Tema Los Frutos

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TEMA: LOS FRUTOS

➢ MENSAJE 1-1. ¿QUÉ DICE LA BIBLIA DE LOS FRUTOS?


Texto: Levítico 19:24,25
Introducción.
¿Has sembrado algo en algún momento de tu vida? ¿Culminaste el proceso y viste el fruto al final?
Qué alegría cuando ves el fruto formarse y cuando acaba su proceso disfrutarlo.
La Biblia dice que el fruto debía ser consagrado a Dios como una muestra de gratitud por el cuidado
durante el proceso.
I. El fruto como mandato de Dios.
1. Todo el mundo natural fue diseñado para dar frutos.
a. Los árboles (Gn. 1:11,12)
b. Los animales (Gn. 1:21,22)
c. El ser humano (Gn. 1:27,28).
2. El proceso de dar frutos está inmerso en la naturaleza de la creación.
3. Toda la creación está clasificada para dar frutos de acuerdo a su naturaleza, “según su género” (Gn.
1:11).
4. El ser humano marca una diferencia en cuanto a sus frutos. Debemos fructificar en la dimensión
espiritual para la continuación del reino de Dios (Jn. 15:16).
II. El fruto como un acto de obediencia.
1. Todos estamos en capacidad de dar frutos, y no hacerlo causaría un desastre.
a. Si los árboles y los animales dejarán de reproducirse, la raza humana será trágicamente afectada.
a. Si los seres humanos dejarán de reproducirse, la humanidad correría el peligro de extinguirse.
a. Si el pueblo de Dios dejará de dar frutos, la iglesia correría el peligro de desaparecer. (1Co. 9:16)
2. Para que haya fruto alguien debe decidir hacerlo. Tú debes sembrar el evangelio en la vida de tus
conocidos, en tu colegio, en la universidad, entre tus amigos del barrio, etc.
3. Producir un fruto bueno es un acto de adoración y consagración porque reconocemos que somos lo
que Dios nos ha hecho.
4. El fruto es la evidencia de que estamos desarrollando un proceso adecuado de acuerdo al propósito de
Dios. Nuestro fruto es evidencia de obediencia.
III. El fruto como un producto de calidad.
1. Si la esencia de la fructificación está en Dios, los frutos deben ser de calidad.
a. La calidad del fruto pone en evidencia nuestra identidad.
b. La calidad del fruto pone en evidencia nuestra condición espiritual y nuestra naturaleza espiritual.
c. Debes anhelar hacer lo mejor. (Mt. 7:16)
2. Si la esencia de la fructificación está en Dios, lo que se produce debe glorificar a Dios. Si damos buenos
frutos Dios es glorificado. (Jn. 15:8)
3. Si la esencia de la fructificación está en Dios, los frutos deben de permanecer. Los verdaderos cristianos
producen verdaderos cristianos, siervos para el extendimiento del reino de Dios. (Jn. 15:16)

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Conclusión
No hay nada más gratificante que disfrutar del fruto. Un agricultor del campo sembró papayas y cuando
recién dio frutos por primera vez, buscó el mejor de los frutos y lo dio como primicia, luego escogió la
segunda mejor papaya y la cortó en dos partes y comenzó a comerla y dijo: valió la pena el trabajo y la
espera.
Eso es lo que un día diremos cuando veamos almas rendidas a Cristo ganadas por nuestro testimonio y
palabra. Dios no espera menos.

➢ MENSAJE 1-2. CLAVES PARA DAR FRUTOS EN LA VIDA CRISTIANA


Texto: Juan 15:4
Introducción.
¿Quieres terminar este año con tus metas alcanzadas?
Verdad que eso sería un motivo de alegría. Pero para alcanzar las metas, primero debemos fijar la meta y
trazar las acciones que nos lleven a alcanzar esa meta.
Lo mismo sucede cuando nosotros queremos dar buenos frutos para la gloria de Dios. El Señor Jesús
estableció lo que podríamos llamar claves para dar los frutos en nuestra vida cristiana que nos ayudan a
enfocarnos en el propósito de Dios para nuestros días.
I. Dependencia de Cristo. Jn. 15:5
1. Todos dependemos de algo:
a. Del aire para vivir.
b. De los alimentos para fortalecer nuestro cuerpo.
c. De nuestros padres para nuestro sustento hasta que podamos producir nuestros propios
recursos.
2. La figura que presenta Jesús es que la rama y el tronco disfrutan de una sola savia.
a. La rama en la planta disfruta de la savia que es la vida de la planta.
b. La rama que permanece en la planta termina produciendo su fruto.
c. La rama que se arranca se muere.
3. El creyente y Cristo deben vivir una sola vida: Permanecer (“quedarse” o “persistir”)
a. El creyente que permanece en Cristo es el creyente verdadero. (Gá. 2:20) “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;”
b. Los que permanecen en Cristo dan frutos.
c. El creyente separado de Cristo sólo vivirá en fracaso y derrota.
II. Limpieza espiritual. Jn. 15:2,3
1. Un cristiano verdadero es consciente de sus pecados y debilidades, y reconoce que no es perfecto y
necesita más de Dios.
2. Un cristiano verdadero busca presentarse ante Dios correctamente para estar en comunión fluida con
Abba Padre. (Sal. 24:3-4)
3. Un cristiano verdadero siempre busca limpiarse para dar más fruto y a tiempo.
a. Dios quiere que mantengamos una vida de santificación para poder dar más fruto.
b. De allí que la Palabra de Dios es la luz para alumbrar nuestro interior y ayudarnos a ser más
fructíferos.
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c. Sin limpieza espiritual nuestra comunión es solo apariencia.

