Clase 5 - Crónicas Patrióticas

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EPP Nº 12 “Remedios de Escalada de San Martín”

Taller de Periodismo
Prof. Daiana Rivarola

Clase Nº 5: Crónicas Patrióticas

Actividad de inicio
Los estudiantes leerán la siguiente crónica para recuperar las características del tipo
textual y su estructura:
“Crónica del chico que se guarda el flancito”
En: https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-304478-2016-07-17.html

Crónica del chico que se guarda el


flancito
Página/12 recorrió escuelas y comedores del distrito más grande de la provincia de
Buenos Aires. Los cupos que no alcanzan. Las zapatillas que faltan. El SUBE que baja. Un
Bicentenario distinto. El compromiso concreto de maestras y maestros.

 Por Martín Granovsky

Los chicos están eufóricos: hoy hay flan. ¡Y con dulce de leche! Miran con ganas los baldes
que las dos empleadas del comedor van repartiendo con su rutina perfecta. Extraen el flan de
un balde y el dulce de otro y cada cucharón de flan tiene la misma cantidad que otro cucharón
de flan. Los chicos comen su porción en alrededor de cinco segundos y se relamen. Salvo uno.
Serio, saca un pequeño tupper de la mochila, toma el flan y lo guarda. Uno de los directivos de
la escuela justo camina en ese momento por el comedor y ve la escena de reojo. “Seguro está
guardando el flan para repartirlo en la casa con los hermanitos”, supone. Y llora.

Está prohibido sacar comida de la escuela. Normas bromatológicas lo impiden.

—¿Qué voy a hacer? ¿Le voy a prohibir que se lleve el flan? –pregunta el directivo.

Es una pregunta retórica, claro, como tantas otras en este día helado de julio en La Matanza.
Son las doce y el día sigue fresco. Muy fresco. Las escuelas o no tienen estufas, o tienen dos o
tres. En los comedores no hay ninguna. Sin que nadie les haya recomendado no andar en
remera los chicos llegan a la escuela abrigados. Polar, campera, bufanda tejida. Y se dejan
todo puesto porque hace frío en esos ambientes altos.

Ni los maestros ni los directores ni las directoras que conversaron con Página/12 se pasaron un
milímetro de su función. Nadie incurrió en el equivalente simétrico del “Sí se puede” con el que
Mauricio Macri arengó a chiquitos de nueve o diez años el último 20 de junio. Pero en muchos y
muchas de ellos empieza a cundir el miedo o el cuidado ante posibles represalias. Por eso esta
crónica precisa de un pacto con los lectores. Un pacto de credibilidad. Nada de lo que se
publica es fruto de la imaginación. Todo fue recogido de relatos u observaciones directas en
escuelas de La Matanza, el mayor distrito de la provincia de Buenos Aires, con más de dos
millones de habitantes y destino principal de las migraciones internas, sudamericanas o dentro
del país. Migraciones constantes, con asentamientos nuevos cada día, que cambian el tablero
de necesidades y agigantan la demanda de soluciones. Hay 210 escuelas primarias, 183
secundarias, catorce escuelas técnicas y 19 escuelas especiales. Desde que Carlos Menem
decidió atomizar la educación y la salud, todas dependen del Estado bonaerense.
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Por ese pacto con los lectores no habrá nombres de personas ni identificación de escuelas que
pertenecen a ese universo de escalas chinas o brasileñas.

Es una lástima, porque sería bueno nombrar a esa maestra que después de cuatro horas de
clase divierte unos minutos a los chicos para sacudirles algún sopor que les pueda haber
quedado.

Maestra: “¿Hoy es un lindo dí...?

Chicos: “¡A!”.

Maestra: “¿La seño es la más lin...?”

Chicos: “¡da!”

Maestra: “¿Y la seño es la más lo...?”

Chicos: “¡ca!”.

Pero mejor no nombrar a la maestra, así nadie la baja del tren educativo.

