Mente y Cerebro 99 Completo-91-100

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RETROSPECTIVA

muchas civilizaciones antiguas. Se quemaba en las cere- Sin embargo, el olfato no dejó de hacer carrera. Mé-
monias de culto, de manera que el olor (en latín, per- dicos higienistas como el parisiense Jean-Noél Hallé
fumum) ascendía hasta lo supraterrenal y, en sentido (1754-1822) lo definió como «sentido de la autoconser-
inverso, penetraba en los fieles a través de la inspiración. vación». Mucho tiempo antes de que Louis Pasteur (1822-
Los cristianos asociaban dicho aroma con el paraíso ce- 1895) identificara los microbios como causa de enferme-
lestial que los iba a acoger. dad, ya se sabía que las aguas sucias y, según las teorías
de Louis Pasteur y Hales, los llamados miasmas (emana-
Lo sagrado nunca atufa ciones venenosas procedentes, por ejemplo, del suelo)
«Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo serían el origen principal de las dolencias; además, resul-
incorruptible», escribe el apóstol Pablo en la primera taban inconfundibles debido a su desagradable olor.
epístola a los corintios refiriéndose a ese anhelado lugar. La idea de los miasmas, que siguió vigente en la anti-
De acuerdo con esto, el hedor tras la muerte y la putrefac- gúedad, conllevó que a partir del siglo xvr los natura-
ción dibuja la imagen contraria a la del paraíso y forma listas investigaran de forma más exhaustiva la composi-
parte de la esfera de lo perverso y demoniaco. En pocas ción del aire y los procesos que este experimenta. Becher
palabras: el infierno. Las irritaciones que esta atribución intentó explicar el proceso de combustión a partir de una
podía desencadenar las describe Fiodor Dostoyevski materia invisible: el flogisto. Incluso en nuestros días, este
(1821-1881) en su novela Los hermanos Karamazov. Cuan- postulado no puede calificarse de «acientífico», ya que el
do el cadáver de un monje, tomado por santo, no despren- avance en el conocimiento requiere las suposiciones, que
de un aroma etéreo, como esperan sus partidarios, sino deben verificarse o refutarse, para acercarse a la verdad.
que simplemente empieza a heder, se produce una situación Por ejemplo, el supuesto de que una «materia oscura»
bochornosa. Según explica Le Guérrer, los fieles no solo mantiene unidas las galaxias merced a su acción gravita-
se alejaban del cadáver, sino también del propio santo, ya toria no se ha podido demostrar hasta ahora. Es probable
que el hedor que desprendía no se correspondía con el que un día esta teoría experimente lo mismo que ocurrió
«olor a santidad» que se imaginaban. con el flogisto: el químico Antoine Laurent de Lavoisier
Ahora bien, si se dejan de lado esas atribuciones mé- (1743-1794) reconoció que la existencia de dicha materia
dicas y religiosas, la mayoría de los filósofos de la Edad era innecesaria. Más bien, cada combustión tiene lugar
Media europea no prestaron gran atención al olfato, mediante un consumo de oxígeno, por lo que Lavoisier
puesto que lo asociaban con los bajos instintos animales. llegó a la conclusión contraria: cada respiración se expli-
Cuando Emmanuel Kant (1724-1804), en su Crítica de ca como un proceso de combustión.
la razón pura, se ocupó de la percepción y de los juicios El botánico Jan Ingenhousz (1730-1799) descubrió en
estéticos, ignoró el sentido olfativo, al cual situaba en el 1779 la fotosíntesis de las plantas y su importancia para
último escalón de la jerarquía de los sentidos. Al parecer, el intercambio de gases en la atmósfera. En aquel tiempo,
no esperaba obtener ningún tipo de conocimiento racio- se consideraba que el aire era una mezcla de gases, de los
nal del olfato. cuales solo algunos pueden olerse. De esta forma, la
Para el polímata Alexander von Humboldt (1769-1859),
el sentido del olfato era portador de codicia e impulsivi-
dad. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud (1856-
1939), pensaba de manera similar. Sostenía que los
APPALOOSA (COMMONS. .WIKIMEDIA.ORG/WIKI//FILE:GDR_STASI_DUFTPROBEN.JPG) /
humanos tenemos un olfato muy inferior al de los ani-
males, lo cual tiene una forzosa consecuencia para el CC BY-SA 3.0 (CREATIVECOMMONS.ORG/LICENSES/BY-SA/3.0/LEGALCODE)

