Rosario Vocacional.
Rosario Vocacional.
Rosario Vocacional.
Concede perseverancia a nuestros seminaristas y a todos aquellos que llevan hacia adelante los
ideales de una vida totalmente consagrada a Tu servicio.
Virgen María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir Sí, al Señor que
nos llama a cooperar en el plan divino de salvación.
Amén.
Ofrecimiento: por los jóvenes, niños y por las familias cristianas y no cristianas.
Por los Sacerdotes, la Vida Consagrada, Laicos y Misioneros
Credo
LETANÍAS VOCACIONALES
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad y misericordia de nosotros.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas. Antes
bien, líbranos de todos los peligros, Oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
ORACIÓN FINAL
Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en
nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones. Te pedimos que envíes: Sacerdotes según
tu corazón que nos alimenten con el Pan de tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu
Sangre; Consagrados y consagradas que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos
que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra. Jesús Buen Pastor,
fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan
plenamente a tu llamada. María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.
Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a Tí. Y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día: Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón y mi vocación, en una
palabra, todo mi ser. Ya que soy todo (a) tuyo (a), oh madre de bondad, guárdame,
defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén.
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes. Ven conmigo a todas partes y nunca solo
me dejes. Ya que me proteges tanto como verdadera Madre, Haz que me bendiga el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, Amen.