Ruggiero Romano - Coyunturas Opuestas RESUMEN

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 18

Ruggiero Romano - Coyunturas Opuestas

Introducción
En Europa junto a la secularización de la política hubo una secularización del pensamiento.
La revolución científica del siglo XVII sentó las bases de una visión del mundo que no dependía
de las asunciones y categorías cristianas. Al liberarse de la teología, los filósofos descubrieron
nuevos aliados en la ciencia y las matemáticas. Para pensadores como Francis Bacon y el
filósofo francés René Descartes, el destino del alma era menos importante que el
funcionamiento del mundo natural, y aunque Bacon era empirista y Descartes un racionalista,
ambos creían que el poder de la razón humana, utilizado correctamente, se imponía a
la autoridad.
A partir de los estados feudales de la edad media, las regiones de Europa emergieron como
naciones poderosas y centralizadas. Francia obtuvo la supremacía tras su triunfo
sobre Inglaterra en la guerra de los Treinta Años en 1648. Gracias a los esfuerzos del cardenal
Richelieu, Francia se convirtió en la potencia mundial dominante.
Durante el siglo XVII, España acusó la recesión general europea a la vez que se enfrentaba a
una crisis nacional, y a partir de 1620 perdió gran parte del control económico y comercial de su
Imperio. Disminuyó el contacto con América, continente sobre el que cada vez era menor su
autoridad e influencia. La guerra de los Treinta Años (1618-1648) y otros conflictos agotaron
las arcas del Estado, y las hambrunas y la escasez de recursos esenciales acabaron por llevar a
la Monarquía Hispánica a la crisis. Por este motivo, España perdió la mayor parte de sus
riquezas y se vio obligada a reducir el contacto con las colonias. Este hecho propicio que en el
siglo XVII, América se convirtiera en un foco de rivalidad para las potencias europeas.
La población de América aumentó de forma espectacular en el siglo XVIII. Se incrementó
enormemente la producción agrícola y minera y se fundaron nuevas ciudades. Los españoles
crearon asentamientos y misiones en las actuales California, Arizona, Nuevo México y Texas.
Creció la exportación de productos y metales. Se vendían pieles de animales, azúcar, tabaco,
cacao, algodón e índigo, un producto empleado para tintes. Más importante aún fue el aumento
de la producción de oro y plata.
Las colonias de América suministraban a España importantes cantidades de oro y plata extraída
de minas en las que trabajaba mano de obra forzosa. Junto con la agricultura, era la explotación
minera la que sustentaba el Imperio español en América. Las minas de plata más famosas se
encontraban en Zacatecas y Potosí (en la actualidad pertenecientes respectivamente a México
y Bolivia). Allí, los nativos trabajaban en las minas bajo duras condiciones y sometidos a
un sistema de trabajos forzados.

Los metales preciosos (oro y principalmente plata) representaron una revolución en


la economía europea. La banca prosperó, el comercio se expandió y los precios se dispararon.
España, sin embargo, no era más que un lugar de tránsito para estas riquezas.
El gobierno destinaba grandes cantidades a financiar las costosas guerras, las campañas contra
los herejes, los lujos de los monarcas y los nobles, y los gastos administrativos de todo el
Imperio. Además, la recesión europea que se inició en la década de 1620 afectó a España
especialmente.
OBJETIVOS
Dentro de los objetivos que señala Ruggiero Romano en su obra Coyunturas opuestas: La
crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica encontramos que pretende hacer hincapié en
la idea de que una mayor comprensión de nuestra historia nos permitirá pensarnos como
una comunidad plural de americanos, al mismo tiempo unidos y diferentes. Me parece
fundamental su objetivo, pues el lector debe comprender que es necesario que se reflexione
sobre dicha idea, ya que es a partir de esta comprensión de la historia como podremos evitar los
errores cometidos en el pasado. Al leer la obra me pude percatar de que Hispanoamérica en el
siglo XVII tuvo un desarrollo muy diferente al de Europa, pues mientras ella crecía, Europa se
encontraba en una tremenda crisis, la cual no le permitía hacer uso de sus recursos y mucho
menos de su título de potencia.

A través de este desarrollo de América o mejor dicho de Hispanoamérica es como logro opacar


