Etnografia Analisis

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Universidad Central de Venezuela

Escuela de Antropología

Departamento de Etnología y Antropología Social

Etnografía General

PIEL Y CULTURA: EL USO DEL TATUAJE COMO MEDIO DE SIGNIFICACIÓN

Y EXPRESIÓN DEL YO

Estudiante: Profesora:

Arianna Cuotto María Del Pilar González

29.557.321

Caracas, mayo 2023


El tatuaje es una forma de arte corporal en la que se agrega tinta a la piel para crear

patrones permanentes. Este concepto puede compararse con el de Chiribo (2002), quien lo

expresa de la siguiente manera:

Un tatuaje como marca en la piel, tanto en su dimensión pictórica y bíblica, como

restaurador de memoria y constructor de identidad. El tatuaje, más que un fenómeno actual

entre los jóvenes, es una forma de escritura del cuerpo y de configuración del discurso de la

identidad personal. (pág.10)

A lo largo de la historia, los tatuajes se han practicado en diversas culturas alrededor

del mundo por motivos rituales, estéticos, de identidad, de protección, de sanación y de

castigo. Hoy en día, los tatuajes son una forma popular de expresión personal y se ven de

muchas maneras, desde el reconocimiento artístico hasta la identificación de subculturas.

Los tatuajes se han convertido en una forma dominante de autoexpresión en la

sociedad actual, y la gente los usa para mostrar su cultura, herencia e identidad personal. Sin

embargo, la práctica del tatuaje plantea cuestiones importantes sobre la apropiación cultural,

la influencia de las tendencias y la relación entre los tatuajes y la cultura.

En entregas anteriores, se especificó los objetivos a tratar en el trabajo, tales como:

● Comprobar la existencia y carácter de las relaciones entre ciertas variables

(edad, creencias religiosas, prejuicios, las imágenes tatuadas en los individuos)

asociadas a la importancia e incidencia del tatuaje en la cultura.

● Observar e interpretar los significados simbólicos atribuidos a los tatuajes y su

función social según la selección de los mismos.

● Determinar y analizar si los tatuajes son una forma de construcción identitaria

del sujeto o de forma grupal.


● Conocer y analizar la relación existente entre el tatuaje y la zona del cuerpo

donde se encuentra por/para el individuo.

El tema de investigación se centra en analizar las percepciones de los tatuajes como

elementos culturales e identitarios, así como los significados simbólicos que se les atribuyen.

El estudio tiene como objetivo explorar la relación entre los tatuajes y la construcción de la

identidad del sujeto individual y grupal.

El tatuaje se puede utilizar como una forma de expresión cultural porque es una forma

de arte corporal que ha existido en diferentes culturas durante siglos. Los tatuajes pueden

tener un significado simbólico y representar la identidad cultural, las creencias religiosas, los

rituales, la historia y las tradiciones de una comunidad en particular. Además, un tatuaje

puede ser una forma de mostrar orgullo y afirmación cultural, se puede entender que un

tatuaje “modifica el aspecto físico de un individuo a voluntad propia, lo cual podría generar

un cambio en la percepción e interpretación corporal de una persona” (Ballén & Castillo,

2015, pág. 106). Al exhibir diseños tradicionales y técnicas de tatuaje específicas de una

cultura, las personas pueden celebrar su herencia y compartir su identidad cultural con el

mundo “El hecho de que el tatuaje sea un texto simbólico de carácter colectivo lo convierte

en un elemento capaz de expresar y mostrar el "ethos" de una determinada cultura expresado

de forma sensible y externa a través del simbolismo social.” (Walzer, 2015, p.3)

El individuo marca su cuerpo con el tatuaje, para identificarse así mismo de otro o

comunicar aspectos de su vida de diferentes índoles, hacen que su cuerpo sea un espacio

donde pueda colocar formas y figuras que contengan un mensaje.

Estas inscripciones corporales cumplen funciones distintas según la sociedad en

cuestión. Son sin duda instrumentos de seducción, pero más aún un modo ritual de afiliación

y de separación. Incorporan simbólicamente al hombre en la comunidad o en el clan, y lo


separan de los miembros de otras comunidades o de otros clanes, así como de la naturaleza

circundante (Le Breton, 2002, pág. 62).

