Administración de Medicamentos
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Vía oral
Muchos medicamentos se pueden administrar por vía oral como líquidos, cápsulas,
tabletas o comprimidos masticables. Dado que la vía oral es la más conveniente y por
lo general la más segura y menos costosa, es la que se utiliza con mayor frecuencia.
Sin embargo, tiene limitaciones debidas al trayecto característico que debe seguir el
fármaco a lo largo del tracto digestivo. La absorción por vía oral puede comenzar en la
boca y el estómago. No obstante, habitualmente el fármaco se absorbe en el intestino
delgado. El fármaco atraviesa la pared intestinal y viaja hasta el hígado antes de ser
transportado por el torrente sanguíneo hasta su diana. La pared intestinal y el hígado
alteran químicamente (metabolizan) muchos fármacos, disminuyendo la cantidad de
fármaco que llega al torrente sanguíneo. En consecuencia, estos fármacos, cuando se
inyectan por vía intravenosa, son administrados en dosis más pequeñas para producir
el mismo efecto.
Cuando se toma un fármaco por vía oral, la comida y otros fármacos que se
encuentren en el tracto digestivo pueden afectar a la cantidad y la rapidez con que se
absorbe. De este modo, algunos fármacos deben ingerirse con el estómago vacío,
otros han de tomarse con comida, otros no deben tomarse junto con ciertos fármacos
y algunos pueden estar contraindicados por vía oral.
Algunos fármacos administrados por vía oral irritan el tracto digestivo. Por ejemplo,
la aspirina (ácido acetilsalicílico) y la mayoría de los demás fármacos antiinflamatorios
no esteroideos (AINE) pueden dañar el revestimiento del estómago y del intestino
delgado y causar una úlcera o agravar una preexistente. Hay otros fármacos cuya
absorción en el tracto digestivo es limitada o irregular, o bien, son destruidos en el
estómago por los ácidos y las enzimas digestivas.
Cuando no puede utilizarse la vía oral, se requieren otras vías de administración,
como por ejemplo:
Vías inyectables
La administración mediante inyección (por vía parenteral) incluye las siguientes vías
de administración:
En cuanto a la vía intratecal, se inserta una aguja entre dos vértebras en la parte
inferior de la columna vertebral y dentro del espacio que se encuentra alrededor de la
médula espinal. El fármaco se inyecta en el conducto raquídeo. Es frecuente emplear
una pequeña cantidad de anestésico local para insensibilizar la zona de la inyección.
Esta vía se utiliza cuando es necesario que un fármaco produzca un efecto rápido o
local en el cerebro, en la médula espinal o en las membranas que los envuelven
(meninges), por ejemplo para el tratamiento de infecciones en estas estructuras. En
algunos casos, los anestésicos y los analgésicos (como la morfina) también se
administran de este modo.
A través de la piel
A veces, un medicamento se administra a través de la piel, mediante una aguja (subcutánea, intramu
intravenosa), por medio de un parche (vía transdérmica) o por implantación.
Vía rectal
Muchos fármacos que se administran por vía oral pueden también utilizarse por vía
rectal en forma de supositorio. En esta presentación, el fármaco se mezcla con una
sustancia cerosa que se disuelve o licúa tras ser introducida en el recto. La absorción
del fármaco es rápida gracias al revestimiento delgado del recto y al abundante riego
sanguíneo. Los supositorios se prescriben para las personas que no pueden tomar un
fármaco por vía oral porque tienen náuseas o no pueden tragar, o bien debido a
restricciones en la alimentación, como sucede antes y después de una intervención
quirúrgica. Los fármacos que pueden ser administrados por vía rectal incluyen el
paracetamol (acetaminofeno, para la fiebre), el diazepam (para las convulsiones) y los
laxantes (para el estreñimiento). Los fármacos que en forma de supositorio sean
irritantes probablemente se administrarán en forma inyectable.
Vía vaginal
Algunos medicamentos pueden administrarse a las mujeres por vía vaginal en forma
de solución, comprimido, crema, gel, supositorio o anillo. De esta forma, el fármaco es
lentamente absorbido por la pared vaginal. A menudo se utiliza esta ruta para dar
estrógenos a las mujeres durante la menopausia con el fin de aliviar los síntomas
vaginales, como la sequedad, la irritación y el enrojecimiento.
