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Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A.

Segreti”
Córdoba (Argentina), año 12, n° 12, 2012, pp. 173-186.
ISSN 1666-6836

“El resorte del comercio en el exterior”.


El papel de la diplomacia en la promoción de las exportaciones
argentinas, 1890-1913

Agustina Rayes* 1

Resumen
Las exportaciones argentinas crecieron entre las décadas finales del siglo XIX y los umbrales de la
Primera Guerra Mundial. La oferta variada de materias primas y alimentos y la diversificación
de los destinos fueron los rasgos de la Gran Expansión.
En este artículo estudiamos el rol de la diplomacia en la promoción de los productos y los
vínculos con los distintos compradores. Analizamos el envío de informes al gobierno central
y tipificamos las distintas estrategias desarrolladas para ampliar las relaciones comerciales.
Para hacerlo, nos basamos en las Memorias que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
presentaba anualmente ante el Congreso Nacional y la inédita Serie Diplomática y Consular
del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto argentino.

Palabras clave: exportaciones argentinas - diplomacia - gran expansión

Abstract
Argentine exports evidence a considerable growth between the last decades of the XIX Century
and the beginning of the First World War. The years of the Great Expansion were characterized
by a variety of raw material and food and the diversification of export destinies.
This paper will center on the role of diplomacy in the promotion of goods and the creation of
ties with different purchasers. Analyzing the consular reports to the central government will
allow to typify the different strategies developed to extend trade relations. To do it so, the focus
will be on the Memories of the Foreign Affairs Ministry, presented to the national Congress,
and the yet unpublished Serie Diplomática y Consular of the Foreign Affairs Ministry Archive.

Key words: Argentine exports - diplomacy - great expansion

Recepción del original: 11/03/2013


Aceptación del original: 3/06/2013

* Instituto de Estudios Histórico-Sociales (IEHS), Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos
Aires (UNICEN). E-mail: agusrayes@hotmail.com
174 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

“Los cónsules son el resorte de nuestro comercio en


el exterior y los funcionarios encargados de velar
directamente por su mayor extensión y actividad,
dando informes sobre nuestro país y procurando
por los medios de lícita propaganda, interesar al
comercio de los pueblos en donde residen en el
conocimiento de la República y sus fuentes de riqueza
y explotación comercial...” (Ministro argentino en
Alemania al Ministro de Relaciones Exteriores, Berlín,
10/02/1892)

Introducción

Durante los últimos años del siglo XIX y comienzos de la centuria siguiente, las
exportaciones argentinas crecieron, aunque con fluctuaciones, en valor y en volumen.
Mucho se ha escrito sobre el tema durante la gran expansión1 por su rol trascendente
en el crecimiento económico de la época. A lo largo de los años, la historiografía se ha
interesado por la trayectoria de los distintos productos vendidos en el exterior, aunque
menos se ha conocido la participación relativa de cada uno de los principales destinos.
Diferentes productos, básicamente materias primas agrícolas y ganaderas (lanas, cueros,
huesos, cerda, lino, sebo, etc.) y alimentos (maíz, trigo, animales en pie, carnes, etc.),
llegaron a distintos mercados, entre los que destacaron los europeos como las plazas
británicas, alemanas, francesas, belgas, ibéricas y holandesas, pero también lo hicieron
a los países vecinos, en menor medida, en parte, por el tamaño de sus economías y las
posibilidades de la demanda. Asimismo, poco se sabe acerca de los diferentes canales
privados y públicos que permitieron la difusión de los bienes en el extranjero o la apertura
de nuevos clientes y la intensificación de las relaciones con los ya conocidos. Entre los
distintos actores que contribuyeron a diversificar los bienes y los socios comerciales,
en este artículo proponemos estudiar el rol de los diplomáticos en la promoción de las
exportaciones.
Para realizar nuestro análisis hemos trabajado con documentación primaria inédita y
poco explorada en otras investigaciones como los expedientes de la Serie Diplomática y
Consular (y otras de menor relevancia para este tema tales como las Series Embajada en
Washington y Embajada en Londres) del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores
y Culto argentino. Principalmente se trabajaron los informes que se produjeron en las
oficinas argentinas en el Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Estados
Unidos y Brasil; en algunos casos excepcionales, se observaron los elaborados en las
agencias en Uruguay, Chile, Italia y España. Asimismo, hemos abordado las Memorias que
el mismo Ministerio presentaba anualmente ante el Congreso Nacional.

1 Se suele denominar “gran expansión económica” al período que va desde las décadas finales del siglo XIX hasta
los umbrales de la Primera Guerra Mundial, etapa en la que la Argentina creció a una de las tasas más altas en el
mundo, en base a las siguientes características: expansión territorial, arribo masivo de inmigrantes, desarrollo
institucional y progreso social, inversiones externas, construcción de infraestructura, avance tecnológico (en
especial, en el sector agrario) y crecimiento y diversificación de las exportaciones. Una de las primeras obras en
destacar este proceso fue Roberto CORTÉS CONDE y Ezequiel GALLO, La formación de la Argentina moderna,
Buenos Aires, Paidós, 1973. De las muchas obras anteriores que analizaron este proceso cabe destacar Roberto
CORTÉS CONDE, El progreso argentino. 1880-1914, Buenos Aires, Sudamericana, 1979; Gustavo FERRARI y
Ezequiel GALLO, La Argentina del Ochenta al Centenario, Buenos Aires, Sudamericana, 1980.
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Nuestro estudio se inicia con un breve apunte de algunas de las ideas de la historiografía
más relevantes acerca de la diplomacia argentina entre las últimas décadas del siglo XIX y
los primeros decenios de la centuria siguiente a fin de enmarcar nuestras contribuciones.
Dentro de las mismas, destaca la imagen de la diplomacia argentina en construcción, puesto
que la necesidad de creación de nuevas oficinas, especialmente notoria en los inicios del
siglo XX no sólo por la captación de mano de obra y capital en el exterior sino también como
respuesta al comercio creciente, tropezó con la falta de recursos humanos y materiales,
aunque cabe aclarar que ello tendió a superarse progresivamente. Se destaca la elaboración
de los informes consulares periódicos, que han constituido una base fundamental para
la reconstrucción de ciertos aspectos que animaron la trayectoria exportadora como la
competencia de otros países, las condiciones y la calidad de los productos ofrecidos y su
recepción en los diferentes mercados, así como las diferentes estrategias utilizadas para
la promoción de los productos en el exterior y la búsqueda de plazas compradoras. Entre
las herramientas utilizadas figuraron algunas que identificamos, a saber: la circulación
de folletos de divulgación y obras científicas, la intervención en la prensa extranjera, el
envío de muestras y ensayos a museos comerciales y oficinas consulares, la participación
en exhibiciones internacionales y la actuación en oficinas de información y cámaras
de comercio foráneas. Todas estas alternativas tipificadas en nuestro análisis ponen de
manifiesto la intención de diversificación de los vínculos económicos internacionales.

