Sistema Nacional de Pensiones

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CARRERA DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

DERECHO LABORAL 02

INTEGRANTES:
1) Roxana Lourdes Cárdenas Arriaga N00165359
2) Dennis Isaac Ávila Bacilio N00166011
3) Alfredo Guevara tenorio N00216029
4) Jaime Alfonso Mendoza Briceño N00211129
5) Marco Antonio Vásquez Ortiz N00231032
6) José Luis Silva Sánchez N00242598

DOCENTE:
Dr. HENRY EDUARDO SILVA TRUJILLO

Cajamarca - Perú
2023
INTRODUCCIÓN

El sistema previsional peruano está constituido por tres regímenes principales,


el del Decreto Ley No. 19990 (denominado Sistema Nacional de Pensiones -
SNP), el del Decreto Ley No. 20530 (denominado Cédula Viva) y el Sistema
Privado de Pensiones (SPP). Los dos primeros son administrados por el
Estado y forman parte del Sistema Público de Pensiones; mientras que el
tercero es administrado por entidades privadas denominadas Administradoras
Privadas de Fondos de Pensiones (AFP).

El Sistema Nacional de Pensiones se configura a partir de un sistema de


reparto. En ese sentido, corresponde indicar que los aportes que realicen los
afiliados, se destinan a un fondo común de pensiones que será repartido entre
los mismos afiliados una vez que se cumplan una serie de requisitos
determinados. De esta forma, se logra apreciar que al igual que en el caso del
Programa Pensión 65, el principio de solidaridad es la base del Sistema
Nacional de Pensiones. Ello, se aprecia en una solidaridad intergeneracional e
intrageneracional; siendo los propios afiliados, aquellos que financian el
otorgamiento de pensiones para sus similares, a través de sus aportes a un
fondo común. Sobre este aspecto, es importante considerar una de las
conclusiones del Informe Defensorial N° 99, relacionado con la creación del
SPP y de sus efectos en el SNP: “La creación de las AFPs y la relación entre el
SPP y el SNP ha provocado el traslado de un grupo importante de trabajadores
activos del sistema público al privado; restando de esta manera la base
contributiva que permitía financiar el pago de las pensiones del sistema
estatal.” De esta forma, se ve afectado el principio de solidaridad del SNP, toda
vez que se reduce el número de afiliados cotizantes y genera a la larga,
disminución de recursos destinados al otorgamiento de pensiones de jubilación
y sobrevivencia.
I. ANTECEDENTES Y CRISIS DEL SNP:
El Sistema Nacional de Pensiones del Perú (SNP) se creó en 1973
durante el gobierno del General Juan Velasco Alvarado mediante el
Decreto Ley 19990. El SNP consolida en uno solo los regímenes de
pensiones que existían anteriormente: la Caja Nacional del Seguro
Social (Leyes 8433 y 13640)2/, el Seguro Social del Empleado (Ley
13724) y el Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares
(FEJEP - Ley 17262), a los cuales deroga. La administración del SNP
fue encargada al Seguro Social del Perú, labor que asumió luego el
Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS) con su creación en
1980. El SNP en el Perú funcionó inicialmente como un sistema de
Capitalización Pura Global, en el que un grupo de trabajadores
acumula una parte de sus ingresos en un fondo, el cual se maneja
financieramente generando una rentabilidad. En este sistema,
cuando una generación de trabajadores llega a la edad de jubilarse,
sus pensiones se cubren con los ingresos generados por el fondo,
sin distinción del monto individual aportado y del monto de pensión a
recibir. Es un sistema de capitalización masivo en el cual, si el
manejo del fondo de reserva se hace bien, ese fondo alcanza para
cubrir a los pensionistas futuros. Esta clase de sistema fracasó y se
descapitalizó el fondo de reserva derivándose a un sistema de
reparto, en el cual se establece un compromiso entre una generación
y otra. En el sistema de reparto, en un periodo de tiempo hay
pensionistas que son cubiertos con los aportes de los trabajadores
en edad productiva, los que en el futuro ya no van a existir y serán
reemplazados por los de otra generación, mientras que estos
trabajadores ya serán jubilados. Existe entonces un compromiso de
cada generación de sostener a la anterior. Según la experiencia en
otros países, este sistema necesita cumplir con dos requisitos para
funcionar: que sea masivo y que se mantenga una proporción entre
los trabajadores activos (aportantes) y los trabajadores pasivos
(pensionistas). Si esta relación no se cumple el sistema fracasa. En
1992 se creó en el Perú el Sistema Privado de Pensiones (SPP) el
cual es complementario al SNP. El SPP se basa en la capitalización
individual de los fondos de los aportantes. La pensión que recibe
cada trabajador afiliado a este sistema está directamente relacionada
con los aportes que realizó y con la rentabilidad que ha tenido su
fondo individual. Cabe mencionar que en el SNP la pensión que
recibiría no guarda necesariamente proporción con los aportes que
realizó cada individuo durante su vida activa, y que en el sistema de
capitalización individual se rompe el compromiso intergeneracional
que existe en el sistema de reparto.