desarrollo sociocultural. Pero también surgieron voces


contrarias: el ilustrado Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)
habló del «sentido de la imaginación y de la voluptuosi-
dad». Más tarde, en el siglo xIx, se enalteció el olfato
atribuyéndole la categoría de «sentido de la intimidad».
Numerosos naturalistas investigaron el sentido olfativo
a fondo. Carlos Linneo (1707-1778) desarrolló para la
clasificación de las plantas una sistematización de los
olores, a los que describió a partir de términos como bal-
sámico, aromático, aturdidor o repugnante. Todos los
intentos de este tipo traslucen la interpretación del mundo
y de la ciencia de sus autores. Hasta ahora, no se ha con-
seguido generalizar tales valoraciones. Al fin y al cabo, es
posible que la misma sustancia en concentraciones dife- Los servicios de seguridad estatal de la República
rentes produzca sensaciones muy distintas, con indepen- Democrática Alemana conservaban muestras de olor
dencia de la percepción personal. corporal en vasos de un solo uso.

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«química neumática» revalorizó el sentido del olfato, ya
DI
que para el análisis del aire resultaba bastante superior a
los dispositivos que existían en esa época.
YA
La teoría de los miasmas, así como la química neumá-
tica, favorecieron que el rápido crecimiento de metrópo-
lis europeas a causa de la industrialización y la urbani-
zación se vieran bajo una inquietante luz. La edificación
cada vez más densa dificultaba el intercambio gaseoso
del aire, con lo cual los miasmas amenazaban con estan-
carse. Por ello, debía «desodorizarse» el espacio urbano.
En los años ochenta del siglo xvI1, asociaciones cien-
tíficas como la Real Sociedad de Medicina y la Real

GETTY IMAGES / RICHLEGG / ISTOCK


Academia de Ciencias de París llevaron a cabo medicio-
nes de olores en las zonas supuestamente más amenaza-
das. Para ello no utilizaron aparatos técnicos, sino narices
convenientemente adiestradas, como la del mencionado
Hallé, casi un detector humano. También se fundaron
organismos especiales, y en 1794 se puso en marcha la
cátedra de Higiene Pública para la que, en principio, fue Incluso en una época de alta tecnología como la nuestra,
llamado Hallé. En el siglo xrx, ingenieros, químicos y la ayuda de perros rastreadores resulta imprescindible,
médicos formaron en todas las grandes ciudades france- entre otros motivos, para defenderse del terrorismo.
sas consejos sanitarios dedicados, sobre todo, al sanea-
miento y a la desinfección de letrinas, tanto en edificios
privados como públicos.
Se desarrollaron productos para atenuar o neutralizar manera, se prohibieron los enterramientos junto a las
los olores; además, se instalaron ventiladores para utili- iglesias, y los cementerios se trasladaron fuera del núcleo
zar durante el vaciado de cloacas o para airear los edifi- urbano. Allí también se llevaron los desolladeros, los
cios. Paralelamente, las autoridades organizaron un mataderos y otras actividades industriales generadoras
servicio de recogida de basuras que depositaba los restos de olores intensos.
fecales, en recipientes colectivos o fosas, a las afueras de La acumulación de multitud de personas y animales
las ciudades. En esa época también se puso en marcha en un espacio reducido también contaminaba el aire,
la limpieza regular de las calles y la canalización del sobre todo a causa de los «miasmas sociales». Ello obli-
alcantarillado. gaba a los arquitectos y urbanistas a tenerlo en cuenta: la
Con todo ello, se individualizó el proceso de elimina- reordenación de París por parte del barón Haussmann
ción de residuos. En 1775, en lugar de letrinas abiertas, relacionó la idea de circulación, ventilación e higiene con
se instalaron en Londres los primeros WC (siglas en las demandas que establece el control de una metrópolis,
inglés de «retrete excusado»), cuyos tubos de desagile como es la seguridad de la ciudad en caso de sublevación.
aislaban los malos olores. En París, los utilitaristas impi- Como consecuencia, los barcos y edificios públicos
dieron una rápida difusión de estas medidas higiénicas. (cuarteles, hospitales y prisiones, entre otros) se utilizaron
Ese movimiento propugnaba una maximización del bien como terreno de experimentación para poner a prueba
público, y para ello exigía que los restos fecales se utili- la purificación del aire.
zaran para abonar los campos en vez de trasladarlos a El capitán y descubridor británico James Cook (1728-
otro lugar. 1779) convirtió su barco Endeavour en una «fortaleza
higiénica de pequeño formato», en palabras de Corbin,
La higiene como tarea común pues vigilaba constantemente la limpieza a bordo. Las
Si bien la construcción de canalizaciones fue una estra- hamacas y los fardos de la tripulación se llevaban con
tegia sensata para prevenir los contagios, otra se antoja, regularidad a cubierta para que se airearan los miasmas
desde la perspectiva actual, crítica: por temor a los mias- acumulados. La bodega de carga se separó de forma
mas del suelo potencialmente contaminado, se intentaban hermética de los espacios que ocupaba la tripulación. El
cerrar todas las grietas y brechas posibles. El objetivo era agua que se acumulaba en el espacio para la sentina
sellar el suelo de manera extensa. En las ciudades se también se aspiraba periódicamente para evitar que se
pavimentaron plazas, calles y desagúes y se colocaron crearan podredumbre y moho.
aceras. Además, se empezó a canalizar ríos a través de ribe- Las teorías sobre una vida urbana sana se podían
ras amuralladas y a desecar terrenos pantanosos de los aplicar al cuerpo humano. Su olor, según la teoría, de-
alrededores. Asimismo, la cremación de todo ser muer- pende de un cúmulo de factores, entre ellos, la edad y el
to se llevaba a cabo en el exterior de las ciudades. De esta sexo, el temperamento y la profesión, la composición de