Miradas sobre la diplomacia argentina durante la gran expansión

En la historiografía existen algunas ideas relevantes sobre las estrategias de inserción


argentinas en los mercados internacionales, presentadas aquí muy esquemáticamente,
que han permeado las imágenes sobre la diplomacia durante la llamada gran expansión.
Estas diferentes generalizaciones han sido útiles para comprender el lugar del país en el
sistema económico internacional entre finales del siglo XIX y la década de 1930.
Por un lado, los análisis tradicionales acerca de los lazos diplomáticos han focalizado en
aspectos de alta política,2 es decir, con especial hincapié en la materia militar-estratégica3 y
cuestiones jurídicas internacionales (firma de tratados y convenciones).4 Estos detallados
estudios en la materia han dejado de lado, en consecuencia, aspectos de baja política como
la economía y, por lo tanto, el comercio exterior.
Otras obras repararon, en cambio, en los lazos económicos. Un rasgo común de ellas,
escritas en distintas épocas y con diferentes objetivos y formas de abordaje, ha sido el
especial énfasis en las relaciones anglo-argentinas. La literatura nacionalista que se inició
en la década de 19305 y ciertas interpretaciones estructuralistas prevalecientes en los

2 Isidoro RUIZ MORENO, Historia de las relaciones exteriores argentinas 1810-1955, Buenos Aires,
Perrot, 1961; Ricardo CAILLET-BOIS, Cuestiones internacionales, Buenos Aires, EUDEBA, 1970; Roberto
ETCHEPAREBORDA, Historia de las relaciones internacionales argentinas, Buenos Aires, Pleamar, 1978.
3 Esther BARBÉ, Relaciones Internacionales, Madrid, Tecnos, 1995, p. 63.
4 Una revisión bibliográfica en: Gustavo FERRARI, “La política exterior argentina a través de la bibliografía
general”, Revista Interamericana de Bibliografía, XXX: 2, 1980.
5 Para un análisis de la actuación de la diplomacia inglesa en la Argentina en clave nacionalista ver Julio IRAZUSTA
y Rodolfo IRAZUSTA, La Argentina y el imperialismo británico: los eslabones de una cadena 1806-1933, Buenos
Aires, Tor, 1933; Raúl SCALABRINI ORTIZ, Política británica en el Río de la Plata, Barcelona, Reconquista, 1940.
176 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

decenios de 1960 y 19706 han coincidido, aun con sus muchos matices teóricos y empíricos,
en remarcar la dependencia del exterior en este período, y particularmente la relación
especial con Gran Bretaña. Estas miradas han estado influidas probablemente por el rol
del capital británico en el ciclo de expansión ferroviaria y, en menor medida, el origen
inglés de gran parte de las importaciones necesarias para modernizar la infraestructura
portuaria y de transportes, así como el creciente envío de las exportaciones argentinas
hacia plazas británicas desde los últimos años decimonónicos.
Reconocidos trabajos orientados particularmente al análisis de grandes líneas de
continuidad en la política externa argentina han apuntado que sus características
generales fueron la afiliación a la esfera de influencia británica, la oposición a Estados
Unidos, el aislamiento respecto de América Latina y la debilidad en la política territorial,7
que cristalizó en el pacifismo, el aislacionismo, la evasión por medio del derecho y el
moralismo. Como corolario, estos estudios remarcaron que el pueblo argentino estuvo
siempre poco interesado en los asuntos extranjeros, actitud que alcanzó a los propios
gobiernos.8 Una mirada similar había sido difundida previamente por el revisionismo
histórico,9 que había caricaturizado a la diplomacia argentina como plagada de acciones
erráticas, incoherentes y ajenas al principio de interés nacional.10 Y hasta se ha llegado
a plantear la idea de la inexistencia de una política exterior, premisa hoy rechazada en
los estudios internacionales.11 Incluso, autores más recientes, que han realizado grandes
avances en el estudio de la materia, enfatizaron la falta de objetivos externos claros en
la época12 y han asemejado el manejo de los mismos a una visión de túnel, caracterizada
como falta de luz y estrecha para pensar los vínculos con otros países, sólo orientada a

6 Un resumen de las principales corrientes historiográficas en historia económica argentina se encuentra


en un ensayo de Roberto Cortés Conde en Oscar CORNBLIT (comp.), Dilemas del conocimiento histórico:
argumentaciones y controversias, Buenos Aires, Sudamericana/ITDT, 1992. En un plano más general sobre
América Latina se puede leer Christopher KAY, Latin American Theories of Development and Underdevelopment,
Londres, Routledge, 1989. Como ejemplo, entre las principales obras académicas que analizaron la relación de
la Argentina con Gran Bretaña en clave dependentista figura Jorge FODOR y Arturo O’CONNELL, “La Argentina
y la economía atlántica en la primera mitad del siglo XX”, Desarrollo Económico, vol. 13, núm. 49, 1973.
7 Juan Carlos PUIG, “La política exterior argentina y sus tendencias profundas”, Revista Argentina de Relaciones
Internacionales, Centro de Estudios Internacionales Argentinos, año 1, núm. 1, 1975.
8 Gustavo FERRARI, Esquema de la política exterior argentina, Buenos Aires, EUDEBA, 1981, pp. 1-28 y 87.
9 Críticas y comentarios a la mirada que el revisionismo histórico tuvo sobre la política exterior argentina
pueden encontrarse en el capítulo de Alejandro Cattaruzza en Fernando DEVOTO, La historiografía argentina
en el siglo XX, t. I, Buenos Aires, CEAL, 1993, p. 118; Tulio HALPERIN DONGHI, El revisionismo como visión
decadentista de la historia nacional, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, p. 19.
10 El concepto de “interés nacional” fue uno de los principales elementos del acervo de la corriente realista
clásica en la teoría de las relaciones internacionales, que estuviera en boga en la segunda posguerra. Sin
embargo, nuevos análisis han criticado el uso práctico y teórico de tal concepto por la multiplicidad de actores
que actualmente son tomados en consideración en los estudios de cuestiones internacionales (Luciano
TOMASSINI, Relaciones Internacionales. Teoría y Práctica, Documento de Trabajo núm. 2, Santiago de Chile,
PNUD-CEPAL, 1988). Además, el interés nacional hoy es criticado como categoría-valor para legitimar las
decisiones que se adoptan en su nombre, aun aquellas que sólo responden a conveniencias sectoriales y que
pueden imponer al conjunto de la sociedad (José PARADISO, Debates y Trayectoria de la Política Exterior
Argentina, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1993, p. 201).
11 Francisco CORIGLIANO, “La inexistencia de la política exterior: una falacia recurrente”, Boletín del Instituto de
Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos (ISIAE), Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales
(CARI), año 10, núm. 42, 2007, p. 6.
12 José Paradiso en Silvia Ruth JALABE (comp.), La política exterior argentina y sus protagonistas: 1880-1995,
Nuevohacer Grupo Editor Latinoamericano, 1996.
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ofrecer facilidades a Gran Bretaña en aquellos años.13


La historiografía surgida de estas premisas centrales ha apuntado que la personalidad
internacional argentina, eminentemente atlántica, llevó a que generalmente con los
países vecinos se mantuvieran relaciones conflictivas y orientadas por la lógica de la
expansión territorial, así como una particular rivalidad con Estados Unidos a partir del
resurgimiento del monroísmo y sus pretensiones americanistas, mientras que con los
Estados europeos predominaron los lazos comerciales.14 Como consecuencia, no se han
estudiado generalmente los intercambios en los vínculos bilaterales con los países de la
región.15
Asimismo, muchos de los estudios clásicos sobre la diplomacia han estado centrados en
factores externos, sin considerar la política ni las condiciones domésticas.16 Sin embargo,
actualmente se apoya la noción de la doble vía (la incidencia de aspectos exteriores e
interiores)17 y que las teorías basadas únicamente en aspectos foráneos sólo son útiles para
Estados con poderes similares.18 En suma, se ha comprendido que los Estados nacionales
no son actores únicos, monolíticos y racionales en el sistema internacional19 y que el
análisis de la diplomacia reclama la comprensión de la acción humana.20
A diferencia de los trabajos orientados a explicar la trama mayor de la diplomacia y sus
grandes líneas de continuidad, en este estudio son analizados los aspectos más cotidianos
de los procesos de toma de decisiones y negociación al poner la lupa sobre el accionar
concreto de los diplomáticos en la promoción de las exportaciones argentinas.21 Este
acercamiento se ha logrado gracias a una perspectiva metodológica diferente que implicó

