1 Logica Formal - Definitivo
1 Logica Formal - Definitivo
1 Logica Formal - Definitivo
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La investigación lógica significa la investigación de toda regularidad.
Y fuera de la lógica todo es casual.
Ludwig Wittgenstein,Tractatus Logico-Philosophicus
Lewis Carroll, eminente lógico y autor de Alicia en el País de las Maravillas, definió la lógica
de la siguiente manera:Si así fue, así será. Si así fuera, así sería. Pero como no es, no es. Eso es
lógica. Podemos dar una segunda definición más técnica de la lógica diciendo que es la ciencia
que estudia la validez formal de los argumentos. Para entender esta definición debemos
comprender qué es un argumento y qué queremos decir con “validez formal”. Aristóteles, el
inventor de la lógica, nos dice que un argumento o razonamiento es un “discurso en el cual
supuestas ciertas cosas, algo diferente a las cosas supuestas resulta de modo necesario”.
Podemos, sin embargo, clarificar esta definición diciendo que un argumento es un conjunto de
enunciados1 en el cual uno de ellos se deduce lógicamente de los demás. Pongamos un ejemplo:
PREMISA 1 Si estudio esta noche entonces aprobaré el examen mañana.
PREMISA 2 Esta noche he estudiado.
CONCLUSIÓN: Mañana aprobaré el examen.
Vemos claramente cómo en el conjunto de enunciados anteriores, el enunciado último se
deduce directamente de los dos primeros; por esta razón decimos que es un argumento.
1.1. La validez formal de los argumentos.
Hemos dicho que la lógica analiza la validez formal de los
razonamientos o argumentos. Un argumento puede analizarse desde
muy distintas perspectivas. Por ejemplo nos podemos preguntar por
su belleza: el día después del debate sobre el estado de la nación
mucha gente puede decir “qué argumentación más bella dio el
presidente cuando le tocó turno en la tribuna”. Podemos analizar
también la fuerza persuasiva que tiene un argumento: “ese tipo te
convenció con labia de algo a lo que te oponías ferozmente, sería
capaz de convencerte de cualquier cosa”. Ninguno de estos análisis
es el que realiza la lógica; a la lógica no le preocupa ni la belleza de
un argumento, ni su fuerza persuasiva, únicamente se ocupa de
analizar cuando un argumento es formalmente válido o no. ¿Cuándo es formalmente válido un
argumento? Un argumento es formalmente válido cuando está bien construido. Un
argumento está bien construido cuando la conclusión se deduce de las premisas
lógicamente. La conclusión de un argumento se deduce lógicamente de las premisas
cuando hay una regla de la lógica que lo permite (estas reglas las veremos más adelante).
Veamos algunos ejemplos para comprender esta definición:
1 Si viene Alicia nos vamos al cine. Como al final vino Alicia, nos fuimos al cine.
2 Si Colón descubrió América entonces yo soy el Papa. Como ocurrió que Colón
descubrió América entonces yo soy el papa.
1 Un enunciado es un segmento lingüístico (oración) que puede ser afirmado con verdad o falsedad. Son
enunciados las oraciones afirmativas que tienen un sentido completo. Por ejemplo: Alicia tiene diecisiete
años. Samuel aprobará todo el curso. Una oración que no puede ser declarada como verdadera o falsa no
es un enunciado. Por ejemplo:¡Sal a la calle! ¿Tienes hora?
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En los dos casos anteriores podemos estar hablando de argumentos formalmente válidos
ya que los dos están bien construidos (la conclusión se deduce de las premisas de acuerdo con
las reglas de la lógica). Es más, podemos decir que los dos argumentos anteriores tienen la
misma estructura o forma lógica: Si ocurre A entonces ocurre B. Es cierto que ocurre A. Por
tanto B debe ocurrir también. (Modus Ponens (regla lógica))
1.2. Verdad y validez.
Al ver los ejemplos anteriores, nos damos cuenta de una cosa
curiosa. Los dos argumentos son lógicamente correctos
(formalmente válidos) pero los dos no parecen ser verdaderos.
