Textos Breves
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OTRAS HISTORIAS
1
MUÑECA
PERSONAJES:
MUJER
NIÑA
Habitación infantil. La mujer observa a la niña que juega con una muñeca.
MUJER: No dejes la muñeca en el suelo. Debes ponerla en su lugar.
NIÑA: Aún no he terminado de jugar.
MUJER: Aun así. No la debes deja tirada.
NIÑA: No esta tirada. Está descansando.
MUJER: ¿Ha hecho muchas cosas hoy?
NIÑA: Mmm… sí. Hemos estado en el mercado, en el parque, de viaje por
África.
MUJER: Vaya. Han estado muy ocupadas. ¿Tú también debes estar cansada?
NIÑA: No. Yo tengo más energía.
MUJER: ¿Porque eres la mamá de la muñeca?
NIÑA: No. Yo no soy mamá
MUJER: ¿Entonces?
NIÑA: Porque tengo mucha fuerza.
MUJER: Las mamás también tienen mucha fuerza.
NIÑA: Imagino que sí. ¿Tú tienes mucha fuerza?
MUJER: No lo sé. A veces si… a veces no.
NIÑA: Sabes. Te voy a contar un secreto.
MUJER: ¿En serio? Vamos, dime.
NIÑA: Yo también estoy cansada.
MUJER: Es que estuviste jugando toda la mañana.
NIÑA: ¿Y tú como lo sabes?
MUJER: Te estuve observando
NIÑA: ¿Todo el tiempo?
MUJER: Pues… sí.
NIÑA: ¿No tienes otra cosa que hacer?
MUJER: Sí. Pero prefiero estar aquí. Mirándote.
NIÑA: Mirando el vacío.
MUJER: No. Mirándote. A ti. A mi hija.
Una pausa.
NIÑA: Sabes que no estoy aquí. ¿Verdad? (Pausa) Deje de estar hace tiempo.
¿Hace cuánto?
Silencio. La niña espera una respuesta.
MUJER: Hace dos años.
NIÑA: ¿Eso es mucho tiempo?
MUJER: Una eternidad.
NIÑA: ¿Como paso? ¿Como me fui?
MUJER: No quiero hablar de eso.
NIÑA: Es necesario. Es bueno para ti.
Pausa.
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MUJER: Un día por la mañana te dolía la espalda. Tenías problemas para
respirar. No le dimos mucha importancia. Por la tarde seguías igual. Para la
noche todo parecía normal.
NIÑA: Entonces…
MUJER: Al siguiente día te vi muy pálida. Me di cuenta de que algo no estaba
bien. El medico estaba muy nervioso cuando nos dijo lo que tenías. ¿En una niña
tan pequeña? Eras solo una pequeñita. Tu cuerpito se fue poniendo débil.
Siempre sonreías. Siempre. Nos dejaste una tarde de otoño. Sin gritos, ni
desesperación. Dijiste…
NIÑA: “Mamá… estoy muy cansada. ¿Puedo dormir un momento?”
MUJER: “Claro preciosa. Descansa.”
NIÑA: “Gracias.”
MUJER: Tus ojitos no volvieron a abrirse.
Pausa.
NIÑA: Necesitas dejarme ir.
MUJER: Lo sé. Claro que lo sé.
NIÑA: Tranquila. Llegará el momento. (Le acerca la muñeca)
MUJER: Eso también lo sé. (Toma la muñeca y la niña sale de escena) ¿Estas
muy cansada? Es hora de dormir.
Acomoda a la muñeca en la cama. Le da un beso en la mejilla. Apaga la luz.
FIN.
¿NO ES HERMOSA?
PERSONAJES:
CARLOS
LA ESPOSA
3
CARLOS: No lo sé. Simplemente paso. La vi y sabía que debíamos estar
juntos, lo demás fue solo tratar de conseguirla.
ESPOSA: Y te atreves a decirlo así, como si nada. Te desconozco. (Pausa)
¿Qué hice mal?
CARLOS: No. No eres tú…
ESPOSA: Lo se… fuiste tú. Esto es por completo culpa tuya. ¿Te das cuenta
cómo van a cambiar las cosas de ahora en adelante?
