El documento habla sobre la importancia de tener una buena conciencia como cristianos. Argumenta que la conciencia nos motiva a actuar de acuerdo con principios morales y religiosos, incluso cuando otros se oponen. También advierte sobre grupos que buscan imponer una agenda contraria a los valores cristianos a través de los medios, y llama a los cristianos a no permanecer callados y defender activamente sus convicciones.
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El documento habla sobre la importancia de tener una buena conciencia como cristianos. Argumenta que la conciencia nos motiva a actuar de acuerdo con principios morales y religiosos, incluso cuando otros se oponen. También advierte sobre grupos que buscan imponer una agenda contraria a los valores cristianos a través de los medios, y llama a los cristianos a no permanecer callados y defender activamente sus convicciones.
El documento habla sobre la importancia de tener una buena conciencia como cristianos. Argumenta que la conciencia nos motiva a actuar de acuerdo con principios morales y religiosos, incluso cuando otros se oponen. También advierte sobre grupos que buscan imponer una agenda contraria a los valores cristianos a través de los medios, y llama a los cristianos a no permanecer callados y defender activamente sus convicciones.
El documento habla sobre la importancia de tener una buena conciencia como cristianos. Argumenta que la conciencia nos motiva a actuar de acuerdo con principios morales y religiosos, incluso cuando otros se oponen. También advierte sobre grupos que buscan imponer una agenda contraria a los valores cristianos a través de los medios, y llama a los cristianos a no permanecer callados y defender activamente sus convicciones.
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¡NO PODEMOS CALLAR!
Por: Ronny Brito.
Hace poco estuve leyendo varias publicaciones en las cuales un grupo de personas apoyaban al presidente de Estados Unidos porque éste había ayudado a los cristianos en su lucha contra la agenda Gay y los pro-abortistas. Por otro lado muchos lo atacaban por mantener las sanciones a países como Venezuela y Cuba durante la pandemia, sin contar la oleada de críticas por los episodios de violencia que han ocurrido en ese país. Entre tantos comentarios alguien preguntó: “¿Qué clase de conciencia tiene ese hombre que dice ser cristiano?” Esta pregunta resaltó entre el cúmulo de opiniones a favor y en contra que se presentaban, y vi lo difícil que es mantener una buena conciencia para con todos en un mundo lleno de contradicciones. Ante este panorama, ¿Qué podemos decir acerca de la conciencia? Tomar en cuenta lo que Dios dice acerca de ella nos ayudará a discernir qué es lo correcto entre todas las alternativas que el relativismo de este mundo nos ofrece. 1 Timoteo 1:5 “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”. Claramente podemos percatarnos que es imperativo que el cristiano tenga una buena conciencia. El Diccionario Expositivo Vine (1999) define la conciencia como “el proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno, condenando lo malo, y así impulsando a hacer lo primero, y a evitar lo último”. ¿Qué podemos decir de la conciencia? Es algo interno que Dios colocó en cada ser humano. Salmos 16:7 “Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.” Nos ayuda a tener un buen comportamiento con Dios y con los hombres. Hechos 24:16 “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.” Nos ayuda a estar en paz con nosotros mismos. Eclesiástico 14:2 “¡Feliz aquel que no es condenado por su conciencia y que no renunció a su ideal!” La podemos dañar. Tito 1:15 “… hasta su mente y su conciencia están corrompidas.” ¿Cómo afecta la conciencia el actuar de las personas? Cuando Martín Lutero fue llevado a juicio en Worms en 1521 para ser presentado ante el emperador, el que lo interrogaba acerca de sus escritos le preguntó con insistencia si se retractaba de todo lo que había escrito; Martín Lutero pidió que le dieran 24 horas para pensar. No puedo dejar de imaginar la agónica lucha interna que debió tener este paladín de la Reforma, sabiendo que estaba enfrentándose al emperador y al Papa. A pesar de tal presión, en su interior confrontaba una fuerza mucho mayor: un profundo y reverente temor a Dios. Así pues, a la mañana siguiente, ante la enorme concurrencia y la mismísima presencia del emperador, nuevamente le preguntan si se retractaba de sus escritos. Luego de argumentar con denuedo las razones que justificaban su accionar, finalizó con la