Sin Título
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Hijo: ¡Mamá, ya tengo quince años! Quiero salir con mis amigos,
¿por qué no puedo volver después de las doce de la noche?
¡Todos mis amigos pueden!
Hijo: ¡No voy a hacer nada de eso! ¡Ojalá tuviera otra madre! (Se
escucha una voz)
Hijo: Todavía.
Mamá 2: ¿Y, por qué…? ¡Vamos, rápido! ¡Al piso! ¡50 planchas…! ¿Te estoy
mirando, ah? ¡Empieza, uno…, dos…, tres…!
Hijo: (hace los ejercicios, luego se levanta agotado) ¡Asuu…! ¡Qué es esto…!
¿Ustedes no quieren que yo tenga una madre así, no? (hablando al
público)
Hijo: Yo necesito una madre calmada, que me trate con suavidad, sin
presiones, que viva y disfrute la vida con calma; que sea más relajada…
Hijo: Hola mamá, que bueno que te encuentro en casa. Mamá, sabes, me
duele la cabeza.
Mamá 3: ¡Hijo, sabes, relájate, vive la vida sin apuros, con mucha paz y
mucho amor… ¡Vamos…, súbete a mi nube y verás que se te pasará el dolor
de cabeza!
Hijo: ¿Quéééé….? ¿Subirme a una nube…? ¡Esta mamá está más volada!
¡No, no, no…! Yo no quiero esta mamá.
Hijo: ¡Yo necesito una madre que se preocupe por mí, por las cosas que
me pasen, que viva pendiente de mí…!
Hijo: Todo bien, mamá, sólo que el profesor quiere hablar contigo
mañana…
Mamá 4: ¿Qué…?
Mamá 5: Para nada, hijo. ¿Tú sabes la cantidad de bacterias que hay
en el ambiente y el peligro de adquirir enfermedades? Mira, aquí
tienes tu cepillo, tu jabón germicida y tu toalla…
Hijo: ¡Nooo…! ¡Tampoco es así, yo puedo hacer las cosas solo, y puedo
ayudar en la casa. No quiero una madre que sea la empleada del
hogar!
Hijo: Yo quiero tener está vez una madre que se vista bonita, con una
blusita y una falda pegadita, con sus manos cuidadas, que siempre
esté arreglada a la moda.
Hijo: ¿Quéeee……?
Hijo: ¡Oh, nooo…! Está bien que la moda no incomoda, pero esto es una
exageración….
Hijo: ¡Pero, mamá! la invitación es para nosotros, sólo los amigos del
salón.
Fin