Circular #87 Jornada Mundial de Los Abuelos 2023
Circular #87 Jornada Mundial de Los Abuelos 2023
Circular #87 Jornada Mundial de Los Abuelos 2023
T R I E N I O O2019-2022
CIRCULAR Nº 87
Que junto a nuestros nietos, dejemos que la bendición de San Joaquín y Santa Ana
abuelos de Jesús, nos inunde y nos desborde para agradecer por ese regalo. Tienen corazón de
Ángel !
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La Santa Sede
23 de julio de 2023
Para acoger mejor el estilo de actuar de Dios, recordemos que el tiempo tiene que ser
vivido en su plenitud, porque las realidades más grandes y los sueños más hermosos no
se realizan en un momento, sino a través de un crecimiento y una maduración; en camino,
en diálogo, en relación. Por ello, quien se concentra sólo en lo inmediato, en conseguir
beneficios para sí rápida y ávidamente, en tener “todo enseguida”, pierde de vista el
actuar de Dios. Su proyecto de amor, por el contrario, atraviesa pasado, presente y futuro,
abraza y pone en comunicación las generaciones. Es un proyecto que va más allá de
nosotros mismos, pero en el que cada uno de nosotros es importante, y sobre todo está
llamado a ir más allá. Para los más jóvenes se trata de ir más allá de esa inmediatez en la
que se confina la realidad virtual, la cual muchas veces distrae de la acción concreta; en el
caso de las personas mayores se trata de no hacer hincapié en las fuerzas que decaen y
de no lamentarse por las ocasiones perdidas. Miremos hacia adelante.
Dejémonos plasmar por la gracia de Dios que, de generación en generación, nos libra del
inmovilismo en el actuar y de los remordimientos del pasado.
En el encuentro entre María e Isabel, entre jóvenes y ancianos, Dios nos da su futuro. El
camino de María y la acogida de Isabel abren las puertas a la manifestación de la
salvación. A través de su abrazo, la misericordia de Dios irrumpe con una gozosa
mansedumbre en la historia humana.Quisiera pues invitar a cada uno de ustedes a pensar
en aquel encuentro, más aún, a cerrar los ojos y a imaginar, como en una foto, aquel
abrazo entre la joven Madre de Dios y la madre anciana de san Juan Bautista; a
representarlo en la mente y a visualizarlo en el corazón, para fijarlo en el alma como un
luminoso icono interior.
La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores quiere ser un pequeño y delicado
signo de esperanza para ellos y para toda la Iglesia. Renuevo por ello mi invitación a todos
—diócesis, parroquias, asociaciones y comunidades— a celebrar esta Jornada, poniendo
en el centro la alegría desbordante de un renovado encuentro entre jóvenes y ancianos. A
ustedes, jóvenes, quese están preparando para ir a Lisboa o que vivirán la Jornada Mundial
de la Juventud en sus lugares de origen, quisiera decirles: antes de ponerse en camino
vayan a encontrar a sus abuelos, hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración
los protegerá y llevarán en el corazón la bendición de ese encuentro. A ustedes ancianos
les pido que acompañen con la oración a los jóvenes que van a celebrar la JMJ. Estos
muchachos son la respuesta de Dios a sus peticiones, el fruto de lo que sembraron, el signo
de que Dios no abandona a su pueblo, sino que siempre lo rejuvenece con la fantasía del
Espíritu Santo.
Queridos abuelos, queridos hermanos y hermanas mayores, que la bendición del abrazo
entre María e Isabel los alcance y colme de paz vuestros corazones. Los bendigo con
afecto. Y ustedes, por favor, recen por mí.
Francisco