1). La desnudez que Adán percibe es más que física. Es la
conciencia de la incapacidad de esconder la culpa delante de Dios.

b) MUERTE SOCIOLÓGICA
El hombre queda separado de Dios y la separación de Dios lleva a la separación de la mujer (v. 12). Ver
lo apuntado bajo “Consecuencias de la Caída” en “La Perspectiva Horizontal del Hombre”, arriba en
estas notas.

c) MUERTE CÓSMICA
La caída introduce además un conflicto permanente entre la descendencia de la serpiente y la de la
mujer. Primero, Dios maldice a la serpiente por la parte que jugó en la caída. No que tan maldición
demande intencionalidad. Sólo habla de las consecuencias del pecado, que siempre van más allá que el
trasgresor. La maldición no cae sólo sobre la serpiente (debe haber un comparativo “mas” en el v. 14),
pero sí es proporcional a su participación pasiva. Segundo, Dios anticipa el resultado final del mismo
(Cf. Jn. 1:12; 8:44; Lc. 22:3, 53; He. 2:14; Ap. 20:10). Que este es un conflicto cósmico, que alcanza más
allá que la humanidad se trasluce en pasajes como Daniel 10:12, 13; Jd. 9; Ap. 12:7-12.

d) MUERTE ECOLÓGICA
La Tierra queda bajo maldición y se convierte en fuente de dolor para el hombre (Gn. 3:17-19), “por
cuanto obedeciste a la voz de tu mujer”. Hay aquí un reproche implícito de Dios a Adán. Si obedecer es
6
manifestación de amor (Jn. 14:21), Dios está diciendo al hombre cuál será la pena por haber amado más
a su esposa que a Él. No que el trabajo sea el castigo por el pecado, sino la fatiga en el mismo (Cf. Gn.
5:29). Incluso esta muerte ecológica será revertida por la obra redentora del Señor Jesucristo primero,
mediante la renovación del universo presente al tiempo del establecimiento del reino milenial (Is. 11:5-
9; 35:1, 2, 5, 7; 65:20, 25), y segundo, mediante la creación de cielos nuevos y tierra nueva (Ap. 21:1; 2
P. 3:7-13). Es una renovación que toda la creación aguarda (Ro. 8:19-22). “La redención de la tierra se
mantiene indisolublemente ligada con la existencia y desarrollo de la raza humana. La redención de la
tierra está, a pesar de todo, todavía unida al hombre... Aun cuando su liberación pueda en muchos
sentidos desarrollarse por canales distintos a los que se hubiera desarrollado de no haber caído el
hombre, el pensamiento básico permanece, que el hombre es el instrumento para la redención de la
creación terrenal...”.5 Esto, desde luego, no debe llevar al extremo del panteísmo oriental de la nueva
era, que defiende la Tierra por deificarla, primero, y por sentirse parte de esa deidad, segundo.

En relación con los efectos ecológicos de la Caída puede mencionarse también el tema de la
superpoblación de la Tierra. Dios dijo, “fructificad y multiplicáos” (Gn. 1:28). Sin embargo, como
resultado de la Caída Dios dijo, “multiplicaré en gran medida los dolores de tus preñeces” (Gn. 3:16). El
hecho de que los dolores serían multiplicados sugiere que el castigo por el pecado no es el dolor en sí,
sino la multiplicación de los mismos. Ross nota que “...ya que no hay dolor en l concepción, la palabra
«concepción» [traducida en la Reina Valera por «preñeces»] debe ser tomada como una sinécdoque
representando todo el proceso que comienza con la concepción.”6 Los dolores no tienen que ver sólo con
el parto (“darás a luz”, del he. Yalad, “engendrar”, “dar a luz”, fatigar”), sino con el cuidado durante los
primeros años (Dt. 32:18, BJ, BA).7 Parece ser que el castigo para la mujer incluyó el tener demasiados
hijos.8 Ross hace la importante observación de que estos oráculos de juicio, “...no son mandamientos
que deban ser obedecidos sino declaraciones de cómo ha de ser la vida. Por ejemplo, si una mujer evita
el dolor del parto o un hombre el sudor de su trabajo, no están violando un mandamiento. Que deban
hallar formas para evitar el dolor y prevenir el sudor prueba que los oráculos están en efecto”.9