II. EL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES DEL DECRETO LEY N°


19990:
II.1 Características fundamentales:
Es el régimen del Sistema Nacional de Pensiones (SNP) normado
por el Decreto Ley 19990 del 24 de abril de 1973 actualmente a
cargo de la Oficina de Normalización Previsional (ONP). Beneficia
a los trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada, a los
obreros y servidores públicos no incorporados al régimen del
Decreto Ley 20530. Es un sistema de reparto en donde los
trabajadores activos constituyen un fondo pensionario común que
en el diseño original debería financiar sus futuras pensiones, es
decir asumiendo el otorgamiento de prestaciones fijas, sobre
contribuciones no-definidas, en valor suficiente para que la
aportación colectiva de los trabajadores financie las pensiones. El
derecho a la pensión de jubilación se determina sobre la base de
los criterios de la edad del trabajador (65 años) y sus años de
aporte (20 años como mínimo), la tasa de aporte es del 13% de la
remuneración pensionable y está a cargo del trabajador, las
pensiones se rigen por topes: con un mínimo (S/. 415) y un
máximo (S/. 857) de pensiones, la pensión corresponde a un
porcentaje de la remuneración de referencia (salvo que ésta sea
menor a la pensión mínima o superior a la máxima). En una
mirada retrospectiva, podemos referirnos al Decreto Ley 19990
como parte del Plan Nacional de Seguridad Social de 1970. En
efecto, es ilustrativo referirse a lo que fue probablemente el primer
y único esfuerzo en el Perú, de un Plan Nacional de Seguridad
Social, donde se planteaba como objetivo "la seguridad social
eficiente y generalizada para toda la población asegurando
inicialmente al trabajador y sus familiares".

En el SNP:

- Tus aportes como trabajadora/trabajador son de carácter


solidario e intangible.
- Los requisitos mínimos para que obtengas una pensión de
jubilación son contar con 20 años de aportes acreditados y
tener 65 años de edad.
- El monto de pensión depende de los años de aportaciones y
del promedio de tus últimas remuneraciones efectivas de tu
vida laboral, según la ley vigente.
- El monto máximo de pensión de jubilación es de S/ 893.00.
- La pensión mínima es de S/ 500.00 para los pensionistas con
20 o más años de aportes.
- Este sistema ofrece los siguientes beneficios:
- Puedes acceder a una pensión de jubilación adelantada:
- Si eres mujer: tener 50 años o más y 25 años de aportaciones.
- Si eres hombre: tener 55 años y 30 años de aportaciones.
- Si tienes cónyuge o conviviente, puedes acceder a la pensión
conyugal siempre que ambos sumen un mínimo de veinte (20)
años de aportes, los mismos que pueden haber sido
efectuados simultáneamente.
- Otorga pensiones por invalidez, viudez, orfandad y
ascendencia, y capital de defunción.

