Edad Media
Edad Media
Edad Media
“LISANDRO ALVARADO”
PROGRAMA PSICOLOGÍA
I SEMESTRE
Cuadro
Integrantes:
Williams Carrasco
Arelys Salas
Andriana Gonzales
Jaimelis Artigas
En el año 313, gracias al edicto de Milán, el cristianismo pasa a ser la religión oficial del
imperio romano. La caída de dicho imperio y comienzo de la edad media que situamos en
torno al final del siglo V da lugar a las primeras filosofías claramente cristianas que van a
definir el pensamiento de la edad media. La época medieval (siglos v-xv) se caracterizó por
el predominio cultural en Occidente de la religión cristiana. Los primeros teólogos y
filósofos cristianos se enfrentaron a la filosofía griega, rechazando los aspectos que
chocaban con su fe y adaptando las teorías más afines. La filosofía se puso al servicio de las
creencias religiosas.
La distancia entre la creencia (fe) y la filosofía (razón) hizo que la mayoría de los
pensadores cristianos abordaran el problema de las relaciones entre la fe y la razón, entre la
religión (teología) y la filosofía. Entre los principales pensadores filósofos, se encuentran a
San Agustín de Hipona, quien representa la culminación de la patrística y el primer intento
de síntesis entre el cristianismo y la filosofía platónica
San Agustín de Hipona, nació en Tagaste, norte de África, en el año 354; y murió en el
año 430. Se considera el filósofo más importante de la Iglesia cristiana antigua. El mismo
Agustín de Hipona, fuertemente influenciado por el platonismo, es un ejemplo claro de esta
sumisión de la razón a la fe. El autor cristiano elaboró una teoría del conocimiento para
fundamentar su tesis de la primacía de la fe sobre la razón. Para Agustín existen tres tipos
de conocimientos: el sensible, el racional inferior y el racional superior.
Para Agustín no existe una distinción precisa entre fe y razón, toda vez que existe una
sola verdad que nos es revelada por la religión cristiana. La razón solo es útil para conocer
mejor esa verdad y penetrar en ella, pero Agustín siempre subraya que sin la creencia en los
dogmas de la fe no podríamos adquirir verdadera sabiduría. De aquí su famosa frase “Cree
para comprender”.
Fue uno de los representantes más ilustre de la Escolástica, y que impartió enseñanzas en
la universidad de París. La Escolástica es el movimiento teológico y filosófico que intentó
utilizar la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del
cristianismo.
Durante los siglos v al VIII se produjo un declive general de toda la cultura europea. En
el siglo IX, con el llamado «renacimiento carolingio», se fundaron las escuelas monacales,
vinculadas casi siempre a monasterios de las distintas órdenes religiosas, y las escuelas
catedralicias. Estas escuelas fueron los principales centros de enseñanza e investigación de
la época. En ellas y en las universidades, fundadas a partir del siglo XI, se desarrolló la
escolástica. Los nombres más importantes de este periodo son: en la Escolástica Árabe,
Avicena y Averroes; en la Escolástica judía, Maimnides; y en la Escolástica cristiana, San
Anselmo, San Alberto Magno y Santo Tomas de Aquino
Por último se encuentra el romanticismo que significa uno de los mayores cambios
ocurridos en la conciencia europea. Antes que nada fue un movimiento filosófico. Como
transformación del pensamiento de la civilización occidental sigue en cierta manera vigente
aún hoy, Sucedió también en disonancia con la filosofía hegemónica, irrumpió en medio
con verdaderos tintes de revolución; pasó deprisa y nada volvió a ser igual.
Frente a la coherencia del siglo de paz de las Luces los románticos no rehuyeron la
contradicción y atendieron a las deformaciones monstruosas que desviaban del supuesto
diseño de la naturaleza. Fue un choque generacional que repentinamente se declaró
insatisfecho ante las respuestas al uso, y se regodeó en la preguntas. Violentamente rescató
el valor de la emoción como núcleo del alma humana.
Sus obras de arte evocan el retorno a cualquier tiempo heroico, tal de dejar una protesta
contra la mediocridad y la frivolidad. No sólo les decepcionó aquella educación y sus
caminos del conocimiento, tampoco mostraron un interés por el poder político ni ganas de
bien avenirse con sus gobiernos, ni de fijar lealtades a reyes o repúblicas. Sentían que en las
minorías anida algo más sagrado que en las mayorías, que detrás de determinadas derrotas
hay algo más noble y honesto que un éxito vulgar. Las ideas no generan más ideas, sino que
nos mueven a tomar decisiones.
Durante la Edad Media por consecuente podemos apreciar que partir del
encuentro/trasvase cultural entre la tradición religiosa judía y la filosofía griega surge de la
imagen/idea de Dios que prevalece durante toda esta etapa. El Cristianismo toma de esa
síntesis aquellos conceptos que, o bien directamente o bien mediante una interpretación a
veces forzada de los mismos, concuerden con su propia fe y le sirvan para desarrollarla y
defenderla frente a otras religiones, aunque posteriormente, ocurre un quiebre, entre
aquellos estudios que asociaban a la filosofía con la religión, dando paso a la Edad
Moderna.