La Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial
El equilibro alcanzado tras la firma de los tratados de paz se transformó en una profunda crisis
y en una modificación de las relaciones internacionales: vencedores y vencidos se enfrentarían
a las reivindicaciones de unos y otros.
Uno de los principales problemas del momento fueron las reparaciones que Alemania debía
satisfacer a Francia. La deuda entre ambos países quedó pactada en 130 mil millones, bajo
amenaza de ocupación francesa. Sin embargo, al cambio de gobierno francés volvió a exigirse
la deuda completa (225.000 mil millones). Como consecuencia del acercamiento germano
soviético, Francia ocupó el Rhur ante la oposición de EEUU y Gran Bretaña. El problema de las
reparaciones quedó zanjado con el Plan Dawes, que preveía la progresiva retirada de Francia.
Alemania necesitaba el apoyo económico de EE. UU. y Gran Bretaña, pero tampoco dejó de
reivindicar la rectificación de las fronteras orientales.
El gobierno francés inició una política de distensión y reconciliación para asegurar la paz que le
permitió acercarse a la URSS, al igual que el partido laborista británico. Sin embargo, con la
llegada de los conservadores, Gran Bretaña se acercó a Italia y rompió sus relaciones con la
URSS. La voluntad de alcanzar la distensión política culminó con la Conferencia de Locarno
(1925), donde se reconoció la pérdida de Alsacia-Lorena por parte de Alemania en favor de
Francia, Eupen y Malmédy en favor de Bélgica y la desmilitarización de Renania. Francia se
comprometió a no aplicar sanciones militares y se permitió la entrada de Alemania en la
Sociedad de Naciones. Sin embargo, varios países también firmaron acuerdos bilaterales para
asegurar sus intereses nacionales.
Preludio a la guerra
La crisis de 1929 rompió el consenso entre las naciones europeas, que adoptaron medidas
proteccionistas. La Conferencia del desarme de 1932 estuvo dominada por el entrenamiento
alemánfrancés. Con el pretexto del abandono de Japón, Alemania también abandonó y buscó
alianzas nuevas, más concretamente Polonia en 1934.
A partir de 1933, los proyectos expansionistas de Hitler se pusieron en marcha. El primer paso
sería anexionar Austria (donde ya habían ganado los nazis) pero Hitler no contaba con
Mussolini, con el que debía aliarse para conseguir sus propósitos.
El siguiente paso fue restablecer el servicio militar obligatorio y la creación de una aviación de
Guerra. Los principales países europeos vieron necesario aislar a Alemania y se
comprometieron a preservar la independencia de Austria. Sin embargo, un año más tarde,
Gran Bretaña firmaba un pacto naval con Alemania y Mussolini contó con la ayuda de Hitler.
En 1933, Hitler retiró a la representación alemana de la Liga de Naciones y dos años después
anunció la reorganización de las Fuerzas Armadas (Wehrmacht) que hasta entonces se
encontraban reducidas a su mínima expresión por mandato de la Liga de Naciones.
Una vez que la Wehrmacht tuvo el poder necesario, comprobado durante la Guerra Civil en
España, Hitler reclamó Renania, importantísimo y riquísimo valle del Rin que estaba siendo
explotado por Francia, también por decisión de la Liga de Naciones. La recuperación de
Renania fue un golpe magistral porque a pesar de que el poder militar alemán no había llegado
a los niveles requeridos para enfrentarse a Francia con algún éxito, los franceses no se
atrevieron a reaccionar dejando que la Wehrmacht asumiera el control de la zona.
El Anschluss
Dos años más tarde en 1938, Alemania era la primera potencia militar del mundo con un
poderoso ejército profesional que innovó las tácticas militares mediante el uso de los vehículos
blindados apoyados por la aviación. Nació así la táctica de la Blitzkrieg o Guerra Relámpago.
El 11 de marzo de 1938, fuerzas alemanas ingresan a Austria siendo recibidos con gran júbilo
por la mayoría de la población. Hitler convocó a un plebiscito en ambos países que sella el
Anschluss (anexión) de Austria como la Ostmark del Tercer Reich. Las raíces comunes de
ambos pueblos fueron suficientes para garantizar la anexión con el 99% de los votos en los dos
países.
