Breve Historia Del Movimiento Obrero Argentino
Breve Historia Del Movimiento Obrero Argentino
Breve Historia Del Movimiento Obrero Argentino
Los orígenes del movimiento obrero en la Argentina se sitúan en la época de la organización nacional, con
la inmigración masiva, con el desarrollo de industrias vinculadas al modelo agro-exportador nacido en la
generación del 80.
El primer tipo de asociación creada por los inmigrantes tenía solo fines comunitarios, ni políticos ni
revolucionarios, éstas eran las sociedades de socorros mutuos. En 1857 hubo dos españolas. Pero en
1900 hubo 79 sociedades italianas y 57 españolas.
La primera de ese tipo fue creada en 1857 por los linotipistas: la Sociedad tipográfica bonaerense, que en
1877 se convirtió en Unión Tipográfica. En 1881 se creó la Unión Obreros Panaderos, en 1882 la Unión
Oficiales Yeseros, en1883 la Sociedad Obreros Tapiceros, la Sociedad de Mayorales y Cocheros de
Tranvías, la Sociedad de Zapateros, Sociedad de Resistencia de obreros Marmoleros, en 1885 la
Internacional de Carpinteros, Ebanistas y Anexos, en 1887 La Fraternidad, de foguistas y maquinistas
ferroviarios.
Había gremios con fines de ayuda mutua (la Fraternidad), y gremios con fines de lucha (Marmoleros,
Panaderos, Ebanistas). En un principio fue la lucha económica por la jornada diaria de 8 horas y por el
salario. Luego se pasó a la lucha política. Se trabajaban hasta 16 horas diarias, y en la crisis del 90 había
aumentado enormemente la desocupación.
Los inmigrantes que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX traían las ideologías en boga en Europa.
En 1864 se había creado la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores en la que
participaban tanto anarquistas como socialistas. Pero en 1876 se disolvió a raíz de la derrota de la
Comuna de París. Muchos dirigentes obreros de ambos signos buscaron entonces refugio en la Argentina
dando origen a diversas organizaciones sindicales. La gran mayoría de ellos eran italianos y españoles.
El 26 de julio de 1896 se fundó la Sociedad de obreros Ebanistas, similares y anexos, concebida como
una sociedad de resistencia. En ese mismo año se fundaba el Partido Socialista presidido por Juan B.
Justo.
En 1901veintisiete gremios socialistas y anarquistas crearon la FOA, Federación Obrera Argentina, con
predomino de los anarquistas. En 1902, los socialistas que eran minoría , se separaron y crearon una
nueva central , la UGT, Unión General de Trabajadores. Quedó entonces la FOA bajo el dominio de los
anarquistas.
La UGT se diferenciaba de los anarquistas por sostener que la lucha gremial debía ir acompañada por la
lucha política y con el apoyo a los partidos obreros.
Mientras tanto la combatividad de los obreros se reflejaba en las cada vez más importantes huelgas, que
como en 1902 debido a la represión violenta se convierte en huelga general. El gobierno de Julio Roca
declaró el estado de sitio y promulgó la Ley de Residencia, que permitía al poder ejecutivo deportar a los
militantes obreros extranjeros en menos de 48 horas.
La gran mayoría de los obreros eran extranjeros, en la celebración del 1º de mayo de 1904, organizado
por el partido socialista, la FOA y la UGT, iban con banderas rojas, cantando la "Marsellesa", la
"Internacional", y la marcha de Garibaldi, y gritando estribillos con mueras a la burguesía, y al gobierno. La
represión policial dejó el saldo de dos muertos, un obrero y un policía y varios heridos.
El gobierno de Roca, sin embargo, estaba preocupado por la cuestión obrera, y fue justamente en 1904
que su ministro Joaquín V. González presentó un proyecto de ley sobre el Código Nacional del Trabajo,
que constituyó la legislación social y laboral más avanzada en el mundo. Se basaba en el "Informe sobre
el estado de las clases obreras en el Interior de la República" realizado por Bialet Masse a pedido del
gobierno. En dicho informe habían colaborado Storni, Lugones,y los socialistas Bunge, del Valle Iberlucea,
Manuel Ugarte y José Ingenieros. Sin embargo tanto los socialistas y anarquistas como la oligarquía lo
atacaron, los primeros por reaccionario, los segundos por revolucionario.
Dirá Alberto Belloni: "Esta unión de la izquierda antinacional y de la oligarquía no sería ni la primera, ni
tampoco la última".
En 1904 la FOA decidió cambiar el nombre por el de Federación Obrera Regional Argentina. Se denominó
regional porque el concepto de nación no tenía valor, su postura era internacionalista. No reconocían otra
patria que el mundo entero. En el V Congreso de 1905 adhirió a los principios del comunismo anárquico.
Es necesario remarcar que el término comunista no tuvo el mismo significado que le darán los
bolcheviques años más tarde, sino que se refiere a los ideales comunitarios de los anarquistas. Se
distanciaron cada vez más de la UGT, porque rechazaban las conquistas parciales y mejoras inmediatas
aduciendo que debilitaban el espíritu revolucionario de los trabajadores y les hacían perder el objetivo final
que era establecer una sociedad de productores libres, donde el Estado desaparecería.
En 1905, gobierno de Manuel Quintana, y año en que se produjo la revolución radical, que no despertaba
interés entre los obreros, en su mayoría extranjeros, la UGT convocó a un congreso con la asistencia de
33 sindicatos de la capital y 31 del interior, donde atacó el proyecto de Código de Trabajo. Lo destacable
de este congreso fue la participación de gremios de industria, textil y metalúrgico. Inicialmente los gremios
eran preferentemente de artesanos, eran gremios de oficio, la mayoría anarquistas.