II.2 Principales cuestionamientos o problemática:


Según la información de la ONP se puede constatar que el
financiamiento de las pensiones del SNP del DL 19990, procede
fundamentalmente de recursos ordinarios, es decir de impuestos
generales, lo cual representa el 5 % del Presupuesto Público y el
1 % del PBI. Es decir, las prestaciones al beneficiario no
dependen de sus aportes proporcionalmente como se señala en
la doctrina como un impuesto sobre la planilla, el cual tratarán de
eludir tanto los empleadores como los trabajadores. Esto genera
el problema de la informalidad. Aunque la cifra de inscritos en el
SNP del DL 19990 es algo más de 900 mil trabajadores lo
realmente relevante es la de aportantes y pensionistas.
Otro tema de cuestionamiento es la administración por el Estado.
Así se plantea un conflicto de actores y perspectivas sobre el
tema de pensiones que administra el Estado, lo cual se ha
revelado especialmente polémico en el debate de la reforma
constitucional respecto del Decreto Ley 20530. Los aportantes y
pensionistas asumen que, durante un periodo largo de su vida
laboral, han entregado dinero para garantizar su pensión futura;
se amparan en leyes que reconocen tales derechos. Por tanto,
afirman la acreditación de su derecho para gozar de ellas; y la
expresión cuantitativa de esos derechos es la deuda previsional.
De otro lado, es posible señalar las imprevisiones en materia de
gestión de fondos de financiamiento, con su utilización en
inversiones con rentabilidad social, pero de escaso retomo como
financiamiento futuro; los problemas derivados de haber relajado
criterios razonables de incorporación con normas especiales que
alteran las proporciones de suma de aportes y planilla de
pensiones. El argumento también muestra cómo las aportaciones
realizadas por un afiliado resultan insuficientes para cubrir las
pensiones que se le otorgan, bajo las reglas existentes.
La problemática del sistema de pensiones en el Perú es, desde
hace décadas, motivo de mucha polémica y preocupación por
parte de la población. Al tercer trimestre del presente año, solo el
38.1% de la población adulta mayor presenta cobertura del
sistema de pensiones; así lo dio a conocer el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI) en el informe técnico Situación de
la Población Adulta Mayor, elaborado con los resultados de la
Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO).

De acuerdo con el sexo, el 48.6% de la población masculina


adulta mayor cuenta con un sistema de pensión; en tanto que en
sus pares, las mujeres, solo el 28,8%, existiendo una brecha de
19.8 puntos porcentuales. Del total de población de 60 y más
años que tiene un sistema de pensiones, el 20.6% está afiliado a
la Oficina de Normalización Previsional (ONP), seguido del 10.3%
de afiliados a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP)
y el 4.4% tienen Cédula viva.

En el Perú la edad de jubilación es de 65 años, esté afiliado en la


Oficina de Normalización Previsional (ONP) o en las
administradoras de fondos de pensiones (AFP). En el caso de la
ONP se le descuenta mensualmente un 13% de su sueldo, y en el
caso de las AFP se le descuenta mensualmente
aproximadamente también un 13% de su sueldo, de los cuales
1.36% corresponde a una prima de seguros y el 10% va a una
cuenta individual del afiliado, administrada por las AFP, a efectos
de generar rentabilidad, para que cuando alcance la edad de
jubilación pueda recibir una pensión de jubilación en base al
dinero que haya acumulado durante su vida laboral.

A diferencia de las AFP, en la ONP (según la Ley 27617), el


requisito principal para acceder a una pensión es acreditar 20
años –240 meses a lo largo de la vida laboral– de aporte efectivo.
De cumplirlo, el jubilado recibirá como pensión una proporción de
su último salario, ratio que dependerá de los años de aporte
efectivo adicionales a los 20 años obligatorios. La ley, además,
establece un tope mínimo y uno máximo: la pensión no podrá ser
menor de S/ 415 ni mayor a S/ 857. 
Este requisito de 20 años de aportes como mínimo en la ONP
para poder jubilarse lo considero completamente injusto. Debería
ser mucho menor considerando la realidad laboral en el Perú. En
cuanto a las AFP, considerando la finalidad para la cual fue
creado el fondo que administran (es decir previsional para brindar
al jubilado un pensión digna), dada la cada vez más difícil
coyuntura económica y geopolítica mundial, donde los mercados
bursátiles son muy inestables y ponen en riesgo una rentabilidad
competitiva frente a otras opciones de inversión, en el corto plazo
(con un futuro incierto en el mediano y largo plazo), en mi opinión,
debe flexibilizarse el retiro voluntario de los fondos del aportante,
a efectos de que estos puedan retirar sus fondos y emplearlos en
una alternativa más rentable y segura, dado que con la
inestabilidad citada los afiliados ven como su fondo se va
reduciendo, pese a que mensualmente hacen sus aportes.