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RETROSPECTIVA

los humores corporales y la salud de los órganos. Una policía sanitaria. Los urbanistas intentaban controlar
tarea principal del médico consistía en establecer un higiénicamente los barrios obreros que surgían, así como
diagnóstico a partir del olor de su paciente. llevar aire y luz incluso en las áreas edificadas con alo-
Las sustancias aromáticas cayeron en descrédito jamientos hacinados. Estas exigencias chocaban en
cuando, en los años cincuenta del siglo xv11, los quími- muchos aspectos con las dinámicas de la industrializa-
cos demostraron que apenas alteran la composición del ción que obligaban a los obreros a trabajar en centros
aire. Las moléculas portadoras del olor, pese a nuestra industriales de rápido crecimiento con condiciones de
intensa percepción, representan solo una mínima parte vida inaceptables.
de la mezcla de gases que compone el aire. Corbin ve en A ello se sumaron atribuciones éticas y racistas. En
este fenómeno la explicación de por qué cambió la moda Europa, se transmitió de generación en generación y du-
del perfume en París durante la transición de la prime- rante siglos el cliché de «hedor judío». Ese concepto surgía
ra edad moderna a la contemporánea, aproximadamen- porque los judíos no pertenecían al cristianismo y forma-
te entre 1750 y 1850. En la segunda mitad del siglo xv1I1, ban parte del pueblo que mató a Cristo, lo que los situaba
los médicos extendieron el temor de que el olor a putre- cerca del diablo y del infierno, y, por ende, del hedor a
facción originaba enfermedades al olor intenso de los putrefacción. En el siglo xx se utilizaba cada vez más el
animales, como el almizcle, el ámbar gris o la algalia. En cliché de los «judíos hediondos» como elemento antise-
consecuencia, los perfumes de origen animal se consi- mita; finalmente, como propaganda nacionalsocialista.
deraron «fecales» y peligrosos para la salud. Una alter-
nativa la ofrecían los perfumes más ligeros, los cuales Los cerdos husmean trufas, los perros, drogas
no solo curaban la «depravación» del aire o atenuaban La transición de la temprana edad moderna a la contem-
el propio olor corporal, sino que, literalmente, los sus- poránea se podría considerar un proceso de «desodori-
tituían. Sobre todo el aroma floral se tenía por natural y zación», mientras que luego aconteció un proceso de
agradable. «reodorización», describe Corbin en su obra sobre la
La política de higiene de los servicios de salud muni- historia del olor. Determinados olores debían eliminarse
cipales que, por ejemplo, previó la separación espacial de la vida cotidiana, mientras que era necesario introdu-
de letrinas y fuentes, de agua potable y residual, fomentó, cir otros. Corbin interpreta este proceso como un cambio
además, un cambio de actitud frente al agua. Ya no se antropológico profundo.
trataba de considerarla solo un potencial peligro para la Cuando nos ocupamos de los olores, nos estamos
salud, sino que se utilizó como medio de higiene perso- refiriendo a las narices animales: desde los cerdos en-
nal. Una cultura de lavarse para luchar contra el olor trenados para encontrar las codiciadas trufas hasta los
propio relevó la costumbre cortesana de aplicarse polvos perros adiestrados para detectar con el olfato drogas o
y perfumes. Desde las cortes se difundió el nuevo ideal explosivos. El servicio estatal de seguridad de la Repú-
de la higiene corporal entre la clase social alta. Por el blica Democrática Alemana, la Stasi, llegó a conservar
contrario, la naturalidad se impuso como moda mucho muestras de olores de potenciales disidentes para, dado
más tarde. el caso, utilizar perros amaestrados para detectarlos. Sin
Sobre todo en Europa central, desde principios del embargo, por mucho que el sentido olfativo humano
siglo xrx, esa tendencia dividió a la sociedad, como haya podido perder su importancia en el mundo actual
ocurriera en la antigiiedad: una clase superior, «que en comparación con las percepciones ópticas y sonoras,
apenas olía», se contraponía al pueblo que supuesta- cuando el aroma de un pan recién horneado llega a
mente «olía a animal». Los pobres y los lugares donde nuestra nariz, la boca se humedece y los recuerdos se
moraban estaban estrictamente controlados por una despiertan. *

