Fuerzas Conductoras de La Personalidad

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

Fuerzas conductoras de la Personalidad

Análisis Transaccional – Eric Berne


El análisis transaccional es un sistema de psicoterapia nacida en los años 50 del siglo XX dentro
de la denominada psicología humanista.

Eric Berne, nacido en Montreal en 1910, hijo de padre médico y madre escritora fue el creador
del Análisis Transaccional (AT). Estudió Psicología y Medicina y en 1941, en plena Segunda
Guerra Mundial, ingresa al cuerpo médico del ejército y empieza a trabajar en terapia de grupo
con el objetivo de que los militares que se daban de baja en el ejército por causas psicológicas,
tuvieran la oportunidad de conseguir suficiente grado de normalidad como para poder
reintegrarse al servicio activo.

Eric Berne planteó que si nos fijamos con atención cuando miramos y escuchamos a las personas
que tenemos delante podremos apreciar cambios de estado, los cuales son simultáneos y afectan
la expresión facial, el vocabulario, gestos y posturas. Este tipo de cambios es usual en todo
sujeto, sea niño o adulto, no obstante, la persona sigue siendo la misma, ya que su estructura
ósea, muscular y su atuendo no cambian.
Actualmente algunos de sus paradigmas están cambiando. Sin embargo, la práctica del método
sigue persiguiendo que el paciente pueda cambiar sentimientos, pensamientos y
comportamientos.

— Los tres estados del ‘yo’ en el análisis transaccional:

A raíz de uno de sus casos, el de un abogado de 35 años que solía decirle: “En realidad, yo no soy
un abogado, ni siquiera soy un adulto; soy un chiquillo”; cuando en realidad fuera del
consultorio, el hombre era realmente un abogado de notable prestigio, pero durante las sesiones
se sentía y comportaba como un niño. Fue por ello que Eric Berne y su paciente denominaron a
estas dos personalidades, el “adulto y el niño”. Poco después, surgió en el paciente un tercer
personaje al que le llamaron “el padre”, pues se parecía al progenitor del individuo.

Berne concluyó que esos tres estados existen en todas las personas, por lo que los denominó
“estados del yo”: PAN (Padre, Adulto y Niño)

 En el padre se hallan todos los avisos, todas las reglas, prejuicios, opiniones y leyes que
el niño ha oído de sus progenitores y observado en su modo de vida.
 El adulto corresponde al registro de datos adquiridos y calculados por medio de
la exploración y del testimonio personal.
 El niño corresponde al registro de vivencias reales desde el nacimiento hasta los 5 años,
es decir, los sentimientos experimentados por el paciente hasta esa edad.

― Conceptos del análisis transaccional:

Eric Berne hablaba del análisis del guión. Para Berne los guiones constituían la repetición de
acontecimientos desdichados de la infancia por parte del individuo, por lo que el objetivo de su
análisis consistía en liberar al sujeto de revivir esas situaciones, dirigiendo su atención otras
direcciones.

― El análisis transaccional y las posiciones vitales.

Según el análisis transaccional tenemos cuatro posiciones vitales posibles:

1. Si yo estoy mal, tú estás bien: En el primer año de vida, el niño acumula una serie de
sensaciones que le hacen sentirse mal. A pesar de ello, también disfruta de buenos
momentos en donde se ve atendido por sus padres. El recuerdo de esta incomodidad,
indefensión e inferioridad que vive el infante es el que puede pervivir en el adulto. A lo
largo de su vida, el individuo puede seguir repitiendo esta postura psicológica que le
llevará a un estado de postración interior y de desesperación.
2. Si yo estoy mal, tú estás mal: A partir del primer año, cuando el niño empieza a andar se
origina esta posición. En ese momento, el niño puede moverse y buscar nuevos
estímulos por sí mismo, lo que conlleva a una reducción de las atenciones y caricias que
obtuvo en el primer año. Además, hay tropiezos, caídas y los padres reprenden con mayor
frecuencia e intensidad, por lo cual, el niño empieza a sentir que no sólo él está mal, sino
que también lo están los demás. Esta posición implica mayor dificultad en
la terapia puesto que no solo se ve mal a sí mismo sino al terapeuta.
3. Si yo estoy bien, tú estás mal: Esta postura surge en el transcurso del segundo y tercer
año de vida. El niño que empieza a ser reprendido por sus padres busca una compensación
que viene dada por caricias que él mismo se produce. Esta forma de auto compensación es
una clara postura de supervivencia (Ustedes me dañan, pero yo puedo sobrevivir a su
daño), lo que genera un rechazo hacia otros que puede producir una psicología criminal.
Esta postura es propia del jefe o del padre arrogante, en quienes predomina la fuerza y el
desprecio por lo ajeno.
4. Si yo estoy bien, tú estás bien: Las tres posturas anteriores son inconscientes porque
fueron adquiridas a una edad muy temprana, sin embargo, esta cuarta posición es una
decisión consciente en donde nuestra concepción de lo que es bueno no se limita a las
propias experiencias personales, pues ya somos capaces de trascenderlas. Esta postura es
una muestra de autoestima que permite que los demás no sean percibidos como temibles o
rivales y genera que el individuo se sienta bien.

― Ejemplo de análisis transaccional:

Así, por ejemplo, si una persona se despierta tarde y no llega a tiempo a una cita importante,
puedo pensar que la culpa la tiene su pareja que no se ha acordado de llamarle en la mañana (yo
estoy mal>tú estás mal). Más tarde, a esa misma persona el jefe explica una estrategia de acción
que ha de seguirse para la realización de un proyecto del cual no sabe nada (yo estoy mal>tú estás
bien). Una vez asimilada la estrategia a seguir, la persona trata de explicársela a sus subordinados
que parecen encontrar dificultad en su comprensión (yo estoy bien>tú estás mal). Por último, esa
misma noche, la persona en cuestión se reúne con amigos en una cena informal en la que trata de
explicar los beneficios del proyecto laboral y todos parecen convencidos y le desean que el
proyecto sea un éxito (yo estoy bien>tú estás bien).

También podría gustarte