Compendio de Derecho Constitucional - Bidart Campos
Compendio de Derecho Constitucional - Bidart Campos
Compendio de Derecho Constitucional - Bidart Campos
BIDART CAMPOS
COMPENDIO DE
DERECHO CONSTITUCIONAL
Capítulo I
NOCIONES PRELIMINARES
El derecho de la constitución
OM
jurídico.
A lo mejor la terminología “derecho constitucional” no nos tiene acostumbrados a
pensar en profundidad lo que acá significa el sustantivo “derecho”, seguido del adjetivo
“constitucional", por lo que vale la pena dedicarle un párrafo. Hablar de “derecho
constitucional” es tanto como hablar de “derecho de la constitución”, con lo que aludimos
a que la constitución tiene naturaleza jurídica. O que es “derecho”. Y decir que es
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“derecho” equivale a afirmar que la constitución manda, prohíbe, permite, obliga, vincula,
tiene eso que se da en llamar fuerza normativa, o vigor normativo. No son consejos, no
son directivas. Son normas jurídicas que describen lo que hay que hacer, lo que no se ha
DD
de hacer, lo que se puede hacer.
sujetos con otros; y hay valores. Las normas, las conductas y los valores son jurídicos, y
componen las tres dimensiones del mundo jurídico: el orden normativo, el orden
sociológico. y el orden axiológico (o dikelógico, sí damos por cierto que dikelogía es ciencia
de la justicia).
OM
Las fuentes
8.— Las fuentes del derecho constitucional argentino se clasifican así:
a) Fuentes formales:
a’) normas codificadas en el texto de 1853-1860 con sus reformas de 1866, 1898, 1957
y 1994;
a’‘) normas escritas que se hallan fuera del texto codificado, como son las leyes a las
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que por su materia o contenido cabe calificar como leyes “constitucionales”; por ej.: la ley
de partidos políticos, de ministerios, de ciudadanía, de habeas corpus, de amparo, etc.
a’”) tratados internacionales, algunos con jerarquía igual a la de la constitución, y otros
solamente superiores a las leyes; por ej., los que enumera el art. 75 inc. 22 de la
DD
constitución; el Acuerdo (o concordato) con la Santa Sede, de 1966; la Convención de
Viena sobre derecho de los tratados, etc.
b) Fuentes materiales (que dan origen a contenidos en la dimensión sociológica del
derecho constitucional, o sea: en la constitución material);
b’) el derecho consuetudinario (costumbre); por ej., la que muestra que el congreso
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cumple todas sus competencias dictando leyes (o sea. con forma de ley);
b”) el derecho espontáneo, que surge rápidamente de conductas que quedan
propuestas como “modelo” para ser imitadas por otras similares en casos análogos y en
poco tiempo; la diferencia con el derecho consuetudinario radica en el lapso que se
requiere para crear el producto: el derecho consuetudinario necesita largo tiempo y
FI
muchas conductas similares; el derecho espontáneo no, y ello porque siempre hay una
interconexión con el poder que acelera el surgimiento del producto; por ej., tiene origen
el derecho espontáneo la mala praxis que desde la reforma de 1994 ha llevado a un abuso
en el dictado de decretos de necesidad y urgencia, en violación al excepcional supuesto
OM
siguiente resultado:
a) El texto originario, histórico y fundacional data de 1853, como producto de la
Convención Constituyente que ejerció el poder constituyente originario:
b) ese texto se completó en 1860, cuando también en ejercicio del mismo poder
constituyente originario se integró la provincia de Buenos Aires a las otras provincias
preexistentes;
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c) la codificación articulada en la constitución de 1853-1860 planificó el régimen
político con pretensión de continuidad futura, y volcó a su contenido todo cuanto hacían
aconsejable los antecedentes que, al menos desde 1810 fueron perfilando el estilo
cultural de nuestra sociedad; esta génesis permite afirmar que la constitución de 1853-
DD
1860 participa, en ese sentido, del tipo tradicional - historicista, en cuanto plasmó y
legitimó los caracteres fundamentales que se habían venido alineando en la comunidad
social preexistente;
d) hay suficiente base para sostener que, no por mera afición racionalista, sino por la
mencionada tradición histórica, la constitución hizo suyos cuatro contenidos que cabe
LA
El preámbulo
14. — El preámbulo de la constitución contiene y condensa las decisiones políticas
fundamentales. En él se comprimen las pautas del régimen, los fines y objetivos, los
valores y principios propugnados, el plan o programa del constituyente.
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El preámbulo comparte la juridicidad y la fuerza normativa de la constitución. Por eso,
hay que conferirle aplicación.
Podemos desglosarlo así:
- a) Cuando alude a los "representantes del pueblo”, da a entender que el pueblo o la
sociedad es el titular del poder constituyente originario:
- b) cuando añade “por voluntad y elección de las provincias…” reconoce la
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preexistencia histórica de las provincias que en 1853 y 1860 dieron origen a la
constitución;
c) cuando se refiere al “cumplimiento de pactos preexistentes”, deja en claro que el
poder constituyente ejercido por el pueblo de las provincias en 1853 y 1860 ha tenido
DD
base contractual o consensual en los instrumentos que fueron preparando, como
antecedentes, la formación y el nacimiento del estado federal argentino:
d) cuando enuncia seis fines que, a la vez, aparecen como bienes y valores, traza el
lineamiento del proyecto político; esos seis fines son:
_ constituir la unión nacional;
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_ afianzar la justicia:
_ consolidar la paz interior;
_ proveer a la defensa común;
_ promover el bienestar general;
_ asegurar los beneficios de la libertad,
FI
15.— Todo lo que inicialmente había de hacerse de conformidad con los verbos y los
fines recién citados, persiste y se mantiene actualizado como propuesta que, día a día,
necesita y exige las respuestas que la circunstancia de cada tiempo y lugar hacen
17. — La interpretación puede tener un fin de puro conocimiento por ej., cuando se
estudia derecho constitucional, o un fin aplicativo práctico por ej., cuando los jueces han
de resolver un caso dictando una sentencia en virtud de normas de la constitución.
19. — Cuando falta una norma en la constitución o en los planos que se sitúan por
debajo de ella, hay que cubrir ese vacío, que suele apodarse laguna. Hay una carencia o
ausencia de norma, y para salvar la omisión de norma hay que hacer una operación de
relleno o cobertura, que se llama integración.
En tanto la interpretación presupone que hay una norma a la cual se interpreta, la
integración da por cierto que falta una norma y que, para solucionar un caso determinado,
hay que integrar el vacío elaborando, para ese caso, una norma.
20. — Aun así, la integración siempre exige también respetar la constitución, de modo
que para elaborar la norma faltante y dar solución a un caso, esa norma que se fabrica
como cobertura de la norma ausente, debe ser compatible con la constitución. Esto
implica que hay que -a la vez- interpretar la constitución para ver si la norma fabricada
como supletoria de la que falta está o no de acuerdo con la constitución. De no respetarse
la constitución, la norma sustitutiva de la norma que falta haría incurrir en
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inconstitucionalidad a la decisión que para el caso se adoptara mediante integración.
22. — Conviene dejar bien aclarado que los principios generales de la constitución -o
DD
los simples principios- y también los valores, son aplicables no solamente cuando por
integración hay que cubrir un vacío normativo, sino a la vez, y mucho, cuando hay normas
a las que dar interpretación. Es así porque principios y valores del sistema axiológico de la
constitución dan luz para entender y saber cuál es el sentido de las normas existentes.
LA
Capítulo II
LA SUPREMACIA DE LA CONSTITUCION
4. — Para defensa de la constitución suprema, hace falta que exista y funcione algún
sistema de control. El control constitucional sirve de garantía para declarar que las normas
y los actos violatorios de la constitución son inconstitucionales. El efecto de tal
declaración, según cómo sea el sistema de control, puede limitarse a desaplicar la norma
o el acto inconstitucionales en el caso donde así se declara y dispone, o adquirir un efecto
general que llegue hasta derogar la norma o el acto inconstitucionales.
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recién citado art. 75 inc. 22.
El texto respectivo que los menciona dice, a continuación, que "no derogan artículo
alguno de la primera parte de esta constitución y deben entenderse complementarios de
los derechos y garantías por ella reconocidos”.
¿Qué quiere decir esto? A nuestro criterio interpretativo quiere decir lo siguiente:
a) si ningún artículo de la primera parte de la constitución queda derogado por normas
.C
de uno o más instrumentos internacionales aludidos en el art. 75 inc. 22, conviene añadir
que ninguna norma de tales instrumentos es inaplicable o queda descartada por algún
artículo de la primera parte de la constitución; sencillamente, unas normas y otras se
suman, sin que, entre sí, alguna sufra derogación o inaplicación por causa de otra;
DD
b) según la Corte Suprema, lo que al respecto expresa el art. 75 inc. 22 implica que el
constituyente hizo un juicio de comparación y corroboración, que le dio como resultado la
afirmación de que las normas internacionales son compatibles con las de la primera parte
de la constitución;
c) si luego se agrega que han de entenderse como complementarias, hemos de dar por
LA
cierto que son y deben ser aplicables y aplicadas porque, de no ser así, la
complementariedad que la constitución les adjudica no funcionaría ni tendría sentido
alguno.
8. — Pero más allá del arduo debate interpretativo que este párrafo tan inocuo ha
FI
El control constitucional
10. — Cuando indagamos qué es lo que dentro del funcionamiento operativo del
control de constitucionalidad queda sometido a él, surge un listado de materias en el que
se incluye:
a) las constituciones provinciales y la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires;
b) las leyes;
c) los tratados internacionales que no tienen jerarquía constitucional;
d) los decretos, reglamentos y actos administrativos de contenido general;
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jurisprudencia de la Corte.
se incluye en un proceso judicial cuyo objeto principal no es el control, sino otro diferente
(por ej., un cobro de pesos, o un desalojo, y allí hay que plantear la cuestión
constitucional);
b’") la elevación del caso constitucional que efectúa un juez que tiene a su cargo un
proceso, derivando la cuestión constitucional que surge en tal proceso al órgano
FI
especializado y único (de jurisdicción concentrada) para que resuelva dicha cuestión y,
una vez resuelta, le devuelva el proceso al juez de origen que debe sentenciar la causa.
c) Cuando preguntamos quién (o qué sujeto) puede promover el control
constitucional, encaramos un problema de legitimación procesal, ¿Quién inviste o
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c) La vía procesal habitual es la indirecta o incidental pero, tomando en cuenta la
jurisprudencia de la Corte, tal vía no es la única, pues en torno del año 1985 la Corte
comenzó progresivamente a afirmar que también hay acciones directas de
inconstitucionalidad, como el amparo, el habeas corpus, la acción declarativa de certeza
del art. 322 del código procesal civil y comercial;
c’) no obstante, nuestro sistema federal no contiene la acción declarativa de
inconstitucionalidad pura;
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d) El sujeto legitimado de primera categoría es el titular actual de un derecho o un
interés legítimo pero, fundamentalmente a partir de la reforma de 1994, hay situaciones
(por ej., en materia de derechos de incidencia colectiva) que confieren legitimación al
DD
“afectado”, al defensor del pueblo, y a las asociaciones que propenden a fines conexos
con los derechos cuya protección se demanda; no hay que olvidar que, para cumplir las
funciones que el art. 120 adjudica al ministerio público, a éste se le debe reconocer
también legitimación, aun cuando explícitamente la constitución nada dice al respecto;
e) El efecto de las sentencias declarativas de inconstitucionalidad se limita al caso, o
LA
e") a la fecha registramos unas pocas sentencias a las que la Corte les ha asignado un
alcance aplicativo a personas que, sin haber sido parte en el proceso donde se dictaron, se
encuentran en la misma situación. (En este sentido resolvió que todas las personas
privadas de su libertad sin condena tienen derecho a votar en el establecimiento
15. — La mirada que puede recorrer el vasto campo del derecho público provincial, así
como de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, encuentra marcadas diferencias con el
orden federal, ya que hay normas locales que acogen acciones de inconstitucionalidad
(para el caso, con jurisdicción concentrada en el superior tribunal), así como el efecto
erga-omnes de las sentencias declarativas de inconstitucionalidad.
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(es decir, general) a las sentencias de la Corte que declaran la inconstitucionalidad de
normas generales;
b) son inconstitucionales las normas de cualquier tipo que, cualquiera sea el motivo
que invoquen, prohíben o inhiben en alguna clase de procesos el control constitucional.
18. — A la fecha hay que recordar que cuando se alega violación a derechos,
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libertades y garantías del Pacto de San José de Costa Rica, es viable que después de agotar
las instancias judiciales en nuestra jurisdicción interna se lleve la queja o denuncia a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la que a su vez puede, luego, valorar si el
caso ha de ser elevado -o no- a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
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Esto es así porque la República Argentina ha acatado la jurisdicción supraestatal al
momento de ratificar, en 1984, el Pacto de Costa Rica.
Capítulo III
LA
EL PODER CONSTITUYENTE
4. — El poder constituyente derivado tiene límites, por dos razones como mínimo: a)
porque para su reforma, la constitución señala quién tiene competencia para introducir
modificaciones y qué procedimiento debe seguirse; b) porque si hay tratados
internacionales incorporados al ordenamiento interno con anterioridad a la reforma,
dichos tratados a veces impiden que posteriormente el derecho interno incluya ciertos
contenidos incompatibles (por ej., establecer la pena de muerte).
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Ahora bien, hemos de aclarar que si una constitución erige al derecho internacional
como superior a ella, o como investido de su misma jerarquía, el poder constituyente del
que ha surgido esa constitución suprema no la priva a ésta de la calidad de fuente
primaria y básica. Ello por cuanto ha sido ese poder constituyente el que, en esa
constitución, ha optado por conferir prelación al derecho internacional, o por instalarlo al
mismo nivel suyo.
.C
El poder constituyente en el derecho constitucional argentino
6. — Un somero recorrido histórico en tomo de nuestro proceso constituyente admite
situarlo en una fecha cierta: el año 1810, en que la emancipación del Virreynato del Río de
DD
la Plata da inicio genético a la futura formación territorial y política de la República
Argentina, que culmina con la constitución de 1853.
En mirada también histórica, decimos que, como en 1853 quedó segregada la
provincia de Buenos Aires, la predisposición geográfica y cultural que exigía la integración
en un solo estado de todas las provincias preexistentes a la federación, da base para
LA
sostener que el ciclo de nuestro poder constituyente originario iniciado en 1853 quedó
abierto hasta la incorporación de Buenos Aires en 1860, año en el que la llamada
“reforma" constitucional no fue ejercicio de poder constituyente derivado sino de poder
constituyente originario. Por ende, la prohibición del texto de 1853 que impedía su
“reforma” hasta transcurridos diez años no ha de ser aplicada para tildar de
FI
7. — Mucho más tarde, a raíz de la reforma de 1994, y aunque la "letra” del art. 30 no
fue modificada ni alterada, surgieron dudas acerca de la rigidez de nuestra constitución.
OM
nuestra constitución de 1853-1860, o sea, de todo lo que hace parte de su contenido
porque proviene, con suficiente legitimidad, de nuestro proceso entre 1810 y 1853-1860.
Esos contenidos mantienen su naturaleza pétrea mientras la estructura social
subyacente en la que hicieron base conserve su fisonomía.
Contamos cuatro: a) la forma federal del estado; b) la forma republicana del gobierno;
c) la democracia como forma de estado; d) la confesionalidad del estado.
.C
Lo prohibido sería: reemplazar el federalismo por el unitarismo, la república por la
monarquía, la democracia por el totalitarismo, la confesionalidad por la laicidad.
Al día de hoy, el eje troncal de los contenidos pétreos sigue apoyado en la fisonomía
global de la sociedad argentina, de modo que a criterio nuestro ninguno de ellos toleraría
DD
su eliminación y sustitución por los opuestos.
9. — Haciendo entonces una retrospección, decimos que los limites de nuestro poder
constituyente derivado son varios: a) los contenidos pétreos que no se pueden abolir; b)
los que impiden reformas sin que el congreso haya declarado su necesidad; c) los que
LA
surgen del temario que el congreso le propone a la convención constituyente para que
introduzca -o no- modificaciones; d) el quorum, que precisa el congreso para declarar la
necesidad de la reforma; c) el plazo para que trabaje la convención, si es que el congreso
lo ha estipulado al declarar necesaria la reforma.
FI
10. — Estos límites derivan de la propia constitución, pero hay además límites
heterónomos, o sea, que vienen desde fuera de ella. Son los propios del derecho
internacional -por ej., tratados- cuando preexisten a la reforma. Así, desde que el Pacto de
San José de Costa Rica forma parte de nuestro ordenamiento a raíz de su ratificación en
1984,su prohibición para que los estados que al tiempo de hacerse parte en el tratado no
tenían la pena de muerte queden impedidos de adoptarla después, configura un límite:
ninguna reforma constitucional podría incluir la pena de muerte en la constitución, ni
establecer el deber del congreso de implantarla para determinados delitos.
13. — Una vez que la llamada “reforma" de 1860 es reputada como ejercicio del poder
constituyente originario que, en ciclo abierto, tuvo inicio en 1853, las reformas habidas
fueron las de 1866. 1898, 1957 y 1994.
La de 1949 dejo un producto que quedó sin efecto después de la Revolución
Libertadora del año 1955 contra el régimen peronista. La de 1972, en una época de facto,
se autoatribuyó transitoriedad y rigió solamente hasta el golpe de estado de 1970. La de
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1957 tuvo un vicio de origen, porque se efectuó en un período de facto y, por ende, no
hubo declaración del congreso (disuelto) sobre la necesidad de la reforma, la que fue
sustituida por el poder ejecutivo de facto. La de 1994 tuvo prohibida por la ley declarativa
de la necesidad de reforma toda modificación en los 35 primeros artículos de la
constitución, cuyo texto hubo de mantenerse sin variantes, de manera que las numerosas
enmiendas que se introdujeron en 1994 quedaron ceñidas a: a) los nuevos derechos y
.C
garantías que se numeraron desde el art. 36 al art. 43; b) la parte orgánica de la
constitución.
15. — A partir del año 1985, sin que se hubiera reformado la constitución federal,
tomó curso un ciclo de novísimo constitucionalismo provincial, cuya iniciativa tuvo origen
en las propias provincias. Después de reformada en 1994 la constitución federal, muchas
provincias también han realizado las suyas.
16. — También a raíz de que la reforma de 1994 introdujo una nueva categoría de
autonomía local para la ciudad de Buenos Aires, se reunió en ésta un cuerpo con calidad
de “Estatuyente”, que dictó el llamado “Estatuto Organizativo”, al que muchos confieren
la naturaleza de una constitución.
Capítulo IV
OM
Rechazamos la supuesta sinonimia de pueblo y nación.
11. — En el nexo que vincula al gobierno con el poder se habla de una legitimidad “de
origen” y una legitimidad "de ejercicio", con la legitimidad de origen se alude al título del
gobernante, según haya accedido al poder de acuerdo a las normas o reglas
constitucionales o legales; por eso, a los gobernantes de facto (de hecho) que no han
llegado al poder según las vías o los procedimientos preestablecidos, se les niega
legitimidad de origen. La legitimidad de ejercicio se refiere al modo como se ejerce el
poder, o sea, que tal legitimidad existe cuando el poder es ejercido para el bien común
público, y se pierde cuando hay apartamiento o violación de ese fin.
OM
legitimidad de origen.
En el mismo art. 36 está previsto el derecho de resistencia contra quienes ejercen los
actos de fuerza a que acabamos de referimos.
semidirectas.
El federalismo es una forma de estado, y no de gobierno. La república es una forma de
gobierno. La democracia, que no viene definida en la letra de la constitución, pero que
integra su contenido, es una forma de estado.
Las dos formas semidirectas que introdujo la reforma de 1994 son la iniciativa
FI
15. — La república es una forma organizativa del gobierno, a la que se tipifica con los
siguientes caracteres: a) división de poderes (o sea. de órganos y funciones); b) elección
popular de los gobernantes; c) temporalidad del ejercicio del poder (o sea, renovación
periódica de los gobernantes); d) publicidad de los actos del gobierno; e) responsabilidad
de los gobernantes; f) igualdad ante la ley.
17. — La democracia es una forma de estado porque, como toda forma de estado,
implica relación entre el poder y otro elemento (que puede ser el territorio en el
federalismo, o el pueblo en la democracia) y que, por ser el pueblo, sitúa a las personas
que forman parte de él en un régimen de libertad, con respeto a su dignidad, y con
efectiva vigencia de los derechos.
Habíamos anticipado que tal concepto no aparece descripto en la constitución, no
OM
21. — Ya dijimos que la nacionalidad a la que se refiere la constitución no es la
nacionalidad en sentido sociológico (o sea, el vínculo espontáneo y natural que a una
persona la hace pertenecer a una nación); la nacionalidad regulada por el derecho
constitucional es la nacionalidad “política” que, huelga repetir, depende de lo que las
normas jurídicas disponen.
.C
Esta nacionalidad política se define como la situación jurídica con que una persona es
investida por el derecho positivo en relación al estado, según el criterio que ese derecho
positivo adopta (por ej., el lugar de nacimiento, la nacionalidad paterna, la naturalización,
el domicilio, etc.). Si reducimos las categorías a las de “ius soli” y “ius sanguinis”, decimos
DD
que nuestra constitución ha elegido el “ius soli”.
nacionalidad por nacimiento, llamada asimismo nativa, natural, o de origen, que surge de
aplicar, el “ius soli”, y que es igual a ciudadanía (también natural); b) nacionalidad por
opción, a favor de quienes son hijos de argentinos nativos que nacen en el extranjero y
que “optan” por la nacionalidad paterna o materna argentina; c) nacionalidad por
naturalización, que se confiere al extranjero que la solicita y que reúne las condiciones
fijadas en la constitución y en la ley.
24. — La nacionalidad por opción y por naturalización son voluntarias y quedan sujetas
a eventual pérdida, si concurre una causal razonable. En cambio, estamos cienrtos de que
la nacionalidad nativa no admite pérdida y si acaso una ley establece lo contrario, hay que
decir que esa ley es inconstitucional; ello porque la nacionalidad nativa está automática y
directamente atribuida por la constitución a quienes nacen en territorio argentino.
28. — Con la reforma de 1994, hay tratados de jerarquía constitucional que contienen
normas en materia de nacionalidad. Una de ellas, en el Pacto de San José de Costa Rica,
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consigna que toda persona tiene derecho a una nacionalidad. El Pacto de Derechos Civiles
y Políticos, y la Convención sobre Derechos del Niño, contienen normas similares. La na-
cionalidad está prevista, asimismo, en la Convención sobre la Eliminación de todas Las
Formas de Discriminación Racial y de Discriminación contra la Mujer.
de nuestra constitución por los actos que realiza en el país desde el exterior (por ej.,
adquirir un bien inmueble, que implica reconocerle su derecho de propiedad a tenor del
art. 14 y del art. 17). Tal protección, por ende, cubre bienes y capitales que extranjeros
tienen en Argentina. Las personas colectivas o jurídicas -es decir, no físicas- gozan de
análoga cobertura.
FI
33. — El art. 14 alude al derecho de permanecer, una vez que mencionó el derecho de
entrar. Hay que ver, entonces, un mínimo de tres supuestos, que son: a) el de los
residentes “ilegales”, que ingresaron eludiendo o no sometiéndose al control y a las
condiciones razonables, o que habiendo entrado legalmente por tiempo determinado,
permanecen una vez vencida la autorización para permanecer; b) los residentes
“temporarios", que son quienes permanecen durante el lapso autorizado, a cuyo término
deben salir, o renovar su residencia; c) finalmente, los residentes “permanentes ", que son
habitantes de permanencia regular.
35. —Todo extranjero que, cualquiera sea su calidad de residencia, está en territorio
argentino, titulariza determinados derechos que a ninguna persona le pueden ser negados
(a la vida, a la salud, al debido proceso, etc.). Hay, al contrario, otros derechos que no
OM
pueden ser ejercidos por quienes, según su calidad de residencia o permanencia, quedan
razonablemente excluidos (por ej., para trabajar es menester revestir una cierta situación
de residencia que, con suficiente razonabilidad. esté exigida por la ley).
residencia temporaria o transitoria que se quedan en el país una vez vencido el plazo
autorizado para permanecer.
En jurisprudencia a nuestro criterio equivocada, la Corte considero que la expulsión
(para nosotros inadmisible) no es contraria a la constitución.
FI
38. — Los tratados internacionales que forman parte del derecho argentino, tengan o
39. — Es útil también recordar que "salir” del país es un derecho y no una obligación,
lo que vale para respaldar la noción de que en los casos que a juicio nuestro configuran
expulsiones inconstitucionales, el estado se arroga la competencia de convertir el
“derecho” a salir en el “deber” de irse.
41. — La constitución emplea en su texto una serie de palabras que, sea con una
expresión o con otra, no dejan duda de que se está refiriendo a obligaciones o deberes del
estado, del gobierno, de los órganos de poder, y a competencias cuyo ejercicio viene
impuesto también imperativamente, o sujeto a condiciones que implican la obligación de
atenerse a ellas aunque, acaso, la competencia no sea en sí misma de ejercicio obligatorio.
OM
positivas -por ej., pagar el salario, otorgar horarios de descanso laboral, brindar atención
médica paga o gratuita, etc.).
Capítulo V
EL FEDERALISMO ARGENTINO
Fisonomía y origen
.C
1. — Nuestra constitución adopta la forma federal de estado. Ella importa una relación
del poder con el territorio: el poder se descentraliza políticamente con base física,
DD
geográfica o territorial.
Federalismo es lo opuesto a unitarismo. Además, combina una fuerza centrífuga en
cuanto descentraliza al poder, con una fuerza centrípeta en cuanto la pluralidad y
autonomía de varios estados se integra en la unidad de uno solo: el estado federal.
Con la reforma de 1994 hay que completar el cuadro: en las provincias hay, y debe
LA
haber, municipios con autonomía conforme a los arts. 5º y 123; y a las provincias se suma
un nuevo sujeto de la relación federal, que es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El derecho “federal”
6- — Nuestra estructura federal ha dado curso a la expresión “derecho federal”. En
sentido amplio, esta denominación alude al derecho emanado del estado federal a través
del gobierno federal.
No obstante, en nuestro derecho constitucional hay que hacer un desglose dentro del
sentido amplío del derecho federal para dar lugar al llamado “derecho común". El derecho
común queda librado para su interpretación y aplicación a los tribunales locales (art. 75
inc. 12), y prevalece sobre el derecho provincial. Tal lo que se desprende del art. 31.
OM
Otro rubro del derecho federal merece el nombre de derecho “intra-federal” y se
compone de las relaciones de las provincias con el estado federal, y de las relaciones
interprovinciales -por ej., los tratados interprovinciales-.
El reparto de competencias
8. — Hay que empezar por el art. 121, según el cual las provincias conservan todo el
poder no delegado por la constitución al gobierno federal, y el que expresamente se
hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.
FI
10. — Las competencias compartidas integran una categoría que no ha sido habitual
explicar. No deben confundirse con las concurrentes, pues las concurrentes son las que
tanto pueden ejercer el estado federal como las provincias, mientras que las compartidas
requieren una doble decisión integratoria –por ej., cuando debe intervenir el estado
federal y una o más provincias participantes en la fijación de la capital federal (art. 3º), o
en la creación de nuevas provincias (art. 13)-.
11. —-Así como las competencias exclusivas del estado federal se suponen prohibidas
a las provincias, las exclusivas de las provincias se reputan prohibidas del estado federal.
12. — Se ha de tener muy presente que las competencias exclusivas del estado federal
no exigen hallarse taxativamente enumeradas en la constitución, porque las hay implícitas
OM
en los tres órganos de poder: legislativo, ejecutivo, y judicial. Para el congreso, el art. 75
inc. 32 las contempla.
(ver los arts. 13, 75 inc. 15 y 121) hemos de afirmar que adquieren idéntico status que las
preexistentes.
Las catorce provincias preexisten no pueden suprimirse ni fusionarse, porque su
realidad e identidad cuentan con raíz histórica, de modo que el federalismo en cuanto
contenido pétreo impide su desaparición.
FI
15. — Los límites interprovinciales son fijados por el congreso (art. 75 inc. 15). En tal
delimitación, respecto de las provincias históricamente preexistentes, dejamos aclarado
que el congreso no dispone de discrecionalidad como para ignorar o alterar la dimensión
que a cada una de aquellas provincias le corresponde por sus antecedentes históricos.
Los conflictos entre provincias están previstos en el art. 127, que prohíbe la guerra
entre ellas y que deriva a la competencia de la Corle Suprema “dirimir" las “quejas” entre
provincias. (El fallo de la Corte de 1987 en el litigio entre La Pampa y Mendoza por la
interprovincialidad del río Atuel es ejemplo de un caso relevante en el tema).
Según el art. 7º los actos públicos y procedimientos judiciales de una provincia gozan
de entera fe en las demás. La jurisprudencia de la Corte añade que se les debe asignar el
mismo efecto que son capaces de producir en la provincia de origen.
El art. 8º prescribe que los “ciudadanos" de cada provincia gozan de los derechos,
privilegios e inmunidades inherentes a ese título de ciudadano en las demás. Asimismo, la
extradición de criminales es obligación recíproca de todas las provincias.
16. — La unidad territorial implica que el territorio del estado federal es uno solo, no
obstante la pluralidad de provincias. Entendemos que el gobierno federal no puede alterar
el elemento territorial de las provincias sin consentimiento de sus legislaturas (por
aplicación de los arts. 3º y 13).
Los municipios
18. — Hemos ya recordado que el viejo art. 5º de la constitución obligaba -y sigue
obligando- a las provincias a asegurar su régimen municipal. Siempre descubrimos allí,
OM
implícitamente, la autonomía municipal, pero la jurisprudencia de la Corte sostuvo -hasta
1989- que sólo eran descentralizaciones administrativas con cualidad de autarquía.
El cambio de ese criterio en el citado año 1989, y el constitucionalismo provincial entre
1957 y 1985 hasta hoy, nos convencen de que en nuestra estructura federal hay una
trinidad: provincias, municipios, estado federal.
Desde 1994, la reforma constitucional especificó la autonomía municipal en los
.C
términos del art. 123, y añadió un nuevo sujeto de la relación federal con la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (art. 129).
La regionalización
DD
19. — La misma reforma de 1994 formalizó el reconocimiento de la regionalización. El
art. 124 atribuye a las provincias (como facultad que para nosotros es exclusiva de ellas) la
posibilidad de crear regiones para el desarrollo económico y social, y para establecer
órganos con facultades destinadas al cumplimiento de sus fines.
Entendemos que las regiones no se convierten en una nueva estructura política y que
LA
viene a intercalarse en la estructura federal, por lo que tampoco los recién citados
órganos regionales son niveles de decisión política.
Como síntesis diremos: a) sólo las provincias pueden crear regiones; b) el estado
federal no tiene esa facultad pero: b’) puede participar en tratados entre él y las
provincias con fines de regionalización; c) el congreso debe promover políticas
FI
provincias y regiones.
23. — En cuanto a la legislación en la capital federal, hay que advertir que: a) mientras
la capital esté ubicada en la ciudad autónoma de Buenos Aires, tal legislación no es
“exclusiva", porque el art. 129 le confiere a dicha ciudad facultades de legislación, y la
OM
cláusula transitoria 15ª reservó la legislación exclusiva sólo hasta que se constituyeran los
poderes locales propios de la autonomía; b) a partir de tal momento, la competencia
legislativa del congreso se limita a garantizar los intereses federales en la ciudad, siempre
mientras ella sea capital federal.
El último territorio nacional fue provincializado con el nombre de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur, y en 1991, como nueva provincia, dictó su constitución
local.
El sector antártico argentino es un territorio sometido internacionalmente al Tratado
La intervención federal
27. — Nuestra constitución prevé la garantía federal. Ella significa que el estado
federal asegura, protege y vigila la integridad, la autonomía y la subsistencia de las
provincias dentro de la unidad coherente de la federación a la que pertenecen.
La propia intervención federal es el recurso extremo y el remedio tal vez más duro que
se depara como garantía federal.
Esta garantía federal queda condicionada al cumplimiento de las pautas que las
provincias tienen obligación de respetar y cumplir, dentro de la relación de subordinación
que es típica de los estados federales.
b’) sostenerlas
b) con pedido de las
OM
“para" b”) restablecerlas cuando hay sedición o
autoridades provinciales
invasión de otra provincia.
30. — Según cada situación, la intervención que dispone el gobierno federal por su
propia iniciativa puede ser, a la vez, una facultad y una obligación, así como también
puede operar como sancionatoria o como restauradora.
.C
También resulta viable que a una causal de intervención por iniciativa del gobierno
federal se le sume otra causal para intervenir a requisición de las autoridades provinciales.
Pero en cualesquiera de los supuestos posibles, es menester recordar que, como el
art. 6º fija las condiciones y causales para la intervención, el gobierno federal no puede ni
DD
debe actuar discrecionalmente. Si se evade el marco del citado art. 6º es fácil sostener
que se incurre en inconstitucionalidad.
ejemplos (en forma similar a la declaración del estado de sitio) más elocuentes de una
mutación constitucional transgresora de la constitución formal.
32. — El art. 6º no individualiza cuál es el órgano del gobierno federal que tiene
competencia para intervenir. El actual art. 75 inc. 31 especifica que es competencia del
FI
congreso, en tanto el art. 99 inc. 20 establece que si el congreso está en receso puede
intervenir el presidente de la república, quien simultáneamente debe convocarlo;
finalmente, la norma del art. 75 inc. 31 dice que el congreso puede aprobar o revocar la
intervención que durante su receso decretó el poder ejecutivo.
34. — La designación del interventor federal es siempre y en todos los casos una
facultad del poder ejecutivo (art. 99 inc. 7º). El interventor es un funcionario federal que
representa al gobierno federal. Sus atribuciones dependen, en cada caso, del acto
concreto de intervención, de la finalidad y el alcance que se le ha asignado al disponerla, y
de las instrucciones precisas que se le imparten al interventor por el poder ejecutivo.
OM
h) la transferencia de organismos de la seguridad social de las provincias a la
administración federal.
El federalismo concertado
38. — Si de contrapesos cupiera hablar acá, habríamos de apelar a lo que se ha dado
en denominar, por Pedro J. Frías en el ámbito de la dinámica federal, el “federalismo
.C
concertado”. Lo difícil de su definición se suple con una noción simple; se trata de
concertar o arreglar interjurisdiccionalmente aquellas cuestiones que, sin vulnerar la
constitución, hallan sitio para resolverse contractualmente. Tal cooperación -recíproca
entre estado federal y provincias- halla un buen instrumento en el principio de lealtad
DD
federal o buena fe federal, que preste atención a los intereses del conjunto federativo.
b) se introduce como novedad que el senado debe ser cámara de origen para ciertos
proyectos relacionados con el federalismo (art. 75 incs. 2º y 19);
c) la vieja cláusula del progreso (ex art. 67 inc. 16) ha recibido una añadidura en el inc.
19 del art. 75, que fija un parámetro en el desarrollo con equilibrio provincial y regional, o
EL SISTEMA DE DERECHOS
OM
Paulatinamente, el desarrollo del constitucionalismo logró ampliaciones: a) los
particulares también han llegado a ser sujetos pasivos que, junto con el estado, deben
respetar los derechos; b) a la obligación de omitir violaciones se añaden, según los casos,
obligaciones de dar o de hacer.
Del constitucionalismo liberal se pasa al constitucionalismo social, y de la democracia
liberal a la democracia social. A los derechos, además de protegerlos, hay que
.C
promoverlos, para lo cual muchas constituciones actuales obligan al estado a remover los
obstáculos que impiden a muchos seres humanos acceder al disfrute y ejercicio pleno de
sus derechos. A su vez, a los clásicos derechos civiles y políticos se agregan los derechos
económicos, sociales y culturales.
DD
Un atractivo perfil del estado lo ofrece la calificación que, tomada de la constitución
española, lo define como estado social y democrático de derecho.
en la constitución. Cuando ésta los positiviza, se suele echar mano de otra expresión, que
es la de derechos fundamentales.
5. — Que los derechos se “declaran” equivale a decir que la constitución a cuyo texto
se incorpora tal declaración, los reconoce, con todos los efectos que según cada momento
histórico se adjudica al reconocimiento; originariamente, era suficiente no violarlos;
después, y ahora, es menester promoverlos. Siempre -además- protegerlos.
8. — Que haya normas declarativas de derechos no significa que cuando faltan normas
haya ausencia de derechos. Las cláusulas de los derechos no enumerados que muchas
constituciones contienen, da prueba de que hay derechos implícitos. O sea, que en un
estado democrático el sistema de derechos debe operar tanto con normas como sin
normas.
OM
Los derechos en nuestro constitucionalismo actual
10. — El sistema de derechos en nuestro constitucionalismo argentino ha transcurrido
por tres fechas: 1853-1860, que es la de la constitución histórica; 1957, que es la de la
reforma que en el art. 14 bis incorporó un eje de constitucionalismo social; la de 1994,
que teniendo prohibido introducir enmiendas a los 35 primeros artículos, dio acogimiento
.C
a la fuente internacional en el art. 75 inc. 22 e inc. 24, a más de conferir la misma jerarquía
de la constitución a varios instrumentos internacionales de derechos humanos, y de
acentuar fuertemente en la parte orgánica de la constitución, la valoración del orden
institucional, de la democracia, del pluralismo, de la igualdad de oportunidades, de la
DD
participación, etc. Es imprescindible que, al día de hoy, cuando se confecciona el listado de
derechos, se interconecten en el articulado las normas de los arts. 14, 20, 14 bis, 15, 16, 9
a 12, 26, 17, 7º, 8º, 19, 28, 33, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 75 (incs. 17, 19, 22, 23, 24), 43,
18, 125.
Una lectura a fondo de tal normativa proporciona un catálogo denso de derechos,
LA
11. — Alcanzada tal visión integral, y comprobado que entre la parte dogmática (arts.
1º a 43) y la parte orgánica, con más el preámbulo y las disposiciones transitorias, hay
ahora una muy fuerte realimentación, vale agregar que es posible atribuir raigambre
FI
constitucional a algunos principios de muy útil aplicación, entre los que, sintéticamente,
citamos tres:
a) el principio “pro homine” (a favor de la persona), conforme al cual una vez que se
utiliza la fuente interna y la fuente internacional, siempre hay que elegir en cada caso
concretó la fuente y la norma que proveen la solución más favorable para la persona y
para el sistema de derechos institucionalmente considerado;
b) el principio “pro actione” (a favor de la acción), que con enfoque garantista le
señala a los jueces el deber de brindar al justiciable en cada proceso la vía que mejor
favorezca su derecho a la tutela judicial efectiva;
c) el principio del “favor debilis”, para que en cada situación en que aparecen derechos
controvertidos se tome muy en cuenta la inferioridad de condiciones de la parte más
débil.
OM
produce agravio a la garantía de la defensa en juicio cuando una cuestión justiciable
queda excluida compulsivamente de la decisión de los jueces;
h) los bienes jurídicos que quedan comprendidos y amparados por la declaración de
derechos no imponen necesariamente la obligación de que la política criminal del
congreso les depare tutela penal por incriminación y sanción de la lesión que se infiera a
tales bienes, salvo cuando es la propia constitución la que tipifica una conducta como
.C
delito (que es el supuesto de los delitos constitucionales), o cuando algo semejante surge
de tratados internacionales.
17. — Las obligaciones del sujeto pasivo -sean de omitir daño, sean de dar o de hacer-
son obligaciones de naturaleza constitucional, y así como se pone énfasis a favor de los
derechos, también hay que tener muy en claro que, por la correspondencia entre
derechos y obligaciones, las obligaciones que son recíprocas de derechos revisten igual
valor que éstos.
La fuente internacional
19. — El derecho internacional de los derechos humanos ha adquirido una presencia
vigorosa en el derecho constitucional, sobre todo a partir de la reforma de 1994.
Los tratados de derechos humanos ostentan como característica diferencial con los
tratados clásicos, la de obligar a los estados que se hacen parte en ellos a cumplirlos y
darles efectividad en sus jurisdicciones internas, además de adjudicar directamente a las
personas físicas la titularidad de los derechos que cada tratado contiene.
Por todo ello hemos de afirmar que: a) la persona humana es ahora un sujeto
investido de personalidad internacional; b) la cuestión de los derechos humanos ya no se
recluye en la jurisdicción exclusiva o reservada del estado, porque sin haberle sido
OM
sustraída pertenece a una jurisdicción concurrente o compartida entre el estado y la
jurisdicción internacional; c) nuestro art. 75 inc. 22 ha asimilado lo que surge de los
anteriores incisos a) y b).
20. — El estado asume responsabilidad internacional por las obligaciones que los
tratados de derechos humanos le irrogan. No solamente tiene que no violarlos y que
.C
conferirles efectividad, sino que tiene que impedir, prevenir, vigilar, sancionar y reparar
las violaciones que los particulares puedan inferir a los derechos.
21. — Los tratados de derechos humanos que forman parte de nuestro derecho
DD
interno también obligan a las provincias, como desde siempre lo tuvo establecido el art.
31 de la constitución.
El derecho provincial
22. — El derecho provincial debe dar acogimiento al sistema de derechos, según lo
LA
prescribe el art. 5º. A la vez, estamos convencidos de que en esta materia el derecho
federal es un piso, por lo que el derecho provincial puede incrementar los derechos, así
como en el área del garantismo puede mejorar y ampliar las vías procesales (amparo,
habeas data, habeas corpus, control constitucional).
FI
23. — En materia vinculada a la tutela del ambiente, y a los pueblos indígenas -que, sin
duda, integra el orbe del sistema de derechos— la constitución habilita competencias
concurrentes o complementarias a favor de las provincias.
El principio de legalidad
25. — Cuando se echa mano del aforismo “gobierno de la ley en vez de gobierno de
los hombres” se está apelando al principio de legalidad: lo que se manda y lo que se
prohíbe necesita ley que prescriba lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que omitir.
O sea, no se descarta a los gobernantes, pero se los somete a la ley.
Nuestro art. 19 lo ha expresado así: nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley no
manda ni privado de lo que ella no prohíbe.
La dualidad del principio de legalidad es afianzar la seguridad individual y damos
27. — El principio de legalidad guarda nexo con la esfera de libertad jurídica según la
cual, para la persona humana, lo que no le está prohibido le está permitido.
El principio de razonabilidad
28. — Ahora bien, cuando la ley manda o prohíbe, nuestro sentido de justicia agrega
que esa ley tiene que ser justa, o -con lenguaje de nuestro derecho constitucional-
OM
“razonable" en lo que manda y en lo que prohíbe.
Tal es el principio de razonabilidad, que hace de complemento imprescindible al de
legalidad. Lo opuesto a la razonabilidad es la arbitrariedad.
Para una comprensión sencilla y plena, podemos reformular unidos ambos principios:
el de legalidad y el de razonabilidad, diciendo: nadie puede ser obligado a hacer lo que la
ley “justa” (razonable) no manda, ni privado de lo que la ley "justa" (razonable) no
prohíbe.
.C
Nuestro art. 28 condensa la regla de razonabilidad cuando enuncia que los principios,
derechos y garantías no podrán ser “alterados” por las leyes que reglamenten su ejercicio.
Esa “alteración” equivale a irrazonabilidad o arbitrariedad y, por ende, a
DD
inconstitucionalidad.
29. — Se suele decir que el principio de razonabilidad equivale a la garantía del debido
proceso sustantivo. Su finalidad es preservar el valor justicia en el contenido de todos los
actos del poder, y también de los particulares.
LA
Capítulo VII
FI
OM
llaman “right of privacy”, o a lo que por nuestro art. 19 denominamos intimidad o
privacidad, está dando hospitalidad a las conductas “auto-referentes”, que por “referirse"
al autor de esa conducta no proyectan incidencia dañina para el orden, la moral pública, o
los derechos ajenos.
Conductas autorreferentes no son solamente las que tienen como autor a una sola
persona (lo son también, por ej., las de una pareja en relación con la intimidad de su
.C
convivencia, o las propias de un paciente con su médico); tampoco lo son solamente las
que se recluyen en la interioridad sin que terceros tengan noticia de ellas (lo son también,
por ej., las de quien se viste o se peina a su gusto, de forma que los demás pueden verlo).
DD
6. — Un listado de conductas autorreferentes como contenidos de la libertad de
intimidad sirve para que muchas de ellas se liguen con derechos implícitos. Valga citar,
ejemplificativamente:
a) la elección del proyecto personal de vida;
b) la objeción de conciencia por razones morales o religiosas;
LA
OM
residencia, tienen calidad de habitantes.)
13. — Si todo lo mencionado fluye del art. 75 en sus incs. 23, 17 y 19, hemos de
añadir:
LA
lugar, no existe ámbito alguno en el que la igualdad quede descartada o relegada o exenta
de cumplimiento; pero b) no obstante tal amplitud en la cobertura igualitaria, la
constitución ha recalcado algunas cuestiones a las que coloca bajo expresas directrices
igualitarias -por ej., en orden al desarrollo de provincias y regiones, a los pueblos
indígenas, a la cultural en sus múltiples aspectos, a la educación, a la materia impositiva, a
la integración en organizaciones supraestatales, al pluralismo en los partidos políticos,
etc.-.
Hay que sumar las discriminaciones expresamente prohibidas, y la llamada
discriminación "inversa" (en virtud de la que resulta constitucional favorecer a ciertas
personas o a ciertos grupos sociales en mayor proporción que a otros, cuando esa
“discriminación” procura compensar, equilibrar y superar la marginación o el
relegamiento desigualitario que recaen sobre aquéllos a quienes la discriminación inversa
beneficia).
16. — Para dar algunos ejemplos en los que personalmente tenemos opinión muy
personal hemos de añadir:
a) al día de hoy sería arbitrariamente desigualitario dividir a los hijos en matrimoniales
y extramatrimoniales a los efectos de cuantos derechos y situaciones personales derivan
de la filiación;
b) es contraria a la igualdad la jurisprudencia contradictoria (o sea, la existencia de
sentencias que en aplicación de la misma normativa en situaciones similares, interpretan
de distinta manera dicha normativa);
c) es igualitarismo lesivo del pluralismo democrático el que surge de establecer una
forma única de matrimonio (por ej., la civil) con la que sea posible emplazar el estado de
familia (porque no deja opción razonable para que cada pareja pueda elegir la forma
matrimonial según su preferencia religiosa o moral);
d) es desigualitario que la mujer casada que ha tenido un hijo extramatrimonial no
OM
pueda remover judicialmente (por falta de legitimación) la paternidad que la ley le
adjudica al marido respecto a aquel hijo que biológicamente no es de él; la discriminación
proviene, entre otras razones, de que la ley sí depara legitimación para tal fin a otras
personas.
hay jurisdicciones especiales (por ej. la administrativa y la militar), pero de lo que en éstas
se decide debe quedar siempre expedita la vía de ulterior revisión judicial;
c’) ya dijimos que, a nuestro criterio, la Igualdad sufre violación por la jurisprudencia
contradictoria.
FI
Capítulo VIII
LA LIBERTAD RELIGIOSA
2. — Más allá de las réplicas de que pueda ser objeto nuestro punto de vista,
reiteramos lo que tenemos dicho desde siempre:
a) la “letra” del art. 2º cuando habla de “sostener” el culto católico por parte del
gobierno federal no equivale a un sostenimiento económico obligatorio, sino a la
diferente naturaleza en la relación de tal culto con el -citado gobierno, cuando a esa
relación se la compara con la mantenida con los otros cultos;
b) el catolicismo no es “religión de estado” ni “religión oficial”;
c) el art. 2º de la constitución, junto con el art. 33 del código civil, dan curso a la noción
que, entre las personas jurídicas, confiere a la Iglesia Católica la condición de ser de
3. — En 1966 la República Argentina celebró un “Acuerdo" con la Santa Sede, que tuvo
naturaleza de concordato mínimo. Implicó el “arreglo” del patronato a que entonces
aludía el texto de la constitución antes de su reforma de 1994.
En 1994, mantenido el art. 2º, fueron eliminados del texto constitucional todos los
anteriores artículos con referencias confesionales -entre éstos, el que confería al congreso
el deber de promover la conversión de los indios al catolicismo-.
OM
todos los hombres en el estado que, tal como lo diseña en su Declaración “Dignitatis
Humanae”, deja inmunes de coerción a las personas tanto por parte de particulares como
de grupos sociales y de cualquier potestad humana. Que no se obligue a nadie a obrar
contra su conciencia, ni se impida actuar conforme a ella, en privado y en público, solo o
asociado, pero siempre dentro de los límites debidos.
Esta libertad religiosa como derecho frente al estado y a los demás, que tiene
.C
titularidad no sólo en la persona individual sino a la vez en asociaciones y comunidades
religiosas, no exime a la conciencia personal ante Dios del deber de buscar la verdad. Y no
hay que olvidar que la Iglesia incluye en su haber dogmático a la revelación divina.
DD
6. — Los múltiples aspectos que se hilvanan en la libertad religiosa hallan
ejemplificación en:
a) la libertad de conciencia;
b) la libertad de culto;
c) el derecho de los padres de decidir la orientación espiritual y religiosa de sus hijos
LA
conciencia;
h) el derecho a no sufrir discriminaciones por razones religiosas;
i) el derecho a contraer matrimonio de acuerdo con la propia religión;
j) el derecho personal a no ser obligado a recibir una enseñanza opuesta a su propia
religión;
k) el derecho de las iglesias y confesiones a prestar asistencia religiosa a sus fieles en
cualquier parte, incluidos hospitales, cárceles, cuarteles, etc.;
l) el derecho de las iglesias y confesiones a formar ministros de su culto, y a
comunicarse con sus autoridades dentro y fuera del país.
7. — Hemos de resaltar que, tal como se desprende del listado precedente, la objeción
de conciencia se encastra en la libertad religiosa.
Nuestra Corte, en el caso “Portillo” del año 1989, admitió la objeción de conciencia
alegada por un católico que, al impugnar el deber militar del art. 21 de la constitución, fue
eximido de emplear armas en el servicio militar.
8. — Desde nuestro personal concepto, una única forma de matrimonio impuesta por
el estado para adquirir el estado civil de familia derivado, de las nupcias, es violatoria de la
libertad religiosa, porque el derecho de casarse conforme a su culto requiere que quien
10. — Como ocurre con todos los derechos, el de libertad religiosa exige que,
constitucionalmente, se computen las normativas que la reconocen y la prevén en los
tratados de derechos humanos, especialmente los que de acuerdo al art. 75 inc. 22 tienen
jerarquía constitucional.
Capítulo IX
LA LIBERTAD DE EXPRESION
OM
Su encuadre constitucional evolutivo y sus contenidos
1. — La libertad de expresión es una exteriorización de la libertad de pensamiento.
El pensamiento en cuanto tal no aparece externamente como libertad jurídicamente
relevante porque escapa a toda posible relación de alteridad con otro sujeto distinto al
que piensa. El derecho y la libertad jurídica aparecen recién cuando el pensamiento se
.C
exterioriza; o sea, cuando se expresa.
colectiva.