13 Joseph A. TULCHIN, La Argentina y los Estados Unidos; historia de una desconfianza, Buenos Aires, Planeta,
1990, p. 18.
14 Hugo SATAS, Una política exterior argentina, Buenos Aires, Hyspamérica, 1987; José PARADISO, Debates
y trayectoria... cit.; Roberto RUSSELL y Juan Gabriel TOKATLIAN, El lugar de Brasil en la política exterior
argentina, Buenos Aires, FCE, 2003.
15 Una excepción es la obra de Eduardo MADRID, Argentina-Brasil. “La suma del sur”, Mendoza, Caviar Bleu, 2003,
pero está centrada en el período posterior a la década de 1920. Además, los lazos económicos con los países
vecinos han sido materia de estudio de la nueva historiografía regional, por ej., Susana BANDIERI (coord.),
Cruzando la cordillera...: la frontera argentino-chilena como espacio social, Neuquén, Centro de Estudios de
Historia Regional, UNComa, 2001; Viviana CONTI y Marcelo LAGOS, Una Tierra y Tres Naciones. El Litoral
Salitrero entre 1830 y 1930, San Salvador de Jujuy, Universidad Nacional de Jujuy, 2002, pero sus resultados no
han sido generalmente integrados a los estudios sobre política exterior; una excepción es Agustina RAYES, “Más
allá del conflicto. Las relaciones diplomáticas con Chile durante la construcción del Estado nacional argentino
1862-1880”, Bicentenario. Revista de Historia de Chile y América, Santiago de Chile, vol. 9, núm. 2, 2010.
16 Alberto Van Klaveren en Heraldo MUÑOZ y Joseph TULCHIN (comp.), Entre la autonomía y la subordinación.
Política exterior de los países latinoamericanos, t. I, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1984.
17 Alberto VAN KLAVEREN, “Entendiendo las políticas exteriores latinoamericanas: modelo para armar”,
Estudios Internacionales, año XXV, núm. 98, 1992, p. 178.
18 Marcelo LASAGNA, “Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo”, Revista CIDOB d´Afers
Internacionals, Barcelona, núm. 32, 1996, p. 46.
19 Graham ALLISON, La esencia de la decisión: análisis explicativo de la crisis de los misiles en Cuba, Buenos
Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1988.
20 Coleman en Heraldo MUÑOZ y Joseph TULCHIN, Entre la autonomía... cit., p. 50; Roberto RUSSELL, “Sistemas
de creencias y política exterior argentina: 1976-1989”, Serie de Documentos e Informes de Investigación,
Buenos Aires, FLACSO, núm. 204, 1996. La obra más completa de estudio de las relaciones exteriores es
Carlos ESCUDÉ y Andrés CISNEROS (comp.), Historia General de las Relaciones Exteriores Argentinas, Buenos
Aires, CARI, 2000. Desde una perspectiva regional, una importante contribución es Mario RAPOPORT y
Amado Luiz CERVO, El Cono Sur. Una historia común, Buenos Aires, FCE, 2001.
21 Un antecedente en la historia consular británica es la obra de D.C.M. PLATT, The Cinderella Service. British
Consuls since 1825, Londres, Longman, 1971.
178 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

el uso de fuentes primarias distintas a las tradicionalmente abordadas.22 En este sentido,


uno de los principales aportes ha sido la reconstrucción de la arena en la que se movieron
los funcionarios, pues, lejos de ser una diplomacia completamente resuelta y orientada, se
trató de una diplomacia en construcción, pero no por ello, errática e incoherente.

La diplomacia argentina en construcción

En un Estado nacional que aún se estaba construyendo naturalmente la diplomacia


también tuvo que desarrollarse. En términos burocráticos, ello significó el establecimiento
de nuevas oficinas que colaboraron en distintas tareas23 con los Consulados Generales
dispuestos en los diferentes países. A continuación, algunos casos ilustran este proceso.24
La estructura consular argentina más amplia estuvo radicada en el Reino Unido por
su importancia en los vínculos comerciales y financieros.25 Sin embargo, se reclamó
reiteradamente por la escasez de personal y mejores instalaciones.26 Aunque la Argentina
estableció distintos Consulados Generales (Londres, Sydney, Capetown y Ottawa) y
decenas de Consulados (por ej., Liverpool, Manchester, Cardiff, Newport y Edimburgo) y
Viceconsulados, los diplomáticos y las cámaras comerciales británicas pidieron la apertura
de agencias en otros puntos como Middlesbrough, Bristol, Newcastle,27 cuyas solicitudes
fueron proporcionales al crecimiento del Reino Unido como destino de las exportaciones,
ya que proliferaron a partir del segundo quinquenio del siglo XX.
Aunque Europa continental no recibió demasiada atención por parte de la historiografía,
también se desarrollaron agencias como parte de la diversificación de vínculos con el
exterior y de búsqueda de mercados. El escenario de desconcentración de destinos en
las exportaciones ha sido planteado previamente en los estudios sobre la performance

22 Algunos antecedentes en el uso de estas fuentes primarias para abordar las relaciones comerciales en el
período aquí analizado son, por ej., Beatriz SOLVEIRA, Las relaciones argentino-paraguayas a comienzos del
siglo XX, Córdoba, Centro de Estudios Históricos, 1995; Liliana BREZZO y Beatriz FIGALLO, La Argentina y el
Paraguay, de la guerra a la integración, Rosario, IH-UCA, 1999; Hebe PELOSI, Las relaciones franco-argentinas,
1880-1918. Inmigración, comercio y cultura, Buenos Aires, Editorial Histórica Emilio J. Perrot, 2008.
23 Entre las principales actividades destacaron las siguientes: despacho de documentos de navegación
y correspondencia oficial y consular, revisión de planillas y cuentas, copias de libros de los Consulados y
Viceconsulados bajo su jurisdicción, respuestas verbales y escritas a los interrogantes de particulares y agencias
públicas nacionales y extranjeras, escritura en la prensa local, propaganda sobre la riqueza, el porvenir y las
facilidades de emigración hacia la Argentina, conocimiento de las reglamentaciones sobre asuntos sanitarios,
inspección de alimentos, actualización de la información sobre leyes comerciales y el implemento de tarifas.
24 Para un recorrido completo por el desarrollo burocrático de la diplomacia se recomienda Beatriz SOLVEIRA,
La evolución del Servicio Exterior Argentino entre 1852 y 1930, Córdoba, Centro de Estudios Históricos, 1997.
25 H. S. FERNS, Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1974; Roger GRAVIL, The
anglo-argentine connections, 1900-1939, Boulder, Westview Press, 1985.
26 Consulado General (en adelante: CG) en Reino Unido a Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (en
adelante: MREC), Londres, 28/01/1910, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (en adelante:
AMREC), Caja AH/1190, Exp. 27.
27 Ministro argentino en Inglaterra a MREC, Londres, 28/02/1893, AMREC, Serie Diplomática y Consular (en
adelante: SDC), Caja AH/0521, Exp. 4; CG en Reino Unido a MREC, Londres, 7/01/1905, AMREC, SDC,
Sección Asuntos Comerciales (en adelante: SAC), Caja AH/0900, Exp. 12 B; CG en Reino Unido a MREC,
Sydney, febrero/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0988, Exp. 60; MREC a CG en Inglaterra, Buenos Aires,
7/12/1909, AMREC, SDC, Sección Asuntos Comerciales y Consulares (en adelante: SACC), Caja AH/1124, Exp.
164; Legación inglesa en Argentina a MREC, Buenos Aires, 16/06/1909, AMREC, SDC, SACC, Caja AH/1123,
Exp. 105; Legación británica en Argentina a MREC, Buenos Aires, 10/01/1910, AMREC, Caja AH/1190, Exp. 4.
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exportadora,28 sin embargo, no se había enfocado sistemáticamente a excepción de