Tampoco a otra que en un momento de relax pregunta de qué cuadro son. Casi todos gritan
Boca. River sale segundo. Racing lejos, con uno. El pizarrón muestra una clase de matemática.
La multiplicación se enseña con las seis cuotas de una heladera. En el pizarrón figura con un
precio de 6200 pesos.

–La dejamos barata –dice la seño–. Ojalá me pudiera comprar una a ese precio.

—¿En esta clase se venden heladeras sin intereses?

–La matemática no los incluye –sonríe la seño–. Estoy enseñando a dividir y multiplicar por
seis.

Las aulas de las escuelas donde van los chicos más vulnerables y vulnerados de La Matanza
reflejan trabajo. Mucho trabajo de los alumnos y de los maestros. Las letras tienen carteles con
dibujitos de colores. La B es de babero, barrilete o botella. La F, de farol, flor y foca.

En un pizarrón quedó registrado el estudio de los animales. “Todos tienen diferente ropa”, dice
el cartel. Aparecen fotos pegadas de una gallina, un león y una víbora. Plumas, pelo, escamas.

El mejor lugar de cada escuela es para los libros. Para que no los ataquen ni la humedad ni las
ratas.

Las cocineras, literalmente, multiplican los panes.

Entrar a una escuela es subir varios escalones en organización social, en escucha, en orden
creativo, en atención de los derechos de los chicos.

La SUBE
Una de las escuelas atiende a un grupo de madres y padres. Más de ellas que de ellos.

Una tiene un chico en brazos. Habla castellano con acento guaraní.

–Soy paraguaya –dice como si hiciera falta–. Y mi nene es argentino. Como el que llevo
adentro y está por venir.

Sentada, disimulaba el embarazo.

Una mujer de rizos morochos dice que no le alcanza para vivir.


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–¿No te ayuda la asignación? –le preguntan.

–No la cobro. No pude hacer los documentos de los chicos.

–Mami, tenés que traer los documentos.

–No tengo documentos y me queda lejos para sacarlos. Vendo zapatos que consigo por ahí.
Ahora no mucho, porque ya a la gente le sobran menos zapatos. Caminando no llego a
atenderme por el asma. Los chicos también tienen asma y no puedo hacerlos caminar. Y no
tengo dinero para la SUBE.

La SUBE es un gran tema. El nivel de vida implica gastos tan ajustados que ya no se trata solo
de medir la incidencia del transporte en las compras cotidianas. Con las nuevas tarifas dos o
tres viajes juntos pasaron a ser un lujo.

El tiempo tiene valor cero. O al revés: es un enorme gasto. El centro sanitario más cercano
obliga a estar a las cuatro y media de la mañana para sacar uno de los diez turnos diarios de
pediatría.

Un señor describe que vive inundado.

–Estoy allá abajo. El agua del arroyo se mete en la casa y a veces tarda mucho en irse. La
humedad que se queda es horrible. Cuando desborda el arroyo, de los pozos del baño sale de
todo.

En caso de inundación los grandes se quedan en casa y los chicos van al colegio. Los chicos
van para estar abrigados, o por lo menos secos. Los grandes no se van por miedo a que al
volver encuentren pelado lo que de por sí ya es ralo en bienes. “Solo vendemos algo en la feria
y a veces pasa alguien y con maldad nos saca todo. En la casa sería peor.”

Una señora cuenta de la humedad lo mismo que el señor.

–Yo vivo por allá abajo.

Allá abajo es, también, la cercanía con el arroyo que desborda.

El tono de los que sufren el humedal mezclado con el frío es descriptivo. Sería tentador hablar
de resignación. Sin embargo, parece otra cosa. El tono neutro de quien está acostumbrado a
vivir así y no quiere cargar las tintas en la queja, tal vez porque debería pasar de la tolerancia a
la desesperación y trata de evitar la desesperanza.

Una señora habla con el castellano cuidadoso de los bolivianos.

