Ejemplo de Registro de Sesión
Ejemplo de Registro de Sesión
Ejemplo de Registro de Sesión
hora de la cita para otra fecha. Le respondo preguntando acerca de los motivos de esa
pregunta, a lo que ella me responde que se debe a que tiene una cliente que le asignaron a
último minuto. Le ofrezco varias opciones y ninguna parece servirle, por lo cual, decide dejar
todo tal como está y vernos en la hora de siempre.
Cuando ya son las 6:00 PM, la dejo pasar. Me dice:
-Sabes que la razón por la que te escribí esta mañana, es porque me asignaron una cliente
a último minuto que es un trabajo bastante largo…
-¿Ah, si?
-Si, y me la querían asignar como a las 3:00 PM. Este es un trabajo bastante complejo que
uno se tiene que dedicar como 3 horas, por lo que no me iba a dar tiempo en ningún
momento para llegar acá. Esta es una chica de pelo largo a quién su mamá, quién tiene
dinero, lleva para hacerse un tratamiento que es bien costoso. Me imagino que la mamá
tendrá el recurso económico para pagarle eso a su hija. El asunto es que incluso está mamá
tenía tiempo sin llevar a su hija, y además, en la peluquería ya sabían que los miércoles,
cada 15 días, yo tengo cita aquí con el psicólogo a esta hora. Todo lo tengo cronometrado.
Por eso te escribí, pero al final me dije: ¿sabes qué? Olvidalo, yo me voy a mi sesión. Le
dije a la secretaría que a esa chica la atendería mañana temprano yo misma…
Haciendo un pequeño inciso en estos momentos, he de confesar que cuando Dayani me
escribió, me sorprendió en un momento que estaba atendiendo otras ocupaciones en horas
más tempranas. No le pude responder sino en un par de horas, y en ese momento, Dayani
me dijo que si no encontraba otra hora, no importaba, que igual iría y ella movería a la
cliente. Pienso que fue como si ella, muy en el fondo, no quisiera mover su hora, como si
quisiera respetarla tal.
-Eso es una cosa que me calienta. A mi no me gusta jugar con el tiempo de las personas y
tampoco me gusta que jueguen con mi tiempo. Es algo que no me gusta para nada.
Dayani cambia de tema.
-A ver, en cuanto a mi jefa, te comento que ella ha estado más tranquila. Ya se ha puesto a
pelear un poco menos y también ha estado hablando un poco menos acerca de nosotras
con las clientes. Eso ha bajado un poco la tensión en el local y ha reducido lo que se ha
estado dando en las últimas semanas. Pero es que ella es tan controladora… No se puede
hacer nada sin que ella esté pendiente hasta del último detalle, Pedro. Y sin embargo,
cuando se trata del marido, es otra cosa. Ella es capaz de dejar todo lo de la peluquería en
manos de una con tal de irse con el marido a atenderlo. En ese sentido, ella es muy
irresponsable, porque puede dejar a los clientes esperando, y luego se pregunta qué porque
hay tan baja clientela… Bueno, es porque tú misma te tomas tu tiempo para responderles a
tus solicitudes y como no puedes darle tu teléfono a los clientes, ellos se tienen que quedar
esperando a que tú les respondas y ellos se cansan. -Dayani aprovecha esta apertura para
hablar acerca de este tema-: Sabes que eso es algo que también ha estado pasando. Que
los clientes a veces prefieren es hablar conmigo. Yo tengo el número de todos mis clientes
que tengo desde antes de llegar a la peluquería, pero los clientes que tengo ahora que son
de la peluquería yo no les puedo dar mi número así como la mayoría de nosotras…
-¿Y eso por qué?-le pregunto.
-Porque mi jefa no nos deja. Que para eso hay un número local. Pero si los clientes no
reciben la respuesta y ellos quieren atenderse conmigo, pues buscarán otros medios, ¿no?
Pues eso es lo que ha pasado. A veces, los clientes me escriben por el IG, y en otras, me
escriben a mi teléfono que obtienen porque tal persona les dice que este es mi número.