algunas obras.29 En el caso de Francia, la principal destinataria de las exportaciones
argentinas hasta 1890 por su rol como compradora de lanas y cueros ovinos,30 así como uno
de los mayores orígenes de las inversiones,31 a pesar de la amplia estructura diplomática,
que incluyó el Consulado General en París y otros consulados importantes (por ej., en
Havre, Burdeos, Marsella y Dunkerque), también fueron requeridas nuevas oficinas en
Cherburgo, La Rochelle, Boulougne-sur-Mer y Argel,32 posiblemente como parte de la
labor de captación de mano de obra y capital. A diferencia de la estructura constituida
en el Reino Unido y Francia, en Alemania33 las oficinas estuvieron concentradas, pese
a haberse transformado a inicios de la centuria en el segundo cliente de los productos
argentinos por su crecimiento en los mercados de cereales, cueros vacunos salados y
quebracho. Excepto los dos consulados rentados de Hamburgo y Bremen, la Argentina
tuvo pocas oficinas en el resto del país y por ser un amplio territorio, se solicitó la creación
de nuevas agencias en Sttutgart, Düsseldorf, Dresde, Danzig, Erfurt y Colonia.34 Incluso,
desde el espacio germano se dirigieron comitivas que funcionaron en Austria-Hungría y
Rusia. Una estructura centrífuga también había existido en Bélgica, dada la centralidad
del Consulado General en Amberes y la legación en Bruselas.35

28 Carlos F. DÍAZ ALEJANDRO, Ensayos sobre la historia económica argentina, Buenos Aires, Amorrortu, 1983;
Víctor BULMER THOMAS, La historia económica de América Latina desde la independencia, México, FCE,
1998; Eduardo MÍGUEZ, Historia económica de la Argentina. De la conquista a la crisis de 1930, Buenos Aires,
Sudamericana, 2008.
29 Vicente VÁZQUEZ PRESEDO, Un análisis de las causas del crecimiento y de la diversificación de las exportaciones
argentinas antes de la primera guerra mundial, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1969; Agustina
RAYES, En las puertas del Dorado. Las exportaciones argentinas, 1890-1913, Tesis Doctoral en Historia,
Universidad Torcuato Di Tella, 2013.
30 Una nueva base de datos creada por nosotros revela la importancia de Francia como destino de las
exportaciones, puesto que llegaron a representar el 30% del valor total exportado en la década de 1890 y el
20% del mismo un decenio más tarde. Agustina RAYES, En las puertas del Dorado... cit. Otros estudios que
enfatizaron los lazos comerciales con Francia son André FUGIER, Un temoin de l’essor argentin: les achats
argentins de soieries françaises (1891-1916), Buenos Aires, Peuser, 1941; Arlette CAPDEPUY, L´ecomonie
argentine au XIXème siécle d´ápres les “Annales du Commerce Exterieur”, París, Université de Paris, Faculté des
Lettres et Sciences Humaines, 1969; Hebe PELOSI, Las relaciones franco-argentinas... cit.
31 Uno de los principales análisis al respecto es Andrés REGALSKY, Mercados, inversores y elites, Buenos Aires,
Nueva Sociedad, 2002.
32 MREC a legación argentina en Francia, Buenos Aires, 15/05/1900, AMREC, SDC, Caja AH/0717, Exp. 20 A;
CG en Francia a MREC, París, 14/04/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0826, Exp. 30; CG en Francia a MREC,
París, 15/04/1906, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0938, Exp. 6; CG en Francia MREC, París, 13/05/1907,
AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0986, Exp. 65 A.
33 Son escasos los estudios que enfaticen en la relación comercial entre la Argentina y Alemania entre finales
del siglo XIX y hasta los umbrales de la Gran Guerra, Karl Wilhelm KORNER, Crónica de las relaciones
argentino-alemanas: 1810-1960, s/d, 1960. Las obras más reconocidas apuntan a períodos posteriores,
Ricardo WEINMANN, Argentina en la Primera Guerra Mundial. Neutralidad, transición política y continuismo
económico, Buenos Aires, Biblos, 1994; Ronald NEWTON, El cuarto lado del triángulo: la amenaza nazi en la
Argentina (1931-1947), Buenos Aires, Sudamericana, 1995; o al desarrollo de los capitales germanos, Luis
SOMMI, Los capitales alemanes en Argentina, Buenos Aires, Claridad, 1945; Fred RIPPY, “German Investments
in Argentina”, The Journal of Business of the University of Chicago, vol. 21, núm. 1, January 1948.
34 Legación argentina en Alemania a MREC, Berlín, 22/10/1899, AMREC, SDC, Caja AH/0684, Exp. 22 ½;
Legación argentina en Alemania a MREC, Berlín, 22/02/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/1036, Exp. 8;
Legación argentina en Alemania a MREC, Berlín, 2/12/1909, AMREC, División Europa y América (en adelante:
DEA), Caja AH/1097, Exp. 65; CG en Alemania a MREC, Hamburgo, marzo/1912, AMREC, SDC, DEA, Caja
AH/1529, Exp. 28; CG en Alemania a MREC, Hamburgo, 18/07/1913, AMREC, Caja AH/1396, Exp. 104.
35 Los lazos entre la Argentina y Bélgica no han sido prácticamente estudiados, sin embargo, se puede mencionar
180 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

En América, Estados Unidos destacó como el país en el que más agencias consulares
argentinas se instalaron. Esta situación probablemente se haya debido más a temas
políticos36 que a cuestiones económicas, ya que el país del norte fue un competidor antes
que un comprador de los bienes argentinos;37 sin embargo, es importante reconocer su rol
creciente como exportador de capitales38 y procedencia de importaciones. Por aquellos
años, se reclamó la extensión de los consulados en puertos y ciudades industriales como
Fernandina, Port Arthur, Indianopolis, Apachicola, Mobile y Missisipi.39 Entre los países
limítrofes, las agencias prosperaron pero fue en Brasil, principal socio comercial de la
región al comprar trigo, maíz, harina de trigo y subproductos de la ganadería, donde se
crearon nuevas oficinas en Puerto Iguazú, Porto Alegre y Santos.40
Cabe reconocer que más allá del pedido de extensión de las redes consulares, como
el personal para cubrir los puestos diplomáticos no abundó, se tuvo especial cuidado en
evitar que la creación de los mismos fuera innecesaria así como que sirvieran sólo para
beneficiar personalidades.41 La falta de recursos humanos se dio en dos planos. Por un
lado, en las oficinas con mayor actividad por su relevancia comercial y migratoria, se
requirieron empleados extras como, por ej., en Nueva York,42 Liverpool,43 Hamburgo,44
Bremen45 y Glasgow.46 Por el otro, en lugares más alejados de los centros industriales y
portuarios se precisó ocupar vacantes y para ello se tomaron los servicios de extranjeros
mayormente ad honorem como, por ej., en un gran número de viceconsulados franceses,47