De hecho sólo nos parece verdadero el primero. En el
segundo caso la conclusión de que “yo soy el Papa” es
evidentemente falsa. Sin embargo los tres son correctos
desde un punto de vista lógico. En realidad, no podemos
hablar de la “verdad” de un argumento ya que la verdad
es una propiedad de los enunciados y no de los
argumentos. Podemos decir que en el primer caso la
conclusión a la que se llega es verdadera, mientras que en el segundo caso la conclusión a la que
llegamos es falsa, pero que en los dos casos el argumento es válido. Puede sorprendernos que
existan argumentos correctos con conclusiones falsas pero esto es posible. En realidad hay tres
posibilidades de argumentos formalmente válidos:
a) Premisas verdaderas conclusiones verdaderas.
b) Premisas falsas conclusiones falsas.
c) Premisas falsas conclusiones verdaderas.
Como vemos hay un caso que no puede ocurrir. Un argumento con premisas verdaderas y
conclusiones falsas. Así podemos concluir la siguiente definición de argumento:
En realidad esta es la única garantía de verdad de mis conclusiones que me puede ofrecer
la lógica. Si parto de premisas verdaderas y deduzco con rigor lógico, las conclusiones también
deben ser verdaderas. Por esta razón es tan importante para alguien que quiere guiar sus
investigaciones por el camino de la verdad, ser muy cuidadoso con aquello que se admite,
muchas veces las conclusiones a las que llegamos son falsas porque partimos de supuestos
equivocados y otras veces, aun llegando a conclusiones verdaderas hemos partido previamente
de premisas falsas.
2. El lenguaje de la LÓGICA.
Para poder analizar bien la estructura de nuestros
argumentos la lógica formaliza el lenguaje natural que
usamos para comunicarnos y expresarnos, es decir,
prescinde de su contenido o significado, convirtiéndose en
un lenguaje artificial. Hoy día la lógica cuenta con un sistema
de símbolos especialmente inventado y construido para
lograr precisión y operatividad. La lógica se expresa, pues,
en un lenguaje simbólico. El lenguaje de la lógica es un
lenguaje formal.
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La lógica, como las matemáticas, es un lenguaje simbólico y formal. Un lenguaje formal es
un lenguaje que:
a) Está construido eligiendo arbitrariamente ciertos símbolos y reglas.
b) En él se prescinde del significado o el contenido, es pura sintaxis.
c) Se atiende exclusivamente a los símbolos y a las reglas establecidas.
Dentro de la lógica formal, la parte más básica y sencilla de la “Lógica elemental o de
primer orden” es la llamada Lógica de enunciados o lógica proposicional. Y se ocupa de estudiar
la validez formal de los razonamientos en los que los enunciados se toman en bloque, como un
todo, sin analizar sus partes internas. Es la que nosotros estudiaremos.
La lógica de enunciados posee como rasgos constitutivos:
Consistencia No existe contradicción dentro del sistema, porque a partir de las reglas de
transformación no es posible deducir una proposición y su contraria. No
hay ninguna regla que nos permita obtener un argumento no válido.
Completud Todos los argumentos válidos son deducibles a partir de las reglas de
transformación que han sido definidas.
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Estos símbolos son de tres tipos:
2.1.1 Letras proposicionales: sustituyen a los enunciados atómicos del lenguaje natural. La
lógica utiliza las letras del alfabeto de la “p” en adelante, es decir: p, q ,r ,s ,t...etc. La dificultad
estriba en que algunas veces es difícil identificar los enunciados que participan activamente
en el argumento, pues éstos pueden ir acompañados de enunciados que no tienen ningún papel
en la argumentación. Otro problema que puede surgir es que un mismo enunciado pueda
aparecer expresado por varias oraciones distintas, o bien se haga referencia al mismo mediante
alguna expresión del tipo si esto sucede..., dado lo anterior...etc.