el supuesto gran desarrollo de España y de Europa, sin embargo el mal manejo de los hombres
que están al frente, la subordinación de Hispanoamérica a España, entre otros factores, propicia
que no se logre un crecimiento más avanzado hacia el desarrollo y mucho menos hacia
la competencia con la naciente potencia de Francia e Inglaterra, que por cierto son las únicas
excepciones de Europa que no se ven afectadas por la crisis.
Aunado con el objetivo anterior se encuentra el deseo de recuperar la originalidad del mundo
americano y su contribución a la historia universal, este objetivo se pretende desarrollar por
medio del optimismo intelectual, es decir, a través de una serie que lleva precisamente el título
de Historia de las Américas, valiéndose de la preciosa colaboración de los estudios de nuestro
país y del continente. Creo que este objetivo al igual que el primero y los demás, me parece que
es importante, porque en ocasiones mencionar América, como un continente de contribución a
la historia universal, es mencionar únicamente Estados Unidos de América. Y en la obra de
Romano, nos podemos dar cuenta que la contribución no solamente es realizada por Estados
Unidos de América, sino que en su interior se encuentran países como Paraguay, Chile, Brasil y
por supuesto México. En general me parece que este objetivo en la obra de Romano esta
alcanzada, ya que sería demasiado precario no darse cuenta de que la obra encierra en su interior
una historia verdaderamente de América.
Relacionar los hechos presentados en ámbitos geográficos diferentes en cuanto
a población y producción agrícola, monedas, precios, metales preciosos y comercio. Y encontrar
el hilo de este laberinto, pues no siempre la investigación se tiene que seguir en línea recta. Es
cierto que la investigación tiene que ser de sube y baja, pues por medio de esta representación
nos podemos percatar de que los hombres y su historia por ende, tiende a subir y a bajar para
hacer una vida y una historia plural y variada. El objetivo de Romano es pues demostrar que en
lugares diferentes, con hombres diferentes, costumbres y desarrollo igual de diferentes, se puede
buscar y encontrar ese laso que los une a través del tiempo y de las distancias.
Aunado con este objetivo encontramos que Romano ha demostrado, que en un principio se
planteó como objetivo, que América presento señales de coyuntura inversa con relación a
Europa. Este objetivo es verdaderamente esencial para comprender el porqué de nuestra
situación actual y para respondernos que existe una gran diversidad de desarrollo, gracias a que
los mismos procesos históricos no son manejados de la misma manera, ni en los mismos
tiempos, porque lamentablemente o afortunadamente la geografía, la hidrología, la ideología y
la vida en las distintas partes del mundo no son las mismas.
Estos son pues los objetivos que nos señala Ruggiero Romano, y que debemos de tener presente
a la hora de analizar la hipótesis, las conclusiones y las aportaciones, para una mejor
compresión de la obra.
HIPÓTESIS
Dentro de las hipótesis que maneja Ruggiero Romano encontramos que en primer lugar se hace
un planteamiento dentro de la obra que nos adentra a la reflexión y a la comprensión del
verdadero problema que Romano trata de plantear, y por ende a dichas hipótesis. Una de las
hipótesis fundamentales dentro de dicha obra es la pregunta que plantea la entrada a la crisis, ya
que es por medio de este planteamiento de la hipótesis en forma de pregunta, como nos
podemos dar cuenta de que lo fundamental en la obra es la crisis que se vivió en el siglo XVII
en Hispanoamérica y en Europa, y el tipo de coyuntura que ambas tuvieron.
Continuando con el tema de las crisis en el siglo XVII, más específicamente de la crisis que
afecto Europa principalmente y que le quito su poderío, nos encontramos con otro
planteamiento de hipótesis, pues Ruggiero Romano afirma que el clima influye en las cosechas
y por lo tanto en la alimentación, sobre todo en las sociedades cuya circulación de materias
pesadas, como los cereales es insuficiente.
Esta hipótesis que le he llamado así porque me parece que de antemano nos afirma algo que por
lo que el autor ha leído lo lleva a afirmar dicha idea, pero sobre todo porque esa idea se vincula
con otra hipótesis de tipo más evidente y decisiva para la investigación. Esa hipótesis se
encuentra plasmada en la página treinta de dicha obra de Romano, cuando afirma que una
hambruna producida por una mala cosecha o por el resultado de dos o tres cosechas mediocres
en forma consecutiva debilita a una población y la hace vulnerable. Y que como más tarde lo
afirma "tanto la epidemia como la hambruna reducen el número de individuos, lo cual repercute
en los trabajos del campo y, por lo tanto aumenta los riesgos de una nueva hambruna"
Este hecho provoca que al disminuir la población inmediatamente disminuya la producción y
el consumo. Gracias a que este factor de la disminución de la población en Hispanoamérica no
se llevó a cabo, es como no se entró en una crisis tan dura, como fue el caso de Europa.
Por el contrario en América la población aumento, gracias por un lado al mestizaje y por otro a
que no se vio tan afectada por las epidemias y las hambrunas. La hipótesis que sostiene
Ruggiero Romano en esta obra es compartida por el propio Florescano en su obra Precios
del maíz y crisis agrícolas en México (1708-1810) en donde nos explica que al existir cualquier
tipo de epidemia, o bien de hambruna, la crisis se hace aún más devastadora, ya que no
existe alimentos con los cuales combatir dicha hambruna o bien epidemia. En otro de los casos
observamos que al disminuir los hombres, o bien la población, se ve afectado el sector que
corresponde al comercio y a la producción, este hecho afecta a la crisis en la manera que afecta
a la propia Europa.
Así como Ruggiero Romano sostiene que la crisis en América se vio menos que en Europa,
también sostiene como hipótesis que "no existe una causa determinante de la crisis". Este punto
lo mencionó, o mejor dicho la hipótesis aquí planteada tiene mucha vinculación con la anterior,
pues aunque la disminución de la población es muy importante para Ruggiero Romano, no es
una causa determinante para que se produzca una crisis en ninguna de las circunstancias.
Simplemente es un factor que contribuye a que la crisis sea o no en cierto grado más
devastadora en algunos lugares que en otros.
Ruggiero Romano nos presenta una hipótesis que para el lector y para él es sin lugar a dudas
muy importante, tanto que Romano la ha titulado "hipótesis amenorrea. " Esta hipótesis se basa
en el hecho de que existe una obstaculización, es decir que por medio de esta obstaculización
que se ha observado a través de la presencia de hambrunas, que existe otro factor
llamado estrés que en determinado momento de la crisis va a afectar a que se prolongue aún más
tiempo de lo debido. Esta nueva variante del estrés, "derivado de la conquista, de la destrucción
de la familia, del miedo, de los cambios introducidos en las normas y el nivel de vida, haya
introducido también las amenorreas. "
Ahora bien para confirmar las hipótesis antes planteadas Romano plantea una más, el hecho de
la crisis de 1619-1622 no es más que la hora de la verdad durante la cual estallan todas las
contradicciones y debilidades que se habían acumulado durante más de treinta años.
Ruggiero Romano tiene mucha razón al hacer énfasis de esta hipótesis, pues durante este
periodo estalla lo que ya se había acumulado, con esto quiero hacer compatible la idea que se
nos presenta en dicha obra analizada, pues me parece verdaderamente fundamental recorrer el
pasado de Europa y si es posible el de América para darnos cuenta de su verdadera situación
antes de tan mencionada crisis. Y por medio de este recorrido comprender de qué manera
influyeron otros factores para la realización de la crisis, y lo que se aún más importante para
determinar la manera del porqué de su afectación más grande en Europa que en América.
Estas son algunas de las hipótesis que Ruggiero Romano nos plantea a lo largo de su obra, de
antemano comprendo que existen otras más pero las más importantes, creo yo, ya las rescate,
pues por medio de dichos planteamientos nos podremos dar cuenta del sentido esencial de la
obra.
¿CÓMO MANEJA EL AUTOR EL TIEMPO Y EL ESPACIO?
