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va acompafiado de una disminucién de carga indicativa de su cardcter ex- tensional (cf. Mufioz, 1990). Tal ca- récter extensional se confirma estruc- turalmente por las notables omisiones litol6gicas relacionadas con las zones de cizalla retrometamérficas que limi- tan la unidad de Guadaiza (fig. 2) Por tanto, sugerimos que la Unidad de Guadaiza es un «horse» extensio- nal movido aproximadamente hacia el N, que descansa sobre la Unidad de Ojén también adelgazada. Durante el cizallamiento extensional intruyen leucogranitos y se otiginan «gneises cordieriticas con litoclastos» (Murioz, 1990), En definitiva, las Unidades de Guadaiza y Ojén, individualizadas a resultas de un proceso de enfria- miento y atenuaci6n corticales, pro- vendrian de la reestructuracién exten- sional de un elemento tecténico mayor para el que proponemos la de- nominacién de Manto de Guaro. Este manto estaba colocado bajo de les pe~ ridotitas (Manto de Bermeja).. La sucesi6n del Manto de Guero aflora invertida en Ia Sierra de Mijas, Sierra Blanca y al W de Guaro (fig. 1), En la Sierra de Cértama una suce- sién semejante en posicién normal se halla bajo una fina Iémina de peridoti- tas, a su vez debajo del Manto de Ju- brique. Es presumible que Ia sucesi6n de (Cértama se encontrara en continu y por debajo de la columna de la U dad de Ojén dibujada en Ia fig. 2. La columna comptiesta de ambas suce- siones se corresponderfa con la de un pliegue cuyo miicleo se localizara en mérmoles tridsicos. En consecuencia, El Manto de Guaro ser‘a un sinclinal recumbente sobre ef que se colocan peridotitas subcontinentales traslada- das varias decenas de kil6metros ha- cia el NE-ENE. Conclusiones finales El Manto de Guaro, incluyendo materiales de la Sierra de Cértama, junto con otras unidades aflorantes més al N (fig. 1), constituye un con- junto que denominamos Mantos de Blanca, Otras unidades reconocidas al E de Mélaga, como las de Canillas, Venta de Palma, Tejeda y otras (AI- daya et ., 1981), forman parte tam- bign del grupo de Mantos de Blanca, En las Béticas centrales los Man- tos de Blanca se encuentran bajo un manto perteneciente al grupo de Mantos de Los Reales, plausible- mente prolongacién del Manto de Ju- brique. Trabajo financiado por CICYT, proyecto PB 87-0461-01 GEOGACETA, 9, 1991 Referencias ‘Aldaya, F; Gareia-Duefias, V. y Navarro- Vilé, F. (1981): Acta Geol. Hisp «Hom. a Lluis Solé Sabaris», 14, 184- Cs Campos, J. Garefa-Due- fias, V; Orozco, M.'y Simancas, F. (1987): Geogacera, 2, 51-53. Balanyé, J. C. y Garefa-Duefias, V. (1986): Geogacera, 1, 19-21. Balanyé, J. C. y Garcfa-Duefias, V. (1987): C. R. Acad. Sci. Paris, 304, 929.934. Darot, M. (1973): Tesis Univ. Nantes, 1- 120, Didon, J.; Durand-Delga, M. y Korn- probst, J. (1973): Bull. Soc. géol. Fr. 15, 77-105. Dit, S. (1967): Geologica Romana, 6, 1- B, Garcfa-Duefias, V. y Balanyé, J. C. (1991): Geogacera, 9, 33-37. ‘Mollet, H. (1968): Geol. Jb., 86, 471-532. ‘Mutioz, M, (1991): Geogaceta, 9, 10-13. Navarro-Vilé, Fy Tubfa, J. M, (1983): C. R. Acad. Sei. Parts, 296, 111-114. Tubfa, J. M. (1985): Tesis Univ. Pats Vasco, 1-263, ‘Tubla, J. M. y Cuevas, J. (1986): J. Sort. Geol., 8, 473-482. Westerhof, A. B. (1975): GLA. Papers, 6,1-216. Recibdo el de octubre de 1990 Aceptado e126 de octubre de 1990 Fallas normales de bajo angulo a gran escala en las Béticas occidentales Large scale low-angle normal faults in western Betics V. Garefa-Duefias* y J.C. B nya* * Dpto. de Gecdinémica Ins. And, Geologla Meiterinea, CSIC-Univesidad. 