Lacroix, Frederick Engel - El Maestro Del Crimen

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 15

El maestro del crimen

Frederick Engel Lacroix

Escena 1- Inicio de la clase

1
Todos los personajes salvo: Ricardo, Lucas, el Secretario y Don Manuel entran con el
público: Dana, Marcos, Pamela y Jorge.

Don Manuel: Ya sé que venís de escuelas de toda Europa… de Paris…de Londres…de


Ámsterdam, de Milán, de Berlín, de Moscú, de Belfast, de Dublín…Pero habéis fracasado en
todas ellas. Habéis tomado la buena decisión de venir aquí. En la escuela del Raval
aprenderéis. …Son más de las nueves y el chico llega tarde para la función. (Peinándose) He
de estar presentable. El secretario irrumpe en escena
Secretario: ¡Perdón!
Don Manuel: ¿Eres tú? …Llegas tarde.
Secretario: Lo sé... No era mi intención llegar tarde. ¡Señor! Me dijo que sería una clase
particular para.... (Extrañado al descubrir el público) ¿Encontrar al asesino?
Don Manuel: Al asesino... Sí, es un ejercicio que realizo con los mejores alumnos de mi
escuela de teatro.
Secretario: Pero... ¿Que significa eso?
Don Manuel: ¿Crees que lograrás encontrar al asesino? …Bien, juguemos...Vamos a jugar.
Sí... Yo seré un asesino famoso que se oculta en este lugar.... Deberás hacer creer a todos que
soy lo que digo ser. Y sobre todo deberás creértelo tú…Tú serás mi secretario... Busca a
alguien a quién matar. (Señalando al público)
Secretario: ¿Matar? (se hace un silencio y mira al público buscando...). ¿A Pablo?
Don Manuel: ¿Pablo? ¿Por qué? Si... es insignificante. No tiene apenas amigos y a su familia
le importa bien poco. Nadie lloraría su muerte.
Secretario: ¿Que problema hay? Es fácil de encontrar y de matar.
Don Manuel: (pegándole una bofetada) ¿Fácil de matar? No ves que no hay placer alguno
para matarle... Un muerto que nadie llora no es un muerto. Lo importante de la vida, no es la
vida en sí, si no cuantos asistan al entierro de uno.
Secretario: No, no lo entiendo, señor. ¿Qué... qué he de escoger? (Se pone pensativo y Don
Manuel le da otra bofetada.)
Secretario: ¡Basta! Deje de pegarme. ¿No? Soy... una persona y...
Don Manuel: Eres despreciable. Dime. ¿A quién quieres matar?
Secretario: (Pensativo) A Laura.
Don Manuel: ¿A Laura? ¿Por qué? …¿Por esas dos tetas?
Secretario: No... La gente lloraría su muerte. Es una chica popular en la escuela.
Don Manuel: Te gustan sus pechos ¿No? ¿Es eso? ¿Que clase de asesino eres?

2
El problema del asesinato que me planteas aquí. ¿Sabes cual es? ¡Siéntate y escucha! El
secretario se sienta. Está buena. ¿La deseas? Es eso ¿no? La razón de tu crimen será más bien
animal y no racional. Para matar a alguien no solamente hay que asegurarse, de que su muerte
va a chocar a mucha gente, también que no quede claro la razón de su muerte, para aquellos
que la investigan. ¿Qué quieres que piensen cuando la mates? Además en esta escuela no
matamos a mujeres. Vamos, no es tan simple. ¿No tienes a nadie mejor a quién matar? ¿Nadie
a quién envidies? De hecho necesitarías meses de investigación para saber si merece la pena
asesinarles... Pero eres... eres tan patético.
Secretario: ¿Qué…qué merece la pena? La muerte...
Don Manuel: La muerte no es un juego. ¿Y Ricardo?
Secretario: ¿Quién es Ricardo?
Don Manuel: ¿Te acuerdas de aquel que robó la cartera a tu compañero Pablo?
Secretario: ¿Y como sabe su nombre?
Don Manuel: Un buen asesino lo sabe todo. ¿Que razones tendrías para matarle?
Secretario: No sé, es muy dejado... No viste bien y encima es un ladrón... Pero....
Don Manuel: ¿Y bien? Aparte de ser un lastre social y del vestuario... ¿Que razón hay para
matarle amigo? (El Secretario intenta marcharse) ¿Donde vas? Has de respetar a tu maestro.
¡Venga! (Amenazador).
Secretario: Le traeré a Ricardo, así... lo usaremos para que mate a alguien. ¿No?
Don Manuel: Eres bueno... Pero aún te queda mucho por aprender... Has descubierto que a
veces hay que utilizar a los que se quiere matar para matar a otros... A veces, hay que usarlos
y hacerles coger confianza. Es un vulgar ladrón, pero... no se puede dejar vivo a un asesino.
Es mucho mejor asesinar a un asesino... Hay que eliminar la competencia vulgar. Eso si sería
motivo para asesinar a Ricardo Vas a enseñarle el negocio. A ser un criminal.
Secretario: Pero... ¿Aquí en el teatro?
Don Manuel: Claro, doy clases magistrales del crimen en este teatro. Aquí, sí... Un buen
criminal, es aquel que sabe interpretar bien su rol, aquel rol que necesita para aproximarse a
su victima, engañarla de tal forma que se sienta seguro y zás. Y ahora... ¡Presta atención! Eso
no acaba ahí... Un rol no termina cuando muere... Como en una obra de teatro, la obra no se
acaba cuando se baja el telón y no empieza cuando se sube el telón... ¿Entiendes?
Secretario: ¿Y por qué me habla de teatro?
Don Manuel: ¿Por qué crees que te enseñé a actuar, a interpretar un papel? Para ser un buen
asesino. ¿Te creíste realmente que yo era director de teatro? Hay un antes, del desarrollo del
crimen. Primero hay que estudiar a la victima... Por lo tanto, hay algo antes del crimen…
(Muy inspirado) ¿Sabes cuantas obras de teatro he escrito, después de cada asesinato? ¿Sabes