Ruggiero Romano es un autor que tiene claro sus objetivos y sus hipótesis, por lo que se refiere
al manejo del tiempo y el espacio encontré lo siguiente:
"El problema de la fecha es muy importante, no para ganar unos años más de prosperidad o para
demostrar ante algunos colegas que tenemos la razón, sino para destacar los primeros síntomas
reveladores del malestar general" Estas son palabras del propio Romano en donde nos
demuestra una vez más que puede y debe manejar las fechas conforme a dichos objetivos. No
por querer quedar bien ante sus lectores, ni por tratar de conseguir a toda costa la comprobación
de sus hipótesis, sino porque sabe cómo manejar el tiempo y las fechas de acuerdo a lo
estudiado y lo aprendido durante su carrera.
La fecha general que nos presenta en la obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en
Europa e Hispanoamérica es de 1619 a 1622, y no la generalmente admitida que va de 1640-
1650. Para ello nos da sus argumentos del porqué de este desacuerdo con la fecha admitida, y
para ello se basa en dos consideraciones. La primera es una cuestión de puntos de vista ya que
alrededor de 1640-1650, sólo se presentaron ciertos fenómenos en los cuales se observó
un cambio neto de tendencia, esto no significa gran cosa. Nosotros como lectores podemos ver
con gran satisfacción el manejo y el conocimiento que Ruggiero tiene hacia los periodos, pues
otra de su justificación para rechazar la fecha dada es que en los periodos de larga duración, no
es la curva de la cresta a la que se le tiene que poner más énfasis, sino al inicio de la misma, ya
que por medio de esos factores es como el lector se puede dar cuenta de lo que verdaderamente
significa para un país e inclusive para una gran potencia como lo era Europa.
El segundo argumento, o bien la segunda consideración, se basa en el hecho de que si se escoge
la fecha de 1640-1650, se corta toda posibilidad de indicar el origen, la causa, las causas de esta
crisis. Y si se toma la fecha que va de 1619-1622, va a permitir una cierta explicación de
conjunto que Romano la articuló de la siguiente manera:
a. El conjunto Europa del siglo XVI se caracterizó por un crecimiento económico
general, producto sobre todo de la expansión agrícola, ya que esta permitió el impulso
comercial e industrial y sostuvo su largo desarrollo
b. A partir del último decenio del siglo XVI empieza a faltar ese soporte agrícola en el
sector comercial e industrial, mismos que se mantendrían todavía durante decenios,
pero que perderían toda su fuerza de aceleración después de 1620.
Estos puntos son la clara justificación de Romano para tomar en cuenta la fecha de 1619-1622,
ya que como podemos observar más arriba, es en este periodo donde aparecen fenómenos con
toda claridad, un ejemplo de ello es la crisis estructural de la agricultura a partir de fines del
siglo XVI sobre la cual se insertan las crisis cortas. En esta justificación sobre las fechas existe
una comprobación de la hipótesis planteada por él mismo autor, en donde se afirma que la crisis
del siglo XVII no es más que la hora de la verdad durante la cual estallan todas las
contradicciones acumuladas.
En lo que se refiere a la situación geográfica, o al espacio, se podría decir que la crisis no se dio
de la misma intensidad en toda Europa, ya que existen dos países, Inglaterra y Holanda, que de
manera diferente, por supuesto, logran defenderse de la crisis e incluso sobre ponerse a ella. El
resto del continente a pesar de los contrastes que existen entre un país y otro no escapa de los
destrozos de este inmenso ciclón. Y por supuesto también se maneja América con sus diferentes
países, tales como México, Brasil, Paraguay entre otros.
HISTORIA ECONÓMICA
Dentro de la obra de Ruggiero Romano, se habla de lo político en los diferentes lugares a los
cuales abarco la crisis, ya sea en Europa o en América. El autor solamente se evoca a lo
económico, lo político lo ha dejado de lado, pues nunca menciona como afecto la crisis del siglo
XVII en los diferentes lugares de Europa, o bien de América.
Los dos principales componentes de la época preindustrial, y por ende de la economía, son la
población y los bienes disponibles, en particular por no decir, los agrícolas. Si la población
aumenta y rebasa los recursos alimenticios, hay crisis. El autor sabe muy bien que habría que
tomar en cuenta otros factores tales como el biológico, político, administrativos, de higiene etc.
En cuanto a la población, quisiera que se indicara un elemento decisivo: un cálculo burdo, a
través del cual se nos indica las cifras para Europa. El débil crecimiento del siglo XVII den la
transición de 1600 a 1700 aparece en forma clara, con más razón si se considera que una gran
parte de ese 9% de crecimiento se concentró en Inglaterra, en los países bajos en Flandes
Meridional y en los países escandinavos.
En general el autor toma a la Historia Económica, como una posibilidad de interpretación de los
efectos de la crisis, ya que por medio de sus diferentes teorías es como se llega a interpretar de
una manera clara los hechos que se presentan la dicha crisis. Gracias a los términos y a la
ideología de autores anteriores al mismo Ruggiero, que han estado sumergidos en la materia de
historia económica es como nos podemos dar cuenta de lo que el autor pretende y aporta en
dicha obra.
BIBLIOGRAFÍA
La bibliografía sobre la que se sustenta dicha obra de Ruggiero Romano es principalmente la
bibliografía, ya que en la realización de su obra consulto maestro de la historia económica, tal es
el caso de Enrique Florescano, Ernest Labrousse, Esrl J. Hamilton, entre otros.
La manera en como esta bibliografía influyó en la realización de la obra se puede comprobar
por la misma valides de dicha obra. Ejemplo de ello es J. I. Israel quien demostró
la resistencia de la economía mexicana en diferentes niveles e insistió en los aspectos políticos
de la crisis. Ya en 1981, Herbert Klein y John demostraron por lo menos dos puntos básicos, la
actividad minera mexicana durante el siglo XVII, la cual se mantuvo en niveles superiores a los
máximos alcanzados durante el siglo XVI. Y como podemos observar es a través de esta
bibliografía como podemos darnos cuenta de que en realidad existe coherencia entre lo
estudiado y lo planteado por autores estudiosos de la misma materia, además de enriquecer por
medio de estas obras esta investigación que en sí misma encierra una inmensa información.
Más tarde nos menciona el propio Romano que también tomó bases del libro de Woodrow
Borah, New Spain s Century of Depresión, cuya tesis está expuesta en forma clara desde
la introducción "Indicare de qué forma, desde 1570 hasta un siglo más tarde, la Nueva España
padeció una economía contraída " Los argumentos que expone Woodrow Borah son numerosos
y aunque no se apoye en una documentación irreprochable, son hasta cierto punto convincentes.
Para el caso de México quiere decir esencialmente, la depresión, la disminución de la
producción agrícola total ocasionada por la rápida e indiscutible disminución de la población
indígena.
Otro autor que es destacado por Romano es Kubler, pues así destaca la suspensión de
la construcción, o de las construcciones religiosas de México hacia finales del siglo XVI
basándose en los excelentes trabajos de del mismo Kubler.
Además de las obras bibliográficas que se mencionaron anteriormente, y que en determinado
momento sostuvieron la investigación de Romano, encontramos que también utiliza gráficas o
bien representaciones de curvas, que le permiten verificar los resultados obtenidos a través de
las lecturas realizadas. Equivalentemente, por medio de las representaciones gráficas nosotros
como lectores nos podemos dar cuenta de la existencia de la coyuntura, que existe entre Europa
y América, pues en ocasiones no es la misma deserción demográfica en Europa como en
América. Además de que en Europa no existían los mismos precios que en América, o bien los
índices de productos no eran los mismos para los dos continentes.
Como conclusión podemos ver que gracias a la inmensa bibliografía que utiliza Ruggiero
Romano, es como nos podemos dar cuenta de la innumerable información que existe al
respecto, y que en determinado momento nos ayuda a nosotros como lectores a tener una mejor
visión de la historia económica y poder tener más claros los objetivos que persigue el autor.

