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Bloque 5. Original

El documento describe la Constitución española de 1812 y el proceso de independencia de las colonias latinoamericanas. La Constitución de 1812 estableció un régimen monárquico limitado con una declaración de derechos, Cortes unicamerales y división de poderes. Las Cortes de Cádiz aprobaron leyes para eliminar el Antiguo Régimen. El proceso de independencia en América Latina se debió a las aspiraciones de los criollos y a las ideas liberales, aunque España se vio debilitada por la invas

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Bloque 5. Original

El documento describe la Constitución española de 1812 y el proceso de independencia de las colonias latinoamericanas. La Constitución de 1812 estableció un régimen monárquico limitado con una declaración de derechos, Cortes unicamerales y división de poderes. Las Cortes de Cádiz aprobaron leyes para eliminar el Antiguo Régimen. El proceso de independencia en América Latina se debió a las aspiraciones de los criollos y a las ideas liberales, aunque España se vio debilitada por la invas

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Bloque 5.

La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente al


Absolutismo.

Estándar nº58: comenta las características esenciales de la constitución de 1812


La Junta Suprema Central se había mostrado incapaz de dirigir la guerra y decidió disolverse
en enero de 1810, no sin antes iniciar un proceso de convocatoria de Cortes para que los
representantes de la nación decidieran sobre su organización y su destino. Mientras se reunían
las Cortes se mantenía una regencia formada por cinco miembros y asimismo, se organizó
una “consulta al país”, a través de las Juntas provinciales o de los ayuntamientos, sobre las
reformas a realizar por las Cortes. A pesar de las dificultades para recoger las respuestas y de
la heterogeneidad de los consultados, predominaba la idea de que la desastrosa acción de los
gobiernos de Carlos IV había provocado la ruina de España. por lo que se pedían garantías
contra el poder absoluto del monarca
El proceso de elección de diputados a Cortes y su reunión en Cádiz fueron difíciles dado el
estado de la guerra, y en muchos casos se optó por elegir sustitutos entre las personas
presentes en Cádiz. El ambiente liberal de la ciudad influyó en que gran parte de los elegidos
tuvieran simpatías por estas ideas. Las Cortes se abrieron en septiembre de 1810 y el sector
liberal consiguió su primer triunfo al forzar la formación de una cámara única, frente a la
tradicional representación estamental. Así mismo, en su primera sesión aprobaron el principio
de soberanía nacional, es decir, el reconocimiento de que el poder reside en el conjunto de los
ciudadanos, representados en las Cortes.
La Constitución de 1812
Una comisión de las Cortes preparó el proyecto de Constitución desde marzo de 1811.
Empezó a debatirse en agosto y se promulgó el 19 de marzo de 1812, día de san José, por lo
que se la conoció popularmente como “la Pepa”. Era un texto largo, de 384 artículos, y su
tramitación se vio afectada por las vicisitudes bélicas y por las diferencias entre absolutistas y
liberales.
La Constitución contiene una declaración de derechos del ciudadano: la libertad de
pensamiento y opinión, la igualdad de los españoles ante la ley, el derecho de petición, la
libertad civil, el derecho de propiedad y el reconocimiento de todos los derechos legítimos de
los individuos que componen la nación española. La nación se definía como el conjunto de
