TUTELA

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SEÑOR

JUEZ PROMISCUO MUNICIPAL DE JERICO

E. S. D.

REF: Acción de Tutela para proteger el derecho a la salud


en conexidad con el derecho a la vida, principios de
integridad y continuidad previstos para el sistema de
seguridad social en salud.

Accionante: MARILCE SEPULVEDA RINCON

Accionado: EMPRESA SOCIAL DEL ESTADO


HOSPITALREGIONAL DE DUITAMA - CAJACOPI EPS
SAS

MARILCE SEPULVEDA RINCON, Mayor de edad, identificada como aparece al pie de mi


firma, actuando en nombre y representación propia invocando el artículo 86 de la
Constitución Política, acudo ante su Despacho para instaurar ACCIÓN DE TUTELA contra
con el objeto de que se protejan los derechos constitucionales fundamentales que a
continuación enuncio y los cuales se fundamentan en los siguientes hechos:

HECHOS

PRIMERO: Actualmente me encuentro afiliada a la EPS.S CAJACOPI EPS SAS, dentro


del régimen subsidiado del municipio de Jericó BOYACA

SEGUNDO: Me encuentro dentro del grupo poblacional perteneciente al sisben A4


extrema pobreza.

CUARTO: Sufrí fractura bimaleolar de tobillo izquierdo en el mes de septiembre de 2022.

QUINTO: Fui atendida en el hospital regional de Duitama

SEXTO: A la fecha de interponer esta acción de tutela el Hospital Regional de Duitama no


ha fijado día y hora para la realización de este procedimiento ya que la autorización
expedida por mi EPS que es cajacopi la ordeno a este centro de atención medico.

SEPTIMO: la negativa de la realización del procedimiento de retiro de dispositivo


implantado en tibia y peroné por parte de este centro de atención obedece a que
presuntamente no existe el material requerido para realizar este procedimiento.

OCTAVO: teniendo en cuenta la vigencia de las autorizaciones de los procedimientos


esta ya se encontraría vencida.

DERECHOS VULNERADOS
Estimo violado el derecho a la SALUD en conexidad con los derechos fundamentales a la
VIDA e INTEGRIDAD PERSONAL, principios de integridad y continuidad previstos para el
sistema de seguridad social en salud, consagrados en los artículos 1, 11, 48 y 49 de la
Constitución Política de Colombia de 1991.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

La acción de tutela resulta procedente cuando se trate de solicitudes de amparo


relacionadas o que involucran los derechos de los ciudadanos clasificados como
fundamentales dentro de nuestro ordenamiento jurídico.  

DERECHO FUNDAMENTAL A LA SALUD: encuentro que este derecho viene siendo


vulnerado por parte de la EPS S CAJACOPI Y EL HOSPITAL REGIONAL DE DUITAMA,
toda vez que se encentar dilatando el procedimiento que se me debe realizar para mejorar
mi calidad de vida. 

El derecho a la salud es un derecho constitucional y un servicio público a cargo del


Estado y en favor de todos los habitantes del territorio nacional. Sin embargo, vía
jurisprudencial, se ha señalado que se puede entender como derecho fundamental
cuando busca protegerse por su conexidad con un derecho fundamental.

Cuando la negación al derecho a la salud pone en riesgo el derecho fundamental a la


vida, y a la vida en condiciones dignas, se configura la posibilidad de reclamar vía acción
de tutela la protección de este derecho.

Los artículos 48 y 49 de la Constitución Política establecen la seguridad social como un


servicio público esencial a cargo del Estado, cuyo fin es garantizar a todas las personas el
acceso a la misma bajo los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.

Con fundamento en la sentencia T-760 de 2008, se expidió la Ley 1751 de 2015, que
reconoció el derecho a la salud como “fundamental, autónomo e irrenunciable y como
servicio público esencial obligatorio a cargo del Estado” En el artículo 6º. estableció  los
principios que lo orientan, entre los que se destacan: i) universalidad, que implica que
todos los residentes del territorio gozarán del derecho a la salud en todas las etapas de la
vida; ii) pro homine, en virtud del cual todas las autoridades y actores del sistema de salud
interpretarán las normas vigentes que sean más favorables para proteger el derecho a la
salud; iii) equidad, referido a la necesidad de implementar políticas públicas dirigidas al
mejoramiento de la salud de personas de escasos recursos, grupos vulnerables y sujetos
de especial protección; iv) continuidad, según el cual una vez iniciado un servicio no
puede suspenderse por razones administrativas o económicas; y v) oportunidad, el cual
significa que los servicios deben ser provistos sin demoras.