18071 Granada. ABSTRACT Low angle normal faults (LANA) related with extensional detachments are mapped in the Wes- tern Betics, They developed during Middle and Late Miocene on continental crust which was pre- viously thickened by fold- and thrust-nappes and the Gibraltar Crustal Thrust. The LANF thinned the basement of the Albordn basin. Superimposed folds and strike-slip faults have modified the ge- ‘metry of the extensional system. Key words: low angle normal fault, detachment, crustal thinning, Betics. Geogaceta, 9 (1991), 33-37. La existencia de grandes fallas ex- tensionales, que adelgazan el Domi- nio cortical de Albordn y modifican sus relaciones con la cobertera del Dominio Sudibérico (zonas externas béticas), ha sido sefialada al S de Ronda por Balanyé y Garcfa-Duefias (1986, 1988). De hecho, el cortejo de estructuras con valor cinemético en 33GEOGACETA, 9, 1991 -giid pue sasyps “gz sossous “yz) add pwoyp9, 34muchos segmentos de los contactos entre mantos de! Dominio de Alborén indica direcciones de transporte poco compatibles con el movimiento de los mismos, deducido de fabricas origi- rnadas en condiciones P-T proximas a las metamérficas. Por otro lado, Ia frecuente desaparicién, a lo largo de contactos frégiles tendidos, de forma- ciones litoldgicas y de mantos enteros demuestra el cardcter sustractivo de las fellas en cuestidn. En suma, una deformacién exten- sional tarda ha modificado profunda- mente el Cabalgamiento de Gibraltar (Balanya y Garcia-Duefias, 1987) y 1a organizacién de los Mantos Alpujérri- des y de los Maléguides. Doblas y Oyarzun (1989), admi- tiendo la deformacién extensional, hhan propuesto que las peridotitas de los macizos de Sierra Bermeja y Sic- rma Alpujata constituyen «mantle core complexes» relacionados con un des- pegue que se contintia hasta Sierra Nevada, al E de Granada, Nosotros queremos dat a conocer el trazado general de las principales fallas normales de bajo éngulo (ENBA) reconocidas en la parte N del Arco de Gibraltar y los criterios utili- zados para su localizacién, advir- tiendo que 1a geometrfa original de las FNBA ha sido enérgicamente mo- dificada por pliegues y fallas de salto en direccién posteriores. Discriminaci6n de los contactos extensionales La figura 1 recoge con suficiente detalle (para el tamafio de las FNBA) la posicién de los principales contac- tos extensionales. La mayorfa de ellos constituyen hoy el limite entre Ios Mantos Maldguides y Alpujérrides, y también entre los Mantos de Alborén, el Complejo de Flyschs més Predor- sal y el Subbético. La distincién entre contactos con- traccionales y extensionales se ha efectuado considerando los siguientes puntos: 1. La corteza sometida a exten- sin estaba estructurada en mantos con probada continuidad, las peridoti- tas constitufan una lémina gruesa an- tes de los procesos extensionales y el Manto de Guaro ha sido dividido en «horses» extensionales (Balany y Garcia-Dueias, 1990); dichos horses estén Timitados por cizallas dictiles formadas a T=400°C, con transporte predominantemente de componente N a NNE. Mediante estas estructuras se produjo un primer adelgazamiento cortical contemporéneo de la trans- sgresién Aquitaniense superior Burdi- galiense inferior (Formaciones dis- cordantes de Alozaina y Las Millanas, Bourgois, 1978). 2. La columna sintstica inicial se componfa en orden ascendente de (fig. 1): Basamento y cobertera sub- béticos, Complejo de Flyschs y Uni- dades de la Predorsal y Dorsal, Manto de Guaro (Mantos de Blanca), Man- tos de Los Reales, Maliguides y Uni- dades de la Dorsal retroplegadas. Tras, el primer adelgazamiento registrado, se affaden las formaciones del Mio- ceno inferior mencionadas y el Com- plejo de Alozaina (Burdigaliense). 