todos los ciudadanos de ambos hemisferios: los territorios peninsulares y las colonias
americanas.
La estructura del Estado correspondía a una monarquía limitada, basada en la división de
poderes y no en el derecho divino. El poder legislativo, las Cortes unicamerales,
representaban la voluntad nacional y poseían amplios poderes: elaboración de leyes,
aprobación de los presupuestos y de los tratados internacionales, mando sobre el ejército, etc.
El mandato de los diputados duraba dos años y eran inviolables en el ejercicio de sus
funciones. El sufragio era universal masculino e indirecto. El monarca era la cabeza del poder
ejecutivo, por lo que poseía la dirección del gobierno e intervenía en la elaboración de las
leyes a través de la iniciativa y la sanción, poseyendo veto suspensivo durante dos años. Las
decisiones del monarca debían ser refrendadas por los ministros, quienes estaban sometidos a
responsabilidades penales. La administración de justicia era competencia exclusiva de los
tribunales y se establecían los principios básicos de un Estado de derecho: códigos únicos en
materia civil, criminal y comercial, inamovilidad de los jueces, garantías de los procesos, etc.
Otros artículos de la Constitución planteaban la reforma de los impuestos y la Hacienda, la
creación de un ejército nacional, el servicio militar obligatorio y la implantación de una
enseñanza primaria, pública y obligatoria. Así mismo, el territorio se dividía en provincias,
para cuyo gobierno interior se creaban las diputaciones provinciales, se establecía la
formación de ayuntamientos con cargos electivos para el gobierno de los pueblos y se creaba
la Milicia Nacional, a nivel local y provincial. El texto constitucional plasmaba también el
compromiso existente entre los sectores de la burguesía liberal y los absolutistas, al afirmar la
confesionalidad católica del Estado.
La acción legislativa de las Cortes
Además del texto constitucional, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de leyes y decretos
destinados a eliminar el Antiguo Régimen y a ordenar el Estado como un régimen liberal.
Así, procedieron a la supresión de los señoríos jurisdiccionales, distinguiéndolos de los
territoriales, que pasaron a ser propiedad privada de los señores. Ello apuntaba hacia un tipo
de reforma agraria que liquidaba el régimen señorial pero que transformaba a los antiguos
señores, y no a los campesinos, en propietarios de la tierra. También se decretó la eliminación
de los mayorazgos y la desamortización de las tierras comunales, con el objetivo de recaudar
capitales para amortizar deuda pública.
Se votó la abolición de la Inquisición, con una fuerte oposición de los absolutistas y del clero,
y la libertad de imprenta, que sin embargo, en lo referente a la religión continuaba bajo el
control de la Iglesia y condicionada por unas juntas de censura. Finalmente, cabe señalar la
libertad de trabajo, la anulación de los gremios y la unificación del mercado. Este primer
liberalismo marcó las líneas básicas de lo que debía ser la modernización de España.
Los legisladores de Cádiz aprovecharon la situación revolucionaria creada por la guerra para
elaborar un marco legislativo mucho más avanzado de lo que hubiera sido posible en una
situación de normalidad. Sin embargo, la obra de Cádiz no tuvo una gran incidencia práctica.
La situación de guerra impidió la efectiva aplicación de lo legislado y, al final de la guerra, la
vuelta de Fernando VII frustró la experiencia liberal y condujo al retorno del absolutismo.