Oportunamente haremos mención de un importantísimo contenido, cual es el derecho
de rectificación y respuesta (o derecho de réplica).
intercultural para los pueblos indígenas (inc. 17). Por su lado, el art. 38 garantiza a los
partidos políticos el acceso a la información pública y la difusión pública de sus ideas. La
información y educación ambientales (art. 41) y la educación para el consumo (art, 42)
presuponen la necesaria y convergente libertad de expresión.
5. — Con anterioridad a 1984-1986, que fueron las fechas de ratificación del Pacto de
San José de Costa Rica y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, era lógico
entender que cuando se extendía a los medios de expresión distintos de la “prensa” una
tutela “análoga” -pero no igual- a la conferida por el art. 14 a la libertad de prensa, tenía
asidero razonable computar semejanzas y diferencias. Pero a partir de 1984-1986 hasta la
reforma de 1994, hubo de aplicarse a todas las formas y los medios de expresión las
mismas prohibiciones emergentes de la constitución en relación con la censura previa.
Con mayor razón, la jerarquía constitucional de dichos tratados desde la reforma de 1994
vino a afianzar la equiparación de todos los medios y formas de expresión para eximirlos
de censura previa.
OM
f) la expresión cinematográfica;
g) la expresión por radio y televisión;
h) los contenidos humorísticos, cómicos, de entretenimiento que se vierten a través de
los distintos medios;
i) la publicidad comercial (o propaganda comercial);
j) el derecho de rectificación y respuesta;
.C
k) la llamada expresión “simbólica”, o lenguaje simbólico a través de gestos,
conductas, etc.;
l) la expresión oral;
m) la expresión teatral;
DD
n) todo cuanto surge de los añadidos incorporados por la reforma constitucional de
1994 que mencionamos en el parágrafo 3.
de San José de Costa Rica en su art. 14- un informe agraviante o inexacto respecto de una
persona determinada, hay que dar oportunidad a ésta para que responda o rectifique a
través del mismo medio. De no ser así, el público que recibió el informe inexacto o
agraviante oye una sola campana, y su información queda incompleta al faltarle la
La censura
10. — El art. 14 de la constitución prohíbe la censura previa. También la prohíbe el
Pacto de San José de Costa Rica.
Entendemos que, según lo dijimos en el parágrafo 5, los tratados de derechos
humanos incorporados en 1984 y 1986 equipararon todos los medios de expresión, de
forma que a partir de allí no se pudo diferenciar a la prensa o imprenta de los arts. 14 y 32
de la constitución respecto de la expresión vertida a través de otros medios. Por eso,
todos ellos quedan cubiertos en pie de igualdad con la prohibición de censura previa.
11. — El Pacto de San José de Costa Rica en su art. 13,4 hace un mal empleo de la
palabra “censura” cuando dice que los espectáculos públicos pueden ser sometidos por
ley o “censura previa” con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la
protección moral de la infancia y adolescencia. Esto no es censura, sino una forma
razonable de control para impedir, por motivos de moralidad pública, que tengan acceso a
tales espectáculos los menores de edad.
OM
persona se siente afectada ha citado la fuente de la cual tomo la noticia o el informe
difundido, o si ha omitido individualizar el nombre o la identidad de dicha persona, o si ha
utilizado un tiempo de verbo potencial. Tal lo que, con muy buen criterio, dejó sentado el
fallo de la Corte en el caso “Campillay Julio c/La Razón y otros”, de 1986.
El artículo 14
14. —Cuando el art. 14 de la constitución reconoce el derecho de publicar las ideas
por la prensa sin censura previa se nos hace muy cierto que presupone dos cosas: que
"hay” prensa, y que "debe haber” prensa. Todo para que se haga viable publicar las ideas
FI
15. — El desglose del derecho de publicar ideas por la prensa puede ser el siguiente:
a) Para el autor:
OM
Asimismo la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre
Discriminación Racial incluyen cláusulas favorables a la libertad de expresión. La última
obliga a declarar punible conforme a la ley toda difusión de ideas basadas en la
superioridad o el odio racial.
Vale insistir en que las normas internacionales en materia de libertad de expresión,
información y comunicación -sobre todo las de instrumentos que tienen jerarquía
.C
constitucional— han de tomarse muy en cuenta para completar la fuente de nuestro
derecho interno.
las conductas que defina como delitos que sean susceptibles de cometerse por medio de
la prensa;
b) que el art. 32 con su referencia exclusiva dirigida a la “imprenta" deja claramente
habilitada la legislación del congreso en cuantos aspectos o cuestiones de naturaleza
21. — La segunda parte del art. 32 referida a la jurisdicción federal hace pensar que la
legislación sobre imprenta (prohibida al congreso) no puede ser aplicada por tribunales
federales, ni siquiera si se trata de delitos cometidos por medio de la prensa. Tal lo que
hasta el año 1932 fue jurisprudencia firme, con la sola excepción del caso “Calvete” que
en 1864 falló la Corte, y en el que aceptó la jurisdicción de los tribunales federales para
juzgar injurias contra un senador, porque interpretó que estaban en juego inmunidades
parlamentarias.
23. — En 1970 la Corte falla el caso “Batalla, Eduardo J.”, e imprime un giro total a su
jurisprudencia centenaria. El nuevo criterio puede resumirse de la siguiente manera:
a) el art. 32 fue incluido en la constitución en 1860 para evitar que la libertad de
Capítulo X
OM
LA EDUCACION Y LA CULTURA
por sí mismos escojan la orientación que gustan, si discrepan con la elegida por sus
padres, El estado no puede coartar la iniciativa privada para crear y hacer funcionar
establecimientos de enseñanza, ni negarles el reconocimiento, ni imponer un único tipo
de enseñanza obligatoria -ni religiosa ni laica-, ni crear privilegios lesivos de la igualdad a
favor de los establecimientos oficiales.
4. — Las áreas de libertad así encaradas, se deben compaginar con la facultad estatal
de diseñar el lineamiento de los planes de enseñanza y estudio con carácter obligatorio;
asimismo, el estado debe controlar que no se viole la moral, el orden y la seguridad
públicas, y que se respeten los valores democráticos. La educación pública a cargo del
estado tiene que acoger los principios de gratuidad y equidad. En cuanto al pluralismo
educativo, el estado debe subsidiar o subvenir a la enseñanza que se imparte en
establecimientos privados mediante un reparto proporcional de los fondos destinados a la
educación.
5. — El ya citado inc. 19 del art. 75 asume como eje muchas de las pautas que
acabamos de ejemplificar, y combina una triada importante cuando remarca la
responsabilidad indelegable del estado, la participación de la familia y la sociedad, y el
respeto de las particularidades provinciales y locales.
La libertad de enseñanza
OM
7. — La libertad de enseñanza se exhibe también como un derecho, consistente en la
opción posible por un tipo de enseñanza preferido, por su orientación ideológica o
espiritual, por un establecimiento determinado, con más -finalmente- el reconocimiento
de esa enseñanza por parte del estado.
Como principio, los establecimientos particulares disponen de margen razonable para
seleccionar a quienes aspiran a ingresar a ellos.
.C
La objeción de conciencia debe respetarse para no obligar ni a docentes ni a
estudiantes a participar en actos u ceremonias que su conciencia religiosa o moral
reprueba, ni a prestar juramentos de tal naturaleza, ni a exteriorizar actitudes o
sentimientos que no comparten, etc.
DD
La libertad de cátedra
8. — La libertad de cátedra significa que el derecho a impartir y a recibir la enseñanza
no ha de quedar sujeto a directivas que impongan un contenido ideológico determinado,
o una orientación obligatoria, que lesionen la libre investigación científica y el juicio
LA
enseñanza que tiene asumida una orientación o ideología determinada no pueden invocar
la libertad de cátedra para lesionar dicha orientación.
La reforma de 1994
10. — Conforme al inc. 17 del art. 75, se ha de tener presente el ligamen que a las
leyes federales de educación las obliga a garantizar a favor de los pueblos indígenas el
respeto a su identidad, y una educación bilingüe e intercultural.
11. — Como añadiduras parciales, recordamos que el art. 41, cuando consagra el
derecho al ambiente sano, obliga a las autoridades a proveer a la información y la
13. — Es fácil admitir que las pautas generales que el inc. 19 del art. 75 fija para las
leyes de organización y de base de la educación obligan a las provincias en todo cuanto les
compete en materia de enseñanza.
El derecho a la cultura
14. — Una vez que el derecho de enseñar y aprender, la libertad de enseñanza, el
derecho a la educación, y todo cuanto les es afín ya no se recluyen en la categoría de los
OM
clásicos derechos ‘'individuales'’, sino que se explayan hacia los derechos sociales, aparece
la conexión con el derecho “a la cultura”, de muy vastos contenidos.
Para limitamos al texto de la constitución, digamos que el art. 75 inc. 19 los
individualiza así en su párrafo cuarto:
a) la identidad y pluralidad cultural;
b) la libre creación y circulación de las obras de autor;
.C
c) el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.
De nuevo la pluralidad cultural reenvía a la cultura de los pueblos indígenas que, en el
inc. 17, alude a la interculturalidad. Y en cuanto al patrimonio artístico -comprensivo del
histórico, cultural, arqueológico, etc.- bien podemos ligarlo con el ambiente, porque
DD
integra el entorno, muchas veces inmaterial, que sirve de emplazamiento de la vida
humana y social, recordando que la normativa del art. 41 sobre el ambiente hace mención
del patrimonio natural y cultural, al que las autoridades deben proteger, y a cuya
protección tienen derecho los habitantes.
LA
Capítulo XI
EL DERECHO DE ASOCIARSE
OM
c) a las asociaciones que propenden a los fines que el art. 43 protege mediante la
viabilidad del amparo; d) a los pueblos indígenas que, conforme al art. 75 inc. 17, deben
ser reconocidos en su personería jurídica.
5. — Así como para la persona física todo lo que no le está prohibido le queda
permitido, para las asociaciones rige la regla de la especialidad, según la cual tienen
.C
capacidad para todo cuanto se halla comprendido en sus fines propios. Tal lo que surge
del código civil, bien que por encima de él tal principio deriva implícitamente de la
constitución.
DD
6. — La asociación como sujeto activo de la libertad jurídica que titulariza dispone de:
a) un status jurídico que le depara cierta capacidad de derecho, aun cuando no tenga
personalidad jurídica;
b) un poder de disposición para realizar actos jurídicamente relevantes para el fin
propio;
LA
c) un área de libertad jurídica inofensiva para regir con autonomía su propia órbita;
d) un espacio en el que lo que no le está prohibido dentro del siempre mencionado fin
propio, le está permitido a tenor de la regla de la especialidad;
e) un poder disciplinario sobre sus miembros o afiliados.
FI
OM
Capítulo XII
LA LIBERTAD DE CONTRATAR
OM
salvo excepciones- no han tenido éxito. Una síntesis actualizada al año 1990 surge de la
sentencia en el caso “Peralta”, que admitió un decreto de necesidad y urgencia por cuya
aplicación se convirtieron los depósitos a plazo fijo en títulos públicos.
Sin embargo, en 2002 y 2003 la Corte rescató el derecho de propiedad frente a la
normativa que transformó a pesos los créditos contraídos en dólares estadounidenses.
.C
9. — Cuando en 1991 la ley de convertibilidad prohibió toda indexación futura hubimos de
reafirmar nuestra tesis de que, no obstante, toda pérdida en el valor real de la moneda
hace procedente -para salvaguardar el derecho de propiedad- la actualización o el
reajuste dinerario.
DD
10. — No ha de olvidarse que, al margen del problema que suscita toda ley que recae
sobre el curso de cumplimiento de contratos celebrados con anterioridad, la teoría de la
imprevisión admite que íes jueces revisen los contratos cuando se producen cambios
sustanciales en las condiciones que las parles tuvieron en cuenta al momento de
LA
Capítulo XIII
El derecho de reunión
1. — No obstante la importancia institucional del derecho de reunión, y los enfoques que
siempre ha suscitado en la doctrina y la jurisprudencia, hay que recordar que nuestra
constitución no lo integró al catálogo de los derechos enumerados, Pero nadie duda de
que forma parte de los implícitos.
Ahora bien, cuando el art 22 incrimina a toda fuerza armada o reunión de personas que se
atribuye los derechos del pueblo y peticiona a su nombre, deja espacio para interpretar
que la reunión pacífica queda reconocida.
OM
pero en otra interpretación muy difundida prevalece la noción de que, por su relación con
el llamado “poder de policía” (local), son las provincias y la ciudad de Buenos Aires las que
pueden reglamentar -cada una en su jurisdicción-el ejercicio del derecho de reunión.
El derecho de petición
.C
7. — El art. 14 cita el derecho de peticionar a las autoridades. Pero “toda fuerza armada o
reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de
DD
éste, comete delito de sedición” conforme al art. 22.
8. — El sujeto activo del derecho de petición es la persona humana y las asociaciones, por
lo que puede ejercerse individualmente o en grupo. El sujeto pasivo es siempre el estado a
través de sus órganos gubernamentales.
LA
9. —Cuando el órgano al que se peticiona es un tribunal judicial, hay que encarar el tema
como derecho a la jurisdicción, o derecho de acceder a la justicia para que resuelva lo que
se le peticiona como pretensión.
FI
10. — Damos por verdad que el derecho de peticionar obliga al órgano requerido a dar
una respuesta en tiempo razonable; o sea, a contestar sobre lo que se le pide. Pero no
implica un derecho a obtener lo peticionado.
El derecho de circular
12. — El art. 14 menciona el derecho de entrar, permanecer, transitar y salir del
territorio, que es equivalente a la libertad de locomoción o circulación o movimiento, y
que deriva de la libertad corporal o física, en cuanto ésta apareja el desplazamiento y
traslado de la persona, así como su residencia, radicación o domicilio en el lugar que elige.
13. — El derecho a obtener pasaporte es parte esencial de estos derechos. Así lo sostuvo
la Corte en 1985, en el caso “O. A, c/Estado Nacional”.
OM
17. —En su art. 25 la constitución prohíbe someter a gravamen o impuestos el ingreso de
extranjeros.
18. — Aun cuando los derechos de entrar, permanecer, transitar y salir pertenecen a las
personas físicas, es posible argumentar que, analógicamente, las personas jurídicas o
.C
asociaciones extranjeras tienen derecho a establecerse en el país o a actuar en él como
sujetos de derecho.
19. — La “ley de tránsito” abre sitio al debate. Podemos afirmar que el congreso tiene
DD
competencia para dictarla en cuanto abarca el tránsito interjurisdiccional, ya que: a) por
un lado, se le hace aplicable analógicamente la cláusula comercial del art. 75 inc. 13; b)
por el otro, estamos ante un derecho que figura en el art. 14 y que puede ser
reglamentado. De todas maneras, la ley del congreso no puede ir más allá de lo
conveniente y necesario para proteger y asegurar el tránsito interjurisdiccional, dejando a
LA
Tales normas surgen fundamentalmente del Pacto de San José de Costa Rica.
El derecho de casarse
21. — El art. 20 incluye entre los derechos reconocidos a los extranjeros el de casarse
conforme a los leyes. Dada la igualdad entre extranjeros y nacionales, cabe decir que
estamos ante un derecho de todos los habitantes.
El sujeto activo es la persona humana. El sujeto pasivo es, fundamentalmente el estado,
pero a la vez los demás hombres en cuanto no pueden impedir que una persona se case,
ni obligarla a hacerlo.
Este derecho a casarse no da pie para afirmar que las uniones de hecho son ilícitas o
ilegales, sí se trata de personas hábiles para contraer matrimonio que eligen convivir sin
casarse entre sí.
El matrimonio
22. — La regulación estatal del matrimonio da lugar a las siguientes pautas:
a) hay una libertad jurídica para casarse y para que, de ese modo, quede emplazado el
estado civil de familia; ello implica que la unión que contraen ha de ser reconocida por el
estado en sus efectos civiles;
b) por ende, el estado ha de habilitar y deparar alguna forma legal para obtener el
23. — El matrimonio religioso sin matrimonio civil fue reconocido por la Corte en 1957
para otorgar derecho a pensión a la viuda que estuvo unida al causante sólo mediante
nupcias religiosas, siendo ambos solteros.
OM
voluntad de los contrayentes en razón de la naturaleza de orden público de las normas
que lo regulan. Hay -por ej.- una única pauta legal en materia de monogamia y de
disolución del vínculo.
25. — En el caso “Sejean" fallado en 1986, la Corte declaró, por mayoría que la
indisolubilidad del matrimonio-vigente a esa fecha en nuestro derecho civil de familia- era
.C
inconstitucional. Poco después, la ley introdujo el divorcio vincular.
26. — En cuanto al divorcio (vincular o no) por mutuo acuerdo, se trata de un régimen que
deja librada a los esposos una vía y una forma procesales para resguardar el secreto y la
DD
intimidad de las causales del divorcio. Y aun cuando la sentencia no puede, entonces, dar
razón de los hechos que motivan la decisión judicial (porque no queda constancia de
ellos), creemos que no concurre causal para tildarla de arbitraria, porque el sistema del
acuerdo mutuo exhibe, en el marco del derecho de familia, razonabilidad suficiente.
LA
La familia
27. — Cuando se encaran las normas sobre la familia, hay que ponerse de acuerdo en
definir qué es “familia". Familia no es una entidad diferente de las personas físicas que
forman parte de ella, sino la denominación acordada al conjunto de quienes tienen un
vínculo parental. Por ende, la familia no es un sujeto de derecho ni una persona jurídica,
FI
28. —Tales derechos no se limitan a los reconocidos entre parientes (o sea, dentro de la
familia) sino también a los que, en virtud de una relación de familia, se reconocen a sus
miembros en relación con terceros ajenos a la familia (por ej. frente a un empleador para
que pague un salario familiar, o conceda una licencia por maternidad).
29. — El art. 14 bis en su parte final dispone que la ley establecerá “la protección integral
de la familia, la defensa del bien de familia, la compensación económica familiar y el
acceso a una vivienda digna".
31. — La reforma constitucional de 1994 ha incluido en el inc. 23. párrafo segundo, del art.
75 una referencia al niño y a la madre en materia de seguridad social. El inc. 19 prevé la
participación de la familia en la educación.
32. — El Pacto de San José de Costa Rica, de jerarquía constitucional, obliga a igualar las
filiaciones.
33. — De cuanto hasta acá traemos explicado, deducimos que: a) queda asegurada la
igualdad entre varón y mujer en las relaciones de familia, y entre las distintas filiaciones
biológicas; b) no se puede discriminar a los homosexuales con el argumento (falso) de
que carecen de inclinación o aptitud para formar una familia mediante el matrimonio; c) la
abstención sexual asumida voluntariamente ha de ser respetada, porque no pugna con la
norma constitucional de protección a la familia.
OM
el resto del plexo recién propuesto merece atención desde la normativa que en la
constitución ha recibido algunas añadiduras con la reforma de 1994. El esbozo puede ser
éste:
a) el congreso es competente para “reglar” el comercio marítimo, terrestre y aéreo con
otros estados, y el de las provincias entre sí; tal la cláusula “comercial” del art. 75 inc. 13;
b) lo es también para dictar el código de comercio para todo el país (art, 75 inc. 12);
.C
c) asimismo, para reglamentar la libre navegación de los ríos interiores y habilitar puertos
(art. 75 inc. 10) conforme al principio de libre navegación (art. 26);
d) por igual, para proveer a la promoción de la industria (a tenor del art. 75 inc. 18), en
concurrencia con las provincias (art, 125);
DD
e) ni el congreso ni las provincias pueden afectar la libre circulación territorial de bienes,
productos, vehículos, buques, etc., (arts. 9 a 12);
f) el poder impositivo del congreso y de las provincias puede incidir, de acuerdo al reparto
constitucional de competencias, en la actividad comercial e industrial;
g) similar incidencia deriva de la competencia del congreso para regular el trabajo (arts.
LA
pueden violar normas emanadas del congreso sobre comercio e industria, tanto si son
leyes federales cuanto si lo son de derecho común (por ej., el código de comercio);
j) ha de tomarse en cuenta la relación que liga a la libertad comercial e industrial con los
derechos que a consumidores y usuarios reconoce el art. 42 en el mercado de consumo y
36. — Con referencia exclusiva a la reforma de 1994, guardan dirección hacia la libertad
económica, el comercio, la industria, etc., una serie de pautas obligatorias para la
legislación y las políticas de estado.
Así, proveer:
a) al desarrollo humano;
b) al progreso económico con justicia social;
c) a la productividad de la economía nacional;
d) a la generación de empleo.
e) al crecimiento armónico de todo el territorio;
f) promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo
de provincias y regiones;
Todo este plexo surge del art, 75 incs., 19 y 23,
Es importante tomar en consideración, asimismo, que al regular la coparticipación federal
en el reparto impositivo, el art. 75 inc. 2° párrafo tercero suministra parámetros
imperativos para llevar a cabo esa distribución; dice que;
OM
derecho, así diseñado por la reforma de 1994.
38. — En sumatoria, hay que acudir a la igualdad de oportunidades (art. 75 inc. 23) y a la
distribución razonablemente igualitaria de la libertad, que es un principio implícito, de
forma que el mercado no se tome irrestricto ni la competencia se absolutice. Asimismo,
muchas “des-regulaciones" aceleradas a partir de 1989 han reñido con la reforma
constitucional de 1994.
.C
39. — En líneas generales, podemos decir que la jurisprudencia de la Corte, desde una
vieja sentencia de L887 en el caso de los Saladeros de Barracas (“Podestá, Santiago José y
DD
Jerónimo y otros c/Provincia de Buenos Aires”) dejó sentado el criterio de que La actividad
industrial y comercial no puede comprometer con su nocividad bienes colectivos como -
por ej.,- la salud pública. En otras palabras la salubridad, la moralidad, el orden público, y
los misinos intereses económicos legitiman la intervención reglamentaria del estado, aun
cuando -a la inversa- no puede prohibir determinados negocios por considerarlos
LA
CAPITULO XIV
El derecho ambiental
1. — Una lectura atenta del nuevo art. 41 en materia ambiental nos autoriza a sostener
que:
a) La referencia al “derecho de todos los habitantes” a un ambiente sano y con todas las
calificaciones que utiliza la norma, personaliza a este derecho en cada uno, al modo como
lo hace el texto del art. 14, pero: a’) ha de tomarse en cuenta que la alusión del art. 43 a
los derechos “de incidencia colectiva" (cuando depara la vía del amparo para proteger al
ambiente) asume además la dimensión colectiva y grupal que reviste el derecho al
ambiente;
b) Se ha de advertir la relación con el derecho de los recursos naturales -por ej., en lo que
atañe al agua, la flora, la fauna, los bosques, el suelo, la tierra, etc.- y la titularidad que el
art. 124 asigna a las provincias sobre el dominio originario de los recursos naturales
existentes en su territorio;
c) El ambiente queda propuesto como sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y
para las actividades productivas que satisfagan las necesidades humanas;
d) Cuando se agrega en el art. 41 que ello no ha de comprometer las necesidades de las
generaciones futuras, se echa mano de la expresión “desarrollo sustentable”, con la que
OM
b) La norma grava a las “autoridades”. Latamente, al estado, tanto federal como provincial
y municipal en los tres departamentos de gobierno, cada uno según sus competencias.
Asimismo, al defensor del pueblo, al ministerio público, y a lodos los organismos y
reparticiones estatales. Pero, ¿cuál es la obligación? El art. 41 la resume afirmando que
proveerán a la protección de “este derecho” (del que tienen todos los habitantes a un
ambiente sano, etc.). Desdoblando el deber, cabe afirmar que tanto es de omisión -para
.C
no dañarlo- como de prestaciones positivas con el fin de preservarlo, de evitar que otros
lo alteren o destruyan, de recomponerlo, etc., así como comprende el deber de exigir a los
particulares cada obligación concreta en cada circunstancia en que el ambiente queda
comprometido o perturbado.
DD
c) En conexidad, el art. 41 imputa a las autoridades antes citadas la obligación de proveer
a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural
y cultural (que es parte del ambiente, según lo dijimos antes) y de la diversidad biológica;
además, el estado debe proveer a la información y la educación ambientales.
d) Cuando el siempre citado art. 41 consigna que el daño ambiental generará
LA
sea insuficiente.
4. — "Los derechos que protegen al ambiente” cuentan, según el art. 43 con la vía del
amparo para esa protección. Puede, por ende, llamarse amparo ambiental o amparo
ecológico.
OM
10. — No hay duda de que, al margen del reparto competencial en el derecho interno,
nuestro estado está habilitado para afrontar cuestiones ambientales mediante tratados
internacionales. Dada la supralegalidad de éstos, y su prelación también sobre el derecho
provincial, creemos que los tratados en materia ambiental pueden superar lo que, en el
derecho interno, es propio de la ley de presupuestos mínimos.
.C
11. —Dentro de las competencias provinciales los convenios de regionalización del art.
124 pueden prever la protección del ambiente que se vincula con el desarrollo económico
y social. Asimismo los tradicionales “tratados” interprovinciales del art. 125, y los
convenios internacionales de las provincias en el área del citado art. 125.
DD
Consumidores y usuarios: derechos, protecciones y deberes
12. —El nuevo art. 42 traza un marco elástico, pero de parámetros inesquivables, para el
mercado de consuma y usa de bienes y servicios.
No hay duda de que en aquel marco aparece un eje direccional hacia el sistema
LA
15. —En el "derecho de consumo" hay que ordenar cuanto, conforme al art. 42, gira en
torno de los "derechos” de consumidores y usuarios, tanto cuando tienen perfil de
derechos personales (o individuales) como si ofrecen el de derechos de incidencia
colectiva o de intereses de pertenencia difusa.
17. —El segundo párrafo destaca la defensa del consumidor y del usuario por parte del
estado, al decir -de modo análogo al art. 41 en materia ambiental- que “las autoridades
proveerán a la protección de esos derechos” (los enunciados en el primer párrafo). Y a
renglón seguido la norma extiende igual obligación de proveer a;
a) la educación para el consumo,
b) la defensa de la competencia en el mercado;
c) el control de los monopolios;
d) el control de la calidad y eficiencia de los servicios públicos;
OM
e) la formación y participación de asociaciones de consumidores y usuarios.
19. —En síntesis a cada uno de los aspectos a cuya protección deben proveer las
autoridades, corresponde en reciprocidad la serie de derechos correlativos del
consumidor y del usuario.
Hay que indagar bien en caso “ante quién” –como sujeto pasivo— existen o se hacen valer
esos derechos. No hay duda de que el estado es sujeto obligado pero a la vez hay upa
FI
ambivalencia de los derechos cuando son oponibles a quien provee los bienes y servicios,
Así -por ej. — el derecho a la calidad y eficiencia, y a que el mercado no se distorsione en
desmedro de la competencia. En el párrafo primero del art. 42 hay también supuestos de
similar ambivalencia que muestran como sujetos pasivos obligados tanto al estado (las
20. —No ha de perderse de vista que muchos de los derechos en el orbe del consumo y
uso de bienes y servicios guardan conexidad con los del art. 41 sobre el ambiente. Así los
prestadores de servicios de agua han de cuidar que el agua no se polucione; las industrias
que procesan productos para la alimentación y la bebida no deben contaminar el
ambiente: los proveedores de carnes y vegetales no han de incurrir en depredación, ni los
cultivos han de arrasar el suelo volviéndolo improductivo a cierto plazo, etc.
21. —El párrafo final del art. 42 remite a la legislación para que establezca procedimientos
eficaces en orden aprevenir y solucionar conflictos en la triple relación de “consumidores
y usuarios-prestadores de bienes y servicios-estado”. La ley ha de discernir también los
marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia “nacional”. Para lodo ello la
ley tiene que prever la participación necesaria (en los organismos de control) de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas.
23. —No obstante el deber estatal de legislar en la materia, decimos que si no lo hace
queda a cargo de los jueces conferir aplicabilidad operativa a la norma bajo análisis
porque, no en vano, él art. 43 prevé directamente la acción do amparo en orden a tos
derechos relativos a la competencia, al usuario y al consumidor.
OM
tienen;
b) la estrecha intersección con muchísimos otros derechos (libertad de expresión; de
comercio e industria; de contratar; de asociación, etc.; derecho al desarrollo: a la calidad
de vida: a la igualdad de oportunidades; a la reparación del daño; a la propiedad; al tráfico
negocial, etc.).
Todo ello queda atravesado por un eje de constitucionalismo social y por el contenido del
.C
sistema axiológico de la constitución.
CAPITULO XV
DD
iusfilosóficas que se filtran al derecho constitucional, decimos que hay derechos “con"
normas y "sin" normas, pisamos un primer umbral hacia el tema de los derechos no
enumerados o derechos implícitos.
Convergen a admitirlo: a) el valor justicia y los restantes valores del plexo axiológico; b) la
ideología de la constitución; c) el art. 33: d) los tratados internacionales sobre derechos
FI
cubrir sus silencios e implicitudes, hay que echar mano de la categoría de derechos
implícitos, que se halla permanentemente abierta en su listado maximizador, siempre a
tono con otra pauta muy cara, como es la de que hay derechos nuevos y contenidas
nuevos en derechos viejos.
3. —Hay, por ende, una doble implicitud: a) una es la que añade derechos “nuevos” -por
ej., el derecho al desarrollo (en cuanto la letra de la constitución reformada menciona el
desarrollo, a veces sin adjetivo, y otras calificándolo como humano, o como
socioeconómico)-; b) otra deriva de proponer que los derechos que tienen fuente
internacional y no figuran entre los constitucionalmente enumerados, se han de dar por
alojados en la cláusula de los derechos implícitos de nuestro art. 33.
Un listado abierto
5. —Cuando rastreamos lo que al día de hoy puede y debe incorporarse a la nómina de
derechos implícitos, todo con base en lo que decimos en los parágrafos antecedentes,
hemos además de citar;
a) el derecho a la propia dignidad personal,
b) el derecho a la vida;
c) el derecho a la salud, (ahora lo menciona el art. 42 en el ámbito específico de
OM
consumidores y usuarios de bienes y servicios);
d) el derecho a la intimidad,
e) el derecho a la identidad y a la diferencia, (incluido el derecho a la propia identidad
sexual);
f) el derecho a la reparación o al resarcimiento del daño;
g) el derecho al honor,
.C
h) el derecho a la integridad física, síquica y moral;
i) el derecho a tener una nacionalidad,
j) el derecho a elegir el proyecto personal de vida
k) el derecho a la objeción de conciencia que es inofensiva para terceros;
DD
l) el derecho a la información y la comunicación.
ll) el derecho a indagar, conocer y emplazar la propia filiación,
m) el derecho de reunión;
n) el derecho a la tutela judicial efectiva;
ñ) el derecho de contratar,
LA
6. —Desde el caso “Sejean” -resuelto por la Corle en 1986- cabe añadir que de acuerdo a
su jurisprudencia, ha de reputarse como derecho implícito el de recuperar la aptitud
nupcial mediante divorcio vincular, y el de contraer nuevo matrimonio.
7. —En varios tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional hay cláusulas
que tienen que entenderse como reenviando a derechos implícitos -por ej., cuando
establecen que los derechos del tratado no limitan el goce y ejercicio de otros que surgen
de distinta fuente (intenta o internacional).
CAPITULO XVI
EL DERECHO DE PROPIEDAD
Su encuadre
1. —El derecho de propiedad ha sido uno de los derechos “individuales” que con más
3. —El sujeto activo abarca a la persona física y a toda entidad o persona de existencia
ideal o colectiva (persona jurídica, asociación con calidad de sujeto de derecho). Ello sin
distinción de nacionalidad o extranjería.
El sujeto pasivo es ambivalente: por un lado el estado, al que fundamentalmente se dirige
la prohibición de violar la propiedad privada: por el otro, los particulares que no deben
perturbar el uso y ejercicio del derecho que ostenta el sujeto activo. Ambos sujetos
OM
pasivos están obligados a no impedir que alguien adquiera propiedad cuando pretende
adquirirla legítimamente.
Los contenidos
6. — La amplitud abarcativa de lo que es propiedad en sentido constitucional fue
estereotipada en la pauta que, conformé a la jurisprudencia de la Corte Suprema,
LA
OM
m) La norma que en el art. 42 se refiere al derecho de consumidores y usuarios en el
mercado de consumo y uso de bienes y servicios traba en numerosos aspectos una
relación con el derecho de propiedad;
n) Cuando la reforma de 1994 contempla en su art. 75 inc. 19 la investigación y el
desarrollo científico y tecnológico, así como la libre creación y circulación de las obras de
autor, traza un puente hacia el art. 17, especialmente citado en el precedente inc. II) de
esta lista.
.C
La depreciación monetaria
8. —Un arduo problema para el derecho de propiedad se suscita cuando en períodos de
DD
inflación se produce una depreciación monetaria que implica la pérdida o disminución de
su real valor adquisitivo. Se habla, entonces, de indexar, o re valuar, o actualizar una
deuda,, tanto si ésta fue originariamente contraída en dinero -por ej., un alquiler, o un
seguro- como si se trata de una deuda de valor -por ej., La indemnización de un daño, o
por una expropiación-.
LA
Con ley que lo prevea, sin ley y hasta contra una ley que sea prohibitiva, estamos ciertos
de que cuando hay depreciación monetaria toda deuda tiene que ser objeto de indexación
para conservar o recomponer el valor intrínseco del crédito, salvo voluntad en contrario
del acreedor o de ambas panes.
Sin embargo, el fallo de la Corte de 1992 en el caso “Yacimientos Petrolíferos Fiscales
FI
Inviolabilidad
9. —Cuando el art. 17 dispone que la propiedad es inviolable no quiere decir que sea
absoluta o que carezca de una función social, sino que debe ser garantizada, para lo cual
la constitución establece que;
a) a nadie se puede privar de su propiedad sino mediante sentencia fundada en ley:
b) la confiscación de bienes queda borrada para siempre del código penal (y si es así en
cuanto pena, con igual o mayor razón la prohibición de confiscar rige para situaciones que
se hallan al margen del derecho penal);
c) ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones o exigir auxilios de ninguna especie.
10. —Al combinar estas pautas con la que exige indemnización previa en caso de
expropiación, se proyecta un principio constitucional general según el cual cada vez que
un derecho patrimonial cede por razón de interés público o social frente al estado, o sufre
daño por actividad estatal o de los particulares, el daño debe ser indemnizado. Y ello tanto
si la actividad que produce ese daño es ilícita o ilegítima como si es lícita o legítima.
Limitaciones
11. —Dejando de lado las limitaciones a la propiedad en interés privado, o las de interés
público -como restricciones administrativas, servidumbres administrativas, ocupación
temporánea-conviene tener presente que con la reforma de 1994 en la constitución se
CAPITULO XVII
OM
LA EXPROPIACION
superadas le dieron a veces el carácter mixto que derivaban de aplicar el derecho privado
en todo lo referente al derecho indemnizatorio del expropiado.
En el ámbito provincial las expropiaciones locales se rigen por las constituciones y leyes
provinciales, sin perjuicio de su necesario ajuste a las pautas de la constitución federal.
FI
3. —No hay que confundir la "ley” de expropiación (federal o local) que reglamenta el
instituto de la expropiación, con “cada una" de las leyes que sobre esa base es dictada
para proceder a realizar “una" expropiación concreta y actual.
4. —La calificación que la ley debe hacer de la utilidad pública lleva a afirmar que: a) el
congreso tiene espacio para decidir en forma discrecional -pero no arbitraria- la
oportunidad, el alcance y la conveniencia de la expropiación, estableciendo la utilidad
pública de los bienes sometidos a ella: b) tal exigencia de la utilidad pública funciona como
una garantía para el derecho de propiedad de los particulares; c) la naturaleza o esencia
de lo que es "utilidad pública” divide las interpretaciones doctrinarías, porque algunas
entienden que implica la necesaria transferencia del bien que se expropia al dominio
público, mientras otras -a las que adherimos-consideran que el calificativo ‘‘pública" alude
a “social" o “general" en cuanto, de esa manera, se satisface un beneficio del “público", es
decir, de la comunidad, aunque el bien no pase al dominio público.
OM
dominio, lo que equivale a dar por cierto que la indemnización ha de cubrir el valor
“actual” del bien y que debe pagarse antes de que se transfiera la propiedad expropiada;
e) la indemnización tiene que pagarse en dinero, salvo acuerdo de partes que escoja vías
sustitutivas o compensaciones no dinerarias.
10. —Asimismo, hemos de considerar otros aspectos, a) La valuación o tasación del bien
se realiza en un momento determinado; pero: b) esa valuación se puede remitir a una
fecha anterior (por ej., la valuación realizada en el año 1989 puede tomar en cuenta lo que
el bien valía en 1983 cuando se produjo la desposesión). No obstante, desde 1967, la
jurisprudencia que la Corte sentó en el caso “Nicchi” ha dejado establecido que si entre el
FI
14. —La expropiación “indirecta” es una expropiación por delegación: quiere decir que
OM
improcedencia de la expropiación, o en otros términos que hay contenidos del derecho de
propiedad que no son expropiables.)
16. —Sí son expropiables, a título de ejemplos: los bienes Inmuebles, muebles y
semovientes; las universalidades (una empresa, una biblioteca, la maquinaría de una
fábrica); los lugares históricos; el espacio aéreo; el subsuelo (sólido o fluido); los bienes
.C
inmateriales (derechos de autor, energía hidráulica); las iglesias; los bienes de una
embajada extranjera; las unidades de un inmueble dividido en propiedad horizontal.
No es expropiable el dinero, aunque si el dinero extranjero. Se discute si los cadáveres de
seres humanos son expropiables. En cuanto a bienes del dominio público provincial (que
DD
parte de la doctrina reputa susceptibles de expropiación) creemos personalmente que la
expropiación por el estado federal requiere el consentimiento de la provincia. No así si los
bienes son de dominio privado provincial.
El procedimiento expropiatorio
LA
17. —El procedimiento expropiatorio ofrece dos vías posibles: a) una es la del acuerdo
entre expropiante y expropiado (que se llama avenimiento); b) otra es la judicial.
Cuando no hay avenimiento, el estado que pretende consumar la expropiación debe
promover el juicio correspondiente contra el propietario con quien no hubo arreglo.
Cuando la jurisprudencia retrae el control judicial del acto declarativo de utilidad pública
FI
(porque lo reputa una cuestión política irrevisable), la causa de utilidad pública no hace
parte del objeto del proceso expropiatorio. Lo más común, entonces, es que tal objeto se
limite al monto de la indemnización y, acaso, a la determinación administrativa del bien.
La expropiación inversa
19. —Una forma especial de expropiación es la expropiación "inversa", a la que algunos
apodan expropiación "indirecta” o "irregular”.
El adjetivo que califica a una expropiación como "inversa” significa que el procedimiento
expropiatorio opera al revés: es el expropiado quien demanda al estado en cuanto
expropiante cuando concurren las situaciones siguientes: a) hay ley declarativa de utilidad
pública respecto del bien, pero b) el expropiante no inicia la acción judicial expropiatoria,
y c) hay conductas del mismo expropiante que implican desposeer al expropiado, u ocupar
el bien, o impedir el libre ejercicio y la disponibilidad plena por parte del propietario sobre
el bien sujeto a la expropiación que no se efectiviza.
Todo ello revela que ese propietario padece cierta dosis de indisponibilidad en el goce de
su derecho.
20. —La expropiación inversa tiene por objeto, entonces, obligar al expropiante a
consumar la expropiación y a pagar la indemnización, lo que vuelve a dejar en claro que el
La retrocesión
21. —Hay otro instituto que en el ámbito de la expropiación tiende a hacer efectivos los
requisitos que la constitución tiene establecidos para su procedencia. Es la retrocesión,
cuyo diseño lineal exige que:
a) La ley declarativa de utilidad pública de un bien haya dado lugar a la consumación de la
expropiación mediante la transferencia de la propiedad y el pago de la indemnización;
pero b) “después" de esa etapa no se ha destinado el bien expropiado al fin para el cual se
lo había declarado afectado a la utilidad pública, o se ha destinado a otro fin para el cual
no se había dictado la ley calificatoria de la utilidad pública.
Es lógico que el expropiado que demanda al expropiante por retrocesión tiene que
reintegrar el monto de la indemnización que cobró.
22. —La misma palabra “retrocesión” enuncia que todo vuelve para atrás, o sea que se
OM
retrocede. Ello porque si la causa de utilidad pública no se ha cumplido, la expropiación
debe quedar sin efecto.
La retrocesión surge implícitamente de la constitución, de forma que aun si no estuviera
prevista y regulada en la ley, habría de recibir operatividad y aplicación por parte de los
jueces. .C
El abandono
23. —Queda todavía otro instituto, que es el abandono de la expropiación. Se parece a la
retrocesión, pero tiene diferencias. Veamos.
El abandono se configura cuando, después de dictada la ley que califica a un bien o a
DD
varios como afectados a la utilidad pública, el expropiante deja transcurrir cierto tiempo
durante el cual permanece inactivo. O sea, no lleva a cabo la expropiación. Vencido este
plazo, la potestad ex propietaria incumplida se extingue.
abandono la expropiación queda sin efecto. Pero la diferencia radica en que para la
retrocesión hace falta que la expropiación se haya consumado en todas sus etapas sin
que, posteriormente, se haya cumplido con la utilidad pública del bien que se expropió; en
tanto en el abandono lo único que hubo fue la ley declarativa de la utilidad pública, a la
que siguió la inercia del expropiante.
FI
25. —También la comparación con la expropiación inversa nos recuerda que en ésta ha
debido haber algún acto turbatorio del expropiante respecto de la propiedad declarada de
utilidad pública, cosa que está ausente en el supuesto del abandono.
26. —Asimismo, una cosa es el abandono en que incurre el expropiante inerte, y otra el
desistimiento del mismo en el juicio expropiatorio, ya que en el abandono ni siquiera se
ha iniciado dicho juicio.
27. —Si consumado al abandono el expropiante quisiera expropiar el bien, debería dictar
una nueva ley declaratoria de su utilidad pública.
Capítulo XVIII
LA TRIBUTACION
2. —En esa línea, la política del estado debe guiar su actividad financiera a tenor de
pautas como:
a) el desarrollo humano: el desarrollo económico-social: el equilibrio en el desigual
desarrollo de provincias y regiones:
b) la solidaridad:
c) la igualdad de oportunidades y de trato;
d) el progreso económico con justicia social;
e) la generación de empleo;
f) la productividad de la economía;
g) la defensa del valor de la moneda:
OM
h) el pleno goce de los derechos, con la consideración especial de los niños, las mujeres,
los ancianos y las personas con discapacidad.
Tal repertorio surge del art. 75 de la constitución en diversos incisos (2º, 17, 19,23), y de
los arts. 41,124 y 125.
3. —Por supuesto que estas mismas pautas deben tomarse en cuenta para la ley de
.C
coparticipación federal, para el presupuesto, y para la cuenta de inversión. En suma, todo
lo que además consigna el art. 4º sobre el “tesoro nacional” debe subsumirse en ese
marco.
DD
4. —La tributación fiscal acusa muchas conexiones. Así, con el derecho de propiedad, con
la política social, con la política económica, con la igualdad, con la razonabilidad, con los
ingresos públicos, con el presupuesto, etc.
En sentido amplio la tribulación fiscal abarca el sistema de impuestos, tasas y
contribuciones, y se apoya en lo que comúnmente se llama “poder impositivo” (o
LA
5. — Hay “cargas” que no son ni impuestos, ni tasas, ni contribuciones (como por ej., los
aportes a un régimen jubilatorio), por lo que suele denominárselas contribuciones para
fiscales”.
FI
del contribuyente a favor del estado, e integra el rubro dé los “ingresos públicos”
a) El impuesto es la prestación patrimonial, generalmente en dinero, que el contribuyente
debe al estado sin contraprestación especial, para satisfacer necesidades colectivas y
atender con su recaudación a gastos generales. Quien lo paga, entonces, no recibe
beneficio concreto y directo.
b) La contribución -especial o de mejoras- es el tributo debido al estado por quien obtiene
un beneficio o un aumento de valor en un bien de su propiedad, en razón de una obra
pública o una actividad estatal.
c) La tasa es la prestación que se paga por un servicio público aprovechado; hay, como en
la contribución, un beneficio recibido por el contribuyente, pero no se da relación alguna
con un enriquecimiento proveniente de actividad estatal. La tasa se cobra para cubrir el
gasto del servicio.
Se diferencia del canon porque éste se paga por el uso de un bien del dominio público; y
del precio porque este se paga por servicios que son de utilización facultativa y no
obligatoria (como lo es la tasa por alumbrado público o por Limpieza).
Tarifa no es sinónimo de tasa ni de precio. Tarifa es la lista de tasas y precios.
7. — El carácter obligatorio de los impuestos, las contribuciones y las tasas debe cumplir
determinados recaudos constitucionales, como el principio de legalidad, el de igualdad
8. — Por el principio de legalidad, todo tributo tiene que ser establecido por ley: nullum
tributum sine lege. Esa ley debe comenzar su tratamiento en la cámara de diputados, en
tanto la de coparticipación federal ha de tener inicio en el senado (arts. 52 y 75 inc. 2º).
Asimismo, el principio de legalidad viene expresado en el art. 17 cuando dice que sólo el
congreso impone las contribuciones que menciona el art. 4º al referirse al tesoro nacional.
También hace falla ley para establecer exenciones fiscales.
La competencia excepcional que el art. 99 discierne al poder ejecutivo tiene prohibido
recaer en materia tributaria (inc. 3°). Tampoco puede incluirse en la iniciativa popular (art.
39).
La ley a que estamos aludiendo debe prever: el hecho imponible, los sujetos obligados al
pago, el sistema o la base para determinar el hecho imponible, la fecha de pago, las
exenciones, las infracciones y sanciones, el órgano competente para recibir el pago, etc.
OM
igualdad es la base del impuesto, en tanto el art. 4º habla de “contribuciones que
equitativa y proporcionalmente a la población imponga el congreso", y el art. 75 inc. 2°
(limitado a las contribuciones directas de competencia excepcional del congreso) las
califica de “proporcionalmente iguales”. Es menester también tomar en cuenta la igualdad
real de oportunidades y de trato a que alude genéricamente el art. 75 inc. 23.
.C
La proporción está referida a la riqueza que se grava.
La discriminación está prohibida si el criterio que establece diferentes categorías de
contribuyentes es arbitrario, pero no si es razonable. La igualdad no impide la
progresividad del impuesto, pero prohíbe que el congreso establezca tributos
DD
territorialmente diferentes.
Cuando un tributo corresponde a la jurisdicción provincial, la igualdad no queda violada si
una provincia lo establece y otra no.
porque manda mantener dentro de límites razonables el quantum (monto) que el tributo
loma como parte del patrimonio o la riqueza del contribuyente. La jurisprudencia de la
Corte repula que es confiscatorio el gravamen que absorbe más del 33% de la materia
imponible -cuando es de capital y no de renta-.
En materia de tasas, la no confiscatoriedad indica que la recaudación total de la tasa tiene
FI
que guardar proporción razonable con el costo también total del servicio público
efectivamente prestado.
Cuando la superposición o acumulación de varias contribuciones fiscales que soporta un
mismo contribuyente supera el límite por encima del cual se considera que un tributo es
11. — El principio de finalidad exige que todo tributo tenga un fin de interés general. La
tributación no tiene como objetivo enriquecer al estado, sino lograr un beneficio
colectivo, común o público.
En el impuesto, el contribuyente no recibe directamente beneficio alguno; en la tasa, hay
una prestación estatal que beneficia al contribuyente; en la contribución especial o de
mejoras el contribuyente retribuye un beneficio o plusvalía que ha obtenido en una
propiedad a causa de una obra pública o actividad estatal.
13. — Lo que no luce como constitucional es gravar a un sector o grupo social (parcialidad)
OM
15. — El hecho imponible es el hecho o conjunto de hechos de significación económica,
que la ley describe como tal y establece como origen de la obligación fiscal.
Hay hechos imponibles que se materializan o perfeccionan en un solo momento (por ej.,
en los impuestos aduaneros de importación, el hecho imponible es el “despacho a plaza”
del artículo importado); y hay hechos imponibles “de ejercido", que abarcan una serie de
hechos o situaciones durante el lapso que la ley determina (por ej.. en el impuesto a la
.C
renta o las ganancias, que computa las sumas obtenidas durante un periodo, que puede
ser anual).
18. — El juzgamiento de los ilícitos fiscales de naturaleza penal necesita que, previamente
al juicio, un acto administrativo con todos los recaudos constitucionalmente exigibles haya
predeterminado la obligación fiscal.
20. — Las leyes que crean o modifican tributos no pueden ser retroactivas, por la sencilla
razón de que la ley tributaria debe ser previa o anterior al hecho imponible. Si un hecho
no es imponible porque no hay ley fiscal vigente al tiempo de producirse, hemos de
admitir que hay derecho “adquirido" a quedar libre de obligación fiscal respecto de ese
mismo hecho. Cuando el hecho imponible es de ejercicio (por ej.. impuesto a la renta o a
las ganancias) la ley debe ser anterior a la fecha en que se cierra el ejercicio (por ej.. el 31
de diciembre) pero no necesariamente ha de ser anterior a la iniciación del período,
pudiendo dictarse durante su transcurso.
21. — El pago de un tributo conforme a la ley vigente al tiempo de efectuarlo surte efecto
liberatorio a favor del contribuyente.
El control constitucional
22. — La creación y aplicación de tributos queda sometida, como todos los actos estatales,
a control judicial de constitucionalidad. Tal control puede recaer en: a) la imposición de
23. — El principio conocido como “solve et repete” establece que para alegar
judicialmente la inconstitucionalidad de un tríbulo hay que cumplir previamente con la
obligación de pagarlo. La aplicación rígida y severa del “solve et repete” llega a ser
inconstitucional por privación de justicia cuando el monto de lo que debe pagarse para
poder iniciar el juicio excede la capacidad del contribuyente y le impide acceder a la
justicia.
OM
Tampoco debe aplicarse con fuerte rigorismo el principio del pago bajo protesta, según el
cual para demandar judicialmente el reintegro de un tributo se lo ha de haber oblado
“bajo protesta”.
24. — Hay doctrina que a la luz del Pacto de San José de Costa Rica, que desde 1994 tiene
jerarquía constitucional sostiene que el “solve et repete” está derogado o se ha vuelto
.C
improcedente, porque dicho Pacto consagra el derecho a un proceso razonablemente
rápido para determinar derechos y obligaciones del justiciable incluidos los de índole
fiscal.
DD
25. — La Corte Suprema abandonó en 1977 un principio que había establecido entre 1973
y 1976 conforma al cual la acción judicial por reintegro de impuestos necesitaba que quien
los había pagado acreditara que, a causa de ello, había sufrido un empobrecimiento.
delegación provincial, sino de carácter originario). No hay que olvidar, asimismo, que el
régimen autónomo de la ciudad de Buenos Aires también lo presupone.