Los Sudetes
En el mundo político no quedaban dudas que el siguiente paso de Hitler sería la recuperación
de los Sudetes, cosa que ocurrió al romperse las negociaciones entre el Partido
Nacionalsocialista de los Sudetes y el gobierno checo. En una entrevista entre Hitler y
Chamberlain, el primer ministro británico acepta la anexión de los Sudetes a Alemania.
El 01 de octubre de 1938, ingresaron las tropas alemanas a los Sudetes y las potencias
occidentales observaron con impotencia que todos los dictámenes del Tratado de Versalles
quedaban anulados por la firme voluntad de Hitler de recuperar todos los territorios escindidos
de Alemania en 1918. Cinco días después dimitió el presidente checoslovaco y Eslovaquia
obtiene la autonomía.
Los franceses y británicos aceptaron los hechos consumados, pero con estupor presenciaron en
marzo de 1939 la disolución de Checoslovaquia, cuando Hitler anunciaba: "Checoslovaquia" ha
dejado de existir y queda fundada la República de Eslovaquia y creado el Protectorado Alemán
de Bohemia y Moravia. Poco a poco las fronteras de Alemania fueron recuperando el estatus
que tenían antes de la Primera Guerra Mundial. El 22 de mayo de 1939, Alemania e Italia
firman el Pacto de Acero y más tarde se conforma el Eje, Berlín, Roma, Tokio.
Las razones que llevaron a Stalin a firmar el pacto con los nazis hay que buscarlas, por un lado,
en la desconfianza que le suscitaba la debilidad de la Sociedad de Naciones como dique para
evitar una agresión alemana; por otro, la sospecha de que Francia y Reino Unido, embarcadas
en una “Política de apaciguamiento” respecto a Hitler, temían más a la Unión Soviética que a
los propios nazis, por lo que eran proclives a pactar con quienes desarrollaban una clara
política anticomunista. El Pacto de Munich (1938) lo demostraba. Por lo tanto, el líder ruso
consideró que los intereses de su país serían mejor atendidos pactando con los alemanes que
con las potencias occidentales.
El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán invadió Polonia por varios puntos del Oeste. El
17 de ese mismo mes tropas soviéticas atacaban por el Este. Polonia fue
rápidamente derrotada, pero, para sorpresa de Hitler, dos días más tarde, Reino
Unido y Francia, en virtud de los acuerdos de ayuda mutua establecidos con
Polonia, declaraban la guerra a Alemania. Hitler había cometido un error al pensar que, al
igual que en acciones precedentes (remilitarización de Renania, anexión de Austria e invasión
de Checoslovaquia), ambas potencias contemporizarían.
La Batalla de Inglaterra
La política agresiva de Japón en el Pacífico precipitó la entrada en la guerra de los EEUU, que no
aceptaban tal expansión e impusieron un embargo de petróleo. El gobierno japonés respondió
con el bombardeo sin aviso de la flota americana en Pearl Harbor (7/12/1941). Cuatro días más
tardes, Alemania e Italia declararon la guerra a los EEUU y el conflicto se expandió a todo el
mundo.
Hasta 1942 la mayoría de los países europeos creía en la victoria de Hitler, pero desde esa
fecha las tropas alemanas sufrieron diversas derrotas. Estaba teniendo lugar la batalla decisiva
de Stalingrado, en la cual vencieron los soviéticos y desde entonces los alemanes no
conseguirían victoria alguna en el Este. Los rusos insistieron en que los aliados abriesen un
segundo frente en la Europa occidental, iniciativa apoyada por EEUU. En febrero de 1943, las
tropas alemanas comenzaron a retroceder. El desembarco en Sicilia (Julio de 1943) provocó la
caída de Mussolini y la instauración de un gobierno que firmó el armisticio con los aliados y
entró en guerra con Alemania.