Otra novedad fue el surgimiento del grupo "sindicalista". Surgió en Francia, su principal ideólogo fue
George Sorel. Introducido en la Argentina hacia 1903 por socialistas disidentes como Julio A. Arraga
desde Europa. Adhería al marxismo, con una mezcla de anarquismo y socialismo reformista. Fue apolítico,
fue una ideología pragmática, basada en las necesidades inmediatas del trabajador. Consideraba al
sindicato como la institución básica de la sociedad. Su principio fundamental fue: "Los sindicatos y no el
partido político son el arma principal de la lucha proletaria."
En nuestro país buscaron convertir al partido socialista en apéndice de los sindicatos, por eso en 1906
fueron expulsados del partido. En ese mismo año los sindicalistas coparon la dirección de la UGT.
En septiembre de 1906 la FORA resolvió convocar a un congreso de todos los gremios del país para
lograr la unidad de las organizaciones obreras. Este intento fracasó por el empecinamiento de los
anarquistas de basar la unificación en la adopción del comunismo anárquico como ideología del
movimiento obrero.
En 1906 se realizaron 170 huelgas en las que participaron 70.743 obreros, en 1907, 231, en 1908, 118, en
1909, 138 y en 1910, 298. El gobierno impone reiteradamente el estado de sitio, la represión provoca
muertos y heridos de gravedad. El jefe de policía era el coronel Ramón L. Falcón.
En la celebración del 1º de mayo de 1909, los obreros reunidos en la Plaza Lorea son reprimidos con
sable, revólver y máuser, con un saldo de ocho muertos y 40 heridos. El partido socialista, la FORA y la
UGT convocan a la huelga general, que dura ocho días y se extiende a otras ciudades del interior.
A raíz de estos hechos se convoca un nuevo congreso de fusión, que da origen a una nueva central, la
CORA, Confederación Obrera Regional Argentina, donde se vuelca toda la UGT, contando con algunos
sindicatos anarquistas, y socialistas, pero con predominio de los sindicalistas.
Los sucesos del centenario, que desarrollamos más adelante, marcan la declinación del anarquismo. En
1914 en un congreso de unidad se decide la disolución de la CORA y el paso de todos sus sindicatos a la
FORA. En 1915 se reúne el IX Congreso de la FORA, de gran importancia, porque provoca una nueva
división en el movimiento obrero. La FORA del V Congreso que reúne a los anarquistas firmes en su
espíritu combativo pero utópico, defensores del comunismo anárquico, y la FORA del IX Congreso, donde
se vuelca el grueso de los trabajadores organizados, con el predominio de los sindicalistas, que perderá su
carácter revolucionario para elegir la vía de negociación con el gobierno en "un regateo reformista y
economista apolítico".
Mientras tanto Europa se desangraba en la Primera Guerra Mundial, miles de hombres morían en las
trincheras defendiendo los intereses colonialistas de sus respectivas burguesías nacionales. Es la época
de la Segunda Internacional (1889-1917) Estaba dividida entre los revolucionarios que insistían en el
internacionalismo proletario, contrarios a la guerra, y los reformistas de Bernstein que dejaron de lado las
ideas internacionalistas y colaboraron con las burguesías locales. Los partidos socialistas de ideas
reformistas pasaron a llamarse socialdemócratas.
En la Argentina se produce el acceso del radicalismo al poder con Hipólito Yrigoyen. Representaba el
elemento criollo de tradición federal y sumó a los descendientes de inmigrantes, que se incorporaron a la
vida política del país.
Con Yrigoyen cambió la actitud hacia el movimiento obrero. La indiferencia inicial y la persecución
sistemática de los gobiernos oligárquicos fue reemplazada por un acercamiento y comprensión del
movimiento obrero. El gobierno se convirtió en árbitro en las disputas entre patrones y trabajadores,
protegió los derechos de sindicalización y de huelga, promulgó leyes laborales como la del salario mínimo
y otros proyectos boicoteados por los conservadores. Intervino a favor de los intereses obreros en la
importante huelga marítima de 1916 y en la huelga ferroviaria de 1917.
Sin embargo tanto anarquistas como socialistas combatirán a Yrigoyen, unos por su cerrado sectarismo,
contrario a todo gobierno, y los otros por su incomprensión de los problemas nacionales y su actitud
peyorativa hacia lo que despectivamente llamaban "política criolla". Con los que tuvo una mayor
aproximación fue con los sindicalistas.
Otro partido político había surgido en ese tiempo, nos referimos al Partido Comunista. Surgido de una
escisión del Partido Socialista, e influido por la Revolución bolchevique en Rusia de octubre de 1917, se
creó al año siguiente bajo el nombre de Partido Socialista Internacional, que luego cambió por Comunista.
También hará campaña contra Yrigoyen.
Una contradicción en la política obrera de Yrigoyen se dio en la huelga de los obreros de los talleres
metalúrgicos de Pedro Vasena, ocurrida en 1919 y la posterior represión sangrienta en la que interviene el
ejército y grupos civiles como la Liga Patriótica, presidida por Manuel Carlés, y la Asociación del Trabajo
por Joaquín Anchorena.
El otro grave conflicto fue el de las huelgas de peones de estancias en la Patagonia en 1922. Yrigoyen
envía al coronel Varela para reprimir, cometiendo increíbles tropelías, azuzado por los poderosos intereses
de empresas británicas y familias como los Menéndez Behety. En enero de 1923 el coronel Varela será
asesinado por un obrero alemán, anarquista, Kurt Wilckens, a quien luego matan en la cárcel.