–Me siento muy mal y les pido ayuda. Mis criaturas están enfermas y yo también. Estoy mal de
los pulmones. Tengo los pulmones débiles. Quisiera que viniera a ver donde vivo. Ya no tengo
medicamentos, y si los tengo no los puedo tomar porque estoy en ayunas siempre. Y no se
pueden tomar medicamentos sin comer antes.

Tampoco tiene asignación. Tampoco tiene DNI. Tampoco tiene para la SUBE.

Arregla con directivos y maestras para llevar sus datos y conseguir la AUH pero su lucha con la
Sube es inmediata. Ya mismo necesita una carga porque los problemas pulmonares –quizás la
tuberculosis– le impiden caminar.

Una maestra saca dinero del bolsillo y se lo da a la señora para la SUBE.

–Y bueno, nosotros que estamos mejor siempre hacemos así –cuenta.

La maestra que está mejor gana doce mil pesos por mes. Su tono cuando habla del ingreso
propio también es neutro, porque aquí no está discutiendo el convenio sino comparando su
vida con la de aquella madre. Usa el tono neutro que refleja una costumbre y una naturalidad
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con ese tipo de situaciones. No hay proclama de heroísmo civil ni de altruísmo. Ninguna pose.
Se nota la certeza de que ésa no será la última vez en que una maestra carga la SUBE de una
madre.

Locos
El club de barrio está al tope. Mucha gente y pocos autos. El más nuevo es un Fiat Duna color
lacre. Unos micros esperan sobre el barrial de entrada, porque viene lloviendo y la arcilla tarda
más en secar, unos micros esperan. Cuatro escuelas festejan el bicentenario del 9 de Julio.

–Las cuatro se crearon al mismo tiempo y crecieron juntas –cuenta una de las directoras–. Es
un fenómeno lindo porque tienen una identidad fuerte.

A la entrada, hacia la izquierda, madres y padres, y más bien madres, venden empanadas,
locro y chipá.

En el estadio del club cientos de chicos revolotean dentro de la formación de cada grado.
Cientos de celulares centellean. Fotos, fotos, fotos. Videos. Quienes están aquí no parecen
haber viajado a Disney como parte de la fiesta que pintó un economista. Pero los teléfonos fijos
ya no existen. Es el tiempo de los celulares con tarjeta y con la suficiente memoria y definición
de pantalla como para que padres y madres saquen fotos. Todos parecen haber trabajado
fuerte. En el escenario diez chicas vestidas de combatientes de Martín Miguel de Güemes
exhiben felices sus vestidos punzó color poncho salteño. Y sus trenzas.

Resuenan fuerte los acordes de un clave. Inconfundible el arreglo de Ariel Ramírez, que
también compuso la música de la hermosa poesía escrita por Félix Luna. Arranca Mercedes
Sosa: “Juana Azurduy/ flor del Alto Perú./ No hay otro capitán/ más valiente que tú”.

Frente a las chicas de Güemes, diez chicos tienen en su mano un cetro. Golpean en el piso ese
bastón que viene de los alcaldes indígenas y sirve para afirmarse en la montaña. Bailan. Las
chicas son más sueltas. Los chicos, más pataduras. Como corresponde. Delante del escenario
se prepara para subir todo un grado con sombreros de paisano. Y otro grado con gorros de
colla que forman una Quebrada de Humahuaca multicolor en La Matanza.

Mercedes Sosa de nuevo: “Truena el cañón/ préstame tu fusil/ porque la revolución/ viene
oliendo a jazmín.”

En el escenario un cartel en celeste y blanco dice: “La educación y el conocimiento son la base
de la libertad”.

Lee su discurso la directora. “Junto con las actas de la Independencia los congresales de
Tucumán redactaron el Manifiesto de Agravios cometidos por el rey y los españoles”, narra. Y
cita uno de los agravios: “Desde que los españoles se apoderaron de estos países prefirieron el
sistema de asegurar su dominación exterminando, destruyendo y degradando pueblos enteros,
quedando sepultados entre las ruinas, pereciendo con el antimonio, bajo el diabólico sistema
de mitas”.