27. — La constitución siempre previo en su art. 4º cuáles son los fondos del tesoro
La coparticipación
29. — La reforma de 1994 ha previsto explícitamente en el art. 75 inc. 2 la denominada
OM
La ley-convenio no puede ser modificada unilateralmente, como tampoco reglamentada, y
será aprobada por las provincias.
Personalmente, interpretamos que la coparticipación prevista en el inc. 2º del art. 75 no
es facultativa sino obligatoria, de modo que no depende de la voluntad del congreso
establecerla o no.
Según el inc. 3º, pueden quedar fuera de la coparticipación las contribuciones a las que el
.C
congreso les establezca asignaciones específicas por tiempo determinado (para ello, no se
ha previsto que sea necesario el acuerdo con las provincias, pese a que tales afectaciones
especiales detraen fondos a la coparticipación).
En el inc. 2º se adjudica a un organismo, fiscal federal el control y la fiscalización de lo que
DD
dicho inciso establece. La ley que lo organice habrá de asegurar la representación de todas
las provincias y de la ciudad de Buenos Aires en su composición.
En las cláusulas transitorias se había fijado un plazo hasta la finalización del año 1996 para
cumplir con el inc. 2º del art. 75, pero el congreso no lo hizo y quedó incurso en
inconstitucionalidad por omisión. (Ver disposición transitoria sexta.)
LA
La cláusula comercial
31. — Todo cuanto explicamos en desarrollo del poder impositivo, no ha de confundir
dicho poder con la competencia del congreso para reglar el comercio interprovincial e
internacional (art. 15 inc. 13). Vimos que el poder impositivo cuenta con su propia
FI
grava actividades relacionadas con dicho comercio. (Por ej. las provincias no pueden
convertir en “hecho imponible” a la actividad comercial interjurisdiccional, pero sí el
ingreso o la ganancia que ella reporta.)
33. - Todo esto se interconecta con la circulación “territorial” que, por estar prohibidas las
aduanas interiores, implica libertad de circulación y de transito por todo el territorio, para
las personas, los bienes, los buques, los medios de transporte, etc. Está en juego la
libertad de comercio, de navegación, y hasta de trabajar, de forma que no se puede
34. — Pero hay que diferenciar muy bien la circulación territorial de la circulación
económica. Esta última no goza de la exoneración impositiva que tiene la primera, porque
según la jurisprudencia de la Corte la circulación territorial no impide que las provincias
graven mercaderías no producidas en ellas una vez que han entrado en la circulación
económica local, o que se han incorporado a la riqueza provincial. No obstante, hay que
computar ciertas prohibiciones. Así, las provincias no pueden imponer gravámenes más
fuertes a las ventas locales de productos importados o ingresados desde otra provincia.
35. — El peaje que debe pagar el usuario de una obra pública vial (camino, puente, ruta)
no vulnera la circulación territorial libre mientras no sea un tributo por el mero paso, sino
por estar vinculado a servicios o prestaciones a favor del usuario, como es el caso de la
construcción y el mantenimiento de una vía de tránsito. Cuando, conforme a cierta
OM
doctrina, el peaje es considerado una tasa, se advierte que el monto ha de guardar
proporción razonable con el costo, el uso y la conservación de la obra, y ser uniforme para
todos los usuarios que se hallen en las mismas condiciones.
CAPITULO XIX
.C
LOS DERECHOS SOCIALES Y EL TRABAJO
El constitucionalismo social
DD
1. — Desde la primera postguerra del siglo XX cobró nacimiento y auge progresivo el
llamado constitucionalismo social, que ofrece una pluralidad de lineamientos. Así:
a) incluye en las constituciones escritas una declaración de derechos sociales y
económicos, abarcando la educación, la cultura, la familia, el trabajo, la asociación
profesional o sindical, la propiedad, la economía, la minoridad, la ancianidad, la seguridad
LA
social, etc.;
b) asume regulaciones de la “cuestión social” que atiende a la relación entre capital y
trabajo, los factores de producción, los sindicatos y el estado, la situación del hombre en
función del trabajo, etc.;
c) acusa una tendencia a remarcar la función social de los derechos;
FI
3. — Para satisfacer sus fines, tal estado despliega políticas sociales activas y queda
gravado con prestaciones positivas -de dar y de hacer- que se enmarcan en la solidaridad
social, en la liberación, y en el desarrollo tanto humano como socioeconómico.
Aunque ya no está de moda, hemos de recordar que expresiones como “estado de
bienestar” (o estado de la procura existencial) han significado que el clásico bien común
público, o bienestar general de nuestro preámbulo, tiene y precisa contenidos que
superan el simple “libre goce” de los derechos, y que acogen como pauta una distribución
razonablemente igualitaria de la libertad„ con numerosos equilibrios de añadidura para lo
que pudo ser el estado liberal en los inicios del constitucionalismo moderno.
El derecho de trabajar
4. — Nuestra constitución histórica no omitió consignar en el catálogo de derechos, a
favor de habitantes y extranjeros, el derecho de trabajar (arts. 14 y 20).
El trabajo humano se basa en la dignidad de la persona y, lejos de ser una mercancía, es
OM
6. — El sujeto activo del derecho de trabajares el hombre. Pero asociaciones, empresas,
personas jurídicas (o sea, entes que no son hombres) pueden desarrollar también una
actividad comercial, industrial, etc., equivalente al trabajo. En y con ese sentido, cabe
decir que son también titulares del derecho de trabajar.
El extranjero que pretende como habitante titularizar y ejercer el derecho de trabajar
debe hallarse legalmente radicado en el país para colocarse en pie de igualdad y sin
.C
discriminación alguna, con los nacionales. Si cuenta con radicación temporaria, cabe
limitarle su actividad al ámbito ocupacional y por el lapso para el cual se lo haya
autorizado. Si se halla en tránsito, parece necesario que el desarrollo de una actividad
remunerada o lucrativa tenga autorización especial.
DD
El sujeto pasivo es doble; el estado, y los demás hombres. La obligación de estos sujetos
pasivos no es igual ni la misma en todos los casos; así, en tanto siempre deben respetar la
elección que el sujeto activo ha hecho de determinada actividad, la situación cambia
cuando en la relación de empleo -público o privado- el que es empleador tiene
obligaciones específicas e individualizadas para con cada trabajador que se desempeña a
LA
El derecho judicial
8. — Un somero esquema de la jurisprudencia de la Corte ha dado las siguientes pautas:
a) En el contrato de trabajo es requisito esencial de la justicia la igual libertad de las partes
contratantes:
b) cuando la libertad de contratar entra en conflicto con la libertad contra la opresión del
empleado u obrero, ha de prevalecer esta última porque así lo requiere la serie de
principios de un orden social justo:
c) el empleador debe respetar la personalidad del trabajador, de modo que al ejercer sus
atribuciones de dirección en la relación laboral no le origine a aquél ningún perjuicio
material o moral;
d) los créditos salariales tienen naturaleza alimentaría, y se relacionan con el derecho de
propiedad y el de la retribución justa, por lo cual, si hay inflación, es menester indexar o
actualizar su monto;
e) el derecho a la remuneración se extiende a los honorarios de los profesionales, dentro
El artículo 14 bis
9. — El art. 14 bis, añadido por la reforma constitucional de 1957, deja el siguiente
resumen; a) el trabajo tiene y debe tener tutela; b) esta tutela surge directa y
operativamente de la constitución, y debe depararla la ley; c) la ley debe “asegurar” todo
lo que el citado artículo enumera; d) la competencia que para ello posee el congreso es de
ejercicio obligatorio; e) el poder ejecutivo no puede asumirla ni interferiría, salvo en su
zona de potestad reglamentaria de la legislación: f) el deber de legislar que tiene el
congreso es inmediato, o sea, no deja opción para elegir en qué momento se legisla; g) la
demora o la omisión son inconstitucionales, y los jueces deben remediarla en cada causa
judicial que es de su competencia.
Aunque el deber primario que surge del art. 14 bis se dirige al congreso, la Corte ha
entendido que también, y a su modo, alcanza a todos los otros órganos del gobierno
federal que, en la órbita de competencia de cada uno, han de dar prioridad al espíritu
protector de la normativa en juego.
OM
Igual deber se extiende a las provincias, conforme al art. 5°.
El plexo de derechos
10. — Los derechos emergentes del art. 14 bis pueden agruparse así:
a) Condiciones de trabajo, definidas como dignas y equitativas:
b) Remuneración justa, comprensiva del salario mínimo vital y móvil; de igual
.C
remuneración por igual tarea, y de participación en las ganancias de la empresa (este
aspecto juega -por un lado- frente al empleador que debe satisfacer todo lo acá
involucrado, y frente al estado que debe protegerlo y hacerlo operativo mediante leyes);
c) Duración del trabajo, diversificada en la jomada diaria, el descanso y las vacaciones
DD
pagados, y la protección contra el despido arbitrario:
d) Control de la producción y colaboración en la dirección de la empresa.
La estabilidad
11. — El empleo público cuenta en el art. 14 bis con una norma diferencial respecto del
LA
Trasladada la cuestión al art. 14 bis, parece que para el empleado privado la ley no está
obligada a establecer la estabilidad propia, pero tampoco impedida de acogerla
razonablemente para determinados tipos, clases o casos de empleo privado. Para el
empleo público, advertimos que en lugar de figurar en el art. 14 bis el vocablo “protección
contra...”, se consigna la palabra “estabilidad", lo que lleva a suponer con suficiente
certeza que acá se la utiliza como equivalente a estabilidad propia; o sea, para que no se
pueda disponer el cese sin justa causa, y para que si se lo hace haya que reintegrarle su
empleo al cesante, de modo que estaríamos ante un “derecho a no ser privado del
empleo (público)".
12. — La Corte registra jurisprudencia en la que; a) ha reputado que, como principio, la ley
no puede establecer la estabilidad propia en el empleo privado; b) el art. 14 bis no
consagra la estabilidad propia en el empleo público.
13. — La estabilidad del empleado público aludida en el art. 14 bis obliga a las provincias a
asegurarla a favor de quienes integran la planta de su personal.
El desarrollo infraconstitucional
14. — Para el desarrollo del art. 14 bis hay que tener presente, entre otras cosas, que el
15. — La legislación que desarrolla el contenido esencial de los derechos surgidos del art.
14 bis tiene carácter de orden público, por lo que la voluntad de las partes puede
mejorarla pero no disminuirla ni descartarla. Tampoco el contrato colectivo puede
rebajarla.
La fuente internacional
OM
17. — En varios tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional hay cláusulas
que versan sobre temas y aspectos vinculados con el trabajo: cabe citar, especialmente, el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Aunque sin jerarquía constitucional, nuestro derecho del trabajo se halla vinculado
asimismo por los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que para
un sector de la doctrina, sobre todo después de la reforma de 1994 (art. 75 inc. 22), tienen
.C
naturaleza de tratados internacionales.
b) Cuando surge el "nuevo derecho del trabajo" y se lo reguló en una legislación dispersa
por el congreso, la unidad legislativa en la materia cobró refuerzo y puso fuera de duda
que las provincias carecían de competencia. Por ende, en 1957 la Corte pudo declarar
inconstitucional una ley santafesina que disminuía el horario laboral en el empleo privado
cuando la remuneración se hallaba lijada en función del tiempo de trabajo; todo ello
FI
porque la duración de la jornada es un elemento que forma parte del contrato de trabajo,
para cuya regulación el congreso posee competencia exclusiva.
c) En orden a la denominada policía del trabajo, cuyo ámbito es muy vasto (porque abarca
el control en la aplicación de las leyes laborales, el cuidarlo de la salud, la higiene y la
La “flexibilización” laboral
19. — El derecho constitucional debe estar alerta ante todo lo que desde la llamada
‘'globalización” de la economía proyecta "‘flexibilizaciones” laborales que riñen con todo
cuanto la constitución ordena en el ámbito del derecho del trabajo.
Capítulo XX
2. — Indagar qué son los gremios en este vocabulario que emplea el art. 14 bis no resulta
sencillo, porque tanto cabe entender que “gremio" puede ser una pluralidad o un
conjunto de trabajadores de una misma actividad (por ej., el gremio de los portuarios, de
los bancarios, etc.) como una asociación de trabajadores (por ej., un sindicato).
Pues bien, si optamos por lo último, los gremios a los que alude la fórmula constitucional
de “organización sindical libre y democrática” encuadran en el pluralismo sindical.
Sin embargo, se hizo común en nuestro derecho colectivo del trabajo implantar
asociaciones con “personería gremial", adjudicándoles la representación de los intereses
gremiales de una categoría de trabajadores. Entonces, cuando no todas las organizaciones
de trabajadores tienen tal personalidad gremial, nos preguntamos: ¿se compadece este
OM
sistema con la organización “libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en
un registró especial"?
3. — La respuesta breve que condensa nuestro punto de vista es ésta: la ley que
reglamenta la organización sindical puede deparar a una sola entidad gremial por
categoría de trabajadores la aludida personalidad gremial, con la que le confiere la
.C
representación de esa categoría, pero a condición de que la titularidad de los derechos
gremiales no quede monopolizada con exclusividad total por la entidad con personalidad
gremial; o sea que otras asociaciones sin personalidad gremial han de quedar habilitadas
para ejercer algunos derechos gremiales.
DD
4. — Así, dada la modalidad que revisten los convenios colectivos de trabajo, parece
necesario que para poder darles la proyección obligatoria que abarca a todos los
trabajadores de una determinada actividad, ha de haber “unidad de representación” de
ellos por parte de una única asociación: la que posee personalidad gremial. En cambio, sin
LA
La huelga
7. — La huelga no puede entenderse como el derecho “individual” de no trabajar porque
el sentido con que la constitución lo consagra es el de una abstención colectiva de trabajo,
o sea un “no trabajar" plural.
OM
etc.).
10. — Cuando hay huelga, la autoridad administrativa puede calificaría para determinar si
es o no es legal, pero esto lo hace desde el punto de vista sindical para encauzarla. De ahí,
en más, la repercusión de esa huelga en los contratos individuales de trabajo (cuando, por
ej., el empleador suspende o despide a los huelguistas) suele dar lugar a procesos
.C
judiciales, en los que la Corte tiene establecido que la calificación administrativa que se
hizo de esa huelga puede y debe en cada juicio ser revisada judicialmente, y en esa
revisión el juez está obligado a hacer su propia calificación, de modo que no está obligado
a reproducir la calificación administrativa; y si no hubo calificación administrativa,
DD
igualmente el juez tiene que hacer la suya.
La sentencia que omite calificar la huelga -según lo ha dicho la Corte- está viciada de
arbitrariedad.
11. — Los efectos de la huelga en cada contrato individual de trabajo son los siguientes:
LA
12. — Cuando la huelga queda definida como el abandono colectivo y temporal del
trabajo y del lugar de trabajo, se abre el debate doctrinario acerca de si el derecho de
huelga comprende también algunas medidas de fuerza que, como el trabajo a desgano, o
el paro de brazos caídos, son cumplidas por los trabajadores sin dejar su lugar de trabajo.
Personalmente creemos que quien puede lo más puede lo menos, por lo que medidas de
fuerza que, dentro del marco razonable de legalidad y de licitud, no encuadran en el
molde típico de lo que es huelga, se han de dar por incluidas en el derecho constitucional
de huelga.
La contratación colectiva
13. — Los convenios colectivos de trabajo permiten con facilidad reconocer que el art. 14
bis da recepción al llamado "poder normativo" de las asociaciones profesionales. Tal
poder normativo significa que mediante la contratación colectiva se crean normas de
carácter general y obligatorio.
En efecto, los convenios colectivos tienen como sujetos a una entidad sindical y a un
empleador o grupo de empleadores (o, en caso de existir, a una asociación patronal
similar a las sindicales). Para ser típicamente tal, el convenio colectivo requiere la
homologación por la autoridad administrativa del estado y, a partir de allí, su aplicación se
15. — Reiteramos que el conceder a una sola entidad sindical (con personalidad gremial)
la titularidad del derecho a concertar convenios colectivos no ha de monopolizar en esa
entidad la totalidad de los demás derechos gremiales.
OM
de trabajo. Desde nuestro punto de vista, tampoco puede obligar a trabajadores no
afiliados a contribuir a un sindicato con cuotas u obligaciones pecuniarias, porque si eso
ocurre se les viola a dichos trabajadores su derecho de no asociarse.
17. — Mientras el plazo de vigencia de un convenio colectivo se halla en curso, una ley
posterior a su celebración no puede cercenar o suprimir beneficios anteriores. (La
.C
jurisprudencia de la Corte registra fallos en discrepancia con este criterio.) En cambio, un
nuevo convenio colectivo que sucede y reemplaza al anterior puede modificar y suprimir
beneficios concedidos por este último, porque siempre juega el principio de que todo
beneficio cuya fuente es un convenio colectivo subsiste mientras dura el plazo de vigencia
DD
del convenio.
18. — Los topes constitucionales que es fácil inferir del art. 14 bis y del principio
protectorio mínimo del trabajador no toleran ser dejados de lado o rebasados por ninguna
política de la llamada “flexibilización" laboral, como tampoco admiten la preponderancia
LA
La conciliación y el arbitraje
20. — Una clasificación de los conflictos o controversias entre trabajadores y empleadores
los divide en individuales y colectivos, según que estén en juego intereses concretos de
uno o varios trabajadores, o intereses abstractos de una categoría profesional. También
hay conflictos de derecho y de intereses, según que se refieran a interpretar o aplicar el
derecho vigente, o que tiendan a modificarlo o reemplazarlo por otro. Cuando el art. 14
bis enuncia entre los derechos gremiales el de recurrir a la conciliación y al arbitraje, nos
está dando a entender que queda “permitido” dirimir conflictos colectivos fuera de la
órbita del poder judicial mediante procedimientos conciliatorios y arbitrales.
Si bien estamos ante un "derecho", hay situaciones extremas en las que una ley
reglamentaria puede imponer la obligatoriedad de tratativas conciliatorias o del arbitraje,
cuando el conflicto colectivo tiene capacidad de alterar la paz social. La Corte lo ha
reconocido.
La representación sindical
21. — El art. 14 bis dispensa, además, garantías necesarias a los trabajadores que son
representantes legales, para que puedan cumplir su gestión sindical. Tales garantías se
22. — La ley tiene que ser moderada y razonable en el alcance y los efectos que asigna a la
estabilidad sindical. Por un lado, ha de tomar en cuenta que el marco completo de la
garantía sindical tiene no sólo carácter subjetivo o personal para el trabajador
representante, sino además carácter sindical, por el cual su violación incurre en lo que se
reputa "'práctica desleal”.
OM
Pero no es constitucionalmente razonable que en caso de tener que promoverse un
proceso penal al representante gremial haya que tramitarse una especie de “ante juicio”
ante un organismo administrativo.
Capítulo XXI
.C LA SEGURIDAD SOCIAL
Su encuadre constitucional
DD
1. — La tercera parte del art. 14 bis está dedicada a la seguridad social.
La expresión “seguridad social”, muy en boga en el vocabulario jurídico, tiene varias
acepciones. Una, demasiado elástica, la hace coincidir con el bienestar general de la
sociedad y hay que descartarla; las otras dos apuntan a riesgos, contingencias o
necesidades de: a) todas las personas, porque son comunes a cualesquiera y al conjunto,
LA
deben contribuir o aportar al fondo con el que se financian las prestaciones, en tanto
cuando la cobertura se extiende a todas las personas y su campo incluye la llamada
asistencia social, el sistema suele ser gratuito (o sea, los beneficiarios no deben efectuar
aporte alguno, porque los fondos tienen otras fuentes).
6. — El citado art. 14 bis consigna que el estado otorgará los beneficios de la seguridad
social, que tendrá carácter integral e irrenunciable y luego añade que la ley establecerá el
OM
organizar y controlar el sistema, y en parte puede dejar que entidades no estatales tengan
a su cargo la concesión y el pago de los beneficios.
10. —Los vericuetos del tema jubilatorio no concluyen acá. Hay que analizar varios
aspectos del monto de la jubilación, que llevan al siguiente deslinde:
a) cuando al otorgarse el beneficio se fija cuál es su monto, tal cantidad debe guardar
cierta proporción razonable con el salario que la persona ganaba mientras estaba en
12. — Cuando el art. 14 bis prescribe que no puede existir superposición de aportes,
hemos de entender -según la Corte- que la prohibición se dirige a impedir que por una
misma actividad laboral la persona deba contribuir a dos o más sistemas de seguridad
social; pero nada obsta que quien cumple más de una actividad pague aportes jubilatorios
a cada uno y por cada uno de los regímenes correspondientes a tales actividades
diferentes. O sea que lo vedado es la “superposición” pero no la “multiplicidad” de
aportes.
OM
industriales que vendía instrumental usado por los profesionales del arte de curar tuviera
que aportar a la caja de previsión que, afiliaba a dichos profesionales.
14. — Las provincias tienen competencia para dictar su propia legislación local en materia
de seguridad social para sus empleados públicos y para los que ejercen actividades
profesionales en su jurisdicción. Por ende, pueden crear los organismos o cajas otorgantes
.C
de los beneficios jubilatorios. La circunstancia de que el art. 125 de la constitución
reformada en 1994 haya consignado que las provincias y la ciudad de Buenos Aires
pueden “conservar” organismos de seguridad social para los profesionales y los
empleados públicos parece indicar que pueden “mantener” los existentes pero no crear
DD
otros, lo cual conduce a una interpretación equivocada, desde que las provincias
“conservan” todo el poder no delegado al gobierno federal y, por ende, también
“conservan" (con igual sentido competencial) el que siempre se les ha reconocido en la
indicada área de la seguridad social Local.
LA
16. — Vale reiterar que cuando globalmente apelamos a obligaciones de “el estado”, o
cuando las competencias se asignan expresamente al congreso para que legisle, la
jurisprudencia de la Corte, sin saltear la división de poderes, tiene señalado que el art. 14
bis vincula a todos los órganos gubernamentales, cada uno en el área de sus competencias
propias, como asimismo a las provincias cuando en sus jurisdicciones existen regímenes
locales.
2. — Nuestro punto de vista no califica como derechos políticos a los derechos que son
susceptibles de ejercerse con fines políticos. Reduciendo la categoría, entendemos que los
derechos políticos son tales únicamente, cuando: a) los sujetos que los titularizan son
ciudadanos (o extranjeros habilitados) o son entidades políticas reconocidas como tales
OM
(por ej., los partidos): y b) no tienen ni pueden tener otra finalidad qué la política.
3. — La mejor ubicación actual de los derechos políticos y del régimen electoral la brinda
la democracia participativa. La participación convoca al protagonismo activo de personas y
agrupaciones, que dinamiza al sistema democrático desde su base popular. Tal
participación no se reduce a los actos electorales, sino que alcanza a vías informales que
.C
dan presencia a múltiples intereses a través del ejercicio de derechos que no son políticos
pero que pueden revestir finalidad política (petición, reunión, expresión, asociación, etc.).
De esta manera se logra, entre otras cosas, que la sociedad conozca y controle las ofertas
y los programas electorales.
DD
4. — Por su lado, el derecho electoral no se limita al acto de votar porque, además del
sufragio, abarca al proceso electoral en toda su secuela y desarrollo para exigirle e
imprimirle legitimidad.
LA
10. — Nuestra perspectiva nos lleva a sugerir que los extranjeros no naturalizados
argentinos que cuentan con un tiempo suficiente de residencia en el país deben merecer
OM
la titularidad del derecho a votar, porque en la medida que forman parte estable de
nuestra sociedad poseen interés en cuanto se refiere al gobierno del estado.
A la inversa, los ciudadanos que no son habitantes de nuestro estado porque no viven acá,
no deben ser electores de autoridades argentinas, y ello por la muy simple razón de que si
la constitución afirma en su art. 45 que son elegidas por el “pueblo”, hay que formar parte
de ese pueblo, y no de la población de otro estado. Discrepamos, por eso, con la solución
.C
que en 1991 adoptó la ley 24.007.
12. — Habíamos dicho que desde el enfoque subjetivo, el derecho electoral implica la
función del sufragio. El sufragio es, para nosotros, una “función " política de naturaleza
electoral y de carácter individual.
Por ende, no es una función “estatal” o del poder, todo lo que traducimos calificándola
como función pública no estatal, que da origen a derechos y obligaciones, y que opera
FI
como una técnica que se utiliza para que las personas expresen su voluntad política a
efectos de la nominación de los titulares de poder. También para la adopción de
decisiones que no se relacionan con la designación de gobernantes, lo que ocurre en las
formas semidirectas (referéndum, iniciativa, consulta popular, etc.).
13. — Conviene recalcar que el requisito de idoneidad que impone el art. 16 como única
condición para el acceso a los empleos alcanza también a los cargos públicos electivos. En
el caso, esta idoneidad se bifurca en idoneidad ética e idoneidad técnica (o sea, la exigida
para la función específica).
14. — Aunque un candidato a cargo electivo sólo posee un derecho “en expectativa” (que
recién se convierte en “adquirido” una vez que la elección y la admisión a la función se
han operado), hay que dar por cierto que las proscripciones y discriminaciones arbitrarias
son inconstitucionales porque bloquean la postulación y el acceso al cargo. El Pacto de San
José de Costa Rica, en su art. 23, 2 respalda esta afirmación.
15. — Incumbe a los partidos que hacen oferta de candidaturas asumir el deber de
efectuar una buena selección con base en la idoneidad a que recién hicimos referencia.
18. — A la fecha, el art. 39 concede derecho para que “los ciudadanos” presenten
proyectos de ley en la cámara de diputados, a los que el congreso tiene que darles
tratamiento expreso dentro de los doce meses. Quedan fuera los proyectos sobre reforma
constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto, y materia penal.
El congreso debe dictar la correspondiente ley reglamentaria de la iniciativa popular, lo
que hizo en 1996 mediante la nº 24.747.
OM
Entendemos que esta iniciativa ha de ser “formulada", o sea, el proyecto de ley que se
propone debe estar articulado o redactado.
19. — Por su lado, el art. 40 regula la consulta popular, estableciendo que a iniciativa de la
cámara de diputados el congreso podrá someter a consulta un proyecto de ley; la ley de
convocatoria no puede ser vetada, y si el voto popular es afirmativo, el proyecto queda
.C
convertido en ley y su promulgación será automática.
Se arbitra una dualidad: la consulta vinculante, y la no vinculante, para la cual el voto no
es obligatorio; la consulta no vinculante puede ser convocada por el congreso o por el
presidente de la república dentro de las competencias de cada uno.
DD
El art. 40 discierne al congreso el deber de dictar una ley reglamentando las materias, los
procedimientos y la oportunidad de la consulta popular. Tiene lógica, a nuestro criterio,
suponer que aunque el art. 40 no menciona materias sustraídas a la consulta, le alcanzan
las mismas prohibiciones que para la iniciativa popular consigna el art. 39.
La reglamentación se hizo en 2001 por ley 25.432.
LA
20. — Si partimos del principio de que los derechos políticos hacen parte de los derechos
humanos, hay que enfocar la legitimación procesal para su tutela por los jueces. Esta
legitimación ha de depararse, como mínimo a dos sujetos: a) los ciudadanos que
titularizan derechos políticos: b) los partidos políticos.
FI
Damos por entendido que para que tales sujetos accedan a un tribunal postulando su
legitimación y sus derechos políticos, hay que aceptar como presupuesto que, con
amplitud, los temas que se enlazan a los derechos políticos, al derecho electoral y a los
partidos se definan como cuestiones judiciables, y no como cuestiones “políticas" que
CAPITULO XXIII
Su encuadre
1. — La reforma constitucional de 1994 incorporó por primera vez al texto un articulo -el
38- sobre los partidos políticos. En La constitución material existieron desde mucho antes,
y la jurisprudencia de la Corte había dado base en el art. 1º a la existencia y pluralidad de
los partidos.
2. — El partido político es para nosotros, un sujeto auxiliar del estado (o del poder) que
posee naturaleza de persona jurídica de derecho público "no estatal “. En la estructura del
OM
partido hay un conjunto de personas con calidad de afiliados; una ideología política que
plasma en el programa y la plataforma partidarias; un fin político genérico que consiste en
gravitar políticamente conforme al proyecto recién mencionado, y que de modo
inmediato se endereza, muchas veces, a la conquista o retención del poder.
3. — En la dinámica de los partidos y del poder, las relaciones de los partidos con órganos
.C
gubernamentales componen la categoría de relaciones “extraórganos", que podemos
dividir así:
a) relaciones en la formación de los órganos de poder, que se advierte en la oferta de
candidaturas para cargos de origen electivo;
DD
b) relaciones en el ejercicio del poder, que aparece en la composición partidaria de dichos
órganos, en las presiones que ejercen sobre el poder y viceversa (las del poder sobre los
partidos), etc.
el sistema democrático, a negar el reconocimiento de uno o más partidos reñidos con tal
sistema, o a cancelar el que se les había deparado, todo lo cual presupone que el estado
asume un control “cualitativo" (o doctrinario) de los partidos.
No en vano la doctrina califica como partido “anti-sistema” al que, mimetizándose con el
6. —Los partidos, de modo análogo a la que acontece en las demás asociaciones, tienen
poder disciplinario sobre sus afiliados, con cuyo ejercicio razonable pueden aplicar
sanciones y hasta disponer la expulsión, medidas éstas que siempre han de quedar sujetas
a eventual revisión y control judiciales.
El artículo 38
8. — Mucho de, lo recién dicho ha encontrado asilo normativo en el art. 38 de la
constitución, que define a los partidos como instituciones fundamentales del sistema
democrático y, desde tal plataforma, añade que:
OM
b) la duda y la discrepancia aparecen cuando la mentada alusión a la “competencia'' se
interpreta de modo diferente: b’) para algunos, significa que los partidos monopolizan esa
competencia, de modo que por fuera de ellos se hace inviable ofrecer candidaturas: b")
nosotros no encontramos en el art. 38 nada que equivalga a conferir tal exclusividad
monopólica a los partidos, por lo que, en definitiva, creemos que;
c) además de las candidaturas partidarias, el pluralismo democrático deja espacio
.C
razonable para que la ley adicione la posibilidad de otras candidaturas no auspiciadas por
un partido.
10. —Antes de la reforma de 1994, el fallo de la Corte en el caso “Ríos Antonio J.” del año
DD
1987, sostuvo que no era inconstitucional el sistema legal que otorgaba a los partidos en
forma exclusiva la nominación de candidaturas para cargos públicos electivos.
11. —Hay que dejar aclarado que, además de las interpretaciones en tomo de la
nominación de candidatos aludida en el art. 38, el art. 54 consagra expresamente que
LA
para la composición del senado con tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad
de Buenos Aires, dos bancas corresponden al partido que obtiene mayor número de votos
y la restante al que le sigue en número de votos. De esta forma, para la formación del
senado parece claro que la constitución depara a los partidos el monopolio de las
candidaturas.
FI
13. — Del panorama expuesto se desprende, con carácter de principio constitucional, que
debe haber partidos, y que es la sociedad la que depara el ámbito de su creación y
funcionamiento libre y democrático.
CAPITULO XXIV
LAS GARANTIAS
La seguridad
1. —Hay que recordar que el constitucionalismo moderno o clásico procuró desde su
inicio organizar al estado en defensa de las libertades y los derechos del hombre, lo que
equivale a decir que ha tendido a asegurar al hombre frente al estado. Todo el andamiaje
constitucional se armó para proporcionar seguridad y garantías, tal como lo testimonian
las dos partes tradicionales en que se divide la constitución: la parte dogmática con su
2. —Si bien en sentido amplio todo el ordenamiento jurídico garantiza las libertades y los
derechos, la acepción más restringida de lo que es “garantía” apunta a la disponibilidad
que tiene la persona para movilizar al estado en protección suya, tanto para evitar
ataques como para restablecer la situación anterior al ataque, o para compensarle el daño
sufrido, sin dejar de lado la sanción al transgresor.
El derecho de la jurisdicción
3. Nuestra Corte elaboró el derecho a la jurisdicción como lo que ahora se denomina
derecho de acceso a la justicia; es decir, el derecho de acudir a un tribunal en procura de
justicia. Este derecho de la persona calificada como “justiciable” es recíproco de la función
del poder que consiste en administrar justicia, y que está a cargo de los órganos del poder
judicial. Lo que en rigor se busca es que mediante ese primer paso de acceso a un tribunal
seguido por el desarrollo del proceso judicial (debido proceso), el justiciable disponga de
OM
tutela judicial electiva.
4. —Queda claro que acudir u un tribunal es pisar el umbral; hay que recorrer en seguida
las etapas del proceso, para culminar en la sentencia que resuelva con justicia la
pretensión del justiciable. .C
5. —La Corte tiene dicho en su jurisprudencia que todo justiciable tiene derecho a que no
se excluya compulsivamente la intervención suficiente de un órgano del poder judicial,
6. —La defensa en juicio exige, entonces, una instancia judicial como mínimo cuando se
DD
trata de resolver controversias entre particulares. En el proceso penal, esa instancia ha de
ser doble, porque así lo exigen tratados de derechos humanos con jerarquía
constitucional; esto significa que ha de existir recurso ante un juez o tribunal superior.
administrar justicia el estado debe: a) establecer los órganos (tribunales) del poder
judicial; b) asignarles jurisdicción y competencia, c) dictar las normas de procedimiento.
Tales órganos deben ser los “jueces naturales” del art. 18 de la constitución los cuales, de
no existir normas procesales para tramitar un proceso, han de ingeniarse para cubrir la
carencia normativa, como lo hizo ejemplarmente la Corte cuando en 1957 y 1958 dio
curso a la acción de amparo contra actos de autoridad y de particulares sin que entonces
hubiera norma alguna en la constitución y en la legislación.
9. —El derecho a la jurisdicción exige que la persona que, con suficiente razonabilidad,
pretende acceder a una vía procesal para el reconocimiento y la tutela de sus derechos,
disponga de lo que se denomina legitimación procesal activa, como capacidad para
provocar y tramitar el proceso, y/o para intervenir en él con eficacia.
10. —El plexo de derechos relacionados con el acceso a la justicia cuenta con
reconocimiento en varios tratados de derechos humanos de jerarquía constitucional.
OM
b) la prohibición del art. 29;
c) el principio de división de poderes, que veda toda clase de delegación de la función
judicial por parte de sus órganos a otros extraños;
d) una serie de pautas sentadas por la jurisprudencia de la Corte, conforme a las cuales no
se puede excluir compulsivamente la intervención de un tribunal judicial para solucionar
controversias individuales de naturaleza jurídica.
.C
14. —La garantía del juez natural obliga también a las provincias en su organización
judiciaria, y beneficia a los justiciables que intervienen en procesos ante los tribunales
locales.
DD
15. —El Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos contienen cláusulas afines con la garantía del juez natural.
La sustracción prohibida
LA
“hecho” para transferirla a otro tribunal que recibe esa competencia “después” del hecho.
17. —Si este es el alcance que atribuimos a la prohibición de “sacar”, resta añadir que la
prohibición de someter a alguien a enjuiciamiento por comisiones especiales implica
impedir que se creen organismos ad-hoc o ex-post facto (después del hecho) o especiales
para juzgar determinados hechos o a determinadas personas, sin la generalidad y
permanencia que son propias de los tribunales judiciales.
19. —Para los tribunales de alzada rige el mismo principio: han de ser creados con
jurisdicción y competencia por ley anterior al “hecho” que dio origen al proceso en la
instancia inferior. (Por excepción, admitimos que por ley posterior se añada una instancia
de alzada que antes no existía, porque así se mejora la justiciabilidad.)
La inmunidad de declaración
21. —El art.18 consigna que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo. Según la
Corte, esta garantía rige solamente en materia penal, pero -discrepando con tal
interpretación- nosotros afirmamos que el art. 18 no contiene tal limitación y que, por
ende, la prohibición debe extenderse a todo tipo de causas, aunque no con el mismo
rigor. Por eso creemos que en el proceso no penal se puede pedir la absolución de
posiciones (prueba confesional) a la contraparte, pero no puede tenérselas por absueltas
en rebeldía.
Por supuesto que la no autoinculpación significa también destituir de valor probatorio a la
declaración prestada bajo coacción, apremios, uso de drogas para indagar la conciencia,
etc. Protege asimismo la relación confidencial entre el cliente y el profesional,
OM
22. —La exención de declarar contra sí mismo da base para deparar al periodista o
comunicador social la garantía del secreto de las fuentes de información.
23. —En posición muy solitaria, sostenemos que no se puede obligar a nadie a prestar el
propio cuerpo para obtener una prueba (por ej., la extracción compulsiva de sangre).
La inmunidad de arresto
.C
24. —Nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente.
Esta cláusula del art. 18 no define cuál es la autoridad competente, pero se interpreta
DD
que, como principio, solamente lo es la autoridad judicial, y únicamente -por excepción- la
que no lo es.
Nuestra Corte tiene dicho que las dos únicas figuras que en la constitución dan base a la
privación de libertad son el proceso penal y el estado de sitio (ver, para ése. el art. 23).
En jurisprudencia reciente, la Corte ha negado que las cámaras del congreso y las
LA
25. —Entendemos que mediante ley razonable se puede atribuir a la autoridad policial la
facultad excepcional de detener personas en casos muy especiales de urgencia (delitos
FI
El debido proceso
27. —El punto de arranque se halla, nuevamente, en el art.18: es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos. En su brevedad, esta frase condensa el núcleo y
contenido esencial del debido proceso, que es un aspecto del derecho a la jurisdicción y a
la tutela judicial efectiva.
28. —El esquema seria éste: a) todo justiciable tiene derecho a un procedimiento que no
es cualquiera, sino el “debido”; b) si no hay ley razonable que lo tenga establecido, el juez
de la causa debe arbitrarlo; c) en la tramitación del proceso, el justiciable ha de disponer
de oportunidad para su participación útil y suficiente: d) cuando hay disputa entre partes
que controvierten sus pretensiones o derechos, el debido proceso exige la bilateralidad o
contradicción, para que cada una de aquellas partes tenga derecho de defensa y de
29. —La duración del proceso tiene que ser razonable a tenor de cuál sea la naturaleza de
la pretensión que, como siempre, requiere gozar de tutela judicial eficaz; en consonancia,
la sentencia se ha de dictar en tiempo también oportuno para que sea capaz de rendir
utilidad y eficacia al justiciable.
Como resumen, queda bien visible el derecho del justiciable a lograr una decisión judicial
(sentencia) rápida y eficaz. Tal derecho se viola cuando los tribunales dilatan sin término la
decisión de cuestiones planteadas ante ellos.
OM
30. —La “formalidad” (o “formas”) del proceso no ha de incurrir, por exceso, en lo que la
Corte descalifica como exceso ritual manifiesto. Ello porque la verdad material u objetiva
tiene que prevalecer sobre la verdad formal.
31. —Las formas regulares y básicas del debido proceso son condición indispensable para
que la sentencia que pone fin al proceso goce de la inmutabilidad y del efecto de la cosa
.C
juzgada, que se convierte así en un contenido del derecho de propiedad inviolable.
32. —Para dictar La sentencia, los jueces tienen obligación de suplir el derecho que las
partes no le invocan o que le invocan mal; ello porque así lo establece el principio del “iura
DD
novit curia”. En cambio, en cuanto a los hechos, el juez debe atenerse a los alegados y
probados por las partes, con miras a conocer la verdad material u objetiva.
33. —El debido proceso se extiende asimismo a la segunda instancia, cuando la hay. Se
considera segunda instancia la etapa procesal que, a continuación de la primera, se
LA
propone revisar lo resuelto en ella; si la ley abre una tercera instancia, hay que
involucrarla latamente en lo que llamamos la instancia múltiple.
En el proceso no penal, no es inconstitucional la instancia única; en el proceso penal, hay
tratados con jerarquía constitucional que obligan a que haya doble instancia.
Asimismo, cuando hay actividad jurisdiccional a cargo de organismos o tribunales
FI
Este argumento concurre para decir que el "per saltum” o salto de instancias para llegar
de esa manera hasta la Corte Suprema es inconstitucional, a menos que este previsto y
reglamentado legalmente con suficiente razonabilidad excepcional.
34. —Aunque los derechos y garantías están conferidos a los particulares frente al estado,
hay que tener muy en claro que cuando el estada litiga en un proceso como un justiciable
equiparable a cualquier otro, se le ha de respetar y garantizar el debido proceso y la
defensa enjuicio.
La irretroactividad de la ley
35. —La retroactividad de la ley suscita problemas constitucionales, y aun cuando la
constitución no contiene -salvo en materia penal- norma alguna que resuelva
expresamente cuándo la retroactividad queda prohibida, contamos con una pauta en la
jurisprudencia de la Corte, conforme a la cual el principio de que las leyes no son
retroactivas sólo emana de la ley, pero adquiere rango constitucional cuando una ley
nueva viene a privar a alguien de un derecho ya incorporado a su patrimonio, porque en
ese caso transgrede la garantía de inviolabilidad de la propiedad del art. 17.
Este standard resguarda actos administrativos pasados en autoridad de cosa juzgada
administrativa: actos procesales válidamente cumplidos en un juicio conforme a la ley en
OM
38. —Ya dijimos que para su efectividad, este sistema exige que quien pretende la tutela
judicial de sus derechos disponga de legitimación procesal para hacerlos valer.
39. —La jurisdicción constitucional cuenta hoy con un último espacio en la jurisdicción
supraestatal cuando hay organismos y tribunales internacionales a los cuales acudir
después de agotar las vías internas. En el sistema interamericano existe lo Comisión
.C
Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
CAPITULO XXV
DD
ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso. Sintetizado,
quiere decir que "no hay delito ni pena sin ley penal anterior”.
El desglose de la norma es éste:
a) debe existir ley del congreso antes del “hecho”; a) en materia penal la competencia
legislativa es exclusiva del congreso (art. 75 inc. 12) y prohibida a las provincias (art. 126);
FI
a”) la ley debe describir el tipo delictivo (ilícito penal) y contener la pena (sanción); a’”) el
poder ejecutivo no puede dictar decretos de necesidad y urgencia en materia penal, ni el
congreso delegarle facultades legislativas en ese ámbito, como tampoco es viable que
mediante el derecho de iniciativa legislativa popular se dicten leyes en materia penal (ver
2. —Hasta que se dicta sentencia y ésta queda firme, toda persona tiene derecho a la
presunción de inocencia. Es éste un derecho implícito en la constitución, que Consta en
algunos tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional.
El indulto dispuesto mientras pende el proceso penal es inconstitucional, a menos que el
procesado lo consienta o lo solicite.
3. —Los delitos del derecho internacional que se denominan “de lesa humanidad" o
“contra el derecho de gentes” plantean el requisito de la ley previa de la siguiente
manera: a) si el tratado describe claramente una conducta típica como delictuosa, la “ley
previa" queda satisfecha; b) como el tratado no establece la sanción penal, hace falta la
El proceso penal
4. —El proceso penal no tiene que ser entendido como instrumento para penar, sino
“para conocer si se debe penar o no".
Es necesario que el ministerio fiscal ejerza la acción penal con la que delimite el objeto del
proceso. En los delitos de acción pública (que titulariza el ministerio público) se debe
reconocer a la víctima la legitimación procesal para querellar.
El principio de bilateralidad, contradicción o congruencia requiere que en el proceso penal
se legitime al imputado como autor del delito; que no se excluya la ineludible intervención
del fiscal, y que se dé cobertura al debido proceso y a la defensa en juicio.
OM
que la privación precautoria de la libertad sólo debe motivarse en suficientes razones
preventivas que guarden relación con el fin del proceso penal y el descubrimiento de la
verdad. En todos los casos en que proceda, la duración de la privación de libertad ha de
ser razonablemente breve. La índole del delito, su gravedad, y la pena que la ley le asigna,
no son por sí solos un motivo razonable de detención preventiva.
.C
6. —La jurisprudencia de la Corte Suprema tiene sentada la pauta de que, en orden a la
duración razonable, del proceso penal, la garantía de la defensa en juicio incluye el
derecho de todo imputado a obtener un pronunciamiento que, definiendo su posición
frente a la ley y a la sociedad, ponga término del modo más breve posible a la situación de
DD
incertidumbre y de restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento penal. O sea
que existe un derecho a librarse del estado “de sospecha” que, no obstante la presunción
de inocencia, deriva de la acusación de haberse cometido un delito.
7. —El juicio penal en plazo razonable cuenta con normas en tratados de jerarquía
LA
constitucional.
8. —Respecto de la pena, vale agregar que: a) no hay pena sin culpabilidad, lo que implica
que la responsabilidad penal presupone como condición que el sujeto condenado haya
ejecutado culpablemente un acto prohibido; b) la pena es personal, o sea que no se
FI
9. —El error judicial cuenta con disposiciones en tratados de jerarquía constitucional para
reparar el daño sufrido por quien fue mal condenado, o fue ilegalmente detenido o preso.
Pero nuestra Corte tiene dicho que la responsabilidad del estado por error judicial sólo es
viable una vez que el acto judicial originante del daño es declarado ilegitimo y dejado sin
efecto, porque hasta ese momento subsiste la autoridad de la cosa juzgada.
El artículo 118
10. —El art. 118 dispone que los juicios criminales ordinarios se terminarán por “jurados",
luego que se establezca en I a república esta institución. Hacen también alusión al juicio
por jurados los arts. 24 y 75 inc. 12.
La forma en que está redactada la frase citada del art. 118 nos lleva a pensar que la
constitución ha concedido al congreso un espacio temporal amplio y elástico para decidir
en qué momento considera oportuno y conveniente implantar el juicio por jurados, lo que
de ser así no permitiría afirmar que la inexistencia del jurado equivale a una omisión
inconstitucional. Pero, evidentemente, queda la duda de hasta cuándo es razonable
suponer que se prolonga el plazo indeterminado a favor del congreso, porque en algún
momento se habría de reputar extinguido y, por ende, configurada la inconstitucionalidad
por omisión.
11. —El mismo art. 118 establece que el juicio penal se ha de sustanciar en la misma
provincia donde se cometió el delito. Tal regla se conoce como “forum delicti commissi", o
12. —Finalmente, el art. 118 prescribe que si el delito se comete fuera del territorio
argentino "contra el derecho de gentes", el congreso debe determinar por ley especial el
lugar en que se ha de seguir el juicio.
Por una razón de sentido común tenemos dicho, a la inversa, que analógicamente debe
aceptarse que si el delito contra el derecho de gentes se comete en territorio argentino,
puede existir jurisdicción a favor de un tribunal extranjero. Por ende, en ambos supuestos
no rige el principio de territorialidad para los delitos contra el derecho de gentes,
equiparables a los de lesa humanidad.
OM
Una serie de pautas y principios
13. —En el proceso penal no puede existir la instancia única. Al contrario, tal como
tratados con jerarquía constitucional lo ordenan, se ha de poder recurrir el fallo ante juez
o tribunal superior. De ello se desprende que en el proceso penal ha de existir instancia
doble (o múltiple: más de una).
La jurisprudencia de la Corte posterior a 1988 ha dejado aclarado que la instancia
.C
recursiva debe existir al margen del recurso extraordinario, lo que significa que si del fallo
penal sólo se pudiera acudir a la instancia extraordinaria de la Corte, el recaudo de la
instancia doble no estaría satisfecho.
Parece lógico inferir que este derecho de acudir a una instancia de revisión está deparado
DD
a favor del inculpado, y no del ministerio fiscal, lo que implica que a este último la ley
puede conferirle el derecho de recurrir, pero que de no ser así no existe violación
constitucional.
14. —En el proceso penal rige asimismo el principio que prohíbe la llamada “reformatio in
LA
15. —Una de las más patentes lesiones a las garantías propias del proceso penal se
consuma cuando se condena por un hecho diferente del que ha sido objeto de acusación y
prueba.
17. —El principio de la ley penal más benigna, que la Corte consideraba de rango
solamente legal (art. 2º del código penal), tiene desde 1994 jerarquía constitucional por
emanar de tratados que por el art. 75 inc. 22 se hallan a ese nivel.
Las dos caras del principio son: a) la '‘nueva” ley penal más benigna es retroactiva, b) la ley
"anterior” más benigna es ultraactiva.
18. —El principio del “non bis in idem” también es tomado en cuenta por tratados con
jerarquía constitucional, aunque con distinto alcance; en efecto, según el Pacto de San
José de Costa Rica el inculpado “absuelto” no puede ser procesado nuevamente por el
mismo hecho, mientras el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos impide el
posterior juicio tanto si el inculpado fue absuelto como si ya fue condenado.
En el traslado a nuestro derecho constitucional, opinamos que el “non bis in idem” abarca
la doble hipótesis de una anterior absolución y una anterior condena.
19. —En materia de política criminal, a menos que se trate de delitos que están previstos y
20. —La pena de muerte siempre es inconstitucional en, nuestro derecho. Hay tratados de
jerarquía constitucional que prohíben restablecerla en los estados que la han abolido, o
que impiden extenderla a delitos a los que la ley interna no les adjudica actualmente tal
sanción.
OM
21. —La ejecución de la pena no es un mero problema de política criminal, porque la
condena guarda nexo con múltiples derechos y garantías, y excede el marco de una mera
cuestión penitenciaria. Por ende, el tribunal que aplica la pena, u otro competente, ha de
asumir o retener el control judicial necesario, tanto a los fines de una eficaz defensa social
y de la seguridad, como a los de tutelar la dignidad y los derechos del condenado, y vigilar
las condiciones de vida en su encarcelamiento.
.C
22. —En tratados de jerarquía constitucional se alude a la finalidad de reforma y
readaptación social de los penados, a la vez que se obliga a separar a los procesados de los
condenados.
DD
24. —Hay tratados de jerarquía constitucional que prohíben la tortura, y las penas o los
FI
establecen la sanción penal. Son los arts. 75, 22, 29, 36 y 119.
El más llamativo es el art. 29, que tiene una fuerte raíz histórica en cuanto incrimina
conductas que fueron propias del período correspondiente a la tiranía de Rosas.
Así como dijimos que la política criminal del congreso es la que decide qué bienes jurídicos
van a recibir tutela penal, hemos de reafirmar que cuando la constitución contiene delitos,
la ley está obligada a adjudicarles la pena correspondiente. Asimismo, la ley penal no
puede alterar la descripción típica de las conductas que la constitución incrimina en los
artículos antes citados.
CAPITULO XXVI
2. —Las limitaciones a los derechos son de dos clases; algunas son permanentes, y otras
son excepcionales y transitorias. Mientras a los derechos se los debe interpretar siempre
con criterio amplio, a las limitaciones se las tiene que interpretar de manera restrictiva.
4. —Si se adopta el concepto amplio, creemos que estamos ante el poder del estado a
OM
secas, por lo que no vale darle un nombre especial con la expresión “poder de policía". Si
se adopta el concepto restringido, tiene sentido usar una denominación específica,
porque nos hallamos ante una porción o un segmento del poder estatal.
