Fidelidad
Fidelidad
Fidelidad
Dt. 7:9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y
que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le
odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y
decretos que yo te mando hoy que cumplas.)
El término proviene del latín fidelĭtas y también permite hacer referencia a la exactitud o
puntualidad en la ejecución de una acción. La fidelidad es la virtud para dar cumplimiento
a una promesa.
La raíz hebrea AT = significa soportar, permanecer, apoyar. En donde podemos apoyarnos o
permanecer con seguridad. La palabra griega usada en el Nuevo Testamento significa
confiable o digno de confianza.
Fidelidad implica estabilidad, firmeza, certeza y permanencia. La fidelidad emana de un
lugar que está firmemente establecido, un lugar duradero. La fidelidad es inmutable. La
fidelidad es inquebrantable. La fidelidad es un fundamento sobre el cual puede construirse
sin preocuparse de cambios futuros. La fidelidad es cien por ciento segura.
1 Corintios 1:9 9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.
En Dios uno puede apoyarse con total confianza. Él es firme, tanto en afecto como en
solidaridad. Él es firme en su voluntad de cumplir sus promesas y en llevar a cabo lo que ha
dicho. Cuando Él dice que hará algo, no hay duda alguna que así será. No hay obstáculo
que pueda impedirle realizar lo que ha dicho que haría.
Una vez Dios habla, es imposible que esas palabras regresen sin completar la tarea para la
cual fueron enviadas. (Is. 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Él
cumple fielmente Su palabra. Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero,
el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes
lo aman y obedecen sus mandamientos. (Dt. 7:9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios,
Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece,
destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda,
por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.)
Debemos permitir que la palabra de Dios fluya en nosotros de maneras que permitan que
nuestra mente capte y entienda absolutamente que nuestro Dios es fiel. Entonces, debemos
ir y de nuestra boca debe salir hacia el mundo un sonido tan recio que retumbe anunciando
la fidelidad de Dios. ¡Él no sabe fallar! Lectura 2ª Timoteo 2:11-13 11 Palabra fiel es esta: Si
somos muertos con él, también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si
le negáremos, él también nos negará. 13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede
negarse a sí mismo.
En este texto, fidelidad e infidelidad se hallan contrastadas.
A pesar de nuestra infidelidad, Dios permanece fiel. La infidelidad es uno de los pecados más
prominentes en nuestra sociedad hoy. Si nos fijamos en el mundo de los negocios, salvo raras
excepciones, vemos que los hombres no se sienten ligados por la palabra empeñada. Si de
ahí pasamos a la esfera social y nos detenemos a considerar la institución del matrimonio,
observamos como la infidelidad conyugal es la que más abunda; lo que eran los lazos
sagrados del matrimonio en que los cónyuges se prometían fidelidad mutua se quebrantan
con la misma facilidad con que se desecha un vestido viejo. Si nos trasladamos al marco
eclesial, sabemos que varios miles de hermanos y hermanos prometieron un día servir al Señor
con fidelidad y han pasado los años y aquella promesa ha pasado a engrosar el baúl de los
recuerdos.
¡Cuántas veces hemos sido infieles a Cristo, pero que bendición es levantar nuestros ojos y
ver que él es fiel en todas las cosas y en todo momento! "Reconoced, pues, que el Señor
vuestro Dios es el Dios verdadero, que cumple fielmente su pacto generación tras generación
con los que le aman y cumplen sus mandamientos, pero que destruye a aquellos que le
odian, dándoles su merecido" (Dt. 7:9). La fidelidad es una cualidad esencial del ser de Dios,
ya que sin ella no sería Dios y está íntimamente unida a la verdad. Para Dios, ser infiel sería
obrar contra su propia naturaleza, lo cual es imposible.
Dice el salmista con relación al Señor "SEÑOR, tu fiel amor llega hasta el cielo, tu fidelidad
hasta las nubes." (Sal. 36:5 Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia,Y tu fidelidad alcanza
hasta las nubes.), es decir, es tan inmutable que está por encima de la comprensión finita.
Todo lo que concierne a Dios es enorme, grandioso e incomparable. Él nunca olvida ni falta
a su palabra, nunca la pronuncia con vacilación ni renuncia a ella. El Señor se ha
comprometido a cumplir cada una de sus promesas, cada una de sus profecías, cada pacto
establecido y cada amenaza. ¡Bendita fidelidad la de nuestro Dios! ya que el creyente puede
exclamar con el profeta Jeremías: (Lamentaciones. 3:22-23)." Por la misericordia de Jehová
no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 nuevas son cada
mañana; grande es tu fidelidad.