e) MUERTE FÍSICA
Génesis 3:19 anticipa el agobio del trabajo hasta “que vuelvas a la tierra”. Con esto se llega a la
culminación del proceso que empezó en el momento de pecar. Sucederá la separación de la parte
material del hombre de su parte inmaterial, “y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu a Dios
que lo dio” (Ec. 12:7). La muerte física puede dar paso a la muerte eterna si la persona muere
físicamente estando muerta espiritualmente (Cf. Ap. 20:14, 15). Inmediatamente después de recibir el
anuncio de su castigo Adán hace algo muy significativo. Da nombre propio a su mujer. LaCueva apunta,
“Es curioso que sea precisamente después de la caída (vr. 20), cuando Adán pone nombre propio su
mujer, llamándola Eva (en hebreo havvah, “vida”), viniendo a ser «madre de todos los vivientes» (o sea
de todos los seres humanos, en el sentido de Gn. 2:7), justamente cuando acababa de convertirse en
madre de todos los mortales. Génesis 3:15 nos ofrece la solución a este enigma, pues, a consecuencia de
la profetizada victoria del Redentor sobre la serpiente, se abría de nuevo para la vida eterna, por fe en el
futuro Mesías...”.10 Adán anticipa por fe que la muerte física, y todas las otras muertes, será vencida por
medio de la redención. Como para corroborar el significado de la acción de Adán, “Jehová Dios hizo al
hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Gn. 3:21).

Debe también ser señalado que el vestido que Dios proveyó fue en sí mismo diferente al que el hombre
había pensado. Adán tomó hojas de un árbol inanimado y sin sentimiento; Dios privó de la vida a un
animal, para que la vergüenza de Su criatura pudiera ser aliviada. Esta era la última cosa que Adán
hubiera pensado hacer. Para nosotros la vida es barata y la muerte común, pero Adán reconocía la muerte
como el castigo por el pecado. La muerte era para el primer hombre señal de la ira de Dios. Y él tuvo que

5
Sauer, Pág. 97.
6
Ross, Pág. 146.
7
Harris, Archer y Walltke, “yalad”, Pág. 379.
8
F. A. Shaeffer, Pág. 95.
9
Ross, Pág. 144.
10
LaCueva, Pág. 114.
7
aprender que el pecado no podía ser cubierto por un montón de hojas arrancadas de un matorral
mientras pasaba y que crecerían una vez más el año siguiente, sino solamente a través del dolor y la
sangre. El pecado no puede ser expiado por cualquier acción mecánica ni sin la inversión de sentimiento.
El sufrimiento siempre seguirá a la trasgresión. Desde el primer pecado hasta el último, la senda del
pecador está marcada con sangre. Una vez hemos pecado no podemos adquirir paz permanente de
conciencia si no es a través del sufrimiento, y éste sufrimiento no es sólo nuestro. El primer indicio de
esto fue dado tan pronto como la conciencia fue despertada en el hombre. Fue hecho claro que el pecado
es un mal real y profundo, y que el pecador no puede ser restaurado por un proceso fá cil y barato. La
misma lección ha sido escrita en millones de conciencias desde entonces. El hombre ha encontrado que
sus pecados alcanzan más allá de su propia vida y persona, que acarrea daño e involucra perturbación y
congoja, que cambia totalmente nuestra relación para con la vida y para con Dios, y que no podemos
sobreponernos a sus consecuencias a no ser por una intervención de Dios mismo, por una intervención
que nos diga del dolor que Él sufre por nuestra causa... Porque el punto principal es que e s Dios quien
mitiga la vergüenza del hombre. 11
La muerte física será revertida sólo por la redención y por la resurrección, de manera que el camino al
árbol de la vida tiene que ser cerrado (Gn. 3:22-24). Como resultado de la desobediencia el hombre ha
alcanzado algo que no tenía: la semejanza divina a través de un discernimiento de lo que es bueno y lo
que es malo. Pero esto que ha llegado a adquirir es algo que no debe durar porque acarrea miseria. La
muerte física es por lo tanto, otra de las muestras del amor de Dios para con Su creación. Prolongar la
vida física en la condición caída sería prolongar la miseria.