Esta contradicción podría explicarse por el temor, por cierto no tan infundado, de una revolución social, por
influencia de la revolución rusa. Al respecto Abad de Santillán sostiene al referirse a la Semana Trágica:
"La Protesta exhortaba a la lucha armada, a la revolución....Faltó capacidad para orientar un movimiento
que, con una preparación más adecuada de los anarquistas, hubiera podido terminar en una caída
definitiva de la burguesía."
La FORA quintista quiere ir a la huelga general revolucionaria por tiempo indeterminado, mientras que la
FORA anarcosindicalista prefirió la negociación con el gobierno. Se aviene a levantar el paro general
extendido por todo el país, sobre la base de la aceptación por parte de la empresa Vasena del petitorio
obrero y la libertad de todos los detenidos. Socialistas y comunistas estuvieron de acuerdo, no así la
FORA del V congreso. Nadie se hará cargo del saldo de 3000 muertos o más.
En 1921, el XI Congreso de la FORA va a dar origen en 1922 a una nueva central obrera, la USA, Unión
Sindical Argentina integrada por sindicalistas, socialistas y comunistas. Su órgano de propaganda será el
periódico "Bandera Proletaria". La FORA anarquista no participa y recupera el uso exclusivo de su
nombre.
Es una época en que decae notablemente el movimiento obrero, en que se queda sólo en declaraciones.
El fervor que había producido la revolución rusa había ido desapareciendo, viendo que el régimen
capitalista no caía tan rápido como se creía. Ello llevó al sindicalismo a una actitud más moderada.
El anarquismo, quizá el más lúcido en su análisis, nunca comprometió un juicio favorable a la dictadura del
proletariado, pues se oponía a todas las dictaduras, tanto burguesas como proletarias.
En 1922 se creó un gremio de suma importancia, porque será el de mayor cantidad de afiliados, que fue la
Unión Ferroviaria. Adoptó un sistema de organización diferente. Al ser unión y no federación tendrá una
estructura vertical centralizada. No adherirá a la USA sino que sobre su base se organizará una nueva
central, en 1926, la COA, Confederación Obrera Argentina.
Estaba integrada por el grupo socialista que se escinde de la USA, a raíz de la expulsión del delegado del
gremio municipal Francisco Pérez Leirós, por ser también diputado nacional por el Partido Socialista. Dada
la posición apolítica de los sindicalistas esto no era admitido. Luego se retiran también los comunistas.
El partido comunista estaba constituido por un reducido grupo de adherentes pero muy militantes, que
fueron adquiriendo influencia en los nuevos sindicatos de industria como el de la construcción.
Los comunistas argentinos que se consideraban la vanguardia del proletariado, enfatizaban la unidad del
partido con el movimiento obrero. Para el partido socialista, en cambio, debía respetarse la autonomía
gremial, y buscaba que los sindicatos obtuvieran la personería gremial, bajo garantía del Estado, en
consonancia con su postura legalista y reformista. Ese reconocimiento legal no era compartido por los
comunistas, pues sostenían que le restaría fuerza a la lucha sindical.
Esta situación produjo en la USA una disminución de sus afiliados, que pasaron de 26.000 en el momento
de su fundación, 1922, para llegar a 1930 con 14.000 adherentes. La integraban gremios como los
sindicatos del Mueble, Calzado, Construcciones navales, Marítimos, etc.
La COA de muy breve duración alcanzó en 1926 alrededor de 80.000 afiliados, de los cuales 75.000 eran
ferroviarios.
Por lo tanto en 1926 existían tres centrales obreras: la FORA anarquista, la USA sindicalista y la COA
socialista.
En 1929, los comunistas crearon su propia central con el nombre de Comité de Unidad Sindical Clasista
(CUSC), "Sobre la base de comités de fábrica y de lucha para romper con el legalismo sindical",
estimándose en 5000 sus afiliados. Esto agravaba aun más la división del movimiento obrero, coexistiendo
en esta época cuatro centrales: FORA, COA, USA, y CUSC, más los sindicatos autónomos.
Antes de la caída de Yrigoyen, y frente a la terrible crisis en que se encontraba el país, debido a la quiebra
de la bolsa de Nueva York y sus negativas consecuencias, la Federación Obrera Poligráfica Argentina
toma la iniciativa de constituir una única central obrera bajo el nombre de Confederación General del
Trabajo, (CGT), denominación adoptada de la francesa.
Finalmente, y a pesar de disensiones entre los gremios socialistas como la Fraternidad y la Unión Obreros
Municipales, se logra aprobar las bases de unidad para la creación de una central única entre la COA y la
USA. Ello se efectivizó el 27 de septiembre de 1930, al poco tiempo de la Revolución de Uriburu que
depuso al gobierno de Hipólito Yrigoyen. Los representantes de la USA fueron Pascual Plescia, Alejandro
J. Silvetti, y José Milani los dos primeros del sindicato de la Madera. Los de la COA, José Negri, Camilo
Mollo, y Cayetano Sica. Por la organización invitante, FOPA, Pedro González Porcel, Sebastián Marotta, y
M. Punyet Alberti. Se eligió como secretario general a Luis Cerutti de la Unión Ferroviaria, uno de los
gremios más fuertes, y que más afiliados tenía en todo el país.
La CGT estuvo orientada hacia las ideas sindicalistas, quedando al margen los obreros comunistas,
anarquistas y una parte del socialismo. Los viejos sindicatos de oficio, dejan paso a gremios del sector
terciario, o de servicios como los tranviarios, ferroviarios, marina mercante, telefónicos, empleados del
Estado. Eran muy pocos los gremios del sector industrial.