Miguel Ángel CÁRCANO, Argentina-Bélgica, Buenos Aires, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1962;
Luis S. SANZ, “El origen de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Bélgica”, Boletín de la Academia
Nacional de la Historia, Buenos Aires, vol. 42, 1969; Bart DE GROOF, Patricio GELI, Eddy STOLS [et. al.], En
los deltas de la memoria. Bélgica y Argentina en los siglos XIX y XX, Lovaine, Universidad de Lovaine, 1998.
36 Leandro MORGENFELD, Vecinos en conflicto: Argentina y Estados Unidos en las Conferencias Panamericanas,
1880-1955, Buenos Aires, Ed. Continente, 2011.
37 Harold PETERSON, La Argentina y los Estados Unidos, 1810-1960, Buenos Aires, EUDEBA, 1970; Joseph
TULCHIN, La Argentina y los Estados Unidos... cit.
38 Max WINKLER, Investments of United States Capital in Latin American, Boston, World Peace Foundation,
1929; Luis SOMMI, Los capitales yanquis en Argentina, Buenos Aires, Ed. Monteagudo, 1949.
39 CG en EE UU a MREC, N.Y., enero/1894, AMREC, Serie Embajada en Washington (en adelante: SEW), Caja
AH/0123, Exp. s/d.; Ministro argentino en EE UU a MREC, Washington, 16/10/1898, AMREC, SDC, Caja
AH/0641, Exp. 18 1/5; CG argentino en EE UU al MREC, N.Y., 14/02/1903, Memorias del MREC, 1904, p. 287;
Legación argentina en EE UU a MREC, Washington, 17/01/1905, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0899, Exp. 4.
40 Ministerio de Agricultura a MREC, Buenos Aires, 8/01/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0822, Exp. 7;
Ministro argentino en Brasil a MREC, Petrópolis, 15/08/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0822, Exp. 30;
Ministro argentino en Brasil a MREC, Petrópolis, 9/02/1904, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0860, Exp. 11.
41 Legación argentina en EE UU a MREC, Washington, 31/12/1891, AMREC, SDC, Caja AH/ 0461, Exp. 56;
Ministro argentino en Alemania, Berlín, 19/02/1892, AMREC, SDC, Caja AH/0494, Exp. 5 ½; Legación
argentina en Francia a MREC, París, 18/02/1892, AMREC, SDC, Caja AH/494, Exp. 6 ½; Legación argentina
en Francia a MREC, París, 26/03/1893, AMREC, SDC, Caja AH/0526, Exp. 7; CG en Reino Unido a MREC,
Londres, 7/05/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/1057, Exp. 160.
42 CG en EE UU a MREC, N.Y., 27/01/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0824, Exp. 13; CG en EE UU a MREC,
N.Y., 13/02/1904, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0866, Exp. 6 A; CG en EE UU a MREC, N.Y., 1/11/1910,
AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1162, Exp. 60.
43 CG en el Reino Unido a MREC, Londres, 21/11/1905, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0901, Exp. 128A.
44 CG en Alemania a MREC, Hamburgo, 24/03/1905, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0894, Exp. 8.
45 Consulado en Alemania a MREC, Bremen, 26/03/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/1036, Exp. 19.
46 Consulado en el Reino Unido a MREC, Glasgow, 22/03/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0989, Exp. 78B.
47 CG en Francia a MREC, París, 30/05/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0826, Exp. 24.
Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti” / 12 181

oficinas germanas,48 en los dominios galos o británicos49 o en las agencias en Brasil.50


No obstante, es posible notar que, aun con ciertas barreras, los diplomáticos tuvieron
conocimiento de los mercados extranjeros.
Por otra parte, el personal de las diferentes oficinas debió ajustarse a las reglamentaciones
que emanaron desde el gobierno central. En general, se trató de medidas para uniformar
el accionar en el extranjero y concentrar el proceso de toma de decisiones. Sin embargo,
la normalización fue creciendo hacia inicios del siglo XX mediante leyes que organizaron
al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (en adelante: MREC) y a sus instituciones
subsidiarias.51 Aquéllas versaron, entre otras cuestiones, sobre las funciones de cada pieza
del sistema diplomático, así como de las condiciones que debían poseer quienes ocuparan
los cargos y la elaboración de informes periódicos. Empero, acerca de esto último es
importante destacar que los rasgos particulares de cada uno de ellos dependió más de
los hombres que prestaron servicio, de su experiencia, del acceso a la información y la
capacidad para reunir los datos necesarios que de las instrucciones.

El estudio sistemático de los mercados en el exterior

Respecto a la colocación de los productos argentinos en el extranjero, es posible afirmar


que prácticamente todos los funcionarios, especialmente los principales de las legaciones y
los Consulados Generales, tendieron a consolidar lazos comerciales allí donde trabajaron.
Esto puede parecer una obviedad, pero el detalle en los expedientes de las distintas
herramientas utilizadas por los diplomáticos para promover las exportaciones, así como
el interés para extender los negocios, muestra que existió un compromiso con ese fin. En
este sentido, se ha observado que los informes consulares no sólo se circunscribieron a los
temas puntuales de su actividad gubernamental, sino que los agentes crearon sistemas de
información para analizar y mostrar las condiciones económicas internacionales de los
distintos países y productos locales y externos, revelando trabajos ricos y exhaustivos que,
además de enseñar los engranajes de una cadena de la que fueron parte y que a su vez los
trascendió, ha facilitado la reconstrucción de los vínculos externos.
Los informes, producidos entre 1890 y 1913 en el Reino Unido, Francia, Alemania,
Bélgica, Países Bajos, Estados Unidos y Brasil,52 arrojaron luz sobre distintos tópicos, a
saber, la inserción de las exportaciones argentinas en los mercados internacionales,
la competencia de otros países, las condiciones y posibilidades de la demanda externa,
la difusión de información acerca de técnicas de producción y nuevos conocimientos,
el desarrollo de nuevos productos, los precios de venta de los exportables en las plazas
externas, los acuerdos de reciprocidad comercial y las barreras tarifarias y para-
arancelarias. En conjunto, esta información remitida no sólo ha sido útil para el MREC

48 Consulado argentino en Alemania a MREC, Colonia, 31/03/1911, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1446, Exp.
47; CG en Alemania a MREC, Hamburgo, marzo/1912, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1529, Exp. 28.
49 CG en Reino Unido a MREC, Montreal, 14/09/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0990, Exp. 170B.
50 CG en Brasil a MREC, Río de Janeiro, 10/03/1892, AMREC, SDC, Caja AH/492, Exp. 21; CG en Brasil a
MREC, Río de Janeiro, 27/02/1893, AMREC, SDC, Caja AH/0519, Exp. 15.
51 Reglamentación de la Ley Nº 4712 sobre la Organización del Cuerpo Consular, Buenos Aires, 25/01/1906 en
Biblioteca del Personal del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Exp. R/82 (341.8) MREC.
52 La labor completa, que aquí se resume a los fines de la publicación, implicó la apertura de aproximadamente
trescientas cajas metálicas en el AMREC de la Argentina.
182 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

que la centralizaba, sino también para el resto de las instituciones gubernamentales.


