Apuntes de la Casa Muerta de Dostoyevski describe las experiencias del autor en una prisión siberiana en el siglo XIX y reflexiona sobre la pérdida de libertad y la vida en la cárcel a través de un personaje basado en él mismo.
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Apuntes de la Casa Muerta de Dostoyevski describe las experiencias del autor en una prisión siberiana en el siglo XIX y reflexiona sobre la pérdida de libertad y la vida en la cárcel a través de un personaje basado en él mismo.
Apuntes de la Casa Muerta de Dostoyevski describe las experiencias del autor en una prisión siberiana en el siglo XIX y reflexiona sobre la pérdida de libertad y la vida en la cárcel a través de un personaje basado en él mismo.
Apuntes de la Casa Muerta de Dostoyevski describe las experiencias del autor en una prisión siberiana en el siglo XIX y reflexiona sobre la pérdida de libertad y la vida en la cárcel a través de un personaje basado en él mismo.
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Memorias de la Casa Muerta, de Fiódor Dostoyevski
Apuntes (o Memorias) de la Casa Muerta, no solo es una novela, de Fiódor Dostoyevski,
sino también una metáfora, una reflexión y también una crítica sobre la vida y la libertad dentro de la cárcel, en este caso, las cárceles siberianas del siglo XIX. Lo que da título a la novela, Casa Muerta, es una brillantísima metáfora sobre la vida que se pudre, malogra y deforma dentro de las cárceles al estar sometidos a pésimas condiciones, comer comida que bien podría ser basura y estar llena de bichos, y verse recluidos a un espacio donde tienen que aguantar vejaciones, no pueden tener nada, no pueden salir a ningún sitio, y lo único al final acaba siendo el interior de ti mismo donde no pueden hurgar. Introducción: ¿De qué trata Apuntes de la Casa Muerta de Dostoyevski? Recoge las vivencias del personaje Alejandro Petróvich Goryánchikov en la cárcel siberiana por matar a su esposa en el primer año de su matrimonio. Cada capítulo de la obra describe las anécdotas, las distintas temáticas y conversaciones o experiencias que viven los presos, sus sentimientos acerca de la navidad, el verano, intentos de fugas y otros detalles de la sociedad, la administración y la cultura rusas. En este libro, que fue publicado por capítulos en una revista que fundó el autor junto con su hermano Mijaíl, se reflejan sus propias experiencias en la cárcel, la falta de libertad, el frío, la soledad, los duros trabajos forzados, el tipo de personas con las que convivió y que a pesar de ser criminales describe con una gran humanidad. En esta obra se hace una profunda reflexión sobre la psicología criminal. Transmite sus conocimientos de la Biblia, libro que el propio autor leía a diario en prisión y del que derivó su idea del uso del sufrimiento como liberación y salvación espiritual. Análisis: Apuntes de la Casa Muerta, publicada entre 1861 y 1862, basada en las experiencias en el penal siberiano de Omsk por parte de Dostoyevski cuando, al principio querían fusilarlo por conspirar contra el Zar, pero fue indultado y condenado a cuatro años de trabajos forzados; es un análisis y una crónica de todo lo que vio, sintió, pasó y pensó durante todo ese tiempo. Esta obra, que empieza a consolidar al escritor como el grandísimo genio que es de la literatura universal tiene dos dimensiones: la metafórica en la que vierte todas las críticas, los paralelismos y los temores de todo lo que vivió en el penal, y la literal en la cual se ocupa de describir psicológicamente a cada personaje, e incluso grupos de personas, y a contar la historia; aquí se aprecia esa gran psicología de Dostoyevski, como pocos saben hacer, en la cual le da unos rasgos, una vivacidad y una fidelidad, que bien podrían ser reales (lógicamente, perteneciendo al realismo literario). El estilo de Dostoyevski, ya bastante maduro, en esta obra es refinada poesía, se podría considerar quizás como un prólogo a su posterior literatura (donde alcanzaría el máximo exponente y maestría con Crimen y Castigo, Los Demonios o Los hermanos Karamazov); mucha descripción, densa, densísima, de carácteres, psicologías, físicos... a veces pudiera ser un poco pesada tanta "carga" de descripción y argumento, ya que los diálogos no son precisamente lo que más abunda en esta obra. Su estilo es sencillo, dispone de un vocabulario riquísimo y una forma de escribir que es amplia, elegante y sencilla. Es el maestro de la psicología y sabe hacer personajes redondos, vivos, con personalidades diferentes, impredecibles, diferentes... otra cosa que me gusta mucho, y no podía esperar menos de un realista, es el hecho de crear algo más que una novela; un cuadro con un contexto, una historia, unas condiciones, unas vidas y unos espíritus en constante lucha. Porque no solo se limita a contar qué le sucede en el penal, sino también cómo es la vida allí, qué se hace, por qué, explicar cómo eran la vida y los presos allí. Esa riqueza y variedad de detalles me parece algo excelentísimo, porque conoces un poquito mejor cómo era la Rusia del siglo XIX, y en concreto, la zona de Siberia. Aborda temas como la