TÉRMINOS, DESCRIPCIÓN Y DEFINICIÓN DE PECADO12


“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”, dice Proverbios 14:12.
La norma de conducta no la establece la imaginación del hombre, sino el carácter de Dios. Es delante de
Dios que todo pecado ocurre, “Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes
cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal
delante de Jehová” (Números 32:13). La ley de Dios expresa el carácter de Dios que sirve como criterio
objetivo de juicio para nuestra conducta: “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la
muerte y el mal” (Deuteronomio 30:15).

A. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
La Biblia utiliza una serie de palabras para hacer referencia al pecado. La principal palabra para
“pecado” en el Antiguo Testamento es hata, que significa “errar” la diana. Aparece, por ejemplo en
Jueces 20:16, “De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los
cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban”. Y en Proverbios 19:2, “El alma sin
ciencia no es buena, y aquel que se apresura con los pies, peca”. Pecar es no alcanzar la norma que Dios
ha establecido. Romanos 2:14, 15 nos dice que la norma de Dios es para todos, aunque no tengan la ley,
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no
tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando
testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”. Otro término para pecado
que también asume que hay una norma es pesha, traducido como “rebelión”, “trasgresión”. En este,
caso, el pecado no es tanto pasivo, no llegar a lo que Dios demanda, sino activo, sublevarse contra lo que
Dios pide. Un tercer término para pecado es awon, “iniquidad”, “culpa”. En la Biblia la culpa más que un
sentimiento es un hecho. El término habla de una desviación o una perversión de la norma divina. En la
Biblia el lenguaje del pecado es también el lenguaje de la redención. Un ejemplo de esto es la palabra
hatta’t , que significa “pecado” y “ofrenda por el pecado”.

David usa en su oración de confesión de pecado en el Salmo 51 los tres términos para pecado:

11
Marcus Dods, citado por Ross, Pág. 149.
12
Adaptado de Laurence O. Richards, Expository Dictionary of Bible Words¸ “Sin”
8
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones (pasha).
2 Lávame más y más de mi maldad (awon),
Y límpiame de mi pecado (hattat).

3 Porque yo reconozco mis rebeliones (pasha),


Y mi pecado (hattat) está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado (hatta),
Y he hecho lo malo (ra’) delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
5 He aquí, en maldad (awon) he sido formado,
Y en pecado (hete) me concibió mi madre.

6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,


Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7 Purifícame (hata) con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados (hete’),
Y borra todas mis maldades (awon).

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,


Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores (pasha) tus caminos,


Y los pecadores (hatta) se convertirán a ti.
14 Líbrame de homicidios (dam), oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.