CONCLUSIONES
La obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica
Encierra en su interior una historia económica un tanto complicada para el lector que no está
muy adentrado en el tema pero también, su obra, representa un aporte significativo a dicha rama
de la historia. Ruggiero Romano es un autor que tiene muy claro su objeto de estudio, pero que
también, pretender terminar su obra sin concluir. Dicha afirmación anterior la incluyo en
este trabajo porque en la obra antes mencionada de Ruggiero, no incluye conclusiones, esto con
la argumentación de que en su obra ese término no se encuentra, o mejor dicho no encaja en su
obra.
Pero si podríamos determinar algunas conclusiones serían las siguientes:
En primer lugar como ya hemos visto a lo largo de este trabajo, Ruggiero Romano siempre tiene
la idea, inclusive la hipótesis, de que la crisis del XVII "se consumó sobre una mayor
concentración del poder económico y sobre una insuficiente recomposición de los vínculos,
fuertemente relajados entre Estado y sociedad." Esto se ve reflejado a lo largo de la obra, ya que
hemos visto que se dio con mayor intensidad en Europa que en América, esto tal vez por
diversos factores entre ellos: que en Europa existía una mayor concentración de recursos y por
ende de dinero. América a pesar de ser un continente que poseía enorme cantidad de recursos,
estaba sometida a la decisión de España, sin embargo Europa con sus recursos económicos y
con su título de "potencia", antes de la crisis del siglo XVII, podía disponer de sus recursos
naturales, humanos y económicos como mejor le hubiere parecido. Además de que al explotar la
crisis del siglo XVII, se ve en su interior un enorme conjunto de acontecimientos que esperaban
el momento ideal para explotar y consumarse, afecto así la economía de casi toda Europa.
Aunado con la crisis, los factores antes mencionados, y demás hechos que dieron como
resultado que una enorme crisis afectara a la Europa fuerte y rica, encontramos que aunque la
peste y las hambrunas, son factores para agilizar dicha crisis, no se puede decir que son el inicio
de las mismas. Por dicha razón Ruggiero Romano nos aclara, y así propone otra conclusión, que
las pestes "no son el origen de la crisis del siglo XVII, pero me parece fundamental que no está
a discusión que sí constituye un síntoma de las dificultades demográficas y que algo tiene que
ver con la crisis de la agricultura."
Por otra parte las condiciones generales de la economía influyen indirectamente, en
la demografía, así por ejemplo la crisis económica condujo a que la gente se casara a edades
más avanzadas, lo que naturalmente se tradujo en una disminución de los nacimientos. Este
factor de una u otra forma influye en la disminución de la población y repercute en la expansión
de la crisis que en determinado momento y espacio llega a afectar a una potencia como lo fue
Europa. Claro está que no toda porque existen sus excepciones, Inglaterra y Holanda forman el
ejemplo perfecto.
"El siglo XVI estuvo marcado dentro del conjunto europeo, por un desarrollo
económico general producto de la expansión agrícola que permitió el impulso comercial e
industrial que sostuvo su prolongado desarrollo." Esta conclusión es resultado de una
investigación, que se plasma en la obra de Ruggiero Romano, además de ser comprobada a lo
largo de la obra, encontramos que más tarde los sectores comerciales e industriales empezaron a
carecer del apoyo de la agricultura. Se mantendrán todavía durante dos decenios, pero perderán
toda su fuerza de aceleración después de 1620.
Con las conclusiones antes mencionadas tenemos que por lo tanto el siglo XVII se caracteriza
por un estancamiento que afecta a la economía en su conjunto, excepto en Holanda e Inglaterra.
Recordemos que anteriormente en este trabajo ya se había hecho hincapié a esta conclusión que
Romano manifiesta casi desde el principio de su obra. Y es que en determinado momento creo
que es lo correcto pues a lo largo de la lectura se va notando que Inglaterra y Holanda no cuenta
con el mismo grado de afectación, ya sea porque existen factores más allá de lo que se puede
registrar o plasmar en la obra de Romano, o bien porque simplemente los países son distintos
aun en su textura.
Esto lo podemos comprobar también en el caso mismo de las coyunturas entre Europa y
América. Dentro de los dos continentes, ahora conocidos por todos, surge algo realmente
diferente, algo que la misma historia explica al ser lugares tan alejados en desarrollo y distancia,
pero que sin embargo estos dos factores anteriores no tiene mucho que ver cuando de la crisis se
trata.
En primer lugar América, en lo general sostuvo relaciones diferentes con las potencias
existentes para aquella época, y en segundo lugar nunca alcanzó a ser cien por ciento autónoma.
Además Europa contaba con una economía que se vio abrumada por aquella crisis. En cambio
en Hispanoamérica asistimos a un progreso cuantitativo del comercio Europa- América, sobre
todo con la participación inglesa y holandesa y un retroceso de la española. Hay que subrayar
además el fortalecimiento bastante considerable de las relaciones internas en el continente
americano, ya que sin que podamos hablar de la formación de un mercado interno, lo cierto es
que en el trascurso del siglo XVII se inicia la agregación de ciertos mercados regionales.
En resumen evidentemente existe una coyuntura que se ve reflejada en el desarrollo de ambos
lugares, aunque sabemos que la crisis no afecto de la misma manera a ambos, pues no son ni los
mismos motivos, fenómenos, o bien ni los mismos lugares. De tal forma en América se vivió
con menos intensidad la crisis porque no contaban con el mismo desarrollo, la misma población,
ni los mismos precios.l
APORTACIONES
Dentro de las aportaciones que hace el autor, Ruggiero Romano, encontramos que nos aporta
una obra que tiene diversos elementos que se refieren a la historia económica, es decir, al crear
la obra Coyunturas opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica nos da un
elemento más para adentrarnos al terreno tan olvidado por los historiadores actuales y los
pasados: la historia económica.
Por medio de dicha obra nos podemos dar cuenta de que existe un enorme desconocimiento del
tema por esta razón me parece fundamental destacar que Ruggiero Romano aporta una visión
distinta de la crisis. Cuando se escucha hablar de crisis mundial, inmediatamente se nos viene a
la mente, la idea de que en la mayoría de las ocasiones afecta de la misma manera a unos países
que a otros, sin embargo es a través de obras como ésta que nosotros como estudiantes de la
historia, y como futuros escritores de la misma nos podemos dar cuenta de que determinado
fenómeno no siempre afecta de la misma manera lugares involucrados en dicho fenómeno.
Tal es el caso de Europa y América, estos dos continentes no sufrieron de la misma manera la
crisis tremenda del siglo XVII, pues los factores que hicieron más evidente dicha crisis, no se
presentaron con la misma intensidad en América, por el contrario, mientras en América se veía
y vivía un desarrollo descomunal, Europa sufría los golpes de esa crisis, y por ende el lento
crecimiento.
Otro de los aportes de Romano en esta obra es el aporte bibliográfico que hace al respecto, pues
cuenta con una innumerable lista de fuentes que al ir realizando la lectura, el lector puede tomar
en cuenta si el tema es de su agrado. Aunado con este aporte bibliográfico, encontramos que
Romano nos presenta una enorme lista de críticas de diversos autores hacia su obra, esto
permite que el trabajo se vaya enriqueciendo, en la medida de que constituya, no solamente
información para el lector, sino aporte que realmente lo lleve a lograr una verdadera
investigación en el futuro.
Además el mismo destaca que al leer su obra se ve reflejado el fenómeno de la aportación, pues
nunca se había estudiado con la atención debida, el problema de las coyunturas opuestas entre
Europa e Iberoamérica, y menos sobre un fenómeno tan polémico como lo es la crisis del XVII.
En conclusión podemos decir que al leer la obra de Ruggiero Romano nosotros como lectores
nos encontramos ante una obra que además de inducir a la crítica, aporta. Pues en pocas
ocasiones se realiza un estudio que haga alusión al verdadero papel que juega América en la
historia. Con este estudio de Romano se deja a tras aquella idea de que un monopolio tan
importante, como lo es o como lo era Europa antes de la crisis del siglo XVII, nunca se veía
derrotado por fenómenos que bien su dinero y su poder podía solucionar. Nos encontramos pues
ante una obra que aporta demasiado en el terreno de la historia económica, aunque no fuera de
contradicciones y aburrimiento por parte del autor, pero cuenta con los requerimientos
necesarios para considerarla una obra digna de consulta.
COYUNTURAS OPUESTAS: LA CRISIS DEL SIGLO XVII EN EUROPA E
HISPANOAMÉRICA
PROLOGO
Dentro del prólogo Ruggiero Romano nos presenta su obra que lleva por título Coyunturas
opuestas: La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica, a sí mismo nos plantea el
problema que más tarde desarrollará en la obra, es decir "el estudio de la relación entre la
"crisis" europea y la situación de América Ibérica durante la misma época". Este punto lo
podremos constatar más tarde a lo largo de la lectura que nosotros vamos realizando, inclusive
es un aporte historiográfico que Romano le hace a la historiografía en general.
Uno de los antecedente que tiene lugar en este prólogo, y es digno de mención, ya sea porque el
autor siempre se justifica de lo realizado, o porque nosotros como estudiosos de la historia, no
solamente debemos de ver alrededor de la obra estudiada, por el contrario debemos de ver más
allá, y si es posible más lejos mejor. Volviendo al tema principal de este escrito, Romano tiene
como antecedente una larga lista de maestros, que de una u otra forma lo ayudaron a la
realización de la presente, tal es el caso de Fernand Braudel, Ernest Labrouse y Eerl J-
Hamilton. Más tarde es a partir de las enseñanzas realizadas por medio de estos maestros como
Ruggiero llega a la conclusión de que su obra va en contra de las propias enseñanzas de sus
maestros, inclusive en el mismo prologo se disculpa por la ofensa tan grande que hace al
contradecirlos. Además de que también aclara que no se esconde tras la imagen de los mismos.