3. Como superficies de referen- cia para establecer la deformacién ex- tensional se han usado marcadores subparalelos tales como: estratifica- cidn, contactos litolégicos, esquistosi- dad principal, foliacién milonttica de alta T, isogradas metamérficas y re- anos de cabalgamientos mayores 4. Naturaleza de las rocas de fa- Ila asociadas a los contactos: brechas yy harinas de falla en bandas cataclés- ticas y les milonitas correspondientes al primer episodio extensional. 5. Relaciones angulares (rampas y rellanos) entre los contactos exten- Sionales y las superficies de referencia 6. Direceién y sentido de trans- porte a lo largo de superficies de falla a partir de estructuras S-C con S pre- via conservada, foliacién grosera en hatinas de falla, microfallas, estries, atietas de tensi6n y otras. 7. Congruencia espacial entre 1a GEOGACETA, 9, 1991 geometria y cinemética de las fallas y Jas omisiones litolégicas (hiatos ex- tensionales), es decir, andlisis areal de Ia denudacién extensional. Caracteristicas de las FNBA en el drea Una vez, establecidas, conforme a los criterios precedentes, las FNBA (con éngulos respecto a los marcado- res estructurales 45°) se comprueba que muchas de ellas convergen entre sf (fig. 1), coalesciendo y dando lugar a los despegues extensionales més importantes. La posici6n, respecto a la sucesién litoldgica general, de los principales despegues activos en condiciones fré- ailes, es la siguiente: a) contacto entre peridotitas y el Manto de Guaro; b) techo de las peridotitas (Manto de Bermeja); c) muro de los Maléguides. En todos estos niveles se localizan hiatos extensionales tanto a techo como a muro (figs. 1 y 2). Existen, no obstante, otros despegues extensiona- les. Especial atencién merece el con- junto de estructuras extensionales lo- calizadas en el frente del Cabalga- miento de Gibraltar que actualmente coincide con un FNBA. Esta falla ha reutilizado en gran medida la superfi- cie de cabalgamiento y causa extre- ‘mados adelgazamientos en el Com- plejo de Flyschs més las Unidades de la Predorsal, junto con omisiones de ‘menor cuantfa en las Unidades Sub- béticas. La denudacién extensional producida por este despegue explica por qué en la Depresién de Ronda los sedimentos tortonienses (Serrano, ates ra de pees de ln ool de oS an con signos sigmoidales). Notese el ecto del plegamiento tardio sobre las falls. Fig. 2—Interpretative cross section of the low-angle normal fault geometry. For location and legend see fig. 1 (sigmoid lines show s) synmetamorphic shear zones). Note the effect of late folding on the faults. 35GEOGACETA, 9, 1991 1979) son transgresivos sobre un sus- trato de klippes extensionales del Complejo de Flyschs. Dichos klippes descansan sobre materiales tridsicos subbéticos, los cuales estén despro: vistos a techo de los sedimentos juré- sicos y cenozoicos habituales. Por lo tanto, el proceso de adelgazamiento cortical, iniciado en el Mioceno infe- rior y activo durante el Mioceno me- dio, prosiguié a lo largo del Torto- niense, como se ha constatado en Ronda. Las direcciones de extensién va- rian entre S y SE. Sin embargo, una generacién de fallas posteriores, con componente dextral, tales como las situadas al S de Sierra Bermeja (fig. 1), tienen transporte hacia el SSW. Conclusiones El valor del desplazamiento a lo largo de las FNBA, evaluable a partir de la inclinacién de las superficies ex- tensionales, del espesor de rocas omi- tido en los hiatos extensionales y de las direcciones de extensién