La directora no se pierde una módica ironía. “No existía angustia por separarse de España”,
dice sin nombrar al Presidente ni a su frase pronunciada en Tucumán ante el emérito rey Juan
Carlos de Borbón. “Existía bronca y dolor.” La directora basa su interpretación en una cita de la
famosa carta de San Martín al diputado cuyano Tomás Godoy Cruz. “¿No le parece a usted
una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener pabellón y cucarda y por último hacer la guerra al
soberano de quien hoy se cree que dependemos de ellos? ¿Hasta cuándo esperaremos para
declarar nuestra independencia?”.

También cita a Manuel Belgrano: “Somos locos porque pensamos que todos los hombres
nacen iguales y libres”.

Conclusión del discurso: “Hoy las escuelas del zonal nos unimos a esa locura manifestada en
este Bicentenario. Creemos que las escuelas son legítimamente los espacios de derecho de
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nuestros chicos. Creemos que las escuelas son los espacios de construcción de conocimiento
y no de reproducción de mérito individualista. Creemos que la escuela es un espacio donde se
articulan demandas sociales dando lugar a toda la comunidad para lograr mejoras en nuestros
barrios. Creemos en vos, docente, profe, familia, y sobre todo creemos en nuestros chicos”.

Caída rápida
Silvina Gvirtz es secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas de La Matanza.
Depende de la intendenta Verónica Magario, la continuadora de Fernando Espinoza. Después
de una larga experiencia en investigación académica, de haber dirigido el Plan Conectar
Igualdad a nivel nacional y de haber trabajado poco más de un año como encargada provincial
de educación, dice estar contenta con este puesto que supone un mayor compromiso territorial.

“Lo que cambió este año es que hay más chicos con necesidades”, le dice a Página/12. “Es
verdad que el Estado provincial subió el valor del cupo de almuerzo a 12,90 pesos. Pero las
escuelas que antes tenían en un comedor 320 chicos hoy tienen 500. Aumentó la cantidad
porque de nuevo tratan de comer en la escuela antes de irse a su casa. O sea que los
docentes les dan de comer a 500 con 320 cupos. Y hacen bien, porque no le van a decir a un
chico que no se siente a la mesa.”

Según Gvirtz el problema es la combinación de factores negativos y su concentración en tan


poco tiempo. “Hay nuevos desempleados, formales e informales, registrados y de changas. Los
que tenían empleo formal no estaban dentro de la Asignación Universal por Hijo. A su vez el
gobierno actual aumentó el valor de la AUH pero menos que la inflación. En proporción subió
más la comida. Lo mismo pasó con los medicamentos. Y los que conservaron el empleo por
mejor convenio que tengan están por debajo de la inflación. El municipio no es responsable
pero no se desentiende de la gente. Armó una mesa de diálogo social con todos los sectores,
incluyendo a la Iglesia, los gremios y los empresarios. Aunque no le corresponde entrega
comida a los comedores, lo mismo que libros, y trata de aumentar la parte de comida fresca
mientras mantiene la seca. Las tarifas más altas, el precio de la garrafa de gas, el aumento del
transporte y la suba en el costo de los alimentos son una suma compleja de problemas.”

Para la secretaria “no alcanza con registrar que hay más pobres y más indigentes sino que hay
que saber otra cosa: en la pobreza y la indigencia se cae rápido, muy rápido, y se sale con
mucha dificultad y en el mejor de los casos con mucho tiempo”.

“En La Matanza tenemos un programa de entrega de libros para todas las disciplinas porque es
básico e indispensable que los chicos tengan libros y porque sabemos que a las familias ya en
marzo se les dificultaba comprar no solo libros sino incluso útiles”, cuenta Silvina Gvirtz. “A
veces parece que otra vez vivimos períodos de emergencia de los que nos habíamos olvidado.
Sin descuidar el tema pedagógico estamos volviendo a una etapa en la que la escuela debe ser
un centro comunitario y de asistencia social porque hay mucha gente mal. Que la gente esté
bien no es beneficencia o el efecto de la generosidad sino que el Estado garantice derechos. El
hambre no espera y las soluciones deben ser urgentes.”