En cambio en el primer período de la historia del movimiento obrero, tuvieron relevancia los gremios de
oficio: panaderos, carpinteros, linotipistas, ebanistas. Militantes de los gremios de la madera tuvieron una
importante representación tanto en la FORA anarquista, los carpinteros, como en la UGT, CORA, FORA
sindicalista, y en la USA.
La fundación de la CGT en el 30 coincidió con una profunda crisis económica y política. Su secretariado no
se manifestó en contra del golpe de Uriburu, mantuvo una actitud de prescindencia política. Pero envió
una carta a Uriburu en donde manifestaba que la CGT "está dispuesta a ayudar al gobierno en su acción
de justicia institucional y social" y aprobaba la ley marcial porque era "para asegurar la tranquilidad
pública" Tanto socialistas como comunistas, marcadamente antiyrigoyenistas permanecieron impasibles,
ante la caída de Yrigoyen. Luis Cerrutti Costa interpreta estos hechos de la siguiente manera: " El Partido
Socialista, que había colaborado seriamente en la caída de Yrigoyen, y que era el principal beneficiario
político de la posición antirradical del gobierno provisional, urgió a sus adherentes sindicales para la
constitución de una Central Obrera colaboracionista que paralizara la rebelión revolucionaria de las masas
populares." .De hecho una de sus primeras medidas fue oponerse a la huelga general de protesta por las
medidas represivas del gobierno de Uriburu que iban dirigidas fundamentalmente a los anarquistas. La
FORA ya muy debilitada no formaba parte de la CGT.
Comienza la CGT con aproximadamente 100.000 afiliados, un tercio de los cuales eran extranjeros. Aun
no era reconocida la práctica sindical como actividad legítima, y el movimiento obrero era objeto de control
policial desde el Estado, estableciendo un sistema de espías en los gremios.
Se inicia el período con una gran desocupación, baja de salarios, y carestía de la vida, pero debido a la
crisis mundial comienza un proceso denominado de sustitución de importaciones por el cual se busca
fabricar en el país los productos que no se pueden importar.
Esto trae como consecuencia un desarrollo de la actividad industrial y la aparición de los primeros
sindicatos de industria. Concatenado a ello la migración europea que había caracterizado las primeras
décadas del siglo, y que aportó la mano de obra por oficios, fue reemplazada por las migraciones internas,
que se vuelca como mano de obra en las incipientes industrias localizadas en los grandes centros
urbanos. Ello supuso, como sostiene Julio Godio: "una nacionalización de la base social de los sectores
populares."
Pero la prédica de los dirigentes obreros de esta época, de cualquier signo ideológico, está marcada por la
lucha antifascista. La alternativa que presentan es democracia versus fascismo. Y en ese aspecto vienen a
coincidir con el régimen oligárquico. Dice Belloni: "La CGT, que se había estructurado desde arriba, había
nacido corrompida por la dirección amarilla. Socialistas y comunistas se pelearán por sus huesos."
En una primera etapa predominará en la CGT la tendencia sindicalista, que seguía sosteniendo el
gremialismo apolítico, ocupado sólo en las reivindicaciones económicas. Pero este apoliticismo ante un
régimen reaccionario, de entrega de los recursos del país a manos extranjeras, de persecución al
movimiento obrero, era considerado como un apoyo tácito al gobierno.
Disconformes con las autoridades de la CGT que postergaban indefinidamente la convocatoria a Congreso
General, en diciembre de 1935, los delegados de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, Empleados de
Comercio, Unión Tranviarios, Municipales y ATE, designaron una Junta Provisoria, instalando de hecho
una nueva dirección.
Se produjo así la primera división de la CGT. La encabezada por los sindicatos socialistas o CGT
Independencia (sede de la Unión Ferroviaria) y la CGT Catamarca, (local del sindicato de telefónicos). Fue
el primer golpe obrero en la historia del sindicalismo argentino.
La CGT Independencia contaba con los gremios más importantes numéricamente, que eran gremios del
sector terciario, transporte, empleados de comercio, del estado. Recibió además el aporte de los gremios
bajo control comunista, que eran sindicatos por industria, como la Federación de Industria de la Carne, el
de Obreros Metalúrgicos, la Federación Obrera Nacional de la Construcción, y la Federación Obreros de la
Madera (por corto tiempo). Su influencia creciente en el movimiento obrero se reflejó en los 19
representantes que obtuvo en el Congreso de la CGT de 1939, sobre un total de 138.
El ingreso de los gremios comunistas a la CGT Independencia en 1936 se debió al cambio de política del
KOMINTERN que ordenó a los comunistas locales disolver el Comité de Unidad Sindical Clasista creado
en 1929, y cooperar con la izquierda democrática. Así los comunistas trabajaron junto a los socialistas en
la campaña antifascista y en la formación de Frentes Populares.
A raíz de ello, se realiza el 1 de mayo de 1936 el acto contra el fascismo y en defensa de la democracia
argentina, donde participan representantes del movimiento obrero y de las fuerzas democráticas: por la
CGT habla José Domenech, por el Partido Demócrata Progresista, Lisandro de la Torre, por el socialismo,
Mario Bravo, por el radicalismo Arturo Frondizi, por el Partido Comunista, Paulino González Alberdi.
Mientras clamaban contra el fascismo, las leyes obreras no se cumplían, eran letra muerta, porque los
patrones imponían sus criterios egoístas, protegidos por las fuerzas gubernamentales.