Vía ocular
Los fármacos utilizados para tratar los trastornos oculares (como el glaucoma, la
conjuntivitis y las lesiones) pueden mezclarse con sustancias inactivas para generar
un líquido, un gel o un ungüento que puedan ser aplicados en el ojo. Las gotas
oftámicas son relativamente fáciles de usar, pero pueden salir del ojo muy rápido y por
lo tanto no tener una buena absorción. Las formulaciones en gel y en ungüento
mantienen el fármaco en contacto con la superficie del ojo durante más tiempo,
aunque pueden empañar la visión. También se puede utilizar la implantación de
sólidos, que liberan el fármaco de manera continuada y lenta, pero pueden ser
difíciles de colocar y mantener en su sitio.
Vía nasal
En caso de que un medicamento deba ser inhalado y absorbido por la delgada
membrana mucosa que reviste los conductos nasales, es necesario transformarlo en
diminutas gotitas suspendidas en el aire (atomizado). Una vez absorbido, el fármaco
entra en el torrente sanguíneo. Los fármacos administrados por esta vía suelen actuar
rápidamente. Algunos irritan los conductos nasales. Los fármacos que pueden ser
administrados por vía nasal son la nicotina (para dejar de fumar), la calcitonina (para
la osteoporosis), el sumatriptán (para la migraña) y los corticoesteroides (para las
alergias).
Vía inhalatoria
Los fármacos administrados por inhalación bucal deben ser atomizados en gotitas
más pequeñas que los administrados por vía nasal para lograr que los fármacos
pasen por la tráquea y entren en los pulmones. La profundidad que alcanzará el
fármaco en los pulmones dependerá del tamaño de las gotas. Las más pequeñas son
las que alcanzan mayor profundidad, con lo que aumenta la cantidad de fármaco
absorbido. En el interior de los pulmones, son absorbidas por el torrente sanguíneo.
Inhaladores
Nebulizaciones
Al igual que en la vía inhalatoria, los fármacos administrados mediante nebulización
deben estar en forma de aerosoles, en pequeñas partículas, para alcanzar los
pulmones. La nebulización requiere el uso de dispositivos especiales, generalmente
sistemas de nebulización ultrasónicos o de chorro. Un uso adecuado de los
dispositivos ayuda a maximizar la cantidad de fármaco liberada en los pulmones. Los
medicamentos que se pueden administrar mediante nebulización son tobramicina (en
la fibrosis quística), pentamidina (en la neumonía causada por Pneumocystis jirovecii),
y salbutamol (en las crisis asmáticas).
Los efectos secundarios pueden incluir aquellos que se producen cuando el fármaco
se deposita directamente en los pulmones (como tos, sibilancias, dificultad para
respirar e irritación pulmonar), los debidos a la difusión del fármaco al medio ambiente
(que pueden afectar a personas que no están en tratamiento) y los producidos por la
contaminación del dispositivo utilizado para la nebulización (particularmente cuando el
dispositivo se vuelve a utilizar y no se ha limpiado de forma adecuada). La utilización
adecuada del dispositivo ayuda a prevenir los efectos secundarios.
Vía cutánea
Los fármacos aplicados sobre la piel suelen emplearse por su efecto local, y por ello
se utilizan sobre todo para el tratamiento de trastornos cutáneos superficiales,
como psoriasis, eccema, infecciones de la piel
(virales, bacterianas y micóticas), prurito y piel seca. El fármaco se mezcla con
sustancias inactivas. Dependiendo de la consistencia de las sustancias inactivas, la
formulación puede ser un ungüento, una crema, una loción, una solución, un polvo o
un gel.
Vía transdérmica
Algunos fármacos se suministran a todo el organismo a partir de un parche sobre la
piel. Estos fármacos, que a veces se mezclan con una sustancia química (como el
alcohol) que intensifica la penetración a través de la piel, pasan por la piel al torrente
sanguíneo sin necesidad de inyección. Con el parche, el fármaco puede suministrarse
de forma paulatina y constante durante muchas horas o días, o incluso más tiempo.
Como resultado, los niveles en sangre de un fármaco pueden mantenerse
relativamente constantes. Los parches son en especial útiles para los fármacos que el
organismo elimina con rapidez y que, por tanto, administrados en otras formas se
tendrían que tomar con mucha frecuencia. No obstante, los parches pueden irritar la
piel de algunas personas. Además, están limitados por la rapidez con que el fármaco
puede pasar a través de la piel. Solo se administran por vía transdérmica fármacos
que se utilizan en dosis diarias relativamente bajas. Ejemplos de estos fármacos son
la nitroglicerina (para el dolor torácico), la escopolamina (para tratar los trastornos
debidos al movimiento, es decir, cinetosis), la nicotina (para dejar de fumar), la
clonidina (para la hipertensión) y el fentanilo (para el alivio del dolor)