3
que riqueza da, el conocer las vidas de aquellos a los que vas a matar? (Se acerca amenazante
y el Secretario va retrocediendo)¡Tráeme algo de beber! ¡Ahora! (El secretario se va) Es tan
patético y fácil de engañar. (Gran pausa) ¿Por qué elegí el crimen como ejercicio? Fácil... El
crimen es algo bello... a nivel escénico... ¿Dónde está ese inútil? ¡Al final es mejor hacer uno
mismo las cosas! Don Manuel sale del escenario.

Escena 2

El secretario instala una mesa y dos sillas en el centro de la escena y se sienta mirando al
público con una gran satisfacción. Se levanta y mira como buscando alguien entre el
público. ¡Cuando de repente entra Ricardo con ropa vieja y desgastada, que empieza oler al
secretario!

Secretario: ¡Tú debes de ser Ricardo! ¡Bienvenido!


Ricardo: ¿Y este olor? ¿Quién eres tú?
Secretario: Alguien que va a darte una oportunidad, una oportunidad, para dejar de ser un
vulgar animal. (Ricardo empieza a oler cada zona del cuerpo del secretario, éste le señala la
silla) ¡Siéntate!
Ricardo: ¿Esto qué es? ¿Un teatro o una escuela? ¿Y tú quién coño eres?
Secretario: Al menos podrías arreglarte. Antes de ser tan insolente. ¿No?
Ricardo: (oliendo al Secretario) Hueles bien. ¿No me ibas a ofrecer un trabajo o algo así?
(El secretario muy nervioso le señala la silla)
Secretario: ¡Siéntate! Ricardo sigue oliendo al Secretario. Este rápidamente saca una
cartera que va moviendo de un lado a otro, mientras que Ricardo lo intenta coger como si
fuese un gato jugando.
Secretario: Te gusta... ¿Verdad? Me refiero... Te gusta, tener las cosas de otras personas...
¿O no?
Ricardo: Bueno... eso... Eso es una pasión secreta... Las colecciono. ¿Sabe?
Secretario: (siguiéndole el juego) ¿Quieres la mía? ¿Para tus perversiones secretas?
Ricardo: ¿Qué? No es por razones eróticas que robo carteras. ¿Sabe? Es... su olor.
Secretario: ¿Su olor? (Ricardo logra coger la cartera) Te la puedes quedar, para tus
guarradas. (Saca de uno de sus bolsillos desodorante y se lo pone a Ricardo que se resiste,
empieza a olerse)
Ricardo: ¿Que hiciste con mi olor? Ya no soy yo... (Furioso)... ¿Crees que puedes hacer eso?
Secretario: (sacando su móvil) Prefieres esto, al menos vibran.