6. —Cuando se adopta la tesis amplia y, por ende, poder de policía significa toda clase de
limitación a los derechos por cualquier objetivo de bienestar, parece que, como principio,
DD
la competencia es propia del estado federal en virtud de los arts. 14 y 28. Cuando se toma
partido por la tesis restringida, la salubridad, moralidad y seguridad públicas incumben, en
principio, y primariamente, a las jurisdicciones locales.
En convergencia, y como tesis personal favorable al criterio estricto, hemos de decir que si
bien la competencia es en principio local, el estado federal la puede asumir
LA
8. —En los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional existen previsiones
limitativas de los derechos. Como ejemplo, recordemos que el Pacto de San José de Costa
Rica contiene una cláusula genérica en el art. 32, donde se enuncia que los derechos están
limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas
exigencias del bien común en una sociedad democrática. Las restricciones que autoriza el
Pacto no pueden aplicarse sino conforme a las leyes que se dicten por motivos de interés
general y con el propósito para el que han sido establecidas (art. 30).
10. —Al trasladar este breve esquema a nuestro derecho constitucional, encontramos en
la constitución formal la mención de dos emergencias; a) la guerra (ataque exterior) y la
12. —Con la reforma de 1994 hay que recordar que el art. 76 emplea la locución
“emergencia pública" para calificar una situación excepcional en materia de delegación
legislativa a favor del poder ejecutivo; asimismo, el art. 99 inc. 3º prevé las circunstancias
también excepcionales que permiten al poder ejecutivo dictar decretos de ‘'necesidad y
urgencia".
13. —El efecto global que cabe atribuir a los institutos de emergencia se bifurca así; a)
acrecientan ciertas competencias del poder, reforzando las de un órgano o de varios; b)
OM
originan limitaciones más severas que las habituales para los derechos, libertades y
garantías.
15. —Hay, según la Corte, condiciones mínimas para la validez constitucional de los
DD
institutos y las medidas de emergencia; a) una situación real de emergencia, declarada o
comprobada; b) un fin real de interés social y público; c) transitoriedad en la regulación
excepcional: d) razonabilidad del medio elegido, o sea, proporción y adecuación entre la
medida dispuesta, el fin buscado, y los motivos y causas que han dado origen a la medida
de emergencia.
LA
La guerra y la paz
16. —Respecto de la guerra, podemos afirmar sintéticamente que los arts. 6º y 23 en sus
alusiones al ataque o la invasión exterior limitan el marco constitucional de la guerra a la
que tiene carácter defensivo. Es la única que parece quedar legitimada. La guerra “civil"
FI
18. —Si avanzamos al derecho internacional de nuestros días, acaso tenga asidero
coincidir con quienes sostienen que la guerra es un crimen de lesa humanidad.
El estado de sitio
20. —El estado de sitio es el instituto de emergencia que la constitución tiene arbitrado
para dos situaciones; a) ataque exterior, b) conmoción interior.
El art. 23 cuida muy bien el diseño de los casos, que quedan condicionados dentro de un
marco reglado a tenor de las siguientes pautas: a) cada una de las dos situaciones recién
citadas debe poner en peligro el ejercicio de la constitución y de las autoridades creadas
por ella: y b) debe producir perturbación del orden. 0 sea que no es suficiente que haya
21. —De ellos se desprende que no estamos ante una competencia de ejercicio
discrecional si no todo lo contrario: el órgano que va a disponer la declaración del estado
de sitio se encuentra ceñido al encuadre que para su procedencia consigna la constitución.
Por ende, aunque es innegable la naturaleza “política" del acto declarativo, y aunque por
ello se postule su no judiciabilidad, nosotros afirmamos que:
a) no obstante la jurisprudencia en contrario de la Corte, el acto declarativo debe caer
bajo control judicial de constitucionalidad para verificar si concurren los presupuestos
habilitantes; además: a’) coincidimos con la Corte cuando considera revisables
judicialmente los requisitos de competencia y de forma que prescribe la constitución; más
a") la exigencia de fijación del plazo de vigencia del estado de sitio y del tugar donde ha de
regir;
b) son judiciables las medidas concretas que se adoptan en ejecución del estado de sitio, a
electos de controlar su razonabilidad;
OM
c) la duración o subsistencia del estado de sitio no ha de evadir el control judicial, porque
si bien debe tener plazo fijado, puede ocurrir que antes de su vencimiento hayan
desaparecido las causas y razones que en su momento hicieron viable la puesta en vigor
del estado de sitio.
22. —Cuando la causal radica en el ataque exterior, el estado de sitio tiene que ser
.C
declarado por el poder ejecutivo con acuerdo del senado (art. 99 inc. 16) (si el congreso
está en receso, debe ser convocado); cuando la causa consiste en la conmoción interna, el
estado de sitio tiene que ser declarado por el congreso (art. 75 inc. 29 y 99 inc. 16); (si el
congreso está en receso, la facultad puede ejercerla el poder ejecutivo -art. 99 inc. 16,
DD
correspondiendo al congreso aprobarlo o suspenderlo -art. 75 inc. 29-; pero además
pensamos que cuando el congreso está en receso, el ejecutivo que declara el estado de
sitio debe convocarlo inmediatamente),
24. —En la constitución material, es uno de los institutos que en sus aplicaciones sucesivas
ha acusado mayor apartamiento, y hasta violación, de la constitución.
25. —En tratados con jerarquía constitucional están previstas las emergencias y sus
posibles institutos, con suspensión de algunas garantías.
28. —El derecho judicial emanado de la Corte Suprema registra un repertorio de fallos
que, en la actualidad, permite rescatar -aunque con modalidades y alcances no uniformes-
un ámbito de posible control judicial de razonabilidad, bien que limitado a supuestos de
arbitrariedad en las medidas restrictivas.
29. —Aunque las medidas que limitan la libertad corporal y los derechos sean
consideradas propias del poder ejecutivo, creemos que el congreso podría reglamentar
por ley el estado de sitio, pero con parámetros globales y muy flexibles, ya que cada
estado de sitio tiene una fisonomía muy concreta que es difícil captar anticipadamente y
de modo global hacia el futuro.
En la competencia del congreso para declarar el estado de sitio, podría (para ese caso
particular) establecerse qué derechos quedarían afectados; pero en ningún caso el
congreso puede inhibir o limitar la facultad privativa del presidente para arrestar o
trasladar personas, ni retacear o interferir el control judicial de razonabilidad.
OM
30. —Hemos de comprender que las limitaciones a la libertad corporal y a los derechos
tienen naturaleza de medidas de seguridad y jamás de penas, por lo que si acaso un
arresto o un traslado revisten duración exagerada equiparable a la de una pena, han de
ser descalificados judicialmente y dejados sin efecto. Además, para satisfacer la
razonabilidad, toda medida restrictiva de un derecho ha de circunscribirse al caso
.C
concreto en que el ejercicio del derecho limitado o impedido es capaz de originar un
peligro real y actual para el fin específico que ese estado de sitio tiene en vista.
competencia.
34. —En líneas generales hay que reivindicarla responsabilidad del estado por el daño
causado a una persona a causa de la ausencia de razonabilidad en una o más medidas que
la afectaron en su libertad o sus derechos durante el estado de sitio. De ser así, surge el
CAPITULO XXVII
EL AMPARO
3. —En 1957, el leading-case “Siri” acogió un amparo contra un acto de autoridad pública.
A la Corte le bastó afirmar que las garantías existen y protegen a los individuos por el solo
hecho de estar consagradas en la constitución, independientemente de las leyes
reglamentarias.
Esta aseveración no significó que la garantía del amparo constaba como tal en la
constitución, sino que, aun sin mención ni, denominación, surgía como vía defensiva de
los derechos cuando era menester arbitrarla por su rapidez y eficacia en un caso concreto.
O sea que el garantismo constitucional lo daba por implícitamente incluido.
4. —En 1958, el leading-case “Kot" dio curso a un amparo contra actos de particulares, y
explayó más el fundamento que un año antes había expuesto en el caso “Siri". Así dijo:
siempre que aparezca de modo claro y manifiesto la ilegitimidad de una restricción
cualquiera a uno de los derechos esenciales de las personas, así como el daño grave e
OM
irreparable que se causaría remitiendo la cuestión a los procedimientos ordinarios
(administrativos o judiciales), les corresponderá a los jueces restablecer de inmediato el
derecho restringido por la rápida vía del recurso de amparo.
5. —A partir de allí; en 1966 se dictó la ley 16.986 sobre amparo contra actos estatales, y
en 1968 se incorporó al código procesal civil y comercial (ley 17.454) el amparo contra
.C
actos de particulares, regulándoselo como proceso sumarísimo.
6.— En esta etapa brevemente descripta se entendió que el amparo debía funcionar
contra actos individuales (de autoridad o de particulares) pero no contra normas
DD
generales (leyes) que directa o indirectamente vulneraban derechos. No obstante tal
exclusión, tanto en el caso “Outón”, fallado en 1967, como en el caso “Peralta", fallado en
1990 (para no citar otros) la Corte admitió la procedencia del amparo para controlar
judicialmente si una supuesta lesión a un derecho por aplicación de una ley significaba
que esa ley causante de tal lesión era contraria a la constitución -o no-.
LA
cuando no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridad
pública o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o
amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos en la
constitución, un tratado o una ley; el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la
norma en que se funde el acto u omisión lesivos. Tal la letra del párrafo primero, que
alude al amparo común, o amparo clásico.
8. —En seguida aparece un segundo párrafo, que se suele considerar como propio del
amparo “colectivo". Allí se añade que la acción de amparo se podrá interponer contra
cualquier forma de discriminación, y en lo relativo a derechos que protegen al ambiente, a
la competencia, al usuario y al consumidor, así como a derechos de incidencia colectiva en
general. En estos supuestos, están legitimados para promover el amparo el sujeto que
resulta afectado, así como el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos
fines. (Cabe entender que, aun sin estar mencionado, hay casos en los que también este
tipo de amparo puede ser interpuesto por el ministerio público.)
9. —En el amparo clásico del primer párrafo se esboza un lineamiento amplio, del que se
infiere que para interponer la acción no es menester agotar ninguna vía previa. Asimismo,
si el acto lesivo tiene apoyo en una norma general -por ej., una ley- el juez está habilitado
para declarar la inconstitucionalidad de esa norma. Si la lesión deriva directamente de una
ley autoaplicativa que no es intermediada por un acto concreto, creemos que también
procede el amparo y la declaración de inconstitucionalidad. En lo que, en cambio, hay
duda es en la viabilidad del amparo contra decisiones judiciales que, por ser actos
10. —La franja de mayor debate se abre en torno de la locución que se inserta en el art. 43
cuando alude a la interposición del amparo “siempre que no exista otro medio judicial
más idóneo”. No ha de llegarse al extremo de proponer que siempre y en cualquier caso el
amparo se vuelve una vía procesal sustitutiva de todas las demás, y que cada persona se
halla en condición de elegir la de su preferencia. A la inversa tampoco cabe imaginar que
el amparo queda descartado por el mero hecho de que haya cualquiera otra vía procesal
disponible. En un punto medio de equilibrio, y atendiendo a cada caso y a la naturaleza de
la pretensión que se articula judicialmente, la solución más prudente y objetiva viene a ser
ésta: si una vía procesal, o todas las posibles, no resultan “más idóneas”, hay que admitir
el amparo en reemplazo de cualquiera otra vía “menos idónea”. En suma, la mayor
OM
idoneidad juega muy conectada a la eficacia que un determinado proceso es capaz de
rendir para tutelar el derecho que se supone agredido por un acto arbitrario o
manifiestamente ilegal; y la circunstancia de que sea necesario aportar y producir prueba,
o, que la cuestión merezca mayor amplitud de debate no revisten -hoy— entidad
suficiente para rechazar a priorí la procedencia del amparo.
.C
11. —Lo que sí es indispensable resguardar en el amparo es la bilateralidad o
contradicción en el proceso, para que quien es imputado como autor del acto lesivo
disponga de oportunidad participativa suficiente.
DD
12. —En nuestra perspectiva personal damos por incluido en el amparo el caso en que la
lesión proviene de una omisión inconstitucional', o sea, de “no hacer” lo que la
constitución "manda que se haga" (por e., omitir el dictado de, una ley o un decreto cuya
ausencia bloquea la efectividad de una norma superior y proyecta lesión a uno o más
derechos que, debido a esa ausencia normativa, quedan indisponibles).
LA
13. —Cuando ingresamos al párrafo segundo del art. 43 que, según dijimos, describe al
amparo “colectivo”, ya no se alude a que “toda persona" puede interponer la acción, sino
que se menciona una triple legitimación a favor de: “el afectado”, el defensor del pueblo,
y “las asociaciones...”. De inmediato, circunscribe los bienes y derechos protegidos de la
FI
14. —No es dudoso, que aquí han hallado recepción expresa los intereses difusos o
colectivos, y que la “afectación” personal no requiere que el daño o perjuicio recaiga
solamente en “el afectado”, porque también si es común a muchos (afectación grupal o
colectiva) hay que admitir que en ella queda comprendido e individualizado cada uno de
esos “varios” o “muchos”. Por ende rechazamos toda interpretación que, añadiendo a la
norma algo que la norma no dice, sostenga que para deducir este amparo el sujeto
promotor haya de ser afectado “personal y directo”.
15. —Cuando la norma triplica la legitimación del modo ya explicado, hay que entender
que ninguno de los tres legitimados tiene el monopolio de la acción.
16. —También en este amparo del párrafo segundo hemos de dar por cierto que procede
el control de constitucionalidad: que los bienes, derechos e intereses protegidos tanto
pueden derivar de la constitución como de un tratado o de una ley; y que es menester la
existencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta en el acto lesivo, que bien puede
consumarse a través de una amenaza.
17. —El art. 43 en sus dos primeros párrafos hasta aquí explicados es directamente
operativo, por lo que aun en ausencia de ley reglamentaria tiene que ser aplicado por los
18. —Aunque sin perfilar los rasgos típicos del amparo que es propio del derecho interno,
hay tratados internacionales de rango Constitucional que albergan innominadamente un
proceso judicial que da cabida y encuadre a nuestro amparo.
CAPITULO XXVIII
EL HABEAS DATA
OM
nombre. Por eso, la reforma lo incluyó innominadamente en el ámbito normativo del
amparo. Es así como este habeas data innominado quedó regulado en el párrafo tercero
del art. 43.
Antes de 1994, el constitucionalismo provincial —además del comparado- ya lo habían
acogido. .C
2. —“Esta acción” (a tenor de lo que dice el art. 43) podrá interponerse por “toda
persona" con el objeto de:
a) conocer los datos a ella referidos y la finalidad de su almacenamiento;
b) exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de esos datos que
DD
c) consten en registros o bancos de datos públicos, o privados si éstos están destinados a
proveer informes.
La norma añade que no podrá afectarse el secreto de las fuentes de información
periodística.
LA
3. —A nuestro criterio, aun cuando los registros privados sólo pueden ser materia de
habeas data si están destinados a proveer datos, creemos que sí no poseen esa finalidad
pero suministran información a terceros, han de considerarse abarcados en la viabilidad
del habeas data.
FI
5. —La variedad de fisonomías que ofrece el habeas data arroja el siguiente resumen:
a) Hay un habeas data informativo para solicitar:
a’) qué datos personales están registrados;
a") con qué finalidad se han obtenido y registrado;
a’”) de qué fuente se han obtenido (salvo que se trate de fuentes periodísticas u otras
resguardadas por secreto profesional);
b) Hay un habeas data rectificador para:
b’) corregir datos que son falsos o inexactos;
b”) actualizar o adicionar datos atrasados o incompletos;
c) Hay un habeas data de preservación para:
c’) excluir dalos archivados que contienen información personal llamada “sensible” (por
ej.. los referidos a orientación sexual, identidad étnica o racial, religión, ciertas
OM
c) La defensa y seguridad del estado, cuando en un caso concreto deba facilitarse
excepcionalmente el acceso a ciertos datos personales registrados.
8. —El secreto periodístico al que alude la parte final de este tercer párrafo del art. 43
tiene el siguiente alcance:
a) impide usar el habeas data para averiguar qué datos personales figuran registrados
periodísticamente:
FI
CAPITULO XXIX
EL HABEAS CORPUS
2. —Antes de la reforma de 1994, una buena base del habeas corpus se hallaba en la
norma del art. 18 según la cual nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita
de autoridad competente. En 1984, la ley 23,098 dio desarrollo reglamentario al habeas
corpus. Ahora, el párrafo cuarto y final del art. 43 lo contempla específicamente.
OM
d) el habeas corpus restringido contra molestias que perturban la libertad de locomoción
sin llegar a la privación de libertad (seguimientos, vigilancias, etc.)
e) el art. 43 ha incorporado como novedad el supuesto de procedencia en el caso de la
desaparición forzada de personas.
legitimidad del acto declarativo del estado de sitio (pese a que, según dijimos, la
jurisprudencia de la Corte ha considerado que se trata de una cuestión política no
judiciable):
b) cuando la limitación a la libertad se basa en una orden de autoridad que actúa
aplicando una norma legal contraria a la constitución, el juez del habeas corpus está
FI
habilitado a declarar inconstitucional dicha norma “de oficio” (o sea, sin petición departe).
6. —En el proceso de habeas corpus hay que respetar el principio de contradicción que
asegura la bilateralidad, a linde que pueda participar el autor del acto lesivo.
7. —El llamado “auto” de habeas corpus es la orden que emite el juez de la causa
requiriendo a la autoridad presuntamente autora del acto lesivo que informe acerca del
mismo, conminándola-incluso- a presentar a la persona detenida. Queda claro, entonces,
que el “auto" de habeas corpus no es la sentencia final que se dicta en el proceso.
Si tal sentencia hace lugar al habeas corpus y es recurrida, el recurso no tiene efecto
suspensivo: o sea que mientras se tramita el recurso el beneficiario del habeas corpus
mantiene recuperada su libertad.
8. —La ley 23.042 habilitó excepcionalmente el uso del habeas Corpus para revisar
sentencias firmes de condena aplicadas a civiles por tribunales militares.
9. —Aunque la ley 23.098 no previó, en el ámbito federal, el habeas corpus contra actos
de particulares, consideramos que tampoco niega su procedencia, de forma que si en tal
supuesto un juez recibe una acción de habeas corpus, debe imprimirle trámite sumario (al
modo como lo hizo la Corte en 1957-1958 en materia de amparo a falta de ley que lo
reglara).
10. —En caso de sanciones privativas de libertad que son impuestas por organismos no
11. —De toda la serie de situaciones que hemos venido exponiendo hay que derivar una
conclusión, que es ésta: todo lo que no se halla expresamente previsto en el art. 43 último
párrafo, pero era tenido como procedente en la etapa anterior a la reforma de 1994,
induce a afirmar que siguen vigentes cuantas amplitudes son útiles y convenientes para
colmar omisiones o silencios normativos.
12. —Asimismo, el art. 43 último párrafo es operativo, y obliga a las provincias como piso
mínimo.
13. —En tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional hay normas que, sin
usar la denominación del habeas corpus, prevén la procedencia de acciones de naturaleza
análoga para resguardar la libertad corporal.
OM
CAPITULO XXX
3. —Otras modalidades son las siguientes: a) el estado puede “adherir” a un tratado sin
haberlo negociado ni firmado: b) hay tratados que prevén su vigencia y obligatoriedad
solamente con su firma, sin ratificación.
6. —El congreso aprueba los tratados dictando una ley, pese a que el acto de aprobación
es de naturaleza política y no legislativa. La "ley” aprobatoria no incorpora el tratado a
nuestro derecho interno, porque como principio tal incorporación recién se produce con
7. —Desde nuestro punto de vista, cuando nuestro estado se hace parte en un tratado
que con su "sola firma" implica obligarse a cumplirlo, el congreso debe aprobarlo antes de
que el ejecutivo lo firme. Análogamente, es menester la aprobación del congreso cuando
nuestro estado “adhiere” a un tratado que no ha sido objeto de firma.
OM
10. —Si las normas de un tratado no son autoaplicativas o self- executing y precisan que,
una vez integrado ese tratado al derecho interno, el estado dicte la normativa para darle
desarrollo, la ley que así lo hace no produce la "incorporación” del tratado (que ya está
incorporado por la ratificación) sino que permite su funcionamiento (porque el tratado,
por sí solo es incompleto) (por ej.. la norma del Pacto de San José de Costa Rica según la
.C
cual la “ley” “debe igualar” las filiaciones, no produce por sí mismo tal igualdad, sino que
“obliga” al derecho interno a hacerla electiva).
11. — Los tratados ya ratificados deben ser objeto de publicación en el Boletín Oficial. En
DD
tal sentido cabe citar la ley 24.080 del año 1992.
12. —Cuando el art. 75 inc. 22 prevé que el congreso puede otorgar jerarquía
constitucional a tratados de derechos humanos, hemos de desdoblar la hipótesis ; a) si el
tratado ya forma parte de nuestro derecho interno y recibe jerarquía constitucional del
LA
14. —Cuando el congreso rechaza un tratado, lo lógico es dar por cierto que el ejecutivo
no puede ratificarlo: y si pretende renegociarlo debe retroceder a la etapa inicial de
celebración.
15. —En materia de reservas a los tratados (que se hallan internacionalmente previstas) y
de denuncia de los tratados (también prevista), se multiplica la serie de situaciones
posibles en cuanto a la intervención del ejecutivo y del congreso.
La constitución enfoca expresamente en su art. 75 inc. 22 la denuncia de tratados de
derechos humanos con jerarquía constitucional dando participación a los dos órganos. Los
de integración supraestatal también requieren aprobación del congreso para ser
denunciados por el ejecutivo.
16. —Como punto de vista personal, damos por cierto que cuando un tratado de derechos
humanos con jerarquía constitucional es denunciado y extingue su vigencia de acuerdo
con el derecho internacional, se debe considerar que los derechos emergentes de ese
tratado mantienen su vigencia en nuestro derecho interno. Ello por el principio de
irreversibilidad, conforme al cual una vez que uno o más derechos ingresan a nuestro
ordenamiento, no es posible darlos por inexistentes o derogados, aunque la fuente que
les dio origen haya desaparecido.
La reforma de 1994
18. —La reforma de 1994 aborda el tema de los tratados en el art. 75 inc. 22 e inc. 24. El
inc. 22 enumera once instrumentos de derechos humanos a los que asigna jerarquía
constitucional, y prevé la facultad del congreso para añadir posteriormente otros.
Asimismo, a los tratados sin rango constitucional los define como supralegales. El inc. 24
se refiere a los tratados de integración supraestatal.
La lectura de estas cláusulas deja entrever con mucha claridad el enlace entrañable que
actualmente cobra el régimen de los tratados con la parte dogmática y con el sistema
axiológico de la constitución. No en vano el viejo art. 27, ya citado antes, pertenece a la
primera parte del texto de 1853.
19. —Aun cuando al explicar la supremacía constitucional (cap. II) ya hicimos alguna glosa
OM
en torno de los tratados, no es redundante ahora reiterar ciertos lineamientos.
Los instrumentos internacionales de jerarquía constitucional no están incorporados a la
constitución, pero se ubican a su mismo nivel en el bloque de constitucionalidad federal.
Asimismo, cuando el inc. 22 los erige con jerarquía constitucional, alude a “las condiciones
de su vigencia”, lo que tiene el siguiente significado. “Condiciones de su vigencia" quiere
decir: a) condiciones que, a la fecha de la reforma de 1994, surgían del previo
.C
reconocimiento o ratificación que a dichos instrumentos les había conferido nuestro país;
b) condiciones en que se hallaban vigentes internacionalmente en el momento de la
reforma constitucional; c) condiciones en que subsisten en el ámbito del derecho
internacional, para lo cual hay que tomar muy en cuenta cuál es la interpretación que a los
DD
mencionados instrumentos les otorga la jurisprudencia internacional.
21. —En síntesis, nuestro sistema de derechos cuenta con dos fuentes: la interna y la
internacional.
22. —Es interesante aclarar que en el supuesto de tratados a los que después de la
reforma de 1994 el congreso les otorga jerarquía constitucional, hay que dar por cierto
que aun tratado que solo parcialmente contiene normas sobre derechos humanos es
posible conferirle, en ese segmento o sector, la mentada jerarquía constitucional. O sea,
no es necesario que todo el tratado verse sobre derechos humanos.
24. —Cuando un tratado supralegal entra en colisión con la constitución, nuestro sistema
habilita el control y la declaración de inconstitucionalidad de la norma internacional
contraria. Pero ello implica una incoherencia de nuestro derecho interno, porque el
26. — Conviene recordar que el llamado "ius cogens” como núcleo del derecho
internacional que no admite derogación ni disponibilidad por normas opuestas o distintas
de, un tratado, cuenta dentro de su contenido con todo lo que en el actual derecho
internacional de los derechos humanos se refiere a la protección de esos derechos.
27. — A la fecha, hay que ponderar como valiosa la jurisprudencia de nuestra Corte
OM
Suprema en cuanto, finalmente, ha reconocido la naturaleza federal de los tratados, tanto
orgánicamente por su forma, como materialmente por su contenido. Ello significa que un
tratado cuya materia tiene naturaleza de derecho común en nuestro derecho interno (por
ej. si versa sobre temas de derecho civil) es, no obstante, parte de nuestro derecho
federal. Se trata de una cuestión que, más allá de su interés doctrinario, surte efectos en
materia de recurso extraordinario.
.C
28. — La interpretación de los tratados y del derecho internacional no escrito en el
derecho interno muestra algunos perfiles que, en añadidura a todo cuanto hemos
sintetizado en tomo de la interpretación e integración constitucionales (cap. I), aconseja
DD
computar parámetros adicionales. Así:
a) Debe tenerse en cuenta los principios generales, que se dividen en:
a´) principios generales del propio derecho internacional (por ej. el de protección de
los derechos humanos); y a”) principios generales del derecho que se suelen reputar de
aplicación supletoria, y que tienen origen en el derecho interno pero, además, son
LA
reconocidos y aceptados por las llamadas "naciones civilizadas”. Los principios generales
del derecho internacional mencionados en el inc. a) son normas fundamentales del
“derecho de gentes” y acusan origen consuetudinario.
b) Cuando tales principios tienen que ser aplicados por nuestros tribunales,
corresponde que éstos tomen en consideración la jurisprudencia de los tribunales
FI
29.— Todo incumplimiento y toda violación de un tratado, sea por acción o por
omisión, compromete la responsabilidad internacional del estado. Para tenerlo bien claro,
de cara al derecho internacional, vale repetir insistentemente que el estado que Incumple
o viola un tratado, o que descarta su aplicación por contrariar a la constitución, no queda
excusado ni exculpado si alega que su derecho interno le impide priorizar al tratado. Ello
en virtud de que según ya dijimos antes, en el ámbito del derecho internacional éste tiene
primacía respecto del derecho interno de los estados. También sobre su constitución.
30.— También hay que traer a colación otro recordatorio: el derecho internacional
humanitario, destinado a aplicarse en los conflictos bélicos para proteger personas y
OM
efectuada por el tratado de integración a favor de organizaciones supraestatales), el dere-
cho comunitario secundario o derivado tiene, al igual que el tratado de integración,
jerarquía superior a las leyes.
33. — Es fácil coincidir en que las normas del mencionado derecho comunitario
derivado se incorporan directamente a nuestro derecho interno, sin intervención de
.C
ningún órgano de poder interno.
34.— Además, hay que tomar en cuenta todo lo que la constitución tiene señalado
respecto de los mecanismos de celebración y denuncia de los tratados de integración.
DD
“internos”).
A su vez, el art. 121 habilita otra clase innominada de tratados a los que alude con la
expresión “pactos especiales” de una provincia al tiempo de incorporarse a la federación.
Al abarcar globalmente toda esta tipología, hay que repetir que ninguno de estos
''tratados", “convenios", “pactos", etc., tiene la naturaleza de los tratados internacionales
FI
a tenor de las convenciones de Viena. En nuestro derecho interno los hemos ubicado en la
categoría del derecho intra-federal.
36. — El art. 124 habilita a las provincias a celebrar “convenios internacionales" que no
sean incompatibles con la política exterior del estado y que no afecten las facultades
delegadas al gobierno federal o al crédito público. Ello “con conocimiento'” del congreso.
La ley 24.588 habilitó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a concertar el tipo de
convenios mencionados en el art, 124, Y la constitución de la ciudad ha dado desarrollo a
dicha competencia en su art- 104 inc. 3°.
37. — Tales convenios internacionales celebrados por las provincias pueden versar
sobre materias de competencia provincial o de competencia concurrente con el estado
federal.
38. — Si bien decimos que acá no se trata de tratados internacionales, creemos que a
los tratados previstos en los arts. 124 y 125 les son aplicables supletoriamente las
disposiciones del derecho internacional de los tratados cuando hace falta integrar alguna
laguna normativa en nuestro derecho interno, o interpretar al tratado provincial en su
naturaleza de tal.
El poder
1 — La aparte orgánica de la constitución, a la que asignamos el nombre de “derecho
constitucional del poder"', es la que ordena al poder del estado. Hay que estructurar y
componer los órganos y funciones, y hay que organizar todo el aparato orgánico-funcional
que, en sentido lato, llamamos gobierno.
El poder del estado es un poder sobre hombres, un mando de uno o pocos individuos
sobre muchos individuos, que distingue al grupo gobernante de la comunidad gobernada,
en la irreductible realidad dicotómica del mando y la obediencia.
OM
proyecta hacia la sociedad; por otro lado, la parte dogmática de la constitución no se
incomunica sino que guarda relación recíproca con la organización del poder. Por esta
tangente, el sistema axiológico integrado por valores, principios y derechos obliga y limita
al poder que, en consecuencia, es un poder limitado, repartido y controlado. Latamente,
se trata de la reciprocidad entre “derechos de la persona” y “división de poderes”.
.C
3. — el poder del estado se ejerce por hombres. A los hombres que asumen esa tarea
se les llama órganos, y su conjunto compone el gobierno.
En los órganos estatales se acepta un doble enfoque: a) el “órgano-Individuo”, que es
la persona física (una o varias) que realiza la función o actividad del poder:
DD
b) el “órgano-institución”, como repartición con una determinada esfera de competencia.
Así, el “congreso", el “poder ejecutivo” y el "poder judicial" son órganos-institución,
que el orden de normas configura y describe, en tanto los diputados y senadores son los
órganos-individuo del congreso: el presidente de la república es el órgano-individuo del
poder ejecutivo; y los jueces son los órganos-individuo del poder judicial.
LA
4. — El poder del estado como capacidad o energía para cumplir su fin es "uno" solo,
con “pluralidad” de funciones y actividades. Lo que se divide no es el poder, sino las
funciones y los órganos que las cumplen. Cuando el derecho constitucional habla de
“poderes” -en plural- quiere mentar los “órganos institución” con sus respectivas
FI
competencias.
uso del poder “fuera” de la competencia provoca exceso o abuso de poder; y el uso del
poder “dentro” de la competencia, pero con un “fin” distinto, la desviación de poder. En el
derecho constitucional del poder, la incompetencia es la regla y la competencia la
excepción.
OM
órgano es complejo, o sea, formado por más de un órgano, las relaciones intraórganos
pueden ser simultáneamente relaciones “entre” los órganos que componen al órgano
complejo); por fin, c) relaciones extraórganos son las que vinculan a los llamados sujetos
auxiliares del estado con órganos del poder o con órganos extrapoderes.
Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
a) En las relaciones interórganos, las que se dan:
.C
a’) entre el poder ejecutivo y los ministros;
a”) entre el poder ejecutivo y el congreso;
a’’’) entre los ministros y el congreso;
a’’’’) entre el poder judicial y otros órganos del poder
DD
b) En las relaciones intraórganos, las que se dan:
b') entre las dos cámaras del congreso:
b’’) entre órganos de i poder judicial:
b’’’) para quienes consideran que nuestro poder ejecutivo no es unipersonal (porque
incluyen dentro de él al ministerio), entre el presidente de la república y sus ministros.
LA
OM
órganos del gobierno nacional es indispensable admitir que éste se encuentra autorizado
a elegir los medios que a su juicio fuesen los más conducentes para el mejor desempeño
de aquéllos, siempre que no fuesen incompatibles con alguna de las limitaciones
impuestas por la misma constitución.
en el estado democrático, y el poder del estado tiene que ejercer rectoría y control
respecto del poder económico-respetando razonablemente el ámbito de libertad que
corresponde al último dentro de la soeiedad.
b) Glosando a Pedro j. Frías decimos también que hay otra separación o división entre
poder y sociedad porque el estado democrático deja fuera de su poder todo el espacio de
FI
libertad necesaria a favor de la sociedad, sin intrusiones arbitrarias, para que quede a
salvo el sistema de derechos de la persona y de las asociaciones.
e) Alberto A. Spota, por su parte, habla de tres divisiones: e’) una primera, entre poder
constituyente y poder constituido; c’’) una segunda, entre enfado federal y provincial, a la
que personalmente agregamos, sobre todo después de la reforma de 1994, los municipios
de provincia y la Ciudad Autónomo de Buenos Aires; c’’’) la tercera que es la clásica
división de poderes dentro del gobierno federal y de los gobiernos locales.
d) Los añadidos que hemos incorporado en el inc. C.") del anterior inc. c) dan lugar a
una cuarta división entre: d‘) poder provincial y poder municipal.
16. — Esta indagatoria acerca de las funciones del poder se circunscribe a las que son
propias del poder del estado, o sea, a las que con su ejercicio ponen en acción fuentes
estatales de producción jurídica (normas, actos, sentencias).
Decimos esto porque no hay que olvidar que también existe una serie de fuentes "no-
estatales”, o sea, ajenas al estado, entre las que podemos mencionar a título de ejemplo:
a) los tratados internacionales; b) los contratos; c) los convenios colectivos de trabajo; d)
las sentencias emanadas de tribunales supraestatales; ej los laudos arbítrales.
17. —Al trasladar las nociones expuestas a la gradación o escala jerárquica de las
funciones del poder, la consecuencia es ésta: en esa serie de planos del ordenamiento
jurídico interno, la supraordenación y la subordinación tienen que limitarse dentro de la
pirámide jurídica a las fuentes y productos estatales (o internos). O sea, a las funciones
específicas del poder estatal.
Si esto se acepta, el escalonamiento infraconstitucional coloca en el primer nivel a la
OM
legislación, en el siguiente a la administración, y en el tercero a la administración de
justicia. Expresado en otros términos, se dice que la legislación solamente tiene por
encima a la constitución; la administración a la legislación; y la administración de justicia a
la legislación y la administración, de modo que administración y administración de justicia
son “sub-legales”. .C
18.— Al no incluir en este esquema piramidal de gradación a las fuentes extraestatales
viene bien recordar que -por ej.- un contrato puede dejar de aplicar una ley, salvo que
ésta sea de orden público; un convenio colectivo de trabajo puede aumentar beneficios
previstos en una ley; los tratados prevalecen sobre las leyes (y algunos tienen la misma
DD
jerarquía de la constitución), etc.,
Así, las leyes que dicta el congreso se derogan por otras leyes del mismo congreso; los
decretos o reglamentos del poder ejecutivo, por otros decretos o reglamentos del mismo
poder ejecutivo, etc.
Sin embargo, este principio no es rígido ni absoluto, y admite excepciones.
FI
OM
descargándolo sobre ella. Esta forma de delegación, a falta de norma habilitante en la
constitución, es violatoria de la constitución.
de las normas que reconocen derechos que todos los órganos de poder deben hacer
efectivos cuando ejercen su propia competencia;
b) Obligaciones que se imputan al "estado”, sin determinar el órgano, como la del art.
38 párrafo tercero;
26, — Cuando las competencias de ejercicio obligatorio están impuestas con una
imperatividad que no deja margen para que el órgano obligado escoja y decida la
oportunidad de hacer efectivo aquel ejercicio, y con el incumplimiento se bloquean
OM
derechos personales, estamos ante una omisión inconstitucional o inconstitucionalidad
por omisión.
constitución y que, si se ejercen fuera de él, violan la constitución; por ej.; el estado de
sitio, la intervención federal, el establecimiento de impuestos directos por el congreso,
deben sujetarse al marco de situaciones, causas y condiciones que claramente está
trazado en los arts. 23, 6° y 75 inc. 2°, respectivamente.
e) Hay competencias para cuyo ejercicio la constitución no señala condicionamientos
FI
del art. 75 inc. 18, y las competencias de ejercicio obligatorio que encontramos en el inc.
19.
g) Hay competencias que, cuando se ejercen, imponen acatar una pauta inesquivable
que suministra la constitución. Por ej.: cuando el congreso dicta la ley de ciudadanía, debe
necesariamente acoger el principio de la nacionalidad “natural” (ius soli); cuando dicta las
leyes laborales (o código de trabajo) debe “asegurar” los derechos del art. 14 bis.
31. — Ha de tomarse en cuenta que numerosas prohibiciones son implícitas (por ej., la
que pesa sobre un órgano para no invadir competencias de otro, la de no dictar sentencias
OM
arbitrarias, etc.).
Esto se mantiene, pero se añaden otros órganos extrapoderes que son: a) La Auditoría
General de la Nación; b) el Defensor del Pueblo; c) el Ministerio Público.
Cuando hablamos del ministerio en su relación con el poder ejecutivo, hemos de decir
que la reforma ha dado perfil propio al jefe de gabinete de ministros como nuevo órgano
extrapoder.
34. — Una característica nueva que atañe a la división de poderes radica en que ahora
hay órganos de poder de la tríada originaria que tienen intervención en otros, que
componen otros, que participan en el ejercicio de competencias de otros.
Así, los “órganos políticos" resultantes de elección popular participan, conforme al art.
114, en el ejercicio de las facultades que esa norma asigna al Consejo de la Magistratura,
incluido en el capítulo que la constitución destina al poder judicial. Ello porque tienen
representación en la integración de aquel Consejo. Asimismo, según el art. 115, el jurado
de enjuiciamiento de jueces de los tribunales inferiores a la Corte Suprema está
parcialmente integrado por legisladores.
35.— Sin que sea totalmente análogo al caso recién señalado, la Comisión Bicameral
Permanente institucionaliza dentro del congreso un órgano compuesto por legisladores de
cada cámara, que ha de integrarse respetando la proporción de las representaciones
políticas (o sea, partidarias) de cada una de ellas.
Tal Comisión tiene tres competencias: a) intervenir cuando el poder ejecutivo dicta
decretos de necesidad y urgencia, a modo de seguimiento y control antes de que los trate
el congreso (art, 99 inc. 3°párrafo cuarto): b) controlar los decretos que por delegación del
El poder ejecutivo
36. — Veamos algunos de sus actuales caracteres:
a) Dos prohibiciones enfáticamente expresas se atenúan en las mismas normas que las
contienen mediante excepciones; se trata de la que impide al ejecutivo emitir
disposiciones de carácter legislativo, salvo cuando se trata de decretos de necesidad y
urgencia (art. 99 inc. 3" párrafos segundo y tercero) y de la que veda al congreso la
delegación legislativa en el ejecutivo salvo en la hipótesis prevista en el art. 76.
b) La ley de convocatoria a consulta popular no puede ser vetada (art. 40).
c) El presidente retiene la “titularidad” de la administración general del país y es
responsable político de ella, pero es el jefe de gabinete quien “ejerce” esa administración
(arts. 99 inc. 1° y 100 art. I°).
d) el nombramiento de jueces federales queda modificado; d’) los miembros de la
OM
Corte siguen siendo designados por el ejecutivo con acuerdo del senado, pero éste
requiere un quorum de decisión agravado y la sesión en que se presta el acuerdo tiene
que ser pública (art. 99 inc. 4°); d”) los jueces de tribunales inferiores son designados
previa intervención del Consejo de la Magistratura (art. 99 inc. 4° párrafo segundo, y art.
114).
e) El art. 100 inc. 2", al prever las competencias del jefe de gabinete de ministros, hace
.C
referencia a posible “delegación” de facultades que le haga el presidente; similar
“delegación” aparece en el inc. 4°.
f) Hay nombramientos de empleados de la administración que están a cargo del jefe
de gabinete y no del presidente (art. 100 inc. 3").
DD
g) El congreso puede remover al jefe de gabinete (art. 101).
h) El presidente ha perdido la jefatura local e inmediata de la capital federal (por
supresión del inc. 3“del que era art. 86, hoy art. 99).
El poder judicial
38. — En el poder judicial, además de las modificaciones para la designación y la
remoción de los jueces federales (con el régimen especial que rige para los de la Corte)
Los controles
40, — Se desparrama en el texto constitucional reformado una serie de posibles
controles, antes inexistentes, algunos desde el mismo poder, y otros desde la sociedad.
Podemos mencionar, además de los citados en el n° 37:
a) El organismo fiscal federal para controlar y fiscalizar la ejecución de las pautas que
rigen la coparticipación federal impositiva de acuerdo al art. 75 inc., 2° (conforme a su
párrafo sexto),
b) Se prevé la existencia de organismos de control con participación de las provincias y
de los usuarios y consumidores para la tutela que a favor de los últimos obliga a discernir
La descentralización política
41.- En orden a la descentralización política, la reforma presenta dos matices; a)
explícitamente reconoce La autonomía de los municipios de provincia (art. 123), y h)
establece el gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires, erigiéndola en un sujeto de
la relación federal (art. 129).
OM
El artículo 36 y el poder
42 — Consideramos que en la introducción al estudio del poder halla ubicación el
nuevo art 36 surgido de la reforma constitucional de 1994, entre otras razones porque
tiende a resguardar la transmisión legal del poder y, con ella, la legitimidad de origen del
poder mismo y de los gobernantes que lo ponen en acción, así como la defensa en la
constitución.
.C
Es sugestiva la ubicación del art. 36 que preserva al poder, dentro del rubro de los
nuevos derechos y garantías. Por eso, también lo ligamos al sistema de derechos.
En efecto, es fácil entender que el orden institucional y el sistema democrático hallan
DD
eje vertebral en dicho sistema de derechos, y que atentar contra el orden institucional
democrático proyecta consecuencias negativas y desfavorables para los derechos. No en
vano en el art. 36 también viene encapsulado, con definición expresa, el derecho de
resistencia dentro del marco genérico que incrimina las conductas que lesionan al bien
jurídico penalmente tutelado en forma directa por la constitución, para evitar la ruptura
LA
45. — Qué es este derecho de resistencia, no viene definido tal vez cabe ensamblarlo
con el art. 21 que obliga a todo ciudadano a armarse en defensa de la constitución.
46. — El penúltimo párrafo del art. 36 define como contrario al sistema democrático al
grave delito doloso contra el estado, que conlleve enriquecimiento para quien lo cometa.
47. — El art. 36 añade que el congreso “sancionará una ley sobre ética pública para el
ejercicio de la función".
OM
personal decimos "Autoridades del Estado". ,
El título primero de esta segunda parte se encabeza con el nombre de “Gobierno
Federal y abarca del art. 44 al art. 120.
El título segundo se encabeza con el nombre de "Gobiernos de Provincia" y abarca del
art. 121 al art. 129. Es en este sector donde el constituyente de 1994 ha incluido el nuevo
régimen autonómico de la ciudad de Buenas Aires, la que si bien no tiene categoría igual a
.C
la de las provincias, tampoco es un municipio común ni un territorio íntegramente
federalizado.
Del precedente diagrama divisorio y de las denominaciones empleadas surge
claramente que para nuestra constitución son "Autoridades de la Nación” tanto las que
DD
componen el gobierno federal como las que integran los gobiernos de provincia, y el
gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires.
49. — No obstante la autonomía de las provincias, y la que surge del art. 129 para la
ciudad de Buenos Aires, la constitución les traza algunos parámetros; por ejemplo, la
LA
tripartición del poder obliga a acoger el eje fundamental del principio divisorio; sí para las
provincias así se entendió siempre con base en el art. 5°, también el nuevo art. 129 lo
señala para la ciudad de Buenos Aires al hacer mención de su jefe de gobierno de origen
electivo y de las facultades de legislación y de jurisdicción: el sistema de derechos obliga,
como piso mínimo; asimismo, queda trasladada la forma republicana de gobierno y, en su
FI
OM
125 diseña a favor de las provincias y de la ciudad de Buenos Aires una competencia
concurrente con la federal para promover la educación, la ciencia, el conocimiento y la
cultura.
c) En cuanto a la normativa vinculada con el derecho ambiental, el art. 41 desglosa las
competencias así: c’) al estado federal le corresponde dictar la de presupuestos mínimos
de protección, y c”) a las provincias, las necesarias para complementarla.
.C
d) En orden a la cláusula del art. 75 inc. 17 sobre los pueblos indígenas, su parte final
reconoce a las provincias el ejercicio de facultades concurrentes con las del congreso.
e) A las provincias se les confiere la facultad de crear regiones para el desarrollo
económico y social (art. 124).
DD
í) Asimismo, las provincias pueden celebrar convenios internacionales con las
limitaciones consignadas en el art. 124 (la ley 24.588 extiende esta facultad también a
favor de la ciudad de Buenos Aires).
Tal ruptura acontece cuando se quiebra el orden de sucesión o transmisión del poder.
Suele distinguirse golpe de estado y revolución -por lo menos desde la óptica
constitucional- en cuanto el primero se limita a cambiar los titulares del poder dando lugar
a la ocupación de éste por vías de fuerza no previstas en la constitución o en las leyes»
55, — De una admisión muy estricta que en torno de la validez y la duración de las
normas legislativas emanadas del ejecutivo de facto en reemplazo del congreso disuelto
efectuó la Corte entre 1930 y 1947, se pasó a convalidaciones más amplias a partir de
1947, pudiendo separarse después diferentes etapas jurisprudenciales con variantes: así,
entre 1973 y 1976 y luego de 1990 en adelante,
OM
En su sentencia del 27 de diciembre de 1996, en el caso “Herráiz, Héctor Eduardo
c/universidad de Buenos Aires”, la Corte sostuvo que las leyes de facto son válidas
mientras no se las deroga.
56, — En un simple balance queremos recordar que:
a) el seguimiento que siempre hicimos de la, doctrina de facto y de su reiterada
aplicación en la constitución material nunca nos llevó a admitir una supuesta
.C
“supraconstitucionalidad" de la emergencia provocada por las interrupciones de la
normalidad constitucional;
b) tampoco a considerar a los estatutos y las actas emitidos en los períodos 1966-1973
y 1976-1983 como extraconstitucionales o superiores a la constitución o de su misma
DD
jerarquía;
c) la acumulación de poder y la arbitrariedad en su ejercicio se acentuaron
progresivamente, hasta alcanzar su punto máximo entre 1976 y 1983;
d) las épocas de tacto causaron deterioro e ingobernabilidad en nuestro sistema
político, y habitualmente concluyeron fracasando en los fines y objetivos que fueron
LA
proclamados como justificación inicial cada vez que las fuerzas armadas accedieron al
poder;
e) en la constitución material se ejemplarizó desde 1930 la competencia de los
gobernantes defactos para remover a los jueces de sus cargos, llegándose a destituir a los
de la Corte Suprema en 1955,1966 y 1976:
FI
f) aunque no fue pacífica la jurisprudencia sobre el status de los jueces que designaron
los gobernantes de facto para cubrir vacantes, siempre se reconoció intangibilidad a las
sentencias dictadas por los tribunales de justicia en los periodos de facto.
OM
59.— Asimismo» no hay que olvidar que además de las presiones que provienen desde
la sociedad, otras tienen como autores a operadores gubernamentales por ej., cuando un
ministro presiona al presidente de la república, o éste a legisladores, etc. También hemos
de recordar que sujetos que se encuentran constitucionalmente institucionalizados
pueden actuar como factores de presión o de poder por ej. La Iglesia Católica, los partidos
.C
políticos las entidades sindicales.
60. — En la medida en que el fin y los medios que empleen los factores de presión y
los factores de poder sean lícitos, las presiones significan un medio de gravitación o
DD
influencia que no parece disvalioso. Las excepciones que nos merecen un juicio negativo
de valor son, por ejemplo:
a) las presiones que se ejercen sobre el poder judicial, porque los jueces deben estar
siempre exentos de interferencias en el ejercicio de su función;
b) la excesiva concentración o acumulación de poder (social) en un determinado
LA
sector o grupo;
c) la corporativización que pulveriza a la sociedad con una atomización o
fragmentación de grupos que, sin solidaridad convergente al bien común público, pugnan
por su propio interés sectorial y fracturan el consenso de base;
d) la propensión o proclividad que por parte de los mismos operadores
FI
CAPITULO XXXII
EL CONGRESO
El “poder legislativo”
1 — Nuestra constitución formal comienza el articulado dedicado a la parte orgánica o
derecho constitucional del poder con las normas sobre el congreso, encabezando la
sección primera del título primero (Gobierno federal) de la segunda parte (Autoridades de
la Nación) con el rótulo "Del Poder legislativo''.
La palabra “poder" aquí y así empleada, más que connotar una "función” del poder
está mentando a un “órgano”. Es órgano colegiado, porque se compone de varios
individuos (diputados y senadores), y es órgano complejo porque cada una de sus cámaras
tiene naturaleza de órgano.
2. —Aceptando esta categoría, decimos que: a) los actos del congreso que exigen
competencia compartida de ambas cámaras, son actos complejos (el acto de cada cámara
compone al acto complejo del congreso): a estos actos, y a la competencia en cuyo
ejercicio se cumplen, los llamamos congresiónales; b) los actos de cada cámara que no
requieren la competencia compartida de la otra son actos simples de la cámara que los
La reforma de 1994
3. — los arts., 44,45 y 54 han introducido modificaciones en la composición de ambas
cámaras, y el art. 54 incorpora además un cambio importante en el número y la elección
de los senadores.
Los arts. 44 y 45 traen dos innovaciones:
a) añaden diputados por la ciudad de Buenos Aires (en virtud de su régimen
autonómico -art. 129- ); pero
b) mantienen diputados por la capital federal para el caso de que se traslade fuera de
la ciudad de Buenos Aires.
De esta manera, la cámara de diputados tiene prevista una composición tripartita: a)
diputados por cada provincia; b) diputados por la ciudad de Buenos Aires; c) diputados por
la capital federal (en caso de traslado).
El art. 54, en cambio, ofrece estas variantes:
OM
a) Añade senadores por la ciudad de Buenos Aires; pero
b) suprime los senadores por la capital federal, que dejará de tenerlos si se traslada
fuera de la ciudad de Buenos Aíres.
La composición del senado es bipartita: a) senadores por cada provincia; b) senadores
por la ciudad de Buenos Aires.
Además:
.C
a) eleva de dos a tres el número de senadores:
b) reemplaza con elección directa el sistema mediante el cual se elegían los senadores
por las provincias (que era el de designación por las legislaturas) y por la capital federal
(que era el de elección indirecta por colegia electoral);
DD
c) Reparte las tres bancas de cada jurisdicción del siguiente modo: c’) dos senadores al
partido que obtiene el mayor número de votos: c”) un senador al partido que le sigue en
número de votos.