III. Obediencia a la Palabra de Dios. Jn. 15:7


1. Los creyentes verdaderos obedecen los mandatos del Señor mediante el sometimiento a su Palabra.
(Jn. 14:21,23)
2. El proceso de la obediencia comienza amando a Dios, continúa amando la Palabra de Dios y se
evidencia haciendo lo que Dios manda.
3. Los que aman a Dios obedecen su Palabra. (Jn. 14:21)
a. Obedecer a Dios es un compromiso voluntario y espiritual.
b. Obedecer a Dios es lo que permite a Dios cumplir sus promesas a nuestro favor.
c. Sus oraciones son fructíferas (Jn. 14:13,14), lo cual a su vez hace evidente la gloria a Dios a
medida que Él las responde.
IV. Ser uno con Jesús. Jn. 15:8
1. Para ser fructíferos:
a. Hablamos de frutos buenos, frutos para la gloria de Dios, y frutos que permanezcan.
b. Hacemos una oración que sale de nuestro interior.
2. Para glorificar a Dios con los resultados.
a. Los beneficiarios del favor de Dios por causa de nuestro servicio glorificarán a Dios.
b. Los beneficiarios de las oraciones contestadas glorificarán a Dios.
c. Nosotros seremos bendecidos y daremos la gloria a Dios.
Conclusión
Estas claves pueden llevar otros nombres, pero la esencia es la misma. Son disciplinas prácticas que deben
llevar a cada creyente a ser parte del plan redentor.
Hoy como creyectes somos llamados a crecer en nuestra relación de amor con nuestro Dios y a motivar a
otros a tener y cuidar la comunión con Él a través del estudio y obediencia de su Palabra. Sé parte de este
desafío para tu congregacion.

➢ MENSAJE 2-1. MIS FRUTOS VS. FRUTOS DE JESÚS


Texto: Lucas 6:43-45 Introducción
En la vida nada que tenga sentido surge por casualidad. Todo tiene una naturaleza, una razón de
existencia o un propósito y una meta.
En el mundo de los negocios, todo tiene que ser productivo. Los empresarios capacitan a su personal con
el propósito de que entiendan qué busca la empresa y que ellos son parte fundamental en la
productividad que llevará a la empresa a la realización de sus objetivos.
Jesús quería que sus seguidores fueran fructíferos de tal modo que pueda multiplicar los ciudadanos del
Reino de Dios. Para poder lograr esto tendremos que preguntarnos, ¿Qué fruto espera Jesús de cada uno
de nosotros?
I. Jesús espera de nosotros un fruto bueno propio de un carácter transformado por el Espíritu Santo.
1. El fruto evidencia la naturaleza que se posee. El árbol bueno da fruto bueno, agradable y deseable.
2. El fruto evidencia el poder que nos domina. El fruto que Jesús espera de nosotros:
a. Debe evidenciar la presencia del Espíritu Santo.
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b. Es un carácter llamado Fruto del Espíritu. (Ga. 5:22.23)
c. Es obediencia a su Señorío en nuestras vidas.
3. El fruto evidencia la esencia que nos alimenta. El fruto que Jesús espera de nosotros:
a. Debe ser de acuerdo a la Palabra de Dios.
b. Debe ser uno que demuestre su presencia. (Jn. 14:12)
c. Debe ser producido por el poder del Espíritu Santo y no por emociones personales.

II. Jesús espera de nosotros un fruto bueno propio del testimonio compartido con los demás.
1. El enfoque de la Gran comisión es ir a buscar.
a. El ministerio de Jesús era una preparación de sus discípulos para desarrollar la gran comisión.
b. Este enfoque tiene que ver con evangelismo y misiones que en un resumen es: Ir y hablar.
c. Si esto no funciona, lo demás tampoco.
2. El enfoque de la gran comisión es enseñar.
a. Enseñar es el enfoque de crecimiento y adiestramiento.
b. Enseñar consolida y motiva el corazón para prepararnos para la fructificación.
c. La enseñanza nos capacita dándonos las instrucciones de lo que hacer para vivir la verdad: Seguir
y obedecer a Cristo.
3. El enfoque de la gran comisión es multiplicar.
a. El fruto es importante porque se convertirá en una nueva semilla.
b. Sin fructificación no hay multiplicación.
c. Jesús espera de nosotros frutos sanos y correctos para que todos los hombres sean salvos y
vengan al conocimiento de la verdad" (1 Tim. 2:4).
Conclusión
Toda vida cristiana debe ser fructífera. Según los dones y ministerios que desarrollamos damos frutos. No
todos damos los mismos frutos, pero todos fructificamos.
Jesús espera frutos de nosotros con un carácter que evidencie que él vive en nosotros y con un testimonio
que haga que los creyentes tengan una vida que haga posible que los perdidos quieran tener a Jesús en su
corazón y tengan la vida eterna.

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