moralidad, la espiritualidad, los sentimientos... todo aquello que conforma a cada hombre, y sobre todo a nuestro protagonista (basado en el propio Dostoyevski) El Alexandr Petrovich del principio de la obra y del final, son radicalmente diferentes, y si me apuras, más experimentado y con otra visión el del final tras haber acabado su condena en el penal de Omsk. La historia es sencillamente brutal. La forma en que empieza no la olvidaré fácilmente porque es algo inesperado, sencillo y genuino. La obra empieza por la continuación de lo que es el final de la obra, y eso lo hace más variado, más realista y más grandioso. Y me explico, esa primera parte, ese comienzo, no es el comienzo de la historia de los Apuntes de la Casa Muerta como tales, sino que trata sobre el tiempo después de haber salido de la cárcel de Alexandr Petrovich; es decir, que empieza con un personaje, con un protagonista que es ajeno a Petrovich y al final acaba acercándose, no al personaje, sino a los Apuntes del personaje; y ahí comienza la obra. Los apuntes como tales empiezan en el momento inmediato a la detención y deportación del protagonista Alexandr Petrovich - hidalgo ruso- a la cárcel de Omsk por haber matado a su esposa; se nos da una imagen del protagonista totalmente razonable y normal; un asesino más que entra en la cárcel, pero con Dostoyevski no es así; nunca es uno más que entra a un sitio; sino el que entra. Sí Alexandr Petrovich es un preso más entre todos los que hay, no es superior ni inferior, pero sí un hábil observador con miedos, dudas y cuestiones morales y espirituales que a veces llegan a rozar la apatía y ciertamente la desesperación como método para sobrevivir allí. Conforme transcurre el tiempo va conociendo el lugar y a los demás, y se nos ofrecen unas descripciones psicológicas y unas reflexiones que son cuanto menos interesantes; solo por ser noble ya le miran mal y no lo consideran de los suyos; aunque hable y se lleve bien en momentos determinados con algunos personajes, otros quedarían como amigos hasta el final de la obra, lo que sufre es la opresión claustrofóbica de verse entre cuatro paredes solo, sin amigos y con una gente que lo juzga y lo mira mal; por momentos cae bien a los presos (en general), por otros es un desdén insultante y en otros son increpaciones. La tortura, el drama y avance y moldeamiento psicológico que sufre en la cárcel lo define de por vida. Pero hay un retrato metafórico; el retrato del propio Dostoyevski que fue a la cárcel de verdad y que, según cuenta en los Apuntes, debieron modificar su modo de pensar, sentir y vivir la vida y la libertad que, de otro modo, no habría podido experimentar. Esta experiencia deja grave huella en su interior. La extensión del libro son cuatrocientas setenta y cinco páginas, está dividido en dos partes con once y diez capítulos respectivamente, no obstante, siendo Dostoyevski se hace hasta corto y todo, porque es un verdadero placer leerle y meterse dentro de sus esquemas narrativos y psicológicos. Con este libro, uno no solo se entretiene, sino que aprende cuan duras eras las condiciones en las cárceles del siglo XIX en Rusia, cómo eran sus presos, qué hacían en ellas y cómo podía acabar uno en ellas. Es un libro que, si se me permite, es casi histórico porque es un fidedigno testimonio de cómo eran las susodichas cárceles. Sin embargo, es un obra que dista de las grandes, como Crimen y Castigo, con lo cual no es recomendable esperar la perfección psicológica y argumental del Dostoyevski experimentado, pues en varias ocasiones se va por las ramas en la narración, repite cosas y por estos motivos puede hacerse farragosa o ciertamente pesada la lectura en ciertas partes, pero no hay problemas. No es algo especialmente grave. Es un libro altamente recomendado para todos aquellos a los que les gusta el juego y la profundidad psicológica, una historia que no se limita a narrar unos hechos sino también a exponer dimensiones ulteriores como la moral y bien hilvanadas. Es un libro muy interesante también si se quiere conocer más personalmente al autor que lo ha escrito, porque es autobiográfico, en aquella época no va contar literalmente su experiencia; no; lo que hace es jugar con otros personajes y con las metáforas para exponer sus críticas sobre su condena, sobre las autoridades, sobre el sistema penitenciario, pero a través de otros personajes, nunca en su propio nombre (en aquella época con el absolutismo zarista, como para ponerte a criticarlos...) Opinión personal: Me ha gustado esta obra. Empecé leyendo la más famosa: Crimen y Castigo, pero los Apuntes de la Casa Muerta me han encandilado desde su prodigioso inicio y me han supuesto una perspectiva más y nueva sobre la libertad, la vida y la propia cárcel. En Dostoyevski me gusta prácticamente todo, la verdad; tiene esa espiritualidad, esa psicología, esa maestría, ese talento... etc, que hacen de sus obras algo mágico, meloso y realmente excepcional. Ya si empleamos metáforas como la de la Casa Muerta... ya me ganas, la verdad. Dostoyevski nunca defrauda, la verdad; menudo genio que casi se nos escapa por las paranoias del zar...