El bicamarismo
LA
4.-— La índole compleja del órgano congreso nos lleva al tema del bicamarismo o
estructura bicameral del órgano. En nuestro derecho constitucional, el bicamarismo no se
apoya en una mera división interna del órgano y del trabajo que la constitución le
encomienda al asignarle sus competencias. Nuestro congreso es bicameral porque el
estado es federal: el bicamarismo federal tiene su modelo en la constitución de los Esta-
FI
5 — Nuestro art, 45 establece que “un congreso compuesto de dos cámaras, una de
OM
8 — Hay constituciones provinciales que definen expresamente para sus legislaturas la
pertenencia partidaria de las bancas.
Especio del senado federal creemos que: a) las provincias no pueden condicionar la
designación y permanencia de los senadores federales con un mandato imperativo: ni, b)
prever revocatoria o cesación en el cargo de senador federal.
.C
El congreso y los órganos extrapoderes
9. — Dentro de La misma sección que la constitución dedica al congreso aparecen dos
órganos que, a nuestro criterio ya hemos dicho que consideramos extra poderes. Son la
DD
Auditoria General de la Nación y el Defensor del Pueblo.
La cámara de diputados
10 — Los diputados son, de acuerdo con la letra y el espíritu de la constitución formal
representantes de la "nación” (art, 44) y del "pueblo” (art, 45), Son elegidos por el pueblo;
LA
OM
material a incorporado la práctica de elegir suplentes en la elección de diputados para
tener sustitutos anticipados en caso de vacantes, por lo que producidas éstas no se realiza
nueva elección en los términos del art. 51.
Es Inconstitucional que el diputado que cubre la banca dejada vacante por otro
durante el plazo de cuatro años, vea reducido el suyo por uno menor para sólo completar
el período.
La cámara de senadores
.C
15. — el senado se compone de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad
de Buenos Aires. Cuando los senadores votan en la cámara, la representación no se
DD
unifica, como pudiera pensarse en razón de que los tres representan a un mismo ente,
sino que cada senador tiene un voto (art. 54).
17. — los requisitos para ser “elegido" senador (que deben reunirse, por eso, en el
momento en que la elección se realiza, y no en el que el senador se incorpora a la cámara)
FI
son: edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano de la nación, disfrutar de una
renta anual de dos mil pesos Fuertes o entrada equivalente, y ser natural de la provincia
que lo elige o con dos años de residencia inmediata en ella. Así lo establece el art. 55.
Los senadores, de acuerdo con el art. 56, ya no duran nueve años en el ejercicio de su
OM
Los empleos de escala que se exceptúan de la incompatibilidad son los que
constituyen un estado o profesión habitual que no se reciben por favor o gracia del
designante, y en los que se asciende por antigüedad en forma graduada.
Por último fuera del espíritu y las motivaciones que fundamentan las
incompatibilidades señaladas, el art. 73 estipula que los eclesiásticos regulares no pueden
ser miembros del congreso, ni los gobernadores de provincia por la de su mando
(tampoco por otra).
.C
20— Los miembros del congreso tienen prevista una remuneración el art. 74 de la
constitución. Esa dotación debe ser fijada por ley, y pagada por el tesoro de la nacion.
DD
La retribución de los legisladores -que se conoce con el nombre de dieta- no es para
nosotros un verdadero privilegio parlamentario, y por eso no la incluimos en Ia materia
propia del derecho parlamentarlo. Se trata de una mera compensación por los servicios
prestados.
LA
CAPITULO XXXIII
EL DERECHO PARLAMENTARIO
FI
Su contenido
1— El derecho parlamentario es la parte del derecho constitucional del poder que se
refiere a la constitución, los privilegios y el funcionamiento de los cuerpos parlamentarios
-en nuestro caso, del congreso y sus cámaras-.
3. — Las sesiones preparatorias tienen por objeto recibir a los electos que han
presentado diploma expedido por autoridad competente, y elegir las autoridades de cada
cámara.
El juramento de diputados y senadores es exigido por el art. 67 de la constitución, y se
presta en el acto de la incorporación.
4.— También prevé la constitución una facultad de las cámaras, que es privativa de
cada una de ellas (competencia propia) y que suele incluirse entre sus "privilegios"
colectivos. Normalmente, se ejercita en las sesiones preparatorias para constituir la
cámara. Es la que el art. 64 contiene en la fórmula de que "cada cámara es juez de las
elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su validez
Cabe observar que el texto dice que cada cámara “es juez” pero no dice que sea juez
“exclusivo”. Esta acotación debe tenerse presente para analizar si es una facultad que
OM
admite o no control judicial.
Vanossi resume en un cuadro muy gráfico la norma del art. 64;
De elecciones
.C Derechos
Títulos
de sus miembros
en cuanto a su validez
DD
5.— Nuestro punto de vista es el siguiente: a) el ser juez con el alcance antedicho se
limita a conferir el “privilegio” de examinar la validez de “título-derecho-elección”, y nada
más (por ej., si el electo reúne las condiciones que la constitución exige, y si las reúne en el
momento que la constitución determina); b) pero no significa que las cámaras juzguen los
LA
aspectos “contenciosos” del proceso electoral ( por ej.: la validez de los votos, su
anulación u observación, los votos en blanco, la validez de las actas inicio o aprobación de
listas, la personería de los partidos políticos, (etcétera) todo ello es competencia extra
parlamentaria, y propia de estos órganos -especialmente de los órganos judiciales en
materia electoral-; c) en lo que hace al juicio sobre la valides de “título-derecho-elección”
FI
de los legisladores por cada cámara, estimamos que en ciertas situaciones especialísimas
cabría el control judicial (y ello porque cada cámara es juez, pero no juez “exclusivo”); por
ej.: si una cámara, después de aceptar el diploma de un electo, desconociera su validez y
revocara la incorporación del miembro; o si obrara con arbitrariedad manifiesta, etcétera.
6.-- En ejercicio de la facultad que consagra el art. 64 las cámaras pueden -y juzgar si el
electo reúne el requisito de la “idoneidad” para ser diputado o senador (conforme al art.
16), Inclusive, cuando el art, 66 otorga a las cámaras el poder disciplinario para remover a
sus miembros por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, fluye de la
norma que si su similar inhabilidad es “anterior” a la incorporación (y la cámara la
conoce), el legislador electo no debe ser incorporado.
OM
república “prorroga las sesiones ordinarias del congreso o lo convoca a sesiones
extraordinarias cuando un grave interés de orden o de progreso lo requiera”.
Nuestra interpretación es la siguiente: a) las sesiones extraordinarias deben siempre
ser convocadas por el poder ejecutivo, no pudiendo el congreso disponer por sí solo su
realización: b) la prórroga de las sesiones ordinarias puede ser dispuesta tanto por el
presidente de la república como por el mismo congreso porque la facultad del presidente
.C
(que para este caso no surge del art, 63 sino del 99 inc. 9) existe, pero no parece exclusiva,
porque el art. 63 no lo dice.
10. —en la prórroga de las sesiones ordinarias el congreso continúa su período anual,
DD
y mantiene la plenitud de la competencia del cuerpo, y cada cámara la propia de sus
facultades privativas. En cambio en las sesiones extraordinarias, cuya convocatoria
depende inexorablemente de un acto del ejecutivo motivado por un "‘grave interés de
orden o de progreso” (art. 99 inc. 9) el congreso no dispone de La plenitud de su
competencia, que queda circunscripta a las cuestiones que provocan la realización de las
LA
Sin embargo, la Comisión Bicameral prevista en los arts., 99 (inc. 3) y 100 (inc. 12 y 13)
ha sido calificada como “permanente" por el propio texto reformado en 1994 a los fines
en él establecidos.
Asimismo, la reforma de 1994 ha previsto que la aprobación en particular de un
proyecto de ley puede ser autorizada por cada cámara a favor de una o más comisiones
(art, 79) por lo que la falta de una norma general específica sobre las comisiones
legislativas parece subsanarse implícitamente con esta habilitación.
Trabajo parlamentario
12. — La fijación del período de sesiones ordinarias más la práctica que el congreso no las
prorroga por sí mismo ha conducido a reducir el rol del congreso y a que ensuma, acrezca
la preponderancia presidencial.
Entre tanto, y en el marco de la constitución formal, no faltan opiniones que para el
ejercicio excepcional de ciertas competencias consideran implícitamente habilitada el
auto convocatorio del congreso o de alguna de sus cámaras (por ej. para promover juicio
político al presidente durante el receso parlamentario).
13 - Creemos que nuestra constitución formal no contiene ninguna norma general que
establezca de qué modo trabajan las cámaras para ejercer las competencias
14. — Si nos fijamos en el mecanismo de sanción de las "leyes", no cabe duda de que
la constitución ha previsto e impuesto el tratamiento de los proyectos de ley (deliberación
y aprobación) por cada cámara separadamente una es cámara de origen, y otra es cámara
revisora. Ahora bien: como nosotros entendemos que no todos los actos del congreso
tienen naturaleza de ley, y que aquéllos que no lo son no, deben emanarse con “forma dé
ley", interpretamos que el trabajo parlamentario separado está ordenado solamente para
las leyes (entendiendo por tales los actos con naturaleza material de ley y forma de ley).
Para los casos en que la constitución no arbitra ese procedimiento, creemos que reserva al
congreso la opción del trabajo separado o conjunto.
Para el trabajo de cada cámara por separado, existe la opción de aplicar, por analogía,
OM
el procedimiento de sanción que la constitución establece para las leyes.
17— Ambas cámaras, reza el art. 65, empiezan y concluyen sus sesiones
simultáneamente: ninguna de ellas, mientras se hallen reunidas, podrá suspender sus
FI
18, — Ninguna norma constitucional impone con generalidad el principio de que las
sesiones deben públicas. Hay solamente algunas normas especiales que lo prescriben,
como el art. 59 para el juicio político en el senado, el art. 99 inc 4 para el acuerdo del
senado en el nombramiento de jueces de tribunales federales interiores y, según nuestra
interpretación, también el art. 83 para la insistencia de las cámaras en proyectos vetados
por el poder ejecutivo.
Los reglamentos de ambas cámaras sí prevén la publicidad de las sesiones.
Se trata de un requisito elemental del principio republicano de publicidad de todos los
actos de gobierno, por lo que no vacilamos en sostener que las sesiones secretas son
inconstitucionales, salvo en casos excepcionalísimos de secretos de estado que realmente
son tales objetivamente.
El quórum
19. — Quórum significa el número de miembros que se necesita para que un órgano
colegiado pueda constituirse, funcionar y adoptar decisiones.
Nuestra constitución contiene una disposición general y básica sobre quórum, sin
OM
Como principio, entendemos que cuando una norma que exige un quórum de votos
para “decidir" no dice expresamente que se trata de los miembros ‘"presentes, aquel
quórum de votos debe computarse sobre el total de los que componen la cámara.
constitucional, hace falta que con anterioridad a la denuncia que le compete al poder
ejecutivo el congreso la apruebe con dos terceras partes de la totalidad de miembros de
cada cántara; e") igual quórum de votos favorables se necesita para que otros tratados y
convenciones sobre derechos humanos (fuera de los que directamente han recibido
OM
ley que precisa ser aprobada con el voto de la mayoría absoluta sobre la totalidad de
miembros de cada cámara;
ll) El art, 99 inc. 4° prevé que el acuerdo del senado para la designación de los
magistrados de la Corte Suprema de Justicia debe prestarse con el voto de dos
tercios de miembros presentes de la citada cámara;
m) El art. 101 contempla dos situaciones respecto del jefe de gabinete de ministros:
.C
n´) para ser interpelado a los fines de una moción de censura hace falta el voto de la
mayoría absoluta sobre la totalidad de miembros de cualquiera de las dos cámaras del
congreso; n”) para ser removido es menester el voto de la mayoría absoluta de miembros
de cada una de las cámaras;
DD
n) El art. 114 dispone que la ley reglamentaria del Consejo de la Magistratura tiene
que sancionarse con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara:
O) En la misma ley reglamentaria del Consejo de la Magistratura y, por ende, con igual
quórum de votos- se determinará la integración y el procedimiento del Jurado de
enjuiciamiento para la remoción de los jueces federales de instancias Interiores a la Corte
LA
Suprema.
23. — Si están dadas para el buen funcionamiento del órgano parece que debe
interpretárselas en el sentido de que no pueden ser declinadas o renunciadas.
24. — Nuestra Corte Suprema, en el antiguo caso “Alem'' -del año 1893- sostuvo que
la constitución no ha buscado garantizar a los miembros del congreso con una inmunidad
que tenga objetivos personales, ni por razones del individuo mismo a quien se hace
inmune: son altos fines políticos -agregaba- los que se ha propuesto, y si ha considerado
esencial esa inmunidad es precisamente para asegurar no sólo la independencia de los
poderes públicos entre sí sino la existencia misma de las autoridades creadas por la
constitución.
26. — Entre los privilegios colectivos se incluyen; a) el juzgamiento por cada cámara de
la validez de “elección-derecho-título” de sus miembros: b) la competencia de cada
cámara para hacer su reglamento; e) el poder disciplinario de cada cámara sobre sus
propios miembros, y aun sobre terceros extraños; d) el derecho de cada cámara de hacer
comparecer a su sala a los ministros del poder ejecutivo; e) se incluye también como
privilegio el aceptar las renuncias que voluntariamente hacen de sus cargos los
legisladores.
OM
la inmunidad de arresto; c) el desafuero; d) la dieta.
Para nosotros, el desafuero es a la vez un privilegio "personal" y un privilegio
"colectivo”. Lo primero, porque protege al legislador: lo segundo, porque implica para la
cámara la disponibilidad de poner o no a sus miembros a la orden de un juez.
La dieta o remuneración no es, a nuestro juicio, un privilegio; sólo reviste el carácter
de una compensación por el servicio,
.C
28. — Las cámaras tienen poder disciplinario para corregir, remover y expulsar a sus
miembros. El art 66 dispone que cada cámara podrá, con dos tercios de votos, corregir a
cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o
DD
removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, o hasta
excluirle de su seno.
Cualesquiera de las hipótesis de sanción disciplinaría parecen exigir que se resguarden
el debido proceso y la defensa, para asegurar la razonabilidad de la medida.
LA
imponer penas o sanciones a terceros. Sólo admitimos dos cosas: a) un poder disciplinario
limitado exclusivamente al mantenimiento del orden de las sesiones -por ej.: expulsando
de la barra a quien lo altere o incurra en ofensa al cuerpo o a un legislación impidiendo su
posterior acceso, etc.-: b) un poder para aplicar sanciones cuando existe una ley previa
que tipifica el acto y concede al congreso la facultad represiva, siempre que el hecho no
sea a la vez delito del código penal, en cuyo caso ni aun con la ley previa puede el
congreso ejercer represión (la que sólo es privativa del poder judicial).
30. —Nuestra Corte Suprema, al fallar en 1877 el caso "Lino de la Torre”, reconoció a
las cámaras La facultad de reprimir hechos ofensivos que no están tipificados como delitos
en, el código penal.
En un fallo mucho más reciente recaído en el caso "Peláez, Víctor", del 15 de octubre
de 1995 la Corte hizo lugar a un habeas corpus y consideró justiciable el arresto que había
dispuesto el senado contra quien había efectuado una publicación periodística que la
cámara reputó ofensiva para sus miembros, La Corte sentó doctrina que compartimos,
conforme a la cual el poder disciplinario contra terceros sólo procede cuando se
entorpece u obstaculiza el cumplimiento de las funciones de la cámara.
OM
absoluto, porque si hubiera un medio de violarla impunemente, él se emplearía con
frecuencia por los que intentaren coartar la libertad de los legisladores, dejando burlado
su privilegio y frustrada la constitución en una de sus mis sustanciales disposiciones.
En 1960,.al fallar el cuso “Mario Martínez Casas”, reiteró y especificó su doctrina, que
puede resumirse en las siguientes afirmaciones: a) la inmunidad del art. 68 (al tiempo del
fallo era art. 60), destinada a garantizar la independencia funcional de las cámaras
.C
legislativas, Íntegra en nuestro régimen el sistema representativo republicano; b) el
carácter absoluto de la inmunidad es requisito inherente a su concreta eficacia; c) pero los
posibles abusos deben ser reprimidos por los mismos legisladores sin afectar la esencia
del privilegio.
DD
Con posterioridad, otros faltos han aclarado que el art. 68 no sólo consagra la
inmunidad de sanción, sino la inmunidad de proceso.
34. — Para otros hechos distintas de la expresión, los arts. 69 y 70, aun consagrando
FI
que se dará cuenta a la cámara respectiva con la información sumaria del hecho.
Es fácil comprender que el autor de la constitución apuntó con esas expresiones a
incriminaciones de gravedad, cualquiera sea su nombre en la legislación penal del
momento.
La norma extiende el privilegio, en el tiempo, desde la elección (y no desde la
incorporación, comto interpretamos implícitamente para el art. 68) hasta el cese.
Concluido el período de mandato, el privilegio termina.
Se trata de inmunidad de detención o privación de la libertad corporal. El artículo
abarca dos su puestos: a) uno, que es el genérico, y se refiere a la imposibilidad de
detención,' b) otro, que es su excepción, y que prevé la unica hipótesis en que la
detención es posible.
La inmunidad de arresto no es, por ende, "inmunidad de proceso”. Puede iniciarse la
causa penal y tramitarse mientras no se afecte la libertad corporal ni se dispongan
medidas de coerción personal.
OM
queda demostrado por emplear el mismo artículo, poco más adelante, el término
sumario. La Corte tiene dicho que la verificación por la cámara del propósito de juzgar al
legislador en caso penal se satisface igualmente con el sumario o con la acusación.
Sin necesidad de desafuero previo, el juez puede incoar la causa penal; ello surge con
evidencia del artículo, que comienza presumiendo la ‘'formación de querella", y prosigue
refiriéndose al examen del sumario, y a la puesta a disposición del acusado ante juez
competente.
.C
La cámara examina el sumario, incluso desde el punto de vista de la conveniencia
política; si no se dispone el desafuero el juez no puede dictar sentencia. En esta
competencia la cámara ha de actuar con ética, y no con prejuicios partidistas, tanto si
DD
concede como si niegue el desafuero.
distintos.
Sin embargo, la Corte Suprema decidió lo contrario en el caso “Balbín, Ricardo”, con
fecha 26 de junio de 1950.
cámara; dice que ésta podrá: a) “suspender” al acusado, y b) "ponerlo a disposición” del
juez.
Cuando resuelve desaforar, cabe suponer que no necesariamente tiene que hacer
ambas cosas: podría poner al acusado a disposición del juez sin suspenderlo (a menos que,
42. — Loa privilegios parlamentarios, aun las individuales, por estar acordados por la
constitución a favor del congreso como órgano del poder independiente y autónomo, no
quedan suspendidos durante el estado de sitio. Así lo declaró la Corte Suprema en el caso
de Alem de 1893.
43. — hemos de preguntamos qué ocurre con los privilegios de los legisladores cuando
éstos -si son abogados- actúan en sede judicial. Compartimos lo decidido por la Corte en
OM
1912 en el caso “Manuel Gascón (h) en el sentido de que tales privilegios no obstan a la
imposición de sanciones disciplinarias por parte de un tribunal judicial cuando un
legislador que actúa enjuicio incurre en inconductas lesivas del decoro y la buena
administración de justicia.
44. — Otro problema se suscita con los privilegios que las constituciones de provincia
.C
confieren a los legisladores locales. Corrigiendo una opinión anterior, ahora sostenemos
que aquellos privilegios son oponibles en todo el territorio del país antes la jurisdicción
federal y la jurisdicción de otras provincias. El principio de lealtad federal y buena le
aporta una de las razones existentes para respaldar esta nueva propuesta.
DD
45. — a) el art. 71 dispone que cada una de las cámaras puede hacer venir a su sala a
los ministros del poder ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime
conveniente.
En nuestro derecho constitucional del poder, siempre se denominó interpelación a
LA
este llamado que efectúan las cámaras para hacer comparecer a los ministros.
b) Sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 71, ahora el art. 101 hace obligatoria la
concurrencia del jefe de gabinete de ministros al menos una vez por mes,
alternativamente, a cada una de las cámaras. La finalidad es informar sobre la marcha del
gobierno.
FI
Asimismo, el jefe de gabinete puede ser interpelado según la misma norma a efectos
de tratar una moción de censura, y puede ser removido, todo ello con las mayorías
previstas para el caso.
c) finalmente el art 100 inc 11 dispone que al jefe de gabinete le corresponde producir
los informes y explicaciones verbales o escritos que cualquiera de las cámaras solicite al
poder ejecutivo.
OM
49._ Un agrupamiento de los principios que reputamos fundamentales podría
sistematizarse así:
a) El ejercicio de la facultad de investigación no requiere la existencia previa de una ley
reglamentaria que regule dicha facultad:
b) Se trata de una facultad emergente de los poderes implícitos (de cada cámara si la
.C
Investigación está a cargo de ella, o del congreso, si la cumple el cuerpo con sus dos
cámaras);
c) La investigación así fundada debe guardar relación funcional de finalidad con alguna
competencia del congreso o de sus cámaras; y debe desarrollarse de modo compatible
DD
con todas las limitaciones que la constitución impone a los órganos de poder y con los
derechos y garantías personales:
d) La investigación no puede: d) invadir la zona de reserva del poder ejecutivo y del
poder judicial; d") violar la privacidad de las personas; d´´´) no existe una facultad de
revelar públicamente informes obtenidos por el solo hecho de hacer revelaciones;
LA
CAPITULO XXXIV
OM
6. — Hay doctrina que incluye entre los actos del congreso requeridos de participación
provincial a la “fijación” de límites interprovinciales, que es una competencia prevista en
el inc. 15 del art, 75. No parece que pueda generalizarse esta interpretación.
a) con “conocimiento” del congreso federal (que para nosotros implica “aprobación
del congrego” las provincias pueden: a’) celebrar los tratados parciales a que ya se refería
el ex art. 107. Que ahora subsiste como art I25;(a”) crear regiones para el desarrollo
económico y social conforme al art 124; a’´´) celebrar convenios internacionales con el
marco y los límites fijados por el art. 124.
b) con autorización del congreso federal, las provincias pueden establecer bancos con
facultad de emitir billetes. Ello surge del art. 126 que, en forma negativa, les prohíbe
hacerlo sin autorización del congreso.
c) Finalmente, si se acepta dentro del marco de un federalismo “concertado” la
inclusión como derecho intrafederal de convenios, acuerdos, tratados o normas (también
“leyes-contrato”) que son resultado de decisiones coincidentes del estado federal y de las
provincias, es válido agregar su ejemplo como uno más de facultades compartidas
(aunque acaso sean compartidas “voluntariamente” y no obligatoriamente).
10—Sí se pasa revista prolija a todo el articulado constitucional que queda fuera del
art. 75, es posible encontrar otras competencias que ejemplificativamente citamos en
seguida.
Asimismo, ha de computarse en este rubro todo lo que bajo el nombre de “reserva de
la ley” (y latamente, ‘"principio de legalidad) implica una competencia para cuyo ejercicio
OM
legislación. Lo mismo cabe decir con respecto a los derechos reconocidos a los extranjeros
por el art. 20, y a los incluidos en el art. 14 bis.
El art 15 estipula que una ley especial reglará las indemnizaciones a que da lugar la
abolición de la esclavitud.
El art. 17 otorga al congreso la competencia exclusiva para declarar y calificar por ley
la utilidad pública en caso de expropiación.
.C
También se requiere ley para exigir servicios personajes e imponer contribuciones.
El art. 18, al estatuir que nadie puede ser penado sin juicio previo fundado en ley
anterior al hecho del proceso, ni sacado de los jueces designados por La ley antes del
hecho de la causa, implica atribuir al congreso la competencia exclusiva para incriminar
DD
conductas que constituyen delitos del código penal, y para establecer La organización
estable y permanente del poder judicial; lo primero vuelve a aparecer expresamente en el
art 75 inc. 12 -que prevé la sanción del código penal- y lo segundo en el art. 108 y en el
art. 75 inc. 20 que ordenan al congreso establecer Los tribunales inferiores.
Asimismo, el art, 18 determina que una ley establecerá en qué casos y con qué
LA
El art. 26 prevé la libre navegación de los ríos, con sujeción única a los “reglamentos"
de autoridad federal, que implican una posible legislación.
El art 36 remite a la ley para: a) fijar el tiempo de inhabilitación para ocupar cargos o
empleos públicos en caso de delito doloso contra el estado que conlleve enriquecimiento:
b) reglamentar La ética pública para el ejercicio de la función
El art 37 prevé que las leyes de partidos políticos y régimen electoral garanticen la
igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres.
El art 38 abre el espacio para la legislación sobre partidos políticos.
El art 39 se refiere a la ley reglamentarla del derecho de iniciativa legislativa popular, y
a la competencia (obligatoria)del congreso para dar trámite y tratamiento expreso a los
proyectos de ley surgidos de aquella iniciativa.
El art 40 sobre consulta popular, consigna la competencia del congreso para
convocarla y para dictar la ley reglamentaria de la misma.
El art 41, sobre derecho ambiental alude a la ley que establezca la obligación de
recomponer el daño ambiental, y a las normas que contengan los presupuestos mínimos
de protección del ambiente.
El art. 42, coordinado con el 43, requiere que la ley prevé la existencia de las
asociaciones de consumidores y usuarios y su registración, requisitos y formas de
organización.
OM
presidente del senado.
El art 100 menciona a la ley que con relación al jefe de gabinete de ministros los
demás ministros secretarios, debe establecer su número y competencia.
El art. 110 sé refiere a la determinación por ley del sueldo de Los jueces federales
El art. 114 y 115 mencionan la ley que ha de regular el Consejo de la Magistratura y el
jurado de enjuiciamiento de los jueces federales de tribunales inferiores a la corte.
.C
El art. 117 depara la competencia de establecer reglas y excepciones a la jurisdicción
apelada de la Corte; en general tanto del citado artículo como del 116 se prende la
facultad del congreso de regular la competencia de los tribunales federales con excepción
de la originaria y exclusiva de la Corte que no puede ser ampliada ni disminuida por ley).
DD
El art 120 habilita a dictar la ley para el Ministerio Público.
El art 127 contempla La represión por ley de las hostilidades entre provincias,
El art 129 prevé una ley para garantizar los Intereses del estado federal mientras la
ciudad autónoma de Buenos Aires sea capital federal, y la competencia para convocar al
electorado de la ciudad para elegir los representantes encargados de dictar el Estatuto
LA
Organizativo.
Los artículos que contienen incriminaciones (15, 22,29, 36 y 119) no fijan las penas
correspondientes a los respectivos delitos, pero obligan al congreso a establecerlas dentro
de la legislación penal. El art 119 lo consigna expresamente.
En los arts. 99 y 100 aparecen algunas competencias del poder ejecutivo y del jefe de
FI
gabinete que tienen correspondencia con otras del congreso; asimismo en el art. 101 para
la remoción del jefe de gabinete.
11 — Sí siempre fue común destacar que el congreso cumple una función de control
después de la reforma de 1994 el nuevo art, 85 ha incorporado fuera del art 75 una
competencia explícita. Dice el primer párrafo del art 85: “El control externo del sector
público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos, será
una atribución propia del poder legislativo”.
El congreso cuenta para ello con un órgano (extrapoderes) de asistencia técnica, que
es la Auditoría General de la Nación.
CAPITULO XXXV
EL ARTICULO 75
OM
1. — En el art. 75 se condensa el agrupamiento que de las competencias del congreso
hace la constitución, aun cuando ya vimos que hay otras fuera de él.
El art, 75 pertenece a la parte orgánica de la constitución, pero es exprecion de un
fenómeno normativo propio de la reforma de 1994, consistente en incorporar a la parte
orgánica una serie de valores, principios y derechos que obligadamente reenvían a la
parte dogmática. Así:
.C
a) el inc. 2° sobre coparticipación federal impositiva señala las pautas de valor que han
de tomarse en cuenta para la distribución de la recaudacion;
b) el inc. 17 contiene derechos de los pueblos indígenas argentinos;
c) el inc. 19 en sus cuatro párrafos suma referencias principistas para el orden
DD
socioeconómico, para el crecimiento y el desarrollo des igualatorio para la educación y la
cultura.
d) el inc. 22 alude a instrumentos internacionales sobre derechos humanos;
e) el inc. 23, a la igualdad real y a los derechos;
f) el inc. 24, cuando prevé los tratados de integración supraestatal, también impone
LA
pautas valorativas.
diversas cláusulas.
Después de la reforma conviene tomar en cuenta dos cosas: a) subsiste la
competencia del congreso para establecer y reglamentar un banco “federal" con facultad
de emitir moneda (art. 75 inc. 6°): b) se ha agregado entre las competencias del congreso
4. — El inc. 2° del art. 75, mucho más extenso y objeto de sustancial reforma en el
texto de 1994 tiene como núcleo importante la coparticipación federal impositiva.
6. — Con los fondos del tesoro nacional el congreso puede acordar subsidios a las
provincias cuyas rentas no alcancen a cubrir sus gastos ordinarios, según sus presupuestos
(art. 75 inc. 9°).
7. — Al congreso le incumbe por imperio del inc. 7° del art. 75 “arreglar" el pago de la
deuda interior y exterior del estado, pero el ejercicio de esta atribución se ha desplazado
sin duda hacia el poder ejecutivo, y ha decaído en el ámbito congresiónal.
OM
un lado, ha constitucionalizado ha iniciativa o preparación por el poder ejecutivo del
proyecto de ley presupuestaria, cuando el art. 100 sobre competencias del jefe de
gabinete dice en su inc. 6° que le corresponde enviar al congreso el proyecto de ley de
presupuesto, previo tratamiento en acuerdo de gabinete y aprobación del poder
ejecutivo.
En el inc. 8° dice que corresponde al congreso: "Fijar anualmente, conforme a las
.C
paulas establecidas en el tercer párrafo del inciso 2° de este artículo, el presupuesto
general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional, en base al programa
general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de
inversión”.
DD
Esta remisión a las pautas del inc. 2° (que en él están destinadas a la distribución de la
coparticipación federal) le impone al presupuesto un orden de prioridades a saber: los
criterios objetivos (como los califica el inc. 2°) aluden a la equidad, la solidaridad, el logro
de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en
todo el territorio.
LA
se estipulan.
de control del presupuesto ejecutado que parte de la doctrina llama control “postumo”, y
que no ha de Confundirse con el control durante la “ejecución”.
La cláusula comercial
12. — En el inc. 13 del art. 75, el texto constitucional reconoce Incompetencia
congresiónal para reglar el comercio con los estados extranjeros, y de las provincias entre
sí. O sea el comercio exterior y el comercio interprovincial (o comercio interjurisdiccional).
En cuanto al primero, la norma juega en concordancia con el régimen aduanero de
carácter federal, también a cargo del congreso.
OM
Comercio no es sólo tráfico o intercambio, sino también comunicación; o sea,
comprende el tránsito de personas, el transporte, la transmisión de mensajes, la
navegación, la energía eléctrica e hidroeléctrica, los servicios telefónicos, telegráficos etc…
alcanzando acosas, productos, mercaderías, personas, pensamientos, imágenes, noticias,
etcétera.
Aparece acá, conectado con la cláusula comercial, el inc. 10 del mismo art. 75,
.C
otorgando al congreso La reglamentación de la libre navegación de los ríos interiores y la
habilitación de puertos que considere convenientes, con la Limitación del art 26, que
declara libre para todas las banderas la navegación de los ríos interiores, com sujeción
únicamente a los reglamentos que dicte la autoridad nacional.
DD
Suele también vincularse la facultad del congreso de adoptar un sistema uniforme de
pesos y medidas (art . 75 inc. 11) con el comercio interjurisdiccional y con la transacciones.
La competencia ha sido ejercida estableciendo el sistema métrico decimal.
argentinos ofrece varios aspectos. Uno quizá aparezca como simbólico y reparador. Otro
como histórico.
Que étnica y culturalmente hayan preexistido los pueblos indígenas implica
negativamente, es inviable desconocer o contrariar la herencia que hoy se acumula en sus
comunidades y en nuestra sociedad toda; positivamente, quiere decir que hay que
promoverla. El congreso tiene el deber de no tornarla inocua y de conferirle desarrollo en
cuanto ámbito resulta posible.
Uno es el de la integración. Integrar a los pueblos indígenas es no aislarlos ni
agregarlos, sino depararles un trato igualitario con el resto de la sociedad para hacerlos
parte integrante de ella, sin renuncia ni abdicación a su estilosa sus diferencias, a su
idiosincrasia, a su cultura.
b) El congreso debe garantizar a los pueblos indígenas el respeto a su identidad y el
respeto a una educación bilingüe e intercultural;
Que las comunidades indígenas obtengan reconocimiento de su personalidad jurídica
implica admitir su organización, acorde con la peculiaridad asociativa que imprime la
índole indigenista.
c) Hay en seguida un reconocimiento a la posesión y propiedad comunitarias de las tierras
que tradicional mente ocupan.
El congreso tiene, además, que regular la entrega de otras tierras que sean aptas y
suficiente para el desarrollo humano.
Ninguna de las tierras mencionadas será susceptible de enajenación, de transmisión o
de gravámenes y embargos. De esta manera se garantiza aquel espacio geográfico de
asentamiento, de modo congruente con la finalidad de desarrollo a la que hacíamos
15. — Además, hemos de enfatizar que el nuevo inc., 17 se hace cargo del derecho a la
diferencia, que es una expresión del derecho a la identidad personal y que se relaciona
OM
íntimamente con él.
Esta nueva cláusula revestida del alcance recién aludido para nada riñe ni pugna con la
abolición y prohibición de las prerrogativas de sangre y de nacimiento que mantiene el
viejo art. 16. Acá no se otorgan privilegios ni prerrogativas, sino que se asume una justa
expresión del pluralismo democrático y del mencionado derecho a la diferencia,
imprescindibles en un estado democrático.
.C
Las políticas para el desarrollo, la cultura, y las cuestiones poblacionales
16. —- El inc. 18 (que fue inc. 16 del art. 67, y se ha dado en llamar la cláusula del
progreso) es de una amplitud manifiesta y engloba en su enunciado una temática que, sin
DD
carácter taxativo, equivale a los contenidos del bien común y de lo que hoy se denomina
desarrollo.
Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de “todas las
provincias”, y al progreso de la ilustración, abarca aspectos materiales y culturales.
Además, la extensión del progreso y del bienestar a todas las provincias otorga a la
LA
20. — Vale repetir que los ejes lineales de las políticas públicas hallan acá un núcleo de
naturaleza operativa al que debe dársele desarrollo congruente, y que nuevamente nos
revela fuertes reenvíos hacia la parte dogmática dé la constitución. Así, una manera
especial y diferenciada de atender al pluralismo poblacional encontramos en el inc. 17
sobre los pueblos indígenas. Otros sectores de población son objeto también de
protección especial en el inc. 23 párrafo primero in fine (niños, mujeres, ancianos y
personas con discapacidad), y para el régimen de seguridad social en el mismo inc. 23
párrafo segundo (a favor del niño y de su madre).
OM
breves menciones.
El art. 75 contiene tres incisos claramente alusivos a los derechos humanos, que hacen
de eje a otras numerosas menciones del orden democrático y del sistema democrático.
Son los minc. 22,23 y 24.
a) El inc. 22 es muy rico en el tema porque apunta directamente a la fuente
internacional de los derechos humanos, no sólo cuando se ocupa de instrumentos
.C
internacionales con jerarquía constitucional, sino también cuando hace referencia a la
supralegalidad de los demás tratados.
b) En cuanto a los tratados de integración del inc. 24, la constitución fija entre las
condiciones para que Argentina se haga parte de una organización supraestatal, la de
DD
respeto al orden democrático y a Los derechos humanos.
22,— El inc. 23 condensa políticas específicas. Su texto es uno de los más sugestivos e
innovadores, al menos respecto de la “letra” de la constitución documental. Dice así:
“Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de
LA
oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta
constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en
particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.
Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en
situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza
FI
una base real igualitaria, que elimine, por debajo de su nivel, cuanto óbice de toda
naturaleza empece a que muchos consigan disfrutar y ejercitar una equivalente libertad
real y efectiva.
Hay reminiscencias de normas que en el derecho comparado (caso de Italia y España, por
ejemplo) y en nuestro constitucionalismo provincial obligan al estado a remover
obstáculos impeditivos de la libertad y la igualdad de oportunidades y de la participación
de todos en la comunidad.
El inciso 20
23. _ El art. 20 del art. 75 se refiere a la organización del poder judicial. En el breve
enunciado que concede al congreso la competencia de establecer tribunales inferiores a la
Corte Suprema de Justicia correlativo del art. 108 se prevén tres aspectos implícitos: a)
establecer los órganos de administración de justicia; b) distribuir la competencia entre los
mismos, con sujeción al art, 116; c) dictar las normas de procedimiento. Con ello se
cumple la obligación estatal de proveer a los justiciables del derecho de la jurisdicción.
24._El mismo inciso dice que corresponde al congreso crear y suprimir empleos y fijar
sus atribuciones.
Esta facultad no incluye la de crear entidades descentralizadas y autárquicas dentro de
La amnistía
27. — “Conceder amnistías generales" es disponer el olvido o perdón de delitos; el
adjetivo generales significa que la medida no recae en un reo o individuo determinado,
sino en muchos genéricamente, teniendo más en cuenta los hechos cometidos que Las
personas que los cometieron.
Tiene más amplitud y distintos alcances que el indulto (privativo del poder ejecutivo)
ya que la amnistía extingue la acción y la pena, y reputa inocentes a los autores del hecho,
pudiendo asimismo disponerse antes del proceso pendiente el mismo o después de
OM
concluido por sentencia firme.
La amnistía es una competencia paralela a la de “incriminar" y “discriminar”; por ende,
como ésta incumbe privativamente al congreso, pensamos que amnistiar es una facultad
delegada al estado federal en cabeza del congreso. De ahí que las amnistías provinciales
sean para nosotros inconstitucionales (Cosa diferente ocurre con el indulto.)
.C
Las relaciones con el poder ejecutivo
28. — Por el inc. 21 el congreso admite o desecha los motivos de la dimisión del
presidente o vicepresidente de la república, y declara el caso de proceder a una nueva
elección. Las demás relaciones están fuera del art. 75.
DD
y cuya vigencia sociológica había decaído por el Acuerdo de 1966 con la Santa Sede, nada
queda de ellas en el texto actual.
El estado de sitio
30, — El inc. 29 del art 75 pone a cargo del congreso declarar en estado de sitio uno o
FI
32. — También en relación con los límites, el inc. 16 obliga al congreso a proveer a la
seguridad de las fronteras como medida de defensa y de precaución, y si bien tal facultad
se ejerce en el ámbito interno, por referirse a las fronteras guarda conexión con política
internacional.
Las represalias
33. — El inc. 26 sufrió modificaciones con la reforma de 1994. En primer lugar se
eliminó la competencia referida a las patentes de corso. En segundo lugar, la redacción
actual alude a "facultar al poder ejecutivo para ordenar represalias”, y mantiene la
atribución de establecer reglamentos para las presas.
La intervención federal
34. — El nuevo inc. 31 vino a aclarar explícitamente la competencia del congreso en
materia de intervención federal a las provincias o a la ciudad de Buenos Aires,
atribuyéndosela con una norma nueva, y añadiendo que aprueba o revoca la decretada
OM
de toda la masa de competencias asignadas al congreso en forma paralela y conducente a
su ejercicio.
36, — es indispensable advertir que al reconocerse los poderes implícitos para poner
en ejercicio los poderes "antecedentes" del congreso, y “todos los otros concedidos" por
la constitución al gobierno federal, la constitución no cercena la autonomía e
.C
independencia de los demás poderes; o sea, no otorga al congreso una competencia que
permita lesionar la división de poderos ni intervenir en el área propia de competencia o en
la zona de reserva de los otros.
DD
37. — Como el inc. 32 otorga los poderes implícitos al Congreso para poner en
ejercicio los otros concedidos por la constitución al gobierno de la Nación Argentina",
queda algo por añadir porque, según las divisiones que efectúa y menciona el texto
constitucional, “Autoridades de la Nación son también (además del gobierno federal) los
gobiernos de provincia. Quiere decir que para poner en ejercicio los poderes que la
LA
Otras competencias
38, — La guerra cuenta con la norma del inc. 25; los límites interprovinciales, con la del
FI
inc. 15; los correos, con la del inc. 14; los lugares sometidos a jurisdicción federal, con la
del inc., 30; tos poderes militares, con las de los inc., 27 y 28.
Artículo 67 Artículo 75
Inc. 1° Reformado
Inc. 2° Reformado
Inc. 3° Rasa a ser 4°, reformado
Inciso 3: nuevo
Inciso 4: es el anterior inc. 3°. Reformado Inc.
4° Pasa a ser 5° sin reforma
Inc. 5° Pasa a ser 6°. reformado
Inc.6° Pasa a ser 7°, sin reforma
Inc. 7° Pasa a ser 8°. Reformado
Inc. 8° Pasa a ser 9°. Sin reformar
Inc. 9° Pasa a ser 10°. Reformado
Inc. 10° Pasa a ser 11°, sin reformar
Inc. 11° Pasa a ser 12°, reformado
Inc. 12° Pasa a ser 13°, sin reformar
Inc. 13° Pasa a ser 14°, reformado
Inc., 14° Pasa a ser 15°, sin reforma
OM
Inc. 25 Pasa a ser 28, sin reforma
Inc. 26 Pasa a ser 29. Sin reforma
Inc. 27 Pasa a ser 30. Reformado
Inc. 31: nuevo
Inc. 28 .C pasa a ser 32 sin reforma
Articulo 75 actual
Inc. 1 reformado
Inc. 2 reformado corresponde al anterior inc.
Inc. 3 nuevo
DD
Inc. 4 mantiene el anterior inc. 3 del art 67
Inc. 5 mantiene el anterior inc. 4 del art. 67
Inc. 6 reformado corresponde al anterior inc. 5 del art 67
Inc. 7 mantiene el anterior inc. 6 del art.7
Inc. 8 reformado corresponde al inc. 7 del art 67
LA
LA LEY
OM
En tercer lugar, hoy se acentúa la necesidad de que el congreso, tanto en su función
legislativa como en la que no lo es, asuma en plenitud el rol de control sobre el poder
ejecutivo.
La etapa de eficacia está a cargo del poder ejecutivo: en los casos en que la propia
constitución dispone excepcionalmente que la promulgación sea automática, o que el
proyecto sancionado no puede ser vetado, o que queda sancionado como ley (por ej., en
los arts. 40 y 83) el margen de arbitrio de que dispone normalmente el ejecutivo en la
etapa de eficacia se reduce mucho.
FI
formal, que consiste en definir la función por la “forma” del acto que exterioriza su
ejercicio: c) el material o sustancial, que consiste en definir la función por el “contenido” o
la esencia del acto, prescindiendo del órgano que lo emite y de la forma con que se
reviste.
La aplicación del criterio material a la legislación es la que permite distinguir la “ley" en
sentido material de la “ley formal".
Es fácil decir que ley formal es todo acto al que el congreso le asigna el carácter y la
denominación de ley, cualquiera sea su contenido material. En cambio, no es pacífico el
concepto de ley material.
OM
8 — Si pasamos revista al articulado de la constitución, dentro y fuera del art, 75
vamos a saber que algunas normas imputan al congreso la función de “legislar”, y otras
utilizan verbos diferentes. Así, encontramos:
a)”admitir” y “erigir” provincias (art, 13);
b) “declarar” la necesidad de reforma constitucional (art. 30):
c)”someter” y “convocar" a consulta popular (art. 40):
.C
d) “imponer” contribuciones (art, 4° y art. 75 inc., 2°): “decretar” y “contraer”
empréstitos (art, 4° y art. 75 inc. 4°, respectivamente);
e) “establecer” y “modificar” asignaciones específicas (art, 75 inc., 3°);
f) “disponer” el uso y la enajenación de tierras (art. 75 inc. 5°);
DD
g) “establecer” y “reglamentar” un banco Federal (art. 75 inc. 6°);
h) “arreglar” el pago de la deuda, los correos, y los límites internacionales (art, 75 inc.
7°, 14, y 15, respectivamente);
i) ‘‘fijar” el presupuesto, los límites de las provincias, el valor de la moneda, y las
fuerzas armadas (art, 75 inc. 8, 11, 15 y 27, respectivamente);
LA
12. — Cada cámara aprueba por sí el proyecto, siguiendo los mecanismos previstos en
los art. 78 a 84. Lograda tal aprobación en las dos, el proyecto queda sancionado.
Usándose para la sanción la fórmula establecida en el art. 84: “El Senado y Cámara de
Diputados de la Nación Argentina, reunidos en congreso decretan o sancionan con fuerza
de ley”.
13.- La sanción del proyecto de ley es un acto complejo, porque requiere el concurso
OM
de dos órganos, que son cada una de las cámaras. Acto complejo interno o intraórgano
porque concurren a formarlo las voluntades de órganos -cámaras- que pertenecen a un
mismo órgano -congreso-, a este acto complejo de la sanción de la ley se le añade en la
etapa de eficacia, lo voluntad de otro órgano -poder ejecutivo con refrendo ministerial-
que promulga la ley, con lo que la ley también es un acto complejo interórganos o externo
ya que concurren Las voluntades del congreso y del poder ejecutivo.
.C
14, — El esquema simplificado sería el siguiente.
+
DD
SANCION PROMULGACION
CAMARA DE PODER EJECUTIVO CON
SENADO
DIPUTADOS REFRENDO MINISTERIAL
ACTO COMPLEJO INTERNO ACTO COMPLEJO EXTERNO
LA
15, — En el procedimiento de formación y sanción de las leyes que ahora regulan los
arts. 77 a 84, hay algunas innovaciones respecto de la constitución antes de su reforma.
Las encontramos en los arts. 77, 79, 80, 81, 82 y 84. Los actuales arts. 78 y 83 no han
modificado a los que eran 68 y 72.
Los cambios recaen desde el señalamiento de la cámara de origen, hasta el derrotero
del proyecto en su tránsito por las dos cámaras, y su promulgación o su veto más el veto
parcial y la promulgación parcial.
Sin entrar al detalle en la explicación de las distintas etapas del procedimiento, cabe
señalar que el art. 81 imprime un trámite más acelerado que el que antes estaba en vigor;
el 79 introduce la novedad de la aprobación en particular del proyecto por comisiones de
las cámaras; se prohíbe la sanción tácita en el art. 82; y se ha reglamentado la posible
promulgación parcial en el art. 80.
OM
competencias privativas como a las comunes a ambas. El detalle puede verse en el
capítulo 32 numero 21
Hay otra prohibición diferente a estas tres, que se dirige exclusivamente al congreso, sin
relación alguna con el poder ejecutivo. Es la del art. 82 sobre la sanción tácita o ficta de las
leyes.
23. — Las leyes federales, de difícil conceptualización genérica, pueden serlo por razón
de la materia (por ej.: fiscal, electoral, partidos políticos, nacionalidad, administración de
justicia, etc.): de las personas (embajadores, ministros plenipotenciarios, etc.), y
excepcionalmente de lugar fronteras).
Guastavino define así a) derecho federal: "es el sancionado por el legislador nacional
tendiente a la consecución, de modo inmediato, de todos los fines que se atribuyeron al
24. — Las leyes federales son aplicadas judicialmente en todo el país por los tribunales
federales.
25. — Las leyes nacionales u ordinarias de derecho común son las que sanciona el
congreso cuando, en el art, 75 inc. 12, se alude a los códigos llamados “de fondo”, que
pueden dictarse en cuerpos unificados o separados (civil, comercial, penal, de minería, y
de trabajo y seguridad social),
Con la reforma de 1994 quedó superada la controversia acerca de si los "códigos” que
mencionaba el anterior art. 67 inc. 11 -ahora art. 75 inc. 12- exigían ineludiblemente la
codificación, o admitían una legislación dispersa o adicional.
26. — Las leyes de derecho común son aplicadas judicialmente por tribunales
federales o provinciales según las personas o las cosas caigan en una jurisdicción o en otra
OM
(art. 75 inc. 12).
28. —El derecho judicial permite elaborar la categoría de ‘"leyes de derecho común
federalizados. Ello ocurre cuando una ley del congreso sobre derecho común decide; con
DD
razón suficiente, ‘"apartar" la materia regulada del ámbito del derecho común, con lo que
sustrae su aplicación a los tribunales provinciales,
La Corte Suprema de Justicia lo ha admitido en el caso "Oberti, Pedro c-Panzínaghi,
Santiago", Tallado en 1960.
LA
hoy ya no existen, y que estaban bajo jurisdicción federal y para los lugares del ex art, 67
inc. 27 (que se hallaban sujetos a jurisdicción federal, a veces total, a veces parcial, según
los virajes que registró la jurisprudencia de La Corte).
Ahora el panorama es otro. Es cierto que la ciudad de buenos Aires sigue siendo
capital federal, pero también lo es que por el art. 129 tiene autonomía y facultades de
legislación y jurisdicción (judicial). Por ende, la legislación que puede dictar el congreso
para la ciudad se restringe a lo razonablemente necesario a efectos de garantizar en ella
los intereses del estado federal. De este modo, la legislación “excesiva” que para la capital
sigue previendo el actual art. 75 inc. 30 queda acolada en la disposición transitoria
séptima, a tenor de la cual sólo ejerce, mientras la ciudad de Buenos Aires mantenga la
capitalidad, las atribuciones legislativas que el congreso “conserve" con arreglo al art. 129.
CAPITULO XXXVII
Su noción y ejemplos
1—El congreso es un órgano complejo formado por dos cámaras que tienen,
asimismo, cada una separadamente, la calidad de órgano. Por eso distinguimos entre
OM
competencia y actos del congreso (que requieren la concurrencia conjunta de cada
cámara, en sesión separada o en asamblea) y competencia y actos de "cada cámara" (en
forma privativa, sin el concurso de la otra).
Las facultades privativas de cada cámara se traducen, entonces, en actos que no son
del congreso, .C
2. —los llamados privilegios de Las cámaras y de sus miembros encierran el ejercicio
de una competencia privativa cuando, para su aplicación y goce, es menester que la
cámara haga algo sin el concurso de la otra.
DD
3, — En las competencias privativas del senado y de la cámara de diputados hay que
incluir sus Apoderes implícitos existentes para ejercer competencias privativas, o
competencias del congreso a cuyo ejercicio cada cámara concurre en común con La otra.
4; — No es errado considerar que cada vez que la constitución señala cuál debe ser la
LA
cámara de origen para determinados proyectos de ley la competencia de esa cámara para
la iniciativa y el tratamiento del proyecto debe reputarse como privativa (no obstante que
a partir de ahí prosiga el trámite legislativo en el que toman intervención las dos cámaras).