4
Ricardo: (Ofendido y trata de justificarse) ¿Qué? No... No es por razones sexuales que
robo móviles y carteras. ¿Sabe? Colecciono... Es una colección... Aunque lo de los móviles es
para sacarme algo de dinero... Ya que en las carteras, salvo la gente vestida como tú, no
suelen tener demasiado dinero... Y además... El olor y el tacto del dinero es...
Secretario: ¡Silencio! Te voy a enseñar el oficio.
Ricardo: (se explica ante el público) Yo soy un gran carterista. En el metro o en cualquier
parte, consigo muchas carteras y móviles. Carteras de piel, de esas baratas, de todo tipo,
móviles Nokia, Motorola, Ericson ... el resto simplemente los tiro a la basura.
Secretario: Sí, pero supongo que no te vas a quedar en eso. ¿No?
Ricardo: (mostrando la cartera del secretario) Esta cartera por ejemplo, se nota que es de
alguien que realmente no tiene clase, tiene dinero, y algunas fotos, pero... con esto no me
puedo alimentar...
Secretario: ¡Quieto ahí! Voy a buscar algo que te ayudará a entender. El secretario sale
mientras que Ricardo va oliendo al público, cuando el secretario vuelve con la caja llena de
fotos. Ricardo, se acerca a olerlas. ¿Qué te parecen?
Ricardo: (se percata de una foto) Ese murió hace unos días. ¿No? ¿Qué diablos es esto?
Secretario: Esos, los mató mi maestro. ¿Por qué?
Ricardo: ¿Qué? ¿Y que quieres que haga yo? Yo no quiero morir en tus manos.
Secretario: No... No vas a morir, vas a aprender el oficio.
Ricardo: ¿Qué oficio?
Secretario: El de asesino.
Ricardo: ¡No! Yo... yo no me junto con gente que huele a sangre de otros... Yo nunca he
matado ni mataré a nadie. El olor de la muerte es tan... (Hace cara de asco) Es tan asqueroso,
un cadáver no hace nada buena olor, ni siquiera se le puede robar. ¿Que dignidad tendría yo
como ladrón al robar a un muerto?
Secretario: Eres un joven prometedor... Por eso fuiste escogido.
Ricardo: ¿Qué? No pienso mezclarme con asesinos....
Secretario: Prefieres robar carteras. ¿No? ¿O móviles? ¿O que prefieres? ¿Seguir siendo un
vulgar ladrón?
Ricardo: No... Pero... Quitar una vida...
Secretario: ¿De verdad no quieres? Es una verdadera lástima... Mi maestro cree que tienes un
cierto talento para el crimen.
Ricardo: ¿Cierto talento? (Mirando otra foto) ¿Y a éste porque le matasteis?
Secretario: ¿Ese viejo? Llegó a lo más alto, con el sudor de su frente y se había ganado el
cariño de todos los que le rodeaban, pero... no lo hemos matado nosotros.

5
Ricardo: ¿Y que hace aquí? Empieza a oler la foto.
Secretario: Lo mataron.
Ricardo: ¿Quiénes?
Secretario: Los primeros que fueron asesinados por mi maestro. Todo empezó, con el
asesinato de su abuelo... un maestro del crimen. Una banda de criminales, le disparó...
Ricardo: Entonces, los mató por venganza.
Secretario: No... Los mató simplemente. Fue un encargo.
Ricardo: ¿De quién?
Secretario: De los que iban a suceder a Don Bernardo.
Ricardo: ¿Don Bernardo? ¿Quién es?
Secretario: El viejo que mirabas. Además, eso no es asunto tuyo. ¿Quieres conocer tu primer
encargo? (Le da una foto)
Ricardo: ¿Mi primer encargo? A éste le robé el móvil. ¿Le he de matar?
Secretario: Sí.
Ricardo: No sé... No me ha hecho nada. Debería matarme él a mí en todo caso. ¿No?
Secretario: Eso es lo de menos. Tu tarea será seguirle, observarle y espiarle un tiempo. Anota
todo lo que puedas averiguar de él y luego pasas un informe.
Ricardo: ¿Un informe? ¿Que es eso? ¡Me niego a matar a alguien! ¡Los muertos apestan! El
Secretario tira la foto al suelo y se va. Ricardo la mira fijamente, empieza a olerla. Ricardo
se levanta, coge la foto y vuelve entre el público.

Escena 3

Entra Don Manuel seguido por el secretario que recoge todo


Don Manuel: ¿Y bien?
Secretario: Ha aceptado. Aunque es un poco raro, no para de oler a los objetos y a las
personas, le conté lo que usted me dijo. Espero qua así cumpla.
Don Manuel: ¿Le contaste la historia de mafiosos?
Secretario: Sí.
Don Manuel: Va a ser divertido. Igual incluso acabe matándole yo... Puede ser... Divertido.
¿No crees?
Secretario: Pero... Señor... ¿Y yo?
Don Manuel: Tú, no deberías mancharte de sangre... Necesito a alguien que se ocupe de
limpiar el lugar tras el trabajo. Ya sabes... Has de limpiar.
Secretario: Merezco acceder a un nivel superior. ¿No? Lo merezco... He trabajado...