Zapatillas no
Una muestra de lo que ocurre socialmente se puede captar en las escuelas secundarias. No
hay almuerzos pero sí meriendas. Aumentó la demanda de meriendas porque los adolescentes
volvieron a sufrir problemas de escasez de comida en la casa. A veces, cuando hay una
primaria en el mismo edificio de la secundaria, las cocineras ven a los chicos merodeando
cerca del comedor, a ver si reciben un plato de comida aunque no les corresponda. El corte de
programas nacionales de acompañamiento crea un clima aún más inhóspito porque ya no hay
dinero para organizar campeonatos o actividades un sábado y aumentar la contención de los
chicos. Eso, claro, si hubiera zapatillas suficientes. Hoy escasean.

Si los economistas quisieran ser más ingeniosos deberían crear el Indice Zapatilla. Usan
zapatillas los chicos, los grandes, las seños, los profes. El gobierno nacional (“el de antes”, dice
una maestra) inventó un plan de movilidad para comprar bicicletas que permitieran llegar a la
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escuela. El problema es que en algunos distritos era difícil usar la bicicleta cuando no todas las
calles habían llegado a tener asfalto. Y que en otros sitios la movilidad estaba asegurada
porque las escuelas estaban cerca de las casas. Entonces el ingenio reconvirtió la movilidad al
interpretarla en sentido extenso. Si la bicicleta garantizaba la movilidad hacia la escuela ni qué
hablar de las zapatillas. El Estado empezó a proveer zapatillas para todo el mundo. Tanto que
se terminó el reclamo de zapatillas o que algún chico no pudiera ir a la escuela porque, como
ocurre a veces, no basta con una bolsa de nylon para envolver los pies.

“En estos meses eso cambió”, relata un docente. “Ya no tienen zapatillas, y sin zapatillas se
absorbe la humedad de los pisos de tierra apisonada o es imposible llegar a la escuela.”

Sufrir por zapatillas parece el punto que marca el nivel de pobreza o, peor, la vuelta de la
pobreza a la indigencia. Como el flancito.

Los estudiantes registrarán en papeles de colores lo que les haya llamado la atención de
la crónica leída.
Actividades de desarrollo
La docente realizará las siguientes preguntas para orientar el análisis:
- ¿De qué trata esta crónica?
- ¿Qué fue lo que más les llamó la atención?
- ¿Qué aspectos no les agradaron?
- ¿Cómo es su estructura?
- ¿Qué paratextos reconocen en la crónica presentada?
- ¿Cuántas personas “hablan” en la crónica? ¿Cómo se dan cuenta de eso?
- ¿Alguien da su opinión en la crónica? ¿En qué parte?

Los estudiantes responderán a las mismas en sus carpetas.


La docente repartirá una ficha informativa con el siguiente texto para que los
estudiantes lean y peguen en sus carpetas.

Qué es una crónica periodística


Una crónica periodística es un tipo de escrito de no ficción muy utilizado en la prensa
escrita. Consiste en la narración de manera ordena y detallada de una serie de
acontecimientos desde que se inician hasta que terminan. Es por eso que la exposición
de los hechos de una crónica sigue una narración cronológica.
Las crónicas pueden tener carácter informativo, interpretativo o de opinión. La
crónica informativa es la más parecida a una noticia, con la diferencia de que mantiene
estrictamente su orden cronológico. Las crónicas informativas son muy comunes en la
cobertura de eventos deportivos y culturales.
En las crónicas interpretativas y de opinión, el periodista que la escribe es, igualmente,
un testigo directo de los hechos. Al redactarla, también pueden aportarse al texto
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algunas apreciaciones o puntos de vista. En cualquier caso, la crónica no es un texto de
ficción, así que debe mantenerse fiel a los hechos.
Generalmente, las crónicas son textos de corte político, social, económico, cultural,
religioso o deportivo y pretenden captar a un lector que busca información detallada y
completa acerca de un hecho. Es por ello que la crónica periodística utiliza un lenguaje
sencillo y directo.
A pesar de ello, las crónicas periodísticas también pueden hacer uso de
algunos recursos o figuras literarias para enriquecer las descripciones del texto y
ayudar al lector a situarse en el lugar de los hechos.