que se ha convertido en una de sus frases más celebres: “No puedo ni quiero retractarme de cosa alguna, pues ir contra la conciencia no es justo ni seguro. ¡Dios me ayude!” De esta manera podemos observar cómo, a razón de su conciencia, Martín Lutero se atrevió a enfrentar al Papa y al Emperador, dando inicio a uno de los episodios más importantes de la historia de la iglesia: la Reforma Protestante. Otro ejemplo de cómo actúa la conciencia lo encontré en una noticia acerca de un grupo de sacerdotes católicos que se reunieron en el sínodo de la Amazonia, con el fin de dar respuesta a ciertos problemas que se presentaban en la región. Una de las propuestas que salió a relucir en el sínodo fue la de permitir la ordenación de hombres casados como sacerdotes; según algunas opiniones, el Papa Francisco parecía estar de acuerdo con la idea. Es entonces cuando saltó a la palestra Benedicto XVI, un viejo guardián de lo que se conoce como “la congregación para la doctrina de la fe” que había afirmado que no volvería a escribir libros, y quien para este momento está en situación de retiro en un monasterio dedicándose a la oración, usando una andadera para poder caminar; al enterarse de los sucedido en el sínodo decide salir del retiro, volver a tomar la pluma y coescribir un libro defendiendo el celibato sacerdotal. Por alguna razón su conciencia lo obligó a quebrantar algunas de esas normas autoimpuestas para salir al frente, y con su libro inclinar la balanza a favor del sacerdocio tradicional de los católicos. Lo que más me impresiona fue la frase utilizada como grito de guerra con la que inició su defensa por el celibato, una frase usada por San Agustín: “No puedo callar”. La intención de estos ejemplos es ilustrar como la conciencia motiva a los hombres a actuar de forma que sus acciones vayan en concordancia con lo que consideran un buen proceder. La conciencia es esa vocecita interior que nos lleva a entender cuál es el proceder más justo en momentos puntuales de nuestra existencia. Es posible que nuestro actuar sea visto con recelo por algunos, pero al final debemos procurar que nuestra conciencia no nos reproche nuestro proceder o la falta de proceder. Debemos cultivar una buena conciencia, como lo expresó el apóstol Pablo en su defensa ante Félix: “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.” (Hechos 24:16). Para esto debemos estudiar profundamente la palabra de Dios y estar al tanto de lo que está ocurriendo en el mundo que nos rodea; dicho coloquialmente: la biblia en una mano y el periódico en la otra. Es importante que actuemos en consonancia con las bases morales y religiosas que Dios nos ha dado, para que al final podamos decir que somos felices porque nuestra conciencia no nos condena, y no hemos renunciado a nuestros ideales. En la actualidad pasamos más tiempo conectados a las redes sociales y tenemos acceso a todo tipo de información; así que tengamos sumo cuidado con lo que publicamos. Se han montado laboratorios encargados de difamar y atacar a los cristianos en general, publicando información falsa y amarillista de iglesias que no existen, afirmando que lideres cristianos han dicho cosas que nos escandalizan, pero que en realidad nunca dijeron; todo esto con el único fin de dividirnos y poder imponer en el mundo una agenda bien elaborada que ya tiene años en marcha. Este mes hemos visto en los canales de televisión logos adornados con los colores de los grupos LGBTQ… ¿Y qué hacemos los cristianos? ¡Nada! Sólo dándonos golpes unos con otros, mientras esos grupos toman el control y se posicionan en la sociedad. ¿Qué nos va a decir nuestra conciencia cuando abramos los ojos y veamos cómo hemos sido manipulados por los que manejan las redes sociales y los medios de comunicación? En este momento están elaborando nuevas leyes para imponer la agenda gay, y ahora apareció un nuevo grupo que se hace llamar MAP, pedófilos que buscan que sus perversiones sean aceptadas como algo normal y común dentro de la sociedad. Es hora de aprender a descubrir oportunidades. Hoy tenemos una gran oportunidad: el tiempo suficiente para escribir y publicar sobre temas edificantes, que cultiven una buena conciencia en una sociedad ya bastante corrompida, dejemos de atacar a otros cristianos o apoyar publicaciones amarillistas. Edifiquemos con nuestros comentarios para animarnos unos a otros a actuar conforme a la conciencia y convencer a los que se oponen. No es momento de ser neutrales, debemos actuar. Para tener una buena conciencia, y fe no fingida… ¡No podemos Callar!