Podemos citar en el tema el art. 52, 39, 40 y 75 inc. 2 párrafo 4 inc., 19 párrafo 2
FI
acuerdo con normas infraconstitucionales (por ej.: las de su propio reglamento interno) en
tanto el senado lo hace por concesión expresa de la constitución.
b) El senado autoriza al presidente de la república para declarar en estado de sitio uno
o varios puntos de la república en caso de ataque exterior (arts. 61 y 99 Lic. 16).
c) El senado presta acuerdo para que el presidente de la república nombre: c’) a los
magistrados de la Corte Suprema (art. 99 inc. 4°); y c") a los oficiales superiores de las
fuerzas armadas (art. 99 inc. 13 -salvo en campo de batalla-). También presta acuerdo
para que el presidente nombre y "remueva" a los embajadores, ministros
plenipotenciarios y encargados de negocios (art. 99 inc. 7o).
El juicio político
6. — el juicio político es el procedimiento de destitución previsto para que los
funcionarios pasibles de él no continúen en el desempeño de sus cargos.
Se lo denomina juicio “político” porque no es un juicio penal que persiga castigar
(aunque una de sus causales pueda ser delictuosa), sino separar del cargo. Por eso su
trámite se agota y concluye con la remoción, de donde inferimos que carece de objetivo y
finalidad si el funcionario ya no se halla en ejercicio.
OM
acto común, sino que cumplen separadamente un acto especial; una “acusa" y la otra
“juzga”.
a) La cámara de diputados declara haber lugar a la formación de causa después de
conocer de la razón que se invoca para el juicio político. Necesita mayoría de dos terceras
partes de los miembros presentes (art.53).
En la etapa acusatoria que se cumple en la cámara de diputados es necesario cumplir y
.C
respetar las reglas básicas del debido proceso.
b) El senado juzga en juicio público a los acusados por la cámara de diputados.
Previamente, los senadores prestan juramento para este acto. Para la declaración de
culpabilidad también se exige una mayoría de dos tercios de los miembros presentes
DD
(art._59). El fallo del senado no tiene más efecto que “destituir" al acusado (fin principal) y
aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza, o a sueldo de la
nación (fin accesorio) (art. 60), De tal modo, se puede destituir sin inhabilitar, pero no
inhabilitar sin destituir.
Además, para que el senado pueda destituir es necesario que el acusado esté en
LA
ejercicio de su función.
La serie de funcionarios pasibles de juicio político que trae el art. 53 no puede ser
ampliada por ley.
No obstante lo dicho, la competencia del congreso en materia de organización
Del poder judicial federal y la del art. 120 para regular el ministerio público habilita a la ley
para incluir a los miembros de dicho ministerio con funcionarios que sólo pueden ser
removidos de sus cargos mediante juicio político, a efectos de asegurarles sus
inmunidades funcionales.
13. — El juicio debe ser público. Se trata de una función jurisdiccional y, por ende, ha
de rodeársela de las garantías de defensa y debido proceso. El fallo debe ser motivado.
Si el periodo de sesiones concluye antes de la terminación del juicio el senado debe
continuar sus funciones de tribunal, sin interrupciones, hasta la finalización del juicio
político.
OM
por la cámara de diputados, ni durante el juzgamiento por el senado.
Creemos que ni una ni otro pueden disponerla. El funcionario permanece en la
plenitud del ejercicio de sus funciones -a menos que, tratándose de un ministro o de un
juez la Corte el presidente de la república o el propio tribunal disponga, en ejercicio del
poder disciplinarlo, la suspensión a las resultas del juicio político.
.C
15._ La índole jurisdiccional de juicio político no lo convierte en un proceso judicial.
Porque se trata de una actividad jurisdiccional a cargo de un órgano eminentemente
político como es el senado. Por ende, la naturaleza jurisdiccional no riñe el carácter
político.
DD
Esa naturaleza jurisdiccional hace obligatoria la aplicación de las pautas viscerales del
debido proceso, y así lo tiene establecido el derecho judicial de la corte Suprema.
Asimismo, la acusación que efectúa la cámara de diputados ante el senado impide a éste
juzgar por hechos no incluidos en ella.
LA
17. — El art, 60 estipula que después de la destitución por juicio político, la parte
“condenada” quedará sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los
tribunales ordinarios. Esto significa claramente que “antes" de la destitución por juicio
19— Tal como nuestro derecho constitucional del poder ha institucionalizado el juicio
político, no cabe duda de que es competencia exclusiva de cada cámara del congreso,
“acusar" y “destituir”.
Nos estamos preguntando si después es posible algún recurso ante el poder judicial:
20. — Masía 1986 la Corte inhibía -con diversidad de argumentos- el control judicial
sobre las decisiones recaídas en los enjuiciamientos políticos.
El 19 de diciembre de 1986 admitió la procedencia del recurso extraordinario federal
en el juicio político a miembros de la Corle de Justicia de San Juan, y el 29 de diciembre de
1987 dejó sentado el criterio de justiciabilidad cuando media disputa sobre violación de
garantías constitucionales (caso “Magín Suárez”).
En otra serie de casos referidos a enjuiciamiento político de funcionarios provinciales
(no solamente jueces) consolidó el nuevo sesgo de la justiciabilidad, basta que en 1993
ratifica esta pauta por vez primera en el juicio político a un juez federal (caso “Nicosia").
OM
CAPITULO XXXVIII
.C EL PODER EJECUTIVO
El presidencialismo
1._ el “órgano– institución” que la constitución formal denominada poder ejecutivo se
individualiza en el presidente de la nación argentina.
DD
2. — El art. 87 enuncia que “el poder ejecutivo de la nación será desempeñado por un
ciudadano con el título de «Presidente de la Nación Argentina»'’. Una interpretación
puramente gramatical de esta norma no dejaría a lugar a dudas acerca del carácter
unipersonal o monocrático de nuestro poder ejecutivo. “Poder ejecutivo” es solamente
“el presidente" de la república.
LA
(extrapoderes).
OM
reformado hay concurrencia con las del presidente, a condición de aceptar que éste
inviste la “titularidad” en la jefatura de la administración, y que el jefe de gabinete inviste
únicamente su “ejercicio”.
En suma, subsiste la relación jerárquica entre el presidente y el jefe de gabinete, al que
nombra y remueve por sí solo (art, 99 inc. 7).
.C
7.— El presidente ha perdido la jefatura local e inmediata de la capital federal.
9._ Existe otra serie de paliativos posibles, en conexión con diferentes órganos de
poder y extrapoderes. Así:
FI
ser pública; a”) para los jueces de tribunales federales inferiores, los nombramientos se
efectúan con intervención mediadora del Consejo de la Magistratura, y las remociones a
través de un jurado de enjuiciamiento.
b) Los órganos de control -como la Auditoría General de la Nación y el Defensor del
Pueblo- pueden ser valorados como elementos de equilibrios fiscalización y contralor.
Algo similar cabe predicar del Ministerio Público, que ha logrado cortar amarras con el
poder ejecutivo.
c) Si examinamos la relación interórganos “poder ejecutiva-congreso ", aparece la
facultad de cada cámara para interpelar (a efectos de tratar una moción de censura) al
jefe de gabinete, por el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de
cualquiera de las cámaras; y para removerlo con el voto de la mayoría absoluta de los
miembros de cada una de ellas, todo conforme al art. 101.
El art., 101 obliga también al jefe de gabinete a concurrir al menos una vez por mes
alternativamente, a cada una de las cámaras, para informar de la marcha del gobierno.
d) El período de sesiones ordinarias del congreso se ha ampliado desde el 1° de marzo al
30 de noviembre (art. 63), pero esta formalidad no basta para afirmar si más que el
congreso se halle en condición de fortificar sus competencias y de ese modo, atemperar
las presidenciales.
e) la competencia para intervenir a una provincia o a la ciudad de Buenos Aires queda
OM
Antes de la reforma de 1994 el entonces art. 76 incluía entre las condiciones para ser
elegido presidente la de “pertenecer a la comunión católica apostólica romana".
En la remisión que el art. 89 hace a los requisitos para ser elegido senador (fijados en
el art. 55), cabe decir que:
a) Ia edad es de treinta años.
b) La ciudadanía con antigüedad de seis años no se aplica al presidente cuando éste ha
.C
nacido en el país, porque la posee desde su nacimiento. Tampoco rige para el extranjero
que, como hijo de ciudadano nativo, puede ser elegido conforme al art. 89 que, para tal
supuesto, descarta al requisito del art. 55.
Tampoco se aplica el haber nacido en la provincia que lo elige o tener dos años de
DD
residencia inmediata en ella, porque el presidente no es elegido por provincia alguna.
c) la renta de dos mil pesos fuertes -o un ingreso equivalente- pudo algún significado a
la época de la constitución histórica, totalmente despareció después. Se trata de un
requisito que en la práctica ha sido ignorado y dejado de lado.
LA
12. — El art. 89 consigna los requisitos que hacen falta “para ser elegido presidente o
vicepresidente”. El art. 94 dice que ambos “serán elegidos directamente por el pueblo...",
de donde surge que el momento de la elección del presidente y vice es el del acto
electoral en el que el dorado vota por la fórmula. Es entonces cuando deben estar
reunidos requisitos de elegibilidad.
FI
para ser reelegidos o sucederse recíprocamente- por un salo período consecutivo (art. 90).
(Debe tenerse presente la excepción estipulada en la disposición transitoria décima que
dio duración mayoral período presidencial -desde el 8 de julio de 1995 al 10 de diciembre
de 1999-.)
Inferimos de los arts. 90 y 91 que el período presidencial (salvo el puesto de reelección
autorizado) no admire prórroga, ni duración mayor que los cuatro años, pero queda la
duda de si es susceptible de acortarse
Interpretamos que el lapso fijado descarta y prohíbe, a la vez ampliar o reducir su
tiempo. Una permanencia menor de cuatro años exactos puede derivar de alguna causal
de acefalia definitiva.
14. —El presidente y vice gozan por el art. 92 de un sueldo pagado por el tesoro
nacional. Su monto no puede “alterarse” en el período de sus nombramientos, o sea, ni
aumentarse ni disminuirse.
Durante el período de desempeño, agregan el art. 92, ni el presidente ni el vice
pueden ejercer otro empleo ni recibir ningún otro emolumento nacional ni provincial.
15. — El art. 93 contiene la nueva fórmula del juramento que han de prestar el
presidente y el vicepresidente al tomar posesión de sus cargos ante el congreso reunido
17, —el art. 88 -que mantiene el texto del anterior art. 75-enfocados supuestos: a) que
una causal de acefalía afecte únicamente al presidente de la república, en cuyo caso el
poder ejecutivo es ejercido por el vicepresidente (es lo que llamamos la “sucesión” del
OM
vicepresidente); b) que tanto el presidente coma el vice estén afectados por una causal de
acefalía en cuyo caso le cabe al congreso "determinar" el funcionario público que ha de
desempeñar la presidencia.
La primera parte del art. 88 dice: “en caso de enfermedad, ausencia de la capital,
muerte, renuncia o destitución del presidente, el poder ejecutivo será ejercido por el
vicepresidente de la nación”.
.C
Si se Ice detenidamente el art. 88, se observa que en la primera parte, donde se refiere
al presidente de la república, habla de “enfermedad”, “ausencia de la capital”, “muerte”,
“renuncia” o “destitución” {cinco causales), en cambio, en la segunda parte, cuando se
refiere al presidente y al vicepresidente. Habla de “destitución”, “muerte”, “dimisión” o
DD
“inhabilidad” {cuatro causales).
Haciendo el cotejo, se mantienen dos causales con las mismas palabras: “muerte” y
“destitución”; se cambia la palabra de otra causal: “dimisión” en vez de “renuncia”;
desaparece una causal; la “ausencia" de la capital; y es dudoso si la palabra “inhabilidad”
equivale a “enfermedad", lo que también convierte en dudoso si la causal “enfermedad"
LA
18. — Cuando una causal de acefalía afecta al presidente, “el poder ejecutivo será
ejercido por el vicepresidente", según reza la primera parle del art. 89. Hay acefalía, pero
hay un sucesor.
a) Si la acefalía es definitiva, el presidente cesa y la vacancia debe cubrirse en forma
permanente. El vice ejerce el poder ejecutivo por todo el resto del período presidencial
pendiente y asume el cargo en sí mismo, y se convierte en presidente; no es el vice "en
ejercicio del poder ejecutivo” sino “el presidente”: con eso. desaparece la acefalía porque
definitivamente el ejecutivo tiene un nuevo titular.
Con la transformación del vicepresidente en presidente, el órgano vicepresidencial queda
a su vez acéfalo; de allí en adelante, habrá presidente y no habrá vice.
b) Sí la acefalía no es definitiva -por ej.: por ausencia o enfermedad transitoria del
presidente- el ejercicio que el vicepresidente hace del poder ejecutivo es algo así como
una suplencia, hasta que el presidente reasuma sus funciones; en esos casos, el vice es
sólo vicepresidente en ejercicio del poder ejecutiva: no sucede al presidente en el cargo,
sino sólo lo remplaza en las funciones del cargo.
20. — La primera ley de acefalia fue la 252, dictada en 1868. En 1975 fue derogada la
ley 252 y sustituida por la ley 20.972.
OM
Esta ley dispuso dos etapas para cubrir la acefalía; una provisoria hasta que el
congreso elija el nuevo presidente, y otra definitiva a cargo del presidente electo por el
congreso reunido en asamblea. Si la causal de acefalía es transitoria, la segunda etapa no
se cumple.
a) Cuando la vacancia del poder ejecutivo es transitoria y el vice no puede suceder al
presidente, la ley prevé el desempeño temporario del poder ejecutivo por alguno de los
.C
siguientes funcionarios, en este orden: 1) el presidente provisorio del senado: 2) el
presidente de la cámara de diputados; 3) el presidente de la Corte Suprema de Justicia. el
que asume, ejerce el poder ejecutivo hasta que reasuma su titular".
b) Cuando la vacancia es permanente hay dos etapas: b´) en La primera, el poder
DD
ejecutivo es ocupado transitoriamente por uno de los funcionarios ya mencionados que
prevé el art. 1 de la ley, en el orden que ella consigna; b") en la segunda, el congreso
reunido en asamblea elige definitivamente al nuevo presidente, entre los senadores
federales, diputados federales, y gobernadores de provincia.
LA
La vacancia de la vicepresidencia
21. — Puede no haber vicepresidente por dos circunstancias: a) porque habiendo
presidente el vicepresidente incurre en alguna de las causales del art. 88 -enfermedad o
inhabilidad, ausencia, renuncia, muerte o destitución-; b) porque afectado el presidente
por una causal de acefalía, quien es vicepresidente pasa a ejercer la presidencia. En
FI
La elección presidencial
22.- En los artículos 94 a 98 se reglamenta el nuevo sistema de designacion del presidente
y vicepresidente de la república.
El texto normativo dispone que el presidente y el vicepresidente serán idos directamente
por el pueblo, en doble vuelta (art. 94).
La asegunda vuelta electoral, si correspondiere, se realizará entre las 2 fórmulas " de
candidatos más votadas (art. 96).
23 — La doble vuelta no se realiza cuando:
a) en el primer acto electoral la fórmula más votada supera el 45% de ;votos
“afirmativos válidamente emitidos”:
b) en ese primer acto electoral la fórmula más votada alcanza el40% al menos de los
votos afirmativos válidamente emitidos, y además hay una diferencia mayor del 10%
24 — Queda sembrada una duda cuando los arts. 97 y 98 al fijar los porcentajes de
sufragios en relación con la primera y la segunda vuelta, empican la expresión "votos
afirmativos válidamente emitidos" Qué significa "afirmativos" y qué significa
"válidamente"?
El problema apunta a los votos en blanco; no a los nulos o impugnados.
Voto afirmativo es el que "afirma" algo, pero queda en duda si votar en blanco
OM
también es "afirmar" una abstención o un rechazo respecto de todas las fórmulas y de
cualquiera, como expresión de desagrado o de repudio.
Dentro de lo opinable preferimos interpretar que la expresión "votos afirmativos
válidamente emitidos" alude a votos que realmente son favorables positivamente para
una fórmula. De este modo, no sé, han de computar los votos en blanco, y se han de
deducir del total de los válidamente emitidos.
.C CAPITULO XXXIX
Su carácter
1—El conjunto de facultades que integran las competencias del poder ejecutivo no es la
mera suma de todas y cada una de las enunciadas en el art. 99 de la constitución y en el
rosto del articulado que confiere otras no incluidas en aquel. Al modo norteamericano e
LA
Lo que debe quedar claro es que las competencias implícitas y las residuales no llegan
a alterar la regla que en el derecho constitucional del poder enuncia que los órganos del
poder estatal la incompetencia es el principio, y La competencia es la excepción".
Asimismo, nos parece indudable que el texto ahora en vigor impide desarrollar el
análisis de las competencias del poder ejecutivo sin interconectarlas con las del jefe de
gabinete de ministros Por tal razón, los arts., 99 -con las atribuciones del presidente- y 100
-con las del jefe de gabinete- aconsejan acumular él estudio de ambas normas-
OM
administración les puede pedir informes (inc. 17).
terceros;
d) Administración externa, es la que en su actividad se vincula con terceros;
e) administración jurisdiccional es la que decide cuestiones en forma similar a como
los jueces ejercen La administración justicia, pudiendo distinguirse, como lo hace
marienhof, entre el mero acto administrativo con contenido jurisdiccional, los tribunales u
FI
OM
social, etc. En lo demás, la ley no está en aptitud de desmembrar porciones de la
administración que no ha sido atribuida al congreso sino al presidente de la república. Por
eso en el ámbito de la administración que depende del poder ejecutivo, la creación de
órganos descentralizados o autárquicos por ley del congreso es inconstitucional porque
viola La “reserva" de la administración y la división de poderes.
.C
Los reglamentos administrativos
10. — El término “reglamento” se suele aplicar a toda manifestación de voluntad de
órganos administrativos que crea status generales, impersonales y objetivos mediante
normas generales (Con ese alcance se utiliza también para designar actos similares del
DD
congreso o del poder judicial: en ese caso, a tales actos se los llama reglamentos
“legislativos” o reglamentos “judiciales”,)
El reglamento administrativo es un acto administrativo de contenido general.
12. — Con respecto a los reglamentos de ejecución, o decretos del poder ejecutivo
OM
ley, y del autónomo que surge de la esfera de reserva de la administración. Se dicta en
mérito a una habilitación conferida por el poder legislativo.
La reforma de 1994 ha previsto la delegación por el congreso al poder ejecutivo en el
marco de excepción que traza el art. 76. No hay que perder de vista la rotunda prohibición
genérica que encabeza a esa norma, ni la que en el art. 99 inc. 3 impide al presidente
emitir disposiciones de carácter legislativo.
.C
La delegación legislativa permitida sólo puede ser efectuada por el congreso a favor del
presidente. No al jefe de gabinete, ni a los ministros, ni a organismos administrativos,
19. — los reglamentos de necesidad y urgencia son los que se dictan sobre materias
DD
propias de la competencia legislativa, cuando una urgencia súbita exige emitir las normas
que el congreso no ha dictad, o suplirlo lisa y llanamente. La necesidad y la urgencia son
las razones justificantes para consentir que se margine la división de poderes, y que el eje-
cutivo ejerza una función del congreso.
La reforma de 1994 los ha previsto para situaciones especiales (art. 99 inc. 3°).
LA
Lo el art. 99 los párrafos tercero y cuarto del inc. 3 encauzan y ordenan así el trámite:
a) solamente circunstancias excepcionales que imposibiliten seguir el procedimiento
legislativo ordinario, habilitan el dictado de decretos de necesidad y urgencia; pero:
a’) están absolutamente prohibidos en materia penal, tributaría, electoral, y en el
régimen de partidos políticos;
FI
20. — Nos parece que queda suficientemente esclarecido que la ley reglamentaria del
trámite y los alcances de la intervención final del congreso nunca puede establecer que el
silencio del mismo significa aprobación tácita del decreto de necesidad y urgencia, ya que
el art. 82 contiene una norma, que reputamos general a lodos los casos y para cualquiera,
conforme a la cual la voluntad de cada cámara debe manifestarse expresamente,
agregando para disipar cualquier duda que "se excluya, en todos los casos, la sanción
tácita o ficta ".
OM
su ingreso al congreso.
Cuando acaso no se ha cumplido la instancia final en la que el congreso rechaza o
aprueba el decreto, también consideramos viable el control judicial acerca de todo cuanto
-hasta ese momento- se le propone al juez en causa judiciable por parte interesada;
incluso mediante una medida cautelar.
.C
DD
LA
FI
OM
25. — El art. 99 inc. 3º primer párrafo consigna que el presidente “participa de la formación de las
leyes con arreglo a la constitución, las promulga y hace publicar".
.C
Acá hay que hacer un desdoblamiento:
DD
a) el presidente no puede presentar proyectos cuando a`) se trata de la iniciativa popular, porque
son “los ciudadanos” quienes lo hacen en la cámara de diputados (art. 39); a”) se trata de someter
a consulta popular vinculante un proyecto, porque si es el congreso el que debe decidir hacerlo a
iniciad va de la cámara de diputados (art. 40), parece claro que el presidente no puede impulsar
dicho proyecto;
LA
b) el presidente no puede presentar un proyecto en cualquiera de las cámaras cuando b’) se trata
de proyectos sobre contribuciones y reclutamiento de tropas, porque los debe presentar en la
cámara de diputados (art. 52); h") se trata de proyectos de ley-convenio en materia de
coparticipación federal (art. 75 inc. 2o) y de leyes para proveer al crecimiento armónico de la
FI
La fase de eficacia
a) El presidente examina el proyecto sancionado, conforme al art. 78; según sea el criterio
presidencial, el proyecto sancionado será promulgado o vetado.
b) -Si el presidente aprueba el proyecto, puede hacer dos cosas: b`) promulgarlo expresamente,
o b”) dejar transcurrir el plazo de diez días hábiles para que se opere la promulgación tácita : en
27. — La publicación de la ley viene ahora exigida expresamente en la constitución formal por el
art, 99, inc. 3º primer párrafo; y no dudamos de que también las leyes promulgadas tácitamente
OM
exigen el requisito de un publicación.
Con la publicación la ley "es puesta” en el orden normológico con vigencia normológica, y el
instante y el acto de "ponerla” puede adquirir efectos aplicativos temporalmente distintos: a) que
se aplique a partir ´´de allí ´´ b) que se aplique retroactivamente : c) que se aplique después de su
cierto lapso.
.C
28. — Es sabido que la retroactividad es inconstitucional en dos situaciones: a) por expresa
normal del art. 18, en materia penal: b) implícitamente, cuando altera, desconoce suprime o viola
derechos `` adquiridos ``.
DD
29. — La vigencia sociológica como fenómeno del orden de conductas, no depende de lo que la
norma diga, sino de su cumplimiento y eficacia.
LA
El veto
30. — Nuestro derecho constitucional del poder reconoce al poder ejecutivo la facultad de
observar los proyectos de ley sancionados por el congreso; Regula dicha facultad en la parte
dedicada a la formación y sanción de las leyes, o sea, en la referente al congreso.
FI
La constitución formal ignora la palabra veto que sin embargo, es común en el lenguaje
constitucional.
por el poder ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la cámara de origen’'. Desechar significa
observar. Lo que el poder ejecutivo observa es el "proyecto” de ley sancionado por el congreso. El
presidente observa. Y observa todo el proyecto, o una parte de él.
31. — Hay otra previsión conectada con la promulgación parcial de la parte no vetada en el art. 80.
Es ésta: el veto parcial que conforme al art. 80, va acompañado por la promulgación parcial de la
parte no vetada, tiene expresamente establecidos en el art. 100 inc. 13 la formalidad de decreto,
el refrendo conjunto por el jefe de gabinete y los demás ministros, y el sometimiento a la Comisión
Bicameral Permanente (para esto, el art. 80 hace aplicable el procedimiento que el art. 99 inc. 3º
prevé para los decretos de necesidad y urgencia).
Es la pauta que ya antes de la reforma de 1994 sentó la Corte en el caso “Colella e/Fevre y Basset
S.Á.”, del año 1967. Vigente ya la reforma, dio por aplicable el mismo criterio en la hipótesis del
art. 80 al fallar la causa “Bustos, Julio O. d Servicios Especiales San Antonio S. A.”, el 20 de agosto
de 1996.
OM
32. — La opción presidencial para promulgar o vetar es solamente un principio, al que la
constitución le pone algunas excepciones. Así, por ejemplo:
a) Es clásica la que obliga a promulgar la ley que se convierte en tal porque después de un veto se
logra la insistencia de ambas cámaras sobre el proyecto anteriormente sancionado, conforme al
.C
art. 83, que ha mantenido el texto del anterior art. 72:
b) Es nueva la prohibición explícita de veto que establece el art. 40 cuando el congreso decide
someter a consulta, popular vinculante un proyecto determinado.
DD
Los nombramientos
33. — El art. 99 reconoce al poder ejecutivo la facultad de realizar una serie de nombramientos de
LA
ciertos funcionarios y agentes, solo o con cuerdo del senado; de removerlos, solo o con acuerdo
del senado, y de efectuar designaciones “en comisión’`.
Según el inc. 4° del art. 99, el presidente nombra a magistrados de la Corte Suprema con acuerdo
del senado por dos tercios de sus miembros presentes, en sesión pública, convocada al efecto.
FI
Nombra los demás jueces dé los tribunales federales inferiores en base a una propuesta vinculante
en terna del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del senado en sesión pública, en la que se
tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos. Un nuevo nombramiento, precedido de igual
acuerdo, será necesario para mantener en el cargo a cualquiera de esos magistrados, una vez que
cumplan la edad de setenta y cinco años. Todos los nombramientos de magistrado cuya edad sea
la indicada o mayor se harán por cinco años, y podrá ser repetidos indefinidamente, por el mismo
trámite.”
La facultad del presidente -con acuerdo del senado- para designar a jueces federales se ha
limitado en varios aspectos:
a) solamente se mantiene para nombrar con acuerdo del senado a los magistrados de la Corte
Suprema: pero:
c) para los demás jueces de los tribunales inferiores el procedimiento de designación nación
con acuerdo del senado viene precedido por la intervención del Consejo de la Magistratura
(previsto en el art. 114), que propone una terna vinculante:
d) la norma añade -con carácter obligatorio- que se tendrá en cuenta la idoneidad del candidato,
y esta indicación imperativa alcanza tanto al senado para prestar el acuerdo como al presidente
OM
para seleccionar dicho candidato entre los tres puestos por el Consejo de la Magistratura.
Una vez efectuado el nombramiento, los jueces de la Corte sólo pueden ser removidos por juicio
político y los demás por un jurado de enjuiciamiento. O sea la voluntad de los órganos
designantes no puede revocarles el nombramiento.
34. — Es obvio, para nosotros, que si el acuerdo y el nombramiento deben referirse a un cargo
.C
judicial determinado y concreto, todo traslado a un cargo distinto al que se halla desempeñando
un juez necesita doblemente el acuerdo y el nombramiento, por lo que no cabe que el poder
ejecutivo traslade a otro cargo igual, cambie la sede, el fuero, y menos el grado.
DD
35. — Cuando el ejecutivo pide el acuerdo para nombrar como juez a una persona que no está
desempeñándose, o que lo está en un cargo distinto a aquél para el cual el acuerdo se solicita,
entendemos que una vez prestado ese acuerdo por el senado, hace falta el nombramiento
presidencial para integrar el título completo.
LA
36. — El poder ejecutivo nombra y remueve con acuerdo del senada a los embajadores, ministros
plenipotenciarios y encargados de negocios. Para el personal diplomático, observamos que el
acuerdo senatorial es requisito de designación y de remoción con forme al inc. 7º del art. 99.
37. — El poder ejecutivo, a tenor del inc. 13 del art. 99 provee con acuerdo del senado los empleos
FI
militares en la concesión de los empleos o grados de oficiales superiores de las fuerzas armadas.
Por sí solo -es decir, sin acuerdo del senado, y también sin refrendo de un ministro- lo puede hacer
en campo de batalla.
38. — El inc. 7º del art. 99 establece que el presidente nombra y remueve por si sólo al jefe de
gabinete y a los ministros del despacho. Pensamos que no necesita refrendo de otro ministro. Es
un acto personalísimo.
39. — También el inc. 7º otorga la facultad presidencial de nombrar y remover a los oficiales de
sus secretarías, a los agentes consulares, y a los demás empleados de la administración cuyo
nombramiento no está reglado de otra manera por esta constitución.
40. — Es confusa la distribución que, con la reforma de 1994, ha hecho la constitución entre el
presidente y el jefe de gabinete en materia de los nombramientos aquí analizados, fin efecto, el
¿Cuáles le quedan al jefe de gabinete, una vez que en el art. 99 se agrupan los que incumben al
presidente?
Parecería que solamente los del personal (jerarquizado y común) del elenco administrativo que,
no obstante estar reglados en el inc. 7º del art. 99, no parece necesario personalizarlos en el
presidente.
OM
41. — La ley que requiere el acuerdo senatorial para cargos que por la constitución no exigen ese
requisito es inconstitucional.
42.- No obstante la cláusula del inc. 7° que atribuye al presidente la facultad de nombrar y
“remover”, creemos que ni ésta ni la del art. 100 inc.3º "permiten prescindir de la garantía de
“estabilidad del empleado público” que contiene el art. 14 bis.
.C
43.- El inc. 19 del art. 99 prevé los nombramientos “en comisión”, que la propia constitución
denomina de esa manera; dice que el presidente tendrá facultad para llenar las vacantes de los
DD
empleos que requieran el acuerdo del senado, y que ocurran durante su receso, por medio de
‘'nombramientos en comisión" que expirarán al fin de la próxima legislatura.
44. — Se nos ocurre que la misma norma del inc. 19 regula también el caso de nombramientos
para cargos ‘'nuevos´´ que, por ser de creación reciente, se han de reputar vacantes.
LA
Juzgamos inviable, porque implica bloquear la participación del senado so pretexto de ejercer la
facultad presidencial de efectuar nombramientos en comisión, el poder ejecutivo deje vencer el
período legislativo sin solicitar el acuerdo, y que al caducar dicho nombramiento vuelva a realizar
otro para la misma persona. No hay dudo de que, de darse este procedimiento, el designado
permanecería en su cargo a través de sucesivas renovaciones de su nombramiento, con
FI
por él en comisión, el senado tiene plenitud de competencia para denegar ese acuerdo declarando
que el cargo no esté vacante. Sólo después de la negatoria senatorial expresa con respecto al
mismo funcionario designado en comisión por el ejecutivo, podrá el ejecutivo proponer el
acuerdo para otra persona.
46. — Acá vamos a ocupamos solamente de las relaciones con el congreso que son puramente
¨formales¨ y que no significan aportar el concurso de la voluntad presidencial para la realización
de actos del congreso.
47. — el inc. 8º del art. 99 establece que el presidente hace anualmente la apertura de las
OM
sesiones del congreso.
48. — El inc. 9º otorga al presidente la facultad de prorrogar las sesiones ordinarias del congreso-
que, como hemos visto ya, no impide al propio congreso disponerla por sí mismo (o sea se trata de
un facultad concurrente)-.
.C
requiera. Esta sí es una facultad privativa del poder ejecutivo.
49. — Según el inc. 18 el presidente puede ausentarse del país con permiso del congreso.
DD
50. — El art, 99 no habla de la renuncia del presidente. Pero el art. 75 en su inc. 21 prevé entre las
facultades del congreso, la de admitir o desechar los “motivos" de su dimisión (y de la del
vicepresidente). La renuncia presidencial es un acto personalísimo e indelegable, que se cumple
sin refrendo ministerial -aunque la constitución tampoco dice nada al respecto— Pero como la
norma consigna que el congreso admite o desecha los “motivos" de la dimisión, parece que la
LA
SÍ el congreso está en receso, creemos que la renuncia del presidente configura uno de los casos
de grave interés que validan la inmediata convocatoria a sesiones extraordinarias.
FI
El indulto
51. —- El inc. 5° del art. 99 contiene la facultad del indulto y de la conmutación. Dice la norma que
el presidente puede indultar o conmutar penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal previo
informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la cámara de
diputados. El indulto es conceptuado como el perdón absoluto de la pena ya impuesta; y la
conmutación, como el cambio de una pena mayor por otra menor.
No cabe duda de que el indulto no puede concederse antes, sino después de la comisión del
delito, porque se indulta la “pena” adjudicada al delito; es menester no sólo la existencia de un
proceso, sino la sentencia firme imponiendo una pena, porque la pena que se indulta no es la que
con carácter general atribuye la norma penal a un hecho tipificado como delito, sino la que un juez
ha individualizado en una sentencia, aplicándola a un reo.
52. — El indulto es un acto de neta y clara naturaleza política, y no -como algunos sostienen
jurisdiccional.
53. — El indulto presidencial se limita a penas impuestas por tribunales federales; o sea, no
alcanza a las impuestas por tribunales provinciales.
OM
54. — Al igual que el congreso al disponer una amnistía, el poder ejecutivo debe actuar
éticamente y por notorias razones de equidad cuando dispensa un indulto.
.C
Las relaciones internacionales
55. — El presidente como jefe del estado asume la representación del estado como persona
jurídica en el ámbito internacional. Aunque muchas de las facultades en orden a las relaciones
DD
exteriores las ejerce en concurrencia con el congreso, el poder ejecutivo conduce esas relaciones.
No parece dudoso, pues, que el presidente monopoliza la facultad de vincularse con los gobiernos
extranjeros.
extranjeros el inc. 11 del art. 99 también recibe los ministros y admite los cónsules de los estados
extranjeros.
56. —El inc.11 del art. 99 dispone que el presidente concluye y firma tratados, concordatos y otras
negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones
FI
internacionales y las naciones extranjeras. Según el art. 75 inc. 22 el congreso los aprueba o los
desecha. Cuando el congreso los aprueba, el poder ejecutivo tiene competencia para ratificarlos
en sede internacional.
La intervención federal
57. — El inc. 20 del art. 99 faculta al presidente a decretar la intervención federal a una provincia o
a la ciudad de Buenos Aires durante el receso del congreso, y lo debe convocar simultáneamente.
El estado de sitio
58. — El inc. 16 del art. 99 prevé la declaración del estado de sitio por el presidente de la
república, con acuerdo del senado, en caso de ataque exterior y por un término limitado. En caso
59. —-Así como vimos nucleado en el centro de la competencia del poder ejecutivo el ejercicio de
la función administrativa como diferente de la actividad política en sentido estricto, ahora
OM
debemos dedicar una referencia a dicha actividad genuinamente política, que da lugar a los ``actos
políticos", denominados -cuando los cumple el presidente de la república- “actos de gobierno``.
.C
declaración de guerra y del estado de sitio, y el ejercicio de las facultades que durante los mismos
se efectúa; f) el indulto y La conmutación de penas: g) el nombramiento (y la remoción, en su
caso) de todos los funcionarios que requieren acuerdo del senado, del jefe de gabinete y de los
DD
ministros (el de los demás empleados de la administración es acto administrativo): h) la expulsión
de extranjeros; i) la intervención federal (cuando la dispone el poder ejecutivo), etc.
LA
El acto `'institucional"
60. — No obstante que, por ahora, mantenemos como categoría genérica la del “acto político" y
dentro de él la del “acto de gobierno`` nos parece relevante aceptar dentro de ella un tipo
FI
específico de acto que se vincula directamente con la organización y subsistencia del estado, o sea,
que se localiza inmediatamente en el derecho constitucional del poder y traduce relaciones
interórganos o intraórganos sin ninguna relación directa e inmediata con los particulares. A este
tipo de acto le deparamos la denominación asignada por Marienhoff, ‘'de acto institucional"; pero
lo seguimos considerando como una clase de acto público -el más elevado, por cierto, como que
afecta a la organización estatal misma-.
Se incluye entre los actos institucionales, a los siguientes: a) declaración de guerra; b) celebración
de tratados y concordatos, negociaciones con organismos internacionales: c) intervención federal:
d) declaración de estado de sitio: e) nombramiento de magistrados de la Corte Suprema de
Justicia: f) actos que concretan las relaciones del ejecutivo con el parlamento -citación para iniciar
el período ordinario de sesiones, prórroga, convocatoria a extraordinarias, promulgación y veto de
proyectos de leyes-, etc.
Y EL ARTÍCULO 99 ACTUAL
OM
Artículo 86 Artículo 99
Inc. 1º Reformado
Inc. 3°
.C
Suprimido
DD
Inc. 4º Pasa con reforma a integrar el 3º nuevo
Inc. 8° Suprimido
Inc. 9º Suprimido
FI
OM
ARTÍCULO 99 ACTUAL
.C
Inc. 2° Reformado (corresponde al anterior inc.2º del art. 86)
Inc. 20 Nuevo
CAPITULO XL
OM
LOS ORGANOS DEPENDIENTES DEL PODER EJECUTIVO
Su fisonomía general
.C
1.— Al ser el poder ejecutivo -conforme a nuestra interpretación-un órgano unipersonal que es
portado únicamente por el presidente de la república, todo el vasto tejido de competencias,
funciones y actividades que debe cumplir constitucionalmente, o que dependen de él extiende
DD
una serie de órganos extrapoderes y de organismos administrativos que hacen de infraestructura.
Desde siempre, nuestro derecho constitucional del poder incorporó a esa estructura auxiliar del
poder ejecutivo un ministerio, que es órgano extrapoderes porque no integra ninguno de los
poderes de la clásica tríada, sino que se acopla al ejecutivo sin formar parte de él.
LA
Actualmente, el panorama exhibe cambios, en buena parte porque la reforma de 1994 incorporó
al jefe de gabinete de ministros.
2. — Existe, asimismo, un funcionario -el Procurador del Tesoro- que tiene a su cargo el
FI
El jefe de gabinete
3. — Procurando reagrupar sus competencias, en especial a tenor del art.-100, podemos intentar
una rápida clasificación:
a”) las que le delegue el presidente; todo ello conforme al inc. 2º;
b) Ejercicio (directo) de las funciones y atribuciones que le delegue el presidente, según el inc. 4º;
c’) resolución por decisión propia en las materias que estime necesario por su importancia en el
ámbito de su competencia: todo ello conforme al inc. 4º;
OM
e’) presidencia de las mismas en ausencia del presidente; todo ello conforme al inc. 5º;
f) Remisión al congreso de los proyectos de ley de ministerios y de presupuesto, una vez, que se
han tratado en acuerdo de gabinete y han sido aprobados por el poder ejecutivo; todo ello
conforme al inc. 6°;
.C
g) Hacer recaudar las rentas del estado y ejecutar la ley de presupuesto, según el inc. 7º;
h) Concurrir a las sesiones del congreso y participar, sin voto, en sus debates, según el inc. 9º, y
DD
h’) producir los informes y explicaciones verbales o escritos que sean solicitados por cualquiera de
las cámaras al poder ejecutivo según el inc. 11.
h”) presentar junto a los demás ministros, al iniciarse las sesiones ordinarias del congreso, una
memoria detallada del estado de “la nación” en cuanto a los negocios de los respectivos
departamentos, según el inc. 10;
LA
h’”) concurrir como mínimo una vez por mes al congreso, alternativamente a cada cámara, para
informar sobre la marcha del gobierno, conforme al art . 101;
urgencia para someterlos a la Comisión Bicameral Permanente, conforme al inc. 13 en relación con
el art. 99, inc. 3o, y
j”) que convocan a sesiones extraordinarias, todo ello conforme al inc. 3º;
j’”") que se dictan por razones de necesidad y urgencia, según el inc. ,13;
k) Refrendar los mensajes del presidente que promuevan la iniciativa legislativa, según el inc. 8º.
OM
tratar una moción de censura) al jefe de gabinete, y para removerlo con el voto de la mayoría
absoluta de los miembros de cada una de ellas, todo conforme al art. 101.
.C
El objetivo de esa asistencia consiste en “informar" a los legisladores sobre la marcha del
gobierno.
16. — Ha de tenerse en cuenta que el mismo art. 101 prosigue con un alcance diferente:
DD
a) Por el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cualesquiera de las cámaras
puede interpelarse al jefe de gabinete: cada cámara, separadamente de la otra, inviste esta
facultad, que la norma denomina “interpelación”, y que posee como objetivo el tratamiento de
una moción de censura;
LA
b) Por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de cada una de las cámaras (o sea. de
ambas) el jefe de gabinete puede ser removido de su cargo; aquí hace falta la coincidencia de las
dos cámaras en la remoción, con el quórum de votos indicado.
FI
El ministerio
8. — Hablar del ministerio exige preguntarse si con esa palabra designamos a la totalidad de los
ministros, o a cada uno de ellos separadamente. Y nos parece que con el término mentamos las
dos cosas: el "conjunto" y "cada uno” de sus componentes. El ministerio es un órgano de rango
constitucional, colegiado y complejo.
a) mediante el refrendo, que puede ser múltiple o no; hay ahora normas que prevén el del jefe de
gabinete (por ej. art. 100, inc. 8º y 12) y otras el de éste en conjunto con los demás ministros (art.
100, inc. 13);
b) mediante las reuniones de gabinete, ahora también previstas en el art. 100 inc. 4º, que fueron
práctica constitucional cuando, antes de la reforma de 1994, no contaban con norma expresa, y
OM
que también se han denominado “acuerdo de ministros” o “acuerdo de gabinete".
También cada ministro por sí tiene calidad de órgano, tanto como jefe de su ministerio como en su
relación personal con el poder ejecutivo.
.C
9. — La reforma de 1994 prescribe en su art. 100 que el número y la competencia de los ministros
serán establecidos por una ley especial.
La ley de ministerios es, por su naturaleza o contenido, una ley de carácter materialmente
DD
constitucional.
10. — Tanto el jefe de gabinete como los demás ministros son nombrados y removidos por el
presidente (art, 99 inc. 7º). Todos son, asimismo, susceptibles de ser destituidos mediantes Juicio
político (acusación por la cámara de diputados y juzgamiento por el senado, conforme a los art. 53
LA
y 59).
El jefe de gabinete, además, puede ser removido por el voto de la mayoría absoluta de los
miembros de cada una de las cámaras del congreso (art. 101).
FI
11. -“Frente al poder ejecutivo, cuyos actos refrendan, se acentúa el carácter político de los
El art. 103 dispone que no pueden por si solos, en ningún caso, tomar resoluciones, a excepción de
lo concerniente al régimen económico y administrativo de sus respectivos departamentos. De
todo ello se deduce que los ministros, que carecen de competencia para reglar las leyes, tampoco
pueden suplir la ausencia de disposiciones reglamentarias con resoluciones.
12. — El presidente puede hacer ‘‘imputación de funciones" propias del poder ejecutivo a favor de
los ministros, siempre que no transfiera las que son de carácter por personalísimo.
13. — El art. 102 dispone que cada ministro es responsable de los actos que legaliza: y
solidariamente de los que acuerda con sus colegas.
15. — Acerca de las relaciones del ministerio con el congreso la constitución prevé tres
fundamentales: a) llamamiento de uno o varios ministros por cada cámara para que concurran a
su sala, a efectos de proporcionar explicaciones e informes (art. 71); b) concurrencia espontánea
de los ministros a las sesiones del congreso, con participación en los debates pero sin voto (art.
106): c) presentación obligatoria por cada ministro de una memoria detallada del estado del país
en lo relativo a los negocios de su departamento, luego que el congreso abre anualmente sus
OM
sesiones art. 104).
16. — a) Cuando el jefe de gabinete o un ministro se encuentran en el seno de una cámara del
congreso, sea por asistencia espontánea, sea por llamamiento de la misma, gozan
transitoriamente de las inmunidades y de los privilegios que la constitución depara a los diputados
y a los senadores.
.C
b) La circunstancia de que puedan ser pasibles de juicio político significa que mientras no quedan
destituidos por fallo senatorial no pueden ser juzgados criminalmente.
DD
c) Según el art. 107 los ministros gozan por sus servicios de un sueldo establecido por la ley, que
no puede aumentarse ni disminuirse en favor o perjuicio de los que se hallan en ejercicio.
17 — El art. 100 habla de “ministros secretarios", los que en lenguaje de la constitución formal
permite que a los ministros se les llame también “secretarios``. No obstante, el vocabulario se ha
LA
habituado, más bien, a reservar el nombre de “secretario " de estado para a los funcionarios que
están a cargo de una “secretaría de estado``, que no tiene naturaleza ministerial.
Las secretarias y sub-secretarías no tienen ni pueden tener rango de ministerios, ni quienes las
ocupan pueden equipararse a los ministros previstos en la constitución.
FI
18. — Discrepa la doctrina acerca de la relación entre el jefe de gabinete y el resto de los
ministros. Un sector le reconoce al primero una preeminencia jerárquica sobre el otro, en tanto
otro sector la niega.
Otros organismos
19. — Con jerarquía distinta a los ministerios, puede haber y hay otros órganos dependientes del
poder ejecutivo, de creación y origen infraconstitucional.
El poder ejecutivo tiene competencia para crear órganos dependientes con fines de asistencia o
asesoramiento técnico-administrativo para todas las cuestiones propias de su competencia, o
afines con ella, y para establecer los que integran el organigrama de la administración pública de la
que es titular, inclusive erigiendo entidades antárquicas.
OM
1. — Doctrinariamente, se plantea uno interesante cuestión en torno de la cual tomar partido: o
las fuerzas armadas son “órganos estatales`` o son meramente ´´ Sujetos auxiliares del estado" sin
calidad de órganos. La jefatura que la constitución atribuye al poder ejecutivo sobre las fuerzas
armadas parece incardinar a éstas en el ámbito de los órganos estatales dependientes del
presidente de la república, y lo más probable es que, reconocida la naturaleza de “órganos
castrenses``, éstos deben incluirse en el rubro de los órganos “extrapoderes``.
.C
La “defensa nacional” y la´´ Seguridad interior”
DD
2. — La legislación argentina ha distinguido la “defensa nacional" en sentido estricto, y la
“seguridad interior”, asignando la primera a las fuerzas armadas, y la segunda a las fuerzas
policiales y de seguridad.
3. — A nuestro juicio debe quedar en claro que ninguna ley puede inhibir o menoscabar la jefatura
LA
presidencial sobre las fuerzas armadas, que otorga competencia al poder ejecutivo para recurrir a
ellas y disponer su intervención razonable en resguardo tanto de la llamada defensa nacional
cuanto de la seguridad interna cuando existe grave perturbación de ambas, imposible de superar
por otros medios regulares. Tal competencia existe con ley ó sin ley, y ninguna ley puede Impedir
FI
5. — En orden a los poderes militares, el inc. 25 del art. 75 reconoce al congreso la competencia
para autorizar al poder ejecutivo a declarar guerra o hacer la paz,
La jurisdicción militar
OM
7. — Una ardua cuestión se plantea en tomo de la llamada jurisdicción militar como fuero real o de
causa.
En línea general se ha dicho siempre que la abolición y la prohibición constitucional de los fueros
personales no arrasan la posible subsistencia del fuero militar como fuero "real", “de materia", o
“de causa” (que no ha sido suprimido), cuyo fundamento radica en la naturaleza de los actos (y no
.C
de sus autores) que sirven de base a los procesos ante la justicia militar.
La jurisdicción militar “no disciplinaria” -o sea, la penal-a cargo de tribunales militares, y emana de
LA
9.-- El art. 75 inc. 27 confiere al congreso la facultad de dictar normas “para” la organización y el
gobierno de las fuerzas armadas (ley denominada “código de justicia militar”.
El “para” da idea del fin. Que la ley ha de tener ese fin significa, a los efectos de nuestro tema, que
solamente puede instituir el fuero militar como fuero real “para” tutelar bienes jurídicos de
Si se extiende la jurisdicción militar más allá de esa finalidad precisa, el "plus" configura un fuero
personal" opuesto a la constitución, y no un fuero real.
Por ende, para reconocer carácter constitucional de fuero real a la jurisdicción militar no basta que
los hechos que juzga sean infracciones a la ley militar que rige a las fuerzas armadas, porque lo
esencial y decisivo es que esa ley militar que sanciona infracciones incluya en su categoría
únicamente a los hechos que real y estrictamente dañan a la organización castrense, límite que no
se guarda cuando – por ej.— se califican como infracciones militares a delitos comunes que,
aunque puedan ser conexos con el servicio castrense, pertenecen al campo general del derecho
10. — A nuestro criterio, el código de justicia militar es una ley de naturaleza federal. Si en vez de
crear tribunales militares el congreso atribuyera competencia para juzgar los delitos militares al
poder judicial, tendría que asignarla a tribunales federales.
11. — En suma, cabe decir que los tribunales militares son órganos “extrapoderes”, que no
integran el poder judicial, ni tampoco dependen del poder ejecutivo.
OM
Con tal característica, no hallamos óbice en decir que son tribunales de la constitución y “jueces
naturales” (bien que fuera del poder judicial).
12. — A partir de la reforma al código militar por la ley 23.049 y de la nueva jurisprudencia de la
Corte, desde 1984 la validez constitucional de las leyes que organizan los tribunales castrenses
depende de la existencia de revisión judicial suficiente de los pronunciamientos que dictan: sus
.C
sentencias han de ser susceptibles de un recurso ante un tribunal judicial.
DD
Los “poderes militares “del presidente
13. — El presidente es comandante en jefe de todas las fuerzas armadas (inc. 12 del art. 99).
Dispone de ellas y corre con su organización y distribución según las necesidades de la nación, dice
el inc. 14. Declara la guerra y ordena represalias con autorización y aprobación del congreso (art.
LA
99 inc. 15).
De estas prerrogativas dimana una masa de atribuciones que se conoce con el nombre de poderes
militares y poderes de guerra.
FI
14. — Además conviene resaltar la facultad que como comandante en jefe asiste al presidente
para ejercer el poder disciplinario en el ámbito del órgano castrense.
Las sanciones aplicadas disciplinariamente no deben eximirse de revisión judicial, pero sólo han de
“descalificarse judicialmente cuando exhiben arbitrariedad manifiesta
15. — No cabe duda de que los actos presidenciales que, tanto en tiempo de paz como de guerra,
traducen el ejercicio de los llamados poderes militares y de guerra, son -como principio- de
naturaleza política.
16. — El derecho judicial de la Corte Suprema ha admitido entre 1976 y 1983 el sometimiento de
civiles a los tribunales militares.
17. — Nosotros entendemos que la sujeción de civiles a los tribunales militares siempre es
inconstitucional, aunque haya emergencia. Los argumentos acumulados son varios: la jurisdicción
castrense como fuero real es de excepción, y jamás puede alcanzar a quienes carecen de estado
militar (como son los civiles): implica una “comisión especial" prohibida por el art. 18, y una
sustracción de los justiciables (civiles) a sus jueces naturales (que son los del poder judicial);
OM
significa violar la división de poderes, precisamente por inhibir la jurisdicción y competencia de los
tribunales civiles en las causas penales que se asignan a la jurisdicción militan se agravia el
derecho a la jurisdicción del justiciable, en cuanto al someterlo a los tribunales militares se le
cercena el acceso a los tribunales del poder judicial.