El derecho a la salud es un derecho universal. Ello significa que toda persona, sin
distinción alguna, tiene el derecho a acceder al servicio público de atención en salud. Sin
embargo, el artículo 49 inciso 1 en concordancia con el artículo 13 inciso 3 de la
Constitución Política de Colombia reconoce que ciertos grupos pueden gozar de una
protección reforzada o ser titulares de ciertos contenidos concretos (escenarios
constitucionales). Lo anterior fue recogido por la Ley 1751 de 2015 que en parágrafo del
artículo 6 señaló que a pesar de que los principios del derecho fundamental a la salud se
deben interpretar de manera armónica y sin privilegiar uno frente a otro, ello no impide
que se adopten acciones afirmativas en beneficio de sujetos de especial protección
constitucional. Para el presente caso, son de relevancia los menores, los adultos mayores
y personas en situación de discapacidad.

La Constitución Política impone al Estado el deber de proteger de manera especial a


aquellas personas que, por sus condiciones económicas, físicas o mentales, se
encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta. Asimismo, el artículo 47 le exige al
Estado desarrollar una “política de previsión, rehabilitación e integración social para los
disminuidos físicos, sensoriales y síquicos (…)”. Dichos contenidos constitucionales están
llamados a integrar el concepto de salud que desarrolla el artículo 49 constitucional. Por
su parte, la Ley 1618 de 2013 describe que el derecho a la salud de las personas con
discapacidad comprende el acceso a los procesos de habilitación y rehabilitación integral
respetando sus necesidades y posibilidades específicas con el objetivo de lograr y
mantener la máxima autonomía e independencia, en su capacidad física, mental y
vocacional, así como la inclusión y participación plena en todos los aspectos de la vida.
Además, determina que el Ministerio de Salud y Protección Social debe asegurar que el
Sistema General de Salud garantice la calidad y prestación oportuna de todos los
servicios de salud, así como el suministro de todos los servicios y ayudas técnicas de alta
y baja complejidad, necesarias para la habilitación y rehabilitación integral en salud de las
personas con discapacidad

Por su lado, la Ley 100 de 1993, introdujo en el ordenamiento jurídico una serie de
principios rectores a los cuales tienen que sujetarse todas las entidades que participen o
hagan parte del Sistema General de Seguridad Social en Salud. El artículo 153 de la
norma en cita señala que el Sistema de Seguridad Social en Salud actuaria bajo los
principios de Universalidad, calidad, eficiencia, progresividad, corresponsabilidad,
prevención y continuidad, entre otros. Del marco normativo descrito, se concluye que el
concepto del derecho a la salud constitucionalmente considerado, involucra desde su
núcleo esencial, el derecho que tiene el paciente de acceder a los servicios médicos
requeridos para la promoción, prevención y tratamiento de la patología que le aqueja
hasta que se logre la recuperación o rehabilitación definitiva, en condiciones de
inmediatez, eficiencia, suficiencia y universalidad; es decir que, la atención debe provocar
un restablecimiento y una recuperación real y efectiva. Sobre ello señaló la Corte
Constitucional: “La salud como derecho integral, implica que la atención deba brindarse
en la cantidad, oportunidad, calidad y eficiencia requeridas, lo cual conlleva ofrecer, de
acuerdo con la ley y la jurisprudencia, todo cuidado, medicamento, intervención
quirúrgica, rehabilitación, diagnóstico, tratamiento y procedimiento necesarios para
restablecer la salud, con prevalencia al tratarse de menores de edad.” Por tanto, no puede
limitarse la órbita de protección del derecho a la salud ante una patología clara detectada
por el profesional de la salud, cuando sean circunstancias eminentemente administrativas
las que impidan el acceso a los servicios, sin que dicho amparo desconozca los
postulados fundamentales sobre los que se edifica la procedencia de la protección
constitucional. En ese sentido, la garantía del derecho a la salud exige que el mismo se
sujete a la existencia de: i) Un dictamen médico a través del cual se diagnostique la
presencia de una patología en la paciente, ii) una orden para la realización de un
procedimiento o un medicamento, para que el juez de tutela evalué las condiciones de
vulneración del mismo frente al incumplimiento de las entidades que administran el
Sistema General de Seguridad Social en Salud, de prestar y facilitar el acceso en
condiciones de suficiencia, universalidad, integralidad, a los servicios de salud. Y respecto
a este último, es decir, la integralidad, la Jurisprudencia Constitucional ha señalado en
reiteradas oportunidades que este principio-deber debe aplicarse en el entendido que se
proteja la realización de un tratamiento completo y necesario. Es así que, tal como lo ha
indicado la jurisprudencia Constitucional, la atención del tratamiento médico en
condiciones de integralidad y atendido por el médico tratante se agota en el momento en
que se logre la rehabilitación o la recuperación definitiva del estado de salud. Tratamiento
integral de salud La jurisprudencia constitucional ha señalado que el derecho a recibir la
rehabilitación a través de un tratamiento integral de salud proporcionado por la EPS
CAJACOPI a la cual estoy vinculada, es componente indispensable del derecho a la
salud, ya que a partir de la posibilidad de rehabilitación se materializa el ejercicio pleno,
consciente y suficiente del derecho en mención.
Sobre este tema, la jurisprudencia de la Corte Constitucional señaló que: “La atención a la
salud debe ser integral y comprender el cuidado, el suministro de medicamentos, las
intervenciones quirúrgicas, las prácticas de rehabilitación, la realización de exámenes de
diagnóstico y seguimiento, así como todo otro componente que el médico tratante valore
como necesario para el restablecimiento de la salud del paciente. El reconocimiento de la
prestación integral del servicio de salud debe ir acompañada de indicaciones precisas que
hagan determinable la orden del juez de tutela, la cual bajo ningún supuesto puede recaer
sobre cosas futuras. En concreto, este Tribunal ha entendido que el principio de
integralidad no puede entenderse de manera abstracta, es decir, una orden de tutela que
reconozca la atención integral en salud se encontrará sujeta a los conceptos que emita el
personal médico, y no, por ejemplo, a lo que estime el paciente. De la citación
jurisprudencia anterior, se desprende con absoluta claridad que el derecho a la salud de
una persona comporta o involucra la acción –ejecución de actos positivos- de la entidad
prestadora del servicio de salud, que se materializan en diferentes aspectos o facetas.
Por un lado, en la coordinación y asignación de citas con los médicos que sean idóneos
para la prestación del servicio de salud requerido por persona, así también como en el
suministro de los medicamentos ordenados o prescritos por el médico tratante. Por otro
lado, el derecho a la salud también comporta la posibilidad de recibir los procedimientos
quirúrgicos y la realización de exámenes que permitan trazar la ruta científica que debe
seguir el médico tratante. De ahí que para lograr la rehabilitación de la o las patologías
que puedan aquejar la salud de una persona, resulta indispensable que el médico cuente
con los instrumentos suficientes que le permitan: (i) elaborar un diagnóstico claro sobre la
afección, (ii) ofrecer información al paciente sobre el posible tratamiento, (iii) descartar
tratamientos que no resulten útiles para la patología presente, (iv) aplicar el tratamiento
idóneo y (v) lograr la rehabilitación del paciente. Así pues, es imperativo que en asuntos
en los cuales se debata la prestación del servicio de salud, las entidades promotoras de
salud por la EPS CAJACOPI y las entidades que tengan convenio para la prestación de
dicho servicio.

