Poesias para Declamar en Coro - 2023
Poesias para Declamar en Coro - 2023
Poesias para Declamar en Coro - 2023
Hay un vacío
Dios mío, si tú hubieras sido hombre, en mi aire metafísico
hoy supieras ser Dios; que nadie ha de palpar:
pero tú, que estuviste siempre bien, el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él! Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, Hermano, escucha, escucha…
como en un condenado, Bueno. Y que no me vaya
Dios mío, prenderás todas tus velas, sin llevar diciembres,
y jugaremos con el viejo dado. sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte que Dios estuvo enfermo.
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte, Todos saben que vivo,
como dos ases fúnebres de lodo. que mastico… y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de ferétro,
Dios míos, y esta noche sorda, obscura, luyidos vientos
ya no podrás jugar, porque la Tierra desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura, Todos saben… Y no saben
que no puede parar sino en un hueco, que la Luz es tísica,
y la Sombra gorda…
en el hueco de inmensa sepultura. Y no saben que el misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
AUTOR : CÉSAR VALLEJO el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.
LOS NUEVE MONSTRUOS a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
Y, desgraciadamente, a la hora del hambre y nueve truenos
el dolor crece en el mundo a cada rato, y nueve látigos, menos un grito.
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces El dolor nos agarra, hermanos hombres,
y la condición del martirio, carnívora, voraz, por detrás, de perfil,
es el dolor dos veces y nos aloca en los cinemas,
y la función de la yerba purísima, el dolor nos clava en los gramófonos,
dos veces nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
y el bien de ser, dolernos doblemente. a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Jamás, hombres humanos, Pues de resultas
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, del dolor, hay algunos
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! que nacen, otros crecen, otros mueren,
Jamás tanto cariño doloroso, y otros que nacen y no mueren, otros
jamás tanta cerca arremetió lo lejos, que sin haber nacido, mueren, y otros
jamás el fuego nunca que no nacen ni mueren (son los más).
jugó mejor su rol de frío muerto! Y también de resultas
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud del sufrimiento, estoy triste
más mortal hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
y la migraña extrajo tanta frente de la frente! de ver al pan, crucificado, al nabo,
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor, ensangrentado,
el corazón, en su cajón, dolor, llorando, a la cebolla,
la lagartija, en su cajón, dolor. al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
Crece la desdicha, hermanos hombres, al vino, un ecce-homo,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹!
con la res de Rosseau, con nuestras barbas; ¡Cómo, hermanos humanos,
crece el mal por razones que ignoramos no deciros que ya no puedo y
y es una inundación con propios líquidos, ya no puedo con tanto cajón,
con propio barro y propia nube sólida! tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
en que el humor acuoso es vertical ¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
al pavimento, hay, hermanos, muchísimo que hacer.
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora AUTOR: CÉSAR VALLEJO
del rayo, y nueve carcajadas
TRILCE parecen salir del aire, sumar suspiros mentalmente, oír
claros azotes en sus paladares!
Hay un lugar que yo me sé
en este mundo, nada menos, Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen
adonde nunca llegaremos. y suben por su muerte de hora en hora
y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.
Donde, aún sin nuestro pie
llegase a dar por un instante ¡Ay de tanto! ¡ay de tan poco! ¡ay de ellas!
será, en verdad, como no estarse. ¡Ay en mi cuarto, oyéndolas con lentes!
¡Ay en mi tórax, cuando compran trajes!
Es ese un sitio que se ve ¡Ay de mi mugre blanca, en su hez mancomunada!
a cada rato en esta vida,
andando, andando de uno en fila. ¡Amadas sean las orejas Sánchez,
amadas las personas que se sientan,
Más acá de mí mismo y de amado el desconocido y su señora,
mi par de yemas, lo he entrevisto el prójimo con mangas, cuello y ojos!
siempre lejos de los destinos.
¡Amado sea aquel que tiene chinches,
Ya podéis iros a pie el que lleva zapato roto bajo la lluvia,
o a puro sentimiento en pelo, el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas,
que a él no arriban ni los sellos. el que se coge un dedo en una puerta,
el que no tiene cumpleaños,
El horizonte color té el que perdió su sombra en un incendio,
se muere por colonizarle el animal, el que parece un loro,
para su gran Cualquiera parte. el que parece un hombre, el pobre rico,
el puro miserable, el pobre pobre!