6
Don Manuel: (le da una bofetada) ¡Calla! Y obedece.
Secretario: ¿Obedecer? Sí es lo que llevo haciendo desde que trabajo para usted.
Don Manuel: Esto de matar no es un juego. Le da otra bofetada y se sienta. Tráeme agua.
Secretario: Pero...
Don Manuel: ¡Tengo sed! (El secretario resignado parte y regresa con un vaso de agua)
¿Que miras? ¡Siéntate y presta atención! El secretario se sienta con el público.

Escena 4

Don Manuel: El crimen es romper una vida... Cuando esa persona podría haber llegado a algo
grande, es más placentero su asesinato... ¿Creen que matar a alguien sin expectativas es
interesante? Imaginar como hubieren sido sus vidas, si yo no les hubiese quitado, da un
placer... inimaginable... El asesinato, el buen asesinato, es aquel que no se espera...
(Silencioso y acercándose a uno del público) La víctima ha de esperarse otra cosa, cualquier
otra cosa.... Esa es la técnica del buen crimen. Y no la de esos vulgares secuestradores... ¿Qué
clase de asesinato es aquel en el que tienes a la victima en tus manos? ¿Encima vas a
alimentar a aquel que vas a matar? Eso es un mal negocio. ¿Y porque? ¿Por dinero? ¿Por
venganza? ¿Qué clase de excusa es esa para matar? El asesinato es otra cosa... (Muy
inspirado)Es el arte de escoger una vida, una vida que vale la pena, una vida envidiable y
sesgarla... Pero... algunos no están preparados para entender la grandeza del crimen. (Se
acerca a uno y lo mira)¿Qué clase de interés tiene matar a un millonario que ya nació
millonario? Ni siquiera trabajó para ello. La lucha... la lucha por conseguir algo posible con
esfuerzo... es lo que merece definirse como objetivo de un asesinato... Pero, aún así... no es
suficiente… ¡Importan también los medios!...Recuerdo... Recuerdo... cuando uno de mis
alumnos me dijo que quería ver desangrar a la primera de sus víctimas. Le saque un cuchillo.
(Saca un cuchillo y lo acerca a Dana) Y le dije... Le dije mirándole a los ojos y mostrándole
el cuchillo: ¿Quieres ver sangre? Quizás esto sirva para ver la tuya propia. Es tan vulgar
acuchillar a alguien y tan cobarde... No es mi estilo... Ni siquiera vale la pena mancharse de
sangre, para disfrutar del asesinato... Eso está bien para los animales, pero... el mejor
asesinato es aquel que se hace sin tocar a la victima para matarla. (Se guarda el cuchillo) Pero
ni siquiera yo, lo usaría para matar... (Retirándose) Bien. Aquí están mis alumnos. ¡Tú! (al
secretario). ¡Ven aquí! (El Secretario vuelve a la escena) ¿Que especialidad delictiva o
criminal crees que tienen cada uno? Aparte de Ricardo, que todos ya sabemos cual es.
Secretario: (mirando a Dana) ¿Prostituta?