El cuerpo es considerado un territorio donde los sistemas de poder ejercen un control,

limitando su accionar en el espacio donde coexiste. La territorialidad del cuerpo como

espacio de contra poder que se antepone a los cánones establecidos por el sistema que

gobierna a los cuerpos, en esos espacios el cuerpo deja de ser cosificado y se lo ve como un

sujeto, donde se puede realizar modificaciones, en este caso el tatuaje pasa a ser un símbolo

donde el cuerpo es resignificado y deconstruido dejando de lado lo establecido por la

sociedad. (Maldonado, 2010)

El cuerpo tatuado es un claro ejemplo que permite proponer una desterritorialización

donde se desvincula del concepto impuesto por la sociedad y los sistemas de poder, que se

pretendía en los inicios. El tatuaje le permite contraponerse a las normativas lógicas del

modelo capitalista, con la construcción subjetiva que es ejecutada en su territorio local, es

decir cuerpo donde es sorteado a los nuevos dispositivos de control que se implementan para

dar directrices de que es bueno, normal, adecuado estilístico, entre otros. (Kosut, 2015)

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los tatuajes también pueden ser

malinterpretados o apropiados culturalmente si se usan sin un entendimiento adecuado de su

significado cultural.

La apropiación cultural ocurre cuando se toman elementos de una cultura no

dominante y a la que no se pertenece y se utilizan en beneficio propio despojándose de todo

su valor simbólico original, para convertirlos en algo superficial y lucrativo; estos elementos

siendo “... por las cuales esa población ha sido oprimida o reprimida a lo largo de la historia,

en especial, a raíz de la colonización.” (Bonet et al, 2020, p.5). La apropiación cultural es una

forma de colonización y va de la mano del "borrado cultural", entendido como la privación a


los pueblos de su cultura auténtica y tradicional a efectos de controlarlos y "civilizarlos"

como parte de la cultura o sociedad dominante.

No es raro que estas apropiaciones culturales se deban a tendencias de modas, esto

gracias a las redes sociales y a los “trending”. Esto puede contradecir un poco el hecho del

uso del tatuaje como medio de individualización identitaria, dado que varios sujetos pueden

tatuarse el mismo diseño por estar de moda, pero “el tatuaje pueda conllevar cierto grado de

estigmatización, no frenará a la persona a hacérselo. Y más cuando las tendencias y modas

actuales están introduciendo el tatuaje “visible” en campañas publicitarias, donde el hecho de

lucir un tatuaje” (Rojo, 2015, pág. 69). Pero a la vez el individuo consume y se realiza una

marca para sumarse a la sociedad que ve de ejemplo.

Aunque los diseños pueden ser similares, los significados sociales del tatuaje difieren

considerablemente entre las sociedades tradicionales y las contemporáneas. En las sociedades

tradicionales, el tatuaje nunca se considera un fin en sí mismo, sino que siempre está asociado

a ceremonias colectivas o rituales de paso, marcando el tránsito hacia la madurez de una

persona. El tatuaje es parte de una ritualidad más amplia en el cuerpo. La individualidad no

puede existir sin perder la conexión con la comunidad y el cosmos. (Le Breton, 2013)

En contraste, en nuestras sociedades, los tatuajes son una forma de expresión personal

que individualiza y marca a un individuo, sin tener un vínculo directo con la comunidad y el

cosmos como en las sociedades tradicionales. Los tatuajes son una decisión personal que no

afecta al estatus social, aunque sí pueden indicar la presencia de una individualidad única

“Para cambiar de vida, se modifica el cuerpo, o por lo menos se intenta. De ahí la

proliferación de intervenciones corporales en unas sociedades, las nuestras, donde impera la

libertad, es decir, donde el individuo decide sobre su vida.” (Le Breton, p.28)
Cada tatuaje evoca un ritual de paso en la vida tanto en el tatuado como en tatuador,

son parte de la capacidad del sujeto para transformarse y poder ser único en relación con los

demás, portando su material simbólico en forma de arte corporal para mostrar una

experiencia de vida, una relación de su yo social con su yo interno, una capacidad de

evolución y transformación de los sentidos subjetivos tanto del que porta el tatuaje como del

que lo ve.

En la subjetividad social toman forma subjetiva una multiplicidad de efectos y de

contradicciones de todas las esferas de la vida social, que resultan inaccesibles en su

apariencia social. Dicha subjetividad integra, en las producciones subjetivas de cada espacio

social concreto, una miscelánea de procesos subjetivos que tienen su génesis en otros

espacios de la vida social. Lo que es interesante es que la persona es la portadora de esos

procesos subjetivos en su tránsito simultáneo por múltiples espacios sociales. La persona es

un sistema complejo en los múltiples sistemas sociales en que actúa.