Muchas veces, lo que hago es salir a fumar a una determinada hora. Ya los clientes saben
que yo a esa hora en especifico salgo a fumar y me interceptan en ese momento. Es allí
cuando aprovechan para contarme que se quieren atender conmigo y yo, bueno, lo que he
hecho es acercarme hasta la cajera muy discretamente, ya que ella es quién lleva la lista de
los clientes, que ponga a fulana en tal hora, que yo la voy a atender, pero que la ponga de
forma tal que parezca que ella había pedido cita desde antes y que, para que la jefa no
piense nada, la clienta lo único que tiene que hacer escribir al local y decir: “Voy para allá”, y
listo.
-O sea, es como una forma de jugar al vivo para que tu puedas atender a las clientes que se
quieren atender contigo, ¿no?
-Exacto -me responde-. Y eso que es la peluquería que mejor le va en todo el centro
comercial. En ocasiones, hay personas que preguntan por un tratamiento que cuesta, por
ejemplo, 200$, y entonces la cliente se aleja y se lo piensa porque dirá, conchale, pero qué
caro. Entonces yo digo: “le doy 3 días”, y terminará volviendo conmigo. Tu te preguntarás
qué por qué sé eso, pues porque yo conozco a todas las peluqueras del Centro Comercial y
ellas me conocen a mí. A esta clienta, por ejemplo, yo la veo acercarse hasta una
peluquería del frente y pienso: “la caraja, no es mala, pero quema pelo, y al final terminará
con el pelo rostizado y yo terminaré arreglandoselo”, entonces dicen: “Conchale, al final
terminé pagando más que por hacer el trabajo con Dayani desde un principio.”
Dayani cambia de tema.
-¿Sabes? Una cosa que te quería comentar es que últimamente he estado sufriendo…
¿ataques de euforia? Es como si todas las emociones me salieran juntas, todo al mismo
tiempo. No sé de dónde proviene esto, pero lo estuve hablando con David y él me pregunto:
“¿Dayani, no será que estarás teniendo ataques de ansiedad?”. Entonces yo te quería
preguntar si esto que he estado sintiendo son ataques de ansiedad o euforía o qué se yo,
porque me han dado como de repente. Y yo suelo ser una persona muy tranquila, pero
ultimadamente me ha dado que me dicen algo y ando como que molesta o ansiosa o es
como que… muy a flor de piel. Como si las emociones las tuviera muy a flor de piel…
Dayani dice un par de cosas adicionales que en estos momentos no recuerdo, pero que yo
aproveché, tomando todo lo que ella me dijo, para decirle:
-¿Sabes? La imagen que me viene a la mente mientras que te escucho es como esto que
me has contado de tu peluquería. En ocasiones, hay clientes o emociones que tienes que
atender, y en ocasiones lo haces muy eficazmente, pero en otras estás como que muy
cansada o fatigada y no rindes, y en esas ocasiones es como si otra parte de tí no pudiera
hacerse cargo de estas emociones.
-¡Y todo ocurre al mismo tiempo! -Dayani entonces me comenta algo acerca de un exnovio
que la llamó hace unos instantes, al poco de iniciar la consulta. Me dijo que este ex novio de
repente le había dicho que quería retomar la relación, y por lo que me comentó Dayani,
entiendo que se trata de una persona que no se cuida ya que cuenta en su haber con la
pérdida de un dedo del pie producto de una diabetes mal cuidada por “vicios” de los que
Dayani, hasta el momento, no me ha detallado, pero que intuyo que deben incluir un abuso
excesivo de la bebida. En algún momento de esta parte de la sesión, Dayani me dijo-: Él
quiere que lo cuiden, Pedro, pero yo no estoy para eso, porque, en primer lugar, apenas
puedo con yo misma.
En ese momento, yo le respondí:
-Dayani, le voy a decir una interpretación que muy posiblemente usted me niegue, pero con
todos estos riesgos se la voy a ofrecer. Usted me habla de él como alguien que amerita
cuidados y de usted como alguien que no puede, pero es que usted misma, también, muy
en el fondo, creo que necesita ser cuidada.
-Si y no…-me responde, para mi… ¿frustración? No recuerdo bien sus otras asociaciones.
Lo que recuerdo es que se encontró con una persona que me había mencionado la sesión
anterior. Esta persona, de quién yo pude evocar cierta antipatía sentida por Dayani,
interactúa con Dayani antes de que ella llegara a la casa, y me comenta que se topa con
que David y su novia estaban tirando en la otra habitación.
Por falta de tiempo, dejamos la sesión hasta allí.