I EL NÚMERO DE LOS HOMBRES


Dentro de este primer apartado subraya la importancia que tiene el factor demográfico en la
historia económica en general, y en el estudio de las crisis largas en particular. Como sabemos,
por medio de otras obras que hacen alusión al punto de la demografía, como es el caso de
Enrique Florescano, encontramos que una crisis se ve más radical cuando los hombres que
existen en el lugar que se llevó acabo dicha crisis, se ven mermados.
Ruggiero Romano nos propone, o dicho de otra manera trata a manera de fenómeno la
epidemia. Se considera que las pestes son causales, casi la expresión de una voluntad
sobrenatural, que castiga así los extravíos humanos. Es decir se busca una razón "humana",
terrestre, y se puede, tal como me lo sugiere Maurice Aymard, que existe un tercer factor ligado
a la dinámica de la enfermedad en sí y del virus o del vaciló que lo produce. Por definición toda
enfermedad epidémica nos remite a tres series de causas: el hombre que es la víctima, y que
aprende a defenderse; el medio fuertemente humanizado, y el virus propiamente dicho. Dicho
de esta forma, lo que se pretende aquí, es tratar de incluir un factor más en lo que se refiere a la
crisis del siglo XIX, porque por medio de la falta de hombres, por la misma epidemia, es
evidente y hasta cierto punto normal que la economía disminuya, pues al no existir fuerza de
trabajo no habrá quien mueva los medios de producción, y por lo tanto no existirá una economía
buena en país.
Otro de los elementos que hace alusión Ruggiero Romano, y que también lo incluye Enrique
Florescano en su obra Precios del maíz y crisis agrícolas en México (1708-1810), es el factor
que afecta a las cosechas y que propicia la prolongación de una crisis: el clima. "El clima
influye en las cosechas y por tanto en la alimentación, sobre todo en las sociedades cuya
circulación de materias pesadas, como los cereales, es insuficiente", por la misma razón al no
existir cosechas, ya sea por la falta de sol, lluvia, calor en la tierra, exceso de calor, entre otras
cosas, la producción y el producto se ven drásticamente afectadas, de tal manera que tanto a los
hombres como a los animales les afecta en su alimentación y en la vida diaria. Tal es el caso de
México, pues como es bien sabido por todos, en este lugar existió en la época colonial una vasta
producción minera que le permitió crecer como país, aun subordinado a España, exportar, y
auto-mantenerse. Al existir una crisis agrícola inmediatamente escaseaba el producto, lo que no
sólo repercutía en los hombres, sino en los animales, pues ya no existía alimentos con que
mantenerlos activos para la producción y por lo tanto morían lo que provocaba que la economía
de dicho lugar disminuyera, al no haber fuerza de producción dentro de las minas.
La disminución de la población por lo tanto es un factor que afecta a Europa dentro de la crisis
del siglo XVII, ¿Por qué la disminución de natalidad? Ciertamente Intervienen causas
psicológicas y de orden socioeconómico que se entremezclan, sobre todo en las sociedades
indígenas, con una estratificación social insuficiente. ¿Para qué traer niños al mundo cuando, a
juzgar por el presente, el porvenir no promete nada bueno? Esto es lo que indica de una manera
que no puede ser más clara en el texto de José Gumilla, para observar la esterilidad voluntaria
de las indias. Como podemos observar las indias, que vivieron de manera drástica la crisis,
preferían no traer más hijos al mundo, esto hasta cierto punto es normal, a nadie le gusta que su
propia sangre sufra las consecuencias de una época que en todos los sentidos se torna difícil.
Del mismo modo, la población blanca, a pesar de su crecimiento (ya fuera en forma natural o
por las llegadas sucesivas de la Península Ibérica) no compensa tampoco los huecos que dejó la
población aborigen. Frente a la caída de esta última, de la que acabamos de ver la magnitud,
¿qué significa el hecho de que la población blanca evolucione entre 1570 y 1646 en la Nueva
España de 63 000 a 125 000 y en el centro de México de 57 000 a 114 000? Igualmente en Perú
la población blanca de alrededor de 25 000 personas en 1570 a 70 000 en 1650 y en Lima,
durante los mismos años, pasa de 10 000 a 15 000 blancos
Podemos afirmar con toda tranquilidad que aun a tasa diferentes de desarrollo, la población
blanca de Iberoamérica creció, pero este crecimiento no compensó la fuerte contracción o
disminución de la población aborigen. Por lo contrario, hay que pensar que este aumento de la
población blanca, que se traduce en un aumento de todo tipo de presiones sobre la población
indígena, contribuirá a hacer descender aún más el número de aborígenes. La población
indígena siguió bajando en América durante el transcurso del siglo XVII. ¿Hasta cuándo? Hasta
1650 y muy probablemente 1630, con variantes locales, naturalmente. El caso mexicano es más
claro en la medida en que es el que se ha estudiado más.
Estas cifras globales sobre las cuales hemos reflexionado a propósito del conjunto de la
población mexicana, por otra parte quedan confirmados con los movimientos de natalidad de
diferentes parroquias mexicanas durante los últimos años; todas ellas reflejan un
gran movimiento de alza acompañado de una extrema regularidad, lo cual me parece muy
importante. Este hecho refleja que la población indígena era la más pobre, y por lo tanto al no
contar con recursos tanto económicos como sociales, encontramos que esta población era
atacada con más frecuencia por las epidemias que se presentaban. A l disminuir la población,
también disminuya la producción de edificios, el trabajo en el campo y los servicios que esta
población ofrecía a los blancos.
"Así, después de un enfrentamiento de la caída, que se puede observar desde principios del siglo
XVII, y una franca recuperación sucesiva, asistimos a una caída bastante importante”. ¿Le
atribuimos la responsabilidad a las hambrunas y a las epidemias?, el autor Afirma que la culpa
de la disminución de la población no se debe atribuir a estos factores, las hambrunas y las
epidemias, por el contrario existe otro factor que sin lugar a dudas resulta importantísimo: las
migraciones, por medio de estas migraciones es como él lugar de las crisis se va despoblando,
ya sea porque ya no existe un trabajo fijo, o bien porque no se cuenta con las medidas de
higiene correctas, la alimentación es muy deficiente, las epidemias se contagian con mayor
facilidad en aquel lugar por la falta de higiene, o ya sea por la falta de aparatos y medicamentos
para atender a la población.
El documento relativo a la degeneración que acabo de citar me parece que es fundamental por
hecho de que por medio de esta información se puede comprender mejor la intención de
Ruggiero Romano, al realizar la obra. Además de que el punto antes mencionado, es un punto
de unión, "dado que muestra con claridad dos fenómenos: la formación de un mestizaje por
aculturación y otro elemento al cual es difícil darle un nombre", ponerle una etiqueta: se trata de
la huida de miles y miles de indios hacia lugares recónditos, zonas de refugio, para escapar al
pago de tributos y en general a la presión de los blancos.
Así por ejemplo se dio en Lima una epidemia de difteria, pero no encontramos que haya hecho
huella profunda en la curva de los deseos de la parroquia de San Sebastián. Es muy probable
que en esta parroquia de población mixta, y urbanizada desde hacía tiempo, los factores de
inmunización desempeñaran un papel importante. "Durante el siglo XVI apareció entre la