Lawrence apunta que observando el desarrollo de este salmo, notamos que David identifica su pecado
con los tres términos principales del Antiguo Testamento para el mismo. Al pecar con Betsabé se rebeló
contra las normas de Dios, no llegó a las demandas de las mimas, y de desvió de lo que estaba prescrito
(vrs. 1-2). Así, sólo la misericordia y la fidelidad de dios pueden servir de base para el clamor de David
de ser limpiado de pecado. Luego (vr. 3) David reconoce su rebelión y fracaso. Sólo cuando el pecado es
reconocido como pecado podemos tratar con las miserias que vienen como consecuencia. Además, David
confesó a Dios, “Contra ti, contra ti solo he pecado” (vr. 4). Esto no significa que su pecado no dañó a
Betsabé o a su esposo. Significa que David reconoce que la norma contra la que ha pecado es la que Dios
ha establecido. Una moralidad relativista que mide el pecado en función del daño hecho a otros no es
bíblica. Las otras personas pertenecen a Dios, y Dios ha establecido las normas para la protección de
ellos y la nuestra. De esta manera, el pecado es contra Dios, y porque es contra Dios, el Señor es quien
debe ser reconocido “justo” en Su Palabra y “puro” cuando juzga. El versículo 5 da un indicio de la
doctrina desarrollada por Pablo en el Nuevo Testamento. Desde el tiempo de su concepción David no ha
llegado a la norma de Dios, desde el nacimiento David se ha desviado de la regla divina. No hay rebelión
aquí, porque en esta etapa temprana no hay implicadas acciones concientes. Pero de alguna manera las
raíces del pecado están enlazadas profundamente dentro de la personalidad de David, de manera que
David no puede ser separado del pecado, incluso si se traza su identidad hasta la misma concepción. No
obstante, es en el ser interno, en el corazón de la personalidad humana, que Dios desea la verdad (vr.
6). La referencia a ser limpiado con hisopo es al sacrificio de sangre; la planta era usada para salpicar la
sangre de los sacrificios del Antiguo Testamento. A la luz de su propia bancarrota, David pide que Dios
actúe – que esconda su rostro (que no vea, que no juzgue) de sus pecados (vr. 9). Pide a Dios que realice
9
una obra creadora dentro de su corazón (personalidad) y lo capacite por Su Espíritu. Después que Dios
haya respondido estas plegarias, David podrá animar a los transgresores a que sigan el camino que él ha
tomado – que se vuelvan a Dios, que descansen no en la justicia humana, sino en la justicia divina (vrs.
11-14).

B. EN EL NUEVO TESTAMENTO
1. LAS DOS PRINCIPALES PALABRAS PARA “PECADO”
Como el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento está lleno de palabras relacionadas al concepto del
pecado: falta, culpa, injusticia, ofensa, trasgresión, maldad, entro otras. Desde luego, se mencionan
muchos pecados específicos como asesinato, robo, mentira, adulterio, idolatría. Sin embargo, hay dos
grupos de palabras en el griego que resumen el concepto de pecado. Una palabra, adikia, significa
“obrar mal”, “injusticia”. Su enfoque está en el pecado como una acción consciente que resulta en un
daño visible a otros en violación a la norma de Dios. El verbo adikeo es traducido “ser injusto”, “dañar”,
“tratar mal”, “defraudar”. La palabra del Antiguo Testamento que más se parece a su área de significado
es awon. El término más comúnmente traducido “pecado” es hamartia, cuya área de significado es tan
amplia que incluye los tres principales términos del Antiguo Testamento. El pecado no es sólo una
acción, sino una realidad interna que aprisiona a cada individuo. El pecado es, desde luego, acciones.
Pero en el Nuevo Testamento el pecado, especialmente en los escritos de Pablo, es también un principio.
Cuando se habla de “pecado”en singular, puede hacer referencia a acciones o al principio interno, y
cuando habla de “pecados” hace referencia a las acciones pecaminosas.

2. UN RESUMEN DE LA ENSEÑANZA SOBRE EL PECADO


El pecado entró en el mundo por un hombre (Ro. 5:12-14); “mora” en la personalidad humana (Ro. 7:17-
8:2); mata y esclaviza (Ef. 2:1-3); su perdón está vinculado al Señor Jesús (Mt. 9:2-6); su fuente está en
el corazón (Mt. 15:16-20); no imposibilita el hacer algún “bien” (Lc. 6:32-34)13; sólo la fe en Jesucristo
libera del pecado y de su condenación (Jn. 8:21-42); todos hemos pecado (Ro. 1-3); la ley es la norma y
el espejo que revela el pecado (Ro. 3:19, 20); Dios muestra Su amor dando a Su Hijo para que pague por
nuestros pecados (Ro. 5:1-11); la evidencia de la universalidad de la muerte (Ro. 5:12-21); por nuestra
unión con Cristo, el poder del pecado en nosotros es inutilizado (“hemos muerto al pecado”) para que
tengamos libertad de someternos en obediencia a Dios (Ro. 6); el pecado es una realidad interna que no
puede ser resistida sólo con la determinación de obedecer la ley de Dios (Ro. 7); el Espíritu Santo nos da
el poder para obedecer la ley cuando dependemos de Su dirección en nuestras vidas (Ro. 8); sólo la
nueva vida en Cristo puede librarnos de la servidumbre al pecado (Ef. 2:1-7); Dios nos perdona y
renueva desde adentro sobre la base del sacrificio de Cristo (He. 10); la naturaleza pecaminosa
permanece en nosotros y se manifiesta en pecados que han de ser confesados y no negados para perdón,
comunión y limpieza interna (1 Juan 1:5-2:2); el Señor Jesús vino para quitar el pecado legalmente
(perdón) y experimentalmente (victoria) de manera que la nueva vida que tenemos en él sólo se hace
manifiesta al no pecar.