Los escritos sobre el mercado mundial de lanas53 se reiteraron a lo largo del período,
especialmente en destinos consumidores o redistribuidores como Amberes, Burdeos,
Havre, Mazamet, Londres, Dessau, Bremen y Nueva York. Se remitieron datos sobre las
fluctuaciones de los mercados internacionales, las diferencias de precios, las distintas
condiciones según los tipos de lanas, porque se trató del principal bien exportado hasta
comienzos del siglo XX.
Durante la época el desempeño ascendente de los cereales y las oleaginosas, como
trigo, maíz y lino, también favoreció la confección de informes consulares al respecto. Los
diplomáticos informaron sobre las cosechas en los países competidores y los compradores,
destacándose los escritos enviados desde Estados Unidos,54 Inglaterra,55 Rusia, Austria y
Francia.56
Asimismo, en los informes consulares se advierte el accionar de los diplomáticos para
intervenir en favor de la entrada de bienes argentinos y alertar a los productores sobre
los inconvenientes creados por problemas de calidad. Así, reaccionaron ante medidas
proteccionistas tales como las trabas sanitarias que afectaron el comercio de animales
en pie desde la década de 1890,57 justo cuando se proyectaba con éxito en los mercados
transatlánticos como el Reino Unido. También actuaron ante los importadores por
problemas cuando los productos argentinos arribados a las plazas externas no cumplieron
las condiciones de calidad exigidas, como ocurrió con cereales por la humedad,58 lanas por
el exceso de suciedad59 y marcas no permitidas de los cueros.60
La labor de los funcionarios no se agotó en la promoción y el análisis de los mercados de
aquellos artículos en los que la Argentina se destacó por su performance mundial, sino que
se amplió a un espectro mayor como, por ej., los lácteos, que apuntaron a plazas europeas
como las belgas,61 escocesas e irlandesas.
Sobre los canales de comunicación para el conocimiento de los productos y sus
mercados es preciso reconocer que, por un lado, además de que cada oficina atendió al
área de jurisdicción, la riqueza informativa de algunos expedientes revela la existencia de

53 La importancia de la Argentina en el mercado lanar mundial había sido previa al período que aquí nos interesa.
Para una revisión, ver José Carlos CHIARAMONTE, Nacionalismo y liberalismo económicos en Argentina.
1860-1880, Buenos Aires, Edhasa, 2012; Hilda SÁBATO, Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: la fiebre
del lanar 1865-1890, Buenos Aires, Sudamericana, 1987.
54 En este sentido, destacaron los expedientes de la Serie de la Embajada en Washington del AMREC.
55 Algunos expedientes sobre el tema se hallan en la Serie de la Embajada en Londres del AMREC.
56 Sobre estos mercados existen referencias en expedientes varios de la Serie Diplomática y Consular del AMREC.
57 CG en Reino Unido a MREC, Londres, 28/02/1898, Memorias MREC, 1899; CG en Inglaterra a MREC, Londres,
26/02/1896, AMREC, SDC, Caja AH/0603, Exp. 19; CG en Reino Unido a MREC, Londres, 15/03/1898,
AMREC, SDC, Caja AH/0652, Exp. 29; Consulado en Francia a MREC, Marsella, 5/06/1890, AMREC, SDC,
Caja AH/0442, Exp. 80.
58 Consulado en Inglaterra a MREC, Southampton, 31/07/1895, AMREC, SDC, Caja AH/0580, Exp. 47; CG en
Inglaterra a MREC, Londres, 26/02/1896, AMREC, SDC, Caja AH/0603, Exp. 19; CG en Reino Unido a MREC,
Glasgow, 14/02/1901, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0766, Exp. 21; Legación argentina en Italia al MREC,
Roma, 1/04/1902, Memorias del MREC, 1904, p. 172.
59 Viceconsulado (en adelante: VC) en Alemania a MREC, Bremen, 31/01/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja
AH/1036, Exp. 3.
60 CG en Bélgica a MREC, Amberes, 25/02/1894, AMREC, SDC, Caja AH/0553, Exp. 39; Ministro de Francia
a MREC, Buenos Aires, 15/04/1899, AMREC, SDC, Caja AH/0697, Exp. 13; CG en Francia a MREC, París,
28/02/1901, AMREC, SDC, Caja AH/0765, Exp. 21.
61 CG argentino en Bélgica al MREC, Amberes, 22/01/1903, Memorias del MREC, 1904, p. 322.
Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti” / 12 183

un diálogo diplomático más o menos integrado entre los distintos consulados, aun cuando
correspondieron a países diferentes;62 por el otro, si bien los diplomáticos que prestaron
servicio en el exterior fueron los principales emisores de los datos, la vía fue bidireccional,
es decir, el MREC concentraba la información no sólo de los consulados sino de otras
instituciones, como el Ministerio de Agricultura, el de Hacienda o la Dirección General de
Estadística de la Nación, y la remitía a los funcionarios en el extranjero.63

Las estrategias diplomáticas para promover las exportaciones argentinas

En 1911 se lanzó un decreto para activar la propaganda encomendada al cuerpo


consular argentino, cuyas actividades consistían en dar conferencias públicas ilustradas
con vistas gráficas sobre los progresos en los distintos órdenes de su economía nacional, así
como sobre las ventajas que el país ofrecía a los capitalistas, industriales y comerciantes,
a la colonización y a la inmigración en general, para las que contaban con información
cedida por el MREC.64 Previamente, algunas legaciones habían advertido esta necesidad,
ya que era un instrumento ampliamente aplicado por sus pares chilenos y brasileros65 y
temían que la Argentina se rezagara en este aspecto. Cabe la aclaración de que, aunque la
reglamentación sobre estos instrumentos para promocionar las exportaciones argentinas
fue tardía, desde el Estado nacional se solicitaba la difusión de los exportables y también
la experiencia de los agentes indicó las mejores estrategias, según las necesidades,
limitaciones y oportunidades de los distintos destinos. El trabajo de archivo nos ha
facilitado tipificar las principales herramientas empleadas para diversificar las relaciones
comerciales.
La circulación de folletos y obras científicas estuvo destinada a divulgar el conocimiento
de la Argentina y sus productos. Generalmente los boletines de información se difundieron
en las cámaras comerciales, muchas de las cuales fueron fomentadas por los propios
diplomáticos como en Chicago,66 Amberes67 y París,68 o en otro tipo de instituciones como
el Bureau de l´Amérique du Sud de Francia,69 el Centro Germano-Argentino,70 la Unión
Consular Latinoamericana y la Oficina de Información de Marsella,71 la Cámara Italo-