Estructura y características de una crónica periodística


Si quieres saber cómo hacer una crónica periodística, es importante que conozcas la
estructura y las características de este género. De esta forma, sabrás por dónde empezar,
qué tipos de temas abordar, qué información colocar y en qué orden. ¡Toma nota!
Estructura de una crónica periodística
Una buena crónica periodística debe tener una estructura con 3 partes claramente
diferenciadas: entrada, cuerpo y conclusión. Vamos a ver en qué consisten cada una
de ellas:
 Entrada: la entradilla o lead es una parte fundamental en una crónica, ya que
definirá el ritmo y tono que tendrá el texto. Se compone de un título corto que
puede acompañarse de antetítulo y subtítulo. Está formado por un párrafo breve
en el que se introducen los eventos de la crónica. Se ubica al lector en un lugar,
un tiempo y en un evento determinado para que sepa de qué se tratará la crónica.
Este párrafo suele comenzar con fuerza, pues el objetivo es despertar y captar la
atención del lector o la audiencia.
 Cuerpo: el objetivo de esta parte de la crónica es informar y narrar
detalladamente los hechos. El autor puede manifestar sus apreciaciones y
describir el escenario desde su punto de vista, pero intentando ser lo más
objetivo posible. En el cuerpo, el autor informa del acontecimiento
contextualizándolo, presentando a los testigos o protagonistas, interpretando los
hechos y analizándolos.
 Conclusión: por lo general, la conclusión se basa en la subjetividad del
periodista e invita a la reflexión sobre los acontecimientos narrados. Es una parte
casi tan importante como la entradilla. La conclusión también puede ser cíclica y
retomar la idea con la que se comenzó la crónica.
Características de una crónica
Además de seguir la estructura, una crónica debe cumplir una serie de características
que le brindan el estilo tan distintivo de este género periodístico. Algunas de las
características de la crónica periodística son:
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 Investigación: el autor es testigo presencial de los hechos. El periodista debe
indagar, preguntar, verificar y, sobre todo, realizar trabajo de campo.
 Estilo: uno de los sellos distintivos de la crónica es el sello o estilo del autor.
Cada periodista utilizará su forma de narrar o su creatividad para contar los
hechos. Debe hacerlo siempre sin olvidar la precisión, sencillez y claridad que
distinguen a los textos periodísticos.
 Veracidad: la crónica periodística está basada en un hecho o suceso real.
 Cronología: la narración de los hechos se realiza de forma secuencial. La
secuencia temporal debe narrar lo sucedido entre dos fechas.
 Exactitud: aunque el periodista puede aportar su punto de vista, ya que es
testigo directo de los hechos, es fundamental que se mantenga la objetividad y
narre los hechos con exactitud.
 Exposición: puede publicarse en prensa escrita o de manera oral. En ambos
casos, la narración debe ser rigurosa y contar con testimonios de personas que
hayan sido testigos del acontecimiento narrado.