2.1.2 Conectores lógicos: son los símbolos lógicos que utiliza la lógica para simbolizar las
conectivas (y, o, si... entonces...) del lenguaje natural. Tenemos cuatro conectores diferentes:
1) La CONJUNCIÓN. Se representa con el símbolo ” ” y representa a la conjunción en el
lenguaje natural. Normalmente traduce la partícula “y”, por ejemplo: Samuel se va al cine y Alicia
se queda con sus amigas. p q
Estos son algunos ejemplos de expresiones que se traducen por la conjunción en el lenguaje
formal:
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Uno de los problemas de la disyunción es que en el lenguaje natural encontramos dos
tipos de disyunción: la inclusiva y la exclusiva. La más común en lógica es la inclusiva, en la
que en el caso de que las dos proposiciones tomen el valor de verdadero la disyunción en su
conjunto también lo hace (se necesita para el trabajo a un fontanero o a un electricista). El
problema aparece con la disyunción exclusiva, en la que en el caso antes comentado la
disyunción es falsa ( Samuel es de Valencia o de Alicante). Normalmente este caso es obviado en
la formalización, aunque se debería formalizar como sigue: (p v q) (p q)
Tabla de verdad de la disyunción:
p q pvq
V V V
V F V
F V V
F F F
La expresión a no ser que y a menos que se puede traducir como una disyunción o como
un condicional. En este último caso toma la forma de: q p. En algunos casos podemos
encontrar condicionales sin signos externos de serlo, como en el caso: La calidad de los
estudiantes disminuye al disminuir la calidad de los profesores.
La formula resultante es una “implicación” en la que el primer término recibe el nombre de
“antecedente” y el segundo término recibe el nombre de “consecuente”.
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Tabla de verdad de la implicación:
p q pq
V V V
V F F
F V V
F F V
Las implicaciones son las fórmulas en las que el hecho de que ocurra el antecedente
implica la necesidad de que también ocurra el consecuente. Por ejemplo, si decimos: “Si viene
Alicia iremos al cine” significa que si se da realmente el caso de que venga Alicia la consecuencia
directa será que iremos todos al cine. Hay que tener en cuenta una cosa importante: la implicación
se da únicamente en un sentido, es decir, si consideramos el ejemplo anterior, el hecho de que
venga Alicia hará que vayamos con seguridad al cine, pero podemos ir al cine incluso si Alicia no
viene. Lo que no puede ocurrir es que venga y no vayamos al cine. En otro ejemplo puede quedar
más claro: si decimos “si llueve la calle se moja”; en este caso es evidente que en el caso de que
ocurra el antecedente (llueve) ocurrirá también el consecuente (la calle se moja), pero esto no
significa que la calle se pueda mojar independientemente de que llueva, por ejemplo si alguien la
riega. Lo que de ninguna manera puede ocurrir es que llueva y la calle no se moje.
4) La NEGACIÓN: Se representa con el símbolo “ ” y sustituye a la negación en el
lenguaje natural. Suele, por tanto, ponerse en el lugar del “no”. Por ejemplo el enunciado “no es
cierto que Luis sea tan estudioso” se formalizaría con la expresión “p”. Lo normal en este caso
es que nos encontremos casi siempre con las siguientes expresiones:
Tenemos que llevar cuidado con expresiones que tienen dentro de sí mismas una negación
como imprudente o inquieto cuando anteriormente apareció el término positivo o que sean el
contrario de alguna palabra que aparezca en el argumento como en el caso de débil cuando
anteriormente apareció fuerte.
Tabla de verdad de la negación:
p p
V F
F V
Una negación es verdadera siempre que la proposición que la compone sea falsa.
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2.1.3. Los símbolos auxiliares. Los símbolos auxiliares sirven para aclarar y hacer más
ordenadas tanto las fórmulas lógicas como los argumentos formalizados.
1) Guión de conclusión son los guiones que identifican una conclusión dentro de una
argumentación. La conclusión es la fórmula a la que llegamos por deducción a partir de las
premisas. Dentro de un argumento la conclusión suele identificarse porque va precedida por
expresiones como “por tanto...” “en conclusión...” “finalmente...” etc.
2) Paréntesis y corchetes. Sirven para establecer la conectiva fundamental en una
fórmula. Muchas veces una fórmula estará formada por más de dos enunciados atómicos y hará
falta utilizar dos o más conectivas. En estos casos hay que establecer si la formula resultante es
una conjunción, una disyunción, una negación o una implicación. Este hecho es muy
importante a la hora de aplicar las reglas de la lógica y deducir, ya que según sea la fórmula le
podremos aplicar una regla u otra. Por ejemplo:
1. Cuando vengas y salga el sol, saldremos a dar un paseo. ( p q) r
2. Samuel viene a vernos y también vienen Alicia o Paula. p (q r )
3. Si ponen la película en el centro comercial entonces iremos a cenar y al cine. p ( q r )
4. Vienes a casa y jugamos al fútbol o voy yo a la tuya y jugamos al tenis. ( p q) (r s)
Hay que llevar especial cuidado con algunas expresiones negadoras como no es cierto
que, es falso que... etc, pues pueden afectar a la conectiva y no sólo a un miembro de la misma.