Sin embargo, esa producción subjetiva no se formó apenas por la forma en que

espontáneamente esas relaciones se organizaron en el curso del tiempo, sino en torno a

sentidos subjetivos, los cuales, a su vez, están configurados en torno a relaciones de poder,

códigos y valores dominantes en esos espacios sociales, que penetran de diferentes formas en

los sistemas de relaciones. (González. 2008, p. 11)

Así pues, la subjetividad social no es una instancia supraindividual que existe más allá

de las personas, más bien, es un sistema de sentidos subjetivos y configuraciones intrínsecas

que se instalan en los sistemas de relaciones sociales y que se actualiza en los patrones y

sentidos intangibles que caracterizan las relaciones entre personas que comparten un mismo

espacio social.
Se ha tomado el tatuaje como un símbolo, debido a su naturaleza particular ya que el

existe por medio del sujeto, el cual le da un valor independiente dentro del significado de

cada marca en la piel, un solo tatuaje, jamás tendrá un solo significado, tendrá como mínimo

tres significados, lo que significa para el que se hizo el tatuaje, lo que representa para el que

modifica al sujeto y lo que aparenta para las personas que ven el dibujo plasmado en la piel,

de acuerdo con la anterior afirmación, la piel tatuada como lenguaje simbólico interviene en

un acto comunicativo decodificado según determinados parámetros culturales “Al no haber

posibilidad de una lectura sólo del dibujo, la imagen podría interpretarse bajo un mismo

concepto lo que puede llevar a la noción de cierta universalidad de su expresión.” (Chiriboga,

p.55)

El dolor del tatuaje es un rasgo común en los seres humanos, en menor o mayor

medida. Es importante conocer la subjetividad que aborda este aspecto en el tatuaje, por

razones emocionales que le lleva a insertar diseños en su piel, causándole dolor físico. El

dolor tiene diferentes formas de aparecer en el ser humano y por consiguiente saber el motivo

del dolor en el tatuaje es importante. El dolor visto según el libro de Antropología del dolor

de Le Breton (1995), dice que “El dolor siempre apresa al sujeto en medio de la maraña de

una historia personal. Oscila entre el dolor de vivir y el dolor del cuerpo, uniéndose uno al

otro de manera sutil y necesaria, o a veces de manera loca y cruel” (p. 67).

El dolor al hacerse un tatuaje en la antigüedad era considerado un símbolo de una

persona fuerte, que resiste el sufrimiento y podía superar otras pruebas de vida, se podría

decir que era un tipo duro que ha pasado adversidades. A esto Le Breton (2013) expresa lo

siguiente:

Los tiempos, sin embargo, han cambiado y ya no valoran el hacer gala de resistencia

y aguante. Nuestras sociedades temen el dolor y lo combaten con todo tipo de analgésicos. El
tatuaje, no obstante, sigue siendo doloroso pues su realización exige tiempo e invade la carne

(p. 20).

La subjetividad en el tatuaje parte de las percepciones propias del grupo y la

necesidad de los individuos de reafirmarse, como productores de nuevas significaciones y

simbolismo ligados al tatuaje. A partir de la subjetividad nace la personalidad que muestra

una identificación estable, que determina la conducta en un estado firme en ocasiones y se

diferencie de la conducta de otras personas en situaciones similares. (Pérez, 2009)

En conclusión, los tatuajes sirven como elementos culturales y de identidad que

pueden expresar significados simbólicos y representar el patrimonio cultural, las creencias,

los rituales, la historia y las tradiciones de una comunidad en particular. Se explora la relación

entre los tatuajes y la construcción de la identidad individual y grupal, destacando cómo los

tatuajes pueden ser una forma de expresión cultural y una forma de mostrar orgullo y

afirmación cultural. Se enfatiza el aspecto social subjetivo de los tatuajes, ya que están

influenciados por las relaciones de poder, los códigos dominantes y los valores dentro de los

espacios sociales.

Los tatuajes son vistos como un lenguaje simbólico que comunica múltiples

significados, tanto para el individuo que se hace el tatuaje como para quienes lo perciben. El

acto de tatuarse permite a los individuos marcar su cuerpo y comunicar diversos aspectos de

su vida, a la vez que sirve como ritual de filiación y separación. Sin embargo, la moda de los

tatuajes y el potencial de apropiación cultural pueden desafiar la noción de los tatuajes como

un medio de identidad individual. A pesar de esto, los tatuajes continúan siendo una poderosa

forma de autoexpresión y una forma de que las personas se conecten con sus comunidades y

culturas.
En general, los tatuajes juegan un papel importante en la construcción de identidades

personales y colectivas, sirviendo como representación visual del patrimonio cultural y las

experiencias individuales
BIBLIOGRAFÍA

Ballén, J., & Castillo, J. (2015). La práctica del tatuaje y la imagen corporal. Revista

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Bonet Luis, et al. 2020. Encuentros y perspectivas de la apropiación cultural. Prospectivas y

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Chiriboga Ante, Maria J. 2002. El Tatuaje Como Pictoescritura Corporal: Identidades

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Kosut, M. (2015). Tattoos and Body Modification. International Encyclopedia, 32-38.

Le Breton, D. (1995). Antropología del dolor. Paris: Editions Métailié.

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Le Breton, D. (2002). La sociología del cuerpo. Buenos Aires: Nueva Visión

Maldonado, C. (2010). Desterritorialización del cuerpo. El tatuaje y la episteme de lo

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Pérez, A. (2009). Cuerpo tatuados, "almas" tatuadas: nuevas formas de subjetividad en la

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