No Podemos Callar

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¡NO PODEMOS CALLAR!

Por: Ronny Brito.


Hace poco estuve leyendo varias publicaciones en las cuales un grupo de personas apoyaban al
presidente de Estados Unidos porque éste había ayudado a los cristianos en su lucha contra la
agenda Gay y los pro-abortistas. Por otro lado muchos lo atacaban por mantener las sanciones a
países como Venezuela y Cuba durante la pandemia, sin contar la oleada de críticas por los
episodios de violencia que han ocurrido en ese país. Entre tantos comentarios alguien preguntó:
“¿Qué clase de conciencia tiene ese hombre que dice ser cristiano?” Esta pregunta resaltó entre
el cúmulo de opiniones a favor y en contra que se presentaban, y vi lo difícil que es mantener
una buena conciencia para con todos en un mundo lleno de contradicciones.
Ante este panorama, ¿Qué podemos decir acerca de la conciencia? Tomar en cuenta lo que
Dios dice acerca de ella nos ayudará a discernir qué es lo correcto entre todas las alternativas
que el relativismo de este mundo nos ofrece.
1 Timoteo 1:5 “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y
de buena conciencia, y de fe no fingida”.
Claramente podemos percatarnos que es imperativo que el cristiano tenga una buena
conciencia.
El Diccionario Expositivo Vine (1999) define la conciencia como “el proceso de pensamiento
que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno, condenando lo
malo, y así impulsando a hacer lo primero, y a evitar lo último”.
¿Qué podemos decir de la conciencia?
Es algo interno que Dios colocó en cada ser humano. Salmos 16:7 “Bendeciré a Jehová que me
aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.”
Nos ayuda a tener un buen comportamiento con Dios y con los hombres.
Hechos 24:16 “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los
hombres.”
Nos ayuda a estar en paz con nosotros mismos. Eclesiástico 14:2 “¡Feliz aquel que no es
condenado por su conciencia y que no renunció a su ideal!”
La podemos dañar. Tito 1:15 “… hasta su mente y su conciencia están corrompidas.”
¿Cómo afecta la conciencia el actuar de las personas?
Cuando Martín Lutero fue llevado a juicio en Worms en 1521 para ser presentado ante el
emperador, el que lo interrogaba acerca de sus escritos le preguntó con insistencia si se
retractaba de todo lo que había escrito; Martín Lutero pidió que le dieran 24 horas para pensar.
No puedo dejar de imaginar la agónica lucha interna que debió tener este paladín de la
Reforma, sabiendo que estaba enfrentándose al emperador y al Papa. A pesar de tal presión, en
su interior confrontaba una fuerza mucho mayor: un profundo y reverente temor a Dios.
Así pues, a la mañana siguiente, ante la enorme concurrencia y la mismísima presencia del
emperador, nuevamente le preguntan si se retractaba de sus escritos. Luego de argumentar con
denuedo las razones que justificaban su accionar, finalizó con la que se ha convertido en una de
sus frases más celebres: “No puedo ni quiero retractarme de cosa alguna, pues ir contra la
conciencia no es justo ni seguro. ¡Dios me ayude!”
De esta manera podemos observar cómo, a razón de su conciencia, Martín Lutero se atrevió a
enfrentar al Papa y al Emperador, dando inicio a uno de los episodios más importantes de la
historia de la iglesia: la Reforma Protestante.
Otro ejemplo de cómo actúa la conciencia lo encontré en una noticia acerca de un grupo de
sacerdotes católicos que se reunieron en el sínodo de la Amazonia, con el fin de dar respuesta a
ciertos problemas que se presentaban en la región. Una de las propuestas que salió a relucir en
el sínodo fue la de permitir la ordenación de hombres casados como sacerdotes; según algunas
opiniones, el Papa Francisco parecía estar de acuerdo con la idea. Es entonces cuando saltó a la
palestra Benedicto XVI, un viejo guardián de lo que se conoce como “la congregación para la
doctrina de la fe” que había afirmado que no volvería a escribir libros, y quien para este
momento está en situación de retiro en un monasterio dedicándose a la oración, usando una
andadera para poder caminar; al enterarse de los sucedido en el sínodo decide salir del retiro,
volver a tomar la pluma y coescribir un libro defendiendo el celibato sacerdotal.
Por alguna razón su conciencia lo obligó a quebrantar algunas de esas normas autoimpuestas
para salir al frente, y con su libro inclinar la balanza a favor del sacerdocio tradicional de los
católicos. Lo que más me impresiona fue la frase utilizada como grito de guerra con la que
inició su defensa por el celibato, una frase usada por San Agustín: “No puedo callar”.
La intención de estos ejemplos es ilustrar como la conciencia motiva a los hombres a actuar de
forma que sus acciones vayan en concordancia con lo que consideran un buen proceder. La
conciencia es esa vocecita interior que nos lleva a entender cuál es el proceder más justo en
momentos puntuales de nuestra existencia.
Es posible que nuestro actuar sea visto con recelo por algunos, pero al final debemos procurar
que nuestra conciencia no nos reproche nuestro proceder o la falta de proceder.
Debemos cultivar una buena conciencia, como lo expresó el apóstol Pablo en su defensa ante
Félix: “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los
hombres.” (Hechos 24:16). Para esto debemos estudiar profundamente la palabra de Dios y
estar al tanto de lo que está ocurriendo en el mundo que nos rodea; dicho coloquialmente: la
biblia en una mano y el periódico en la otra.
Es importante que actuemos en consonancia con las bases morales y religiosas que Dios nos ha
dado, para que al final podamos decir que somos felices porque nuestra conciencia no nos
condena, y no hemos renunciado a nuestros ideales.
En la actualidad pasamos más tiempo conectados a las redes sociales y tenemos acceso a todo
tipo de información; así que tengamos sumo cuidado con lo que publicamos. Se han montado
laboratorios encargados de difamar y atacar a los cristianos en general, publicando información
falsa y amarillista de iglesias que no existen, afirmando que lideres cristianos han dicho cosas
que nos escandalizan, pero que en realidad nunca dijeron; todo esto con el único fin de
dividirnos y poder imponer en el mundo una agenda bien elaborada que ya tiene años en
marcha.
Este mes hemos visto en los canales de televisión logos adornados con los colores de los grupos
LGBTQ… ¿Y qué hacemos los cristianos? ¡Nada! Sólo dándonos golpes unos con otros,
mientras esos grupos toman el control y se posicionan en la sociedad.
¿Qué nos va a decir nuestra conciencia cuando abramos los ojos y veamos cómo hemos sido
manipulados por los que manejan las redes sociales y los medios de comunicación? En este
momento están elaborando nuevas leyes para imponer la agenda gay, y ahora apareció un
nuevo grupo que se hace llamar MAP, pedófilos que buscan que sus perversiones sean
aceptadas como algo normal y común dentro de la sociedad.
Es hora de aprender a descubrir oportunidades. Hoy tenemos una gran oportunidad: el tiempo
suficiente para escribir y publicar sobre temas edificantes, que cultiven una buena conciencia
en una sociedad ya bastante corrompida, dejemos de atacar a otros cristianos o apoyar
publicaciones amarillistas. Edifiquemos con nuestros comentarios para animarnos unos a otros
a actuar conforme a la conciencia y convencer a los que se oponen. No es momento de ser
neutrales, debemos actuar. Para tener una buena conciencia, y fe no fingida… ¡No podemos
Callar!

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