Por ejemplo: No es cierto que si vuelven Alicia y Samuel les tenga que ir mal. (p q)
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En lógica proposicional o de enunciados estos principios se expresan de la siguiente manera:
4. Tablas de verdad.
La lógica ha desarrollado distintos métodos
para averiguar qué transformaciones de enunciados,
y por tanto qué razonamientos, son válidos. Uno de
estos métodos es el de las tablas de verdad. Otro es
el cálculo por deducción natural (mucho más
rápido) siguiendo unas determinadas reglas de
derivación básicas (que veremos más adelante).
Las tablas de verdad son el resultado de
representar todas las posibilidades de asignar
valores a las letras enunciativas y ver lo que ocurre
en cada una de ellas. Sirven para saber si una
proposición es consecuencia lógica de otra, aunque es un procedimiento muy engorroso. Para
hallar la tabla de verdad de cualquier argumento primero hay que asignar valores de verdad a las
diferentes proposiciones o enunciados que aparecen en el argumento. Hemos de tener en cuenta
que el número de combinaciones posibles siempre es 2 elevado n, en donde “n” es el número de
letras enunciativas y 2 el número de valores de verdad (verdadero y falso).
El resultado de una tabla de verdad puede ser una tautología, una contradicción o una
contingencia (indeterminación).
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Ejemplo de tabla de verdad:
ARGUMENTO p v q r , (r q) p , q (r v p)
ENUNCIADO (p v q r ) ((r q) v p) q (r v p)
v v v v v v v v f f v v
v v f v f v v f f f v v
v f v v v f f f v f v v
v f f v f v v f v f v v
f v v v v v f f f f v v
f v f v f v f f f f f v
f f v f v f f f v f v v
f f f f v v f f v f f v
tautología
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5. Textos sobre LÓGICA.
5.1. Cómo demostrar cualquier cosa:
Bertrand Russell estaba tratando sobre los enunciados condicionales y sosteniendo que un
enunciado falso implica cualquier cosa, todo. Un filósofo escéptico le preguntó:
-¿Quiere usted decir que si 2 + 2 = 5, entonces es usted el Papa?
Russell contestó afirmativamente y dio la divertida "prueba" que sigue:
- Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces seguramente estará usted de acuerdo en que si
restamos 2 de cada lado de la ecuación, nos da 2 = 3. Invirtiendo los términos, tenemos que 3 = 2
y restando 1 de cada lado, nos da 2 = 1. De modo, que como el Papa y yo somos dos personas, y
2 = 1, entonces el Papa y yo somos uno. Luego, yo soy el Papa.
5.2. Origen de lo lógico.
§111.¿De dónde surgió la lógica en la cabeza de los hombres? Sin duda de lo ilógico, cuyo campo
debió ser inmenso en los orígenes. Mas innumerables seres que razonaban de un modo diferente
a como nosotros razonamos ahora sucumbieron: ¡lo cual no excluye, a pesar de eso, que su modo
de razonar fuera más verdadero! Quien, por ejemplo, no sabía discernir con bastante frecuencia lo
"idéntico" respecto a su alimento o a los animales que eran peligrosos para él; quien, por lo tanto,
era demasiado lento para clasificar o demasiado minucioso en la clasificación tenía menos
oportunidades de sobrevivir que quien ante todo lo parecido deducía lo idéntico entre todas las
clases de realidades semejantes. Pero la tendencia predominante a considerar la semejanza
como lo idéntico –tendencia ilógica, pues no hay nada que sea idéntico en sí–, esa tendencia,
digo, creó el fundamento mismo de la lógica.