.C
El deber militar de los civiles
DD
18. — El art. 21 de la constitución dice que “todo ciudadano” está obligado a armarse en defensa
de la patria y de la misma constitución conforme a las leyes del congreso y a los decretos del poder
ejecutivo.
No inferimos de esta norma que el congreso esté obligado a implantar el servicio militar coactivo.
LA
De hecho durante un período suficientemente largo a partir de la constitución no existió ley en tal
sentido. Tampoco existe en la actualidad (ley 24.429). Siempre fuimos propensos a abolir el
servicio obligatorio.
FI
CAPITULO XLII
Introducción
La Auditoría es definida como órgano de asistencia técnica del congreso, con autonomía funcional.
La locución "autonomía funcional" se emplea también para caracterizar al Defensor del Pueblo en
OM
el art. 86, y al Ministerio Público en el art. 120.
.C
3. — El art. 85 dice:
“El control externo del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos,
financieros y operativos, será una atribución del poder legislativo.
DD
El examen y la opinión del poder legislativo sobre el desempeño y situación general de la
administración pública estarán sustentados en los dictámenes de la Auditoría General de la
Nación.
LA
Este organismo de asistencia técnica del congreso, con autonomía funcional, se integrará del
modo que establezca la ley que reglamenta su creación y funcionamiento, que deberá ser
aprobada por mayoría absoluta de los miembros de cada cámara. El presidente del organismo será
designado a propuesta del partido político de oposición con mayor número de legisladores en el
congreso.
FI
4. — Si se presta debida atención al art. 85 queda la impresión cierta de que divide en dos el
ámbito de competencias de la Auditoría:
b) por el otro, el control de legalidad, gestión y auditoría en el ámbito demarcado por el párrafo
tercero del art. 85.
A ambos aspectos, la ley reglamentaria puede añadir otros, porque el art. 85 así lo tiene previsto.
5. — El art. 85 no ha perfilado con nitidez la totalidad de las áreas a las que coloca bajo control del
congreso y de la Auditoría; el vocabulario utilizado en los distintos párrafos de la norma apunta al
“sector público nacional y a la “administración pública” (centralizada y descentraliza- cualquiera
sea su modalidad organizativa).
OM
El objetivo “nacional” a continuación de “sector público” equivale, en nuestro lenguaje personal, a
federal. Y federal es tanto el congreso, como el poder ejecutivo, como el poder judicial, más los
órganos extrapolares (jefatura de gabinete, Defensoría del Pueblo, y Ministerio Público).
De ser así, no queda para nada claro si el control se ha de explayar a todos esos ámbitos con el
alcance y las finalidades previstos en el art. 85.
.C
“Administración pública", en cambio, admitiría circunscribir su espacio al de la que típicamente se
tiene como tal; o sea, a la que depende del poder ejecutivo, con lo que ya no habría sitio para
controlar la actividad administrativa o de administración en las esferas del congreso y del poder
DD
judicial.
Un parámetro bastante razonable sería el que diera por cierto que en todo órgano de poder, en
todo órgano extrapoderes, en toda entidad -aun no-estatal ni federal- que recibe o maneja fondos
públicos, el control del congreso y el de la Auditoría tendría materia suficiente para su ejercicio.
LA
6. — Hemos de dejar a salvo que hay doctrina conforme a la cual el art. 85 excluye al propio poder
legislativo y al poder judicial de los controles en él previstos.
No obstante, cuando el ámbito de control loma en cuenta tanto el ‘'‘sector público” como la
“administración pública", la doctrina viene enseñando que el control por la Auditoría recae con
FI
amplitud sobre la administración pública en su totalidad, así como respecto de entes autárquicos
empresas y entidades en las que hay participación estatal significativa o a las que el estado aporta
fondos públicos.
Creemos que no evaden dicho control las entidades privadas que, por causa de la desregulación,
prestan servicios al público.
7. — Eu cuanto a las universidades nacionales (autónomas por el art. 75 inc. 19) el control de la
Auditoría solamente queda habilitado en orden a la administración que efectúan de los recursos
que derivan del tesoro nacional.
Por analogía de razonamiento, el control posible de la Auditoría en relación con Las provincias
parece también limitarse a la porción que coparticipan en la distribución de contribuciones
conforme al art, 75 inc. 2º
“El Defensor del Pueblo es un órgano independiente instituido en el ámbito del congreso de la
nación, que actuará con plena autonomía funcional. Sin recibir instrucciones de ninguna
autoridad. Su misión es la defensa y protección de los derechos humanos y demás derechos,
garantías e intereses tutelados en esta constitución, y las leyes, ante hechos, actos u omisiones de
la administración; y el control del ejercicio de las funciones administrativas públicas.
OM
El Defensor del Pueblo tiene legitimación procesal. Es designado y removido por el congreso con el
voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de las cámaras. Goza de las
inmunidades y privilegios de tos legisladores. Durará en su cargo cinco años, pudiendo ser
nuevamente designado por una sola vez.
.C
El Defensor del Pueblo reviste naturaleza de órgano extrapoderes. El art. 86 lo ha creado como
órgano independiente, con plena autonomía funcional, y exento de recibir instrucciones de
DD
ninguna autoridad. Por ende, la ubicación normativa congresional no implica que forme parte del
congreso, y mucho menos que guarde dependencia respecto de él.
especifica la corma.
10. — Si hubiéramos de agrupar sintéticamente las competencias del Defensor del Pueblo en una
sola función, dinamos que ésta consiste en fiscalizar, controlar y proteger todo cuanto queda
incluido en el ámbito que el art. 86 coloca bajo su órbita. En todo este conjunto de posibilidades
damos por cierto que su acción no se debe limitar a los actos u omisiones ya consumados, sino
que ha de tener a la vez carácter preventivo.
En ninguna de sus competencias posee facultades de decisión con naturaleza vinculante y efectos
obligatorios.
11. — Hemos de alabar que el art. 86 confiera al Defensor la legitimación procesal en todo cuanto
hace a las cuestiones de su competencia.
a) la legitimación del Defensor del Pueblo se entienda como extendida a toda clase de procesos
judiciales, incluso para plantear mediante el recurso extraordinario una cuestión constitucional a
efectos de su resolución por la Corte Suprema;
OM
efectos de plantear pretensiones en defensa de derechos e intereses, de modo equivalente a
como lo puede hacer ante los tribunales judiciales;
c) en ambas esferas -judicial y administrativa- no es menester que: c') actúe por denuncia o
requerimiento de parte interesada: c”) si actúa en virtud de una denuncia o un requerimiento de
particulares, tampoco éstos han de ser necesariamente los titulares del derecho o del interés por
los que se recaba la intervención del Defensor del Pueblo;
.C
d) en cuanto a la acción pública en materia penal, pensamos que tiene legitimación suficiente para
incoarla, sin necesidad de hacerlo a través del Ministerio Público.
DD
12. — El control en sentido lato que el art. 86 confía al Defensor del Pueblo para la protección de
los derechos y sobre el ejercicio de las funciones administrativas públicas” abre un espacio amplio.
descentralizada-que el art. 100 inc. 1º hace depender en su ejercicio del jefe de gabinete de
ministros, y que el art. 99 inc.1º Io coloca bajo la responsabilidad política del presidente de la
república.
13. — Quizás el mayor punto de conflicto radica en relación con el poder judicial, porque sabemos
que aun cuando su función central es administrar justicia. También despliega función
administrativa.
Por un lado, la independencia del poder judicial parecería inhibir todo control del Defensor del
Pueblo en el área de administración de dicho poder, incluida la del Consejo de la Magistratura. Por
otro lado, si a la expresión “funciones administrativas públicas” que utiliza el art. 86 se la
interpretara holgadamente, la objeción alcanzaría a disiparse, aunque sin eliminar totalmente la
duda.
En el caso ``Frías Molina, Nélida c/Instituto Nacional de Previsión Social", del 12 de setiembre de
1996, la Corte Suprema negó legitimación al Defensor del Pueblo para ser tenido como parte en
los juicios que se hallaban pendientes ante el tribunal por reclamos de actualización de haberes de
jubilación y pensión.
15. — Por ultimo debemos decir que el Defensor del Pueblo, como órgano federal de control,
circunscribe su competencia al espacio exclusivamente federal, o sea, a las violaciones de autoría
federal y a la fiscalización de las funciones administrativas públicas de alcance federal. Si lo
OM
enunciamos negativamente, queda claro que no puede intervenir en la zona que es propia de las
provincias.
.C
DD
CAPITULO XLIII
LA
EL PODER JUDICIAL
Su estructura y carácter
FI
1. — El llamado “poder judicial" se compone de una serie de órganos que forman parte del
gobierno federal y que ejercen una fundón del poder de estado, cual es la denominada
“administración de justicia”, “jurisdicción” o “función jurisdiccional”. A ello se añade ahora el
Consejo de la Magistratura y el jurado de enjuiciamiento.
Los órganos del poder judicial que genéricamente llamamos “tribunales de justicia'’, son los jueces
naturales deparados a los habitantes por el art. 18 de la constitución. Así como desde la parte
orgánica visualizamos a la administración de justicia en cuanto función del poder, desde la parte
dogmática descubrimos que el derecho de los habitantes a acudir en demanda de esa
administración de justicia configura el derecho a la jurisdicción. Las personas y entes colectivos en
cuanto disponen de ese acceso al poder judicial se denominan “justiciables”.
2. — En primer lugar, conviene advertir que el poder judicial se compone de varios órganos. Jueces
y tribunales de múltiples instancias, más el Consejo de la Magistratura y el jurado de
enjuiciamiento, integran una estructura vertical, que se corona en el órgano máximo y supremo,
Pero el poder judicial, que integra el gobierno federal, también es un “poder político” porque
ejerce una función del estado.
3. — Sería difícil agotar en una enumeración todos los mecanismos de organización que,
OM
sustrayendo a los órganos judiciales de ataduras a otros órganos y sujetos de la acción política,
asientan la independencia del poder judicial.
a) En primer lugar, el derecho constitucional del poder ha ordenado los órganos judiciales en
forma permanente mediante el establecimiento de los tribunales de justicia y la eliminación de los
tribunales de excepción, especiales o ad-hoc. A esos tribunales preestablecidos se los denomina
.C
“jueces naturales”.
Per justicia “privada" hay que entender la justicia por mano propia que cada uno se hace a sí
mismo con sus conflictos con otro, pero no las soluciones alternativas al proceso judicial que, de
no estar comprometido el orden público, son válidas cuando Las partes en conflicto resuelven, de
LA
común acuerdo y con pleno consentimiento, pactar en pie de igualdad un mecanismo sustitutivo
del proceso judicial, como puede ser el sometimiento a arbitraje: la ley puede también,
razonablemente, implantar la etapa de mediación como previa al proceso judicial.
c) En tercer lugar, la función de administrar justicia en forma privativa, que se asigna a los órganos
FI
judiciales, excluye también totalmente su arrogación y ejercicio por el órgano ejecutivo y por el
órgano legislativo.
d) En cuarto lugar, no se admiten ni son constitucionales las influencias o presiones externas, ni las
instrucciones acerca del modo de ejercer la función. Sólo la constitución y las leyes imponen
e) En quinto lugar, el juez -tanto de jurisdicción federal como local- tiene estabilidad en su cargo;
ello quiere decir que es inamovible -si no siempre vitaliciamente, sí durante el período para el cual
ha sido designado-. De este modo, la destitución sólo procede a título de excepción y de acuerdo a
un procedimiento también especial -por ej.: enjuiciamiento-.
f) En sexto lugar, el ejercicio de la función judicial apareja incompatibilidades casi totales con toda
otra actividad.
2) Establecimiento de los tribunales creados por la constitución -o por la ley conforme a ella- con
calidad de jueces naturales, y abolición de tribunales especiales, comisiones de la misma índole,
OM
etc. (art. 18). También abolición de las fueros personales (o sea, del privilegio de ser juzgado
según el status personal -eclesiástico, militar, universitario- por jueces especiales) (art. 16).
.C
4) Fijación por la propia constitución de las condiciones para ser miembro de la Corte Suprema de
Justicia (art. 111), y previsión de su presidencia (arts. 59 y 112).
DD
5) Previsión del sistema de designación de los jueces de la Corte por el poder ejecutivo con
acuerdo del senado, y de los demás jueces inferiores por el poder ejecutivo con acuerdo del
senado en base a una tema propuesta por el Consejo de la Magistratura (art. 99 inc. 4º).
6) Incompatibilidad: Los jueces de las cortes federales no pueden serlo al mismo tiempo de los
tribunales de provincia (art. 34).
LA
8) Competencia del poder judicial de la nación (art. 116), con reserva de las jurisdicciones locales
(art. 75 inc. 12).
FI
10) Competencia de la Corte Suprema para dictar su reglamento interior y nombrar todos sus
empleados subalternos (art. 113).
11) Inamovilidad de los jueces mientras dura su buena conducta (art. 110), y remoción de los de la
Corte por juicio político (arts. 53,59 y 60), y de los demás por un jurado de enjuiciamiento (art.
115).
12) Remuneración de los jueces, determinada por ley, que no puede disminuirse en forma alguna
mientras permanecen en sus funciones (art.110).
13) Establecimiento por ley del juicio por jurados (arts. 24 y 75 inc.12) y conclusión (después de
establecida la institución) de todos los juicios criminales ordinarios por jurados (art. 118).
15) Previsión de la existencia de un poder judicial local en ciudad de. Buenos Aires (art.129).
OM
directamente. Ello es competencia legal. Pero sí fija las condiciones para ser miembro de ella: a)
ser abogado de la nación con ocho años de ejercicio; b) tener las calidades requeridas para ser
senador. Estos requisitos del art 111 no pueden, a nuestro criterio, ser ampliados -pero tampoco
restringidos- por ley.
6. — La Corte es el órgano supremo máximo del poder judicial. Es titular o cabeza de ese poder,
.C
como el presidente lo es del ejecutivo, y el congreso del legislativo. Sólo que mientras el ejecutivo
es unipersonal o monocrático, y el congreso es órgano complejo, la Corte es: a) órgano colegiado,
y b) órgano en el cual -no obstante la titularidad- no se agota el poder judicial, porque existen
DD
otros tribunales inferiores que juntamente con la Corte lo integran en instancias distintas, además
de órganos que no administran justicia pero forman parte del poder judicial (Consejo de la
Magistratura y jurado de enjuiciamiento).
7. —En el gobierno Tripartito que organiza nuestro derecho constitucional del poder, la Corte
también gobierna, o sea, comparte dentro del poder estatal las funciones en que ese poder se
LA
exterioriza y ejerce. Y las comparte reteniendo una de ellas, que es la administración de justicia.
Por integrar el gobierno federal como titular del poder judicial, la Corte debe residir en la capital
federal conforme a lo prescripto por el art. 3º de la constitución.
FI
d) vigila que los tratados internacionales no se violen, ni por acción ni por omisión, para
resguardar la responsabilidad internacional del estado;
f) controla la correcta aplicación del derecho, especialmente cuando se hace cargo de las
sentencias arbitrarias dictadas por tribunales inferiores -sean federales o locales-
OM
10.- Dentro de la estructura del poder judicial, la Corte Suprema inviste algunas atribuciones no
judiciales. La propia constitución le adjudica en el art. 113 la de dictar su reglamento interno y la
de nombrar a sus empleados subalternos.
.C
La inamovilidad de los jueces
11. — La constitución histórica de 1853-60 consagró para todos los jueces del poder judicial
federal la inamovilidad vitalicia mientras dure su buena conducta en el art.96, que se mantiene
DD
como art. 110.
recaiga un nombramiento nuevo precedido del acuerdo del senado; la nueva designación de
magistrados cuya edad sea la indicada u otra mayor se puede hacer por cinco años, susceptibles
de repetirse indefinidamente mediante el mismo trámite.
Esta cláusula fue declarada nula de nulidad absoluta por la Corte Suprema en su sentencia del caso
“Fayt de 1999, por entender que la garantía de inamovilidad de los jueces no figuraba en el
temario que el congreso propuso para la reforma a la convención constituyente.
13. — El art. 110 dispone que la remuneración de los jueces es determinada por la ley, y que no
puede ser disminuida “en manera alguna” mientras permanezcan en sus funciones.
a) En primer lugar, es indudable que si es la ley la que fija la retribución de los jueces, el no poder
disminuirla "en manera alguna” tiene el sentido de prohibir las reducciones nominales por "acto
OM
14. — La Corte Suprema ha establecido que la intangibilidad de los sueldos de los jueces es
garantía de independencia del poder judicial, y que no ha sido establecida por razón de la persona
de los magistrados, sitio en mira a La institución de dicho poder.
.C
vedar la alteración nominal por “acto del príncipe'’, impone la obligación constitucional de
mantener su significado económico y de recuperar su pérdida cada vez que ésta se produce con
intensidad deteriorante.
DD
15. — Asimismo, sostuvo que tu referida intangibilidad es una condición de la administración de
justicia que resulta exigible a las provincias a los fines del art. 5º de la constitución.
16. — Queda por descifrar si la garantía de irreductibilidad de las remuneraciones impide que
éstas soporten deducciones por aportes jubilatorios, cargas fiscales, o cualquier otro concepto
LA
Estamos seguros de que ninguna de tales reducciones viola art. 110, y que los jueces están sujetos
a soportarlas como cualquier otra persona.
De ahí que reputemos equivocada la jurisprudencia que los ha exonerado de tributar el impuesto a
FI
17. — El poder disciplinario de los jueces tiene múltiples perspectivas, que admiten diversidad de
visiones.
b) otra se dirige a ejercerlo sobre las partes en el proceso, comprendiendo a los justiciables y a los
profesionales que intervienen en él;
c) otra atiende a la propia dignidad del juez para sancionar las ofensas y faltas de respeto hacia él
durante el proceso,
b) respecto de los demás agentes que componen el personal que se desempeña en los tribunales
de justicia, el poder disciplinario incumbe a cada uno de éstos respecto de su elenco.
OM
Magistratura dejó sin efecto la sanción (multa) que le había aplicado a dicho juez la Corte
Suprema, resolviendo que la Corte carece de atribuciones para aplicar sanciones disciplinarias a
los jueces, y que el poder disciplinario sobre Los jueces del poder judicial de la nación es
competencia exclusiva y excluyente de Consejo de la Magistratura (art. 114 de la constitución),
(La Corte había aplicado la sanción al juez Magariños por decisión del 12 de setiembre de 2002,)
20.— En cuanto al poder disciplinario de los jueces sobre los abogados, en la sentencia del 4 de
.C
mayo de 1995 en el caso “Del Sel, Percy Ramón", la Corte deslindó las facultades disciplinarias de
los jueces y las del Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados, sosteniendo que “las
primeras tienen por objeto mantener el buen orden y el decoro en los juicios sometidos a la
DD
dirección del juez interviniente, mientras que las segundas persiguen un objetivo más amplio que
es el de asegurar el correcto ejercicio de la abogacía en todos los ámbitos de la actuación
profesional".
LA
La unidad de jurisdicción
21. — Nuestro derecho constitucional acoge el principio de la “unidad de jurisdicción que consiste
en que: a) la administración de justicia está a cargo exclusivamente, y para todos los justiciables,
de los órganos (tribunales) del poder judicial; b) hay una jurisdicción judicial única para todos; c)
FI
por ello, existe simultáneamente la igualdad de todos los justiciables ante la jurisdicción (única y la
misma para todos); d) esa jurisdicción judicial “única" es ejercida por tribunales que deben revestir
el carácter de jueces naturales.
22. — No obstante estar abolidos los jueces ex post facto o “ad personam”, pueden subsistir con
determinadas condiciones las llamadas “jurisdicciones especiales" (no judiciales) que aplican su
competencia a determinadas materias -por ej. fiscal, administrativa, militar, etc.-.
Admitir jurisdicciones “especiales" fuera del poder judicial parecería desmentir el principio de
unidad de jurisdicción, desde que la jurisdicción judicial no sería la única. Sin embargo, la unidad
de jurisdicción se salva en nuestro derecho constitucional porque las decisiones de las
jurisdicciones especiales deben contar con posibilidad de revisión (o control) judicial suficiente, lo
que en definitiva reenvía la última decisión posible a la jurisdicción judicial.
24. — Al entrar a regir la reforma de 1994, y pese a la ausencia en el art. 75 inc. 12 de toda
mención a los tribunales de la ciudad, la compatibilización coherente de dicho artículo con el art.
129 nos lleva a proponer que:
OM
a) el espíritu (o filosofía) de la reserva que en favor de las jurisdicciones provinciales hizo
originariamente -y conserva- el ex art. 67 inc. 11 -hoy art. 75 inc. 12- significa que la justicia federal
es de excepción y recae en razón de lugar, de materia y de partes conforme al actual art. 116, pero
deja fuera de su ámbito al derecho común;
b) el art, 129 depara a la ciudad de Buenos Aires facultades de jurisdicción, para cuyo ejercicio
debe tener tribunales propios;
.C
c) si como principio la materia de derecho común evade la jurisdicción de los tribunales federales,
no concurre razón para que en la ciudad de Buenos Aires subsistan tribunales federales que la
DD
retenga (así se los siga llamando tribunales “nacionales” y no tribunales “federales’´);
e) no existe ningún interés federal que quede comprometido si las cuestiones de derecho común
en la ciudad de Buenos Aires son juzgadas por tribunales de la ciudad, por lo que retenerlas dentro
de la jurisdicción de los tribunales federales conspira contra el carácter limitado de la jurisdicción
del gobierno federal en el territorio de la misma ciudad;
FI
f) reducir la jurisdicción de los tribunales de la ciudad sin ningún interés federal que requiera
garantía, se nos hace incompatible con la amplitud de la jurisdicción que debe tener el poder
judicial de la ciudad si la coordinamos razonablemente con el régimen de gobierno "autónomo "
definido en el art. 129, porque “gobierno” (autónomo) es abarcativo de las tres funciones clásicas
del poder, también de la judicial; y “autónomo” quiere decir exento de interferencias ajenas
irrazonables.
25. —-La ley de garantía de los intereses federales en la ciudad capital (nº 23.548) estipuló en su
art. 8º que "La justicia nacional ordinaria de La ciudad de Buenos Aires mantendrá su actual
jurisdicción y competencia continuando a cargo del Poder Judicial de la Nación", y que "la ciudad
de Buenos Aires tendrá facultades propias de jurisdicción en materia de vecindad, contravencional
y de faltas, conteracioso-administrativa y tributaria locales´´.
EL MINISTERIO PUBLICO
Su encuadre
1. — Según el art. 120. el Ministerio Público es un órgano independiente con autonomía funcional
y autarquía financiera, que tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la
OM
legalidad, de los intereses generales de la sociedad, en coordinación con las demás autoridades de
la República. Está integrado por un Procurador General de la Nación y un Defensor General de la
Nación y los demás miembros que la ley establezca. Sus miembros gozan de inmunidades
funcionales e intangibilidad de remuneraciones.
2. — El Ministerio Público es el único órgano que, fuera del poder legislativo, del poder ejecutivo y
.C
del poder judicial, no aparece “dentro” del sector normativo dedicado en la constitución a cada
uno de esos tres poderes clásicos. Posee una sección normativa especial, no compartida, que es la
cuarta, contenida en la segunda parte del texto constitucional (parte orgánica o derecho
DD
constitucional del poder).
De ahí que haya doctrina que, después de la re forma de 1994, hable de un "cuarto poder”, que se
agregaría a los otros tres sin insertarse en ninguno de ellos (legislativo, ejecutivo y judicial).
3. — Para nosotros, el Ministerio Público. si bien no forma parte del poder judicial, es un órgano
LA
auxiliar que se le adosa como órgano extra- poderes, de modo que después de reforma de 1994,
con sección y norma propias, mantiene la naturaleza que le habíamos atribuido desde antes de la
reforma, cuando la constitución no contenía norma alguna sobre el tema.
4. — El art. 120 solamente menciona a dos de sus funcionarios: el Procurador General de la Nación
FI
Que el art. 120 individualice al Procurador General y al Defensor General no puede Interpretarse
como definición de un órgano bicéfalo. Damos por cierto que la ley debe desglosar el ámbito
propio de cada uno, y considerar que la cabeza del Ministerio Público es única y se sitúa en el
5. — La autonomía funcional traza, en primer lugar, una frontera externa que impide cualquier
injerencia de los otros poderes. En segundo término, implica internamente que las relaciones
dentro del organismo son conducidas por quien inviste su jefatura máxima, que es el Procurador
General, sin perjuicio de lo que sugerimos con el vínculo que, en subordinación hacia él. Se da en
el Defensor General y el ministerio pupilar a su "cargo.
6. — La autarquía financiera parece indicar que la ley de presupuesto) debe asignarle los recursos
en forma separada, y que el mismo Ministerito Público tiene a su entera disposición la
administración de los mismos.
En este aspecto, creemos que en virtud de tal asignación de fondos públicos está sujeto a los
controles que prevé el art. 85 de la constitución a cargo del congreso y de la Auditoría General de
OM
la Nación.
7. — Del art. 120 cabe inferir una división en las funciones del Ministerio Público. Estas serían:
a) promover la actuación de la justicia, lo que a su vez admite desdoblarse en: a') para incitar la
persecución penal en los delitos de acción pública; a") para iniciar procesos no penales cuando -
usando el vocabulario que emplea la norma- es necesario hacerlo en defensa de la legalidad o de
.C
los intereses generales de la sociedad;
d) controlar, desde el ejercicio de las funciones señaladas, a los otros (órganos del poder y a los del
poder judicial, todo ello en la medida y en el marco que le traza y le delimita su intervención en los
procesos judiciales donde la cuestión que se ventila guarda relación con actos u omisiones de
LA
dichos órganos o de los particulares; d’) ejercer el control de constitucionalidad de leyes, normas
infralegales, actos y omisiones del poder y de los particulares con igual perfil que el recién
descripto;
e) asumir judicialmente las funciones tradicionales del ministerio papilar (defensa oficial de
FI
8. — En cuando a la titularidad del ejercicio de la acción pública en materia; penal, queda margen
para que el Ministerio Público actúe adoptando criterios razonables de oportunidad para la
promoción de dicha acción.
9. — El núcleo del art. 120 tiene carácter operativo, pero deja abierto un amplio espacio a la ley
para que ésta desarrolle todo cuanto no viene directamente establecido en la norma
constitucional. Así, lo referido a las inmunidades para equipararlas a las del Defensor del Pueblo
OM
.C
DD CAPITULO XLV
1. — Los arts. 114 y 115 trazan el lineamiento reglamentario de dos órganos de poder judicial, que
non el Consejo de la Magistratura y el jurado de enjuiciamiento. La ley debe completar lo que no
viene especificado en dicha normativa constitucional.
constitución dedica al poder judicial, así como la Auditoría General de la Nación y el Defensor del
Pueblo se sitúan en la lección destinada al poder legislativo, y el jefe de gabinete y los demás
ministros en la del poder ejecutivo.
De la Auditoría General, del Defensor del Pueblo, del jefe de gabinete y de los Ministros hemos
sostenido que, no obstante el sector donde los regulan las normas de la constitución, son órganos
extrapoderes.
Hay quienes han contestado que no forma parte del poder judicial, y para ello acuden al art. 108,
que en forma terminante dice que "el poder judicial de la nación será por una Corte Suprema de
Justicia y por los demás tribunales inferiores que el congreso estableciere en todo el territorio de
la nación".
No es nuestro punto de vista. En efecto, el art. 108, alude a la "función´´ de administrar en las
causas que otros artículos atribuyen a la competencia del judicial. O sea, no se refiere a la
estructura de órganos que lo forman, por lo que al día de hoy no debe interpretarse como
negando que, dentro de esa estructura, por otros órganos que no cumplen función judicial (los
que los art. 114 y 115 ahora encuadran en el segmento de la constitución destinado al poder
judicial).
OM
3. — Esto nos conduce a reafirmar que el Consejo de la Magistratura no es un órgano "
extrapoderes “que esté fuera del poder judicial, si no que "orgánicamente” lo integra. No
obstante, la "función de administrar justicia” en causas de competencia del poder judicial sigue
privativamente reservada a la Corte y los tribunales inferiores, según surge del art. 108.
.C
Por eso decimos que el Consejo de la Magistratura es un órgano integrado dentro del poder
judicial, con competencias (no judiciales) que son propias de dicho poder, y que antes de la
reforma incumbían a los órganos judiciales.
DD
4. — Similar argumentación aplicamos al jurado de enjuiciamiento (art. 115) que ha venido a
sustituir el enjuiciamiento político por el senado para los jueces de tribunales federales inferiores
a la Corte.
5. — De todas maneras, si cabe hablar de una "jefatura” o cabeza del poder judicial, ella sigue a
LA
El Consejo de la Magistratura
FI
6. —El primer párrafo del art. 114 diseña la competencia del Consejo con una bifurcación: a)
seleccionar a los magistrados, y b) administrar el poder judicial. Luego vendrá el desglose de las
atribuciones, todas vinculadas a esos dos ejes.
El párrafo segundo traza el lineamiento que la de tomar en cuenta la ley reglamentaria del Consejo
a) representantes de los órganos políticos resultantes de elección popular -o sea del congreso y
del poder ejecutivo-;
7. — Las competencias del Consejo de la Magistratura exhiben diferencias entre sí; tres se refieren
directamente a la formación de los cuadros judiciales; una al poder disciplinario; otra al poder
reglamentario; y otra a la administración de los recursos económicos.
OM
a) En cuanto a Información de los cuadros judiciales, posee dos atribuciones: a`) realizar los
concursos públicos para cubrir los cargos de jueces en todas las instancias inferiores a la Corte, y
seleccionar a los candidatos: a”) formular tenias vinculantes para proponer el nombramiento; a’”)
la tercera facultad que relacionamos con las dos anteriores es la de promover el enjuiciamiento
político de los jueces de instancias inferiores a la Corte.
.C
b) En lo que hace al poder disciplinario, el Consejo tiene su ejercicio sobre los magistrados.
c) El poder reglamentario recae sobre una triple materia: c’) para la organización judicial; c’') para
asegurar la independencia de los jueces; c”’) para lograr la eficaz prestación del servicio de justicia.
DD
d) Por fin, en lo administrativo-económico, administra los recursos y ejecuta el presupuesto que la
ley respectiva dedica al poder judicial.
LA
a) todo lo referente a la selección de candidatos para ser designados como jueces de tribunales
federales inferiores a la Corte, y a')a la iniciativa para promover su enjuiciamiento ante el jurado
de enjuiciamiento; más a”) la facultad disciplinaria sobre los mismos;
FI
b) el poder reglamentario;
Empalmando esta naturaleza de las decisiones del Consejo con la jefatura que la Corte retiene
sobre el poder judicial al cual aquél integra, se abre un interrogante: ¿aquellas decisiones tienen
carácter final y definitivo no son recurribles?
Creemos que, dada la jerarquía que la reforma le ha deparado, no puede ser otro sino la Corte
Suprema. La vía de tránsito hacia ella habrá de ser recursiva.
a) las decisiones jurisdiccionales, como son las sanciones disciplinarias, han de ser susceptibles de
OM
recurso judicial; a’) por analogía, también las decisiones sobre acusación para dar paso al
enjuiciamiento político:
b) también han de serlo las que recaen en la selección y confección de ternas de postulantes para
cargos judiciales a fin de remediar irregularidades grávese el mecanismo respectivo cuando causan
perjuicio a los eventuales candidatos—incluidos o excluidos-:
.C
c) los reglamentos que interfieren en la tramitación de los procesos judiciales deben quedar
sujetos a control, sea por la Corte, sea por cualquier tribunal, en la medida en que a una y a otros
les resulten aplicables en una o más causas de su competencia que se sustancien ante ellos; este
DD
control podría ejercerse sin recurso y de oficio en cada causa:
11. — El art. 115 dispone que los jueces de los tribunales inferiores serán removidos por las
causales expresadas en el art. 53, por un jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores,
FI
12. — El juicio político arbitrado en el texto anterior a la reforma, ahora sólo se mantiene para
destituir a los jueces de la Corte Suprema de Justicia.
14. — El art. 115 solamente esboza en su párrafo primero la integra don de los jurados de
enjuiciamiento con una triple composición: legisladores, magistrados y abogados de la matrícula
federal. El detalle queda derivado a la ley prevista en el art. 114.
En lo demás, la norma actual mantiene la previsión del anterior art. 52 para el sometimiento
eventual del destituido al proceso penal ordinario.
OM
posibilidad de que el órgano que tiene a su cargo la competencia para decidir la apertura -Consejo
de la Magistratura- suspenda al juez cuyo trámite de destitución incita mediante acusación.
16. — El art. 115 contiene otra previsión institucionalmente importante. A contar desde la decisión
que dispone abrir el procedimiento de enjuiciamiento, el jurado tiene ciento ochenta días para
dictar su fallo. Si en ese lapso no lo hace, deben archivarse las actuaciones y, en su caso, hay que
.C
reponer al juez suspendido.
17. — Nos queda la irrecurribilidad del fallo destitutorio. La norma enuncia tajantemente, y hay
que aventurar una opinión sobre su alcance.
DD
Si se la interpreta literalmente, no hay duda de que entra en pugna con el derecho judicial de la
Corte Suprema, que aceptó la revisión judicial cuando el anterior art. 52 omitía definir el punto.
En tal caso, es razonable suponer que una vez incorporada la admisibilidad de aquella revisión por
la jurisprudencia de la Corte en el derecho constitucional material, hay que dar por cierto que nos
LA
hallamos ante un requisito constitucional inalterable e inamovible del sistema garantista, que ni
siquiera una reforma de la constitución puede desconocer, so pena de violar un principio
fundamental del sistema axiológico de la misma constitución.
Tal es nuestro punto de vista, por lo que a la irrecurribilidad que impone el art. 115 le asignamos
FI
únicamente el mismo sentido que la Corte fijó en 1993 en el caso “Nicosia”: escapa a la
competencia judicial el encuadre y la valoración, que el jurado hace de las conductas que toma de
base para la remoción, y la decisión misma de remover; pero sigue siendo revisable todo lo que
atañe a la competencia del órgano y formalidades de su ejercicio, así como a las garantías del
LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA
1. — Nunca hemos dudado de que la función de administrar justicia es una función '‘jurisdiccional"
el cargo de los tribunales del poder judicial. Por eso, nunca abandonamos la denominación de
OM
“administración de justicia”, si bien compartimos oirás denominaciones que -actualmente- alguna
doctrina reputa más acertada como, por ejemplo la de "impartición " de justicia.
Nuestro poder judicial es, en verdad, un poder, cuya función nuclear en lo que hace a lo
estrictamente judicial es administrar (o impartir) justicia a lo que se suma -ahora— las otras
funciones “ No judiciales” a cargo del Consejo de la Magistratura y el jurado de enjuiciamiento,
.C
introducidos por la reforma de 1994 dentro del mismo poder judicial.
2. — La administración de justicia como función del poder que ejercen los órganos judiciales se
enmarca y transcurre a través de causas (o procesos) judiciales.
DD
(Por supuesto que aquí encaramos solamente la función de “administrar justicia”, y no la función
“administrativa” que también tiene a su cargo el poder judicial en la medida requerida para
ejercer la administración de justicia.)
LA
a) Todo juez requiere que su jurisdicción sea incitada. Es decir, no actúa “de oficio” o motu proprio
(por propia iniciativa). Su función permanece inhibida y latente mientras no hay proceso, y el
proceso se inicia a impulso de parte, mediante la acción. (Las excepciones son muy pocas.)
FI
Las formas habituales de- incitar la jurisdicción son: a’) originariamente (en primera instancia) para
acceder al proceso mediante acción (o demanda); a") en instancia de revisión (sea ante la misma
instancia originariamente provocada, o ante otra superior) mediante recurso.
b) Todo pronunciamiento judicial que implica administrar justicia recae en una "causa" judiciable,
y la forma de resolver esa causa es la sentencia.
4. — Nuestro art. 116 constitucional hace la enumeración de casos que configuran la competencia
judicial federal, y habla de “causas”.
El “caso’’ o la “causa” judicial equivale a “juicio” o “proceso judicial” y para nada se limita o
identifica al “caso contencioso", O juicio contradictorio. Para nosotros, cabe en el concepto
constitucional de "causa” la acción declarativa de inconstitucionalidad, la acción declarativa de
certeza; el juicio llamado de jurisdicción voluntaria, etcétera.
OM
d) el respeto a la voluntad del legislador no requiere admitir soluciones notoriamente injustas;
.C
g) la intervención del poder judicial no puede ser excluida compulsivamente a los fines de
solucionar controversias individuales;
DD
h) importa agravio a la garantía de la defensa la exclusión del poder judicial en causas donde la
tutela de un derecho subjetivo configura cuestión justiciable;
i) los jueces deben alcanzar en sus sentencias la solución objetivamente justa del caso con arreglo
a las circunstancias del mismo y al derecho que le resulta aplicable.
LA
La sentencia
6. — La sentencia recaída en causa judiciable como culminación del proceso, es el modo único y
FI
La sentencia es una norma, emanada del juez en y para un caso concreta. O sea, es una norma
individual. El juez, al dictarla, "crea" derecho, pero ese derecho que crea, no es derecho "nuevo"
(como sí lo es el que crea la ley) porque en su creación el juez extrae la norma individual creada
por él, del ordenamiento jurídico vigente. O sea que la administración de justicia es una función
sub-legal.
7. — El juez actúa en ejercicio de una función de individuación de la norma general “en” y “para"
un caso singular y concreto.
El juez, al crear la norma individual de la sentencia, no puede evadirse del marco del
ordenamiento jurídico vigente; debe apoyarla en algún sector o parte del mismo. De ahí que sea
clásica la norma judicial de la Corte, definitoria de lo que debe ser una sentencia para merecer
reconocimiento como acto jurisdiccional válido: derivación miañada del derecho vigente conforme
a las circunstancias de la Cansa.
8. —El derecho judicial de la Corle tiene señalado que la exigencia que las sentencias tengan
debido fundamento reconoce raíz constitucional.
OM
9. — La carencia de fundamento mínimo, o el fundamento caprichoso o dogmático, insostenible o
insuficiente, constituyen un vicio que tipifica uno de los casos de arbitrariedad de sentencia.
Es importantísimo destacar que ningún tribunal puede prescindir de la norma que rige el caso ni
dejar de aplicarla al mismo, salvo que a esa norma la declare "inconstitucional".
10. — Nuestra Corte Suprema ha elaborado toda una rica teoría acerca de los casos en que falla la
.C
verdadera calidad de acto jurisdiccional (o sentencia) a un pronunciamiento judicial Es la teoría de
la arbitrariedad de sentencia, o de la “sentencia arbitraria". Tal descalificación implica, para
nosotros, un vicio o defecto de inconstitucional, que nos permite hablar de sentencias
DD
“inconstitucionales`'.
11. — Una rápida sistematización de la jurisprudencia sobre sentencia arbitraria permite señalar
los siguientes supuestos fundamentales:
LA
a) sentencia que no se funda en ley (o más ampliamente, en el derecho vigente, que no se agota
en la ley) como por ej.: la que carece de fundamentos u omite lodo fundamento o cita legal:
c) sentencia que aplica normas no vigentes -porque han sido derogadas, o todavía no han entrado
en vigor, o son extrañas al caso-:
d) sentencia que omite decidir una cuestión esencial para la resolución del caso;
f) sentencia que omite considerar una prueba rendida cuya consideración es esencial para resolver
el caso:
12. — En cambio, una sentencia no es arbitraria -y por ende, tampoco susceptible de recurso
extraordinario- porque sea errónea, o pueda discutirse en sus fundamentos.
b) oportuna en et tiempo;
c) útil y eficaz;
OM
d) justa;
f) imparcial. No debe:
.C
b) anteponer la verdad formal;
e) incurrir en exceso ritual manifiesto (según se explicó en el tema del debido proceso).
DD
14. — Hay también presupuestos necesarios de la sentencia. Así: a) que el tribunal que dicta la
sentencia haya sido constitucionalmente establecido antes del “hecho” del proceso, con
competencia para conocer de él (es decir, que sea “juez natural’’): b) que se haya sustanciado el
“debido proceso” en la causa que la sentencia resuelva.
LA
15. — Del principio de celeridad razonable del proceso y de oportunidad de la sentencia, se extrae
(dentro del derecho a la jurisdicción) el derecho del justiciable obtener una decisión judicial
(sentencia) rápida y eficaz, o sea. “útil".
16. — El juez no puede: a) negarse a fallar; b) dilatar sin término o demorar arbitrariamente la
FI
sentencia.
La intangibilidad de la cosa juzgada está condicionada por la regularidad del proceso en qué la
sentencia se ha dictado.
18. — La cosa juzgada irrita o nula proporciona ocasión para ser atacada por vía judicial,
cualquiera sea la solución que arbitren las leyes procesales.
19. — El principio republicano de publicidad de los actos estatales rige también respecto de las
sentencias que emanan del poder judicial. Ello significa que no puede haber secreto en las
decisiones judiciales; que hay derecho a informarse respecto de ellas; y que los procedimientos
judiciales tampoco se eximen de aquella publicidad, salvo reserva en situaciones excepcionales
razonables.
20. — Se debe a Podetti la elaboración de lo que él mismo llamó la trilogía estructural del derecho
procesal: jurisdicción, acción y proceso.
a) La jurisdicción integra el poder estatal como una función del mismo. Se define como la
potestad conferida por el estado a determinados órganos para resolver mediante la sentencia las
OM
cuestiones que les son sometidas por los justiciables. En forma más breve, se dice que es la
capacidad de administrar justicia.
b) Podetti dice que el elemento fundamental del derecho de "acción" es la facultad de pedir
protección jurídica.
La pretensión de protección o ruleta jurídica no significa que el juez debe acoger favorablemente
.C
el petitorio de la parte, sino que debe tomarlo en cuenta y resolverlo con justicia.
La acción no debe ya considerarse como el “mismo derecho subjetivo en ejercicio”, o como la faz
dinámica y procesal del derecho subjetivo. La autonomía de la acción hace decir que con su
DD
ejercicio se pretende por el justiciable la tutela de un "derecho” que él alega o supone ser suyo,
pero que puede no existir, y cuyo eventual reconocimiento -o su denegatoria- sólo surgirán al
término del proceso con la sentencia.
c) La actividad jurisdiccional que se moviliza a través del proceso tiene un fin público, que es,
LA
precisamente, hacer justicia a los justiciables. El proceso no es un asunto puramente privado, sino
un instituto publicístico con participación concurrente del juez y de las partes.
b) Después de establecidos los órganos, es menester que la ley les atribuya jurisdicción y
competencia.
c) Por fin, hay que dólar de las normas procesales a que deben atenerse el juez y las partes.
d) cuando los tribunales no se hallan en condiciones de dictar sentencias “eficaces" que rindan
utilidad.
23. — La responsabilidad del “estado-juez.” no necesita, en nuestra opinión, de ley alguna que le
preste reconocimiento, porque encuentra fundamento en la propia constitución, en cuanto ésta
OM
prioriza el afianzamiento de la justicia y los derechos personales.
Actualmente, la indemnización por error judicial en caso de condena penal, cuenta con norma
expresa en el derecho argentino, porque la prevén él Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (art. 14.6) y el Pacto de San José de Costa Rica (art. 10), que tienen jerarquía
constitucional.
.C
La “creación de derecho” por los órganos judiciales
DD
24. — Parece imposible negar que el derecho se crea u origina también por vía judicial, o sea,-por
la jurisprudencia con los tribunales. Si a esta creación le asignamos el tradicional título de
“fuente" la jurisprudencia o el derecho judicial son fuente del derecho.
25. — En primer lugar, la jurisprudencia vinculatoria es la que por una obligatoriedad intrínseca
LA
emanada de la constitución o de la ley, debe ser acatada en el futuro porque surte efecto erga
ommes. Ello puede tener distintos grados:
a) significa una interpretación de derecho sobre la norma aplicada, que en el futuro deberá ser
aplicada tal cual se la interpretó.
FI
b) significa una interpretación de derecho sobre la norma aplicada, que por esa misma
interpretación queda derogada o invalidada, o sea, que no se puede aplicar más;
c) significa una interpretación de derecho sobre la norma aplicada que, por esa misma
26. — En segundo lugar, encontramos el sistema del stare decisis, conforme el cual los jueces
deben fallar las causas ateniéndose a los precedentes en casos análogos.
27. — Por último, puede la jurisprudencia actuar espontáneamente como fuente del derecho para
casos generales; basta que por el prestigio del tribunal, o por la índole de la materia decidida, una
sentencia adquiera ejemplaridad como precedente más allá del caso resuello, y sea susceptible de
provocar seguimiento, imitación o reiteración en situaciones análogas del futuro.
OM
29. — Actualmente, sin reforma legal alguna el recurso extraordinario puede y debe servir de
cauce procesal para lleva ante la Corte Suprema la revisión de sentencias que, por contradicción
de jurisprudencia, violan la igualdad jurídica. La "cuestión constitucional” que daría andamiento al
recurso extraordinario seria la invocación de esa igualdad jurídica, lesionada en cualquier
sentencia que, comparada con otra u otras dictadas por el mismo tribunal o por otros, acusara
interpretación divergente simultánea de una misma norma (de cualquier naturaleza) en casos
.C
semejantes.
30. — Por eso también creernos que los tribunales, inferiores (los federales y también los
provinciales) deben ajustar a la jurisprudencia de la Corte las decisiones que dictan sobre puntos
DD
regidos por la constitución. Cuando esos tribunales son provinciales, tal subordinación responde al
esquema de la estructura federal de nuestro régimen, expresado en los arts. 5º y 31 de la
constitución, porque derecho federal (en el cual ubicamos a -la jurisprudencia de la Corte en
materia constitucional) prevalece sobre los ordenamientos jurídicos provinciales.
LA
El derecho judicial
31. — Vale agregar que, aclarado el carácter creador de la jurisprudencia como fuente del
FI
derecho, hay que analizar en qué orden de prelación se ubica la jurisprudencia constitucional
dentro del mundo jurídico.
Nuestra Corte ha afirmado que la jurisprudencia tiene un valor análogo al de la ley, porque integra
con ella una realidad jurídica; no es una norma nueva sino la interpretada cumpliendo su función
rectora f en el caso concreto que la sentencia decide. O sea que el derecho judicial acompaña,
como “fuente``, a la misma fuente (constitución formal) que interpreta y aplica; la creación por vía
de jurisprudencia se coloca al lado de la norma interpretada, porque es la misma norma que ha
pasado por la interpretación judicial. Y la interpretación jurisprudencial de la constitución integra
la propia constitución con su misma jerarquía dentro del derecho federal cuando aquella
interpretación emana de la Corte Suprema.
32. — Cuando reivindicamos que en determinados casos una sentencia debe ser de aplicación
obligatoria con carácter general se suele decir que aquel efecto general viola la división de
poderes, porque solamente las leyes tienen carácter de normas “generales y obligatorias"; una
sentencia, por ende, no podría imitar la naturaleza material de la ley.
a) si acaso una sentencia reviste carácter de norma general y obligatoria, tal generalidad
obligatoria es solamente un efecto o consecuencia de la sentencia, que no hace a su esencia y que
no altera ni desvirtúa la naturaleza que toda sentencia tiene como norma individual; por ende, tal
sentencia no implica ejercicio de la función legislativa, ni vulnera la división de poderes; no hay,
pues, inconstitucionalidad;
OM
33. — Una vez que dejamos esbozados nuestros criterios sobre toque es el derecho judicial, sobre
la posible extensión de los efectos de las sentencias más allá del caso que resuelven, sobre La
uniformidad y unificación de la jurisprudencia para resguardar la igualdad jurídica, etc., no hemos
de omitir alguna referencia a lo que tiene dicho la Corte Suprema.
a) Tal vez, en cierto sentido, pueda entenderse que -a su manera- nuestra Corte comparte el
.C
aforismo de los Estados Unidos según el cual “la constitución es lo que los jueces dicen que es”. En
efecto, nuestra Corte afirma que los tribunales inferiores deben tomar en cuenta su
jurisprudencia, y para apartarse de ella sin desconocer la autoridad del tribunal supremo han de
DD
controvertir sus fundamentos y proporcionar los propios diferentes.
b) Con todo, ha afianzado la noción de que la constitución consagra la igualdad “ante la ley”, por
manera que la desigualdad derivada de fallos contradictorios no viola la garantía de la igualdad.
Como consecuencia, el recurso extraordinario no es, para la Corte, una vía hábil para lograr La
LA
Hay, como se advierte, un punto medio o una mixtura; por un lado, la Corte rescata el valor de su
jurisprudencia y el seguimiento que han de darle los demás tribunales. Por otro, al no acoger la
noción de que la jurisprudencia contradictoria aléela y vulnera la igualdad jurídica (que para la
FI
Corte es solamente igualdad “ante la ley” según la constitución), declina erigir la desigualdad
emergente de fallos contradictorios en una cuestión constitucional susceptible de ser resuella
mediante el recurso extraordinario federal.
Su concepto
OM
1. — Por “jurisdicción constitucional’' suele entenderse la función jurisdiccional ejercida para
tutelar, mantener y controlar la supremacía de la constitución. La referida tutela parece recaer,
fundamentalmente, sobre la actividad que, por ser infractora de la constitución, se califica como
inconstitucional o anticonstitucional.
.C
constitucional.
(principalmente tos judiciales); y b) los procesos en que se deciden, por razón de materia,
cuestiones constitucionales
3. — A nuestro juicio, cada vez que en un proceso judicial se inserta y hay que decidir una cuestión
constitucional hay en juego, en ese aspecto y en su recíproca medida, jurisdicción constitucional
FI
De la encuadre surge que el proceso constitucional es el que tiene por objeto la “materia "
constitucional, de forma que cuando tal materia hace parte de un proceso, total o parcialmente, el
proceso es constitucional.
4. — No nos cabe duda -por eso- de que en el derecho constitucional federal argentino existe
jurisdicción constitucional, en la medida en que funciona el control constitucional en sede judicial.
5. — La jurisdicción constitucional en Argentina dentro del ámbito federal admite diseñar sus
finalidades y su contenido de la siguiente manera:
a’) la supremacía del bloque constitucional del art. 31 compuesto por “constitución federal-leyes
del congreso-tratados internacionales” por sobre el derecho provincial:
a”) la estructura jerárquicamente escalonada del orden constitucional (constitución y tratados con
jerarquía constitucional, tratados solamente supralegales, leyes, reglamentos administrativos y
actos administrativos de contenido individual, sentencias):
OM
a’”) la tutela de los derechos personales contenidos en lodo el plexo constitucional;
.C
cuanto en su jurisdicción apelada (ordinaria y extraordinaria), es el guardián y el intérprete final de
la constitución federal, el control constitucional federal a su cargo en las respectivas instancias
debe asegurar:
DD
b’) en cualesquiera de ellas, la supremacía constitucional federal por sobre el derecho provincial;
la estructura jerárquicamente escalonada del orden constitucional: la tutela de los derechos
personales contenidos en el plexo constitucional;
b") en instancia apelada extraordinaria, a través del recurso extraordinario, todo lo señalado en el
LA
b’”) en instancia originaria y en ejercicio de su jurisdicción dirimente del art. 127, la solución de los
conflictos y quejas entre provincias, para preservar la paz interior y la “unión nacional” aludidas en
el preámbulo.
