¿Qué Podemos Decir Sobre Los Falsos Positivos?

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YO, INMORTAL

Historia de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia

Compiladora:
Ángela Patricia Otálvaro Otálora
Autores
María Fernanda Aponte, Brayan Santiago Jiménez Henao, Oscar Franco García,
David Guillermo Hernández y Ángela Patricia Otálvaro Otálora

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO


2023
Yo, Inmortal : Historia de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia / María Fernanda
Aponte, Brayan Santiago Jiménez Henao, Oscar Franco García...[y otro más.] ; compiladora y autora Ángela
Patricia Otálvaro Otálora. Bogotá : Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO, 2023.

ISBN: 978-958-763-616-1
138p.: il, fot.;

1.Conflicto armado -- Investigaciones -- Colombia 2.Falsos positivos -- Relatos personales


-- Colombia 3.Madres -- Relatos personales -- Colombia 4.Crimenes de guerra -- Investigaciones --
Colombia i.Jiménez Henao, Brayan Santiago ii.Franco García, Oscar iii.Hernández, David Guillermo
iv.Otálvaro Otálora, Ángela Patricia (Compilador y autor)

CDD: 303.609861 I56i BRGH Registro Catálogo UNIMINUTO No. 104774


Archivo descargable en MARC a través del link: https://tinyurl.com/bib104774

Autores:
Maria Fernanda Aponte, Brayan Santiago Jiménez Henao, Oscar Franco García, David Guillermo
Hernández y Ángela Patricia Otálvaro Otálora.

Coordinación editorial
Diana Carolina Díaz Barbosa

Corrección de estilo
Karen Grisales Velosa

Diseño y diagramación
Sandra Milena Rodríguez Ríos

ISBN: 978-958-763-616-1
DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto/978-958-763-616-1
Primera edición digital 2023

Corporación Universitaria Proceso de arbitraje doble ciego


Minuto de Dios – UNIMINUTO Recibido del manuscrito: agosto 2022
Calle 81B No. 72B-70 Evaluado: noviembre 2022
Teléfono +57(1) 2916520 Ext. 6012 Ajustado por autores: enero 2023
Bogotá, D. C., - Colombia Aprobado: febrero 2023

®Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO. Todos los capítulos publicados en Yo


inmortal. Historia de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia fueron seleccionados por el
Comité Científico de acuerdo con los criterios de calidad editorial establecidos por Institución. El
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CONTENIDO

Prólogo 9
De los autores 15
Presentación 17
Introducción  23
Resumen 26

Primera parte 29

Contexto histórico  30
Principales hitos del conflicto armado en Colombia 30
Breve contextualización histórica del conflicto Armado 32

De la violencia bipartidista a la subversiva (1958-1982) 32


Expansión de la guerrilla, eclosión paramilitar y aparición
del Narcoterrorismo 38
Asamblea Constituyente y las negociaciones en medio del
conflicto 45
La polarización de la confrontación (1996-2000) 47
Las negociaciones en medio del conflicto (2002-2012) 48

Proceso de paz Juan Manuel Santos 49


Referencias 53

Reflexiones jurídicas, teóricas y metodológicas 56


Reflexiones jurídicas 56

El acuerdo de paz 57
El Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No
Repetición 59
Mafapo y la lucha de las madres por la justicia 66

Reflexiones teóricas 68
Reflexiones metodológicas 72
Referencias 74

Los falsos positivos y la banalidad del mal 78


De banalidad del mal en Hannah Arendt a la banalidad del mal
en los falsos positivos 80
Referencias 84
Segunda parte 85

‘‘La sombra del recuerdo’’ Historia de Soraida Muñoz 86


Sorys en una ciudad desconocida (Bogotá) 90
¿Cómo sucedió el asesinato de Yonny Duvián Soto Muñoz? 92
¿Cómo ha sido la lucha de Soraida Muñoz? 96
Referencias 104

“Yo no he pasado por la vida, la vida ha pasado sobre mí”


Historia de Beatriz Méndez 105
Weimar Castro Méndez (1984 – 2004) 113
Eduar Rincón Méndez (1985 - 2004) 116
Beatriz Méndez (14 de abril de 1966. Ramiriquí, Boyacá) 119

Conclusiones 135

Índice de figuras 138


PRÓLOGO
 ¿Qué podemos decir sobre los falsos positivos?

José Luis Cisneros1

La violencia de Estado tiene que ser pensada como dispositivo de control,


conformado por un proceso, sostenido por quienes detentan el poder y
despliegan acciones deliberadas para su conservación y dominio. Dichas
acciones se concentran no solo en el recurso de la fuerza por medio del
uso de las armas, también extienden un conjunto de estrategias operativas
y discursivas, apoyadas en un aparato institucional y jurídico, desde donde
se instrumentan políticas que terminan formando parte de una violencia
sistemática que por momentos forma parte de una espiral de la muerte que se
suma al terror de las desapariciones.