CARLOS: No lo pensé. Si estuvieras en mi lugar…
ESPOSA: ¿Tu lugar?
CARLOS: Es que no sabes lo incomodo que es mi lugar.
ESPOSA: Es decir que tu lugar… junto a mi… ¿es incómodo?
CARLOS: La verdad que sí. Es terrible. No quería quejarme, pero ya no lo
soporto. Es horrible. Horrible.
ESPOSA: Ya entendí. No necesitas gritar.
CARLOS: Pero quiero hacerlo. Ahora me siento con ánimos de gritar. Quiero
salir a la calle con ella y que todos me vean y se mueran de envidia.
ESPOSA: ¿Qué?
CARLOS: Sí. No pienso ocultarla.
ESPOSA: Todos sabían de ella menos yo. Me la estabas ocultando.
CARLOS: Es que tú no comprendes nada. Ella y yo estábamos destinados a
estar juntos.
ESPOSA: Te das cuenta cómo van a cambiar las cosas. Teníamos planes… pero
ahora con esto…
CARLOS: Ni modo. Los planes cambiaron.
ESPOSA: No lo soporto. No quiero verte. Y llévate estas… (Coge las
fotografías y las observa) después de todo… no es tan fea.
CARLOS: ¿Fea? Amor, di lo que quieras, pero es hermosa.
ESPOSA: No pienso decirlo.
CARLOS: Vamos… quieres decirlo. Tus ojos te delatan.
ESPOSA: Ya. Está bien. ¡Es hermosa, es hermosa! ¿Ahora estas contento?
CARLOS: En cierta forma… ¿te gusta?
ESPOSA: Tiene lindas curvas… ¿Y te costó mucho conseguirla?
CARLOS: Algo. Pero fue una gran satisfacción tenerla.
ESPOSA: No empieces con eso. Que van a decir mis padres.
CARLOS: Tu madre… no sé. Pero tu padre se va a morir de envidia.
ESPOSA: No digas eso de mi padre.
CARLOS: No te lo quise contar, pero tu padre estaba detrás de ella.
ESPOSA: ¿Qué?
CARLOS: Sí. Me lo dijo hace unas semanas. Él me la mostro y fue mágico. No
podía dejar que tu padre la tuviera. Tenía que ser mía. ¿Lo entiendes? Mía.
ESPOSA: Entonces esto es culpa de mi padre. Él fue quien te la enseño.
CARLOS: Sí. Él la deseaba, pero yo la pude conseguir antes.
ESPOSA: ¿Y ya lo sabe?
CARLOS: No. Quería que se enterara hoy. ¿Te gustaría que fuéramos con ella a
la casa de tus padres? ¿Y ver sus caras de envidia?
ESPOSA: Mmm… Suena tentador…
4
CARLOS: Entonces… vamos.
ESPOSA: Aun estoy molesta contigo… pero está bien. ¡Vamos!
CARLOS: Excelente.
ESPOSA: Carlos… te perdono. Pero es la última vez que haces algo así.
CARLOS: Amor. Después de ella no habrá más.
ESPOSA: Eso espero… no puedes andar comprando camionetas cada nada.
CARLOS: Amor. Mírala nuevamente. Además, nuestro carrito ya estaba muy
viejo.
ESPOSA: Tienes razón… y tu lugar es realmente incómodo. ¿Cómo lo
aguantabas?
CARLOS: ¿No lo sé? ¿Nos vamos? (Saca un juego de llaves)
ESPOSA: Nos vamos.
Salen de escena. Se escucha como abren el vehículo.
FIN.
DESCONOCIDOS
PERSONAJES:
CHICO
CHICA
PERSONAJES:
X
Y
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Y: Pues con todo gusto abriría la puerta, pero no puedo. Es usted quien tiene la
puerta cerrada.
X: ¿Y para que tendría la puerta cerrada? si lo que quiero es salir.
Y: Esto se está volviendo insoportable.
X: ¿Eso piensa?
Y: Para nada. Lo decía por decir. Claro que es insoportable.
X: ¿Que es insoportable? ¿Estar en la habitación o esta conversación?
Y: Ambas cosas son insoportables.
