Oncilla
Oncilla
Oncilla
Las orejas son relativamente largas, similar en tamaño y forma a los gatos
domésticos. El hocico no es abultado en la zona donde nacen las vibrisas. La cola es
corta, la mitad del tamaño de la cabeza y cuerpo juntos, presenta de 7 a 13 bandas
irregulares oscuras. Las patas son pequeñas (Sunquist y Sunquist, 2009).
s el felino más pequeño del Ecuador, incluso es más pequeño que un gato doméstico,
viven en los bosques tropicales de nuestro país. Rara vez observados en la naturaleza, se
sabe muy poco de su comportamiento y ecología en vida salvaje.
Es un animal terrestre pero muy ágil y buen trepador, se refugia en cuevas o huecos de
árboles. Aunque prefiere estar en el suelo. Su silueta, forma y huella se parecen a las de
un gato doméstico.
La piel es gruesa y suave con bastante lana suave o dura, cuenta con numerosas rosetas
irregulares de color oscuro en el dorso y los flancos, la parte inferior es pálida con
manchas oscuras. Su piel rayada y con puntos le ayuda para un mejor camuflaje en la
selva, sus oídos tienen la facilidad de ubicar rápidamente a la presa. Aunque tienen
bastante actividad durante el día, son animales nocturnos, por ello tienen una visión
desarrollada por la noche, tiene garras retráctiles es decir que las sacan al momento de
atrapar y desgarrar la piel de sus presas, y las guardan cuando no las necesitan en una
cavidad, esto permite que siempre estén afiladas.
Amenazas: Las Oncillas están críticamente amenazadas de extinción, estudios
realizados en la cuenca del río Amazonas sugieren que las poblaciones existentes son
extremadamente pequeñas. La piel es codiciada por la cacería ilegal, para la fabricación
de elementos como cinturones, carteras, etc. El mayor depredador de la oncilla es el ser
humano, se cree que habrá una disminución del 30% en su población en los siguientes
15 años debido a actividades antrópicas como la cacería, destrucción de hábitats,
competencia con animales introducidos, etc.