Economía Clásica

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Economía clásica

Paula Nicole Roldán


2 min
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La economía clásica es una escuela de pensamiento económico que se basa en la idea
de que el libre mercado es la forma natural del funcionamiento de la economía y que
esta produce progreso y prosperidad.

La economía clásica reorientó el pensamiento económico alejándose del


enfoque que se basaba en las preferencias de los gobernantes o las clases
sociales. Los clásicos enfatizaron los beneficios del libre comercio y
desarrollaron un análisis organizado del valor de los bienes y servicios como
reflejo de su costo de producción.

Los economistas clásicos se oponían a la intervención del gobierno en el


mercado a través de controles de precios, cuotas, regulaciones o cualquier otro
mecanismo que alterara su normal funcionamiento.

Orígenes e historia de la economía clásica


El inicio de este pensamiento económico se suele fijar en el año 1776, cuando
se publicó la obra de Adam Smith “Una investigación sobre la naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones”.

Su desarrollo posterior se vio marcado por una época en donde


el capitalismo era el sistema económico dominante y la revolución industrial
generaba importantes cambios socio-económicos. Ver orígenes de la
economía.

Algunos de los economistas que se asocian a la economía clásica son: Adam


Smith, Jean Baptiste-Say, David Ricardo, Francois Quesnay, Thomas
Malthus, Frederic Bastiat y John Stuart Mill.

Principios básicos de la economía clásica


Los postulados o principios básicos de la economía clásica son los siguientes:

 El libre mercado dará como resultado una asignación óptima de los recursos.


 El gobierno no debe intervenir en el funcionamiento del mercado. De hacerlo
sólo generará ineficiencia y obstaculizará alcanzar el equilibrio de mercado.
 Los precios se ajustan de manera natural al alza o a la baja (incluyendo los
salarios) para que los mercados logren su equilibrio.
 El mercado del trabajo se encuentra en pleno empleo. Si se
observa desempleo este será de carácter friccional o voluntario.
 La producción total está determinada por el pleno empleo de los recursos. De
esta forma, la oferta está dada y los cambios en la demanda sólo generan
cambios de precios.
 La política monetaria es ineficaz.
 La política fiscal es ineficaz.
 El valor de un bien está determinado por la cantidad de trabajo que se utiliza en
producirlo.

Teoría del valor en la economía clásica


Guillermo Westreicher
4 min
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La teoría del valor en la economía clásica está representada principalmente por


las hipótesis de Adam Smith y de David Ricardo. Ambos pensadores
intentaron explicar qué variables determinan el valor de una mercancía.

Por un lado, Adam Smith, considerado por muchos el padre de la economía


moderna, argumenta que el valor de un bien en el largo plazo se justifica por
los factores de producción. Estos son, por ejemplo, las horas hombre
necesarias en el proceso de fabricación.

Asimismo, según Smith, en el corto plazo, el valor —reflejado en el precio—


subirá o bajará dependiendo de si la demanda aumenta o cae, respectivamente.

Por otro lado, para David Ricardo, el valor de la mercancía dependerá del
esfuerzo laboral necesario para producirla y de su disponibilidad. Cuanto más
difícil sea encontrar un bien para comprarlo, más valioso será.

Teoría del valor de Adam Smith


La teoría del valor de Adam Smith distingue entre valor de uso y valor de
cambio. El primero proviene del hecho de que el producto satisface una
necesidad. Por ejemplo, los alimentos permiten saciar el hambre.

A su vez, el valor de cambio es el precio pagado en el mercado para adquirir un


bien. Según Smith, este depende —en una economía primitiva o rudimentaria—
de la cantidad de trabajo utilizada para la producción de la mercancía.
Supongamos que para fabricar un vestido José María invierte doce horas de
trabajo. De igual modo, David requiere la mitad de ese tiempo para producir un
par de zapatos.

Entonces, José María podría entregar el atuendo que confeccionó a cambio de


dos pares de los zapatos que David manufactura. A esto se le conoce como la
ley del valor-trabajo.

Smith advierte que lo anterior funciona en una sociedad primitiva. Sin embargo,
en una economía más desarrollada la situación cambia.

La teoría de los costes de producción

En primer lugar, en un mundo capitalista, los consumidores desconocen los


tiempos necesarios en cada proceso de producción. Por consiguiente, el valor
de cambio ya no estará determinado por el trabajo incorporado, sino que
surgirá de la suma de tres elementos: las remuneraciones, las ganancias del
capitalista y las rentas del latifundista.

A lo anterior se le denomina la teoría de los costes de producción. En este


punto, cabe explicar que para Smith existían tres grupos en la sociedad, cada
uno propietario de un factor de producción:

 Trabajadores: Dueños de la fuerza laboral. Reciben un salario o sueldo a


cambio de su esfuerzo.
 Capitalistas: Propietarios del capital. Invierten dinero esperando recibir
ganancias.
 Terratenientes: Dueños de la tierra. Se les paga una renta o alquiler por el uso
del suelo.

Según Smith, existe un precio natural de la mercancía que se determina por la


suma de las remuneraciones, las ganancias y las rentas.

Luego, el precio de mercado dependerá de la ley de oferta y demanda. Si la


cantidad producida del bien no alcanza para abastecer a todos los
consumidores, el precio será mayor al natural.

De igual modo, cuando la cantidad demandada y ofertada coinciden, el precio


natural es igual al precio del mercado.

Cabe señalar que algunos académicos sostienen que Smith no desarrolló una
teoría del valor propiamente dicha. Esto, debido a que no explica en detalle
cómo se determinan las rentas y las ganancias.
Teoría del valor de David Ricardo
La teoría del valor de David Ricardo toma en consideración dos elementos.
Primero, el esfuerzo laboral necesario para fabricar un bien. Este puede ser
variable, diferenciándose de Smith que lo asumió como constante.

Ricardo observa que en campos más fértiles son necesarias menos horas de
trabajo, en comparación a las zonas menos productivas.

Si queremos cultivar, por ejemplo, un kilo de soya, en las mejores tierras se


necesitarán 10 horas de trabajo al día. En cambio, en aquellos lugares menos
apropiados para la siembra se podría necesitar el doble de esfuerzo (20 horas
hombre) para conseguir la misma cantidad del alimento en el mismo lapso de
tiempo.

En segundo lugar, Ricardo hace referencia a la escasez del bien. Cuanto más
complicado sea adquirir una mercancía, mayor será su valor.

Esto es importante, sobre todo, en el caso de aquellos bienes que son difíciles o
imposibles de reproducir, por ejemplo, una obra de arte famosa. Dicha
circunstancia es la menos común.

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