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El estrés es un problema que está presente en todas las etapas de la vida de las
personas. El estrés laboral, por su parte, es un problema de salud ocupacional que
ha generado un amplio número de investigaciones 1 y un alto acuerdo respecto a la
necesidad de realizar investigaciones enfocadas en identificar el efecto que tiene el
estrés laboral en la salud física y mental de los trabajadores 2,3.
La diferencia de estos tres conceptos radica en que el estrés laboral surge como
una reacción del trabajador ante exigencias y demandas laborales, mientras que el
estrés ocupacional es resultado de las características del puesto u ocupación que se
desempeña, y el estrés organizacional es la respuesta a un conjunto de situaciones
de trabajo a las que se enfrenta la persona cuando trabaja en una organización. Sin
embargo, estos tres conceptos convergen en que el estrés se produce en el
desempeño del trabajo.
El estrés laboral tiene una naturaleza interdisciplinaria que puede identificarse bajo
cuatro perspectivas 21: médica, clínica, psicología organizacional y psicología en la
ingeniería. Así, desde la perspectiva médica, el estrés laboral está enfocado en la
contribución que tiene el estrés en la salud y la enfermedad de los trabajadores; en
la perspectiva clínica, el estrés laboral pone énfasis en el impacto de las condiciones
de trabajo estresantes en la salud mental del trabajador; bajo la perspectiva de la
psicología organizacional, el estrés laboral se enfoca en los procesos cognitivos y
los procesos mediante los cuales el trabajador percibe el ambiente de trabajo y
decide si es estresante (también bajo este enfoque las fuentes del estrés surgen de
la interacción con otros factores, particularmente de tipo social); finalmente, la
perspectiva de la psicología en la ingeniería enfoca el estrés laboral en fuentes del
estrés que son originados en el ambiente físico de trabajo.
De acuerdo con las perspectivas de estudio, el abordaje del estrés laboral y los
enfoques para medir el estrés laboral señalados, es posible argumentar que la
necesidad de medir el estrés conlleva un conocimiento fundamentado de estos
aspectos.
MÉTODO
Criterios de exclusión:
Muestra
RESULTADOS
A fin de medir el estrés como estímulo se identificaron doce escalas, las cuales
están enfocadas en medir estresores laborales 31,32,33,34,35,36,37,38, causas del estrés 39,
eventos laborales estresantes 40, estrés percibido 41 y situaciones potencialmente
causales de estrés 42. Estas escalas se caracterizan por tener desde un factor hasta
ocho, con un rango de reactivos entre 4 y 63. Todas las escalas cuentan con validez
de constructo y confiabilidad (alpha de Cronbach entre 0.49 y 0.97), utilizan la
escala tipo Likert de 4 a 10 puntos; sin embargo, una de ellas utiliza una escala
dicotómica (presencia y ausencia) y otra emplea una escala visual análoga de 100
mm. Estas doce escalas se utilizan para un enfoque personalizado, dirigido
específicamente a profesionales tales como enfermeras, bomberos, profesores,
empleados, residentes de anestesiología, coordinadores de hospitales, directores
escolares y oficiales correccionales, entre otros.
Para medir el estrés laboral como respuesta se identificaron nueve escalas. Estas
escalas se enfocan en medir las fuentes y manifestaciones del estrés 43, respuesta
emocional al estrés y estado de agotamiento psicológico progresivo 44, respuesta al
estrés laboral crónico 45,46,47,48,49,50, consecuentes del estrés percibido debido a la
rotación 51 y consecuentes del desequilibrio esfuerzo-recompensa 52. Siete escalas
están diseñadas bajo un enfoque personalizado con el objetivo de aplicarse a
profesores, asistentes sociales, médicos, enfermeras y trabajadores de diferentes
ocupaciones; mientras tanto, dos escalas están diseñadas para un enfoque
compuesto. Este grupo de escalas se compone de entre dos y 10 factores, y entre
ocho y 49 reactivos, y tienen validez factorial y confiabilidad con un alpha de
Cronbach que oscila entre 0.63 y 0.94.