En 1937, la CGT Catamarca, de postura sindicalista, adoptó el antiguo nombre de Unión Sindical
Argentina (USA), a ella se adhirieron la Federación de O. Marítimos, los telefónicos, y sindicatos
autónomos, como ULMA, (Linotipistas y Mecánicos) al que pertenecía Sebastián Marotta. Su secretario
general inicialmente fue Tramonti de la Unión Ferroviaria, lo que muestra la división interna que había en
dicho gremio. Luego será Luis Gay y Modesto Orozco de FOET.
Creada la USA, quedó una sola CGT, que será la central obrera más importante, y de mayor número de
afiliados. Su secretario general fue José Domenech, socialista de la Unión Ferroviaria.
El idilio entre socialistas y comunistas concluye cuando Stalin firma un pacto de no agresión con Hitler en
agosto de 1939. Así, en la reunión del Comité Central de la CGT en mayo de 1940, su secretario
Domenech, ante el problema de la guerra mundial, sostuvo que la opción era entre democracia o
fascismo. En cambio, el comunista Pedro Chiaranti, dirigente de la FONC, sostuvo que la guerra se debía
a la rivalidad de los dos imperialismos, que no afectaba al sindicalismo argentino, por lo tanto respaldaba
la neutralidad del país.
Pero cuando Alemania invadió Rusia en 1941, los comunistas cambiaron nuevamente de posición, y de la
neutralidad pasaron al apoyo fanático de la causa aliada y rusa. Ahora los comunistas criticaban a los
socialistas por no ser suficientemente antifascistas. Domenech se explicaba el cambio de táctica de los
comunistas sosteniendo que ciertos elementos extranjeros se habían infiltrado en sus gremios. De
cualquier modo, nos muestra una vez más la desubicación política de los comunistas argentinos.
Sin embargo no todos caen en la falsa antinomia de democracia o fascismo. Tenemos a un viejo militante
de los ebanistas, Mateo Fossa, que integró la C.A. del Sindicato de Obreros de la Madera, haciendo estas
observaciones: "El proletariado, con admirable instinto de clase, no se dejó seducir por el vacío ruido
antifascista con que los socialistas entregados al imperialismo y los stalinistas al servicio del Kremlin
pretendían arrastrarnos a la masacre imperialista."
En un reportaje que Mateo Fossa realizara a Trotzky en México, ante una pregunta sobre los problemas
de Latinoamérica, éste da como ejemplo una suposición, si Inglaterra invadiera al Brasil, de qué lado
estaría la clase obrera: "Le contestaré por mí mismo (...) Yo estaré de parte del Brasil "fascista", contra la
Inglaterra "democrática". Porque el conflicto entre estos dos países no será una cuestión de democracia o
fascismo. Si Inglaterra triunfara pondría otro dictador en Río de Janeiro y colocaría una doble cadena
alrededor de Brasil. Si por el contrario, Brasil triunfara, ello daría impulso poderoso a la conciencia
nacional y llevaría al derrocamiento de la dictadura de Vargas."
Detrás de la disparidad de criterios entre socialistas y comunistas, se ocultaba también la pugna por el
control de la central obrera. Esta se manifestó con claridad cuando el Comité Central de la CGT , en
octubre de 1942, expulsó a un dirigente comunista de la FONC, por haber publicado un artículo en contra
de los socialistas y de la CGT en el diario comunista La Hora.
La CGT había ido acercándose cada vez más a posturas sindicalistas, dejando de lado la línea
democracia versus fascismo para dedicarse a las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores.
Realizándose una serie de movimientos huelguísticos de envergadura y campañas contra la carestía y por
aumentos de salarios. Lo que le valió la crítica tanto del partido socialista como del comunista.
Sin embargo la división entre socialistas y comunistas en la CGT no llegó a dividir a la central obrera, pues
los socialistas eran mayoría. Fueron las desavenencias entre los mismos socialistas, alentadas por los
comunistas con hábiles maniobras, las que provocaron finalmente la división de la CGT.
Con motivo de un pequeño conflicto, si por el atraso en las cuotas debía la Federación Gráfica
Bonaerense permanecer en la CGT o no, la facción de Domenech, partidaria de que no continuase en la
CGT, fue derrotada por 22 votos contra 19 más una abstención, por la facción de Pérez Leirós, Borlenghi,
y Argaña que contaron con el apoyo de los comunistas. Esta alianza sería la que dividiría poco después a
la CGT.
La escisión ocurrió cuando en marzo de 1943 se debían elegir nuevas autoridades. Se presentaron dos
listas de candidatos, la Lista Nº 1, encabezada por Domenech, y la Lista Nª 2 encabezada por Pérez
Leirós que contó con el apoyo de los comunistas. La Lista de Domenech ganó por un voto, (23 a 22 ),
gracias al reemplazo de Marcos Lestelle (Unión Ferroviaria) que había votado por la lista Nº2, por otro que
votó por la Lista contraria. La oposición consideró fraudulenta la elección y se retiró.
La CGT quedó, entonces, dividida en dos fracciones hostiles de fuerzas similares: la CGT Nº1 compuesta
por gremios cuya primera lealtad era el movimiento obrero (Unión Ferroviaria, Unión Tranviaria, Sindicato
Cervecero) y la CGT Nº2 de los gremios cuya lealtad básica era para el partido socialista o comunista
(Empleados de Comercio,(Borlenghi), Municipales (Pérez Leirós), gráficos, empleados del Estado, y la
FONC, La Fraternidad. El gremio de la Madera permanecía autónomo.