PARA SABER MÁS

El perfume o el miasma. El olfato y lo imaginario social, siglos xvIH1 y xIx. Alain Corbin. Fondo de Cultura Económica, 1987.
Lo limpio y lo sucio: La higiene del cuerpo desde la Edad Media. Georges Vigarello. Altaya Editorial, 1997.

Geruch. P. A. Heuser en Enzyklopádie der Neuzeit, vol. 4. F. Ed. J.B. Metzler, 2006.
Der Geruch als Gegenstand historischen Lernens. Beispiele vom 16. Jahrhundet bis zam Gegenwart. P.A. Heuser
en Geschichte fúir Augen, Ohren und Nasen. Sinnliche Wahrnehmungen in der Geschichte. B. Kuhn y A. Windus.
Róbrig Universitátsverlag, 2016.

EN NUESTRO ARCHIVO

El olfato. Hanns Hatt en MyC n.” 11, 2005.

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LIBROS

MIND
FIXERS

MIND FIXERS
PSYCHIATRY
'S TROUBLED SEARCH FOR THE BIOLOGY OF MENTAL ILLNESS
Por Anne Harrington
W.W. Norton and Company, New York, 2019

Bases biológicas fragilidad de la epistemología de la psiquiatría, de su


de los trastornos mentales sistematización conceptual. Y también allí se apelaba a
la historia. En enero de 1973, la revista Science publicó
Un proyecto frustrado
un artículo titulado «Estar sano en lugares insanos»,
a inquietud de saber no encuentra descanso en firmado por David Rosenhan, donde se exponía que él y
nuestro mundo académico y profesional hasta que otras personas sanas habían acudido a una docena de
no se da con las causas y mecanismos experimen- hospitales psiquiátricos, pues habían oído voces obsole-
talmente contrastados del fenómeno en cuestión, sea tas y extrañas, un síntoma que no se recogía en la biblio-
físico, químico, geológico o biológico. La contrastación grafía especializada. Cada uno de ellos fue diagnosticado
empírica pide cuantificación, no mera descripción cua- de esquizofrenia o de psicosis maníaco-depresiva e in-
litativa. En el mundo de la medicina, la explicación es gresaron en los centros, hasta que confesaron la impos-
fisiológica, clínica; en la especialidad psiquiátrica, neu- tura. Cierto hospital dedicado a la investigación y a la
rológica. La terapia de las enfermedades psiquiátricas ha enseñanza, tras enterarse del simulacro, declaró que a su
sido la búsqueda de los mecanismos biológicos subya- equipo no le hubieran engañado. Retó a Rosenhan a re-
centes que permitieran acotar mejor la creación del mitirle pseudopacientes. Aceptó este el envite, pero no
fármaco adecuado para tal diana. envió a nadie. Sin embargo, el hospital sostuvo que había
Mind fixers relata la historia de la búsqueda, en psi- identificado a 41 de ellos. La moraleja era obvia: los
quiatría, de las bases biológicas de las enfermedades hospitales psiquiátricos no podrían reconocer ni las
mentales y plantea la cuestión del camino a tomar en el personas sanas ni las personas con enfermedades men-
futuro. Su autora, Anne Harrington, prominente histo- tales. Y, en consecuencia, la psiquiatría del siglo xx daba
riadora de neurociencia, conocida por otras dos obras palos de ciego.
de reconocida solvencia en el campo, Reenchanted El libro se organiza en tres partes, encabezadas por
science y de The cure within, enseña esa materia en la epígrafes significativos: relatos de médicos, relatos de
Universidad Harvard. La búsqueda de la que se habla enfermedades e historias (clínicas) inacabadas, unidas
está salpicada de tropiezos en los que se apoyaron freu- por un hilo conductor preeminentemente geográfico, la
dianos y sociólogos para ponderar sus métodos especí- psiquiatría norteamericana. La parte I ofrece una expo-
ficos, mejores, decían, a la hora de analizar conductas y sición sintética del esfuerzo desarrollado a lo largo de
apuntalar las bases de los trastornos mentales. Se reco- más de un siglo, esfuerzo baldío, por definir su misión
gen aquí decenios de idas y venidas del fervor biológico biológica. Unos esfuerzos trufados de racismo y sesgo de
en laboratorio y en clínica, que, no obstante, tuvo que género en extensas partes de ese intervalo temporal. Las
compartir protagonismo con un repertorio amalgama- figuras de finales del x1x (Theodor Meynert y Emil Krae-
do de factores sociales (inmigración, guerras, activismo pelin) que se celebran ahora como precursores de la re-
asambleario y prejuicios sobre raza y género). Se suma- volución biológica presentaban un enfoque biologicista
ron, además, programas gubernamentales de adminis- que la autora califica de estigmatizador. Los psiquiatras
tración de hospitales psiquiátricos públicos, enconadas consideraban a los pacientes a su cuidado meros objetos
rivalidades entre escuelas, lucro industrial y medios de de inquisición científica; en realidad, solo parecía impor-
comunicación. En su concepción, no es esta una histo- tarles analizar su cerebro post mortem. Ese proyecto
ria aséptica de médicos, psicólogos y científicos, sino fracasó, no por los cantos de sirena del psicoanálisis, sino
la historia permanente de un segmento importante de la por la incapacidad de aportar luz alguna. En sus tanteos,
humanidad. iban del electrochoque a la esterilización o la cirugía. El
Como todo libro innovador, aunque muy aplaudido, psicoanálisis freudiano habría surgido como una crítica
se ha visto rodeado de cierto conato de polémica. En las explícita a las teorías biológicas de la mente, a la eugene-
páginas de Nature, la reseñante del libro subrayaba la sia de comienzos del siglo xx, a las terapias éticamente