Se identificaron seis escalas para medir el estrés como transacción, todas ellas con
el propósito de utilizarse bajo un enfoque personalizado en trabajadores de
ocupaciones específicas. Este grupo de escalas está dirigido a medir el
afrontamiento como transacción 53,54,55,56,57 y el desbalance esfuerzo-recompensa 58.
Los factores de estas escalas oscilan entre 2 y 14, tienen entre 22 y 98 reactivos,
están validadas y confiabilizadas (alpha de Cronbach entre 0.46 y 0.89).
Para medir el estrés como interacción se identificaron cuatro escalas. Estas escalas
se diseñaron con el fin de aplicarse bajo un enfoque personalizado y están dirigidas
a enfermeras, profesores y trabajadores de diferentes ocupaciones. Estas escalas
están enfocadas en medir el estrés bajo el Modelo Demanda-Control-Apoyo de
Karasek 59,60,61,62. Solo una escala tiene un enfoque interactivo para medir el
estrés 63. Estas escalas tienen entre tres y seis factores, entre 18 y 77 reactivos,
cuentan con validez de constructo y están confiabilizadas (alpha de Cronbach entre
0.48 y 0.89).
Se identificó también una escala que mide el estrés como estímulo y se emplea
para un enfoque compuesto, ya que mide fuentes de estrés, conducta tipo A, locus
de control, estrategias de afrontamiento, satisfacción laboral, salud mental y salud
física 23-64. Es una escala que cuenta con siete factores y 167 reactivos, está
validada y su confiabilidad oscila entre 0.48 y 0.93.
DISCUSIÓN
Los instrumentos identificados para medir el estrés laboral, como, por ejemplo,
estímulo, respuesta, transacción e interacción, están dirigidos a utilizarse bajo un
enfoque personalizado orientado a ocupaciones, profesiones o puestos específicos y
con enfoques compuestos, en razón a que miden, al menos, tres dimensiones
acerca del estrés laboral (factores estresantes, efectos psicológicos, fisiológicos u
organizacionales y factores mediadores o moderadores). Cabe señalar que no se
identificaron instrumentos que se empleen para enfoques globales o integradores.
Sin embargo, en la literatura se identifican diversos enfoques metodológicos que
permiten medir el estrés laboral y superan los enfoques personalizados y
compuestos. Por ejemplo, Ronchetti et al. 66 presentan un enfoque integrado de
administración de riesgos para medir el estrés relacionado con el trabajo, el cual
consiste en el uso de dos herramientas: a) una lista de chequeo para medir
indicadores de riesgos de manera objetiva y con apoyo de la observación; y b) un
cuestionario validado que permite identificar las percepciones de los trabajadores.
Por su parte, Kusma et al. 67 proponen una medición bidireccional del estrés, para lo
cual utilizan un estudio objetivo en tiempo real (análisis objetivo de tareas) en
combinación con un diagnóstico psicológico multinivel desarrollado mediante un
cuestionario de demandas laborales y estrés en el trabajo que mide las
percepciones objetivas y subjetivas de las situaciones laborales. Esta metodología
permite identificar las fuentes de estrés y desarrollar un enfoque de prevención con
base en los resultados obtenidos. Asimismo, Guglielmi et al. 68 proponen el Stress
Assessment and Research Toolkit (StART) con el fin de evaluar el estrés en el
trabajo con el Modelo Demandas Recursos Laborales. Este consiste en usar
diferentes tipos de datos: datos organizacionales (hoja de indicadores
organizacionales), datos cualitativos (focus group), percepción de los trabajadores
(cuestionario) y la observación (cédula de observación) con el uso de métodos
mixtos.
La medición del estrés laboral para el diagnóstico o evaluación requiere del uso de
instrumentos de medición. Sin embargo, el aspecto más relevante a considerar es
el enfoque metodológico a utilizar para su medición. Por esta razón, las propuestas
de los autores señalados requieren tomarse en cuenta a la luz de su efectividad en
la prevención y atención de los efectos que provoca el estrés laboral en la salud
ocupacional de los trabajadores. Esto, sin duda, abrirá nuevas líneas de
investigación a futuro.
CONCLUSIONES
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