población un desgano vital." Ahora se trata de saber si en el siglo XVII se manifestó una nueva
voluntad de vivir y reproducirse, voluntad que podría haber sido determinada por diversos
factores.
En síntesis, me parece que el siglo XVII americano muestra una tendencia
de evolución demográfica al alza, en contra posición a la de Europa que, salvo algunas
excepciones, es de estancamiento o de baja. Esto es un ejemplo más de la coyuntura que
Romano se la pasa repitiendo y aclarando en su obra. Por este hecho me parece fundamental
aclarar dicho sentido.
II EL MUNDO DE LA PRODUCCIÓN
En el caso del problema de la crisis del siglo XVII, es sin lugar a dudas un tanto difícil cuando
no se está involucrando del todo en la materia de la historia económica, resulta un tanto
agobiado, pues muchos de los términos manejados por el autor, y la manera de escribir del
mismo reflejan un gran estudio que muy raras veces nosotros como estudiantes poseemos. Sin
cambio este capítulo dedicado a ver la producción que se llevó a cabo durante el periodo del
siglo XVII, tanto en América como en Europa, nos da una impresionante lección de lo que es
realmente el manejo de la producción y nos aclara una vez más que el desarrollo para América
no fue el mismo que para Europa dentro del periodo.
Vemos que en casi toda Europa se da el fenómeno de la conversión de tierras de cultivo en
pastizales, salvo el caso de Inglaterra, Frisia, donde se dan fenómenos inversos., pero también
observamos cambios que podemos calificar de positivos, entre ellos la conversión de tierras
cerealeras en tierras destinadas al cultivo de plantas "industriales". Estas modificaciones se
pueden comprobar esencialmente en regiones como Hertz, Erfurt, Holanda, quedando excluido
cualquier otro país de Europa. Este fenómeno es interesante pues de hecho nos encontramos
ante una especie de respuesta a la crisis. Incluso los países donde se presenta la crisis general,
podemos encontrar manifestaciones de cambio, de mejoras, de innovaciones.
La agricultura del siglo XVII ofrece resultados menos brillantes que el siglo anterior y el fin del
siglo está marcado por un sensible desplome general. Habría que hablar más bien de una falta de
aptitud para el crecimiento nominal, de una incierta de las capacidades productivas. Pero no hay
que seguir con esta lista que parece ser interminable y que afianzaría nuestra convicción en
cuanto a la crisis, misma que por otra parte también se confirma con otro hecho. Todos los
historiadores concuerdan en reconocer que la Europa oriental, a partir del siglo XVIII, vuelve a
conocer lo que es una "segunda servidumbre". Esto por no hablar de Polonia o
de Alemania oriental donde como ya se ha subrayado "después de la guerra de treinta años fue
todavía más sometida dado que se impulsó la servidumbre hereditaria" Este factor afecto a los
más pobres, pues además de cargar con todos los efectos y fenómenos que la crisis del siglo
XVII le había dejado, tenían que cargar con el peso de una deuda en donde tenían que pagar
el precio de su libertad dando, u otorgando sus servicios de por vida. Por esta razón no es raro
que en el capítulo anterior se nos mencione que las indias, o las indígenas del siglo XVII,
preferían la esterilidad voluntaria. Esta medida fue adoptada por la falta de recursos para
sobrevivir a la crisis, pero también por evitar que sus hijos fueran sometidos a la voluntad de las
personas que mejor podían manejar su situación ante la crisis.
Lo que nos queda y que no se puede desmentir es esta sencilla verdad: en Francia, hasta fines
del siglo XVII, el rey, la nobleza y el clero siempre poseían el dominium directum, es decir
el derecho de propiedad soberana sobre todos los bienes del suelo y de ahí derivan la
jurisdicción de diversos impuestos y servicios. Pero las diferencias no deben de ser motivo para
perder de vista el punto fundamental: la acumulación (feudal no capitalista, dado que también
existe una acumulación feudal) no se realiza únicamente por el juego de los precios y de la
población y de las monedas, sino por todos esos factores y otros más, como impuestos, precios
de la tierra y sobre todo, por la renta de la tierras, la productividad del trabajo y la exacción
feudal.
¿Sucede esto con Europa? No lo creo. Evidentemente hubo una excepción: Inglaterra, donde se
notaba desde hacía algún tiempo señales de revolución agraria que a partir de mediados del
siglo XVII se multiplicaron. ¿Cuáles fueron estas señales? No sólo se afirma progresivamente
el sistema de locación de las grandes propiedades, sino también el aumento del mercado interior
y de hecho de que la agricultura inglesa cumple con su evolución aprovechándose en grandes
modificaciones de la producción industrial y sobre todo integrándose a ellas. Ejemplo de este
fenómeno es que a mediados del siglo XVII se inventó en Inglaterra una nueva máquina, "un
telar que permite hacer 1 000 mallas por minuto en lugar de 100 que se logran trabajando a
mano."
Esta máquina fue exportada a Italia, pero se desconoce por completo que repercusiones tuvo. Lo
que sí es cierto es que los fabricantes de Milán lograron que se prohibiera el empleo de una
máquina para fabricar medias. Por el contrario, en Inglaterra el mecanismo que se estableció
respecto de una máquina se revela complejo e importante. Algunos capitalistas y comerciantes
manufactureros compran máquinas y las alquilan a los campesinos artesanos. Con base a la
técnica nueva, comienza una fase esta sí verdaderamente capitalista, de desposesión al
trabajador de sus herramientas de trabajo.
Indiscutiblemente la industria textil predomina sobre las demás, como lo hizo durante la edad
Media y como lo hará aún en la época de la revolución industrial. Ni la industria de los quesos,
que era exclusivamente rural y cada vez más importante en términos de exportación; ni la del
libro y su corolario, la papelería; ni la orfebrería, ni la naciente relojería son durante los siglos
XVI y XVII una amenaza a la preeminencia de los textiles, que es evidente a pesar de lo
deficiente de las estadísticas, tanto en términos de empleo como de capital y tanto en el valor de
las exportaciones como en el número de empresas. En lo referente a Suiza se puede aplicar la
situación europea en general: los productos de lujo en los que estamos demasiado
acostumbrados a extraviarlos no son ni pueden ser un motor económico.
En conclusión se puede afirmar con toda certeza la realidad de la ruptura geográfica. El atlas
industrial de mediados del siglo XVIII no tiene mucho en común con el de 150 años antes: "El
siglo XVIII, Francia, Inglaterra, los países Bajos y Suiza estaban en primer lugar como países
industriales."
La industria rural siempre ha existido, al grado que ya en la Edad Media hay signos importantes
de ella, pero no tiene nada que ver con protoindustrialización, dado que este se afirma al lado de
la fábrica donde quiera que la industria rural represente una actividad complementaria para las
poblaciones campesinas, la protoindustrialización lleva a estos mismos campesinos a considerar
la actividad industrial como principal.
La protoindustrialización trajo consigo enormes consecuencias. En primer lugar provocó un
aumento de la productividad agrícola, por consiguiente, una transformación de las relaciones de
producción. Produjo la desaparición de los privilegios corporativos; por último al modificar las
relaciones tradicionales entre ciudad y campo, propició la formación de un sistema de