En tal sentido, la situación es muy crítica, debiendo los gobiernos


de turno tomar las acciones necesarias para revertir esta
situación. Para ello propongo fortalecer el programa social
destinado a los adultos mayores, que se encuentran
completamente desprotegidos y que no cuentan con un sistema
de jubilación (este programa debe ser cuidadosamente
administrado a fin de que exclusivamente llegue a quienes lo
necesitan, particularmente no apoyo los subsidios, pero en este
caso excepcional se trata de preservar la vida de las personas).
También que se elimine el requisito 20 años de aportes como
mínimo en la ONP para jubilarse, debiendo ser no mayor a cinco
años, así como flexibilizar el retiro voluntario de las AFP. Los
peruanos tenemos el derecho de contar con una pensión digna al
alcanzar la edad de jubilación.
III. CONCLUSIONES:
Luego de las consideraciones expuestas, es oportuno indicar que la
conclusión más relevante es que el sistema previsional peruano
afronta, incluso después de la Reforma Constitucional del año 2004,
un panorama crítico que queda explicado por las ínfimas condiciones
de vida que deben afrontar un gran número de jubilados del Decreto
Ley N° 19990 y, en segundo lugar, un excesivo gasto presupuesta!
para el Estado Peruano debido a la coexistencia de regímenes
previsionales que generan desigualdad en el universo de
pensionistas del país (tal como es el caso del Decreto Ley N° 20530),
aspecto criticado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
ente rector de la actividad laboral y de seguridad social a nivel
mundial a la prestación básica que otorgue el Estado, y en
consecuencia, se deberá pasar de un modelo alternativo a un modelo
complementario en el ámbito previsional.
Por otra parte, consideramos indispensable que se efectúe un
Estudio Financiero Actuaria! que determine la situación real de los
Regímenes Previsionales Públicos que actualmente coexisten en el
país, a fin de que la reforma planteada se sustente en el pleno
conocimiento de la situación real de los Regímenes Pensionarios de
los Decretos Leyes N° 19990 y N° 20530, así como también se
elabore un Código Previsional, el cual deberá contener los aspectos
sustanciales del Derecho Previsional, así como el ejercicio procesal
del derecho fundamental a la pensión (requisitos para acceder a una
pensión en el RUP, la entidad competente, las instancias
administrativas y el proceso contencioso administrativo en materia
previsional).
En ese contexto, es imprescindible que se produzca una reforma
integral en materia de pensiones, a través de la unificación de la
administración de los regímenes previsionales de los Decretos Leyes
N° 19990 y N° 20530. Asimismo, con la finalidad de fortalecer dicha
unificación, el Sistema Privado de Pensiones debe convertirse en un
elemento complementario.
Todas estas medidas sugeridas tienen como objetivo primordial
garantizar un derecho a la pensión con
respeto de la dignidad humana y, persiguen adecuar nuestro sistema
normativo a las disposiciones
contenidas en el Convenio N° 1 02 de la Organización Internacional
del Trabajo (OID).
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍAS:
 Aponte G. (2009), Protección social para adultos mayores en
municipios rurales de Bolivia, La Paz, HelpAge International.
(2008), “Protección social para adultos mayores”, documento
preparado para el seminario Protección social para adultos
mayores, HelpAge International, La Paz, 21 de octubre.
 Banco Mundial (1994), Envejecimiento sin crisis: políticas para
la protección de los ancianos y la promoción del crecimiento,
Washington, D,C., Oxford University Press.
 Bertranou F. (2006), Envejecimiento, empleo y protección
social en América Latina, Santiago de Chile, Organización
Internacional del Trabajo.
 Bertranou, F. y C. Grushka (2002), “Beneficios sociales y
pobreza en Argentina: estudio del programa de pensiones no
contributivas”, Pensiones no contributivas y asistenciales.
Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay, F. Bertranou y
otros, Organización Internacional del Trabajo (OIT).

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