Consejos para hacer una crónica periodística


No queremos finalizar este artículo sin darte una serie de consejos que pueden ayudarte
en la labor de redactar una crónica periodística. Sigue estos consejos y te resultará más
sencillo escribir tu crónica.
 Identifica una entrada con fuerza: el inicio de una crónica es fundamental
para captar la atención y determinar el tono que esta va a tener. Es recomendable
evitar los rodeos y utiliza datos que impacten. Puedes hacer entradas con una
rica descripción del escenario, comenzar con una cita impactante de uno de los
protagonistas del hecho, iniciar de una forma intrigante que motive al lector a
resolver el misterio, etc.
 Enriquece tu vocabulario: tener un lenguaje rico te ayudará para no ser
repetitivo en tu crónica. Utiliza sinónimos, lee mucho y ten siempre a mano un
diccionario.
 No abuses de la primera persona: el uso de esta persona solo debe aplicarse
cuando esté totalmente justificada o para enriquecer el texto.
 Identifica cuándo debes terminarla: un consejo que te ayudará a determinar
cuándo concluir la investigación para tu crónica es cuando percibas que los
testimonios con los que cuentas comienzan a resultar repetitivos y todas las
preguntas están resueltas.
 Prohibido inventar: si inviertes tiempo en una buena investigación, no será
necesario que falsees o inventes datos, te sorprenderá la cantidad de información
y testimonios de valor que te aportará la investigación.
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La marca de una buena crónica es la marca de una buena historia. Una narración rica,
interesante y que enganche hará que el lector quiera llegar al final de la narración y
conocer más sobre el tema. Para conocer más consejos, visita nuestro artículo Cómo
escribir una buena historia.

Actividad de cierre
Teniendo en cuenta lo anterior, los estudiantes completarán la siguiente ficha para
iniciar el proceso de escritura de su Crónica Patriótica.

Título:

Entradilla o lead: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué?

Cuerpo: (narrar en forma cronológica)


1-
2-
3-
4-
5-
6-
(incluir comentarios, fragmentos de la entrevista realizada, descripciones)
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Conclusión: Reflexión, pregunta retórica, desenlace de la situación narrada.

Qué es una crónica periodística


Una crónica periodística es un tipo de escrito de no ficción muy utilizado en la prensa
escrita. Consiste en la narración de manera ordena y detallada de una serie de
acontecimientos desde que se inician hasta que terminan. Es por eso que la exposición
de los hechos de una crónica sigue una narración cronológica.
Las crónicas pueden tener carácter informativo, interpretativo o de opinión. La
crónica informativa es la más parecida a una noticia, con la diferencia de que mantiene
estrictamente su orden cronológico. Las crónicas informativas son muy comunes en la
cobertura de eventos deportivos y culturales.
En las crónicas interpretativas y de opinión, el periodista que la escribe es, igualmente,
un testigo directo de los hechos. Al redactarla, también pueden aportarse al texto
algunas apreciaciones o puntos de vista. En cualquier
caso, la crónica no es un texto de ficción, así que
debe mantenerse fiel a los hechos.
Generalmente, las crónicas son textos de corte
político, social, económico, cultural, religioso o
deportivo y pretenden captar a un lector que busca
información detallada y completa acerca de un
hecho. Es por ello que la crónica periodística utiliza
un lenguaje sencillo y directo.
A pesar de ello, las crónicas periodísticas también pueden hacer uso de
algunos recursos o figuras literarias para enriquecer las descripciones del texto y
ayudar al lector a situarse en el lugar de los hechos.

Estructura y características de una crónica periodística


Si quieres saber cómo hacer una crónica periodística, es importante que conozcas la
estructura y las características de este género. De esta forma, sabrás por dónde empezar,
qué tipos de temas abordar, qué información colocar y en qué orden. ¡Toma nota!
Estructura de una crónica periodística
Una buena crónica periodística debe tener una estructura con 3 partes claramente
diferenciadas: entrada, cuerpo y conclusión. Vamos a ver en qué consisten cada una
de ellas:
EPP Nº 12 “Remedios de Escalada de San Martín”
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 Entrada: la entradilla o lead es una parte fundamental en una crónica, ya que
definirá el ritmo y tono que tendrá el texto. Se compone de un título corto que
puede acompañarse de antetítulo y subtítulo. Está formado por un párrafo breve
en el que se introducen los eventos de la crónica. Se ubica al lector en un lugar,
un tiempo y en un evento determinado para que sepa de qué se tratará la crónica.
Este párrafo suele comenzar con fuerza, pues el objetivo es despertar y captar la
atención del lector o la audiencia.
 Cuerpo: el objetivo de esta parte de la crónica es informar y narrar
detalladamente los hechos. El autor puede manifestar sus apreciaciones y
describir el escenario desde su punto de vista, pero intentando ser lo más
objetivo posible. En el cuerpo, el autor informa del acontecimiento
contextualizándolo, presentando a los testigos o protagonistas, interpretando los
hechos y analizándolos.
 Conclusión: por lo general, la conclusión se basa en la subjetividad del
periodista e invita a la reflexión sobre los acontecimientos narrados. Es una parte
casi tan importante como la entradilla. La conclusión también puede ser cíclica y
retomar la idea con la que se comenzó la crónica.
Características de una crónica
Además de seguir la estructura, una crónica debe cumplir una serie de características
que le brindan el estilo tan distintivo de este género periodístico. Algunas de las
características de la crónica periodística son:
 Investigación: el autor es testigo presencial de los hechos. El periodista debe
indagar, preguntar, verificar y, sobre todo, realizar trabajo de campo.
 Estilo: uno de los sellos distintivos de la crónica es el sello o estilo del autor.
Cada periodista utilizará su forma de narrar o su creatividad para contar los
hechos. Debe hacerlo siempre sin olvidar la precisión, sencillez y claridad que
distinguen a los textos periodísticos.
 Veracidad: la crónica periodística está basada en un hecho o suceso real.
 Cronología: la
narración de los hechos
se realiza de forma
secuencial. La
secuencia temporal
debe narrar lo sucedido
entre dos fechas.
 Exactitud: aunque el
periodista puede
aportar su punto de
vista, ya que es testigo directo de los hechos, es fundamental que se mantenga la
objetividad y narre los hechos con exactitud.
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 Exposición: puede publicarse en prensa escrita o de manera oral. En ambos
casos, la narración debe ser rigurosa y contar con testimonios de personas que
hayan sido testigos del acontecimiento narrado.

Consejos para hacer una crónica periodística


No queremos finalizar este artículo sin darte una serie de consejos que pueden ayudarte
en la labor de redactar una crónica periodística. Sigue estos consejos y te resultará más
sencillo escribir tu crónica.
 Identifica una entrada con fuerza: el inicio de una crónica es fundamental
para captar la atención y determinar el tono que esta va a tener. Es recomendable
evitar los rodeos y utiliza datos que impacten. Puedes hacer entradas con una
rica descripción del escenario, comenzar con una cita impactante de uno de los
protagonistas del hecho, iniciar de una forma intrigante que motive al lector a
resolver el misterio, etc.
 Enriquece tu vocabulario: tener un lenguaje rico te ayudará para no ser
repetitivo en tu crónica. Utiliza sinónimos, lee mucho y ten siempre a mano un
diccionario.
 No abuses de la primera persona: el uso de esta persona solo debe aplicarse
cuando esté totalmente justificada o para enriquecer el texto.
 Identifica cuándo debes terminarla: un consejo que te ayudará a determinar
cuándo concluir la investigación para tu crónica es cuando percibas que los
testimonios con los que cuentas comienzan a resultar repetitivos y todas las
preguntas están resueltas.
 Prohibido inventar: si inviertes tiempo en una buena investigación, no será
necesario que falsees o inventes datos, te sorprenderá la cantidad de información
y testimonios de valor que te aportará la investigación.
La marca de una buena crónica es la marca de una buena historia. Una narración rica,
interesante y que enganche hará que el lector quiera llegar al final de la narración y
conocer más sobre el tema. Para conocer más consejos, visita nuestro artículo Cómo
escribir una buena historia.
Actividad:
1- Teniendo en cuenta el tema elegido, completar el siguiente cuadro.
Título:
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Cuerpo: (narrar en forma cronológica)


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EPP Nº 12 “Remedios de Escalada de San Martín”
Taller de Periodismo
Prof. Daiana Rivarola
(incluir comentarios, fragmentos de la entrevista realizada, descripciones)

Cierre: Reflexión, pregunta retórica, desenlace de la situación narrada.

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