7
Don Manuel: ¿Eso que tiene de delictivo? (Le da una bofetada) ¡Tonto! ¡Inútil! Bien... ¿Y el
de al lado que es? ¿Monje budista? ¡Vamos! ¡Pongámonos serios! Ella, es una asesina...
curiosa y patética.
Dana: (se levanta furiosa) ¿Patética yo? ¿Por hacer eternamente míos a los hombres más
bellos y ricos de la Tierra? ¡Los vigilo! Conozco cada uno de sus movimientos, gustos,
problemas... Conozco todo de ellos, me acerco como... una gacela, los cazo como una
tigresa... hago el amor con ellos y... los elimino. ¿Que tiene eso de malo?
Don Manuel: ¡Sexo!
Dana: ¡Déjeme matar a mi manera! ¿Acaso no sigo sus normas? De acuerdo, salvo en lo del
carácter sexual. Pero... ¿Que mal hay? Asesinar es...
Don Manuel: No eres mala alumna, salvo por el motivo por el cual matas. Eso te pierde y
creo dejas demasiadas pistas. ¿Que crees tú?
Dana: Solamente el cadáver sabe quién lo mató. ¿Acaso cree que van a encontrarme? Sé
borrar bien las pistas. (Al público) ¿Y acaso no tiene algo de erotismo el crimen?
Don Manuel: ¡No! ¡Vete!
Secretario: ¡Señor! Ella es una buena asesina. No veo el por qué de su enfado.
Don Manuel: ¡Inutiles!
Jorge: ¡Gran maestro! No se enfade. El gran Satán le envía para enseñarnos el arte de la
crueldad, en el cual únicamente los elegidos pueden dominarlo. Y ya sabemos que ella, es
perversa... pero no es cruel... Yo soy cruel... Ya que doy esperanza a aquellos que morirán en
mis manos... Les digo que será bueno, pero a las vírgenes las violo, las torturo
psicológicamente mostrando su vergüenza, y la sacrifico para el gran Satán.
Don Manuel: ¡Patético! ¡Realmente patético! Ricardo empieza a andar a cuatro patas y a
oler a todo el mundo, Dana grita y le da un golpe, Jorge se aparta y Marcos se levanta y
saca unas tijeras para cortarle un trozo de cabello y se lo guarda en el bolsillo.
Don Manuel: ¡Ricardo! ¡Quieto!
Ricardo: Solamente les olía para saber si sus carteras eran buenas presas, pero.. no tienen
dinero... (Sigue oliendo por todas partes y se va metiendo entre el público, oliendo por ahí)
Marcos: ¿Que buscas ahora Ricardo?
Ricardo: La caja fuerte del gran maestro.
Dana: Ah ¿El Tesoro? ¿Un pene dorado? ¡Si eso debe ser el mejor tesoro!
Don Manuel: (al secretario) ¡Llévale a su sitio! El secretario corre a buscar a Ricardo y
intenta llevárselo, pero él se resiste.
Ricardo: ¡Déjame encontrar el tesoro!

8
Don Manuel: ¿Tesoro? El único tesoro que hay aquí es esto, (señalando a su cabeza). Es
mi gran mente criminal. ¿Entendido? Y ahora... ¡Largo de aquí! Enseñadme lo que habéis
aprendido.
Jorge: (se levanta y se le acerca) Señor... ¿Quiere que haga algo con estos inútiles?
Don Manuel: (señalando la salida) ¡Largo! (Le da una nota al secretario que se lleva a
Ricardo). Ya era hora. ¡Debería encontrar a un secretario mejor!
Jorge: Perdone mi insolencia señor, pero seré su sirviente fiel.
Don Manuel: ¿Tú? ¡Siéntate! ¡Marcos! ¡Ven! ¡Tengo algo para ti! (Marcos baja y Don
Manuel le da una nota) Espero que cumplas con tu deber Marcos y puedas ascender a un
nivel superior. APAGÓN

Escena 5
Al encenderse las luces se ve a Dana atada a una silla vestida con ropa interior de cuero y
botas, Marcos dando vueltas a su alrededor.

Marcos: (acariciándole el pelo) Eres preciosa.


Dana: ¿Quién eres?
Marcos: ¿Acaso te importa eso? Disfruta de tus últimos instantes de vida.
Dana: ¿Que? (Marcos le acaricia el pelo) ¡Déjame!
Marcos: Eres un poco borde para estar a punto de morir... Eres guapa... (Se acerca y la
huele)... Sí, eres realmente bella. Lastima que te queden...
Dana: ¿Y por qué vas a matarme?
Marcos: ¿Por qué? ¡Quiero tu olor!
Dana: ¿Mi olor? (Marcos saca las tijeras y le corto unos mechones de pelo) ¿Por que haces
eso?
Marcos: De recuerdo, pero... (Mira los zapatos y se los saca uno a uno y se los pone)
Ahora... caminaré con tus pies. Sí... Tal vez así... Aprendas en tu descanso eterno, lo que...
Dana: Eres muy raro... Necesitas una mujer.
Marcos: ¿Y tú te ofreces?
Dana: ¿Eso me salvaría?
Marcos: Un tiempo, tal vez... Pero... ¿Vas a hacerlo solo para salvarte? (La acaricia y le da
un beso a los labios) Tus labios son dulces, suaves, como tu piel... Pero.... Te falta carácter...
Te haces la dura y realmente... Eres débil.
Dana: ¿Y tú te crees realmente poderoso por tenerme aquí atada en? ¿Vas a matarme aquí?
Marcos: ¿Para que deseas saberlo?

9
Dana: Sería interesante saber donde voy a morir... No quisiera morir en cualquier lugar, yo
tengo una cierta clase y....
Marcos: ¡Silencio! De repente entra el secretario.
Secretario: (horrorizado) ¿Que es esto?
Marcos: Hola amigo. ¡Bienvenido! Ven y diviértete. .