X: Por fin estamos de acuerdo en algo.
Y: ¿Como podemos poner fin a este conflicto?
X: Lo primero sería entender porque estamos en esta situación.
Y: Usted sabe porque estamos así.
X: Usted también lo sabe.
Y: ¿Como lo sabe?
X: ¿Saber qué?
Y: Que yo sé.
X: Simplemente lo sé.
Y: Pruébelo.
X: No tengo nada que probar.
Y: No puedes.
X: Si puedo. Solo que no quiero.
Y: Siempre lo mismo contigo.
X: Y tú no te quedas atrás… siempre arruinando el juego.
Y: El que arruina todo eres tú.
X: No, tú.
Ambos inician un escándalo culpándose uno al otro.
MAMÁ: ¡Basta! Cállense de una vez. Si siguen así, van a estar castigados hasta
que sean viejos.
AMBOS: Ya, mamá.
MAMÁ: ¿Por qué a mí?, ¿Por qué?
Luego de un momento de silencio. Aparecen los personajes y repiten el
inicio de la obra mientras va oscureciendo la escena.
FIN
MEJORES AMIGAS
PERSONAJES:
RAQUEL
DIANA
FIN
10
PERSONAJES:
VIEJO
HOMBRE
11
HOMBRE: Eso hago. Desde que comenzó a perder la memoria trato de darme
la mayor cantidad de tiempo para poder hablar con él. Quiero pasar la mayor
cantidad de tiempo…
VIEJO: Habla con cargo de conciencia.
HOMBRE: En cierta forma. No fui un buen hijo cuando joven. Locuras,
locuras.
VIEJO: ¿Pero su padre fue comprensivo?
HOMBRE: Hizo lo mejor que pudo. Tristemente no lo comprendí a tiempo.
VIEJO: Pero ahora usted puede darle un tiempo.
HOMBRE: Eso intento.
VIEJO: Debería traer aquí. El paisaje es hermoso ¿verdad?
HOMBRE: Claro, a él le encantaría.
VIEJO: Vamos, tráigalo. Yo le puedo acompañar.
HOMBRE: Seria un gran gesto.
VIEJO: Hagámoslo. ¿Vive usted muy lejos? Podría traerlo ahora, antes de que
vengan por mí.
HOMBRE: Vivo cerca.
VIEJO: Lo ve. Es el momento. De paso podría ir por mi casa y avisarle a mi
hijo que me recoja un poco más tarde, así puedo hablar con su padre un largo
rato.
HOMBRE: Claro. Eso hare. (Se pone en pie)
VIEJO: Así que su hija tiene ojos marrones.
HOMBRE: Sí. Marrones. Como los de mi madre.
VIEJO: Mi esposa tenía los ojos marrones. La extraño mucho.
HOMBRE: (Para si mismo) Yo también.
VIEJO: ¿Dónde vive usted?
HOMBRE: Cerca. En la casa verde.
VIEJO: El verde es un color horrible.
HOMBRE: A mí me gusta.
VIEJO: También a mi hijo, pero él tiene mal gusto.
HOMBRE: Es tarde…
VIEJO: Si. Ya casi es hora de que vengan por mi…
El viejo se queda mirando el horizonte. El hombre se vuelve a acercar a él.
HOMBRE: Disculpe. ¿Me permite?
VIEJO: Claro. Adelante.
HOMBRE: Gracias. Es un lindo lugar.
VIEJO: Tiene razón. Es un lugar muy apacible.
HOMBRE: Eso parece. Es el primer día que vengo.
VIEJO: Yo estoy aquí todas las tardes desde hace años.
Ambos personajes se quedan viendo el horizonte. Oscuridad.
FIN
AMIGOS DESCONOCIDOS
Adaptación de un texto breve de Juan Mayorga
PERSONAJES:
12
BAJO
ALTO
FIN
TERNURA POLÍTICA
Adaptación de un texto breve de Juan Mayorga
PERSONAJES:
CANDIDATO 1
CANDIDATO 2
FIN
PATRIOTISMO CANINO
15
Adaptación de un texto breve de Juan Mayorga
PERSONAJES:
SOLDADO
GENERAL
FIN
¿SOLO UN LIBRO?
