DEFORESTACION
DEFORESTACION
DEFORESTACION
Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat, en
pérdida de biodiversidad y en aridez. Tiene un impacto adverso en la fijación de gas
carbónico (CO2). Las regiones deforestadas tienden a una erosión del suelo y
frecuentemente se degradan a tierras no productivas.
En los seis mil años que van desde la prehistoria hasta el comienzo de la era
histórica, hace unos dos mil años, el hombre fue mejorando sus herramientas para
trabajar la tierra disponiendo de hachas y arados en la Edad del Bronce y luego en la
Edad del Hierro, así como de bueyes y caballos domesticados que tiraban de los
arados. Estos avances hicieron que la agricultura fuera ganando tierras al bosque,
que fue talado allí donde ésta se desarrolló.
Periodo histórico
Hace dos mil años, en China, India, el sur y el oeste de Europa y el Magreb
mediterráneo, así como en las tierras bajas de Centroamérica y las tierras altas de
Perú se empleaban prácticas agrícolas sofisticadas (cultivos diversificados,
plantaciones múltiples y cría de ganado). Todas esas regiones son naturalmente
boscosas, y la agricultura a gran escala exigió talar esos árboles.
El primer censo fiable de China data de la dinastía Han, hace cerca de dos mil años y
por entonces el país tenía 57 millones de habitantes, con una densidad que
triplicaba la de Inglaterra en el momento del estudio Domesday lo que implicaba
que tanto China como India e Indonesia, zonas densamente pobladas estaban
deforestadas ya hace dos mil años.
Siglos XV y XVI
Las islas del Caribe, como también partes de México y Centroamérica, contaban con
una gran riqueza forestal, la cual estaba compuesta de maderas como caoba y palo
maría, entre otras. Con la llegada de los españoles a América comenzó la
explotación de estos bosques, para la construcción y la extracción de productos
químicos tintóreos, como también su utilización como combustibles. Ante un
peligroso incremento del consumo, la Monarquía Española promulgó leyes para
regular el aprovechamiento de los bosques y no comprometer al ambiente.
Ante el poderío británico en los mares, los reyes Felipe V, Fernando VI y Carlos III
incentivaron la creación de astilleros en algunas ciudades americanas, como La
Habana, Campeche, Guayaquil, El Realejo, Nicoya, Panamá, El Callao y
Coatzacoalcos, con el objetivo de recuperar el poderío naval que se había perdido.
Ante esta situación, se produjo una gran demanda de madera para la construcción
de estos barcos.
Actualidad
Una tercera parte del total de la tierra está cubierta por bosques, lo que representa
cerca de 4 000 000 000 (cuatro mil millones) de hectáreas. Hay 10 países que
concentran dos tercios de este patrimonio forestal: Australia, Brasil, Canadá, China,
la República Democrática del Congo, India, Indonesia, Perú, la Federación Rusa y los
EE. UU.7 Estos han sido explotados desde hace años para la obtención de madera,
frutos, sustancias producidas por diferentes especies o para asentamientos de
población humana, ganadería y agricultura.
En los países más desarrollados se producen otras agresiones, como la lluvia ácida,
que comprometen la supervivencia de los bosques, situación que se pretende
controlar mediante la exigencia de requisitos de calidad para los combustibles,
como la limitación del contenido de azufre.
En los países menos desarrollados las masas boscosas se reducen año tras año,
mientras que en los países industrializados se están recuperando debido a las
presiones sociales, reconvirtiéndose los bosques en atractivos turísticos y lugares
de esparcimiento.
Mientras que la tala de árboles de la pluviselva tropical ha atraído más atención, los
bosques secos tropicales se están perdiendo en una tasa sustancialmente mayor,
sobre todo como resultado de las técnicas utilizadas de tala y quema para ser
reemplazadas por cultivos. La pérdida de biodiversidad se correlaciona
generalmente con la tala de árboles.
En África, entre los años 2000 y 2005 se perdieron unos 4 millones de hectáreas de
bosques al año, cerca de 1/3 del área deforestada en todo el mundo, siendo la causa
principal la conversión a una agricultura permanente de las áreas deforestadas.
Como medidas contra la deforestación en África se está adoptando un sistema de
certificación, dada la preocupación mundial por obtener madera a partir de bosques
gestionados de manera sostenible, aunque la aplicación de esta certificación sigue
siendo escasa todavía. De los 306 millones de hectáreas de bosques certificados del
mundo (junio 2007), unos 3 millones (solo el 1 %) corresponde a África y la mayoría
son bosques plantados. Con unos 15 millones de hectáreas de bosques plantados en
todo el mundo (FAO, 2006), África solo representa el 5 % del total.