entiendan que la posibilidad de rehabilitación o no del paciente, pende del cumplimiento


estricto de un procedimiento médico que parte del diagnóstico. Dicho diagnóstico, se
repite, solo se logra y elabora a partir de la verificación de los exámenes ordenados por el
médico tratante. En relación al tema, ha señalado la Corte Constitucional, al estudiar el
derecho de una persona a recibir el diagnóstico de la patología que le afectaba, en los
siguientes términos: “El derecho al diagnóstico como aspecto integrante del derecho a la
salud, es indispensable para llegar a una recuperación definitiva de una enfermedad o a
mejorar la calidad de vida del paciente. De manera que la negación del mismo, impide
que se realice el tratamiento adecuado y preciso que requiere el afectado. Pero, no solo la
negativa del derecho al diagnóstico vulnera los derechos constitucionales, sino cuando no
se práctica a tiempo o se realiza de forma negligente, complicando en algunos casos el
estado de salud del paciente hasta el punto de llegar a ser irreversible su cura, eventos en
los cuales, puede llegar a afectar gravemente la salud y la dignidad humana del paciente
al someterlo de manera interminable a las afecciones propias de su mal estado de salud.”
Ya se señaló que, según la jurisprudencia constitucional, el derecho a la realización de un
examen diagnóstico debe protegerse siempre que con la negación del mismo se
desconozca “la estrecha relación que existe entre el resultado del examen y el tratamiento
integral de la enfermedad”

De manera que, conforme a las posturas jurisprudenciales transcritas se desprende que


el derecho a la salud se integra de diversos factores que confluyen en la recuperación,
rehabilitación y restablecimiento de la condición saludable que se ha visto diezmada y
deteriorada por el curso de una patología. Pero, para que el conocimiento del profesional
de la salud resulte benéfico a los intereses del usuario, es indispensable que este pueda
emitir con claridad un diagnóstico y a partir de allí se pueda construir un procedimiento
científico que agotar, lo cual impone que la inexistencia de un diagnóstico cierto
contribuya al deterioro del paciente. sí mismo, se recordó que la Corte ha sido enfática en
señalar que es al médico tratante al que le corresponde determinar si es o no necesario
realizar un examen de diagnóstico, de modo que la entidad que suministra los servicios
de salud no puede negarse a practicarlo sobre la base de aspectos económicos,
administrativos o de conveniencia institucional, como ocurren en el caso concreto, “pues
esto prorroga caprichosamente la definición del tipo de padecimiento, así como la
posibilidad de iniciar un tratamiento médico que permita el restablecimiento del estado de
salud del paciente.”