62 Un ejemplo ha sido cuando en 1899 desde los consulados argentinos en EE UU se informó acerca de la
presunta escasez de cereales y carnes en Alemania. Cfr. Legación argentina en EE UU a MREC, Washington
D.C., 16/02/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0824, Exp. 24.
63 MREC a Ministerio de Agricultura, Buenos Aires, agosto/1913, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1529, Exp. s/d.;
Buenos Aires, 16/03/1898, s/d, AMREC, SEW, ST, Caja AH/0141, Exp. s/d.; Buenos Aires, 7/12/1901, s/d,
AMREC, SEW, ST, Caja AH/0054, Exp. s/d.; MREC a Legación en EE UU, Buenos Aires, 23/02/1899, AMREC,
SEW, Caja AH/0141, Exp. 542; de Negocios de Bélgica a MREC, Buenos Aires, 18/10/1900, AMREC, SDC,
DEA, Caja AH/0863, Exp. 8; Legación inglesa en Argentina a MREC, Buenos Aires, 15/06/1909, AMREC,
SDC, SACC, Caja AH/1123, Exp. 104.
64 MREC a EEMP en Washington, Buenos Aires, 17/02/1911, AMREC, SEW, Caja AH/0141.
65 Ministro argentino en Francia MREC, París, 21/12/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0986, Exp. 109; CG en
Alemania a MREC, Hamburgo, 8/10/1908, AMREC, SDC, DEA, SACC, Caja AH/1198, Exp. s/d.
66 CG en EE UU a MREC, N.Y., 8/02/1909, AMREC, SCAC, Caja AH/1109, Exp. 11B.
67 CG en Bélgica a MREC, Amberes, 17/02/1910, AMREC, DEA, Caja AH/1179, Exp. 12.
68 CG en Francia a MREC, París, 18/04/1910, AMREC, DEA, Caja AH/1187, Exp. 65.
69 Ministro argentino en Francia, París, 2/01/1897, AMREC, SDC, Caja AH/0623, Exp. 1.
70 Legación argentina en Alemania a MREC, Berlín, 24/05/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0974, Exp. 34;
Legación argentina en Alemania a MREC, Berlín, 21/12/1909, AMREC, DEA, Caja AH/1097, Exp. 56.
71 Consulado en Francia a MREC, Marsella, 27/07/1902, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0794, Exp. 44.
184 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

Argentina,72 la Casa de América en Barcelona,73 las bibliotecas públicas, los diarios locales,
las principales firmas comerciales y entre los particulares.74 Entre muchos ejemplos
destacaron los folletines distribuidos para promover productos como el quebracho en
Estados Unidos75 o los sketchs en otros idiomas.76 En Francia, fue difundido el informe
titulado “El progreso económico de la República Argentina”, editado por el Banco Español
del Río de La Plata en español, francés, italiano y alemán.77 En Alemania se usaron obras
científicas como La geografía de la República Argentina de Francisco Latzina o La Argentina
en el siglo XX de Alberto Martínez y Mauricio Lewandowski78 para difundir entre los
cónsules en ese país, algunos de los cuales fueron personalidades locales, y hacer un uso
provechoso y propagandístico.79
Otra alternativa para la propaganda fueron las entrevistas o notas periodísticas en la
prensa de los lugares en los que actuaron los diplomáticos, las cuales fueron muchas veces
rentadas. Según las disposiciones vigentes, los cónsules debían transmitir información
especialmente a los comerciantes, capitalistas, industriales y agricultores. En este sentido,
salieron novedades en la prensa francesa sobre la Argentina, especialmente en Le Figaro,
Le Journal y Le Temps,80 pero también en diarios del interior galo.81 En Alemania, la prensa
fue la mejor vía para hacer propaganda.82 En Bélgica se enviaron datos sobre el progreso
argentino a los principales diarios de Amberes.83 En un mercado tan importante como
el del Reino Unido, los periódicos fueron utilizados como canales para dar a conocer los
productos argentinos como las carnes.84 En el caso de Estados Unidos, la prensa se utilizó
para insistir en la baja de aranceles a artículos como las lanas.85
Toda posible vidriera fue considerada por los agentes para dar a conocer la Argentina,
sus progresos y especialmente las potencialidades de los artículos exportables. Una vía
para promocionar los productos de la Argentina en el exterior fue enviar muestras o
ensayos a museos, cuyos puentes fueron tendidos por los diplomáticos, quienes, cercanos
a los ámbitos privados, reportaron la existencia de este tipo de instituciones y participaron
de ellas como en el Museo de la Aduana de Alemania86 o en los museos comerciales de

72 CG argentino a MREC, Génova, diciembre/1912, Memorias del MREC, 1913, pp. 327-335.
73 Legación argentina en España a MREC, Madrid, Memorias del MREC, 1913, pp. 340-352.
74 CG en Inglaterra a MREC, Londres, 6/12/1909, AMREC, SDC, SACC, Caja AH/1124, Exp. 141; Legación
norteamericana en la Argentina a MREC, Buenos Aires, 12/06/1911, AMREC, SDC, Caja AH/1281, Exp. 54.
75 CG en EE UU a MREC, N.Y., 22/01/1903, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0824, Exp. 58A.
76 Legación argentina en Francia a MREC, París, 20/07/1906, AMREC, SDC, SACC, Caja AH/0938, Exp. 23; VC
en Alemania a MREC, Stettin, 30/11/1910, AMREC, DEA, Caja AH/1176, Exp. 129; CG en EE UU a MREC,
N.Y., 1/11/1910, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1162, Exp. 60.
77 Legación argentina en Francia a MREC, París, 24/08/1906, AMREC, SDC, SACC, Caja 938, Exp. 27.
78 CG en Alemania a MREC, Hamburgo, 10/02/1911, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1446, Exp. 18.
79 Ministro argentino en Alemania a MREC, Berlín, 10/02/1892, AMREC, SDC, Caja AH/0494, Exp. 7.
80 Legación argentina en Francia a MREC, París, 31/08/1911, AMREC, ST, SAC, Caja AH/1258, Exp. 106.
81 Ministro argentino en Francia a MREC, París, 28/05/1906, AMREC, SDC, SACC, Caja AH/938, Exp. 11.
82 Legación argentina en Alemania, Austria-Hungría y Rusia al MREC, Berlín, 21/02/1901, Memorias del MREC,
1901, p. 164.
83 CG en Bélgica a MREC, Amberes, 15/02/1897, AMREC, SDC, Caja AH/0654, Exp. 12; CG en Bélgica a MREC,
Amberes, 17/02/1910, AMREC, DEA, Caja AH/1179, Exp. 12.
84 CG en Reino Unido a MREC, Londres, 15/03/1904, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0867, Exp. 34.
85 CG en EE UU a MREC, N.Y., 31/01/1893, AMREC, SDC, Caja AH/0519, Exp. 10 1/2.
86 Legación argentina en Alemania a MEC, Berlín, 10/03/1905, Memorias del MREC, 1905, p. 436.
Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti” / 12 185

Barcelona,87 Río de Janeiro,88 Filadelfia,89 Bremen90 y Bruselas.91 Asimismo, los muestrarios


de productos como los granos, cueros y lanas fueron expuestos en las oficinas consulares
como las lanas, los cueros y los granos en Roma,92 Marsella,93 Boston y Nueva York,94 Río
de Janeiro,95 Ottawa,96 Amberes97 y Ámsterdam.98
Finalmente, otro mecanismo para difundir las bondades de las exportaciones fue la
participación en las ferias o exhibiciones internacionales.99 La información sobre estos
eventos llegó a través de los agentes argentinos en el extranjero, así como de las legaciones
foráneas presentes en el país. De este tipo de iniciativas participaron actores del sector
público y del ámbito privado. Algunos bienes argentinos fueron premiados, contribuyendo
con ello a hacerlos conocidos por la buena imagen gracias a su competitividad, como
las lanas y el ganado en pie en Chicago,100 el trigo Barletta en París,101 las maderas en
Londres,102 los cereales en Amberes,103 los textiles en Tourcoing104 y el lúpulo y la cebada
en Berlin,105 entre otros.