Mas el lugar que yo me sé,
en este mundo, nada menos, ¡Amado sea
hombreado va con los reversos. el que tiene hambre o sed, pero no tiene
hambre con qué saciar toda su sed,
-Cerrad aquella puerta que ni sed con qué saciar todas sus hambres!
está entreabierta en las entrañas
de ese espejo. -¿Esta? - No; su hermana. ¡Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora,
el que suda de pena o de vergüenza,
-No se puede cerrar. No se aquel que va, por orden de sus manos, al cinema,
puede llegar nunca a aquel sitio el que paga con lo que le falta,
-do van en rama los pestillos. el que duerme de espaldas,
el que ya no recuerda su niñez; amado sea
Tal es el lugar que yo me sé. el calvo sin sombrero,
el justo sin espinas,
el ladrón sin rosas,
TRASPIÉ ENTRE DOS ESTRELLAS el que lleva reloj y ha visto a Dios,
el que tiene un honor y no fallece!
¡Hay gentes tan desgraciadas, que ni siquiera
tienen cuerpo; cuantitativo el pelo, ¡Amado sea el niño, que cae aún llora
baja, en pulgadas, la genial pesadumbre; y el hombre que ha caído y ya no llora’.
el modo, arriba;
no me busques, la muela del olvido, ¡Ay de tánto! ¡Ay de tan poco! ¡Ay de ellos!
ACUÉRDATE DE MÍ vuela por el azul mi pensamiento
y vive junto a tí:
¡Oh! cuánto tiempo silenciosa el alma
mira en redor su soledad que aumenta Si yo tus alas invisibles veo,
como un péndulo inmóvil: ya no cuenta te llevo dentro del alma estás conmigo,
las horas que se van! tu sombra soy y donde vas te sigo
No siente los minutos cadenciosos por tus huellas en pos!
a golpe igual del corazón que adora Y en vano intentan que mi nombre olvides;
aspirando la magia embriagadora nacieron, nuestras almas enlazadas,
de tu amoroso afán y en el mismo crisol purificadas
por la mano de Dios.
Ya no late, ni siente, ni aún respira
petrificada el alma allá en lo interno; Tú eres la misma aún;
tu cifra en mármol con buril eterno cual otros días suspéndense tus brazos de mi cuello;
queda grabada en mí! veo tu rostro apasionado y bello
Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto, mirarme y sonreír;
muerto para el amor y la ventura aspiro de tus labios el aliento
está en tu corazón mi sepultura como el perfume de claveles rojos,
y el cadáver aquí! y brilla siempre en tus azules ojos
mi sol, ¡mi porvenir!
En este corazón ya enmudecido
cual la ruina de un templo silencioso, Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
vacío, abandonado, pavoroso mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
sin luz y sin rumor; y ocultas a través de tu sonrisa
Embalsamadas ondas de armonía lágrimas de dolor; pues mi recuerdo tu memoria asalta,
elevábanse a un tiempo en sus altares; y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y vibraban melódicos cantares y hasta el ambiente mismo que respiras
los ecos de tu amor. te repite ¡mi amor!
Parece ayer! ...De nuestros labios mudos ¡Oh! cuando vea en la desierta playa,
el suspiro de ¡"Adiós" volaba al cielo, con mi tristeza y mi dolor a solas,
y escondías la faz en tu pañuelo el vaivén incesante de las olas,
para mejor llorar! me acordaré de ti;
Hoy... nos apartan los profundos senos Cuando veas que una ave solitaria
de dos inmensidades que has querido, cruza el espacio en moribundo vuelo,
y es más triste y más hondo el de tu olvido buscando un nido entre el mar y el cielo,
que el abismo del mar! ¡Acuérdate de mí!
Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio, AUTOR: Carlos Augusto Salaverry
qué la distancia, ni los altos montes?
Ni qué son esos turbios horizontes
que mira desde aquí;
si al través del espacio de las cumbres,
de ese ancho mar y de ese firmamento,
LA DANZA DE LAS HORAS
Irá hacia un país lejano de sátiros traviesos
Hoy, que está la mañana fresca, azul y lozana; y de labios de sangre que conviertan en besos
hoy, que parece un niño juguetón la mañana, las cosas que no son...
y el sol parece como que quisiera subir
corriendo por las nubes, en la extensión lejana, Y vivirá mi alma en las cosas futuras
hoy quisiera reír... sintiendo las saetas de nuevas desventuras,
en una larga, triste, cruel peregrinación...
Hoy, que la tarde está dorada y encendida;
en que cantan los campos una canción de vida, AUTOR: Abraham Valdelomar
bajo el cóncavo cielo que se copia en el mar,
hoy, la Muerte parece que estuviera dormida,
hoy quisiera besar... LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZUL