Cuentos de Navidad
Cuentos de Navidad
Cuentos de Navidad
DBH 2.A-B
LA CENA DE NAVIDAD
DBH 2.B
CUENTO DE NAVIDAD
Era de noche. Hacía frío. Tenía miedo. Llovía. Yo era peludo y pequeño.
Tenía dos meses y estaba solo. Tenía una familia que me quería pero, como
no podía alimentarme, me había abandonado.
Aketza Romaniega =P
2.B
GRACIAS PAPÁ NOEL
A la mañana siguiente me
desperté como de costumbre,
bajé a la cocina, todo estaba
igual salvo porque había algo
haciendo ruido detrás de una
manta. Levanté la manta y miré,
me quedé alucinado. Papa Noel
había venido y me había dejado
un perro enorme. Fui a la cuadra
para decírselo a mis padres.
Entré y allí estaba, el trineo de
mis sueños, el que nunca habría
podido comprar. El mejor trineo del mundo.
Fui a casa, desayuné y me puse a entrenar para que el perro nuevo se
hiciese líder del grupo. Pasaban los días pero no lo conseguía.
Gorka Carrasco
2.B
CUENTO DE NAVIDAD
Como cada año en Navidades todos los niños y niñas empiezan a mirar y
pedir regalos, todos quieren algún juguete. Todos empiezan a portarse bien. En
esta época todos los niños y niñas piden algún premio por su buen comportamiento.
Hace algunos años, en esta misma época, una niña empezó a escribir su carta
para Papá Noel:
Este año me he portado muy bien, mejor que los demás años. Espero que
tengas en cuenta esto que te acabo de decir, porque ya sé que quiero para
Navidades. Ya he mirado todas las revistas
de juguetes y he estado buscando juguetes
que me gustaran, pero no he encontrado
nada.
LLEGÓ LA NAVIDAD
-¿Qué te pasa?
Eneko Marcos
2.B
Erase una vez una mujer llamada Eva. Tenía unos 39 años y
trabajaba de enfermera en un hospital.
Este año Eva estaba segura de que sí iba a ir. Estaba muy contenta y
feliz, pero justo tres horas antes de salir hacia la casa de sus padres, la
llamaron por teléfono de urgencias, tenía que trabajar.
Eva llegó a casa de sus padres, allí estaba toda la familia reunida,
habían conseguido reunirse en total 10.
2.B
NAVIDAD
Había una vez dos hermanitos de unos ocho años, Paula y Carlos. Los dos
vivían con sus abuelos, porque sus padres habían desaparecido hacía varios años,
cuando un terremoto destrozó su casa. Pero no había habido rastro de ellos. Ni
siquiera la policía les había encontrado ni con los perros policías.
Pero ellos aún no habían perdido la esperanza de que algún día pudiesen
encontrarlos. Todo eso ocurrió el 25 de diciembre
del 2008, en Navidad. Sus abuelos y ellos en esas
fechas siempre ponían velas con la esperanza de que
apareciesen, pero no servía para nada.
Normalmente en las cartas del Olentzero en vez de pedir regalos, pedían que
trajeran de vuelta a casa a sus padres. En cambio siempre les traía regalos y nunca
a sus padres. Entonces pensaron que en vez de poner en la carta “traer a mis
padres” si ponían alguna cosa o algún juego…… igual traían a sus padres. Y ese año
así hicieron.
Por la mañana se fueron a las barracas del parque cerca de su casa. Después
fueron a casa a comer y después hicieron unos pocos deberes. Sobre las cinco los
terminaron y merendaron. Su abuelo siempre solía dar un paseo con ellos por el
pueblo para contemplar los adornos navideños. Pero al salir vieron una carta en el
felpudo, la cogieron y empezaron a leerla. Así decía: “Tenemos una sorpresa para
vosotros pero antes de dárosla necesitamos que nos hagáis un favor: tenéis que
poneros guapos”.
Y así hicieron. En la carta también ponía que fueran al parque que había cerca
de su casa. Cuando llegaron vieron a cuatro personas. Dos tenían uniforme y se
imaginaron que serían policías. Los otros parecían ser vagabundos por su ropa y su
estado físico.
Se acercaron y…….. ¡eran sus padres! Al verse se abrazaron todos juntos. Luego
sus padres les contaron que habían conseguido salir, pero durante esos dos años
tuvieron que alimentarse de lo que les daban sus vecinos o de lo que encontrasen
para poder sobrevivir.
Los niños estaban enfadados pero después de oír todo eso les perdonaron.
Pensaron que lo que había pasado no lo podían cambiar y que ese no era el momento
de andar enfadados, porque al fin y al cabo ¡ya era Navidad! Y además ya tenían
todo lo que deseaban. Nerea Rodríguez (2ºA)
CUENTO DE NAVIDAD
Era la noche de Navidad, todo era como siempre. No pasó nada especial
hasta que empezó a nevar. Todos los niños se asomaron a las ventanas saltando de
alegría. Y desde ahí, aunque no lo parezca, todo empeoró.
De repente me desperté. Todo había sido una pesadilla, pero para terminar
bien, le di un abrazo a mi hermano que aún dormía.
CUENTO DE NAVIDAD
Era una noche fría, días antes de Navidad. Yo, como siempre, iba con mis
amigos de compras hasta que de repente vimos en la calle un cachorro abandonado.
Me lo llevé a casa, le di cobijo y comida.
Pasaron los años y yo vivía feliz junto a mis padres y a mis perros. Cada vez
que era la noche de tres días antes de navidad pasaba por la calle donde había
encontrado a Tobi para recordar los buenos momentos.
FIN…
Aitziber Cabezas
2.A
ANTTON
Era un día antes de Navidad, Antton se fue al colegio muy contento
porque era el último día.
Unai Uribarri
2.A
¿QUÉ ES LA NAVIDAD?
Erase una vez una niña llamada Seni. Era una de las chicas que no
creía en la Navidad. No sabía ni lo que era eso. Siempre que hablábamos de
la Navidad, Seni decía que eso no existía y que, fuera lo que fuera, era un
rollo. Decía que el mejor mes era el verano y que qué era eso del invierno,
un modo de pasar el tiempo. Nosotros creíamos que lo decía en bromas,
pero aquel año nos dimos cuenta de que lo decía de verdad.
Salimos del autobús. Hacía frío. Era precioso aquello. Cuando bajó
Seni, se quedó alucinada. Todo este tiempo sin creer en la Navidad. Decía
que había sido tonta y que teníamos razón desde el principio. Estuvimos
todo el día en la nieve. Seni se divirtió mucho, pero eso no era todo. Seni no
sabía que en esa época venían los Reyes Magos. Planeamos una fiesta pijama
en mi casa y antes de irnos a dormir, colocamos el belén y el árbol de
Navidad. Quedó precioso. Nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente Seni
fue la primera que se despertó y dijo:
- Siento daros esta mala noticia, pero ya soy muy viejo para seguir con
este trabajo tan duro – nos dijo apenados.
- ¿Y qué vamos a hacer? No podemos dejar a todos los niños sin regalos –
le dije asustada.
- Tendremos que tomar una decisión. Uno de vosotros tiene que ser el
nuevo Santa Claus.
- Yo quiero – dijo mi hermano mayor Felipe.
- Yo, también – dijo mi otro hermano Cody.
- Yo, también quiero – dije yo.
Mis hermanos me miraron.
-Tú no puedes, eres una chica y Santa Claus tiene que ser un chico
- Porque Santa Claus siempre ha sido un hombre y tengo que ser yo que soy
el mayor.
- Eso no es justo.
Yo estaba muy nerviosa, tenía que hacerlo mejor que mis hermanos.
Tomé aire, pensé en los niños que ese día me estarían esperando para
llevarles los regalos. Entré por la chimenea decidida. Lo conseguí, me sentía
orgullosa de mí misma.
- Soy Santa Claus y he venido a traerte regalos y tienes que irte a dormir
y no decir a nadie que me has visto porque si no, el próximo año no tendrás
regalos.
- Mira, sé que el sueño de todos los niños es ver a Santa Claus entrar
por su chimenea, pero no puedo dejar que vayas diciendo por ahí que me has
visto, porque si no, ningún niño dormirá .Así que vete a la cama y duérmete y
no digas nada a nadie. Que sea un secreto entre Santa Claus y tú.
Vino mi padre donde nosotros. Nos llevó donde estaban los renos.
Mi hermano Cody fue el primero. Los renos los manejaba demasiado bien,
y con la voz tan fuerte que tiene se oía bastante bien.
Ahora iba yo. Me monté en el carro y tiré de los renos. No los manejaba muy
bien, pero cogí el truquillo. Cuando llegué arriba, grité, dejé sonar mi
cantarina voz.
Bajé. Era la hora de mi hermano mayor. Él no sabía manejar muy bien los
renos. La última prueba terminada. Ahora mi padre tenía que tomar una
decisión.
Mi hermano y yo nos pusimos rápido los esquís nuevos que nos había n
regalado nuestros padres. Mis padres se lo tomaron con más tranquilidad.
Empezamos a andar por nuestra cuenta hasta que cogimos la fo rma de andar.
Entonces le dije a mi hermano que echáramos una carrera, y él me contestó
que sí y nos pusimos en la línea de salida.
Erik Álvarez
2ºB