En el caso concreto sub examine se puede evidenciar que se trata de un caso que
requiere de atención inmediata para mejorar las condiciones de vida, de salud.

La Corte Constitucional  ha precisado que el derecho a la salud implica, no solo su


reconocimiento sino la prestación continua, permanente, y sin interrupciones de los
servicios médicos y de recuperación en salud. Al respecto, la jurisprudencia ha sostenido
que las entidades públicas y privadas que prestan el servicio público de salud
deben “procurar la conservación, recuperación y mejoramiento del estado de sus
usuarios, así como (…) el suministro continúo y permanente de los tratamientos médicos
ya iniciados.”

 De acuerdo con el artículo 2º, literal d) de la Ley 100 de 1993 la integralidad, en el marco
de la Seguridad Social, debe entenderse como “la cobertura de todas las contingencias
que afectan la salud, la capacidad económica y en general las condiciones de vida de
toda la población. Para este efecto cada quien contribuirá según su capacidad y recibirá lo
necesario para atender sus contingencias amparadas por esta Ley”.

Dicho criterio fue posteriormente reiterado en la Ley 1122 de 2007y actualmente


desarrollado en la Ley Estatutaria de Salud, la cual en su artículo 8º dispuso que:

“los servicios y tecnologías de salud deberán ser suministrados de manera completa


para prevenir, paliar o curar la enfermedad, con independencia del origen de la
enfermedad o condición de salud, del sistema de provisión, cubrimiento o financiación
definido por el legislador. No podrá fragmentarse la responsabilidad en la prestación de
un servicio de salud específico en desmedro de la salud del usuario. En los casos en los
que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de salud cubierto por el
Estado, se entenderá que este comprende todos los elementos esenciales para lograr
su objetivo médico respecto de la necesidad específica de salud diagnosticada”.

Por su parte, la propia jurisprudencia ha señalado que el principio de integralidad supone


que el servicio suministrado debe contener todos los componentes que el médico tratante
establezca como necesarios para el pleno restablecimiento de la salud, o para la
mitigación de las dolencias que le impiden al paciente mejorar sus condiciones de vida.
En ese sentido, este Tribunal ha sido enfático al señalar que: “en virtud del principio de
integralidad en materia de salud, la atención y el tratamiento a que tiene derecho el
afiliado cotizante y su beneficiario son integrales; es decir, deben contener todo cuidado,
suministro de droga, intervención quirúrgica, práctica de rehabilitación, examen para el
diagnóstico y el seguimiento, y todo otro componente que el médico tratante valore como
necesario para el pleno restablecimiento del estado de salud del paciente que se le ha
encomendado, dentro de los límites establecidos por la ley”.

PRUEBAS
Con el fin de establecer la vulneración de los derechos, solicito señor Juez se sirva tener
en cuenta las siguientes pruebas:

• Copia de Historia Clínica.

• Copia de la cedula de ciudadanía

PRETENSIONES

Con fundamento en los hechos relacionados, solicito a su señoría disponer y ordenar a


favor mío lo siguiente:

PRIMERO: Tutelar el derecho fundamental a la salud por conexidad con el derecho


fundamental a la vida, principios de integridad y continuidad previstos para el sistema de
seguridad social en salud en consecuencia se ordene a CAJACOPI – HOSPITAL
REGIONAL DE DUITAMA, realizar el trámite necesario para dar continuidad al
procedimiento medico transcrito por el médico tratante, teniente a realizar la extracción de
dispositivo implantado en tibia o peroné, descritos en la historia clínica, sin que exista
dilación o demora, los cuales son indispensables para continuar con su tratamiento
medico

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Fundamento esta acción en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991 y sus


decretos reglamentarios 2591 y 306 de 1992.

ANEXOS

• Copia de la tutela para el archivo del Juzgado

• Copia de los documentos relacionado en el acápite de pruebas

CUMPLIMIENTO AL ARTÍCULO 37 DE DECRETO 2591/91: JURAMENTO

Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no se ha presentado ninguna otra acción de
tutela por los mismos hechos y derechos.
NOTIFICACIONES

Dirección para recibir comunicaciones, tanto del accionante como del accionado

Dirección para recibir comunicaciones, tanto del accionante como del accionad.

CAJACOPI: Cra. 11 #21-30, Tunja, Boyacá

HOSPITAL REGIONAL DE DUTAMA: Av de las Américas #Carrera 35, Duitama, Boyacá

A la suscrita en el despacho de la personería Municipal de Jericó correo electrónico


personeria@jerico-boyaca.gov.co

Atentamente,

MARILCE SEPULVEDA RINCON

C.C N° 23.660.709 de Jericó

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