En este sentido, no es difícil entender la violencia de Estado, como un


entramado instituido desde las decisiones políticas, y fundado en un poder
que se instrumenta desde la fuerza social, para conservar el orden establecido
frente a tensiones y momentos de inestabilidad social; promovidos por el

1
Profesor investigador titular de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, de la
División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Relaciones Sociales. Miembro del área de
investigación educación, cultura y procesos sociales. Miembro del consejo de redacción en dos periódicos
y varias posiciones de revisión para editoriales académicas. Doctor en Ciencias Sociales, magíster en
Criminalística, licenciado en Sociología.

DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto/978-958-763-616-1 9
Yo inmortal
Historias de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia

campo de lo político, económico, social o cultural. En otras palabras, nos re-


ferimos a lo que muchos especialistas han denominado razón de Estado, que
en la historia de América Latina y particularmente en países como Colombia
y México, se ha sostenido mediante el ejercicio sistemático de una violencia
que durante décadas ha sido justificada como el resultado de acontecimientos
delictivos que demanda acciones gubernamentales.

Muchas de estas acciones han tenido como marco explicativo el rostro


de la muerte, acotado por la violencia. Se trata de operaciones desarrolladas
por la lógica de un poder motivado tanto por el descontento de las profundas
y lacerantes desigualdades como por las manifestaciones de demandas socia-
les y por el desacuerdo social y político. Todos catalogados como detonadores
de una violencia social que atenta contra la preservación del orden político
establecido, e impulsores de la desestabilización del beneficio de unos cuan-
tos; a partir las estructuras del sistema político y económico: se trata de una
visión que, desde los gobernantes en turno, concibe cualquier expresión de
demanda, protesta social o manifestación de descontento colectivo como una
práctica cuya intención es la desestabilización. Son lectura interpretada como
cuestionamiento a sus prácticas de gestión política.

La respuesta a dicha lectura por parte del gobernante en turno es la


búsqueda del esclarecimiento arrastrado bajo el despliegue de un halo de
destrucción y violencia iluminado por la intolerancia, cuyas acciones apuntan
a la represión, persecución, encarcelamiento y desapariciones forzadas.

Estas respuestas dan lugar a un sentimiento de odio, enojo e injusticia al


desplegar una serie de emociones y sentimientos como el miedo, la decepción,
la tristeza, la ira, la indignación, la frustración y la culpa. Como resultado del
despliegue de una maquinaria que, en su accionar, produce víctimas que son
justificadas desde argumentos exagerados y falsos que buscan transformar
la incertidumbre en certidumbre, desde un discurso vociferante de la sos-
pecha. Son argumentos que producen pulsiones ambivalentes que despojan

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Prólogo

al sujeto de su identidad, en una suerte de borramiento que indigna a los


familiares de las víctimas y produce malestar social, como resultado de la
hostilidad en la sociedad.

El fenómeno de las desapariciones y su correlato con los falsos posi-


tivos no solo produce indignación social, también genera dolor, vacío y
un sentimiento de desvalidez que se exhibe en los familiares al destruir la
asocialidad y quebrar la esperanza del regreso, cuando institucionalmente se
monta la devolución desde una fantasía imaginaria del encuentro. Se trata
de un fenómeno que tras de sí, mantiene de manera latente la dimensión de
la amenaza, evidenciada con las justificaciones legaloides.

De ahí que, por falsos positivos entenderemos el despliegue de un dis-


positivo de fuerza-poder institucionalizado y sostenido en la figura de una
falsa verdad, cuyo proceso es perturbador para los familiares de las víctimas.
Se trata de un fenómeno disruptivo que rompe lazos de la vida cotidiana y
genera experiencias traumáticas como resultado de la búsqueda de la verdad.
Se trata de un fenómeno social entretejido por lo individual y lo colectivo
que trata de ser descrito para su comprensión.

Desde lo individual, busca dar respuesta a la pérdida y al despojo de un


ser querido. Busca descifrar el sentido de la muerte repentina, mediante las
narraciones compartidas, ligadas a una falsa verdad instituida por el silencio
prolongado del Gobierno y la abrupta respuesta de una verdad administrativa.

En lo colectivo, convoca al acercamiento de un problema asociado a la


muerte que exige explicaciones y formula numerosas preguntas.

En este sentido, la pertinencia de mirar el tema de los falsos positivos no


es solo la insistencia de seguir abundando cacofónicamente con la plurali-
zación de trabajos sobre este fenómeno, por el contrario, consideramos que
lo importante es pensar el tema como una categoría que se ha transna-
cionalizado y expandido desde la lógica del poder del Estado.

DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto/978-958-763-616-1 11
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Historias de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia

El tema de los falsos positivos es, así, resultado de un proceso que se


sostiene en un común denominador, la desaparición, la ausencia forzada,
el quiebre de la identidad y la desnaturalización del sentido humano, de la
devolución como interés de verdad social a nivel colectivo. En lo individual,
opera como ruptura y dislocación de la vida cotidiana en los familiares de la
víctima, aniquila la esperanza y los encierra en una precariedad humana.