CLASIFICACIÓN DEL PECADO 14

A. EL PECADO PERSONAL
1. SIGNIFICADO

13
“Depravación total” no significa que somos todo lo malo que podríamos ser, sino que todo nuestro ser ha sido
afectado por el pecado de manera que no podemos alcanzar la norma de Dios por nosotros mismos en manera
alguna.
14
Adapatado de La Biblia de Estudio Ryrie, págs. 1833, 1834.
10
Son los pecados que hacemos. Pueden ser voluntarios o deberse a ignorancia. Errar el blanco también
incluye dar en el blanco equivocado.

2. CASTIGO
Nuestros pecados resultan en pérdida de comunión con el Señor.

3. REMEDIO
Perdón. Quita la culpa.
Justificación. Es la declaración de que se atribuye (imputa) la justicia de Cristo al pecador.

B. LA NATURALEZA DE PECADO
1. SIGNIFICADO
El pecado de naturaleza es la capacidad e inclinación a hacer cosas que no agradan a Dios.

2. ESCRITURAS
Romanos 1:18-3:20; 2 Corintios 4:4; Efesios 4:18.

3. RESULTADOS DEL PECADO DE NATURALEZA


Depravación total. Es la total falta de méritos delante de Dios Dios.
Muerte espiritual. Es la separación de Dios.

4. TRANSMISIÓN DE LA NATURALEZA PECAMINOSA


Es transmitida de padres a hijos (S)

5. REMEDIO
La regeneración, que una nueva naturaleza con capacidad para obedecer a Dios.
El Espíritu Santo, quien nos da el poder para vencer a la tendencia pecaminosa con la cual nacimos y
que permanece en nosotros hasta que tengamos cuerpos glorificados.

C. EL PECADO IMPUTADO
1. SIGNIFICADO
Es el pecado que resulta de la participación que cada uno de nosotros tiene en el pecado de Adán.

2. ESCRITURA
Romanos 5:12. Todos nosotros estábamos representados legal y orgánicamente en Adán participando de
su pecado y contrayendo su culpabilidad.

3. TRANSMISIÓN
La culpa y la pena de este pecado es transmitida directamente a cada uno de nosotros.

4. CASTIGO
Muerte física.

5. REMEDIO
La justicia imputada de Cristo (2 Corintios 5:21).

D. EL PECADO EN LA VIDA DEL CRISTIANO


11
1. TODOS LOS CREYENTES PECAMOS (1 JUAN 1:8-10)
2. LA NORMA
Debemos andar en luz (1 Juan 1:7).

3. LOS PREVENTIVOS PARA EL PECADO EN NUESTRA VIDA


1. La Palabra (Sal. 119:11). 2. La intercesión de Cristo (Jn. 17:15). 3. La morada del Espíritu (Jn. 7:37-39).

4. LOS CASTIGOS PARA NUESTRO PECADO


1. Pérdida de comunión con Dios (1 Jn. 1:6). 2. Pérdida de comunión con los hermanos (1 Co. 5:4-5). 3.
Disciplina del Padre (He. 12:6). 4. Enfermedad, debilidad y muerte física (1 Co. 11:30).

5. EL REMEDIO PARA EL PECADO


La confesión ante Dios (1 Jn. 1:9).

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