Llegamos a la antesala de una nueva época en la historia argentina, la época peronista. Antes del golpe
militar del 4 de junio de 1943, el movimiento obrero estaba dividido en CGT Nº1, CGT Nº2, la USA, la
FORA y los sindicatos autónomos. Las leyes obreras no se cumplían , y sólo un tercio de los trabajadores
del país estaba sindicalizado. La CGT, defensora del librecambio, con planteos teóricos europeos ajenos a
la realidad nacional, y con tácticas de lucha basadas en el regateo reformista, queda desprestigiada ante
las masas obreras, que observan un angustioso panorama que pareciera sin salida. Tampoco se había
logrado el reconocimiento e institucionalización de las organizaciones obreras.
Esta era la situación que encontró Juan Domingo Perón al frente del Departamento Nacional del Trabajo,
luego Secretaría de Trabajo y Previsión.
2- Período institucional (1945-2008)
Las leyes dictadas con anterioridad a 1943, eran burladas continuamente por
los patrones, porque el Estado no se preocupaba por hacerlas cumplir.
Esto se logró con el decreto 23.852, del 2 de octubre de 1945 (luego ley
12.921) de Asociaciones Profesionales, que impuso el sindicato único por
industria, o por rama de producción, y obliga a su inscripción en un registro de
la Secretaría de Trabajo y Previsión, como requisito para obtener la personería
gremial. La cual se otorga a las asociaciones "suficientemente
representativas". Su misión es la defensa de los intereses profesionales.
Faculta al sindicato a participar en actividades políticas. En la redacción del
mismo tuvieron amplia participación los dirigentes obreros.
En poco tiempo la CGT con apoyo del gobierno se fue extendiendo por todo el
país y los obreros se fueron afiliando en masa a los sindicatos tradicionales y
a los nuevos sindicatos creados.
En 1943 la CGT tenía apenas 80.000 afiliados, y al cabo de dos años llegó a
500.000. Los obreros de los ingenios azucareros se agruparon en la FOTIA
(Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera) en 1944. En
Mendoza y San Juan se formó en el mismo año el Sindicato de la Industria
Vitivinícola, después convertido en Federación. También se crearon gremios
paralelos a los que estaban bajo control comunista, como es el caso de la
Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina, fundada en
septiembre de 1943, también en la misma época la Unión Obrera Metalúrgica.
Así mismo la Unión Obreros de la Industria Maderera, fundada e 15 de
diciembre de 1944, rival del Sindicato Único de Obreros de la Industria
Maderera, en manos de dirigentes comunistas.
Sin embargo, comenzó a plantearse una lucha entre los dirigentes próximos al
gobierno a quienes se acusa de colaboracionistas y aquellos que defendían la
independencia del movimiento sindical. Esta división se agudizó con la
formación de la Unión Democrática, en la que participaban los conservadores,
radicales socialistas y comunistas.
Ante el anuncio del presidente, general Edelmiro Farrell, del levantamiento del
estado de sitio, y convocatoria a elecciones, en un acto sindical que termina
frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión, el coronel Perón es aclamado
como candidato a presidente. Esto provoca el retiro de la CGT de varios
sindicatos: el de la Industria del Calzado, la Fraternidad, la Unión Obrera
Textil, y la Confederación de Empleados de Comercio. Decisiones que
tomaron los dirigentes por su cuenta, sin consultar a las bases.
Dice Perón en el discurso antes citado del 9/8/50: "El sindicato ha dejado de
ser una organización creada exclusivamente para la lucha, para pasar a ser
una organización que defiende intereses profesionales y los beneficios para
sus asociados en toda forma, material, moral, espiritual y culturalmente.
Creando mutualidades, cooperativas y escuelas sindicales.(...)
El gobierno va a dar a los sindicatos obreros todo el dinero que necesiten para
construirse y organizarse: tener sus locales, sus mutualidades y sus escuelas.
Porque es el sindicato el que hace que se cumplan los derechos del trabajador
que figuran en la Constitución. Porque el sindicato es una institución de bien
público. El Estado lo hace en grande para todos, el sindicato en pequeño para
sus asociados. Gobierno y sindicato son dos instituciones que buscan las
mismas cosas para el pueblo argentino.(...)
Pero aclara que las organizaciones del pueblo son espontáneas, defiende la
libre asociación y agremiación. Así en el discurso del 20 de abril de 1950 en el
Teatro Colón, en el cierre del Congreso Extraordinario de la CGT dice: "El
capitalismo ha aceptado al sindicalismo como un mal inevitable y lo ha
combatido permanentemente. En el orden comunista es una organización
estatal sin libertad y sin decisión, que es peor. El peronismo, en cambio, lo
concibe como una organización libre, una organización que trabaja por
finalidades comunes a las del gobierno. (...) Más adelante define al
sindicalismo justicialista al decir: "es una fuerza de agrupaciones que realizan
lo mismo que el Estado en su función, convirtiéndolas en fuerzas
coadyuvantes(factores concurrentes) para felicidad y grandeza de la Nación, y
no como fuerzas antagónicas como resulta en el capitalismo o como fuerzas
inocuas sometidas a la voluntad del Estado como resulta en los regímenes
totalitarios. Quiero un sindicalismo amigo no un sindicalismo lacayo."
Sin embargo ya en esa misma época la crítica de los opositores tanto liberales
como comunistas partían de la acusación de ser un corporativista fascista,
como continúan haciéndolo muchos intelectuales en la actualidad, desde
historiadores como Félix Luna y estudiosos del sindicalismo como Rubén
Zorrilla.
Hay que tener muy en cuenta esta clara distinción entre corporativismo de
Estado y de comunidad, para no confundirse ni confundir, como se ha hecho
atribuyendo falsamente carácter de fascistas a los regímenes de Dollfuss en
Austria (asesinado por las SS), Oliveira Salazar en Portugal o Perón en la
Argentina."