Asimismo, para que pudiera desarrollarse el concepto de sustancia, que es indispensable
en lógica, aunque, en rigor, no se corresponde con ninguna realidad, fue preciso que durante
mucho tiempo no se viera ni se sintiese lo mudable en las cosas; los seres no dotados de una
visión precisa tenían ventaja sobre quienes percibían todas las cosas inmersas "en un flujo
perpetuo". Estrictamente hablando todo alto grado de cautela en la deducción, toda tendencia
escéptica, entraña un grave peligro para la vida. No existirían hoy seres vivientes, si no hubiese
sido desarrollada poderosamente la tendencia opuesta a afirmar, antes que a suspender el juicio,
a errar e inventar, antes que a esperar, a afirmar, antes que a negar, a juzgar, antes que a ser
justo.
El curso de los pensamientos y de las conclusiones lógicas que se da en nuestro cerebro
actual corresponde a un proceso y a una lucha de impulsos que individualmente considerados son
en sí mismos sumamente ilógicos e injustos; normalmente sólo percibimos los resultados de esta
lucha: tan rápida y ocultamente funciona ahora este antiquísimo mecanismo dentro de nosotros.
§121. La vida no es un argumento.
Hemos construido un mundo en el que podemos vivir: suponiendo cuerpos, líneas, planos, causas
y efectos, movimiento y reposo, forma y contenido; sin esos artículos de fe, ¡nadie soportaría vivir
hoy! Pero no por ello son algo demostrado. La vida no es un argumento; entre las premisas de la
vida bien podría figurar el error.
§265. Escepticismo último.
¿Qué son, en definitiva, las verdades del hombre? - Son los errores irrefutables del hombre.
Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia (la ciencia jovial) 1882.
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5.6. La dura roca de la matemática pura: 3 es un número primo porque así es.
“La certeza de las matemáticas” dice Whitehead (La ciencia y el mundo moderno),
“depende de su generalidad completamente abstracta”. Cuando afirmamos que 2 + 3 = 5, estamos
afirmando que hay una relación entre tres grupos de “cosas”; y que estas “cosas” no son ni
manzanas ni peniques, o cosas de un tipo o de otro, sino sólo cosas, “cualesquiera cosas”. El
significado de esta afirmación es enteramente independiente de las individualidades de los
miembros de cada uno de los tres grupos. Todo “objeto”, “entidad” o “relación” matemática, tales
como “2”, “3”, “5”, “+” ó “=” y todas las proposiciones matemáticas en las que aparecen son
completamente generales en el sentido de que son completamente abstractos.
Dicho significado es importante, y los lógicos hacen bien en insistir sobre él, pues contiene
una verdad evidente que mucha gente, que debería conocerla, es propensa a olvidar. Por ejemplo,
es bastante corriente que un astrónomo o un físico afirme que ha encontrado una “demostración
matemática” de que el universo se debe comportar de una determinada forma. Tales afirmaciones,
interpretadas literalmente, no tienen sentido. No puede ser posible probar matemáticamente que
mañana habrá un eclipse, porque estos, como otros fenómenos físicos, no forman parte del
mundo abstracto de las matemáticas.
Hardy, G. H. (1877-1947) Apología de un matemático (1940).
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5.5303 Sea dicho de paso: decir de dos cosas que son idénticas es un sin sentido, y decir de una
que es idéntica consigo mismo no es decir nada.
5.551 Nuestro principio fundamental es que toda cuestión que pueda resolverse por la lógica,
puede resolverse sin más. ( Y si llegásemos a una situación en que tuviesemos necesidad de
contemplar el mundo para poder responder a un problema determinado, esto sería una señal de
que seguíamos un camino fundamentalmente equivocado.)
5.552 La “experiencia”, de la que tenemos necesidad para entender la lógica, no es que algo
ocurra de tal y tal modo, sino que algo es: pero esto no es experiencia. La lógica precede a toda
experiencia – que algo es así.
5.5563 Todas las proposiciones de nuestro lenguaje corriente están efectivamente, tal y como son,
ordenadas de un modo completamente lógico.[...]
5.6 Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo.
5.61 La lógica llena el mundo; los límites del mundo son también sus límites.[...] Lo que no
podemos pensar no podemos pensarlo. Tampoco, pues, podemos decir lo que no podemos
pensar.
6.1 Las proposiciones de la lógica son tautologías.
6.11 Por consiguiente, las proposiciones de la lógica no dicen nada. (Son proposiciones
analíticas.)