Estándar nº63: explica las causas y desarrollo del proceso de independencia de las colonias
latinoamericana

La emancipación de las colonias americanas fue


protagonizada fundamentalmente por los criollos
(descendientes de españoles, nacidos en América). La
población criolla, enriquecida con el comercio y las
propiedades territoriales, y animada por la experiencia
norteamericana y los principios liberales, aspiraban también a
controlar el poder político en su provecho. Pretendía liberarse
de las restricciones y del monopolio impuestos desde España,
que les impedía, por ejemplo, el libre comercio con Inglaterra,
mucho más ventajoso para ellos. En consecuencia, la lucha
por la emancipación de las colonias se tradujo en un
enfrentamiento en la cúspide entre criollos (partidarios de la independencia) y españoles
peninsulares fieles a la metrópoli.
A. Causas del proceso de independencia
En el primer tercio del siglo XIX, con la independencia de casi todas sus colonias
americanas, el Imperio español conoció su fin y España dejó de ser definitivamente una
potencia mundial. Como hemos anticipado, las causas que movieron a las colonias a
independizarse fueron muy complejas, ya que no solamente eran internas, sino ideológicas
procedentes del exterior:
● Causas Internas: Con respecto a España hay que destacar la difícil situación creada
por la invasión francesa, que supuso la ruptura del contacto directo con América, y el
vacío de poder que creó la retención de los reyes españoles en Francia. Con respecto a
las colonias, hay que destacar, por un lado, el descontento de los criollos
(descendientes de españoles nacidos en América) por quedar apartados del gobierno
de sus países y por el mantenimiento del monopolio comercial español, y, por otro, la
fuerte tensión social en que vivían los indios, negros y mestizos, muy explotados por
los blancos.
● Causas externas: Hay que destacar el influjo de las ideas ilustradas, los ejemplos de la
independencia norteamericana y de la Revolución Francesa, y, además, la ayuda de
Gran Bretaña y EE.UU., países interesados en desplazar a España del comercio
americano.
B. Desarrollo del proceso de independencia
Desde la derrota de Trafalgar, la flota española había quedado prácticamente aniquilada, lo
que suponía dejar a América desprotegida. La Guerra de la Independencia permitió la puesta
en marcha del proceso de emancipación. En un principio, América reaccionó ante la invasión
francesa proclamando su lealtad a Fernando VII y creando juntas, como en la Península. Sin
embargo, en el seno de las juntas americanas se gestó el movimiento insurreccional. El
proceso independizador se puede agrupar en dos etapas:
1. Primera fase (1810-1814)
Surgieron movimientos revolucionarios que crearon nuevos Gobiernos americanos, en un
proceso muy similar en todas las regiones:
1. Se convoca un cabildo abierto en la capital, que sustituía a las viejas autoridades por
una junta, que actuaba como gobierno.
2. La junta organizaba un ejército y establecía relaciones con Inglaterra y Estados
Unidos, para obtener su apoyo. Inglaterra mantuvo un doble juego, ya que ayudaba a
los españoles a luchar contra el ejército napoleónico, pero al mismo tiempo observaba
con agrado los desórdenes de las colonias americanas que permitirían abrir nuevos
mercados al comercio británico.
3. Se convocaba un Congreso con el fin de elaborar una Constitución de inspiración
liberal, que proclamará la independencia en un régimen republicano.
2. Segunda fase (1815-1824)
Con la finalización de la guerra en el territorio español, acabaron también las primeras
independencias americanas. El rey Fernando, en un esfuerzo desmesurado, envió un ejército
de 10.000 hombres que en 1815 había restablecido la situación prácticamente en todas partes.
Pero entre 1816 y 1820 se consumó el proceso de independencia, en el que sobresalieron dos
grandes libertadores: José de San Martín y Simón Bolívar. En esta segunda fase, fue
fundamental el apoyo abierto de Inglaterra y Estados Unidos a favor de los independentistas.
Los nuevos gobiernos formados tras la independencia fueron reconocidos casi
inmediatamente por Inglaterra y Estados Unidos. Cuando acabó el reinado de Fernando VII,
el inmenso imperio colonial había quedado reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El
desastre no sólo fue militar, sino fundamentalmente económico:
● Inglaterra y Estados Unidos suplantaron a España en el control del mercado
americano.
● El comercio con América, una de las principales actividades de la economía española,
se redujo en gran medida y afectó especialmente a zonas como Cataluña, que
orientaba gran parte de su producción a la exportación a las colonias.
● Desaparecieron también los caudales de Indias, importante fuente de ingresos para la
Hacienda Real que quedó al borde de la quiebra.
Los países que surgieron tras la emancipación adquirieron la independencia política, pero no
organizaron unas instituciones políticas, económicas y sociales estables. Muchos de ellos se
han debatido entre contradicciones internas y presiones externas que todavía configuran su
situación actual. La vida cultural de Hispanoamérica tras la independencia se caracterizó por
el mantenimiento del origen cultural hispánico. Pero a lo largo del tiempo se fueron
acumulando influencias de otras culturas, provenientes de EE.UU.

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