De ahí que buscar entender este fenómeno no solo nos enfrenta a la


exigencia de definirlo, requiere también describirlo desde la voz de los actores
involucrados, desde la narración del a experiencia propia, para entender la
importancia de la ausencia, el vacío y la sinrazón de un poder. Esto, utilizando
el poder de la palabra como bandera de denuncia, con la idea de construir
preguntas y pensar lo acontecido y lo producido como parte de un proceso, no
solo de la historia de un sujeto, sino como parte del silencio social sostenido
en el despojo de la vida.

Se trata de pensar la normalización de una violencia, cuya condición


posibilita la ruptura del orden cotidiano en cientos de familias, madres,
hermanos, abuelos y amigos. Se trata de una realidad difícil de expresar.

En este sentido, el cumulo de reflexiones que aquí se presentan coloca en


el punto central de la discusión, el dolor, la pérdida, la espera y la crueldad
surgida de la violencia promovida por las estructuras mismas del Estado; nos
apunta a mirar el asunto del horror dirigido desde la condición misma de la
existencia del sujeto, el horror que viven los familiares por la experiencia de
la ausencia y la distancia promovida por la ruptura de los lazos sociales. Sin
duda, el fenómeno de los falsos positivos muestra una compleja realidad que
motiva odio, rencor, desesperanza y venganza desde la existencia misma
de los familiares de las víctimas y de su carácter ineludible como fuerza social
que se figura y manifiesta en la sospecha, el miedo y la persecución.

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Prólogo

Las múltiples experiencias narradas son un registro ineludible de noti-


cias devastadoras que preceden el silencio y descubren la difícil condición de
superar la ausencia, sumada al vacío de la palabra en la información jurídica,
que descoloca todo esfuerzo de comprensión bajo la sospecha. Es una acción
de pensamiento encadenado por lo acontecido, que exige respuestas no dichas
y se pierde en conjeturas que significan el dedeo de venganza y la ausencia
de justicia.

Las historias de Soraida y Beatriz hablan por sí mismas de la cons-


trucción del horror de las víctimas y de su lucha contra la violencia de Estado,
al producir un sentimiento de desvalimiento que agrieta toda esperanza de
justicia. Estos testimonios son la significación de un grito de demanda que
conecta con la catástrofe de la angustia vivida.

Sin duda, son una reflexión estricta del papel de la justicia, son también
testimonios de la condición en la que opera la violencia cotidiana. Una
violencia social que transforma desde el dolor y el sufrimiento causado por el
daño de la ausencia y de la muerte, convertidas estas en un dispositivo político
de control social que produce víctimas.

Las víctimas producidas por los falsos positivos no solo deshonran al


sujeto, mancillan la moral de la grupalidad y ultrajan el sentido de colectividad
con el ejercicio de una falta verdad y una escucha vacía que produce miedo y
restituye la presencia inmemorable de la injusticia. Así, la palabra judicial de
la devolución se vislumbra como falsa y se significa de manera inconsciente
en un símbolo de lucha que se encuentra dividida no solo por la duda, también
por la fatiga de la espera.

En consecuencia, el fenómeno de los falsos positivos y la narración de


la experiencia por parte de la víctima, se articulan por la memoria, el perdón
y el olvido. En ambos casos, se buscan el cierre y el duelo, es decir, el fin del
conflicto, la verdad y la espera.

DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto/978-958-763-616-1 13
Yo inmortal
Historias de vida de dos madres de los falsos positivos en Colombia

Como se advierte, se trata de una lógica dualista, que involucra realidades


complejas, atravesada por emociones y sentimientos, así como antagonismos
insuperables inscritos en una dinámica social que despoja la esperanza de los
sujetos ante la mirada de la muerte. En la inmediatez de esta dualidad,
la memoria, se expresa en palabras acumuladas de dolor y vacío, que viajan
en diminutos fragmentos de lo narrado. Palabras de incertidumbre donde la
memoria del narrador se contiene por el exterminio y la imposibilidad de
clausurar el olvido.

El duelo de la pérdida se prolonga en la memoria, como un ejercicio


perverso que motiva el odio y la venganza. Por eso, consideramos la palabra
como un vehículo liberador de la historia contenida por la pulsión de la sangre.

El duelo se instala en la narración como un dispositivo de alivio y


liberador del sufrimiento, de ahí la razón por la cual encontramos cientos
de reflexiones en torno a fenómenos como las desapariciones forzadas, las
ejecuciones, los secuestros y los falsos positivos, entre otras muchas más
experiencias traumáticas.

De esta manera, el tema de los falsos positivos nos remite al quiebre de


lo humano y a la práctica instrumental del horror impuesta sobre el otro,
sobre el desaparecido como figura esencial que da origen al falso positivo,
cuya dimensión se desdobla en lo individual y en colectivo.

Es sin duda alguna un problema social que exige no solo una reflexión
desde lo teórico y lo metodológico, también desde lo ético y lo utópico, en
el sentido de buscar la posibilidad de mostrar el lado oscuro del comporta-
miento humano, con la idea de superarlo y limitar fronteras a la actuación
perversa y destructiva de los otros sobre el otro.

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