Prácticamente todos los países de África han firmado la Convención de las Naciones
Unidas para la Lucha contra la Desertificación y han elaborado planes nacionales, a
menudo con apoyo externo.
Asia y el Pacífico
Esta región posee el 18,6 % de la superficie forestal mundial, repartida en una gran
variedad de ecosistemas, como bosques tropicales, bosques templados, manglares
costeros, montañas y desiertos.
La región contaba con 734 millones de hectáreas de bosques en el año 2005, unos 3
millones más que en 2000. No obstante, este aumento fue resultado, en gran
medida, de la alta tasa de repoblación forestal de China, la cual oculta la notable
desaparición de bosques naturales en diversos países; en total, desaparecieron en la
región 3,7 millones de hectáreas de bosque al año entre 2000 y 2005.
Europa
Europa cuenta con una cuarta parte de los recursos forestales mundiales,
aproximadamente 1 000 millones de hectáreas, el 81% de las cuales se encuentran en
la Federación Rusa.
Prácticamente todos los países europeos poseen leyes que dificultan notablemente
la deforestación y la reconversión a otros usos de la tierra. Además, se proporciona
apoyo fiscal a la actividad forestal en virtud del Fondo Europeo Agrícola de
Desarrollo Rural, lo que fomenta de manera significativa la plantación de árboles.
Por ello, es probable que la superficie forestal aumente a medida que decrecen las
tierras dedicadas a la agricultura.
Las principales amenazas a las que se enfrentan los recursos forestales en Europa
son de naturaleza ambiental, como incendios, brotes de plagas y tormentas,
algunas de las cuales se podrían incrementar con el cambio climático. Aunque se
desconocen las repercusiones a largo plazo del cambio climático en los bosques, se
han atribuido a este fenómeno numerosos acontecimientos catastróficos recientes.
Se prevé un incremento considerable de la magnitud y de la frecuencia de los
incendios, por ejemplo en la península ibérica y en la Federación Rusa
En los últimos dos decenios, algunos países han concedido la propiedad legal de los
bosques a las comunidades indígenas, por ejemplo, Perú, 6400 millones de
hectáreas; Bolivia, 1200 millones de hectáreas; Brasil,10300 millones de hectáreas;
Colombia, 27 millones de hectáreas; Ecuador,4,5 millones de hectáreas y Guyana, 1,4
millones de hectáreas de tierra, comprendidos los bosques. Si bien la propiedad
confiere a las comunidades derechos firmes de uso sostenible de los recursos
forestales, los conflictos sobre la propiedad, en ocasiones violentos, y la falta de
aplicación de las normas y los reglamentos han permitido la ocupación y la
explotación maderera ilegales en extensas áreas de estos bosques.
Entre 2000 y 2010, esta región perdió casi 64 millones de hectáreas, un 7 %, de su
superficie forestal. Más de una tercera parte de la deforestación mundial entre 2000
y 2010 tuvo lugar en esta región.
Todos los países de América del Sur registraron una pérdida neta en la superficie
forestal entre 2000 y 2005, excepto Chile y Uruguay, que presentaban tendencias
positivas debido a programas de plantación industrial a gran escala. Los nuevos
bosques plantados para usos industriales, en particular en Argentina, Uruguay y,
posiblemente, Colombia, podrían contrarrestar la desaparición de bosques
naturales, pero no en términos ecológicos. En Caso de los países integrados en la
Región Norte de América Latina como lo son Ecuador, Colombia y Venezuela las
políticas de protección de áreas forestales no son del todo radicales persistiendo la
deforestación de la zona dramatizando el equilibrio ecológico y climático de
América del Sur, lo que compromete íntimamente la repercusión a nivel global.
(expuesto Acuerdo Caracas FAO 2010)
1992 2006
Bosque de Agua
Es la región con menos bosques del mundo, con tan sólo un 4 % de cubierta forestal
(el 1,1 % de la superficie forestal mundial). La mayor parte de la superficie forestal
corresponde a unos pocos países, mientras que en 19 países se encuentra menos del
10 % de la cubierta forestal. Cerca del 75 % de la región es árida, con una baja
productividad de biomasa. La vegetación varía desde matorrales desérticos en Asia
Central y la península arábiga hasta pequeñas áreas de manglares en la costa del
golfo Pérsico y praderas de altura en Asia central. Debido a esta reducida cubierta
forestal, los árboles fuera del bosque, especialmente en granjas y en otras tierras
arboladas, desempeñan importantes funciones productivas y protectoras.
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