predomi- nantes (fig. 1), exige la prolongacién de los despegues observados hasta implicar al basamentode la Cuenca de Alborén. Allf se alcanzarian el mayor adelgazamiento cortical y la mayor subsidencia miocena. En efecto, los espesores de los sedimentos miocenos y pliocuaternarios alcanzan varios ki- metros de espesor en Alborén, de acuerdo con datos de sondeos y perfi- les sismicos comerciales. Rocas emparentadas composicio- nalmente con las de Cabo de Gata constituyen enjambres de diques rela- cionados con los despegues extensio- nales, También en el Mar de Alborén existe un importante espesor de rocas composicionalmente andlogas. Las FNBA se han plegado durante el Mioceno terminal (fig. 2); més tarde se desarrollan fallas con compo- rente en direccién que establecen de- finitivamente los limites pliocenos de la Cuenca de Alborén, En fin, si las proposiciones prece- entes son acertadas, el modelo suge- ido por Doblas y Oyarzun (1989) y gran parte de sus implicaciones se hacen insostenibles, si bien ambos autores han destacado la relevancia de la tecténica extensional en las Bé- ticas. Trabajo subvencionado por CICYT, proyecto PB 87-0461-01. 36 Referencias Balany4, J. C. y Garcfa-Duefes, V. (1986): Geogacera, 1, 19-23. Balanyé,.J. C. y Garcia-Dueftas, V. (1987): C. R. Acad. Sei. Paris, 304, 929.936. Balanyé, J. C. y Garcia-Duefias, V. (1988): Simposio Cinturones Orogéni cos, Il Congr: Geol. Espaa, Granada, 35.44, Balany4, J. C. y Garefa-Dueftas, V. (1991): Geogaceta, 9, 30-33. Doblas, M. y Oyarzun, R. (1989): Geo: logy, 17, 430-433, Serrano, F. (1979): Tesis Univ. Mélaga, 1- 272 Recibido el I de octubre de 1990 Aceptado el 26 de octubre de 1990 Pregunta de M. Doblas: En este trabajo, los autores conclu- yen que nuestro modelo de «Mantle Cote Complexes» para las peridotitas de Ronda (Doblas y Oyarzun, 1989) «no se sostiene». En nuestra opinién, esta afirmacién no tiene fundamento por las siguientes razones: 1) En su articulo dedicado a des- cribir las caracteristicas generales del régimen extensional en las Béticas Occidentales por medio de fallas nor- males de bajo dngulo, no aportan da- tos concretos ni definitivos que per- mitan formular esta afirmacién gratuita, 2) El hecho de que las peridotitas puedan aparecer como laminas aléc~ tonas desenraizadas no contradice en absoluto nuestro modelo (como argu- mentamos en otro articulo; Doblas y Oyarzun, 1990), ya que es de esperar que el ascenso y denudacién de estas, tunidades mantélicas desde 30/40 km, hasta la superficie, produzca, local- mente, escamas aldctonas en el techo de estos cuerpos. 3) {Cémo explican los autores el cardcter subvertical de los corredores milonfticos que rodean al macizo pe- ridotitico de la Sierra de Alpujata (IGME, 1978), dentro de su esquema de mantos de corrimiento invotu- crando escamas al6ctonas de materia- les ultraméficos? 4) 4Cémo explican los autores la existencia de fuertes anomalies positi- vas de Bouguer por encima de los macizos peridotiticos? Ademés de los datos suficientemente claros de Bo- nini et al. (1973), datos gravimétricos recientes (Casas y Carbé, 1989; Carb6, comunicaciéa personal) reafir- ‘man la perfecta coincidencia de estas, anomalias con los macizos de Ronda (asf como el cardcter desenraizado de los mismos). Por ello, la suposicién de que existe un desfase hacia el S de estas anomalias (Tubia, 1988) debido al emplazamiento tect6nico hacia el N de mantos aléctonos peridotiticos es dificil de aveptar. Bibliografia Bonini, W. E.; Loomis, T. P.y Robertson, J.D. (1973): J. Geophys. Res., 78, 1373-1382, Casas, A. y Carbé, A. (1989): Ann. Ge- ‘ophys. Special Issue, XIV General As. sembly European Geophysical Society, p. 15-16, Doblas, M. y Oyarzun, R. (1989): Earth Planet. Sci. Lett, V.S3. p. 76-84. Doblas, M. y Oyarzun, R. (1990): Earth Planet, Sci. Let, V.96, p. 501-503, LLG.M.E. (1978): Mapa de Coin (1066, 16-45), Escala 1: 50,000, Madrid. ‘Tubia, J. M. (1988): Bol, Geol. Min., 64 (), 715-747, Respuesta de Garcia-Duefias y Ba- lanyé: Los comentarios y preguntas de M. Doblas exceden el propésito de nues- tro breve articulo, aunque no cuestio- nan directamente su contenido. Se aducen las razones que soportan el modelo de «Mantle core complexes» propuesto por Doblas y Oyarzun (19898; 1989b) y en definitiva, sus objeciones se centran sobre una vieja controversia: la aloctonfa o enraiza- miento vertical de los macizos peri- dotiticos de Ronda, en conexién con el problema del diapirismo mantélico en el seno de corteza continental ‘Tras una aceptacién implicita de la posicién y geometria de las fallas nor- males de bajo éngulo que damos a co- nocer, sorprendentemente se elude la discusién sobre Ia existencia 0 no de ‘un despegue extensional tinico si- tuado a techo de los macizos peridot ticos, no se argumenta la organiza- cién estructural de los bloques de techo y muro propuesta en el modelo yy se obvian las implicaciones. Hechas estas precisiones, tratare- mos de responder correlativamente alos cuatro puntos del cuestionario for- malado. 1. Nuestro articulo contiene nu- merosos datos sobre el sistema exten- sional sobreimpuesto a la estructura de Ios Mantos Alpujérrides del W de Milaga y algunos de ellos contradi- cen directamente las proposiciones de Doblas y Oyarzun (op. cit.). En opi- ni6n de estos autores, durante el Se~ rravalliense y Mioceno superior ocu- rre un adelgazamiento cortical extremo en las Béticas occidentales, a favor de un despegue extensional si- tuado a techo de los macizos peridoti- ticos de Ia regién de Ronda; dicho despegueda lugar a «Mantle core complexes» y sobre él se sittian blo- ques corticales basculados, limitados por falas istricas. Por contraposicién, a partir de mues- tras observaciones se constata que: a) Son varios los despegues ex- tensionales en el area. Uno de ellos se localiza a muro de los cuerpos perido- titicos y otro, inferior atin, reutiliza superficies mecénicas relacionadas con el Cabalgamiento cortical de Gi- braltar. 'b) _Existen varios horses extensio- nales movidos en condiciones dictiles durante el Mioceno inferior (Aquita- niense sup. y Burdigaliense inf) ©) Los bloques basculados son poco frecuentes, El adelgazamiento y Ia denudacién extensionales se reali- zan a lo largo de miiltiples fallas con rellanos y rampas de éngulo < 45° (generalmente mucho menor, cf. fi. 2), Las fallas normales de bajo éngulo conjugadas son numerosas y la defor- macién interna extensional de los horses considerable, incluso en régi ‘men frégil 2. En nuestro articulo no se con- sidera si «puedan aparecer» 0 no lé- minas aléctonas de peridotitas, tam- poco lo «que es de esperar» durante cl ascenso de las unidades mantélicas, ni se menciona ningiin comporta- miento «locab» dentro del area refe- rida, Se estima que, previamente a Tos procesos extensionales descritos, las peridotitas de Ronda formaban una 4mina gruesa, intercalada entre rocas, metamérficas constitutivas de los Mantos de Jubrique y Guaro, cuyas sucesiones litol6gicas son diferentes (Balanyé y Garcfa-Duefias 1990). Es decir, los cuerpos peridotiticos de Ronda no estén enraizados en su res- pectiva vertical, lo que invalida el modelo de «Mantle core complexes» tal como es concebido