La conferencia de Teherán
En el transcurso del año 1943 se desarrollaron varias conferencias políticas para organizar la
posguerra. A finales de noviembre se reunieron en Teherán Churchill, Stalin y Roosevelt para
definir una estrategia común y diseñar el mapa de posguerra. El tema principal de las
conversaciones fue la operación Overlod, es decir, el desembarco en la costa francesa de los
aliados. EEUU se comprometió a marcharse tras la guerra, las fronteras soviéticas serían
redefinidas y Alemania se dividiría en ocho partes, de las que tres estarían tuteladas por las
Naciones Unidas. Finalmente, los tres gobernantes tomaron la decisión de llevar adelante la
operación, dejada al mando del general Eisenhower.
El 6 de junio de 1944, el "Día D", se llevó a cabo el desembarco de un enorme ejército aliado
en las playas de Normandía, en el norte de Francia. Tenía lugar la "Operación Overlord” o “Jefe
Supremo”. Al mando de las tropas integradas
por estadounidenses, británicos, canadienses, franceses y voluntarios de otros países,
apoyados por enormes reservas desde Inglaterra, se hallaba el general
estadounidense Eisenhower, con el que colaboraba el británico Montgomery. Las tropas
alemanas destinadas a repeler el desembarco fueron engañadas por los servicios de
inteligencia aliados, haciéndoseles creer que la operación se produciría por Calais. Rommel,
jefe de las tropas germanas. Los aliados, venciendo la resistencia alemana, avanzaron
hacia París. La capital francesa fue liberada el 26 de agosto por el general De Gaulle. En
septiembre de 1945 los aliados lograban recuperar la totalidad del territorio francés, así
como Bélgica.
La última reunión de Roosevelt, Stalin y Churchill tuvo lugar en Yalta para decidir la suerte de
los vencidos y tratar de reconstruir el mundo de la posguerra. Francia también se unió. Se
decidió crear la Organización de las Naciones Unidas y se planteó dividir Alemania en tres, así
como efectuar el pago de deudas por parte de Alemania. La Conferencia de Potsdam
(17/17/1945) tuvo como resultado la división de Alemania en cuatro zonas de ocupación, el
inicio del proceso de desnazificación y el castigo de los principales responsables nazis. Se
preveía una reparación de veinte mil millones de dólares y, al final, se aceptó las anexiones
territoriales realizadas por Polonia y por la URSS (en un clima de tensión).
En el frente italiano, Mussolini fue ejecutado por partisanos italianos el 28/04/1945 y los
aliados entraron en Milán un día después. La caída de Budapest supuso el fin de la resistencia
en Hungría. La capitulación incondicional de Alemania fue pronunciada el 8 de mayo de 1945
en el cuartel general de Eisenhower.
Consecuencias de la guerra
Más de cincuenta millones de personas murieron, más civiles que militares. En esta guerra tuvo
lugar, además, el caso de la voluntad nazi de exterminar a los judíos. Primero se les rebajó sus
derechos y, desde la Conferencia de Wannsee, de 1942, (en la que se acuerda la llamada
"Solución Final" se creó para que los judíos de toda la Europa bajo ocupación alemana fueran
enviados a los campos de exterminio operados por las SS y ubicados en Polonia., se tomó la
decisión de exterminarlos en diferentes campos de concentración que se habían ido creando.
Seis de los diez millones de judíos que vivían en Europa antes de la guerra desaparecieron en
condiciones atroces. Estos crímenes fueron juzgados por el Tribunal de Nuremberg, que
condenó a muerte a doce responsables alemanes, en Tokio a siete dirigentes Japoneses y en el
resto de Europa se juzgó a otros nazis.
A diferencia de la Primera Guerra Mundial, en 1945 no hubo una alteración significativa de las
fronteras. La URSS volvió a las del Imperio Ruso de 1914 en detrimento de Rumania,
Checoslovaquia, Polonia, Finlandia y los países bálticos. Corea alcanzó la Independencia. Desde
el punto de vista político, la relación de fuerzas sufrió un cambio significativo. EEUU y la URSS
fueron los únicos vencedores. EEUU salió reforzado económicamente, poseía la bomba atómica
y un poderoso ejército; y la URSS impuso regímenes políticos sometidos a Moscú.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada por la Asamblea General en
1948, y defiende valores universales a través de diversos organismos: la FAO, UNICEF, UNESCO,
OIT, OMS... Este nuevo entramado político, económico y jurídico se derrumbó con el
desencadenamiento de la guerra fría.