Infecciones Oculares
Infecciones Oculares
Infecciones Oculares
Las infecciones oculares pueden producirse por la acción de bacterias, hongos o virus, que
pueden afectar a un ojo o ambos. Este tipo de patologías varían según su grado de severidad,
aunque normalmente no presentan muchas complicaciones.
Queratitis: es una úlcera corneal o una infección de la córnea por una bacteria. Dos de
las causas más comunes son la abrasión de la córnea con cuerpos extraños y la falta
de higiene de los lentes de contacto.
Blefaritis: es una inflamación de los párpados. Puede ser causada por una infección o
inflamación y se puede asociar con la falta de higiene, ojo seco o la piel aceitosa. La
condición puede volverse crónica.
Tracoma. Si bien no es común en Estados Unidos, una infección ocular conocida como
tracoma, relacionada con la Chlamydia trachomatis, está tan extendida en
determinadas regiones subdesarrolladas, que constituye una causa fundamental de la
ceguera. Las moscas pueden diseminar la infección en entornos insalubres, y la
repetición de la infección es un problema común.
Una buena higiene y el acceso a tratamientos como los antibióticos orales son
esenciales para controlar el tracoma.
Aunque es importante tener claro que algunas infecciones oculares como la conjuntivitis son
muy contagiosas y requieren que la persona permanezca en aislamiento. Los tratamientos para
las infecciones oculares pueden incluir:
Utilización de compresas.
Gotas para los ojos.
Pomadas.
Antibióticos de colirio o de vía oral.
Astringentes
Como el agua destilada de hamamelis, que presenta una acción descongestiva, tónica y
antiséptica.
Antisépticos
Aciano
En la conjuntivitis, los baños oculares con agua de aciano, y también los colirios, ayudan a
eliminar las secreciones y a que desaparezca la congestión ocular. En el caso de blefaritis y
orzuelos, se recomienda aplicar el agua de aciano en gasas estériles o en baño ocular.
Eufrasia
Toda la planta contiene el glucósido aucubina, taninos, ácidos fenólicos, flavonoides, vitaminas
A y C e indicios de esencia. Presenta propiedades antisépticas, antiinflamatorias y astringentes,
especialmente activas sobre la mucosa conjuntival. Se usa en casos de conjuntivitis, blefaritis y
queratitis superficial. Se obtienen muy buenos resultados si se lavan con eufrasia los ojos
legañosos, ya que, además de arrastrar las secreciones, desinflama y seca la conjuntiva.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
En los casos de infecciones bacterianas, como es el caso de la conjuntivitis, blefaritis,
queratitis, orzuelo y la oftalmía del recién nacido, se usan antibióticos. Cuando la
infección bacteriana produce secreción muy abundante se suelen emplear colirios con
antibióticos de amplio espectro (tetraciclinas, cloranfenicol, rifampicina, etc.),
inicialmente con gran frecuencia (una gota cada 2-4 h, durante 48 h); posteriormente
cada 4-6 h, hasta completar 7- 10 días. Cuando la conjuntivitis se debe a clamidias
(tracoma, conjuntivitis de inclusión) se suelen emplear pomadas oftálmicas de
tetraciclinas o eritromicina, y la misma medicación por vía oral (doxiciclina, 100 mg/12
h o eritromicina 500 mg/6 h) hasta completar 3 semanas. Las conjuntivitis virales
normalmente se resuelven espontáneamente en una o dos semanas. En casos graves
como la queratitis y queratoconjuntivitis herpéticas se administran aciclovir y
trifluridina.
Antibióticos
Eritromicina
Es un antibiótico del grupo de los macrólidos, con acción bacteriostática. Es de
espectro antibacteriano moderadamente amplio, con acción más marcada sobre
bacterias grampositivas, aunque también es activo frente a algunas bacterias
gramnegativas, actinomicetos, micoplasmas, espiroquetas, clamidias, rickettsias y
ciertas micobacterias. La pomada oftálmica de eritromicina al 5% es de elección en
oftalmía del recién nacido (mejor la pomada, porque con el uso de los colirios los niños
lloran y cierran el ojo).
Gentamicina
Es un antibiótico del grupo de los aminoglucósidos con acción bactericida (al menos
para las bacterias aeróbicas). Actúa interfiriendo en la síntesis proteínica bacteriana.
Presenta un amplio espectro antibacteriano y actúa preferentemente sobre bacterias
gramnegativas aeróbicas, incluidas enterobacterias, Pseudomonas y Haemophilus.
También es activo frente a estafilococos, incluidas cepas productoras de
betalactamasas.
Cloranfenicol
Es un antibiótico bacteriostático del grupo de los anfenicoles que puede ser
eventualmente bactericida. Actúa interfiriendo en la síntesis proteínica bacteriana.
Presenta una acción especialmente marcada sobre bacterias gramnegativas
anaerobias y sobre cocos y bacilos grampositivos, aeróbicos y anaeróbicos. También
es activo frente a espiroquetas, rikettsias, clamidias y micoplasmas.
Tobramicina
Es un antibiótico del grupo de los aminoglucósidos, con acción bactericida. Actúa
interfiriendo en la síntesis proteínica bacteriana. Presenta un amplio espectro
antibacteriano, actuando preferentemente sobre bacterias gramnegativas aeróbicas,
incluidas enterobacterias, Pseudomonas, y Haemophilus. También es activo frente a
estafilococos, incluidas las cepas productoras de betalactamasas.
Antiinflamatorios
Cuando se produce una agresión sobre el ojo, se continúa de una respuesta inflamatoria
caracterizada por la síntesis de prostaglandinas, resultado del metabolismo del ácido
araquidónico (Figura 1). Esa respuesta intervendrá en los mecanismos de reparación, pero si se
perpetúa en el tiempo puede ser dañina para los tejidos.
AINEs tópicos:
En oftalmología el uso de los AINEs ha aumentado en las últimas décadas. A diferencia de la vía
sistémica, por vía tópica ocular se requieren altas dosis farmacológicas para que aparezcan
efectos secundarios graves. Las reacciones adversas más frecuentes son leves, tipo ardor
ocular, hiperemia conjuntival o reacciones de hipersensibilidad que desaparecen al retirar el
fármaco.