Escena 6
Jorge:(desde la platea) ¡Eso es! ¿Quieres divertirte? Luego te enseñaré a matarla... Pero
primero... disfrutemos de ella.
Marcos: (desafiante) Ni hablar... Es mía y solamente mía. ¿Vale? Búscate a otra.
Jorge: ¿Las amas? ¿A esa chica? ¡Vamos! El secretario sale corriendo.
Dana: ¿Podéis soltarme?
Jorge y Marcos: No.
Jorge: He de divertirme aún contigo hermosa. ¿Eres virgen?
Dana: ¿Que? Aparte de matarme... ¿Vais a preguntarme por mi sexualidad?
Jorge: Sí, evidentemente... ¡Da igual, te enseñaré el camino del placer! Jorge intenta
aproximarse pero Marcos se opone.
Dana: Ay, chicos. ¿Pero por qué discutís por mí? Hay Dana para ambos. ¿Acaso no me veis
capaz de morir dos veces?
Marcos: ¿Dos veces?
Jorge: Eres... poca cosa... No aguantarías ni un asesinato.
Marcos: Igualmente solo tienes una vida.
Dana: (sensual) Puede que sea una gata y tenga siete vidas... ¿O no? Jorge baja a escena y
empieza a hacer oraciones extrañas en algo que parece latín.
Marcos: ¿Que haces?
Jorge: ¡Silencio! Él debe poseer mi cuerpo y disfrutar de ella.
Dana: ¿Él? ¿Quién es él?
Jorge: El gran maestro del mal.
Dana: ¿Qué diablos es el mal?
Jorge: Tú no eres capaz de entenderlo... Ya que ni hiciste nada para ser buena o mala, ni
siquiera mereces ser sacrificada... Ni siquiera eres virgen... Ni buena ni mala, sosa... ¿Acaso
has vivido para poder morir en mis manos? No... Tu vida ni siquiera sería llorada por nadie.
Marcos: Da igual... Cada asesino elige su método.
Dana: (más provocativa) Chicos... Normalmente, un asesinato de una chica, es después de…
Jorge: Eres una autentica diablesa sexual... No puedo matarte.

10
Dana: ¿Por qué? (Le mira) ¿Acaso eres un monje que se debe a la castidad?
Jorge: Satánico. Soy...
Marcos:¡Calla! Es mía.
Jorge:(vuelve a la platea) Cierto, toda tuya... Pero... recuerda... Igual es el Diablo y con él no
se juega. Ten cuidado.
Marcos: La mataré, me quedaré con todo lo que tiene ella y tiraré su cuerpo en el mar.
Jorge: ¡Mejor en la montaña!¿Donde crees que hago mis sacrificios? Aunque... A veces lo
hago en otro lugar. Se vuelve a sentar.
Marcos: Menos mal... Al menos ahora estamos solos otra vez.
Dana: ¿Para qué? Si ni siquiera vas a cumplir mi último deseo.
Marcos: ¿Cual es? Acaricia el vestido de la chica, evitando tocar su cuerpo.
Dana: No seas tímido. Tócame... Sin miedo.
Marcos:(la abofetea) ¡Calla! Si quisiera hacerlo ya lo hubiese hecho... Solamente me interesa
poseer lo que llevan mis victimas... No a mis victimas.
Dana: Eres raro.

Escena 7
Entra Don Manuel muy furioso, acompañado del Secretario
Don Manuel: ¿Que diablos es este circo?
Dana: ¿Y tú que vas a hacerme? Don Manuel se acerca y la desata.
Don Manuel: ¡Vete de aquí muchacha!
Dana: ¿No vais a matarme?
Don Manuel: No matamos aquí a las mujeres, salvo en el caso de alumnos del doctorado.
Bien... Buena actuación, pero... Deberéis desaparecer de aquí, antes que el loco de la secta se
de cuenta.
Marcos: ¿Él no es como nosotros?
Don Manuel: No. ¡Largo! Un fracaso el ejercicio del crimen. ¡Bien! ¡Encárgate de esperar a
Lucas mientras... me preparo para recibirle! Dana y Marcos salen, cogidos de la mano.
Don Manuel: ¡Bien! ¡Encárgate de prepararlo todo para Lucas! Yo, mientras tanto iré a
comprobar si cumpliste tu encargo con Ricardo.
Secretario: ¡Lo hice! ¿Como puede dudar de mí?
Don Manuel: ¿Acaso no debería dudar de ti? Don Manuel sale y el secretario molesto,
prepara las cosas. Luego decide sentarse.

11
Escena 8

Un chico vestido con camisa blanca, pantalón largo, gafas, pajarita y que camina con los
pies muy juntos y con un maletín de estudiante entra en escena. Mira por todas partes.