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cuestionables de las enfermedades neurológicas y al valor ración. La confianza de los psiquiatras reside ahora en la
concedido al medio. genética. Pero tardaremos mucho en ver cómo la inves-
Durante cuatro o más decenios, en la psiquiatría esta- tigación de la esquizofrenia logra nuevos fármacos. En
dounidense, los enfoques biológicos coexistieron con los psiquiatría, menos que en cualquier otra ciencia, no
no biológicos, una situación incómoda aunque apacible, podemos hablar de un progreso lineal. Se abrieron muchas
merced al liderazgo del psicobiólogo hoy olvidado Adolf sendas que no llevaban a ninguna parte; se administraron
Meyer. A lo largo de los setenta del siglo xx, apareció un fármacos que en su momento parecieron obrar milagros
movimiento que acusó a los freudianos de connivencia pero resultaron aberrantes, y se tomaron medidas regu-
con causas políticas inmorales, racismo, sexismo y, sobre ladoras administrativas que, en vez de resultar beneficio-
todo, de falta de rigor. Los miembros de la facción bioló- sas, se vieron abocadas al desastre.
gica aprovecharon la coyuntura para presentarse como —Luis Alonso
exponentes del rigor, el sentido común y la compasión. Y
reivindicaron el papel de la ciencia experimental en el
estudio y tratamiento de las patologías mentales.
La segunda parte del libro ofrece una segunda etapa
en la batalla de la psiquiatría por descubrir una base
Novedades
Una selección de los editores de MENTE Y CEREBRO
biológica de las enfermedades mentales, observadas este
tiempo a través de tres enfermedades específicas y en sus
raíces biológicas: esquizofrenia, depresión y trastorno EL CEREBRO
bipolar (maníaco-depresivo). Sin embargo, la pretensión ADOLESCENTE
científica quedó a menudo condicionada por el interés
Natalia López Moratalla
meramente lucrativo de las industrias farmacéuticas, que
desempeñaron un papel desmesurado en la determinación Ediciones Rialp, 2019
ISBN: 9788432151224
de la enfermedad mental. (Pensemos en los antidepresi- 224 págs. (19 €)
vos). La tercera parte explora el desentrañamiento, en los
años noventa y nuevo milenio, de la psiquiatría biológi-
ca optimista.
La consolidación de los enfoques biológicos fue de la
mano de la investigación farmacológica y del avance MI ESQUIZOFRENIA
técnico. En los años setenta, la tomografía axial compu- Klaus Gauger
tarizada (TAC) había permitido a los investigadores Herder Editorial, 2019
disponer de imágenes del cerebro in vivo. En 1976, Eve ISBN: 9788425442889
Johnstone abrió la técnica a las enfermedades mentales 224 págs. (19,80 €)
cuando la aplicó a los ventrículos del cerebro de esqui-
zofrénicos y comprobó que tales pacientes poseían cavi-
dades mayores que los individuos exentos. Andando el
tiempo se fueron agregando nuevas técnicas de imagen, CEREBRO Y SILENCIO
así la tomografía por emisión de positrones (PET) y la LAS CLAVES DE LA CREATI-
resonancia magnética (RM), que no se limitaron a pro- VIDAD Y LA SERENIDAD
ducir representaciones estáticas del cerebro, sino que Michel Le Van Quyen
facilitaron a los investigadores crear imágenes coloristas Plataforma Actual, 2019
de los distintos niveles de excitación del cerebro, una ISBN: 9788417886004
suerte de instantáneas del cerebro en plena actividad. 240 págs. (19 €)
Pronto, se decía, el psiquiatra miraría el comportamiento
del cerebro igual que el cardiólogo se vale de angiogramas
para identificar los coágulos en el torrente sanguíneo.
Pero no se produjo el gran salto esperado en el cono- POR QUÉ DORMIMOS
cimiento del mecanismo de las enfermedades mentales. LA NUEVA CIENCIA
Hubo multitud de estudios, pero difícilmente podían DEL SUEÑO
repetirse los ensayos. Matthew Walker
La psiquiatría terminó por perder la fe en el DSM, el Capitán Swing, 2019
famoso Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos ISBN: 9788412064520
mentales, cuya primera edición actualizada se remonta 416 págs. (22 €)
a 1994, y en 2013 se publicó la quinta de esa nueva gene-

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BRAIN-MIND
FROM NEURONS TO CONSCIOUSNESS AND CREATIVITY
Por Paul Thagard
Oxford University Press, Oxford, 2019