por Doblas y Oyarzan (op. cit.) En efecto, el sustrato de rocas cor ticales de los macizos de Sierra Ber- meja y Sierra Alpujata aflora extensa- ‘mente en ventanas, 1a mayor de las cuales (Valle del Guadaiza) tiene una superficie aproximada de 40 km?, Las ventanas de muy pequefio tamaiio no han sido representadas en el mapa de la figura 1 de nuestro articulo, por ejemplo, las existentes en la vertiente Sur de Sierra Alpujata. Por otra parte las peridotitas, junto con las rocas situadas @ muro y a te cho, han sido intruidas por leucogra- nitos de aproximadamente 21 M.A. (Priem et al., 1979, Zeck et al., 1989). Tal edad tampoco es compati- ble con Iadel «digpirismo ultrama- fico», Serravalliense o més reciente segiin Doblas y Oyarzun (op. cit.) 3. En los Mantos Alpujarrides occidentales se han reconocido rocas miloniticas dentro de zonas de cizalla dtitil generadas a temperaturas varia- bles entre 350°C y 800°C aproxima- damente (Tubfa 1985; Balanyé y Gar- cfa-Duefias 1990); también se han observado bandas de rocas de falla frdgiles asociadas a fallas normales de bajo éngulo y a despegues exten- sionales. Unas y otras han sido plega- das durante el Mioceno sup.-Plioceno inf, por lo que las foliaciones milonf- ticas presentan buzamientos varia- bles. Sin embargo, no existen corredores miloniticos subverticales rodeando el ‘macizo peridotitico de la Sierra Alpu- jata, como indican Doblas y Oyarzun (1990).Tampoco los hay en Sierra Bermeja ni en los restantes macizos peridotiticos de Ronda, 4. Nuestro trabajo no pretende explicar el origen de las anomalias, gravimétricas de las Béticas occiden- tales ni las del cuadrante NW del Mar de Alborén. Nuestro propésito ha sido contribuir a esclarecer la estructura primero contractiva y luego extensio- GEOGACETA, 9, 1991 nal de la mitad Norte del Arco de Gi- braltar La organizacién geométrica de ‘grandes volimenes de rocas mantéli- cas y corticales puesta de manifiesto exige el desarrollo de nuevos: mode- los geofisicos ajustados tanto a las es- tructuras descubiertas como a los da- tos gravimétricos conocidos. Conviene precisar que los resul- tados de Bonini et al. (1973) presu- ponen la existencia de intrusiones ultraméficas de paredes verticales dentro de una corteza continental no adelgazada; 1a densidad de las rocas intruidas es particularmente baja en el modelo, ya que se las su- pone enteramente Serpentinizadas Si las anomalfas existentes pueden ajustarse 2 estas caracterfsticas, es presumible que sean incompatibles con una distribucién de masas como la concebida por Doblas y Oyaraun (op. cit.), en Ia que gran parte de la corteza del modelo de Bonini et al. (1973) aparece «susti- tuida» por Manto superior subcon- tinental. Parece superfluo comentar los res- tantes resultados gravimétricos me cionados por M. Doblas, porque se- ‘in él mismo manifiesta «reafirman... cl cardcter desenraizado de los maci- 208 ultrabésicos», Bibliografia Balanyd, J. C. y Garefa-Duefias, V. (1990): Geogaceta, 9, 30-33. Bonini, W. E.; Loomis, . P. y Robertson, I.D. (1973): J. Geophys. Res., 78, 1372-1382, Doblas, M. y Oyarzun, R. (1989a): Geo- logy, 17, 430-433, Doblas, M. y Oyarzun, R. (1989b): Earth Planet. Sci. Let, 93, 76-84 Doblas, M. y Oyarzun, R. (1990): Earth Planet. Sei. Lett, 96, 501-503. Hy Open, I. S. Verschure, R. H. (1979): Cont. Min. Petrology, 70, 103-109. ‘Tubia, J. M. (1985): Tesis Doc. Univ. Pats Vasco, 1-263. Zeck, H. Py Albat, F; Hansen, B. T; To- nies Roldén, R. L.; Garefa-Casco, A. y Martin-Algarra, A. (1989): Tecto- nophysics, 169, 215-220, 37
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