Balance sobre la diversificación de los vínculos comerciales en la diplomacia

Como se ha mostrado en este trabajo, se hicieron notables intentos, con éxito relativo
según el caso, por multiplicar los lazos económicos argentinos en el extranjero. Nuestro
relato, que ha permitido conocer el trabajo consular con relación a la promoción de las
exportaciones, no sólo resulta importante por la inexistencia de estudios elaborados
en este sentido, sino que los análisis de política exterior o de relaciones económicas
internacionales no han utilizado generalmente las fuentes aquí trabajadas.

87 CG en España a MREC, Barcelona, 18/06/1891, AMREC, SDC, Caja AH/0469, Exp. 30.
88 Legación argentina en Brasil MREC, Río de Janeiro, 10/07/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0977, Exp. 55.
89 Consulado en EE UU a Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, Filadelfia, 3/07/1897, SME (Serie
Misiones Especiales), MMGM (Misión Martín García Mérou), Caja AH/0116, Exp. 73; Consulado en EE UU a
MREC, Filadelfia, 18/05/1901, AMREC, SDC, Caja AH/0762, Exp. 12.
90 Consulado en Alemania a MREC, Bremen, 5/04/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/1036, Exp. 23 B.
91 Legación argentina en Países Bajos a MREC, Bruselas, 30/11/1911, AMREC, SDC, DEA, Caja AH/1250, Exp. 57.
92 Legación argentina en Italia a MREC, Hamburgo, 1/03/1902, Memorias del MREC, 1902, pp. 170-171.
93 CG argentino en Francia al MREC, París, 30/03/1903, Memorias del MREC, 1904, p. 366.
94 CG argentino en EE UU al MREC, N.Y., 14/02/1903, Memorias del MREC, 1904, p. 298.
95 CG en Brasil a MREC, Río de Janeiro, septiembre/1904, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0861, Exp. 39A.
96 CG en Reino Unido a MREC, Montreal, 20/06/1907, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0990, Exp. 128; CG en
Reino Unido a MREC, Ottawa, 31/03/1910, AMREC, DEA, Caja AH/1192 BIS, Exp. 92.
97 CG en Bélgica a MREC, Amberes, 18/12/1908, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/1043 BIS, Exp. 53.
98 CG en los Países Bajos a MREC, Ámsterdam, 19/09/1913, AMREC, Caja AH/1425, Exp. 106.
99 María Silvia DI LISCIA y Andrea LLUCH, Argentina en exposición: ferias y exhibiciones durante los siglos XIX y
XX, Sevilla, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2009.
100 Comisión Representación de Exposición en Chicago a MREC, Chicago, 21/12/1893, AMREC, SEW, Caja
AH/0138, Exp. 687; Ministro en EE UU a MREC, Washington, 18/06/1900, AMREC, SDC, Caja AH/0708,
Exp. 21.
101 Vicente VÁZQUEZ PRESEDO, Estadísticas históricas argentinas (comparadas). Primera parte (1875-1914),
Buenos Aires, Macchi, 1971, p. 162.
102 CG en EE UU a MREC, N.Y., febrero/1894, AMREC, SEW, Caja AH/0123, Exp. s/d.
103 CG en Bélgica a MREC, Amberes, 28/12/1901, AMREC, SDC, DEA, SAC, Caja AH/0890, Exp. 36.
104 Legación francesa a MREC, Buenos Aires, 9/05/1906, AMREC, SDC, SAC, Caja AH/0938, Exp. 9.
105 Legación alemana en la Argentina a MREC, Buenos Aires, 18/03/1908, AMREC, SDC, DEA, SACC, Caja
AH/1198, Exp. 26.
186 Agustina Rayes, “El resorte del comercio en el exterior”. El papel de la diplomacia...

Partiendo de la imagen de construcción de la diplomacia nacional, los documentos


observados han indicado que, pese a los obstáculos materiales y humanos, los agentes
que prestaron servicio en el exterior tendieron a reforzar las relaciones, creándolas o
intensificándolas. Y aunque cabe el reconocimiento a cada uno de los particulares en
el proceso, el hecho de que todos dieran cuenta de su desempeño ante el MREC como
centralizador de la información, en cierto sentido permite pensar en un esfuerzo
institucional. Los numerosos informes consulares son una prueba elocuente de los
esfuerzos por ampliar y profundizar el espectro de mercados posibles para los productos
argentinos.
Las diferentes vías de estímulo de las exportaciones descriptas anteriormente, como
la circulación de folletos de divulgación y obras científicas, la intervención en la prensa
extranjera, el envío de muestras y ensayos a museos comerciales y oficinas consulares, la
participación en exhibiciones internacionales y la actuación en oficinas de información y
cámaras de comercio foráneas, han sido las herramientas que sirvieron a los diplomáticos
para difundir el conocimiento de la calidad, las condiciones de venta, las características
productivas y los valores de las exportaciones. De alguna manera, el accionar diplomático
permite apreciar que los funcionarios se propusieron expandir los lazos comerciales no
sólo con el Reino Unido, sino con Europa continental y países latinoamericanos.
Esta nueva evidencia no sólo permite redimensionar la siempre estudiada conexión
anglo-argentina, sino que insta a la reflexión sobre la naturaleza y el alcance de los vínculos
allende este marco. Dentro de una mirada multilateral, se desdibuja aquella visión tan
centrada en el conflicto para explicar la posición frente a Estados Unidos u otros países
vecinos. Con la potencia del norte existieron tensiones por la influencia en el continente
o por la competencia de productos similares en algunos mercados internacionales,
pero esa mirada no debe opacar otra dimensión de cooperación cruzada por intereses
norteamericanos afines a las exportaciones argentinas. Asimismo, el caso de Brasil
resulta elocuente -y es quizás el paradigmático en relación a otros países limítrofes como
Uruguay o Chile- acerca de la capacidad de un país vecino, siendo una economía pequeña
en términos relativos, de absorber no sólo los productos tradicionalmente vendidos sino
los más nuevos y cuyos vínculos diplomáticos explotaron otra faceta ajena a las disputas
territoriales, harto usadas por la historiografía para representar la supuesta dicotomía
fronteras-mercados que caracterizó la política exterior de la época. Por otra parte, hemos
dado cuenta de lazos comerciales ya conocidos, pero escasamente estudiados, en la
historiografía como con Francia, Alemania o Bélgica.
En síntesis, como señalara el epígrafe escogido bajo las palabras de Carlos Calvo,
ministro argentino en Berlín en 1892, los cónsules intervinieron como “resortes” del
comercio nacional en el extranjero al velar por su extensión en cada una de las acciones
aquí apuntadas. Ello probablemente no fue central a la expansión de las exportaciones
argentinas, sin embargo, acompañó el proceso, no sólo por la vocación personal de cada
uno de los agentes sino también como parte del engranaje estatal aún en construcción.

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