Inconsciente y creatividad símbolos puramente computacionales podrían tener


Contenido semántico de las redes neurales relaciones significativas en el mundo.
En los años ochenta, surgió un movimiento alternati-
l cerebro humano es producto de miríadas de vo, llamado conexionismo. Proponía que las ideas sobre
interacciones moleculares y genéticas. Nuestro redes neurales ofrecían una interpretación del funcio-
órgano más complejo constituye la raíz de reper- namiento de la mente más ajustada a la realidad. En las
torios cognitivos y conductuales que nos singulariza redes neurales, las representaciones no se parecían a los
como especie única. Su desarrollo es un proceso sutil símbolos del lenguaje natural ni a los programas infor-
y muy refinado que se apoya en una función precisa de máticos porque estaban distribuidas a través de muchas
sucesos moleculares y celulares cuyo soporte se en- entidades del tipo de neuronas individuales que interac-
cuentra en una cabal regulación espaciotemporal. Sin cionan con otras muchas. El procesamiento era en para-
embargo, no es un proceso acabado, pues aunque el lelo, lo que requería la excitación simultánea de muchas
volumen cerebral crece muy poco después de la infan- neuronas, nada que ver con la activación en serie, como
cia, hay pequeños cambios estructurales que prosiguen, las inferencias paso a paso que ocurre en las argumenta-
así la mielinización y la poda sináptica. Redes locales ciones lingúísticas y en la mayoría de los programas in-
que caracterizan a la juventud se funden en redes ma- formáticos. El conexionismo generó muchas ideas sobre
yores y funcionalmente distintas con la madurez. No los procesos psicológicos, como la aplicación del concep-
todas las partes del cerebro cambian a la misma velo- to, pero tuvo dificultades a la hora de explicar el razo-
cidad. Hay ciertas regiones más dinámicas que guardan namiento simbólico de alto nivel que forma también
correlación con la cognición, la conciencia o el sentido parte de la inteligencia.
del yo. En la explicación fisicalista del autor se recurre a me-
Con ese trasfondo hemos de acercarnos al libro de canismos neuronales para dar cuenta de las operaciones
Paul Thagard, Brain- mind. From neurons to consciousness mentales, a la creación cerebral de la mente. De ese modo,
and creativity, parte de una trilogía que consta, además, la psicología cognitiva bascula sobre la neurociencia que,
de dos obras precedentes: Mind-society: From brains to a su vez, se apoya en la biología molecular. La excitación
social sciences and professions y Natural philosophy: From de las neuronas viene determinada por reacciones quí-
Social brains to knowledge, reality, morality, and beauty. micas internas. Para desarrollar su enfoque, sigue la de-
Aunque cada uno puede leerse independientemente, la nominada arquitectura del marcado semántico de Chris
trilogía constituye un tratado sobre mente y sociedad que Eliasmith, neurocientífico de la Universidad de Waterloo,
aporta una visión global y unificada de la neurociencia, en Canadá, quien lanzó su propuesta a comienzos del
la filosofía de la cognición y las ciencias sociales. Avalado segundo decenio de nuestro siglo en How to build a
por su sólida formación y experiencia académica, Thagard brain. El libro de Eliasmith aportó la primera síntesis
presenta una teoría de la cognición y de la emoción, plausible del movimiento simbólico y del movimiento
basada en el cerebro y aplicada al pensamiento y sus conexionista en el concepto de cognición. Thagard mues-
clases, la consciencia y la creatividad. tra que los distintos aspectos de la mente, desde la per-