autocontrol completamente diferente al tradicional. El comercio entre España y América no se
hace sólo con barcos de construcción española. En este tráfico participan también, bajo
pabellón español, barcos construidos en otros países de Europa y también en América. En
conclusión podemos decir que el autor maneja el tema de producción, como aquel que se llevó
acabo en América y Europa, y que no en estos dos lugares se llevó acabo con intensidad igual,
ni siquiera en la misma Europa como lo hemos visto en los apartados antes mencionados, por lo
tanto el impacto de la crisis del siglo XVII en Europa, con excepción de los países citados, fue
brutal.
III METALES PRECIOSOS
El error que se comete a menudo, comienza cuando se quiere extrapolar a todo Perú el
movimiento que se observa en Potosí. Proceder así significa olvidar que después de la caída de
la producción potosina se empezaron a explotar otras minas, tales como Oruro. Cerro de
Camana, Chila, San Antonio y Laicocota etc. Lo que se acaba de referir no son simples
suposiciones. Una prueba indirecta de este desplazamiento de la producción de Potosí hacia
otros centros es que durante el siglo XVIII las exportaciones de mulas de Córdoba hacia el Alto
Perú reflejan los siguientes cambios de destino.
Pues bien, las mulas representaban junto con los hombres, por supuesto el "motor" de
actividades mineras. Sin mulas no hay plata. Este ejemplo ya lo he mencionado en páginas
anteriores, cuando se menciona que las crisis afectan no sólo a los hombres, sino a los animales
y la propia producción. Cuando México vivió una tremenda crisis en la época colonia, se vio
afectada su economía no sólo por el simple hecho de la baja producción de maíz o de productos
agrícolas, sino también la baja del metal más abundante en aquella época: la plata. Este hecho
sucedió por la disminución de negros, y por la baja producción de los animales, al haber una
baja del producto primordial para la alimentación de los animales se ve gravemente afectada la
producción de animales y el rendimiento de los mismos.
En general en "Europa, del siglo XVII muestran síntomas innegables de desmonetización. En
todas partes, en distintos niveles, observamos el retorno bastante marcado hacia formas de
economía natural." El fenómeno es claro en todo el ámbito europeo y podemos seguirlo con
detalle en los diferentes países. Lo que se ha visto hasta aquí compete a las exportaciones de
metales preciosos hacia Europa, más no a la producción de esos metales hacia América. Así
pues, es preciso preguntarnos, primero, si existe alguna coincidencia entre metales producidos y
metales exportados. Evidentemente, existe una diferencia, mínima si se quiere, pero diferencia
al fin. Siempre ha insistido en el carácter "natural" y no "monetario" de la economía de la
América ibérica, pero nunca he negado que existiera una reserva metálica que se usaba para
llevar a cabo algunas grandes transacciones y para atesorar.
A esto es preciso añadir la enorme utilización de metales preciosos para la orfebrería, fenómeno
al que no siempre se le ha presentado la atención que merece. Por lo tanto, hay, debe haber,
diferencias entre la cantidad de metales producidos y la cantidad de metales exportados; pero
aquí cabe hacer una segunda pregunta: ¿es esta diferencia constante o presenta variaciones de
una época a otra? Veamos ahora los problemas que hemos examinado en Europa y retomémoslo
en el ámbito americano, es decir, los que se refiere a las emisiones monetarias y a la reserva
disponible.
Durante el siglo XVII, la Casa de Moneda de México tuvo emisiones monetarias superiores a
las del siglo XVI. Esta es una tesis que ya se venía sosteniendo desde el principio, pues como
sabemos Ruggiero Romano se ha enfocado a defender la postura de la coyuntura entre América
y Europa. Esta coyuntura que sostiene el crecimiento de América en todos los sentidos, por
ejemplo, lo vemos más evidente en este punto, porque a diferencia de Europa, América creció
desmesuradamente en la producción de moneda, y lo comprobamos con la estadística que
demuestra que la producción de moneda en el siglo XVII fue mayor que en el siglo anterior.
"Ciertamente, a partir de los años veinte del siglo XVII y hasta 1740, los precios de los cereales
están en Europa bajo el signo de la estabilidad e incluso de la baja, mientras que los precios de
los productos manufacturados manifiestan una resistencia más grande." ¿Y qué sucede en el
lado americano? Contamos con algunos elementos, pero antes de hablar de ellos es necesario
establecer una distinción que considero fundamental: en la América ibérica siempre es necesario
distinguir tres grupos de productos, precio de productos de origen local, precios de productos de
origen americano pero no locales, precio de productos de origen europeo. Una gráfica que
incluye Ruggiero Romano en su obra, demuestra de una manera muy clara que los precios de
los productos locales en Córdoba, continúan subiendo y que después bajan, mientras que los
precios de los productos de origen europeo y americano empieza su movimiento a la baja más
temprano.
Sin embargo, es preciso observar que los precios de estos últimos años se mantienen en niveles
tan altos como el máximo alcanzado en 1675. Un estudio reciente de Dauril Alden nos ofrece
una confirmación tanto del precio de los esclavos como del azúcar entre 1690 y 1769. Quizá mis
consideraciones le parezcan monótonas al lector, pero debo confesar que para mis oídos son
como una dulce música que confirma este aspecto, fundamental a mi manera de ver, de la
coyuntura inversa americana en relación con la coyuntura europea. Ya sea que se trata del siglo
XVII o del XVIII, el movimiento de los productos agropecuarios es inverso al movimiento de
precios de estos productos en Europa.
Existen otros productos en circulación interregional cuya trayectoria podemos seguir, en
especial los textiles. En Potosí, los precios de la sayaleta y del tocuyo acusan una baja continua
entre 1670 y 1810, el del sayal sube hasta alrededor de 1700, con una posterior baja continua.
"Ahora bien, es preciso destacar que durante el siglo XVII los precios de los productos textiles
en Europa son los que muestran la resistencia más fuerte". El siglo XVII se caracterizó por los
precios altos y que, por lo contrario, el XVIII mostró un nivel de precios menos elevado, de tal
suerte que podemos decir que durante el siglo XVII bajó el poder de la compra y que subió en el
siglo XVIII.
Podríamos decir, por tanto y contrariamente a los casos de México y Potosí, de los que ya
hemos hablado, que hay un alza como en Europa; pero el hecho es que "entre 1680-1689 y
1700-1709, los precios de los productos agrícolas sufrieron un aumento de %64,2; se
mantuvieron estables hasta 1720-1729, y no bajaron hasta 1730-1739.
La coyuntura opuesta entre precios europeos y precios americanos no se trata de una teoría, sino
simplemente lo que aprendemos de hechos confirmados progresivamente por la investigación
sucesiva. Ahora bien, sin lugar a dudas, durante el siglo XVII americano, los artículos que pasan
por los mercados, sobre todo los productos de primera necesidad, no son muy numerosos, pues
el renglón de autoconsumo es muy fuerte como lo es el trueque.
En este apartado una vez más comprobamos que la coyuntura que tanto defiende Ruggiero
Romano, evidentemente es cierta y comprobable a lo largo de la obra, pues una vez más nos
encontramos delante de un fenómeno que demuestra el crecimiento de América Ibérica y la
caída de una potencia como es Europa.