Lucas: ¿Y donde estará el tal Don Manuel? Vine a... (En complicidad con el público) a
quedarme al fin con la escuela. (Ya gritando) ¿Alguien para atenderme?
Secretario: (levantándose) ¿Y tú quién eres? Lucas le mira a los ojos.
Lucas: ¿Yo?
Secretario: (asustado) Sí, tú.
Lucas: (le da la mano) Yo Lucas, encantado. Asesino de cuatro estrellas y media. Lástima,
no tienes esa mirada.
Secretario: ¿Qué mirada?
Lucas: No eres capaz de entenderlo, he visto grandes sufrimientos, pero... ni tan solo tú eres
capaz de entender esa mirada.
Secretario: ¿Qué?
Lucas: Da igual, un don nadie como tú es incapaz de comprenderlo, el gran Don Manuel, si
que lo entiende, él me enseñó la importancia de esa mirada. Por cierto. ¿Dónde está? Me ha
invitado a una de sus clases, al menos podría... venir a recibirme, tengo que ofrecerle algo.
(Va mirando a un lado y otro) Pero no le veo... Tendré que cambiar de gafas... Realmente...
Secretario: (se ríe) ¿Tú asesino?
Lucas: ¿A que no lo parezco? (Como si se mirara en el espejo) Pero... Saca la pistola y
apunta a los ojos del secretario que le mira asustado. ¿Quién va a sospechar de mi?
Solamente me he de acercar y disparar, ver como cae ante mi... Y seguir impasible como si no
me hubiese enterado de nada. Tienes suerte, tu encefalograma plano, te ha salvado la vida, no
tienes esa mirada de alguien inteligente que espera su muerte.
Secretario: Pero... Nadie espera la muerte.
Lucas: La transición entre la vida y la muerte tiene su ángulo preciso. Resolviendo los
grandes teoremas matemáticos, he logrado matar a unas 30 personas, grandes sabios y grandes
revolucionarios, que iban a cambiar el mundo, de hecho estuvieron a punto, pero... ahí estaba
yo...
Secretario: (alejándose) Pero... ¿Y como los matas? ¿De que revolucionarios hablas?
Lucas: Es un secreto, ordenes de arriba. ¿Y tú eres...?
Secretario: Yo el secretario personal de Don Manuel.
Lucas: Ya decía yo... Tú no pareces un buen asesino.
Secretario: ¿Qué?
12
Lucas: (se sienta) ¿Puedes traerme algo de beber?
Secretario: ¿Quién te crees tú para mandarme?
Lucas: Yo, Lucas. Encantado. ¿Me traes agua? ¿O acaso te crees un revolucionario?
Secretario: No... No eres nada... ¿Entiendes?
Don Manuel: (entrando) ¡Cállate! Y trae agua. (El secretario obedece) ¿Y bien?
Lucas: Yo Lucas, señor.
Don Manuel: Bienvenido. Pensaba que ya no vendrías.
Lucas: ¿Y este inútil?
Don Manuel: Uno de mis actores, pero... aún le falta algo... Y claro... Le he tenido que
invitar aquí y también a otros alumnos de teatro que están aún por decidir si entran o no en la
escuela.
Lucas: ¿A cual de las dos?
Don Manuel: ¿Qué dice tu calculadora?
Lucas: Entiendo, la tapadera.
Don Manuel:(aplaudiendo) ¡Bravo! Pero... Creo que me desharé de él.
Lucas: ¿Y por qué no me lo deja a mí? Yo hace un mes que no mato a nadie... Y lo encuentro
a faltar. ¿Sabe? Y he de mantener mis estadísticas bien.
Don Manuel: Es tan agotador tener una doble vida.
Lucas: Cierto, esos pesados de la NASA, se creen que voy a llevarles a Marte... De hecho si,
pero... ¿Que probabilidades tendrán esos astronautas patéticos para sobrevivir?
Don Manuel: ¿Y a mí, no osas matarme? ¿Verdad?
Lucas: No, yo mato por coeficiente intelectual... Y solamente aquellos que superen la
media... Don Manuel se levanta y hace ejercicios.
Lucas: ¿Que hace señor?

Don Manuel: Practico. ¿Y tú?

Lucas: Yo, diseñando un analizador de coeficiente intelectual, para así no equivocarme.


Pero... ¿A quién escojo? Aquí son todos tan... viendo a esos encefalogramas planos contando
sus ecuaciones que incluso un niño de primaria puede resolver... Yo ya alcanzo, los de diez
incógnitas, resolviéndolos mentalmente por supuesto. Entra el secretario con dos vasos de
agua. Los deposita en la mesa y sale corriendo.
Lucas: ¿Y por qué le das tanto miedo a este?
Don Manuel: Tal vez sospeche cual vaya a ser su destino. Aunque pronto dejaré la escuela y
necesitaré un sucesor, él será mi última victima.