La ciencia cognitiva comenzó a rodar en los años cepción y otros procesos de niveles inferiores hasta los
cincuenta del siglo pasado con la propuesta de que las niveles superiores de cognición (lenguaje, raciocinio y
nuevas ideas sobre la computación podían sugerir que el demás) pueden interpretarse a través de un conjunto de
pensamiento operaba a la manera de un mecanismo principios unificados basados en mecanismos neurales.
recursivo. Una idea que constituyó un gran paso adelan- Para Eliasmith y Thagard, hay que empezar por identifi-
te sobre analogías precedentes, que hablaban de meca- car el problema de la neurosemántica, es decir, la forma
nismos de relojería, cuerdas vibratorias y centralita de en que adquieren significado las representaciones neu-
teléfonos. Nacieron enfoques inéditos en psicología. Pero robiológicas.
en el dominio de la inteligencia artificial persistían pro- Las cuestiones relativas a la representación y a su
blemas que se resistían, tales como de qué forma los contenido han sido un tema recurrente de la filosofía

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LIBROS

occidental desde los tiempos de Aristóteles. Esas mismas produce comportamientos complejos con pocas neuro-
preguntas se las plantean ahora los neurocientíficos, que nas. Contiene unos dos millones y medio de neuronas
han desarrollado nuevas técnicas y nuevos modelos virtuales, cifra muy inferior a los 86.000 millones de
teóricos para aproximarse al funcionamiento del cerebro, neuronas reales de un cerebro humano, si bien suficien-
sede de la representación neurobiológica. En última tes para reconocer series numéricas, realizar operaciones
instancia, ello nos remite al permanente debate entre aritméticas elementales o solucionar problemas de ra-
reduccionistas y antirreduccionistas: ¿puede la función zonamiento. Esa red unificada es una simulación de
mental reducirse a una función neuronal? Pero no es un computador: remeda la fisiología de cada una de sus
conflicto entre neurocientíficos y filósofos. Hay filósofos neuronas, desde las espigas hasta los neurotransmisores.
que opinan que la neurociencia es la única capaz de ex- Las células de computación se dividen en grupos, corres-
plicar con propiedad la función mental, así Patricia pondientes a partes específicas del cerebro que procesan
Churchland. Y hay neurocientíficos que sostienen que la imágenes, controlan movimientos y almacenan recuer-
neurociencia no será nunca capaz de explicar determi- dos a corto plazo. Esas regiones están cableadas de una
nados aspectos de la función mental, como el premio forma realista e incluso responden a estímulos que imitan
Nobel John Carew Eccles. Una posición pretendidamen- la acción de los neurotransmisores. A medida que una
te intermedia ocupa Eliasmith, al conceder a la neuro- red unificada observa una serie de números, va extra-
ciencia una importancia determinante de la función yendo rasgos visuales, de suerte que pueda así reconocer
mental. los dígitos. Puede luego realizar una serie de al menos
Las neuronas, por sí solas y en su individualidad, no ocho tareas diferentes, desde tan elementales como copiar
pueden hacer mucho; en cambio, agrupadas en redes una imagen hasta otras más complejas, similares a las
pueden alcanzar tipos de representación mental muy presentadas en los tests de cociente intelectual (por ejem-
robustos, conceptos incluidos, imágenes y reglas. La red plo, descubrir el siguiente número de la serie). Al ter-
unificada de arquitectura de marcado semántico, ideada minar, escribe la respuesta con un brazo físicamente
por Eliasmith, se distingue de otros proyectos de simu- modelado.
lación del cerebro como el Proyecto Blue Brain, porque —Luis Alonso