6.113 La señal característica de las proposiciones lógicas está en que se puede reconocer sólo en
el símbolo que son verdaderas o falsas; y este hecho contiene en sí toda la filosofía de la lógica. Y
es también uno de los hechos más importantes que la verdad o la falsedad de las proposiciones
no lógicas, no se puede reconocer sólo en la proposición.
6.1222 [...] Una proposición de la lógica no sólo no debe poder contradecirse por cualquier
experiencia posible, sino que no debe poder ser confirmada por una tal experiencia.
6.1223 Ahora se pone en claro por qué se siente a menudo que las “verdades lógicas” deben ser
“postuladas” por nosotros: nosotros podemos, efectivamente, postularlas en cuanto podemos
postular una adecuada notación.
6.1224 Y se pone también en claro por qué se ha llamado a la lógica la teoría de las formas y de
la inferencia.
6.124 Las proposiciones lógicas describen la armazón del mundo o, mejor, la presentan. No
“tratan” de nada, presuponen que los nombres tienen significado, y las proposiciones elementales,
sentido; y ésta es su conexión con el mundo. Es claro que debe manifestar algo sobre el mundo el
hecho de que resulten tautologías de uniones de símbolos, que tienen esencialmente un carácter
determinado. Este es el punto decisivo. Decimos que en los símbolos que utilizamos algunas
cosas son arbitrarias y otras no. La lógica expresa solamente esto último; pero esto significa que
en lógica nosotros no expresamos por medio de los signos lo que queremos, sino que en lógica
habla la naturaleza misma de los signos esencialmente necesarios. Si nosotros conocemos la
sintaxis lógica de un lenguaje de signos cualquiera, entonces todas las proposiciones de la lógica
están ya dadas.
6.1251 Por lo tanto, en lógica jamás puede haber sorpresas.
6.126 Es posible calcular si una proposición pertenece a la lógica calculando las propiedades
lógicas del símbolo. y esto hacemos cuando probamos una proposición lógica. Pues sin
preocuparnos del sentido y significado formamos la proposición lógica desde otras, según meras
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“reglas simbólicas”.
6.1262 La prueba en lógica es sólo un expediente mecánico para facilitar el reconocimiento de la
tautología, cuando es complicada.
6.1264 La proposición con significado dice algo, y su prueba muestra que esto es así; en lógica
toda proposición es la forma de una prueba. Toda proposición de la lógica es un “modus ponens”
presentado en signos.
6.127 Todas las proposiciones de la lógica tienen igual dignidad. No hay ninguna de ellas que
sean proposiciones primitivas por esencia y otras derivadas. Toda tautología muestra por sí misma
que es una tautología.
6.13 La lógica no es una doctrina, sino un reflejo del mundo. La lógica es trascendental.
6.2 La matemática es un método lógico. Las proposiciones de la matemática son ecuaciones, y,
por consiguiente, pseudo-proposiciones.
6.21 Las proposiciones matemáticas no expresan ningún pensamiento.
6.2321 Y que las proposiciones de las matemáticas puedan probarse, no significa otra cosa que
su exactitud es reconocible sin necesidad de comparar, con los hechos, en cuanto a su exactitud,
lo que ellas expresan.
6.233 A la cuestión de si tenemos necesidad de la intuición para resolver los problemas
matemáticos, se debe responder que en este caso el lenguaje mismo ofrece la intuición necesaria.
6.2331 El proceso del cálculo proporciona precisamente esta intuición. El cálculo no es un
experimento.
6.3 La investigación lógica significa la investigación de toda regularidad. Y fuera de la lógica todo
es casual.
6.31 La llamada ley de inducción no puede en ningún caso ser una ley lógica, pues es,
visiblemente, una proposición con significado. Por consiguiente, no puede ser una ley a priori.
6.36311 Que el sol amanezca mañana es una hipótesis: y esto significa que no sabemos si
amanecerá.
6.37 No existe la necesidad de que una cosa deba acontecer porque otra haya acontecido; hay
sólo una necesidad lógica.
6.372 Así, los modernos confían en las leyes naturales como en algo inviolable, lo mismo que los
antiguos en Dios y en el destino. Y ambos tienen razón y no la tienen; pero los antiguos eran aún
más claros, en cuanto reconocían un límite preciso, mientras que el sistema moderno quiere
aparentar que todo está explicado.
Ludwig Wittgenstein (1889-1951) Tractatus Logico-Philosophicus (1921).
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