FI
c) En la medida en que se moviliza el control diseñado en los precedentes inc. a) y b), es posible
que, según el caso de que se trate, se dirija a resolver:
c”) cuestiones vinculadas al reparto constitucional de competencias entre el estado federal y las
provincias:
c”’) conflictos de competencia entre órganos del poder judicial que no tienen un superior común;
c”") controversias judiciales en las que la presunta lesión de derecho personales se imputa a
actividad de los particulares.
6. — La cuestión constitucional es siempre una cuestión de derecho, porque de ser así cuando y
porque en la misma cuestión constitucional se alojen eventual- mente cuestiones “de hecho” o
“de prueba”, ya que en este caso el análisis de los hechos y la prueba se hace a la Luz de su
vertiente de constitucionalidad o inconstitucionalidad, que es eminentemente una cuestión de
derecho.
OM
hay que encarar la jurisdicción y la competencia de los tribunales federales y de los tribunales
locales.
.C
b) Cuando ello no ocurre, el juicio debe iniciarse, tramitarse y fenecer ante los tribunales locales;
pero, a fin de resolver la cuestión constitucional federal, es menester que: b’) esa cuestión
obtenga en jurisdicción local una decisión del superior tribunal de la provincia, y b”) producida su
DD
intervención, quede abierta la posibilidad última de acceso posterior a la jurisdicción federal (que
se da mediante el recurso extraordinario ante la Corte Suprema).
c) Cuando en juicios que tramitan ante tribunales locales existe una cuestión constitucional
provincial que no excede el marco del derecho local, el control constitucional se recluye en el
LA
federales (supuesto del inc. d), los tribunales locales no pueden negarse a resolver la cuestión
federal; f’) si el derecho local se los impide, la norma local es inconstitucional; f') debe quedar
abierto el posible acceso ulterior a la jurisdicción federal, una vez que ha recaído la necesaria
decisión del superior tribunal de la jurisdicción local.
8. — A partir de 1986 en el caso “Strada” el derecho judicial de la Corte ha establecido que para
acceder desde las jurisdicciones provinciales a la jurisdicción federal en instancia extraordinaria
ante la Corte Suprema en las causas que contienen una cuestión constitucional federal, es
inexorable que, previamente, se agoten las instancias provinciales ante el superior tribunal de
justicia local, con independencia de que la organización y legislación provinciales tengan o no
9. — Las normas legales que en alguna clase de procesos judiciales inhiben el control de
constitucionalidad, son constitucionales. Ello porque todo tribunal judicial, en cualquier tipo de
proceso, puede y debe resolver una cuestión constitucional vinculada con la causa.
OM
El control de constitucionalidad sin petición de parte
10. — Es sabido que el control de constitucionalidad en nuestro régimen requiere como base un
proceso una causa judiciales en los que, al tenerse que dictar sentencia, se hace necesario
efectuar aquel control y, eventualmente, declarar la inconstitucionalidad de una norma o de un
acto relacionados con la materia de la causa.
.C
De acá en adelante surgen los interrogantes y las discrepancias: ¿es menester que en esa causa
exista “petición ’’ de parte impetrando el control mediante tacha de inconstitucionalidad?; o, al
contrario, ¿aunque falle esta petición, el juez puede declarar la inconstitucionalidad?; o, todavía
DD
más, ¿aun sin petición debe declararla?
11. — La primera conclusión (heterodoxa, por cierto) que a nuestro criterio deriva de este,
FI
inconstitucionalidad en una causa, y si las partes pueden renunciar a pedir la declaración judicial,
la supremacía de la constitución no es de orden público. Todo esto es equivocado.
12. — En el viejo caso “Los Lagos c/Gobierno Nacional” (del año 1941), la Corte alegó que el
control constitucional sin pedido de porté vendría a significar que los jueces pueden controlar por
propia Iniciativa (de oficio) los actos legislativos o los decretos de la administración, lo que a su
criterio rompe el equilibrio de poderes por la absorción del poder judicial en desmedro de los
otros dos.
En efecto, de los nueve jueces de la Corte cuatro avalaron el control de oficio, y dos lo hicieron
implícitamente, con lo que, a partir de allí, cabría decir-como mínimo-que la negatoria del control
oficio ha suavizado su rigidez.
14. — Para propugnar el control "de oficio” recordemos que el control de constitucionalidad hace
OM
parte esencial e ineludible de la función judicial de interpretación y aplicación del derecho vigente
para cada proceso y, por eso, debe efectuarse por el juez aunque no se lo pida la parte, porque
configura un aspecto del "iura novit curia”, que significa: “el juez suple el derecho que las partes
no le invocan o que le invocan mal”.
El juez depende de las partes en lo que "tiene " que fallar, pero no en ‘'cómo’' debe fallar. El
.C
control aludido importa una cuestión de derecho, y en ella el juez no está vinculado por el derecho
que las partes le invocan. En consecuencia, configurada la causa judicial, la declaración de
inconstitucionalidad es procedente sin petición expresa, cuando en el derecho aplicable el juez
descubre la inconstitucionalidad.
DD
Las cuestiones "políticas"
15. — Es sabido que en nuestro derecho constitucional del poder se denominan cuestiones
LA
El aspecto fundamental de las cuestiones políticas radica, entonces, en que la exención de control
judicial involucra exención de control de constitucionalidad.
FI
16. — La retracción del control judicial en las cuestiones políticas importa, para nosotros, una
construcción defectuosa que tiene vigencia por obra del derecho judicial derivado de la Corte. En
tomo del punto, afirmamos que:
afectada, en cuanto le impide obtener una sentencia que resuelva la cuestión política propuesta o
comprometida en la causa: la sentencia que se dicta no lo hace, porque se limita a decir que sobre
aquella cuestión el juez no puede pronunciarse;
c) Con ello se impide asimismo remediarla eventual inconstitucionalidad de las actividades que,
por configurar cuestiones políticas, quedan exentas de control judicial.
OM
Posibles ampliaciones
a) dar holgura y añadiduras a las actuales acciones de constitucionalidad (o vías directas, como
amparo, habeas corpus, acción declarativa, etc.): h) prever para ciertos casos la acción popular c)
.C
no apelar a la no judíciabilidad de determinadas cuestiones calificadas como “políticas” para
eximirlas de control: d) no usar abusivamente la categoría de facultades “privativas” con igual
finalidad; e) prever mediante ley el efecto erga omnes o derogatorio que, respecto de normas
DD
declaradas inconstitucionales, pueden producir las sentencias de la Corte Suprema.
Este es un horizonte propicio para pensar elasticidades que suponemos valiosas en materia de
control.
18. — Mediante reforma constitucional, sigue expendí en te la opción para crear un Tribunal o
LA
Corte Constitucional, al estilo del derecho comparado que registra ese sistema con modalidades
diversas.
FI
OM
1. – La jurisdicción federal es definida por Hugo Alsina como la facultad conferida al poder judicial
de la nación (dígase del estado federal) para administrar justicia en los casos, sobre las personas y
en los lugares especialmente determinados por la constitución.
Esta jurisdicción (judicial) federal es ejercida por óiganos que se llaman tribunales de justicia (o
judiciales), cuyo conjunto integra el poder judicial federal (o "de la nación”).
.C
Además de la Corle Suprema como “cabeza” del poder judicial, hay por creación de la ley
tribunales federales de primera instancia (juzgados) y de segunda instancia (cámaras de
apelaciones).
DD
2. — A diferencia de los otros dos órganos del gobierno federal -poder ejecutivo y congreso- que
están radicados en la capital federal, el poder judicial federal no circunscribe el asiento (o la sede)
de la totalidad de sus tribunales a la capital federal. Además de tribunales federales en la ciudad
de Buenos Aires los hay en territorio de provincias, para ejercer jurisdicción en los casos que, por
LA
Sí en vez, de hablar de "poder judicial federar y “poder judicial provincial” apelamos a "poder
judicial federal” y "poder judicial local”, hay que hacer en el último un desdoblamiento en: a)
poder judicial provincial, y b) poder judicial de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
de justicia federal
OM
a) Provincial (tantas como provincias hay)
.C
Los caracteres de la jurisdicción federal
DD
4. — La jurisdicción federal está atribuida a los órganos del poder judicial del estado federal por
los art. 116 y 117 de la constitución, y regulada en diversas leyes.
a) Es limitada y de excepción, lo que quiere decir que sólo se ejerce en los casos que la
constitución y las leyes reglamentarias señalan.
FI
b) Es privativa y excluyen te, lo que significa que, en principio, no pueden los tribunales
provinciales conocer de las causas que pertenecen a la jurisdicción federal.
En términos generales, cabe afirmar que: b’) La jurisdicción federal admite que la ley del congreso
regule los casos de su competencia, sin que se oponga a ello la generalidad de los términos del art.
116, atento que el art. 75 inc. 20 presupone que la organización de los tribunales federales por ley
del congreso incluye la de atribuirles jurisdicción y competencia; b") además de esta regulación
legal, hay casos en que las “partes” a cuyo favor está discernida la jurisdicción federal pueden
prorrogaría a favor cíe tribunales no federales.
a) en primer término, "todas las causas" quiere decir que entre las allí incluidas no se exceptúa
OM
ninguna:
b) en segundo término, “todas las causas” quiere decir que dichas causas deben necesariamente
atribuirse a los tribunales federales (al menos en su instancia final), mientras las "demás” causas
que el art. 116 individualiza sin precederlas del adjetivo todas (salvo las de competencia originaria
y exclusiva de la Corte que deslinda el 117), pueden ser excluidas de la jurisdicción federal por ley
.C
del congreso, en caso de no existir el propósito que informa a dicha jurisdicción.
7. — El art. 116 utiliza los vocablos causa y asunto, que en el lenguaje constitucional y procesal han
sido asimilados también a caso proceso, juicio, pleito, cuestión, etc.
FI
8. — Nuestra constitución alude a la Corte Suprema y a los demás tribunales inferiores cuya
creación es competencia del congreso, pero no divide ni multiplica instancias. La única
a) la coordinación de los arts. 116 y 117 de la constitución conduce a advenir que ella esboza
linealmente dos clases de causas: a’) Las que desde el art. 116 pueden llegar a la jurisdicción
apelada de la Corte “según las reglas y excepciones que prescriba el congreso” (a tenor de la
fórmula que usa el art. 117): a”) las de jurisdicción originaria y exclusiva de la Corte, taxativamente
señaladas en el art. 117;
c) si el art. 117 prevé la jurisdicción apelada de la Corte “según las reglas y excepciones que
prescriba el congreso”, es indudable que entre las causas comprendidas en el art. 116, ‘'algunas”
han de disponer por ley de un recurso que les proporcione acceso a la jurisdicción apelado de la
Corte, lo que nos demuestra que
OM
porque, conforme al art, 117 de la constitución, debe existir (no en todos los casos, pero en
algunos).
Además:
.C
los procesos tramitan ante tribunales federales como locales.
9. — También es indispensable que exista una vía recursiva de acceso a la jurisdicción federal en
DD
los siguientes casos:
c) respecto de las decisiones que en procesos tramitados ante tribunales provinciales deben dictar
los superiores tribunales de provincia para abrir la jurisdicción apelada de la Corte cuando tas
causas contienen una cuestión constitucional federal.
FI
10. — En este rubro se agrupan tres clases de causas que en el art. 116 vienen precedidas por la
palabra “todas", y que son federales por razón de la "materia": las que versan sobre puntos
regidos por a) la constitución federal; b) las leyes federales; c) los tratados internacionales.
En la trilogía aludida no se agolan las causas federales por razón de "materia el propio art. 116 trae
expresamente a continuación las de almirantazgo y jurisdicción marítima, que también son
federales por su materia. Las leyes del congreso han podido asignar asimismo a la jurisdicción
federal otras causas por razón de su ‘'materia”, como por ej.; las regidas por el derecho
aeronáutico, por el derecho aduanero, etc.: pero, en rigor, los "añadidos" que por razón de
materia introduce el congreso responden a la naturaleza federal de las respectivas leyes, y se
subsumen en los casos regidos por ‘‘leyes federales”.
12. — Vale reiterar asimismo que si en una causa regida por el derecho común se inserta una
OM
cuestión federal, la jurisdicción federal apelada debe quedar disponible para resolverla.
13. — Son federales todas las causas que versan sobre puntos regidos por tratados con los otros
estados y, genéricamente, por el derecho internacional. De ahí que este tipo de causas involucra
también las reguladas por derecho internacional consuetudinario (o derecho de gentes).
.C
Los tratados internacionales cualquiera sea la materia que regulan, siempre tienen naturaleza y
carácter de derecho federal, también cuando abarcan materias que en nuestro derecho interno
son propias del "derecho común” (civil, penal, comercial, etc.).
DD
14. — La competencia de los tribunales federales por razón de materia (federal) sólo es
inicialmente federal y sólo obliga a radicar el proceso ante un tribunal federal cuando la causa
queda “dilectamente” e “inmediatamente” regida por el derecho federa): cuando no queda
“directamente” ni “inmediatamente” regida por el derecho federal, pero guarda relación con él, la
causa no es inicialmente de competencia de los tribunales federales por su materia, y debe
LA
tramitar (si así corresponde) ante un tribunal provincial; pero esto obliga a que en este caso haya
una instancia apelada en jurisdicción federal.
15. — Las causas que por ratón de ‘‘materia " (no federal) se sustraen a la jurisdicción federal,
pueden llegara pertenecerá dicha jurisdicción por razón de "personas" (o por razón de "lugar",
FI
16. —Por razón de la “materia", son de competencia de los tribunales federales las causas de
almirantazgo y jurisdicción marítima.
La voz "almirantazgo” proviene del derecho inglés, y se refiere a los hechos que acontecen en el
mar, más allá de las líneas de alta y baja marca.
Genéricamente. La Corte Suprema ha conceptuado que la materia está dada por “la navegación y
el comercio marítimos”.
18. — El art. 116 señala como competencia de la justicia federal los asuntos en que la “nación ”
sea parte.
OM
La constitución sigue utilizando erróneamente el término nación cuando se refiere al estado
federal, en una evidente contusión de conceptos, ya que uno es sociológico, y el otro político. Por
ende, donde el artículo suscita jurisdicción federal cuando "la nación" es parte, debemos leer:
amado “el estado federal " es parte.
19. — La jurisdicción federal en causas en que el estado es parte se discierne “ratione personae”
.C
(por razón de parte) y, por lo tanto, no interesa la materia de la causa (o el derecho que la rige),
20. — En nuestro derecho constitucional del poder, nunca pudo ser dudoso que el estado federal
es justiciable porque el art. 116 de la constitución incluye entre las “causas judiciales” que son de
competencia del poder judicial federal, aquellas en que la ''nación” (léase “el estado”) es parte.
Afirmar que el estado “es parte” en una causa judicial significa presuponer que es justiciable.
FI
21. — Sin entrar al detalle de las leyes que regulan las demandas contra el estado, creemos que no
es inconstitucional prever en ellas que antes de promover juicio contra el estado haya que
efectuaren determinados casos una reclamación administrativa previa.
Las provincias que demandan al estado federal no quedan sometidas, sin embargo, a observar el
requisito de la reclamación administrativa previa ante él (ver doctrina del fallo de la Corte en el
caso “Provincia de Salta c/Estado Nacional”, del 25 de julio de 1985).
24. — Solamente razones inequívocas y fundadas de real emergencia permiten, por excepción,
OM
considerar constitucionales a las leyes que, temporalmente limitadas a plazos breves, dilatan o
suspenden el cumplimiento parparte del estado de las sentencias de condena dictadas en su
contra.
25.— Como principio general del derecho judicial vigente, citamos el que surge de Lo
jurisprudencia de la Corte en el caso ``Chiodetti, Remo J. y otros d Gobierno Nacional`` -del año
.C
1967-; el carácter declarativo de las sentencias contra e) estado no significa, en modo alguno, una
suerte de autorización al estado para que no las cumpla, porque ello importaría tanto como
colocarlo fuera del orden jurídico, cuando es precisamente quien debe velar por su respeto: por
DD
ello, el art. 7º de la ley 3952 no descarta una pertinente intervención judicial tendiente al
adecuado acatamiento del fallo cuando se dilata irrazonablemente su cumplimiento.
26. — El art. 116-entre las causas que incluye dentro de la jurisdicción federal de nuestros
tribunales- prevé algunas en que es "parte” un estado extranjero: o sea, admite como posible que
un estado extranjero litigue ante tribunales argentinos. De aquí inferimos que si los estados
LA
extranjeros son justiciables por nuestra constitución en jurisdicción argentina la elemental regla de
igualdad, reciprocidad y coherencia conduce a afirmar que a la inversa la constitución permite
implícitamente que nuestro estado sea justiciable ante tribunales extranjeros.
FI
27. — Analizadas las causas en que el estado es parte resta otro cúmulo en que también dicha
jurisdicción está dada por el art. 116 en virtud de (o en razón de) las personas o partes. Si se lo lee
atentamente se advierte una diferencia con el enunciado de las causas (o los asuntos) en que “la
nación (el estado) es parte, sin indicarse cuál es -o debe ser- la otra parte; es decir, basta que el
estado sea parte. En cambio, en las causas que ahora hemos de enunciar se emplea otra
terminología, porque se habla de causas “que se susciten entre..." o "contra" tales y cuales partes;
es decir, aquí viene indicado cuál es -o debe ser- la parte adora y la parte demandada. La
terminología aludida sólo reviste -por ende-el alcance de señalar la bilateralidad de partes que han
de intervenir en un proceso para que quede comprendido en el art. 116.
29. — Desglosando la serie de causas por razón de partes que aquí analizamos obtenemos las
siguientes:
OM
b) "provincia " con "vecinas de otra provincia
.C
e) “vecinos de una provincia” con “vecinos de otra provincia
30. — Si pretendiéramos alargar las causas por razón de partes, incluyendo aquéllas en que es
parte el estado federal, cabría añadir a los incisos a) a g) las causas entre:
31. — Las posibles cuatro causas de jurisdicción federal por razón de “personas” en que aparece
una provincia como parte a tenor del art. 116, son:
Estos cuatro tipos de causas son, además, de competencia originaria y exclusiva de la Corte en
virtud del art. 117.
a) Entre “una provincia y el estado federar (la “nación"), que son de jurisdicción federal porque es
parte el estado (y no porque lo sea una provincia) (y a nuestro criterio, no son de competencia
originaria de la Corte);
b) Entre “una provincia y sus vecinos" (que no son de jurisdicción federal por razón de personas,
aunque puedan serlo por razón de materia) (y en caso de serlo por razón de materia, tampoco son
OM
de competencia originaria de la Corte).
33. — Las provincias son personas jurídicas '‘estatales", o sea, son “estados ’’ con personalidad de
.C
derecho público.
constitución federal: por eso, las normas de derecho provincial (constitución provincial, leyes
provinciales, etc.) no pueden regularla. De ahí que el derecho judicial emanado de la Corte
Suprema considere inconstitucional a toda norma del derecho provincial que reglamenta o
condiciona la justiciabilidad de las provincias ante tribunales federales (por ej., las normas locales
que exigen reclamación administrativa previa en jurisdicción provincial para poder demandar a
FI
una provincia).
Al contrario, las provincias pueden reglar razonablemente su acceso a los tribunales propios
(imponiendo, por ej., la reclamación administrativa previa en sede local para poder ser
demandadas judicialmente). Igualmente el procedimiento.
34. — El art. 116 establece la jurisdicción federal para las causas que se suscitan:
35. — Son también de jurisdicción federal las causas en que son parte una provincia o sus vecinos
con un ciudadano extranjero.
Se reputa tal no sólo al habitante extranjero, sino también a quien, sin ser habitante ni tener
domicilio en territorio argentino, litiga ante sus tribunales.
OM
La extranjería debe probarse.
De la última parte del art. 116 surge que las causas posibles en que es parte un ciudadano
extranjero se suscitan entre: a) una provincia y un ciudadano extranjero: b) vecinos de una
provincia y un ciudadano extranjero (cualquiera sea la vecindad de éste). Podemos añadir: c) el
estado (federal) y una ciudadana extranjera (caso en el que la jurisdicción federal surge por ser
.C
parte el estado).
c) si no la consiente y el acto por el cual se pretende someterlo a juicio no tiene naturaleza de acto
FI
a) para hacer justiciable a un estado extranjero por “actos de imperio`` hace falta que ese estado
consterna la jurisdicción de los tribunales argentinos: b) si se trata de actos que no son de imperio
(“iure gestionis”) ese con sentí miento no hace falto.
37. — El art. 116 prevé expresamente la jurisdicción federal cuando es parte un estado extranjero
para los casos que se susciten:
b) vecinos de una provincia y un estado extranjero, sin que importe cuál de ambos es parte adora
o parte demandada. Implícitamente, como los asuntos en que nuestro estado (la ‘'nación``) es
38. — Los organismos o entes internacionales con personalidad internacional deben asimilarse a
los estados extranjeros a efectos de suscitar la jurisdicción federal cuando litigan en nuestro
estado.
OM
Las causas criminales
39. — Nos resta decir algo sobre la competencia de la justicia federal en causas penales. Ella
puede surgir: a) en razón de materia (federal) por la naturaleza (federal) del hecho criminoso: b)
en razón del lagar donde se ha cometido; e) en razón de materia y de persona, por la naturaleza
del hecho y La calidad del autor.
.C
Las causas suprimidas en 1860
40. — En el texto originario de 1853, el artículo que después de la reforma de 1860 llevó número
100 (y entonces era el 97) contenía algunos asuntos y causas como propios de la jurisdicción
DD
federal, que fueron suprimidos en la mencionada enmienda.
a) los “recursos de fuerza`` (que eran apelaciones contra resoluciones y procedimientos de los
tribunales eclesiásticos):
b) los ‘'conflictos entre los diferentes poderes públicos de una misma provincia``;
FI
c) las causas que se suscitaren “entre una provincia y sus propios vecinos”.
41. — La jurisdicción federal estipulada en el art. 116 determina globalmente las causas y los
asuntos que, en términos generales, son de jurisdicción de los tribunales federales, sin dividir
instancias ni competencia.
La constitución sólo especifica luego -en el art. 117- los casos en que esa competencia es originaría
y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia. Y el propio art. 117 aclara que salvo “estos casos", en
todos los demás el congreso puede establecer las “reglas y excepciones” que regirán la jurisdicción
“apelada " de la Corte.
OM
42. — El art. 117 en su primera parte dice que en los casos agrupados en el art. 116 la Corte
Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y excepciones que prescriba el
congreso; pero...” (y aquí aparece la jurisdicción originaria y exclusiva).
.C
a) Que las causas en que resulta competente la Corte en jurisdicción apelada dependen de lo que
establezca la ley que dicta el congreso reglamentando esa jurisdicción, de forma que: a’) no es
imposición constitucional que “todas” las causas del art. 116 puedan acceder en apelación a la
DD
Corte; pero a”) estando previsto en la constitución que debe existir la jurisdicción apelada de la
Corte, “algunas” de esas causas han de poder llegar a tal jurisdicción, a criterio de la ley del
congreso.
LA
43. — El derecho judicial emanado de la jurisprudencia de la Corte sostiene que el tribunal tiene,
cuanto órgano supremo del poder judicial y cabeza de uno de los poderes del estado, poderes
implícitos que le son connaturales e irrenunciables para salvaguardar la eficacia de la
FI
administración de justicia.
El leading case del “per saltum" es el fallo de la Corte Suprema del 6 de setiembre de 1990 en el
caso “Dromi José R., ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, s/avocación en autos:
45. — Estamos rotundamente convencidos de que el “per saltum” sin ley del congreso que lo
prevea es inconstitucional.
a) una primera, muy genérica, nos recuerda que la jurisdicción apelada de la Corte funciona según
OM
las reglas y excepciones que establece el congreso (art. 117);
b) las leyes tienen reglamentadas las instancias procesales de las causas que pueden llegar en
último término a la Corte; sin habilitación legal, la Corte no puede abreviar los procesos con
salteamiento de esas instancias:
c) si existiendo diversidad de instancias la propia Corte afirma que no puede privarse al justiciable
.C
del derecho a usarlas y recorrerlas, parece imposible que ella misma, al saltearlas, impida que
aquél ejerza el derecho:
d) en la hipótesis de que sean todos los justiciables intervinientes en un proceso los que resuelvan
DD
saltear instancias para arribar “per saltum`' a la extraordinaria de la Corte, hay que decir que el
derecho que tienen de provocarlas y utilizarlas no incluye el de privar a los tribunales de instancias
inferiores a la Corte del ejercicio de su competencia de orden público, que no se halla a disposición
del acuerdo de partes para su salteamiento, ni para abreviar el carril de acceso final a la Corte.
LA
En suma, solamente la ley que establece las instancias puede, por paralelismo, admitir las
excepciones a su empleo. No la Corte ni las partes.
FI
CAPITULO XLIX
Su encuadre
1. — Después de enunciar en el art. 116 las causas y los asuntos que globalmente corresponden a
la jurisdicción federal, dice el 117: ``En estos casos, la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por
2. — Si hiciéramos una especie de redacción aclaratoria del art. 117, diríamos que contiene la
siguiente formulación:
En los casos de jurisdicción federal que, de modo genérico, enuncia el art. 116, la Corte tendrá
competencia por apelación según lo que establezca el congreso, aumentándola o restringiéndola,
OM
Pero entre esos mismos casos, hay dos en que la Corte ejercerá competencia a título originaría y
exclusivo; a) Asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros; b) asuntos
en los que sea parte una provincia.
3. — El art. 117 es como una prolongación del 116, tanto que por su misma redacción se aprecia
que lo continua, en forma que casi podrían incluirse ambos en una sola y misma norma con
.C
numeración única. De este modo, los asuntos de competencia originaria y exclusiva previstos en el
art. 117, no son asuntos nuevos, sino asuntos que la disposición extrae de entre los que el 116
encomendó a la jurisdicción federal de modo genérico.
DD
Cualquiera de las causas enumeradas en el 117 debe ser una causa que enunció el anterior, y que
“pasa” al 117 porque en el 116 ya se le deparó la jurisdicción federal.
b) Que, por ser norma inmediatamente operativa de la constitución, el congreso no puede ampliar
ni restringir esa competencia, añadiendo otras causas o retaceando las enumeradas en el art. 117;
FI
c) Que si esa competencia es intangible para el congreso, es asimismo improrrogable por las
partes:
e) Que por ello, la Corte controla de oficio (o sea, sin petición de parte) la integridad de su
Competencia originaria y exclusiva.
5. — Resulta para nosotros importantísimo reiterar que la jurisdicción originaría y exclusiva jamás
puede depender de la “materia" de la causa, sino únicamente de las “personas” (o partes) a las
que concierne la causa, o que como parles intervienen en ella; por eso es inconstitucional mezclar
en la jurisdicción originaria la “materia“ de la causa para ampliar o para disminuir esa jurisdicción.
La “materia” no sirve para hacer entrar o salir una causa que es “ratione personae" y que en el 117
se halla enumerada por extracción del 116.
e) La Corte admite controlar de oficio (o sea, sin petición de parte) cualquier norma o acto que
OM
viole su competencia originaria y exclusiva.
.C
Las causas en que es parte una provincia
DD
9. — El art. 117 dice que corresponde a la Corte ejercer su jurisdicción originaria y exclusivamente
en los asuntos (causas) en los que fuese parte una provincia.
En nuestra interpretación, sólo procede esa competencia originaria cuando en una causa es parte
una provincia con alguna “otra parte” de las cuatro que menciona el art. 116, de forma que no
siempre que en un juicio “es parte una provincia " debe abrirse la competencia originaria de la
LA
Corte, sino únicamente cuando, según cuál sea la "otra parte". La causa en que es parte una
provincia está asignada a la jurisdicción federal “por razón de personas" en el art. 116.
8. — Valga, entonces, repetir cuáles son las cuatro únicas causas del art. 116 a que nos venimos
refiriendo;
FI
Y nada más.
Por eso, para nosotros, no son de competencia originaria y exclusiva de la Corte las causas en que
litigan; á) provincia con sus propios vecinos (salvo que el avecindado sea extranjero); b) provincia
con el estado federal (la “nación``)
9. — La jurisdicción originaria y .exclusiva de La Corte que prevé el art. 127 de la constitución con
carácter de dirimente para resolver las quejas entre provincias, no configura -pese a su naturaleza
10. — A los efectos de su competencia originaria la Corte exige que para que una provincia pueda
ser tenida por “parte" en la forma prevista por el art. 117, la provincia debe ser parte “nominal" y
“sustancia``.
11. — Asimismo, la competencia originaria y exclusiva de la Corte en los cuatro casos en que es
parte una Provincia, no desaparece por el hecho de que al juicio concurran otros litisconsorte o
OM
terceros no aforados.
a) La ha ampliado cuando:
.C
a') se trata de causas entre una provincia v sus propios vecinos, si la “materia” es federal (puntos
regidos por la constitución, o leyes federales, o tratados internacionales);
DD
a”) se trata de causas entre una provincia y el estado federal, si la “materia” es federal en iguales
condiciones.
b) La ha disminuido cuando, pese a ser parle una provincia en alguna de las cuatro causas que
provocarían su competencia originaria y exclusiva. La “materia” de esas causas versa sobre
LA
13. — Los agentes diplomáticos -al igual que los estados extranjeros- están investidos por las
normas del derecho internacional público de un privilegio de inmunidad frente a la jurisdicción del
estado en que actúan como representantes del propio. Esa inmunidad los exime de la jurisdicción
de los tribunales de justicia del estado ante el cual ejercen su función. La violación del privilegio
Por la Convención de Viena sobre relaciones consulares, de 1963, de la que Argentina es parte, se
reconoce a los cónsules una inmunidad de jurisdicción restringida.
14. — La inmunidad de jurisdicción de los diplomáticos depende en su alcance y en sus efectos del
derecho internacional público. Ni el art. 116 ni el 117 reenvían a él, pero desde siempre el
derecho argentino ha ajustado la intervención de la Corte Suprema al modo como le corresponde
de acuerdo al derecho de gentes".
OM
derecho internacional no la cubre con la inmunidad, la Corte podrá entender en ella sin necesidad
del consentimiento a la jurisdicción argentina;
.C
c) Todo ello porque ni la ley, ni el derecho judicial, ni el derecho internacional público, pueden
ampliar o disminuir la competencia originaria de la Corte en causas que realmente “conciernen” a
diplomáticos.
DD
16. — La Corte debe conocer del modo como puede hacerlo un tribunal con arreglo al derecho de
gentes. Norma tan antigua en nuestro régimen presupone que la causa no es judiciable por la
Corte sin previa renuncia al privilegio de exención de jurisdicción (si existe para el caso).
LA
Entendemos que no basta la conformidad personal del embajador o ministro, sino que es
necesaria la del estado extranjero cuya representación diplomática ejercen. Ello viene impuesto,
además, por el art. 32 de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
Estimamos que una vez que se ha prestado conformidad para allanar la inmunidad, el respectivo
FI
17. — La inmunidad de jurisdicción que nuestro derecho admite respecto de los diplomáticos ante
Los tribunales argentinos no viola el derecho a la jurisdicción que nuestra constitución acuerda a
los justiciables, porque queda abierto a favor de estos el acceso a la jurisdicción ante los tribunales
18. — Causas y asuntos “concernientes" a embajadores, etc., no son únicamente aquellos en que
procesalmente y formalmente es “parte" uno de los agentes mentados en el art, 117,
19.— Para saber que son “embajadores``, “ministros” y “cónsules" (a quienes debe “concernirles”
la causa), estamos ciertos de que la interpretación de la norma constitucional debe
necesariamente remitirse a las definiciones del derecho internacional público, de forma que a los
efectos del correspondiente texto de la constitución, son “embajadores”, “ministros”, y “cónsules”
extranjeros aquellos agentes diplomáticos y consulares a los que el derecho internacional
considera de ese rango.
OM
20. — No hay duda de que los arts. 116 y 117 se refieren a agentes diplomáticos extranjeros, o
sea, acreditados por otro estado ante el nuestro, lo que significa que las causas concernientes a
agentes diplomáticos que nuestro estado acredita en otro, escapan a La previsión especial de
estas normas,
.C
21. — Las demandas que se promueven contra “embajadas" extranjeras están mal enfocadas: una
embajada carece de personería y legitimación para estar en juicio y no es demandable. Las
demandas deben dirigirse contra el titular de la embajada (embajador extranjero) o contra el
respectivo estado extranjero, según proceda en cada caso.
DD
Las causas concernientes a cónsules extranjeros
22. — Con respecto a los cónsules extranjeros debemos comenzar recordando que: a) los arts. 116
LA
y 117 los colocan en paridad de condiciones con los embajadores y ministros públicos a efectos de
hacer surtir la competencia originaria y exclusiva de la Corte en causas o asuntos que les
conciernen; b) pero según el derecho internacional público, no ostentan carácter de agentes
diplomáticos.
FI
23. — Los cónsules no gozan en el derecho internacional de una inmunidad de jurisdicción que
tenga, igual alcance que la de los diplomáticos. El art. 43 de la Convención de Viena sobre
relaciones consulares la confiere sólo por actos ejecutados en ejercicio de la función consular. Y
aún así contempla algunas excepciones.
Sin embargo, "causa concerniente” a cónsules extranjeros tiene una amplitud que no discrimina
hipótesis diferentes para el caso de actos cumplidos en el desempeño de su función y para el de
negocios privados o personales. Por ende, ni la ley ni el derecho judicial pueden válidamente
regular la competencia originaria de la Corte sobre la base de ese dualismo no incluido en las
normas constitucionales.
Sin embargo, hay vieja jurisprudencia de La Corte que restringe su competencia originaria al caso
en que están afectados privilegios y exenciones de los cónsules en su carácter público.
OM
CAPITULO L
.C
EL RECURSO EXTRAORDINARIO
DD
La apelación ante la jurisdicción extraordinaria de la Corte Suprema
1. — Como primera descripción, cabe decir que el recurso extraordinario es un recurso, o sea una
vía de acceso a la Corte que no es originaria, sino posterior a una instancia previa o anterior. En
este sentido, responde a la previsión constitucional de que haya una jurisdicción no originaria
(apelada) de la Corte según el art. 117.
LA
De todos modos, sus características son especiales. Por algo se lo llama “extraordinario”, o sea,
“no ordinario".
federal. Puede decirse que es “parcial” porque recae sobre la “parte” federal (constitucional)
exclusivamente.
No faltan opiniones que ven en la vía que analizamos una especio de "casación” constitucional o
federal.
2. — Los artículos clave del recurso extraordinario son el 14, el, 15 y el 16 de la ley 48.
3. — El objeto del recurso extraordinario consiste, lato sensu, en asegurar en última instancia ante
la Corte el control de la supremacía constitucional.
Se puede definir la cuestión constitucional como una cuestión “de derecho" en que, directa o
indirectamente, está comprometida la constitución federal (sea en su interpretación sea en su
supremacía).
OM
“simple”; b) cuestión constitucional “compleja".
.C
6. — La cuestión constitucional “simple" recae, entonces, sobre la interpretación de:
e) otras normas federales (por ej., reglamentos autónomos del poder ejecutivo, resoluciones o
instrucciones ministeriales, etc.);
b) compleja "indirecta ", cuando el conflicto se suscita entre normas o actos infraconstitucionales
que, dentro de su gradación jerárquica, infringen "indirectamente" a la constitución federal que
establece la prelación de la norma o del acto superiores sobre los inferiores.
a) la constitución federal más los tratados con jerarquía constitucional por un lado, y:
b) por el otro, una ley del congreso (de cualquier naturaleza: federal, de derecho común, o local);
b`) un tratado internacional sin jerarquía constitucional: b“) un acto de autoridad federal: b```) una
a) conflicto entre normas o actos de autoridad federales -por ej.: entre un decreto reglamentario y
la ley reglamentaria-;
b) conflicto entre normas federales y locales -por ej.: entre una ley federal y una ley o decreto
OM
provincial-;
c) conflicto entre normas nacionales de derecho común y normas provinciales por ej.: entre una
norma del código civil y una constitución o ley provinciales-;
.C
e) conflicto entre actos federales y normas provinciales;
b) Las cuestiones de hecho y prueba (salvo que por su íntima conexión con puntos de derecho
LA
Se suele agregar que, como principio, también le son extrañas: c) Las cuestiones sobre
interpretación del derecho procesal federal.
FI
sentencia que, por arbitrariedad es inconstitucional, hay más que fundamento para sostener que
se trata de una “cuestión constitucional compleja directa``.
d) las que omiten resolver una o más pretensiones articuladas por las partes;
e) las que resuelven pretensiones que no forman parle del objeto, del proceso porque no fueron
articuladas por las partes;
f) las que dan por probado algo que no está probado en el juicio;
g) las que omiten considerar y valorar pruebas conducentes a la solución del caso:
OM
h) las que incurren en grave violación del debido proceso.
Este sencillo muestrario es suficiente para abarcar la serie de situaciones que, analógicamente,
pueden encuadrar en la hipótesis de la arbitrariedad de sentencia.
.C
El carril: sentencia - juicio - tribunal judicial
11. — La primera pregunta atiende a saber “contra qué” se recurre en instancia extraordinaria; o
DD
dentro de que “marco” previo debe situarse, y ese “algo” contra lo que se recurre. Se recurre
“contra” una sentencia, y esa sentencia se sitúa "dentro” del “marco” de un juicio; la sentencia
debe provenir —como principio— de tribunales del poder judicial sean federales o provinciales.
Ordenando la exposición tenemos: a) sentencia; b) (dictada en) juicio: e) (por un) tribunal judicial.
LA
VA UN CUADRO…
1) Requisitos “comunes”
e) gravamen o agravio para quien deduce el recurso, con interés personal en la cuestión;
2) Requisitos “propios”;
b) relación directa entre esa cuestión constitucional y la solución que la sentencia recurrida ha
dado al juicio:
OM
c) que la sentencia recurrida haya sido contraria (y no favorable) al derecho federal invocado por
el proponente:
d) existencia de:
.C
d”) el superior (último) tribunal competente de la causa (para resolver la cuestión constitucional).
3) Requisitos ''formales":
DD
a) introducción oportuna y clara (o planteo “en tiempo ") de la cuestión constitucional en el juicio,
por parte de quien luego interpone el recurso (se llama también “reserva del caso federal" para el
recurso futuro).
c) Interposición por escrito del recurso contra la sentencia definitiva con debido fundamento y con
relación completa de las circunstancias del juicio que se vinculan a la cuestión constitucional
planteada.
14. — Conviene ahora abordar el requisito de que el tribunal contra cuyo fallo se recurre ante la
FI
Corte haya dictado sentencia en un “juicio", que podemos equiparar a proceso judicial.
En el derecho judicial de la Corte, y a los efectos del recurso extraordinario, juicio es “todo asunto
susceptible de ser llevado ante los tribunales de justicia mediante alguno de los procedimientos
15. —Tiene naturaleza de sentencia definitiva la decisión que pone fin a la cuestión debatida en el
juicio, de forma que tal cuestión no pueda ya renovarse o replantearse ni en ese juicio ni en otro
posterior.
El requisito de sentencia definitiva puede asimismo ser eximido cuando sobre la cuestión
constitucional anidada en el juicio so dicta una resolución que, sin ser sentencia definitiva, reviste
"gravedad institucional”.
16. — La conceptualización sobre el ‘‘tribunal superior de la causa" necesita aclararse desde una
OM
subdivisión elemental que deriva de aplicar el sentido de “superior tribunal de la causa" (de cada
una) en jurisdicción federal, y en jurisdicción de las provincias.
a) En jurisdicción federal, cuya última instancia posible es la de la Corte Suprema, cabe decir que
"cada causa” tiene su “superior tribunal” según la índole de esa causa (o proceso) y las instancias
que para ella proceden de la ley; normalmente, será un tribunal federal de alzada (o cámara de
.C
apelaciones), pero en algunos casos podrá ser un tribunal de primera instancia (juzgado) si es que
de su decisión no hay recurso ante un tribunal de segunda instancia (cámara de apelaciones).
17. — La conclusión es ésta: en "todos” los procesos que tramitan ante tribunales provinciales y en
los que existe una cuestión federal el superior tribunal de cada provincia tiene jurisdicción y
competencia de ejercicio obligatorio (aunque el, derecho provincial lo prohíba, o no suministre
FI
recursos) para decidir esa cuestión federal con carácter previo al recurso extraordinario ante la
Corte Suprema.
18. — Para hacer viable la jurisdicción federal en su última instancia, conforme al art. 116en
común con el 117, la regulación del acceso a la jurisdicción de la Corte Suprema desde las
jurisdicciones provinciales es competencia exclusiva de las leyes del congreso y del derecho
judicial de la propia Corte, con el objeto de prescribir cuál es el “superior tribunal de la causa " y
cuál la sentencia "definitiva " recurrible.
19. — Si la concesión del recurso extraordinario es denegada por el tribunal ante el cual se debe
interponer-que tiene que ser el "tribunal superior de la causa” en la que recayó la sentencia
“definitiva” que se apela y en las provincias, el superior tribunal de justicia local se puede acudir
en “queja " directamente ante la Corte Suprema.
OM
El recuso de queja -que también se denominado recurso “de hecho”- debe reproducir el
fundamento de] recurso extraordinario denegado y, además, atacar el fundamento de la
resolución por tu cual lo denegó el tribunal inferior ("superior tribunal de la causa”).
El certiorari
.C
20. — La ley 23.774, del año 1990, incorporó el certiorari en el art. 280 del código procesal civil y
comercial.
DD
Según la nueva norma, la Corte puede, según su sana discreción y con la sola invocación del art,
280, rechazar el recurso extraordinario en tres supuestos, que están tipificados así:
perfil de certiorari positivo (implícito) porque ante la diversidad de causas llegadas a la jurisdicción
apelada de la Corte, el tribunal que selecciona cuáles excluye en virtud del art. 280 del código
procesal, también opta por cuáles van a conocer y decidir.
21. — No cabe duda de que, lanío si la Corte emplea el certiorari para restringir como para asumir
22. — La circunstancia de que el art. 116 de la constitución obligue a que “todas las causas” que
por razón de materia componen el bloque de “constitución, leyes (federales) y tratados” tengan
posibilidad de acceso último a la jurisdicción federal (en nuestro caso, a la extraordinaria de la
Corte), no impide que en el umbral de ese eventual acceso la Corte disponga de una válvula legal
para abrir o cerrar su intervención. Ello porque el art. 117 prevé su jurisdicción apelada de acuerdo
a las reglas y excepciones que establezca el congreso, y tal es lo que ha hecho el congreso al dictar
la ley 23.774.
b) tampoco Jo es la hábil ilación que, con razonabilidad suficiente, permite a la Corte rechazar el
recurso extraordinario con la sola cita del art. 280 mencionado, porque la remisión a su sana
discreción descarta la arbitrariedad.
OM
CAPITULO LI
.C LA JURISDICCION SUPRAESTATAL
DD
La jurisdicción interna y la jurisdicción internacional
Pacto de San José de Costa Rica, acató la jurisdicción internacional de la Comisión interamericana
de Derechos Humanos por tiempo indefinido, y la de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos bajo condición de reciprocidad, conforme lo estableció la ley 23.054, aprobatoria de la
mencionada convención.
FI
2. — Hemos sostenido que conforme al art. 116 de nuestra constitución hay jurisdicción federal
improrrogable de nuestros tribunales en “todas” las causas que versan sobre pinitos regidos por
los tratados. Ello plantea duda acerca de si el acatamiento prestado por nuestro estado a la
jurisdicción internacional de la Corte Interamericana configura un supuesto de “prórroga”
a) la prórroga supone que en vez de ser juzgado un caso por tribunales argentinos lo es por
tribunales extranjeros; en el supuesto que analizamos. Hay que destacar que; a’) la Corte
interamericana es un tribunal internacional (supraestatal) y no un tribunal de un estado
extranjero: a”) además, no se sustituye el juzgamiento por los tribunales argentinos, ya que para el
acceso de un caso a la Corte Interamericana. Previa intervención de la Comisión, los particulares
denunciantes de violaciones al Pacto de San José deben agotar, como principio, las instancias
b) eventualmente, ello se refuerza al tomar en cuenta que ahora el Pacto De San José de Costa
Rica tiene jerarquía constitucional por la reforma de 1994, y que en las "condiciones de su
vigencia” a que se refiere el art. 75 inc. 22 de la constitución ha de darse por incluido -para
Argentina- el acatamiento a la jurisdicción supraestatal.
OM
implica instituir una suerte de juicio en dos instancias (una interna y otra internacional), porque la
Corte Interamericana no actúa como tribunal de alzada respecto del tribunal argentino que falló
en sede interna, ni revisa -por ende- su sentencia. Se trata de un proceso internacional que es
independiente del tramitado ante tribunal argentino, o sea, de un “nuevo juicio” distinto del
anterior finiquitado en sede interna.
.C
4. — Decir esto significa recordar que la Corte Interamericana no entra al análisis de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad que de acuerdo al derecho intento pueden afectar al
acto o la omisión acusados de violatorios al Pacto ante la jurisdicción supraestatal, lo que
demuestra que no hay identidad total de "materia” entre lo juzgado en sede interna y lo que se
DD
juzga en sede internacional.
5. — Nuestra comprensión de la doble jurisdicción -una interna y otra internacional- nos lleva a
sostener que ni la Corte Suprema de Justicia ha dejado de ser “Suprema” y (última instancia en
nuestra jurisdicción interna) ni la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un tribunal que
LA
CAPITULO LII
“GOBIERNOS DE PROVINCIA”
Este perfil no ha desaparecido con la reforma de 1994, pero ha recibido retoques con nuevas
competencias que ahora se agregan, y con la inserción de ese también nuevo sujeto de la relación
federal que es la ciudad autónoma de Buenos Aires.
Bien que con insistencia hemos recalcado que la ciudad de Buenos Aires no se equipara a una
OM
provincia, la inclusión del art. 129 en este sector de la constitución reviste el alcance, a nuestro
criterio, de servir como presunción favorable a la autonomía de la ciudad cada vez que haya que
despejar dudas o interpretar congruentemente normas ambiguas, y hasta para integrar carencias
normativas. Ello en todo cuanto hace a la situación de la dudad autónoma en relación con su
condición de capital federal y con las autoridades y competencias del gobierno federal.
.C
2. — El tradicional dualismo de `` estado federal`` nos acostumbró a hablar de; gobierno federal y
gobiernos provinciales, y de las respectivas competencias calificadas con Los dos mismos
adjetivos.
DD
La actual intercalación del gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires, no siempre permite
darlo por incluido implícitamente con la mención de los gobiernos provinciales” y sus recíprocas
competencias, porque la ciudad no es una provincia y no se la equipara, ni por naturaleza ni por
competencia.
LA
De ahí que a veces, y en cuanto haya semejanza de la ciudad con las provincias, pueda
genéricamente hacerse referencia a gobiernos "locales " y a competencias "locales`` si es que una
cuestión determinada habilita a substituir en esa categoría común a lo provincial y a lo propio de
la ciudad.
FI
3. — En rigor, el texto que va desde el art. 121 hasta el 129 obliga a hacer recapitulaciones y
reenvíos. De alguna manera, el desarrollo que procuramos dar a toda la constitución en este
Compendio contiene los lemas a los que acá hay que remitir.
después de 1994—, a las provincias, a la ciudad autónoma de Buenos Aires, con más el reparto de
competencias.
El art. 121, cuya redacción no ha variado con la reforma de 1994, incita a repetir que con ella
aparecieron nuevas competencias concurrentes en los arts. 41 y 75 inc. 17, y que se plasmó la
figura de la “ley-convenio” en materia de coparticipación federal impositiva (art. 75 inc. 2o).
En cuanto al art. 122, también sin modificaciones, cabe decir que la norma describe, en
convergencia con la primera parte del art. 123, la expresión de las autonomías provinciales. Debe
relacionarse, además, con la garantía federal que depara el art. 5º y con el remedio excepcional de
la intervención federal.
El art. 124 es nuevo, y agrupa una trilogía: la regionalización los convenios internacionales que
pueden concertar las provincias, y el dominio provincial de los recursos naturales.
El art. 125 reproduce en su primer párrafo el texto del ex art. 107, y en el párrafo segundo
desdobla: por un lado, competencias locales en materia de seguridad social y, por el otro,
competencias concurrentes entre el estallo federal, las provincias y la ciudad de Buenos Aires.
OM
El art. 126 no ha tenido modificaciones, y agrupa remisiones a poderes prohibidos a las provincias,
así como alusiones a temas varios (comercio, navegación, aduanas, bancos, moneda, etc.).
El art. 127 subsiste sin reforma, implícitamente, cabe ligarlo al tema de los límites
interprovinciales.
.C
También sin reforma, el art. 128 se refiere al deber federal de los gobernadores de provincias.
El nuevo art. 129 está dedicado al gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires.
DD
El Estatuto Organizativo de la ciudad de Buenos Aires
4. — El art. 129 dio la denominación de “Estatuto Organizativo” al ordenamiento que debía dictar-
y que dictó en 1996-el órgano de origen electivo convocado al electo.
LA
Arduo debate se suscitó en torno de esa denominación. ¿El Estatuto era o no era una
"constitución" para la ciudad autónoma?
Más allá de la discusión de vocabulario, recordemos que el preámbulo del Estatuto concluye
FI
La Ciudad ejerce todo el poder no conferido por la Constitución Nacional al Gobierno Federal.
“Artículo 3º. - Mientras la Ciudad de Buenos Aíres sea Capital de la República su Gobierno coopera
con las autoridades federales que residen en su territorio para el pleno ejercicio de sus poderes y
funciones…. (La bastardilla es nuestra.)
El texto del Estatuto es sumamente extenso; tiene 140 artículos y 24 cláusulas transitorias. El
contenido abarca principios generales; una detallada declaración de derechos y garantías; una
OM
serie de políticas especiales que cubren un arco amplio de materias y cuestiones, pura luego
entrar al detalle de la estructura orgánica y funcional del poder
.C
`` parte dogmática" que según ese enfoque, lie era impropia y ajena.
La debilidad del alegato cae sin esfuerzo cuando, más allá nuevamente del nombre asignado al
DD
Estatuto y hasta de su naturaleza antológica, damos por seguro que todo ordenamiento jurídico-
político destinado a una comunidad destinado a una comunidad territorialmente demarcada y
dotada de anatomía incluye y resuelve necesariamente en su contenido-sea breve o extenso- dos
cuestiones: a) la manera de situar a las personas en esa comunidad (parte dogmática), y b) la
organización del poder (parte orgánica).
LA
En la ciudad de Buenos Aires hay seres humanos que conviven; un “Estatuto`` que organiza a la
ciudad los abarca y los instala, y cuando organiza al poder lo organiza "para” proveer at bienestar
de los convivientes.