Los Delfines
Los Delfines
Los Delfines
De todos los mamíferos acuáticos, los delfines son probablemente los que más simpatía
despiertan en casi todas las culturas y geografías del globo. Su presencia en las aguas marinas
es siempre celebrada y bienvenida, y sus movimientos juguetones interpretados como una
clara señal de inteligencia, ya que estos animales de apariencia risueña y cuerpo terso poseen
un cerebro mucho más similar al de los primates de lo que originalmente se creía.Los delfines
son, como el resto de los cetáceos, el resultado de la adaptación evolutiva de mamíferos
terrestres (probablemente artiodáctilos, emparentados con los hipopótamos modernos) que
retornaron a la vida marina hace alrededor de 50 millones de años. Sin embargo, cuando
hablamos de delfines, generalmente nos referimos a los delfines oceánicos, esto es, a los que
viven en los mares o en estanques, en cautiverio y no a sus primos habitantes de ríos y agua
dulce la superfamilia de los platanistoideos, con los que guardan importantes diferencias. Esto
quiere decir que los delfines no son parientes de los peces, y de hecho estos últimos
constituyen buena parte de su dieta, estrictamente carnívora. Por el contrario, en el árbol de la
vida, los delfines están cerca de las ballenas y las orcas, y constituyen una propia familia
Delphinidae de alrededor de 37 especies conocidas. A grandes rasgos, estos animales poseen
cuerpos fusiformes, de entre 2 y 8 metros de largo, con un hocico alargado y un espiráculo en
la parte superior de la cabeza, que les sirve de abertura para respirar. Los delfines no tienen
branquias sino pulmones, pero son capaces de aguantar la respiración hasta 10 minutos bajo el
agua. Respecto a su hábitat, los delfines se hallan en prácticamente todos los mares de todos
los océanos del planeta, aunque suelen preferir las aguas cálidas del trópico. Son hábiles
nadadores y cazadores, capaces de nadar a velocidades cercanas a los 50 kilómetros por hora.
Y además tienen la capacidad de emitir una amplia gama de sonidos, que no solo utilizan para
comunicarse entre sí sino a modo de radar, mediante la ecolocalización. Se emite una onda
sonora que rebota contra el entorno y al volver a los oídos del delfín, trae consigo información
reconocible. Este es un sistema de ubicación muy preciso y único de los delfines entre los
animales marinos. Lo que más llama la atención de los delfines es su grado de inteligencia,
comparable con la de un chimpancé o incluso un niño de 3 años. Se sabe que estos animales
poseen un alto grado de sociabilidad, por lo que son capaces de cazar en manada,
coordinándose mediante sonidos semejantes a los del cliqueo, silbidos y ráfagas de otros
sonidos, similares a los que utilizan para la ecolocalización.
Los grupos de delfines pueden alcanzar hasta los 1000 individuos, vinculados entre sí mediante
fuertes lazos sociales, como lo evidencia el hecho de que ayuden a sus congéneres heridos a
ascender a la superficie para respirar, o de que se asignen entre sí silbidos únicos para
identificarse en medio de la manada. Esto no significa que no haya dinámicas competitivas,
sobre todo entre los machos, y es común entre los adultos exhibir cicatrices de peleas por
acceso a las hembras o al alimento.Los delfines, sin embargo, junto al ser humano y otras
pocas especies de primates, son los únicos animales conocidos capaces de utilizar
herramientas para resolver problemas. Se los ha visto en el océano Índico cubrir sus hocicos
con esponjas de mar para protegerlos del roce de las piedras al hurgar en busca de alimento,
una técnica que las madres enseñan a sus crías.
De manera similar, los delfines pueden formar alianzas con el ser humano, ya sea para
enfrentar depredadores como ciertas especies de tiburones, o bien a cambio de recompensas,
a modo de adiestramiento. De hecho, delfines amaestrados se usan como parte de las fuerzas
militares marítimas de algunos países, y en numerosos espectáculos acuáticos en los que
juegan con pelotas o danzan para el público. Incluso se han visto casos de pesca cooperativa
entre humanos y delfines, haciendo equipo espontáneamente para que ambas especies salgan
beneficiadas.
A pesar de ello, muchas actividades humanas son perniciosas para los delfines, un importante
número de ellos muere al año por heridas causadas por hélices de barcos, o atrapados y
asfixiados en redes para pesca. A esto se debe sumar que los delfines forman parte de ciertas
dietas asiáticas, como en Taiji (Japón) o las islas Feroe, y lo sensibles que son estos animales a
los niveles de contaminación marítima con pesticidas, metales pesados y otros desechos
agrícolas e industriales. Los delfines no poseen depredadores naturales. Los daños a sus
comunidades y ecosistemas son, en su gigantesca mayoría, consecuencia de las acciones
humanas.