IV CONSIDERACIONES SOBRE EL COMERCIO


La situación del comercio internacional europeo entre finales del siglo XVI y principios del
XVII, es un tanto compleja, pues dentro de este tema no es posible lograr curvas como en el
caso de los precios; es preciso entrar en detalle. Es decir situémonos en el centro de lo que
durante siglos fue el corazón motor del comercio internacional: el Mediterráneo.
¿Era acaso el Mediterráneo un mar muerto? Si con esta expresión queremos decir que los países
mediterráneos ya no son sujetos, sino objetos de la historia, sí es cierto. Tomemos el caso
clásico de Venecia. Su comercio internación se basó durante siglos en un principio muy
sencillo: introducirse en una posición de cuasi monopolio en el centro de las transacciones
comerciales entre el Medio Oriente, que le surtía de especias y drogas, y Europa. "A cambio,
Venecia redistribuyo productos europeos hacia el Medio Oriente, y aún más allá. Aunque sin
lugar a dudas durante el siglo XVII Venecia fue desbancada en este tipo de tráfico, esto de
ninguna manera significa la suspensión de los intercambios" entre Europa del norte y el
Mediterráneo: únicamente los holandeses y los ingleses ya no necesitaban al intermediario
veneciano. La crisis, pues no es tanto del comercio mediterráneo como de los actores
mediterráneos de ese mismo comercio.
En este apartado se puede comprobar que Holanda e Inglaterra no sufrieron las consecuencias
tan drásticas de la crisis en el siglo XVII, como Europa, gracias a que siempre demostraron ser
autosuficientes, tanto en la producción de monedas, telares, entre otras cosas, como en las
relaciones comerciales. Con esto se comprueba una vez más que los únicos lugares de Europa, y
que es la hipótesis principal de Ruggiero Romano, fueron sin discusión Holanda e Inglaterra, el
resto de la Europa, como potencia y como nación sufrió una tremenda crisis en todo su
esplendor.
La agonía del Mediterráneo es, pues, únicamente aparente ya que en la realidad se puede
observar una especie de circulación extra corporal asegurada por los nórdicos. Empero la crisis,
no es menor fuerte en los países "mar interior". No desearía, el autor, dar aquí una serie de cifras
que me sería fácil presentar; prefiero volcarme en casos de orden cualitativo: por ejemplo,
mientras la seda (cruda) de Sicilia o de Calabria constituía por tradición un objeto de
exportación hacia Génova, Venecia, Nápoles y Florencia, desde donde se reexportaba hacia
Europa del Norte y hacia el Medio Oriente en forma de productos manufacturados, ahora la
seda cruda emprende la ruta del norte en barcos no mediterráneos.
"Por supuesto, también hay sectores o países que muestran indicios de actividades en aumento
por ejemplo, las exportaciones de hierro sueco aumentan considerablemente." También se dan
otros signos positivos, sobre los que volverá el autor más adelante, pero por el momento hay
que plantearnos una pregunta ¿Cómo hacer para establecer la existencia de una crisis comercial?
Las relaciones comerciales europeas durante el siglo XVII se caracterizan por el estancamiento,
y el autor está de acuerdo con él; pero es legítimo preguntarse si en el interior de Europa la
situación es la misma o si se dan situaciones diferentes.
El autor había mencionado que, el comercio de Venecia esta en bancarrota durante el siglo XVII
lo cual, queda demostrado con la caída de la construcción naval, caída que la Serenísima trata,
sin lograrlo, de compensar mediante la compra de barcos de construcción extranjera sobre todo
ingleses y holandeses. La crisis Veneciana queda confirmada, pues, con esta crisis de la
construcción naval. La crisis no solo abarca los grandes puertos mediterráneos sino también los
centros "clásicos" del Báltico. Tomemos el caso de Gdansk: no sólo disminuye el paso de
navíos procedentes de este punto por el estrecho de Sund, sino que asistimos a un aumento
progresivo del número de barcos con pabellón holandés. Este fenómeno no se da únicamente en
Gdansk; también se observa en el conjunto de ciudades de la Hansa y de la alta Alemania que
están presas en este torbellino: por ejemplo el poderío holandés reduce a colonia y a las otras
ciudades del Bajo Rin al desempeña de una función esencialmente interna. Sólo Hamburgo
logrará mantener su papel, pero en este caso también el motor de su actividad está representado
por el interés que le presentan tanto los holandeses como los ingleses. Las condiciones de las
ciudades del interior de Alemania (Ulm, Rawenburg, y tantas otras) no son mejores; sin
embargo, debemos reconocer que surgieron dos centros: Francfort y Leipzig.
En resumen, estamos ante todo una estructuración del equilibrio de las funciones comerciales en
Europa que no sólo se manifiestan en el sentido norte-sur, en general, sino en el sentido de la
"Europa Mediterránea (incluido el imperio otomano) y Europa del Noroeste el general, es decir,
Holanda e Inglaterra. La gran mayoría de los centros tradiciones son perdedores y los que
logran sobrevivir lo hacen sencillamente porque la "bomba" holandesa Inglesa asegura la
circulación. Podríamos decir que es el peso de la tradición lo que arrastra hacia abajo a esos
viejos puertos, es a esas añejas ciudades que fundaron la reputación de su nombre en la Edad
Media y durante el siglo XVI. "
Decir esto no es arbitrario; basta con pensar en el destino de la ciudad de Amberes, cuya suerte
peligra a pesar de estar situada en el interior de la Europa del Noroeste que iba en ascenso. En
resumen cualquiera que sea el ángulo desde el cual se observe "la vida comercial europea,
siempre nos encontramos con una gran brecha: de un lado una "grande" Europa mediterránea
("grande" puesto que comprende también el Imperio Otomano, Portugal y los Balcanes) en
crisis, y del otro una Europa del Norte" (Holanda e Inglaterra) que aunque padece los efectos de
esta crisis logra compensarla y sobre ponerse a ella mediante los tráficos comerciales
intercontinentales; y queda el resto Polonia, el Imperio, Suiza y Francia.
La crisis del comercio en el siglo XVII se refleja en la caída de los centros tradicionales y en el
surgimiento de dos países nuevos: Holanda e Inglaterra. En 1669, la preponderancia holandesa
todavía es definitiva, pero después las cosas van cambiando en beneficio de los ingleses.
En lo que corresponde a América, los principales puertos Americanos que reciben el comercio
español son los siguientes: Veracruz, Porto Belo y Cartagena. A esto hay que añadir algunos
envíos excepcionales hacia algunos puertos, sobre todo a Buenos Aires. Especialmente
la distribución de bienes hacia la masa continental se hace a través de los puertos que se han
mencionado y, de igual manera en ellas se organizan los envíos a España de mercancías
americanas, en especial metales preciosos.
A partir de mediados del siglo XVII, o incluso antes, el "monopolio” español más que una
realidad, se ha convertido en una petición de principio. ¿Cómo aspirar a un "monopolio" si
durante la época era muy difícil? El imperio de América muestra un apetito extraordinario
durante todo el siglo XVII. Si España no es capaz de satisfacerlo, es reflejo de la crisis española
del siglo XVII y no de la crisis americana. Insisto: en lo que se refiere al comercio internacional,
la América española no representa una señal de crisis en el siglo XVII, esencialmente es cuando
se establecen definitivamente las relaciones comerciales interamericanas.
A manera de conclusión tenemos una cierta desindustrialización, sobre todo en el ramo textil, de
la zona mediterránea que se convierte en un lugar de importación de productos manufacturados,
importación compensada por la exportación de productos en bruto o semielaborados, sobre todo
en dirección a la Europa del noroeste y a la Europa central y oriental.

ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES

Dentro de las consideraciones finales encontramos el argumento central de Ruggiero Romano,


las coyunturas opuestas que existen en Europa y América en torno a la crisis del siglo XVII.
Con esto llega a la consideración final de que la crisis europea del siglo XVII no se presta a
dudas, pero dentro de esta crisis, es preciso destacar ciertos grados, ciertos matices que
corresponden al gran desplazamiento que hubo del mediterráneo hacia Europa del norte. Por lo
tanto el argumento al que se torna esta obra es, al igual que el anterior, a esa coyuntura en
América inversa con relación a Europa.
La agricultura en América no da señales de una gran recuperación, pero si muestras de una
cierta "estructuración, de una clara consolidación de las situaciones inciertas, precarias, que
habían madurado durante el siglo XVI. Al siglo de la conquista, animada esencialmente por la
búsqueda de metales preciosos, sigue el siglo XVII, siglo de la tierra, pero eso evidentemente no
significa que haya perdido el interés por el oro y la plata."
Como hemos visto a lo largo de la obra existe, una oposición entre una coyuntura americana y
una Europea. Y esto se puede apreciar claramente al inicio de este análisis donde se señala la
importancia de las mismas en el desarrollo de cada país, tanto social, comercial y político.
Ejemplo de los impactos de dicha crisis, los podemos comprobar con tan sólo revisar los
capítulos anteriores, pero cabe destacar que España, sufrió al igual que la mayoría de la Europa
Mediterránea el tremendo impacto provocado por dicha crisis, pero también se debe aclara que
América se liberó de España y de la crisis a media que esta se vio afecta por este fenómeno
social, político y económico.
CONCLUSIONES
A las conclusiones que pude llegar a la hora de elaborar el trabajo, es que Ruggiero Romano, se
refiere a la historia económica de una manera monótona, y hasta cierto punto cansada, ya que no
puedo negar que es un escritor con muchos conocimientos sobre el tema, pero también es
necesario escribir con un poco de animación, en el sentido de que el lector no llegue al
aburrimiento.
Otra cosa que me parece fundamental es evidentemente existe una coyuntura que se ve reflejada
en el desarrollo de ambos lugares, aunque sabemos que la crisis no afecto de la misma manera a
ambos, pues no son ni los mismos motivos, fenómenos, o bien ni los mismos lugares. De tal
forma en América se vivió con menos intensidad la crisis porque no contaban con el mismo
desarrollo, la misma población, ni los mismos precios.
A finales del siglo XVII, los territorios americanos se habían convertido en un foco de rivalidad
para las potencias europeas en lo que respecta al comercio y al equilibrio de poder internacional.
Todos los barcos mercantes que viajaban desde las colonias hasta España se detenían en el
Caribe, donde eran el blanco de corsarios ingleses, holandeses y franceses. Los piratas asaltaban
las flotas que portaban tesoros, atacaban puertos, traficaban con mercancías y, ocasionalmente,
se instalaban en islas con clima y tierras propicios para el cultivo de la caña de azúcar y se
dedicaban al contrabando. De este modo, los ingleses se hicieron con el control de Jamaica
durante la segunda mitad del siglo XVII, y la isla se convirtió en el cuartel general de
criminales, piratas y contrabandistas.
A principios de 1638, los ingleses establecieron una colonia en buena parte del territorio que en
la actualidad pertenece a Belice. En el siglo XVII, marinos ingleses, holandeses y franceses se
instalaron en Guayana (en la actualidad, esencialmente, Surinam, Guayana Francesa y Guyana).
Aun así, otras potencias coloniales preferían enriquecerse indirectamente a través de las
colonias de España en América.
En el siglo XVII, América se había convertido en un foco de rivalidad para las potencias
europeas. La banca prosperó, el comercio se expandió y los precios se dispararon. España, sin
embargo, no era más que un lugar de tránsito para estas riquezas. El gobierno destinaba grandes
cantidades a financiar las costosas guerras, las campañas contra los herejes, los lujos de los
monarcas y los nobles, y los gastos administrativos de todo el Imperio. Además, la recesión
europea que se inició en la década de 1620 afectó a España especialmente.

También podría gustarte