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Claudi Mans Teixidó
Manuel Armayones
Universidad de Barcelona
Universidad Abierta de Cataluña

De la Tierra al espacio Cuantos completos


Planetología y astrobiología Tecnologías cuánticas y mucho más
Jesús Martínez Frías Carlos Sabín
Instituto de Geociencias (CSIC - UCM) Instituto de Física Fundamental del CSIC

Perspectiva de Física Homo nanus


y Universidad Una visión del futuro desde la nanotecnología
Política científica, gran ciencia y mundo académico
Alberto Luis D'Andrea
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Mente y Cerebro n.* 100, enero de 2020


Sueño

El valor de soñar
Los sueños pueden resultar más valiosos de lo que
pensamos: si los explicamos a otras personas pueden
ayudarnos a adoptar nuevos puntos de vista, a
afrontar retos y a regular nuestras emociones.
Por Klaus Wilhelm

GETTY IMAGES / KLADYK / ISTOCK


(UNSPLASH.COM/PHOTOS/D3LYARDKXOQS)

Nuevas tecnologías

Ansias por fotografiar


AA MA Sacar instantáneas de uno mismo en momentos irrepe-
Desde hace tiempo se dice que el contacto con
SCHMIDT

tibles llena a muchos de satisfacción, mas el propósito


la naturaleza aporta beneficios para la salud físi- de compartir esas imágenes en las redes sociales puede
/ MALTE

NS NN O! llevar a estados de estrés. Por Frank Luerweg


esos efectos. Por Daniela Haluza
UNSPLASH

Neurociencia E

Actividad neuronal sin control


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Se creía que muchas enfermedades neurológicas y S
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psiquiátricas se debían a un déficit en la actividad w
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cerebral. Con frecuencia, el motivo es justo el contra- v
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rio: la falta de inhibición neuronal. Por Tobias Bast O
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Mente y Cerebro DISTRIBUCIÓN Colaboradores de este número


Directora editorial: Laia Torres Casas para España: Asesoramiento y traducción:
Ediciones: Yvonne Buchholz, LOGISTA, S. A. Mónica Herrero: Encefaloscopio, El lado oscuro de los antidepresi-
Anna Ferran Cabeza, Ernesto Lozano Tellechea Pol. Ind. Polvoranca - Trigo, 39, edificio B vos, El inconsciente: el piloto automático de la mente, «No existe nin-
Director de márquetin y ventas: Antoni Jiménez Arnay 28914 Leganés (Madrid) gún pensamiento consciente», Parásitos en el sistema nervioso; Raquel
Desarrollo digital: Bruna Espar Gasset Teléfono 916 657 158 Madrid: Encefaloscopio; Noelia de la Torre: ¿Experimentan los ani-
Producción: M.* Cruz Iglesias Capón, Albert Marín Garau para los restantes países: males el duelo?; Nuria Comas: Lo que la mirada revela; Ignacio
Secretaría: Eva Rodríguez Veiga Prensa Científica, S. A. Navascués: Las funciones del hipocampo, Un código de barras para
Administración: Victoria Andrés Laiglesia Muntaner, 339 pral. 1.* - 08021 Barcelona las neuronas, Letras de colory con sabor, Cuando las obras adquie-
Suscripciones: Concepción Orenes Delgado, Olga Blanco Romero ren vida propia; Francesc Asensi: Un pitido contra el murmullo,
Biomoléculas contra la enfermedad de Huntington, Teoría de juegos,
EDITA PUBLICIDAD Breve historia cultural del olfato
Prensa Científica, S.A. Prensa Científica S. A.
Muntaner, 339 pral. 1.* Teléfono 934 143 344
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