Sin embargo, el gobierno no pudo controlar que comandos civiles coparan los
locales gremiales, y que recuperan su dirección sindicalistas antiperonistas
que antes habían sido desplazados de sus cargos.(socialistas, radicales,
sindicalistas, anarquistas, independientes)
El régimen militar optó por normalizar los gremios y la CGT, pero buscando la
forma para que la dirección de los mismos quedaran en manos de dirigentes
afines al gobierno. Pedro Conde Magdaleno, de Panaderos, cuenta en un
reportaje cómo reconquistó su gremio a pesar de los obstáculos que le impuso
la intervención militar. "Han preparado el pastel durante dos años y ahora se
les quema. Empezaron escrutando hasta el fondo toda la actividad anterior,
luego inhabilitaron a cuantos pudieron. Para ser candidato en las elecciones -
así condicionadas- había que estar "oleado y santificado". Una vez obtenida la
venia del Interventor Patrón Laplacette, podía uno presentarse, pero era objeto
de maniobras para impedir su triunfo. En nuestro gremio, por ejemplo, a la lista
opositora, que encabezaba yo, se le autorizó recién 15 días antes de la fecha
electoral, con el agravante que un día después de esta autorización, se
clausuraron los padrones impidiendo se inscribiesen simpatizantes de esta
lista que antes no lo hubieran hecho por no gustarles las listas presentadas
hasta entonces. De 11.500 afiliados de la Capital empadronaron sólo a 1500
que creyeron seguros. Vale decir que miles de socios con el carnet al día, pero
que no se habían inscrpto, no pudieron votar. A pesar de ello, triunfamos. O
sea, que nos votaron los "adictos" del interventor; ganamos con los votos de
los que la Intervención creía purificados." (18)
Hubo tres despachos, uno en mayoría que sostenía que debían ser aprobadas
todas las credenciales, dos en minoría, que eran la de los peronistas por un
lado, y la de comunistas e independientes por el otro. Ambas se unen y
proponen crear una Comisión Verificadora de los mandatos de los delegados.
El despacho por minoría triunfa por 298 votos contra 291. Ello provocó la
retirada de los gremios amarillos, que dejaron sin quórum al congreso, y que
finalmente concluyó sin haber normalizado la CGT. Los gremios libres
formaron los "32 gremios mayoritarios y democráticos" . Los que habían
permanecido formaron las "62 organizaciones" de gremios peronistas,
frondicistas, independientes y 19 comunistas.
Pero tampoco pudieron evitar que se crearan las "62 organizaciones", que
será el brazo político del gremialismo peronista. Convocaron a dos paros
generales en protesta por la política económica y laboral del gobierno, en
septiembre y octubre de ese año. El 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre de
1957 se reunieron el La Falda, Córdoba, las 62 organizaciones juntamente con
las delegaciones regionales normalizadas. El programa aprobado por la
asamblea, sostenía un nacionalismo económico, y reivindicaba el modelo
político, económico y social del justicialismo, con el control estatal del
comercio exterior, liquidación de los monopolios extranjeros de importación y
exportación, desarrollo de la industria, nacionalización de las fuentes de
energía, control del crédito. E iba más allá al reclamar el control obrero de la
producción y la intervención de éstos en la dirección de las empresas (más
tarde se llamaría cogestión). Reclamaba la participación obrera en la
confección de los planes de gobierno. Proposiciones sostenidas más adelante
por el sindicalismo combativo. Fue muy criticado desde la óptica liberal, como
un programa influido por las ideas de izquierda.
Entre los integrantes del Comité Central Confederal figuran Olegario Sandoval
y José Costa de la Madera.
En enero de 1965 fue reelegido José Alonso como secretario de la CGT. Pero
se produce una crisis interna, en la lucha por la conducción del peronismo
sindical y político. El primer efecto fue la separación de José Alonso de su
cargo en la CGT y su reemplazo por Fernando Donaires de Papeleros, aunque
muy vinculado a Vandor. El dilema se dio entre los que debido a la ausencia y
lejanía de Perón, actuaban con autonomía respecto de su liderazgo, era el
peronismo sin Perón , entre los que estaba Vandor, y partidos neoperonistas
como la Unión Popular de Bramuglia; y los que acataban de manera
incondicional al líder (Alonso). Esto condujo a la división de las 62
organizaciones. El sector de Alonso denominado las 62 "De Pie Junto a
Perón", y las 62 "Leales a Perón" acaudilladas por Vandor. Esto ocurrió en los
primeros meses de 1966.
Antes del golpe militar, en mayo de 1966, el CCC de la CGT, en manos de una
alianza de vandoristas e independientes, había designado una Comisión
provisional para que en el término de 90 días reorganizara la CGT. En octubre
de 1966 fue elegido el Consejo Directivo, manteniéndose alejada la fracción
de Alonso. Estaba integrado por:
La CGT de Paseo Colón, también CGT de los Argentinos, contó con el apoyo
de numerosas regionales del interior, especialmente aquellas donde se habían
localizado la gran industria siderúrgica y mecánica, Córdoba, Rosario, San
Nicolás. Así mismo, el surgimiento de nuevos dirigentes combativos, de origen
trotskista, que rechazaban todo tipo de acuerdo, como Agustín Tosco, de la
seccional Córdoba de Luz y Fuerza. Esto dio origen al llamado "sindicalismo
de liberación". Sus propuestas lo alejaban del peronismo al que muchos
consideraban burgués y burocrático.
