Empleo Macro

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MACRO II

Mercado Laboral

Ariana Melany Flores Martinez


Patricia Isable Mucha Salinas
Introducción:
PBI Y EMPLEO
Se presenta la evolución de
la participación del sector
informal en el PBI a precios
corrientes y en el empleo
equivalente, en el periodo
2007-2018.
El comportamiento del
empleo informal se debe
básicamente a la evolución
del empleo en el sector
informal. Tradicionalmente,
las investigaciones sobre
empleo informal se han
referido tanto a las
actividades no agropecuarias
como a las del área urbana
El sector formal en Perú se refiere a aquellos empleos
que están registrados y cumplen con la normativa
laboral y de seguridad social. Estos empleos brindan
beneficios y derechos laborales a los trabajadores,
como protección social, cobertura de salud y seguridad
laboral
La masa salarial del sector formal se refiere a los
salarios y remuneraciones pagados a los trabajadores
en empleos formales, es decir, aquellos empleos que
están registrados y cumplen con la normativa laboral y
de seguridad social
Muestra la tasa de informalidad por estrato socioeconómico.
Entre el 2002 y 2013 creció a una tasa promedio anual
de 6,1%. Posteriormente, la expansión económica se
desaceleró entre los años 2014 y 2017, llegando a
crecer, en promedio, a 3,1% anual.
En el trimestre enero-febrero-marzo
del año 2022 en comparación con
similar trimestre del año 2021, la
población ocupada aumentó en el
sector Minería en 38,2%, Servicios
en 13,5%, Manufactura en 12,5%,
Comercio en 11,6% y Construcción
en 9,0%; mientras que, en Pesca
disminuyó en 29,2% y Agricultura
5,9%.
El crecimiento económico de 2019 se tradujo en una moderada
generación de empleo. El aumento de la demanda de trabajo (tasa
de ocupación) igualó al crecimiento de la oferta de mano de obra
(tasa de participación), motivo por el cual no se registraron
cambios en la tasa de desocupación entre 2018 y 2019.
La tasa de desocupación aumentó más en hombres que en mujeres,
sobre todo, en los primeros meses del confinamiento. Hacia el
trimestre móvil junio-agosto 2020 respecto a igual periodo de 2019, la
brecha de la desocupación se ha reducido: en hombres, la tasa de
desocupación subió 10,0 pp mientras que en mujeres creció 9,5.
La disminución de la población ocupada fue mayor en el estrato
etario más joven (de 14 a 24 años de edad). El incremento en la
tasa de desocupación de estos jóvenes (18,8) triplicó lo obtenido
por los adultos de 45 y más años de edad (6,3), durante junio-
agosto 2020 y el mismo periodo de 2019.
Conclusiones
La pandemia ha impulsado nuevas
relaciones laborales no convencionales, entre las que destaca
especialmente el trabajo
a distancia o en casa o de trabajadores que se hallan en un
límite difuso entre
asalariados e independientes, lo que potencia aún más la
informalidad. Así, en el futuro
próximo, las políticas públicas tendrán el reto de recuperar lo
perdido en la materia, y
de generar las condiciones adecuadas para que estas nuevas
relaciones laborales no
redunden en empleos de menor calidad.

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