Adaptación de un texto breve de Juan Mayorga
PERSONAJES:
JORGE
LUIS
JORGE: Ese libro. ¿Me lo presta?... Solo por unas horas... Solo una hora.
LUIS: No podrá leerlo en una hora.
JORGE: En menos de una hora lo tendrá de vuelta.
LUIS: Menos de una hora... ¿No lo quiere para leerlo? ¿Para qué lo quiere?
JORGE: Media hora, será suficiente.
LUIS: Mire, no puedo ayudarle. Incluso aunque fuese usted capaz de leer este
libro en un cuarto de hora. Le aseguro que no es nada personal. Simplemente, no
me gusta interrumpir una lectura. De la primera palabra hasta la última, es así
como me gusta leer. Pero le prometo que, en cuanto lo haya acabado, le avisaré
a usted, a fin de que nadie se le adelante.
JORGE: ¿Se está burlando? Lo he visto leer. Aún está en la primera página,
después de veinte años. ¿Cuántos más necesitará sólo para acabar el primer
capítulo?
LUIS: ¿No puede hablar más bajo? Para no molestar a los otros.
JORGE: ¿Qué otros?
LUIS: Los que entren.
JORGE: ¿Desde cuándo viene gente a la biblioteca? Aparte de usted y yo,
quiero decir.
17
LUIS: Nunca, pero… Hay miles de libros en la Biblioteca Nacional, ¿por qué se
ha encaprichado precisamente con éste? No irá a decirme que ya ha leído todos
los demás.
JORGE: Éste es el último que me falta. El resto, los he leído todos.
LUIS: Supongo que dice la verdad. Lo he visto leer. Lo confieso: sabía que
llegaría este momento. Lo aguardaba con temor.
JORGE: También yo lo temía.
LUIS: En cuanto lo he visto dirigiéndose hacia mí, he sabido cuál era su
intención.
JORGE: Me he dirigido a usted con la mejor voluntad, pensando que quizá
querría ayudarme.
LUIS: ¿Ha comprobado que no hay otro ejemplar?
JORGE: Usted sabe que no hay otro ejemplar. ¿Cómo podría haberlo, de un
libro así?
LUIS: En ese caso, creo que ha llegado el momento de consultar al
bibliotecario.
JORGE: Me parece una idea genial. ¿Cuál será la premisa de la consulta?
LUIS: Si un lector puede requerir un libro a otro directamente.
JORGE: Mejor si un lector puede retener un libro hasta su muerte.
LUIS: Debe haber un reglamento.
JORGE: ¿Dónde está?
LUIS: ¿El reglamento?
JORGE: El bibliotecario. Hace tiempo que no lo veo. Desde que me hizo la
última entrega, no he vuelto a verlo. Parece que vamos a tener que solucionar
esto solos.
LUIS: Si es así, hablemos con franqueza, se lo diré claramente: usted no se
merece este libro. Usted no es hombre para este libro. Para usted todos los libros
son iguales. Igual lee el Corán que un recetario de cocina. Igual se traga un
Chesterton que una novelucha de quiosco. Igual un Adolfo Bioy que un Ernesto
Sábato. Usted no lee, solo cruza las líneas con rapidez para satisfacer algún mal
patológico o sabe Dios qué.
JORGE: Todos los libros que he leído son para mí el prólogo de éste.
LUIS: No consentiré que ponga sus sucias manos sobre él.
JORGE: Entonces, no es posible un acuerdo.
LUIS: Mejor no perder más tiempo.
Comienzan a luchar de manera mecanizada, falsa.
JORGE: (Alejándose) No. No. Tu mano a mi cuello. De esa manera me fuerzas
a poner la cabeza sobre la mesa. En el cuello. Es la quinta vez que lo hacemos.
LUIS: Perdón. Es que estoy algo nervioso. Nunca he estado en una audición.
JORGE: Tranquilo. Te está saliendo bien. Vamos. Comencemos de nuevo.
LUIS: Gracias.
Se colocan como en el inicio.
JORGE: Ese libro. ¿Me lo presta?... Solo por unas horas... Solo una hora.
LUIS: No podrá leerlo en una hora.
FIN
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