Pero todo fue en vano, el secuestro y muerte del General Pedro E. Aramburu,
por Montoneros, grupo armado de la resistencia peronista de izquierda, el 8 de
junio de 1970, puso fin al gobierno de Onganía, que fue reemplazado por el
general Levingston.
Por otro lado se formó el Movimiento Nacional Intersindical integrado por una
alianza de dirigentes comunistas e izquierdistas de distinta raíz partidaria.
Realizaron plenarios en 1971 y 1972 orientados por Agustín Tosco y Alfredo
Lettis del gremio de empleados de la Marina Mercante.
De cualquier manera no fue tarea fácil saltear los cientos de escollos que
arrojaban al camino los enemigos del retorno de Perón al país y del triunfo
justicialista. De esto da cuenta el líder en su primer regreso a la Argentina en
una charla en la CGT. Los ponía sobreaviso a los trabajadores, diciéndoles:
"No pasa día sin que la dictadura o sus agentes no hagan algo para crear la
sensación nacional de que los trabajadores están divididos y enfrentados, para
lo cual comienzan por utilizar agentes de provocación que, infiltrados en las
filas directivas y pagos por la dictadura, se encargan de crear conflictos,
simulando enfrentamientos con la Central Obrera o sus dirigentes....Es preciso
mantener férreamente el concepto unitario en la organización de la Central
obrera y de los sindicatos profesionales, como estaba establecido en la Ley de
Asociaciones profesionales del Justicialismo que, como todo lo demás ha sido
desvirtuado por la acción destructora de una dictadura militar que lleva ya 18
años de depredaciones de todo orden.(...) El reciente caso de una entidad
estatal y por lo tanto manejada por los agentes de la dictadura -SOMISA- es
suficientemente elocuente. En ella un grupo de agentes de provocación copa
sus instalaciones, con la clara connivencia de sus directivos y se agitan
slogans contra la Central Obrera y su Secretario General, José Rucci
fabricando a la vez el dirigente de la triste figura -Tosco- para crear un
conflicto artificial con la finalidad de crear gremios independientes, como lo
habían hecho ya en Córdoba con SITRAC y SITRAM."
Necesitaban el apoyo de todos los sectores, por lo tanto liberaron a las pocas
horas a todos los presos gremiales. El movimiento obrero hizo una pausa en
su enfrentamiento con los militares y se sumó a la reivindicación por las
Malvinas.
La CGT, ya conducida por Saúl Ubaldini llevó adelante trece paros nacionales
al gobierno de Alfonsín, y contra su política económica de ajuste según las
directivas del FMI.
Este movimiento dio origen en 1996 a una nueva central obrera, la Central de
los Trabajadores Argentinos, CTA, que defiende la autonomía sindical, y
pretende la personería gremial, favoreciendo así la formación de varias
centrales sindicales. Dirigentes destacados de la misma fueron Mari Sánchez
de CTERA (docentes), y Alberto Piccinini de la UOM de Villa Constitución. Se
volcarían al FREPASO, entrando en contradicción con la supuesta defensa de
la autonomía del sindicato respecto de los partidos políticos.
El año 2008 presenta, como en tantas otras veces desde su creación en 1930,
a la CGT dividida. Por un lado tenemos a la CGT oficial, conducida por
Moyano y por el otro la CGT Azul y Blanca, encabezada por Luis Barrionuevo
de Gastronómicos, y Alari del Papel, de reciente creación.
Como así mismo la CTA, creada en 1996 por gremios opuestos al modelo
sindical peronista, de una sola central y un solo sindicato por rama de
producción, como lo establecía la Ley de Asociaciones Profesionales 23.852
de 1945. Y que reclama se le otorgue la personería gremial.
Confederación
1944 General del
Trabajo (CGT)
Intervención de la
1955
CGT
Congreso
Normalizador de la
1957
CGT convocado por
Patrón Laplacette
Creación de las "62
organizaciones
peronistas"
Comisión de los 20.
Diez gremios
1960
peronistas y diez
independientes
Congreso
Normalizador de la
1963
CGT Secretario
General José Alonso
División de las "62
Organizaciones". "62
de Pie junto a Perón"
1966
(Alonso) y "62
Leales a Perón"
Vandor)
Congreso
1968 Normalizador de la
CGT
División de la CGT :
CGT de los
Argentinos o de
Paseo Colón,
(Raimundo Ongaro)
y CGT Azopardo
(Vicente Roqué,
Molineros, responde
a Vandor y a las "62"
Congreso
Normalizador de la
1970 CGT Secretario
General José Rucci,
UOM.
Movimiento
Nacional
Intersindical:
Agustín Tosco y
Alfredo Lettis.
Intervención de la
1976
CGT
1979 Comisión de los 25
CGT Azopardo,
oficialista :Triacca
(Plástico) y
1980 Cavallieri
(Comercio) CGT
Brasil: Saúl Ubaldini
(Cerveceros)
Unificación de la
CGT: Ubaldini,
1984
Triacca, Borda y
Baldassini
1985 CGT: Ubaldini
División de la CGT:
CGT San Martín:
1989 Güerino Andreoni,
Raúl Amín CGT
Azopardo: Ubaldini
Central de
1996 Trabajadores
Argentinos (CTA)
CGT oficialista:
Rodolfo Daer
(Alimentación) MTA
(Movimiento de
2000 Trabajadores
Argentinos) Hugo
Moyano
(Camioneros) CGT
disidente
Unificación de la
CGT: Moyano,
2004
Lingieri, Susana
Rueda
Reelección de Hugo
Moyano
2008
(Camioneros) y
Belén (UOM)
2008 División de la CGT
con la CGT Azul y
Blanca
(Barrionuevo-Alari)