13
Lucas: ¿Y a quién va a escoger? (Se saca la pajarita). Es hora de que... yo intente sucederlo.
¿No?
Don Manuel: ¿Que haces?
Lucas: (Se saca las gafas y se desajusta la camisa) Bien, ahora... ¡Hablemos en serio! ¿A
caso yo no seria buen sucesor? Don Manuel recoge las cosas que se ha quitado Lucas.
Don Manuel: Coge esto, eso es lo que te convierte en elemento sorpresa.
Lucas: ¿Tengo que hacerlo?
Don Manuel: Evidentemente. Lucas, recoge sus cosas y se va ofendido.

Escena 9

Don Manuel: Le falta aún para ser un buen asesino. Lástima. (Va mirando cada uno de los
rincones de la sala) ¡Lastima! (Va metiéndose entre el público y mirando) ¡Lástima!
Ninguno de Ustedes está a la altura de Lucas... (De repente entran Dana y Marcos) ¿Y
vosotros? ¿Que hacéis aquí?
Dana: ¡Yo! ¡He venido a aprender. ¡Señor! Y... dicen que busca sucesor. (Dana seductora)
¿No cree que yo...? (Don Manuel la empuja)
Don Manuel: ¡Eres patética! ¡Si no fueses una viciosa... aún podrías aspirar a ser...!
Marcos: ¿Y yo... podría...?
Don Manuel: ¿Tú que te acuestas con una asesina patética? ¿Y tú quieres ser un asesino? ¿Tú
que te acuestas con una vulgar asesina del sexo?
Jorge (se levanta): ¿Y yo? ¡Yo soy un fiel sirviente del diablo! (De repente se levanta
Pamela)
Pamela: ¡Silencio!
Don Manuel: ¿Y tú quién eres? ¡Nunca te he visto en mis clases! Aunque... (Pamela se
aproxima a Don Manuel que se queda inmóvil, incapaz de moverse).
Pamela: ¡Bien! (De repente entra Lucas)
Lucas: ¡Señor! ¡Finalmente le maté!
Pamela: ¿Quién eres tú?
Lucas: ¡Lucas! ¿Y usted?
Pamela: ¡Arrodíllate ante la diosa del mal! ¡La sacerdotisa de la crueldad! ¡Ante...!
Jorge: ¿Eres tú el diablo?
Pamela: ¡No! Esta escuela no es lo bastante digna para su presencia. Soy una de sus fieles
sirvientes, una de sus fieles diablesas.
Lucas: (Señalando a Don Manuel) ¿Y que hace él quieto?
14
Pamela: Ha de ser remplazado. ¡Mi señor no está nada contento con su historial!
(Se aproxima a Don Manuel y le acaricia) . ¿Tú? ¿Maestro del crimen? ¿Tú que ni siquiera
has matado a nadie?
Jorge: ¡Arrodillaros ante vuestra diosa! (Jorge se arrodilla ante Pamela, mientras que los
demás se sientan entre el público)
Pamela: Soy la reina del vicio, del crimen y la sabiduría oscura. ¡No podemos dejar que la
luz, los ángeles o lo que sean, tengan el monopolio de la sabiduría! ¿Por qué crees que fuiste
creado Don Manuel? (Don Manuel puede moverse, empieza a hacer ejercicios)
Pamela: ¿Que haces? ¿Vas a responderme? ¡Insolente!
Don Manuel: ¡No voy a responderte! Yo cumplí con mi deber. ¡Ahora quiero mi
recompensa!
Pamela: ¡De acuerdo! (Pamela se acerca a Don Manuel provocativa)
Pamela: ¿Estas seguro de ello?
Don Manuel: ¡Soy Don Manuel, el gran maestro del crimen! Y reclamo...
Pamela (Atravesándolo con un puñal) ¡Cállate! (Don Manuel cae al suelo)
Pamela: ¡Y ahora! ¡Decidme! ¿Quién de vosotros merece ser su sucesor? ¡Ninguno!
Dana: Yo soy una gran asesina.
Pamela: ¡Tal vez! Pero... aún no eres lo bastante perversa para ocupar el lugar de Don
Manuel. ¡Ninguno de vosotros es apto! Pero... ¡Vendréis conmigo y aprenderéis a ser malos e
implacables!
Dana: Yo ya lo soy. ¡Gozo haciendo sufrir a mi victima, mientras gozo de su cuerpo!
Pamela: ¡No! ¡Venid!

FIN

15

También podría gustarte